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Las disposiciones testamentarias, tanto a título universal como particular, podrán hacerse
bajo condición. Las condiciones impuestas a los herederos y legatarios, se regirán por las
reglas establecidas para las obligaciones condicionales.
Las condiciones imposibles y las contrarias a las leyes o a las buenas costumbres se tendrán
por no puestas y en nada perjudicarán al heredero o legatario, aun cuando el testador
disponga otra cosa. La condición absoluta de no contraer primero o ulterior matrimonio se
tendrá por no puesta, a menos que lo haya sido al viudo o viuda por su difunto consorte o
por los ascendientes o descendientes de éste. Podrá, sin embargo, legarse a cualquiera el
usufructo, uso o habitación, a una pensión o prestación personal, por el tiempo que
permanezca soltero o viudo.
Será nula la disposición hecha bajo condición de que el heredero o legatario haga en su
testamento alguna disposición en favor del testador o de otra persona. La condición
puramente potestativa impuesta al heredero o legatario ha de ser cumplida por éstos, una
vez enterados de ella, después de la muerte del testador. Excepto el caso en que la
condición, ya cumplida, no pueda reiterarse.
Cuando la condición fuere casual o mixta, bastará que se realice o cumpla en cualquier
tiempo, vivo o muerto el testador, si éste no hubiese dispuesto otra cosa. Si hubiese existido
o se hubiese cumplido al hacerse el testamento, y el testador lo ignoraba, se tendrá por
cumplida. Si lo sabía, sólo se tendrá por cumplida cuando fuere de tal naturaleza que no
pueda ya existir o cumplirse de nuevo. La expresión del objeto de la institución o legado, o
la aplicación que haya de darse a lo dejado por el testador, o la carga que él mismo
impusiere, no se entenderá como condición, a no ser que ésta fuera su voluntad.
Lo dejado de esta manera puede pedirse desde luego, y es transmisible a los herederos que
afiancen el cumplimiento de to mandado por el testador, además de la devolución de lo
percibido con sus frutos e intereses, si faltaren a esta obligación. Cuando, sin culpa o hecho
propio del heredero o legatario, no pueda tener efecto la institución o el legado en los
mismos términos que haya ordenado el testador, deberá cumplirse en otros, los más
análogos y conformes a su voluntad.
Cuando el interesado en que se cumpla, o no, impidiere su cumplimiento sin culpa o hecho
propio del heredero o legatario, se considerará cumplida la condición. La condición
suspensiva no impide al heredero o legatario adquirir sus respectivos derechos y transmitirlos
a sus herederos, aun antes de que se verifique su cumplimiento. Si la condición potestativa
impuesta al heredero o legatario fuere negativa, o de no hacer o no dar, cumplirá con
afianzar que no harán o que fue prohibido por el testador, y que, en caso de contravención,
devolución de los beneficios percibidos con sus frutos e intereses. Si el heredero fuere
instituido bajo condición suspensiva, se pondrán los bienes de la herencia en administración
hasta que la condición se realice o haya certeza de que no podrá cumplirse. Será válida la
designación de día o de tiempo en que haya de comenzar o cesar el efecto de la
institución de heredero o del legado. En ambos casos, hasta que llegue el término señalado,
o cuando éste concluya, se entenderá llamado el sucesor legítimo. Mas en el primer caso,
no entrará éste en posesión de los bienes sino después de prestar caución suficiente, con
intervención del instituido.
Herencia condicional
Se tipifica cuando: "Las disposiciones testamentarias se otorgan bajo condición, esto es,
haciendo depender su eficacia de la realización de un acontecimiento futuro e incierto."
(Artículo 993 primera parte del Código Civil).
Respecto a la herencia condicional, dispone el Código Civil, Decreto-Ley número 106, lo
siguiente:
a) "La condición de no enajenar o no gravar los bienes, sólo será válida hasta la mayoría
de edad y cinco años más de los herederos o legatarios. (Artículo 994).
b) "Se tendrá por no puesta la condición de no casarse; pero será válida la que se dirija a
impedir el matrimonio con persona determinada." (Artículo 995, primer párrafo).
c) "Pueda legarse al causahabiente, el usufructo, uso o habitación, o una pensión personal,
por el tiempo que permanezca soltero." (Artículo 995, segundo párrafo).
d) "Si el heredero o legatario fueren instituidos bajo condición suspensiva (aquélla de cuyo
acontecimiento dependa la efectividad de la disposición testamentaria), se pondrán en
administración los bienes que les correspondan, hasta que la condición se realice o haya
certeza de que no podrá cumplirse." (Artículo 996).
