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HORA SANTA

Parroquia de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo.


Tulancingo Hgo. "ARDIENTEMENTE HE DESEADO"
Hora Santa 1.

Pedro García, Mi Hora Santa Eucarística, Claretian Publications, 20065.

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ORACION PREPARATORIA (Todos) imagen fue destruida en la persecución religiosa de 1936.
Es una idea genial la de este Sagrario. Porque sólo en el
Aquí me tienes, Jesús. Vengo a hacerte un rato de compa- cerebro de Cristo pudo anidar la idea de la Eucaristía como
ñía. Para alabar contigo al Padre. Para agradecerle sus gra- memorial de su Pasión. San Juan Bautista Vianney lo ex-
cias sobre nosotros. Para pedir perdón por el mundo peca- presaba con sencillez profunda en sus catequesis: "Hijos
dor. Para suplicarle sus favores por mediación tuya míos, cuando el Señor quiso dar alimento a nuestra alma
Creo que estás aquí presente, Señor Jesús. Y creo en ti, y te para sostenerla en la peregrinación por el mundo, paseó su
adoro y te amo. mirada por todas las cosas creadas y no encontró nada
Vengo a verte porque me estás esperando. Porque me digno de ella. Entonces se reconcentró en sí mismo y resol-
amas, y me quieres ver contigo. Porque te amo, y no sé pa- vió entregarse". Este idea del amor de Cristo al darse en la
sar sin ti. Eres mi Dios, y te adoro. Eres mi Maestro, y te Eucaristía la expresó mejor que nadie el encantador San
escucho. Mi Hermano y mi Amigo, y te quiero. Mi Señor y Gerardo Mayela cuando oye al Señor que le dice desde
mi Rey, y te sirvo. Dejo de lado por un rato mis quehaceres el Sagrario:
para estar a tus pies, como María de Betania, mirándote, - Tú estás un poco loquillo. A lo que contesta el simpático
escuchándote, amándote. Después, regresaré a mis obliga- religioso:
ciones o al nido de mi hogar, pero será con el corazón - Jesús, más loco estás Tú, que te has hecho prisionero por
lleno de tu alegría y con mucho más amor. mi amor…
Jesús, creo en ti. Canto
Jesús, te quiero.
Jesús, te bendigo. Oración: St. Faustina por los Sacerdotes
CANTO
Oh, Jesús mío te ruego por toda la Iglesia Concédele el
Lectura de los Santos Evangelios amor y la luz de tu Espíritu y da poder a las palabras de los
sacerdotes. Para que Los corazones endurecidos se ablan-
"Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había den y vuelvan a ti, Señor.
llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo Señor, danos sacerdotes santos Tú mismo consérvalos en la
amado a los suyos que estaban en este mundo, los amó santidad Oh divino y Sumo Sacerdote, que el poder de tu
hasta el fin" (Juan 13,1-2). "Cuando llegó la hora, se puso misericordia los acompañe en todas partes y los proteja de
a la mesa con los apóstoles y les dijo: Ardientemente he las trampas y asechanzas del maligno, que están siendo
deseado comer esta pascua con ustedes antes de padecer; tendidas incesantemente para las almas de los sacerdotes.
porque les digo que ya no la comeré más hasta que halle su Que el poder de tu misericordia, oh Señor, Destruya y haga
cumplimiento en el Reino de Dios" (Lucas 22,14-16). "Y fracasar lo que pueda empañar la santidad de los sacerdo-
mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, tes ya que tú lo puedes todo.
lo partió, y dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomen, co-
man, esto es mi cuerpo. Tomó luego una copa y, habiendo Canto para la Reserva del Santísimo
dado gracias, se la pasó diciendo: Beban de ella todos, por-
que esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por
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PRECES todos para el perdón de los pecados" (Mateo 26,26-28).
Nos dirigimos en estos momentos a Jesucristo, que nos di- "Hagan esto en conmemoración mía" (Lucas 22,19). PA-
jo: "Lo que me pidan en mi propio nombre, yo se lo daré", LABRA DEL SEÑOR.
y le decimos con fe profunda:
Escúchanos, Señor Jesús. REFLEXION:
1. Al darte gracias por el amor inmenso con que nos amas- El Corazón de Cristo vibra en la Última Cena con unos
te al instituir la Sagrada Eucaristía; haz que tanto amor te sentimientos sublimes, imposibles de expresar ni compren-
lo paguemos con un gran amor de nuestros corazones. der. Jesús nos abre su alma de par en par. Esta noche, ante
2. Tú que renuevas sobre el Altar tu sacrificio del Calvario, el odio de los enemigos que han jurado su desaparición,
une nuestros sacrificios de cada día a tu misma oblación parece como si Jesús dijera: -Los hombres me quieren
para gloria del Padre, bien de nuestras almas y salvación echar del mundo, ¡pues yo no me quiero ir! Los hombres
del mundo. me gritan: ¡Fuera!... Y yo les respondo: ¡No me voy! ¡Con
3. Cuando te das a nosotros en la Comunión, llénanos de tu los míos me quedo!... Es entonces cuando toma el pan y
vida divina y enséñanos a darnos también sin reservas a los agarra la copa, mientras nos dice: -Yo les doy esto; me doy
hermanos que nos necesitan. yo, y no por un instante, no por esta noche nada más, sino
4. Porque Tú permaneces en el Sagrario con presencia viva para siempre, hasta que vuelva a ustedes al final del mun-
