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1
Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Fenomenología del Espíritu (Madrid: Fondo de Cultura
Económica,1985),288.
2
Ídem, 288.
3
Artísticas, religiosas y filosóficas
4
Mariano Moreno Villa, La filosofía de Hegel: Sujeto, Sistema y Estado (Murcia: Editorial Mad S.I., 2003),
246.
Introducción
“El Capital se revela cada vez más como un poder social cuyo
funcionario es el capitalista y que no guarda ya la menor posible
relación con lo que el trabajo de un individuo puede crear, sino como
un poder social enajenado, sustantivado, que se enfrenta con la
sociedad como una cosa y como el poder del capitalista adquirido por
medio de esta cosa.” (Marx, 1999, Tomo 3: 260-261).
5
Sistema Capitalista y Neo-liberal.
Sobre la Alienación
6
Manuel Alonso Olea (1965) Estudios: Sobre la Alienación, Revista Digital Dialnet, disponible en
https://docplayer.es/80961364-Sobre-la-alienacion-
La alienación ha alcanzado a ser un fenómeno mundial. Se ha
extrañado de sí mismo y de la naturaleza. El hombre se ha perdido.
Los demás hombres le son ajenos. Sin duda alguna, hoy más que
nunca el hombre se ha transformado, como dijera Marx, en ese
“apéndice de carne encerrado en una maquinaria de acero.”7 Y no sólo
se ha alienado dentro de las estructuras sociales y económicas, sino
también dentro de la habilidad práctica que él mismo ha edificado.
7
Francisco Piñón (2011) La fenomenología de la alienación y la crítica del fetichismo en el pesamiento de
Hegel y Marx, disponible en https://marxismocritico.com/2011/10/24/la-fenomenologia-de-la-alienacion-
y-la-critica-del-fetichismo-en-el-pesamiento-de-hegel-y-marx/
Para Hegel, la alienación es finitud y la finitud a su vez es
esclavitud. La experiencia de autoextrañamiento en la
presencia de un mundo aparentemente objetivo es una
experiencia de esclavización (…) El espíritu [o el mundo-yo]
cuando se enfrenta a un objeto u “otro”, se hace ipso facto
consciente de sí mismo como meramente un ser finito, que
abarca solo y nada más que la realidad que se extiende
hasta allí y no más allá. Por tanto, el objeto es un “límite”
(Grenze). Y el límite, al contradecir la idea de sí mismo del
espíritu como un ser absoluto, es decir, de un ser sin límites,
se entiende necesariamente como una “barrera” o “grillete”
(Schranke). Es una barrera para la conciencia de sí mismo
del espíritu respecto de lo que concibe que ha de ser
verdaderamente: toda la realidad. En su confrontación con un
objeto visible, el espíritu se siente encarcelado en la
limitación. Experimenta lo que Hegel llama la “pena de la
finitud”8.
8
Robert C. Tucker, Philosophy and Myth in Karl Marx (Cambridge: Cambridge University Press, 1961), p. 39.
Sintetizando, el espíritu (enajenado) es esta alteración y extrañamiento
de la realidad y del pensamiento, que son plazos invertidos el uno en
el otro y cada uno es lo contrario de sí mismo:
9
Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Fenomenología del Espíritu (Madrid: Fondo de Cultura
Económica,1985),24.
Conclusión