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Coordinador:

JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ RAVÉ


Autores:
JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ RAVÉ
FERNANDO NAVARRO VALDIVIELSO
MANUEL DELGADO FERNANDEZ
JOSÉ MANUEL GARCÍA GARCÍA

FUNDAMENTOS
DEL ENTRENAMIENTO
DEPORTIVO
Título: FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Autores: JOSÉ MARÍA GONZÁLEZ RAVÉ, FERNANDO NAVARRO VALDIVIELSO,


MANUEL DELGADO FERNÁNDEZ, Y JOSÉ MANUEL GARCÍA GARCÍA

Fotografía de portada: José Luis Rúa Nacher

Editorial: WANCEULEN EDITORIAL DEPORTIVA, S.L.


C/ Cristo del Desamparo y Abandono, 56 41006 SEVILLA
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Dep. Legal: SE-5287-2010
©Copyright: WANCEULEN EDITORIAL DEPORTIVA, S.L.
Primera Edición: Año 2010
Impreso en España: Publidisa

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ÍNDICE
PRESENTACIÓN................................................................................................. 11

PRÓLOGO............................................................................................................ 13

Bloque 1.
FUNDAMENTOS CONCEPTUALES ..................................15
1. EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO. EVOLUCIÓN HISTÓRICA... 17
1.1. INTRODUCCIÓN. ................................................................................. 17
1.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA. .................................................................. 17

2. EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO: CONCEPTO........................... 35


2.1. INTRODUCCIÓN .................................................................................. 35
2.2. CONCEPTOS DE ENTRENAMIENTO................................................ 35
2.3. LOS OBJETIVOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO ............... 39
2.4. EL ENTRENAMIENTO COMO MODELO SISTÉMICO ................... 42
2.5. HACIA UNA UNIFICACIÓN Y SÍNTESIS DE LOS
ELEMENTOS MÁS RELEVANTES EN EL SISTEMA DE
ENTRENAMIENTO............................................................................... 61
2.6. MODELO DE RENDIMIENTO Y MODELO DE
ENTRENAMIENTO............................................................................... 62

3. LA CARGA DE ENTRENAMIENTO....................................................... 65
3.1. CONCEPTO DE CARGA DE ENTRENAMIENTO............................. 66
3.2. CONCEPTO DE EFECTO DE ENTRENAMIENTO. .......................... 68
3.3. CONCEPTO DE CAPACIDAD DE CARGA DE
ENTRENAMIENTO............................................................................... 73
3.4. ANÁLISIS Y CLASIFICACIÓN DE LA CARGA DE
ENTRENAMIENTO............................................................................... 75
3.5. APLICACIÓN DE LA CLASIFICACIÓN DE LAS CARGAS AL
ENTRENAMIENTO DEPORTIVO ....................................................... 79
3.6. NATURALEZA DE LA CARGA DE ENTRENAMIENTO ................ 81
3.7. MAGNITUD DE LA CARGA. .............................................................. 83
3.8. VOLUMEN DE LA CARGA. ................................................................ 85
3.9. INTENSIDAD DE LA CARGA............................................................. 87
3.10. DENSIDAD DE LA CARGA............................................................... 90
3.11. DURACIÓN DE LA CARGA DE ENTRENAMIENTO. ................... 91
3.12. ORIENTACIÓN DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO.......... 91
3.13. ORGANIZACIÓN DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO. ..... 95
3.14. FORMAS DE LA CARGA DE ENTRENAMIENTO......................... 98
3.15. LOS MÉTODOS DE ENTRENAMIENTO. ........................................ 98
3.16. LOS MEDIOS DE ENTRENAMIENTO. .......................................... 100
3.17. LOS EJERCICIOS FÍSICOS. ............................................................. 100
3.18. CLASIFICACIÓN DE LOS EJERCICIOS FÍSICOS. ....................... 101

4. LA ADAPTACIÓN EN EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO ........ 105


4.1. CONCEPTO DE ADAPTACIÓN. ....................................................... 105
4.2. EL MECANISMO DE ADAPTACIÓN............................................... 106
4.3. LEYES DE LA ADAPTACIÓN........................................................... 110
4.4. LA ADAPTACIÓN EN RELACIÓN AL PROCESO DEL
ENTRENAMIENTO DEPORTIVO..................................................... 115
4.5. LAS ADAPTACIONES EN RELACIÓN AL TIEMPO DE
EXPOSICIÓN DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO ............. 119
4.6. RESPUESTAS O ADAPTACIONES AGUDAS A UNA CARGA
DE ENTRENAMIENTO. ..................................................................... 120
4.7. PARÁMETROS QUE REGULAN LAS RESPUESTAS
AGUDAS AL EJERCICIO................................................................... 121
4.8. ADAPTACIONES A LARGO PLAZO A LAS CARGAS DE
ENTRENAMIENTO............................................................................. 124

5. LOS PRINCIPIOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO ............. 133


5.1. GÉNESIS Y VALIDEZ DE LOS PRINCIPIOS DEL
ENTRENAMIENTO............................................................................. 133
5.2. CONCEPTO Y ALCANCE DE LOS PRINCIPIOS DEL
ENTRENAMIENTO............................................................................. 134
5.3. PRINCIPIOS RELACIONADOS CON LOS FENÓMENOS
DE ADAPTACIÓN BIOLÓGICA. ...................................................... 137
5.4. PRINCIPIOS RELACIONADOS CON EL PROCESO DE
ENSEÑANZA-APRENDIZAJE........................................................... 143

6. LA PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO ............................... 147


6.1. INTRODUCCIÓN ................................................................................ 147
6.2. LA PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO. ............................ 147
6.3. LAS ESTRUCTURAS DE ENTRENAMIENTO EN RELACIÓN
A LA PERIODIZACIÓN...................................................................... 149
6.4. LA ESTRUCTURA DEL MODELO CLÁSICO DE
MATVEYEV........................................................................................ 153
6.5. LA APLICACIÓN DEL MODELO DEL ESTE POR PARTE DE
INVESTIGADORES AMERICANOS EN EL ÁMBITO DE LA
FUERZA. ............................................................................................. 154
6.6. LA PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA:
CARACTERÍSTICAS DE LOS CICLOS DEL ENTRENAMIENTO
DE FUERZA. ........................................................................................ 156
6.7. TRES CRITERIOS BÁSICOS RELEVANTES AL ORGANIZAR
EL ENTRENAMIENTO DE FUERZA DE UNA TEMPORADA
EN CUALQUIER DEPORTE. ............................................................. 158
6.8. MODELOS PERIODIZADOS VS. NO PERIODIZADOS PARA
MEJORAR EL RENDIMIENTO. ........................................................ 158
6.9. PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE LA
RESISTENCIA ..................................................................................... 159
6.10. EL MODELO DE MACROCICLO CONTEMPORÁNEO............... 162
6.11. MODELO DE PLANIFICACIÓN DE VERCHOSHANSKIJ........... 164
6.12. ESTUDIOS CIENTÍFICOS ACERCA DE LA PERIODIZACIÓN
DEL ENTRENAMIENTO. ................................................................ 166

7. LA INVESTIGACIÓN EN EL ENTRENAMIENTO
DEPORTIVO. ............................................................................................. 171
7.1. INTRODUCCIÓN. ............................................................................... 171
7.2. REQUISITOS PARA QUE UNA INVESTIGACIÓN SEA
CATALOGADA COMO CIENTÍFICA............................................... 172
7.3. LA INVESTIGACIÓN COMO FUENTE DE CONOCIMIENTO. .... 173
7.4. FASE DE DOCUMENTACIÓN. ......................................................... 176
7.5. FASE DE INVESTIGACIÓN ............................................................. 176
7.6. FASE DE ELABORACIÓN. ................................................................ 177
7.7. LA CONSIDERACIÓN DE LAS MEDIDAS EN LAS
CIENCIAS DEL DEPORTE................................................................. 177
7.8. EL DISEÑO O PLAN DE INVESTIGACIÓN. ................................... 178
7.9. DISEÑOS NO EXPERIMENTALES................................................... 178
7.10. DISEÑOS PREEXPERIMENTALES. ............................................... 181
7.11. DISEÑOS CUASI EXPERIMENTALES. ......................................... 182
7.12. DISEÑOS EXPERIMENTALES. ...................................................... 183
7.13. DISEÑOS FACTORIALES................................................................ 184
7.14. OTROS TIPOS DE INVESTIGACIÓN: EL META ANÁLISIS. ..... 186

8. CONTROL Y MARCADORES DE ENTRENAMIENTO.


EVALUACIÓN DE LA FATIGA COMO FORMA DE
MONITORIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO. ........ 187
8.1. INTRODUCCIÓN. ............................................................................... 187
8.2. EQUILIBRIO ENTRE CARGA EXTERNA-RECUPERACIÓN. ...... 188
8.3. CONTROL DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO. ................. 194
8.4. EL CONTROL DE LA CARGA EXTERNA: ANÁLISIS DE LA
ORGANIZACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS DE ENTRENA-
MIENTO EN UNA TEMPORADA. .................................................... 200
8.5. EL CONTROL DEL ENTRENAMIENTO MEDIANTE EL
RENDIMIENTO DEPORTIVO EN TEST MOTORES. ..................... 204
8.6. PERCEPCIÓN SUBJETIVA DEL ESFUERZO (RPE)....................... 206
8.7. OTROS REGISTROS DE CONTROL DE CARGA DE
ENTRENAMIENTO............................................................................. 207
8.8. EL CONTROL DE LA CARGA A TRAVÉS DE LA
FRECUENCIA CARDIACA................................................................ 208
8.9. EL CONTROL DE LA CARGA MEDIANTE PARÁMETROS
BIOLÓGICOS DE RESPUESTA AL ENTRENAMIENTO. .............. 212
8.10. MONITORIZACIÓN BIOQUÍMICA DEL ENTRENAMIENTO.... 213

Bloque 2.
ENTRENAMIENTO DE LA VELOCIDAD
Y LA FUERZA ....................................................................... 223

9. ENTRENAMIENTO DE LA VELOCIDAD........................................... 225


9.1. INTRODUCCIÓN. ............................................................................... 227
9.2. DEFINICIÓN DEL CONCEPTO DE VELOCIDAD .......................... 229
9.3. CLASIFICACIÓN DE LA VELOCIDAD EN RELACIÓN
CON EL CARÁCTER DE LOS MOVIMIENTOS: VELOCIDAD
CÍCLICA Y VELOCIDAD ACÍCLICA............................................... 230
9.4. VELOCIDAD EN DEPORTES DE EQUIPO...................................... 235
9.5. METODOLOGÍA DEL ENTRENAMIENTO DE LA
VELOCIDAD....................................................................................... 240
9.6. PROGRAMACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE LA
VELOCIDAD........................................................................................ 252
9.7. EVALUACIÓN DE LA VELOCIDAD. .............................................. 261

10. LA PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA . 265


10.1. INTRODUCCIÓN. ............................................................................. 265
10.2. ASPECTOS A TENER EN CUENTA A LA HORA DE
REALIZAR UN PROGRAMA PARA EL ENTRENAMIENTO
DE LA FUERZA................................................................................ 267
10.3. ASPECTOS RELATIVOS A LA CARGA DE
ENTRENAMIENTO .......................................................................... 267
10.4. ASPECTOS RELATIVOS A LA PERIODIZACIÓN DE LOS
CICLOS .............................................................................................. 270
10.5. CICLOS, FASES Y PERIODOS........................................................ 271
10.6. METODOLOGIA MICROESTRUCTURAL .................................... 272
10.7. EJEMPLOS DE PERIODIZACIÓN MICROCÍCLICA DEL
ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA EN DIFERENTES
DEPORTES. ....................................................................................... 277

11. BIBLIOGRAFÍA........................................................................................ 293


Dedicar este libro a la persona que es el eje fundamental en mi vida,
Inma y a nuestro futuro Irene y Bruno.
PRESENTACIÓN

En su clásico libro Fundamentos del Entrenamiento Deportivo (1983, Edi-


torial Raduga, Moscú), Matevéev exponía que “el entrenamiento deportivo
constituye la parte más amplia del fenómeno llamado deporte. Surge, se desen-
vuelve y se desarrolla en unidad con otros aspectos de la actividad deportiva,
por ello, para esclarecer la problemática del entrenamiento deportivo es impor-
tante formarse previamente una representación global sobre la esencia del
deporte en su conjunto” (p.5). Esta propuesta sigue siendo actual y los autores
del libro que tiene en sus manos son un ejemplo de ello.
El entrenamiento deportivo ha evolucionado de manera muy notable en
los últimos cincuenta años, y los logros que en la actualidad conocemos en
diferentes deportes es el fruto de una actitud indagadora que ha dotado de cono-
cimientos nuevos, de tecnología nueva y de aplicaciones al terreno nuevas que
han hecho posible romper barreras que parecían imposibles de superar.
El principal propósito de este libro ha sido poner ante el lector los últimos
avances en esta materia, sus autores, todos ellos estrechamente relacionados con
la investigación y el entrenamiento sobre el terreno, nos presentan, a lo largo de
10 capítulos, todo un conjunto de asuntos que permiten al lector conocer cuál es
el estado de la cuestión sobre esta materia: La planificación, la fatiga y sus expre-
siones en el entrenamiento, los principios que actualmente rigen el entrenamiento
y su periodización, el concepto de carga de entrenamiento o por dónde van las
líneas más actuales de investigación sobre esta materia, sin duda todas ellas
actuales y plenamente presentes en boca de quienes día a día tienen la responsa-
bilidad de dirigir los destinos de miles de deportistas.
Estoy convencido que tanto estudiantes de Ciencias del Deporte como En-
trenadores van a encontrar atractivas y provechosas las páginas de este libro,
sumergirse en ellas va a ser fuente de numerosas reflexiones y cuestionamientos,
y eso es lo que los autores desean, que los lectores establezcan un diálogo fructí-
fero con los diferentes capítulos, para sacar de ellos las aplicaciones prácticas que
les permitan mejorar la excelencia de sus deportistas.
Los autores son conscientes del carácter dinámico y cambiante de muchas
de las nociones y conceptos que en el texto se han vertido, pero no por ello
abdican de resaltar que hay aspectos que han perdurado a lo largo de las décadas,
y que seguirán haciéndolo, lo nuevo y lo antiguo se mezclan en las páginas de
este libro, y usted lector tiene la obligación de considerar si esta combinación es
adecuada o no.
Estoy plenamente convencido que usted, estimado lector, va a disfrutar
con la lectura de este libro, sin perder de vista como nos indicaba Matvévv, la
visión global del deporte.

Luis M. Ruiz
Catedrático de Universidad de la UCLM.
Responsable del Laboratorio de Competencia Motriz y
Director del Grupo de Investigación “Areté”
PRÓLOGO

Este libro se ha escrito por un motivo fundamental: actualizar y recoger la


síntesis de todos los aspectos más relevantes en cuanto al entrenamiento deporti-
vo y su verificación científica, ya que muchos de los conceptos que han sido
publicados en torno a ella por los grandes metodólogos del entrenamiento pro-
vienen en la mayoría de los casos de la especulación y la propia práctica empírica
(lo que otorgaría una baja credibilidad a estos trabajos, salvo por el hecho que
dichas prácticas empíricas han proporcionado numerosas medallas en Campeona-
tos del Mundo y Juegos Olímpicos). El reto merecía la pena, tres años de re-
flexión y redacción de éste, leyendo, viendo los últimos trabajos científicos que
merecían ser incluidos, revisión y crítica por parte de Fernando y Manolo, todo
ello hace que cada capítulo haya tenido un tratamiento y un cariño especial por
parte de cada uno de nosotros. Por otro lado, el trabajo en el Laboratorio de
Entrenamiento Deportivo evaluando deportistas, y las amenas conversaciones
con sus entrenadores siempre llegaban al mismo punto, hay que actualizar los
conocimientos en torno al entrenamiento deportivo. Todo ello quedaba ratificado
por las demandas de los estudiantes de doctorado que una y otra vez nos recla-
maban alguna publicación que fusionara los conceptos entrenamiento e investi-
gación desde una perspectiva más actualizada. Desde estas líneas quiero agrade-
cer el esfuerzo que Manuel Delgado Fernández. PROFESOR (con mayúsculas,
si) de la Universidad de Granada ha hecho, para mi siempre ha sido un placer y
un honor inmerecido trabajar a su lado, y me permito la libertad de destacar en
este prólogo no solo su profesionalidad y honestidad, sino también su humanidad
y buen hacer, que es mucho mayor que su capacidad científica. Dentro de las
Ciencias del Deporte el Doctor Manuel Delgado constituye un referente muy
importante para muchos de nosotros. La otra persona que forma parte de la
redacción de alguno de los capítulos del texto que tienen en sus manos es un gran
MAESTRO, el profesor Fernando Navarro, con el cual he compartido la asigna-
tura Teoría y Práctica del Entrenamiento Deportivo en la Facultad de Ciencias
del Deporte de Toledo hasta hoy. Creo que su trayectoria y currículum profesio-
nal es sobradamente conocido por aquellos que pertenecemos al mundo de las
Ciencias del Deporte, por lo tanto, no voy a tratar de resumir ni destacar nada
porque probablemente olvidaría muchas cosas, lo cual sería imperdonable para
mi. Además, una trayectoria tan dilatada y exitosa como la suya me permite
afirmar que sus aportaciones han sido valiosísimas para que este libro adquiera
consistencia científica.

Mención aparte merece el capítulo de fuerza: Nano, el Dr. José Manuel


García, casi toda la vida dedicada al deporte como practicante y como entrena-
dor, y siempre investigando en el ámbito de la fuerza, un investigador como él
merecía que nos impregnara de su sabiduría en torno a esta cuestión en la que es
un experto cualificado y creo que ha dado en este libro una lección.

Pero volviendo al libro que tienen en sus manos, cuando vean el índice ve-
rán que tiene dos partes bien definidas, la primera establece los fundamentos
conceptuales del entrenamiento deportivo desglosado en los siguientes apartados.
En primer lugar hablaremos como no podía ser de otra forma, del origen históri-
co del entrenamiento, a continuación definiremos conceptualmente el entrena-
miento deportivo, la desglosaremos en sus componentes más importantes y la
analizaremos desde una perspectiva sistémica y procesual. Posteriormente vere-
mos los conceptos de carga, adaptación y principios de entrenamiento y conti-
nuaremos analizando la periodización del entrenamiento deportivo, la investiga-
ción en este ámbito y veremos finalmente el capítulo dedicado al control del
entrenamiento deportivo.

La segunda parte desarrolla la metodología del entrenamiento de dos ca-


pacidades de prestación deportiva: velocidad y fuerza.

Esperemos que los contenidos que desarrolla el libro satisfaga las expecta-
tivas de los entrenadores, estudiantes de grado y doctorado relacionados con la
actividad física y el deporte; realmente es lo que se ha pretendido hacer desde el
primer párrafo.

Dr. José María González Ravé.


Toledo-Córdoba, septiembre de 2009.
Bloque 1.

FUNDAMENTOS
CONCEPTUALES

- 15 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

1. EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO.
EVOLUCIÓN HISTÓRICA.

1.1. INTRODUCCIÓN.

Si bien hacer una evolución histórica acerca de una disciplina implica un


proceso de recogida de información que permita ofrecer una visión lo más obje-
tiva posible de dicha disciplina, el Entrenamiento Deportivo camina muy de la
mano de lo que ha sido la ciencia que lo sustenta en el contexto europeo, las
Ciencias del Deporte, y ha tenido los mismos problemas de reconocimiento de
ésta, es decir, indefinición conceptual como ciencia, divergencias terminológicas
en cuanto al concepto, búsqueda de la eficiencia en campos empíricos fundamen-
tada en experiencias particulares carentes de cualquier metodología científica,
especulación acientífica (Martín-Acero y Vittori, 1997). Todos estos síntomas
han derivado en un corpus de conocimientos que han tenido que ir construyéndo-
se poco a poco, desde la propia práctica deportiva hasta el conocimiento científi-
co, desde el entrenador artesanal hasta aquél que utiliza la metodología científica
como base de su trabajo.

Si el ejercicio físico ha sido la fuente primaria del conocimiento científico


en las Ciencias del Deporte, éste en su forma rudimentaria lo hemos conocido en
los albores de los tiempos, pero ¿puede formar parte del contingente de conoci-
mientos que rodea el concepto de práctica del entrenamiento deportivo?. La
Delimitación conceptual del entrenamiento deportivo en su más pura esencia
debería negar esta cuestión, ya que los atributos de esta disciplina son más estre-
chos que la simple obtención de una finalidad utilitaria, militar o, incluso, de
salud. Así pues, la evolución histórica del concepto girará en torno al deporte
originado en la antigua Grecia y a los JJ.OO. antiguos con su idea de periodiza-
ción de entrenamiento, y de ahí “pasaremos” a los siglos XVIII, XIX y XX,
donde realmente se produce la generación de conocimientos en torno a esta
materia, hasta la época actual.

1.2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA.

Tal y como afirma Bompa (1999), el entrenamiento deportivo contempo-


ráneo y sus fundamentos científicos tienen su base en conceptos creados en el
ultimo tercio del siglo XX, cuando los científicos que investigan en el campo del
deporte comienzan a publicar sus primeros trabajos sobre periodización del
entrenamiento. La mayoría de ellos provenientes de los antiguos países del
bloque soviético.

Si bien las premisas iniciales acerca de la planificación e implementación


de programas de entrenamientos han sido bien documentadas en las sociedades

- 17 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

más antiguas de China, Egipto, Grecia, India y Roma (Bompa, 1994, Norris y
Smith, 2002), el origen del entrenamiento deportivo se remonta aún mucho más
atrás, si lo asociáramos a los roles diversos que ha tenido la actividad física a lo
largo de la historia.

Así, el ejercicio físico en estas culturas poseía un rol fundamentalmente


utilitario, de preparación para el trabajo o para la supervivencia, militarista, de
defensa de una civilización determinada frente a los ataques de otra, e incluso de
salud, en algunos casos, como encontramos en las culturas orientales.

En este sentido, Amar (1995) cita como en la cultura hitita se escribió el


primer manual de entrenamiento del caballo, animal que servía de instrumento
valioso para las actividades de vida diaria de la época, incluidas las guerras. Esa
trascendencia del entrenamiento del caballo, Amar (1995:13) la recoge de la
siguiente forma en relación al entrenamiento: “los conocimientos que poseían
eran muy avanzados hablándonos de conceptos actuales como la planificación
del entrenamiento, además se recogen varias indicaciones que el entrenador
debía realizar como apoyo al entrenamiento”.

Desde una perspectiva historicista, los orígenes del más rudimentario en-
trenamiento deportivo pueden vincularse a los orígenes de la gimnástica en la
antigua Grecia, ya que los griegos como pueblo alcanzaron el cenit de la civiliza-
ción en aspectos tales como la Política, el Arte, la Arquitectura, la Literatura, la
Filosofía y también en la gimnástica (Amar, 1985; Hegedus, 1984; Rodriguez,
2000).

Efectivamente, en la cultura griega aparecieron, junto a los cimientos de la


cultura occidental, los juegos atléticos como grandes manifestaciones gimnásti-
cas periódicas en honor a los dioses y que se realizaban en épocas de paz o tregua
a lo largo y ancho de la geografía helénica: Olimpo, Delfos, Corinto, Nemea,
Rhodas, Atenas. En estos juegos existía un programa variado de ejercicios físicos
como el pentatlón (competición de cinco pruebas diferentes), la carrera, el salto
con mancuernas, los lanzamientos de disco y jabalina y la lucha. Además reali-
zaban otro tipo de actividades físicas y corporales, consideradas de rango inferior
por ser propias de metecos y campesinos como la danza, los bailes y juegos con
esferas (esferísiticas), entre otros.

En este sentido, se observa el interés que se ponía en el cuidado del cuerpo


de los deportistas en relación a su rendimiento, implicando un proceso de entre-
namiento en relación a tres aspectos fundamentales: régimen de vida, alimenta-
ción y adiestramiento. Ese adiestramiento implica una serie de consideraciones
básicas en cuanto al entrenamiento deportivo (Hegedus, 1984):

x Entrenamiento constante durante todo el año.


x Entrenadores que cuiden tanto la preparación atlética como téc-
nica.

- 18 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

x Periodización del entrenamiento de 10 meses de forma previa, y


de forma intensiva el mes antes de la competición.
x El trabajo del deportista consistía durante el curso del día en
dormir, entrenarse, alimentarse y seguir las discusiones filosófi-
cas.

Mandell (1986) recuerda que ya en textos antiguos como la Iliada se re-


fleja la épica del deporte griego. En los poemas de Homero se recoge el deporte
de aquellos tiempos (carreras pedestres, salto de longitud, etc.), que fue muy
importante para los contemporáneos de su época. Así, en la preparación de los
ciudadanos libres para estas competiciones se establecieron los primeros atisbos
de programaciones rudimentarias denominadas tetras, que no eran más que
estructuras de cuatro días de entrenamiento que planificaba el entrenador depor-
tivo (Durántez, 2001). El tetras se iniciaba el primer día con un entrenamiento
suave de preparación; el segundo era muy intenso; descansando o realizando
ejercicios muy suaves en el tercero y en el cuarto, un trabajo de mediana intensi-
dad (Hegedus, 1984,1988; Amar, 1995; Navarro, 1999).

Filostratos (en Hegedus, 1984: 13) explica el principio de esta prepara-


ción: “…el entrenamiento de preparación es un movimiento breve pero enérgico,
la parte intensa, una irrefutable prueba de la constitución del deportista, de la
fuerza que almacena en su cuerpo. Estimaba que el descanso o entrenamiento
suave del tercer día permitía reponer la capacidad del movimiento, en tanto que
el día cuarto, el esfuerzo enseña a huir del enemigo, en el sentido de esquivarlo,
pero si éste quisiera hacer lo mismo, está capacitado para impedirlo…”

Cerámica en la que se muestra una imagen de lucha.


Fuente: AAVV (1985) Cuadernos Historia 16. Las Olimpiadas. 106.

Los griegos tenían conocimiento de diferentes medios y sistemas de entre-


namiento, como los ejercicios con sobrecarga, el skipping e incluso el balón
medicinal y, por supuesto, la utilización de sistemas de protección como cascos,

- 19 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

protectores para los boxeadores, etc. Además ya empleaban el trabajo de carrera


en dunas e incluso el interval-training, o sistemas de desarrollo de fuerza pareci-
dos al body-building (Amar, 1995).

El profesor Mehl (1986) en su análisis sobre la historia del concepto gim-


nástica, cita diversos apartados de obras de Galeno y estudios efectuados por el
profesor Julius Jüthner, y expone como la gimnástica fue, entre los helenos, no el
simple ejercicio, sino el arte del gimnasta, es decir, del médico deportivo y del
entrenador, de la misma manera que la “paidotribia” era el arte de los “paidotri-
bos”, es decir, del entrenador deportivo.

1.2.1. El entrenamiento durante el humanismo.

El renacimiento pone de manifiesto una profunda recuperación de los va-


lores que la cultura clásica da al movimiento y, de algún modo, colocan al hom-
bre en el epicentro de su objeto de estudio. Merecen ser destacados, entre mu-
chos, dos autores y sus obras: Libro del exercicio y de sus provechos de Cristóbal
Méndez y De Arte Gimnástico de Mercurial. Estas obras son un referente para la
medicina conservativa (de la que se encargaba el gimnasta) frente a la curativa
(de la que se encargaba el médico). Pero como ya hemos comentado al inicio, si
este capítulo se centra en el entrenamiento deportivo exclusivamente, cabe desta-
car la obra de Mercurialis, en la que una de sus partes estaba dedicada a la gim-
nasia atlética.

1.2.2. El entrenamiento deportivo contemporáneo.

El origen moderno del entrenamiento deportivo lo situaríamos en el siglo


XVIII, en la llamada Escuela Inglesa, en que los atletas, conocidos como "run-
ning-footman" (Hegedus, 1984), se preparaban para carreras de largas distancias
mediante la utilización del trote y la marcha como medios de locomoción en los
entrenamientos y las competiciones, en las que llegaban a realizar hasta ocho
horas de esfuerzo continuo. La escuela inglesa destaca por su inclinación hacia
las pruebas de larga duración y por plasmar las consideraciones en torno a los
métodos de entrenamiento desarrollados por autores como Thomas Ellyot o
Roger Ashham (Hegedus, 1984, 1988; Amar, 1995).

La influencia de la modernidad en los sectores sociales, políticos, indus-


triales y económicos al intentar llevar la idea de progreso a estos aspectos del
deporte, logró una evolución que hizo lanzar el deporte moderno, regularizando
éste a través de reglas y disminuyendo en parte la agresividad de los deportistas y
también de los hinchas, que empezarían a aparecer en esta etapa y constituirían
un fenómeno social de masas desde entonces. Todos estos cambios en el deporte
también se desarrollaron en la sociedad americana, como ámbito de influencia de
la anglosajona. La masa de deportistas fue aumentando progresivamente, aumen-
tó la veneración por los récords y disminuyó la atracción hacia la religión. Esta
tendencia a la secularización constituye, en palabras de Blanchard y Cheska

- 20 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

(1986), una de las características principales del deporte moderno, produciéndose


un mayor desarrollo del deporte en Estados Unidos. Para Billat (2002), la palabra
record aparece por primera vez en 1883 escrita en una obra sobre natación cuyo
autor era William Wilson llamada “the swimming instructor, a treatise on the
arts of swimming and diving”, aunque la falta de cronómetros fiables podían
enmascarar estos rendimientos.

En relación a cómo entrenaban los deportistas, Forteza (2000) afirma que:


“…En la última mitad del siglo XIX los deportistas entrenaban con métodos
basados en cargas de larga duración, de forma ininterrumpida y uniforme. Por
eso, debido a la falta de experiencias y a los métodos primitivos para desarrollar
las capacidades del hombre, los deportistas competían en varias especialidades,
tanto atléticas como deportivas”. El trabajo basado en el aumento del volumen
de entrenamiento como mejora era el elemento fundamental para alcanzar el
máximo rendimiento y éste era tan inespecífico que un atleta podía ganar desde
carreras de velocidad hasta de medio fondo o fondo.

En Estados Unidos, las formas de trabajo utilizadas por los entrenadores


ingleses tuvieron una influencia significativa en los entrenadores norteamerica-
nos mediante el método de carrera de larga duración y marcha, introduciendo
carreras de distancia más cortas. De este modo, los norteamericanos empezaron a
entrenar e incluso a realizar competiciones en distancias más cortas. En el proce-
so de entrenamiento utilizaban el llamado tempo training, una variante del entre-
namiento fraccionado (Hegedus, 1984, 1988; Amar, 1995). Estos ajustes en el
entrenamiento hicieron que los atletas norteamericanos dominasen las competi-
ciones al poseer mayores velocidades asociadas a una buena base de resistencia,
única preocupación de la preparación en las Escuelas Europeas de entrenamiento.
Los entrenamientos de los corredores americanos respetaban la siguiente secuen-
cia: marcha + entrenamiento de duración + tempo-training.

Álvarez del Villar (1992) afirma como en los estertores del siglo XIX, el
entrenamiento sistematizado de fuerza ya se realizaba, concretamente en 1880,
“…Eugen Muller (Sandow) fundó un gimnasio en Londres para el entrenamiento
con sobrecarga, recomendando un número de ejercicios para los diversos gru-
pos musculares, que debían realizarse diariamente en forma ordenada”. Para
este mismo autor, en 1901, luchadores soviéticos utilizaban entrenamientos de
sobrecarga para la mejora de la fuerza. Paralelamente, este tipo de entrenamien-
tos se va difundiendo también en Estados Unidos a través de entrenadores ale-
manes (Álvarez del Villar, 1992).

A principios del siglo XX, hubo precursores dentro del proceso de entre-
namiento deportivo, tal y como exponen García Manso et al (1996), cuya carac-
terística primordial reside en el efecto secuencial que una carga tiene sobre la
siguiente. De las primeras planificaciones del entrenamiento de las que se habla
en este periodo tenemos las de Kotov (1916); Gorinevsky (1922), Pihkala (1930),
entre otros autores, denominando a esta época de “racionalización de la planifi-
cación deportiva”.

- 21 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Sin embargo, pese a este desarrollo de los modelos de planificación depor-


tiva que racionalizaban de forma coherente las cargas de entrenamiento, deportes
de gran tradición como el atletismo desarrollaban metodologías de entrenamiento
con particularidades muy concretas y especiales, dando lugar a las llamadas
“escuelas atléticas”. Así, durante la primera mitad del siglo XX se pueden dis-
tinguir tres aportaciones por parte de las escuelas finlandesa, sueca y alemana al
entrenamiento deportivo.

1.2.3. La escuela finlandesa.

En la escuela finlandesa, cuya hegemonía abarca de 1912 a 1939 (Paiva,


1995), se pueden distinguir dos entrenadores con concepciones distintas de
entrenamiento: Pihkala, entrenador de Paavo Nurmi, que hacia énfasis en medios
de entrenamiento basados en carrera continua, marcha, interválico extensivo
medio e interválico intensivo y Kolehmainen que centraba sus medios en carrera
continua, marcha e interválico extensivo medio. Las características más represen-
tativas de ambas se muestran en la tabla 1.1. Este entrenamiento interválico fue la
reacción de Europa a las innovaciones de los americanos al "entrenamiento de
Sprint" y el "Tempo-training" para los fondistas, aumentando de esta forma la
cantidad y la calidad de trabajo realizado por el deportista.

En 1930, Pihkala, junto con otros colegas, editan un libro donde presentan
un conjunto de normas revolucionarias para la época en que no existía investiga-
ción científica de soporte a la preparación de los atletas y que fueron:

x La necesidad de la alternancia entre volumen e intensidad;


x El entrenamiento específico debería asentarse en un entrena-
miento general muy amplio;
x El entrenamiento debería ser caracterizado por una evidente al-
ternancia entre trabajo (entrenamiento) y recuperación.

Con base en estos principios, se manifestaron aumentos de la frecuencia


semanal de entrenamientos y una diferenciación de las tareas en cuanto a los
factores que involucraban a la especificidad y el valor de la intensidad de la
carga. A pesar de estos avances, continuaban sin ser especificados de forma
objetiva los factores de cuantificación de la carga de entrenamiento, siendo de
interés el intento de Pihkala en presentar en su trabajo las primeras tablas de
entrenamiento asociadas a un primer esbozo de estructuración de la temporada en
periodos de entrenamiento bien definidos:

x El periodo de entrenamiento de preparación;


x El entrenamiento de Primavera;
x El entrenamiento de Verano;
x El entrenamiento de recuperación de Otoño e Invierno.

- 22 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Esta organización responde en la práctica a los fundamentos de carácter


cíclico de la carga, siendo necesario respetar la alternancia entre fatiga y reposo
en concordancia con las propias ideas de los autores.

Tabla 1.1. Parámetros que caracterizan la escuela de entrenamiento finlandesa


(1912-1946). Citado por Paiva (1995).
Aspectos Medios y
Escuela Hegemonía Entrenadores Atletas Superficie
fundamentales métodos*
Inicio del Marcha
Naturaleza
Kolehmainen Kolehmainen entrenamiento CC
y pista
sistematizado EIEM
Finlandesa 1912-1946 Asociación de
Marcha
calidad y Naturaleza
Pihkala Paavo Nurmi CC
cantidad de y pista
EIEM
entrenamiento

* CC: Carrera continua, EIEM: interválico extensivo medio.

1.2.4. La escuela sueca.

Suecia fue uno de los primeros países en adoptar el método de entrena-


miento de los finlandeses. La escuela sueca tiene su importancia durante el
periodo de 1930 a 1947, defendiendo sus iniciadores un modelo de entrenamien-
to que se pueda realizar en el medio natural que desarrolle una variedad en los
ritmos de entrenamiento, seguidos en algunos casos de trabajos en rampas en la
misma naturaleza. Este tipo de trabajo se denominó “fartlek” (Hegedus, 1981;
Paiva, 1995). Las características más representativas se muestran en la tabla 1.2.

Tabla 1.2. Parámetros que caracterizan la escuela de entrenamiento sueca.


(1930-1947). Citado por Paiva (1995).
Medios
Aspectos
Escuela Hegemonía Entrenadores Atletas y Superficie
fundamentales
métodos
Desarrollo de
Gustaffson Fartlek
velocidad y
Holmer Alberg y Naturaleza
resistencia en
Jonnsson Cuestas
cada sesión
Sueca 1930-1947
Alternancia
Haegg
de trabajo
Olander Anderson Fartlek Naturaleza
duro con
Starnd
suave

Si en relación a las escuelas se construía una metodología de entrenamien-


to que permitía el desarrollo del conocimiento de una forma empírica, el otro
impulso al reconocimiento del entrenamiento deportivo provenía del interés de
los países por tener campeones entre sus ciudadanos, por lo que a partir de los
años 30, en el periodo de entreguerras, las potencias de los países desarrollados

- 23 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

comienzan a definir programas de equipamiento deportivo y planes de desarrollo


con clubes deportivos, etc. (Pociello, 1999).

Como muestra de ese interés, Pociello (1999) argumenta la gran repercu-


sión que tienen los J.J.O.O. en cifras para los países: “En 1937, el CIO (Comité
Internacional Olímpico) registra la adhesión de casi 50 disciplinas deportivas a
los JJOO, así los JJOO de Berlín 1936 habían reunido casi 4000 atletas venidos
de 55 países….” Por otra parte, el desarrollo de los medios de comunicación de
la época (radio, prensa y cine) antes de la II Gran Guerra hace que tenga un
nuevo impulso las competiciones deportivas, con el consiguiente apoyo de los
países a sus deportistas.

1.2.5. El entrenamiento deportivo en la segunda mitad del siglo XX.

Las secuelas dejadas por la Segunda Guerra Mundial alcanzarían a la


humanidad en todas sus dimensiones y el deporte no fue una excepción. En
Europa, el hecho de que muchos deportistas se vieran envueltos en la guerra,
acompañado de la destrucción de muchos lugares de entrenamiento y de la
imposibilidad de realización de los Juegos Olímpicos (1940 y 1944) marcaron a
estas generaciones respecto a la práctica deportiva. Y como en todas las activida-
des de los países envueltos en guerra, el entrenamiento deportivo y la competi-
ción resurgió con nuevas ideas y con nuevos valores.

Hasta este momento, se confundían frecuentemente los resultados de éxito


de un atleta con un método de entrenamiento concreto, generalizándose su uso.
La verdad es que la falta de fundamentación científica explica las grandes oscila-
ciones sobre la interpretación y aplicación de estos programas de trabajo y la
dificultad en atribuir la autoría de algunas ideas que, en gran parte, contribuyeron
a una acumulación de conocimientos que mejoraron los procesos de preparación
de los atletas al inicio de los años cincuenta.

La revolución en el desarrollo del entrenamiento deportivo posee su punto


de inflexión tras la Segunda Guerra Mundial, comenzando los primeros estudios
científicos serios por parte del incipiente bloque soviético y sus países satélites, y
teniendo su réplica por parte de los norteamericanos.

1.2.5.1. La escuela Alemana.

La escuela alemana aportó al entrenamiento deportivo los sistemas inter-


válicos de resistencia, ya que parece existir un consenso acerca de la autoría de
este tipo de método que correspondería a Waldemar Gerschler. De este modo,
una de las contribuciones más significativas en la historia del entrenamiento
deportivo reside en la fundamentación, desarrollo y sistematización del "entre-
namiento interválico".

- 24 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Por otro lado, existió una clara preocupación por entender los procesos fi-
siológicos asociados al entrenamiento de resistencia, participando tanto fisiólo-
gos como cardiólogos de los que sobresalen Herber Reindell y sus colaboradores
más directos, Helmut Roskmann y Joseph Keul, dando como resultado un avance
considerable en la metodología del entrenamiento (Paiva, 1995). Las característi-
cas más representativas se muestran en la tabla 1.3.

Tabla 1.3. Parámetros que caracterizan la escuela de entrenamiento alemana.


Citado por Paiva (1995).
Aspectos Medios y
Escuela Hegemonía Entrenadores Atletas Superficie
fundamentales métodos
Pocas alteracio-
nes en cada
Gustaffson Trabajo
sesión cuyos
1939-1944 Holmer Alberg interválico Pista
contenidos son
Jonnsson intensivo
sistemáticamente
repetidos
Disminución del
tiempo de
recuperación y
Haegg Intervall
Alemana 1947-1953 Olander aumento en el Pista
Anderson training
número de
repeticiones del
interval training
Centra la eficacia
del entrenamiento
en el tiempo de Intervall
1952-1964 Starnd Pista
recuperación y no training
en la dinámica de
la carga externa.

En 1948, en Hungría, surge otra de las escuelas cuya gran aportación pro-
cede del entrenador Mihaly Igloi, combinando metodologías de entrenamiento
utilizadas por finlandeses, suecos y alemanes. Pero su principal contribución al
entrenamiento deportivo viene en el gran volumen de entrenamiento diario que
programa a los atletas y su individualización para cada uno de ellos, siendo uno
de los primeros en utilizar dos e incluso tres unidades de entrenamiento por día
(Pavia, 1995). Las características más representativas se muestran en la tabla
1.4.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Tabla 1.4. Parámetros que caracterizan la escuela de entrenamiento húngara.


(1948-1956). Citado por Paiva (1995).
Aspectos Medios y
Escuela Hegemonía Entrenadores Atletas Superficie
fundamentales métodos
Húngara 1948-1956 Igloi Iharos Gran volumen Carrera Pista
Tabori de entrenamien- contínua.
Rosznioyi to diario (20-40 Carreras
km diarios) con cambio
Niveles para de ritmo
clasificar la con acelera-
intensidad de ción
entrenamiento sistemática
Interválico
extensivo
corto y
medio

1.2.5.2. La disciplina científica “Ciencia del Entrenamiento”.

En los años 50 comienza a hablarse de una disciplina científica denomina-


da Ciencia del Entrenamiento, una disciplina que se encuentra unida a un conjun-
to de conocimientos interdisciplinares en torno a un objeto único denominado
deporte, como muestra la figura 1.1. Estos primeros intentos plantean que el
entrenamiento científico comienza a desarrollarse como un campo teórico inde-
pendiente dentro de la Ciencia del Deporte cuyo objetivo central consistía en la
optimización del rendimiento deportivo-motor, con atención especial puesta en el
área de alta competición con una tendencia a generalizar el saber experimental
subjetivo de las diferentes especialidades o disciplinas deportivas, en relación a
componentes deportivo-motores del rendimiento tales como la condición física,
la técnica, y la táctica (Ballreich y Kuhlow, 1977: 2).

CIENCIAS DE APOYO AL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Tests y Medicina
Anatomía Fisiología Biomecánica Estadistica
medidas del deporte

Teoría y metodología
del entrenamiento

Aprendizaje
Psicología Pedagogía Nutrición Historia Sociología
Motor

BOMPA (1994:4)

Figura 1.1. Modelo de la Ciencia del Entrenamiento según Bompa (1994).

- 26 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Ballreich y Kuhlow (1977) justifican en esta eclosión del deporte, la inclu-


sión de una nueva ciencia denominada “ciencia del entrenamiento1”, pero no es
más que la necesidad de crear un corpus de conocimiento que tratará de organizar
todo el conocimiento empírico generado hasta entonces. Ballreich y Kuhlow
(1977) argumentan, desde una perspectiva histórica, cómo una disciplina basada
inicialmente en supuestos empíricos aplicados a deportistas de alto nivel fue
aplicada a deportistas con distintos niveles de rendimiento, sin previa comproba-
ción de sus efectos, y verificando posteriormente los resultados finales del entre-
namiento en cada modelo poblacional. Este desarrollo empírico se dio en los
países del bloque socialista que compartían la lengua germánica con entrenadores
como G. Schnabel, H.G. Hermann y W. Sieger, entre otros.

Pretendían, de esta forma, eliminar ese componente tradicional del saber


en torno a esta disciplina basada en el ensayo-error y en la generalización de los
métodos aplicados a los diferentes enfoques deportivos, avanzando hacia un
conocimiento científico basado en dicha metodología.

Paralelamente, en Estados Unidos se desarrollan diversos métodos de en-


trenamiento de fuerza con diferentes enfoques. Boff Hoffman, “crea” el sistema
York de entrenamiento progresivo con pesas y desarrolló el trabajo con ejercicios
isométricos como terapia rehabilitadora (Álvarez del Villar, 1992; Ruiz, 1994).
Durante los años 50 y 60 el entrenamiento orientado hacia la construcción corpo-
ral (bodybuilding) cobra una gran importancia y se populariza entre la población
americana.

Wazny (1977) sitúa esta etapa incipiente del entrenamiento deportivo has-
ta 1965 y la define como: “intuitiva y extensiva, las mejoras de los resultados se
lograban por la selección de los métodos de entrenamiento por vía de ensayos y
errores y a través del aumento gradual de la cantidad de trabajo realizado”.
Esta etapa toca a su fin cuando se comprueba que superado un cierto nivel de
cantidad de entrenamiento ya no opera mejora alguna en los resultados deporti-
vos.

A partir de 1965 (coincidiendo con la preparación de los J.J.O.O. de


México 68) se produce la denominada etapa de intensidad y prestigio del entre-
namiento (Wazny, 1977). En ésta el entrenador comienza a recibir información
de carácter científico que le sirve para direccionar el entrenamiento. Como ya se
había expuesto anteriormente, el desarrollo de la ciencia dentro del entrenamien-
to no fue necesario hasta que se comprobó que el aumento del volumen de entre-
namiento no resolvía los problemas de rendimiento, por lo que se tuvo que
recurrir a la ciencia para perfeccionar el proceso de entrenamiento deportivo.
Esta inclusión de la ciencia tuvo dos fenómenos a destacar en su etapa inicial:
por un lado, la incapacidad inicial para ayudarse de los datos que tenía el entre-
nador, no pudiendo elaborar su programación de entrenamiento valiéndose de la

1 Esta “ciencia” se implementa dentro del bloque de los países del este y de lengua alemana, ya que la
consideración actual es que la teoría del entrenamiento deportivo forma parte de las Ciencias del Deporte.

- 27 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

información proporcionada. Por otra parte, nos encontramos con la reacción de la


comunidad científica al mundo del deporte y la pertinaz inoperancia de los
conocimientos científicos hacia el entrenamiento deportivo. Como afirma Wazny
(1977): “…los diferentes representantes de las disciplinas científicas, aprove-
chando las posibilidades que les brindó el deporte para realizar investigaciones,
emprenden una intensa observación del deporte en general y del entrenamiento
deportivo en particular….Sin embargo toda ciencia muestra, dentro de su desa-
rrollo, tendencias a estrechar más y más su especialización, crea barreras
terminológicas. Este proceso podemos observarlo también en las investigaciones
referentes al entrenamiento deportivo. Se aglomeran datos dirigidos hacia el
entrenador cada vez más detallados y más separados entre sí. Precisamente esta
minuciosidad y, a la vez, diferenciación hace cada vez más difícil su aplicación.
El entrenador, “bombardeado” con un sin fin de datos analíticos se encuentra
mucho peor que en el período anterior cuando se basaba fundamentalmente en
su intuición… ya que es mucho más fácil tomar decisiones con escasez de infor-
mación que con su exceso, especialmente cuando tal información no está debi-
damente adaptada a los entrenadores para su aprovechamiento directo hacia el
rendimiento deportivo”.

Se puede comprobar como esta fase comienza también a verse superada


cuando el entrenador empieza a formarse dentro de los parámetros e instituciones
de donde proviene la ciencia, esto es, la Universidad, o cuando los mismos
entrenadores necesitan de un equipo de apoyo que cubra los diversos parámetros
que conforman el entrenamiento deportivo.

De cualquier modo, se puede hablar de dos factores fundamentales en el


desarrollo del entrenamiento deportivo en el siglo XX:

1. La disociación entre la Teoría del Deporte y la Teoría de la Educación Fí-


sica.
2. La contribución de la fisiología del ejercicio al entrenamiento deportivo.

1.2.5.3. La disociación entre la Teoría del Deporte y la Teoría de la Educación


Física.

Aproximadamente hasta la segunda mitad del siglo XX, la problemática


del entrenamiento deportivo se sitúa dentro la Teoría del Deporte, ya que el
entrenamiento se considera una rama de ésta (Matveyev, 2001), y dicha Teoría
del Deporte encontraba sus propios problemas de identidad, primordialmente en
su esfuerzo de disociarse y de alcanzar unos límites de conocimiento científico
con la teoría y metodología de la Educación Física, ya que en Europa imperaba la
corriente deportiva y los movimientos gimnásticos que servían de soporte a la
preparación deportiva (Matveyev, 2001).

En este sentido, dicho autor lo que hace es correlacionar diferentes disci-


plinas teórico-metodológicas en referencia a los aspectos biológicos y humanísti-

- 28 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

cos del deporte y centrarlo en un núcleo principal orientado hacia los logros
deportivos, tal y como muestra la figura 1.2.

ASPECTOS FILOSOFICO-METODOLOGICOS Y
CULTURALES DE LA TEORIA DEL DEPORTE

ASPECTOS DE LA ORGANIZACIÓN Y LA DIRECCION EN LA TEORIA


DEL DEPORTE

TEORIA Y METODOLOGIA GENERAL DEL DEPORTE Aspectos


Aspectos biológicos humanísticos
de la tª del deporte Concepción general de la esencia del deporte de la tª del deporte
Historia del deporte,
Teoría de la actividad competitiva
Antropología deportiva, y del sistema de competiciones deportivas. Sociología deportiva
Morfología deportiva Estética deportiva
Biofísica deportiva Teoría y tecnología del sistema de preparación del Ética deportiva,
Bioquímica deportiva, deportista Psicología deporte
Fisiología deporte Pedagogía deportiva

TEORÍA Y METODOLOGIA PARTICULAR DEL DEPORTE


Teoría y metodología del entrenamiento de cada modalidad deportiva

Metrología deportiva

ASPECTOS DE MEDICINA DEPORTIVA ASPECTOS DE HIGIENE DEPORTIVA

Traumatología Control médico Higiene Psicohigiene


deportiva deportivo deportiva deportiva

Figura 1.2. Esquema de relaciones entre diferentes disciplinas de la Teoría del


Deporte. (Matveyev, 2001:17).

Tras la Segunda Guerra Mundial, se incrementan significativamente las


necesidades de preparación de las selecciones deportivas de los diferentes países,
divididos en los dos bloques que se estructuran como secuela de la contienda y
que establecen una dura pugna por conseguir el éxito en los grandes eventos
deportivos que sirven de escenario a la rivalidad de ambos. De esta necesidad de
victoria en la arena deportiva se construye un corpus de conocimientos que sirve
de base para una preparación orientada al desarrollo del rendimiento deportivo.
(Matveyev, 2001). Para los países, en tiempos de paz, las competiciones deporti-
vas se van a convertir en la representación simbólica de la fuerza de esa nación.
Así las naciones definen políticas orientadas al rendimiento deportivo (Pociello,
1999).

La Unión Soviética participa por primera vez en unos J.J.O.O. en 1952. En


este país el deporte se organizó de tal manera que sobresalieran todo tipo de
especialistas para contribuir a los éxitos deportivos. Como muestra de esos
éxitos, entre 1954 y 1968 se baten 13 records mundiales en las distancias olímpi-
cas de medio fondo y fondo, constituyendo otra de las escuelas atléticas citadas
anteriormente.

- 29 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Durante este periodo se empiezan a construir conceptos incardinados en el


desarrollo del entrenamiento deportivo como la periodización. La periodización
es uno de los conceptos más importantes en entrenamiento, ya que supone un
acercamiento de carácter más científico y menos empírico, desde el punto de
vista del entrenamiento moderno.

El concepto periodización se origina en la Europa del Este y es adaptado a


la planificación del entrenamiento moderno en la década de los 60 por científicos
“deportivos” como Matveyev en el ámbito soviético o Bompa en el ámbito
Checoslovaco (Norris y Smith, 2003,Wathen, 1994).

Matveyev, (1977) organiza el proceso de entrenamiento en tres periodos:

1er periodo, en cuyo transcurso se crean las premisas y se asegura el sur-


gimiento de la forma deportiva (periodo preparatorio);
2do periodo, en su transcurso se asegura la conservación de la forma de-
portiva y su materialización en marcas (periodo competitivo);
3er periodo, cuando surge la necesidad de prevenir la transformación del
efecto sumario de entrenamiento y de los certámenes en
desentrenamiento; cuando es necesario garantizar el
restablecimiento de las posibilidades de la capacidad de trabajo
del organismo y con ello afianzar la sucesión entre los dos
peldaños del perfeccionamiento deportivo (periodo transitivo).

Parece que fue Grantyn en 1939 y luego Dyson y Ozolin en los años 50
los que presentaron por primera vez un ciclo de entrenamiento aplicado al atle-
tismo. El primero dividió el proceso de entrenamiento en tres grandes periodos
para atender a las necesidades de competición, con unos contenidos precisos en
cada uno de ellos, que permitían afrontar la competición en cada periodo de cara
a un mejor rendimiento.

En los años 50 Letunov justifica la división en periodos, de manera más


científica en base a la carga biológica que soporta el deportista sin atender al
número de competiciones.

La periodización del entrenamiento deportivo desarrollada por Matveyev


establece una serie de bases metodológicas que sitúan este proceso más cerca del
campo científico que del empírico, tal y como se manifiesta en la actualidad.

Por tanto, la organización racional del proceso de entrenamiento deportivo


durante el presente siglo pone sus fundamentos en la escuela soviética, concre-
tamente a través de L.P. Matveyev, cuando a finales de los años 50 publicaba
acerca de la periodización del entrenamiento teniendo como base de este modelo
el síndrome general de adaptación de Hans Selye y la Ley de Schultz-Arnodt o
ley del umbral (Czajkoski, 1977).

- 30 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

No es hasta los años 70 cuando estos estudios llegan a España, a través del
Instituto Nacional de Educación Física y Deportes de Madrid y dicho centro
publica el libro traducido del original de Matveyev: “Periodización del entrena-
miento deportivo”, que conjuntamente con la obra de Álvarez del Villar de 1981,
“La preparación física del fútbol basada en el atletismo” constituyen un manual
de referencia en torno a la metodología del entrenamiento de los siguientes 20
años en nuestro país.

Posteriormente en España se han ido ampliando estudios en relación a esta


temática y las aportaciones de otros metodólogos en traducciones de libros tanto
soviéticos como americanos.

Seirul-lo (1986) afirma como del modelo de Matveyev se produjeron


aportaciones que han permitido mejorarlo. Así, Fidelus (1960) propone una
significativa disminución del volumen de carga durante el periodo competitivo y,
por otra parte, Naglak (1979) introduce el concepto de doble ciclo como solución
a un calendario de competiciones en invierno y verano en deportes cuyos reque-
rimientos exigen dos puestas en forma, caso del atletismo.

Posteriormente, científicos americanos como Stone y O´Briant modifica-


ron el trabajo de Matveyev añadiendo distintas fases al periodo preparatorio y
aplicándolo a la planificación del entrenamiento de fuerza (Norris y Smith, 2003,
Wathen, 1994, Wathen y Roll, 1994).

Estos ciclos se componen de distintas fases. Cada una de ellas debe diri-
girse hacia la consecución de una manifestación de fuerza determinada y cuya
ordenación permite dirigir el entrenamiento hacia la mejora de la manifestación
requerida por el deporte que se trate. La duración recomendable de estas fases,
así como el objetivo prioritario en cada una de ellas son las siguientes:

1ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: mejora de la fuerza máxima


por efecto sobre hipertrofia y entrenamiento de fuerza explosiva (3-8
semanas).

2ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: mejora de la fuerza máxima


por efecto neural y mejora de la fuerza explosiva (3-5 semanas).

3ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: mantenimiento de la fuerza


máxima y mejora de la fuerza explosiva (3-5 semanas).

4ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: óptima manifestación de la


fuerza y mantenimiento de la fuerza máxima y explosiva (duración va-
riable).

5ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: fase de transición (1-6 sema-


nas).

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Este modelo, de un deporte de exigencia preferente en fuerza explosiva y


máxima potencia, puede extrapolarse a deportes que precisen resistencia a la
fuerza introduciendo este objetivo en todas las fases.

Platonov en 1976 (divulgado en Occidente en 1988) desarrolla el principio


de planificación según un modelo sistémico (Platonov, 1988), con notable éxito
para el equipo de natación de la URSS, dirigido por Vaitsekovseky. Su propues-
ta se basa en el principio de que la carga anual deberá ser definida en función del
objetivo de la temporada y del tiempo de recuperación necesario entre la aplica-
ción de sesiones con los mismos objetivos funcionales. Se trata de un modelo que
hoy en día mantiene una considerable actualidad (Navarro, 1999).

En 1979 Peter Tschiene divulga un modelo de periodización donde se de-


fiende un elevado volumen de la carga específica introduciendo entre cada ciclo
de preparación un periodo de recuperación, evitando así la aparición de un estado
de fatiga exagerado (Navarro, 1999).

En los últimos años han surgido opiniones contrarias al sistema de perio-


dización del entrenamiento propuesto por Matveyev que la han llegado a consi-
derar incluso, a nuestro juicio de forma poco objetiva, como un factor que "impi-
de el progreso del conocimiento científico en el deporte" (Verchoshansky, 1998).

Otro aspecto que incide en el progreso del entrenamiento deportivo con-


temporáneo, no como elemento directo que repercute en la mejora del conoci-
miento sino como difusor del espectáculo deportivo, son los medios de comuni-
cación de la época y la difusión que hacen de los grandes eventos y de los cam-
peones. Entre los años 60 y 70 hay un gran desarrollo de la televisión como
medio dominante; con el crecimiento de la audiencia aumenta también la impor-
tancia socio-política del resultado de las competiciones, y lo que hace que los
gobiernos se preocupen de la preparación de sus deportistas (Pociello, 1999).

El despegue del entrenamiento deportivo como disciplina autónoma de ca-


rácter científico camina de la mano del desarrollo de la fisiología del deporte y
del ejercicio. La investigación constante iluminaba el camino en torno a los
procesos “ocultos” que sucedían tras un estímulo de entrenamiento (Wilmore y
Costill, 1999) abriendo la “caja negra” que resultaba del desconocimiento acerca
de los procesos internos que se producían en el deportista para adaptarse. El
deportista era un sistema indeterminado y el conocimiento de estos procesos
hacían que fuera uno determinado. En un sistema indeterminado no se controlan
todos los procesos y transformaciones del sistema, mientras que un sistema
determinado es aquel en el que se conoce como se originan los procesos y las
transformaciones del sistema. En este caso las investigaciones en torno a la
fisiología del ejercicio y del deporte daba respuesta a cómo se producían las
adaptaciones agudas a corto, medio y largo plazo frente a los estímulos de entre-
namiento.

- 32 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

El laboratorio de fatiga de Havard, desde 1927, ha sido, como afirman


Wilmore y Costill (1999), el que más impacto ha tenido en el campo de la fisio-
logía del ejercicio, centrándose en los requerimientos que deben poseer los
corredores de resistencia, y realizando también estudios estudios que mostraban
la influencia del ambiente sobre el rendimiento. El uso de tecnologías para de-
terminar el consumo de oxígeno como el saco Douglas y otros dispositivos hacen
que sea uno de los laboratorios con más impacto hasta 1947, año de su clausura.
Otro de las líneas en fisiología del ejercicio que han contribuido al desarrollo del
ejercicio son los estudios en torno a la nutrición y al metabolismo de grasas y
carbohidratos, y el uso de biopsias para un mejor conocimiento de la fibra mus-
cular en el ámbito escandinavo (Legido, 1998; Wilmore y Costill, 1999).

El fisiólogo y premio Nobel Archivald Vivian Hill (1927) aportó su con-


tribución a este tipo de estudio y fue un verdadero pionero por lo que a la bio-
energética del ejercicio muscular se refiere (Legido, 1998; Billat, 2002).

A partir de 1960, la utilización de tecnologías como dispositivos telemé-


tricos, analizadores electrónicos de medición de gases, entre otros, supone un
notable avance en la mejora del rendimiento deportivo y, por ende, en la transmi-
sión de estos conocimientos al entrenamiento deportivo. Los estudios en torno al
umbral anaeróbico (y aeróbico) constituyen otra línea de investigación respecto
al desarrollo de la fisiología del ejercicio que continua hasta la época actual
(Legido, 1998), desarrollando todos los fenómenos conocidos en relación a este
problema. Autores como Wassermann en los años 60, que define por vez primera
el término umbral anaeróbico, o Kindermann, que propone varios umbrales,
aeróbico, aeróbico-anaeróbico y anaeróbico, como investigador de los años 80, se
dedican a este tema (Legido, 1998).

Gran parte del interés de los fisiólogos del ejercicio se ha centrado en la


capacidad de prestación enfocada hacia la resistencia. Verkhoshansky y Siff
(2000) señalan que: “… la investigación científica en torno a la capacidad
condicional de la fuerza no se desarrolló hasta el siglo XX, e incluso en la actua-
lidad la investigación sobre el entrenamiento cardiovascular atrae considera-
blemente más la atención de los científicos”. Quizás han sido los físicos los que
más se han sentido atraídos por el desarrollo de la fuerza, mediante la generación
de dispositivos que miden el rendimiento en el salto vertical, como el ruso Aba-
lakov, o en la resistencia al avance en natación medidas con dinamómetro por
Karpovich. Aunque en el ámbito del entrenamiento de la fuerza destacaN los
trabajos de los grupos de P. Komi, K. Hakkinen de Finlandia del Departamento
de Biología Muscular de la Universidad de Jyväskylä desde los años 70, o C.
Bosco durante su estancia en esta universidad.

Sin embargo, en la actualidad no todo está definido. Quedan muchas lí-


neas de investigación por continuar. Surgen propuestas como modelos
mátemáticos basados en ecuaciones que determinan el potencial biologico de
desgaste y orientación de las cargas, o modelos de predicción basados en

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

sistemas complejos, que todavía se encuentran muy alejados de la realidad


práctica que dé respuestas concretas al entrenamiento deportivo.

- 34 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

2. EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO:
CONCEPTO.

2.1. INTRODUCCIÓN

Hablar del entrenamiento deportivo como concepto supone indagar en la


amplia bibliografía que muestra las diferentes concepciones del término. Zhhel-
yakov (2001) afirma que el concepto entrenamiento tiene un sentido amplio y no
sólo aplicable al deporte. Es un término polisémico proveniente del inglés “trai-
ning” que significa formación, adiestramiento (Diccionario Collins, Grijalbo,
Barcelona, 1991, 15 edición)…y que dentro del campo deportivo es mucho más
concreto y aplicativo.

Los conceptos actuales sobre el entrenamiento intentan abarcar, desde una


perspectiva global e integradora, tanto los procesos de índole biológica como
todas las intervenciones de tipo sociocultural que afectan al rendimiento del
deportista (Hohmann et al, 2005), por lo que el entrenamiento deportivo no se
reduce simplemente a una interacción del deportista con los ejercicios físicos,
sino que amplía su significado a procesos de institucionalización que se dan en el
deporte de competición desde una perspectiva contextual (McPherson, 1981,
citado por Campos, 1995), en la que el deporte de competición se estudia como
un sistema de interacción y relación social permanente y que induce a considerar
determinados aspectos ambientales del entorno sociodeportivo en el que se
desarrollan las prestaciones de los deportistas.

García Manso (1999) aporta hasta 15 conceptos diferentes acerca del en-
trenamiento. Lo importante no es decantarse por una u otra definición, sino
extraer aquellas características más interesantes para conformar una concepción
acerca del entrenamiento deportivo.

Para estructurar todas las definiciones presentadas en este apartado, se di-


vidiran según las tendencias establecidas en el marco de la teoría del entrena-
miento deportivo que son la pedagógica, la teórico-pedagógica y la científico-
aplicada (Verkhoshansky, 2002).

2.2. CONCEPTOS DE ENTRENAMIENTO.

2.2.1. Conceptos provenientes de las teorías pedagógicas.

La esencia de esta teoría radica en que es desarrollada por los pedagogos de-
portivos a partir de conclusiones lógicas extraídas de su experiencia en la prácti-
ca deportiva. Para Verkhoshansky (2002:13): “…este enfoque se vale de reco-
mendaciones para entrenadores del tipo: ¿Qué hay que hacer en los entrenamien-

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

tos?, ¿Cómo hay que hacerlo?, ¿y cuándo?” Las bases de este enfoque las aportó
el teórico soviético de la Educación Física L. Matveyev.

Los pedagogos del entrenamiento aportan los siguientes conceptos:

1. Matveyev (1993:11) lo define como fenómeno pedagógico; es el proceso


especializado de la Educación Física orientado directamente al logro de elevados
resultados deportivos.

2. Zhhelyakov (2001) habla de un proceso de formación, educación y perfec-


ción de las posibilidades funcionales del individuo para alcanzar altos resultados
deportivos en un determinado tipo de actividad motriz.

3. Campos y Cervera (2001:14) señalan al entrenamiento deportivo como la


forma fundamental de preparación del deportista basado en ejercicios sistemáti-
cos, y que, en esencia, constituye un proceso organizado pedagógicamente con el
objeto de dirigir la preparación del deportista.

4. Harre (1987:11) lo entiende como cualquier instrucción organizada cuyo


objetivo es aumentar rápidamente la capacidad de rendimiento físico, psicológi-
co, intelectual o técnico-motor del hombre, en el ámbito del deporte, cuando
hablamos del entrenamiento en el sentido de preparar a los deportistas para
alcanzar niveles altos y muy altos de rendimiento deportivo. Particularmente, el
entrenamiento deportivo es la preparación física, técnica, técnico-táctica, intelec-
tual, psicológica y moral de un deportista por medio de los ejercicios físicos.

5. Platonov (1995:10) lo define como el conjunto de tareas que aseguran una


buena salud, una educación, un desarrollo físico armonioso, un dominio técnico y
táctico y un alto nivel de desarrollo de las cualidades específicas.

6. Martin y Vittori (1997a; 1997b; 1997c) lo considera un proceso psicope-


dagógico complejo donde se vincula de una forma planificada volumen e intensi-
dad a través de una serie de ejercicios, con el objetivo último de elevar el rendi-
miento físico, técnico, táctico y psicológico del practicante en la competición.

7. Delgado (1997:143) señala que es un proceso de desarrollo conscientemen-


te dirigido, de las capacidades motrices que aseguran el logro de resultados
físico-deportivos fijados previamente.

2.2.2. Conceptos provenientes de la tendencia técnico-pedagógica.

Esta tendencia trata de aclarar los problemas de preparación y formación de


deportistas mediante el uso de hechos experimentales aislados e información
científica divulgativa procedente de la fisiología del deporte. En ella se mezclan
elementos vinculados a la primera con las aportaciones científicas de la fisiología
del deporte.

- 36 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Los conceptos de la tendencia técnico-pedagógica del entrenamiento son:

8. Bompa (1994) define el entrenamiento como una actividad atlética siste-


mática de larga duración que es graduada individual y progresivamente. Las
funciones fisiológicas y psicológicas son modeladas en relación a la demanda de
tareas.

9. González Badillo (1991:90) señala que es un proceso continuo de trabajo


que busca el desarrollo de las cualidades físicas y psíquicas del sujeto para alcan-
zar el máximo rendimiento deportivo.

10. Martin, Carl y Lehnertz (2001:17) lo establecen como un proceso com-


plejo de actividades, dirigido al desarrollo planificado de ciertos estados de
rendimiento deportivo y a su exhibición en situaciones de verificación deportiva,
especialmente en la actividad competitiva.

11. Álvarez del Villar (1992:626) lo entiende como el curso sistemático y


regularmente repetido de una serie de ejercicios o actividades realizadas con el
fin de mejorar y adaptar las funciones naturales del organismo humano sano a un
rendimiento previamente fijado.

12. Weineck (1994: 11) lo define como un proceso en el que por medio del
ejercicio físico se tiende a alcanzar un nivel más o menos elevado según los
objetivos propuestos.

13. Howley and Franks (1986) hablan del entrenamiento como un acondi-
cionamiento físico a través de cargas de trabajo repetidas.

14. Dick (1989) lo estableció como los medios básicos para adaptarse a los
estresores o estímulos individuales a través del ejercicio controlado.

2.2.3. Conceptos provenientes de la tendencia científico-aplicada.

Esta tendencia se centra en el estudio de los factores, mecanismos y con-


diciones que inciden en el desarrollo de la maestría en todas las manifestaciones
de su aspecto competitivo. En esta vertiente lo más importante radica en la
esencia científica del proceso del entrenamiento, el descubrimiento de las leyes
que rigen el desarrollo del perfeccionamiento y la formulación a partir de éstas
de principios que muestren el camino para incorporar dichas leyes a la práctica
deportiva.

15. Zintl (1991:9) entiende el entrenamiento como el proceso planificado


que pretende o bien significa un cambio (optimización, estabilización, reducción)
del complejo capacidad de rendimiento deportivo (condición física, técnica de
movimiento, táctica, aspectos psicológicos).

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

16. Hohmann, Lames y Letzeier (2005:18) lo establecen como la reali-


zación planificada y sistemática de las medidas necesarias (contenidos y métodos
de entrenamiento) para la obtención, con efectos persistentes y duraderos, de
objetivos (objetivos de entrenamiento) en y a través del deporte.

17. Manno (1992:19) indica que resulta muy difícil hacer una aproxima-
ción sintética al concepto de entrenamiento, a causa de la complejidad y diversi-
dad de intenciones. Se pueden encontrar varias pero parciales. En el plano bioló-
gico, el entrenamiento tiene por objetivo provocar modificaciones de orden
morfofuncional, electrofisiológico, bioquímico, etc. En el plano psicológico estas
modificaciones se referirían a la motivación, procesos cognitivos y todo lo que
tiene que ver con la imagen de si mismo. Visto de forma general, es el modo de
desarrollar las capacidades motrices y otras en cada disciplina deportiva.

18. Petit Robert (1993, citado por Billat, 2002) lo define como: “la pre-
paración de un animal, de una persona o de un equipo a cualquier rendimiento
mediante ejercicios apropiados”.

19. Verkhoshanski (1990:11) lo señala como “actividad motora específi-


ca, sistemática, dirigida a la formación y a la educación completa del atleta en
este campo: adquisición de múltiples y variados conocimientos especiales de
habilidad motora y capacidad deportiva; aumento de la capacidad condicional de
rendimiento del organismo; y control de la técnica deportiva y de la forma de
comportarse en competición (táctica)”.

20. García Manso (1999:29) lo establece como el proceso metodológi-


camente estructurado por el técnico deportivo, que consiste en la aplicación de
cargas de trabajo que provocan en el deportista la ruptura de su estado de equili-
brio mediante una fatiga controlada, la cual tras una adecuada recuperación
permite una vuelta a la situación de normalidad que con el tiempo se transforma
en adaptaciones que conducen a una mejora en el rendimiento.

Como se puede comprobar, cada concepto y cada tendencia enfatiza un de-


terminado aspecto del entrenamiento, complementa algún aspecto de éste, y en
la mayoría de los casos presenta una serie de palabras clave que se van repitiendo
en cada una de las definiciones. Se podrían resumir estas definiciones en elemen-
tos clave que nos darían una idea aproximada del concepto de entrenamiento
deportivo:

1. Es un proceso
2. Planificado
3. Sistemático y científico.
4. Por medio del ejercicio físico.
5. Conduce al rendimiento deportivo.

- 38 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Es en este sentido se puede entender el proceso de entrenamiento como un


sistema, siendo este proceso planificado, lo que implica una toma de deci-
siones por parte del entrenador para anticiparse a lo que va a suceder en el
futuro. Por otro lado, se comprueba que en la mayoría de los casos el
entrenamiento utiliza para su desarrollo el método científico estableciendo
relaciones de causa (variable independiente) y efecto (variable dependien-
te) entre datos empíricos, y generalizable, ya que a través de una muestra
determinada se puede extrapolar los datos al universo de la población. Es
sistemático, identificando y siguiendo un procedimiento de actuación, en
el cual se utiliza el ejercicio físico, entendido como la carga externa de
trabajo, que conduce a la performance deportiva.

2.3. LOS OBJETIVOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO.

De forma general, el entrenamiento deportivo tiene como propósito influir


sobre el estado del rendimiento deportivo, dirigiéndolo hacia un objetivo. Los
objetivos lideran las intenciones que se pretende llevar a cabo y se conforman
como una meta a alcanzar.

Cuando el entrenamiento es entendido como un proceso psicopedagógico,


tal y como establece Matveyev (1983), el fin del entrenamiento consiste en: “…
desarrollar a través de las más altas marcas las aptitudes espirituales y físicas
del deportista para utilizar esta actividad, como factor de formación armónica
de la personalidad y de educación en interés de la sociedad…”

Para Bompa, (1999:4) los objetivos del entrenamiento deben abarcar aspec-
tos tanto fisiológicos como psicológicos. Así, el objetivo fisiológico es el de
mejorar el funcionamiento de los órganos y sistemas corporales y optimizar el
rendimiento deportivo. En relación al aspecto psicológico, este objetivo queda
vinculado al control de la ansiedad competitiva, a la motivación para alcanzar el
rendimiento deportivo, etc. Bompa (1999:5) desglosa los objetivos del entrena-
miento en:

x Desarrollo físico multilateral. Como desarrollo de las capacidades fí-


sicas de base del individuo.
x Desarrollo físico específico del deporte. Mejorar la fuerza, velocidad y
resistencia específica requerida para el deporte
x Factores técnicos. Desarrollo de las habilidades específicas (técnicas)
requeridas para el deporte basadas en una economía de esfuerzo, a la
mayor velocidad posible y bajo cualquier circunstancia.
x Factores tácticos. Desarrollando las habilidades estratégicas del indi-
viduo, y las colectivas, estudiando la táctica de los oponentes para op-
timizarla.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

x Aspectos Psicológicos. La preparación en este aspecto es también muy


importante mejorando la ansiedad competitiva, la personalidad, la per-
severancia,...etc.
x Capacidad de cohesión de equipo. En los deportes de equipo, el traba-
jo del entrenador debe encauzarse además hacia el establecimiento de
una cohesión del grupo en todos los factores, no solo estratégicos o
técnicos, sino también debe existir un adecuado clima de equipo, esta-
bleciendo un sentimiento de pertenencia a éste y tratando de alcanzar
todos los mismos objetivos y metas.
x Factores de salud. Asegurar la salud del individuo por encima de su
rendimiento. La salud del deportista de élite es algo importante, ya que
sin ella su rendimiento puede disminuir considerablemente. En este
sentido se establece constantemente una pugna entre los factores de
rendimiento y salud. Por un lado, el tipo de esfuerzo al que tienen que
someterse supone en general un riesgo constante de lesión. Por otra
parte, al moverse el entrenamiento en los límites de la capacidad
humana se puede producir una pérdida de la salud por exceso de fatiga
y sobreentrenamiento.
x Prevención de lesiones. Se trata durante las sesiones de entrenamiento
de tomar precauciones en cuanto a ejercicios, materiales, etc. Mediante
el trabajo de flexibilidad y de fuerza se puede adaptar la musculatura
de tal forma que cualquier movimiento no habitual o natural pueda rea-
lizarlo sin provocar lesiones en el individuo.
x Conocimiento teórico. El entrenamiento debe incrementar el conoci-
miento del deportista en cuanto a lo que éste realiza y sus efectos pos-
teriores, sirviendo de base para plantear conjuntamente entre el entre-
nador y el deportista qué objetivos realistas pueden desarrollarse en la
temporada.

Manno (1992: 20) establece que existen unos objetivos de entrenamiento


vinculados al vencimiento de éstos y, por lo tanto, se dividen en largo y corto
plazo. Junto a esta temporalización, los objetivos orientados al entrenamiento
deportivo tienen un orden de prelación, pero teniendo en cuenta que siempre
existen interconexiones entre ellos. Bajo estas premisas, los objetivos propuestos
por Manno (1992) son:

x Educar las cualidades volitivas.


x Reforzar la salud, consolidar un desarrollo corporal correcto como me-
dio de prevención de lesiones.
x Desarrollar las capacidades motrices fundamentales (capacidades con-
dicionales y coordinativas).
x Perfeccionar las habilidades motrices que intervienen en la técnica de-
portiva.

- 40 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

x Desarrollar la técnica y la táctica deportivas.


x Adquirir los conocimientos teórico-prácticos que le permitan evaluar
su propio nivel de entrenamiento.
x Capacitar al deportista para realizar durante la competición, todo lo
adquirido en el entrenamiento.

Weineck, (1994) señala que para la mejora de la capacidad de rendimiento


deportivo, deben desarrollarse los siguientes tipos de objetivos:

x Objetivos psicomotores: Comprenden el desarrollo de las capacidades


condicionales y coordinativas, así como técnicas.
x Objetivos cognitivos: incluyen el desarrollo de los conocimientos de
orden táctico, así como conocimientos generales básicos que pueden
optimizar la eficacia del entrenamiento.
x Objetivos psicológicos: referidos al desarrollo de las capacidades voli-
tivas, autodominio, etc.

Para Martin, Carl y Lehnertz (2001) los objetivos son:

x Influir de modo sistemático sobre los estados de rendimiento deportivo


visibles en el individuo.
x Exhibir rendimientos deportivos y/o conseguir mayores éxitos indivi-
duales, en particular en la competición deportiva.

Parece pertinente, por tanto, señalar que el objetivo principal es garantizar


por parte del entrenador, las máximas prestaciones en el deportista, o dicho de
otro modo, alcanzar el máximo rendimiento que ese deportista puede lograr de
cara a los objetivos planteados en una temporada.

Desglosado este objetivo, prioritario en el ámbito del rendimiento deportivo,


se podría llegar a objetivos más contextualizados en un segundo lugar, que
conducirían a este primero como son:

1. Contribuir al desarrollo de las máximas prestaciones físicas, técnicas, tác-


ticas y estratégicas del deportista.
2. Garantizar un aprendizaje deportivo basado en su nivel inicial, individual
o grupal, del deportista o deportistas, contribuyendo a su progresión ba-
sándose en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
3. Conocer las necesidades del deportista en cuanto a factores ajenos al pro-
ceso de entrenamiento y tener en cuenta éstos a la hora de planificar su en-
trenamiento.
4. Establecer relaciones directas entrenador –grupo deportivo para que la
comunicación sea directa y conozca todos los problemas que puedan sur-
gir en este ámbito.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Nuestro/s objetivo/s de entrenamiento, tienen como finalidad alcanzar un de-


terminado estado de rendimiento2, y detrás de dicho estado se encuentran una
serie de procesos en los elementos, que relacionados entre sí, forman un sistema,
un sistema de rendimiento.

2.4. EL ENTRENAMIENTO COMO MODELO SISTÉMICO.

Existe un gran interés en la aplicación de la Teoría de sistemas para el


análisis de las respuestas al entrenamiento deportivo (Busso y Thomas 2006).
Este interés se inició a partir de los trabajos de Banister et al. (1985,1986) y su
modelo posteriormente ha sido ampliado y modificado por otros autores. Para
Platonov (2001:9) “La teoría general del entrenamiento se desarrolla bajo la
influencia de una serie de disciplinas y teorías de índole general, una de éstas es
la cibernética, definida como la ciencia sobre la dirección, relación y procesa-
miento de la información”. La teoría de los sistemas ha tenido una gran influen-
cia sobre el entrenamiento deportivo. Los sistemas subyacen y forman parte del
entrenamiento deportivo, sustituyendo, como afirman Martin et al (2001), al
concepto de estructura del rendimiento deportivo. Esto no debe llevar a confu-
sión entre sistema de organización deportiva de un estado y sistema de entrena-
miento. El primero se define como una serie de ideas, teorías o especulaciones
organizadas o metodológicamente ordenadas que abarcarían la experiencia
acumulada en el ámbito deportivo así como los descubrimientos científicos
aglutinado en un todo. El sistema se entiende como una estructura de organiza-
ción deportiva de un país de acuerdo a un gobierno determinado, clubs deporti-
vos etc…, Es el denominado sistema deportivo de un país. Por otra parte, existe
el sistema de entrenamiento que depende directamente del sistema deportivo
propuesto por el entrenador, debido a que se encuentra inmerso en las condicio-
nes contextuales y sociales de un modelo deportivo determinado por un estado.
Este modelo sistémico propuesto por Bompa (1994) depende de una serie de
factores, pero este autor no los establece como un modelo cibernético sistémico,
sino que forma una estructura subordinada de factores a modo de árbol que
refleja, de forma descriptiva, los diferentes elementos que intervienen y que no se
considera necesario desarrollar.

