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El REBE NAJMÁN

SOBRE
LA TORÁ

IDEAS DE BRESLOV SOBRE


LA LECTURA SEMANAL DE LA
TORÁ
COMPILADO POR
JAIM KRAMER

EDITADO POR
Y. HALL

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL
GUILLERMO BEILINSON
SHEMOT-VAIKRÁ
Éxodo-Levítico

Publicado por
BRESLOV RESEARCH
INSTITUTE
Jerusalem/New York
Copyright © 2012 Breslov
Research Institute
ISBN 978-1-928822-61-5

Ninguna parte de esta


publicación podrá ser traducida,
reproducida o archivada en
ningún sistema o transmitida de
ninguna forma y de ninguna
manera, electrónica, mecánica,
fotocopiada o grabada o de
cualquier otra manera, sin el
consentimiento previo, por
escrito, del editor.

Título del original:

REBBE NACHMAN’S TORAH

Para más información:


Breslov Research Institute
POB 5370
Jerusalem, Israel.

Breslov Research Institute


POB 587
Monsey, NY 10952-0587
Estados Unidos.

Breslov Research Institute


c\o G.Beilinson
calle 493 bis # 2548
Gonnet (1897)
Argentina.
e-mail: abei2ar@Yahoo.com.ar

Impreso en Argentina
Diseño de cubierta: Ben Gasner
Indice

Reconocimientos
Conceptos Generales

Éxodo/Shemot

Parashat Shemot
Parashat Vaerá
Parashat Bo
Parashat Beshalaj
Parashat Itró
Parashat Mishpatim
Parashat Terumá
Parashat Tetzavé
Parashat Ki Tisá
Parashat Vaiakel
Parashat Pekudei

Levtico/Vaikrá

Parashat Vaikrá
Parashat Tzav
Parashat Sheminí
Parashat Tazría
Parashat Metzorá
Parashat Ajarei Mot
Parashat Kedoshim
Parashat Emor
Parashat Behar
Parashat Bejukotai
Glosario
Reconocimientos

Den gracias a Dios,


anuncien Su Nombre;
hagan conocer entre los
pueblos Sus hazañas
(Salmos 105:1).

“Den gracias a Dios”, y así lo


hacemos, pues Él nos dio la fuerza para
completar este segundo volumen de
nuestra serie El Rebe Najmán sobre la Torá.
Esta compilación presenta las ideas de
Breslov sobre los Libros de Éxodo (Shemot)
y Levítico (Vaikrá).
Nuestro primer volumen, sobre el
Libro de Génesis (Bereshit), ha sido
ampliamente aceptado, por lo que
agradecemos la respuesta positiva que
hemos recibido de nuestros lectores.

También debemos agradecerles a


todos aquellos que ayudaron a completar
este proyecto. Estamos profundamente
agradecidos a Ira Berkowitz, quien aportó
una considerable contribución en memoria
de sus queridos padres, que descansen en
paz. Agradecemos a Alvin y Elaine Gordon,
quienes pusieron en marcha todo el
proyecto a finales de 1990. Apreciamos
profundamente el apoyo constante y el
entusiasmo de Diana Korzenik, Steve y
Beryl Reich, Allan Steinberg y Jay y Lisa
Knopf. Y les damos la bienvenida a nuestro
grupo de dignos sostenes a Jay y Paula
Novetsky.

Esta publicación se ha beneficiado de


los excepcionales talentos de R’ Iaacov
Dovid Shulman, quien le dio sentido, en
inglés, a las profundas ideas del Likutey
Moharán del Rebe Najmán; y a Y. Hall,
quien con notable pericia transcribió el
Likutey Halajot del rabí Natán a un lenguaje
comprensible incluso para el lego. Gracias a
B. Aber por el espléndido diseño gráfico.

Quiera Dios ayudarnos a ver la


finalización de este proyecto y de muchos
otros, y podamos todos ser dignos de ver la
Llegada del Mashíaj, la Reconstrucción del
Templo y el Retorno de los Exilados, pronto
y nuestros días. Amén.

Jaim Kramer
Tamuz 5771
Julio 2011
Conceptos Generales

Aquellos familiarizados con las


lecciones del Rebe Najmán saben que éstas
suelen comenzar con una cierta premisa
que es luego desarrollada utilizando textos
de prueba tomados de la Biblia, del Talmud,
del Midrash, de la Kabalá, del Zohar y de
otras enseñanzas. Construyendo y
agregando más ideas, el Rebe entreteje un
tapiz increíblemente hermoso englobando
toda la lección. El rabí Natán sigue el
mismo patrón en sus discursos. Para el
estudiante de Breslov, estas lecciones
combinan un profundo comentario de los
versículos bíblicos junto con una gran
riqueza de consejos para la vida. Pero para
el editor que busca aislar cada enseñanza
no es fácil discernir las piedras preciosas de
los consejos sobre cada versículo. Es
necesario profundizar en los escritos del
Rebe Najmán y del rabí Natán para
encontrar esas pepitas de oro, pues están
intrincadamente bordadas en sus discursos,
de una manera exquisita.

Así, la compilación de esta obra


implicó extraer virtualmente cada lección
“fuera de contexto” y desarrollarla como una
unidad autónoma. En su mayor parte, los
comentarios del Rebe Najmán y del rabí
Natán se sustentan por sí mismos, pero
muchos de ellos son mejor comprendidos
en el contexto original. Por lo tanto
presentamos este capítulo como conceptos
básicos de El Rebe Najmán sobre la Torá.

Es posible encontrar varios temas


básicos y recurrentes a lo largo de las
enseñanzas de Breslov, entre ellos: la fe, la
verdad, la moral, el cuidado del pacto de
Abraham, el lugar central del Tzadik en el
judaísmo, dar caridad o actuar de manera
caritativa, alegría y felicidad, guardar y/o
cuidar los pensamientos y la primacía del
estudio de la Torá y de la plegaria. Dado
que estas ideas son centrales al
pensamiento judío, se presentan una y otra
vez en las enseñanzas del Rebe Najmán y
siempre desde un punto de vista diferente.
Hay tres que se destacan más que las
otras: la fe, el pacto y el Tzadik.