Herencia a término
Se tipifica cuando en el testamento se designa día o tiempo en que haya de comenzar o
cesar el efecto de la institución de heredero a legatario. Cuando el término se fija para que
comience el efecto de la institución de heredero o legatario, se le denomina. / Término
suspensivo o inicial. Cuando el término se fija para que cese dicho efecto, se le denomina
término resolutorio o final.
Los Artículos 999 a 1001 del Código Civil, Decreto-Ley número 106 regulan lo relativo a la
propiedad de los frutos de los bienes cuando la institución de heredero o legatario se hizo
a término. Los que se describen a continuación:
El Artículo 999 establece: "En la herencia o legado conferidos desde día determinado, los
frutos que produzcan los bienes hasta que llegue ese día, corresponderán a los herederos
legales, si el testador no hubiere dispuesto de ellos".
El Artículo 1000 regula: "Si el testador instituye heredero o legatario hasta cierto día o tiempo
determinado, no podrá el heredero retener los bienes hereditarios, ni hará suyos los frutos,
desde que pasen el día o tiempo señalados".
En el Artículo 1001 se establece: "Los bienes y frutos de que habla el Artículo anterior,
pertenecerán en adelante al heredero instituido, o a los herederos legales del testador."
LOS LEGADOS:
Se denomina legado o manda, al acto a través del cual una persona en su testamento,
decide repartir una parte muy concreta de sus bienes a otra persona determinada. Se
habla en todo caso de bienes individuales, y no de porciones del patrimonio. Legado es
una liberalidad hecha en un testamento y que se deja a cargo del heredero. Para la validez
de un legado son necesarias dos condiciones:
a) Es necesario que se haga en un testamento; b) es necesario que quede a cargo del
heredero instituido. El legado es una disposición testamentaria a título particular que
confiere derechos patrimoniales determinados que no atribuyen la calidad de heredero.
En la doctrina general se dice que el legado es a título singular cuando comprende uno o
varios objetos determinados; a título universal, cuando contiene un aparte alícuota de los
bienes de la herencia o todos los bienes de una clase determinada (mueble, inmueble o
semoviente).
El legado no puede en ningún caso perjudicar la porción legitimaria de los herederos. Sin
dar un concepto de legado, el Código Civil, Decreto-Ley número 106 dispone que: "El
testador puede disponer de una cosa o de una cantidad o del todo o de una parte de sus
bienes, a título de legado, a favor de una o más personas individuales o jurídicas", como se
regula en el Artículo 1002 del citado Código. Y que legatario es la persona a quien se da
algo por testamento, conforme el artículo anterior, aun sin instituirlo heredero. Son
disposiciones pertenecientes a los legados, los siguientes, de acuerdo a los Artículos del 1002
al 1025 del Código Civil:
a) Si toda la herencia se distribuye en legados, se prorratearán las deudas, gravámenes y
porciones alimenticias entre los legatarios, en proporción al valor de sus respectivos legados.
b) No tiene efecto el legado de una cosa en especie, si no se halla en el dominio del
testador al tiempo de su muerte.
c) En el legado de una cosa indeterminada, comprendida en un género o en una especie,
la elección corresponde al obligado a pagarlo.
d) El legado de un crédito contra tercero o el de perdón o liberación de una deuda del
legatario, sólo surtirá efecto en la parte del crédito o de la deuda subsistente al tiempo de
morir el testador. e) El legado hecho a un acreedor tendrá efecto sin perjuicio del pago de
su crédito.
f) Se acepta el legado expresamente, cuando se pide; y tácitamente, cuando se recibe la
cosa legada.
g) Si entre varios herederos ninguno ha sido encargado particularmente de pagar el
legado, cada uno debe hacerlo en proporción a la parte que le haya correspondido en la
herencia.
h) Si la obligación de pagar el legado se ha impuesto a uno de los herederos, él solo debe
hacerlo.
i) La cosa legada se entregará con sus accesorios y en el estado en que se encuentre el
día de la muerte del testador. Los gastos necesarios para la entrega del legado, serán a
cargo de la herencia.
j) En todo caso se cumplirá la disposición del testador en cuanto al modo, orden y tiempo
en que deban entregarse o pagarse los legados.
k) El legatario que muera antes que el testador, no adquiere derecho alguno al legado, ni
lo transmite a sus herederos, a no ser que éstos hubiesen sido llamados igualmente por el
testador.