Para Dorsch (1970, citado por Martin, Carl y Lehnertz, 2001), un sistema
es un conglomerado de varios procesos individuales, que interactúan unos con
otros de acuerdo a unas leyes determinadas, siendo dinámicamente dependientes.

Torrents (2002) define la teoría general de sistemas como un complejo de


elementos interactuantes y pretende establecer principios generales para todos los
sistemas, independientemente de su naturaleza física, biológica o sociológica. La
comprensión de la realidad será a partir de su totalidad, y los niveles de depen-

2 Resulta del nivel actual (que se tenga en cada momento) de los componentes personales de rendimiento
(factores influyentes), cuyo grado de incidencia se muestra en el resultado de una tarea.

- 42 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

dencia entre los elementos variarán en función del tipo de sistema al que se haga
referencia, resaltando así la importancia del todo y de las redes de relaciones.

García Manso, Navarro y Ruiz (1996:22) y García Manso (1999:31) lo re-


cogen como un conjunto de elementos interconectados que está organizado de
forma coherente en torno a un mismo objetivo. Así, las partes que lo conforman
tienen un nivel de dependencia que variará en función del tipo de sistema al que
se haga referencia.

Un sistema es una entidad caracterizada por un input, al menos, y un out-


put relacionado con el input a través de una función matemática (Busso y Tho-
mas, 2006). El output corresponde a la respuesta del sistema a un estímulo repre-
sentado por el input. La función muestra la conducta del sistema usando los
parámetros determinantes del rendimiento deportivo en un deporte específico. La
figura 2.1A refleja, por una parte, la representación esquemática del sistema de
manera general acorde a las características establecidas por Busso y Thomas,
(2006). Por otra parte, la figura 2.1B representa la aplicación sistémica al entre-
namiento deportivo de tal forma que el input lo manifiesta la dosis de entrena-
miento realizada, el sistema lo muestra el deportista y el output está reflejado por
el rendimiento del sujeto. Este modelo es muy simplista en su formulación ya
que la acumulación de cargas de entrenamiento, produce una variación en el tipo
de fatiga que se provoca, y en la posterior adaptación del organismo a un nivel de
rendimiento que se espera sea superior. Por otra parte, obvia otros factores ajenos
al propio entrenamiento y que inciden en el rendimiento como la preparación
psicológica, biológica, táctica, etc.

Sistema
Input Output
Variable y su
relación matemática

A
Sistema

B Modificación en el rendimiento

Figura 2.1. Representación esquemática del modelo sistémico aplicado al


entrenamiento deportivo.
De este modo, el sistema entrenamiento deportivo contempla al individuo
como un todo, ya que éste sólo realiza sus funciones vitales de esta forma, opo-
niéndose así a la concepción reduccionista de entender al sujeto sólo desde su
vertiente biológica. Sin embargo, el desarrollo que permitirá la obtención de las
máximas prestaciones deportivas se realiza a partir del conocimiento científico

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

positivista, cuyo abordaje se realiza desde una perspectiva analítica de cada uno
de los elementos que forman ese todo mediante el conocimiento científico del
deportista. No obstante, la teoría de sistemas intenta analizar un proceso dinámi-
co como las respuestas al entrenamiento deportivo mediante un modelo matemá-
tico (Busso y Thomas, 2006).

Los sistemas tienen una serie de características que se describen a conti-


nuación en relación al entrenamiento deportivo (Padial, 1997):

x La aplicación de los sistemas de preparación deportiva tiene en cuenta el


concepto de sinergia, como una acción conjunta de dos o más variables hacia
un fin común, de donde se establece que sólo cuando los componentes del en-
trenamiento son unificados y direccionados en un todo único se alcanzan los
resultados esperados.
x Los sistemas están constituidos por componentes denominados variables.
Estas pueden ser esenciales (importantes desde el punto de vista de la tarea) y
no esenciales (no tienen la misma importancia desde el punto de vista de la
tarea). El estado de un sistema dependerá de la magnitud de las variables
esenciales. El concepto de estado de sistema, está determinado por la magni-
tud de sus variables esenciales, que aplicadas al ámbito del entrenamiento de-
portivo se pueden definir como capacidad potencial de entrenamiento y capa-
cidad de rendimiento deportivo (Weineck, 1994).
x Ningún sistema puede funcionar sin enlaces inversos que den cuenta del
grado de cumplimiento de los objetivos programados. Toda desviación entre
lo programado y el valor real del sistema se denomina descoordinación, y por
medio del control del entrenamiento se puede verificar dichas descoordina-
ciones.

2.4.1. El modelo sistémico de Banister et al. (1986).

Este modelo parte de la premisa de definir el entrenamiento como un pro-


ceso complejo. Los enfoques del entrenamiento, cada vez más sofisticados, se
han ido incrementando e individualizando en cada deporte. El modelo sistémico
propuesto consiste inicialmente en la interacción de varios procesos vinculados,
como la preparación física, técnica, táctica y entrenamiento psicológico, todo ello
integrando los estilos de vida del deportista. Todos estos factores contribuyen
finalmente a la optimización del rendimiento deportivo (Banister et al, 1986). El
modelo se contempla en la figura 2.2.

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FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Actividades externas no determinadas

Habilidades
motrices

Alcohol
Drogas
Tabaco
Dieta
Capacidades ™ Integrador Rendimiento
Entrenamiento
Físicas Deportivo

Psicología
Rutina
diaria
™ Fatiga

Bannister et al, 1986 Factores emocionales

Figura 2.2. Modelo global de rendimiento de Banister et al (1986:8).

Estos procesos oscilan desde aquellos que pueden ser manipulados por el
entrenamiento, a aquellos que provienen de las actividades de vida diaria y que
no pueden ser modificados ya que son considerados como intangibles.

El feedback tanto positivo como negativo de los mecanismos implicados


queda integrado en un todo cuyo efecto (output) es el rendimiento deportivo, por
lo que el principal cometido del entrenador se centra en cómo medir todas las
variables que forman parte del sistema.

La base de la construcción del deportista, según este modelo, es la condi-


ción física, sobre la que se basan los demás elementos de carácter mental, opti-
mización de la técnica, preparación táctica; por tanto, la dimensión fisiológica del
deportista tiene un papel preponderante en relación a los demás elementos en este
modelo.

Pese a que Banister et al (1986) argumentan la conveniencia de una eva-


luación y control constante de los parámetros intervinientes, debido a que la
conducción del proceso debe estar regulada por la continua información del
estado deportivo del sujeto, en su modelo cibernético no existe ese mecanismo
regulador. Quizás sea la única crítica que se puede establecer a este modelo.

2.4.2. El modelo cibernético de Manfred Grosser (1992).

Este modelo se sustenta sobre dos principios fundamentales a la hora de


desarrollar una planificación del entrenamiento, tomando como caso particular el
entrenamiento de la velocidad (Grosser, 1992),los fundamentos del entrenamien-

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

to como ciencia y, apoyado en las teorías de la cibernética, como proceso de


planificación y regulación en circuito con el objetivo de alcanzar la máxima
capacidad de rendimiento individual.

Este modelo busca el máximo nivel de adaptación, a través de un proceso


a largo plazo que suele llegar tras 6-12 años de entrenamiento (Grosser, 1992).

En primer lugar, se establecen una serie de pasos que hay que repetir y que
se justifican en base a la planificación y metodología del entrenamiento, y se
orientan a través de la práctica de lo planificado de acuerdo con una metodología
y a la utilización del método científico.

Grosser (1992) describe cada uno de los pasos de esta planificación y re-
gulación del entrenamiento tal y como quedan plasmados en la figura 2.3.

El proceso comienza como pre-requisito mediante el análisis del rendi-


miento deportivo. Se estudian:

x Las condiciones biomecánicas, fisiológicas y funcional-anatómicas de los


movimientos y cargas, y
x El perfil de exigencias de condición física, cognoscitivas, psíquicas, an-
tropométricas, sociales y materiales.

Análisis del deporte (análisis de movimiento y carga)


FASE 1
Diagnóstico del nivel actual de rendimiento

Determinación de objetivos y normas


FASE 2
Programación de entrenamiento y competición

Capacidades Modificaciones
Capacidades Métodos de Principios,
de Leyes de Condiciones de la
de Entrenamiento Medidas
condición Realización Adaptación y Básicas, Programación
FASE 3 condición
Técnica
Estrategias
aprendizaje
De
situaciones
física competitivas De entrenamiento
Táctica
Entrenamiento
Y competición Información
Sincrónica,
rápida
Factores perturbadores

FASE 4 Análisis,
Nivel competitivo Controles en Comparación con
Y5
Entrenamiento Normas,
Rendimiento competitivo Y competición autodesarrollo

Figura 2.3: Modelo Cibernético de Grosser de planificación y desarrollo del alto


rendimiento deportivo (1992: 160).

El paso 1 consistiría en el estudio del nivel de rendimiento o de entrenamiento


(diagnóstico inicial) a través de test. El paso 2 fija los objetivos de rendimiento a
corto o largo plazo, pudiéndose concretar determinadas normas con el fin de dar

- 46 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

una orientación. A su vez se establece una adecuación planificada entre fases de


entrenamiento y el calendario de competiciones. El paso 3 de este modelo impli-
ca la ejecución de las sesiones de entrenamiento, en otras palabras, la puesta en
práctica de lo planificado. El siguiente paso lleva consigo los controles que deben
aplicarse, si es posible, en cada sesión de entrenamiento, a través de observación,
medición, test. El paso 5, el último del modelo, significa el análisis comparativo
de los datos de control con el fin de poder dar correcciones inmediatas en el
transcurso del entrenamiento y/o competición. El modelo regulador propuesto
por Grosser (1992) implica que los pasos 1 y 3 representan el proceso de planifi-
cación y el 4 y 5 representan el proceso regulador.

2.4.3. El entrenamiento deportivo como problema de dirección (Verkhos-


hansky, 1990; Siff y Verkhoshansky, 2000).

Quizás éste sea uno de los modelos más completos por su minuciosidad a
la hora de describir pormenorizadamente cada uno de los elementos que compo-
nen y definen un sistema, así como de su estrecha relación con el proceso de
entrenamiento que, como se ha definido anteriormente, es uno de los elementos
clave que definen el concepto de entrenamiento deportivo.

Para comprender el modelo hay que fijar una serie de premisas estableci-
das en la obra de Verkhoshansky traducida al castellano en 1990, y que sirve de
base para otros modelos como el anterior de Padial (1997) o el de Garcia Manso
et al (1996).

La esencia del modelo de Verkhoshansky está en entender el entrenamien-


to como un problema de dirección, entendiendo por éste (1990:20): “…como la
modificación del estado del sujeto controlado (regulado) (un sistema, un proce-
so) realizado según cierto criterio de eficacia de su funcionamiento y desarro-
llo.”

Así, para construir correctamente el concepto de dirección del entrena-


miento son necesarias una serie de premisas iniciales relacionadas con el sistema
como son:

1. Representar la estructura del objeto que debe ser controlado.


2. Tener presente las leyes que regulan el paso de un estado a otro.

La representación gráfica del modelo se muestra en la figura 2.4:

- 47 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

INTERACCIONES INCREMENTO DEL


EXTERNAS DEL RENDIMIENTO
ATLETA DEPORTIVO
ÍNDICE DEL
MODELO

CONDICIÓN EFECTO ENTRENANTE


DEL DEPORTISTA DE LA CARGA EVALUACIÓN DE
LOS EFECTOS

CARGA DE POTENCIAL ENTRENANTE


ENTRENAMIENTO DE LA CARGA

PROGRAMA DE OBJETIVOS DE LAS


ENTRENAMIENTO TAREAS.

Figura 2.4. Esquema lógico organizativo del proceso de entrenamiento.


(Verkhoshansky, 1990: 20).

El proceso de entrenamiento se organiza en torno a unas tareas que pre-


tenden alcanzar un objetivo determinado, y para lograrlo se requiere una progra-
mación del entrenamiento. El objetivo del que se habla es el “resultado deporti-
vo”, definido como el producto de un conjunto bien ordenado de interacciones
externas del atleta (Verkhoshansky, 1990:20).

Así pues, para alcanzar lo que este autor denomina la maestría deportiva
(o capacidad de rendimiento deportivo), la dirección del entrenamiento deportivo
se debe regular en torno al conjunto de las interacciones externas al atleta,
propias de la actividad de competición en el deporte considerado. Este sería el
primero de los tres objetos de control o de dirección del sistema de entrenamiento
deportivo.

El conjunto de las interacciones externas se puede organizar de modo más


eficaz cuanto mayor es el potencial motor del atleta. Este potencial determina el
nivel de calidad morfo-funcional del mismo. Así el segundo objeto de regulación
sería la condición del deportista.

Tanto las interacciones como la condición del deportista son sistematiza-


das y reguladas en la dirección necesaria a través de una actividad motora siste-
mática específica, o carga de entrenamiento, que es considerada el tercer objeto
regulador del entrenamiento. De modo que estos tres objetos, según el autor,
constituyen un todo complejo organizado jerárquicamente, que en el proceso de
entrenamiento se busca modificar para el cumplimiento de los objetivos. Este
proceso posee un carácter cíclico que se repite durante las veces que sean necesa-
rias para obtener el rendimiento deportivo deseado.

- 48 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

La entrada del sistema es el programa de entrenamiento, que incluyen toda


una serie de factores de índole físico, psicológico, social, etc.

En torno al entrenamiento (véase figura 2.4) como proceso las característi-


cas más importantes de éste son:

1. La función de enlace entre el objeto global es a través del potencial del en-
trenamiento y del efecto de la carga
2. La relación entre el input y el output del sistema es muy complejo, y esta
relación se encuentra determinada a través de dos circuitos reguladores
(véase figura 2.5):
a. Carga de entrenamiento - potencial de entrenamiento de la carga -
condición del atleta.
b. Condición del atleta - efecto de entrenamiento de la carga - interac-
ciones externas del atleta.
3. La necesidad de control surge cuando hay que tomar una decisión respecto
a qué actividad es la más adecuada para el deportista.

Unos años más tarde, en el libro “Supertraining” o Superentrenamiento en


la edición castellana, junto con Mel Siff, Verkhoshansky propone un modelo más
avanzado que el anteriormente explicado. Para Siff y Verkhoshansky (2000) el
entrenamiento deportivo es un sistema dirigido con una serie de componentes
secuenciados lógicamente para una organización eficaz del entrenamiento depor-
tivo, tal y como muestra la figura 2.6. Los elementos son similares al modelo
inicial pero desarrollado cada uno de ellos minuciosamente para dar respuesta a
las nuevas demandas del entrenamiento.

Condición física Objetivos


Objetivosdel
Condición físicanecesaria
necesaria del
entrenamiento
para
paraun
undeporte
deportedado
dado entrenamiento

Programaci
ón del
Programación del
entrenamiento
entrenamiento

Características
Característicasdel
del
Modelo
Modelode
deentrenamiento
entrenamiento

Carga
Cargade
de Potencial entrenante Condicióó
CondicinnFísica
Física
entrenamiento
entrenamiento sobre la carga del
deldeportista
deportista

Efecto entrenante
Competición Pruebas de de la carga
deportiva laboratorio

Valoraci
ónóndel
Valoraci del Cambio
Cambioen
enelel Interacciones
Interaccionesexternas
externas
efecto
efecto rendimiento
rendimiento alaldeportista
deportista

Figura 2.5. Programa lógico para la organización del entrenamiento deportivo.


(Verkhoshansky y Siff, 2000).

- 49 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

El entrenamiento se organiza de acuerdo a unas tareas específicas que se


traducen en una mejora palpable de los resultados deportivos, hasta el punto de
que el grado de mejora en el rendimiento se erige en el criterio para valorar la
eficacia del entrenamiento, y este rendimiento deportivo es debido, según Ver-
khoshansky y Siff, (2000), a la organización de aquellos movimientos del depor-
tista que hacen un uso eficaz del potencial motor y de la fuerza en la ejecución
de tareas motoras específicas.

Por lo tanto la dirección del entrenamiento se orientará a la identificación


de los componentes del rendimiento deportivo que son:

1. El complejo de influencia externas con el que el deportista se encuentra en


la competición. En el entrenamiento multianual los deportistas se entrenan
para aumentar su potencial motor y su capacidad de trabajo específica.
2. El estado físico del deportista (cualidades funcionales y estructurales que
determinan su potencial).
3. La carga de entrenamiento que regula la dirección del entrenamiento.

Cada componente representa un complejo organizado jerárquicamente que


sufre cambios encaminados a un objetivo durante el entrenamiento deportivo.
La organización establecida en la figura 2,6 es la siguiente:

1. La interacción entre los componentes del sistema se determina mediante el


potencial entrenante (potencial para favorecer la adaptación del cuerpo así
como los cambios correspondientes a la condición física) y el efecto en-
trenante de la carga (adaptación relativamente estable del cuerpo mediante
el empleo de cualquier programa de entrenamiento lógico).
2. La conexión entre los puntos inicial y final del entrenamiento es muy
compleja y está determinada por la interconexión de dos subsistemas:
a. Subsistema carga de entrenamiento - potencial entrenante sobre la
carga - estado físico del deportista.
b. Efecto entrenante de la carga - estado físico del deportista - interac-
ciones externas del deportista.
3. La necesidad de una dirección eficaz aparece cuando surge un problema
para seleccionar un régimen de entrenamiento, por lo que el éxito depende
del método escogido para dar una solución óptima.

Este modelo se complementa de forma eficaz desarrollando paralelamente


el proceso de organización del entrenamiento, estableciendo una serie de princi-
pios y reglas que den sentido a los pasos que secuencian el procedimiento del
entrenamiento y de los elementos conformadores de éste. Como afirman Siff y
Verkhoshansky, (2000: 412): “…la formulación de teorías y métodos prácticos
para la programación de entrenamientos solo es posible mediante el conoci-
miento del proceso que lleva a adquirir la maestría deportiva…”

- 50 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Dicho proceso, que se puede contemplar en la figura 2,6, implica el estu-


dio pormenorizado de una serie de elementos, entre los que destacan: la adapta-
ción al trabajo muscular intenso, así como las características cuantitativas del
proceso de adaptación relevantes en la programación del entrenamiento (la
adaptación se fundamentará más adelante), la especialización estructural y fun-
cional como una manifestación, y la estructura de la preparación física especial
(Siff y Verkhoshansky, 2000: 412).

EL
ELPROCESO
PROCESODEL
DEL
ENTRENAMIENTO
ENTRENAMIENTO

ORGANIZACIÓN
ORGANIZACIÓN DIRECCIÓN
DIRECCIÓN
PROGRAMACIÓN
PROGRAMACIÓN
1. Características de la
adaptación. 1. Aspectos concretos e interde-
dependencia entre el entrena- 1. Métodos para valorar la
2. Características de la miento y las actividades depor- condición física del deportista.
especialización tivas.
estructural. 2. Métodos para calcular y
2. Clasificación de las cargas de Analizar las cargas de entrena-
3. Características de la física del entrenamiento según el énfasis y Miento.
deportista y de la carga del el potencial entrenante.
entrenamiento. 3. Modelos de la dinámica de la
3.Duración óptima e interdepen- Condición física.
4. Características de la maestría dencia de las cargas de distintos
deportiva. Énfasis.

Principios de la Formas
Formasde deestructurar
estructurar Formas
Formasde decontrolar
controlar
Principios de la elelentrenamiento
estructuración
estructuracióndel
del entrenamientoyysus
sus yycorregir
corregirelelcurso
curso
entrenamiento modelos principales del entrenamiento
entrenamiento modelos principales del entrenamiento

Teoría
Teoríageneral
generalde
delalaelaboración
elaboración
del
delentrenamiento
entrenamiento
Principios
Principiosde
delala
Conceptos
Conceptosde
deentrenamientos individualización
en
entrenamientos individualizacióndel
del
endeportes
deportescíclicos
cíclicos entrenamiento
entrenamiento

Figura 2.6. Estructuración del entrenamiento deportivo (Verkhoshansky,


1990:25; Siff y Verkhoshansky, 2000: 409).

2.4.3.1. Adaptación al trabajo muscular intenso.

La importancia de la adaptación lleva consigo un proceso de asimilación


de cargas de entrenamiento. Aunque los conceptos de carga y adaptación son
desarrollados más adelante, inicialmente, para la comprensión de este apartado,
se puede definir la adaptación como “…el mantenimiento dinámico de un nivel
de desequilibrio entre el cuerpo y el medio ambiente en un movimiento dado,
razón fundamental para el origen y desarrollo de la reconstrucción acomodati-
va…” (Verkhoshansky y Siff, 2000:414).

- 51 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

El núcleo principal de este parámetro de la programación es el desarrollo


de la adaptación a largo plazo durante varios años, que requiere de una serie de
consideraciones:

1. El nivel medio y absoluto de la preparación especial de fuerza aumenta


anualmente.
2. El nivel inicial de fuerza-velocidad en cada ciclo anual es inferior al nivel
alcanzado al final del año anterior, aunque superior al de su comienzo.
3. La mejora de la fuerza velocidad año a año es superior entre los deportis-
tas de capacidad media que entre los deportistas de élite.
4. Existe una tendencia en la dinámica de la preparación de fuerza especial,
que se encuentra determinada por el modelo de periodización tradicional y
por el calendario de competición.

2.4.3.2. Especialización funcional y estructural en el entrenamiento.

Los elementos específicos de adaptación se encuentran determinados por


el régimen de trabajo deportivo que sigue el deportista que supone un incremento
gradual pero constante de la carga de trabajo que lleva asociado un aumento de la
prestación deportiva. Para Verkhoshansky y Siff (2000) toda especialización se
consigue mediante la comparación de la destreza deportiva actual del deportista
con el modelo ideal de rendimiento en cada deporte. Así, la especialización
funcional y estructural trata de provocar una adaptación estable a través de un
acondicionamiento específico. Para alcanzar el rendimiento deportivo es una
condición indispensable la especialización fisiológica y motriz.

La especialización fisiológica implicará en los deportes cíclicos que el de-


sarrollo se orientará hacia los procesos ergogénicos que se requieren para su
deporte y la hipertrofia funcional de la musculatura en cada caso concreto.

La especialización motriz se refiere al control motor adecuado del gesto


técnico requerido para la optimización del rendimiento en un deporte determina-
do. Para profundizar en el desarrollo y optimización de la técnica deportiva
existen textos que lo tratan desde la perspectiva biomecánica (Enoka, 2002;
McGinnins, 2005, Champman, 2008) y desde el control motor (Schmidt y Wis-
berg, 2008; Schmidt y Lee, 2005).

2.4.3.3. Estructura de la preparación física especial.

La especialización funcional lleva asociada una adaptación específica en


los sistemas cardiovascular, respiratorio y neuromuscular, así como en la eficacia
de los mecanismos del sistema nervioso central que regula sus actividades. Por
tanto, la dirección del entrenamiento tiene que llevar consigo los efectos secuen-

- 52 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

ciales y concurrentes del entrenamiento, ya que se parte de la premisa que la


especificidad surge de un conjunto de cualidades físicas inespecíficas.

La preparación física especial depende del desarrollo de las cualidades fí-


sicas necesarias con los mismos músculos y mecanismos neuromusculares que se
ejercitan en un deporte, por lo que debe basarse en un conocimiento a fondo de
los diferentes tipos de especificidad en un deporte dado.

2.4.4. El modelo sistémico de García Manso, Navarro y Ruiz (1996) y García


Manso (1999).

Este modelo, apoyado también en la teoría de los sistemas, parte de los


mecanismos que, de forma secuencial se van produciendo durante el proceso de
entrenamiento deportivo y forman un orden que desde el punto de vista metodo-
lógico, sigue dicho proceso como muestra la figura 2.7.

Así para García Manso (1999:43): “…el entrenamiento consiste en el pro-


ceso de aplicar al deportista, por parte de un entrenador, un proceso de inter-
vención conformado por estímulos conocidos, los cuales producen en el orga-
nismo una alteración controlada de diversos microsistemas y conseguir diferen-
tes niveles de adaptación que se ajustan a previsiones iniciales, los cuales con-
ducen a la mejora del rendimiento en una modalidad deportiva concreta”.

Entrenador Cargas de Deportista Fatiga Adaptación Mejora del


entrenamiento (Organismo) rendimiento

Recuperación

Sobreentrenamiento

Pérdida
Desadaptación
rendimiento

Figura 2.7. Modelo de sistema aplicado a la Teoría y práctica del entrenamiento


deportivo. García Manso, Navarro y Ruiz (1996) y modificado por García
Manso (1999).

- 53 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

El modelo trata de explicar las interacciones existentes entre los diferentes


mecanismos que intervienen en el entrenamiento deportivo (García Manso,
Navarro y Ruiz, 1996; García Manso, 1999).

Así, se entiende como la carga de entrenamiento se convierte en el meca-


nismo que producirá, o no, adaptaciones en el organismo, y esas adaptaciones
conducirán a una mejora en el rendimiento deportivo. Sin embargo, si las cargas
no producen adaptación el organismo puede verse abocado a la perdida de ren-
dimiento debido al insuficiente entrenamiento o sobreentrenamiento, e incluso
puede llegar a la lesión.

El elemento clave de este modelo se explica a través de los planos o nive-


les de adaptación que se logran como resultado de las cargas de entrenamiento
(García Manso, 1999).

La retroalimentación constituye uno de los elementos más importantes, ya


que permite conocer los efectos de las cargas de entrenamiento.

2.4.5. El modelo sistémico de Martin, Carl y Lehnertz (2001).

El modelo se representa en la figura 2.8, parte de la sustitución del concepto


estructura por sistema de entrenamiento. El concepto estructura es mucho más
restringido y describe una serie de componentes que lo engloban como:

1. periodización,
2. organización cíclica,
3. armonización de contenidos,
4. dinámica de la carga,
5. modificaciones temporales de los contenidos del proceso de entrenamien-
to.

Se puede comprobar como el concepto estructura se refiere a la organiza-


ción formal de determinados aspectos mientras que el concepto sistema de
entrenamiento “…describe una acumulación de procesos individuales que
actúan retroactivamente unos sobre otros, obteniendo con ello un efecto
común…” (Martin, Carl y Lehnertz, 2001:281).

- 54 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Magnitudes de
Condiciones distorsión
Marginales

Estado del Rendimiento del


Objetivos Planificación del Realización del entrenamiento entrenamiento
directores del entrenamiento entrenamiento
Entrenamiento Exhibición del Competición /

parciales
Objetivos

ganización
Disposición/or

Contenidos

Métodos
rendimiento ensayo/
observación.

Análisis / Controles de la Control del Análisis del


evaluación Realización del Estado de Rendimiento y
entrenamiento entrenamiento del éxito

Figura 2.8. Modelo de sistémico de Martin, Carl y Lehnertz (2001).

En este sentido, la estructuración de los objetivos que se persiguen sólo es


alcanzable cuando se produce una planificación y organización del entrenamiento
que sigue unas pautas y requiere de unas condiciones enfocadas hacia una evolu-
ción del rendimiento. Por lo tanto, el punto de partida del sistema queda consti-
tuido por las condiciones, objetivos y planificación.

Mediante la planificación del entrenamiento se designa de forma muy ge-


neral la anticipación mental al programa de entrenamiento, lo que supone una
toma de decisiones previa por parte del entrenador respecto al establecimiento de
objetivos parciales, a la organización, los contenidos y los métodos de entrena-
miento, y todo ello apunta a la mejora del rendimiento deportivo. La tabla 2.1
alude a las categorías decisionales más importante en torno a la planificación del
entrenamiento (Martin, Carl y Lehnertz, 2001:37).

- 55 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Tabla 2.1. Categorías y variables decisionales de la planificación y realización


del entrenamiento.
Objetivos
Estructuración Organización Contenidos Métodos
parciales

Éxitos/ Estructuración
Realización del entre- Formas de Esquemas de
rendimientos en varios años.
namiento ejercicio entrenamiento.
deportivos. - Instalaciones.
Ciclos del año - Grupos. Competiciones Realización del
Estados del de entrenamien- - Entrenador/ de control y entrenamiento
rendimiento to. preparador. entrenamiento en sentido
deportivo. - Material. estricto.
Microciclos. Temas cogniti-
Componentes Herramientas auxiliares vos para la Transcurso
individuales Unidades de de la ejecución y transmisión de organizativo
del estado de entrenamiento. control. conocimientos. del entrena-
rendimiento. - Planes. miento.
Competiciones - Diagnóstico del Medidas que
deportivas. rendimiento. acompañan al Formas de
- Documentación entrenamiento actuación del
del entrena- (fisioterapia, entrenador.
miento. nutrición y
- Observación de otras) Evaluación del
la competición. rendimiento.
- Evaluación del
entrenamiento y
la competición.
ORGANIZACIÓN DEL
Búsqueda y selección de ENTRENAMIENTO
talentos.

La planificación debe tener en cuenta las condiciones sociales y materiales


en la que entrenan los deportistas, así como los objetivos extradeportivos que
afectan al mundo académico y/o laboral del mismo (Youth Sports Trust, 2001).

La planificación debe referirse a la puesta en práctica o realización del


entrenamiento sobre el deportista, entendiéndose la misma como el conjunto de
medidas puestas en práctica por los deportistas, con el apoyo del entrenador (y el
preparador físico), para alcanzar los objetivos del entrenamiento previamente
establecidos.

La puesta en práctica lleva consigo, a su vez, una serie de factores que tie-
nen que ver con el estado de rendimiento del deportista, tanto en entrenamiento
como en competición, que es analizado mediante el control de éste.

Este modelo posee un cierto paralelismo en cuanto a su organización con


las formas de programación y planificación de los modelos de enseñanza, siendo
muy similar al modelo de Goodwin y Klausteimer (1975).

- 56 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

2.4.6. El modelo sistémico–cibernético de Hohmann et al (2005).

Este modelo, mucho más simplificado y generalista en relación a los ante-


riores, parte del supuesto de que el rendimiento deportivo se debe controlar de
forma exacta por medio de una manipulación dosificada de la carga de entrena-
miento.

El punto de partida de este modelo lo constituye la planificación del entre-


namiento, basado en dos aspectos claramente diferenciados; por una parte, cono-
cimientos basados en experiencias subjetivas del entrenador y, por otra parte, el
conocimiento científico existente de entrenamiento deportivo hasta hoy. Planifi-
car supone adoptar una serie de decisiones en torno al futuro que se desea respec-
to a diversas cuestiones referidas al entrenamiento deportivo, vinculados a los
objetivos que se pretenden y en consonancia con aquellos contenidos del entre-
namiento que se van a utilizar para la optimización del rendimiento del deportista
y cómo se van a distribuir en el tiempo para que el deportista pueda asimilarlos
con mucha más facilidad. En este sentido se deben poner en juego mecanismos
de transmisión de los conocimientos que permitan hacer llegar a ese deportista
las ideas que se pretenden y los ejercicios para que el proceso de optimización
del rendimiento sea un éxito. Así para Hohmann et al. (2005:195): “…los objeti-
vos de entrenamiento según el concepto cibernético, se entienden como válidos
cuando los rendimientos de ajuste conseguidos suceden por medio de interven-
ciones del entrenamiento, es decir cuando se puede comprobar el efecto previsto
por la acción del entrenamiento”.

El circuito regulador del entrenamiento lleva a la ejecución sistemática de


la planificación del entrenamiento, es decir, a la puesta en práctica de aquello que
ha sido planificado. Esta intervención hacia y sobre el atleta parte de la premisa
de que el deportista no está en condiciones, por sus propios medios, ya sean
físicos, técnicos, o tácticos, de conseguir por sí solo el rendimiento esperado en
los objetivos y, por ello, recurre a un proceso sistemáticamente planificado por el
entrenador. La ejecución de ciertos ejercicios competitivos requiere una compleja
planificación por parte del entrenador y un proceso de ajuste y regulación del
entrenamiento de tal forma que el entrenador sea un facilitador de los aprendiza-
jes y del complejo proceso que requiere el deportista para llegar a alcanzar los
objetivos determinados.

El siguiente paso, que es el encargado de cerrar el sistema, lo constituye el


control del entrenamiento, entendido como un proceso de comprobación de
posibles desvíos en la planificación debido a las intervenciones del entrenamien-
to y a su efectividad, para así modificar las decisiones previas en cuanto a la
planificación y ejecución del entrenamiento y adecuarlas a los objetivos y con-
texto en el que nos encontramos en ese momento en relación al rendimiento
deportivo.

- 57 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

En este sentido, los metodólogos del entrenamiento deportivo establecen


el control del entrenamiento basado en la obtención de datos de carácter cuanti-
tativo, que aportan una información detallada acerca del nivel del deportista en
unos tests realizados en una determinada fase de su preparación (Campos y
Cervera, 2001), tal como muestra las fotos 1 y 2. En ellas se está evaluando una
serie de parámetros a una nadadora tras un ciclo de entrenamiento, y con ello
comprobamos la efectividad de dicho ciclo de entrenamiento.

Fotos 1 y 2. Control de la potencia máxima de brazada utilizando el Biometer en


nadadoras durante el programa EVANAT.

Estos datos a nivel cuantitativo no son más que las conductas motoras es-
peradas que el deportista debe alcanzar dentro del contexto ergogénico que se
plantea en la estructuración de una programación deportiva en el ámbito de los
deportes con predominio de la condición física, que es a la que se refieren los
autores antes citados.
El objetivo de la cuantificación basado en el control de las cargas de en-
trenamiento permite conocer dichos valores y, por ello, constituye un elemento
de control decisivo en el entrenamiento para orientar, reorganizar o ajustar las
cargas de trabajo. Campos y Cervera (2001) afirman que el control debe servir
además para recoger una serie de datos acerca de lo que el deportista ha realizado
durante su temporada, de lo que ha trabajado en cada uno de los contenidos de su
plan de entrenamiento e incluso del número de competiciones realizadas, enten-
diendo éstas como una carga más de carácter específico. Notables metodólogos
en este campo como Navarro (2000) o Verkhoshanski (1990), proponen que el
control se realice con la periodicidad adecuada para optimizar su uso, de manera
sencilla, sin alterar el proceso de entrenamiento (para más información acerca de
estas cuestiones remitirse a las obras referenciadas).

El control de la programación debe ser de carácter global, de modo que se


efectúe un registro de datos en relación al trabajo realizado, a la percepción por

- 58 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

parte del deportista de dicho trabajo, a los medios que se han utilizado para la
optimización de la competencia motriz a nivel cognitivo, motriz y actitudinal, al
número de sesiones, a la adecuación de éstas a la planificación, a la adecuación
de objetivos, etc.
Planificación del
Planificación del
Entrenamiento.
Entrenamiento.
Valor
Valorteórico.
teórico.

Valoración del entrenamiento


Valoración del entrenamiento
Comparación
Comparaciónentre
entreelelvalor
valorreal
realyyeleltete
órico
órico
Lo
Loque
quehay
hayyyloloque
quedebe
debehacer
hacer

Ejecución Control
Controldel
Ejecucióndel
del del
Entrenamiento Entrenamiento
Entrenamiento
Entrenamiento
Elemento Captador de
Elementodedeajuste
ajuste Captador de
medición
medición

Capacidad
Capacidadde
derendimiento.
rendimiento.
Magnitud
Magnitudde
delas
lasreglas
reglas

Figura 2.9. Modelo sistémico –cibernético de Hohmann et al. (2005).

2.4.7. El modelo actualizado de Tschiene (2000, 2001).

Peter Tschiene, (2001) considera que hasta ahora no ha existido una teoría
del entrenamiento de carácter integral y coherente que verdaderamente pueda
considerarse como explicación sistémica.

Todo ello, pese a que inicialmente manifiesta que el enfoque sistémico es


una ayuda para comprender la expresión de la prestación deportiva en sus aspec-
to teórico, metodológico y práctico, ya que siempre “el todo es mayor que la
suma de sus partes” como afirmaba Aristóteles.

Sus críticas se basan en que la adopción de algunos de los modelos revisa-


dos siguen planteamientos obsoletos basados en las incipientes obras de la teoría
del entrenamiento de los años 50 y 60, remozadas para la ocasión o planteamien-
tos incompletos que no dan una visión actual del entrenamiento.

En la mayoría de autores que hemos revisado no hemos descubierto mode-


los sistémicos que tengan en cuenta la función principal que conlleva la competi-
ción, es más, en buena parte se le da una importancia capital a la propia periodi-
zación sin tener en cuenta este factor.

Para Tschiene (2000) la competición es importante debido a:

- 59 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

x El vertiginoso incremento de las competiciones para el atleta, derivadas


fundamentalmente del paradigma comercial, que en otros tiempos obede-
cían a cuestiones político-sociales. La competición debe cuantificarse de
tal manera que su número permita que el atleta pueda tolerar dicho estrés.
Tiene que permitir un proceso de recuperación adecuado, que mejore la
prestación deportiva, por lo que debe actuar de forma sinérgica a la adap-
tación.
x La adaptación que es necesaria para alcanzar el rendimiento deportivo,
debido a la importancia que tiene como medida del entrenamiento y como
condición trascendente previa a la competición.

Las críticas hacia los modelos sistémicos van orientadas, sobre todo, a la
ausencia de la competición como un elemento que forma parte de éste, y que a su
vez da información sobre el estado del sistema (feedback), reforzándolo. La poca
importancia de la competición en los modelos, unido al incremento en el número
de competiciones, son las justificaciones aportadas para desestimar como válidos
algunos de los modelos sistémicos planteados.

La metodología del entrenamiento debe ser sometida a revisión ya que la


subdivisión de los ejercicios en condicionales y técnicos es absolutamente biso-
ña, ya que si el modelo es integrador debe promover un enfoque holístico del
entrenamiento y no compartimentalizado.

COMPETICIÓN
ESTRUCTURA DE LA ACTIVIDAD COMPETITIVA
ón del
Grado especifico de eficacia del

carga/recuperació
necesario de carga/recuperaci ón
determinació
ón/ determinaci

deportista durante el tiempo


ón controlada del

Derivació
Derivación de la
competició
competición y del
contenido del
Entrenamiento.
Entrenamiento.
Diferenciació
Diferenciaci

Adaptació
Adaptaci

ENTRENAMIENTO Y RECUPERACIÓN
ESTRUCTURA DE LA CAPACIDAD DE
PRESTACIÓN

Figura 2.10. Control de la adaptación en un sistema dinámico orientado al


incremento de la prestación deportiva. (Tschiene, 2000).

Son dos los elementos que sustentan el modelo planteado por Peter
Tschiene; por un lado, la prioridad en el aspecto biológico concretado en la

- 60 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

adaptación del deportista y, por otro, la importancia ya resaltada de la competi-


ción como el elemento por el cual se busca la adaptación y el incremento de la
prestación deportiva.

La preparación inmediata a la competición es considerada dentro de la es-


tructura de entrenamiento como la creación de la forma máxima que se muestra
en la competición principal y que es establecida inmediatamente a ésta. Es el
elemento más importante del proceso del entrenamiento dentro del componente
sistémico de éste (Tschiene 2002). Se considera dentro del modelo de Tschiene
como una etapa organizativa previa, con unos contenidos que trabajan fundamen-
talmente sesiones especificas orientadas hacia la competición, aunque no aporta
datos más objetivos en torno a cómo debe cuantificarse ese tipo de contenido,
cómo debe ser la recuperación, ni las estructuras organizativas que lo soportan.
Simplemente afirma que tiene que permitir la adaptación adecuada del deportista
a la capacidad óptima de competición.

2.5. HACIA UNA UNIFICACIÓN Y SÍNTESIS DE LOS ELEMENTOS


MÁS RELEVANTES EN EL SISTEMA DE ENTRENAMIENTO.

La relevancia de los sistemas aplicados al entrenamiento deportivo, anali-


zados hasta el momento, refleja una serie de características definitorias que
pueden ser sintetizadas en:

1. El sistema de entrenamiento deportivo contempla al individuo como un


todo, ya que el individuo sólo realiza sus funciones de esta forma. Aunque
habitualmente ha sido más encauzado a las capacidades condicionales no
pueden ser obviadas la preparación técnica, táctica, psicológica, etc. Así,
en la práctica profesional actúan de forma conjunta, y en el caso más es-
pecífico de la competición todas van unidas.
2. El entrenamiento deportivo es un proceso continuo, abierto y en constante
revisión y transformación, por lo que tiene que estar continuamente re-
ajustándose (control del entrenamiento), lo que permite tener una visión
dinámica y no estática de este proceso.
3. Cada autor establece una serie de variables a manipular a las que dan una
importancia diferente, aunque hay conceptos que son básicos para definir
el sistema de entrenamiento deportivo como dirección de entrenamiento,
estado de rendimiento, control de entrenamiento, capacidad potencial de
rendimiento, adaptación, realización de entrenamiento, etc.
4. El estado de un sistema dependerá de la capacidad potencial de entrena-
miento y de la capacidad de rendimiento deportivo del sistema deportista.
5. Los objetivos del entrenamiento se plantean como el elemento director del
proceso.
6. La planificación del entrenamiento se entiende desde perspectivas diferen-
tes, bien como el sistema en sí (Grosser, 1992), como una parte del siste-

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

ma (Martin, Carl y Lehnertz, 2001; Hohmann et al., 2005) o como un pro-


ceso biológico (García Manso, Navarro y Ruiz, 1996; García Manso,
1999; Verkhoshansky y Siff, 2000).
7. Una adecuada planificación y realización de las cargas que incidirán sobre
el deportista, llevará consigo una correcta adaptación y, por lo tanto, un
incremento en la mejora del rendimiento. Por ello el triángulo carga-
recuperación-adaptación se convierte en los elementos claves de análisis
en el entrenamiento deportivo que por su importancia pasamos a desarro-
llar en los próximos capítulos.
8. El proceso de entrenamiento se ha sobrevalorado. Hay que tener en cuenta
otros factores en el marco del sistema, fundamentalmente las competicio-
nes, que han alcanzado una gran importancia por su volumen, y sus exi-
gencias socioculturales.

2.6. MODELO DE RENDIMIENTO Y MODELO DE ENTRENAMIENTO.

El análisis del concepto de entrenamiento, de sus objetivos, y de los dife-


rentes sistemas que configuran el proceso de entrenamiento, constituye un sopor-
te conceptual básico a la hora de explicar el ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Para qué? y el
¿Por qué? del entrenamiento deportivo. Todos estos conceptos sirven de funda-
mento para la identificación de las variables esenciales y no esenciales que
provocan la mejora del rendimiento y su posterior aplicación al diseño de un
programa de entrenamiento. De esta identificación y posterior aplicación surgen
los conceptos modelo de rendimiento y modelo de entrenamiento descritos
por Navarro, (2008) a partir de la propuesta inicial del concepto de Schnabel,
Harre y Borde, (1998). Ambos conceptos muestran una relación íntima entre sí,
ya que son dependientes el uno del otro, y establecen una relación subordinada
imprescindible.

Por otra parte, en el plano más práctico y metodológico constituyen el pi-


lar sobre el que se asientan el resto de elementos que el entrenador debe diseñar
para lograr una adecuada respuesta a las preguntas antes establecidas.

2.6.1. Modelo de rendimiento.

El modelo de rendimiento tiene como finalidad señalar las condiciones,


componentes y factores que influyen en el rendimiento deportivo, y que son
decisivos para la consecución del máximo rendimiento. Cada uno de estos aspec-
tos exige un análisis pormenorizado que permita identificar el papel y la relevan-
cia, así como un orden prelatorio de la importancia de las variables esenciales
que los integran y que van a contribuir a que posteriormente se pueda diseñar el
modelo de entrenamiento de la especialidad deportiva.

- 62 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Las condiciones de rendimiento constituyen los elementos logísticos,


humanos y materiales que van a dar lugar al rendimiento, como las instalaciones,
equipamiento, adversarios, etc.

Los componentes son los elementos que influyen en el rendimiento y que


resultan ajenos a la propia prestación deportiva como el arbitro, los espectadores,
el clima, etc., o las propias condiciones de la ejecución deportiva (dificultad de
ejercicios, composición coreografía).

Los factores quedan configurados por los elementos claves que constitu-
yen el rendimiento deportivo y son propios del deportista. Constituyen el elemen-
to formal hacia donde se dirige el entrenamiento deportivo. Se dividen en consti-
tucionales, condicionales, técnico-coordinativos y tácticos.

De este modelo surge el denominado sistema de prestación que distribuye


y articula jerárquicamente los elementos definidos en el modelo de rendimiento
siguiendo estos tres criterios:

x Jerarquización: Clasifica los elementos de la prestación atribuyéndolos a


diversos niveles explicativos.
x Orden interno: Determina los elementos del sistema de la prestación en
sentido horizontal.
x Definición de prioridad: Establece el nivel de importancia de cada uno.

Un ejemplo de modelo de rendimiento es el que se muestra en la figura


2.11:

MODELO GENERAL DE RENDIMIENTO DEPORTIVO

CONDICIONES INSTALACIONES, EQUIPAMIENTO, ADVERSARIOS…

FACTORES ÍNDICES
INFLUYENTES CARACTERÍSTICOS DE LA
EXTERNOS PRESENTACIÓN

COMPONENTES Jueces, árbitros, Contenidos


espectadores

Técnico- Constitucional
coordinativos

FACTORES Condicional

Táctico Psico-Sociales
Navarro, 2008
Figura 2.11. Modelo general de rendimiento deportivo.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

2.6.2. Modelo de entrenamiento.

Del sistema de prestación establecido, se diseña el modelo de entrenamiento,


es decir, la organización y selección de aquellos contenidos de entrenamiento que
son básicos y relevantes para alcanzar el máximo rendimiento en un deportista.
Este modelo de entrenamiento se subdivide en tres niveles: básico, específico y
competitivo. El nivel básico lo constituyen contenidos de entrenamiento cuyo
objetivo es crear los fundamentos de la preparación deportiva de la especialidad
determinada cuyo objeto es garantizar una base suficiente que permita afrontar
con mayores garantías el desarrollo de los contenidos de entrenamiento del nivel
específico. De esta forma se pretende, por una parte, facilitar una mejor transfe-
rencia a los contenidos específicos y, por otra, crear las bases de un buen estado
de salud del deportista que le permita estar en mejor disposición para los reque-
rimientos de carga que encontrará en el siguiente nivel. El nivel específico de
entrenamiento lo conforman los contenidos de entrenamiento que están más
cercanos al nivel competitivo y que están integrados por los contenidos de entre-
namiento de las capacidades de rendimiento más relevantes de la especialidad,
factores principales de rendimiento. El nivel competitivo se corresponde con los
contenidos de entrenamiento encargados del modelado de la prestación deportiva
y del tappering para alcanzar el estado más adecuado de forma posible de cara a
la competición. Un ejemplo de modelo de rendimiento es el que se muestra en la
figura 2.12:

MODELO DE
ENTRENAMIENTO

BÁSICOS ESPECÍFICOS COMPETITIVOS

RESISTENCIA RESISTENCIA RESISTENCIA

FUERZA FUERZA FUERZA

VELOCIDAD VELOCIDAD VELOCIDAD

FLEXIBILIDAD FLEXIBILIDAD FLEXIBILIDAD

TÉCNICO TÉCNICO TÉCNICO


TÁCTICO TÁCTICO TÁCTICO

Figura 2.12. Modelo general de entrenamiento deportivo.

- 64 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

3. LA CARGA DE ENTRENAMIENTO.

La carga de trabajo se entiende, desde un punto de vista general, como la


estimulación que recibe el organismo por parte del entorno. Toda interacción del
individuo con el ambiente supone una carga de trabajo (el estudio, las actividades
domésticas, el trabajo, la actividad deportiva desempeñada, etc.) que exige una
respuesta por parte del organismo.

Desde el punto de vista deportivo, la carga de entrenamiento se refiere a


las estimulaciones que provienen de la actividad propiamente vinculada al entre-
namiento y a las competiciones, o a situaciones extremas que son provocadas por
el propio entrenador que complementen el entrenamiento, como puede ser el
entrenamiento realizado en altura.

La carga de trabajo tiene una importancia capital en el desarrollo de la


programación del entrenamiento, ya que determinará el efecto entrenable que
tiene sobre el organismo y los cambios que se producen a nivel celular (Viru y
Viru, 2001). La mayoría de los autores más relevantes de la antigua Unión Sovié-
tica establecen que los conocimientos biológicos en relación a los cambios que
provoca la carga son la base para una Teoría del Entrenamiento (Platonov, 2000).
Así, para mejorar la capacidad funcional y la marca de un deportista hay que
someterle a unos estímulos estresantes de entrenamiento progresivamente cre-
ciente (Gorostiaga, 2000). Este aumento en la tolerancia de la carga de entrena-
miento determinará las adaptaciones que van a producirse en el organismo, y el
subsiguiente incremento del potencial motor del individuo frente a la competi-
ción deportiva. Un ejercicio físico con una orientación específica solicitará una
respuesta especializada en un individuo concreto, en un momento temporal
exacto (Edington and Edgerton, 1976). Todos estos parámetros deben ser contro-
lados, en la medida de lo posible, por el entrenador durante la realización del
entrenamiento.

De este modo, la carga de entrenamiento se antoja como uno de los ele-


mentos que debe ser sometido a un estudio más minucioso, en el que ya existen
límites (y razonablemente fundamentados). Los volúmenes y las intensidades que
se han ido utilizando hasta ahora han ido creciendo hasta niveles insospechados y
casi intolerables desde el punto de vista humano, por lo que parece complicado
que puedan seguir aumentando las cargas de entrenamiento (Verkhoshansky,
1999; Gorostiaga, 2000). Por esta razón, actualmente se están buscando otros
caminos para incrementar el rendimiento deportivo, siendo el estudio científico
de las cargas de entrenamiento uno de ellos.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

3.1. CONCEPTO DE CARGA DE ENTRENAMIENTO.

La concepción de la carga de entrenamiento puede entenderse desde dos


puntos de vista, desde dos sistemas de pensamiento dominante que han abordado
el entrenamiento deportivo y que, históricamente, fueron muestra de dos modelos
de sociedad completamente antagónicos: que son el modelo del este y el modelo
del oeste.

Así, se comprueba la atención dada a esta cuestión entre los científicos del
bloque del Este (Viru y Viru, 2001; Zintl, 1991; Harre, 1987; Platonov, 1994,
1995, 2001; Verkhoshansky, 1990; Siff y Verkhoshanski, 2000; Zhelyazkov,
2001; Matveiev, 1993, 2001, Bompa, 1999) y desde posiciones del bloque del
Oeste (Pearson et al., 2000; Baechle, Earle y Wathen, 2000; Haff, 2004; Smith,
2003; Busso, Carasso y Lacour, 1991; Vollmer, 1997).

Algunos intentos de definición del concepto se nos antojan incompletos ya


que se asocian exclusivamente a la magnitud de la que consta la carga. Por
ejemplo, Baechle, Earle y Wathen (2000) hablan de la carga de entrenamiento
(en el ámbito del entrenamiento de la fuerza) como la cantidad de resistencia
asignada a una serie en un ejercicio, resaltando que es uno de los aspectos más
críticos del entrenamiento de la fuerza. En este caso la carga se asemeja al con-
cepto de intensidad del ejercicio. Por su parte Haff (2004), en un artículo en el
que aglutinó las opiniones de prestigiosos metodólogos del entrenamiento de
fuerza como William J. Kraemer, Harold O`Bryant o Michael Stone, define
también la carga desde el punto de vista de la intensidad del ejercicio. Pearson et
al. (2004) hablan de la carga como la cantidad medible de fuerza. Finalizamos las
definiciones de carga con la realizada por Kraemer (2005) que lo asocia al con-
cepto de intensidad en cuanto a resistencia que debe ser movilizada por un indi-
viduo.

Otros autores plantean definiciones de carga de entrenamiento más gene-


rales, aunque no tan consensuadas. Smith (2003) habla del concepto de carga de
entrenamiento como la combinación de tres elementos: intensidad, duración y
frecuencia. La intensidad la define como el componente cualitativo del entrena-
miento; es una función que relaciona las actividades realizadas por unidad de
tiempo. La frecuencia se refiere al número de sesiones de entrenamiento en un
tiempo dado. La duración del entrenamiento se corresponde con el componente
cuantitativo referido al tiempo o la cantidad de ejercicio en una sesión de entre-
namiento. (Bompa, 1999).

Nigg et al. (1984) entienden la carga como las fuerzas externas que actúan
sobre un individuo.

Bompa (1999) habla de la carga de entrenamiento como de la totalidad y


calidad del trabajo que un atleta alcanza en el entrenamiento.

- 66 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Otros autores de países europeos occidentales definen la carga como una


serie de estímulos impuestos al ser humano durante el entrenamiento deportivo y
que representan la entrada al sistema (Busso, Carasso y Lacour, 1991).

Vollmer (1997) indica que las cargas han de ser consideradas como un
proceso pedagógico de estimulación, orientado hacia un objetivo y basado en el
ritmo de desarrollo de la capacidad de rendimiento (el estado de forma).

Platonov (1994) establece una definición muy generalista que parte de la


relación del concepto de estrés de Hans Seyle de 1936. Dicho concepto establece
que “…un estado de tensión general muy fuerte provocado por el organismo
bajo la acción de un excitante muy fuerte, produce una activación de la hipófisis
que aumenta la secreción de la hormona adrencorticotropa, la cual estimula la
actividad del cortex de las suprarrenales. Las hormonas de la corteza suprarre-
nal estimulan mecanismos de adaptación gracias a los cuales el organismo logra
adaptarse a la acción del excitante…” (Platonov, 1994:17). Esta definición
abarca, cargas físicas extremas (frío, calor), enfermedades o cargas de entrena-
miento deportivo, cuya importancia y análisis se reflejan en ésta y otras obras del
mismo autor (Platonov, 1995, 2001).

Harre (1987) conceptualiza la carga como las exigencias y condiciones


que el deportista tiene que vencer. La carga de entrenamiento tiene unos objeti-
vos particulares, y su contenido y su estructura de exigencias determinan sustan-
cialmente el ritmo y la dirección del desarrollo del nivel de rendimiento.

Viru y Viru (2001) definen la carga como la suma de las influencias de los
ejercicios realizados durante la sesión y depende de la intensidad del ejercicio y
de los intervalos de descanso entre éstos.

Martin, Carl y Lehnert (2001) la describen como el conjunto de formas de


entrenamiento realizadas por un deportista.

Zhelyazkov (2001) la conceptualiza como la influencia global de los me-


dios y métodos de entrenamiento sobre el organismo.

Matveiev (1993, 2001) la determina como una suma de las exigencias pre-
sentadas al deportista, gracias a las cuales se obtiene un incremento de la capaci-
dad de trabajo durante el descanso. La carga representa en sí la magnitud elevada
de la actividad funcional, en comparación con el reposo, que se produce por la
ejecución del ejercicio.

Zintl (1991) la define como la totalidad de los estímulos efectuados sobre


el organismo, o dicho de otro modo, el resultado de las exigencias presentadas al
deportista. La carga se explica como la cantidad de efectos que el esfuerzo tiene
sobre el estado funcional del deportista.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Verkhoshansky (1990) y Siff y Verkhoshansky (2000) conciben la carga


de entrenamiento como el cálculo cuantitativo del trabajo de entrenamiento
realizado.

De todas estas definiciones, se pueden considerar las siguientes cuestio-


nes:
x El concepto de carga se puede referir a cualquier tipo de estímulo exte-
rior que se ejerce sobre el organismo, aunque el estímulo específico
que interesa es el que proviene del movimiento humano y, en concreto,
de la actividad físico-deportiva.
x La carga representa la estimulación proveniente de la realización del
entrenamiento deportivo mediante la realización de ejercicios físicos
definidos por una serie de parámetros que se analizarán a continuación.
x El concepto de carga en el contexto del entrenamiento deportivo sugie-
re la existencia de una medida fisiológica del efecto del trabajo muscu-
lar especializado sobre el cuerpo.
x La carga se entiende como un proceso pedagógico de estimulación,
orientado hacia un objetivo.
x La carga debe ser ajustada de tal manera que genere un trabajo de cali-
dad (Bompa, 1999).
x La carga de entrenamiento representa el input del sistema que progra-
ma el entrenador.
x La carga no sólo presenta solicitaciones a nivel condicional, técnico o
táctico, sino que el efecto psicológico está presente en el deportista
(Siff y Verkhoshansky, 2000; Matveiev, 2001).
x No es del todo pertinente entender la carga de entrenamiento como si-
nónimo de intensidad en lo referente al entrenamiento de la fuerza.

Para desarrollar científicamente el concepto de carga surgieron otros in-


terdependientes entre sí que reflejan los efectos de ésta sobre el organismo como
capacidad de carga (Martin et al, 2004), efecto de entrenamiento (Verkhoshans-
ky, 1990; Siff y Verkhoshansky, 2000) o efecto residual del entrenamiento
(Issurin y Shkijar, 2002; Issurin, 2003; Issurin y Lustig, 2004) que desarrollare-
mos a continuación.

3.2. CONCEPTO DE EFECTO DE ENTRENAMIENTO.

El resultado del estímulo producido por la carga sobre el organismo se de-


nomina efecto de entrenamiento. Dicho efecto de entrenamiento puede conside-
rarse en diferentes variantes: efecto de entrenamiento inmediato (reacción aguda
del organismo a la carga física), efecto de entrenamiento retardado (cambio de
estado del organismo tras una sesión de entrenamiento) y efecto de entrenamien-

- 68 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

to acumulativo (cambio de estado del organismo como resultado de todos los


efectos producidos por las cargas de entrenamiento). Quizás este último resulte
más importante para el proceso de entrenamiento deportivo: “…el efecto de
entrenamiento acumulativo puede asumir expresiones muy diversas, cuantitati-
va y cualitativamente, en función del estado actual del organismo, del orden en
que se suceden los estímulos de entrenamiento de diferente orientación funcio-
nal, de la huella de carga precedente, de la duración del tiempo de uso de varios
medios (ejercicios) y de otros factores…” (Verkhoshansky, 1970, citado por
Verkhoshansky, 1990:85).

El efecto de entrenamiento se conoce también como efecto residual del


entrenamiento (Counsilmann y Counsilmann, 1991; Issurin y Lustig, 2004).
Cuando por la acción de una carga concentrada del entrenamiento se conserva el
efecto del entrenamiento durante un cierto periodo de tiempo, si otra carga no se
presenta en dicho periodo, el efecto retorna al nivel inicial. Este concepto es muy
importante desde el punto de vista de la adaptación a largo plazo, ya que la cota
de prestación final del deportista de alto nivel viene determinado como conse-
cuencia de dicho efecto residual (Issurin y Lustig, 2004). Issurin (2006) conecta
el concepto efecto residual al proceso de desentrenamiento, ya que se puede
desarrollar una capacidad física o motora mientras que otra se puede ir perdiendo
debido a que ya no se trabaja durante ese periodo. De este enfoque de trabajo
surge el modelo de periodización por bloques.

El efecto residual puede ser a corto, medio o largo plazo, y tiene una velo-
cidad de decaimiento diferente (heterocronismo) dependiendo del sistema orgá-
nico funcional sobre el que se haya producido el efecto del entrenamiento (tabla
3.1).

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Tabla 3.1. Modificación de los sistemas orgánicos debido al efecto residual del
entrenamiento. Según Issurin y Lustig. (2004: 26)

Modificación debida Aproximación a


Sistema
Tipología al efecto del la duración del
implicado
entrenamiento efecto residual
Adaptación esqueléti- Solo parcialmente,
Sistema
ca: cambio en la es- no hay cambios
músculo-
tructura ósea y en las muy significati-
esquelético
articulaciones. vos.
Formación de hipertro-
Efecto residual
Sistema fia específica y adapta-
del entrenamiento
neuro- ción de las fibras al Años
a largo plazo.
muscular tipo de estímulo
específico.
Sistema Hipertrofia cardiaca.
cardio- Dimensión y volumen. Años
respiratorio Diámetro arterial
Sistema Aumento de la densi-
Meses
cardio- dad capilar
respiratorio Mejora en la coordina-
Efecto residual
del entrenamiento ción neuromuscular,
Sistema reclutamiento de
a medio plazo. Meses
neuro- fibras, equilibrio
muscular muscular específico,
etc
Aumento de las enzi-
Máxima
mas aeróbicas encar-
eficiencia
gadas del metabolismo Algunas Semanas
metabólica
del glucógeno muscu-
(aeróbica)
lar.
Máxima Aumento de la energía
Efecto residual eficiencia por vía anaeróbico-
Algunas Semanas
del entrenamiento metabólica alactica y glucolítica,
tras una realizada (anaeróbica) capacidad y potencia
en breve tiempo. Aumento de la fuerza
muscular, fuerza
explosiva e hipertrofia.
Sistema
neuromuscular Aumento de la Pocas semanas.
resistencia muscular.
Aumento de la
Pocas semanas.
movilidad articular.

- 70 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Los efectos residuales dependen de una serie de factores directamente im-


plicados con la organización del entrenamiento deportivo que son:

x Tiempo de entrenamiento realizado: En general un entrenamiento prolonga-


do provoca un efecto residual a largo plazo. Un deportista de alto nivel tiene
una cota de desarrollo de la capacidad física relativamente bajo. En atletas de
nivel alto, cuanto más elevado es el grado de adaptación a largo plazo, mayor
es el efecto residual. La utilización de cargas concentradas en este tipo de
atletas maximiza este efecto residual.
x Edad cronológica y años de entrenamiento: En referencia a los antecedentes
a largo plazo del entrenamiento, el atleta que lleva más años de entrenamiento
y es más experto está mucho más adaptado a la carga de entrenamiento. En
consecuencia la reacción a ésta es menos evidente, por lo que la utilización de
cargas concentradas se hace necesaria para la mejora. Por otro lado, cuanto
más elevado es el nivel de adaptación a largo plazo, más lenta es la pérdida de
la capacidad física.
x Especificidad del entrenamiento y condiciones ambientales: Por ejemplo, un
entrenamiento en altitud o la participación en competiciones provoca un au-
mento de los procesos catabólicos, por lo que la masa muscular del deportista
disminuye significativamente, anulando así los efectos residuales procedentes
del entrenamiento de fuerza.
x Planificación de medidas especiales que prolonguen el efecto residual:
Mediante la utilización de microciclos de entrenamiento que permitan mante-
ner la capacidad entrenada al nivel precedente, usando los denominados mi-
nibloques, previniendo así la disminución de la capacidad entrenada inicial-
mente, tal y como muestra la figura 1 para la capacidad de resistencia.

Las figura 3.1 y 3.2 muestran un ejemplo de periodización a partir de un


modelo de estructura de entrenamiento denominado de bloques. Este modelo se
basa en el uso de cargas de entrenamiento concentradas. Las cargas concentra-
das se basan en el principio del efecto residual que deja sobre el organismo del
deportista el estímulo. La organización de dichas cargas prevé alejar en el tiempo
aquéllas que tienen un efecto residual mayor, y cuanto menos efecto residual
tienen, más cerca de la competición se encontrarán, como muestra el ejemplo de
Issurin y Shkijar (2002) en la figura 1.

Efecto retardado del entrenamiento

Efecto de acumulación Efecto de transformación Efecto de realización

Figura 3.1. Efecto residual de las cargas concentradas de entrenamiento


siguiendo un modelo de bloques.

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Como se puede observar en la figura 3.2, se sitúan más alejadas de la


competición aquellas capacidades que poseen un efecto residual más duradero en
el tiempo. Por otro lado, esta organización coincide también con que primero se
ubican las capacidades básicas genéricas como resistencia aeróbica y fuerza. En
una segunda fase están colocadas aquellas capacidades más específicas como
resistencia anaeróbica y resistencia a la fuerza, las cuales poseen un efecto resi-
dual más pequeño que las anteriores. Finalmente en la fase más cercana a la
competición, se sitúan aquellas capacidades más relacionadas con la situación de
competición, éstas son las capacidades con un efecto residual más pequeño. Para
favorecer el efecto residual de las capacidades básicas y específicas, se usan
minibloques de recuerdo de 2-3 días que previene la disminución de la capacidad
entrenada anteriormente. Cada carga de carácter selectivo tiene un determinado
efecto temporal (residual) sobre el organismo, existe un heterocronismo en las
cargas dependiendo del tipo de metabolismo solicitado, Issurin y Shkijar (2002)
establecen la duración de los efectos residuales de entrenamiento de las cargas en
los siguientes referentes temporales:

x Capacidad alactácida: 5 días.


x Resistencia a la fuerza: 14 días.
x Resistencia anaeróbica: 18 días.
x Fuerza máxima: 30 días.
x Resistencia aeróbica: 30 días.
competició
competición

Minibloques Minibloques

Fuerza +
Resistencia aeró
aeróbica

Resistencia a la Fuerza +
Resistencia anaeró
anaeróbica

Minibloques

Velocidad Má
Máxima

30 dí
días 20 dí
días 15 dí
días

Figura 3.2. Prolongación de los efectos de entrenamiento a través de


minibloques de carga de entrenamiento (Issurin y Lustig, 2004).

Estos factores derivados del efecto residual de las cargas concentradas


aportan las siguientes consecuencias de tipo práctico sobre el entrenamiento
deportivo de alto nivel (Issurin y Lustig, 2004):

- 72 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

x La duración de los mesociclos varia de 2 a 6 semanas, aunque para


Verkhoshansky (1988) la ideal sería de 3 a 4 semanas. Esta variabili-
dad entre autores puede ser debida a la falta de fundamento científico
de muchos de estos planteamientos (Gorostiaga, 2000). Para Issurin y
Lustig (2004) y Gorostiaga (2000), un mesociclo de 4 semanas es más
ventajoso que uno más largo ya que se aprovechan mejor los efectos
residuales del entrenamiento y la respuesta biológica del deportista es
más adecuada.
x En el periodo competitivo, los mesociclos de competición son más cor-
tos que en el periodo preparatorio, ya que el estrés, producto de la
competición, disminuye el efecto residual del entrenamiento en sucesi-
vos mesociclos. Por otra parte, el estrés fisiológico y emotivo incre-
menta los procesos catabólicos, provocando una reducción de la masa
muscular y reduce el efecto residual de entrenamiento en la fuerza
máxima y explosiva. De igual forma que una actividad muy intensa
con un marcado metabolismo anaeróbico provoca una pérdida de la
capacidad aeróbica acompañada de una disminución del umbral anae-
róbico.
x El uso de minibloques de recuerdo, de 2-3 días, previene la disminu-
ción de la capacidad entrenada inicialmente, y con ello el efecto resi-
dual a corto plazo.
x El deportista con más años de entrenamiento puede realizar periodos
de transición más largos que los atletas más jóvenes.
x El deportista con más años de entrenamiento es capaz de efectuar vo-
lúmenes de entrenamiento menores (15-30% menos) que los atletas
más jóvenes. Así el ciclo de entrenamiento de un deportista veterano es
más corto a causa de un periodo de transición más largo. La mayor du-
ración del efecto residual de entrenamiento ofrece la posibilidad de
hacer un menor volumen de carga.

3.3. CONCEPTO DE CAPACIDAD DE CARGA DE ENTRENAMIENTO.

El desarrollo de la prestación deportiva durante el proceso de entrena-


miento, en especial en la etapa juvenil, representa una etapa importante en la
planificación a largo plazo. En esta etapa de desarrollo del deportista, la capaci-
dad de carga del organismo y su conservación se manifiestan como un aspecto
esencial que hay que cuidar minuciosamente mediante el control del entrena-
miento (Fröhner, 2001).

El concepto de capacidad de carga hace referencia a: “…una capacidad


compleja individual para la adaptación y el aprovechamiento, así como para la
tolerancia de las cargas y aplicaciones, que determina ajustes morfológicos,
orgánicos y funcionales, sin que el organismo se dañe ni se ponga en peligro la
salud...” (Martin et al, 2004:160).

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La capacidad de carga se puede considerar una función del organismo, en


interacción con la carga de entrenamiento, que se caracteriza por la tolerancia de
los tejidos y sistemas biológicos hacia la carga que desarrolla la prestación
deportiva, como base para una posterior adaptación a ésta (Fröhner, 2001).

Esta capacidad se manifiesta en la misma forma en que el organismo reac-


ciona a la carga de entrenamiento. Así pues, cuando se habla de capacidad, se
está haciendo referencia a la potencialidad del organismo a desarrollar unos
efectos de entrenamiento determinados, y esta capacidad va modificándose
debido a los propios efectos de entrenamiento producto de la dinámica provocada
por el trinomio carga-recuperación-adaptación. La capacidad de carga pone en
juego la disponibilidad del organismo para asumir ciertos estímulos de entrena-
miento que comprometerían al organismo, sobreentrenándolo o lesionándolo, por
lo que guarda una relación directa con el entrenamiento y desarrollo de un depor-
tista de categorías inferiores (figura 3). De tal manera que la figura 3.3 muestra
como la capacidad de carga disminuye a medida que pasa el tiempo ya que el
organismo se va adaptando a los efectos de la carga de entrenamiento que por
otra parte siguen aumentando, de modo que durante la carrera deportiva de un
sujeto hay un momento en el que para estimular la mejora en la prestación depor-
tiva se debe someter al sujeto a unos estímulos que provoquen una mejora en su
capacidad de carga para seguir aumentando el efecto de entrenamiento en detri-
mento de la primera.
EFECTO DE
ENTRENAMIENTO

IVO
CAPACIDAD RT
DE CARGA EPO
D
TO
IMIEN
ND
RE

DESARROLLO A LARGO PLAZO DE UN DEPORTISTA


Figura 3.3. Relación entre capacidad de carga y efecto de entrenamiento en un
deportista a largo plazo.

La capacidad de carga tiene una relación directa con la salud del deportis-
ta. Las cargas de entrenamiento no deben representar un riesgo para su salud. Por
ello dicha capacidad representa la base (la tierra) sobre la que se construye la
prestación deportiva, tal y como ejemplifica metafóricamente Fröhner (2001) en
la figura 3.4.

- 74 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Si existe un problema de salud puede deberse a que se ha superado el lími-


te de tolerancia de la capacidad de carga y, por lo tanto, hay una insuficiente
capacidad de recuperación, sobre todo en deportistas que están en fase de creci-
miento y maduración del organismo. Esta precaución hay que tenerla en cuenta
incluso en sujetos dotados con talento, ya que su organismo, independiente de
que esté mejor capacitado para la prestación deportiva, requiere de los mismos
cuidados que otro que no lo esté.

PRESTACIÓN DEPORTIVA

CARGA CARGA

CAPACIDAD DE
PRESTACIÓN DEPORTIVA

CAPACIDAD DE CARGA

Figura 3.4. La prestación deportiva se puede representar como el albero en el


que arraiga la capacidad de carga.

Al desmenuzar este concepto de capacidad de carga, Martin et al. (2004)


encontraron dos tipos de categorías diferentes relacionadas específicamente con
el constructo carga de entrenamiento:

x Capacidad de carga general orgánica: es la manifestación del trabajo de


las cargas y de la aplicación en todo el organismo. Se caracteriza por la
capacidad de recuperación después de cargas de distinta magnitud.
x Capacidad de carga del sistema, relacionado con la capacidad de pres-
tación deportiva especifica de un deporte y su aumento, producto de
cargas específicas.

3.4. ANÁLISIS Y CLASIFICACIÓN DE LA CARGA DE


ENTRENAMIENTO.

El análisis de las cargas se plantea como una cuestión básica a la hora de


establecer los mecanismos de adaptación, sobre todo en relación a la especifici-
dad de la actividad deportiva y a la sistematización del proceso de especializa-
ción del organismo del deportista. Para ello, son numerosos los estudios relativos

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

al análisis de la carga de entrenamiento por lo que se hará una síntesis de aque-


llos aspectos más relevantes por parte de los diversos autores. Quizás el uso de
una sola clasificación hace que la visión del concepto quede un tanto reducida.
Considerando varias clasificaciones se analiza a continuación de un modo más
integral la carga de entrenamiento y sus posibles efectos sobre el organismo.

Inicialmente se puede distinguir dos conceptos clásicos de carga, externa


e interna. En un modelo biológico todo estímulo produce una respuesta. El
estímulo que es el ejercicio se denomina carga externa. El aspecto externo de la
carga queda representado por los índices del trabajo, como por ejemplo volumen
total del trabajo en kilómetros u horas, y también por índices de intensidad como
velocidad de ejecución, tiempo de superación de tramos, resistencia con la que se
realiza una serie, etc., de tal manera que la carga externa corresponde a su aspec-
to descriptivo (componentes, metodología). Por otra parte, la respuesta es la que
el organismo produce para generar adaptación, denominada en el contexto de
entrenamiento como carga interna (Verkhoshansky, 1990, Manno, 1992; Plato-
nov, 1994, 2001; Martin, Carl y Lehnertz, 2001; Vasconcelos, 2000). La carga
interna, o el efecto sobre el organismo, es la que genera adaptaciones que se
pueden considerar agudas o de corto plazo, y que tras un tiempo provoca adapta-
ciones crónicas generales por su propia acción específica hacia los órganos y
estructuras del deportista (Viru, 1995). Las cargas externa e interna se encuentran
muy interrelacionadas; esta no es una idea nueva, parte de que la modificación de
un parámetro en una tarea altera la reacción que produce en el organismo. Por
ejemplo, disminuyendo el tiempo de recuperación ante una tarea próxima a una
intensidad que corresponde a velocidad máxima (Platonov, 1994, Platonov,
2001).

Para Tschiene (1997), es necesario un análisis y clasificación de las cargas


de entrenamiento según las posibilidades de adaptación del deportista a éstas. En
la práctica real del entrenamiento, las cargas de trabajo están frecuentemente en
la frontera entre entrenamiento efectivo y sobreentrenamiento como queda repre-
sentado en el continuum de Armstrom y VanHeest3 (2002) aunque el progreso
en el rendimiento va a depender del porcentaje de regeneración de ciertos órga-
nos y tejidos (Viru y Viru, 1999).

Las cargas según Smith (2003), Viru y Viru, (1999) o Viru y Bosco (2000)
se clasifican según los efectos entrenables que pueden generar. De esta forma en
un microciclo de 3 a 5 días se puede encontrar:

1. Cargas excesivas (sobrepasan la capacidad de asimilación funcional del


organismo dando como resultado sobreentrenamiento).
2. Cargas entrenables (resultando un efecto específico del entrenamiento,
favoreciendo específicamente la síntesis de proteínas en la dirección
deseada).

3 Se muestra en la figura 13 del capitulo 4.

- 76 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

3. Cargas de mantenimiento (suficiente para evitar el desentrenamiento, pe-


ro insuficiente para estimular la síntesis adaptativa en la dirección desea-
da)
4. Cargas de recuperación (favoreciendo la promoción de los procesos de
recuperación después del uso de cargas excesivas)
5. Cargas que no son útiles (por debajo del valor necesario para alcanzar
cualquiera de los efectos citados con las cargas anteriores).

Teniendo en cuenta esta enumeración, los criterios para efectuar el nivel


de carga en una sesión serian los siguientes:

x Un criterio para la mayor carga entrenante posible. Así, la carga más ele-
vada que no causa manifestaciones de sobrecarga es la mayor carga en-
trenante posible. Para Viru y Viru (1999) y Viru y Bosco (2000) todavía
no hay un método fiable para determinar la carga más elevada que haya
sido reflejado en la literatura existente.
x Un criterio para el efecto entrenante de la sesión.
x Un criterio para la carga mínima que produzca un efecto de manteni-
miento.

Estas cargas de entrenamiento se clasifican también según el deporte en el


que se aplican. Así tenemos en las dos tablas siguientes un modelo aplicado a
nadadores y otro a corredores de larga distancia (tabla 3.2). En el caso de nada-
dores la mayor carga posible es determinada por una pérdida en la coordinación
de la capacidad natatoria:

Tabla 3.2. Niveles en la sesión de entrenamiento de nadadores


(Modificado de Viru y Viru, 2001:173).
Características
Carga Acción
principales
10-20%) de la carga de trabajo
Ligera Carga de recuperación
total sin que sobrepase la fatiga.
40-60% de la carga de trabajo
Moderada Carga de mantenimiento
total sin que sobrepase la fatiga.
60-75%) de la carga de trabajo
Pesada Carga entrenable
total sin que sobrepase la fatiga.
Causa fatiga pronunciada (des-
censo pronunciado en la capaci- Carga altamente
Muy pesada
dad de trabajo). Desajustes en la entrenable
técnica deportiva.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Otra forma de entender la clasificación de carga es de un modo más cuali-


tativo, en el que cada grado de intensidad es “etiquetado”, y caracterizado según
el tiempo de recuperación (Zatsiorski, 1995), este modelo sirve de cuantificación
de las sesiones de entrenamiento en base a la intensidad de carga de dicha sesión
(tabla 3.3):

Tabla 3.3. Clasificación de las sesiones de entrenamiento siguiendo el criterio


del nivel de carga (Zatsiorski, 1995).
Objetivo de la Grado de inten- Tiempo de Valoración
sesión sidad de carga recuperación (h.) de carga.
Extremo 72 5
Desarrollo Elevado De 48 a 72 4
Sostén De 24 a 48 3
Mantenimiento Medio De 11 a 24 2
Restablecimiento Escasa 12 1

También de forma cualitativa se puede clasificar la carga en relación a los


síntomas que producen en el organismo en base a los síntomas de fatiga que
presentan, tal y como lo expone Harre (1987: 83-84) en la tabla 3.4.

Tabla 3.4. Relación entre la carga y los síntomas de fatiga (Harre, 1987).
Síntomas
Carga
Carga ligera Carga límite resultantes de
Óptima
carga límite
Rojo pronun-
La palidez
Tonalidad Ligero enroje- Marcado ciado o pali-
persiste duran-
piel cimiento enrojecimiento dez considera-
te días
ble
Fuerte
Ligera a Muy fuerte,
transpiración Transpiración
Transpiración media, según incluso debajo
de cintura para nocturna
la temperatura de la cintura
arriba
Seguro,
Ejecución del control en el Ejecución Reducción en Falta coordi-
movimiento nivel ya segura la precisión nación. Fallos
alcanzado
Falta de aten- Incapacidad
Normal, se
ción, reducida Considerable de corregir
acatan las
receptividad perdida de movimientos
Concentración instrucciones,
en el aprendi- concentración, incluso des-
no hay
zaje de técni- nerviosismo pués de 24-48
nerviosismo
cas horas

- 78 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Síntomas
Carga
Carga ligera Carga límite resultantes de
Óptima
carga límite
Dificultades
para dormir,
Debilidad continuos
Músculos muy
Sin molestias, muscular, dolores en
pesados,
todavía pue- considerables músculos y
dolores en
Salud general den satisfacer- dificultades articulaciones,
articulaciones
se todas las respiratorias, pulsaciones
y músculos,
exigencias caída del altas, clara
mareos
rendimiento disminución
del rendimien-
to
Deseo de
Deseo de Aversión a
Sin cambios, hacer pausas
descanso retomar el
Disposición al ganas de más largas,
absoluto e entrenamiento
entrenamiento seguir entre- disposición de
interrumpir el al día siguien-
nándose seguir entre-
trabajo te.
nando
Agresividad Deprimido,
Más bien con el entre- aparición de
Disposición Alegre y
apagado pero nador y miem- dudas sobre el
anímica animado
animado bros del grupo valor del
entrenamiento

3.5. APLICACIÓN DE LA CLASIFICACIÓN DE LAS CARGAS AL


ENTRENAMIENTO DEPORTIVO.