La Fe

Como explica el Rebe Najmán:


“Afortunados somos de que Moisés nos
diera la Torá que empieza con ‘En el
comienzo creó Dios los cielos y la tierra’. Se
nos ordena creer en Dios sólo mediante la
fe y no entrar en especulaciones
intelectuales” (Sabiduría y Enseñanzas del Rabí
Najmán de Breslov #5). Ello se debe a que la
fe está imbricada dentro del Acto mismo de
la Creación, como está escrito, “Todas Sus
obras están hechas con fe” (Salmos 33:4).

El rabí Natán explica además que la


fe es absolutamente necesaria en cuatro
áreas. Éstas son: la fe en Dios, la fe en la
Torá como un regalo de Dios, la fe en los
líderes rectos (e.g. Moisés, el rey David y
todos los verdaderos Tzadikim y líderes de
la nación judía a lo largo de las épocas) y
quizás la más significativa de todas, la fe en
uno mismo – en el hecho de que uno es
valioso a los ojos de Dios, que sin importar
cuán lejos se sienta de Dios uno siempre
puede volver a Él, que tiene un propósito en
la vida, que tiene la fe y la confianza
necesarias para tratar con los demás y la
fuerza interna para cambiar los hábitos y
mejorar su vida (cf. Likutey Halajot, Masá u-
Matán 3:6).

También incluidas en el concepto de


la fe se encuentran la verdad y la
honestidad, dado que la fe implica fidelidad
y la capacidad de confiar en los demás, una
situación que sólo es posible mediante la
honradez.

El Pacto

El tema de la moralidad y del cuidado


del pacto hace referencia al Pacto de
Abraham, el brit milá (el pacto de la
circuncisión). El brit milá no es una
ceremonia religiosa que es celebrada un día
y olvidada al siguiente. Es el pacto eterno
entre Dios y el pueblo judío. El retiro del
prepucio del órgano sexual simboliza el retiro
de todo lo que es impuro en la vida de la
persona; con pureza en la mente y en el
corazón la persona puede entonces utilizar
el órgano de procreación para ser un socio
de Dios en el proceso continuo de la
creación del mundo. Es impensable que se
pueda llegar al abuso de ese poder
procreador para propósitos lujuriosos, pues
ello envenena el mundo con deseos cada
vez mayores y degradantes. Cuando la
persona guarda el pacto y eleva sus
pensamientos e intenciones morales, se
eleva a sí misma y a muchos otros, hacia
una conciencia más exaltada de honestidad,
de decencia y de pureza. En palabras del
Rebe Najmán: “El principal camino para
acercarse a Dios es el cuidado y la
rectificación del pacto” (Likutey Moharán I,
29:4).

El Tzadik

El Tzadik es quizás el tema más


recurrente en las enseñanzas del Rebe
Najmán pero es, probablemente, el
concepto menos comprendido. Este
concepto se menciona por primera vez en
una frase del Talmud:

Dice el rabí Elazar: El mundo


entero fue creado debido a un solo
Tzadik. Esto lo aprendemos del
versículo “Dios vio que la luz era
buena” (Génesis 1:4). “Bueno” no es otra
cosa que el Tzadik, como está escrito,
“Di del Tzadik que es bueno” (Isaías
3:10). El rabí Jiá dijo en nombre del
rabí Iojanan: Pues el mundo será
mantenido en aras de un solo Tzadik,
como está escrito, “El Tzadik es el
cimiento del mundo” (Proverbios 10:25)
(Ioma 38b).

Es axiomático el que el Tzadik sea


una figura central del judaísmo. Su
tenacidad en el servicio a Dios pese a todos
los obstáculos -como atestigua el
ostracismo de Abraham debido a su
rechazo de la idolatría y de su enseñanza
en la creencia en Dios- y su completa
anulación delante de Dios al servir como
líder de la nación -como Moisés que estuvo
dispuesto a “borrarse” a sí mismo si Dios no
perdonaba la rebelión del pueblo judío
(Éxodo 32:32)- ha salvado al pueblo judío una
y otra vez a lo largo de nuestra extensa
historia. Ello se debe a que el Tzadik
trasciende este mundo material y alcanza
una comprensión de lo espiritual incluso
mientras existe en el plano físico. Como tal,
es una especie de puente entre nosotros y
Dios. Por supuesto, ningún judío necesita
de un intermediario entre él y Dios. Dios
ciertamente no necesita que nadie actúe
como Su intermediario y tampoco nosotros,
porque siempre podemos buscar a Dios y
encontrarlo. Pero el Tzadik ya ha
encontrado a Dios y, por lo tanto, para
decirlo de una forma más simple, conoce la
manera eficaz de hallarlo. Esto significa que
es la persona adecuada para enseñarnos
aquello que debemos saber para poder
acercarnos a Dios.

Aun así el Tzadik es mucho más que


un maestro que nos da una óptica Divina. El
Tzadik se encuentra en un plano tan
elevado que en verdad llega a ser el
emisario de Dios para hacernos llegar Su
mensaje. Sólo Moisés pudo traernos la Torá
tal cual la conocemos y sólo los muy
grandes Tzadikim de cada generación -los
profetas, los reyes justos, los Sabios líderes,
los Gaonim, los Codificadores y demás- son
capaces de transmitirnos las instrucciones
de Dios, la Torá. (En su obra clásica, el
Mishne Torá, Maimónides presenta una lista
de los líderes de cada generación desde
Moisés hasta el final de la era Talmúdica). Y
los Tzadikim reciben desde Arriba el poder
para enseñar la Torá tal cual lo consideren
adecuado - por ejemplo, los Sabios
Talmúdicos introdujeron muchas leyes y
guías nuevas para preservar la observancia
de la Torá. De la misma manera, en cada
generación, los Tzadikim ejercen un “poder
Divino” para dirigir a la nación de acuerdo a
su comprensión de la Torá y en
concordancia con la generación en la cual
viven.
Éste es un concepto muy audaz,
pero no es nuevo. De la Torá misma
aprendemos que el Tzadik tiene poder. A lo
largo de las Escrituras, encontramos el
versículo “Vaidaber IHVH el Moshé lemor -
Dios le habló a Moshé, diciendo” (Éxodo 13:1;
14:1; 25:1; 30:11; et al.). Vaidaber (‫וידבר‬, “Él
habló”) proviene de la misma raíz que
DaBaR (‫דבר‬, líder) (Rashi sobre Deuteronomio
31:7; ver Sanedrín 8a). El rabí Natán explica
que cuando Dios le habló a Moisés, no sólo
le habló a él y le dio directivas, sino que
también le pasó esa directiva y liderazgo al
mismo Moisés. Con cada Vaidaber, Dios le
entregó el liderazgo y la dirección a Moisés,
para que él implementase las enseñanzas
tal como lo considerase adecuado (Likutey
Halajot, Milá 2:8).