NOVENA SEMANA DE CLASES:
LA ACEPTACION DE LA HERENCIA
La aceptación de la herencia se puede definir como aquella declaración de voluntad por
la que el llamado a la misma manifiesta su intención de aceptarla, adquiriendo con ello la
cualidad de heredero. Los efectos de esta declaración se retrotraen al momento de la
muerte del causante. Por medio de la aceptación el heredero se coloca en la misma
posición que el de cujus en las relaciones jurídicas que forman parte del caudal hereditario,
tanto activa como pasivamente, por lo que también asume la responsabilidad por las
deudas de la herencia. La aceptación de la herencia se encuentra regulada en los artículos
1026 a 1040 CC.
Es aquella declaración de voluntad por la cual el legatario confirma y hace irrevocable la
adquisición del legado ya operando ipso jure. El heredero, una vez realizado el
llamamiento, puede o aceptar la herencia, o renunciar a ella, es decir, repudiarla.
Tanto para aceptarla como para repudiarla es necesario tener la libre disposición de
sus bienes, es decir no tener limitada la capacidad de disponer.
En nuestro derecho no hay obligación de aceptar una herencia, sí lo había en
el derecho romano. Pueden darse 4 situaciones:
1) Aceptar la herencia pura y simplemente.
2) Aceptar la herencia bajo beneficio de inventario. (920 C. Ci)
3) Renunciar.
4) Silencio.
La declaración de voluntad que es la aceptación del legado supone la confirmación del
legatario terminado con la inseguridad jurídica que puede producir la renuncia.
La aceptación contiene las implicaciones doctrinarias siguientes: Puede hacerse en forma
expresa o tasita Artículo 1026 del código civil que literalmente dice: La aceptación de la
herencia puede ser ex presa o tasita.
Puede hacerse parcialmente si así lo desea o le conviene el testador Artículo 1030 nuestra
legislación no acepta artículo 1030 establece: La aceptación de la herencia no puede
hacerse condicionalmente o parcialmente.
.La aceptación se puede dar de dos maneras.
Expresa cuando el heredero acepta expresamente la herencia ante un juez o un Notario,
o pidiendo posesión de los bienes o usando el titulo o la calidad de heredero en instrumento
publico esto según el Artículo 1027 del Código Civil.
La tacita el heredero en Instrumento Publico esto según el Artículo 1028 del Código Civil: el
heredero acepta tácitamente entrando en la posesión de la herencia o
practicando otros actos para los cuales no tendría derecho sin ser heredero.
RENUNCIA DE LA HERENCIA
La repudiación o renuncia de la herencia, es un acto jurídico por el cual la persona llamada
a la herencia declara su voluntad de repudiarla. Por lo que es de suma importancia abarcar
el presente tema. “Las legislaciones que siguen la tradición romanista, han estipulado la
necesidad de su aceptación, las clases de la misma y la forma en que puede hacerse, a
contrario sensu de lo que sucede en el derecho germánico, en el que se produce una
aceptación ipso jure, es decir de pleno derecho, del haber hereditario; lo mismo sucede en
el caso de la renuncia de la institución indicada, la cual para que surta sus efectos es
necesaria su manifestación expresa y ha sido definida de muy diversas formas, algunos
doctrinarios definen la renuncia de la siguiente manera: “La repudiación de la herencia es
el acto por el cual el heredero testamentario o abintestato, renuncia a su calidad de tal y,
por consiguiente, a los derechos, bienes y obligaciones que se le transmiten.” El heredero
tiene todo el derecho a repudiar la herencia dentro de un determinado plazo y este
derecho es transmisible por herencia. La declaración de repudiación consecuentemente
lleva a la pérdida.
El plazo para renunciar a la herencia es el mismo que el de la aceptación (art. 1043 Código
Civil de Guatemala). El acreedor del heredero o legatario que renuncia, puede reclamar
la parte que cubra su crédito (art. 1036 Código Civil de Guatemala).
FORMA DE LA RENUNCIA
La renuncia no se presume; ésta debe ser expresa.
La aceptación no modifica el status del heredero, lo consolida; en cambio, la renuncia la
altera sustancialmente ya que le hace perder definitivamente sus derechos a la herencia.
Pero no sólo la renuncia debe ser expresa sino también debe ser formal.
Si, por ejemplo, la renuncia se hubiera hecho por instrumento privado, sería válida con
relación a los coherederos respecto de éstos, pero no de aquéllos. Es un absurdo. La calidad
de heredero es indivisible se es o no se es. A diferencia de la aceptación, que puede ser
expresa o táctica, la renuncia debe ser expresa y hacerse por escrito ante el juez o por
medio de escritura pública (art. 1034 Código Civil de Guatemala).