Smith (2003) o Viru y Viru (1999) entienden la carga como la suma de to-
dos los ejercicios realizados en una sesión, atendiendo a la organización de un
determinado número de sesiones, se desarrolla la estructura de entrenamiento
denominada microciclo que determina el nivel de carga al que va a ser sometido
un deportista y es uno de los cometidos fundamentales del entrenador en el
diseño de la programación del entrenamiento (Viru y Viru, 1999; Gorostiaga,
2000). Para que un microciclo sea construido correctamente debe cumplir con
estas premisas (Viru y Viru, 1999):

x Tener en cuenta los objetivos posteriores de la sesión de entrenamien-


to.
x Determinar la ratio carga-descanso.
x Asegurar la completa restitución antes de empezar el siguiente micro-
ciclo.

Atendiendo a estos elementos Viru y Viru (1999) clasifican los microci-


clos en función del tiempo para la síntesis adaptativa y la supercompensación de
los depósitos energéticos usados. Los tipos de microciclos son:

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

x Microciclos de desarrollo: el objetivo es asegurar el resultado desea-


do del entrenamiento. Estos microciclos se pueden dividir a su vez en:
o Microciclos ordinarios: la diferencia entre la carga total de tra-
bajo realizado entre éste y el anterior es mínima.
o Microciclos de choque (blow): la carga total de éste es muy su-
perior respecto a los microciclos anteriores.
x Microciclos de aplicación: tratan de ajustar el organismo del deportista
al inicio de periodo de entrenamiento o a unas nuevas condiciones de
entrenamiento (por ejemplo: transición de pista cubierta a aire libre) o
asegurar una buena predisposición para la competición.
x Microciclos de competición: corresponderían a los días previos a la
competición y al periodo de competición en sí mismo.
x Microciclos de restitución: días o semanas de “recuperación” que se
introducen después de una competición o después de un microciclo de
choque.

Estos microciclos descritos brevemente tienen la finalidad de provocar tres


efectos diferentes debido a la cantidad total de cargas de trabajo que en ellos se
han programado. Así:

x Cuando la suma total de las cargas de entrenamiento causa fatiga los


últimos días de entrenamiento, en los siguientes días de recuperación
los procesos de recuperación aseguran recobrar las reservas energéticas
y las funciones del organismo. La recuperación se produce mediante
estímulos moderados, por ejemplo, carrera continua lenta.
x Cuando la suma total de las cargas de entrenamiento causa un vacia-
miento en los recursos energéticos del deportista situándolo en el límite
al agotamiento, esta situación es un estímulo fuerte para el desarrollo
de los procesos de adaptación, provocando mejoras a nivel estructural,
metabólico y funcional de cara al comienzo del siguiente microciclo.
x Cuando la suma total de las cargas de entrenamiento crea una situación
de agotamiento caracterizado por un estado de sobrecarga, para que es-
ta situación no genere un estado irreversible que perjudique el rendi-
miento deportivo es necesario tener unos días de descanso, acompaña-
do posteriormente de un microciclo en el que el nivel de carga esté por
debajo de la capacidad de trabajo realizada anteriormente (microciclo
de restitución o recuperación).

Como se puede advertir, las referencias en la construcción de microciclos,


necesitan de mayor información, Tschiene (1997) propone que la elaboración de
éstos se estructure sobre la base de datos derivados de las reacciones de adapta-
ción en niveles funcionales del organismo para desarrollar posteriormente mode-
los de métodos de entrenamiento y de planificación ajustados a las necesidades
individuales de cada sujeto, aunque ello requiere de la monitorización constante

- 80 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

del deportista. Es decir, una carga de entrenamiento genera una respuesta del
organismo, y esta respuesta debe ser conocida para provocar una mejor adapta-
ción. Como consecuencia de ello los entrenamientos deben orientarse en la
dirección adecuada y generando el resultado esperado, o aumentando la respuesta
que se pretende.

3.6. NATURALEZA DE LA CARGA DE ENTRENAMIENTO.

La naturaleza de las cargas hace referencia a la especificidad de las exi-


gencias que se van a trabajar durante el entrenamiento, siendo éstas de entrena-
miento o de competición (Platonov, 1995). La especificidad de las cargas queda
fijada según contenidos de entrenamiento siendo dos los criterios que se utilizan:
La especificicidad a la que se hacía referencia y el potencial entrenante de dicha
carga (Siff y Verkhoshansky, 2000: 424).

La especificidad indica la mayor o menor similitud del ejercicio con la


manifestación propia de la competición en lo que respecta a la estructura del
movimiento y a los sistemas funcionales solicitados. Esta especificidad da lugar a
la distinción entre los medios de preparación física general y especial (Siff y
Verkhoshansky, 2000:424). La especificidad de las cargas de entrenamiento se
debe determinar en base a los siguientes indicadores:

x Neuromuscular:
- La región donde se acentúa la producción de fuerza.
- El régimen de contracción muscular.
x Metabólica-energética:
- La dinámica del esfuerzo.
- El índice y el tiempo de producción de fuerza.
x Cinemática-cinética:
- La amplitud y dirección de los movimientos.

De este modo en la periodización clásica, los descriptores de la carga ge-


neral y/o específica se basaban exclusivamente en la similitud de los ejercicios
con el específico competitivo, exagerando el parecido externo de éstos e infrava-
lorando el régimen de trabajo muscular y el mecanismo de producción de ener-
gía, amén de los factores antes aludidos (Siff y Verkhoshansky, 2000; Navarro,
2000). Sin embargo, la especificidad de las reacciones del organismo a un estí-
mulo de entrenamiento puede ser observada a través del trazo metabólico me-
diante el control de los indicadores expresados anteriormente, por ejemplo, la
acumulación de los productos de desecho del metabolismo que inducen inmedia-
tamente la síntesis proteica después de un esfuerzo muscular. Por lo tanto, el
trazo metabólico se encuentra en relación a la adaptación que los estímulos
provocan sobre el metabolismo, por lo que vamos a centrarnos en la adaptación
como concepto que permite explicar los cambios a nivel metabólico y estructural.
En este sentido la teoría clásica de Matveiev ha dado más relevancia a la prepara-
ción general que lo que hacen los contemporáneos, que sólo admiten este tipo de

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

preparación general como medio de recuperación, como preparación de la carga


de entrenamiento o como medio compensatorio (Navarro, 2000).

En el establecimiento de la especificidad de las cargas es igualmente nece-


sario distinguir entre cargas de entrenamiento y cargas de competición (Platonov,
1995:25). Es evidente que las cargas de competición provienen de esta actividad
en sí misma, pese a que se diferencie entre diversos tipos de competiciones a lo
largo de una temporada. Si cargas de entrenamiento son aquellas que se realizan
en las sesiones ordinarias de trabajo con el fin de desarrollar la prestación depor-
tiva del individuo, las cargas de competición son las propias del contexto concre-
to de la actividad deportiva, y éstas representan en muchos casos la propia puesta
en forma del sujeto. Se puede distinguir dos tipos de competiciones que darán
una idea de la magnitud de la carga de competición:

1. Las competiciones preparatorias que pretenden ajustar esa puesta en for-


ma.
2. Las competiciones principales que tratan de poner en juego todas las pres-
taciones adquiridas en una temporada o durante el ciclo.

En la actualidad, el número de cargas competitivas alcanza valores muy


elevados: 50-60 competiciones anuales en corredores de medio fondo, 120-140
en nadadores (Platonov, 1995), aunque con toda seguridad, en deportes con ligas
profesionales, el número de competiciones es mucho más elevado. La presencia
de competiciones durante todo el año, hace que el deportista tenga que rendir de
forma óptima los 365 días al año; este hecho conlleva cada vez más fenómenos
de sobrecarga (Digel, 2001). El deportista tiene como finalidad obtener una o
varias puestas en forma en competiciones importantes, seguidas de bajadas
profilácticas de recuperación funcional. Por lo tanto, competiciones todo el año
no aseguran un rendimiento óptimo durante todo ese periodo, al contrario, lo que
se logra es disminuir el rendimiento en diferentes momentos.

El potencial de entrenamiento es la forma en que la carga estimula la


condición del deportista. Se reduce con el incremento de la capacidad de rendi-
miento. Verchoshanskij y Siff (2000:427) lo definen como la influencia de la
carga sobre la forma física de los deportistas. Este concepto tiene especial rele-
vancia en los modelos contemporáneos a través del potencial de adaptación del
organismo Cuanto más alto sea el potencial entrenante relativo a la forma física
actual del deportista, mayor será la probabilidad de aumentar la capacidad de
trabajo especial del deportista (Verchoshanskij y Siff, 2000). El potencial entre-
nante de los medios empleados decrece al mismo tiempo que se incrementa la
capacidad de trabajo especial, por tanto, es importante preservarlo mediante la
introducción en el entrenamiento de medios más eficaces. En base a esto, el
potencial de entrenamiento de un deportista será mayor al inicio de la temporada
que al final, y pensando en una preparación a largo plazo, el potencial de entre-
namiento será mayor al inicio de la carrera deportiva que al final de ésta.

- 82 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

En la figura 3.5 que se muestra a continuación se ejemplifica un modelo


de preparación de una temporada orientado al desarrollo de la velocidad-
resistencia mediante las diferentes secuencias de carga, en los siguientes estadios
(Siff y Verkhoshansky, 2000): aerobio, anaerobio mixto (ATP-PC), fosfágenos
de alta energía y glucólisis anaerobia.

En este esquema no se proporcionan detalles referidos a la magnitud de las


cargas o a su cronología. La pretensión es comprobar cómo a lo largo de la
temporada se va disminuyendo el potencial de entrenamiento a través de una
aproximación a la preparación especial mediante las diferentes secuencias de
cargas, ya que los medios precedentes proporcionan las condiciones favorables
para la utilización de los subsiguientes.
Velocidad
Cardiovascular Fuerza Velocidad
Resistencia

Potencial Entrenante

Estadios 1 2 3 4

Glucólisis Anaeróbico ATP-PC Glucólisis


Aeróbica Mixto anaeróbica

Figura 3.5. Organización de cargas con distinto énfasis para desarrollar la


velocidad-resistencia. Adaptado de Siff y Verkhoshansky (2000:366).

3.7. MAGNITUD DE LA CARGA.

Este concepto, acuñado por Martin, Carl y Lehnertz (2001) o Navarro


(2000a, 2000b), plantea cómo las magnitudes descriptivas suministran una serie
de datos sobre la forma en que se realiza un tipo de ejercicio: volumen, intensi-
dad, frecuencia, duración y con qué tipo de descanso, tal y como se plantea en la
tabla 6 para las capacidades condicionales. Representa la exigencia de la carga
descrita mediante sus componentes.

Zintl (1991:12) establece como componentes de la magnitud de la carga:


la intensidad, duración, densidad, volumen y frecuencia de carga. Platonov
(1995, 2001), Martin, Carl y Lehnertz (2001) y Schnabel, Harre y Borde (1998)
amplían estos componentes al tipo de ejercicio, aunque se va a considerar el tipo
de ejercicio como un apartado específico vinculado a los componentes de volu-
men, intensidad, frecuencia, duración y densidad.
Las magnitudes de la carga de entrenamiento nos proporcionan elementos
de referencia muy valiosos a la hora de conocer la eficacia de la carga, y la
calidad y cantidad de estímulos que están presentes en el entrenamiento y el

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

desgaste que ello supone sobre el deportista (Fowler, 1983). La tabla 3.5 muestra
una aplicación de las magnitudes de la carga orientada a cada una de las capaci-
dades de resistencia, fuerza y velocidad.

Tabla 3.5. Determinación de las exigencias de carga en fuerza, velocidad y


resistencia según Martin, Carl y Lehnertz (2001: 108).

Entrenamiento de Entrenamiento de Entrenamiento de


fuerza velocidad resistencia
(1) la longitud de los
(1) el peso (kg)
trayectos (m.), series
desplazado en una (1) la longitud de los
y repeticiones realiza-
sesión con un deter- trayectos (m., km), sus
Volumen de das en una sesión con
minado ejercicio. series y repeticiones
la carga. una determinada
(2) Número de realizadas en una
Se determi- forma de ejercicio.
repeticiones de sesión con una deter-
na mediante. (2) número de repeti-
determinados ejerci- minada forma de
ciones de determina-
cios (saltos, lanza- ejercicio.
das formas de ejerci-
mientos, etc.)
cio.
1. producción de (1) la velocidad de
(1) el porcentaje
fuerza (N). movimiento (km/min;
referido a los valores
2. porcentaje de la m/s).
de velocidad máximos
fuerza máxima (2) el promedio de
Intensidad en una forma de
concéntrica (%). frecuencia cardiaca
de la carga. ejercicio (máximo,
3. porcentaje de la (lat/min).
Se determi- submáximo)
fuerza máxima (3) el porcentaje (%)
na mediante. (2) la frecuencia de
isométrica. de un determinado
movimientos dentro
4. la potencia expre- rendimiento en un
de un tiempo estable-
sada al realizar los trayecto o de otro
cido.
ejercicios. valor
(1) el tiempo para
recorrer una distancia
1. la duración (seg,
Duración de determinada.
min) de una serie de (1) el tiempo para
la carga. (2) el tiempo para una
ejercicios con o sin recorrer una distancia
Se determi- cifra determinada o
frecuencia estableci- determinada
na mediante. indeterminada de
da.
repeticiones del
movimiento.
(1) el tiempo de (1) el tiempo de
descanso entre distan- descanso entre distan-
cias parciales, repeti- cias parciales, repeti-
Densidad de
1. El tiempo de ciones o series. ciones o series.
la carga.
descanso entre (2)una determinada (2)una determinada
Se determi-
repeticiones o series. relación (1:2, 1:3) relación (1:2, 1:3)
na mediante.
entre duración de entre duración de
carga y tiempo de carga y tiempo de
descanso. descanso.

- 84 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

3.8. VOLUMEN DE LA CARGA.

El volumen de la carga se define como el aspecto cuantitativo de la carga


con el que se pretende sumar todos los elementos homogéneos entre sí y reflejar
así la cantidad total de actividad realizada por un atleta o equipo durante el
entrenamiento (Bompa, 1983; Schnabel, Harre y Borde, 1998; Zintl, 1991).
Verkhoshanski (1990) y Siff y Verkhoshanski (2000) denominan al volumen
como magnitud de carga. Dicha conceptualización es debida a que estos autores
consideran el volumen como un concepto que abarca la magnitud de la carga, su
duración e intensidad. La magnitud de la carga es lo que habitualmente se ha
denominado en el contexto del entrenamiento como volumen, la medida cuantita-
tiva planificada o real, que se calcula durante cada microciclo o estadios específi-
cos o durante cada ciclo anual en conjunto, (Matveyev, 1977).

El volumen se mide fácilmente, siendo la suma de los parámetros cuantita-


tivos similares empleados en la sesión o ciclo de entrenamiento; es decir, sumar
las magnitudes iguales de aquello que realiza un deportista dará el volumen del
entrenamiento del deportista en cuestión. Las unidades de medida del volumen
deben ser definidas de modo apropiado para cada tipo específico de deporte y en
función de los contenidos de entrenamiento. las unidades más corrientes estable-
cidas por Bompa (1999), Martin, Carl y Lehnertz (2001) o Zintl (1991) son:

x Tiempo o duración del entrenamiento. Como medida general universal


para todas las disciplinas (Harre, 1987).
x Distancia realizada. Es muy habitual para disciplinas de resistencia y
velocidad según Harre (1987).
x Peso levantado en un tiempo determinado. Utilizada para disciplinas de
fuerza según Harre (1987).
x Repeticiones de un ejercicio o de un elemento técnico que un deportista
realiza en un tiempo determinado (Bompa, 1983). El número de ejerci-
cios, elementos o intentos y también el número de sesiones en un ciclo
determinado es habitual para deportes técnicos (Harre, 1987), y debemos
añadir también situacionales.

Verchoshanskij y Siff (2000) se refieren al volumen como los aspectos


cuantitativos del entrenamiento, indicando que desempeña un importante papel
en la adaptación a largo plazo del organismo al trabajo muscular intenso. El
volumen de entrenamiento ha aumentado notablemente en el entrenamiento
contemporáneo, aunque un aumento demasiado grande en una sesión podría
conllevar a una lesión o fatiga excesiva, por lo que es preferible aumentar el
número de sesiones por microciclo cuando se estime suficiente el nivel de volu-
men (Platonov, 1995; Navarro 2000). No obstante, parece que la premisa por
parte de los metodólogos es que a mayor capacidad de prestación del deportista,
mayor será el volumen de carga impuesto cada año, aunque un alto volumen de
trabajo no juegue un papel decisivo en la obtención de los resultados deportivos
(Bompa, 1999, Verkhoshanski y Siff, 2000). Dicho incremento de volumen debe

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

ajustarse a unos parámetros óptimos por encima de los cuales no se va a producir


mejora, y estar en estrecha relación con otros factores de la carga como la inten-
sidad, con el fin de garantizar la salud del deportista (Schnabel, Harre y Borde,
1998) y no sobreexponerlo a condiciones de sobreentrenamiento. El volumen
influye sobre la duración del período de mantenimiento de la forma; así, a mayor
duración del período de preparación durante la temporada, mayor tiempo perma-
necerá el deportista en forma, aunque también influyen en ello la edad del sujeto
y su nivel de preparación. Siff y Verkhoshanski (2000) proponen el estableci-
miento del volumen anual de la carga de entrenamiento mediante un examen de
las características de la preparación del deportista durante los estadios previos del
entrenamiento, haciendo un cálculo lo más objetivo posible en las distintas fases
de cada ciclo y ciñéndose a los principios de una organización eficaz de las
cargas de entrenamiento. De este modo el volumen se establecería de manera
individualizada para cada deportista.

La evolución del volumen del entrenamiento entre finales de los 60 y


principios de los 80, se puede comprobar en las tablas 3.6 y 3.7 en la que aparece
la modificación en el volumen del trabajo de deportistas a lo largo del tiempo
(Platonov, 1995). Estos datos contrastan con los de Issurin y Shkijar (2002) más
actualizados de 1985 a 2001, donde se produce un efecto recesivo del volumen
como muestra la tabla 16 de este capítulo.

Tabla 3.6. Evolución de la modificación del volumen de entrenamiento en el


curso del año entre atletas de medio fondo y fondo de alto nivel (Platonov,
1995:227).
Distancias (en metros) y Años
parámetros. 1968 1972 1976 1980
800 (mujeres)
Número de sesiones de entrena- 330-360 370-400 400-450 450-500
miento 700-750 800-900 900-1000 1000-1100
Tiempo de trabajo, horas 2.800-3.200 3.200-3600 3700-4000 4500-5000
Volumen (kms)

800 y 1.500 (hombres) 400-450 440-470


Número de sesiones de entrena- 800-900 900-1000 450-500 500-550
miento 3.500-4.500 4500-5500 1000-1100 1100-1200
Tiempo de trabajo, horas 5000-6000 6500-7500
Volumen (kms)
440-480
5.000 y 10.000 900-1000 470-500
Número de sesiones de entrena- 5000-5500 1000-1100 550-580 550-600
miento 5500-6500 1100-1200 1200-1300
Tiempo de trabajo, horas 7500-8500 8500-9000
Volumen (kms)
470-500
42.195 1000-1100 500-530
Número de sesiones de entrena- 7000-7500 1100-1200 520-550 540-570
miento 7500-8000 1200-1300 1300-1400
Tiempo de trabajo, horas 8000-9000 9000-10000
Volumen (kms)

- 86 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Tabla 3.7. Evolución de la modificación del volumen de entrenamiento en el


curso del año entre nadadores de alto nivel (Platonov, 1995:228).
Distancias (en metros) y Años
parámetros. 1968 1972 1976 1980
100 y 200 (mujeres)
Número de sesiones de entre- 450-500 480-520 500-550 550-600
namiento 750-850 1000-1100 1100-1200 1200-1300
Tiempo de trabajo, horas 1300-1400 1400-1600 1800-2000 1900-2100
Volumen (kms)

100 y 200 (hombres) 450-500 480-520 450-500 550-600


Número de sesiones de entre- 800-900 1100-1200 1000-1100 1300-1400
namiento 1400-1500 1700-1900 5000-6000 2100-2300
Tiempo de trabajo, horas
Volumen (kms)

400 y 800 450-500 480-520 500-530 540-580


Número de sesiones de entre- 800-850 1050-1150 1150-1200 1250-1350
namiento 1400-1500 1700-1900 2100-2300 2400-2600
Tiempo de trabajo, horas
Volumen (kms)

1000 (hombres) 450-500 480-520 500-550 550-600


Número de sesiones de entre- 800-900 1100-1200 1200-1300 1300-1400
namiento 1500-1600 1700-1900 2700-3000 3000-3200
Tiempo de trabajo, horas
Volumen (kms)

1500 (hombres) 450-500 480-520 530-550 550-600


Número de sesiones de entre- 800-900 1100-1200 1200-1300 1300-1400
namiento 1600-1700 2100-2300 2900-3200 3300-3500
Tiempo de trabajo, horas
Volumen (kms)

3.9. INTENSIDAD DE LA CARGA.

La intensidad sería el aspecto cualitativo de la carga ejecutada en un pe-


riodo de tiempo (Bompa, 1983, 1999). La intensidad de la carga controla la
potencia y la especificidad del estímulo sobre el organismo; así a más trabajo por
unidad de tiempo mayor intensidad. La intensidad se establece como la fuerza del
impulso nervioso que el atleta emplea al desarrollar su capacidad de trabajo, es
decir, un mayor reclutamiento de fibras, producido por una mayor activación y/o
una mayor frecuencia de impulsos transferidos por una neurona. Para Harre
(1987:75):”…la intensidad de movimiento se relaciona con el diferente grado de
aplicación de fuerza, variada frecuencia de movimiento, variables pesos y varia-
bles velocidades…”

- 87 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

La intensidad de la carga depende de dos aspectos complementarios entre


sí. La intensidad del movimiento y la densidad de la carga (Harre, 1987; Schna-
bel, Harre y Borde, 1998).

La intensidad al igual que el volumen se mide de acuerdo al tipo de ejerci-


cio, por lo que se puede hablar de intensidad del movimiento. Este ejercicio se
puede realizar con grados de aplicación de fuerza diferentes (saltos, lanzamien-
tos), sobrecargas distintas, velocidades diversas, etc. (Harre, 1987; Schnabel,
Harre y Borde, 1998). Para Bompa (1983, 1999) y Harre (1987), los ejercicios de
velocidad se miden en metros/segundo o en el porcentaje/minuto según el nivel
máximo de actividad concreta (p.e. 90% de la velocidad máxima realizada en
100 m.), indicado sobre todo para disciplinas de velocidad. La intensidad en
actividades de fuerza es medida en el número de kilogramos respecto a una
repetición máxima, como se vió al inicio del capítulo (Baechle, Earle y Wathen,
2000; Kraemer, 2005). Para deportes de equipo, el ritmo de juego determina la
intensidad (Bompa, 1999). Para los saltos y lanzamientos se utiliza la altura o
distancia alcanzada (Harre, 1987).

Para Navarro (2000:61): “…la mayor intensificación del entrenamiento ha


sido uno de los aspectos más característicos en el cambio de periodización
clásica a los modelos actuales. En determinados periodos del ciclo anual se
admite una intensificación de las cargas de entrenamiento, aunque solo después
de una preparación preliminar, basada en una carga de volumen elevado pero
de baja intensidad…”. La intensidad de carga, aunque no sólo por sí misma,
determina en gran parte la dirección principal del efecto de entrenamiento, por
ejemplo, la capacidad de fuerza máxima en el entrenamiento de la fuerza puede
desarrollarse de modo óptimo con cargas de intensidad muy elevada y volúmenes
de carga pequeños (Baechle, Earle y Wathen, 2000; Schnabel, Harre y Borde,
1998). Un ejemplo de las diferentes formas de clasificación de la carga en base a
intensidades se puede ver en las tablas 3.2 y .3.3 del presente capítulo.

La respuesta del organismo es otro de los modos más utilizados para el


control de la intensidad de carga siendo los parámetros que más se emplean el
ritmo cardíaco y la concentración de lactato en sangre. Existen numerosos estu-
dios en los que la intensidad de la carga de entrenamiento o competición se basa
en un porcentaje de la frecuencia cardiaca (Berry y Moritani 1985; Wilmore y
Costill, 1998; Llana et al, 1999; Calderón et al. 1999), trabajos ampliados especí-
ficamente a estudios realizados en deportes de equipo (Moras y Zurita, 1999;
Álvarez et al, 2002; Barbero, 2002) aunque artículos como el de Calderón et al
(1999) afirman que hay que ser cauteloso cuando se determinan intensidades
exclusivamente en función de la frecuencia cardiaca de recuperación cuando
compara tres formas de esfuerzo intermitente: aeróbico, aeróbico-anaeróbico, y
anaeróbico.

Bompa (1999) propone el sistema energético utilizado por el deportista


como criterio para la cuantificación de intensidad en deportes cíclicos. Dicho

- 88 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

autor establece 5 zonas de intensidad en actividades con una duración temporal


determinada (tabla 3.8).

Tabla 3.8. Zonas de intensidad de trabajo para deportes cíclicos


(Bompa, 1999:82).
Sistema de pro- Ergogénesis
Zona Duración Nivel de ducción de ener-
nº del trabajo intensidad gía para el anaero- aeró-
trabajo bico bico
1 1-15 seg. En el límite ATP-CP 100-95 0-5
2 15-60 seg. Máximo ATP-CP Y LA 90-80 10-20
3 1-6 min. Submáximo LA+ AER 40-30 60-70
4 6-30 min. Medio AER 40-30 60-70
Más de 30 Bajo AER 5 95
5
min.
ATP: adenosin trifosfato; CP: fosfato de creatina; LA: glucólisis anaeróbica,
AER: sistema aeróbico.

A modo de ejemplo se muestran otros dos modelos de intensidad de mo-


vimiento. Ambos corresponden a un deporte situacional como el baloncesto, el
primero es un estudio clásico de 1985 de Colli y Faina, que determina la intensi-
dad del juego a través de la medición de la frecuencia cardiaca en puestos especí-
ficos a partir de las acciones más habituales que se producen en este juego (tabla
3.9).
Tabla 3.9. Frecuencia cardiaca durante diferentes acciones de juego en
baloncesto. Según Colli y Faina (1985).
TIPO DE ACCIÓN BASE ALERO PIVOT
Pausa 150 158 153
Defensa sobre balón 172 171 169
Avance lento 167 162 161
Avance medio 174 171 170
Avance rápido 175 175 177
Avance rápido con balón 195 - -
Salto para el tiro 208 207 204
Salto para el rebote 178 174 180
Uno contra uno sin balón 169 166 167
Uno contra uno con balón 183 178 178

El segundo corresponde a un estudio de Galiano (1987) en el que se ob-


serva que la mayor parte de los desplazamientos (95%) se realizan a una veloci-
dad entre 1-3mts por segundo mientras que solo un 5% de los desplazamientos se
realizan a una velocidad superior a los 5 mts segundo Se debe tener presente que
una velocidad de 7-8 m.seg-1 equivale a un tiempo entre 12,5- 14,3 seg en una

- 89 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

carrera de 100 mts, lo que se antoja muy alejado de lo que un jugador de balon-
cesto debe ser capaz de realizar en estas distancias. Además, estas acciones
ocupan sólo el 0,14% de las distancias totales realizadas durante el partido (tabla
3.10).
Tabla 3.10. Distancias de carrera recorridas a diferentes velocidades en
baloncesto. Según Galiano (1987).
0-1 1-2 2-3 3-4 4-5 5-6 6-7 7-8
Puesto Distancias
m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1
Bases 5913 801 1648 1531 1052 579 227 62 13
Aleros 5655 857 1674 1410 986 495 195 35 3
Pivots 5567 785 1510 1416 1051 544 191 62 8
Total 5711 814 1610 1452 1029 539 204 53 8

3.10. DENSIDAD DE LA CARGA.

La densidad de carga indica la relación temporal entre el esfuerzo y la fase


de recuperación, aunque también se determina a partir del número de repeticiones
del movimiento en la unidad de tiempo, en el caso de una carga interválica de
entrenamiento (Harre, 1987; Schnabel, Harre y Borde, 1998; Vasconcelos, 2000).
Vasconcelos (2000) establece gráficamente la densidad de entrenamiento en
relación a los procesos metabólicos imperantes en la actividad físico-deportiva
como muestra la figura 3.6:

Trabajo Recuperació
Recuperación
Cerca del 100% Énfasis en la velocidad
del mejor tiempo
1:5 relació
relación trabajo/recuperació
trabajo/recuperación.
Trabajo Recuperació
Recuperación
Énfasis en la velocidad
Cerca del 90% con lí
límite aeró
aeróbico
del mejor tiempo (VO2 max.)
max.)

1:3 relació
relación trabajo/recuperació
trabajo/recuperación.
Trabajo Recuperació
Recuperación
Cerca del 80% Velocidad = resistencia AE
del mejor tiempo
1:1 relació
relación trabajo/recuperació
trabajo/recuperación.
Trabajo Recuperació
Recuperación
Cerca del 70% Resistencia con lí
límite
del mejor tiempo del factor velocidad

2:1 relació
relación trabajo/recuperació
trabajo/recuperación.
Trabajo Recuperació
Recuperación
Cerca del 60% Énfasis en la
resistencia AE
del mejor tiempo
5:1 relació
relación trabajo/recuperació
trabajo/recuperación.

Figura 3.6. La densidad, sus relaciones trabajo/recuperación y objetivos del


entrenamiento (Vasconcelos, 2000:59).

- 90 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

3.11. DURACIÓN DE LA CARGA DE ENTRENAMIENTO.

La duración de la carga es un elemento importantísimo en la dinámica del


rendimiento de los deportistas (Verchoshanski y Siff, 2000). Hace referencia al
periodo de influencia que tiene el estímulo sobre la capacidad condicional. Los
efectos se pueden referir también a periodos más largos en los que se verifica la
duración de la supercompensación tras una estimulación (carga de entrenamien-
to) con una misma orientación.

El volumen de una serie de repeticiones tiene influencia sobre la dirección


y el grado de efecto de la carga. (Harre, 1987). La duración del entrenamiento es
un concepto muy importante en relación al volumen de carga, ya que existe un
límite a partir del cual la carga no ejerce más efectos beneficiosos y sólo significa
una pérdida inútil de tiempo y energía por parte del deportista (Verchoshanski,
1990). El estudio acerca de las bondades de la duración de la carga debería ser un
campo de investigación notable en la actualidad ya que existen pocos estudios
experimentales sobre el tema en cuestión (Verchoshanski, 1990; Siff y Verchos-
hanski, 2000), aunque hay una serie de propuestas metodológicas que ya han sido
validadas como:

x En el desarrollo de la fuerza explosiva, cuanto más brusco es su creci-


miento, antes se llega a una meseta en su desarrollo.
x Las cargas aeróbicas (situadas en una zona entre 120-170 lpm) produ-
cirán incrementos significativos dentro del mismo mes de entrenamien-
to, aunque se mantiene lineal durante los 2-3 primeros meses.
x Son necesarios al menos 4 meses para conseguir buenos resultados en
la productividad anaeróbica-glucolítica.
x El aumento del volumen de trabajo anaeróbico sólo produce un efecto
positivo cuando anteriormente se ha realizado un volumen importante
de trabajo aeróbico.

La duración de la carga se verá condicionada por su distribución, ya sean


regulares o concentradas, concepto que se definirá en el apartado de orientación
de la carga.

3.12. ORIENTACIÓN DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO.

La orientación de la carga está definida por la cualidad o capacidad que es


potenciada (fuerza, velocidad, etc.), por la fuente energética solicitada y por los
recursos del organismo que son requeridos (coordinación, táctica, etc.) (Platonov,
1995).

Está orientación puede ser clasificada en dos tipos:

- 91 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

x Carga de tipo selectiva: focalizada en una determinada capacidad o sistema


funcional. Platonov (1995) y Platonov y Bulatova (2001) modificaron poste-
riormente el término selectivo por orientación privilegiada o finalidad exclu-
siva o predominante. Este cambio se fundamenta en que el desarrollo de cua-
lidades aisladas, no sólo pone en juego determinadas funciones específicas
sino que también moviliza débilmente las demás.

La orientación selectiva de la carga puede ser establecida por la aportación


del sistema energético a la carga de entrenamiento. De este modo, la escuela rusa
y la antigua RDA establecen 5 zonas de intensidad de trabajo (Platonov 1995;
Platonov y Bulatova, 2001):

o Anaeróbica alactácida
o Anaeróbica glucolítica
o Mixta (aeróbica anaeróbica)
o Aeróbica (mantenimiento)
o Aeróbica (recuperación).

Sin embargo, en los últimos años se ha establecido una clasificación más


fraccionada de las cargas:

¾ Cargas de tipo anaeróbico, en las que figuran las de potencia anaeróbica


máxima, potencia anaeróbica mixta, y potencia anaeróbica-aeróbica. Las ca-
racterísticas de las diferentes cargas se muestran en la tabla 3.11.

Tabla 3.11. Características de las cargas anaeróbicas


(modificado de Platonov y Bulatova, 2001.13).
Componente Duración
Potencia Ejemplos
anaeróbico de máxima
GRUPO record especialidades
producción record en la
kcal/min deportivas
de energía. carrera
De potencia Carreras de hasta
máxima 100 m. ciclismo de
anaeróbica. 90-100 120 Hasta 20 seg velocidad en
(hasta 15-20 velódromo. Hasta
seg) 50 m. en natación
Carreras de 200-
400. Natación
De potencia
hasta 100 metros.
anaeróbica
75-85 100 20-50 seg Patinaje de veloci-
mixta.
dad 500 m.
(20-45 seg)
Contrarreloj de
1000 m. en
De potencia ciclismo.
800 metros de
anaeróbica-
60-70 40 60-120 seg carrera. Natación
aeróbica.
200 m.
(45-120 seg)

- 92 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

¾ Cargas de tipo aeróbico, en las que figuran las de potencia aeróbica máxima,
potencia aeróbica casi máxima, potencia aeróbica submáxima, de poca poten-
cia aeróbica. Las características de las diferentes cargas se muestran en la ta-
bla 3.12.

Tabla 3.12. Características de las cargas aeróbicas


(Platonov y Bulatova, 2001: 15).
Consumo
Potencia Duración Ejemplos
Principales de O2. %
GRUPO record record, especialidades
sustratos de VO2
kcal/min min deportivas
max.
Carreras de
De potencia 1500 m. y
aeróbica 3000 m.
Glucógeno
máxima. 95-100 25 3-10 Ciclismo 4 km
muscular
(3-10 en velódromo.
minutos) 400-800 m. en
natación
De potencia
Glucógeno Carreras de
aeróbica
muscular, 5000 m. y
casi máxi-
grasa y 85-90 20 10-30 10000 m.
ma.
glucosa 1500 m. en
(10-30
sanguínea natación
min.)
De potencia Grasas,
aeróbica glucógeno
20 km marcha.
submáxima. muscular y 70-80 14 120-140
.
(120-240 glucosa
min.) sanguínea
De poca Grasas,
potencia glucógeno
50 y
aeróbica. muscular y 12 240 Maratón.
menos
(más de 2 glucosa
horas) sanguínea

El carácter selectivo de la carga tiene una correlación directa con la


especificidad de las reacciones de adaptación al organismo del deportista, ya que
el cometido del entrenamiento está en buscar una especificidad de carácter
energético y funcional hacia una determinada especialidad deportiva (Platonov,
2001).
x También la carga puede ser compleja: cuando se solicitan diferentes capaci-
dades y sistemas funcionales. Al realizar sesiones de tipo complejo existen
dos tipos de variantes que se sugieren en la ordenación de las cargas que en
ella se introducen. La primera consiste en que la secuencia de cada sesión se
divide en dos o tres partes relativamente independientes. Por ejemplo, en la
primera parte se trabaja la velocidad, y en la segunda se desarrolla la resisten-

- 93 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

cia aeróbica. En este caso la sesión es compleja no consecutiva. La otra va-


riante supone un desarrollo paralelo de varias cualidades (habitualmente de
dos). Por ejemplo, trabajar la velocidad conjuntamente con la táctica mediante
ejercicios específicos de contraataque ocupando los tres carriles y en dos
oleadas.

En el caso de las cargas complejas se han sugerido algunas alternativas de


combinación de cargas en un orden tal que produzcan interacción positiva entre
cargas dirigidas al desarrollo de la resistencia (Volkov, 1975 citado por Siff y
Verkhoshansky, 2000 y por Navarro, 2000), estas alternativas, relacionadas con
el concepto de interrelación de cargas son:

- Aeróbico después de anaeróbico aláctico.


- Aeróbico después de anaeróbico glucolítico (con bajo volumen).
- Anaeróbico glucolítico después de anaeróbico alactácido.

Issurin (2003:33) propone las siguientes combinaciones positivas de sesiones


que producirán efectos compatibles. En estas condiciones, la carga de entrena-
miento anterior crea las circunstancias favorables para la carga sucesiva y para el
aumento del efecto de la sesión de entrenamiento:

x Resistencia aeróbica con:


o Capacidad alactácida (sprint).
o Resistencia a la fuerza.
o Fuerza máxima por hipertrofia.

x Resistencia anaeróbica glucolítica con:


o Resistencia a la fuerza.
o Ejercicio aeróbico de recuperación.
o Resistencia aeróbica-anaeróbica.

x Capacidad alactácida (sprint) con:


o Resistencia aeróbica.
o Fuerza explosiva.
o Fuerza máxima por hipertrofia.
o Ejercicio aeróbico de recuperación.

x Fuerza máxima por hipertrofia con:


o Fuerza máxima-activación nerviosa.
o Movilidad articular.
o Recuperación aeróbica.

x Aprendizajes de nuevos elementos técnicos:


o Cualquier tipo de entrenamiento, seguido de competición principal.

- 94 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

La orientación selectiva es muy difícil de conseguir debido a que toda ac-


tividad física promueve una serie de mecanismos reguladores, por lo que parece
más adecuado hablar del concepto de orientación privilegiada. Los modelos
contemporáneos utilizan en mayor medida las cargas selectivas que privilegian
un determinado trabajo de una capacidad condicional, sobrecargando ese sistema
metabólico y alcanzando posteriormente una respuesta adaptativa mayor.

Mientras que los modelos clásicos han optado en su mayoría por sesiones
de tipo complejo. En estos casos, la preocupación por conseguir efectos acumula-
tivos de distintas orientaciones ha marcado la pauta en la orientación de cargas,
el problema es que se necesita mucho más tiempo para alcanzarlas. Las caracte-
rísticas de ambas se muestran en la figura 3.7.

•Mas posibilidades de concentración de carga


Sesión selectiva. con orientación especifica.
•Menor posibilidad de interacción negativa con
otros Objetivos.
•Mayor nº de sesiones/microciclo para satisfacer
las Necesidades de entrenamiento.

•Necesario seleccionar los objetivos atendiendo a


Su interacción.
Sesión compleja. •Necesario adecuar el orden de entrenamiento
con las diferentes orientaciones.
•Exige una mayor extensión de la sesión para
satisfacer el objetivo.

La carga de entrenamiento anterior crea condiciones favorables


T. y P. del Prof. Dr. José María González
para la carga sucesiva.
Entrenamiento Ravé.
Deportivo

Figura 3.7. Características de la sesión compleja y selectiva.

3.13. ORGANIZACIÓN DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO.

La organización consiste en la sistematización y regulación de la carga en


un periodo de tiempo determinado con el fin de conseguir un efecto positivo
acumulado de las cargas de diferente orientación. La base de esta orientación
tiene como objetivo conseguir la mejor prestación deportiva mediante la conse-
cución del efecto acumulativo de la carga de entrenamiento con distintos objeti-
vos. En la organización se distingue entre la distribución de las cargas en el
tiempo y la interrelación de éstas (Verchoshanskij y Siff, 2000).

La distribución de las cargas alude a su dinámica y organización en los


diferentes ciclos de la estructura del entrenamiento, siendo la forma en que se

- 95 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

colocan las diferentes cargas en una sesión, microciclo, mesociclo o macrociclo


(Verkhoshansky, 1990; Siff y Verkhoshansky, 2000; Navarro, 2000).

La carga puede repartirse uniformemente en el ciclo (cargas regulares o


distribuidas), lo que condiciona una distribución uniforme de los medios durante
el ciclo anual de entrenamiento, o concentrarse en fases definidas del ciclo anual
(cargas concentradas).

La estructura de cargas concentradas es posterior a la de cargas regulares o


distribuidas. Dicha estructura viene como respuesta a las nuevas demandas de las
actuales estructuras del deporte de alto nivel. Se comienzan a cuestionar las
vetustas e inmóviles teorías del entrenamiento basadas en los presupuestos de la
periodización clásica de Matveiev de 1965 y de Harre de 1957 y 1969 (Seluja-
nov, 1999; Tschiene, 2001; Issurin y Shkijar, 2002).

Para Issurin y Shkijar, (2002), el entrenamiento deportivo ha sufrido en los


últimos años una serie de modificaciones debido a una relación de causas como:

x La modificación radical en las condiciones económicas, sociales, organizati-


vas y profesionales en las que se ve inmerso el deportista de alto rendimiento.
x Las actuales circunstancias obligan a un entrenamiento apoyado por la
ciencia y a una búsqueda profunda de reservas para mejorar el rendimiento;
siendo necesaria la cooperación entre entrenadores y científicos.
x La discusión bibliográfica se inició en Rusia (Verkhoshanski, 1998 a;
Matveiev, 1998; Platanov, 1998; Selunov, 1998; Suslov & Filin, 1998) y pos-
teriormente se encuentra en otras publicaciones europeas (Issurin & Shkliar,
2001; Matveiev, 2001; Tschiene, 1999; Zanon, 1999). Mediante la periodiza-
ción del entrenamiento deportivo (Matveiev 1964) se formulan, por un lado,
el fundamento metodológico de la estructuración del entrenamiento de los de-
portistas y, por otro lado, los conceptos terminológicos.

La estructura de cargas concentradas tiene como objetivo reducir el volu-


men de carga del entrenamiento, por una parte, y dar respuesta, al mayor número
de competiciones que tiene el deporte actual que parece no encajar con la estruc-
tura de cargas distribuidas o regulares que Matveiev plantea en su periodización.
El volumen de entrenamiento, tal y como se muestra en la tabla 3.15, ha dismi-
nuido considerablemente en los últimos años. Esta disminución obedece a mu-
chos factores como el desmoronamiento del sistema deportivo soviético, la falta
de medios que ello conlleva, el oscurantismo en torno a la adaptación de tales
volúmenes de entrenamiento a través de medidas farmacológicas por los depor-
tistas que en la mayoría de los casos resultaron ser ilegales (Issurin y Shkijar,
2002). Esta última idea también es compartida por Platonov (2001).

- 96 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Tabla 3.15. Volumen anual de cargas de entrenamiento en deportistas de alto


nivel. Datos de Platonov. (2001 ).
Tiempo global de Total de kilómetros en
Deporte entrenamiento (h) el entrenamiento
1985-1990 1993-2001 1985-1990 1993-2001
Natación 900-1250 900-1100 1400-3000 1250-2700
Atletismo (mediofondo) 900-1200 800-1100 5500-6700 5000-4700
Remo 900-1200 800-950 5500-6700 5000-6300
Canoa/ kayak 900-1200 800-1100 4500-6200 4000-5500
Natación sincronizada 900-1200 800-1100
Gimnasia artística 1100-1400 1100-1250
Voleibol 800-1300 800-1200
Esgrima 800-1200 800-1100
Lucha greco-romana 800-1200 800-1100

Sin embargo, Tschiene (1997) no comparte las bondades de las cargas de


entrenamiento concentradas ya que afirma que un aumento excesivo del volumen
de cargas concentrada en velocistas provoca un incremento de catabolismo y
genera síndrome de sobreentrenamiento caracterizado por la disminución en la
fuerza y en la velocidad de carrera en test y competición, aunque está afirmación
es sólo una hipótesis que necesita ser corroborada mediante la investigación
experimental.

Esta controversia entre ambos tipos de cargas y su utilidad es de nuevo di-


reccionada por Navarro (2000) que, sin entrar en dicha pugna, propone que
ambos modelos pueden ser complementarios. Así, la teoría clásica aboga por una
utilización de cargas regulares que provocan reacciones funcionales de corta
duración, que no garantizan las condiciones para el desarrollo de los cambios de
adaptación de larga duración en el organismo; y las teorías contemporáneas
utilizan preferentemente las cargas concentradas que proporcionan cambios
funcionales más profundos en el rendimiento del deportista. Ambas se pueden y
se deben utilizar en atención a una serie de factores como la edad del deportista y
el número de competiciones. Así, en categorías inferiores es posible ya que en
muchos casos la construcción de la adaptación debe hacerse sobre cargas regula-
res para no disminuir la reserva de adaptación, y sobre la base que existen menos
competiciones que en categorías absolutas.

La interconexión de las cargas indica la relación que las cargas de dife-


rente orientación tienen entre sí cuando se van combinando a lo largo del tiempo
(Siff y Verkhoshansky, 2000:430). La combinación de las cargas puede dar
efectos positivos o negativos dependiendo de cómo se haga. Una mezcla racional
asegura un efecto acumulativo óptimo. El problema de la organización de las
cargas está estrechamente ligado a la elección de un intervalo óptimo de recupe-
ración-estímulo de carga, y la alternancia de éstas.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Con el fin de obtener el rendimiento en las cargas, en su interconexión se


utilizan dos tipos de métodos, el paralelo-complejo y el secuencial. Con el prime-
ro las cargas de trabajo tienen prioridades diferentes, y un efecto cuantitativo
monótono, a pesar del aumento de volumen e intensidad. Al mismo tiempo, las
reacciones del cuerpo a los componentes específicos son insignificantes.

Por otra parte el método secuencial introduce las cargas en forma de blo-
ques, existiendo un orden sucesivo en éstas, de manera que permitan adaptacio-
nes morfológicas que favorecen los efectos deseados en la interconexión de
cargas.

3.14. FORMAS DE LA CARGA DE ENTRENAMIENTO.

Una vez analizadas las cargas desde diferentes puntos de vista, conviene
establecer una serie de procesos metódicos de organización para su correcta
aplicación por parte del entrenador. Estos procesos van dirigidos al diseño de
métodos, medios o ejercicios para el entrenamiento. No se trata, en modo alguno,
de reformular de nuevo lo que se ha planteado durante estas líneas sino que de
alguna manera los entrenadores realizan sesiones, programan ejercicios, en una
amplia gama de variantes y condiciones que permiten la aplicación de las cargas.
La sistematización de todos estos procesos se conoce como formas de la carga.

Las formas más habituales que se van a establecer en este capítulo en rela-
ción a la carga están basadas en la síntesis que se ha realizado a partir de las
propuestas de Harre (1987), Martin, Carl y Lehnertz, (2001), Platonov y Bulato-
va, (2001), Matveiev (1977; 1983; 1993, 2001), dividiendo las formas de carga
en:
- Métodos de entrenamiento.
- Medios de entrenamiento.
- Ejercicios físicos.

3.15. LOS MÉTODOS DE ENTRENAMIENTO.

El método es una forma de hacer una actividad, es el camino o el proceso


que la actividad ha de seguir para conseguir un objetivo (Sierra, 1993). Los
métodos de entrenamiento son procedimientos planificados de transmisión y
configuración de contenidos, dentro de unas formas de entrenamiento dirigidas a
un objetivo (Martin, Carl y Lehnertz, 2001). En similares términos Zintl (1991)
habla de procedimientos programados que determina los contenidos, medios y
cargas de entrenamiento en función del objetivo.

Grosser, Starischka y Zimmermann (1988), Platonov y Bulatova (2001) y


Zintl (1991), en un sentido más restringido del concepto método para el desarro-

- 98 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

llo del acondicionamiento físico, la técnica y la táctica, hacen referencia a los


siguientes métodos:

x Métodos de duración (continuos y con cambios de intensidad).


x Métodos con intervalos (extensivos, intensivos, de repeticiones).
x Métodos de competición y de control.
x Finalmente, los métodos ideomotores para el desarrollo de la técni-
ca y la táctica cerrarían el conjunto de métodos de entrenamiento.
Los métodos en este caso hablan de estrategia en la practica, técni-
cas y estilos de enseñanza (Platonov y Bulatova, 2001).

Por lo tanto, el método es un procedimiento, un modo de actuación, cons-


tituido por una serie de operaciones, que constituyen las formas ordenadas de la
carga de entrenamiento, materializadas en técnicas operativas, descritas en actua-
ciones concretas, con el fin de obtener una adecuada dirección del entrenamiento.
En el contexto específico del entrenamiento deportivo, los métodos de entrena-
miento deben basarse en un conocimiento claro de los procesos que subyacen en
todo movimiento deportivo para que sea, en la medida de lo posible, lo más
ajustado a su naturaleza.

Sin embargo, hablar de métodos implica dar un sentido más amplio del
concepto, dentro del cual se aborda el entrenamiento desde un punto de vista
global, relacionando los métodos con todos aquellos principios del entrenamiento
que dirigen el entrenamiento, normativizan y ponen en juego los principios
pedagógicos y metodológicos, aunque siempre desde la óptica que el principal
medio del entrenamiento está representado por el ejercicio (Matveiev,
1983,1993; Hohmann et al, 2005). De este modo, el entrenamiento deportivo se
observa desde una posición biológica pero también pedagógica, donde el aborda-
je del concepto método se ha implementado habitualmente en los contextos no
formales de enseñanza de la Actividad Física y el deporte. La toma de decisiones
en cuanto al método se establecen en torno a la pregunta “cómo” entrenar, es
decir, es la forma en la que los entrenadores “enseñan” o elaboran contenidos
para la realización de sus sesiones. El entrenador de este modo conecta los obje-
tivos con los contenidos (medios) a través del método de entrenamiento mante-
niendo una relación de interdependencia de unos con otros.

Platonov y Bulatova (2001) hablan de métodos en un sentido amplio, y


circunscriben los métodos al trabajo del entrenador y del deportista mediante los
que se logra una asimilación de conocimientos, capacidades y hábitos, y se
desarrollan cualidades indispensables. En la práctica, todos los métodos se divi-
den en tres grupos: orales, visuales y prácticos.

Desde las Ciencias del Deporte, los métodos de tipo visual y oral se abor-
dan desde la pedagogía, ya que se corresponden con aquellos procesos de ense-
ñanza-aprendizaje que se vinculan a la interacción entrenador-deportista median-
te técnicas y estilos de enseñanza, y no desde el entrenamiento deportivo, debido

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

al carácter empírico-analítico de nuestra Ciencia, por lo que los métodos objeto


de nuestro campo de conocimiento se corresponden más con los métodos prácti-
cos de desarrollo de las cualidades motoras.

Es importante que no se confunda con el concepto metodología de entre-


namiento, aspecto mucho más amplio que la propia teoría y práctica entrena-
miento deportivo desde su propia definición, que realizará:”…el estudio de los
métodos que se siguen, para apreciar su idoneidad, pertinencia y validez, ade-
más de su adecuación y desarrollo permanente para su sucesiva y consecuente
aplicación” (Martin y Vittori, 1997a: 8). Desde esta perspectiva, el concepto de
metodología del rendimiento, es análogo al concepto de entrenamiento deportivo
ya que su eje de estudio parte del conocimiento empírico que ambos tratan de
estudiar, por tanto la metodología es la responsable del proceso unitario de
formación-educación-entrenamiento y mucho más amplio que el conjunto de
procedimientos denominados “métodos” (Martin y Vittori, 1997a, 1997b,
1997c).

3.16. LOS MEDIOS DE ENTRENAMIENTO.

Los medios del entrenamiento son: “…los distintos ejercicios físicos que
ejercen una influencia directa o indirecta en el desarrollo de las cualidades
motoras de los deportistas, mientras que los ejercicios físicos deben ser conside-
rados como un conjunto de acciones motoras destinadas a resolver un proble-
ma…” (Platonov y Bulatova, 2001:10).

Grosser, Starischka y Zimmermann (1988) o Martin, Carl y Lehnertz


(2001) al hablar de la totalidad de ejercicios o actividades que sirven para aumen-
tar el rendimiento deportivo realizados en el entrenamiento los llaman conteni-
dos de entrenamiento. El contenido del entrenamiento es el tipo de actividad que
se produce durante el entrenamiento, mediante su realización se intentarán con-
seguir determinados objetivos (Martin, Carl y Lehnertz 2001).

3.17. LOS EJERCICIOS FÍSICOS.

El ejercicio físico es “…la reproducción regulada de las acciones racio-


nales (por separado o en conjunto), que se reglamenta por los principios de
consecución del efecto de la actividad preparatoria del efecto de la actividad
preparatoria…que se expresan en la realización de las acciones y en el aumento,
conservación y recuperación del nivel de la capacidad para actuar…” (Mat-
veiev, 2001:147).

La importancia de los ejercicios de entrenamiento viene dada porque el


efecto de los mismos tiene una relación directa con los factores de objetivación
de la carga: volumen, intensidad, calidad de la ejecución motora, duración del

- 100 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

entrenamiento (Harre, 1987; Berger y Hauptman, 1996; Schnabel, Harre y Borde,


1998).

“…los ejercicios físicos tienen la particularidad de ser medios principales


y, simultáneamente, elementos de la estructura de entrenamiento. Además figu-
ran también entre los factores de la carga de entrenamiento. Este carácter
universal se debe al hecho que salvo escasas excepciones, un entrenamiento
deportivo solo es posible bajo la forma de utilización de ejercicios físicos…”
(Berger y Hauptman, 1996:32). Por lo tanto, es muy importante caracterizar al
ejercicio de tal forma que se preste a la solicitación funcional del organismo para
la cual el entrenador plantea dicha carga de entrenamiento.

Existen una serie de factores que hay que tener en cuenta en la caracteriza-
ción del ejercicio:

1. Grupo muscular al que va dirigido.


2. Porcentaje de musculatura implicada en la realización de éste.
3. Dificultad coordinativa del ejercicio, producto del grado de complejidad
que tiene el deportista para controlarlo, ya que un ejercicio que no es
habitual presenta una mayor solicitación o intensidad psíquica para su
control.
4. Posición del cuerpo en el espacio durante su ejecución, debido a que un
ejercicio realizado en una posición diferente a la específica del gesto
competitivo puede facilitar o añadir (“constraints”) a su ejecución, au-
mentando la dificultad y como consecuencia de ello, la carga (Schnabel,
Harre y Borde, 1998).

3.18. CLASIFICACIÓN DE LOS EJERCICIOS FÍSICOS.

La clasificación de los ejercicios fue uno de los elementos sistematizado-


tes que han caracterizado a la actividad física en el siglo XIX, sobre todo desde
sus distintas escuelas: Sueca, Alemana y Francesa Así, por ejemplo, la gimnasia
sueca los ordenaba en ejercicios sin aparatos y ejercicios con aparatos; y la
estructura de la clase la dividía en: ejercicios preparatorios, ejercicios fundamen-
tales, ejercicios derivados e intercalados en la lección y ejercicios finales (Lan-
glade, 1986).

Esta sistematización del ejercicio continúa en el ámbito del entrenamiento


deportivo partiendo de los propios objetivos del entrenamiento y los principios
que lo regulan (Matveiev 1977; 1983). Las posiciones en torno a la clasificación
de los ejercicios provienen de la escuela rusa, de autores como Platonov (1995;
2001), Platonov y Bulatova (2001) o Matveiev (1977; 1983; 1993), que adoptan
como modelo de clasificación la que divide los ejercicios entre ejercicios de
entrenamiento y ejercicios de competición.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Otra de las escuelas del bloque del Este, la antigua R.D.A., distingue entre
ejercicios de desarrollo general, especiales o específicos del deporte, de competi-
ción y de control o prueba, afirmando que estos ejercicios tienen que ver con las
esferas de condición física, técnica, táctica y personalidad (Grosser, Starischka y
Zimmermann, 1988).

El grupo de ejercicios de entrenamiento pueden subdividirse en ejercicios


de preparación general, auxiliares y de preparación especial. En la clasifica-
ción de Mateveiev (1983) no se recogen los de preparación especial, aunque si en
Matveiev, (1993), Weineck, (1994) y en Platonov y Bulatova (2001).

Los ejercicios de preparación general son aquellos que sirven para el desa-
rrollo funcional del organismo del deportista, son de carácter polifacético y
pretenden un desarrollo armónico de la condición física. En este sentido son
necesarios todos aquellos que influyan efectivamente en el desarrollo de todas las
cualidades físicas (Matveiev, 1993; Platonov y Bulatova, 2001). Así, la impor-
tancia de los ejercicios de preparación general reside en que son la base para el
desarrollo de la preparación especial, considerándose una premisa indispensable
para perfeccionarse posteriormente en una modalidad deportiva en concreto a
través de ejercicios de preparación especial.

Los ejercicios de preparación auxiliar comprenden elementos de las accio-


nes competitivas y también movimientos y acciones muy parecidos a ellas por la
forma y el carácter de las capacidades manifestadas. Estos ejercicios presuponen
acciones que crean una base especial para el consiguiente perfeccionamiento de
una u otra actividad deportiva (Matveiev, 1993; Platonov y Bulatova, 2001). El
objetivo es crear una base para el soporte de los grandes volúmenes de trabajo
que va a tener que realizar el deportista en pos del desarrollo de las cualidades
motoras especiales.

Los ejercicios de preparación especial “…ocupan un lugar muy importan-


te en el sistema de preparación física de los deportistas de alto nivel y abarcan
un conjunto de medios que incluyen elementos de la actividad competitiva, así
como acciones muy similares a dicha actividad, por su forma, estructura e
incluso el carácter de las cualidades que intervienen y de la actividad de los
sistemas funcionales del organismo…” (Platonov y Bulatova, 2001:10). El
objetivo de la preparación especial es desarrollar las cualidades motoras específi-
cas que requiere el deporte en cuestión, de acuerdo a las demandas competitivas
que éste plantea. Para que los ejercicios sean de preparación especial hay que
tener en consideración:

x Que los grupos musculares que soportan la acción competitiva y sus


antagonistas deben tener un papel protagonista.
x Que la elección de los ejercicios tenga similitud en mayor o menor
grado con los gestos de la actividad competitiva.

- 102 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Finalmente, los ejercicios competitivos son “…las acciones motoras comple-


tas (o bien el conjunto de acciones motoras), que constituyen el objeto de la
especialización deportiva en plena correspondencia con las condiciones de las
competiciones del deporte de que se trate...” (Matveiev, 1977,1983, 1993). El
ejercicio competitivo posee una orientación diversa en función del tipo que sea,
distinguiéndose entre:

x Ejercicios cíclicos cuyas formas son relativamente estables: en este


grupo se encuentran los ejercicios de velocidad y fuerza para lanza-
mientos o saltos, o de locomoción cíclica para la resistencia.
x Ejercicios de formas alternas que varían según las condiciones de
competición, en los que se incluyen los juegos deportivos y los
deportes de lucha.
x Series de ejercicios competitivos relativamente independientes, corres-
pondientes a determinados deportes como las pruebas combinadas o el
triatlón.

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FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

4. LA ADAPTACIÓN EN EL ENTRENAMIENTO
DEPORTIVO.

La naturaleza de la adaptación que ocurre a nivel anatómico-funcional en


el organismo como respuesta al entrenamiento deportivo ha sido ampliamente
estudiada en el contexto del entrenamiento deportivo (Harre, 1987; Platonov,
1988, 1994, 2001; Verkhoshansky, 1988; Verkhoshansky y Siff, 2000; Tschiene,
1997, 2000; Garcia-Manso, 1999).

Pese a que el concepto de entrenamiento analizado en el capítulo dos es de


naturaleza global e integradora de las perspectivas tanto biológicas como psico-
lógicas y socioculturales del entrenamiento, el conocimiento de la adaptación en
éste se ciñe al estudio y desarrollo de la misma desde un punto de vista biológico,
con algunas relaciones esporádicas con otras disciplinas que se dedican a la
investigación de estos conocimientos como la psicología del deporte, la sociolo-
gía del deporte, o la pedagogía del deporte. Del mismo modo, no se pretende
solapar con materias como fisiología del ejercicio, aunque es necesario el susten-
to de ésta para la explicación de algunos conceptos vinculados y para tener una
visión lo más objetiva posible del incremento del rendimiento deportivo como
producto del entrenamiento y cómo dicho incremento en el rendimiento es un
reflejo de las adaptaciones en el deportista.

Así, la adaptación que interesa en el ámbito del entrenamiento deportivo


es la fenotípica (Platonov, 1994; Zhelyazkov, 2001), entendida como la adquirida
a través de la estimulación de factores sociales y ambientales, concibiendo el
entrenamiento como un proceso interactivo continuo, y un sistema que integra
varios sub-sistemas.

El enfoque del entrenamiento que se presenta comprende dos tipos de re-


acciones adaptativas (Zhelyazkov, 2001:61):

x Adaptación como proceso: refleja las relaciones causa-efecto entre la


carga externa y la interna (fatiga y recuperación de las reservas bio-
energéticas).
x Adaptación como estado: surge paulatinamente y refleja los resultados
estables de esta interacción conocidos como estado de entrenamiento y
forma deportiva.

4.1. CONCEPTO DE ADAPTACIÓN.

Partiendo de las características expuestas se va a contextualizar la adapta-


ción en el entrenamiento siguiendo a Harre (1987), Grosser, Brüguemann y Zintl
(1989), Álvarez del Villar, (1992), Zintl (1991), Bompa (1999) y Dick (1993).

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Para Harre (1987) la adaptación se considera el cambio de los sistemas


funcionales físicos y psíquicos a un nivel superior de rendimiento, que se produ-
ce bajo la influencia de cargas externas y como reacción frente a condiciones
externas específicas.

Por su parte, Grosser, Brüguemann y Zintl (1989) la entienden desde el


punto de vista del entrenamiento deportivo como un cambio detectable del ren-
dimiento a nivel de la condición física en sentido metabólico y morfológico,
acompañado de cambios técnicos-coordinativos (debido a adaptaciones en el
sistema nervioso central y cognitivo), todo ello complementado con cambios a
nivel psicológico.

Álvarez del Villar (1992) define la adaptación como la capacidad de los


seres vivos para mantener un equilibrio constante de sus funciones, gracias a la
modificación funcional que se produce en cada uno de sus órganos y sistemas,
debido a la exigencia de los estímulos sobre dichos sistemas.

Bompa (1999:13) habla de la adaptación como de la suma de las transfor-


maciones llevadas a cabo a través del ejercicio sistemáticamente repetido.

También se conoce como la elevación de la capacidad funcional del atleta


debido a la carga externa y/o al ajuste a las condiciones ambientales específicas
(Dick, 1993: 369) o la modificación funcional y morfológica de los sistemas
orgánicos frente a estímulos eficaces de carga (Zintl, 1991:12).

Desde la perspectiva del entrenamiento deportivo, éste significa adapta-


ción a un nuevo grado de prestación deportiva a nivel físico, psicológico, técnico
y táctico. La adaptación a causa del entrenamiento constituye una respuesta de
autorregulación del organismo debido a las exigencias del estímulo y a su poten-
cial de entrenamiento, modificándose a nivel funcional y estructural en relación a
las demandas organizadas en entrenamiento, que desembocan en una optimiza-
ción de los procesos globales del organismo hacia el rendimiento.

4.2. EL MECANISMO DE ADAPTACIÓN.

La adaptación es un elemento que junto con la carga y la recuperación


constituyen el núcleo que conforma el proceso de entrenamiento deportivo, de tal
manera que el incremento del rendimiento deportivo se supedita a la interacción
y regulación de todos estos componentes.

La carga de entrenamiento y la recuperación son los elementos más impor-


tantes con los que juega el entrenador para provocar la adecuada adaptación en el
organismo del deportista, por lo tanto, carga de entrenamiento, recuperación y
adaptación se encuentran indisolublemente unidas.

- 106 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Los ritmos y la magnitud de las transformaciones de adaptación en el or-


ganismo están condicionados por el carácter, la magnitud y la tendencia de la
carga (Platonov, 1993). Las cargas de entrenamiento convenientemente planifi-
cadas por el entrenador deben tener como finalidad el desarrollo de las adapta-
ciones necesarias en el organismo para poder producir un efecto apropiado en la
especialidad deportiva practicada (Manno, 1992).

La adaptación proveniente del medio ambiente es otro factor coadyuvante


en el desarrollo del rendimiento deportivo, como se puede comprobar en relación
al entrenamiento en altitud. La adaptación del hombre a la hipoxia y sus posterio-
res beneficios en el desarrollo de la resistencia en competición es quizás una de
las líneas más estudiadas y utilizadas en el desarrollo del rendimiento (Platonov y
Bulatova, 1998; Feriche, Delgado y Alvarez, 1998).

La adaptación como concepto a desarrollar en este capítulo, lleva incardi-


nado los procesos de heterostasis como alteración en el equilibrio de órganos y
sistemas y homeostasis. El proceso de homeostasis se produce a causa de la
carga a la que sometemos al organismo que produce una estimulación que lleva
consigo un desequilibrio, o heterostasis, en los procesos anabólicos y catabólicos
que el organismo tiende de nuevo a reequilibrar, y esta reequilibración se mani-
fiesta en un incremento de los procesos anabólicos con la finalidad de proteger la
estructura de un agotamiento excesivo (Fry et al., 1991). Esto significa que los
procesos regenerativos procuran no sólo recuperar el nivel inicial del que partía
el deportista sino superarlo, entendiéndose este fenómeno como un mecanismo
protector para prevenir un nuevo vaciado de reservas en el caso de repetidas
cargas superiores, este fenómeno se conoce como supercompensación (Grosser,
Bruguëmann y Zintl, 1989; Fry et al., 1991). En principio, la supercompensación
sólo se puede relacionar experimentalmente con los procesos del metabolismo
del glucógeno por lo que la transferencia del modelo de supercompensación a
otros ámbitos del metabolismo no parece admisible (Martin Carl y Lehnertz,
2001). La figura 4.1 representa gráficamente estos procesos. En la literatura más
actual, el término supercompensación puede verse sustituido por el de recons-
trucción adaptativa, ya que la adaptación a las cargas de entrenamiento no se
produce de igual forma en todos los sistemas que conforman el organismo (Siff y
Verkhoshansky, 2000).

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MODELO UNIFACTORIAL DEL ENTRENAMIENTO


Incremento de
la adaptación Incremento de la capacidad
de rendimiento.

Disminución (después de
tres días como mínimo)

Nivel Inicial del


rendimiento.

Tiempo de
Entrenamiento
(días, semanas,
meses …).
Desgaste de
sustancias
energéticas

Duración de la regeneración (se


efectúa una renovación
bioquímica hasta alcanzar el
nivel inicial y por encima de él)
Duración del esfuerzo
Cansancio (estímulos decisivos para
los procesos de adaptación)

Figura 4.1. Esquema explicativo de los procesos de adaptación en el organismo.


(Yacovlev, 1977, citado por Grosser, Bruguëmann y Zintl, 1989).

Este proceso de adaptación define posteriormente un modelo teórico del


entrenamiento deportivo denominado Modelo Unifactorial del Entrenamiento
(Siff y Verkhoshanski, 2000). Basado en el principio de supercompensación
plantea cómo el organismo se adapta hipotéticamente a un nivel más alto de
rendimiento en respuesta a una carga de entrenamiento repetida. Este modelo
plantea las siguientes situaciones ya descritas con anterioridad en el trabajo de
Schmolinsky (1985:27) para explicar el principio del entrenamiento de sistemati-
zación, y que tratan de exponer el mismo hecho desde puntos de vista diferentes,
considerando cómo los ciclos de entrenamiento implican una alternancia rítmica
entre esfuerzo-recuperación. De este modo según las propuestas de Schmolinsky
(1985) o Siff y Verkhoshanski (2000) en la figura 4.2, se plantean los siguientes
casos de alternancia:

x En el primer caso el uso de una carga aislada ha provocado un efecto


retardado aumentando los niveles iniciales de rendimiento, aunque la
falta de otra estimulación hace que el organismo vuelva a sus niveles
normales (a).
x El uso de una carga subsiguiente demasiado pronto, durante el periodo
de recuperación (punto A) no provoca supercompensación y resulta de
ello un empeoramiento del rendimiento (b).
x Si las series de cargas están muy espaciadas (poco frecuentes o dema-
siado tarde, punto C), la supercompensación es mínima y el rendimien-
to tiende a estancarse.

- 108 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

x Finalmente la carga es óptima cuando la supercompensación ha alcan-


zado un pico (punto B) permitiendo aumentar la carga de forma regu-
lar, sin que se produzcan las situaciones anteriores.

Carga aplicada una vez

(B) (C)
(a)
(A) Recuperación

cansancio

Carga aplicada muy pronto y con demasiada frecuencia

(b) (A) Declive del rendimiento

Carga aplicada demasiado tarde o infrecuentemente


(C) Estancamiento del rendimiento

(c)

(C) Aumento del rendimiento

Carga máxima

(B)

(d)

Figura 4.2. Aplicación de la supercompensación para producir un entrenamiento


óptimo (Schmolinsky, 1985; Siff y Verkhoshanski, 2000).

Este modelo ha estado vigente durante muchos años entre numerosos en-
trenadores. Sin embargo, muchos de los fundamentos teóricos no han sido de-
mostrados en su totalidad, ya que son muy simples las descripciones de estructu-
ras de entrenamiento, basadas en principios teóricos orientados hacia la adapta-
ción, y los procesos de adaptación en un modelo integral de entrenamiento no
dan respuesta al aumento del rendimiento sobre la base continuada de la superpo-
sición de sesiones (Siff y Verkhoshanski, 2000; Gorostiaga, 2000; Selujanov,
1999).

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4.3. LEYES DE LA ADAPTACIÓN.

Harre (1987) formuló una serie de principios en relación al proceso de en-


trenamiento que tienen como objetivo la elevación del rendimiento en una direc-
ción sistemática, teniendo en cuenta que el input es la carga de entrenamiento, el
proceso que se produce en el organismo es la recuperación tras el cese de la
carga, que se manifiesta como unidad funcional conjuntamente por ésta, y que
conlleva la adaptación, cuyo output queda representado por la elevación del
rendimiento, como muestra la figura 4.3.

CARGA RECUPERACIÓN
ELEVACIÓN DEL
RENDIMIENTO
ADAPTACIÓN
Figura 4.3. Dinámica del proceso sistémico del entrenamiento deportivo
orientado a la adaptación.

Estas leyes son:

Ley número 1. Los procesos de adaptación sólo se producen cuando el


entrenamiento alcanza una óptima intensidad, que depende del nivel indivi-
dual de rendimiento y de un volumen mínimo de carga de trabajo. De este
modo, cuando la carga de entrenamiento produce una heterostasis en el organis-
mo, la homeostasis se restablece en un nivel superior o mediante reservas funcio-
nales adicionales. La carga de entrenamiento debe tener un volumen y una inten-
sidad adecuados para que genere esta situación, ya que la adaptación se produce
por la asimilación de los estímulos óptimos, que son aquellos que están situados
entre la intensidad umbral y la de máxima tolerancia. Un volumen muy alto, sin
la necesaria intensidad mínima no produce adaptación, de igual modo que cargas
altas y de escaso volumen. Gorostiaga (2000:21) afirma como: “…el deportista
de alto rendimiento tiene un margen de mejora muy limitado de su condición
física y realiza entrenamientos cada vez mas intensos y frecuentes para mejorar
su marca deportiva con lo que el riesgo de que la recuperación sea insuficiente y
la marca deportiva se estanque o regrese es muy grande…”. Es muy importante
por tanto, la prescripción individual del volumen y la intensidad en la sesión
basadas en las respuestas biológicas (Gorostiaga, 2000).

Ley número 2. El proceso de adaptación es el resultado de una correcta


interacción de carga y recuperación. Tal y como muestra la figura 4.1 en
relación a los procesos adaptativos, un estímulo de entrenamiento, que puede ser
un ejercicio o una sesión, genera al principio un proceso de fatiga que temporal-
mente reduce la capacidad funcional, y es durante la fase de recuperación cuando
se produce el proceso de adaptación que regenera más allá del nivel inicial.
Bompa (1999) propone, en función del tipo de cargas, los siguientes tiempos de
recuperación para obtener una adaptación positiva:

- 110 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

x Capacidad aeróbica: 24-48 horas.


x Potencia aeróbica: 48-72 horas.
x Resistencia anaeróbica aláctica: 5-8 horas.
x Resistencia anaeróbica láctica: 48-72 horas.
x Fuerza-resistencia: 24-72 horas.
x Fuerza máxima: 24-72 horas.
x Fuerza explosiva: 24-72 horas.

En relación a una sesión de fuerza, la correspondencia en la duración del


descanso entre series e intensidad de éstas se muestra en la tabla 4.1 (Kraemer,
2006):
Tabla 4.1. Relación entre duración de los periodos de descanso entre series
(Kraemer, 2006: 78).
Duración del
periodo de Comentarios
descanso (seg).
Descanso muy, muy corto.
Casi no hay recuperación de las series anteriores y la producción
de fuerza se reduce de forma característica en las siguientes
0-30
series. Las cargas son obligatoriamente muy ligeras (12 RM o
superior). Habitualmente, estos descansos tan cortos no se em-
plean cuando se deben levantar cargas importantes.
Descanso muy corto.
Al aumentar el descanso hasta 60 seg., éste permite que la movi-
31-60 lización de cargas más elevadas (p. ej. 10 RM) pueda tolerarse,
mostrando una intensa respuesta de estrés fisiológico y estimula-
ción de la vía glucolítica frente al protocolo de la sesión.
Descanso corto.
Permite movilizar cargas pesadas. Habitualmente el descanso de
61-90
90 seg. se aplica como punto de partida para la progresión del
programa hacia periodos de descanso más cortos.
Descanso moderado.
91-120 Es un periodo de descanso muy popular en muchos programas de
entrenamiento que emplean patrones de carga moderados.
Descanso largo.
Habitualmente se utiliza cuando la carga en el programa de
121-180 entrenamiento empieza a ser pesada, por ejemplo 10RM o infe-
rior.

Descanso muy largo.


Se utiliza cuando se deben levantar cargas muy elevadas o
cuando se desea obtener una gran velocidad y potencia en cada
>180
repetición. Los periodos de descanso de más de 7 minutos pue-
den aplicarse para asegurarse una recuperación energética y
nerviosa completa antes de iniciar una nueva serie.

- 111 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Las nuevas tendencias del entrenamiento recalcan la importancia del co-


nocimiento objetivo en cuanto al tiempo que es necesario para que un deportista
se recupere después de las sesiones de entrenamiento. La aceleración en la recu-
peración ha desarrollado el uso de técnicas regenerativas que provoquen una
disminución de tiempo, aumentando así el volumen y la intensidad del entrena-
miento sin riesgo de fatiga (Gorostiaga, 2000).

Esta correcta interacción entre carga y recuperación plantea el segundo


modelo teórico de entrenamiento denominado Modelo Bifactorial del Entrena-
miento planteado por Busso, Carasso y Lacour (1991), posteriormente sintetiza-
do por Zatsiorski (1995) y recogido por Siff y Verkhoshanski (2000) y Norris y
Smith (2002). Este modelo ha sido denominado también modelo de forma física-
cansancio, y establece la relación entre el trabajo de condición física (carga de
trabajo) y la respuesta de la fatiga para obtener el rendimiento como el output del
sistema, debido al equilibrio de estos dos componentes.

Un modelo similar ya fue planteado inicialmente por Banister y Hamilton


(1985); Banister (1991) y Banister et al. (1986) enfatizando la complejidad de la
interacción entre condición física y fatiga.

Este modelo plantea la superposición de dos efectos retardados que siguen


a la aplicación de una carga de entrenamiento:

x Un efecto retardado a largo plazo que produce un aumento de la forma fí-


sica especial.
x Un efecto retardado de cansancio a corto plazo que genera un tipo especí-
fico de cansancio.

Ambos efectos interactúan constantemente y son los reguladores del au-


mento de la forma física; el primero es un cambio lento, progresivo y retardado
de ésta, mientras que el segundo es un factor negativo de menos duración que la
disminuye. De este modo, el efecto de entrenamiento puede durar tres veces más
que el efecto del cansancio. (Norris y Smith, 2002; Zatsiorsky y Kramer, 2006;).

Así, como afirman Norris y Smith, (2002:129): “Este modelo que parte
del constructo de que el componente de condición física tarda tres veces más en
volver a los niveles normales que el componente de fatiga demuestra la necesi-
dad de una planificación en la recuperación sistemática y apropiada”.

Para Siff y Verkhoshanski (2000:113): “…el aumento de la capacidad


condicional en un momento dado (P(t)) es igual a la preparación inicial del
deportista antes de la sesión de entrenamiento más la mejora de la preparación
P, producida por la suma de los efectos retardados de la forma física y el can-
sancio…”. (Figura 4.4).

- 112 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Preparación
Inicial

P(0)
Sesión de Entrenamiento

Efecto retardado
P (t) = P(0) + ǻ P
+ F1(t)
de la forma física
Preparación

Carga Tiempo de
Entrenamiento

Cambio en la
preparación ǻ P= F1(t)-F2(t)
_

Efecto retardado
del cansancio F2(t)

Figura 4.4. Modelo bifactorial del entrenamiento (Zatsiorsky y Kraemer,


2006:13).

Ley número 3. El proceso de adaptación positiva sólo se consigue me-


diante la variación de las cargas. Las cargas que se repiten una y otra vez
provocan en cada ocasión menos adaptaciones. La modificación de las cargas
durante el entrenamiento es una de las premisas que ayudará a la adaptación
positiva; esta variedad en las cargas se vincula al concepto de periodización. La
periodización es la ordenación cíclica y gradual de los ejercicios de entrenamien-
to siguiendo unos principios de especificidad, volumen e intensidad con el obje-
tivo de alcanzar altos niveles de rendimiento deportivo en las competiciones más
importantes (Wathen y Roll, 1994; Fleck, 1999). Plisk y Stone (2003) lo definen
como una distribución planeada o variación de los métodos de entrenamiento por
medio de ciclos de tiempo. En este sentido, parece que la periodización es un
concepto fundamental para alcanzar rendimientos deportivos. El objetivo en los
modelos periodizados es tratar de maximizar el principio de sobrecarga y asegu-
rar la correcta relación entre estímulo/recuperación. El principio de sobrecarga en
el entrenamiento deportivo se describe como el proceso en el cual se debe esti-
mular el sistema neuromuscular a cargas mayores provocando una adaptación a
éstas. Los programas periodizados en su naturaleza tratan de maximizar esa
adaptación cambiando la magnitud de las cargas y ampliando así las capacidades
de respuesta del sistema neuromuscular. (Howley y Franks, 1986; Stone,
O´bryant y Garhammer, 1981).

Parece ser que programas de entrenamiento periodizados producen mayo-


res ganancias que programas no periodizados de una o múltiples series (Stone,
O´bryant y Garhammer, 1981; Fleck, 1999; Rhea et al, 2003).