Entender la grandeza del Tzadik es


algo esencial para nuestra comprensión de
la Torá. El Talmud, el Midrash, el Zohar, la
Kabalá y virtualmente todas las enseñanzas
jasídica están repletas de afirmaciones
sobre la grandeza del Tzadik y de su rol
central en el judaísmo. El Rebe Najmán
enfatiza en su enseñanza más importante
sobre el hitbodedut que cada persona debe
desarrollar su propia y directa conexión con
Dios (Likutey Moharán I, 52; Ibid. II, 25). Pero el
Tzadik es un Tzadik, un líder que se entrega
en aras de los demás sin buscar
remuneración alguna y que continuamente
dará de sí mismo hasta el fin.

Todos comprenden la importancia de


tener líderes calificados - ¡no hace falta más
que ver la expresión de emoción y
determinación en un día electoral cuando la
gente corre a las urnas para votar por el
político más mediocre! Pero el Rebe
Najmán considera el liderazgo desde un
punto de vista muy diferente. Su concepto
del liderazgo incluye personas tales como
Abraham, Moisés, el rey David y el rabí
Akiba, personas que entregaron sus vidas
por los demás sin ocuparse de sí mismas.
Por ese motivo, la Torá termina con el
fallecimiento de Moisés, pues una vez que
nos unimos a un Tzadik así, estamos en el
sendero correcto.

Pero en verdad la Torá no termina


sino que comienza una y otra vez. Y es por
eso que encontraremos muchas
enseñanzas en El Rebe Najmán sobre la
Torá que se explican al comprender el papel
del Tzadik en nuestras vidas.
Éxodo > Shemot
Parashat Shemot

1:1 Y estos son los nombres de


los hijos de Israel que vinieron
a Egipto con Iaacov; cada uno
y su familia.

Y estos son los nombres de los hijos de


Israel que vinieron

Las letras finales de las primeras cinco


palabras de este versículo, veeileH shemoT
bneI israeL habaiM (“Y éstos son los
nombres de los hijos de Israel que vinieron”),
conforman la palabra TeHiLIM (‫תהילים‬,
Salmos). Las letras finales de las cinco
palabras siguientes del versículo,
mitzraimaH eT iaacoV iSh u-veitO (“a
Egipto con Iaacov, cada uno y su familia”),
conforman la palabra TeShUVáH (‫תשובה‬,
arrepentimiento). Más aún, los nombres de
los doce hijos de Iaacov están compuestos
por cuarenta y nueve letras,
correspondientes a las Cuarenta y Nueve
Puertas del Arrepentimiento. Todo esto
indica que cuando la persona recita los
Salmos, sus palabras de plegaria están
dirigidas hacia la Puerta del Arrepentimiento
específica de la cual requiere (Likutey
Moharán II, 73).

1:7 Y los hijos de Israel fueron


fecundos y aumentaron
abundantemente y se
multiplicaron y se hicieron muy
fuertes; y el país se llenó de
ellos.

Y los hijos de Israel fueron fecundos y


aumentaron abundantemente y se
multiplicaron y se hicieron muy fuertes
Las seis palabras hebreas que describen la
fertilidad de los judíos aluden a las mujeres
judías que daban a luz sextillizos (Rashi).

Cada grupo de sextillizos estaba unido


a su fuente; así, al hacerle daño a uno de
ellos se dañaba a los demás. Esto puede
comprenderse más ampliamente como
indicando que todos los judíos están unidos
en su fuente (Likutey Moharán I, 69). Cualquier
clase de daño a un judío, producto de las
disputas, daña a todos los judíos,
particularmente en temas financieros.

Los hijos de Israel fueron fecundos y


aumentaron abundantemente

El “crecimiento” de la nación judía


representa un aumento en su conocimiento
de la Divinidad (Likutey Halajot II, p. 188). Esto
es lo que enfureció al faraón y lo llevó a
esclavizarlos.

1:8 Pero se alzó sobre Egipto


un nuevo rey, que no conocía a
Iosef.

Pero se alzó sobre Egipto un nuevo rey,


que no conocía a Iosef

Algunos dicen que era literalmente un nuevo


rey, que no conoció a Iosef. Otros dicen que
era el viejo rey que pretendía no recordar el
bien que Iosef había hecho para los egipcios
y renovó sus decretos en contra de los judíos
(Rashi).

Las fuerzas del mal siempre tratan de


atrapar a la persona y de impedirle hacer el
bien. Esas fuerzas están simbolizadas por
MiTzRaIM (Egipto), que representa
MeiTzaRIM (angostura, restricciones) - i.e.,
el sufrimiento y las dificultades productos del
pecado. Así sea que Egipto esté gobernado
por un nuevo rey o por el viejo rey, el
resultado es el mismo: a veces se levantan
nuevos obstáculos en contra de nuestras
buenas intenciones de servir a Dios y otras
veces nuevos decretos y situaciones ponen
en tela de juicio la voluntad de Dios y le
impiden a la gente reconocerlo. En ambos
casos, las fuerzas del mal pretenden “no
conocer a Iosef” - no reconocen al Tzadik ni
a su capacidad de ayudar a la gente en la
búsqueda de la Divinidad. En su lugar, se
ocupan de esclavizar y de reprimir a la
gente con “una dura labor” - éstas son las
preguntas conflictivas que suele tener la
gente con respecto a sus devociones y a la
dificultad de obtener respuestas claras
(Zohar I, 27a).

Aun así los judíos sobrevivieron debido


a las parteras Shifra y Pua (Iojeved y
Miriam). Iojeved era llamada ShiFRa
(‫ )שפרה‬porque ella solía MeShaPeR
(‫משפר‬, hermosear) a los niños, Miriam era
llamada PuÁ (‫ )פועה‬porque solía PoÉ
(‫פועה‬, insuflarle vida) a los recién nacidos,
hablándoles de manera suave y amable
(Rashi). Las parteras representan a los
Tzadikim que constantemente encuentran
mérito en el pueblo judío y le hablan con
compasión, ayudándolo a fortalecerse pese
a todas las dificultades que enfrenta.