La renuncia tiene ciertas características que los civilistas hacen ver: “La renuncia tiene los
siguientes caracteres:
1) Es unilateral, porque su eficacia sólo depende de la expresión de la voluntad del
renunciante;
2) Es gratuita; en efecto, si se tratara de una renuncia onerosa habría en sustancia una
venta y el heredero se considera aceptante.
3) Es indivisible; la herencia no puede aceptarse o repudiarse en parte. Quien renuncia lo
hace por el todo y se reputa como si nunca hubiera sido heredero.
4) Es lisa y llana: no puede hacerse a término o bajo condición, ni en favor de determinadas
personas. Cabe advertir que, la renuncia puede ser condicional o bajo reservas. La nota
ilustra el pensamiento de Vélez: alude a la hipótesis de convenciones sobre la herencia, por
las cuales se renuncian parte de los derechos hereditarios. Como se ve, no se está en
presencia de repudio de la herencia, sino de un pacto que, por lo contrario, implica
aceptación. Desgraciadamente la terminología usada por el codificador en todo este título
es muy imprecisa.
5) Tiene efectos retroactivos: se juzga como si nunca hubiera sido heredero y la sucesión se
defiere como si él no hubiere existido.
6) Es expresa y formal.
LA RENUNCIA EN PREJUICIO DE LOS ACREEDORES Y LA ACEPTACION POR ESTOS
Dispone el artículo 1039 del Código Civil de Guatemala: “Si el heredero renuncia a la
herencia en perjuicio de sus acreedores pueden estos, siempre que sus créditos fueren
anteriores a la renuncia, pedir al juez que los autorice para aceptar en nombre de aquel.
En este caso, la aceptación solo aprovecharía a los acreedores hasta el momento de sus
créditos, correspondiendo el exceso, si lo hubiere, a los herederos que sean llamados por la
ley. El fundamento de este artículo se encuentra en la protección del interés de los
acreedores del llamado a la herencia, que con su renuncia se pueden ver amenazados sus
derechos, para cual se le concede la posibilidad de aceptarla en nombre de aquel.
REGLAS COMUNES A LA ACEPTACIÓN Y RENUNCIA DE LA HERENCIA
La aceptación y renuncia son actos jurídicos por los que el titular del derecho, manifiesta
su voluntad de aceptar o renunciar a la herencia que le ha sido otorgada. Y tienen los
siguientes caracteres:
1) Son actos unilaterales.
2) No son receptivos, en cuanto que la declaración de voluntad no ha de ser recibida por
ninguna persona que sea eficaz.
3) Indivisibles.
4) Han de ser actos puros, no sometidos a términos ni condición.
5) Son irrevocables.
6) Sus efectos se retrotraen al momento de la muerte del causante.
Es justo que así sea, pues, de lo contrario, ellos quedarían sujetos a las veleidades del
heredero. Se entiende como es natural, que la ley alude a los actos hechos regularmente
por el curador, dentro de sus facultades legales. Es evidente que de un acto tan
trascendental como la renuncia de la herencia surjan ciertos efectos los cuales se
consideran importantes mencionar, dado a las repercusiones que conlleva. Como efectos
de la renuncia encontramos que:
1) La sucesión se transfiere como si el renunciante no hubiera existido. La renuncia beneficia,
ya a los coherederos del mismo grado, cuando los haya, ya a los de grado siguiente.
2) El renunciante no está obligado a nada, pues no siendo heredero, es imposible imponerle
deberes.
3) Si antes de la renuncia ha ejercido actos de administración que no importan aceptación
tácita, debe rendir cuenta de ellos.
4) No hay compensación de sus deudas o sus créditos respecto de la sucesión, de la cual
resulta un extraño.
5) No está obligado responder por las deudas de la sucesión; lo que no excluye, desde
luego, el pago de los gastos funerarios, si el causante no hubiera dejado bienes y no
depende del carácter de heredero.
6) La renuncia no impide a los herederos del renunciante reemplazarlos en ejercicio del
derecho de representación.
Se han analizado todas las fases de adquisición de la herencia, desde su apertura y
aceptación hasta la renuncia de ella, al igual que las consecuencias de dicha repudiación.
Es claro que cada una de las fases de adquisición de la herencia es igual de importante
que la otra, pero también es evidente que la aceptación y renuncia son las más cruciales.
A continuación el capítulo VI contempla los distintos estados en que puede encontrarse la
herencia antes de que ésta pueda ser aceptada o renunciada.