- 113 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Las nuevas tendencias en el entrenamiento deportivo proponen el conoci-


miento objetivo de los efectos que se producen en las diferentes cualidades
físicas tras una fase de varias semanas de entrenamiento (Gorostiaga, 2000),
según este autor la mayoría de los estudios por parte de entrenadores rusos son
meras conjeturas sin base científica para afirmar que una u otra adecuada planifi-
cación es más apropiada para un deportista. Para asegurar la correcta adaptación
se sugiere que un año de entrenamiento debería ser dividido en cuatro grandes
periodos denominados macrociclos que habrían de tener una duración aproxima-
da de 12 semanas. Para prevenir el sobreentrenamiento cada macrociclo se divide
en ciclos de cuatro semanas de duración en los que se recomienda alternar de 1 a
3 semanas de entrenamiento intenso con semanas de entrenamiento ligero, aun-
que Gorostiaga (2000) no especifica el ratio semanas de entrenamiento ligero por
semanas de entrenamiento intenso, justificándolo en la imprecisión que resulta de
la respuesta biológica del deportista y del tipo de carga, por lo que la solución
más adecuada es el control sistemático del entrenamiento mediante el equilibrio
sanguíneo hormonal anabólico-catabólico, ya que muchas veces se pueden
necesitar de 2 a 5 semanas de entrenamiento más ligero para alcanzar la fase de
supercompensación.

Ley número 4. Solo se consigue una elevación a un nivel de rendimien-


to con la introducción de cargas inusuales que provoquen una estimulación
en el organismo. En el caso de deportistas jóvenes, el entrenamiento da como
resultado una rápida elevación del rendimiento, sin embargo en deportistas con
mayor trayectoria en el entrenamiento la reserva de adaptación es cada vez más
reducida, por lo que sólo la acumulación de efectos de entrenamiento o el uso de
cargas de entrenamiento que generen un mayor impacto sobre el organismo serán
las encargadas de provocar una adaptación positiva.

Ley número 5. Las adaptaciones al entrenamiento disminuyen si se re-


ducen excesivamente las exigencias de carga o se produce desentrenamiento.
Para Mujika y Padilla (2000) el desentrenamiento se puede entender de dos
formas, el desentrenamiento a corto plazo (menos de 4 semanas de estimulo de
entrenamiento insuficiente) o a largo plazo (más de 4 semanas). Los efectos en
función del tipo de desentrenamiento varían, pero de manera general se puede
afirmar que las adaptaciones producidas se van perdiendo, aunque dichas pérdi-
das son diferentes en el tiempo dependiendo de los parámetros que se traten, así
el VO2 max disminuye de un 6 a un 20% en el desentrenamiento a largo plazo, la
frecuencia cardiaca aumenta un 5% después de 84 días sin entrenar, etc. (Mujika
y Padilla, 2000).

Ley número 6. La adaptación del organismo ocurre siempre en la di-


rección propuesta por la estructura de la carga. El tipo de carga que regula la
condición del deportista influye en la dirección del rendimiento deportivo, ya que
la condición del atleta intervendrá en el efecto de entrenamiento de la carga
(Verkhoshansky, 1988; Siff y Verkhoshansky, 2000).

- 114 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Muchas de estas leyes han servido para la elaboración de los principios del
entrenamiento, que sirven de guía al enfoque metódico del proceso del entrena-
miento y que aseguran el desarrollo unitario de la construcción del deportista y
de su rendimiento deportivo.

4.4. LA ADAPTACIÓN EN RELACIÓN AL PROCESO DEL


ENTRENAMIENTO DEPORTIVO.

Si bien los planteamientos originarios de la adaptación derivan del princi-


pio de homeostasis descrito por Roux en 1895 (Hohmann et al, 2005), los prime-
ros esbozos acerca de la estructuración del entrenamiento deportivo que fueron
planteados por Matveyev a finales de los años 50, se basaban en el Síndrome
General de Adaptación de Selye, tal y como argumenta Czajkowski (1977), que
planteó como las argumentaciones iniciales en torno a la importancia de la adap-
tación comienzan en el momento en el que es la llave para alcanzar el máximo
rendimiento en la competición principal. Apoyándose en Selye, Delanne (1952) y
Mitolo (1951) aplicaron el síndrome general de adaptación al ejercicio físico.
Paralelamente Yakolev (1955, citado por Verkhoshansky y Siff, 2000) ya estu-
diaba a principios de la década de los 50 la relación entre la adaptación y los
procesos de recuperación y agotamiento con distintos tipos de carga.

En 1959 Prokov (citado por Viru y Viru, 1999), subrayó la importancia de


la dinámica de las cargas onduladas como un elemento básico para la mejora del
rendimiento, ya que el aumento progresivo de las cargas conduciría finalmente al
sobreentrenamiento y consecuentemente a la pérdida de rendimiento.

Para Czajkowski (1977) la planificación diseñada por el entrenador tenía


como objetivo que los mejores resultados se produjeran en las competiciones más
importantes, sin embargo, luego se obtienen en competiciones secundarias en
algunos casos y nunca cuando se ha planificado. Este proceso suele deberse
según este autor a una incorrecta planificación.

Para tratar de solucionar este problema, Czajkowski (1977) propone ra-


cionalizar el entrenamiento teniendo en cuenta las siguientes pautas:

1. El conocimiento más exacto de las glándulas endocrinas durante el


entrenamiento de los deportistas.
2. La consideración de los fenómenos que surgen a la luz de la teoría
del estrés de H. Selye.
3. La consideración en la planificación de los tipos simpaticotónico y
vagotónico.

Para Álvarez del Villar (1992): “...la ciencia del entrenamiento ha encon-
trado en la teoría de Selye una base racional para explicar problemas dudosos
en relación en el entrenamiento y las reacciones del organismo a los mismos...”
Selye, endocrinólogo, considera el stress como la perturbación de la homeostasis

- 115 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

normal y la adaptación un esfuerzo para recuperar el equilibrio normal posterior


a la alteración del equilibrio homeostático. (Selye, citado por Álvarez del Villar,
1992).

Actualmente, el fenómeno de la adaptación hay que entenderlo como pro-


ceso y como resultado. Proceso durante el cual en el organismo se explican las
relaciones de causa-efecto entre la carga externa e interna y Resultado o estado
entendido como el producto final del proceso, (Platonov, 1993; Zhelyazkov,
2001).

Platonov (1994:13) plantea la adaptación de una forma menos biológica y


más global en referencia a las diferentes cargas de entrenamiento: “Las manifes-
taciones de la adaptación en el deporte son múltiples. Durante el entrenamiento
hay que amoldarse a cargas físicas de distintas tendencias, de coordinación,
intensidad y duración complejas y utilizar un gran arsenal de ejercicios encami-
nados a educar las cualidades físicas, perfeccionar la maestría técnica y táctica,
y las funciones psíquicas”.

De esta forma se entiende el entrenamiento deportivo como una elevación


duradera de la función fisiológica de los órganos a consecuencia de modificacio-
nes estructurales inducidas por estímulos de la misma índole (Hohmann et al.,
2005). Adaptarse supone para un deportista, adecuarse a estímulos de carga cada
vez mayores, o que produzcan específicamente una respuesta en el organismo
que permita un máximo rendimiento hacia un estímulo de carácter competitivo.
Cada etapa del largo perfeccionamiento deportivo supone subir un peldaño en los
requerimientos de la prestación deportiva del sujeto, la estructura de la prepara-
ción deportiva requiere de muchos años, según la especificidad de cada deporte
abarca de 6-8 años, hasta 20-25 y más. Para ilustrar esta cuestión con mayor
rotundidad la tabla 4.2 muestra la edad a la que adquiere un deportista las máxi-
mas prestaciones, y el tiempo estimado de mantenimiento de los resultados
(Platonov, 1993, Platonov, 1995). El entrenamiento prolongado durante varios
años, hace llegar a la conclusión que las cargas de entrenamiento realizadas sobre
los deportistas deben tener una consideración gradual en las diferentes formas de
clasificación de ésta, de modo que el más alto nivel de adaptación de los sistemas
funcionales del organismo en los deportistas de élite sólo puede mantenerse si se
aplican duras cargas de entrenamiento pero, ¡cuidado¡, estas cargas de entrena-
miento realizadas en fases más precoces nunca garantizarán la mejora del rendi-
miento en esas edades, sino que pueden ser contraproducentes para el desarrollo
del deportista. Este concepto se incardina con la planificación del entrenamiento
deportivo a largo plazo

- 116 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Tabla 4.2. Edades en las que se producen los resultados deportivos (por
deportes) (Platonov, 1995)
Edad (años)
Disciplina
Mantenimiento de
deportiva. Posibilidades
Primeros resultados los resultados
Distancias óptimas
elevados
en m.
Hombres Mujeres Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Natación
100,200,400 17-18 14-16 19-22 17-20 22-25 21-23
800,1500 15-17 13-15 18-20 16-18 20-25 19-20

Atletismo
(carreras) 19-22 17-20 22-26 20-24 27-28 25-26
100,400 23-24 20-23 25-27 22-26 28-30 27-28
800,1500 24-26 _ 26-30 _ 31-35 _
5000, 10000

Remo
Piragua, 18-20 16-18 21-24 19-23 25-28 24-26
kayac 18-21 _ 23-26 _ 27-29 -
Piragua

Ciclismo
En pista 17-20 16-19 21-24 20-23 25-29 24-27
En carrete- 17-19 _ 20-24 _ 25-28 -
ra

En el entrenamiento deportivo, la adaptación tiene un papel fundamental,


ya que las tendencias más actuales consideran que el principal papel de las cargas
de entrenamiento es la adecuación de la síntesis proteica, producto de la adapta-
ción, como la base fundamental de las mejoras morfo-funcionales a nivel celular
que producen finalmente el rendimiento deportivo (Verkhoshansky, 1988; Viru y
Viru, 2001). Platonov (1994) afirma que el entrenamiento intensifica la síntesis
de proteínas en las miofibrillas, mitocondrias, sarcoplasmas y microsomas de los
músculos esqueléticos y del corazón; todo este proceso se acompaña de un
aumento de la actividad enzimática. Por otra parte, la acumulación de metaboli-
tos formados durante la actividad muscular, así como el descenso de los niveles
de ATP y PC, podría señalar la activación del sistema genético de las células
musculares (Siff y Verkhoshansky, 2000:108). Otro de los cambios operados por
el organismo para la síntesis proteica proviene de la activación hormonal (Siff y
Verkhoshansky, 2000:108). Tschiene (1997) afirma que dichos procesos de
adaptación no ocurren simultáneamente (heterocronismo) en los distintos tejidos
y células. Es por ello que la recuperación y la resíntesis de los recursos materiales
y energéticos del organismo no ocurren a la misma velocidad sino que existen
unos de más rápida regeneración y otros de más lenta, tal y como muestra la
figura 4.5. Para Platonov (1994:164): “…tras la realización de ejercicios de 30

- 117 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

segundos de duración al 90% de la intensidad, la recuperación de la capacidad


de trabajo suele producirse al cabo de 90-120 segundos. Los parámetros rela-
cionados con el sistema nervioso vegetativo vuelven al nivel anterior al cabo de
30-60 segundos. La recuperación de los restantes procesos puede prolongarse
hasta 3-4 minutos o más…”.

Otro ejemplo del heterocronismo de los procesos de recuperación es como


ante cargas de trabajo extremas anaeróbicas, el lactato acumulado se elimina
generalmente en 1 hora o 1 hora y media, mientras que la recuperación de las
reservas de glucógeno de los músculos en funcionamiento puede prolongarse
varios días (Platonov, 1994).

Este hecho tiene una relación directa con la praxis del entrenamiento, en
tanto en cuanto las cargas sucesivas y repetidas entre sí deben respetar una ade-
cuada regeneración de los recursos del deportista, evitando la realización de
cargas sucesivas de entrenamiento que conduzcan a situaciones de sobre-
entrenamiento y por tanto tengan una transferencia negativa sobre el rendimiento
deportivo, enlazando esta idea con la segunda ley de adaptación ya expuesta.

Capacidad Funcional
(rendimiento)

Sobrepasar
Efecto del entrenamiento
Supercompensar

RECUPERACIÓN.

Resíntesis Lenta
ESFUERZO

Por ejemplo, Proteína de las mitocondrias.


Resíntesis
Rápida
Proteínas contráctiles
Glucólisis-enzimas
glucógeno

Horas Días

Figura 4.5. Dinámica gráfica del heterocronismo tras una carga de


entrenamiento. (Hohmann et al 2005).

La adaptación óptima, producto de la adecuada estrategia sinérgica de las


cargas de entrenamiento realizadas por el entrenador, tiene una relación directa
con el desarrollo a largo plazo de las capacidades funcionales del deportista, ya
que toda intervención de entrenamiento aumenta su capacidad funcional, y ese
aumento contrasta con la disminución de sus reservas de adaptación, reduciendo
así las reservas autónomas protegidas que actuaban como mecanismos protecto-

- 118 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

res, llegando a un valor límite conocido como capacidad de adaptación, deter-


minada genéticamente por el deportista (Hohmann et al., 2005). Conforme el
sujeto va alcanzando mayores prestaciones deportivas, el ritmo de mejora del
individuo va disminuyendo, es por ello que las reservas de adaptación cada vez
son más pequeñas, por lo que se deben elevar de forma continuada las cargas de
entrenamiento y se han de orientar cada vez más específicamente a la competi-
ción, lo que coincide con la Ley de adaptación número 4.

A nivel fisiológico Hohmann et al., (2005) explican (figura 4.6) este fe-
nómeno debido a que la fase catabólica va provocando un desgaste en la estructu-
ra y en el empleo de los sustratos da como resultado a largo plazo una disminu-
ción en la capacidad de nueva reconstrucción de las estructuras (fase anabólica).

Capacidad de adaptació
adaptación individual

Capacidad funcional má
Reservas de adaptació
adaptación
Capacidad funcional

Reservas actuales

máxima

Esfuerzos actuales

Tiempo

Figura 4.6. Carga de entrenamiento progresiva y disminución de la reserva de


rendimiento deportivo explicado según Hohmann et al (2005).

4.5. LAS ADAPTACIONES EN RELACIÓN AL TIEMPO DE


EXPOSICIÓN DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO.

Las cargas de entrenamiento provocan adaptaciones que se pueden consi-


derar agudas o de corto plazo, que generan tras un tiempo adaptaciones crónicas
generales por su propia acción específica hacia los órganos y estructuras del
deportista (Verkhoshansky, 1988; Viru, 1996). Se va a diferenciar entre adapta-
ciones agudas, a corto plazo y crónicas. Se entiende que la adaptación aguda es la
influencia que tiene un ejercicio o una sesión sobre el rendimiento deportivo de
forma aislada en ese momento, mientras que las adaptaciones a corto plazo se

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

pueden definir como los efectos que tiene un microciclo o un mesociclo sobre el
rendimiento deportivo. Las respuestas o adaptaciones vienen determinadas
fundamentalmente por el efecto entrenante. Así las respuestas agudas llevarán
consigo un efecto entrenante agudo que no es más que la reacción momentánea a
la carga física del individuo, las adaptaciones a corto plazo generarán un efecto
entrenante retardado (alteración observada de un deportista en el tiempo después
de la sesión) y las adaptaciones crónicas no son más que el resultado del efecto
entrenante acumulativo, definido como la consecuencia de la aglomeración
subsiguiente de todos los efectos entrenantes que se manifestaron durante el
proceso de entrenamiento deportivo.

4.6. RESPUESTAS O ADAPTACIONES AGUDAS A UNA CARGA DE


ENTRENAMIENTO.

La adaptación tiene su origen en el stress inicial que provoca el ejercicio


físico causando una perturbación en la homeostasis, y la respuesta del organismo
al ejercicio se vincula con la recuperación de éste y su vuelta a los niveles de
equilibrio en referencia a un solo estímulo (Lamb, 1989).

Los ejercicios realizados por los atletas durante las sesiones de entrena-
miento o la propia competición provocan ajustes pertenecientes al grupo de los
procesos de adaptación aguda (Viru y Viru, 2001). Estos procesos incluyen
regulaciones de tipo homeostático, y en algunos casos, como ante ejercicios de
resistencia, activación del sistema de transporte de oxígeno y uso de las reservas
de energía (Viru y Viru, 2001).

La propuesta de Viru y Viru (2001), en referencia a las reacciones agudas del


organismo frente a un estímulo, contrasta con la noción más clásica descrita por
varios autores como Hegedus (1988), Álvarez del Villar (1992), Marcos Becerro
(2000) o Platonov (2001) trazada en tres fases, como niveles de reacción ante un
estimulo que se manifiesta con más certeza cuanto más tiempo dure el ejercicio,
y que parte de los niveles de reacción del Síndrome General de Adaptación:

x La primera fase, relacionada con el inicio de la actividad, trata de asegurar


que se produzca la respuesta funcional adecuada mediante un aumento brusco
de la frecuencia cardiaca, niveles de ventilación pulmonar, consumo de oxí-
geno, acumulación de lactato…
x La segunda fase llega cuando la actividad del sistema funcional transcurre
bajo parámetros estables entre la respuesta del organismo y las necesidades
provenientes de la carga de trabajo.
x La tercera fase se caracteriza por las alteraciones en el equilibrio establecido
en la segunda fase, debido fundamentalmente al cansancio producido por los
centros nerviosos que aseguran la regulación del movimiento y por los recur-
sos energéticos disponibles por el organismo.

- 120 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

4.7. PARÁMETROS QUE REGULAN LAS RESPUESTAS AGUDAS AL


EJERCICIO.

Las respuestas agudas vienen determinadas, según Platonov (2001), por el


volumen del estímulo, grado de preparación del deportista, su disponibilidad
para la ejecución a la que es sometido el organismo del deportista para la
ejecución de un trabajo en concreto, y la capacidad de los sistemas funcionales
del organismo para recuperarse eficazmente. En la mayoría de los casos, tras un
ejercicio breve, la recuperación suele ser rápida, por lo que el análisis del ejerci-
cio en torno al de las respuestas agudas se propone como referencia indispensa-
ble para conocer las reacciones del organismo. Son interesantes en este sentido
las aportaciones de Crewther, Cronin y Keogh (2005) que manifiestan de qué
modo el ejercicio de fuerza dará una respuesta en el organismo dependiendo de la
intensidad expresada como porcentaje de una repetición máxima. Así en base al
porcentaje de carga respecto al que se hace una repetición máxima (RM) se
puede orientar el ejercicio de fuerza hacia mejoras de tipo neural o de tipo estruc-
tural- hipertrófico. Es bien conocido que las mejoras atribuidas a cambios en el
área de sección transversal muscular se obtienen trabajando con cargas que
rondan el 70% de una repetición máxima (McDougall, 1992). Por otro lado,
intensidades próximas al 100% (85-100% de 1RM) parecen estar diseñadas para
la mejora de la fuerza a través de factores neurológicos (Kraemer et al, 2002;
Komi y Hakkinen, 1988).Con cargas ligeras se considera que existen efectos
similares a otro tipo de cargas como las pesadas en relación al desarrollo de la
fuerza y la potencia como argumentan Lyttle et al (1996) y Dahl et al, (1992).

Otros factores que destacan Crewther, Cronin y Keogh (2005) en relación a


las características del ejercicio como determinante de la respuesta aguda son:

x Duración del tiempo de contracción muscular: La capacidad del músculo


para desarrollar una tensión o producción de fuerza determinada es mayor a
velocidades lentas durante las acciones de acortamiento del músculo; es así
como los puentes cruzados tienen más tiempo para generar tensión (Herzog,
2000; Enoka, 2002).
x La velocidad de desplazamiento de la carga: La potencia se considera co-
mo un producto de la fuerza por la velocidad, de este modo existe una rela-
ción inversamente proporcional entre la fuerza y la velocidad en acciones
concéntricas, o dicho en otras palabras, durante acciones realizadas a gran
velocidad surge menor producción de fuerza y cuando se produce un des-
plazamiento de cargas pesadas, la velocidad de movimiento es más lenta
(Hunter, 2000), tal y como se comprueba en la figura 4.7 en la que la velo-
cidad de contracción a medida que disminuye aumenta la producción de
fuerza, llegando un momento en el que la proporción adecuada de velocidad
y fuerza genera la máxima potencia, ya que se establece la potencia como
un producto de la fuerza por la velocidad (Harman, 2000). En el caso de ac-
ciones excéntricas velocidad y fuerza son directamente proporcionales
(Hortabachy y Katch, 1990; Hunter, 2000).

- 121 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Producción de fuerza (N.)


Producción de potencia (w.)

Velocidad de contracción (m/s.)

Figura 4.7. Representación esquemática de la relación fuerza-potencia-


velocidad.

Existen numerosos estudios que muestran cómo el incremento de la carga


(porcentaje de 1RM en una repetición) en ejercicios como press de banca ,
press de banca lanzados, squats o semi squats, desencadena un mayor tiem-
po de ejecución del ejercicio y, por tanto, de la tensión muscular (Newton et
al 1997; Cronin et al 2001).
x El tipo de contracción de la carga: El tipo de contracción contribuye a
desarrollar mayor o menor fuerza dependiendo de la velocidad de contrac-
ción y de la activación neural que se produce. Las acciones musculares con-
céntricas son capaces de generar mayor gasto metabólico que las excéntri-
cas (Carey et al, 1997). Mientras que las contracciones excéntricas parece
que provocan mayor ganancia en fuerza e hipertrofia que las concéntricas,
aunque este tipo de afirmaciones son muy controvertidas y motivo de discu-
sión por parte la comunidad científica, ya que existen estudios que afirman
que el entrenamiento concéntrico tiene la misma efectividad que el excén-
trico (Mayhew, 1995; Carey et al, 1997). De cualquier modo, en la mayoría
de ejercicios se utilizan los dos tipos de contracciones para la mejora de la
fuerza y en la mayoría de actividades deportivas el empleo aislado de un so-
lo tipo de contracción es muy limitado.
x El efecto rebotes vs. no rebotes: El uso del ciclo estiramiento acortamiento
en un ejercicio parece poco útil cuando se movilizan cargas de entrenamien-
to pesadas, debido a que existe un mayor duración de la acción excéntrica y
un tiempo de acoplamiento más bajo(Newton et al 1997; Cronin et al 2001).
Se ha demostrado el efecto potenciador del ciclo estiramiento acortamiento
frente a acciones concéntricas solamente, concretamente hay una mejora de
un 14.1% en el aumento de la fuerza y un 11.7% de la potencia (Cronin et
al, 2001), aunque este movimiento genere una disminución en la duración
de la contracción muscular (Cronin et al, 2003) pero la energía elástica al-
macenada sumada al reflejo miotático permite alcanzar una máxima activa-

- 122 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

ción previa a la acción muscular concéntrica (Manno, 1998; Crewther, Cro-


nin y Keogh, 2005)
x Serie simple vs, múltiples series: En esta línea, estudios como los de Star-
key et al (1994) mostraron que una serie de entrenamiento de fuerza de alta
intensidad 3 días a la semana durante 14 semanas era tan efectivo como rea-
lizar 3 series del mismo.

Las respuestas agudas dependen también del nivel de entrenamiento pre-


vio de los sujetos (grado de preparación del deportista), ya que ante un mismo
estímulo se pueden tener respuestas diferentes en función de ser un sujeto entre-
nado específicamente en ese tipo de cargas, entrenado pero no específicamente o
sedentario (Gullich y Schmidtbleicher, 1996).

En la literatura científica han surgido numerosos estudios en referencia a


los efectos agudos aplicados al trabajo de potencia y fuerza explosiva mostrando
los efectos positivos de las respuestas agudas al entrenamiento de fuerza sobre el
rendimiento en salto vertical (Baker, 2001; Young, Jenner y Griffiths,1998;
Baker y Newton, 2005; Duthie, Young y Aitken, 2002). Este tipo de efecto recibe
el nombre de potenciación postactiva y es definida como el incremento en la
capacidad de un músculo después de haber realizado contracciones previas, así la
potenciación postactiva se ha convertido en un método eficaz para el incremento
de la fuerza explosiva (McBride, Nimphius y Ericsson, 2005; Gullich y Schmidt-
bleicher, 1996; Scott y Docherty, 2001). Estos principios de potenciación post-
activa han sido aplicados a atletas para la mejora de su rendimiento tanto en
entrenamiento como en competición (Scott y Docherty, 2001).

Varios métodos de entrenamiento de fuerza han sido desarrollados para la


mejora de la fuerza explosiva, usando cargas pesadas o ligeras, pliometría o
entrenamiento “balístico” (Smilios et al., 2005). El entrenamiento para la mejora
de la potencia es comúnmente usado con cargas ligeras (40-60% de 1 RM) que
son realizadas a gran velocidad (Baker, 2001). El entrenamiento con cargas
pesadas (cercanas a 1 RM o 1 RM, entre el 80-100%1RM) y realizadas con pocas
(1 a 3) repeticiones se acompaña de largos periodos de descanso e induce a
incrementos en la potencia muscular. Este tipo de trabajos llevados al terreno de
la aplicación práctica del entrenamiento, justifican por ejemplo, que en un calen-
tamiento para deportistas entrenados deben incluirse ejercicios de este tipo para
la mejora de la potencia en competición como muestran los resultados del estudio
de Young, Jenner y Griffiths (1998) que sugieren que la inclusión de una serie de
5 RM en un calentamiento (4 minutos antes de un Countermovement Jump
[CMJ]) podía mejorar el rendimiento en actividades cuyo factor de rendimiento
principal sea la potencia de los extensores de piernas. Duthie, Young y Aitken,
(2002) examinaron el rendimiento en SJ y concluyeron que el entrenamiento de
contraste es muy ventajoso para la mejora de la potencia pero sólo cuando los
deportistas poseen altos niveles de fuerza. El estudio de Smilios et al (2005)
sobre efectos a corto plazo del entrenamiento mostraba cómo el rendimiento en

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

el CMJ es mayor cuando se alternan en el entrenamiento métodos balísticos con


cargas moderadas (30-60% de 1 RM).

4.8. ADAPTACIONES A LARGO PLAZO A LAS CARGAS DE


ENTRENAMIENTO.

Cuando hay una estimulación repetida por medio de un entrenamiento sis-


temático se produce una elevación duradera de la función fisiológica de los
órganos como consecuencia de las modificaciones estructurales y energéticas en
el organismo del deportista (Hohmann et al, 2005), y dicha capacidad adaptativa
del organismo se efectúa a diferentes niveles (molecular, celular, tisular, en los
órganos y en cada subsistema del organismo), añadiendo nuevas peculiaridades
al deportista. Alcanzar altos niveles de rendimiento deportivo es el resultado de
muchos años de entrenamiento metódico, bien programado, y sobre todo de duro
esfuerzo para el deportista, por lo que la capacidad de rendimiento deportivo de
un sujeto no es sino el reflejo de su grado de adaptación a los requerimientos
específicos del deporte (Bompa, 1999: 13).

Cuando una carga es repetida durante un tiempo determinado, se van pro-


duciendo sucesivamente una serie de cambios y transformaciones en el individuo
y adaptándose a los estímulos de carga en periodos de al menos un año como
postula Verkhoshansky (1988:39). En cierto modo, la adaptación posee dos tipos
de curvas claramente definidas (figura 4.8), la primera (curva A) representa el
rendimiento deportivo como un proceso de adaptación estable a largo plazo. La
segunda (curva B) serían todos los procesos fisiológicos que se producen en el
organismo, aunque las modificaciones funcionales, según Verkhoshansky
(1988:39), poseen un carácter más temporal, inestable y, en cierta medida, rever-
sible.

“…la adaptación no se puede considerar como un proceso de equilibrio o com-


pensación, sino más bien el mantenimiento activo de un cierto nivel de desequili-
brio entre el organismo y el ambiente externo, que representa las causas princi-
pales que provocan o perturban el desarrollo de las transformaciones adaptati-
vas en el organismo..”(Verkhoshansky, 1988:39).

- 124 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Rendimiento
Deportivo

B
A

Tiempo

Figura 4.8. Dinámica de los procesos de adaptación


(adaptado de Verkhoshanski, 1988).

Para buscar esta adaptación a largo plazo hay que desarrollar sobre el or-
ganismo una serie de estimulaciones con cargas repetidas que vayan aumentando
el potencial motor del deportista. La formación de reacciones a largo plazo se
produce paralelamente en relación a los estímulos de tipo ambiental y de entre-
namiento, y del efecto que causan éstos sobre el aparato genético de las células
implicadas en los órganos. La estimulación durante un determinado periodo de
tiempo genera adaptaciones crónicas en función de la carga de entrenamiento
(tipo, intensidad, duración, repetición, etc.), de tal manera que la cantidad de
ARNi (información sobre el aparato genético de las células) provoque una sínte-
sis proteica que actúe sobre los músculos, sistema cardiovascular y respiratorio,
así como en el sistema endocrino, para asegurar una especificidad de la síntesis
proteica de los estímulos a los que se somete el deportista (Tschiene, 1997;
Navarro, 2000). Aunque no sólo la adaptación es de tipo proteica ya que otros
autores también hablan de la adaptación como una resíntesis en la concentración
enzimática y en las reservas energéticas (Hohmann et al, 2005).

La acumulación de los efectos de entrenamiento debido a la estimulación


continuada de las cargas de entrenamiento no se reduce a la suma de los efectos
por separado, sino que constituye un efecto sinérgico que debe tener en cuenta el
orden de las cargas para una mejor y mayor adaptación positiva al entreno (Siff y
Verkhoshanski, 2000). El efecto de entrenamiento depende de muchos factores,
mucho más complejos que los de una reacción aguda, entre ellos tenemos la
forma física actual del deportista, el orden en el que los regímenes de entrena-
miento se suceden unos con otros, los efectos retardados de la carga y la dura-
ción de los medios de entrenamiento dados.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

4.8.1. La forma física del deportista (nivel de rendimiento deportivo actual).

El nivel de rendimiento deportivo actual tiene también una relación directa


sobre las adaptaciones a largo plazo. Ante un mismo trabajo de igual volumen e
intensidad, la reacción que produce en un deportista de alto nivel (maestro del
deporte en terminología soviética utilizado por autores como Platonov, Verkhos-
hansky o Matveyev) es poco importante, el cansancio o las desviaciones en la
actividad en los sistemas funcionales que soportan la carga principal no es grande
y la recuperación transcurre rápidamente. En cambio en deportistas de menos
nivel, el mismo trabajo provoca una reacción mucho más fuerte, manifestándose
con más énfasis el cansancio y las desviaciones en el estado de los sistemas
funcionales siendo más largo el proceso de recuperación (Platonov, 1994). (Figu-
ra 4.9).
ÓN
REACCIIÓ

Deportista nivel bajo

Deportista nivel medio

Deportista ARD

RECUPERACIÓ
RECUPERACIÓN
Carga

Figura 4.9. Reacción del organismo de deportistas de distinto nivel a la misma


carga de entrenamiento.

4.8.2. La duración del entrenamiento deportivo.

Los objetivos de la formación a largo plazo se encuentran en relación a las


cargas de entrenamiento y de competición, que se requieren para alcanzar el
rendimiento deportivo, y del tiempo que es necesario que el sujeto realice dicho
entrenamiento para alcanzar éste, tal y como muestra la tabla 4.3. De tal forma
que la especificidad de las reacciones adaptativas en los distintos deportes se
manifiesta también en el tiempo de mantenimiento de los índices de adaptación
crónica que permiten competir en el nivel de altos logros deportivos (Platonov,
2001).

- 126 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Tabla 4.3. Edad de inicio de la práctica del deporte y duración del


entrenamiento hasta alcanzar el alto rendimiento deportivo. (Platonov,
2001:182).
Duración del entrenamiento (años)
Etapa de rendimiento
Disciplina Etapa de alcance de
deportivo internacio-
deportiva. Edad rendimiento deportivo
nal.
Mujeres Hombres Mujeres Hombres
Carreras de
distancias 12-14 5-6 6-7 6-7 9-10
cortas

Carreras de 13-15 6-7 7-8 9-10 10-11


fondo

Natación de 8-10 5-6 6-7 7-8 9-10


distancias
medias y
largas.

Esquí de 13-15 6-7 7-8 8-9 10-11


fondo.

Lanzamientos 13-15 5-6 6-7 7-8 8-9


de atletismo.

Halterofilia 13-15 _ 6-7 _ 8-9

Boxeo 12-14 _ 6-7 _ 8-9

Diferentes
tipos de lucha 13-15 _ 6-7 _ 8-9

Gimnasia
artística
deportiva. 7-9 6-7 7-8 7-8 10-11

Baloncesto 12-14 7-8 8-9 9-10 10-11

Balonmano 12-14 7-8 8-9 9-10 10-11

Se habla, por tanto, de procesos basados en trabajos científicos que expli-


can cómo un deportista se somete, durante un tiempo prolongado, a intensos
esfuerzos de entrenamiento por medio de los cuales se realizan las modificacio-
nes y adaptaciones fisiológicas bioquímicas y morfológicas, características de un
deportista para la obtención de resultados (Theodorescu,1997).

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

4.8.3. Los efectos retardados de las cargas de entrenamiento.

Para Verkhoshansky (1988), existen dos tipos de variantes (figura 4.11)


para generar la adaptación en el deportista, la primera (A) consiste en la aplica-
ción de cargas de notable volumen que provocan una gran movilización de las
fuentes de energía, y que producen una alteración prolongada y profunda de la
homeostasis. Este tipo de entrenamientos se organizan temporalmente en meso-
ciclos de 3 a 4 semanas, después de los cuales es necesario hacer una pausa
rehabilitadora de 7 a 10 días, y utilizándolo de 18 a 22 semanas. Este tipo de
estrategias se utilizan principalmente en deportistas de alto nivel y de fuerza
rápida. Esta variante está relacionada con cargas de tipo concentrado (Issurin y
Shkijar, 2002; Issurin y Lustig, 2004), variante que comienza a cobrar fuerza en
los años 80 como crítica y revisión alternativa al modelo de cargas regulares que
existían en torno a la periodización de Matveiev (Issurin y Shkijar, 2002). Las
cargas concentradas guardan una estrecha relación con la particularidad de sus
efectos, denominados efectos residuales del entrenamiento (Issurin y Lustig,
2004).

La segunda (B) consiste en el aumento gradual de los índices funcionales


y se expresan en el caso de un volumen moderado y continuo de las cargas de
entrenamiento. En esta variante se provocan alteraciones periódicas y a corto
plazo. Así la homeostasis del organismo y las reservas energéticas se compensan
durante el ciclo de entrenamiento. Este tipo de entrenamientos se organizan
temporalmente en ciclos de mayor duración en el tiempo respecto a los sistemas
de cargas concentradas, concretamente de 5 a 6 semanas, después de las cuales es
necesario igualmente hacer una pausa rehabilitadora de la misma duración que
con la primera variante. Esta forma de adaptación corresponde con la idea tradi-
cional de periodización del entrenamiento de Harre (1987), Matveiev (1977) o
Stone, O´bryant y Garhammer, (1981) .

Cada variante presenta ritmos de adaptación completamente diferentes en


cuanto al tiempo que transcurre para alcanzar el rendimiento deportivo y son
representados gráficamente en la figura 4.10.

VARIANTE CONCENTRADA (A) VARIANTE REGULAR (B)


Producción de fuerza (N.)

Producción de fuerza (N.)

Figura 4.10. Esquema general de los diferentes tipos de reacciones de


adaptación del organismo a la carga según su distribución.

- 128 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

4.8.4. El orden de los regímenes de entrenamiento.

La adecuada ordenación de las cargas de entrenamiento es un apartado que


merece gran interés en el capítulo referido a las cargas de entrenamiento. Lo
importante en todo el proceso es la adecuada dirección de las cargas hacia la
optimización del rendimiento deportivo en cuestión, y esta dirección sólo se
obtiene mediante la óptima combinación de las cargas de entrenamiento durante
un periodo determinado (semanas, meses, años) para obtener el efecto de entre-
namiento deseado. El efecto de entrenamiento acumulativo propio de la prepara-
ción a largo plazo puede ser de dos tipos según Siff y Verkhoshanski (2000:423):

x Transitorio: reacción inmediata a un complejo de influencias de entre-


namiento con distinto énfasis, impuesta en una sesión o en sesiones
mixtas, junto con el uso simultáneo y prolongado de cargas con distin-
to énfasis.
x Acumulado: estratificación de la huella de la carga de entrenamiento
de distinto énfasis, seguida de cierto orden y en estadios prolongados
de entrenamiento.

Estos dos efectos a su vez pueden ser positivos (cuando la huella de la


carga crea las condiciones favorables para la adaptación a otras) o negativos
(cuando la huella de la carga interfiere en la adaptación a la siguiente).

Esta cuestión tiene una gran importancia práctica a la hora de determinar


los componentes y la organización del entrenamiento en microciclos, mesociclos,
macrociclos, basados en un riguroso análisis de las características del deporte en
cuestión.

El orden de las cargas de entrenamiento queda regulado por la programa-


ción del entrenamiento, si bien Verkhoshanski (2002) habla del proceso del
entrenamiento como una cuestión de programación, organización y dirección del
entrenamiento. La programación aborda aspectos concretos no de organización
de la carga, sino de adaptación del organismo, de especialización morfofuncional
del organismo a la actividad deportiva. De este modo la organización del entre-
namiento queda regulada, como afirman Armstrom y VanHeest (2002), como un
continuum en el que se manifiestan una serie de estados de entrenamiento que el
atleta evidencia dentro de una temporada como muestra la figura 4.11. Estas
fases del entrenamiento concurren desde un periodo de cargas bajas que se
correspondería con la fase de transición o descanso entre competiciones, hasta el
sobreentrenamiento que induce a desadaptaciones y pérdidas de la forma compe-
titiva. El régimen de entrenamiento óptimo se encontraría entre las dos líneas
discontinuas y representan un amplía zona de sobrecarga que con el paso del
tiempo y la mejora del rendimiento del deportista va disminuyendo. Por otra
parte, se debe tener en cuenta una adecuada combinación entre cargas concentra-
das y cortos periodos de recuperación. Los círculos o efectos de las cargas de
entrenamiento ponen de relieve dos hechos, el primero es que cargas de entrena-

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

miento anejas (dos rectángulos sucesivos) pueden dar resultados similares (círcu-
los), dependiendo de la naturaleza del entrenamiento y del correcto ajuste del
estrés que genera la carga con la recuperación y regeneración. La segunda cues-
tión es el hecho que la óptima forma deportiva del deportista se encuentra cerca
del umbral de sobre-entrenamiento, con lo que la frontera entre el rendimiento
óptimo y la deficiencia en éste debido al sobreentrenamiento es muy sutil.

Incremento de intensidad, duración y frecuencia de entrenamiento

= fases de entrenamiento en las cuales se incrementa la carga

= efectos de la carga

Descanso activo, cargas Sobrecargas agudas Agotamiento


Cargas concentradas
No entrenables de entrenamiento Sobre-entrenamiento

Adaptaciones Se producen
fisiológicas muy adaptaciones Rendimiento Adaptaciones
pobres, no hay fisiológicas, aunque Inadecuadas,
mejora en el las mejoras en el Deportivo disminución del
Rendimiento rendimiento no son Óptimo Rendimiento, OTS.
deportivo muy grandes

FORMA
DEPORTIVA

Zonas de mejora del rendimiento en


Competición y Entrenamiento

Figura 4.11. Continuum de los estados de entrenamiento (Armstrom y


VanHeest, 2002).

El desarrollo de los procesos de adaptación en el organismo del deportista


se plantea como una evolución muy larga en el tiempo que puede durar años, y
sólo es posible bajo una organización y estructuración del entrenamiento que
permita aumentar la dificultad del programa en cada etapa de la preparación
plurianual. Esta organización a largo plazo enlaza directamente con las propues-
tas reflejadas en los trabajos de Platonov (2001) y de Tschiene (1997) en relación
a los estadios de la adaptación deportiva a largo plazo que sufre el organismo del
deportista:

1. Estadio relacionado con una movilización sistemática de las reservas fun-


cionales del organismo durante la ejecución del programa de entrenamien-
to de determinados tipos y grados de carga. En cualquier caso, es necesa-
ria la acumulación de los efectos de la adaptación a corto plazo repetida
múltiples veces (en las unidades diarias de entrenamiento). Aquí se produ-
ce una adaptación inespecífica.
2. Estadio en el cual con cargas metódicamente crecientes y repetidas siste-
máticamente durante un periodo de tiempo determinado se produce una
intensa transformación estructural y funcional de los órganos y tejidos di-
rectamente relacionados con el rendimiento deportivo. Al final de este es-
tadio se alcanza la hipertrofia necesaria de células y tejidos, así como una

- 130 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

coordinación de los diferentes mecanismos responsables del sistema motor


funcional bajo las nuevas condiciones.
3. Estadio que se caracteriza por una adaptación estable con una duración
prolongada. Se manifiesta en la existencia de una mayor reserva para ase-
gurar un nuevo nivel funcional del deportista. Ahora las estructuras fun-
cionales tienen una mayor estabilidad, incluso con influencias negativas.
4. Este estadio sólo se produce con un entrenamiento planificado irracional-
mente, una alimentación insuficiente y una deficiente recuperación. Se
manifiesta en un empeoramiento estructural y funcional del sistema motor
funcional, su estabilidad se debilita, ya no es posible un desarrollo poste-
rior, el resultado desciende claramente.

Esta evolución propuesta por Platonov (2001) y Tschiene, (1997), aplicada


directamente al ámbito del entrenamiento deportivo, conduce de nuevo a una
planificación a largo plazo que coincidiría con el proceso de desarrollo de un
deportista, concordando con la aparición de los primeros resultados de importan-
cia, optimización de los mejores resultados, coincididiendo con la fase de Mat-
veyev (1983) de realización máxima de las posibilidades deportivas, alcanzándo-
se los mejores resultados del deportista, mantenimiento de estos resultados
deportivos, y disminución del rendimiento deportivo, donde el deportista co-
mienza progresivamente a abandonar la competición e insertarse en la vida
normal, mostrando de esta forma un esquema reducido de lo que serían las fases
en la carrera del deportista de alta competición.

Es muy importante considerar que el proceso de adaptación no dura hasta


el infinito, sino que cada vez que se repite el estímulo, su acción sobre la capaci-
dad de rendimiento disminuye (Verkhoshanski, 1988), este aspecto queda ligado
al concepto de reserva actual de adaptación o reserva de adaptación.

Issurin y Lustig, (2004: 26) también señalan cómo esta capacidad de adap-
tación tiene su contrapartida en la rapidez de pérdida de adaptación que se mani-
fiesta a diferentes velocidades, por lo que el heterocronismo es patente además en
la pérdida de los efectos residuales del entrenamiento.

Sintéticamente, la especialización del proceso de entrenamiento a largo


plazo se muestra de dos formas diferentes (Verkhoshansky, 2002:157):

x Primero, los grupos musculares y los sistemas fisiológicos que realizan


el volumen principal de trabajo adquieren cambios de adaptación muy
pronunciados.
x Segundo, el perfeccionamiento funcional del organismo en general está
caracterizado por el desarrollo de las capacidades físicas específicas
que serán indispensables para el éxito de la actividad deportiva concre-
ta. Por esta cuestión se trata de dos tipos de especialización, del orga-
nismo y de la capacidad motora.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Por lo tanto y resumiendo los principales conceptos en relación a la adap-


tación y su aplicabilidad al entrenamiento deportivo se puede establecer que:

1. La adaptación se entiende como proceso y como estado final del ajuste del
organismo a las cargas de entrenamiento.
2. La reestructuración de la adaptación debe ser lo más específica posible en
cuanto a la especialidad deportiva en sí misma, y esa especificidad se en-
cuentra regulada por la carga de entrenamiento.
3. En el proceso de adaptación se produce una heterocronía de los momentos
correspondientes a la especialización funcional.
4. El modelo de entrenamiento que más se ajusta a los parámetros actuales
de configuración del entrenamiento es el bifactorial.

- 132 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

5. LOS PRINCIPIOS DEL ENTRENAMIENTO


DEPORTIVO.

La orientación general de la acción del entrenamiento deportivo hace mu-


cho tiempo que quedó regulada a través de la elaboración de un sistema de
principios de entrenamiento. Existen ya diversas publicaciones, bien en forma de
monografías (Matveiev, 1977, 1983, 1993; Platonov, 1995, 2001; Manno, 1992;
Grosser, 1992; Dick, 1993; Bompa, 1999; Martin, Carl y Lehnertz, 2001; Hoh-
mann et al. 2005) o bien de artículos (Stone et al. 2000, Dollard, Pontell y Halli-
vis, 2006) que han establecido las directrices y han fundamentado los esquemas
sobre los cuales se han sustentado dichos principios. En este sentido, subrayar el
problema existente de falta de consenso por parte de los diferentes autores a la
hora de establecer un esquema único que determine unos principios generales
para todos. Navarro (2000) nos muestra que la bibliografía actual sobre la teoría
del entrenamiento deportivo no coincide en cuanto al número ni la denominación
de los principios de entrenamiento. Es por ello por lo que se considera necesario
centrar la selección de los principios basándose en dos enfoques básicos: funda-
mento biológico y fundamento pedagógico.

En el ámbito de la condición física orientada a la salud estos principios


son sustituidos por las llamadas prescripciones o recomendaciones hacia la
práctica del ejercicio (Simons-Morton et al, 1988; Cale y Harris, 1993; ACSM,
1988, 1990, 1999), que más que principios son reglas concretas que regulan la
magnitud de la carga de entrenamiento y la recuperación, prescribiendo unas
dosis adecuadas para que el niño o el adulto continúe con su práctica de actividad
física, independientemente de que el niño sea o no un deportista con talento.

5.1. GÉNESIS Y VALIDEZ DE LOS PRINCIPIOS DEL


ENTRENAMIENTO.

La validez científica de los principios del entrenamiento plantea ciertos in-


terrogantes. En este sentido, Hohmann et al. (2005) realizan una crítica abierta a
los mismos dudando en muchos casos de su comprobación experimental: “…Si
se observa la estructura de la aseveración de los principios de entrenamiento, se
hace evidente que estas afirmaciones, formuladas con conceptos abstractos, no
son directamente accesibles para un examen científico…”. En muchos casos la
debilidad científica proviene de las primeras publicaciones en torno al entrena-
miento deportivo como afirma Tschiene (2000, 2001, 2002).En su génesis,
muchos de los principios se formulan como reglas de acción o de planificación
del entrenamiento (Hohmann et al., 2005); es decir, como reglas provenientes de
la práctica y del quehacer diario del entrenador, éstas se han convertido en su-
puestos científicos y no son más que reglas “artesanales”, que con el paso del
tiempo se han transformado en hipótesis, algunas de ellas no demostradas cientí-
ficamente todavía, pero que resolvían, con cierta solvencia, problemas que se

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

generaban en la práctica diaria. Por otro lado, estos principios han tenido su
origen en la formulación de reglas que se debían respetar para una correcta
planificación del entrenamiento deportivo.

Con lo que se puede afirmar que los principios del entrenamiento son ase-
veraciones, en algunos momentos de carácter pseudo-científico, que de algún
modo deben cambiar para convertirse en hipótesis de investigación que puedan
ser probadas.

5.2. CONCEPTO Y ALCANCE DE LOS PRINCIPIOS DEL


ENTRENAMIENTO.

Las clasificaciones de principios del entrenamiento difieren sustancial-


mente al igual que sus argumentaciones entre autores del bloque del este y del
oeste. Los autores del oeste elaboran estos principios a partir del concepto de
adaptación del organismo y la regulación de las cargas para la mejora del rendi-
miento deportivo. (Dick, 1993; Stone et al, 2000; Hoffman, 2002; Young Sport
Trust, 2001; Dollard, Pontell y Hallivis, 2006; Fry y Newton, 2006, Bompa,
1999).

Por su parte los autores del bloque del este destacan por desarrollar princi-
pios metodológicos del entrenamiento deportivo (Grosser, Starischka y Zimmer-
mann, 1988; Grosser, Brüguermann y Zintl, 1989; Platonov, 1995, 2001; Harre,
1987; Hegedus, 1988; Matveiev, 1977,1983,1993 Verkhoshansky, 1990 Martin,
Carl y Lehnertz, 2001, Zhelyazkov, 2005; Hohmann et al, 2005).
Sin tener en consideración la pertenencia a cualquiera de los bloques, los concep-
tos más relevantes en torno a los principios se reflejan a continuación.

Estos principios son generalizaciones teóricas de principal importancia pa-


ra elaborar las recomendaciones metodológicas que son la base del trabajo del
entrenador y el deportista, organizados con el fin de formar el sistema de prepa-
ración para la actividad competitiva (Platonov, 2001).

Son reglas que suministran una guía para el enfoque metódico que no de-
ben considerarse de forma aislada. Incluyen todos los aspectos y tareas del entre-
namiento, y determinan el contenido, los medios y los métodos, al igual que la
organización del entrenamiento (Harre, 1987).

Así mismo son directrices generales que reflejan las regularidades en for-
ma de axiomas, de orientación práctica, exigencias y reglas de la actividad con la
finalidad de ordenar sistemáticamente los procesos de adaptación y determinar
las directrices del método de entrenamiento (Grosser, Starischka y Zimmermann,
1988).

Como principios de entrenamiento se definen una serie de instrucciones


jerárquicamente superiores para la actividad del entrenamiento deportivo, enten-

- 134 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

didas como orientaciones generales de la acción de entrenadores y deportistas a


la hora de elaborar los esquemas de la actividad (Martin, Carl y Lehnertz, 2001).

Son pilares angulares en el sentido del entrenamiento y están destinados a


reflejar idealmente sus regularidades principales y, junto con esto, dar una orien-
tación lo más exacta posible sobre cómo hay que cumplirlos en las condiciones
típicas de la práctica deportiva. (Matveiev, 2001).

También son normas generales que conducen el proceso pedagógico del


entrenamiento en múltiples facetas, y que se dividen en dos grupos: pedagógicos
y específicos del entrenamiento (Zhelyakov, 2001).

Los principios de entrenamiento hacen referencia a las experiencias


prácticas obtenidas a través de los deportes individuales, son aplicaciones
biológicamente fundadas, de acuerdo con los procesos de adaptación del
organismo e interviniendo directamente en las fases de la planificación del
rendimiento (Grosser, Brüguermann y Zintl, 1989).

Como síntesis de todos los conceptos se puede afirmar que los principios del
entrenamiento son normas de carácter general, fundamentadas en los conoci-
mientos fisiológicos y pedagógicos que sirven de orientación general en el
proceso del entrenamiento deportivo y proporcionan información en cuanto a la
interacción entrenador-deportista, organización, estructuración y planificación
del entrenamiento deportivo, así como de las leyes biológicas que regulan la
adaptación en el deporte.

Como ya se ha explicado, existen varias clasificaciones de principios que


los agrupan siguiendo criterios diferentes. La más común los agrupa en princi-
pios de índole pedagógica, por una parte, y biológica, por otra (Harre, 1987;
Zhelyazkov, 2005; Matveiev, 2001). Los autores del bloque del oeste entienden
como principios, sólo aquellos cuya esencia responde al incremento del rendi-
miento deportivo respetando los principios de la adaptación, al igual que algunos
autores del este como Grosser, Starischka y Zimmermann (1988) o Grosser,
Brüguermann y Zintl (1989).

Son interesantes los principios establecidos por Grosser, Starischka y


Zimmermann, (1988), basados en las leyes de la adaptación biológica, y muy
conocidos en nuestro país gracias a la traducción de su monografía específica
acerca de los Principios del Entrenamiento Deportivo. Estos principios son los
siguientes:

PRINCIPIOS DEL ESFUERZO.


- Principio de la relación óptima entre el esfuerzo y el descanso.
- Principio del aumento constante del esfuerzo.
- Principio del aumento irregular del esfuerzo.
- Principio de la versatilidad de la carga.

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PRINCIPIOS QUE ORDENAN LOS CICLOS DE ENTRENAMIENTO.

- Principio de la repetición y de la continuidad.


- Principio de la periodización.

PRINCIPIOS DE LA ESPECIALIZACION.

- Principio de la individualidad.
- Principio de la alternancia reguladora.
- Principio de la preferencia y de la coordinación sistemática.
- Principio de la regeneración periódica

Por otra parte, destacar la clasificación que establecen Martin, Carl y Leh-
nertz (2001) en tres categorías:

- Principios pedagógicos generales.


- Principios de la estructuración y organización del entrenamiento.
- Principios de la configuración metodológica y de los contenidos del entre-
namiento.

En total, estos autores establecen 25 principios que regulan el entrena-


miento deportivo. De todos ellos se ofrece una referencia en la tabla 5.1.

Tabla 5.1. Clasificación de principios de Martin, Carl y Lehnertz (2001)

PRINCIPIOS PEDAGÓGICOS

1. Principio del condicionamiento social de las decisiones sobre la


actividad.
2. Principio de la primacía de la evolución personal sobre la evolu-
ción del rendimiento deportivo.
3. Principio de la racionalidad de la actividad del entrenamiento.
4. Principio del mantenimiento y reforzamiento de la salud
5. Principio de la orientación de las tareas del entrenamiento hacia
las necesidades e intereses de los deportistas.
6. Principio de la adecuación de la actividad a la edad evolutiva.
7. Principio del aumento de la propia responsabilidad de los depor-
tistas.
8. Principio de la presentación clara y la factibilidad de las decisio-
nes sobre la actividad.

- 136 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

PRINCIPIOS PARA LA ORGANIZACIÓN Y PLANIFICACIÓN


DEL ENTRENAMIENTO

1. Principio de la mutua sintonía de las decisiones sobre el entre-


namiento.
2. Principio de la eficacia.
3. Principio de la planificación.
4. Principio de la armonización entre la evolución del rendimiento
general y específico.
5. Principio de la especificidad.
6. Principio del incremento progresivo de la carga de entrenamien-
to.
7. Principio de la individualización
8. Principio de la dirección y regulación permanente del entrena-
miento.

PRINCIPIOS PARA LA ESTRUCTURACIÓN METODOLÓGICA


Y DE CONTENIDOS DEL ENTRENAMIENTO

1. Principio globalizador entre los contenidos condicionales, técni-


co-coordinativo-motores y táctico-deportivos.
2. Principio de la primacía de la complejidad de los efectos del
entrenamiento.
3. Principio de la especificidad de la adecuación entre el entrena-
miento y la competición.
4. Principio de la creación de fundamentos orientativos óptimos pa-
ra realizar planificadamente la actividad.
5. Principio de la dinamización psico-física óptima.
6. Principio de la calidad de ejecución óptima de los ejercicios.
7. Principio de la carga de entrenamiento creciente.
8. Principio de la continuidad.
9. Principio de la condición clínica de la actividad de entrenamien-
to.

Atendiendo a estas y otras clasificaciones se van a presentar en los si-


guientes apartados los principios más relevantes en orden a una mejor compren-
sión.

5.3. PRINCIPIOS RELACIONADOS CON LOS FENÓMENOS DE


ADAPTACIÓN BIOLÓGICA.

Para que un programa de entrenamiento sea diseñado correctamente, es


importante que las metas y objetivos estén muy claros en su planteamiento y
desarrollo. Si la determinación de los componentes de la carga externa de entre-
namiento se hace a través del análisis de la propia carga interna, y la modulación
de la misma genera unos efectos adaptativos, la optimización de todos estos
procesos y la correcta implementación de los objetivos requieren de una serie de
fundamentos denominados principios de entrenamiento (Hoffman, 2002).

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Los principios del entrenamiento pretenden hacerlo efectivo tanto como


sea posible, a través de la comprensión de los factores que desarrollan la mejor
prestación deportiva. Estos principios tienen con objetivo asegurar que el entre-
namiento es específico, a un nivel adecuado de carga y variado, entrenando con
suficiente regularidad y con el adecuado tiempo de descanso que permita al
organismo del deportista recuperarse y beneficiarse del entrenamiento (Stone et
al, 2000; Young Sport Trust, 2001). Los principios que se desarrollan por parte
de la Asociación Young Sport Trust (2001) pretenden optimizar el rendimiento
deportivo, basándose en principios biológicos y en aquellos que organizan los
medios de entrenamiento en estructuras temporales. Por su parte, Dollard, Pontell
y Hallivis (2006) ajustan los principios del entrenamiento a los niveles de carga-
descanso, con el objetivo de prevenir lesiones e incrementar las habilidades
motrices específicas, todo ello basado en los conocimientos en torno al desarrollo
motor y fisiológico del individuo, sobre los que existen numerosos estudios de
revisión en al ámbito nacional (Ruiz, 1987; 1995: Delgado, 1990; Delgado,
Gutiérrez y Castillo, 1997).

Dick, (1993), Stone et al, (2000) y Fry y Newton, (2006) establecen sólo
tres principios de cara a mejorar el rendimiento en el entrenamiento de la fuerza
sobrecarga, especificidad y variación. En este apartado se han incluido los
principios más relevantes en relación a la adaptación y también se hace referencia
a los que son muy similares en su planteamiento y que en muchos casos tan sólo
se diferencia en un matiz que hace que hayan sido considerados diferentes.

5.3.1. Principio de Sobrecarga.

Fue formulado inicialmente por DeLorme y Watkins en 1948. Este princi-


pio constituye uno de los 3 específicos para el entrenamiento de la fuerza. La
sobrecarga consiste en proveer del estímulo adecuado para conseguir la adapta-
ción o mejora en el rendimiento, para ello estos estímulos deben ir aumentando
progresivamente, aunque éstos deben acompañarse del principio de variabilidad
acompañando periodos de sobrecarga con otros de descanso (Kraemer y Fleck,
2007). Los estímulos deben ir más allá de los niveles normales de rendimiento
del sujeto para conseguir el efecto sobrecarga (Dick, 1993; Stone et al, 2000;
Young Sport Trust, 2001), de tal manera que cuando no se presentan cargas
externas superiores o éstas son iguales en su magnitud no se producirán adapta-
ciones y, por consiguiente, mejora en el rendimiento. Para seguir incrementando
el rendimiento se requiere un aumento de la carga en un 20-40% anual aunque en
el alto rendimiento deportivo estos porcentajes disminuyen considerablemente
(Grosser, Starischka y Zimmermann, 1988; Grosser, Brüguermann y Zintl,
1989). En el entrenamiento de fuerza, la sobrecarga se refiere a la solicitación del
sistema neuromuscular para que desarrolle niveles de fuerza superiores a los que
ejecuta durante la actividad cotidiana, además cuanto mayor sea la sobrecarga
más rápidos y de mayor magnitud serán los cambios de tipo biológico (Fry y
Newton, 2006).

- 138 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Se destacan las siguientes vías de intensificación en el principio de


sobrecarga que permiten asegurar el progreso gradual desde las primeras etapas
del entrenamiento hasta el alto rendimiento deportivo (Platonov, 2001):

- Aumento del volumen anual de trabajo de 100-200 a 1.300-1.500


horas.
- Aumento de la cantidad de sesiones de entrenamiento durante el mi-
crociclo semanal de 2-3 a 15-20 y más.
- Aumento del número de sesiones de entrenamiento durante un día de 1
a 3-4, dependiendo del deporte.(Estos tres primeros puntos deben con-
siderarse durante la construcción del deportista de alto nivel y no
cuando se desarrolla el entrenamiento en alta competición)
- Aumento del número de sesiones de orientación selectiva que provo-
can la profunda movilización de las diferentes posibilidades funciona-
les del organismo de los deportistas.
- Incremento del papel del entrenamiento en regímenes intensos dentro
del volumen de trabajo en una temporada; estos regímenes ayudan al
aumento de la resistencia especial.
- Aumento del volumen de la actividad competitiva.

Kraemer y Fleck, (2007) establecen las siguientes directrices para el


entrenamiento de la fuerza:

- Incrementar el número de repeticiones usando el gesto específico.


- Incrementar la velocidad de ejecución concéntrica del movimiento si el
objetivo es el desarrollo de la potencia.
- Acortar los periodos de descanso entre series y ejercicios, y tratando
que el trabajo total se realice en el mismo tiempo que dura la sesión, si
el objetivo es el desarrollo de la resistencia muscular.
- Incrementar los periodos de descanso entre series y ejercicios, incre-
mentando la intensidad de los ejercicios, si el objetivo es el desarrollo
de la fuerza máxima.
- Incrementar el volumen de entrenamiento en series y en repeticiones
hasta un límite “razonable”.
- Usar varios métodos de entrenamiento de manera simultánea.

De cualquier modo el incremento de la carga debe verse acompañado de una


adecuada dirección del entrenamiento, ya que el aumento desproporcionado de
sobrecarga puede conducir a una disminución en la velocidad de ejecución de
algunos movimientos deportivos que requieren potencia, con lo que dicho
incremento no tendría mucho sentido. Por tanto, la sobrecarga en los deportes
debe ajustarse a las necesidades y requerimientos del deporte en cuestión
(Newton y Kraemer, 1994, Baker, 1996, 2001).

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

5.3.2. Principio de Variación.

Para proporcionar una sobrecarga y, por ello, continuar estimulando el


cuerpo para que se adapte, el entrenamiento debe ser novedoso, debiendo
modificar sus características, y cuanto más nuevas sean las tareas, mayores serán
los cambios de la capacidad de rendimiento frente a esta nueva tarea (Fry y
Newton, 2006). La variación concierne a la apropiada manipulación en algunas
de las variables de la carga de entrenamiento, como intensidad, velocidad de
movimiento y volumen, así como en la adecuada selección de los ejercicios,
constituyendo un fundamento básico en la construcción de programas de
entrenamiento a nivel de microciclo, en relación a las sesiones o efectos a corto
plazo (Kraemer et al, 1997; Kraemer, 1997) o cuando se habla de unidades de
entrenamiento anuales relacionadas con el concepto de periodización (Stone,
O´Bryant y Garhammer, 1981; Fleck, 1999; Rhea et al, 2003). La eficacia de la
periodización depende también de los sujetos a los que va dirigido. Así González
Ravé et al (2007) no encontraron diferencias significativas en las ganancias de
potencia entre modelos periodizados, donde se cambia el volumen e intensidad
del entrenamiento, y no periodizados, donde se realiza siempre el mismo
entrenamiento, en estudiantes de Ciencias del Deporte durante cinco semanas,
estimando que los resultados en sujetos no entrenados muestran limitaciones en
la aplicabilidad de éstos a deportistas altamente entrenados. En este sentido, Scott
y Docherty, (2004) o Gullich y Schmidtbleicher (1996), indican que la
periodización resulta de más aplicabilidad en deportistas entrenados, ya que las
respuestas de estos y sujetos no entrenados son completamente distintas debido a
la adaptación específica ya provocada por el entrenamiento en los primeros.

Para llevar a efecto este principio, las dinámicas del volumen y la


intensidad del trabajo durante la preparación anual, o el porcentaje de ejercicios
de carácter general, especial y competitivo que son desarrollados en cada etapa,
da una idea de cómo el principio de variación se materializa en los programas de
entrenamiento y en la eficacia del rendimiento deportivo.

Este principio se relaciona estrechamente con el principio del carácter


cíclico en el proceso de la preparación, mediante la repetición sistemática de las
unidades estructurales del proceso de entrenamiento.

Además también se relaciona con el principio de periodización del


entrenamiento.

5.3.3. Principio de Especificidad.

Para Kraemer y Fleck (2007) éste constituye uno de los tres principios
sobre los cuales se sustenta el entrenamiento de fuerza. Los efectos de
entrenamiento son específicos al tipo de estímulo que se utilice en las tareas en
relación al gesto competitivo (Fry et al, 2003). Dicha especialización del
entrenamiento se concreta en la acción muscular realizada en el gesto deportivo,

- 140 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

en la amplitud de movimiento usada en la realización de éste y en la fuente


energética utilizada en el gesto competitivo. La especialización representa el
principal elemento requerido para obtener el éxito en el deporte. La
especialización y los ejercicios específicos en un deporte conducen a cambios
anatómicos y fisiológicos relacionados con las necesidades del deporte en
cuestión (Bompa, 1999). La especificidad se considera, al menos, a nivel
mecánico y energético del ejercicio (Stone et al. 1998, 2000). Este principio se
encuentra tremendamente relacionado con el efecto de transferencia del
entrenamiento de acuerdo al grado de adaptación al gesto competitivo. La
especificidad comprende los patrones motores, fuerza máxima, fuerza explosiva,
aceleración o velocidad en deportes cuya capacidad de rendimiento implica la
optimización de éstos (Behm, 1995). El principio de especificidad ha sido
demostrado científicamente en deportes de resistencia como el triatlón para la
prescripción de zonas de entrenamiento aeróbico teniendo como base los
rendimientos específicos obtenidos en evaluaciones que simulaban el gesto motor
y el tiempo de trabajo (Carey et al, 2009). También se ha estudiado en el ámbito
de la velocidad como muestra el trabajo de Kristensen,. Van den Tillaar y Ettema
(2006) en el que la mejora de la velocidad es más ostensible cuando se trabaja
con sprints cortos específicos que usando otros medios como puede ser el
entrenamiento de fuerza entre otros. Finalmente en el ámbito del entrenamiento
de la fuerza el trabajo de Morrissey,. Harman, y Johnson (1998) verifica
positivamente dicho principio.

A modo de ejemplo, la maximización de los efectos de entrenamiento de


fuerza se consigue con (Stone et al, 2000; Fry y Newton, 2006):

x Desarrollo de la fuerza útil a través del acondicionamiento de los gru-


pos musculares implicados en la técnica deportiva. Sólo se producirá
un aumento de fuerza en los grupos musculares que intervienen en el
entrenamiento.
x Dinámica del esfuerzo (características del movimiento y la potencia
requerida en éste). En estadios iniciales del proceso de adaptación de la
fuerza, las ganancias se producen por un cambio en la activación neu-
ral de los músculos actuantes por lo que cuanto más se aleje el ejerci-
cio del movimiento, menor será la ganancia específica de los ejercicios
de fuerza.
x Amplitud y dirección del movimiento. Las ganancias específicas de
fuerza son específicas del ángulo articular en el cual se ha practicado.
x Porcentaje y tiempo de producción de fuerza máxima.
x Régimen de trabajo muscular (concéntrico versus excéntrico, isométri-
co). Los incrementos de fuerza son específicos del tipo de acción mus-
cular aplicada durante el entrenamiento.

Este principio también se denomina principio de especialización.

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5.3.4. Principio de Continuidad.

Para Kraemer y Fleck (2007) éste constituye uno de los tres principios so-
bre los cuales se sustenta el entrenamiento de fuerza, y se encuentra en la literatu-
ra anglosajona como “frecuencia de entrenamiento”. Este principio se basa en la
regularidad en el impacto de las cargas de entrenamiento sobre el organismo,
tratando de asegurar una adaptación a largo plazo. Depende de numerosos facto-
res como el volumen e intensidad de entrenamiento, ejercicio seleccionado, nivel
de prestación deportiva y capacidad de recuperación del deportista. Muchos
levantadores de clase internacional entrenan 2 veces al día durante 5-6 días
semanales, lo que constituye una frecuencia de entrenamiento 12 sesiones sema-
nales, aunque Zatziorsky y Kraemer (2006) ha informado de 18 sesiones semana-
les para estos deportistas. Para mantener la adaptación en el tiempo es necesario
que los esfuerzos óptimos se repitan de forma continuada, atendiendo a los perío-
dos de supercompensación si se parte del modelo unifactorial del entrenamiento, o
teniendo en cuenta tanto las cargas de entrenamiento como la recuperación, tal y
como plantea el modelo bifactorial o de forma física-cansancio de Busso, Carasso
y Lacour (1991), Zatsiorski (1995), Siff y Verkhoshanski (2000) y Norris y
Smith (2002). Para ello se debe conocer perfectamente qué tiempos de descanso
exigen los diferentes tipos de esfuerzos físicos. Este principio queda muy bien
documentado en la ley número 2, vinculada al síndrome general de adaptación
(Harre, 1987). Para Zhelyazkov (2005:142), el significado práctico de este princi-
pio se materializa en los siguientes planteamientos:

- El entrenamiento deportivo es un proceso que dura muchos años, cuya


unidad en el tiempo garantiza una alta efectividad de la especialización
deportiva y la obtención de los máximos resultados deportivos.
- La relación entre las diferentes cargas de entrenamiento, organización
e interconexión garantizan la presencia de un trazo metabólico acumu-
lativo debido a las influencias del entrenamiento.
- La alternancia del trabajo y del descanso en el proceso de entrenamien-
to debe crear las condiciones óptimas para el desarrollo progresivo del
estado de entrenamiento y una máxima manifestación de las capacida-
des potenciales del deportista.

Este principio también se relaciona con el de alternancia sistemática de las


cargas con el descanso y con los de periodización y alternancia cíclica en el
esfuerzo.

5.3.5. Principio de Individualización.

Este principio se refiere a cómo los deportistas responden de forma dife-


rente al mismo estímulo de entrenamiento. Esta variabilidad en la respuesta
puede ser debida a muchos factores, entre los que se deben considerar el estatus
previo de entrenamiento, su predisposición genética y género (Hoffman, 2002).

- 142 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Manno (1992) añade a estos factores el estado general de salud y la constitución


corporal y funcional del sujeto.

En el entrenamiento deportivo, pese a que la carga de trabajo es un hecho


objetivo y cuantitativamente definible, la individualización pretende que el
entrenador observe las reacciones físicas y psicológicas del atleta para adecuar
así su carga de entrenamiento (Manno, 1992; Bompa, 1999).

Según Bompa (1999), la determinación de las cargas a nivel individual


dependerá de los siguientes factores:

x Edad biológica y cronológica: especialmente en niños y adolescentes


cuyos cuerpos no han alcanzado todavía la madurez.
x Experiencia, edad de inicio en el deporte: las demandas en las cargas
que proponga el entrenador deben ser adecuadas a la experiencia en el
deporte.
x Capacidad individual de trabajo y rendimiento: no todos los atletas
tienen la misma capacidad de trabajo ni de rendimiento. Factores
biológicos y psicológicos determinan dicha capacidad de trabajo.
x Nivel de salud: la carga de entrenamiento tiene que estar siempre res-
paldada por el mantenimiento de la salud del deportista. No se puede
planificar entrenamientos que vayan en detrimento de ésta y expongan
al individuo a accidentes, lesiones o enfermedades.
x Porcentaje de carga de entrenamiento y descanso: ya explicado cuan-
do hablamos de la densidad de carga, y cuya representación gráfica ex-
pone con claridad varios modelos de relación temporal entre el esfuer-
zo y la fase de recuperación (véase figura 5 de Vasconcelos, 2000 del
capítulo 3).

5.4. PRINCIPIOS RELACIONADOS CON EL PROCESO DE


ENSEÑANZA-APRENDIZAJE.

Quizás la aportación más relevante de los autores del bloque de este haya
sido la preocupación por los principios del entrenamiento considerando el entre-
namiento no sólo como un proceso de adaptación biológica, sino también como
un proceso pedagógico y de dirección y control del entrenamiento. Si se conside-
ra las propuestas de Schmolinsky (1985), estos principios llevan además una
orientación moral y social en torno al deportista y a su participación dentro del
sistema socio-político acorde a los modelos clásicos de participación deportiva.
No obstante, se ha de pensar, en sentido más amplio, que los procesos de ense-
ñanza-aprendizaje afectan de modo clave las interacciones entrenador-
entrenando, y la metodología de enseñanza-aprendizaje puesta en práctica y
desarrollada.

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El entrenamiento deportivo es considerado como un proceso pedagógico


en que se aplican principios generales del aprendizaje y de la educación. Al
margen de consideraciones ideológicas y doctrinales en torno al entrenamiento
deportivo, su organización y su objetivo final es garantizar y optimizar las
interacciones y la metodología de enseñanza-aprendizaje utilizada, basándose en
factores tales como los recursos materiales y humanos, la disposición del grupo,
el grado de directividad utilizado, etc. Autores como Abraham y Collins (1998),
Harre (1987), Lyle (1999) Matveyev (1977, 1983) y Schmolinsky (1985), han
destacado la necesidad de investigar los problemas y las realidades de las
interacciones humanas que se encuentran asociadas a los procesos de
entrenamiento, encontrándose estos procesos constituidos por una serie de
métodos empleados en el entrenamiento.

Los principios pedagógicos generados por lo autores soviéticos, antes


citados, han evolucionado gracias a las investigaciones centradas en la observación
sistemática para poder cuantificar las instrucciones estratégicas de los entrenadores
y su eficacia tanto en entrenamiento como en competición (Bloom et al., 1999),
además de trabajos centrados en conocer los estilos pedagógicos utilizados por los
entrenadores, olvidándose de los factores sociales y contextuales que directamente
están determinando el comportamiento del entrenador (Kahan, 1999). En el ámbito
nacional son relevantes los estudios de Crespo y Balaguer (1994) y Delgado
Noguera (2000).

Los principios pedagógicos han sido destacados por varios autores de la


antigua ex-DDR y ex URSS resaltando la importancia de enseñar y aprender
durante el proceso de entrenamiento, ante el papel que desempeña el entrenador
como pedagogo, son varios los autores que enuncian diversos principios
pedagógicos relacionados con el entrenamiento. Dado que las capacidades
condicionales se desarrollan y las habilidades motoras se adquieren por medio de
un planteamiento metodológico que se adapta al deportista por medio de la
adecuada comunicación y las instrucciones y directrices didácticas más acertadas,
estos autores consideran fundamental la creación de un buen proceso pedagógico,
motivación del atleta en particular en el deportista joven. Por lo tanto, es posible
identificar, dentro de la relación pedagógica y de la enseñanza, algunos principios
que favorecerán la eficacia del entrenador y, en consecuencia, del entrenamiento
sobre el deportista.

Dentro de los principios relacionados con el proceso de enseñanza-


aprendizaje se pueden destacar los siguientes:

5.4.1. Principio de lo Consciente.

Establecido por Harre (1987), más que de lo consciente debería


denominarse de lo “voluntario”, en el sentido que este principio habla de la
implicación del deportista en el desarrollo de todo el proceso de entrenamiento, de
la planificación de objetivos conjuntamente con el entrenador y de la motivación

- 144 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

para conseguirlos. El deportista se implica activamente en el entrenamiento porque


está convencido que puede alcanzar los objetivos y participa voluntariamente de
todas las sesiones para tratar de lograrlos.

5.4.2. Principio de Planificación y Sistematización.

Harre (1987) plantea este principio sobre la orientación y la construcción


del deportista a largo plazo, prestando atención al ordenamiento de los ejercicios.
La sistematización es un proceso vinculado a la planificación mental del entrena-
dor en base a los conocimientos científicos sobre el entrenamiento, el análisis del
deporte en cuestión, el control del deportista y las marcas anteriores, y esta siste-
matización lleva consigo la elaboración y estructuración del entrenamiento de
acuerdo a una serie de parámetros que lo dirigirán ajustándose a la realidad del
contexto.

Para Chelladurai y Quek (1995) y Jones (2000), la conducta del entrenador


en la toma de decisiones no es el único proceso a tener en cuenta, sino que la
importancia radica en investigar e interpretar los procesos que determinan la forma
de actuar y de pensar de los entrenadores, para poder llegar a una comprensión de
esas actuaciones y crear corrientes que vayan cada vez más orientadas hacia la
consecución del proceso educador del entrenador. No hay que olvidar que el
trabajo del entrenador está sometido a una realidad compleja (Cote et al., 1995) y
que los factores contextuales impactan sobre las instrucciones del entrenador en las
sesiones de entrenamiento (Jones et al., 2001) y, consecuentemente, sobre el
rendimiento del deportista.

5.4.3. Principio de Representación Mental.

Según Harre (1987), significa representar mentalmente una serie de circuns-


tancias abstractas para que el deportista tome conciencia de la exigencia de la
carga y desenvuelva sus máximas capacidades hacia el logro. En este sentido, la
comunicación del entrenador así como la motivación para realizar correctamente la
sesión de entrenamiento se antoja como un parámetro fundamental a la hora de
obtener una respuesta positiva para la comprensión de objetos y fenómenos con-
cretos. La Visualización o ensayo mental es una técnica psicológica aplicada al
entrenamiento que se basa en la representación mental eficiente de la práctica a
desarrollar (Lorenzo, 2000).

Este principio va dirigido fundamentalmente hacia los aprendizajes técnicos


y a los componentes cuantitativos y cualitativos de éste. La adaptación muscular en
relación a la técnica es un parámetro muy importante ya que, desarrollada en base a
angulaciones articulares muy concretas, condiciona la adaptación muscular. A
modo de ejemplo, no es lo mismo si el individuo realiza saltos con una batida
inicial para rematar un balón o bloquear que el que realiza una batida para un salto
de altura, o para una entrada a canasta con dos apoyos, es decir, el componente
cuantitativo requiere analizar la ergogénesis en base a la técnica. El componente

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cualitativo se refiere al grado de coordinación y dificultad de movimientos del


gesto, de este modo, cuanto mayor sea el grado de coordinación requerido por una
tarea motriz más difícil resultará la realización de la misma y más complejo su
aprendizaje.

5.4.4. Principio de Factibilidad.

Para Harre (1987), la factibilidad implica el respeto a las particularidades de


edad y sexo en el nivel de desarrollo de los deportistas, por lo que las exigencias de
la carga deben ajustarse. Se trata de adaptar los requerimientos de la carga física y
psicológica para no provocar fenómenos relacionados con el sobreentrenamiento,
individualizando las exigencias de carga en función de cada deportista,
considerando las diferentes capacidades de rendimiento, así como la tolerancia a
las cargas.

- 146 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

6. LA PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO.

6.1. INTRODUCCIÓN

Las cargas de entrenamiento y su adecuada organización constituyen uno


de los cometidos más importantes por el entrenador para conseguir una adapta-
ción adecuada del organismo del deportista, y por ende, supone optimizar el
máximo rendimiento deportivo de éste. Si bien ya se ha hecho un análisis ex-
haustivo de las cargas de entrenamiento en el capítulo 3, en este capítulo hace-
mos énfasis en la interconexión y distribución de éstas. La distribución de las
cargas alude a su dinámica y organización en los diferentes ciclos de la estructura
del entrenamiento, siendo la forma en que se colocan las diferentes cargas en
una sesión, microciclo, mesociclo o macrociclo (Verkhoshansky, 1990; Siff y
Verkhoshansky, 2000; Navarro, 2000). La noción de interconexión de las cargas
indica la relación que las cargas de diferente orientación tienen entre sí cuando se
van combinando a lo largo del tiempo (Siff y Verkhoshansky, 2000:430), estos
conceptos suponen un abordaje muy interesante para la investigación en nuestro
campo ya que el tránsito de una carga de entrenamiento a otra debe suponer el
paso a niveles de rendimiento diferentes del que se situaba el deportista, por lo
que la investigación en este campo supone avanzar en el control de dichas direc-
ciones del entrenamiento.

El desarrollo conceptual del presente capítulo resaltará el proceso de en-


trenamiento y su periodización como un elemento a destacar dentro de la distri-
bución e interconexión de las cargas de entrenamiento, y mostrará las posibles
lagunas en la investigación que se han establecido a tal efecto en la literatura
científica.

6.2. LA PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO.

La periodización es uno de los conceptos más importantes en entrena-


miento. El término tiene su origen en el periodo, que es una porción o división de
tiempo dentro de los cuales encontramos otros más pequeños y fáciles de gestio-
nar denominados periodos de entrenamiento (Bompa, 1994).

El concepto periodización tiene su origen en la Europa del Este y adaptado


a la planificación del entrenamiento moderno en la década de los 60 por científi-
cos deportivos como Matveyev en el ámbito soviético o Bompa en el ámbito
Checoslovaco (Norris y Smith, 2002, Wathen, 1994). Posteriormente, científicos
americanos como Stone y O´Briant modificaron el trabajo de Matveyev añadien-
do distintas fases al periodo preparatorio (Norris y Smith, 2002, Wathen, 1994,
Wathen y Roll, 1994).