El faraón decretó matar a todos los


niños y mantener con vida a las niñas. El
hijo/masculino representa la alegría, que el
faraón trata de reprimir para que uno no le
pueda dar vitalidad a sus devociones. La
hija/femenino representa el aspecto de la
depresión (cf. Proverbios 5:5: “Sus pies
descienden hacia la muerte”), que el faraón
trata de fortalecer para poder dominar a sus
súbditos. Pero las parteras -los Tzadikim-
conocen la intención del faraón y mantienen
viva la alegría, dándoles frescura y vitalidad
a aquellos que buscan la Divinidad (Likutey
Halajot III, p. 79a-158).

1:10 “Vamos, pues, portémonos


astutamente con él, no sea que se
multiplique y suceda que habiendo
guerra se una él también a nuestros
enemigos y luche contra nosotros y se
vaya del país”.

Portémonos astutamente con él

Aconsejémonos para destruir al salvador de


los judíos (Rashi).
Con la intención de matar a Moisés, el
futuro salvador de la nación, los egipcios
arrojaron al río a todos los niños judíos. Pero
Moisés el verdadero Tzadik, tenía la
capacidad de contrarrestar el mal de los
egipcios. Sólo él podía entrar al río (los
“canales del mal” de Egipto) y retornar de allí
para vencerlos. Aunque fue criado en la
casa del faraón, Moisés, el Tzadik, lo venció
(Likutey Halajot III, p. 264-133a).

1:11 Pusieron sobre él oficiales


de tributos, para oprimirlo con
sus cargas. Y edificó ciudades
de tesoros para faraón: Pitom y
Ramsés.
Ciudades de tesoros

Estas ciudades se desmoronaban


constantemente y debían ser reconstruidas
todo el tiempo (Sotá 11a).

Esta afirmación Talmúdica se basa en


la palabra MiSKeNot (‫מסכנות‬, tesoros), que
connota tanto SaKaNá (‫סכנה‬, peligro) como
MiSKeN (‫מסכן‬, pobre).

La persona debe construir su hogar


sobre un cimiento de sabiduría: la sabiduría
de la Torá (Likutey Moharán I, 266; Sabiduría y
Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #60). De
lo contrario, deja su casa espiritualmente
pobre y en peligro de colapso espiritual.
Pero cuando construye su hogar con
sabiduría, crea una “ciudad de tesoro”
espiritual.

1:14 Y les amargaron su vida


con duro trabajo de arcilla y
ladrillos; y con toda tarea del
campo; todo el trabajo con que
se servían de ellos era con
rigor.
Y les amargaron su vida con duro
trabajo
KaShá (‫קשה‬, duro) alude a KuShiot
(‫קושיות‬, preguntas). La mayor dificultad de
la esclavitud de los judíos en Egipto
consistió en su lucha con la fe en Dios, en la
Divina justicia y demás (Likutey Moharán II,
46).

Y les amargaron su vida con duro


trabajo

La mayor amargura proviene de las


preguntas que se tienen sobre Dios, pues
esas dudas producen un bloqueo mental
cada vez que la persona trata de servir a
Dios (Likutey Halajot II, p. 34). Así, los judíos
estaban abrumados por preguntas sin
respuesta, por una confusión constante.
Como enseña el Zohar: “Ellos les
amargaron su vida” (los judíos se
enfermaron y se amargaron) “con duro
trabajo” (be-avodá kashá, ‫בעבודה קשה‬,
que está relacionado con KuShiot, ‫קושיות‬,
preguntas), “con arcilla” (be-JoMeR, ‫בחמר‬,
que está relacionado con JuMRá, ‫חומרה‬,
preguntas muy difíciles), “y con ladrillos” (u-
veLeVeNim, ‫ובלבנים‬, que está relacionado
con LiBuN hiljata, ‫ליבון הלכתא‬, “blanquear”
o aclarar la ley) (Tikuney Zohar #21, p. 44a).
La esencia del amargo exilio son las
preguntas sin respuesta (Likutey Halajot II, p.
136a). Sólo con fe es posible superar esas
preguntas (ibid., II, p. 272).
Con toda tarea del campo... con rigor

El faraón sedujo a los judíos bePaReJ


(‫בפרך‬, con rigor), que también puede leerse
como bePé RaJ (‫בפה רך‬, “con una boca
tersa”) con un habla suave, con argumentos
convincentes. “Es imposible pasar el día
entero en la casa de estudios”, les dijo.
“¡Deben ir al campo para trabajar y ganarse
el sustento!”. Este argumento era
meramente un truco para esclavizarlos.
Finalmente, el faraón ordenó que los judíos
debían construir Pitom y Ramsés, ciudades
que se desmoronaban constantemente,
pues estaban fundadas sobre un suelo
inestable. Así es la inestabilidad de este
mundo. Uno trabaja y trabaja para levantar
edificios que no se apoyan sobre una
fundación sólida -edificios construidos para
honor de la persona- y que inevitablemente
se derrumban (Likutey Halajot II, p. 320-161a).

1:15 Y habló el rey de Egipto a


las parteras hebreas de las
cuales una se llamaba Shifra y
la otra se llamaba Puá.
Shifra y Puá

“Shifra” - esta es Iojeved, que era llamada


ShiFRa (‫ )שפרה‬porque ella solía MeShaPeR
(‫משפר‬, hermosear) a los niños. “Puá” era
Miriam, que era llamada PuÁ (‫ )פועה‬porque
solía PoÉ (‫פועה‬, insuflarle vida) a los recién
nacidos (Rashi).

Shifra y Puá (Iojeved y Miriam)


representan a los Tzadikim de la generación
que les devuelven la vida a todos aquellos
que, de otra manera, estarían condenados
por el faraón y los de su ralea. Esos
Tzadikim hacen todo lo posible, incluso
desafiar y desobedecer al faraón, para
insuflar aire fresco y vitalidad en nuestro
judaísmo, enseñándonos a apoyarnos
siempre en Dios (Likutey Halajot II, p. 161a).

1:22 Y el faraón ordenó a todo


su pueblo, diciendo: “Todo hijo
que nazca lo echarán al río; y a
toda hija la guardarán con
vida”.

Todo hijo que nazca lo echarán al río

PaRÓH (‫פרעה‬, faraón) representa la


imaginación de la persona en el momento
en que la disturba (‫מפריע‬, maFRiA) y la
distrae de su objetivo final, el Mundo que
Viene.