entre nosotros, concédenos a nosotros permanecer siempre do. Encargo que recogió San Pablo: "Por lo mismo, cada
unidos a ti, hasta que nos lleves contigo a tu Reino glorio- vez que coman este pan y beban este cáliz, anuncien la
so, sin que nos arranquen de tu Corazón las cosas de este muerte del Señor hasta que vuelva" (1 Corintios 11,16) Y
mundo que pasan. aquí tenemos nosotros a Jesús, en forma de pan y de vino,
Padre nuestro. como Víctima en el Altar, como comida en la Comunión,
como compañero en el Sagrario. Jesús no permite que nos
Señor Sacramentado, no per mitas que tu presencia en presentemos ante Dios con las manos vacías, y se nos pone
la Eucaristía resulte estéril por nuestra apatía y desamor. en ellas sobre el Altar como la Víctima del Calvario ya
Haz que cada uno de nosotros te ame. Que te desee. Que te glorificada, para que podamos tributar con esta Víctima al
reciba. Que te haga compañía constante. Si deseaste con Padre, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda
ardor darte a nosotros, ardientemente también queremos gloria...
nosotros estar contigo. Así sea. Jesús no quiere que en el peregrinar pasemos hambre, y,
CANTO quien es en el Cielo el pan que sacia a los Ángeles, se nos
da a nosotros en comida por la Comunión para henchirnos
Recuerdo y testimonio... de la vida de Dios...
El llamado Santísimo Misterio de San Juan de las Abade- Jesús no tolera una separación definitiva de nosotros, y en
sas. En 1231fue depositada una Forma consagrada en el el monumento del Jueves Santo, o expuesto muchas veces
interior de la cabeza de Cristo Crucificado. Se perdió la en la custodia, y siempre en el sagrario, se queda para ha-
memoria de tan singular Sagrario. En 1426 apareció cer a la Iglesia de la Tierra la misma compañía que hace a
incorrupta la Hostia cuando se quiso restaurar la imagen. la Iglesia del Cielo: allí entre los esplendores de la gloria,
Ahí empezó la veneración del "Santísimo Misterio". La aquí en las sombras y en el ámbito de la fe..., pero tan real-
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mente en la Tierra como está en el Cielo. — Te amo ardientemente, Jesús.
Así será hasta el fin. Hasta que Jesús responda definitiva- Señor, que en la Comunión me unes estrechamente contigo.
mente al grito de su Iglesia: "¡Ven, Señor Je- — Te amo ardientemente, Jesús.
sús!" (Apocalipsis 22,20) Señor, que por mí te quedas siempre en el Sagrario.
CANTO — Te amo ardientemente, Jesús.
Señor, que me esperas de continuo para darme tu amor.
Hablo al Señor. (Todos) — Te amo ardientemente, Jesús.
Señor, mi Señor de la Ultima Cena.
Mi Señor Jesucristo, mi Señor del Jueves Santo. — Te amo ardientemente, Jesús.
Quiero penetrar en los sentimientos de tu Corazón. CANTO
Al darte Tú en la Eucaristía, estás ardiendo en amor por mí.
Yo quiero también arder de amor por ti. (Todos)
Quiero que tu Altar, tu Mesa y tu Sagrario Señor Jesús, Tú nos amaste siempre, pero en la última
sean el centro donde gravite mi vida entera. noche hiciste llegar tu amor hasta el fin. Es imposible con-
Contigo me ofrezco como hostia al Padre. templarte en la Ultima Cena y no abrasarse de amor por ti.
Con tu Cuerpo y tu Sangre sacio mis ansias de ti. "¡Permanezcan en mi amor!", nos dijiste emotivamente. Y
Y en tu Sagrario, tu tienda de campaña entre nosotros, en tu amor yo quiero vivir y morir.
yo me encierro para estar siempre contigo, Señor. Madre María, Tú nos diste a J esús, fr uto de tus entr añas,
SILENCIO Y CANTO y nos lo sigues dando como un latido de tu Corazón. Haz
que yo lo sepa recibir y encerrar dentro de mí con el mismo
Contemplación afectiva. (Alter nando con el que dir ige) amor con que lo recibías Tú cuando te lo alargaban las ma-
nos de los Apóstoles, en espera de la comunión eterna del
Señor, mi Señor de la Última Cena. Cielo.
— Te amo ardientemente, Jesús. (minuto de silencio)
Señor, que en la Ultima Cena te nos diste sin reserva.
— Te amo ardientemente, Jesús. En mi vida. Autoexamen
Señor, que te pusiste en nuestras manos como Víctima santa. Ardientemente deseó Jesús celebrar aquella Cena para dár-
— Te amo ardientemente, Jesús. seme del todo a mí. ¿Siento yo por Él lo mismo que Él sintió
Señor, que nos haces una hostia contigo. por mí?... Si su Corazón arde tan intensamente por mí, ¿arde
— Te amo ardientemente, Jesús. el mío de igual manera por Él?... ¿Es la Misa la cumbre ha-
Señor, que nos diste tu Cuerpo como alimento celestial. cia la que tiende y de la que deriva mi vida entera?... ¿Me
— Te amo ardientemente, Jesús. acerco con hambre insaciable cada día, o cada semana al
Señor, Pan que por mí bajas del Cielo. menos, a la mesa de la Comunión?... El Sagrario del templo,
— Te amo ardientemente, Jesús. donde Jesús espera, ¿me deja indiferente?...¡Mi Señor Jesu-
Señor, Pan que me llenas hasta saciarme con la vida de Dios. cristo, conforma mi corazón con aquel Corazón
— Te amo ardientemente, Jesús. tuyo de la Ultima Cena!
Señor, que me embriagas con tu Sangre divina. CANTO
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