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

La periodización es la ordenación cíclica y gradual de los ejercicios de en-


trenamiento siguiendo unos principios de especificidad volumen e intensidad con
el objetivo de alcanzar altos niveles de rendimiento deportivo en las competicio-
nes más importantes (Wathen y Roll, 1994; Fleck, 1999). Plisk y Stone (2003) lo
definen como una distribución planeada o variación de los métodos de entrena-
miento por medio de ciclos de tiempo. En este sentido parece que la periodiza-
ción es un concepto fundamental para alcanzar rendimientos deportivos. Hoff-
man (2002) considera dos tipos de periodización diferentes para alcanzar el
rendimiento como son los modelos lineales, considerados como la forma clásica
de diseño de periodización y los no lineales (ondulados), en el que se varía el
volumen y la intensidad del entrenamiento de sesión a sesión como se muestra en
la tabla 6.1.

Tabla 6.1. Ejemplo de entrenamiento periodizado no lineal.


Descanso entre
Series Repeticiones
series.
Día 1 3-4 8-10 RM 2 min.
Día 2 4-5 3-5 RM 3-4 min.
Día 3 3-4 12-15 RM 1 min.

La organización racional, deliberada y estudiada de los contenidos de en-


trenamientos es un factor clave para una buena periodización. La distribución de
los contenidos de entrenamiento dentro de las diferentes estructuras de entrena-
miento es un ámbito de la planificación poco estudiado y que los entrenadores
llevan a cabo por recomendaciones o por la experiencia práctica obtenida del día
a día.

Existe un tercer modelo de periodización establecido por Brown (2002),


denominado fractal. Según el diccionario de la RAE (23ª edición) fractal es una
figura plana o espacial, compuesta de infinitos elementos, que tiene la propiedad
de que su aspecto y distribución estadística no cambian cualquiera que sea la
escala con que se observe, de esta manera el volumen y la intensidad se manifies-
tan de igual forma en un ciclo anual, en un mesociclo, en un microciclo o en una
sesión.

Un reciente estudio de Kendall et al (2009) muestra un ejemplo de perio-


dización fractal sobre 4 semanas de entrenamiento interválico y suplementación
de creatina para la mejora de la potencia medida en cicloergómetro en universita-
rios físicamente activos mostrando cambios significativos tras la combinación de
entrenamiento interválico-ayuda ergogénica.

- 148 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Figura 6.1. Volumen e intensidad según un modelo periodizado fractal para un


ciclo de un año, 3 meses, y 2 semanas (Brown, 2002).

6.3. LAS ESTRUCTURAS DE ENTRENAMIENTO EN RELACIÓN A LA


PERIODIZACIÓN.

Toda periodización implica planificación a corto, medio y largo plazo, que


habitualmente se estructura en macrociclos, mesociclos y microciclos, aunque
Norris y Smith (2002) afirman como la terminología usada para describir los
componentes estructurales puede llevar a confusiones en este tema.

La programación deportiva ordena las estructuras de planificación de mayor a


menor en cuanto a temporización que permiten conseguir de una manera cohe-
rente los objetivos de entrenamiento, de esta forma, sobre determinadas estructu-
ras se ordenan las cargas de entrenamiento para permitir una secuencia lógica de
adaptación (García, Navarro, y Ruiz, 1996; Navarro, 1998). De esta forma y
desde una perspectiva metodológica ordenaremos estas estructuras en:

- Sesiones de entrenamiento.
- Microciclos.
- Mesociclos.
- Macrociclos.
- Ciclos plurianuales.

De esta forma, cada una de encuentra comprendida en la otra, formando una


estructura coherente de objetivos y contenidos de entrenamiento tal y como
muestra la figura 6.2.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Ciclo
Año 1 Año 2 Año 3 Año 4

Macrociclo
mesociclo mesociclo
competitivo preparatorio

Mesociclo
M4 M3 M2 M1

Microciclo
s5 s4 s3 s2 s1

sesión

Figura 6.2. Estructuras de programación del entrenamiento.

El periodo completo de entrenamiento se define como macrociclo, con-


vencionalmente éste se refiere a un año entero de entrenamiento, aunque también
puede denominarse a periodos que comprenden desde muchos meses hasta 4
años tal y como manifiesta Wathen, (1994). Los macrociclos que se verán en este
capítulo serán los convencionales y los contemporáneos.

El macrociclo se divide en distintas fases denominadas mesociclos, cada


mesociclo pone el acento en un aspecto determinado del entrenamiento. Para
Hoffman (2002) los mesociclos más adecuados para los atletas cuyo modelo de
rendimiento se orienta a la fuerza/velocidad son los mesociclos de hipertrofia,
fuerza máxima, fuerza máxima/potencia y alta forma competitiva, como muestra
la tabla 6.2.

Tabla 6.2. Volumen e intensidad en un programa de entrenamiento de fuerza


periodizado. (Hoffman, 2002).
Mesociclo Series Repeticiones %1RM
Hipertrofia 3-5 8-12 60-75%
Fuerza 3-5 6-8 80-85%
Fuerza 3-5 4-6 85-90%
máxima/potencia
Alta forma 3-5 2-4 <90%
deportiva

De este modo la periodización del entrenamiento de fuerza para una tem-


porada presenta diversas opciones, de ellas extraemos dos modelos de periodiza-

- 150 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

ción de 12 meses, uno en el que solo hay una puesta a punto, y otro para deportes
de equipo como plantea Hoffman (2002) como muestran las figuras 6.3 y 6.4.

Figura 6.3. Volumen e intensidad en un programa de entrenamiento de fuerza


periodizado siguiendo un modelo convencional con una sola puesta a punto
(Hoffman, 2002).

Figura 6.4. Volumen e intensidad en un programa de entrenamiento de fuerza


periodizado para deportes de equipo (Hoffman, 2002).

- 151 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Wathen (1994) afirma como la duración de cada mesociclo es diferente,


pueden durar de semanas a meses, dependiendo del tipo de deporte y del nivel de
prestación deportiva del deportista, competiciones, objetivos pretendidos en cada
uno así como del tiempo entre competiciones. Cada mesociclo contiene varios
microciclos, que son generalmente periodos de una semana, aunque pueden ser
también menos días de entrenamiento. Clásicamente, Matveyev (1977, 1983)
distingue una serie de mesociclos siguiendo un modelo convencional:

1. Mesociclos Introductorios: se distinguen por un tipo de carga cuya intensidad


sigue una tendencia de aumento bastante gradual, mientras que el volumen
puede alcanzar magnitudes muy elevadas.
2. Mesociclos de tipo básico: constituyen la clase principal de mesociclos
dentro del periodo preparatorio. En ellos se afronta la carga de entrenamiento
más importante más importante, la que aumenta el potencial funcional del or-
ganismo; en ellos se lleva a cabo el aprendizaje de formas nuevas o se rees-
tructuran las aprendidas anteriormente. Estos mesociclos pueden subdividirse
mesociclos de desarrollo propiamente dicho y mesociclos de estabilización.
3. Mesociclos preparatorios de control: son un punto intermedio entre los
mesociclos de tipo básico y de competición, su carácter es de control o entre-
namiento y están subordinados a la tarea de prepararse para las competiciones
principales de la temporada.
4. Mesociclos de pulido: suelen utilizarse después de los de control cuando es
necesario corregir defectos que han aparecido o perfeccionar esta o aquella
faceta del estado de entrenamiento del deportista.
5. Mesociclos competitivos: este mesociclo se estructura orientado hacia las
competiciones principales. La competición principal, su preparación inmedia-
ta y la breve fase de descarga después de la competición forman el mesociclo
de competición.
6. Mesociclos intermedios: resultan necesarios junto a los mesociclos competi-
tivos, mesociclos intermedios, muy importantes en algunos deportes como los
de equipo, ante la imposibilidad de mantener un alto grado de rendimiento
durante mucho tiempo. Álvarez del Villar (1992) establece dos tipos de me-
sociclos intermedios, de recuperación y preparación, precedidos siempre
por un trabajo de descarga en forma de recuperación activa. También tenemos
mesociclos de regeneración y de mantenimiento, que están formados por
cargas de entrenamiento más suaves.
7. Mesociclo precompetitivo: será un mesociclo en el que se manifiesten de
forma óptima todos los factores de rendimiento y la estabilización de éstos.
Se produce la preparación para el ciclo competitivo.

Por otro lado el desarrollo de otros mesociclos asociados a cargas concen-


tradas (acumulación, transformación y realización) se desarrollan más adelante
en el apartado “Modelo de macrociclo contemporáneo”. Su fundamentación

- 152 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

conceptual la establecen los trabajos de Issurin y Shkijar (2002) e Issurin y


Lustig, (2004) presentados en el capítulo de la carga de entrenamiento.

Los microciclos se definen como una serie de sesiones de entrenamiento,


organizadas de forma racional en un corto periodo de tiempo (García, Navarro y
Ruiz, 1996). No son procesos completamente acabados sino que representan
estructuras de organización que finalizarán procesos con los mesociclos. Una
opción en el tipo de microciclos la podemos encontrar en el capítulo referido a la
carga de entrenamiento donde Viru (1999) clasifica éstos en función del tiempo
para la síntesis adaptativa y la supercompensación de los depósitos energéticos
usados. Los microciclos son: de desarrollo, (divididos a su vez en ordinarios y de
choque), de aplicación, de competición y de restitución. Cada uno de ellos se
encuentra explicado en el capítulo de la carga de entrenamiento.

6.4. LA ESTRUCTURA DEL MODELO CLÁSICO DE MATVEYEV.

La teoría de periodización fue originalmente definida por LP Matveyev en


1965, como una actualización del trabajo publicado en 1962. El ciclo anual de
entrenamiento se divide convencionalmente en tres fases principales: preparato-
rio, competitivo y transición (Bompa, 1994).

El periodo preparatorio se subdivide en fases de preparación general y es-


pecial. El propósito principal de preparación general es establecer la base funcio-
nal para el entrenamiento, por tanto provocamos una mejora de la condición
física (Navarro, 2000. Aplicado a deportes con componentes técnicos, también
debemos, aparte de elevar las posibilidades funcionales del organismo, en la
técnica aplicar la gama de fundamentos y destrezas motoras, y en deportes de
equipo en la estrategia-táctica hacer una introducción a los sistemas que se
pretenden realizar y aspectos teóricos básicos del juego (Hdez Moreno, 1988).
En la preparación especial los objetivos a conseguir en la preparación física se
orientan hacia el desarrollo de las cualidades físicas específicas, se deben crear
las bases de las capacidades motoras y técnicas de acuerdo a los requerimientos
específicos de cada deporte. En cuanto a la técnica y la táctica en deportes de
equipo empezamos a introducir dichas acciones en el contexto real. Los aspectos
teóricos siguen la misma orientación (Hdez Moreno, 1988).

El periodo competitivo debe ser subdividido en tres partes:

Fase de competiciones tempranas en la que se busca desarrollar las capa-


cidades específicas motoras y técnicas, se busca una elevación del potencial del
deportista para que pueda tomar parte en una serie de competiciones, pero sin
llegar al máximo en ellas sino como preparatorias del siguiente periodo que es el
de competiciones principales.

La fase de competiciones principales es la parte más importante de la


temporada, el entrenamiento en este periodo está caracterizado por la intensidad

- 153 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

máxima, específica y similar a la competición, la parte principal de los ejercicios


lo constituye el entrenamiento modelado. Puede haber competiciones previas a la
importante.

La fase de competiciones finales no es una componente del macrociclo,


pero puede aparecer debido a que el calendario de competiciones puede seguir
tras la competición principal, se trata de mantener la forma en tanto en cuanto
sigamos compitiendo pero teniendo en cuenta la fatiga de la fase principal.

El periodo de transición será un intervalo de descanso para establecer los


medios de recuperación adecuados, para comenzar la siguiente temporada.

La periodización tradicional se puede establecer en base a uno, dos o tres


picos de forma, teniendo en cuenta ciertos periodos competitivos en los que
deseamos establecer una puesta a punto adecuada. Aunque las premisas en las
que se basa este diseño hacen que solo se pueda establecer un pico de forma
único, mientras que los otros son menores.

Periodización de tres ciclos

Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abril Mayo Jun Jul Agos Sept
Periodo Periodo Periodo Per
Periodo preparatorio Tran
competitivo Preparatorio II Competitivo II Trans II

Periodización de dos ciclos

Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abril Mayo Jun Jul Agos Sept
Periodo Periodo Periodo Periodo Periodo Per
Periodo preparatorio
competitivo preparatorio competitivo Preparatorio Competitivo Trans II

Periodización de un ciclo
I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII
PPG PPE
Periodo
Periodo preparatorio Periodo competitivo Transición

Prof. Dr. José M González Ravé

Figura 6.5. Diferentes opciones del modelo de periodización de cargas


regulares.

6.5. LA APLICACIÓN DEL MODELO DEL ESTE POR PARTE DE


INVESTIGADORES AMERICANOS EN EL ÁMBITO DE LA
FUERZA.

Los escritos clásicos de la Europa del este acerca de la periodización asu-


men una perspectiva a largo plazo de la organización de las cargas y del desarro-
llo del deportista que mejora como consecuencia de dicha periodización (Cissik,

- 154 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Hedrick y Barnes, 2009). La modificación del modelo de Matveyev aplicada al


entrenamiento de fuerza fue establecida por Stone, O´Bryant y Garhammer
(1981) mediante la división del periodo preparatorio en tres fases dentro del
periodo preparatorio que delineó de forma más refinada las diferencias existentes
dentro de éste, dejando así un modelo de 4 mesociclos de 2-3 meses de duración
dependiendo del nivel deportivo del sujeto (figuras 6.6 y 6.7). Así el periodo
preparatorio se divide en fase 1 de hipertrofia en la que existe un alto volumen de
entrenamiento y baja intensidad orientado para incrementar la masa muscular y la
resistencia. Su objetivo es ayudar a preparar al deportista para entrenamientos
más intensivos. La fase 2 de fuerza tiene como objetivo incrementar la intensidad
del entrenamiento y reducir el volumen de éste. La fase I y II tienen lugar en
pretemporada y la fase III se desarrolla en competiciones preparatorias en esta se
transforma el trabajo anterior en trabajo de potencia, mientras que la fase IV es el
periodo de competición principal, donde se trabaja la fuerza competitiva, a ésta le
sigue la fase de transición según Wathen and Roll, (1994) y Fleck y Kraemer
(2004). Para una mejor comprensión de la comparación entre los diferentes
modelos de periodización para fuerza/potencia Fleck y Kraemer (2004) realiza-
ron esta figura en la que se visualiza y compara cada una de las tres terminologí-
as de periodización más frecuentes en la literatura científica (figura 6.7).

VOLUMEN

INTENSIDAD

HIPERTROFIA FUERZA FUERZA/ PICO


POTENCIA

Figura 6.6. Modelo de periodización de fuerza de un solo pico (competición


principal). Stone, O´Bryant y Garhammer (1981).

El objetivo en los modelos periodizados es tratar de maximizar el princi-


pio de sobrecarga y asegurar la correcta relación entre estímulo/recuperación. El
principio de sobrecarga en el entrenamiento deportivo se describe como el proce-
so en el cual se debe estimular al sistema neuromuscular a cargas mayores pro-
vocando una adaptación a éstas. Los programas periodizados en su naturaleza
tratan de maximizar esa adaptación cambiando la magnitud de las cargas y
ampliando así las capacidades de respuesta del sistema neuromuscular. (Howley
y Franks, 1986; Stone, O´Bryant y Garhammer, 1981).

- 155 -
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Volumen

Intensidad

Técnica

Terminología Fase de Primera Fase de Descanso


Europea Preparación Transición Competición Activo

Terminología Fuera de
Americana Pretemporada Temporada Temporada
tradicional (entren. Base)

Terminología Forma Descanso


Hipertrofia Fuerza y
Americana de potencia Deportiva Activo
Fuerza/potencia

Figura 6.7. Comparación entre las tres terminologías de periodización para


fuerza y potencia (Fleck y Kraemer, 2004).

6.6. LA PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA:


CARACTERÍSTICAS DE LOS CICLOS DEL ENTRENAMIENTO
DE FUERZA.

Los procesos de adaptación que obligatoriamente deben respetarse en el


entrenamiento para el desarrollo de la fuerza, se suceden a través de ciclos que se
repiten periódicamente. Estos ciclos se componen de distintas fases, cada una de
las cuales debe dirigirse hacia la consecución de una manifestación de fuerza
determinada y cuya ordenación permite dirigir el entrenamiento hacia la mejora
de la manifestación requerida por el deporte que se trate. La duración recomen-
dable de estas fases, así como el objetivo prioritario en cada una de ellas son las
siguientes (González Badillo, 2000):

1ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: mejora de la fuerza


máxima por efecto sobre hipertrofia y entrenamiento de fuerza ex-
plosiva (3-8 semanas).
2ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: mejora de la fuerza
máxima por efecto neural y mejora de la fuerza explosiva (3-5 se-
manas).
3ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: mantenimiento de la fuer-
za máxima y mejora de la fuerza explosiva (3-5 semanas)
4ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: óptima manifestación de
la fuerza y mantenimiento de la fuerza máxima y explosiva (dura-
ción variable).

- 156 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

5ª Fase: Objetivo, contenido básico y duración: fase de transición (1-6


semanas).

Este modelo, de un deporte de exigencia preferente en fuerza explosiva y


máxima potencia, puede extrapolarse a deportes que precisen resistencia a la
fuerza introduciendo este objetivo en todas las fases.

El número de ciclos completos de los que debe constar una temporada de-
pende fundamentalmente de dos aspectos (González Badillo, 2000):

9 Exigencias del calendario de competición y del tipo de deporte.


9 Posibilidades de adaptación del deportista.

La periodización anual de los ciclos va en función de los momentos en los


que se desee situar al deportista en un estado óptimo de forma, distribuyendo la
temporada en uno (ni habitual ni recomendable), dos, tres, cuatro o más ciclos.
Estos ciclos no tendrán las mismas características, dependerá del tipo de deporte,
del calendario competitivo. Partiendo de estas variables se modificará el número
y duración de ciclos:

9 En deportes con varias competiciones a lo largo del año debe hacerse un


ciclo completo antes de cada competición.
9 Cuanto más corto y explosivo sea el gesto de competición más cortos y
frecuentes serán los ciclos.
9 En deportes con un largo periodo de competiciones (colectivos) pueden
hacerse dos ciclos con las siguientes características(González Badillo,
2000):
ƒ La fase de mantenimiento de ambos ciclos se prolonga,
produciéndose un descanso activo largo al final de las
competiciones.
ƒ Los microciclos de elevación de cargas y de recuperación
se suceden alternativamente durante el periodo de
competición.
ƒ Se acentúa ligeramente el carácter de cada fase en perio-
dos más cortos de tiempo, pero sin abandonar el trabajo
específico del deporte que se trate.
ƒ Esto permite mantener de forma permanente un suficien-
te nivel de fuerza máxima y una continua transferencia a
la fuerza específica.
ƒ El momento de primar una u otra manifestación de fuer-
za depende de la importancia de la competición, así co-
mo de la disminución excesiva del rendimiento en fuer-
za, observada en la competición o a través de los oportu-
nos tests.

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6.7. TRES CRITERIOS BÁSICOS RELEVANTES AL ORGANIZAR EL


ENTRENAMIENTO DE FUERZA DE UNA TEMPORADA EN
CUALQUIER DEPORTE.

A la hora de programar el entrenamiento de fuerza es necesario tener en cuenta


diversos factores, destacando los siguientes (González Badillo, 2000):

- El orden en que introduciremos los ejercicios dependerá de su efecto a


largo y corto plazo, el tiempo de recuperación que requieren y la velo-
cidad de ejecución que permiten.
- Deberemos de combinar adecuadamente los métodos de entrenamiento
compatibles para conseguir mejores efectos, así como la alternancia de
métodos de desarrollo de fuerza por hipertrofia y por activación neuro-
nal.
- El entrenamiento de la fuerza siempre deberá estar en conexión con la
técnica o gesto específico del ejercicio de competición.

6.8. MODELOS PERIODIZADOS VS. NO PERIODIZADOS PARA


MEJORAR EL RENDIMIENTO.

Este parece ser un debate no concluido aún, hay autores que afirman que
los programas de entrenamiento de fuerza periodizados producen mayores ga-
nancias que programas no periodizados de una o múltiples series (Fleck, 1999;
Stone, O´Bryant y Garhammer; 1981; Rhea et al, 2003). El primero de los estu-
dios clásicos en este campo se remota a principios de los ochenta en el que se
comparó un programa periodizado con otro no periodizado durante 6 semanas,
realizando 3 sesiones semanales mejorando 1 RM en sentadilla y la potencia en
salto vertical (Stone, O´bryant y Garhammer; 1981). Otros estudios comparan
programas periodizados ondulatorios y lineales, demostrando que los programas
lineales inversos en los que se aumente el volumen y se reduzca la intensidad es
más efectivo que los programas ondulatorios o los lineales incrementales (Rhea
et al, 2003). En el estudio de Willoughby (1993) durante las primeras 8 semanas
no existieron diferencias significativas en el volumen total de trabajo entre el
modelo periodizado y los dos programas de entrenamiento de series múltiples.
Tras 8 semanas se disminuyó el volumen de entrenamiento respecto a los otros
programas, y a partir de ahí hasta la semana 16 existieron diferencias significati-
vas en 1RM en press de banca y sentadilla entre el modelo periodizado y los
otros modelos, pese a que en estos también se mejoró el rendimiento. Baker
(1994) no encontraron diferencias significativas en fuerza maxima en sentadilla y
press banca así como en salto vertical entre modelos periodizados ondulatorios y
lineales, durante 12 semanas donde el volumen total y la intensidad (%) fueron
similares en ambos programas, lo que permitía que las variaciones que existieran
entre uno y otro fueran otorgadas a la diferencia entre los programas. En otros
estudios, a pesar de no haberse encontrado diferencias significativas en fuerza
máxima entre modelos periodizados y no periodizados, se encontraron mejoras

- 158 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

exclusivamente en el grupo que trabajó siguiendo un modelo periodizado (Plisk y


Stone, 2003). No obstante, también hay algunos estudios en los que no se han
observado diferencias significativas (Baker, 1994), por lo que las diferencias
encontradas en otros estudios pueden ser debidas a la aplicación de un volumen e
intensidad diferentes por parte de los sujetos que entrenan siguiendo un modelo
periodizado y los que lo hacen siguiendo un modelo no periodizado (Baker,
1994).

Algunos autores han afirmado que los programas periodizados no son ne-
cesarios en sujetos no entrenados que no tengan un nivel básico en el entrena-
miento de fuerza (Fleck, 1999), siendo esta idea rebatida por otros autores (Rhea
et al, 2003). Así, la aplicabilidad de los resultados de estudios usando sujetos no
entrenados tiene algunas limitaciones en su aplicación a deportistas entrenados,
debido fundamentalmente a factores de tipo neural (Fleck, 1999).

González Ravé et al (2007) compararon la eficacia de los programas pe-


riodizados respecto a los no periodizados durante 5 semanas de entrenamiento en
participantes físicamente activos con la intención de mejorar la potencia máxima
de ejecución en el ejercicio de press de banca. Los resultados mostraron como la
potencia en la medición intermedia a las 2,5 semanas aumentó significativamente
(p<0.05) un 13,26% respecto a la medición pretest en el modelo periodizado,
mientras que en el no periodizado el incremento porcentual significativo fue de
un 19,83%. Sin embargo, en la medición final respecto a la intermedia solo se
incrementó la potencia en el modelo periodizado un 2,86% aunque no de forma
significativa, mientras que en el modelo no periodizado la potencia disminuyó
significativamente (p<0.05) un 10,21% respecto a la medición intermedia. Con-
cluimos que no existen diferencias significativas en las ganancias de potencia
máxima entre ambos grupos, estimando asimismo que los resultados en sujetos
no entrenados muestran limitaciones en la aplicabilidad de éstos a deportistas
altamente entrenados.

6.9. PERIODIZACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE LA RESISTENCIA.

Potteiger (2000) establece para el entrenamiento de resistencia las clásicas


fases de una temporada deportiva, off season (fuera de temporada regular o
entrenamiento de base); pre-season (pretemporada), season (temporada regular) y
post season (descanso activo). Un programa tipo se resume en la tabla 6.3:

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Tabla 6.3. Objetivos de la temporada para la resistencia.


Fase de la Frecuencia
Objetivo Duración Intensidad
temporada semanal
Desarrollo de la
Off season
condición cardio- Baja-
Entrenamiento 5-6 Largo
rrespiratoria moderada
de base
general
Mejorar los
factores más
importantes
Largo- Moderada-
Pre temporada relacionados con 6-7
moderado alta
el rendimiento
específico en
resistencia.
Mantener los
factores más
Corto (en- Bajo (entre-
importantes
Temporada trenamiento) namiento)
relacionados con 5-6
(competición) Distancia de Alto (carre-
el rendimiento
carrera. ra)
específico en
resistencia.
Recuperación de
Descanso
la temporada 3-5 Corto Bajo
activo
competitiva

Como se comprueba, el enfoque americano de la periodización también se


ha aplicado al entrenamiento de la resistencia y no se ha limitado solamente al
entrenamiento de fuerza aunque si ha sido el más estudiado, (Cissik, Hedrick y
Barnes, 2009). Para Cissik, Hedrick y Barnes, (2009) la periodización de la
resistencia en un año de entrenamiento sin tener en cuenta la temporada deporti-
va se basa en directrices a seguir sin una delimitación clara temporal. Kurz et al
(2000) proponen las directrices siguientes: trabajo de base (construcción para
soportar cargas más duras en volumen e intensidad); entrenamiento de alto
volumen y baja intensidad desembocando progresivamente en entrenamiento de
bajo volumen y alta intensidad hasta llegar al trabajo puramente competitivo.
Muchos entrenadores afirman que el trabajo de intensidad se alcanza con el
fartlek y el entrenamiento interválico y el competitivo con el interválico y el
tempo training (Kurz et al. 2000). Santhiago et al (2009) da unas pautas más
claras en el entrenamiento de resistencia durante 14 semanas en nadadores: de
forma general establece tres fases:
9 Fases de entrenamiento de resistencia (3 semanas).
9 Fase de calidad (7 semanas).
9 Fase de taper (4 semanas).

Dentro de cada fase introduce un tipo específico de entrenamiento dando


énfasis a unos sobre otros como muestra la tabla 6.4:

- 160 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Tabla 6.4. Contenidos específicos del entrenamiento de resistencia.


VOLUMEN DIARIO MEDIO (m.)
TIPO DE
EP QPP TP
ENTRENAMIENTO
Regenerativo 950 983 458
End 1 3955 3489 2508
End 2 1519 1462 350
End 3 630 608 375
Vel 1 - 737 -
Vel 2 - 540 275
Vel 3 - 185 267
Media total volumen 7054 8004 4233

El entrenamiento regenerativo lo constituye el trabajo de nado a baja velo-


cidad, End1: entrenamiento de resistencia a baja velocidad por debajo del umbral
anaeróbico, End 2 entrenamiento de resistencia a umbral anaeróbico, End 3
entrenamiento de resistencia a velocidades por encima del umbral anaeróbico.
Vel 1 entrenamiento de tolerancia al lactato, Vel 2 entrenamiento de producción
de lactato, Vel 3 entrenamiento de potencia.

En deportes específicos en los que la Resistencia constituye una capacidad


primordial como el triatlón, Wallmann (2001) establece el siguiente modelo de
periodización (figura 6.8):

Figura 6.8. Periodización de una temporada de triatlón (Wallmann 2001).

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En este modelo se conjugan las fases de la temporada deportiva con el


modelo de periodización de Matveyev, anteriormente expuesto, de tal manera
que el entrenamiento de base y la pretemporada coinciden con el periodo prepa-
ratorio, en el entrenamiento de base se realizan actividad no específicas al depor-
te al 60-80% del VO2 max. Con un volumen de trabajo bajo-medio. En la pre-
temporada los contenidos se centran en el desarrollo del umbral anaeróbico,
fuerza y potencia específicas, y velocidad por encima del ritmo de competición.
En el macrociclo de competición, que coincide con la temporada se trabaja la
resistencia específico-competitiva.

6.10. EL MODELO DE MACROCICLO CONTEMPORÁNEO.

Si ya se mostró un ejemplo desarrollado por Issurin y Shkijar (2002) en el


capítulo referido a la carga de entrenamiento, desarrollaremos brevemente la
estructura contemporánea de un macrociclo completando lo visto en dicho capí-
tulo. La concentración de cargas permite emplear un entrenamiento altamente
concentrado en lugar de un desarrollo complejo de muchas capacidades, este
entrenamiento permite efectos más selectivos, inmediatos y acumulativos que
utilizando el modelo convencional.

Para Navarro (2000) la idea del concepto contemporáneo se basa en:

1. La concentración de cargas de entrenamiento sobre capacidades específi-


cas u objetivos concretos de entrenamiento capacidades/objetivos).
2. El desarrollo consecutivo de ciertas capacidades/objetivos en bloques de
entrenamiento especializados o mesociclos.

En este modelo de entrenamiento concentrado el número de capacidades en-


trenables en un mesociclo debe disminuirse dejándolo en dos capacidades moto-
ras y una característica de la técnica.

Por otra parte, las capacidades a trabajar deber ser establecidas de tal forma
que se establezca un trabajo simultáneo entre cada mesociclo y teniendo en
cuenta los efectos que se producen en él mediante la interacción de cargas (véase
el apartado mesociclos). Zatsiorsky y Kraemer (2006) y Jeffreys (2008) afirman
como cada mesociclo tiene un objetivo específico dentro del macrociclo:

x El mesociclo acumulativo trata de elevar el potencial técnico-deportivo


y las capacidades físicas del deportista.
x El mesociclo de transformación es utilizado para transformar la condi-
ción fisica no específica obtenida en el mesociclo acumulativo en con-
dición física específica mejorando la habilidad deportiva específica.
x El mesociclo de realización trata de lograr resultados máximos dentro
del trabajo realizado. Se caracteriza por un bajo volumen de entrena-

- 162 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

miento en relación a la condición física, limitando el tiempo de entre-


namiento asignado al trabajo específico de “calidad”.

Esta ordenación de mesociclos, y en consecuencia de sus microciclos, se basa


en el efecto acumulativo residual que ha producido el trabajo anterior, es decir el
trabajo de acumulación debe mantenerse más tiempo que el trabajo de transfor-
mación y éste más tiempo que el de realización en relación a sus contenidos de
entrenamiento y al tiempo de duración de los efectos que provoca. De este modo,
cada mesociclo se basará en un trabajo que desarrolle las siguientes capacidades:

MESOCICLO ACUMULACIÓN:
x Entrenamiento aeróbico.
x Fuerza máxima.
Mayor efecto residual.

MESOCICLO TRANSFORMACIÓN
x Fuerza resistencia.
x Capacidad glucolítica anaeróbica.
Efecto residual medio.

MESOCICLO REALIZACIÓN
x Entrenamiento anaeróbico aláctico.
x Entrenamiento en situaciones competitivas
x Táctica concreta.
Efecto residual más pequeño.

De este modo, los mesociclos discurren durante la temporada en forma de


varios macrociclos que constituyen el modelo ATR, tal y como se puede ver en la
figura que mostramos a continuación.

A1 A2 T1 T2 R A1 A2 T1 T2 R A T1 T2 R A T R

I II III IV
I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII

A T R A T R A T R A T R A T R A T R

I II III IV V VI
I II III IV V VI VII VIII IX X XI XII

Prof. Dr. José M. González Ravé


Figura 6.9. Diferentes opciones del modelo de periodización de cargas
concentradas.

- 163 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Esta figura representa como en un ciclo anual existen varios macrociclos


que discurren durante el año. Por otra parte, podemos obtener macrociclos más
largos situando consecutivamente dos mesociclos de acumulación y dos macroci-
clos de transformación, logrando combinaciones precisas y más largas de entre-
namiento. En ese caso lo que debemos hacer es involucrar una capacidad a cada
mesociclo, y aseguramos, el efecto residual por más tiempo.

Los tipos de entrenamiento predominantes si usamos consecutivamente


varios mesociclos del mismo tipo podía ser esta propuesta de Navarro
(2000:155):

Tabla 6.5. Organización de los mesociclos en el modelo ATR (Navarro, 2000).


TIPO DE
OBJETIVOS
MESOCICLOS ENTRENAMIENTO
ADICIONALES
PRINCIPAL
Fuerza máxima
Acumulación 1 Resistencia aeróbica
Desarrollo general
Resistencia aeróbica
Acumulación 2 Fuerza máxima
Desarrollo general
Resistencia aeróbica-
anaeróbica
Transformación 1 Fuerza resistencia
Perfeccionamiento de la
técnica
Fuerza-resistencia
Resistencia aeróbica- Resistencia anaeróbica
Transformación 2
anaeróbica Perfeccionamiento de la
técnica
Modelamiento de la compe- Resistencia anaeróbica
Realización tición. Técnica
Capacidades de velocidad Táctica

Finalmente, las competiciones en este modelo se ubican preferentemente,


en los mesociclos de realización, y siempre al final, de ahí que la situación de las
competiciones condicione el diseño de planificación. Sin embargo, en caso de
competiciones menores de preparación, estas pueden distribuirse en los mesoci-
clos de realización o de transformación.

Por supuesto que el número de competiciones va a depender del tipo de


deporte y su nivel de implantación y popularidad, y del nivel en el que se ubica el
deportista, de tal manera que un deportista de élite debe atender a más competi-
ciones, y estos deben tener entonces mayor número de microciclos.

6.11. MODELO DE PLANIFICACIÓN DE VERCHOSHANSKIJ.

No es hasta 1980 cuando Verchoshanskij establece su modelo de entrena-


miento en bloques. La propuesta de cargas concentradas en bloques supuso que

- 164 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

el trabajo “especial” como el lo denomina (Verchoshanskij, 1996) se ampara en


las siguientes premisas:

- El fin no solo debe el desarrollo de la fuerza muscular sino el aumento


del potencial energético del cuerpo y de la capacidad para emplearlo en
condiciones específicas de competición.
- La mejora debe ser estructural abarcando todas las propiedades muscula-
res (contráctiles, oxidativas y elásticas) que, según la especificidad del
deporte favorecerán un aumento de fuerza máxima, explosiva o resisten-
cia de fuerza.

Aplicado a la organización de los macrociclos de Verchoshanskij, (1996)


se establece como la concentración de cargas de trabajo reduce los parámetros
funcionales de la capacidad de trabajo, lo que a su vez impide la mejora de la
técnica y la velocidad de movimiento. Pero es un fenómeno de carácter temporal
ya que cuando éstas se reducen aparece el efecto retardado del entrenamiento y a
largo plazo produce un aumento de los parámetros funcionales.

“Por consiguiente, las cargas concentradas de entrenamiento de prepara-


ción especial y las cargas dirigidas a mejorar la técnica o la velocidad de ejecu-
ción del ejercicio específico en competición, no se deben aplicar simultáneamen-
te...” (Verchoshanskij, 1996:132).

Por otro lado en deportistas de élite es muy conveniente usarlo, para con-
seguir aumentar más su rendimiento específico, ya que cargas regulares no
estimulan tanto a deportistas con años de entrenamiento a sus espaldas.

El macrociclo de Verchoshanskij (1996) abarca tres fases independientes:

x Fase preparatoria: tiene como fin predominante el desarrollar, me-


diante una preparación física especial, el potencial motor del atleta ,
que es prerrequisito para el trabajo preferente a la velocidad de ejecu-
ción del ejercicio específico de competición.
x Fase especial: va dirigida a mejorar la capacidad del atleta para reali-
zar el ejercicio de competición a una velocidad alta (potencia) imitando
las condiciones (cargas) de competición.
x Fase de competición: el objetivo es conseguir la velocidad más alta po-
sible de ejecución del ejercicio de competición y de fortalecer las des-
trezas motoras del atleta.

Lo que tratamos es de conseguir una preparación multifuncional del atleta,


para posteriormente perfeccionarla, y finalmente modelarla a las condiciones de
competición y obtener la máxima velocidad.

- 165 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

MACROCICLO DE VERCHOSHANSKIJ, (1996:135)

Trabajo Trabajo Competiciones.


Especial de Técnico y de
Record de
Fuerza. velocidad.
velocidad

Velocidad máxima alcanzada

Condición funcional del


Deportista.

Etapa Etapa Etapa


T. y P. del Base Especial Competición
Entrenamiento
Deportivo Prof. Dr. José M González Ravé

6.12. ESTUDIOS CIENTÍFICOS ACERCA DE LA PERIODIZACIÓN


DEL ENTRENAMIENTO.

Como ya abordaremos de forma más extensa en el capítulo 7, la investiga-


ción en torno a la periodización se ha nutrido de abundantes estudios descripti-
vos, y de tipo preexperimental en los que a un grupo de deportistas, en la mayoría
de los casos universitarios o de niveles inferiores de competición son sometidos a
un programa de entrenamiento. Sin embargo, desde hace poco comienzan a
surgir estudios con deportistas de élite que usan modelos periodizados de larga
duración que son controlados por los científicos-entrenadores (Marques et al,
2008; Hrysomalis, 2008; González-Ravé et al, 2008, Prestes et al, 2009).

Marques et al (2008) describieron los cambios en los niveles de condición


física durante una temporada en jugadoras de voleibol femenino, analizando las
diferencias en potencia y fuerza de miembros inferiores y superiores. Los resul-
tados muestran una mejora en la fuerza y potencia durante el periodo competitivo
gracias al trabajo de pesas y pliometría realizado. Resultados similares fueron
descritos por Kraemer, (1997) en fútbol Americano y Kraemer, (2000) en tenis.

Newton et al (2006) evaluó si un entrenamiento a corto plazo utilizando


ejercicios balísticos podía atenuar la pérdida en la capacidad de salto en jugado-
res de voleibol al finalizar la temporada. 14 jugadoras universitarias de voleibol
entrenaron durante 11 semanas siguiendo un modelo periodizado tradicional
acompañado de ejercicios balísticos, hubo un incremento del 5.3% (p < 0.05) en
la capacidad de salto pero estos valores no fueron diferentes a los del inicio de la
temporada.

- 166 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Stanganelli et al (2008) identificó las adaptaciones inducidas por el entre-


namiento sobre la capacidad de salto en tres momentos específicos del macroci-
clo de preparación al campeonato del mundo de voleibol masculino. Después de
9 semanas de entrenamiento se produjeros adaptaciones significativas en las
habilidades específicas de voleibol relacionadas con el salto como pueden ser
bloqueos con y sin carrera previa.

Caldwell and Peters (2009) investigaron las variaciones en condición físi-


ca durante 12 meses (incluida la competición) en jugadores semiprofesionales de
fútbol. De la pretemporada a mitad de temporada mejoraron los parámetros de
salto vertical, porcentaje de grasa corporal, velocidad, agilidad y resistencia
aeróbica. Por otro lado se registraron disminuciones significativas en resistencia
aeróbica, y no se modificaron los parámetros de salto vertical, porcentaje de
grasa corporal, velocidad y agilidad desde mitad de temporada hasta el final de
ésta.

González Ravé et al (2008) analizaron las modificaciones en la capacidad


de salto en jugadoras de superliga femenina durante la temporada 2007-08,
medida con SJ, CMJ y Abalakov en pretemporada y durante la temporada en
cuatro momentos: inicio de pretemporada, a las cuatros semanas, a las 8 semanas
(inicio de temporada) y en la semana 22. Los resultados muestran que hubo
diferencias significativas entre los cuatro momentos en SJ, CMJ Y ABA El SJ
aumentó de la primera a la segunda medición un 2.55 %, de la segunda a la
tercera un 11.74 %, y de la tercera a la cuarta un 16%, mostrando diferencias
significativas entre la primera y la última medición y la segunda y la ultima. El
CMJ aumentó un 3.31 % de la primera a la segunda medición, un 13.20% de la
segunda a la tercera y un 15.61 % de la tercera a la cuarta medición, mostrando
diferencias significativas entre la primera y la última medición. El Abalakov
aumentó de la primera a la segunda medición un 0.58 %, de la segunda a la
tercera un 11.4 %, y de la tercera a la cuarta un 15.49%, mostrando diferencias
significativas entre la primera y la última medición y la segunda y la ultima. El
ciclo de entrenamiento se dividió en 4 mesociclos. La pretemporada incluía el
mesociclo I y II y la temporada el mesociclo III y IV. Estos progresaban del
mesociclo I de acondicionamiento general de 4 semanas de duración al mesociclo
II con objetivo de hipertrofia con una duración de 4 semanas. El mesociclo III
que comenzaba al incio de la temporada con una duración de 8 semanas hacía
enfasis en la fuerza maxima y la potencia mientras que el último de 8 semanas
tenía como objetivo primordial la potencia específica de juego. El periodo inves-
tigado abarcó 80 sesiones de fuerza, 4 sesiones a la semana en pretemporada y 3
durante la temporada.

De cualquier manera Cissick, Hecrick y Barnes (2008) plantean las si-


guientes limitaciones en la investigación en torno a la periodización del entrena-
miento teniendo como base los trabajos de los últimos 25 años:

- 167 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

- La investigación se ha focalizado exclusivamente en los deportes de


fuerza/potencia, ya que la mayoría de los estudios examinan la efectivi-
dad de los programas de fuerza como afirma también Fleck (1999).
- El uso del volumen y la intensidad es conflictivo. Ya que comparar un
programa con una serie y otro con múltiples series, no garantiza que las
ganancias sean debidas a esta diferencia sino a las características de la
muestra.
- No se realizan investigaciones a largo plazo.
- No se tiene en cuenta que la periodización en deportistas de élite va
orientada a la mejora de muchas cualidades y no de una sola, ya que una
periodización de un deportista no se ocupa de una sola capacidad, sino
que para el desarrollo del rendimiento se trabajan muchas cualidades
consecutivamente.

Sin embargo y pese a estos ejemplos en relación a las limitaciones en torno


a la periodización y su exclusivo enfoque hacia la fuerza, en el ámbito del entre-
namiento específico de la resistencia la ausencia de estudios a largo plazo tam-
bién constituye un problema, ya que como se observa, solo se desarrollan estu-
dios de corta duración que también limitan las investigaciones en torno a la
periodización del entrenamiento (Berg, 2003). Existen pocas publicaciones en
torno a este tema, generándose un debate en torno a si los modelos periodización
son mejores que los no periodizados dentro del entrenamiento de resistencia.
(Berg, 2003). No se evidencian los cambios que se producen durante varios años
de entrenamiento (Berg, 2003), sino que la mayoría de los estudios abogan por la
búsqueda de alteraciones rápidas producidas por el entrenamiento en las siguien-
tes líneas:
– Incremento volumen plasmático (Sawka, Convertino y Eichner,
2000).
– Incremento enzimas mitocondriales (Tonkonogi, Walsh y Svens-
son, 2000).
– Trabajos que incrementan el VO2max., a corto plazo, en concreto el
estudio de Hickson et al,(1981) obtiene una mejora a las 3 semanas

Muchos estudios han descrito los efectos agudos y crónicos del interval
training o de la comparación de dicho método con otros continuos y sus efectos
sobre la velocidad (Christensen, Hedman y Saltin, 1960; Acevedo y Goldfarb,
1989; Berg, 2003). Berg (2003) afirma que una combinación de programas de
entrenamiento es una línea de investigación plausible en la actualidad, ya que
hasta ahora la información es muy limitada.

Existen algunos estudios longitudinales en resistencia como el de Rusko,


(1992) con datos de esquiadores de fondo que indican continuas mejoras en el
VO2 max con la edad y el entrenamiento (de los 15 a los 25 años se realizó un
incremento en el volumen de entrenamiento de ~50 km/sem con 15 a ~140–150
km/sem a los 25. Volúmenes altos de entrenamiento de resistencia se han asocia-
do en la actualidad a rendimientos altos en deportistas de elite, aunque el benefi-

- 168 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

cio que provoca este volumen adicional no ha sido adecuadamente evaluado de


forma experimental (Scrimgeour, Noakes y Adams, 1986; Sjodin y Svendenhag,
1985).

Midgley et al (2007) destacan que han sido los entrenadores mediante el


procedimiento ensayo-error más que los científicos (cuya aportación ha sido más
escasa, según los autores antes citados) los que han contribuido al desarrollo de
la metodología del entrenamiento de la resistencia. Misgley et al (2007) afirman
en sus conclusiones que existe una escasa evidencia científica que permita identi-
ficar aquellos métodos de entrenamiento de resistencia que mejoren el VO2 max.,
umbral láctico y economía de carrera en corredores de fondo de larga distancia,
por lo tanto las recomendaciones que se pueden dar son muy limitadas, solo que
aquellos métodos que incluyen carreras de alta intensidad y trabajo con fuerza
pueden ser efectivos para optimizar el rendimiento. Las limitaciones que se
encuentran en estos estudios son las que se muestran en la tabla 6.6:

Tabla 6.6. Limitaciones potenciales establecidas en algunos estudios en los que


se aplica un entrenamiento determinado, que hacen complicada la
interpretaciones de los resultados obtenidos (Misgley et al 2007).
Factor Interpretación de resultados
Entrenamiento previo no No permite conocer el entrenamiento previo, y por tanto
descrito. desconocemos si los cambios son debidos al programa de
intervención.

Un solo grupo No permite identificar si el incremento es debido a la


experimental. variable independiente.

Tamaño muestral Baja potencia estadística que se incrementa cuando solo


pequeño. existe un solo grupo.

Grado de cumplimiento Al desconocer el grado de cumplimiento no sabemos


del programa de entre- cuanto entrenamiento ha sido completado, por lo tanto
namiento (ni monitori- desconocemos la relación causa-efecto.
zado ni presentado)

Tests inapropiados Disminuye la posibilidad de detectar cambios en la varia-


ble dependiente si ésta ocurriera.
Interacción entre varia-
bles dependientes. El umbral láctico en relación al VO2 o la velocidad de
carrera depende de la economía de carrera.
Preparación de los
sujetos al pretest no Incrementa la interferencia a la hora de analizar los cam-
controlada. bios en la variable dependiente, ya que no sabemos si la
variación en la variable dependiente se debe al tratamiento.
Familiarización de los
sujetos a los procedi- Un cambio en la variable dependiente puede ser debido al
mientos de evaluación efecto del aprendizaje más que a los efectos del entrena-
miento

- 169 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Como conclusión a este capítulo, subrayar que aún queda mucho por in-
vestigar en el ámbito del entrenamiento deportivo, y que las limitaciones que se
muestran no son más que desafíos para los investigadores en cuanto sean capaces
de aunar el desarrollo del conocimiento científico a través de las buenas prácticas
con los entrenadores. Por otra parte hay que buscar puentes entre los entrenado-
res y los científicos para que estas relación simbiótica repercuta en la mejora del
conocimiento en ambos mundos, tan cercanos y tan lejanos a la vez.

- 170 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

7. LA INVESTIGACIÓN EN EL ENTRENAMIENTO
DEPORTIVO.

7.1. INTRODUCCIÓN.

En este capítulo se pretende ofrecer una panorámica del estado de la in-


vestigación en torno al entrenamiento deportivo, los diseños utilizados en el
desarrollo del conocimiento y sus variables.

Nevill, Atkinson y Hughes (2008) hicieron una revisión histórica de la in-


vestigación realizada en rendimiento deportivo en 25 años de historia del Journal
of Sport Sciences, y concluyeron que los aspectos más publicados y estudiados
habían sido la evaluación estadística y matemática en la competición deportiva,
el rendimiento deportivo en general, el análisis de partidos, las aplicaciones de
los sistemas de análisis a la competición, la identificación de talentos, el entre-
namiento de equipos y la organización de éstos.

Los artículos más citados en torno a esta temática en dicha revista son:
Leger et al (1988) que describe el protocolo de la course-navette como uno de los
test más populares en el mundo occidental que valora la condición física aeróbi-
ca. Este artículo ha sido citado en 154 ocasiones. El siguiente artículo más citado
(73 veces) es el de Noakes, Myburgh, & Schall, (1990) que investiga la impor-
tancia de la velocidad en un test de VO2 max en la predicción del rendimiento
aeróbico en carrera, Otro artículo a destacar es el de Rutherford et al (1986) que
demuestra como la especificidad de una tarea va a condicionar la mejora en un
entrenamiento de fuerza, respaldando así el principio de especificidad en el
entrenamiento deportivo.

Hohmann et al (2005) consideran el entrenamiento como una ciencia de


carácter empírico, ya que adquiere sus conocimientos por medio de la experien-
cia como afirma Popper (1971), es decir, que en muchos casos la propia práctica
del entrenamiento ha generado una serie de hipótesis que han tenido que ser
demostradas mediante el uso de la metodología científica. Consideramos por
tanto que la investigación en el ámbito del entrenamiento deportivo es aplicada.
Dicha aplicabilidad implica por una parte que el objeto de la investigación es una
forma de manifestación de la vida humana dentro de un contexto de práctica
social, entendiendo que el objetivo es la inmediata aplicación de los resultados y
su aplicabilidad a la praxis del entrenamiento (Schnabel, Harre y Borde, 1998).

Por otro lado, también podemos encontrar el caso contrario, o dicho de


otro modo, como una serie de teorías que han conformado un corpus de conoci-
mientos que han de ser refutados mediante la actividad investigadora como es el
caso de los principios del entrenamiento. Hablamos por tanto de cómo la investi-
gación en el entrenamiento deportivo puede ser básica, teóricamente orientada y
que trata de producir nuevos conocimientos (Hayman, 1991; Hohmann et al,

- 171 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

2005). El conocimiento que se produce es del esquema: “si un sujeto realiza un


entrenamiento de fuerza máxima de orientación hipertrófica con unas condicio-
nes determinadas, se producirá hipertrofia y desarrollo de dicha fuerza”.

En el entrenamiento deportivo se desarrollan tanto investigaciones de la-


boratorio como de campo, la investigación de campo es la desarrollada fuera del
laboratorio, en el ámbito real, donde ocurren de forma natural los hechos a consi-
derar (Hayman, 1991), esta investigación es cada vez más frecuente debido a las
tecnologías portátiles de medición que resultan cada vez más objetivas, válidas y
fiables, y que estas permiten una obtención de datos sin modificar excesivamente
sus condiciones de entrenamiento. La investigación de laboratorio, es la que se
realiza, como no podía ser de otra manera, en esta instalación. Este tipo de inves-
tigación permite ejercer un alto control y proporciona una validez interna eleva-
da, pero su falta de realismo perjudica su validez externa (Hayman, 1991). En el
caso específico de la Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo, el Laboratorio
de Entrenamiento Deportivo está unido a algunos de los espacios deportivos
(piscina) y se puede conjuntamente realizar trabajo de campo y de laboratorio, ya
que mientras el individuo está en su hábitat de entrenamiento (piscina) se pueden
estar tomando datos desde el laboratorio.

La vertebración de este capítulo se va a desarrollar siguiendo los diferen-


tes modelos de diseños de investigación existentes, así como su desarrollo espe-
cífico en el ámbito del entrenamiento deportivo.

7.2. REQUISITOS PARA QUE UNA INVESTIGACIÓN SEA


CATALOGADA COMO CIENTÍFICA.

Partiendo del sentido de investigación, que engloba tanto a modelos cuan-


titativos como cualitativos, Eco (1993) plantea que una investigación es científica
cuando cumple los siguientes requisitos:

1. Versa sobre un objeto reconocible y definido de tal modo que también


sea reconocible por los demás.
2. Tiene que decir cosas sobre este objeto, cosas que todavía no han sido
dichas o bien revisar con óptica diferente las cosas que ya han sido di-
chas.
3. Tiene que ser útil a los demás. Por lo tanto, debe añadir algo nuevo a la
comunidad científica y ser tenido en cuenta para trabajos futuros sobre
el tema.
4. Debe suministrar elementos para la verificación y la refutación de las
hipótesis que presenta, y por tanto tiene que suministrar los elementos
necesarios para su seguimiento público.

No obstante, existen muchas perspectivas desde las que se puede abordar este
capítulo, empezando por las diferentes temáticas investigadoras que se han
adoptado en nuestro ámbito. Sin ánimo de pretender establecer un marco concep-

- 172 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

tual que garantice la recopilación de todas y cada una de las investigaciones


realizadas y su espectro conceptual, vamos a seguir a Schnabel, Harre y Borde
(1998) y a Hohmann et al (2005) que hablan de seis grandes líneas de investiga-
ción:

1. Descripción, análisis y construcción de un modelo de rendimiento y de


construcción de la competición.
2. Elaboración y verificación práctica de los programas de competición, que
derivarán en elaboraciones científicas de los datos obtenidos.
3. Perfeccionamiento de la metodología del entrenamiento, como método de
adquisición de datos, en particular, la mejora en el procedimiento de ad-
quisición de datos, valoración e interpretación, desde proyectos complejos
que combinan enfoques cuantitativos y cualitativos.
4. Descripción, análisis y sistematización del proceso de entrenamiento, y de
sus efectos en los diversos campos de acción del entrenamiento deportivo.
5. Elaboración y perfeccionamiento de un sistema conceptual que aúne pres-
tación deportiva, entrenamiento deportivo y competición deportiva.
6. Elaboración y verificación de modelos de prestación deportiva.

7.3. LA INVESTIGACIÓN COMO FUENTE DE CONOCIMIENTO.

La investigación se define genéricamente como una actividad humana


orientada a descubrir algo desconocido, y su origen se basa en la curiosidad del
individuo en comprender el mundo que le rodea (Sierra, 1993). Para conseguir
comprender todo aquello que le rodea necesita de un procedimiento, de un méto-
do que en su puesta en práctica de forma homogénea se consiga obtener datos
que aumenten el conocimiento científico. El avance en los conocimientos acerca
del entrenamiento deportivo necesita de esta actividad investigadora, desde el
punto de vista del entrenador como investigador, o con los propios investigadores
analizando externamente el contexto entrenador-deportista y las necesidades que
se requieren para alcanzar un mayor conocimiento para la mejora del rendimien-
to.

Para el desarrollo del conocimiento científico necesitamos de la metodo-


logía adecuada que responda a una forma de actuación por parte de los investiga-
dores que ayude al aumento del conocimiento científico de la realidad que nos
rodea. Por tanto, la metodología científica nos da un procedimiento de actuación
basado en una serie de etapas que forman su contenido y en una serie de técnicas
propias de cada objeto de estudio. La metodología tiene la particularidad de tener
la misma forma de proceder en todos los casos, no podemos utilizar una metodo-
logía para avanzar en el conocimiento de la eficacia de los modelos periodizados
en un caso, y otro tipo de metodología en otro, el resultado sería distinto y no
podría ser comparado. Por lo tanto, existe un procedimiento único y dicho proce-
dimiento debe de implementarse a la hora de renovar, actualizar o buscar un
nuevo conocimiento en el marco del entrenamiento deportivo.

- 173 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

El método científico posee una serie de características que le son inheren-


tes, como plantea Sierra (1993), y que son especificadas en una serie de rasgos
que le otorgan complejidad como son:

1. El método es teórico en su origen y en su fin. Cuando nos surge una


duda proveniente de la práctica del entrenamiento (¿la secuencia de
cargas que se utiliza en esta programación es la más adecuada para
conseguir fuerza explosiva máxima en este jugador de baloncesto?), lo
primero que hacemos es acudir a las fuentes documentales para cono-
cer si existen publicaciones que se hayan hecho eco de esta duda, si
existen y son ajustables a los planteamientos realizados no tenemos
porque investigarlo salvo que se quiera ir un paso más allá, si por el
contrario no existen, debemos encontrar un cuerpo de conocimientos
que fundamenten nuestra duda, para luego escribir sobre ello y publi-
carlo añadiendo así nuevos conocimientos en torno al tema.
2. El método científico se basa en la duda científica. Todo descubri-
miento científico puede ser replanteado, con una duda razonable acerca
de su credibilidad. Las nuevas tecnologías promueven mediciones cada
vez más certeras que hacen que conocimientos anteriores cuyas medi-
ciones fueron obtenidas de forma rudimentaria sean replanteados e in-
cluso cuestionados gracias a las nuevas tecnologías.
3. El método científico es problemático-hipotético. Se basa en la formu-
lación de problemas sobre la realidad y en adelantar conjeturas o posi-
bles soluciones a dichas cuestiones.
4. El método científico es empírico. Se basa en la realidad, toma sus da-
tos y fundamenta sus conclusiones en la observación ordenada y siste-
mática de la realidad del entrenamiento deportivo.
5. El método científico es inductivo o deductivo. Tanto de la deducción
como de la inducción obtenemos conocimiento científico obtenido de
la experiencia en el ámbito del entrenamiento deportivo. La inducción
parte de la observación de cierto numero de fenómenos particulares pa-
ra llegar a planteamientos y enunciados universales que conforman la
teoría y, por tanto, trabaja de lo particular a lo general y de los datos a
la teoría, siguiendo las etapas de recopilación de datos, análisis de és-
tos y elaboración de conclusiones, generalizando las asociaciones de-
tectadas entre los hechos. El método deductivo o racionalista, seguiría
la secuencia totalmente opuesta: partir de abstracciones teóricas que
marcan la pauta para la recogida de datos e intentar establecer enun-
ciados universales para derivar enunciados particulares, es decir, traba-
jar de lo general a lo particular y desde la teoría a la práctica.
6. El método científico es autocrítico. En el sentido de que todo es cues-
tionable y se auto corrige por sí mismo, tanto en su metodología como
en los resultados obtenidos.

- 174 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

7. El método científico es circular. Provee de feedback, para seguir in-


vestigando sobre nuevas teorías provenientes de la observación cientí-
fica.
8. El método científico es analítico-sintético. Estudia la realidad distin-
guiendo y separando cada uno de los componentes, a modo de ejem-
plo, si el rendimiento en la prueba de salto con pértiga depende de una
serie de factores vinculados a parámetros fisiológicos, mecánicos, o
psicológicos, estos se estudian aisladamente desde la fisiología del
ejercicio, la biomecánica de las técnicas deportivas y la psicología del
rendimiento deportivo, pero es el entrenador el que debe aglutinar es-
tos conocimientos para optimizar el rendimiento del deportista.
9. El método científico es selectivo. Debe concentrar su acción en lo más
relevante. No podemos estudiar varias cosas a la vez, ya que en mu-
chos casos estudiar la relación causa-efecto de un tipo de entrenamien-
to implica aislar otros elementos que desajustan la investigación (va-
riables contaminantes).
10. El método científico es preciso. Pretende obtener conocimientos y
medidas de la realidad lo más exactos posible. La ciencia tiene voca-
ción de exactitud, de modo que se puede decir que cuanto más exacta
es una ciencia, más ciencia es.

De acuerdo con Bunge (1972) la metodología de investigación consta de


una serie ordenada de operaciones que son:

1. Enunciar preguntas bien formuladas y productivas, de tal forma que


generen nuevo conocimiento científico.
2. Arbitrar conjeturas fundadas y contrastables con la experiencia, para
contestar a las preguntas.
3. Derivar consecuencias lógicas de las conjeturas (hipótesis).
4. Arbitrar técnicas para someter las conjeturas a contrastación.
5. Someter a su vez a constatación estas técnicas para comprobar su rele-
vancia y la fe que merecen.
6. Llevar a cabo la constatación e interpretar los resultados.
7. Estimar la pretensión de verdad de las conjeturas y la fidelidad de las
técnicas.
8. Determinar los dominios en los cuales valen las conjeturas y las técni-
cas, y formular los nuevos problemas originados por la investigación.

Toda metodología de investigación llevada a cabo en torno al entrena-


miento deportivo orbita sobre estos pasos para que sea considerada como cientí-
fica. Estas operaciones en su práctica habitual llevan consigo una serie de fases
en el método científico que pasamos a describir sintéticamente a continuación:
documentación, investigación empírica y elaboración, tal y como muestra la
figura 7.1.

- 175 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

• Búsqueda documental.
• Lectura.
DOCUMENTACIÓ
DOCUMENTACIÓN
• Fichas de trabajo.

• Diseño.
INVESTIGACIÓ
INVESTIGACIÓN • Obtención y
tratamiento de datos.

• Sistematización del
material recogido.
ELABORACIÓ
ELABORACIÓN
• Redacción.
• Presentación formal.

Figura 7.1. Fases en el proceso de investigación (Sierra, 1993: 35).

7.4. FASE DE DOCUMENTACIÓN.

La fase de documentación trata de dar consistencia teórica a la pregunta


formulada, de tal manera que la lectura y reflexión sobre los contenidos prece-
dentes se plantea como el punto de partida previo a toda investigación con el
objetivo de comprobar si ya ha sido investigado el hecho en cuestión y de dónde
partimos en referencia a los conocimientos precedentes mediante una labor
previa de documentación. Sobre la bibliografía y las fuentes bibliográficas am-
pliaremos nuestra panorámica en un capítulo específico vinculado a las fuentes
documentales de la asignatura. La recopilación de ideas y de conocimiento
constituye el marco teórico de todo trabajo investigador y es ahí donde se descri-
be todo el conocimiento previo, y la laguna de conocimientos que constituye
nuestra búsqueda de conocimiento futuro.

7.5. FASE DE INVESTIGACIÓN

En esta fase, se analizan los dos elementos incluidos en ésta que son: el ti-
po de diseño y la obtención de datos. En la obtención de datos, consideramos que
las medidas son un elemento fundamental para garantizar la validez y objetividad
de toda investigación y en la mayoría de los casos, el avance de las nuevas tecno-
logías aplicadas han permitido una mayor objetividad a la hora de medir lo que
realmente se pretendía. La fase de investigación propiamente dicha corresponde-
ría a la observación y recogida de datos de la realidad estudiada y obtener de ella
los datos que deseábamos para la resolución de nuestra duda. En esta fase se debe

- 176 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

concretar el diseño o plan de investigación y en la obtención y tratamiento efecti-


vo de los datos.

7.6. FASE DE ELABORACIÓN.

Finalmente, comienza el proceso de ordenación de todos los resultados, de


la revisión bibliográfica, etc. con lo que esta fase culmina con la redacción y
presentación del proyecto investigador en cada una de sus partes lógicas: marco
teórico, material y método, resultados, discusión, conclusiones y bibliografía.

7.7. LA CONSIDERACIÓN DE LAS MEDIDAS EN LAS CIENCIAS DEL


DEPORTE.

La medida resulta de la asignación de un número al carácter de lo que se


mide (Morrow et al, 2000). En el entrenamiento deportivo se suele trabajar con
una gran cantidad de datos y de muy diversos tipos: parámetros bioquímicos (cK,
urea, glucosa, lactato…): biomecánicos (velocidad, fuerza, potencia…), antro-
pométricos (pliegues cutáneos, masa muscular…), etc. Estos datos constituyen la
información que extraemos al realizar nuestros test, y posteriormente emitimos
un juicio y tomamos una decisión acerca de ellos, normalmente en referencia al
estado de un individuo en pos de un mayor rendimiento tras someterse a un
entrenamiento.

Las medidas dependen fundamentalmente de la validez y de la fiabilidad


con que han sido tomadas y registradas, y, sobre todo, de la estadística que
muestra la consistencia, fiabilidad y validez de las medidas. Sobre esta temática
han versado algunos trabajos acerca de la importancia de la estadística en las
ciencias del deporte, por ejemplo, un preparador físico necesita conocer si las
ganancias de fuerza en el cuadriceps producto de una rehabilitación son debidas a
las mejoras en fuerza propiamente dichas o a un error estadístico. De este modo,
los investigadores en entrenamiento deportivo tienen la necesidad de saber la
influencia del error de medida por medio de la potencia que la estadística tiene
para conocer estos errores y saber cual es la magnitud objetiva de los experimen-
tos que realizan.

Validez es la capacidad de una herramienta de medida para reflejar la me-


dida para la que ha sido diseñada (Nevill, 1996). La Fiabilidad: puede ser defini-
da como la consistencia de medidas, bien en el rendimiento de un individuo en
un test, o la ausencia del error de medida (Safrit y Wood, 1989). En realidad, un
porcentaje de error siempre está presente cuando realizamos medidas, por lo que
la fiabilidad adopta numerosos modos en su implementación. Baumgarter (1989)
identificó 2 tipos de fiabilidad: relativa y absoluta. Fiabilidad relativa es el grado
de consistencia por la cual los individuos mantienen su consistencia en una
muestra de medidas repetidas y se evalúa mediante algún tipo de correlación.
Fiabilidad absoluta es el grado por el cual medidas repetidas varían entre indivi-

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

duos. Este tipo de fiabilidad se expresa como proporción de las medidas evalua-
das.

En la actualidad, las nuevas tecnologías imperantes en el entrenamiento


deportivo, y el desarrollo de nuevos dispositivos hacen que cada vez las medidas
que se tomen a nuestros deportistas sean cada vez más objetivas, válidas y fiables
con lo que el error de medida gracias a estos aparatos es cada vez menor.

7.8. EL DISEÑO O PLAN DE INVESTIGACIÓN.

El diseño se puede definir como: “… la forma de realizar la prueba que


supone toda investigación científica concreta, tanto en el aspecto de disposición
y enlace de los elementos que intervienen en ella como en el plan a seguir en la
obtención y tratamiento de los datos necesarios para verificarla…” (Sierra,
1993:322).

Para dar una perspectiva clara de la investigación en el entrenamiento de-


portivo, nuestro guión de estudio se va a basar en las diferentes investigaciones
ofrecidas desde los distintos diseños de investigación que existen, en este sentido,
este capitulo será dividido en:

x Diseños no experimentales.
x Diseños pre-experimentales.
x Diseños cuasi-experimentales.
x Experimentales.
x Factoriales.
x Meta-análisis.

7.9. DISEÑOS NO EXPERIMENTALES.

En este tipo de diseños no existen variables independientes y susceptibles


de manipulación o dosificación. Estos estudios tienen la ventaja de que se basan
en la observación de los objetos de investigación tal como existen en la realidad
sin posibilidad de intervenir en ellos ni manipularlos. Esta característica es muy
útil en el entrenamiento deportivo, ya que en muchos casos el investigador tiene
pocas opciones de alterar los contenidos de entrenamiento planteados por el
entrenador, y menos aún en deportistas de alto rendimiento, cuya programación
es muy ajustada hacia su máximo rendimiento y un cambio en ésta podría estro-
pear el trabajo de muchos años. El dicho: “…los experimentos se hacen con
gaseosa…” reflejaría de forma sobresaliente la postura del entrenador en cuanto a
la manipulación de variables de entrenamiento por parte del investigador en su
deportista.

- 178 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Este tipo de trabajos corresponden a evaluaciones y controles por parte de


los laboratorios en relación a los deportistas, mediciones puntuales en competi-
ción, análisis de rendimiento post-competición, control del entrenamiento depor-
tivo, etc.

Dentro de estos distinguimos:

7.9.1. Diseños seccionales.

Los diseños secciónales no comprenden ni diversidad de observaciones, ni


de grupos, ni variables experimentales, quedan limitados a una sola observación
de un solo grupo en un solo momento del tiempo (Sierra, 1993). Este tipo de
diseño es muy usual en investigaciones educativas (Cohen y Manion, 1990),
siendo este tipo de investigaciones conocidas como investigaciones de tipo
descriptivo. En el ámbito del entrenamiento deportivo estas investigaciones han
sido utilizadas con el objetivo de estudiar las tendencias existentes en la dinámica
de las cargas en niños y jóvenes, evaluando la “calidad” de las cargas en los más
jóvenes (Marques, 1993; Marques et al, 2002). Los estudios de tipo descriptivo
se utilizan cuando el fenómeno transcurre de manera natural y ello impide alte-
rarlo para someter a sus variables a manipulación y control (Gutiérrez y Oña,
2007).

Tanto Thompson (1996) como Bleakley y MacAuley (2002) afirman que


son las investigaciones más usadas en el entrenamiento deportivo, muestra de
ello son los estudios que hemos extraído a tal efecto a modo de ejemplo y que
esclarecen cuáles son los estudios descriptivos más habituales en el entrenamien-
to deportivo:

Ejemplo: Medición mediante un test de potencia anaeróbica máxima en


diferentes disciplinas deportivas (Popadic, Barak y Grukic, 2009). Midió la
potencia media y pico de potencia en 145 deportistas de disciplinas diferentes
para comprobar las variaciones en distintos deportes en relación a esos paráme-
tros.

Otro ejemplo es el de Thomas et al (2004) que midió el perfil condicional


de 43 cadetes del ejército americano utilizando los tests de condición física de la
armada (APFT) que son: test de 2 millas de carrera, flexiones en suelo (push-up)
y abdominales (sit-up) durante 2 minutos.

Otros diseños seccionales son los seccionales transversales que tienen lu-
gar cuando el grupo investigado es una muestra de diferentes edades con el fin de
inferir la evolución con el paso del tiempo de la variable o variables observadas.
Un ejemplo de este tipo de estudios en este ámbito es el de Matsudo, Rivet y
Pereira (1987) que utilizaron un sistema de evaluación normativa en niños brasi-
leños de 7 a 18 años practicantes de baloncesto y voleibol estableciendo un
criterio de eficacia y no comparándolo con jugadores de nivel internacional

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

utilizando como variables sujetas a evaluación las características antropométricas


y de rendimiento tratando de conocer el estado evolutivo y de prestación deporti-
va en el que se encuentran en relación a su grupo de edad.

7.9.2. Diseños longitudinales.

Estos diseños se diferencian de los seccionales en que en lugar de una sola


observación y toma de datos, comprenden más de una al mismo grupo a lo largo
del tiempo, estudiando la evolución temporal de las variables medidas. Un ejem-
plo de este tipo de mediciones pueden ser los controles realizados a lo largo de
una temporada del estado de forma de los deportistas o un control post competi-
ción.

Estudios de este tipo pueden ser los siguientes, que para ilustrar este tipo de
diseños y su aplicación al entrenamiento deportivo citamos:

x McGuigan, Cormack y Newton (2009) realizaron mediciones de veloci-


dad, altura de salto, y de potencia en doce jugadores de fútbol durante 3
años (diciembre, marzo y julio de cada año) incrementando tanto su velo-
cidad como su potencia a lo largo de los 3 años y concluyendo que es po-
sible la mejora en varias temporadas en jugadores de Liga Nacional Aus-
traliana.

x Hakkinen (1993) evaluó las diferencias en la condición física en jugadores


de baloncesto durante la liga regular (22 semanas) llegando a la conclu-
sión que no se producen variaciones en consumo máximo de oxígeno,
fuerza isométrica y antropometría, y sí existen variaciones significativas
mejorando los resultados del test de Bosco continuo durante 15 segundos,
CMJ, y SJ.

7.9.3. Diseños comparativos.

En este tipo de diseños comprenden dos grupos diferentes a los que se les
mide una sola vez y se efectúan comparaciones entre ellos.

Un ejemplo de diseño comparativo es el de Bartha et al (2009) que compa-


ró los niveles de condición física de 2459 árbitros de Hungría e Internacionales
FIFA de diferentes países, midieron la velocidad utilizando el test de 50 y 200-m
sprint y el test de 12 minutos de carrera continua (test de Cooper). Los resultados
muestran como el test de 12 minutos es el que discrimina entre árbitros de élite y
nacionales, no siendo así en los otros tests.

Otro ejemplo es el de Metaxas et al (2005) que compara la capacidad ae-


róbica de dos test diferentes uno en campo y otro en laboratorio, comparando la
validez de ambos resultados en jugadores de fútbol.

- 180 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Dentro de estos tenemos los diseños de cohortes, este permite separar en


los grupos las variaciones debidas al paso del tiempo de las debidas a los cam-
bios en las medidas por la diversa edad en que se toman. Estos diseños son muy
complejos y requieren de estudios a largo plazo.

7.10. DISEÑOS PREEXPERIMENTALES.

Dentro de este tipo de diseños en el que ya se aplica un tratamiento o va-


riable independiente tenemos:

7.10.1. Diseño de un grupo experimental con una sola medición.

Dentro de este grupo tenemos a una sola muestra a la que se aplica una va-
riable independiente y medimos el resultado obtenido con ella. Este tipo de
estudios presentan un alto grado de imprecisión ya que no sabemos cual era la
línea base y por lo tanto no conocemos los efectos concretos del tratamiento en
cuestión. El valor científico de estos estudios es casi nulo, tampoco permiten la
comparación salvo que se complementen con otras observaciones.

7.10.2. Diseño de un grupo experimental con pretest y postest.

Se diferencia del anterior en que realizamos una medida previa antes del
tratamiento denominada pretest o línea base que sirve de comparación una vez se
ha realizado el tratamiento. En este caso la medición de un grupo previo a la
inclusión de un nuevo contenido del entrenamiento es un ejemplo aplicado a este
tipo de diseños.

El estudio de Marques et al (2008) es un buen ejemplo de ello, consiste en


conocer los cambios en el rendimiento en lanzamiento de balón medicional, CMJ
con cargas y 4 RM en press banca y squat en 10 jugadoras de élite de voleibol
tras un entrenamiento de 12 semanas de fuerza, que coincide con la temporada
deportiva, para así conocer los efectos de la preparación física.

Otros estudios de este tipo son los de Wallmann et al (2005) que investigó
los efectos del estiramiento estático sobre la actividad electromiográfica del
gastrocnemio en un salto vertical realizando una medición antes y después de una
serie de ejercicios de estiramiento.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

7.11. DISEÑOS CUASI EXPERIMENTALES.

Para Cohen y Manion (1989): “…en investigación educativa, no es posible


muchas veces acometer experimentos verdaderos, cuando no es posible alcanzar
las características de un experimento puro, como selección de grupos de forma
aleatoria (en entrenamiento deportivo, los grupos ya están seleccionados cuando
hablamos de equipos ya con la plantilla cerrada, o de grupos de entrenamiento
federados en la mayoría de los casos en niveles medios y altos de competición), o
cuando no hay grupo de control pero si tenemos grupos idénticos entre sí porque
se ha tenido esta posibilidad.

En el caso de que no haya grupo de control tenemos los siguientes estu-


dios:

Wilkerson et al (2004) evaluaron el rendimiento de 6 semanas de entre-


namiento pliométrico en dos grupos de deportistas universitarias femeninas, un
grupo en el que el trabajo pliométrico se regía por el principio de sobrecarga y
otro en el que el trabajo pliométrico no estaba estructurado, los resultados mues-
tran como el rendimiento era superior en el trabajo estructurado vs. no estructu-
rado. Este trabajo es de tipo cuasi-experimental, debido a la ausencia del grupo
de control.

7.11.1. Diseño de serie cronológicas.

A un grupo único se le efectúan varias mediciones pretest y varias medi-


ciones después de la aplicación del tratamiento o variable independiente. La
repetición de medidas antes y después del test, proporciona un mayor aislamien-
to, y una mayor validez, fiabilidad y objetividad de la línea base. En este caso, la
múltiple reproducibilidad de la línea base previa no es una técnica muy habitual
previa a la aplicación del tratamiento.

Stanganelli et al (2008) evaluaron el rendimiento en SJ, CMJ y saltos en


bloqueo con red, a la selección nacional de Brasil, en tres momentos en el ma-
crociclo de preparación previo al Campeonato de Mundo, aplicando un entrena-
miento de fuerza de 9 semanas.

Por su parte Newton et al (2006) valoró el rendimiento en salto, durante


las 11 semanas de la temporada en 14 jugadoras de voleibol al inicio, a la mitad y
al final de la temporada para conocer la evolución de esta capacidad.

Existen otro tipo de mediciones como las repetidas tras la aplicación de


varios tratamientos como el de Yamaguchi e Ishii (2005) en el que un mismo
grupo (11 sujetos estudiantes universitarios) realizó tres tipos de entrenamiento
de flexibilidad diferentes y por tanto se realizaron tres mediciones diferentes,
para comprobar si tiene un efecto sobre el desarrollo de la potencia de piernas.
Un protocolo similar siguió Burkett et al (2005) que determinó que tipo de calen-

- 182 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

tamiento (general o específico) es más efectivo para la mejora del rendimiento en


el salto vertical, para ello 19 sujetos realizaron cuatro tipos de calentamiento
seguido del test de salto vertical en cuatro días diferentes. Young y Elliot (2001)
utilizaron también un solo grupo, al que le realizaron cuatro mediciones diferen-
tes o el de Moir et al (2004). En este tipo de trabajos hemos de tomar en conside-
ración volver a la línea base, tras la realización/aplicación de un tratamiento,
aspecto que en la totalidad de los estudios de ha obviado quizás porque se ha
partido de la medida anterior, pero se ha de considerar que el aumento del rendi-
miento resta potencial de entrenamiento al sujeto con lo cual medidas posteriores
pueden verse contaminadas por la inicial.

7.12. DISEÑOS EXPERIMENTALES.

Este tipo de diseños comprenden además del grupo al que se le aplica la


variable independiente, un grupo de control al que no se le aplica el tratamiento.
Los grupos se dividen de forma homogénea siguiendo una técnica de aparea-
miento al azar (Martínez, 1999). Este tipo de diseños son una forma de controlar
las posibles variables contaminantes cuando se introduce el tratamiento, de tal
manera que cuando se realiza la medición pretest, el grupo experimental y con-
trol deben ser homogéneos y por lo tanto son iguales en la variable dependiente.

Entre los estudios que se realizan desde este tipo de investigación, existen
muchos utilizados en el rendimiento deportivo, aunque el principal inconveniente
es la disposición de grandes poblaciones con homogéneas características para
poder hacer las interpretaciones de las variables dependientes asignándolas a la
influencia de las independientes utilizadas. Uno de los tipos de investigaciones
mas utilizadas en el entrenamiento, y que sirven como ejemplo de lo que estamos
hablando, es seleccionar sujetos de un determinado deporte, con unas caracterís-
ticas homogéneas en cuanto a datos de edad, sexo, talla, peso, grasa corporal y
nivel deportivo, etc., y someterlos a un tipo especial de entrenamiento de una
componente o cualidad determinada (variable independiente) o al tipo clásico de
entrenamiento (variable independiente) y comprobar como afecta cada una de
ellas a un parámetro determinado (variable dependiente) al final del periodo de
entrenamiento. Si controlamos todos los factores externos que nos pueden influir
sobre la respuesta de la variable dependiente, podemos deducir que las modifica-
ciones en dicha variable son debidas al efecto de la variable independiente sobre
la muestra de sujetos, que puede ser significativa dicha diferencia o no significa-
tiva, en función de la diferencia que exista entre ambos grupos.

Estudio con dos grupos, uno experimental y otro de control es el realizado


por Knudson et al (2001), en el que mide la efectividad de un calentamiento
usando “stretching”, con otro grupo que no hace nada sobre el rendimiento en el
salto vertical.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

7.12.1. Diseño experimental multigrupo.

Se realiza una medida inicial y se dividen los grupos de forma homogénea


siguiendo una técnica de apareamiento al azar, de esta forma se controlan las
posibles variables contaminantes cunado se introduce el tratamiento. De este tipo
de diseños destacamos los trabajos de:

Schlumberger, Stec y Schmidtbleicher (2001) que compararon los efectos


de un programa de entrenamiento de fuerza usando tres grupos aleatorios sobre la
fuerza máxima: el primero realizaba 1 serie de 6-9 repeticiones hasta la fatiga, el
segundo realizaba 3 series de 6-9 repeticiones hasta la fatiga con 2 minutos de
descanso y el tercer grupo no realizaba ningún tipo de entrenamiento (control). El
entrenamiento se realizo durante 3 semanas 2 veces semanales. Otro estudio que
utiliza un diseño similar para comprobar las adaptaciones musculares a un entre-
namiento de tipo excéntrico de diferente intensidad es el de Schroeder, Hawkins
y Jaque (2004).