El faraón dirigió sus decretos


específicamente en contra de los niños
varones judíos. Ello se debe a que la
palabra hebrea ZaJaR (varón) también
puede ser traducida como “recordar” (Likutey
Moharán I, 54:6). En otras palabras, la
imaginación mal utilizada le impide a la
persona recordar el Mundo que Viene.

El río Nilo también es llamado Pishón


(ver Rashi sobre Génesis 2:11). PIShÓN
(‫ )פישון‬alude a la frase PI ShONé Halajot
(‫פי שונה הלכות‬, “una boca que habla sobre
las leyes de la Torá”). (La Halajá es como
un río que fluye con ideas).

La imaginación no tiene una forma


específica y busca un “cuerpo” para habitar.
Ese “cuerpo” son aquellos que están
dedicados al estudio de la halajá, utilizando
su poder creativo para generar inferencias
de un grupo de leyes con otro. El aspecto
de la imaginación llamado “faraón” busca
afectar a la conciencia del Mundo que Viene
que tiene la gente, dañando su recuerdo,
corrompiendo así el proceso de
pensamiento claro de aquellos que
desarrollan las ideas halájicas (Likutey
Moharán I, 54:6).

2:2 La mujer concibió y dio a


luz un hijo; y vio que era bueno
y lo tuvo escondido tres
meses.

Vio que era bueno


Moisés era completamente bueno, por
lo cual fue capaz de encontrar el bien en los
demás (Likutey Halajot I, p. 2a).

Vio que era bueno

Nació circuncidado (Rashi).

La circuncisión -un pacto cuidado-


representa el bien (Likutey Halajot III, p. 314).

Vio que era bueno

El nombre Moshé Rabeinu (‫משה‬


‫רבינו‬, Moisés nuestro Maestro) tiene el
valor numérico de 613, el mismo que el
número de preceptos de la Torá. Moisés
encarna toda la Torá (Likutey Moharán I, 36:2).

2:3 Pero no pudiendo ocultarlo


por más tiempo, tomó para él
una canasta de juncos y la
calafateó con asfalto y con
brea; y colocando en ella al
niño, la puso en un cañaveral,
a la ribera del río.
Colocando en ella al niño, la puso en un
cañaveral, a la ribera del río
El pecado de Adán -la simiente emitida
en vano- fue la principal causa del Diluvio
(ver Nidá 13a). El Ari explica que la
rectificación de ese pecado comenzó con la
esclavitud en Egipto. Los niños judíos que
fueron arrojados al río eran la reencarnación
de aquellos que murieron en el Diluvio y su
sufrimiento expió por sus pecados anteriores
(Shaar HaPesukim, Shemot).

También Moisés fue arrojado al río.


Pero dado que estaba destinado a redimir al
pueblo judío, fue salvado y, gracias a él,
también los otros fueron salvados. Ello se
debió a que la misión de Moisés en la vida
fue redimir a los judíos, como encontramos
a lo largo de toda la Torá.
Además, vemos que Moisés fue
rescatado por la hija del faraón, quien le dio
el nombre de Moshé, significando “aquel
que fue tomado de las aguas”. MoShéH
(‫משה‬, Moisés), que tiene el valor numérico
de 345, representa la redención; él elevó a
los judíos desde el ShMaD (‫שמד‬,
destrucción), que es numéricamente
equivalente a 344, hacia el RaTzÓN (‫רצון‬,
Favor Divino), que es numéricamente
equivalente a 346 (Likutey Moharán I, 215).
También la hija del faraón fue elevada
desde la idolatría hacia el favor y fue gracias
a Moisés que se convirtió al judaísmo
(Likutey Halajot I, p. 268).
2:5 Y descendió la hija del
faraón para bañarse en el río,
mientras que sus doncellas se
paseaban por la ribera del río y
ella vio el canasto en el
cañaveral y envió a su criada
para que se lo trajera.
Y descendió la hija del faraón para
bañarse en el río

Ella fue a limpiarse de la idolatría de su


padre (Sotá 12b).
La idolatría está asociada con la
avaricia (Likutey Moharán I, 23:1). Aquel que
se limpia de la avaricia anula la idolatría
dentro de sí.

2:6 Y cuando la abrió, vio al


niño y he aquí que el niño
lloraba y le tuvo compasión y
dijo: “Éste es de los niños de
los hebreos”.
He aquí que el niño lloraba

Naar (niño) significa literalmente


“joven”. Moisés siempre se vio a sí mismo
como un hombre joven, especialmente
cuando Le clamaba a Dios. Incluso ya viejo,
se renovaba constantemente, como está
escrito, “Sus ojos no se habían oscurecido ni
había disminuido su vigor natural”
(Deuteronomio 34:7). Fue la gran fortaleza de
Moisés, su poder de renovación continua, lo
que le permitió alcanzar alturas tan elevadas
(Likutey Halajot I, p. 77a).

2:11 Y aconteció en aquellos


días, que siendo Moisés ya
hombre, salió a donde estaban
sus hermanos y observó su
sufrimiento y vio que un
egipcio golpeaba a un hebreo,
uno de sus hermanos.

Observó su sufrimiento

Dado que Moisés buscó maneras de aliviar


el sufrimiento de su pueblo, mereció la
mitzvá de los votos (ver Números 30) (Vaikrá
Rabah 37:2).

¿Cuál es la conexión entre el


sufrimiento y los votos? Cuando Moisés
examinó la causa de la amargura del exilio,
comprendió que se debía a una falta de
arrepentimiento. Los responsables del
retraso en el arrepentimiento eran los
calumniadores, que trataban de alejar a la
gente del Tzadik, quien podía ayudarla a
arrepentirse. Cuando Moisés trató de
ayudar al pueblo y fue detenido por Datán y
Aviram (los mayores exponentes de la
calumnia y de la disputa en el
campamento), se sintió descorazonado.
¿Cómo podrían los judíos dejar el exilio?
Dios entonces le reveló la mitzvá de los
votos, que prohíbe aquello que está
permitido. Tomar un voto requiere de coraje
y de determinación. Debido a la existencia
de esa mitzvá, el pueblo pudo aprender a
dirigir su libertad de elección hacia Dios -
i.e., arrepentirse (Likutey Halajot I, p. 292).

2:12 Entonces miró a un lado y


otro y viendo que no había
nadie, mató al egipcio y lo
escondió en la arena.