Otros estudios experimentales multigrupos, pero en este caso con cuatro


grupos en el que se aplica un tratamiento a tres de ellos y hay un grupo de control
es el de Hennessy y Watson (1994) en el que comparan los efectos durante la
pretemporada sobre la resistencia, la fuerza y la velocidad. El primer grupo un
programa de carrera 4 días a la semana, el segundo un programa de fuerza 3 días
a la semana, el tercero un programa combinado 5 días a la semana, y el cuarto era
el grupo de control. Los resultados muestran que el entrenamiento de fuerza
aislado solo provoca mejoras en la fuerza y velocidad y mantienen su nivel de
resistencia, el entrenamiento combinado muestra mejoras de resistencia y fuerza,
pero no mejora la velocidad. El entrenamiento de resistencia mejora específica-
mente esta pero no existe ningún otro tipo de mejora.

Existen otros estudios realizados con tres grupos pero en este caso no se
utilizó un grupo de control como el de Harris et al (2000) que utilizó un grupo de
entrenamiento con cargas pesadas, otro grupo con un entrenamiento de cargas
ligeras, y otro grupo con un entrenamiento combinado, y se midieron diferentes
variables relacionadas con la curva fuerza-velocidad. El entrenamiento se realizo
durante 4 semanas 4 veces semanales.

7.13. DISEÑOS FACTORIALES.

McGuigan (1996) incluye los diseños factoriales como diseños experi-


mentales y los define como aquellos en los que se utilizan todas las combinacio-
nes posibles de los valores seleccionados, por tanto consiste en establecer la
interacción de dos variables independientes con diferentes niveles para compro-
bar sus efectos combinados.

Los diseño factoriales tratarían por ejemplo el efecto del formato de in-
formación del entrenador y del momento de aplicación en la mejora del lanza-

- 184 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

miento de tiro libre en baloncesto. La variable independiente se establecería de la


siguiente forma en función de las posibilidades de combinación del tratamiento
(Martínez, 1999):

VI a1: Información visual.


VI a2: Información auditiva.
VI a3: Información kinestésico-tactil.
VI b1: Información simultánea.
VI b2: Información terminal.
VI b3: Información retardada.

La variable dependiente será la efectividad en el lanzamiento de tiros li-


bres.

De este modo el diseño queda configurado de la siguiente forma, aplican-


do y combinando las siguientes posibilidades:

a1 a2 a3
b1 a1 b1 a2 b1 a3 b1
b2 a1 b2 a2 b2 a3 b2
b3 a1 b3 a2 b3 a3 b3

Los diseños factoriales pueden establecerse de forma que incluso se con-


templarían otro tipo de interacciones, por ejemplo las de tres o más tipos de
variables independientes con diferentes niveles.

Ejemplo: Efecto de la hipoxia, sobre el volumen y la intensidad del entre-


namiento en una prueba de medio fondo.

La variable independiente se establecería de la siguiente forma en función


de las posibilidades de combinación del tratamiento (Martínez, 1999):

VI a1: entrenamiento en altitud.


VI a2: entrenamiento a nivel del mar.
VI b1: entrenamiento de resistencia.
VI b2: entrenamiento combinado fuerza y resistencia.
VI c1: entrenamiento con énfasis en volumen y menor intensidad.
VI c2: entrenamiento con énfasis en intensidad y menor volumen..

La variable dependiente será el rendimiento en la prueba de 1500 m.

De este modo el diseño queda configurado de la siguiente forma, aplican-


do y combinando las siguientes posibilidades:

a1 b1 c1 a1 b2 c1 a1 b1 c2 a1 b2 c2
a2 b1 c1 a2 b2 c1 a2 b1 c2 a2 b2 c2

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7.14. OTROS TIPOS DE INVESTIGACIÓN: EL META ANÁLISIS.

La revisión de la literatura es dificultada por la cantidad de artículos escri-


tos que requiere a lo largo de numerosos estudios ser sintetizado para determinar
las conclusiones que subyacen, los acuerdos o los desacuerdos. Esto es aún más
complicado cuando utilizamos una recogida de datos de un número de sujetos
por observación simple de dichos datos. Por ello, se propone una cantidad media
llamada meta-análisis que nos servirá para analizar las conclusiones de numero-
sos estudios (Glass, McGaw, & Smith, 1981). Se provee de fórmulas para trans-
formar medias, desviaciones estándar y otros datos estadísticos que afectan a la
magnitud y que nos permitan obtener unas medias para esas poblaciones que nos
sirvan de grupo control y que aplicaremos a los grupos experimentales. Los pasos
que se siguen en el meta-análisis son: 1) Identificación del problema, 2) Búsque-
da en la literatura de medias específicas, 3) Revisión del tipo de estudios para
incluirlos o excluirlos del trabajo, 4) Una cuidadosa revisión y evaluación para
identificar y codificar las características importantes del estudio, 5) Calcular el
efecto medido, 6) Aplicar las técnicas estadísticas apropiadas, y 7) Obtener
resultados de la aplicación de estos pasos para realizar la publicación (Thomas &
French, 1986).

Como ejemplo de este tipo de investigación, tenemos aquellos estudios


que se han realizado con grandes poblaciones para determinar unas medias en
unas características (como puede ser la aplicación del test de Cooper) que luego
se utiliza para hacer una tabla aplicativa a poblaciones similares (Cooper, 1979),
o aquellas tablas confeccionadas con este tipo de estudios que se emplean para
evaluar las capacidades físicas en muchos entrenamientos (Bar-Garapon & Van
Hoecke, 1984; Cazorla, 1984; Cazorla, Léger, & Marim, 1984; Szczesny, 1984).

Otros estudios más contemporáneos como los de Rhea (2004). Han utili-
zado el meta-análisis teniendo como objeto de estudio el entrenamiento de fuerza
y el acondicionamiento físico

- 186 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

8. CONTROL Y MARCADORES DE
ENTRENAMIENTO. EVALUACIÓN DE LA
FATIGA COMO FORMA DE MONITORIZACIÓN
DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO.

8.1. INTRODUCCIÓN.

El objetivo de la monitorización del proceso de entrenamiento se basa en


la necesidad de obtener feedback acerca de los efectos de entrenamiento en el
momento que deseamos, sabiendo que el diseño de entrenamiento que hemos
realizado proporciona un estado de forma específico que ocasiona un patrón de
adaptación específico en base a las posibilidades del deportista (Viru y Viru,
1999).

A partir de esta propuesta de Viru y Viru (1999) nos planteamos los si-
guientes objetivos que debe tener el control del entrenamiento desde la óptica del
rendimiento deportivo:

x Comprobación del alcance de los objetivos planteados en ese mo-


mento de la temporada (Pyne et al, 2001; Marques et al, 2008).
x Detección de la fatiga y del sobre-entrenamiento (Kuipers y Keizer,
1988; Lehmann et al, 1991, 1992).

Pese a que los síntomas fisiológicos y bioquímicos son efectivos para con-
firmar el síndrome de sobreentrenamiento, no han sido útiles para la prevención y
control de éste, de hecho uno de los principales problemas que afectan al rendi-
miento deportivo es el sobreentrenamiento que ha producido más de un fracaso
deportivo (Morgan, 1994). En la monitorización del entrenamiento, el principal
objetivo es establecer el límite entre la fatiga crónica y la estimulación óptima
que conduce a los procesos de adaptación.

Un aspecto importante dentro del proceso de entrenamiento consiste en


ajustar la recuperación adecuada en base a las demandas que han producido los
microciclos de entrenamiento, ya que la recuperación incompleta entre series, o
entre competiciones conducirá finalmente a una reducción del rendimiento.

La diferencia entre supercompensación y sobreentrenamiento depende


fundamentalmente del resultado global de todos los elementos que interactúan en
el proceso. Como norma general Bompa (1999) establece que la supercompensa-
ción tras una sesión de trabajo aeróbico puede ocurrir aproximadamente después
de 6-8 horas y una sesión que lleva consigo actividad más intensa que requiera
una gran exigencia del SNC necesita más de 24 horas de recuperación para que la
supercompensación se produzca. Si un atleta tarda más de 72 horas en la recupe-
ración presumiblemente ha sobreentrenado, para que el deportista vuelva a su

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

estado normal deberá someterse a un proceso de recuperación para que se pro-


duzca la supercompensación (Kenttä and Hassmen, 1998). Para estos autores si el
deportista necesita más de 72 horas en su recuperación existe un fallo en la
programación de entrenamiento que puede desembocar en el síndrome de sobre-
entrenamiento.

El aspecto fundamental en este capítulo debe de tratar por una parte, como
los entrenadores pueden tener la seguridad de que sus deportistas se recuperen de
forma completa antes de provocar la siguiente estimulación, y por otra de anali-
zar los principales indicadores de fatiga que pueden llevar a conocer en que
estado ha dejado el organismo la carga externa. De forma general consideramos
que los microciclos de desarrollo, los de ajuste y los de competición, crean una
situación de fatiga durante los últimos días del entrenamiento por lo que los
procesos de recuperación posteriores deben asegurar el llenado de los depósitos
energéticos y los procesos de recuperación funcional mediante estímulos mode-
rados de carga que favorecerán dichos procesos.

En microciclos de choque (o impacto) la suma de cargas causa un profun-


do vacío en los depósitos energéticos y en la funcionalidad de los sistemas hasta
el punto de llegar al límite entre fatiga crónica y fatiga subaguda que permite la
supercompensación tras un periodo amplio de descanso. En este caso es funda-
mental un microciclo de recuperación que permita evitar estados de fatiga cróni-
ca y sobreentrenamiento. Un primer elemento sobre el que el entrenador debe
tener un control básico es sobre la programación de las cargas y el tiempo de
recuperación que se precisa en éstas.

8.2. EQUILIBRIO ENTRE CARGA EXTERNA-RECUPERACIÓN.

El concepto clave sobre el que se debe establecer la programación de en-


trenamiento es el de equilibrio de entrenamiento/recuperación, controlando las
cargas de entrenamiento que hagan progresar al deportista, con periodos de
regeneración que eviten la fatiga excesiva que conduzca a un estado de sobreen-
trenamiento (Terrados y Fernandez, 2000). Lo importante es minimizar la fatiga
“residual” que conduce a estados de sobreentrenamiento, de este modo controla-
remos cual es el estado que producen las cargas de entrenamiento evitando que
un estrés excesivo pueda conducir a una disminución del rendimiento. En este
sentido, tanto la labor del entrenador como la del médico son muy importantes,
ya que el primero detecta los signos de fatiga mediante el marcador primario
disminución del rendimiento, apatía, cansancio constante… y el segundo realiza
las pruebas invasivas más adecuadas para la confirmación de éste.

Por ejemplo, si nuestro deporte requiere de un tipo específico de resisten-


cia como la resistencia de duración corta (RDC), la característica de dicho es-
fuerzo genera unos determinados metabolitos y requiere de un sustrato energético
determinado, y de un tiempo de disponibilidad máxima de éste para su eficiencia.
La energía en la RDC viene determinada por la degradación de fosfato y la

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FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

glucólisis anaeróbica, aunque el tamaño del depósito muscular del glucógeno es


insignificante, en la resistencia de duración media (RDM), a pesar de la elevada
necesidad energética por unidad de tiempo y de que éste se agota bastante, nunca
llega a vaciarse del todo. Tenemos como factor importante la capacidad aeróbica
(VO2 max) en la RDM mientras que éste no se considera como factor en la RDC.
En la RDC , tenemos además una elevada producción de lactato, con lo que es
necesario tener la capacidad de soportar una sobreacidez posterior , a pesar de la
constante producción de lactato (depende del sistema de amortiguación a nivel de
célula y sangre), mientras que en la RDM la tolerancia al lactato es más significa-
tiva que la capacidad de producir grandes cantidades de lactato. La técnica motriz
en la RDC está más enfocada a la coordinación intermuscular mientras que en la
RDM adquiere diferente intervención como factor decisivo para el rendimiento,
en función del porcentaje de fuerza o bien de velocidad. Las características de
cada una de los distintos tipos de resistencia se muestran en la tabla 8.1.

RDC RDM RDL I RDL II RDL III RDL IV


Duración
35seg-
de la 2-10 min 10-35 min 35-90 min 90min-6h + 6 horas
2min
carga
% VO 2
100 100-95 95-90 90-80 80-60 60-50
max
Lactato
10-18 12-20 10-14 6-8 4-5 -3
mmol/l
Sustrato Glucógeno
Glucógeno
energético Glucógeno Glucógeno (muscular Grasas, Grasas,
( muscular
principal fosfatos muscular + hepáti- glucógeno proteínas
+hepático)
co), grasas
Vía Anae 80-
energética 20 60-40 30-70
10-90 5-95 1-99
predomi- Aero 65- 40-60 20-80
nante 35
Tabla 8.1. Características de los distintos tipos de resistencia. Zintl (1990).

A modo de ejemplo, si nuestro deportista ha realizado una sesión selectiva


uniforme en la que se le ha solicitado un interval training hasta la fatiga, la
recuperación de la fatiga aguda debe orientarse hacia el restablecimiento de la
deuda de oxígeno (recuperación de oxígeno), reabastecimiento de mioglobina,
reabastecimiento de las reservas de fosfágeno, de la reservas musculares de
glucógenos, eliminación de acido láctico del músculo en sangre. Los tiempos de
recuperación varían teniendo como base el concepto del modelo bifactorial de
entrenamiento que supone una heterocronía entre recuperación y rendimiento, así
como los límites sugeridos para la recuperación que establecen Bowers y Fox
(1997) para un ejercicio de esta naturaleza. Teniendo en cuenta esto, no debemos
provocar otro estímulo de la misma naturaleza hasta pasadas 24 horas, lo cual no
quiere decir que no pueda entrenar más ese deportista, sino que la siguiente

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

sesión debe estimular otros elementos funcionales para no crear mayor fatiga aún
(tabla 8.2).

Tiempo recomendado de recuperación


Proceso de
Mínimo Máximo
recuperación
Restauración del fosfá-
geno muscular (ATP y 2 min 3 min
PC)
Cancelación de la deuda
3 min 5min
de oxígeno alactácida
Restauración de las
1 min 2min
reservas de oxígeno
48 horas (después de un
10 horas
Restauración del ejercicio prolongado)
glucógeno muscular 24 horas (después de un
5 horas
ejercicio intermitente)
1 hora (recuperación con
Eliminación del ácido 30 min
ejercicio).
láctico del músculo y de
2 horas (recuperación
la sangre 1 hora
con reposo)
Cancelación del compo-
nente lactácido de recu- 30 minutos 1 hora
peración
Tabla 8.2. Tiempos de recuperación recomendados después de un ejercicio con
agotamiento. (Bowers y Fox, 1997:95)

El tiempo de recuperación determinará cuando se debe aplicar la siguiente


carga de similares características, los procesos de recuperación están en función
del desgaste que realice el deportista. El ejercicio a nivel neuromuscular también
produce fatiga, este tipo de fatiga induce a una reducción en la fuerza máxima
voluntaria que el sujeto genera y en la potencia desarrollada como afirma Volles-
tad (1997). Las vías de fatiga neuromuscular pueden ser de 2 tipos según Gardi-
ner (2001), el primer tipo se refiere a la sinapsis producida cuando las señales
nerviosas no son transmitidas con facilidad, la segunda vía afecta a la inervación
de las motoneuronas. En el primero las causas pueden ser de varios tipos: fallos
en el potencial de acción generado en el axón y no propagado por las ramas de la
neurona hacia la fibra muscular, por vaciamiento del neurotransmisor, fallo en la
membrana postsináptica.

Es por ello que a la hora de organizar y secuenciar las sesiones de entre-


namiento dentro de un microciclo debemos tener presente que un nivel de carga
elevado necesitará de 48 a 72 horas de recuperación, y entre ellas utilizar sesio-
nes con diferente orientación metabólica y con diferente intensidad, volumen y

- 190 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

densidad de carga. Un ejemplo de ello lo tenemos en la figura que mostramos a


continuación en la que hemos introducido 3 sesiones con un nivel de carga
elevado, entre ellas hemos introducido sesiones con un nivel de carga inferior y
con diferente orientación metabólica para no sobrecargar los sistemas implicados
(figura 8.1).

Sesión choque
Ejemplo:
organización de sesiones Sesión choque

72 horas

Nivel de
carga
LUN MAR MIER JUE VIER SAB DOM

Ae-ae-
5 Ae-ae-an Ae-ae-an
an
4

2 Ala/Fm Ala/Fm

1 reco reco

72 horas

Figura 8.1. Organización de las cargas de entrenamiento en un microciclo.

Un área de investigación que en la actualidad tiene un impacto considera-


ble sobre el rendimiento deportivo es la evaluación de las cargas internas para
conseguir una sobrecompensación positiva, que resulta de una pérdida de rendi-
miento a corto plazo producto de la fatiga (Kreider, Fry y O´Toole, 1998). La
importancia de estas investigaciones residen en conocer cual es el límite de carga
externa al que podemos llegar en un momento determinado, sin llegar a sobrepa-
sar esa barrera que conduzca a estados de sobreentrenamiento.

Los procesos de regeneración incardinados al desarrollo de la carga cons-


tituyen un pilar básico en la construcción y organización del entrenamiento
deportivo, ya que el proceso biológico carga –fatiga-recuperación adaptación al
que aludíamos en el capítulo de adaptación se concreta en unos principios de
procedimiento que el entrenador debe de cumplir. Zintl (1990) divide el proceso
regenerativo en fase temprana, tardía y de supercompensación, en la primera
hablamos de los procesos de regeneración rápida, en la segunda se alude a los
procesos más tardías mientras que la tercera establece una aumento de los siste-
mas funcionales a través de la síntesis de proteínas como establece Viru y Viru
(1999) y Flueck (2007), no siendo fases aisladas sino que se solapan entre sí.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Distribución
Procesos regenerativos Duración Carga necesaria
global en fases
Cargas máximas
Restitución de PC 3-5 min.
(alactácidas) 10-12
(supercompensación) 20-30 min.
seg.
Carga anaeróbica
Degradación de lactato
Fase temprana 1-3 horas intensiva
sanguíneo (tiempo de
(0-6 horas) Aprox. 15 min. (lac >10-12
degradación de la mitad).
mmol/l)
Inicio de restitución de Anaeróbico lactáci-
glucógeno, sobre todo en Hasta 30 min da con esfuerzo en
fibras FT las fibras FT
Compensación del Carga aeróbica
glucógeno, sobre todo en 24-36 horas intensiva (45-60
las fibras ST min)
Carga prolongada
Fase tardía Equilibración electrolíti-
6 horas con pérdidas de
(6-36 horas) ca (Na,K)
líquidos (>1 hora)
Síntesis de proteinas
Cargas musculares
contráctiles (actina, 12-48 horas
máximas
miosina)
Cargas altamente
Compensación de las
intensivas y de
enzimas musculares 48-60 horas.
extrema duración
perdidas
(RDL III y IV)
Formación frecuen-
Resíntesis de proteinas
te de lactato en el
estructurales (mitocon- 48-72 horas.
músculo (sobreaci-
drias)
dez)
2-3 días (dieta Carga aeróbica
Sobre compensación de
rica en carbohi- intensiva (60-90
depósitos de glucógeno
dratos). min)
Fase de sobre
Carga prolongada
compensación Compensación electrolí- 2-3 días (susti-
con pérdidas de
(2-5 días hasta tica (Mg, Fe) tución).
líquidos.
semanas)
Carga anaeróbico-
Compensación del
lactácida, cambios
equilibrio endocrino:
2-3 (5) días. frecuentes de la
resíntesis de catecolami-
intensidad, estrés
nas.
psíquico
Cargas de maratón
Resíntesis de cortisona 2-5 (7) días.
y Ultra RDL
Nueva síntesis de proteí-
Cargas prolongadas
nas estructurales (enzi-
Días-semanas. y relativamente
mas, mitocondrias, tejido
intensivas.
ligamentoso y tendinoso)
Tabla 8.3. Tiempos medios de los procesos de recuperación después del esfuerzo
correspondiente. Zintl (1990:189).

- 192 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

La duración e intensidad de la carga de entrenamiento se convierte en un


factor clave para la valorar el tiempo que tarda el organismo en regenerarse y por
tanto sirve para la ordenación de las cargas. Zintl (1990), sistematizando dichas
cargas desde el punto de vista de los métodos de desarrollo de la resistencia
plantea los siguientes tiempos de recuperación:

- Cargas extensivas (inferiores a 2-3 mmol/l) de menos de 1 hora de du-


ración no se gastan ni las reservas de glucógeno ni la regulación hor-
monal, usándose como medio regenerativo, se pueden realizar diaria-
mente sin problemas. Si superamos la hora en este tipo de cargas se
puede producir un fuerte desgaste de los depósitos de glucógeno y pér-
didas de líquidos que requeriran de 1 a dos días de recuperación.
- Entrenamiento intenso en el ámbito del umbral anaeróbico o un poco
por encima de él es de nuevo factible a las 24 horas con una
alimentación específica basada en hidratos de carbono ya que los
depósitos de glucógeno estarán casi compensado. Aunque las
hormonas implicadas requieren más tiempo de recuperación,
- aproximadamente dos días.
Entrenamiento intenso con cargas anaeróbico –lactácidas (métodos in-
terválicos intensivos y repeticiones medio y corto), durante la realiza-
ción de éste se producen grandes concentraciones de lactato, requiere
un tiempo de 2-3 días.
- Después de competiciones de resistencia debido a esfuerzos nerviosos
fuertes y hormonales, hemos de esperar en competiciones de resistencia
de duración corta y resistencia de duración media al menos 2-3 días (sobre
todo si ha habido competiciones calificatorias), en pruebas de maratón o
más exigentes, esperar 5 días para trabajar con cargas intensivas.

Por lo tanto, se plantea la necesidad de organizar las sesiones de entrena-


miento de tal forma que se cumplan una serie de aspectos:

1. Respeto a la interconexión de cargas, de tal forma que produzcan efectos


positivos sobre la dirección del entrenamiento (visto en el capítulo de car-
gas).
2. Organización adecuada de los procesos carga –recuperación para no pro-
vocar sobre-entrenamiento que afecte negativamente al rendimiento te-
niendo en cuenta los tiempos de recuperación en el diseño de la carga ex-
terna.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

8.3. CONTROL DE LAS CARGAS DE ENTRENAMIENTO.

Durante la periodización del entrenamiento deportivo, existe la necesidad


de controlar la respuesta adaptativa al ejercicio y la dirección en la que queremos
que ésta vaya. En el ámbito anglosajón el término “monitoring training” es el
más usado para esta cuestión y existen numerosas referencias en la literatura en
relación a esta cuestión (James, 1988; Jeffreys, 2004; McGuigan y Foster, 2004 ).

Los metodólogos del entrenamiento deportivo establecen el control del


entrenamiento basado en la obtención de datos de carácter cuantitativo y cualita-
tivos que aporten información detallada acerca del nivel del deportista en unos
tests realizados en una determinada fase de su preparación (Campos y Cervera,
2001).

Los datos a nivel cuantitativo no son más que las conductas motrices espe-
radas que el deportista debe haber alcanzado dentro del contexto ergogénico que
se plantea en la estructuración de una programación deportiva en el ámbito de los
deportes con predominio de la condición física que es a la que se refieren los
autores antes citados.

El objetivo de la cuantificación basado en el control de las cargas de en-


trenamiento nos permite conocer dichos valores y, por ello, constituye un ele-
mento de retroinformación decisivo en el entrenamiento para orientar, reorgani-
zar o ajustar las cargas de entrenamiento, o dicho de otra manera ¿Qué relación
existe entre las decisiones adoptadas en relación a la carga externa por parte del
entrenador y la práctica real expresada en forma de conductas motrices-
respuestas adaptativas del organismo?.

Campos y Cervera (2001) afirman como el control debe servir además pa-
ra recoger una serie de datos acerca de lo que el deportista ha realizado durante
su temporada, de lo que el deportista ha trabajado en cada uno de los contenidos
de su plan de entrenamiento e incluso del número de competiciones realizadas
entendiendo estas como una carga más de carácter específico.

En este apartado tenemos cuatro rasgos que deben caracterizar el control


del rendimiento del deportista:

x Debe ser una actividad sistemática, que evalué el proceso, y que reclame
información acerca del reajuste o correcciones de lo programado durante la
temporada. Por ello hemos de tener bien claro en que momento deben de
realizarse los controles del entrenamiento, como regla general deben de
hacerse al final del mesociclo, y en periodo de supercompensación, ya que
aquí estoy evaluando realmente su rendimiento, en otra fase me puede dar
una idea equivocada del rendimiento del deportista.

x Ha de estar integrada dentro del propio entrenamiento de modo que dedicar


sesiones a la evaluación no provoque interrupciones en el proceso. Para

- 194 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

asegurar las condiciones estandarizadas para los test y estar integradas en el


proceso, los entrenadores búlgaros de halterofilia sugieren el uso de un mi-
crociclo especial para el control del entrenamiento. El microciclo consta
de dos etapas, el propósito de la primera etapa es estandarizar las condicio-
nes del deportista en las que va a realizar el test. Los primeros dos-tres días
el volumen y la intensidad de los ejercicios serán bajos, buscando intervalos
de descanso amplios que permitan la recuperación. La segunda etapa del
microciclo, en los dos días siguientes, se realizarán los test mediante un pro-
tocolo estandarizado al efecto. El primer día se sugiere que los deportistas
realicen el test a la máxima potencia que puedan manifestar, el segundo día
se sugiere que los test se repitan al 75% de la máxima potencia manifestada
realizando el máximo número de repeticiones. (Matveyev, 1980, citado por
Viru y Viru, 1999).

x Establecer un protocolo adecuado para la recogida de la información, de tal


manera que no encontremos desajustes en la implementación de los test y
ello suponga por lo tanto una variable contaminante. Además, para alcanzar
los resultados, el test debe ser administrado de forma segura para el depor-
tista, y que no suponga un riesgo para la salud de éste. Por lo tanto, a la hora
de administrar el test hemos de tener en cuenta:
o Consideraciones acerca de la salud y la seguridad del deportista:
Aunque previamente se les debe exigir a los deportistas un recono-
cimiento medico que les permita entrenar y competir, debemos ase-
gurar que las condiciones de salud deben ser las adecuadas, sobre to-
do al realizar ejercicios extenuantes que puedan poner al descubierto
patologías “escondidas” de tipo cardiaco. Por otro lado hay que ase-
gurar las condiciones ambientales adecuadas para la realización del
test.
o Selección y entrenamiento de los profesionales que van a llevar a ca-
bo los test: Aquellos individuos que van a llevar a cabo el test deben
conocer los protocolos de realización del test para asegurar que las
puntuaciones que se registran poseen las condiciones de validez, fia-
bilidad y sensibilidad adecuadas, además debe tener una alta correla-
ción test-retest entre el examinador.
o Formas de registro del test: las formas de registro del test deben ser
conocidas, fáciles de realizar, de tal forma que se haga de forma eco-
nómica y que reduzca la incidencia de errores en el registro.
o Formato del test: una sesión de toma de datos bien organizada, en la
cual las estaciones estén bien diseñadas, el deportista sepa que y co-
mo hacerlo son garantías de éxito a la hora de recoger los datos. Co-
nocer cuantas veces se va a realizar el test durante el curso o tempo-
rada, número de intentos, momento del curso o de la temporada, hora
del día que se va a hacer, etc. Por otro lado la realización de múlti-
ples test debe permitir que el deportista se fatigue lo menos posible
entre ejecución de uno y otro. Así ante una batería de test, la secuen-
cia de estos debería ser la siguiente (Kraemer y Fleck, 1982):

- 195 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

- Test no fatigantes: altura, peso, pliegues, o salto vertical.


- Test de agilidad. T test.
- Potencia máxima y fuerza: 1RM press banca, 3 RM.
- Test de resistencia muscular localizada: wingate test.
- Test de capacidad anaeróbica: 400 metros.
- Test de capacidad aeróbica: carrera de 12 minutos, course-
navette.
x Finalmente, el control del entrenamiento debe adecuarse a las características
individuales del deportista. Por tanto es criterial.

Para ello nos planteamos los siguientes objetivos que debe tener el control
del entrenamiento desde la óptica del rendimiento deportivo:

1. Comprobación del alcance de los objetivos planteados en ese momento


de la temporada.
2. Detección de la fatiga y del sobre-entrenamiento.
3. Puesta a punto de la forma física, técnica y táctica en los picos de ren-
dimiento claves (tappering).
4. Comprobar si la cuantificación del entrenamiento coincide con lo rea-
lizado a nivel físico, técnico y táctico.

Antes de realizar y elegir una batería de test apropiados hay que establecer
una serie de consideraciones previas acerca del sentido del control del entrena-
miento, que puedo obtener de él:

1.- Informaciones que provienen del deportista acerca de su estado aní-


mico, su actitud ante los cambios y efectos del entrenamiento, y su es-
tado general tanto físico como anímico.
2.- Informaciones sobre la conducta del deportista, la magnitud y carác-
ter del incremento del rendimiento en el entrenamiento y la ejecución
evolutiva de la técnica.
3.- Informaciones sobre efectos inmediatos, magnitud y proceso en el en-
trenamiento
4.- Informaciones sobre efectos acumulativos por cualidades, y en las es-
tructuras específicas y/o el modelo competitivo.

Establecemos a nuestro criterio los siguientes factores que el profesor de-


be tener en cuenta a la hora de seleccionar los test tal y como establece Harman y
Pandorf (2000):

1. Especificidad metabólica: Un test válido debe adecuarse al perfil energé-


tico del deporte para el que la habilidad en el deporte deba ser evaluada,
teniendo en cuenta que en ningún esfuerzo podemos aislar un solo siste-
ma, sino que actúan todos a la vez predominando uno u otro según el tipo
de esfuerzo, denominándose “continuo energético”. Dicho de otra manera,

- 196 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

cuando en un deporte el perfil energético es de tipo anaeróbico con pre-


dominancia en la potencia aláctica, tiene poco sentido utilizar un test que
mida la capacidad o la eficiencia aeróbica.
2. Especificidad del deporte: el test debe ser muy similar en relación al mo-
vimiento específico al deporte, si el test difiere en relación a las demandas
físicas o técnicas que tiene el deporte puede que no sea tan específico y
por tanto no ayude a comprender aquello que buscamos. Por ejemplo el
Counter Movement Jump posee una especificidad manifiesta con la capa-
cidad de salto mostrada en deportes como el baloncesto o el voleibol.
3. Experiencia del sujeto y estado de entrenamiento: para sujetos con una
amplia experiencia de entrenamiento, un test muy técnico y de gran inten-
sidad puede ser apropiado para éste. Sin embargo, para un sujeto que no
posea esa destreza técnica no parece muy apropiado. Por otro lado, el gra-
do de entrenamiento también supone un factor a tener en cuenta ya que en
la primeras fases de entrenamiento el sujeto tiene una condición física,
técnica y táctica que nada tiene que ver con un deportista en plena fase
competitiva, por tanto la evaluación y los test deben ajustarse al nivel de-
portivo del sujeto teniendo en cuenta la temporada
4. Edad y sexo: La edad y el sexo puede afectar a la validez y la fiabilidad de
un test, ya que un test determinado puede ser útil para un adulto pero no
tanto para un niño o un adolescente. Por otro lado en relación a test como
el de dominadas, podría no diferenciar entre niveles de fuerza entre chicas
cuando existen variaciones para este que permiten detectar más sensibili-
dad entre chicas (Harman y Pandorf, 2000).
5. Factores ambientales: La temperatura y la humedad ambiental deben te-
nerse en cuenta cuando realizamos un test. La altitud también es un factor
a considerarambién a la hora de realizar un test o una competición sobre
todo en deportes cuya exigencia sea aeróbica fundamentalmente Para
Harman y Pandorf, (2000).

Estos factores, previos a la realización del test han de tenerse en cuenta


para el éxito a la hora de implementarlo. Sin embargo, existen singularidades que
hacen que cada test tenga su forma particular a la hora de administrarse y selec-
cionarse, por ejemplo, en la realización de una prueba ergométrica en laboratorio
tenemos que tener en cuenta una serie de factores por parte del sujeto que va a
realizar la prueba y por parte de la persona que va a dirigirla (López y Fernández,
1998):

Por parte del deportista:

1. Ausencia de procesos infecciosos.


2. No haber ingerido alimentos 2-3 horas antes.
3. No haber realizado esfuerzos importantes desde el dia anterior a la prueba.
4. No haber tomado estimulantes (café, te, cola…).
5. No modificar de forma significativa la alimentación los días precedentes.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Por parte del personal de laboratorio:

1. Ambiente tranquilo del laboratorio con presencia del personal especializa-


do exclusivamente.
2. Explicar al sujeto el desarrollo de la prueba
3. utilizar ropa adecuada
4. Disponer de una habitación bien ventilada, con una temperatura ambiente
entre 20-22º C y una humedad relativa del 40-60%
5. Es conveniente que antes de iniciar la prueba la persona descanse sentada,
a aun mejor acostada durante unos 10 minutos.
6. Deberá indicarse la hora de la prueba ergométrica, teniendo en cuenta que
cuando se comparen pruebas, deberá realizarse a la misma hora del día.

Las investigaciones y trabajos desarrollados en este campo han dado lugar


al desarrollo de instrumentos y protocolos de evaluación desde los primeros
manuales de metodología del entrenamiento publicados, constituyendo una
preocupación esencial conocer cuales son los efectos sobre el organismo de las
cargas programadas, ya Matveyev en sus primeras obras formulaba como el
control del entrenamiento se podía realizar de dos formas, una la denominaba
pedagógica y otra médico-científica, la primera revela la preparación del depor-
tista en cuanto a la calificación del rendimiento deportivo manifestada en las
competiciones, esta orientación hacia el producto final no revela las circunstan-
cias que han ido produciéndose durante el proceso, sino que al final de éste
conocemos si el trabajo ha sido el correcto o no gracias al resultado en competi-
ción que esperamos. Dentro de los métodos denominados pedagógicos se sitúan
también los controles y los tests durante el proceso de entrenamiento, todos ellos
nos dan una evaluación del producto sin conocer cual es la influencia de la carga
externa sobre la interna.

Los médico-fisiológicos tienen la finalidad de conocer el nivel óptimo de


adaptación y de fatiga de los sistemas del deportista que aseguran la prestación
motora en una determinada dirección del entrenamiento. En este caso, las meto-
dologías actuales permiten conocer cual es el estado del organismo en referencia
a los estímulos a los que ha sido sometido. Aunque todavía se considera extre-
madamente difícil medir y cuantificar todos los factores de entrada al sistema que
afectan al organismo del sujeto y valorar como cada estimulo es determinante de
un cambio en la capacidad de prestación deportiva, la realidad es que los avances
en esta materia han sido notables. Las respuestas de entrenamiento se están
orientado desde la investigación de laboratorio hacia la genética, los investigado-
res de esta materia en torno al entrenamiento deportivo debemos seguir investi-
gando acerca de las respuestas que nos permiten controlar con validez y objetivi-
dad la carga interna de entrenamiento sin necesidad de utilizar métodos invasivos
(Smith, 2003; Kenttä y Hassmén, 1998).

Como hemos comentado anteriormente, los métodos pedagógicos se cen-


tran en el desarrollo del producto del entrenamiento, entendido este como una

- 198 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

marca final obtenida tras una competición o un test de control, sin información
adicional acerca del proceso.

Sin embargo podemos encontrar más métodos de control y de monitoriza-


ción del entrenamiento que pueden obtenerse rápidamente, que no proporciona
información acerca del proceso pero que puede ser útil de cara a un control más
subjetivo de la carga interna. Estos métodos de control provienen de la informa-
ción que podemos extraer de las sesiones de entrenamiento de manera rápida y
muchas veces poco objetiva en relación a las pruebas médico-fisiológicas, puede
ser información del día a día mediante diarios de entrenamiento, siendo esta
información parcialmente subjetiva para nuestro propósito final que es el control
de la carga interna del entrenamiento, ya que las informaciones provienen de la
percepción del sujeto acerca de su estado y de la cuantificación de la carga
externa, no del efecto que provocan sobre el organismo. Sintéticamente podemos
extraer información de los siguientes parámetros:

x Estado del deportista (salud, ganas de entrenar previas)


x Datos fisiológicos simples (peso corporal, frecuencia cardiaca en reposo)
La sesión de entrenamiento (velocidad, técnica, resistencia fuerza)
x Indicadores cuantitativos de la carga en relación al volumen (kilómetros
realizados, series y repeticiones, intentos hechos, etc.)
x Indicadores cuantitativos de la carga en relación al volumen y (kilogra-
mos, porcentaje de VO2 max, frecuencia cardiaca..)
x Condiciones ambientales (humedad, viento, calor, etc.)
x La respuesta al entrenamiento (trabajo realizado respecto al programado,
recuperación de la frecuencia cardiaca, estado de cansancio tras el entre-
namiento, etc.) .
x Información sobre lo realizado respecto a lo programado. Desde informa-
ción de la sesión a información específica de un test realizado. Si el test
es repetido durante la temporada, se usará para medir el progreso dentro
de la temporada. Un ejemplo de estos test son:
o Tiempo en series en relación a una capacidad de prestación depor-
tiva específica o a una especificidad metabólica que deseamos eva-
luar: velocidad, velocidad-resistencia, resistencia
o Resistencia muscular en base a una determinada manifestación
porcentual referida a la fuerza dinámica máxima (% FDM), curva
fuerza-tiempo o fuerza velocidad, fuerza resistencia: manifestacio-
nes de fuerza explosiva, potencia, número de repeticiones en un
ejercicio, tiempo en un ejercicio.
o Fuerza dinámica máxima: 3 RM, 1RM
o Fuerza explosiva: pruebas de potencia, salto vertical, lanzamientos
de implementos.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

o Amplitud de movimiento: medir la amplitud de movimiento de una


determinada articulación.
o Competiciones preparatorias que sirvan para dar una medida
aproximada del rendimiento en la competición principal y que sir-
van de entrenamiento para éste.

8.4. EL CONTROL DE LA CARGA EXTERNA: ANÁLISIS DE LA


ORGANIZACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS DE ENTRENAMIENTO
EN UNA TEMPORADA.

La carga externa se define como la medida del trabajo completado inde-


pendientemente de sus características internas (Wallace, Slattery y Coutts, 2009).
El control de la carga de entrenamiento se puede realizar a nivel micro (sesiones
o microciclo) como plantean Achten y Jeukendrup (2003), Day et al (2004) o
Foster et al, (2001), o a nivel meso y macro, como plantean Campos y Cervera,
(2001), Platonov (2001), Viru y Viru (1999), Marques et al (2008) o Pyne et al
(2001) estos últimos en el ámbito específico de la natación. Este control de la
carga a través de su cuantificación debe ir acompañado necesariamente para tener
una mayor validez en su medición de la respuesta fisiológica o psicológica del
sujeto, ya que el mayor interés por parte del entrenador o investigador suponer
establecer relaciones de causa-efecto entre lo realizado y la respuesta adaptativa
del deportista.

8.4.1. Análisis de las estructuras de entrenamiento: macrociclos, fases,


mesociclos y microciclos.
El primer elemento de control supone el cálculo de la carga programada,
realizado antes de la propia sesión de entrenamiento. Se valora mediante el
cálculo realizado en la programación establecida en el que definimos desde el
inicio las características de las cargas de entrenamiento y su organización en
sesiones microciclos, mesociclos y macrociclos, mostrando un ejemplo a conti-
nuación (figura 8.2):

Semanas 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43
test test com com
ATR – BLOQUE 4 (10)
BASICO. ESPECIFICO COMPETITIVO
ACUMULACIÓN. TRANSFORMACIÓN REALIZACION REALIZACION
AJU CAR CAR IMP AJU CAR COMP RECUP ACTI COMP
Figura 8.2. Planificación siguiendo un modelo ATR (cargas concentradas) en el que
mostramos un macrociclo que va desde la semana 34 a la 43 de la programación anual.
Organizamos la carga en cuatro mesociclos: acumulación, transformación y dos de
realización, y a su vez en los microciclos que se muestran a continuación: AJU (ajuste),
CAR (carga), IMP (impacto), COMP (competición). En el macrociclo mostramos también
los controles a realizar (justo en la semana 35 y en la 38) y dos competiciones (semana 40
y 43), correspondientes a un atleta de categoría junior.

- 200 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

De éste ejemplo de programación podemos extraer información de la or-


ganización de las estructuras de entrenamiento hasta los microciclos. De todas
formas podemos incluso analizar cada microciclo y ver que sucede dentro de
cada día comprobando que objetivos y que nivel de carga existe en ésta tal y
como se muestra en la figura 3.

8.4.4.1. Análisis de la sesión de entrenamiento.

Si queremos analizar la sesión, el uso diario de procedimientos invasivos para


comprobar el efecto de la carga externa, aunque sea una gota de sangre capilar
puede llegar a ser molesto para el deportista realizado diariamente, con lo que los
procedimientos de verificación del impacto de la carga mediante diarios de
entrenamiento son los más adecuados. El diario de entrenamiento permite verifi-
car tanto la carga externa como la percepción del impacto de está sobre el orga-
nismo (carga interna). Los diarios de entrenamiento deben contener al menos esta
información para que sea relevante su uso de cara a un adecuado control del
rendimiento y de la fatiga del deportista (Terrados y Fernandez, 2000):

- Sueño. Horas y calidad del mismo.


- Apetito
- Peso: antes y después del entrenamiento
- Entrenamiento programado para ese día (o semana)
- Entrenamiento realizado
- Percepción subjetiva de fatiga
- Otras sensaciones: estado de ánimo.
- Dolores, molestias.

A modo de ejemplo exponemos un modelo de diario de entrenamiento en el


que un entrenador puede insertar la información que considere más adecuada
para su deportista. Estos diarios pueden ser modificados en función del tipo de
deporte, especialidad, etc…

El propósito fundamental del diario es el diagnóstico precoz de aquellos


elementos que pueden provocar sobreentrenamiento, así como un seguimiento
pormenorizado de los elementos que actúan en el proceso de entrenamiento.

En esta primera plantilla ofrecemos un modelo de recogida de datos de


una sesión de entrenamiento selectiva y de otra diversificada o compleja, en ella
se recogen datos acerca de la cuantificación y orden de las cargas en una sesión.

- 201 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Sesión de entrenamiento: Número:


Mesociclo: Macrociclo:

Sesión Selectiva N ivel de carga: EX (5)


G R(4)
O bjetivo(s) principal(es): IM (3)
M E(2)
BA (1)
Nº Contenidos O bjetivos V ol. Tiem po
tarea aprox. aprox.

Sesión Com pleja Nivel de carga: EX (5)


G R(4)
O bjetivo(s) principal(es): IM (3)
M E(2)
BA (1)
Nº Contenidos Objetivos V ol. Tiem po
tarea aprox. aprox.

c) Déficit entre lo programado y lo realizado: Vol


Int
Figura 8.3. Modelos de sesión de entrenamiento para cuantificar la carga
externa utilizados en la asignatura Teoría y práctica del entrenamiento
deportivo de la Facultad del Deporte de Toledo.

Otro modelo de diario más simplificado y adaptado al entrenamiento en


sala de pesas es el que nos muestra Bompa (1997), en el cual se registra, el
ejercicio a realizar, la carga a mover en kilogramos y el número de repeticiones
por serie (por ejemplo: 108 X 6) como muestra la figura 8.4:

- 202 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

series
Nº ejercicio 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
1 Semi-sentadilla 100/6

TOTAL
REPETICIONES
TOTAL
KILOGRAMOS
Figura 8.4. Hoja de control de sesiones (modificada de Bompa, 1999: 197).

En la segunda ficha que mostramos, se recoge información subjetiva y ob-


jetiva de un microciclo de entrenamiento, en el que se va registrando información
diaria de cómo hemos acabado tras la sesión entrenamiento que compone el
microciclo, y la percepción que se tiene en cuanto a éste referida a diferentes
parámetros, tanto fisiológicos como psicológicos que regulan nuestro nivel de
fatiga (Terrados y Fernández, 2000).

Parámetros fisiológicos en el control del entrenamiento.


Microciclo Nº:
Días de la semana L M X J V S D
Frecuencia cardiaca al levantarse
Frecuencia cardiaca al inicio del entrenamiento
Frecuencia cardiaca al finalizar el entrenamiento
Apetito
Fatiga después de entrenar
Molestias y dolores
Peso antes del entrenamiento (si procede)
Peso después del entrenamiento (si procede)
Paramétros psicológicos en el control del entrenamiento.
Ganas de entrenar
Horas de sueño
Estado de ánimo por la mañana
Estado de ánimo general
Observaciones :

Fatiga: 6,7 Muy, Muy Cómodo. 8,9 Muy Cómodo. 10, 11: Ligeramente Cansado
12, 13 Algo Cansado. 14, 15, 16 Cansado. 17, 18 Muy Cansado.
19 Muy, muy Cansado. 20 Agotado
Sueño, estado de ánimo y apetito: B- bien, R regular, M mal.
Figura 8.5. Ficha de control de entrenamiento. Modificado de Terrados y
Fernández (2000).

- 203 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Estos ejemplos de diarios de entrenamiento nos dan información sobre la


carga externa programada y sobre parámetros subjetivos que provienen de la
percepción del deportista. Estos procedimientos están muy extendidos y con la
tecnología informática actual (hojas de cálculo, bases de datos, etc.) permiten la
recogida y análisis de la información de forma objetiva y minuciosa.

8.5. EL CONTROL DEL ENTRENAMIENTO MEDIANTE EL


RENDIMIENTO DEPORTIVO EN TEST MOTORES.

Hoffman y Kaminsky (2000) plantean como indicador primario de rendi-


miento y sobreentrenamiento un aumento significativo del rendimiento deporti-
vo. Los controles deben de garantizar que lo que medimos sea un aumento de las
capacidades de prestación deportiva en una determinada especialidad, que van a
ser los activos que poseemos para enfrentarnos a la propia competición. En
concreto, para el seguimiento de jugadores junior de baloncesto de la selección
de Israel, cuando se produce un empeoramiento de un 0,15% de las marcas
realizadas en un test, o por el contrario un estancamiento en su progresión tal y
como muestran Kuipers and Keizer, (1988) existe un problema en la organiza-
ción de cargas que puede conducir a un estado de sobreentrenamiento.

De este modo, el principal interés a la hora de estudiar estos fenómenos se


han centrado en reconocer marcadores que diagnostiquen fases incipientes de
sobreentrenamiento. Este aspecto es vital para los entrenadores ya que permite
reconocer estadios iniciales de este fenómeno que permiten prevenir esta situa-
ción mediante el ajuste de las cargas de entrenamiento.

Clásicamente se han tratado de ignorar las pruebas invasivas realizadas


con demasiada frecuencia para el control del entrenamiento debido a las moles-
tias que ocasionan como ya hemos citado en alguna ocasión, por lo que el uso del
rendimiento específico a través de test ha sido fundamental para la monitoriza-
ción del proceso de entrenamiento, ya que el principio en el que se basa es que el
indicador primario de sobreentrenamiento es una disminución en el rendimiento
(Hoffman y Kaminsky, 2000). El principio en el que se basa este enfoque de
control de la carga de entrenamiento es la comparación de los efectos que produ-
cen las variaciones entre el volumen y la intensidad entrenamiento y el rendi-
miento específico que se produce en determinados test.

Partiendo de las figuras 6 y 7 que representan gráficamente el volumen


(cuantificado en horas/semana) del entrenamiento y la intensidad de éste (expre-
sado en nivel de cargas, donde 1 es una carga ligera y 5 una carga extrema), y e
base a estas variaciones de volumen e intensidad se controla el progreso en el
rendimiento en una serie de tests, en el caso específico que nos muestra Hoffman
y Kaminsky (2000) los tests han sido 1RM en press de banca y en squat y test de
velocidad máxima en 27 metros. Los resultados de estos tests se muestran en las
figuras 8, 9 y 10, una pequeña disminución en el rendimiento cuando no proceda
puede ser motivo de reflexión ya que puede deberse a un error en el test o a un

- 204 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

proceso de fatiga acumulada o sobreentrenamiento en el jugador, por lo que a


partir de estos datos se deben realizar análisis más profundos del proceso de
entrenamiento, en relación al volumen e intensidad establecido (Hoffman y
Kaminsky, 2000), haciendo uso ya de otras pruebas más específicas.

25 5
4.5
20
4

15 3.5
3
Horas/sem. INTENS
10 2.5
2
5
1.5
0 1
NOV DIC ENE FEB MAR NOV DIC ENE FEB MAR

Figuras 8.6 y 8.7. Indicadores de volumen e intensidad


(Hoffman y Kaminsky, 2000).

72 120
70 115
68 110
105
66
100
64 KG KG
95
62 90
60 85
58 80
NOV DEC JAN FEB MARCH NOV DEC JAN FEB MARCH

Figura 8.8. 1RM press banca (kg). Figura 8.9. 1RM en squat (kg).

4.5

4.3

4.1
27 M SPRINT
3.9

3.7

3.5
NOV JAN MARCH

Figura 8.10. Resultados en 27 metros (seg.).

En la literatura científica existen numerosos tests desarrollados para la


evaluación de la condición física y de la fatiga, todos ellos representan una
amplia variedad de deportes y actividades físicas. Las diferentes metodologías
usadas para evaluar las capacidades de prestación deportiva son muy amplias, y

- 205 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

van a depender fundamentalmente de la disponibilidad de equipamiento y perso-


nal, así como del nivel deportivo del sujeto (Australian Sport Commission,
2000).

8.6. PERCEPCIÓN SUBJETIVA DEL ESFUERZO (RPE).

La escala de Borg ha sido desarrollada como un método de estimación


simple, fiable y válido de la intensidad del ejercicio aeróbico (Borg, 1998).
También se ha demostrado que es un método eficaz de medir el esfuerzo percibi-
do en el entrenamiento de fuerza (Gearhart et al 2001). Day et al (2004) compro-
baron como el RPE era sensible a la intensidad de esfuerzo medida en % de 1RM
respecto, de tal manera que a mayor % de 1 RM, mayor esfuerzo percibido
mostraban los sujetos como muestra la figura 8.11.

Figura 8.11. RPE en función de la intensidad del ejercicio de fuerza.


(Day et al 2004).

Borg comprobó como los factores fisiológicos tienen una mayor influencia
sobre la percepción de la fatiga que los psicológicos (Borg, 1982). En un estudio
en el que comparaban distintas formas de control del entrenamiento (TRIMP, FC
Y RPE) se pudo observar como el RPE proporcionó evaluaciones razonablemen-
te exactas de la carga de entrenamiento, auque la precisión disminuía mientras
más tiempo se dedicase a realizar entrenamientos de alta intensidad (90-100% de
la FC max.) o baja intensidad (50-60% de la FC max.) (Borresen y Lambert,
2008). EL RPE es una herramienta válida para la cuantificacion de la carga en
nadadores de competición comparado con la Frecuencia cardiaca (zonas de
trabajo), el lactato sanguíneo y la distancia cubierta (Wallace, Slattery y Coutts,
2009).

- 206 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

8.7. OTROS REGISTROS DE CONTROL DE CARGA DE


ENTRENAMIENTO.

Otros métodos de cuantificación de las cargas de entrenamiento han sido


desarrollados de modelos matemáticos (Tschiene, 1997; Busso, Carasso y La-
cour, 1991; Busso et al., 2002) En éstos se relaciona mediante una ecuación
matemática los componentes del entrenamiento a través de dos modelos, una
ecuación para el input y otra para el output cada uno con una ecuación de segun-
do grado, siendo el resultado de ésta el equilibrio entre condición física y fatiga,
el input es la cantidad de entrenamiento realizado por el sujeto, mientras que el
output es el nivel de rendimiento alcanzado. Las variables susceptibles de intro-
ducir en la ecuación son las que se muestran en la figura 8.12.

Figura 8.12. Respuesta a una sesión de entrenamiento (Busso et al., 2002).

Donde Pg es la ganancia máxima en rendimiento; K1 – K2.diferencia en


términos de beneficio entre el componente positivo (K1) y el componente negati-
vo (K2) Tn: tiempo necesario para alcanzar la supercompensación tras finalizar
el entrenamiento.

Tschiene, (1997) incluye la respuesta de una carga en diferentes niveles y


órganos del deportista (hormonas, fibra muscular, mitocondrias, etc.). Busso,
Carasso y Lacour, (1991) o de Banister el al (1986) proponen una clasificación
de cargas como una función de tres componentes basados en el rendimiento, la
fatiga generada por la estimulación y la condición física. Los trabajos de Banister
y Hamilton (1985) y Banister et al (1986) se basan en el concepto de impulso de
entrenamiento (training impulse o TRIMP en inglés) determinado como el pro-
ducto de la duración del entrenamiento y la intensidad donde el promedio de la
frecuencia cardiaca (FC) es multiplicado por un factor de ajuste no lineal produc-

- 207 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

to de la curva de lactato y de la duración de la sesión de entrenamiento. De tal


manera que:

Impulso de entrenamiento= duración del entrenamiento (min) x propor-


ción de la FC de ejercicio, donde:

Proporción de la FC de ejercicio= FC del ejercicio/duración de la FC, y

Duración de la FC= frecuencia cardiaca máxima - frecuencia cardiaca en


reposo.

Por lo tanto para Banister et al (1986) el impulso de entrenamiento = dura-


ción del entrenamiento X (FC del ejercicio – Fc en reposo/ Fc maxima – Fc en
reposo).

A esto se le añade un factor de corrección (y) basado en el aumento de lac-


tato en hombres y mujeres, y es generado a partir de las siguientes ecuaciones:

Y=0.64e1.92x (hombre)
Y=0.86e1.67x (mujer)

Donde y es el factor multiplicador, x= la proporción de la FC en el ejerci-


cio y e es el logaritmo neperiano que tiene un valor de 2.712.

8.8. EL CONTROL DE LA CARGA A TRAVÉS DE LA FRECUENCIA


CARDÍACA.

El registro de la frecuencia cardiaca (FC) es uno de las formas de control


más habituales tanto en el ámbito de la salud como en el rendimiento deportivo
para la valoración de la intensidad de esfuerzo (Navarro, 1998; Bouzas, 2003).
Su uso como forma de control de intensidad tiene varias funciones: mantenimien-
to de un determinado ritmo de trabajo, ya que en éste se mueve la prestación
deportiva de la especialidad (vamos a trabajar contraataques en baloncesto a 180
ppm), como a una determinada intensidad de la frecuencia cardiaca máxima
(FCM), como para mantener una frecuencia de entrenamiento determinada, ya
que ese umbral nos permite mejorar un determinado componente de resistencia.

En la práctica habitual, el uso de medios como el pulsómetro ha permitido


monitorizar y controlar las sesiones y las cargas de entrenamiento de forma más
o menos fiable. Uno de los dispositivos de técnica de control de FC que más se
ha extendido es el uso de los pulsómetros de muñeca, entre los que destacan los
de la empresa Polar ®. Mediante el uso de estos dispositivos se realiza la lectura
inmediata de la FC durante el ejercicio, resultando además más fiable que la
técnica manual (Karvonen y Vuorima, 1988). El empleo de la frecuencia cardiaca
como procedimiento de control se ha convertido en uno de los más populares por
su sencillez, y por la correlación existente con los valores de VO2 max. (Froeli-

- 208 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

cher et al, 1998). Los que hace posible que se pueda establecer un programa de
actividad física que tome la frecuencia cardiaca como elemento de control de la
intensidad del ejercicio de forma individualizada (Wilmore y Costill, 2001). Otra
de las ventajas es el control a través de la frecuencia cardiaca de las zonas de
entrenamiento tal y como muestra la tabla x (calculo de zonas de entrenamiento).

La frecuencia cardiaca máxima (FCM) es uno de los parámetros que más


se utilizan para el control del ejercicio, (Fletcher, 1997), partiendo de ésta y
restándole la frecuencia cardiaca de reposo conseguimos la frecuencia cardiaca
de reserva, otro parámetro muy útil de control de intensidad. Karvonen et al
(1957) establece la frecuencia cardiaca de entrenamiento mediante la aplicación
de la siguiente ecuación:

FCE. = [(FCmáx - FCR) x % de esfuerzo] + FCR.

Si queremos ir a una intensidad del 60-70 % para un individuo cuya fre-


cuencia cardiaca máxima es de 184 y su frecuencia cardiaca de reposo es 56, este
sujeto debe entrenar entre 132 y 145 pulsaciones por minuto (ppm)
Si queremos hallar la frecuencia cardiaca máxima teórica existen numerosas
ecuaciones que determinan ésta, independientemente de que una prueba maximal
permite establecerla ya sea de campo o laboratorio. la ecuación de predicción de
FCM que muestra mayor fiabilidad es la de Tanaka et al (2001) según Bouzas
(2003):
FCM= 208- 0.7x edad.

Aunque hemos de considerar las numerosas ecuaciones que existen para la


determinación de la FCM (Whaley et al, 1992; Sheffield et al, 1978; Johnson y
Prins, 1991; Miller et al, 1993), aunque no es propósito de este capítulo desarro-
llar más esta temática.

En el rendimiento deportivo, en función del deporte y de las características


de éste, la frecuencia cardiaca se comporta de manera diferente porque el esfuer-
zo no es de una única naturaleza, así, los estudios realizados en baloncesto mues-
tran como el nivel de frecuencia cardiaca (FC), no permanece constante sino que
es oscilante con intensidades muy elevadas. Lo que junto a la observación de las
acciones de los jugadores confirma que el baloncesto es un deporte eminente-
mente explosivo. A través de los datos obtenidos por López Calvet y L. Calvet,
(1997) corroboramos que el baloncesto es un deporte fundamentalmente anaeró-
bico aláctico, anaeróbico láctico, y mínimamente aeróbico en categorías inferio-
res (cadetes de 14 a 16 años). La FC media en un partido de baloncesto según los
datos obtenidos por estos autores es de 188 p/m, demostrando así, que la carga de
competición es elevada. Una media tan alta sostenida durante tanto tiempo es
característica de esfuerzos intermitentes. Lo que ocurre es que la diferencia por
puestos específicos en baloncesto hace que las Fc sean diferentes en función de
su posición en el campo. Aunque toda esta información es muy valiosa para el
entrenador de baloncesto, no es suficiente porque no se especifica la intensidad
del esfuerzo ni el tipo de acción durante los períodos de actividad. Para tener

- 209 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

acceso a esta información, Colli y Faina (1985) determinaron empíricamente las


frecuencias cardíacas que corresponden a cada una de las acciones en baloncesto.

TIPO DE ACCIÓN BASE ALERO PIVOT


Pausa 150 158 153
Defensa sobre balón 172 171 169
Avance lento 167 162 161
Avance medio 174 171 170
Avance rápido 175 175 177
Avance rápido con balón 195 - -
Salto para el tiro 208 207 204
Salto para el rebote 178 174 180
Uno contra uno sin 169 166 167
balón 183 178 178
Uno contra uno con
balón
Tabla 8.4. Frecuencia cardíaca durante diferentes acciones de juego según Colli
y Faina (1985)

Los avances científicos en torno a la frecuencia cardiaca hacen que haya


otras parámetros relacionados para su estudio como la variabilidad de frecuencia
cardiaca (heart rate variability) (HRV). El análisis de la variabilidad se estudia
como una poderosa herramienta no invasiva para evaluar el grado de fatiga y de
preparación del deportista, y como un marcador de la actividad parasimpatica del
sistema nervioso, ya que el sistema nervioso es un regulador de la variabilidad
del ritmo cardiaco. La actividad parasimpática en el sistema nervioso es aceptada
por la literatura para describir variaciones del ritmo cardíaco y de fatiga como
muestra el “Task Force of the European Society of Cardiology” y el “North
American Society of Pacing and Electrophysiology” en 1996 o Lehmann et al
(1992). A su vez, el ritmo en la descarga del nodo sinoatrial puede variar con el
ritmo respiratorio (De Meersman, 1993). El análisis de la variabilidad del ritmo
cardiaco puede realizarse con diferentes metodologías de análisis matemático
(García Manso, 2006), sin embargo ya existen dispositivos como el Omegawave
sport © de fácil manejo que permiten el análisis de la variabilidad del ritmo
cardiaco sin necesidad de recurrir a complejos metodos estadísticos o el software
de análisis creado por Niskanen et al (2002)

Estudios recientes han descubierto un incremento en el tono simpático en


atletas de resistencia al final de un entrenamiento de choque realizado durante
6-9 semanas (Uusitalo, Uusitalo and Rusko, 1998). Por otro lado no solo el
entrenamiento de resistencia provoca variaciones en el ritmo cardiaco, Pinchot et
al (2000) mostraron como 3 semanas de entrenamiento de fuerza con pesas
modificaron el equilibrio del sistema nervioso autonómo con un predominio
sobre la impulsión parasimpática (Pinchot y otros. 2000). En el último estudio,
durante una semana de la recuperación que sigue el entrenamiento pesado, había
una remuneración precipitada marcada por un aumento dramático en HRV,

- 210 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

asociado a un aumento relativo en la actividad del sistema nervioso parasimpáti-


ca y a una disminución de la actividad simpática (Ribeiro, 1993).

La valoración de la variabilidad de la actividad cardiaca se hace a través


de transformaciones matemáticas de los ciclos cardiacos en “espectros de poten-
cia”, es un test comúnmente usado como no invasivo, y ayuda a distinguir la
regulación simpática de la parasimpático del nodo sinusal (Ori, et al, 1992,
citados por McCraty, 1995).

La variabilidad de la frecuencia cardiaca puede ser analizada mediante el


uso de dos criterio diferentes: el criterio denominado “dominio del tiempo”, es
decir, analizando la duración del intervalo entre latidos, ya sea a corto o largo
plazo, y otro criterio basado en el dominio de frecuencia que tiene como base el
análisis espectral de la frecuencia cardiaca, que informa acerca de la frecuencia
con que esas variaciones acontecen (Fernandes, 1992 ).

Para calcularlas se utilizan diversos tipos de análisis matemáticos como la


transformación rápida de Fourier, el cálculo de la entropía y muchos otros
definidos por Garcia-Manso (2006). En cada señal cardiaca se pueden diferenciar
tres bandas de frecuencia distinta (Pigozzi et al., 2001):

x Banda de muy baja frecuencia (VLF): correspondiente con frecuencias de


menos de 0.04 Hz.
x Banda de baja Frecuencia (LF): correspondiente con frecuencias que se
encuentren entre 0,04Hz y 0,15 Hz.
x Banda de Alta Frecuencia (HF): correspondiente con frecuencias que se
encuentren entre 0,15 y 0,4 Hz.

No hay consenso con el significado fisiológico de las bandas de


frecuencia,cada autor le da un valor diferente, así Leicht, Allen y Hoey, (2003) o
Melanson y Freedson (2001) admiten que frecuencias mayores de 0.04 Hz pero
que no superan los 0.15 Hz se relacionan con la activación simpática, y las
frecuencias por encima de 0,15 hasta 0,40 Hz es un reflejo de la actividad
parasimpática. Pichon et al, (2004) establecen la VLF entre 0,02-0,05 Hz, la LF
entre 0,05-0,15 Hz, y la HF entre 0,15 y 0,5. Pigozzi et al (2002) establece la LF
en 0,10 Hz y la HF en 0,25 Hz.

La variabilidad de la FC es sensible a los cambios de posición corporal, lo


que hace necesario determinar el protocolo de recogida de datos en una postura
determinada, al igual que la duración del test, normalmente la posición suele ser
en decubito supino.

- 211 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

8.9. EL CONTROL DE LA CARGA MEDIANTE PARÁMETROS


BIOLÓGICOS DE RESPUESTA AL ENTRENAMIENTO.

La importancia en el proceso del entrenamiento para alcanzar un gran ren-


dimiento no solo se basa en conseguir una adecuada programación y organiza-
ción adecuada de las cargas de entrenamiento, sino que además hay que procurar
que estas cargas produzcan la estimulación adecuada para generar una adecuada
síntesis proteica mediante los ajustes de la trascripción ocurrida gracias al ARN
mensajero que posteriormente producirá la subsiguiente modificación proteica. A
nivel bioquímico, los productos de desecho de las reacciones químicas que se
producen como consecuencia de las cargas de entrenamiento se antojan como
marcadores fisiológicos objetivos del efecto de la carga externa sobre la interna.

Un ejemplo aplicado a deportes en los que se producen múltiples sprints


veloces como el tenis, o una sesión de entrenamiento de velocidad con varias
repeticiones a máxima velocidad, produce una disminución de la potencia gene-
rada, siendo éste uno de los marcadores de control de fatiga, sin embargo esta
fatiga no es nada más que la representación de un proceso interno a nivel neuro-
muscular acompañado de los siguientes reacciones:

- Carencia de ATP para el acoplamiento actina-miosina y en la bomba


Na+/K+, y un consumo de Ca2+ en el retículo sarcoplasmático.
- Una inhibición de la funcionalidad o de las reacciones que se provocan
en el apartado anterior debido a metabolitos de desecho
- Alteraciones en la excitabilidad del acoplamiento de actina-miosina,
debido a la variación del potencial de liberación del Ca2+ desde el
retículo sarcoplasmático.

La verdad es que estos controles son en la actualidad muy difíciles de rea-


lizar en campo, y son todavía un ámbito de actuación preferencial del investiga-
dor de laboratorio que dispone de la tecnología y de los protocolos adecuados
para ello. Sin embargo, ya se ha dado otro paso adelante y hemos pasado de la
era de las valoraciones bioquímicas a la de las valoraciones moleculares (Flueck,
2007), un salto que realmente todavía no ha acabado de consolidarse a nivel
práctico y cuyo conocimiento sigue encerrado en los laboratorios. El paso para
convertirse en un elemento de utilidad para la práctica deportiva pasará realmente
por una definición que cuales son los marcadores genéticos que influyen en la
correcta dirección del entrenamiento hacia la capacidad de prestación motora
específica, investigación situada en la actualidad en la frontera del conocimiento.

De este paradigma que contempla el entrenamiento deportivo desde una


perspectiva molecular surgen una serie de conceptos vinculados que explican
estas teorías como ventana de adaptación, plasticidad muscular o microadapta-
ciones. La ventana de adaptación surge como un paradigma que considera que
los ajustes musculares al entrenamiento son consecuencia de la acumulación de
micro-adaptaciones en la fase de recuperación post-sesión. La plasticidad muscu-

- 212 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

lar es un concepto que habla de las microadaptaciones que se producen debido a


los procesos dependientes de la genética como respuesta reguladora al ejercicio
físico. Ya estamos hablando de posibles líneas de investigación que indagan
sobre el papel que el ARN mensajero tiene como elemento que traslada la infor-
mación codificada proveniente de la transcripción del estímulo que provoca el
ejercicio sobre el ADN y que genera una modificación que puede ser a nivel
mitocondrial o en el sarcómero (Flueck, 2007). De este modo la síntesis de
proteínas y la regulación metabólica están reguladas por el ARN mensajero
proveniente del genoma que ha provocado esa respuesta debido a un estímulo
denominado ejercicio. No están muy lejos los microchips insertados en el múscu-
lo de los deportistas que nos den información de la cantidad de ARN transcrito
que nos servirá para direccionar el entrenamiento de una forma objetiva, aunque
todavía estamos hablando del…¿futuro?.

8.10. MONITORIZACIÓN BIOQUÍMICA DEL ENTRENAMIENTO.

Los marcadores de carácter bioquímico se encuentran establecidos, sobre


todo como marcadores de fatiga aguda más que como marcadores de rendimiento
deportivo. En la monitorización del entrenamiento encontramos sustratos que nos
sirven como indicadores de este (por ejemplo, lactato, amonio y urea), enzimas
(por ejemplo cK), o indicadores hormonales en sangre. (Ratio testostero-
na/cortisol). Tanto urea como cK son marcadores habituales para controlar las
cargas de entrenamiento como muestra el estudio de Hartmann y Mester, 2000).
Los principales medios para este control se encuentran principalmente en sangre,
y en algunos casos en saliva u orina (Viru y Bosco, 2000). Viru y Viru (1999:57)
y Viru y Bosco (2000:301) muestran de modo resumido los principales metaboli-
tos utilizados para el control bioquímico del entrenamiento, que los definimos
como marcadores del entrenamiento deportivo y que mostramos en la tabla 5.

- 213 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Posible área de control del


Metabolito Origen
entrenamiento.
Evaluación del umbral anaeróbi-
co
Índice de intensidad de ejercicios
Producto final de la degradación
anaeróbico-glucolítico o anaeró-
anaeróbica de glucógeno y
bico-aeróbico.
Lactato glucosa.
Índice de uso de la capacidad de
Sustrato para la oxidación y
trabajo anaeróbico.
síntesis de glucógeno
El máximo nivel se utiliza para la
evaluación de la potencia anaeró-
bica glucolítica.
Índice de resíntesis de ATP por
Resultado de la degradación de
combinación de 2 ADP y forma-
AMP en fibras FG (rápidas)
ción de AMP.
Amoniaco Posible fuente adicional de
Índice indirecto de la actividad de
oxidación de aminoácidos
fibras FG.
ramificados
Índice de la influencia de ejerci-
Producto final de la degradación cios aeróbicos prolongados.
Urea
proteica (aminoácidos) Índice de procesos de recupera-
ción.
Degradación de proteínas,
Índice de intensidad del catabo-
Tirosina principalmente del tejido muscu-
lismo proteico de los músculos.
lar
Índice del turnover de proteínas
Producto de la degradación de
3-metil- contráctiles.
proteínas miofibrilares (miosina,
histidina Evaluación del efecto entrenable
actina).
en sesiones de fuerza y potencia.
Evaluación del porcentaje de
Producto de la combinación de
ciclo glucosa-alanina, que hace
grupos NH3 (liberados en la
de enlace entre el metabolismo de
Alanina oxidación de aminoácidos de
carbohidratos y proteinas en el
cadena ramificada) y piruvato en
mantenimiento de la actividad
músculos.
muscular.
Aminoácido de cadena ramifica- Índice del metabolismo de los
Leucina
da oxidable en músculos aminoácido de cadena ramificada
Diagnóstico de fatiga central y de
Precursor para la síntesis del un mecanismo de fatiga central
Triptófano
neurotransmisor serotonina. relacionado con el sobreentrena-
miento.
Aminoácido, esencial para el Diagnóstico de fatiga y sobreen-
funcionamiento óptimo de varios trenamiento, principalmente da
Glutamina
tejidos así como para la inmu- información acerca de cambios
noactividad normal. en la inmunoactividad.
Ácidos grasos
libres
Producto de la lipólisis; usado en
Glicerol
el higado en la gluconeogénesis
Indice de uso de hidratos de
Constituyente normal de la
Glucosa carbono
sangre
Factor de control metabólico.
Tabla 8.5. Metabolitos utilizados para el control bioquímico del entrenamiento.
Viru y Viru (1999:57) y Viru y Bosco (2000:301).

- 214 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Los marcadores agudos de entrenamiento suelen dejar una huella a corto


plazo que dura horas (puede llegar hasta 100 horas), de este modo, podemos
controlar las respuestas post-estímulos estresantes que generan las sesiones de
entrenamiento, tal y como se explica en el los capítulos del libro dedicados a la
carga y adaptación. De este modo, se produce y explica el heterocronismo de los
metabolitos ya que unos se recuperan mucho antes que otros.

Por otra parte el uso de tecnologías portátiles para la medición de lactato


sanguíneo también ha permitido el control del entrenamiento, de este modo se
puede controlar la carga interna de las sesiones de entrenamiento. Un ejemplo de
ello se manifiesta en la clasificación de zonas de entrenamiento definidas por
Racek (1989, modificado de Viru y Viru, 2001) para el desarrollo de la capacidad
de prestación deportiva de resistencia (tabla 8.6):

Duración
Lactato Frecuencia
Sustrato del Medio de
Objetivos sanguíneo cardiaca
energético ejercicio entrenamiento
(mmol/L) (bpm)
(min)
Carrera regene-
1. Regeneración,
45-120 1.5-2-5 130-150 rativa
mantenimiento, y
adaptación a
150- por
ejercicios de
encima Continuo
larga duración y
Aeróbico extensivo
mejora de la
180-por 1.0-2.0 100-130
economía
encima Fartlek
2. desarrollo de la
Campo a través
potencia y capa-
15-45 2.5-4.0 150-180 Continuo
cidad aeróbica.
intensivo
Continuo
3. Métodos intensivo
8-20
Aeróbico- intensivos para Métodos frac-
4.0-7-0 170-190
anaeróbico mejorar el rendi- cionados (inten-
1-3
miento sivos y repeti-
ciones)
Continuo
2-8
Aeróbico- 4. ejercicios muy extensivo,
7.0-10.0 180-200
anaeróbico intensivos interválico
1-3
intensivo
40 s.
5. ejercicios
Anaeróbico >10.0 Encima 200
intensivos II
15-40 s
Carreras desarro-
llo velocidad
6. ejercicios Encima Repeticiones
Anaeróbico Individual
maximales de 15 s. cortas a veloci-
dad máxima o
submaxima
Tabla 8.6. Clasificación de zonas de entrenamiento.

- 215 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Esta tabla provee información acerca de como es la intensidad de las se-


siones de entrenamiento, de este modo se consigue que una sesión de intensidad
alta utilizando este tipo de parámetros puede ser controlada fácilmente para un
trabajo de resistencia. Existen otro tipo de valoraciones integrales de FC relacio-
nadas con parámetros bioquímicos como lactato.

Existen otros metabolitos en sangre que funcionan como indicadores de


respuestas y adaptaciones al ejercicio y al entrenamiento (González Ravé, 2001).
En este apartado se van a explicar cuatro metabolitos: creatina, urea, creatinkina-
sa y creatinina.

8.10.1. Creatina.

La degradación de los fosfatos (ATP y CP) energéticos transcurre en la vía


anaeróbico alactácida (Zintl, 1991). Esta forma se aplica cuando se requieren
grandes cantidades de energía por unidad de tiempo, o sea frente a intensidades
máximas de contracción, dado que la degradación del fosfato se desarrolla con
sus máximos niveles de traslación energética, tal y como muestra la figura 1.4.
Debido a la inmediata resíntesis de ATP a partir de la degradación de CP, no se
vacían los depósitos de ATP, pero si se produce una ligera disminución en la
concentración de esta (hasta un 40%). El depósito de CP, sin embargo, puede
agotarse casi del todo, pero a los 3-5 minutos de reposo se vuelve a recuperar la
mayor parte de los depósitos de CP. Esta reacción está catalizada por la enzima
creatínkinasa. El constante vaciado y rellenado del depósito de CP (aplicado en
entrenamientos del tipo que se utiliza en este estudio de cargas de contraste)
provoca un aumento del tamaño del depósito y una mayor actividad de las enzi-
mas ATPasa y CK. Las exigencias de ATP apenas se incrementan.

La creatina se encuentra principalmente en los músculos, pues actúa de


forma íntima en la obtención de energía. En los mismos encontramos unos 125
milimoles de creatina por cada kilogramo de masa muscular. La característica
principal de esta sustancia es que es capaz de unirse con una molécula de ácido
fosfórico formando un enlace de alta energía con éste. El producto resultante es
la fosfocreatina (PC). En el músculo la creatina se encuentra en un 40% en forma
aislada y el 60% restante en forma de fosfocreatina, es decir, en la forma cargada
energéticamente (Barbero, 2000).

La creatina es un compuesto que en los últimos tiempos se ha puesto muy


de moda, ya que se ha estudiado mucho en relación al rendimiento deportivo.
Inicialmente se postuló que aceleraba la resíntesis del ATP a partir de un aumen-
to de la fosfocreatina. Un poco más tarde también se planteó que cumplía una
función anabólica ya que se podía observar un aumento del peso corporal sin
incremento del compartimento graso (Leibar y Terrados, 2000). Urbanski et al.
(1999) llegan a la conclusión que la ingestión de creatina ingerida durante 5 días
en dosis de 20 gr/día produce una mejora de fuerza en los grandes grupos muscu-
lares, pero no en los pequeños. La misma toma de creatina incrementa el tiempo

- 216 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

hasta la fatiga en ejercicios submaximales repetidos, tanto en la extensión de


rodilla como en la presa manual.

En el ser humano el 95% de la creatina se encuentra en el músculo esque-


lético.

$73

&5($7,1$

CONTRACCIÓN
CONTRACCIÓN
MUSCULAR
MUSCULAR
)26)2&5($7,1$

$'3

Figura 8.13. Liberación de energía y transformación del ADP en ATP por la vía
anaeróbico alactácida.
8.10.2. Urea.

La urea es otro indicador de intensidad de esfuerzo, Hartmann y Mester


(2000) proponen como medidas límite que indican sobreentrenamiento 8.3 mmol
x L(-1) para hombres y 7.0 mmol x L(-1) para mujeres. Por tanto si los valores en
un microciclo llegan a estas cantidades conviene reducir la carga de entrenamien-
to.

La urea puede ser medida tanto en orina como en sangre. La urea en orina
puede ser síntoma también de alimentación hiperproteica o cuadros febriles. Por
término medio en orina se excretan de 20-40 g en 24 horas. La urea en sangre
tien unos valores normales de 20-30 mg/100 ml como término medio. La produc-
ción de urea aumenta durante esfuerzos físicos de duración prolongada, por tanto
es un indicador de volumen de carga. El ciclo de la urea es un proceso que se
desarrolla en el hígado y es capaz de aclarar de la sangre el amoniaco y otros
compuestos (López Chicharro, Fernández Vaquero y Lucía, 1999), aunque
también se han podido localizar otros posibles lugares de formación de la urea
como los músculos (Pardridge etal, 1982, citado por Bosco, 2000) y los riñones.
La síntesis de la urea es un proceso asociado a la desaminación de los aminoáci-
dos (Bosco, 2000). Se ha demostrado una correlación significativa entre el au-

- 217 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

mento de urea en suero y la disminución de D - amino nitrógeno. Esta relación


sugiere un aumento de la oxidación de las proteínas durante el ejercicio prolon-
gado.

Existe una tendencia de usar la urea sanguínea para la valoración de la


carga de una sesión de entrenamiento y de los procesos de recuperación. Se
piensa que un aumento notable de la concentración de urea podía mostrar el
efecto estresante de una sesión de entrenamiento. En cambio, la normalización
del nivel de urea en sangre se considera como una señal para poder volver a
realizar cargas de trabajo máximas y que produzcan fatiga. La utilización de la
urea como indicador de la intensidad de carga de trabajo es limitada cuando se
realizan ejercicios que producen altas concentraciones de ácido láctico, puesto
que su producción se suprime en estas condiciones (Litvinova y Viru, 1996). Se
piensa también que la alterada eliminación de la urea durante y después del
ejercicio pueda tener efecto sobre el nivel de urea en la sangre. Así, la retención
de la urea sobre el nivel de la excreción renal puede causar o facilitar el aumento
de la concentración de urea sanguínea inducida por el ejercicio. Por el contrario,
en ratas, en la fase posterior al ejercicio tras sesiones de natación de distinta
duración, se caracteriza por el aumento de aclaración renal de la urea. Después de
solo 10 horas de natación el aumento de la excreción ureica y la elevación del
porcentaje de aclaración tardaba más de 12 horas en producirse. El aumento de la
eliminación de urea renal en la fase posterior al ejercicio depende de los gluco-
corticoides: de hecho, en las ratas suprarrenalectomizadas ésta no se produce
(Litvinova et al, 1989).

8.10.3. Creatinkinasa.

Los parámetros de urea (como producto final del metabolismo proteico) y


creatinkinasa (como enzima del metabolismo fosfocreatinico) pueden indicar si
la carga de entrenamiento es demasiado elevada frente a la capacidad regenerati-
va existente (Zintl, 1991).