Entonces miró a un lado y otro y viendo


que no había nadie

Las palabras KoH y JoH (“a un lado y otro”)


tienen el valor numérico combinado de 50,
correspondiente a las cincuenta letras en el
Shemá y Baruj Shem (Zohar II, 12b).

Al recitar el Shemá, la persona debe


tratar de anularse delante de Dios. De la
misma manera, Moisés se anuló
totalmente: “No había nadie”. Debido a esa
anulación, fue capaz de matar al “egipcio” -
el Otro Lado (Likutey Halajot VI, p. 40a).

Mató al egipcio

Moisés mató al egipcio retirándole las


chispas sagradas que había en él. Cuando
el Tzadik les habla a los opositores de la
Torá, retira sus chispas sagradas, su fuerza
vital, lo que da como resultado su “muerte”
(esta “muerte” puede ser la pérdida de
influencia, una muerte espiritual o incluso la
muerte física) (Likutey Moharán II, 91).

2:14 A lo que respondió:


“¿Quién te ha puesto a ti por
príncipe y juez sobre nosotros?
¿Acaso piensas matarme a mí
como mataste al egipcio?”. Por
esto Moisés tuvo miedo y dijo:
“¡Seguramente se ha conocido
el motivo!”.
Seguramente se ha conocido el motivo

El conflicto y la disputa producen el


exilio (Likutey Halajot II, p. 184). Cuando
Moisés vio a Datán y Aviram peleando,
comprendió por qué los judíos estaban
sufriendo en el exilio. La disputa indica un
sentido pervertido de la justicia y la justicia
corrompida genera el exilio. La verdadera
justicia, por otro lado, lleva a la paz (ibid., VII,
p. 24).

Seguramente se ha conocido el motivo

El motivo del exilio (Rashi).

En otra instancia, Rashi explica que


“ninguna paz surge de la disputa” (ver Rashi
sobre Deuteronomio 25:1). Todo conflicto
representa un daño en la fe. Es por ello que
se conoce el motivo del exilio: se debe a los
conflictos y disputas (Likutey Halajot VIII, p.
260).

Seguramente se ha conocido el motivo

Debido a que el conflicto los divide, sufren en


el exilio (Rashi).
Cuanto más grande sea la disputa,
más se oscurece la Unidad y Unicidad de
Dios. Cuando la Divinidad está oculta,
surgen las fuerzas del mal, produciendo
sufrimiento y exilio (Likutey Halajot VIII, p. 63a).

Seguramente se ha conocido el motivo

Moisés dijo, “Siempre me pregunté por qué


los judíos estaban condenados a sufrir en el
exilio, más que las otras naciones. Pero
ahora que veo que se pelean entre sí,
comprendo el motivo” (Rashi).

¿Acaso son los judíos los únicos que


se pelean? Podemos ver las continuas
guerras, las batallas políticas y la crueldad
en las tratativas comerciales de las otras
naciones. ¿Por qué el conflicto hace que los
judíos sufran más?

En verdad, los judíos tienen un


objetivo superior: han sido elegidos para
revelar en el mundo la gloria de Dios.
Estando conectados a la gloria y al honor,
deben actuar mucho más honorablemente
y respetarse entre ellos. Cuando el conflicto
abunda dentro de la comunidad judía ello
desvía la gloria de Dios, dando como
resultado el exilio y el sufrimiento que lo
acompaña (Likutey Halajot VIII, p. 279a-280a).

Más tarde, Moisés huyó al hogar de


Itró. Itró era el mayor idólatra de Midian. Al
convencer a Itró de convertirse al judaísmo
y de servir al Dios Único, Moisés elevó la
gloria de Dios desde las profundidades de la
idolatría hacia el ámbito de la santidad
(ibid., VIII, p. 283b).

2:21 Moisés aceptó


permanecer con el hombre y él
dio a Moisés su hija Tzipora.
Él dio a Moisés su hija Tzipora

Cuanto más grande sea la persona,


más lejos estará lo que busca. Por lo tanto
Moisés, debido a su grandeza, sólo pudo
encontrar su esposa en Midian, una tierra
lejana (Likutey Moharán II, 70).

Al trabajar para lograr el objetivo,


indefectiblemente habrá que enfrentar la
oposición y los obstáculos. Cuanto más
grande sea la persona, más grande será el
objetivo y por lo tanto, mayores los
obstáculos (ver ibid., I, 66).

2:23 Y aconteció que pasados


muchos días, murió el rey de
Egipto; entretanto los hijos de
Israel gemían a causa de la
servidumbre y clamaron y
subió a Dios su clamor a causa
de su servidumbre.
Y clamaron

Todo éxodo de las dificultades y de los


sufrimientos comienza con clamores y
plegarias a Dios (Likutey Halajot V, p. 332).

2:24 Y oyó Dios los quejidos de


ellos; y Se acordó Dios de Su
pacto con Abraham, con Itzjak
y con Iaacov.
Oyó Dios los quejidos de ellos; y
Se acordó Dios
Cuando clamamos a Dios, Él oye
nuestras voces. Finalmente, esto llevará a
la salvación y a merecer entrar en la Tierra
Santa (Likutey Halajot I, p. 242a).

3:1 Moisés era pastor del


rebaño de Itró, su suegro,
sacerdote de Midian. Una vez
guió el rebaño más allá del
desierto y vino a Jorev, el
monte de Dios.
Moisés era pastor
RoÉH (‫רועה‬, pastorear) alude a
teRuAH (‫)תרועה‬, uno de los sonidos del
shofar. Oír este sonido ayuda a que la
persona controle sus pensamientos
inmorales y logre la santidad (ver Likutey
Moharán II, 5:13).

3:2 Y se le apareció el ángel de


Dios en una llama de fuego, en
medio de una zarza; y miró y
he aquí la zarza que ardía en el
fuego y la zarza no se
consumía.
Y se le apareció el ángel de Dios en una
llama de fuego

Malaj (ángel) también significa


“mensajero” y hace referencia a un
mensajero de espiritualidad dentro del
corazón de la persona. Ese “ángel” es el
fervor en el corazón, un fuego de justicia
que consume las fuerzas del mal que tratan
de abrumar a la persona y protege sus
cámaras de santidad (Likutey Moharán I, 59:1).