Los enzimas pueden llegar a la sangre debido a perturbaciones de la per-


meabilidad (mayor facilidad de paso) de la membrana de la célula muscular en
caso de esfuerzos intensos o directamente a través del metabolismo producido
por la carga. La urea y el CK como parámetros bioquímicos se forman por una
reacción irreversible. Los valores de urea indican más el volumen de carga, los
valores de CK, más la intensidad de carga. Tanto los valores de urea como de CK
se van a encontrar elevados posteriormente (pasadas unas horas) a la carga de
entrenamiento (Zintl, 1991).

Hurley el al.(1995) al medir la hipertrofia muscular tras un entrenamiento


de fuerza, valoraron paralelamente la rotura de la membrana de la célula muscu-
lar, mediante la asociación de este proceso fisiológico con la descarga de creatin-
kinasa al torrente sanguíneo desde el músculo. Después de la primera sesión de
ejercicios los niveles de CK se doblaron respecto a la línea base, y se alcanzó el

- 218 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

pico máximo a las 8 horas posteriores al entrenamiento para luego ir descendien-


do. Al finalizar el estudio los niveles de CK habían bajado con respecto a la
primera medida, confirmando la hipótesis que un programa intenso de entrena-
miento de fuerza produce un incremento sustancial en fuerza y en hipertrofia
muscular, generando al inicio del programa niveles muy altos de CK producto de
la ruptura en la célula muscular. Sin embargo los valores de CK al final del
programa de entrenamiento de fuerza son inferiores, ya que existe un mecanismo
de adaptación positiva al entrenamiento que podría consistir en alteraciones de
las propiedades de la membrana celular, o en un reforzamiento de la fibra muscu-
lar con tejido conectivo, que hacen a la fibra muscular más resistente a la ruptura
de las células musculares.

Los niveles de Creatinkinasa alcanzaron su pico máximo transcurridas 8


horas desde el primer ejercicio, estos valores se mantuvieron altos hasta las 24
horas postejercicio, y se redujeron significativamente transcurridas 48 horas. En
nuestro estudio, realizamos medidas de creatínkinasa pre y postest, con lo cual,
los resultados nos pueden indicar posibles adaptaciones al entrenamiento, ya que
el mantener niveles elevados de CK durante las 16 semanas del esfuerzo, puede
llevar a los sujetos del estudio a la aparición de sobrecarga (ocurre después de
uno o varios microciclos de entrenamiento relativamente intensos y/o pocas
sesiones de recuperación). Es decir, cuando el sujeto realiza niveles de entrena-
miento ligeramente más altos a los que estaba previamente acostumbrado (Terra-
dos y Fernández, 1997).

Un incremento en la CK debería ocurrir en las primeras semanas de entre-


namiento y podría ser detectado junto a la realización de las pruebas de valora-
ción del sujeto, que es cuando el mismo puede presentar síntomas de fatiga
aguda(Calderón et al, 2006) y se producen las primeras lesiones musculares tras
un entrenamiento de fuerza al que no está adaptado. Este tipo de marcadores
necesitan de pruebas invasivas ya que necesitamos de una cantidad (aunque muy
poca) de sangre para controlar estos parámetros bioquímicos. Para Calderón et al
(2006) valores superiores a 200 U/l pueden significar que la carga ha sido exce-
siva, de manera que parece aconsejable se realice un entrenamiento de recupera-
ción. Balcells (1991) afirma que los valores normales de Ck en suero es de hasta
1 mU/ml (unidades internacionales) y la activada hasta 50 mU/ml. De todos
modos, este tipo de marcadores tienen una cinética muy rápida de aclaramiento a
las pocas horas (entre 12 y 24 horas), y refleja además una variabilidad indivi-
dual muy elevada, ya que Hartmann y Mester (2000) existen valores máximos en
hombres que pueden alcanzar 3000 U x L(-1) y 1150 U x L(-1) en mujeres y se
consideran marcadores de sobreentrenamiento, aunque la consideración de
valores elevados para estos autores oscila entre 250-350 U x L(-1) y 1000-2000
U x L(-1).
La elevada actividad de la CK y de los niveles de mioglobina son inter-
pretados como un signo de daño muscular. Así pues, los niveles de CK, y de
dolencias físicas, disminuyen cuando el nivel de fatiga aumenta. Por lo tanto, la
CK no es un buen predictor de sobreentrenamiento ni de estrés sino se puede

- 219 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

utilizar junto con el ácido úrico como indicador de la carga y de respuesta (daño)
agudo al entrenamiento (Steinacker et al, 1998).

8.10.4. Cretatinina.

La creatinina es un producto final de la degradación de la fosfocreatina


(Lehninger, 1988). La creatinina es un anhídrido de la creatina que se forma por
reacción espontánea e irreversible (Woo, Treuting y Cannon, 1984). Durante el
filtrado glomerular la urea y la creatinina no se reabsorben y su concentración
aumenta gradualmente a medida que la orina circula por los túbulos (Lehninger,
1988). Este aumento provoca la excreción de ésta por los túbulos (Balcells,
1991). En la sangre se encuentra en un intervalo normal de 1-2 mg/100ml aunque
varia por género, oscilando entre 0.5 y 1.3 mg en el hombre y entre 0.4 y 1.1 mg
en la mujer. La creatinina tiene un origen estrictamente endógeno, independiente
de la dieta y con una producción diaria constante; únicamente las atrofias muscu-
lares, muy acentuadas, reducen la producción de creatinina. El aumento de
creatinina se relaciona con la masa muscular o con el peso del cuerpo sin grasa
(Woo, Treuting y Cannon, 1984).

8.10.5. Estudio del sedimento en orina.

Aunque los sedimentos en orina se utilizan para detectar casos de infec-


ciones y otras patologías, nosotros lo vamos a utilizar como un indicador de
intensidad del ejercicio.

8.10.6. Sedimento Leucocitos.

En el sedimento leucocitario normal se pueden observar algunos leucoci-


tos, hasta cinco por campo (Ruiz, 1998). En la mayoría de trastornos renales
puede aparecer aumentados. También puede verse aumentados en caso de fiebre
o después de un ejercicio intenso (Bradley, Schuman y Ward, 1984). La leucoci-
taria es una alteración del sedimento de orina poco estudiado en el ejercicio,
aunque no se ha encontrado todavía relación entre la leucocitaria y la intensidad
del ejercicio (Ruiz, 1998).

8.10.7. Sedimento Hematíes.

Normalmente, no existen hematíes en la orina, o solo en escasísima canti-


dad (1 ó 2 por campo). La comprobación de una mayor proporción constituye
una microhematuria patológica (Balcells, 1991). El mecanismo de paso a la orina
de estas células es desconocido. La proporción entre leucocitos y hematíes es
mucho mayor en la orina que en la sangre. El ejercicio excesivo puede aumentar
temporalmente la excreción de hematíes (Woo, Treuting y Cannon, 1984).

- 220 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

8.10.8. Estudio del ph.

Normalmente la reacción de la orina oscila hacia el lado ácido o el alcali-


no, según la composición de la dieta, alcanzándose en circunstancias extremas
cifras de ph que van desde 4,5 a 8. (Balcells, 1991). Los cambios en el ph urina-
rio durante y después del ejercicio han sido descritos por muchos investigadores.
Durante el ejercicio intenso, se observan pequeñas disminuciones en el ph urina-
rio. Esta disminución del ph puede deberse al descenso en el flujo urinario que da
lugar a una mayor concentración de acidos o a una disminución de la filtración
del bicarbonato sódico. En contraposición, el ejercicio moderado tiende a provo-
car aumentos del ph con cierta tendencia hacia la alcalinidad, debido a una
situación competitiva del potasio y los hidrogeniones de las células del túbulo
(Ruiz, 1998). La edad produce cambios fisiológicos en el riñón entre ellos un
funcionamiento parcial en la vasodilatación mediante la actuación de la hormona
prostaglandina (Farquhar y Kenney, 1999). El ejercicio produce vasoconstricción
renal que es parcialmente amortiguada por la vasodilatación de la prostaglandina,
aunque en mayores esta hormona no tiene mucha importancia durante el ejercicio
y es más importante la propia hidratación (Farquhar y Kenney, 1999).

8.10.9. 3 Metil-histidina en orina.

La excreción urinaria de 3 Metil-Histidina (3-Me-H) es un indicador de


destrucción muscular y posterior mecanismo compensatorio de hipertrofia mus-
cular como muestran los trabajos de Frontera et al (1988), Miller y Blyth, (1952)
y Tzankoff y Norris, (1977).

Smith and Norris (2000) han sugerido que el ratio glutamina (Gm) y glu-
tamato (Ga) en sangre puede ser un buen indicador de tolerancia al entrenamien-
to. Los deportistas que tienen ratios bajos de Gm/Ga con volúmenes bajos de
entrenamiento al inicio del macrociclo y habiendo tenido un periodo de descanso
son más susceptibles de tener cuadros de sobreentrenamiento que deportistas con
ratios altos. La mayoría de los atletas de resistencia bien entrenados poseen ratios
altos de Gm/Ga y poseen una gran tolerancia al entrenamiento.

8.10.10. Otros marcadores bioquímicos de entrenamiento.

8.10.10.1. Inmunoglobulina A

La inmunoglobulina-A (IgA) en saliva se identifica como un marcador


para identificar atletas proclives a la infección del tracto respiratorio, como
consecuencia del síndrome de ventana abierta, por tanto sirve para identificar
cuadros de fatiga y posible sobreentrenamiento. Los deportistas de resistencia
son más proclives a padecer este síndrome que los deportistas de fuerza-
velocidad o de otros deportes (König et al, 2000). La inmunoglobulina A (IgA)
es una proteína con una función anticuerpo producidos por los linfocitos B

- 221 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

localizada en las secreciones seromucosas del organismo tales como saliva,


lágrimas, calostro y secreciones respiratorias.

8.10.10.2. Testosterona y Cortisol.

Otra relación entre entrenamiento y marcadores bioquímicos, en este caso


hormonales se muestran de forma breve en este recorrido por la trayectoria de los
controles del entrenamiento. Existen amplios estudios sobre regulación hormonal
y ejercicio (Kraemer, 1992; Kraemer, Hakkinen y Newton, 1998; Kraemer, Fleck
y Dziados, 1998; Hakkinen y Pakarinen, 1995; Volek, Kraemer y Bush, 1997).
Clásicamente, tanto testosterona como cortisol han sido usados como marcadores
de procesos anabólicos y catabólicos en el deportista de fuerza, aunque estos
procesos tienen una fase muy aguda. Un estímulo dirigido hacia la mejora de la
fuerza máxima y/o la hipertrofia así como la fuerza resistencia hace que la con-
centración de testosterona suba y se mantenga por encima de los niveles de
reposo, durante 10-15 minutos posteriores al ejercicio, para bajar después y
mantenerse en niveles más bajos hasta la recuperación y supercompensación. Así
mismo los niveles de cortisol también se ven incrementados (Hackney, Premo y
McMurray, 1995; Tabata et al ,1990). Un estímulo dirigido hacia la mejora de la
fuerza básica (es decir estímulos de volumen e intensidad media-baja), mantienen
invariables los niveles de testosterona y cortisol, por lo que trabajos orientados
hacia la salud no tienen porque variar estos niveles.

La relación testosterona/cortisol que debe aumentar cuando el efecto del


entrenamiento ha sido positivo, cuando se mantiene invariable nos permite
deducir que aun no se ha manifestado mejora en el desarrollo de la fuerza. Estas
respuestas no solo se modulan por los diferentes estímulos de entrenamiento sino
que el aclaramiento hepático y renal pueden alterar estos ratios. (Leveritt et al,
1999). En el entrenamiento concurrente (simultáneo de fuerza y resistencia) se
pueden producir respuestas de diferente magnitud, ya que la respuesta endocrina
del entrenamiento de resistencia puede provocar un predominio catabólico sobre
el anabólico del trabajo de fuerza. Niveles elevados de ltestosterona estimulan,
no solo la síntesis proteica actuando sobre el ADN y el ARN celular, sino que
aumentan también la síntesis de glucógeno muscular, actuando sobre la glucóge-
no sintetasa y aumentan los depósitos de fosfocreatina, favoreciendo el aumento
de la fuerza muscular (Sánchez, 2003). El estudio de Sánchez (2003) en 15
deportistas veteranos de resistencia especialistas en carrera de fondo mostró
como antes de una carrera y tras la competición se incrementaban las concentra-
ciones de testosterona respecto al día anterior. Los valores tanto de testosterona
dentro de la normalidad oscilan entre 10,4 y 38,2 nmol/l en suero.

Balcells (1989) afirma como los valores normales de testosterona y


dihidrotestosterona son los siguientes (tabla 8.7):

- 222 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Testosterona Dihidrotestosterona
Hombre 4-11 ng/ml 0.4-0.8 ng/ml
Mujer 0.3-1.1 ng/ml 0.03-0.17 ng/ml
Tabla 8.7. Valores normales de testosterona y dihidrotestosterona.

Los valores de cortisol son los siguientes: 2,75- 550 nmol/l de cortisol o 5-
20μg/100 ml. En plasma, lo importante es el ritmo de secreción que alcanza su
mínimo por la noche. Sin embargo este ritmo de secreción se puede ver modifi-
cado por estímulos como el entrenamiento o la variación del ciclo sueño-vigilia.
Los valores hormonales sufren alteraciones al alza o a la baja transcurridas unas
horas desde la finalización del ejercicio, por lo que es muy importante que las
extracciones sanguíneas se hagan siempre en las mismas condiciones y a la
misma hora (Gorostiaga y Badillo, 1995; 2000). La testosterona y el cortisol
tienen un carácter variable con tendencia a la disminución a lo largo del día, los
máximos valores suelen darse durante las últimas horas de sueño. La relación
testosterona/cortisol que debe aumentar cuando el efecto del entrenamiento ha
sido positivo, cuando se mantiene invariable nos permite deducir que aun no se
ha manifestado mejora en el desarrollo de la fuerza.

El nivel del estimulo de entrenamiento tiene diferentes efectos sobre las


dos hormonas, a modo de resumen podemos decir que:

x Un estímulo excesivo hace que los niveles de testosterona desciendan y


aumenten los de cortisol.
x Un estímulo ideal sube los niveles de testosterona y, con la recuperación,
mejora la relación testosterona/cortisol con el correspondiente beneficio
anabólico, necesitando menos días para recuperarse (24-48 horas) en fun-
ción del objetivo perseguido.
x Un estimulo demasiado bajo no obtiene mejora y no influye en las concen-
traciones de ambas hormonas.

Urhausen y Kindermann (2002) afirman que un aumento en los niveles de


cortisol y una disminución en los niveles de testosterona pueden indicar que
estamos cerca de una carga de entrenamiento muy alta que puede provocar
síndrome de sobreentrenamiento por lo que debemos ajustar las cargas de trabajo

8.10.10.3. Adrenalina y noradrenalina.

La adrenalina, también llamada epinefrina, es una hormona vasoactiva se-


cretada en situaciones de alerta por las glándulas suprarrenales. La adrenalina
tiene los efectos fisiológicos siguientes:

x Aumentar, a través de su acción en hígado y músculos, la concentra-


ción de glucosa en la sangre. Esto se produce porque, al igual que el

- 223 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

glucagón, la adrenalina moviliza las reservas de glucógeno hepático y,


a diferencia del glucagón, también las musculares.
x Aumentar la tensión arterial: esto se produce en las arteriolas, en las
que tiene lugar una vasoconstricción que provoca un aumento de la
presión.
x Aumentar el ritmo cardíaco.

La noradrenalina es específica para el tono simpático basal y la activación


del sistema nervioso autónomo (Steinacker and Lehmann, 2002).

Zintl (1990:182) afirma como el nivel de carga puede controlarse a través


del cociente adrenalina/noradrenalina (N/A). Cocientes altos (N/A>3) indican un
estado inicial tranquilo previo a una competición, estrés psíquico bajo o poca
motivación hacia el entrenamiento. Por el contrario, valores bajos del cociente
implican un elevado nerviosismo, o bien una elevada implicación psíquica en el
entrenamiento.

En resumen, el diagnóstico clínico del estado en el que se encuentra un


atleta es necesario mediante un control de sangre u orina que evalué los paráme-
tros bioquímicos que más nos interesen para el control de la carga y del estado de
entrenamiento del individuo. Esta información puede revelar distorsiones en los
sistemas de regulación del deportista lo que hace replantearnos que mecanismo
estresor es el que está causando estas anomalías y que consecuencias puede tener
para el rendimiento deportivo.

- 224 -
Bloque 2.

ENTRENAMIENTO DE
LA VELOCIDAD Y LA
FUERZA

- 225 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

9. ENTRENAMIENTO DE LA VELOCIDAD.

9.1. INTRODUCCIÓN.

La velocidad es una de las capacidades de prestación deportiva sobre la


que se han establecido numerosas interpretaciones en su clasificación, ya que hay
autores que entienden ésta como capacidad condicional pura (Harre, 1987; Bom-
pa, 1999); y otros que hablan de ella como una capacidad resultante, porque
consideran que como capacidad aislada no existe, sino que va acompañada para
obtener el máximo rendimiento junto a otros elementos como la técnica, la
fuerza, o la coordinación (Grosser, 1992; Verhoshansky, 1996; Weineck, 2005).

La velocidad es un concepto que resulta muy ambiguo por las diferentes


formas en las que se manifiesta y a las que vamos a tratar de dar respuesta. Sus
manifestaciones van de la velocidad entendida como velocidad de desplazamien-
to hasta formas como la rapidez o la velocidad de equipo, en la que un jugador
puede ser muy veloz desplazándose, pero jugando en equipo ser muy lento, ya
que no es capaz de atender a los diferentes estímulos que condicionan dicho
juego de manera eficaz.

Esta ambigüedad en la terminología se traslada también a la hora de clasi-


ficar la velocidad por lo que hacer una revisión de conceptos y clasificaciones es
un ejercicio necesario para conocer el estado de la cuestión antes de abordar una
metodología del entrenamiento adecuada.

Tal y como afirma Verhoshansky (1996) los resultados en cualquier espe-


cialidad deportiva vienen determinados por la velocidad de movimiento y de
locomoción en competición como muestra la figura 9.1. Esta velocidad de ejecu-
ción en el movimiento tiene como características principales:

1. Ser un rasgo fundamental de la destreza deportiva.


2. Venir como consecuencia del resultado global del proceso de entrenamiento.
3. Ser el criterio principal para evaluar la eficacia del proceso de entrenamiento.

Por tanto, la velocidad para Verhoshansky (1996), es uno de los pilares


donde se construye el rendimiento deportivo, ya que es un rasgo que define al
deportista de élite, y por ello constituye un tema de especial interés.

- 227 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Figura 9.1. Factores que determinan y limitan los logros deportivos.

Históricamente hablar del entrenamiento de la velocidad no era del agrado


de entrenadores, pues la consideración que de esta capacidad se tenía era que la
existencia de limitaciones genéticas predeterminadas, no podían alterar el rendi-
miento de los deportistas, esta creencia se daba tanto en Europa (Vittori, 1996)
como en Estados Unidos (Seagrave, 1996; Dintiman, Ward y Tellez, 2001;
Dintiman y Ward, 2003). Desde los años 50 hasta finales de los 60 el entrena-
miento de la velocidad estaba relegado a los entrenamientos en pruebas de velo-
cidad de deportes cíclicos y no se consideraba para los juegos de equipo.

La velocidad se encuentra estrechamente vinculada al éxito en deportes in-


termitentes donde los cambios de dirección y continuas aceleraciones, saltos,
bloqueos y otras acciones motrices son muy importantes para el éxito en compe-
tición (Hoffmann, 2002). La capacidad de prestación deportiva de velocidad en
deportes de equipo se relaciona con actividades motrices no estandarizadas en su
duración, ya que en deportes como fútbol, baloncesto o hockey, los sprints cortos
con continuos cambios de ritmo dependen de factores como la fuerza explosiva y
la potencia en los grupos musculares implicados en dichos actos. Algunos auto-
res como Fry y Kraemer (1991) constatan que los factores de rendimiento de
velocidad y agilidad diferencian a deportistas expertos de novatos en jugadores
de fútbol americano universitarios. Autores más clásicos del ámbito anglosajón
son mucho menos metódicos a la hora de clasificar el entrenamiento de la veloci-
dad ya que se centran más en el medio específico para su desarrollo a través de
ejercicios para el perfeccionamiento de la longitud y frecuencia de zancada, y de
mejora de la técnica y la potencia(NBCCA, 1997). Este tipo de entrenamiento
proveniente de la velocidad de desplazamiento aplicado a los deportes de equipo
no puede ser válido, ya que en deportes intermitentes, el ciclo percepción-
decisión-ejecución constituye un elemento indisoluble a los propios ejercicios de
mejora de la velocidad.

- 228 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

9.2. DEFINICIÓN DEL CONCEPTO DE VELOCIDAD

La velocidad se ha conceptualizado de modos y formas muy diferentes


aunque casi todas con un factor común, es por ello que en este apartado realiza-
remos un recorrido por los diferentes autores que han aportado alguna caracterís-
tica al concepto velocidad. En el ámbito europeo occidental, Pradet (1996: 160)
la define como la facultad de efectuar acciones motrices provocando un despla-
zamiento del cuerpo o de una de sus partes a la mayor rapidez posible y durante
cortos períodos del tiempo evitando la aparición de la fatiga. Para Le Deuff
(2003) es la capacidad de ejecutar un movimiento en un tiempo mínimo y reali-
zar el mayor número de movimientos en el menor tiempo posible, Manno (1992)
a la hora de conceptualizar el término establece que es necesario inicialmente
distinguir entre velocidad y rapidez, aunque establece que son complementarias y
define la primera como la capacidad de realizar acciones motrices en un tiempo
mínimo y la segunda como la capacidad partiendo de procesos neuromusculares
para desarrollar una fuerza o para realizar acciones motrices en un tiempo míni-
mo. Patregnani (1990: 125) la define como la capacidad de realizar acciones
motoras en un tiempo mínimo sin producir fatiga que conduzca a una reducción
de la prestación deportiva. Mirella (2001) habla de distinguir entre rapidez y
velocidad, la primera se refiere a la contracción rápida de un solo músculo o de
un grupo muscular al realizar un determinado movimiento, es típico de los juegos
colectivos y deportes de lucha, la velocidad se refiere a la relación entre el espa-
cio recorrido y el tiempo empleado en el desplazamiento del cuerpo humano.

En el ámbito europeo oriental, Platonov y Bulatova (2001: 197) la definen


como un conjunto de propiedades funcionales que permiten ejecutar las acciones
motoras en un tiempo mínimo. Grosser (1992:14) la define como la capacidad de
conseguir, en base a procesos cognoscitivos, máxima fuerza volitiva y funciona-
lidad del sistema neuromuscular, una rapidez máxima de reacción y de movi-
miento en determinadas condiciones establecidas. Además Grosser (1992) esta-
blece una diferenciación entre velocidad motriz y una velocidad de acción, lo que
otros autores en este apartado conceptualizan como velocidad y rapidez.

Para Hohmann, Lames y Letzeier (2005) es la capacidad de reaccionar y


actuar, bajo condiciones libres de cansancio, en el menor tiempo posible. Martin,
Carl, y Lehnertz (2001) la conceptualizan como la capacidad para reaccionar con
la mayor rapidez posible ante un estímulo o señal y/o ejecutar movimientos con
la mayor velocidad posible ante resistencias escasas. Harre (1987:166) habla de
la capacidad condicional de realizar acciones motoras en el menor tiempo posi-
ble. Zhelyazkov (2001) conceptualiza la velocidad como el trayecto recorrido por
unidad de tiempo, mientras que rapidez es una cualidad motriz del ser humano
que le permite realizar movimientos determinados en el tiempo más breve, es
decir, con la mayor velocidad posible, en las condiciones concretas de la activi-
dad motriz.

Finalmente los autores norteamericanos considera a la velocidad como la


medida de lo deprisa que un atleta puede esprintar en distancias cortas, mientras

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

que estiman que la rapidez es la capacidad de un deportista para realizar movi-


mientos específicos en el menor tiempo posible (Dintiman, Ward y Tellez, 2001).

9.3. CLASIFICACIÓN DE LA VELOCIDAD EN RELACIÓN CON EL


CARÁCTER DE LOS MOVIMIENTOS: VELOCIDAD CÍCLICA Y
VELOCIDAD ACÍCLICA.

Partiendo de los diferentes conceptos y formas de entender la velocidad,


las clasificaciones en torno a ella se han abordado bien desde un punto de vista
empírico, o desde una aproximación más teórico-científica. Esta aproximación al
intento de clasificación proviene de la propuesta de Martin, Carl, y Lehnertz
(2001) que establece una distinción entre velocidad de reacción y velocidad de
acción y en esta distinguimos entre velocidad máxima acíclica y velocidad
máxima cíclica. Esta clasificación es compartida con Harre (1987).

Ahondando en estas clasificaciones, quizás la más completa y la más


utilizada ha sido la de Grosser (1992) y Weineck, (2005), a la que haremos
alusión en este tema, aclarando algunos de sus conceptos con las propuestas de
Cometti (2002), dicha clasificación está basada en las manifestaciones que la
velocidad posee, de tal manera que distinguimos entre:

- Manifestaciones puras de la velocidad.


- Manifestaciones complejas de la velocidad.

Las Manifestaciones puras (o elementales) de la velocidad son aquellas


que se producen ante resistencias bajas y durante poco tiempo, solo se dan en
movimientos sencillos o por ejemplo los movimientos de reacción en un portero
de balonmano, en combinación con la capacidad volitiva del individuo. Las
formas puras de velocidad son: la velocidad de reacción, la velocidad de movi-
miento y la velocidad frecuencial.

Las Manifestaciones complejas de la velocidad son aquellas que junto a


las formas puras, actúan conjuntamente con otras capacidades condicionales
como la fuerza o la resistencia, coordinando de forma racional sus movimientos
en función de las condiciones externas en las que se realiza la tarea motriz. Las
posibilidades de perfeccionamiento del rendimiento frente a las formas puras son
casi ilimitadas a través de un proceso de entrenamiento. Las formas complejas de
velocidad son: la fuerza-velocidad, la resistencia a la fuerza-velocidad, y la
resistencia a la velocidad máxima.

La representación de esta clasificación la establecemos en la figura 9.2:

- 230 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Movimientos Movimientos
acíclicos cíclicos
Formas“puras”
(conpoca
participaciónde Velocidad Velocidad Velocidad
fuerza dereacción deacción frecuencial

Reaccionessimples Fuerza–velocidad.
Reaccionesselectivas

Formas
“complejas”
Convarias Prolongadade
(conmayor
Repeticiones. formacontinua.
implicacióndela
fuerzaobien
mayortiempode
realización. ResistenciadefuerzaͲ Resistenciamáxima
verlocidad develocidad.

Figura 9.2. Clasificación de la velocidad.

A tal efecto conviene describir cada uno de los elementos existentes en di-
cha clasificación para aclarar posteriormente los métodos de entrenamiento más
adecuados en su desarrollo.

Según Farfel (1988) un movimiento "acíclico" se define como un movi-


miento de carácter unitario con un comienzo y un fin determinados y una secuen-
cia fija de ejecución, este tipo de tareas consecuentemente tiene siempre una
estructura altamente organizada. Mientras que un movimiento "cíclico" es aquel
compuesto por un encadenamiento de acciones “acíclicas”, bien definidas desde
su inicio hasta su finalización. Este tipo de tareas tiene, por tanto, una estructura
altamente organizada como expresa Farfel (1988).

La ejecución a gran velocidad de un movimiento tanto cíclico como ací-


clico añade un grado de complejidad mayor. La limitación no provendrá de la
cantidad de velocidad que el individuo pueda imprimir al movimiento, sino de la
capacidad de control neuromuscular del movimiento en sí. La precisión con que
una tarea tiene que ser realizada es otro componente importante, que determina el
nivel de dificultad de coordinación neuromuscular que implica. Cuando mayor
sea el grado de precisión que requiera una tarea, mayor será la dificultad de
ejecución.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

9.3.1. Manifestaciones puras (o elementales) de la velocidad.


9.3.1.1. Velocidad de reacción.

Es la capacidad de responder en el menor tiempo posible frente a un estí-


mulo (Grosser, 1992). La velocidad de reacción es una manifestación del tiempo
de reacción (Grosser, 1992; Cometti, 2002). Esta velocidad se divide en simple
que es una manifestación del tiempo de reacción simple y selectiva en la que
influyen otros factores además del tiempo de reacción, como pueden ser la aten-
ción selectiva o la anticipación.

9.3.1.1.1. Tiempo de reacción simple.

El sujeto solo puede dar una respuesta. Ante un mismo estímulo los suje-
tos responden igual (Cometti, 2002). El tiempo de reacción simple está determi-
nado por una serie de factores tales como la percepción del estímulo, la velocidad
de conducción del estímulo aferente, el tratamiento de la información, la conduc-
ción eferente y el tiempo motor cuando se produce la contracción muscular. El
entrenamiento de este tipo de velocidad viene determinado fundamentalmente
por la atención selectiva. El tiempo de reacción auditivo es uno de los más rápi-
dos (Mero y Komi, 1990). En las salidas de velocidad (100 metros) Omega
(2006) establece que el tiempo de reacción fisiológico mínimo según las reglas
de la IAAF es de 100 milisegundos. Un reciente estudio de Pain y Hibbs (2007)
muestra como deportistas de élite pueden manifestar tiempos de reacción inferio-
res a 100 milisegundos, en concreto han revelado tiempos de reacción de 85
milisegundos.

9.3.1.1.2. Reacciones complejas.

Se producen cuando existe la posibilidad de varias respuestas o bien cuan-


do se han de tomar las decisiones correspondientes frente a varias señales posi-
bles. En estos casos el individuo debe atender y discriminar solo aquellos estímu-
los que son relevantes para el rendimiento deportivo, hablamos pues del concepto
de atención selectiva. Woods (1.990) lo considera como “…el o los procesos de
detección preferencial, identificación y reconocimiento de determinados estímu-
los seleccionados en un entorno compuesto por múltiples fuentes de informa-
ción”. Este autor hace hincapié en tres aspectos básicos, como son detectar,
identificar y reconocer estímulos de distinta procedencia. En un deporte colecti-
vo, la detección, identificación y reconocimiento de la trayectoria del móvil, del
oponente y de los compañeros se hace imprescindible para tomar una decisión en
cuanto a cual es la conducta más apropiada. La anticipación es un factor relacio-
nado con la atención, clave en los deportes colectivos o situacionales, hace que el
jugador disponga de todo el tiempo del mundo, adivine el futuro y se sitúe por
delante de lo que va a ocurrir. El entrenador debe facilitar al deportista la capaci-
dad de conocer y analizar los factores intervinientes en la anticipación. En depor-

- 232 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

tes llamados cerrados como un salto de longitud, un levantamiento en halterofilia


la capacidad de anticipación es nula, ya que no hay un contrincante que participe
simultáneamente a su actuación, y lo importante es la ejecución para levantar el
peso con la técnica adecuada, o saltar más lejos utilizando un estilo determinado.
En el ámbito de los deportes denominados abiertos como son los deportes en los
que existe la presencia de un móvil que dos equipos tratan de conservarlo para
conseguir llegar a una meta, la anticipación es un proceso muy preciado debido a
que debemos procesar todas las informaciones situacionales

9.3.1.2. Velocidad de movimiento.

Se define como la capacidad para realizar movimientos de carácter acícli-


co a velocidad máxima frente a resistencias bajas (inferior al 30% de fuerza
máxima), un ejemplo de ello son los lanzamientos en balonmano o golpeos de
raqueta, aunque en realidad estos movimientos en el ámbito competitivo se
presentan unidos a esfuerzos de alta intensidad que oscilan en el caso de los
deportes de raqueta entre los 4.0 y 16.6 segundos (Glaister, 2005), con intervalos
de descanso cuya densidad oscila entre 1:1 y 1:5. En estos casos de múltiples
trabajos de velocidad el papel decisivo cae sobre la resistencia a la fuerza explo-
siva.

9.3.1.3. Velocidad frecuencial.

Es la capacidad para realizar movimientos cíclicos a velocidad máxima


frente a resistencias bajas (inferior al 30% de fuerza máxima). La velocidad
frecuencial se requiere en modalidades de sprint en atletismo, ciclismo, patinaje
de velocidad y natación. En la mayoría de casos esta modalidad de velocidad se
manifiesta asociada a otras formas, por ejemplo, en una carrera de 100 metros
encontramos velocidad de reacción simple, capacidad de aceleración, la máxima
velocidad y la resistencia a la velocidad, todas esta formas se dan en este tipo de
actos cíclicos.

Todas estas manifestaciones de velocidad pueden verse en movimientos


competitivos de forma combinada con otras capacidades condicionales como la
fuerza y la resistencia, dando lugar a las formas complejas de velocidad a las que
antes hemos aludido

9.3.2. Manifestaciones complejas de la velocidad.

9.3.2.1. Fuerza-velocidad.

Solé (2002) la define como la capacidad que tiene el sistema neuromuscu-


lar de superar cargas externas (el propio peso corporal o artefactos) con una gran
rapidez en la contracción. A nivel de fuerza comporta la combinación de fuerza
inicial y fuerza explosiva. Grosser (1992) la define como la fuerza efectuada en

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

el menor tiempo posible causada por la velocidad de contracción de la muscula-


tura frente a movimientos cíclicos y acíclicos. Son sinónimos de este concepto la
capacidad de aceleración y la velocidad inicial. En este caso la resistencia a
movilizar estará por encima del 30% de 1RM, por lo que se ha de proporcionar el
máximo impulso de fuerza durante el tiempo establecido por el gesto deportivo.
Factores fundamentales en su ejecución son: la coordinación intramuscular y la
velocidad de contracción muscular, además la fuerza-velocidad está estrecha-
mente vinculada con el grado de dominio del movimiento, cuanto mejor sea la
técnica de movimiento, más eficaz será la fuerza velocidad desarrollada (Plato-
nov y Bulatova, 2001).

La evaluación de la fuerza-velocidad en algunos deportes es una caracte-


rística esencial para el rendimiento deportivo. Yamauchi e Ishii, (2007) evalua-
ron la curva fuerza velocidad en la extensión de rodilla y cadera, encontrando
correlaciones positivas entre velocidad máxima/longitud de pierna con la prueba
de salto vertical, además no descubrieron correlaciones entre el ratio fuerza
máxima/peso corporal con el rendimiento en salto vertical, fuerza máxima y
velocidad máxima. Tampoco encontraron correlaciones entre el ratio fuerza
máxima/peso corporal y velocidad máxima/longitud de pierna. La conclusión a la
que llegaron es que la velocidad es un determinante fundamental en la capacidad
de salto.

9.3.2.2. Resistencia a la fuerza-velocidad.

Es la capacidad de resistencia frente a la disminución de la velocidad cau-


sada por el cansancio cuando las velocidades de contracción son máximas frente
a movimientos acíclicos delante de resistencias mayores (Grosser, 1992). Es
preciso señalar que esta capacidad se manifiesta en los juegos deportivos funda-
mentalmente, en los que es preciso realizar una determinada expresión de fuerza-
velocidad y conservar al mismo tiempo esa capacidad para otras acciones enca-
denadas o precedidas de un tiempo de descanso en el que se para o se recupera
andando, y esta capacidad debe resistir el tiempo de un encuentro sin fatigarse en
exceso ni perder efectividad (Bosco, 2000; Balþinjnas et al, 2006).

9.3.2.3. Resistencia a la velocidad máxima.

Es la capacidad de resistir la disminución de la velocidad frente a la fatiga


(Solé, 2002). Normalmente esta se produce en movimientos cíclicos de velocida-
des de contracción máxima. La importancia de la resistencia a la velocidad
máxima abarca el rango de sprints entre 6 y 20 segundos (Grosser, 1992).

- 234 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Síntesis: Importancia de las manifestaciones de la velocidad en relación al


modelo de rendimiento.

De todas las manifestaciones de velocidad expuestas, solo algunas serán


más importantes que otras de cara a la optimización del rendimiento en un depor-
te y sobre éstas se harán énfasis en su entrenamiento de cara a mejorar el rendi-
miento. Por ejemplo, las capacidades de rendimiento en tenis según Le Deuff
(2003) en relación a la velocidad se encuentran más vinculadas a tres parámetros:
mejora en el tiempo de reacción (vinculado a factores de índole cognitiva: adqui-
sición de información y de toma de decisión adecuada en la respuesta), velocidad
de desplazamiento (encadenamiento rápido de carreras) y duración de la ejecu-
ción (organización gestual), y es sobre estos tres parámetros donde haremos
hincapié en el entrenamiento a la hora de mejorar la velocidad en el tenis.

9.4. VELOCIDAD EN DEPORTES DE EQUIPO.

El entrenamiento de la velocidad en deportes de equipo requiere un trata-


miento especial que difiere de los deportes individuales, ya que el resultado no
viene definido por una conducta concreta, sino que se basa en un sumatorio de
actos motores específicos que posiblemente vengan definidos por la interacción
entre los equipos durante la trayectoria del juego.

La aplicación de la metodología del entrenamiento deportivo en relación a


los deportes individuales es insuficiente para solventar las necesidades de estos
deportes (Seirul lo, 1998; Martín-Acero, 2000). Por lo tanto, la dinámica (evolu-
ción del resultado) de cada una de las competiciones es única e imprevisible,
puesto que la interacción (pugna) entre los jugadores genera conductas y rendi-
mientos variables y aleatorios. Cada competición (partido) presenta unas caracte-
rísticas y una evolución propias que las distingue de las demás competiciones
(Álvaro, 2001).

El talento de jugador de equipo no depende exclusivamente de su condi-


ción física como puede suceder en algunos deportes individuales, sino que hay
que acompañarlo de otras capacidades como las coordinativas para la ejecución
del movimiento deseado (técnica) y de otras de las que tradicionalmente se ha
ocupado el aprendizaje y control motor como son las capacidades cognitivas para
el tratamiento de la información, de este modo el preparador físico se ha ocupado
más de las capacidades vinculadas a la condición física mientras que las dos
restantes eran competencias que se dejaban al jugador o que eran entrenadas
conjuntamente con la táctica por el entrenador. Sin embargo, las exigencias
actuales en el juego hacen que el preparador físico deba atender de manera global
e integrada todas ellas para estimular al individuo de manera global.

Por lo tanto, toda tarea que desarrolle la velocidad en deportes de equipo


debe fijar unas determinadas condiciones de trabajo que aseguren una acción
diferenciada sobre alguna capacidad condicional (condición física), además se

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

deben desarrollar conjuntamente las capacidades coordinativas soporte de la


técnica específica del deportista (coordinativo), y proponer información relevante
que hay que procesar (implicar estructuras cognitivas) como manifiesta Seirul lo
(1998).

Las manifestaciones de velocidad en deportes de equipo, difieren de la


clasificación antes expuesta, ya que no hay velocidad de desplazamiento, veloci-
dad gestual o velocidad resistencia, sino que hay velocidades en las categorías
que definimos a continuación y que han de ser descritas para poder planificar su
entrenamiento. La clasificación, en deportes de equipo como fútbol es la siguien-
te (Seirul lo, 1998):

Velocidad de puesta en acción o velocidad de salida. La necesita el ju-


gador para iniciar la carrera desde parado, con o sin balón. En un desplazamiento
de 3-5 metros en el mínimo tiempo. En ese desplazamiento puede realizar distin-
tas acciones técnicas, desmarcarse para recibir un pase, anticiparse para intercep-
tar un pase,...

Velocidad de intervención. La necesita en todas las acciones de 1x1


cuando se disputa un balón del que nadie dispone. Necesita moverse muy rápido
en 2-3 metros, frenar, girar, apoyar muy rápido y desequilibrado, en fin, todo lo
necesario para hacerse con la posesión del balón.

Velocidad de cambio de ritmo. Se manifiesta cuando el jugador se está


desplazando a cierta velocidad y, en un momento determinado, modifica brusca-
mente su velocidad, llegando al máximo y manteniéndola el tiempo que se estime
necesario. Durante esa realización global puede aparecer el balón en cualquiera
de las dos fases de velocidad, y el total de metros recorridos puede estar entre
20.30 metros.

Velocidad de ejecución. La pone a prueba cuando el jugador ejecuta una


determinada acción, o encadena varias acciones técnicas a la más alta velocidad,
en desplazamientos espaciales muy cortos e inapreciables (control, giro, chute,...)
en 2 metros.

Velocidad intermitente. Es la necesaria para realizar sucesivas acciones


de máxima velocidad con paradas intermedias o grandes descensos de velocidad
de desplazamiento. debe considerarse como una sola acción, encadenamiento de
varias acciones técnicas sucesivas, separadas por paradas muy cortas, que hacen
recorrer distancias entre 6 y 15 metros, subdivididas en fase de desplazamiento
en una o varias direcciones, de 3-5 metros, y a velocidades máximas o submáxi-
mas.

Todas estas formas de manifestaciones de la velocidad en el Fútbol, van


acompañadas necesariamente de componentes técnicos y tácticos, con la gran
variabilidad que permite esta especialidad (Seirul lo, 1998).

- 236 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

La velocidad es una de las capacidades a las que más atención hay que de-
dicarle, probablemente por la búsqueda de la eficiencia en superar a un contrario
conjuntamente con una técnica adecuada, que permita dar una respuesta eficaz y
efectuar una toma de decisión correcta gracias a la capacidad para obtener infor-
mación concreta en la situación de juego en que se encuentre. La velocidad en el
ámbito de los deportes de equipo ha recibido una atención importante por parte
de investigadores como Seirul·lo (1998) o Martín-Acero (1995, 2000) que han
buscado una interpretación de la condición física en relación a la mejora del
juego. Las propuestas de este autor giran en relación al análisis estructural de los
juegos deportivos en cuanto a los roles y subroles determinantes en el juego y su
interrelación con el desarrollo de las capacidades condicionales.

Para Martín-Acero (2000), dos aspectos destacan al analizar la velocidad


acíclica en el deporte: la velocidad máxima potencial que cada deportista posee
sobre los gestos técnicos (velocidad del jugador) y la velocidad idónea de juego
en función del desarrollo táctico de la acción (velocidad de acción del equipo) tal
y como muestra la figura 9.3.

Velocidad acíclica
deportes colectivos
Velocidad del gesto Velocidad del
técnico (jugador) equipo

Atención selectiva
Factores energéticos

Análisis de la
información

Factores Informacionales
Toma decisión

Figura 9.3. Componentes de la velocidad en los juegos deportivo.


(Martín Acero, 2000).

En cuanto al primer aspecto, velocidad del gesto técnico (Martín Acero,


2000) distingue dos factores determinantes de la eficacia de la acción (del acto
motor rápido): los energéticos (la producción y utilización de energía y la fuerza
como elemento transmisor de energía en los gestos específicos) y los informacio-
nales (sensación y percepción del movimiento, control y regulación de la acción,
coordinación y técnica).
El segundo aspecto, velocidad del equipo, es fundamental en los deportes
de colaboración- oposición (fútbol, balonmano, baloncesto, etc.). Tal y como
apunta el autor, en estas ocasiones, cuestiones como la atención selectiva, el
análisis de la información y la toma de decisión adquieren una importancia
mayor sobre los aspectos de condición física (M. Acero, 2000). La velocidad del

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

equipo determina la velocidad de juego por encima de la velocidad de cualquiera


de sus jugadores. Las acciones de juego casi nunca vienen determinadas por la
velocidad con que se desplazan sus jugadores sino que normalmente esta viene
condicionada por la velocidad con la que se desplaza el móvil (pelota o balón) tal
y como expresa Harre (1987).

Si hacemos una revisión sobre como se producen los desplazamientos de


los jugadores en los deportes de equipo, vemos que, del total de metros recorri-
dos durante un partido, pocos son los que se recorren a “alta” velocidad siendo
estos recorridos de gran peligrosidad y eficacia, pero muy alejados de los que es
la máxima velocidad potencial que esos deportistas pudieran.

Veamos el siguiente ejemplo:

En baloncesto partiremos del trabajo realizado por Galiano (1987) en el


que se observa que la mayor parte de los desplazamientos (95%) se realizan a
una velocidad entre 1-3mts por segundo mientras que solo un 5% de los despla-
zamientos se realizan a una velocidad superior a los 5 m/s (tabla 9.1).

0-1 1-2 2-3 3-4 4-5 5-6 6-7 7-8


Puesto Distancia s
m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1 m.seg-1
Bases 5913 801 1648 1531 1052 579 227 62 13
Aleros 5655 857 1674 1410 986 495 195 35 3
Pivots 5567 785 1510 1416 1051 544 191 62 8
Total 5711 814 1610 1452 1029 539 204 53 8
Tabla 9.1. Distancias de carrera recorridas a diferentes velocidades en el
baloncesto. Galiano (1987).

Debemos tener presente que una velocidad de 7-8 m.seg-1 equivale a un


tiempo entre 12,5- 14,3 seg en una carrera de 100 mts, lo que se nos antoja muy
alejado de lo que un jugador de baloncesto debe ser capaz de realizar en estas
distancias. Además, estas acciones ocupan solo el 0,14% de las distancias totales
realizadas durante el partido.

En ocasiones sería más preciso hablar por separado de la velocidad con


que evoluciona el conjunto de jugadores sobre el terreno de juego y de la veloci-
dad con que se mueve el balón o móvil. No obstante se piensa que ambas accio-
nes están íntimamente ligadas, por lo que se puede abordar su fundamento de
forma conjunta (García Manso et al. 1998).

La única forma por la que un móvil se puede desplazar velozmente, es lo-


grando un perfecto dominio técnico y táctico del juego, ajustándose a los condi-
cionantes reglamentarios. No obstante este no es el único factor que intervendrá,
ya que también se precisa de una adecuada comprensión del juego y de las posi-
bilidades que existen para alcanzar el resultado eficaz. Este último aspecto viene
determinado por la toma de decisión

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FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Las capacidades motoras se expresan únicamente cuando se realiza un


movimiento (es decir, en actos motores concretos) y no existen por sí mismas.
Los conceptos de rapidez comprenden también las condiciones concretas en las
cuales debe ser conseguida la velocidad de reacción, la aceleración, la rapidez o
la velocidad máxima segmentaria, o bien la máxima velocidad de desplazamiento
global. (Martín Acero, 2000).

Forman parte de estas condiciones los distintos géneros de locomoción


propios de los distintos ejercicios de competición (en este caso de baloncesto,
dribling, lanzamientos, pases, desplazamientos sin balón, fintas, cortes, etc.). La
rapidez viene definida como el factor de prestación que “permite realizar accio-
nes motoras, en las condiciones dadas, en el menor tiempo posible, garantizando
una anticipación, una precisión, la óptima aplicación de la fuerza... posibilitando
el rendimiento competitivo buscado” (Martín Acero, 1987).

La importancia de desarrollar un buen programa de acondicionamiento fí-


sico basado en las demandas fisiológicas específicas de cada deporte se considera
un factor clave al éxito (Taylor, 2004). En algunos deportes de equipo, el tipo de
carrera más frecuente no son los sprints, el trabajo de Krustrup et al (2005) en
fútbol muestra como los sprints son 26 veces los gestos motores que cuantitati-
vamente se producen, mientras que el número total de cambios de actividad es
de 1459, las carreras a alta intensidad representan solo el 4,8% del total, mientras
que las carreras a baja intensidad o andando representan el 94% de la actividad
total, aunque en este 4,8% es donde se sitúan las acciones desequilibradoras que
generan goles. En baloncesto, sin embargo los actos motores de alta intensidad
representan el 85% de los esfuerzos totales (McInnes et al., 1995).

La velocidad en deportes de equipo es específica del acto motor que se en-


trene, Venturelli, Bishop y Pettene (2008) realizaron dos entrenamientos para la
mejora de la velocidad con y sin balón, uno específico de sprint con ejercicios de
velocidad entre 10 y 20 metros en el campo de fútbol, y otro de coordinación con
ejercicios de cambio de ritmo, carreras laterales, skipping, etc, dos veces a la
semana durante 12 semanas, los resultados muestran como el primer grupo
obtuvo cambios en sprint de 20 metros sin balon, pero no hubo diferencias signi-
ficativas en el mismo ejercicio con balón, mientras que el segundo grupo obtuvo
mejoras en los dos test de sprint, con y sin balón. No obstante existen también
resultados que corroboran que la utilización de un entrenamiento específico no
tiene un efecto significativo en jugadores de balonmano, aunque en este caso las
variables dependientes estaban vinculadas con capacidades condicionales: test
salto vertical, tiempo en 10 segundos, y tiempo realizado en entrenamiento
interválico tal y como muestra Buchheit et al. (2009). Balþinjnas et al, (2006)
presentan un estudio en el que compara dos modelos de entrenamiento diferentes:
resistencia a la fuerza-velocidad (ejercicios intermitentes) y resistencia (ejercicios
continuos) ambos usando situaciones específicas con balón.

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9.5. METODOLOGÍA DEL ENTRENAMIENTO DE LA VELOCIDAD.


En el desarrollo de la velocidad consideramos tres elementos esenciales:

- el tiempo de la reacción motora.


- la velocidad de un movimiento simple.
- la frecuencia de movimientos.

Estos elementos son relativamente independientes unos de otros, es decir


puede haber un individuo con una velocidad de movimiento simple alta que no
posee una elevada frecuencia de movimientos (Patregnani, 1990).

No cabe duda que numerosos estudios muestran las bondades del entre-
namiento mediante medios de trabajo diferentes para la mejora de la velocidad
(Mendoza y Schoellhorn, 1993; Rimmer y Sleivert, 2000; McBride et al 2004;
Reyment et al, 2006; HuciĔski et al, 2007; Cronin et al 2007; Ross et al, 2009).
Ross et al (2009) verificaron que la combinación de medios de trabajo con obje-
tivos diferentes puede ser incluso más beneficiosa que su utilización de manera
analítica. Para ello utilizó un método combinado de sprint y trabajo de fuerza y lo
comparó con dos grupos (uno solo utilizó entrenamiento en sprint, y otro solo
entrenamiento de fuerza), las ganancias fueron muy significativas en el primer
grupo respecto a los otros dos. En este apartado vamos a desglosar los diferentes
medios de desarrollo de cada una de las manifestaciones de velocidad que hemos
establecido anteriormente.

9.5.1. Metodología del entrenamiento de la velocidad de reacción.

Dentro del entrenamiento de la velocidad de reacción distinguiremos entre


el entrenamiento de la velocidad de reacción simple y compleja. De manera
general Solé (2002) establece las siguientes magnitudes de entrenamiento (tabla
9.2):

Características del método interválico adaptado para la Velocidad de reacción


(Solé, 2002).
Duración de la repetición De décimas a 1-2 segundos
Intensidad Máxima
Descanso entre repeticiones Sobre los 30”
Repeticiones por serie 5 a 10
Número de series 3a6
Descanso entre series 3´
Tabla 9.2. Magnitudes de carga para el entrenamiento.
Mero y Komi (1990) establecieron que el tiempo de reacción total se esta-
blece desde el tiempo de reacción promotor y motor. El tiempo de reacción
promotor es el que se hay desde la señal de salida al inicio de la actividad EMG,
mientras que el tiempo de reacción motor es el “retraso” entre el inicio de la
actividad eléctrica y la producción de la fuerza por el músculo, su estudio esta-
bleció que para la mejora de las salidas de reacción es importante la activación

- 240 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

previa de los principales músculos implicados en la salida de velocidad. Por lo


tanto las respuestas agudas mediante un trabajo de activación de fuerza previo
mejorará la velocidad de reacción, ese trabajo de fuerza Sleivert y Taingahue
(2004) lo establecieron entre el 30% y 60% de 1RM para la mejora de las salidas
de reacción en 5 metros.

9.5.1.1. Entrenamiento de las reacciones simples.

De manera específica para el tiempo de reacción simple, Grosser (1992)


estableció tres métodos para su desarrollo, en todos ellos la atención juega un
papel fundamental en la ejecución de las tareas motrices, en un nivel de actua-
ción no sólo de procesamiento cognitivo de las informaciones, sino también
como controladora o regulador interno de la actividad cognitiva (Ruiz y Sanchez,
2001):

x Método de repeticiones. Se van repitiendo los movimientos simples


en forma competitiva (máximo 10 repeticiones de 10-30 metros); con
ello se forma la capacidad de reacción, la fuerza de sprint y la técnica
de la salida. Complementariamente se deben utilizar señales más débi-
les a las competitivas ya que éstas mejoran la capacidad de concentra-
ción.
x Método parcial. Se centra en primer lugar en el aumento de la veloci-
dad de determinados movimientos parciales del movimiento reactivo.
Además puede incrementarse la concentración en la velocidad del mo-
vimiento si el ejercicio se ejecuta sin señal de salida. Se realiza el ejer-
cicio con estímulo que aumenten o no la concentración.
x Método sensorial. Trata de formar la percepción del tiempo requerido
para la salida a nivel de décimas y centésimas de segundo con el fin de
conseguir de esta forma una mejora de la reacción.

La posición de la salida influye en el tiempo de la velocidad de reacción,


estudios como el de Mendoza y Schoellhorn (1993) muestran que se puede
mejorar el tiempo en 5 metros tras una salida de tacos con una modificación en la
posición de éstos ya que mejora la potencia efectuada y dicha mejora es indivi-
dual, el estudio de Cronin et al (2007a) analizó los tiempos de reacción ante 3
tipos de salidas diferentes, pies paralelos, un pie adelantado, y con balanceo
previo, los resultados muestran como la salida paralela era significativamente
más lenta que las otras dos en 5 y 10 metros. Otros estudios como el Guissard,
Duchateau y Hainaut, (1992) muestran si existen variaciones en el tiempo de la
salida de tacos tras modificar la angulación del bloque en los tacos de salida,
estos estudios reflejan la enorme variabilidad en la posición de salida para la
mejora en el tiempo de reacción.

- 241 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

9.5.1.2. Entrenamiento de las reacciones complejas.

Como hemos visto anteriormente la magnitud de la carga será la que


hemos planteado de manera general, sin embargo, hay una serie de elementos a
considerar en su metodología y puesta en práctica en relación a la velocidad de
reacción simple que merecen ser considerados. Grosser (1992) afirma que los
métodos más eficientes para su optimización se basan en la realización de situa-
ciones específicas del deporte que se trate.

Podemos proceder de dos formas diferentes:

1. Desarrollar la amplitud de visión, este tipo de situaciones se centran en


percibir el objeto o los jugadores dentro del campo de visión y prever po-
sibles movimientos de los elementos que participan en el juego y que son
críticos para el rendimiento en el deporte. El desarrollo del campo de vi-
sión ha sido una línea de investigación en nuestro país para el desarrollo
del rendimiento en deportes colectivos (Fradua, 1996, 1997).
2. Otro de los aspectos a desarrollar es la anticipación. Hemos de considerar
el tipo de anticipación en relación a la velocidad de reacción compleja.
Sánchez y Ruiz (1997) citan a Poulton (1957) en su clasificación de la an-
ticipación, cuyas características se resumen en el cuadro siguiente, en el
que además, se ejemplifica la anticipación en el gesto del bote de avance
en baloncesto (tabla 9.3):

TIPO CARACTERÍSTICA DRIBLING


-
Predicción del tiempo que - Elección entre dribling o
Anticipación
se empleará en la realiza- pase en los últimos segun-
Efectora
ción de un gesto técnico. dos del partido…
- Predicción del tiempo que - Ajustar el dribling, antici-
empleará un acontecimien- pando la ocupación del es-
Anticipación to determinado en suceder. pacio por un contrario.
Receptora - Capacita al jugador a - Decidir finalización del
realizar ajustes cognitivos y dribling según movimiento
motrices. de un compañero (timing).
- Prever los estímulos aún
cuando éstos no están pre- - Anticipar la acción de un
Anticipación sentes. defensor conocido, por su
Perceptiva - Capacita para interpretar forma habitual de actuar.
las irregularidades de los
estímulos.
Tabla 9.3. Tipos de anticipación. Ejemplo al bote de baloncesto.

Por su parte, Schmidt (1986) divide los procesos anticipatorios en dos


modalidades, en cuanto a su componente espacio-temporal. El siguiente cuadro
además de concretar su planteamiento, expone un ejemplo de ambos tipos de
anticipación en el dribling de avance.

- 242 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

TIPO CARACTERÍSTICA DRIBLING


- Conocer qué tipos de - Anticipar los movimientos
estímulos van a estar pre- del oponente y elegir tra-
sentes y… yectoria adecuada.
Anticipación
- Conocer el tipo de respues- - Conocer todas las posibili-
Espacial
tas requeridas para solucio- dades de cambio de direc-
nar el problema planteado. ción, etc.
- El jugador conoce la res-
- Conocer cuando los opo-
Anticipación puesta exacta, por lo que el
nentes van a presionar y la
Temporal tiempo de respuesta es me-
manera de superarles.
nor.
Tabla 9.4. Ejemplos de anticipación en el dribling de avance.

Los ejercicios a realizar deben ser de esta naturaleza para desarrollar la an-
ticipación en cualquiera de sus formas y por ende, la velocidad de reacción
compleja. Por lo tanto los ejercicios de reacción compleja deben tener como
objetivo alguna de las características de los diferentes modelos de anticipación
propuestos para la mejora de la velocidad de reacción compleja. Como manifies-
ta Grosser (1992) hay que aumentar sistemáticamente las exigencias en cuanto a
la percepción del entorno e informaciones encubiertas vinculadas con la anticipa-
ción de los diferentes jugadores.

9.5.2. Entrenamiento de la velocidad de acción o de movimiento.

La velocidad de movimiento en la mayoría de los casos debe realizarse


conjuntamente con una técnica de movimiento depurada que permita al deportis-
ta una alta prestación deportiva y una precisión adecuada al acto motor en si, en
algún artículo podemos encontrar este concepto como eficiencia psicomotora
(Zhelyazkov, 2001; HuciĔski et al, 2007). Por tanto, debe existir una coordina-
ción intermuscular previa que permita una alta velocidad de movimiento. En este
caso y como plantea Zhelyazkov (2001) esta característica es propia del desarro-
llo de ejercicios competitivos con orientación a la velocidad de movimiento, ya
que durante la carga de trabajo los esfuerzos volitivos y la atención deben estar
dirigidos a la velocidad de ejecución, por lo tanto la técnica debe garantizar una
acción máxima de las acciones motrices. Para su desarrollo también podemos
realizar ejercicios a velocidad inferior a la competitiva, en los que la resistencia a
superar es mayor que en competición (entrenamiento resistido), o inferiores a
ésta (ejercicios aligerados o entrenamiento asistido) estos ejercicios suelen utili-
zarse como preparación especial.

Los ejercicios de entrenamiento han de tener las siguientes características


(Grosser, 1992):

x Han de realizarse a velocidad máxima o submáxima.


x Han de ser cortos (6 segundos como máximo).

- 243 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

x No han de contener cargas adicionales o éstas han de ser muy pequeñas.


x El método más efectivo es la propia competición, ya que se realizan a la
máxima velocidad y se evitan estereotipos motrices debido a la multiplici-
dad de situaciones que pueden producirse.

A continuación detallamos las características de cada uno de los métodos


en las tablas 9.5 y 9.6:

Características del método a velocidades submáximas.


Duración de la repetición Ejecución del gesto
Intensidad submáxima
Descanso entre repeticiones Ninguno o pocos segundos
Repeticiones por serie 6-20 (1 serie)
Número de series 2-3 (principiantes)
3-6 (deportistas alto nivel)
Descanso entre series 2-4 minutos.
Tabla 9.5. Características del método a velocidades submáximas.

Características del método a velocidades máximas.


Duración de la repetición Ejecución del gesto
Intensidad Máxima- supramáxima
Descanso entre repeticiones Ninguno o pocos segundos
Repeticiones por serie 6 como máximo
Número de series 3-5
Descanso entre series 2-4 minutos.
Tabla 9.6. Características del método a velocidades máximas.

En ocasiones se produce un entrenamiento de contraste usando ejercicios


resistidos y seguidamente en condiciones normales de competición, para producir
un mayor reclutamiento de fibras y por ende, mayor activación en las fibras
musculares produciéndose un mayor desarrollo de la velocidad.

Este tipo de efecto recibe el nombre de potenciación postactivación y es


definida como el incremento en la capacidad de un músculo después de haber
realizado contracciones previas, así la potenciación postactiva se ha convertido
en un método eficaz para el incremento de la fuerza explosiva (McBride, Nimp-
hius y Ericsson, 2005; Gullich y Schmidtbleicher, 1996; Scott y Docherty, 2001;
Gonzalez Ravé et al, 2009).

9.5.3. Entrenamiento de la velocidad frecuencial.

Como ya definimos, la velocidad frecuencial responde a la realización de


movimientos cíclicos a máxima velocidad frente a pocas resistencias (por debajo
del 30% de la fuerza máxima). La velocidad frecuencial suele entrenarse median-

- 244 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

te el método de repeticiones específico a una velocidad dada (Bompa, 1999),


como sucede con la velocidad de acción, la técnica debe garantizar la acción
máxima del gesto deportivo, y además tanto Bompa, (1999) como Grosser (1992)
hacen hincapié en la importancia de la concentración mental del deportista a la
hora de alcanzar la máxima velocidad. Existen una serie de consideraciones
básicas a la hora de diseñar los medios de entrenamiento (Grosser, 1992):

- Los ejercicios han de ser ejecutados a la máxima velocidad de movimiento.


- No se deben realizar los ejercicios con síntomas de fatiga durante su ejecu-
ción.
- No se deben superar las 12-16 repeticiones en forma de series.
- Se deben aplicar de 1 a 3 veces durante la semana (con 72 horas de descanso
entre sesiones con la misma orientación).

Los métodos propuestos para su desarrollo son (Navarro, 2008):

- Sprints voladores.
- Sprints alternantes.
- Sprints supramáximos.

Estos se muestran en las tablas 9.7, 9.8 y 9.9:

Características del método de repeticiones: sprint voladores


Duración de la repetición Menos de 10 segundos. Ejecución del
gesto deportivo
Intensidad Máxima
Descanso entre repeticiones Menos de 2 minutos
Repeticiones por serie 2-4
Número de series 2-4
Descanso entre series Menos de 2 minutos
Tabla 9.7. Características del método de repeticiones: sprint voladores.

Características del método a sprint alternantes (in and outs).


Duración de la repetición Menos de 10 segundos. Movimientos
simples específicos del deporte
Intensidad Submáxima-Máxima
Descanso entre repeticiones Menos de 2 minutos
Repeticiones por serie 2-4
Número de series 2-4
Descanso entre series Menos de 2 minutos
Tabla 9.8. Características del método a sprints alternantes.
Características del método a sprints supramáximos, se sitúan en un 10%
por encima de la velocidad frecuencial. (cuestas )
Duración de la repetición Menos de 10 segundos. Movimientos
simples específicos del deporte

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Intensidad Supramáxima
Descanso entre repeticiones Menos de 3 minutos
Repeticiones por serie 2-4
Número de series 2-4
Descanso entre series Menos de 3 minutos
Tabla 9.9. Características del método a sprints supramáximos.

La potenciación postactivación mejora la velocidad frecuencial tal y como


se comprobó anteriormente con la velocidad de movimiento. McBride et al
(2004) usó un protocolo basado en una serie de 3 repeticiones al 90% de 1RM, y
otros sujetos realizaron 1 serie de serie de 3 repeticiones al 30% de 1RM, 4
minutos previos a la realización de un sprint de 40 metros en jugadores de fútbol
universitarios, los resultados del estudio muestran como los sujetos que realizan
el entrenamiento al 90% de 1 RM corren un 0,87% más rápido los 40 metros que
el grupo control, mientras que el grupo que realizó el trabajo a una intensidad al
30% de 1RM no tuvo un efecto significativo.

9.5.4. Entrenamiento de la fuerza-velocidad.

La capacidad de aceleración es sinónima de fuerza-velocidad cuando habla-


mos de esta prestación deportiva (Grosser, 1992:126), se requiere en todas las
modalidades deportivas tanto cíclicas como acíclicas, donde existan acciones de
fuerza explosiva (salidas, inicios, batidas, lanzamientos, bateos, golpes, etc.)
frente a resistencias superiores al 30% de la fuerza máxima actual (Grosser,
1992). Los medios para su desarrollo son variados y no exentos de conflicto
científico, ya que existe mucha controversia en cuanto a las bondades de algunos
métodos para su desarrollo, por lo que vamos a establecer un estado de la cues-
tión inicial que proporcione una visión global de aquellos que están a favor así
como de los detractores de algunos métodos que a continuación detallamos. Se
puede comprobar cómo el consenso en este caso no está bien definido por la
literatura científica, y esta falta de acuerdo conlleva un estudio pormenorizado de
los efectos reales de estos métodos sobre la capacidad de aceleración y es por
tanto una línea de investigación a desarrollar. Los medios para el desarrollo de la
fuerza velocidad descritos en la literatura quedan definidos a través de los si-
guientes contenidos:

1. Desarrollo de fuerza máxima.


2. Desarrollo de fuerza explosiva.
3. Multisaltos sobre distancias largas y cortas.
4. Ejercicios de carrera sin resistencia.
5. Ejercicios de carrera con resistencia.
La fuerza-velocidad puede entrenarse mediante carreras (entrenamiento resis-
tido, cuestas, entrenamiento con lastres, o carreras cortas), mediante el desarrollo
de fuerza máxima y explosiva, o mediante ejercicios pliométricos.

- 246 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

9.5.4.1. Desarrollo de fuerza máxima y explosiva.

La aceleración en carreras lineales guarda una estrecha relación con la


fuerza máxima (Mero et al, 1981, Moir et al, 2007) y la fuerza explosiva (Mero
et al, 1981, Moir et al, 2007), por lo que la metodología del entrenamiento de la
fuerza máxima y explosiva serán contenidos que deberán trabajarse para mejorar
la capacidad de aceleración, aunque esta afirmación no siempre está respaldada
por la literatura científica que encuentra que el entrenamiento de fuerza puede
interferir en el desarrollo de la velocidad (Rimmer y Sleivert, 2000) o permane-
cer inalterable (Reyment et al, 2006). Para Solé (2002), a nivel metodológico la
relación entre velocidad de aceleración y fuerza máxima se manifiesta cuando el
deportista parte de una situación estática y debe iniciar el desplazamiento lo más
rápidamente posible. De igual manera, una vez que el centro de gravedad ya ha
roto su inercia, serán los niveles de fuerza explosiva los que determinarán que
vaya aumentando la velocidad. Para el desarrollo de la fuerza máxima se deben
establecer los métodos desarrollados en el tema de la fuerza acerca del desarrollo
de la fuerza máxima vía neural y fuerza máxima vía hipertrofia. De igual forma
en el entrenamiento de la fuerza explosiva se utilizará la metodología establecida
al efecto en el tema de la fuerza.

Moir et al, (2007) realizaron un entrenamiento de fuerza de 8 semanas, 3


días en semana utilizando dos ciclos de fuerza con orientaciones diferentes
(fuerza resistencia, y fuerza máxima-potencia) mejorando la fuerza máxima y
explosiva y empeorando la capacidad de aceleración ya que aumentaba el tiempo
de 0-10 metros, lo que se achacaba a una incorrecta coordinación debida al
trabajo de fuerza, por lo que parece concluir que el trabajo de fuerza debe estar
acompañado de un trabajo coordinativo del gesto técnico para volver a tener
un índice de eficiencia de zancada correcto (longitud y frecuencia de zancada).
Por lo tanto, se recomienda que el trabajo de fuerza máxima y explosiva vaya
acompañado de un correcto desarrollo de la técnica mediante ejercicios coordina-
tivos bien integrados dentro del propio trabajo, bien tras el trabajo de fuerza
generando una transferencia positiva para que éste genere una conversión a
fuerza específica del acto motor del que se trate.

9.5.4.2. Ejercicios de carrera con y sin resistencia.

Cronin y Hansen (2005) encontraron una correlación positiva entre acele-


ración y trabajo pliométrico y de potencia, aunque como afirman ellos, esta
relación causal debe investigarse añadiendo más factores, por ejemplo, la técnica,
tanto en carreras, como en las aceleraciones que se producen en los juegos depor-
tivos.

Zafeiridis et al (2005) investigaron los efectos de un entrenamiento resis-


tido con trineo y una sobrecarga de 5 kg y otro sin trineo realizando 4x20 m y
4x50 m (3 veces en semana durante 8 semanas), los resultados muestran como el
entrenamiento de fuerza resistido tuvo un efecto significativo sobre la fase de

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

aceleración pero no sobre la fase de máxima velocidad mientras que el entrena-


miento sin trineo mejoró la fase de máxima velocidad en deportistas de nivel
medio. Spink et al (2007) mostraron resultados contradictorios con el estudio
anterior ya que las mejoras usando un entrenamiento similar, se establecieron
sólo en la fuerza reactiva y no mejoró la velocidad en 20 metros. El entrenamien-
to resistido es aceptado como un método de trabajo para incrementar la capaci-
dad de aceleración (Newman, 2007), medios tales como trineos, chalecos lastra-
dos, paracaídas, cuestas, arena constituyen un excelente medio para el desarrollo
de la aceleración aunque quizás el más aceptado ya que permite un control más
adecuado de la carga es el trineo. Seagrave (1996) afirma que no se debe poner
una resistencia en el trineo superior al 15% del peso corporal, aunque también
señala que en el momento que se produzca un empeoramiento de la marca por
encima del 10% o una deformación en la técnica hay que dejar de añadir resis-
tencia al trineo, por lo que ésta será individualizada al deportista. Por otra parte,
no existe consenso en la distancia adecuada para la mejora de la aceleración,
varía de 0-20 m., 0-30m o de 30-50 m, dependiendo del nivel de prestación
deportiva del sujeto (Kafer et al, 1993), Newman (2007) recomienda la distancia
de 30 metros para mejorar la aceleración, teniendo en cuenta que un deportista de
alto nivel llegará antes a la máxima velocidad que un deportista no entrenado.

Por lo tanto y a modo de resumen, se recomienda:

x Aceleraciones sin resistencia: de 0 a 20-50 metros.


x Cuestas sobre distancias cortas (de 10-20% de inclinación) y de 0 a 20-
50 metros, o combinaciones plano + subida, o subida + plano + subida.
x Aceleraciones con resistencia: de 0 a 20-50 metros en la que no se de-
be poner una resistencia en el trineo superior al 15% del peso corporal,
siempre que no se produzca un empeoramiento de la marca por encima
del 10% o una deformación en la técnica.
x Aceleraciones con resistencia: de 0 a 20-50 metros con y sin cambios
de ritmo usando lastrados e integrando la técnica del deporte.

9.5.4.3. Multisaltos sobre distancias largas y cortas.

El entrenamiento pliométrico en jóvenes no parece que tenga transferencia


positiva sobre la fase de aceleración tal y como muestra Kotzamanidis (2006)
que usó un programa de entrenamiento pliométrico de 10 semanas (60 saltos por
sesión al inicio del programa, hasta alcanzar los 100 saltos por sesión), sus resul-
tados muestran una mejora en el SJ y en la velocidad de carrera especialmente en
la fase de máxima velocidad pero no en la fase de aceleración sobre 40 metros.

El entrenamiento pliométrico mejora la respuesta al salto vertical (New-


ton, Kraemer y Hakkinen, 1999), aunque no parece que mejore la velocidad en
un sprint, Herrero et al (2005) comparó el rendimiento en sprint de 20 mts. en un
entrenamiento pliométrico (2 veces en semana durante cuatro semanas, utilizan-

- 248 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

do como ejercicios: drop jump y saltos horizontales, con un total de 109 saltos
por sesión) un entrenamiento usando electroestimulación y un entrenamiento
combinado (electroestimulación y pliometría), los resultados mostraron como el
tiempo en 20 metros empeoró respecto al pretest, la explicación al empeoramien-
to en la marca se le atribuye al escaso número de sesiones. En el entrenamiento
combinado se produjo una disminución en el tiempo en 20 metros, concluyendo
que un entrenamiento complejo si puede mejorar el rendimiento en sprint. Mar-
kovic et al (2007) comparo un entrenamiento usando solo sprints y otro usando
solo entrenamiento pliométrico (drop jump y saltos horizontales) (3 días en
semana durante 10 semanas) los resultados mostraron una disminución en el
tiempo en un sprint de 20 metros, pero solo en el grupo que usó entrenamiento en
sprints la mejora fue estadísticamente significativa, con lo cual hemos de con-
cluir que son necesarios más estudios de este tipo para verificar los beneficios del
entrenamiento pliométrico sobre la aceleración.

Solé (2002) y Navarro (2008) establecen dos tipos de multisaltos para el


desarrollo de la aceleración:

- Saltos sobre distancias cortas: (con ambas piernas, con una pierna únicos,
triples, pentasaltos o decasaltos), el número de saltos por repetición se li-
mita a 10.
- Saltos sobre distancias largas: carrera de saltos, 30 m, 60 m, 100 m, se
trata de realizar la distancia en el menos número de saltos.
- Combinaciones en sesión de saltos cortos y largos.

9.5.4.4. Entrenamiento de la resistencia a la fuerza-velocidad.

El entrenamiento de la resistencia a la fuerza velocidad puede ser progra-


mado de dos formas, mediante entrenamiento interválico (12-24 x 15 seg. de
carrera/ 95% velocidad máxima, 15 seg recuperación activa) o entrenamiento
específico mediante formas reducidas de juego (juego reducido de balonmano
utilizando el mismo volumen, densidad de trabajo y tratando de conseguir la
intensidad de trabajo). Ambas formas son igualmente efectivas, tal y como
mostraron Buchheit et al. (2009) ya que no hubo diferencias significativas en
salto vertical, tiempo en 10 segundos, y tiempo realizado en entrenamiento un
interválico usando estos dos formas de organización de tareas.

9.5.5. Entrenamiento de la resistencia a la velocidad máxima.

Como se dijo anteriormente es la capacidad de resistir una bajada de velo-


cidad debida al cansancio producido por velocidades máximas de contracción en
movimientos cíclicos (Dare y Kearney, 1988; Grosser, 1992). Verkhoshansky y
Lazarev (1989) establecen que el primer paso es el desarrollo de la zona aeróbica
cercana al umbral anaeróbico, pero siempre por debajo de éste, este trabajo es

- 249 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

muy importante de cara a la adaptación a cargas de entrenamiento en deportes


intermitentes.

El entrenamiento de la resistencia a la velocidad se enfoca hacia los si-


guientes objetivos:

x Agotamiento de los depósitos de fosfatos para que aumente la capaci-


dad anaeróbica alactácida y en menor medida la lactácida, aunque
realmente los depósitos energéticos que se agotan son predominante-
mente el ATP y la fosfocreatina (PCr) como establece Gaitanos et al
(1993) en velocidad “pura”. Dare y Kearney (1988) hablan de resisten-
cia a la velocidad láctica en sprints largos que serían corredores de 200
y 400 m. en atletismo.
x Implicación de las fibras FT y diferenciación metabólica hacia las fi-
bras FTG.

Para el desarrollo por tanto de la resistencia a la velocidad máxima utili-


zamos el método de repeticiones corto o interválico intensivo corto.

9.5.5.1. Métodos de repeticiones con intervalos cortos.

Presentan las siguientes características:

La intensidad de carga de entrenamiento es de submáxima a máxima, en-


tre un 90-100% de la velocidad de competición. La Duración de la carga oscila
entre 20-30 segundos. La pausa para recuperarse entre estímulos es completa, de
unos 6-8 minutos, con una frecuencia cardiaca inferior a 100 para restaurar todos
los parámetros a su nivel inicial. El volumen de entrenamiento en este método es
de 6-8 repeticiones. En muy entrenados puede llegar a 10.

Este método produce los siguientes efectos a nivel fisiológico:

- Mejora de la vía energética anaeróbico-alactácida.


- Implicación de las fibras FT y producción rápida de ácido láctico.
- Incremento de los depósitos de fosfato.
- Ejecución de todos los mecanismos reguladores esenciales.

¿Para qué objetivos de entrenamiento utilizamos este método?:

1. Ampliación del área funcional de la resistencia de duración corta.


2. Persistencia frente a fuertes desgastes de fosfatos.

9.5.5.2. Método Interválico Intensivo Corto.

Presenta las siguientes características:

- 250 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

La Intensidad de carga de entrenamiento es entre un 90-95% de la velo-


cidad de competición. La Duración de la carga oscila entre 20-30 segundos.

La pausa para recuperarse entre estímulos es de 2-3 minutos, con una des-
canso entre series de 10-15 minutos.

El volumen de entrenamiento en este método es de 9-12 repeticiones, dis-


tribuidas en 3-4 repeticiones y 3-4 series, unos 25-35 minutos de trabajo efectivo
incluyendo descansos activos.

Este método produce los siguientes efectos a nivel fisiológico:

- Producción de lactato PLA.


- Tolerancia al lactato CLA.
- Hipertrofia cardiaca.
- Cierta capilarización.
- Implicación de las fibras FT.

Los objetivos son los siguientes:

x Aumento de la potencia anaeróbica láctica (producción de lactato).


x Aumento de la capacidad anaeróbica láctica (tolerancia de lactato).
x Aumento VO2 máximo (factor central).

De forma resumida mostramos las características de este método en la ta-


bla 9.10:

Du-
Meta Pausa Pausa Volu %
rac. Repe- Se- Velo- Lac-
Fi- Repe- Se- m. VO2 FC
Es- tic. ries cid tato
siol. tic. ries Total máx
fuerz.

90-
>8 190
PLA 20”- 95%
2’-3’ 10’- 25’- 100% trab trab
CLA 30’’ 3-4 3-4 com-
15’ 30’ 2 120
pet.
desc. des.

Tabla 9.10. Método Interválico Intensivo Corto.

Complementariamente se pueden utilizar otros métodos como carreras


cuesta arriba, carreras con lastres, sobre la arena cuya duración se encuentre entre
10” y 20”.

- 251 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

9.6. PROGRAMACIÓN DEL ENTRENAMIENTO DE LA VELOCIDAD.

9.6.1. Consideraciones generales en cuanto a la programación del entrena-


miento de la velocidad.

El entrenamiento de velocidad máxima ha de ubicarse en condiciones de


recuperación, por lo que debería tener lugar en los primeros tres días de un
microciclo.

El entrenamiento de resistencia de sprint, debe realizarse tanto a mediados


de semana, como en la segunda mitad, con recuperación incompleta.

Un trabajo de fuerza máxima breve pero intenso, realizado inmediatamen-


te antes del trabajo de velocidad, parece ejercer un influjo positivo sobre los
músculos (mayor disponibilidad de rendimiento neuromuscular). Se refiere por
tanto al concepto ya establecido previamente de potenciación postactivación
(Gossen y Sale, 2000; Gonzalez Ravé et al, 2009).

El efecto positivo de un trabajo de fuerza sobre el siguiente de velocidad


dura de 5 a 20 minutos. Por tanto, un bloque de fuerza breve pero intenso debería
preceder el trabajo de velocidad una o dos veces en la primera mitad del microci-
clo.

El principio de especificidad debe ser uno de los argumentos principales a


la hora de programar el entrenamiento de velocidad (Murray y Brown, 2006;
Kawamori y Newton, 2006; Markovic et al, 2007), las adaptaciones son más
específicas en tanto los ejercicios de entrenamiento se realizan próximos a la
velocidad de competición. Usando resistencias ligeras (<45% 1RM) que permi-
tan movimientos a gran velocidad se puede mejorar la velocidad específica ya
que tiene gran transferencia a los gestos competitivos, aunque este tipo de entre-
namientos mejoran la potencia muscular (Crewther, Cronin y Keogh, 2005). El
principio de especificidad afecta incluso al tipo de ejercicios a utilizar, Markovic
et al (2007) realizaron dos entrenamientos diferentes, uno de pliometría y otro
usando ejercicios de velocidad (desplazamientos de 10 a 40 metros) durante 11
semanas (3 sesiones semanales) los resultados muestran que no hay diferencias
significativas entre ambos tipos de trabajo en SJ, CMJ, Salto de longitud de
parado y sprint de 20 metros.