Una llama de fuego

LaBaT (llama) puede traducirse como


“por la hija”. “Hija” alude a la sefirá de Maljut,
que está asociada con la fe (Likutey Moharán
I, 30:3). Aquel que tiene fe puede alcanzar
tremendos niveles de Santidad y
experimentar una “llama” de Santidad.

La zarza no se consumía... Quita tu


calzado de tus pies

Moisés vio que las espinas del arbusto


se estaban quemando, pero que no se
consumían. El fuego representa la Divinidad
-como en “Mis Palabras son como fuego”
(Jeremías 23:29)- y las espinas representan
los obstáculos a la espiritualidad. ¿Cómo es
posible, se preguntó Moisés, que incluso si
la Divinidad está revelada los obstáculos a
la espiritualidad aún sigan allí? Cuando
Moisés se acercó al arbusto, Dios le dijo,
“Quita tu calzado de tus pies”. El calzado
representa el cuerpo (Tikuney Zohar #12, p.
27a). No es posible superar los obstáculos a
no ser que se trasciendan los deseos
corporales (Likutey Halajot IV, p. 242a).

La zarza no se consumía... Quita tu


calzado de tus pies

Es posible encontrar la Divinidad


incluso en un “arbusto espinoso” - i.e.,
incluso en medio de la confusión y el
sufrimiento. El hecho de que el arbusto no
se agostara ni se quemara hace referencia
a alguien que trata de encontrar a Dios
anulándose ante Él - restringiendo sus
deseos materiales. Por lo tanto, Moisés fue
advertido: “Quita tu calzado de tus pies”
(i.e., tu vestimenta física; Tikuney Zohar
312, p. 27a) y anúlate para que puedas
merecer la revelación de la Divinidad,
incluso en una zarza ardiente (Likutey Halajot
I, p. 31a-62). Pero Moisés era renuente a
encarar la casi continua batalla de la
autoanulación (ibid., I, p. 62).

La zarza ardiente

La “zarza ardiente” representa el exilio.


Moisés comprendió que, pese a la
amargura del exilio, si logramos la alegría y
buscamos a Dios, finalmente Lo
encontraremos. Pero Moisés no podía
entender cómo era posible que, después de
que la alegría lleva a la persona a percibir la
Divinidad, la “zarza no se consumía” - i.e., el
exilio continuaba. Y si así era la cosa,
¿cómo podrían los judíos sobrevivir el
exilio?

Moisés se acercó a la “zarza” - tratando


de encontrar una manera de terminar con el
exilio - y Dios le dijo, “No te acerques. Quita
tu calzado de tus pies” - indicando que
mientras uno no se aleje de las pasiones
materiales, el exilio continuará. Moisés
exclamó, “¡Envía [la redención] por mano de
quien quieras enviar [i.e., Mashíaj]!” (Éxodo
4:13) - pues él sabía que no viviría para ver
el final de un exilio tan largo. Entonces Dios
le aseguró que Aarón se reuniría con él y se
regocijaría por el hecho de que él había sido
designado líder de la nación (ibid., 4:14) -
aludiendo al hecho de que la alegría es la
clave para sobrevivir y finalmente dejar el
exilio (Likutey Halajot II, p. 161a-322-163a).

3:4 Cuando Dios vio que se


desviaba para mirar, Dios lo
llamó de en medio de la zarza,
diciendo: “¡Moisés! ¡Moisés!”,
y él respondió: “Heme aquí”.
Heme aquí

El Midrash explica que con esas


palabras Moisés declaró su disposición para
el sacerdocio y el liderazgo. Debido a que
Moisés buscó liberar de su carga a los
judíos -específicamente, de la carga del
pecado- alcanzó el sacerdocio cuando sirvió
en el Tabernáculo durante la primera
semana de inauguración y obtuvo el
liderazgo de Israel.

Cuando el Tzadik busca la forma de


liberar a los judíos del pecado y del
sufrimiento, hace que el Templo se
reconstruya. Así las iniciales de las palabras
Vaiar IHVH Ki Sar Lirot (“Cuando Dios vio
que se desviaba para mirar”) conforman la
palabra KiSLeIV (‫כסליו‬, Kislev), el mes en
el que se volvió a inaugurar el Templo (tal
cual se conmemora en la festividad de
Jánuca). Un Tzadik así puede también
demostrarles a los más grandes de los
eruditos que aún no han comenzado a
percibir a Dios, al tiempo de revelarles a
aquellos que están distantes de Dios que “el
mundo entero está lleno de Su gloria” (Isaías
6:3) (Likutey Moharán II, 7:11).

3:5 Y Él dijo: “No te acerques;


quita tu calzado de tus pies,
porque el lugar en que estás,
es tierra Santa”.
Quita tu calzado
“Calzado” representa el cuerpo (Tikuney
Zohar #12, p. 27a).

Para poder percibir la Divinidad es


necesario descartar los deseos corporales.
Entonces uno alcanza un “cuerpo celestial”
proveniente del Jardín del Edén (Likutey
Moharán II, 83).

Quita tu calzado

“Calzado” representa el cuerpo (Tikuney


Zohar #12, p. 27a).

Todo aquel que desee alcanzar una


revelación de la Divinidad, como hizo
Moisés, deberá deshacerse de todos los
deseos materiales. El cuerpo es comparado
con el calzado porque el cuero, cuando se
trabaja, se vuelve muy blando y apto para
conformar una vestimenta. Aun así, no
siempre es purificado totalmente: es posible
que aún le quede algo de mal olor. Sólo las
clases de cuero que han sido trabajadas una
y otra vez en las curtiembres estarán libres
de olor. De la misma manera, hay
Tzadikim que han conquistado sus deseos
materiales, haciendo de sus cuerpos
receptáculos adecuados para la Divinidad.
Pero también hay Tzadikim, como Moisés,
que trabajaron más aún sobre ellos mismos
y lograron descartar completamente su
corporeidad (Likutey Halajot III, p. 36).
3:6 Y dijo:”Yo soy el Dios de
tus padres, el Dios de
Abraham, el Dios de Itzjak y el
Dios de Iaacov”. Entonces
Moisés se cubrió el rostro,
porque tuvo temor de mirar a
Dios.

Moisés se cubrió el rostro

Fue específicamente debido a que


Moisés se cubrió el rostro que mereció
grandes revelaciones de Divinidad (Likutey
Halajot VI, p. 70a).
La persona que es humilde “se cubre”
de la gran luz de Dios. ¡Y al disminuirse
puede recibir esa luz! Esta secuencia refleja
la Creación original, cuando Dios constriñó
Su Presencia para crear el Espacio Vacío y
formar allí todos los mundos (ibid., II, p. 201a).