El entrenamiento específico de velocidad en ciclos cortos de 4 semanas (8


sesiones de entrenamiento usando Biodex ®) mejora la velocidad, sobre todo en
sujetos poco entrenados, estas ganancias se suelen deber a adaptaciones nerviosas
y no estructurales a dicho entrenamiento (Murray et al, 2007).

Algunos estudios indican que los efectos del entrenamiento de la veloci-


dad competitiva se alcanzan cuando previamente se ha desarrollado un trabajo
previo de fuerza y potencia muscular (McBride et al, 2002).

- 252 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Los programas programas no periodizados para el desarrollo de la veloci-


dad son más efectivos que los periodizados. Bloomfield et al. (2007) realizaron
dos programas de acondicionamiento físico diferentes, uno basado en un progra-
ma periodizado con ejercicios de velocidad, agilidad y rapidez, y otro aleatorio
realizando juegos modificados reducidos para la mejora de la velocidad y la
rapidez durante 7 semanas midiendo la aceleración con un test de 10 metros, los
resultados del estudio reflejan como un programa periodizado muestra disminu-
ción en el tiempo de aceleración respecto a un programa aleatorio, aunque en éste
último también se observan mejoras.

La periodización de la velocidad se establece en dos formas diferentes,


desde un punto de vista general la acentuación de cargas de cara a una periodiza-
ción correcta debe establecer un tránsito adecuado de la velocidad general a la
específica (figura 4.A). La articulación de la carga de velocidad básica y especí-
fica se basará en la orientación específica que otorgue los diferentes subfactores
de rendimiento (figura 4.B),

Figura 9.4. Modelo de periodización de la velocidad siguiendo un desarrollo de


cargas acentuadas (Navarro, 2008).

De modo específico, el tránsito de las cargas de velocidad generales a es-


pecíficas dependerá del objetivo principal de prestación deportiva que se va a
abordar. De tal manera que cuando el objetivo de la prestación deportiva se
centra en la resistencia a la velocidad, las cargas generales serán de velocidad
máxima con orientación a la potencia aláctica mientras que la transición a la
velocidad específica viene dada por las cargas de resistencia a la velocidad
máxima (figura 9.5).

- 253 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Figura 9.5. Modelo de periodización en deportes de resistencia velocidad


predominantes.

Cuando el objetivo principal de prestación deportiva es la velocidad


máxima, las cargas generales serán de resistencia a la velocidad con orientación a
la capacidad aláctica mientras que la transición a la velocidad específica viene
dada por las cargas de velocidad máxima (potencia aláctica) (figura 9.6).

Figura 9.6. Modelo de periodización en deportes de velocidad máxima


predominantes.

Por otra parte, el tratamiento de la programación del entrenamiento de la


resistencia a la fuerza-velocidad puede ser de dos formas como establece Bosco
(2000): clásica y simultánea.

Cuando se refiere al modelo clásico Bosco (2000) organiza los contenidos


del entrenamiento como una sucesión en la organización de las cargas de entre-
namiento tal y como muestra la figura 9.7:

- 254 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

MODELO CLÁSICO DE ENTRENAMIENTO DE


RESISTENCIA A LA FUERZA-VELOCIDAD
(Bosco, 2000)
)

RESISTENCIAALA
VELOCIDAD

VELOCIDADYEXPLOSIVIDAD

ENTRENAMIENTODELA
FUERZA

Figura 9.7. Modelo sucesivo de cargas de entrenamiento con orientación a la


mejora de la resistencia a la Fuerza-velocidad.

En cuanto al modelo de cargas simultaneas, las características de dicha or-


ganización establecen una concomitancia de éstas obteniendo un efecto óptimo
en el desarrollo de la resistencia a la fuerza explosiva, ya que esta se trabaja
durante todo el ciclo, de forma paralela a otros contenidos para obtener un efecto
residual mayor, tal y como muestra la figura 9.8:

MODELO CARGAS SIMULTÁNEAS PARA EL


DESARROLLO DE LA RESISTENCIA A LA
FUERZA-VELOCIDAD (Bosco, 2000)

Velocidad
Resistenciaalavelocidad.

Potencia
Resistenciaalavelocidad.
Entrenamientode Resistenciaala
fuerza. velocidad.

Figura 9.8. Modelo simultáneo de cargas de entrenamiento con orientación a la


mejora de la resistencia a la Fuerza-velocidad.

- 255 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

9.6.2. Modelo de periodización de velocidad con cargas concentradas.

Sin hacer un abordaje complejo del modelo, ya que posteriormente se tra-


tarán los distintos modelos de planificación en un tema específico, la propuesta
de Verkhoshansky (1996) en torno a la periodización de la velocidad la establece
a partir de su modelo de entrenamiento en bloques. Se este modelo divide la
temporada en 3 mesociclos (básico, especial y competitivo), La propuesta de
cargas concentradas en bloques supuso que el trabajo “especial” como lo deno-
mina (Verkhoshansky, 1996) se ampare en las siguientes premisas:

- El fin no solo es el desarrollo de la fuerza muscular sino el aumento


del potencial energético del cuerpo y de la capacidad para emplearlo
en condiciones específicas de competición.
- La mejora debe ser estructural abarcando todas las propiedades muscu-
lares (contráctiles, oxidativas y elásticas) que, según la especificidad
del deporte, favorecerán un aumento de fuerza máxima, explosiva o
resistencia de fuerza.

Aplicado a la organización de los macrociclos de Verkhoshansky, (1996)


se establece como la concentración de cargas de entrenamiento reducen los
parámetros funcionales de la capacidad de trabajo del deportista, lo que a su vez
impide la mejora de la técnica y la velocidad de movimiento. Pero es un fenóme-
no de carácter temporal ya que cuando éstas se reducen aparece el efecto retarda-
do del entrenamiento y a largo plazo produce un aumento de los parámetros
funcionales.

“Por consiguiente, las cargas concentradas de entrenamiento de prepara-


ción especial y las cargas dirigidas a mejorar la técnica o la velocidad de ejecu-
ción del ejercicio específico en competición, no se deben aplicar simultáneamen-
te...” (Verkhoshansky, 1996:132). Por otro lado en deportistas de élite es muy
conveniente usarlo, para conseguir aumentar más su rendimiento específico, ya
que cargas regulares no estimulan tanto a deportistas con años de entrenamiento
a sus espaldas.

El macrociclo de Verkhoshansky (1996) abarca tres fases independientes


(figura 9):

x Fase preparatoria: tiene como fin predominante el desarrollar, me-


diante una preparación física especial, el potencial motor del atleta, que
es prerrequisito para el trabajo preferente a la velocidad de ejecución
del ejercicio específico de competición.
x Fase especial: va dirigida a mejorar la capacidad del atleta para reali-
zar el ejercicio de competición a una velocidad alta (potencia) imitando
las condiciones (cargas) de competición.

- 256 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

x Fase de competición: el objetivo es conseguir la velocidad más alta po-


sible de ejecución del ejercicio de competición y de fortalecer las des-
trezas motoras del atleta.

Se trata de conseguir una preparación multifuncional del atleta, para poste-


riormente perfeccionarla, y finalmente modelarla a las condiciones de competi-
ción y obtener la máxima velocidad.

MACROCICLO DE VERKHOSHANSKY, (1996:135)

Trabajo Trabajo Competiciones.


Especial de Técnico y de
Record de
Fuerza. velocidad.
velocidad

Velocidad máxima alcanzada

Condición funcional del


Deportista.

Etapa Etapa Etapa


Base Especial Competición
Prof. Dr. José M González Ravé

Figura 9.9. Modelo de periodización basado en cargas concentradas para


velocidad pura.

9.6.3. Modelo de periodización tradicional americano.

Dintiman, Ward, y Tellez, (2001) proponen un modelo de 7 fases para el


desarrollo de la velocidad y la rapidez, en el que cada fase responde a un objetivo
de entrenamiento determinado, que va desde la primera cuya orientación es el
acondicionamiento básico a la última que es específica del trabajo de velocidad.

Estas fases provienen del modelo de periodización tradicional de Matve-


yev aplicado al entrenamiento de fuerza y establecido por Stone, O´Bryant y
Garhammer (1981) mediante la división del periodo preparatorio en tres fases
dentro del periodo preparatorio que delineó de forma más refinada las diferencias
existentes dentro de éste, dejando así un modelo de 4 mesociclos de 2-3 meses de
duración dependiendo del nivel deportivo del sujeto (figura 9.10).

- 257 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Supervelocidad
FASE 4. PICO

Técnica y resistencia a la
velocidad

Carga deportiva

FASE 3. FUERZA
Pliometría
POTENCIA

Entrenamiento balístico

Fuerza explosiva contra


elementos de elevada resistencia FASE 2. FUERZA

Entrenamiento Básico FASE 1. HIPERTROFIA

Figura 9.10. Fases del modelo tradicional de Dintiman, Ward, y Tellez, (2001) y
su analogía al modelo de Stone, O´Bryant y Garhammer (1981).

Las fases son las siguientes:

Fase 1: Entrenamiento básico. Desarrollo de la condición física general


y programas de control corporal, el objetivo es establecer una base sólida para
poder soportar cargas de trabajo posteriores. La fase 1 coincide con la fase de
adaptación funcional de Bompa (2001; 2004), la duración de esta fase podría
estar entre las 4 y las 12 semanas aunque para sujetos entrenados se reduce a 4-5
semanas.

Fase 2. Fuerza funcional y movimientos explosivos contra elementos


de elevada resistencia. Entrenamiento de la potencia máxima con cargas que
oscilan del 55 al 85% de su máxima intensidad (1RM). Esta fase tiene dos ciclos
bien diferenciados, uno de fuerza máxima y otro de fuerza explosiva. La primera
adapta el sistema neuromuscular a cargas pesadas, las variaciones en la intensi-
dad de carga van desde el 70-100% para un periodo de 6 a 12 semanas. Una vez
realizada esta fase empieza un ciclo de potencia, en el cual los beneficios de la
fuerza máxima serán la base para un desarrollo óptimo de la potencia o potencia-
resistencia, empleando intensidades de carga inferiores y los siguientes medios:
ejercicios de pliometria, lanzamientos de balón medicinal (Bompa, 2004), y
ejercicios con pesas libres y levantamientos olímpicos (Dintiman, Ward, y Te-
llez, 2001) dependiendo fundamentalmente del deporte al que se orienta la
preparación.

La máxima “trabaje rápido para ser rápido” es esencial en todos los depor-
tes. Generar potencia muscular debe hacerse desde la mejor y más óptima con-
centración física y mental.

- 258 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Fase 3. Entrenamiento balístico. Esta fase se centra sobre los movimien-


tos a alta velocidad de emisión y recepción. Una vez cumplida la fase de fuerza
“funcional” y potencia, utilizando medios que respondieran al contacto de un
implemento frenándolo para luego acelerarlo. Los medios como balones medici-
nales, o lastrados pera entrenamientos resistidos son la base de esta fase.
Fase 4. Pliometría. Trabajo pliométrico con saltos explosivos, rebotes, saltos
sobre el propio terreno, golpeos y lanzamientos. También denominado entrena-
miento “reactivo”, el uso del ciclo estiramiento-acortamiento. Desde una pers-
pectiva práctica, los ejercicios pliométricos se dividen en cinco grupos de inten-
sidad como muestra la tabla 9.11:

Nº de
Nº de los Nº de repeticio- Intervalo de
Tipo de Intensidad repeti-
valores de nes o de sesiones descanso
ejercicio del ejercicio ciones y
intensidad de entrenamiento entre series
series
Tensión de
choque saltos 8-5 x 10- 120-150
1 Máxima 8-10 min.
reactivos altos 20 (200)
(>60 cms)
Saltos desde
5-15 x 5-
2 alturas (>80- Muy alta 75-100 5-7 min.
15
120 cms)
Ejercicios de
saltos Submáxima 3-25 x 5-
3 50-250 3-5 min
-a 2 piernas 15
-a 1 pierna
Saltos reacti-
10-25 x
4 vos bajos (20- Moderada 150-250 3-5 min.
10-25
50 cms)
Saltos o
lanzamientos
de bajo impac-
10-13 x
5 to Baja 50-300 2-3 min.
10-15
-sobre el
terreno
-con aparatos
Tabla 9.11. Niveles de intensidad de los ejercicios según Bompa (2004).

El número de repeticiones y series indicado en la tabla es para deportistas


de alto nivel, por lo tanto no se deben aplicar a principiantes o deportistas con
una base insuficiente en los niveles de fuerza. La adaptación para la inclusión de
ejercicios de pliometria es de 2-4 años en adolescentes, esto implica el tiempo
necesario para aprender la técnica adecuada y permitir una adaptación anatómica
gradual. Bompa (2004) nos propone el siguiente modelo de progresión (tabla
9.12):

- 259 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Grupos de Formas de Medios de


Métodos Volumen Intensidad
edad entrenamiento entrenamiento
-ejercicios
ligeros de
-solo ejercicios resistencia
Noveles 12- -resistencia -bajo
generales. -muy baja -objetos ligeros
13 muscular -medio
-juegos -balón medici-
nal
-pelotas
-resistencia
-pesas
-de fuerza muscular
-cinta elástica
general. -introducir -bajo
Principiantes -baja -balones
-ejercicios ejercicios -medio
13-15 medicinales
pensados para pliométricos -alto
-circuitos de
pruebas de bajo
gimnasia
impacto
-culturismo
-
entrenamiento
-de fuerza en circuito
general. (resistencia -bajo -baja -todos los
Intermedio
-ejercicios muscular) -medio -media anteriores.
15-17
pensados para -potencia -alto -pesos libres
pruebas -ejercicios
pliométricos
de bajo
impacto
-culturismo
-resistencia
muscular
-potencia
-pesos libres
-fuerza
-pensado para -equipo espe-
máxima -medio
pruebas -media cial para
Alto >17 Ejercicios -alto
-específico de -alta desarrollar
pliométricos -máximo
fuerza fuerza o la
de bajo
potencia
impacto
-introducir
ejercicios de
gran impacto
-todo lo
anterior. -media
Alto rendi- -excéntrico. -como el -alta Como los
-específico
miento -pliométrico anterior -súper anteriores
de bajo y de máxima
gran impacto
Tabla 9.12. Desarrollo de la fuerza a largo plazo y evolución del entrenamiento
pliométrico.

- 260 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Fase 5. Carga deportiva. Se ocupa de la precisión de las cargas a alta ve-


locidad. La intensidad es del 80 al 100% de la velocidad máxima. Básicamente se
busca un desarrollo de la capacidad de aceleración mediante la adición sistemáti-
ca de peso al cuerpo (entrenamiento resistido), utilizando implementos tales
como chalecos, trineos, arneses, tobilleras lastradas, etc. El entrenamiento resis-
tido parece ser un medio más eficaz para el desarrollo de la velocidad de sprint
que el asistido, como así lo demostraron Girault et al (2006) con nadadores a los
que aplicaron un entrenamiento asistido y otro resistido, 3 días en semana duran-
te 3 semanas (con un régimen de trabajo de 6 días/semana de entrenamiento. El
primer grupo no mejoró la velocidad de nado, mientras que el segundo si mejoró
su velocidad significativamente.

Fase 6. Estilo de carrera y resistencia a la velocidad. Hace hincapié so-


bre la técnica de sprint y la mejora de la elevación del tiempo en que puede
mantener su velocidad.

Fase 7. Entrenamiento de supervelocidad. Implica la aplicación siste-


mática de la velocidad competitiva por encima de un 5-10% mediante diferentes
técnicas de entrenamiento de supervelocidad.

9.6.4. Organización de los contenidos en la sesión de entrenamiento.

Para generar transferencia positiva entre los diferentes contenidos de en-


trenamiento para lograr de esta forma una adaptación positiva al entrenamiento
de la velocidad, Bompa (2004) propone los siguientes modelos de sesión:

Modelo Nº1 Modelo Nº2 Modelo Nº3 Modelo Nº4


Calentamiento Calentamiento Calentamiento Calentamiento
Técnica Velocidad Técnica Técnica
Velocidad Pliometría Pliometría Pliometría
Pliometría Resistencia Resistencia Fuerza

Los ejercicios que conforman el centro de interés de la sesión de introdu-


cirán inmediatamente después del calentamiento, no es recomendable hacer un
trabajo de velocidad después de un trabajo de resistencia, ya que la fatiga inte-
rrumpe las contracciones a máxima velocidad.

9.7. EVALUACIÓN DE LA VELOCIDAD.

Sin pretender hacer un abordaje exhaustivo de la evaluación de la veloci-


dad, es necesario mostrar a los lectores un conocimiento básico de algunos test
de velocidad.

La evaluación la vamos a dividir en clasificar en función del lugar donde


la establezcamos, por lo que distinguiremos entre test de campo y test de labora-

- 261 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

torio, a su vez estableceremos una subclasificación en función de la manifesta-


ción de velocidad que valoremos.

9.7.1. Evaluaciones de campo.

La evaluación en campo suele realizarse mediante distancias de carrera


que permiten valorar cada manifestación específica, de este modo los tests de
carrera oscilan entre 20 y 60 metros, aunque no se descartan otro tipo de distan-
cias, por ejemplo si evaluamos la resistencia a la velocidad máxima. Por otra
parte, si pretendemos evaluar la velocidad de reacción se podría realizar sobre
una distancia de 10 metros, aunque distancia más cortas (5 metros) han sido
utilizadas por Sleivert y Taingahue, (2004). Si buscamos conocer la capacidad de
aceleración, distancias entre 20 (Balþinjnas et al, 2006) y 40 metros son las ade-
cuadas. Para el control de la velocidad máxima se suelen utilizar test de veloci-
dad lanzada de 30 metros o distancias de 50 y 60 metros. Estos test son los más
difundidos por la facilidad para su implementación. No obstante un test de 10
metros o un pentasalto es un predictor del rendimiento en 40 metros (Nesser et al,
1996) Dada la enorme variabilidad que se produce en el cronometraje manual, y
el avance que han supuesto las tecnologías e instrumentos para la medición de la
velocidad lineal, el uso de fotocélulas permite un control objetivo, válido y fiable
de las diferentes manifestaciones de la velocidad tal y como muestra la figura
9.11.

Figura 9.11. Fotocélulas situadas a 0 y 10 metros para el control de la


velocidad.

9.7.2. Evaluación en laboratorio.

La posibilidad de utilizar test de laboratorio para la prescripción del entre-


namiento de velocidad se realiza tratando de estudiar las variables vinculadas al
rendimiento de los deportistas en este ámbito (Smith et al. 2007).

- 262 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Los tests de salto ofrecen medidas en relación a diferentes manifestaciones de


fuerza y su relación con alguna de las manifestaciones de velocidad. Aunque en
deportes como natación la evaluación del SJ, CMJ y Abalakov en especialidades
de velocidad guarda una relación baja (Cronin et al, 1997). Los test de saltos más
habituales son:

9 Altura máxima de salto sin contramovimiento (SJ), para valorar la fuer-


za explosiva, la capacidad de reclutamiento y la utilización de las fibras
FT. (Cronin et al, 2007; Balþinjnas et al, 2006).
9 SJ con cargas: equivalentes al 30% de 1 RM, 60% de 1 RM y una carga
equivalente a 1 RM para valorar la fuerza explosiva (Moir et al, 2005).
9 Altura máxima de salto con contramovimiento (CMJ) para medir la
fuerza elástico-explosiva, mediante la utilización del ciclo estiramiento-
acortamiento, expresión del porcentaje de FT y coordinación intra e in-
termuscular. (Cronin et al, 2007; Balþinjnas et al, 2006
9 Altura máxima en el Drop Jump, para valorar la fuerza explosivo-
reactivo-balística gracias a la elasticidad muscular, el comportamiento
viscoelástico, el reflejo miotático y el comportamiento de los órganos
tendinosos de Golgi.
9 CMJ continuo durante 15 segundos, para medir la resistencia a la fuerza
rápida.

Otros instrumentos de valoración de la potencia en el laboratorio son el


wingate test tanto de piernas como de brazos (Smith et al, 2007), en los que se
utiliza un cicloergómetro y el sujeto pedalea o lo mueven con los brazos contra
una resistencia conocida o proporcional a su peso corporal (Solé, 2002). Se mide
el trabajo mecánico y la potencia desarrollada.

- 263 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

10. LA PLANIFICACIÓN DEL ENTRENAMIENTO


DE LA FUERZA.

10.1. INTRODUCCIÓN

Si hay una verdadera disparidad de criterios entre los entrenadores a la


hora de programar la mejora de un aspecto condicional, éste lo es con el caso del
entrenamiento de la fuerza; aún más si lo que se discute es el momento idóneo de
aplicación y de la intensidad de los estímulos a los que se debe someter un depor-
tista dado.

Es evidente que sobre la fuerza giran las demás variables condicionantes,


y también es obvio que sobre ella gira el rendimiento en muchos deportes. Se es
hábil si se aplica la fuerza con la intensidad adecuada y en el momento preciso,
se es explosivo si se logra mejorar la razón matemática resultante entre la fuerza
aplicada y el tiempo que tarda en aplicarse, se es resistente, si se es capaz de
mantener los niveles de fuerza durante el tiempo que dura una determinada
prueba, y por último se es fuerte si se es capaz de movilizar la mayor resistencia.

A principios de los años setenta y coincidiendo con la celebración de los


Juegos Olímpicos celebrados en Munich en 1972, los entrenadores de muchos
deportes empezaron a trabajar, a veces de forma desmedida, la fuerza muscular
de sus atletas; el objetivo: “crear atletas que fueran más fuertes…”. No importaba
el tipo de disciplina que realizase, el deportista tenía que estar “sobrado” de
fuerza. Así lo entendían entrenadores afamados como Shiggel, Obadov, Linter-
maier etc… entrenadores que tenían la responsabilidad de los atletas de élite de la
antigua Alemania del Este, URSS o Alemania occidental por citar algunos. En
aquellos lejanos Juegos Olímpicos se vio por primera vez a atletas de velocidad
tremendamente musculados, como el campeón de 100m, el ruso Voronin, que
destronó a los sempiternos campeones americanos. El ruso sorprendió por su
morfología, poco clásica para un corredor de velocidad. Empezó la era del hiper-
trofismo deportivo, no del culturismo ya por aquella época en boga, y gran
cantidad de entrenadores de distintos deportes compartían las mismas rutinas de
trabajo para sus atletas, sin importarles en demasía las características propias de
su especialidad. A mediados de los setenta y principios de los ochenta era difícil
distinguir morfológicamente a un atleta de un deporte con otro de otra especiali-
dad distinta, la mayoría tenía la misma exteriorización muscular.

Evidentemente, esto fue reflejo de entrenar en muchos deportes con una


metodología similar, aun sabiendo que las características de cada uno de los
deportes eran totalmente diferentes. Muchos de aquellos entrenadores tenían en
el llamado “sistema de halterofilia” y en el también popularmente llamado “sis-
tema de body building” sus patrones de referencia para el entrenamiento de la
fuerza muscular.

- 265 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Los primeros años de la década de los ochenta se caracterizaron por un es-


tudio algo más científico de la metodología del entrenamiento de la fuerza, tanto
en lo que concierne a los sistemas de entrenamientos como a su periodización,
pero no es hasta la segunda mitad de dicha década cuando los cuerpos de los
deportistas se vuelven a identificar con el deporte practicado.

Es a partir del inicio de la década de los noventa (también los últimos años
de los ochenta) cuando el estudio de la ciencia del deporte (investigado más
desde la perspectiva del rendimiento deportivo y menos desde perspectivas más
analíticas como la medicina o la física como hasta entonces) se multiplica en
cantidad y calidad. Por un lado el aumento del número de investigaciones lleva-
das a cabo en centros de alto rendimiento así como en instituciones universita-
rias, dirigidas por entrenadores de cualificación académica, supuso una mejora
sustancial en la calidad de los estudios; por otro lado el aumento de las patentes
de invención en sistemas de evaluación y entrenamiento aceleró el conocimiento
del comportamiento muscular y de otros sistemas funcionales llevándolos a
niveles antes no alcanzados. Como muestra la revolución habida en la evaluación
de la fuerza tras la salida a escena del sistema Isocontrol en España en el año
1996, que era capaz de escanear por primera vez a 1Khz de manera digital.
(JLML I+D, Madrid)

En la actualidad, cualquier entrenador que se precie, conoce profundamen-


te las características de su deporte, así como el tipo de manifestación de la fuerza
que precisa poner a punto a sus atletas para asegurar el éxito individual, y que
contribuya, si a un deporte colectivo pertenece, al éxito de su equipo. Afirmando
que la mayoría de los entrenadores conoce a fondo los pormenores de su deporte
de referencia, también se puede afirmar que muchos de ellos programan los
entrenamientos para la mejora de la fuerza sin conocer los objetivos de rendi-
miento muscular propios de las acciones o actos determinantes de su especialidad
y obviando también en ocasiones el contexto donde se precisa manifestar esa
óptima cadena de contracciones que realizadas en la forma y tiempo adecuados
nos permitan realizar con éxito los gestos deportivos a lo largo de todo el tiempo
de competición, ya sean 200 o 300ms como en el caso de la halterofilia como
seis horas en una etapa ciclista.

Estas variables de forma y fondo son las que debe optimizar una progra-
mación correctamente diseñada y sabiamente llevada a cabo, en las que se debe
tener en cuenta la asociación del entrenamiento técnico-táctico del deporte de
referencia con las sesiones de mejora de la fuerza muscular.

En este capítulo vamos a tratar sobre los diferentes tipos de planificación


del entrenamiento de la fuerza según las características propias de cada deporte.

- 266 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

LA PLANIFICACIÓN.- “Una planificación es un intento de reflexión


que tiene como objetivo ajustar las adaptaciones de las cargas con mayor peso
específico, con el momento de la temporada o ciclo donde el deportista debe
manifestar todo su potencial competitivo” (García, 2001)

10.2 ASPECTOS A TENER EN CUENTA A LA HORA DE REALIZAR


UN PROGRAMA PARA EL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA.-

Un programa nunca debe ser una unidad invariable de trabajo, sino muy al
contrario, cada programa debe estar relacionado con la evaluación del ciclo
anterior y los objetivos y sub-objetivos del siguiente, todo ello en el marco de un
pensamiento macroestructural.

Así mismo cuando planteamos un ciclo de entrenamiento de la fuerza


muscular, tenemos que tener en cuenta que ningún programa tiene un carácter
universal, esto es, que lo que hemos leído que han hecho otros entrenadores con
sus equipos, no asegura el mismo efecto en otro grupo deportivo y que precisa-
mente está, en el conocimiento de éste, la clave para diseñar de manera óptima la
dualidad de carga-recuperación, necesaria para el progreso condicional.

En el momento de programar un entrenamiento de la fuerza en cualquier de-


porte debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

1. Que la intensidad de las sesiones de entrenamiento técnico-táctico asocia-


do a un programa para el entrenamiento de la fuerza puede variar la orien-
tación de este si no se tiene en cuenta el sumatorio de las cargas aplicadas.
2. Que no todos los deportistas tienen las mismas necesidades de carga aun-
que el objetivo a satisfacer sea el mismo
3. Que no todos los deportistas tienen los mismos tiempos de adaptación.
4. Y por último que no todos los deportistas son capaces de resistir las mis-
mas intensidades, aunque estén en el mismo grupo deportivo.

Estos principios de Especificidad, Individualidad y Adecuación son válidos


para cualquier tipo de programa de entrenamiento.

10.3. ASPECTOS RELATIVOS A LA CARGA DE ENTRENAMIENTO.-

La carga de entrenamiento para la mejora de la fuerza debe estar compro-


metida con la conceptualización del entrenamiento integral dentro del deporte de
referencia.

No se tienen las mismas necesidades de fuerza en un deporte individual


como puede ser el judo que en un deporte colectivo como pudiera ser el fútbol.
Tampoco el tipo de manifestación de fuerza específica es el mismo, tampoco el
tipo de actividad muscular.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

La carga o intensidad, muchas veces erróneamente expresada como la


magnitud de la misma en relación al 1RM, puede variar en deportistas de un
mismo grupo deportivo en el logro de un objetivo común, en el momento en que
sus condiciones iniciales o su experiencia en el entrenamiento con cargas, difiera.
El concepto de “carga óptima” ha de vincularse al cumplimiento de los objetivos
de rendimiento y será así en el entrenamiento de la fuerza mientras éste muestre
un efecto positivo en dicha competencia. Si el aumento o disminución de una
determinada carga no estuviera relacionada con el aumento del rendimiento
dentro del deporte de referencia, esa carga habría que definirla de negativa o al
menos de ineficaz y sustituirla o complementarla lo más pronto posible.

El mejoramiento de la fuerza de carácter competitivo (FCC) está supedita-


da a la velocidad con que se ha de desplazar la resistencia en el contexto de la
competición, así como de la velocidad de manifestación de la misma (producción
de fuerza). La elección de la intensidad del entrenamiento debe estar ligada por lo
tanto a la velocidad con que se aplica una fuerza dada en dicho contexto. En
términos de evaluación-entrenamiento, la intensidad debe buscar el mejoramien-
to de la integral de la curva de fuerza y potencia limitado por el tiempo de aplica-
ción óptimo (ver figura 10.1 y 10.2).

Fig. 10.1. Curva pormenorizada de Potencia.


Eje de ordenadas muestras vatios. Eje de abscisas milisegundos.

La integral a la que hacemos referencia es el área comprendida entre el eje


de ordenadas delimitado por la curva de potencia, el eje de abscisas que muestra
los milisegundos (ms) y la línea vertical que va desde el punto más alto de la
curva de potencia hasta la vertical del eje de abscisas. Esta línea muestra el valor
de la potencia máxima y el tiempo necesario para su aplicación.

- 268 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

La intensidad de las repeticiones de cada serie tendrá como objetivo el


aumento de dicho área sin que el tiempo de aplicación sea mayor. El control y
posterior evaluación pormenorizada de los resultados nos indicará la orientación
de la siguiente propuesta de entrenamiento.

En la figura nº2, se muestra la curva de fuerza-tiempo pormenorizada de la


repetición correspondiente al 1RM del este deportista en el ejercicio de press de
banco.

Fig. 10.2. Curva pormenorizada de fuerza con el 1RM.


Eje de ordenadas muestras vatios. Eje de abscisas milisegundos.

Cuando nos planteamos realizar una programación para el entrenamiento


de la fuerza, una de las cuestiones básicas que aparece es: conocer cuánto tiempo
necesito dedicar para la mejora de los componentes de fuerza de mi deporte en
cada ciclo de entrenamiento. Como respuesta podemos afirmar que varias son las
variables que hacen que este tiempo pueda ser muy diferente entre un deporte y
otro; el tipo de manifestación de fuerza específica, el número de competiciones o
la capacidad del sujeto para afrontar los estados de fatiga, pueden ser algunas de
estas variables, sin embargo, y como veremos después, para alcanzar una mejora
estable de las adaptaciones agudas conseguidas es necesario un mínimo de sema-
nas de trabajo orientado hacia dicha manifestación, como también es necesario
no sobrepasar otro número de semanas con ese trabajo, ya que los efectos podrí-
an no sólo estancarse sino reducirse.

No es lo mismo entrenar para la mejora de la resistencia a la fuerza, que


puede incluir hasta 10 sesiones semanales para ello, que la necesidad de mejora-
miento de la fuerza explosiva con resistencias altas, que difícilmente podrían
repetirse 3 ó 4 veces en el mismo tiempo.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

De la misma manera el calendario de competiciones puede suponer un


hándicap en el proceso de mejora, ya que éste supedita varias sesiones de activa-
ción y recuperación que en ocasiones nos impide el correcto devenir de la pro-
gresión. Por último la capacidad del deportista de cumplir con la intensidad fijada
debido a su capacidad agónica en el entrenamiento, que puede ver afectada su
respuesta frente a la fatiga, ya sea física o en algunos casos psicológica, y que
subordina la frecuencia de las sesiones para la mejora de esta cualidad.

10.4. ASPECTOS RELATIVOS A LA PERIODIZACIÓN DE LOS


CICLOS

El tiempo útil dedicado al entrenamiento directo de cada manifestación de


fuerza y, por tanto, a su metodología específica, es distinto a la hora de entrenar
una u otra. Teniendo en cuenta el margen de variabilidad que pueden provocar
los factores enumerados anteriormente, podemos estimar que, dentro de un ciclo
de trabajo, los tiempos eficaces de entrenamiento para sujetos medianamente o
muy entrenados serían los siguientes:

1. Para mejorar la fuerza máxima con intensidades del 70-80% o carácter del
esfuerzo equivalente: 3-8 semanas (mínimo 3 semanas, máximo 8 sema-
nas)
2. Para mejorar la fuerza máxima con intensidades del 80-85% o carácter del
esfuerzo equivalente: 2-4 semanas (mínimo 2 semanas y máximo 4 sema-
nas por ciclo)
3. Para la mejora de la fuerza máxima vía neuronal y fuerza explosiva con
intensidades del 85 al 100% o carácter del esfuerzo equivalente: de 2 a 5
semanas
4. Para la mejora de la fuerza explosiva con cargas inferiores al 80% no exis-
te tiempos máximos ya que este tipo de entrenamiento puede estar presen-
te casi siempre, ya que intensidades inferiores al 80% se emplean durante
casi todo el ciclo. El efecto sobre la producción de fuerza o fuerza explo-
siva relativa de las cargas inferiores al 80% 1RM dependerá de que cada
repetición se realice a la máxima velocidad posible o no.

Cuando hablamos del margen de tiempo útil de los distintos porcentajes,


nos referimos al tiempo mínimo de entrenamiento necesario para que se produzca
un efecto positivo (límite inferior del margen de tiempo útil), y al momento en el
que el organismo ya no soportaría adecuadamente el mismo tipo de estímulo
(tiempo superior del margen). Si no alcanzamos el tiempo mínimo o superamos
el máximo, el efecto tenderá a ser pequeño, nulo o negativo, produciéndose un
retroceso.

- 270 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

10.5. CICLOS, FASES Y PERIODOS

Las estructuras del entrenamiento se componen de distintos ciclos de tra-


bajo que tienen como objetivo alcanzar los resultados previstos en ellos. Estos
ciclos suelen subdividirse en fases, que lo que hacen es dividir los distintos
objetivos a conseguir en un ciclo en distintas partes de trabajo con el fin de
asegurar el resultado final y estos a la vez se fragmentan en meso y micro estruc-
turas que nos permiten modelar las sesiones de entrenamiento y facilitar el pro-
greso de mejora.

En términos de planificación del entrenamiento se suelen contemplar dife-


rentes niveles estructurales en un macrociclo (ciclo grande de entrenamiento con
un objetivo prioritario), que suelen hacer referencia a la denominación de nive-
les: básico, específico y competitivo. Dependiendo del tipo de estructura elegida
y del tipo de carga utilizada (regular, acentuada o concentrada) estas fases tienen
denominaciones distintas, por ejemplo: la fase básica de entrenamiento en una
planificación de tipo convencional se denomina “etapa general del periodo
preparatorio”, sin embargo si la estructura es contemporánea se denominará
“mesociclo de acumulación”.

Las distintas fases de entrenamiento de la fuerza coinciden con las posibi-


lidades de mejora de las distintas manifestaciones de la fuerza.

1ª Fase:
- Objetivo: Mejora de la resistencia a la fuerza.
- Objetivo ecológico: Mantener durante todo el tiempo de competición una
alta posibilidad de manifestar la fuerza de carácter específico
- Objetivo del entrenamiento: Soportar las distintas cargas de trabajo y favo-
recer su adaptación. Así mismo preparar a la musculatura, tendones y liga-
mentos para tolerar cargas superiores en los siguientes ciclos.
- Entrenamiento: Cargas inferiores al 70%1RM (según deporte del 40-70%)
repetidas no menos de 12-15 repeticiones/serie, con un carácter del esfuerzo
medio a alto.
- Duración: 3-4 semanas

2ª Fase:
- Objetivo: Mejora de la fuerza máxima. Vía hipertrófica.
- Objetivo ecológico: Disponer de un mayor arsenal de fuerza que pueda ser
utilizada en el caso de una oposición elevada durante el transcurso de la
competición.
- Objetivo de entrenamiento: Mejorar la estructura interna del músculo que
nos permita manejar de manera más económica la resistencia.
- Entrenamiento: Con cargas que oscilan entre el 70 y el 85% del 1RM. Son
comunes las propuestas de repeticiones/serie de 6x10RM y de 8x10RM
básicamente
- Duración: 4-6 semanas

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

3ª Fase:
- Objetivo: Mejora de la fuerza máxima (vía neuronal) y de la fuerza explosi-
va
- Objetivo ecológico: Mejorar la capacidad acelerativa lo que va a repercutir
en una manifestación de la fuerza adquirida en menos tiempo. Predispone a
la coordinación fuerza-gesto técnico.
- Objetivo de entrenamiento: Posibilitar alcanzar la fuerza máxima relativa a
la resistencia movilizada en menos tiempo. Es un paso previo a la mejora de
la potencia y de la velocidad gestual.
- Entrenamiento: Con cargas entre el 85%-100% del 1RM. Menor número de
repeticiones por serie. Son comunes las propuestas de entrenamiento de 4x
6RM o de 2x3RM.
- Duración: 3-4 semanas

4ª Fase:
- Objetivo: Mejorar la potencia máxima. Mantener los niveles alcanzados de
fuerza máxima y fuerza explosiva.
- Objetivo ecológico: Optimizar el gesto técnico deportivo a través de la
transferencia de los niveles de fuerza adquiridos.
- Objetivo de entrenamiento: Adecuar los componentes de fuerza y velocidad
en el contexto técnico. Favorecer la desaparición de incertidumbre gestual.
- Entrenamiento: Con cargas donde se manifieste la máxima potencia (±15%,
García y Calvo 2007)
- Duración: 3-4 semanas

Esta 4ª fase puede tener uno o dos ciclos (periodos) dependiendo del grado
de dificultad técnica de la gestoforma específica de cada deporte. En depor-
tes complejos, el segundo ciclo tendría como objetivo fundamental la ade-
cuación condicional del gesto técnico; el nivel de carga proveniente del en-
trenamiento específico de la fuerza sería menor, posibilitando así un mayor
acercamiento al óptimo desarrollo gestual.

5ª Fase:
- Objetivo: Recuperación
- Objetivo ecológico: Buscar adaptaciones subagudas que permitan convertir-
se en estables tras una correcta sistemática del entrenamiento.
- Objetivos del entrenamiento: Dar descanso a la musculatura del deportista y
a su psique también para prepararlo para el siguiente ciclo.
- Entrenamiento: Descenso acusado del entrenamiento de la fuerza e incluso
desaparición del mismo.
- Duración: Entre 2 y 4 semanas.

10.6. METODOLOGÍA MICROESTRUCTURAL

Estas fases están divididas en pequeños ciclos de entrenamiento (microci-


clos) que favorecen el control y el seguimiento de los resultados. A la hora de la

- 272 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

construcción de estos microciclos, el entrenador dispone de distintas propuestas


de entrenamiento que según cuál se elija, la estructura se dispondrá de una mane-
ra u otra.

Diversas son las formas de diseñar las sesiones de entrenamiento. Aunque


de ellas se ha hablado en el capítulo dedicado a la fuerza, quisiera darles aquí un
enfoque más metodológico para entender su disposición dentro del microciclo.

Las unidades de trabajo del microciclo son las sesiones. Cuando hablamos
de periodización microcíclica tenemos que conocer los tipos de programación de
cargas para el entrenamiento de fuerza más usados. Aunque son muchas las
variaciones de las mismas, debido básicamente a las necesidades de mejora de
cada tipo de manifestación y su necesidad porcentual en el contexto integral del
proceso de entrenamiento, vamos a definir las tres principales formas de diseñar
dichos ciclos:

El modelo más antiguo de programación con cargas, lo representa el del


aumento de la intensidad de manera progresiva con un volumen estable durante
todo el ciclo. Fue el sistema más utilizado en los años ochenta y aun hoy en día
se sigue utilizando con frecuencia cuando lo que se busca es un aumento de la
intensidad global del ciclo. Es muy utilizado por deportistas que buscan mejorar
la fuerza máxima vía hipertrófica renovando la estructura del sistema periférico
muscular.

Se realiza de manera que no se modifican ni las series ni las repeticiones,


lo que se modifica es el peso con el que se realiza. Por ejemplo el diseño estable-
cido puede ser: Realizar 3 x 10 x 10RM.

Ni las series (3), ni la intensidad 10RM se modifica. Cuando el deportista


es capaz de realizar más de 10 repeticiones, lo que cambia es el peso, pero tanto
las series como las repeticiones como la intensidad relativa permanecen estables.

La forma de programación clásica de periodización del entrenamiento de


la fuerza la representa la que incide sobre un aumento de la intensidad de manera
progresiva, al cual le corresponde una reducción del volumen (+I-V).

Vamos a ver algunos ejemplos de este tipo de programación de la sesión:

Ejemplo 1.

Entrenamiento para la mejora de la fuerza máxima vía hipertrófica (2ª fase)


Duración 3 semanas. Sesiones 9.

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SESIÓN PROPUESTA DE VOLUMEN REP/ EJERCICIO


Nº ENTRENAMIENTO

1ª 5 X 6 X 10RM 30
2ª 5 X 6 X 10RM 30
3ª 4 X 7 X 10RM 28
4ª 4 X 7 X 10RM 28
5ª 3 X 8 X 10RM 24
6ª 3 X 8 X 10RM 24
7ª 3 X 6 X 8 RM 18
8ª 3 X 6 X 8RM 18
9ª 4 X 6 X 10RM 24

Como se observa en este ejemplo, el volumen va descendiendo cada


semana y la intensidad relativa va en aumento. El aumento de la intensidad no es
acusado como tampoco el descenso del volumen. Este tipo de trabajo se suele
realizar en deportistas con menos experiencia en el entrenamiento con carga que
persiguen un aumento de la fuerza máxima sin que la carga pueda repercutir
negativamente en las sesiones de entrenamiento de carácter más específico.

Dentro de la fase o de un mesociclo de desarrollo, este tipo de entrena-


miento estaría ubicado en la primera parte del mismo

Ejemplo 2.

Objetivo: Mejora de la fuerza máxima.


Duración 3 semanas. Sesiones 9

SESIÓN PROPUESTA DE VOLUMEN REP/ EJERCICIO


Nº ENTRENAMIENTO

1ª 3 X 6 X 10RM 18
2ª 3 X 6 X 10RM 18
3ª 2 X 6 X 8RM 12
4ª 2 X 6 X 8RM 12
5ª 2 X 6 X 6RM 12
6ª 2 X 6 X 6RM 12
7ª 2 X 5 X 5RM 10
8ª 2 X 5 X 5RM 10
9ª 2 X 2 X 3RM 4

En este ejemplo se observa un incremento mucho mayor de la intensidad y


también un descenso más acentuado del volumen. Este tipo de entrenamiento
cuyo objetivo persigue la mejora de la fuerza máxima vía periférica y vía neuro-
nal está más indicado para deportistas con una mayor experiencia en el entrena-
miento con cargas, capaces en un ciclo de tres semanas de pasar de trabajar con
magnitudes de aproximadamente el 70% a magnitudes cercanas al 90% del 1RM.

- 274 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Este tipo de entrenamiento es usado con frecuencia en deportes donde las mani-
festaciones de carácter explosivo ante resistencias altas son una característica
propia del perfil de la especialidad, y que requieren de un trabajo mixto para no
producir interferencias en el proceso de convergencia entre la mejora condicional
y el perfeccionamiento técnico competitivo.

Otro sistema de programación es el de cargas ondulatorias.

Se caracteriza por un aumento de la intensidad e igual que el anterior de


una reducción del volumen. La variación entre las dos formas de diseño radica en
que en determinados momentos de la fase, sobre todo cuando las intensidades
empiezan a ser altas, se introducen descensos de la intensidad, con el objetivo,
por un lado de favorecer las adaptaciones agudas del microciclo anterior y por
otro el servir de recuperación para poder aumentar la intensidad en el microciclo
siguiente. A continuación vamos a poner un ejemplo de este sistema metodológi-
co, expresado esta vez en magnitud de carga relativa al 1RM.

Objetivo: Mejora de la Fuerza máxima


Duración: 4 semanas. Sesiones: 12

SESIÓN PROPUESTA DE VOLUMEN REP/ EJERCICIO


Nº ENTRENAMIENTO

1ª 3 X 10 X 70%1RM 30
2ª 3 X 8 X 75%1RM 24
3ª 3 X 8 X 75%1RM 24
4ª 3 X 6 X 80%1RM 18
5ª 3 X 8 X 70%1RM 24
6ª 3 X 6 X 80%1RM 18
7ª 3 X 6 X 80%1RM 18
8ª 3 X 4 X 85%1RM 12
9ª 2 X 8 X 70%1RM 16
10ª 3 X 6 X 80%1RM 18
11ª 3 X 4 X 85%1RM 12
12ª 2 X 8 X 70%1RM 16

Este tipo de propuestas de entrenamiento intenta no incidir de manera pro-


gresiva sobre las capacidades adaptativas, permitiendo recuperar lo necesario
para alcanzar en forma de bloques una intensidad más alta. Su utilización es
común cuando las otras sesiones de entrenamiento tienen también una carga alta.

Los microciclos diseñados con cargas ondulatorias responden a especiali-


dades con altas exigencias adaptativas y que precisan de un cuidadoso diseño
estructural. Son comunes en pretemporada en los deportes colectivos (con el
empleo de cargas medias) y también en deportes con altas necesidades de fuerza

- 275 -
J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

explosiva durante el nivel específico de entrenamiento (con empleo de cargas


altas y máximas).

Cuanto mayor son las cargas, la ondulación puede ser más acusada.

Dentro de la metodología de una sesión, también se contemplan las cargas


ondulatorias. Trabajos con sistemas de contraste, entrenamiento búlgaro de
Abadjiev etc… utilizan este tipo de metodología.

Distintos estudios han tratado de conocer cuál de los tres tipos de sistemas
de aplicación de las cargas es el que mejor resultado propicia. Es evidente que
cada uno tiene sus peculiaridades y básicamente el escoger uno u otro va a de-
pender del tipo de deporte de referencia y de la orientación de las cargas de las
sesiones principales de entrenamiento. No es igual cuando las sesiones principa-
les del microciclo son las que persiguen mejorar la fuerza, que cuando éstas son
de tipo complementario, tampoco cuando los ejercicios para la mejora de la
fuerza están incluidos en una sesión compleja o selectiva.

Baker (1994), Herrick y Stone (1996) Bradley y Popovich (2001) y otros


no encontraron diferencias cuando aplicaron los tres modelos metodológicos a
sus muestras, sin embargo Garcia (2004) en un trabajo con expertos y novatos en
judo sí encontró diferencias significativas en su muestra de judokas de alto
rendimiento (n=80), en el que el modelo ondulatorio ofrecía mejores resultados
que los progresivos. Hay que decir que la muestra la constituían judokas expertos
y novatos pero en el contexto del alto rendimiento, lo que hacía que los judokas
menos expertos tenían al menos 5 años de entrenamiento con cargas altas.

Hay que señalar que el aumento de la intensidad de las cargas y la reduc-


ción del volumen en periodos cortos (12-16 semanas) mejoran más rápidamente
la fuerza máxima que cuando se estabiliza la intensidad relativa y el volumen y
se incrementa la intensidad global. Esta forma de distribución, sin embargo,
parece más apropiada para la mejora de la resistencia a la fuerza y cuando se
dispone de un mayor número de semanas para alcanzar los objetivos. También
parece acertado pensar que cuanto más expertos son los deportistas en el manejo
de las cargas, o tienen mayor capacidad adaptativa agotada, la utilización de la
metodología ondulatoria procura mayores ganancias de fuerza y posibilita el
progreso aún en deportistas sumidos en una meseta de estancamiento, tanto
estacional como hipoadaptativa.

En definitiva podemos afirmar que los tres modelos son útiles y que su uti-
lización se va a deber más a las posibilidades de su estructuración microcíclica y
al tiempo disponible para alcanzar los objetivos de fuerza propuestos, que a su
propia capacidad de mejora per se.

- 276 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

10.7. EJEMPLOS DE PERIODIZACIÓN MICROCÍCLICA DEL


ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA EN DIFERENTES
DEPORTES.

Como se ha dicho con anterioridad, una variable modificadora de la es-


tructura microcíclica en el entrenamiento de la mejora de la fuerza es la existen-
cia o no de una competición (partido) al final de dicho microciclo, por ello los
deportes que deben competir cada semana, o incluso dos veces por semana, les
resulta más complicado poder programar ciclos completos para la mejora de esta
capacidad. En estos casos la propia competición y los entrenamientos concurren-
tes apoyados en sesiones de tipo complejo pueden ser la solución.

Otro caso son los deportes de temporada, donde el deportista debe mani-
festar todo su potencial competitivo en un espacio de tiempo relativamente corto
(periodo de competiciones) que puede oscilar entre 20 y 60 días.

Otra variable modificadora es la importancia que tiene la fuerza en el con-


texto global de la especialidad deportiva.

En el intento de aclarar estas microestructuras, vamos a organizar algunos


deportes en relación a la importancia que tiene la fuerza máxima en el rendimien-
to de los mismos y vamos a ver cómo se estructurarían las fases y los ciclos de
entrenamiento de los mismos.

Lo vamos a hacer dividiéndolos en tres niveles:

1. Aquellos donde las necesidades de fuerza son altas


2. Aquellos donde las necesidades de fuerza son medias
3. Aquellos donde las necesidades de fuerza son pequeñas.

En el primer grupo podríamos incluir a deportes como la halterofilia, el


judo, la lucha (tanto grecorromana como libre olímpica), la gimnasia deportiva,
el piragüismo etc. como se observa, ninguno de estos deportes son especialidades
en las que se tenga que competir todas las semanas del año.

Este tipo de deportes se ajustan al esquema propuesto en página 6 del pre-


sente documento, donde pasarían por todas las fases de preparación hasta la
adquisición de la fuerza óptima específica.

La primera fase de mejora de la resistencia a la fuerza, en una planifica-


ción de tipo convencional, estaría ubicada en el mesociclo introductorio del nivel
básico del programa (etapa general del periodo preparatorio). Su duración sería
de tres o cuatro semanas y se completaría la estructura microcíclica con trabajos
de resistencia aeróbica, de movilidad articular y de aprendizaje y mejoramiento
de la técnica. Un microciclo, ejemplo de esta estructura, puede ser tomado del
proyecto de la Federación Portuguesa de Judo con objetivo de campeonato de
Europa absoluto de 2008, donde finalmente consiguieron cinco medallas.

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Ver figura 10.3.

SEPTIEMBRE
PERIODO PREPARATORIO. ETAPA GENERAL
MESOCICLO DE INTRODUCTORIO

1ª SEM. 29/8 30/8 31/8 1 2 3 4

1ª SES R. AER/2 R.F./2 R.AER/2 R.F./2

2ª SES TECN/2 TECN/2 TECN/3 TECN/3 C.A.18

CARGA 4 4 3 5 2 2

2ª SEM. 5 6 7 8 9 10 11

1ª SES R.AER/3 R.F/3 FLEXIB. R.AER/3 R.F/3

2ª SES TECN/2 TECN/2 TECN/3 TECN/2 TECN/2 C.A. 25

CARGA 5 5 4 5 5 3

Fig. 10.3. Microciclos de carga. Mesociclo Introductorio

En él se observa que la primera semana, el índice de carga acumulada es


pequeño y que se realizan sólo dos sesiones para el entrenamiento de la resisten-
cia a la fuerza con cargas ligeras (40%1RM), y que en el segundo microciclo el
nivel de la carga es algo superior y también repetido dos veces a la semana. El
entrenamiento de la técnica con carga 3 supone un trabajo asociado de técnica y
rendimiento muscular que apoya el trabajo de las sesiones específicas.

La sesión tipo estaría constituida con los ejercicios fundamentales para es-
te tipo de deportes: Press de banca, cargada de fuerza, sentadilla y remo prono,
complementada con ejercicios como hombros, isquiotibiales, glúteos etc.

La forma de trabajo en cada sesión será la del incremento de la intensidad


global, permaneciendo invariable la intensidad relativa y el volumen. Son comu-
nes propuestas como 15x20RM o 12 x 15RM.

En estos deportes la segunda fase de entrenamiento de la fuerza tiene co-


mo objetivo el mejoramiento de la fuerza dinámica máxima. Suele tener una
duración de entre 4 a 6 semanas. Si se utiliza una planificación de tipo conven-
cional, se correspondería con el mesociclo de desarrollo y en algunos casos
también con la mitad del mesociclo intermedio de estabilización. Si se contempla
desde una estructura de cargas concentradas coincidiría con el mesociclo de
acumulación.

En los deportes de contacto de este grupo de especialidades, la mejora de


la fuerza máxima sería vía hipertrofia muscular y compartiría sesiones con las
dedicadas al perfeccionamiento técnico y táctico y con algunas sesiones dedica-
das a la mejora de la resistencia aeróbica de carácter glucolítico. Un ejemplo de
mesoestructura podría ser el siguiente:

- 278 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

NOVIEMBRE-DICIEMBRE
PERIODO PREPARATORIO. ETAPA GENERAL
MESOCICLO DE ESTABILIZACIÓN
1ª SEM.
26 27 28 29 30 1 2
CARGA

1ª SES F.D.M./4 R.AER/3 F.D.M./4 FLEX/2 F.D.M./4

2ª SES TECN/2 TECN/4 TECN/2 TECN/2 TECN/2 C.A.29

CARGA 6 7 6 4 6 3*

2ª SEM.
3 4 5 6 7 8 9
CARGA

1ª SES F.D.M./4 R.AER/3 F.D.M./4 FLEX/2 EVALUAC

2ª SES TECN/2 TECN/4 TECN/2 TECN/2 TECN/2 C.A.25

CARGA 6 7 6 4 2 3

Fig. 10.4. Microciclo de un mesociclo intermedio

En esta propuesta se observa que la fuerza dinámica máxima (FDM) se


entrena tres días por semana, dándole un papel importante en el ciclo y sin em-
bargo en la última semana, donde se producirá una evaluación, se produce un
descenso del volumen con el objetivo de observar los indicadores producto de los
efectos del entrenamiento realizados hasta la fecha.

En este ciclo se intenta aumentar la fuerza dinámica máxima sin que el


tiempo de manifestación de la misma se retrase demasiado (es buen indicador
que no lo haga más de 1/3 del tiempo total de ejecución del gesto específico). En
deportes donde la importancia de la fuerza es alta, y también son altas las resis-
tencias a vencer, el entrenador debe tener muy presente a la hora de evaluar, el
observar sobre todo la parte media y la parte alta de la curva de fuerza tiempo
resultante (c f-t R), donde en la primera la curva debería desplazarse hacia el eje
de ordenadas y situarse a la izquierda de la curva inicial, y en la parte alta de la
curva, donde esa curva resultante estuviera por encima de la inicial, es decir
desplazada hacia arriba.

Esto nos indicaría una mejora de la fuerza explosiva relativa a las carga
medias, facilitada por un aumento de la fuerza máxima y una mejora de la fuerza
dinámica máxima, objetivos iniciales de esta fase (ver figura 10.5).

El cumplimiento de estos objetivos nos permitiría una fluidez gestual ante


resistencias medias, aunque no competitivas, pero que nos van a ayudar al mejo-
ramiento técnico y nos va a facilitar mejorar la fuerza explosiva relativa con
cargas más altas.

A continuación se muestra una evaluación donde se observa la mejora de


la fuerza dinámica máxima y de la fuerza explosiva en la fase 2.

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Fig. 10.5 Evaluación de la fuerza dinámica máxima. Curva de fuerza-tiempo


resultante

En la curva que se muestra en la figura 10.5, se observa una evaluación


inicial (curva de color rojo) y una evaluación al cabo de tres semanas (curva de
color azul). Existe una mejora de la fuerza dinámica máxima y también de la
fuerza explosiva, tanto con cargas medias como con cargas altas. Al evaluar el
resultado, podríamos adivinar qué tipo de entrenamiento a seguido el deportista y
con qué cargas a trabajado.

Para la mejora de la fuerza dinámica máxima y de la fuerza explosiva en


la parte media y alta de la curva, el sujeto ha trabajado con cargas que van desde
6 x 10RM (aproximadamente un 75%1RM) hasta 3x5RM (86-88%1RM) o su
equivalente en grado de esfuerzo.

Los ejercicios empleados suelen ser los mismos que en el ciclo anterior
pero poniendo énfasis en los cuatro principales, antes mencionados.

En esta fase, la metodología de aplicación de las cargas suele variar a un


incremento de la intensidad con un descenso del volumen. La metodología “in
crecendo” de pirámide y oscilatoria de doble pirámide suele emplearse en este
ciclo; la primera cuando el deportista le cuesta entrar en la sesión, sus primeras
series no son buenas, suele ocurrirles a sujetos no duchos y también a inexpertos
a la hora de trabajar con este tipo de cargas. La doble pirámide la utilizan más
deportistas con mayor experiencia o con problemas de estancamiento estacional.
La intensidad para la mejora de la fuerza dinámica vía hipertrófica oscila entre 6-
8x10RM a 6x6RM. El número de series de entre 2 y 4.

- 280 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

La tercera fase del programa de fuerza en deportes con altas necesidades


de la misma, suele buscar los objetivos de mejora de la fuerza máxima por el
canal neuronal y de la fuerza explosiva.

La mejora de la fuerza explosiva en estas especialidades tiene como uno


de sus objetivos más importantes el de “romper” la solidez estática de la resisten-
cia, es decir: ser capaces de iniciar en el oponente o en la propia resistencia un
desplazamiento, que posteriormente nos permita inyectar velocidad al movimien-
to con el fin de poder aplicar nuestra máxima potencia mediante el gesto deporti-
vo propio de la especialidad. La capacidad de aumentar la fuerza en unidad de
tiempo se le denomina “tasa de producción de fuerza”. A mayor tasa de produc-
ción de fuerza mayor capacidad de aplicar antes la fuerza. La fuerza explosiva
máxima, cuando realizo por ejemplo un press de banco, se alcanza siempre en la
fase isométrica del gesto, antes de iniciar (véase en la figura 6 la línea de color
rojo). La fuerza explosiva una vez iniciado el movimiento (nos referimos ante
cargas altas) empieza a declinar, y es la manifestación de fuerza, medida en
newton (n) la que comienza a subir. Como dijimos con anterioridad, la mejor
razón entre la fuerza y el tiempo es lo que se denomina fuerza explosiva.

El objetivo de entrenamiento de la fuerza explosiva máxima de carácter


dinámico en este ciclo será: por un lado mejorar el indicador de fuerza manifes-
tada y a la vez reducir el tiempo de manifestación, y por otro lado intentar mejo-
rar la tasa de producción de fuerza. La adquisición de esta mejora posibilitará una
expresión más alta de la potencia (objetivo específico del entrenamiento de la
fuerza en la mayoría de los deportes).

En la figura 10.6 podemos observar el comportamiento de la fuerza explo-


siva (marcada con una línea roja), la de la fuerza manifestada (con línea azul) y la
de producción de fuerza (línea verde) en un ejercicio de press de banca realizado
por un luchador de grecorromana. La magnitud corresponde a su 1RM, el peso
del luchador 74 kg.

Esta tercera fase del entrenamiento suele tener una duración de tres o cua-
tro semanas. Con el fin de trabajar sobre la capacidad acelerativa y mejorar los
indicadores antes citados, la magnitud de la carga debe estar comprendida entre
el 85% al 100% 1RM. Se intenta estimular básicamente el sistema nervioso lo
que favorece una no hipertrofia muscular, que posibilita la reducción del déficit
de fuerza.

A la hora de programar las cargas estas se suelen trabajar, bien con una
metodología clásica de incremento de la intensidad y descenso del volumen o
bien con una metodología ondulatoria, introduciendo cargas más bajas para
favorecer la mejora contráctil de la serie siguiente. Son comunes propuestas
como 4 x 6RM (aproximadamente 85-87% 1RM) o 2 x3 RM (aproximadamente
94-95%1RM).

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

Fig. 10.6. Curvas de producción de fuerza, fuerza explosiva y manifestación


de la fuerza.
Los ejercicios utilizados normalmente son aquellos que movilizan gran
cantidad de masa muscular.

La curva de fuerza tiempo resultante que se persigue no debería estar muy


lejos de la que se muestra en la figura número 10.7.

Fig 10.7. Curva de fuerza-tiempo resultante de dos evaluaciones tras un


entrenamiento de tipo neuronal

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FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

La figura 7 muestra el resultado de dos evaluaciones, una inicial y otra fi-


nal después de cuatro semanas de entrenamiento de carácter neuronal con cargas
entre el 85-95% 1RM en un judoka de 81 kg en el ejercicio de remo prono.
Realizó tres sesiones de entrenamiento semanal para la mejora de la fuerza.

Como se observa en la figura 10.7 hubo mejora tanto de la fuerza dinámi-


ca máxima (>120n) como de la fuerza explosiva con todas las resistencias. El
trabajo con cargas altas repercutió sobre todo en la mejora de la fuerza explosiva
con dichas cargas. Se puede contemplar que en la evaluación inicial (línea roja)
el 1RM tardaba en manifestarlo casi 1,5 s, sin embargo esa misma carga un mes
después era capaz de manifestarla en 770ms, es decir en casi la mitad de tiempo,
por lo que la mejora de la fuerza explosiva relativa a esa carga fue excepcional.

La estructura dentro de los microciclos y mesociclos de estos entrena-


mientos de fuerza en estas especialidades, pueden seguir el guión de la figura
10.8.

ENERO - FEBRERO
PERIODO PREPARATORIO. ETAPA ESPECÍFICA
MESOCICLO DE PERFECCIONAMIENTO
1ª SEM.
21 22 23 24 25 26 27
CARGA

1ª SES F.EXP/5 TECN/3 F.EXPL/5 POT.AE/4

2ª SES TECN/3 POT.AE/4 TECN/5 TECN/3 C.A.34

CARGA 8 7 5 8 6 4

2ª SEM.
28 29 30 31 1 2 3
CAR-RES

1ª SES TECN/3 TECN/3 TECN/3 POT.AE/4 EVALUAC

2ª SES F.EXP/5? P.AE/4 ? TECN/5 F.EXPL/5 C.A.34

CARGA 8 7 5 8 6 4-2

Fig 10.8. Microciclos de carga. Nivel específico de entrenamiento

En este ejemplo se observa dos sesiones de entrenamiento específico para


el desarrollo de la fuerza explosiva cada semana complementado con un trabajo
técnico de alta intensidad (el día central de la semana) que enmascara mediante
un trabajo concurrente una estimulación máxima de los elementos neuronales.
Por lo que podemos afirmar que en cada semana se realizaban tres entrenamien-
tos de fuerza explosiva.

Diversos estudios proponen que el entrenamiento de la fuerza explosiva y


de la técnica se realice junto. Es evidente que es mejor forma de transferencia,
pero esto es beneficioso cuando los indicadores de ambos aspectos están altos, o
la planificación está llegando a la fase competitiva.

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

La cuarta fase del programa tiene como objetivo el mejorar la potencia


máxima específica y mantener los niveles de fuerza máxima y fuerza explosiva.

Fig 10.9. Curva típica de potencia en un judoka

La duración de esta fase suele ser de tres a cuatro semanas y se pretende


no sólo aumentar el indicador de potencia máxima, sino que éste se manifieste
dentro del límite de tiempo en que el gesto técnico pueda tener su máxima efica-
cia.

En muchas ocasiones los entrenadores nos empecinamos en elevar el


indicador de potencia máxima sin establecer los límites temporales para conse-
guirlo.

Craso error. Veamos un ejemplo:

Supongamos que para ejecutar con éxito una técnica en judo en el contex-
to del alto rendimiento deportivo se necesitara realizarla en menos de 300ms.
Imaginemos ahora que este deportista es capaz de manifestar 800 vatios de
potencia en 500ms. Durante la ejecución cuando han pasado 300ms la curva de
potencia del sujeto nos informa de unos valores de 500 vatios. Si el oponente
tiene menor expresión de potencia máxima (sólo 600 vatios) pero ésta es capaz
de manifestarla en 300ms. ¿Quién de los dos contendientes tiene un mejor indi-
cador de potencia óptima en este supuesto?

La respuesta es clara: aquel que es capaz de manifestar más potencia de-


ntro del límite temporal de realización del gesto técnico, en este caso el judoka
citado en segundo lugar; y sin embargo tiene un 25% menos de pico de potencia
¿…?

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FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Otro aspecto importante a tener en cuenta en relación al entrenamiento y


periodización de la potencia es el siguiente:

En la especialidad deportiva de referencia,

1. ¿Con qué resistencia es necesario que se manifieste la máxima potencia


para poder hablar de un desarrollo específico de la misma?
2. ¿Es igual esta resistencia, para deportes con altas necesidades de fuerza
que para otros que no la necesitan?
3. Por último; ¿es igual la periodización del entrenamiento de la potencia y el
tipo de cargas utilizadas para deportes con altas necesidades de fuerza que
en otros que igualmente no la necesitan?

Vamos a contestar a estas cuestiones con algunos ejemplos:

A la primera cuestión habría que preguntar a los expertos de las distintas


especialidades, pero de manera pedagógica podemos decir que cuanto más prota-
gonismo tiene la fuerza en un deporte dado, la potencia máxima en una curva de
potencia-carga, se debería desplazar hacia el lado del 1RM.(Lado de fuerza)

En la figura 10.10 se puede observar hacia que parte de la curva potencia-


carga deberían situarse los picos de potencia de algunos deportes analizados. La
parte izquierda de la curva representa la máxima velocidad y el mínimo indicador
de fuerza, la parte derecha la máxima fuerza y la mínima velocidad. El estudio se
realizó evaluando a deportistas de los distintos deportes durante la temporada
2006-2007. Todos los deportistas evaluados eran expertos en su especialidad.

Fig. 10.10. Curva de potencia-carga. Situación de los picos de potencia

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A la hora de la periodización del entrenamiento de la potencia, hay que te-


ner en cuenta si además de mejorar el indicador de la misma, ésta se debe despla-
zar hacia el 1RM o hacia la máxima velocidad. Las cargas utilizadas y el tanto
por ciento (% 1RM)) que se debe aumentar o disminuir con respecto a la carga
donde se manifiesta la máxima potencia, es básico para ello.

La mejor carga (peso) para mejorar el pico de potencia es trabajar con


aquella donde se manifiesta el mismo, es decir, si un deportista alcanza su mejor
indicador de potencia máxima con 70 kg, por ejemplo, será con esa carga o una
variación pequeña (aproximadamente del 15-20% de la misma) arriba o abajo
según el componente de potencia que interese mejorar. En este punto habría que
indicar que en muchas ocasiones el pico máximo de potencia no es un indicador
muy fiable para señalar las cargas de trabajo y se tiende a buscar la media de las
potencias máximas habidas en una serie para localizar este dato. Esto se suele
realizar en deportes donde la manifestación de potencia máxima, o bien hay que
repetirla en el tiempo (deportes colectivos o de lucha), o cuando el deportista no
es un experto a la hora del manejo de las cargas.

En la figura 10.11, se muestra un análisis pormenorizado de un deportista


experto en el trabajo con cargas y se observa que tanto la potencia máxima como
la media están ubicadas en el mismo peso, en este caso con 90 kg, esto no suele
ocurrir en deportistas novatos.

La forma de conocer si la carga donde se manifiesta la potencia máxima es


la idónea para el deportista, se observa tras la evaluación de las curvas pormeno-
rizadas de cada ejecución. Si la curva donde se manifiesta la máxima potencia
está dentro de los límites temporales de la ejecución del gesto técnico, esa es la
carga básica en la que hay que trabajar. Veamos la figura número 12, en ella se
muestra las curvas pormenorizadas de las repeticiones realizadas con 20kg, 30kg,
40kg y 1RM de una luchadora de libre olímpica colombiana de 55 kg medallista
olímpica en Pekín 2008. Se estima que su acto técnico lo realiza en 500ms. La
curva de color verde representa la potencia máxima (533,245 wt) y el tiempo de
manifestación es 539ms. Podemos afirmar que esa carga es el peso básico de
trabajo para el desarrollo de la potencia máxima específica de esta atleta. En el
caso de que ese pico de potencia máxima se hallara desplazado a 700 o más
milisegundos, deberíamos tenerlo en cuenta, sólo si existen posibilidades de
mejorar la velocidad de manifestación, pero sería difícil si además quisiéramos
desplazar en la curva de potencia-carga el pico de potencia máxima hacia el lado
del 1RM, como sería el objetivo en un deporte como la lucha, luego en ese caso,
sería más aconsejable utilizar la carga anterior como carga básica.

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FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

Fig 10.11. Análisis pormenorizado de los resultados en deportista experto

Para García (2004) la potencia desde el punto deportivo “representa el me-


jor resultado entre la fuerza que se aplica y la velocidad a la que es aplicada, es
decir: es la optimización de la expresión de fuerza útil cuando se realiza el gesto
técnico”

A la hora de planificar en entrenamiento de la potencia máxima debemos


tener en cuenta algunas consideraciones:

- La manifestación de la potencia en el tiempo depende de la mayor tasa


de producción de fuerza
- La optimización de la coordinación intramuscular en un sujeto tiene
como resultado la manifestación de mayor potencia
- La mejora de la potencia máxima está garantizada si se mejora la fuer-
za explosiva optimizada en el gesto técnico (fuerza explosiva específi-
ca) pero si la mejora de dicha fuerza tiene únicamente un carácter ge-
neral o se manifiesta ante resistencias no competitivas, ese aumento de
la fuerza explosiva no garantiza una mejora de potencia máxima de ca-
rácter específico.

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Fig. 10.12 Análisis pormenorizado de las curvas de potencia.

Para conocer con qué carga se mejoraba la potencia máxima y también


conocer cómo variaban los elementos de fuerza y velocidad a la hora de manifes-
tar dicha potencia, García y Calvo (2007) estudiaron durante 5 semanas a una
muestra (n=30) compuesta por judokas y luchadores con experiencia en el entre-
namiento con cargas a los que una vez evaluados y conocido el peso donde
manifestaban su máxima potencia se les dividió aleatoriamente en tres grupos:
Grupo 1, que trabajaron con el peso que suponía un 15% más de aquel donde
manifestaron su máxima potencia. Grupo 2, donde entrenaron con un 15%
menos de donde manifestaron esa potencia máxima y un grupo 3, que trabajaron
con la misma carga donde manifestaron la máxima potencia. Realizaron tres
sesiones a la semana en días alternos y al estar en un periodo de transición no
realizaban ejercicios ni entrenamiento donde se pudiera mejorar de otra manera
la potencia máxima. El ejercicio elegido fue el de press de banca.

Los resultados:

x En conjunto, en los 30 sujetos existen diferencias significativas de la


primera a la segunda toma en las variables de potencia y fuerza, pero
no así en la variable de velocidad
x Analizando los tres grupos por separado, en el grupo 1, existen dife-
rencias significativas de la primera a la segunda toma en las variables
de potencia y fuerza pero no en la variable de velocidad
x En el grupo 2, Existen sólo diferencias en la variable de potencia.
x En el grupo 3, no existen diferencias significativas en ninguna de las
variables aunque mejoran la fuerza, la velocidad y la potencia.

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FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

x Los deportistas del grupo 1, mejoran la potencia máxima al aumentar


fundamentalmente la capacidad acelerativa y sin embargo no existe
una mejora de la velocidad media de ejecución.
x Con este tratamiento, los deportistas más fuertes aumentaron la carga
donde se manifiesta la máxima potencia, no así en lo menos expertos y
menos fuertes. Por lo cual una de las justificaciones para realizar este
tipo de entrenamiento será cuando además de mejorar la potencia en
deportistas expertos, nos interese que el pico de ésta se desplace en la
curva de potencia-carga hacia el área del 1RM.
x Los deportistas del grupo 2 mejora la potencia máxima, a través de una
mejora de la velocidad de ejecución, perdiendo en la mayoría de los
casos fuerza dinámica relativa.
x Esta propuesta de entrenamiento nos interesará cuando los deportistas
necesiten de una mayor velocidad de ejecución sin perder potencia, pe-
ro no sería muy aconsejable en deportes donde las necesidades compe-
titivas de fuerza fueran altas.
x Por último el grupo 3, mejora la potencia máxima a través de la mejora
de la fuerza y de la velocidad, si bien parece ser que cuantitativamente
no es la más acertada ya que es la que menos mejora experimenta, pa-
rece que es la más correcta a utilizar a la hora de que no existan des-
coordinaciones gestuales, sobre todo en deportes de ejecuciones técni-
cas complejas. Además el tratamiento que realizó este grupo parece
ser el más acertado si pretendemos que el deportista manifieste su po-
tencia máxima con cargas más altas.

La conclusión final es que los tres sistemas parecen acertados para la me-
jora de la potencia máxima, aunque cada uno actúa sobre el componente de la
potencia que permite de alguna manera manifestarse más libremente. Con un
aumento de la carga, mejora la potencia vía fuerza muscular pero desciende la
velocidad media de ejecución. Con cargas más livianas al punto donde se mani-
fiesta la potencia máxima, mejora la velocidad de ejecución pero desciende la
fuerza aplicada.

A la hora de periodizar el entrenamiento de la potencia éste se realiza co-


múnmente al final de la etapa específica si de una planificación tradicional se
tratase o en los mesociclos de transformación y realización si estuviéramos
haciendo referencia a una planificación de tipo ATR (contemporánea). La meto-
dología de aplicación de las cargas suele hacerse mediante el aumento de la
intensidad permaneciendo estable el volumen.

En muchos deportes, una característica importante en su rendimiento es


tanto la resistencia a la fuerza explosiva como la resistencia a la potencia. Los
deportes de lucha (judo, taekwondo, lucha libre olímpica etc…) y los deportes
colectivos ( balonmano, baloncesto, voleibol, futbol etc..) necesitan de repetidos
actos de manifestación de la potencia en su más alto grado, y repetida en múlti-

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J.M.GONZÁLEZ RAVÉ, F.NAVARRO VALDIVIELSO, M.DELGADO FERNÁNDEZ Y J.M.GARCÍA GARCÍA

ples ocasiones. Un descenso de la potencia máxima a lo largo del combate o del


partido puede representar un hándicap importante en el rendimiento del deportis-
ta.

Esta parte del entrenamiento de la fuerza, unida a la optimización del ges-


to técnico asociado a las capacidades condicionales perfeccionadas, son los
objetivos de los periodos de competición y mesociclos de realización de cual-
quier planificación.

La resistencia a la potencia máxima sólo se puede entrenar si trabajamos


con la carga donde se manifiesta ésta, ya que es de muy dudoso acierto utilizar
“cargas aproximadas”.

El número de series y repeticiones va a estar supeditado a las posibilidades


del sujeto de mantener unos indicadores porcentualmente altos de la potencia
máxima durante las series. Se estima que trabajos por debajo del 20% de mani-
festación de la máxima potencia no mejoran la resistencia a ésta, sino que lo
hacen orientados hacia la mejora de la resistencia a la fuerza.

¿De cuántas repeticiones estamos hablando por serie? De aquellas en el


que el deportista no descienda del umbral de ese 20% de la potencia máxima.
Para ello habrá que evaluar al deportista y conocer cuántas repeticiones es capaz
de realizar por encima de ese umbral. Si el deportista es capaz de manifestar una
potencia media de las máximas realizadas de 600 w, el umbral de trabajo se
situará por encima de los 480 w. Veamos un ejemplo representado en la figura
10.13.

Fig. 10.13. Histograma de resistencia a la potencia.

- 290 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

El presente deportista tiene un indicador medio de potencia máxima de


650 vatios. Su umbral de entrenamiento para la mejora de la resistencia a la
potencia máxima se establece en 520 w (20% menos de la potencia máxima). El
número de repeticiones por encima del umbral son 12 como máximo (la repeti-
ción nº 9, aunque está por debajo del umbral se considera válida ya que inmedia-
tamente después la siguiente está por encima de él). Cuando dos repeticiones no
lleguen al umbral, se establecerá que la última que lo ha hecho es el número
máximo de repeticiones a realizar.

Al igual que en el entrenamiento de la potencia máxima, cuando nuestro


objetivo es la mejora de la resistencia a la misma, la metodología en la aplicación
de las cargas es la del mantenimiento de la intensidad relativa con un incremento
paulatino de la intensidad global. El número de sesiones por semana se estable-
cen entre dos y tres (normalmente dos) y se combina con entrenamientos tanto
para la mejora de la potencia máxima como de la resistencia a la fuerza explosi-
va.

El entrenamiento de la fuerza no puede ni debe ser continuado a lo largo


de todo el ciclo, se estima que periodos de hasta veinte semanas son los más
aconsejados. Mc.Dougall,(1982) ;Tesch y Larson (1985) o Hakkinen (1992) nos
dicen que a partir de duodécima semana apenas existe hipertrofia con cargas por
encima del 70% del 1RM. Esto hace imprescindible la introducción de una fase
de recuperación que puede tener una duración de dos a cuatro semanas. Sus
características es un descenso pronunciado del entrenamiento de la fuerza e
incluso la desaparición del mismo

Hasta ahora hemos estado hablando de periodización para deportes con al-
tas necesidades de fuerza. ¿Es la misma periodización para deportes de necesida-
des medias o pequeñas?

Evidentemente no, las fases del macrociclo son distintas en cuanto a su


ubicación en el mismo y las intensidades van a tener que estar acordes a las
necesidades propias de la competición de cada una de las especialidades. Cuando
las necesidades de fuerza son pequeñas o medias, la orientación del entrenamien-
to se orienta más hacia la fuerza explosiva y la resistencia a la fuerza

A continuación vamos a ver cómo se programan las fases para este tipo de
deportes:

Fases de un ciclo de entrenamiento con exigencias preponderantes de


rendimiento en resistencia a la fuerza:

9 Fuerza máxima por efecto sobre hipertrofia, resistencia a la fuerza


específica y fuerza explosiva (3-8 semanas)
9 Fuerza máxima por efecto mixto, resistencia a la fuerza específica y
fuerza explosiva (3-5 semanas)

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9 Mantenimiento de fuerza máxima y fuerza explosiva y mejora de


resistencia a la fuerza específica y máxima potencia (3-5 semanas)
9 Óptima manifestación de resistencia a la fuerza específica (duración va-
riable)
9 Transición (1-6 semanas).

En conclusión al capítulo, el lector habrá observado que una de los ele-


mentos más importantes para una correcta propuesta de entrenamiento de la
fuerza es una buena evaluación. Sin ella, tanto las cargas, como las series y las
repeticiones están aleatoriamente designadas y pueden llevarnos a estados de
ineficacia o de sobre entrenamiento.

Hay que recordar igualmente que para que el entrenamiento con cargas sea
beneficioso y transferible a un gesto deportivo, debe realizarse siempre a la
máxima velocidad posible. Series y repeticiones realizadas a velocidades inferio-
res a la máxima posible (lentas) sólo conseguirán mejorar la fuerza a velocidad
lenta, y por tanto se convierten en una rémora para el posterior entrenamiento de
la explosividad o de potencia.

- 292 -
FUNDAMENTOS DEL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

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