Moisés se cubrió el rostro

Existe un aspecto de Keter en cada


uno de nosotros. Este Keter es el poder de
la mente para alcanzar grandes alturas,
pero, al mismo tiempo, reconoce su
incapacidad de exceder sus límites (Likutey
Moharán I, 24). Esto es conocido como ha-
mesader ve-ha-meiashev et ha-moaj (“el
poder de componer y de ordenar la mente”).
Así, Moisés sabía cómo cubrir su rostro
después de percibir la Divinidad.

Nosotros practicamos el mismo


aspecto en nuestras plegarias diarias.
Después de la Amidá, recitamos el Tajanun
- después de recitar las Dieciocho
Bendiciones y estar de pie delante de Dios,
caemos y cubrimos nuestros rostros. Luego
de alcanzar un elevado nivel de contacto
con la Divinidad, debemos “cubrir nuestros
rostros” (Likutey Halajot I, p. 396).

Moisés se cubrió el rostro

Incluso los grandes Tzadikim deben


tener mucho cuidado y no mirar más allá de
su situación y capacidad. Adán, el primer
hombre creado por la propia mano de Dios,
aspiró a lo que estaba más allá de él. Su
deseo le hizo comer del Árbol del
Conocimiento (Likutey Halajot II, p. 32).

3:11 Y Moisés le dijo a Dios:


“¿Quién soy yo para que vaya
al faraón y para que saque a
los hijos de Israel de Egipto?”.

¿Quién soy yo?

Los judíos en Egipto habían caído al


nivel cuarenta y nueve de la impureza.
Cuanto más bajo sea el nivel al cual haya
descendido la persona, más grande será el
Tzadik que necesite para que la ayude a
ascender. Por lo tanto sólo alguien del
calibre de Moisés pudo redimir al pueblo
judío (Likutey Moharán I, 30:2). Pero Moisés
era muy humilde y no se consideraba digno
de redimir a los judíos; por lo tanto él dijo,
“¿Quién soy yo?”.

¿Quién soy yo para que vaya al faraón y


para que saque a los hijos de Israel de
Egipto?

Cuando se presenta la ira Divina en el


mundo, esa ira también entra en el Tzadik.
Consecuentemente, éste se oculta y se
niega a guiar al pueblo.

En el momento del episodio registrado


aquí, debido a que prevalecía la idolatría, la
ira Divina estaba presente en el mundo
(como se indica en Éxodo 4:14: “La ira de
Dios ardió contra Moisés”). Cuando esa ira
entró en Moisés, éste se negó inicialmente
a redimir a los judíos. Sin embargo,
después de que Dios reveló Su compasión
al ofrecer redimir a los judíos, demostrando
que Su ira había sido mitigada, Moisés
aceptó la misión (Likutey Moharán I, 18:2).

3:12 Y Él dijo: “Porque Yo


estaré contigo; y esta visión te
será la señal de que Yo te he
enviado y cuando hayas
sacado al pueblo de Egipto,
servirán a Dios en este monte”.

Será la señal de que Yo te he enviado

La “señal” hace referencia al pacto de


la pureza sexual (Likutey Moharán I, 27:6).
Cuando la persona cuida el pacto, puede
“servir a Dios en este monte” - en otras
palabras, puede recibir la Torá.

Cuando hayas sacado al pueblo de


Egipto, servirán a Dios en este monte
Moisés preguntó, “¿Qué mérito tienen para
ser redimidos?”. Dios le respondió, “Ellos
recibirán la Torá en este mismo monte”
(Rashi sobre Éxodo 3:12).

La persona recibe su principal vitalidad


de la Torá, a través del Tzadik (Likutey
Moharán I, 8).

Cuando Moisés le preguntó a Dios


cómo serían redimidos los judíos, él quería
saber de dónde iban a derivar su fuerza vital
(dado que la Torá aún no había sido
entregada). Dios le respondió que así como
la gente recibiría su fuerza vital de la Torá
una vez que ésta le fuera dada a través de
Moisés, el Tzadik siempre canalizaría esa
fuerza vital. Así, Moisés fue el único que
pudo hacer descender las Diez Plagas sobre
Egipto. Dado que el Tzadik subyuga su
voluntad completamente ante la Voluntad
de Dios, puede subyugar tanto la vida como
la naturaleza a la Voluntad de Dios.

Las Diez Plagas afectaron a todos los


ámbitos de la creación -mineral, vegetal,
animal y humano- y manipularon los cuatro
elementos: la tierra (por ejemplo, los piojos),
el agua (por ejemplo, la sangre), el aire (el
viento que trajo las langostas) y el fuego
(por ejemplo, el granizo). Las Diez Plagas
demostraron que Dios controla
absolutamente la naturaleza y que la
vitalidad de todas las cosas llega a través
del Tzadik (Likutey Halajot VII, p. 170).

Cuando hayas sacado al pueblo de


Egipto, servirán a Dios en este monte

En Egipto, los judíos fueron esclavos


de PaROH (‫פרעה‬, faraón), que representa
las HaFRaOt (‫הפרעוה‬, distracciones) de la
imaginación. Para poder recibir la Torá uno
debe elevarse por sobre la imaginación y
entrar al verdadero intelecto (Likutey Halajot
VII, p. 128).

Cuando hayas sacado al pueblo de


Egipto, servirán a Dios en este monte

Egipto representa la arrogancia.


Reconocer y servir a Dios representa la
humildad. Dado que el pueblo judío aún no
había recibido la Torá -que podía nutrir su
humildad y ayudarlo a combatir la
arrogancia de Egipto- el Éxodo fue algo
difícil de consumar. Dejar Egipto significaba
trascender la conciencia restringida de los
judíos, que es equivalente a la arrogancia y
que está simbolizada por el jametz que se
leva.

El jametz sólo puede ser comido


después de Pesaj, el día de la Apertura del
Mar. El Midrash enseña que el mar se abrió
en mérito a Iosef (Bereshit Rabah 87:8), quien
era el paradigma de la pureza y de la
moralidad, de un pacto cuidado. Cuando los
judíos actúan de manera moral, se hacen
merecedores de la Torá. Así, la pureza
representada por Iosef llevó a la Apertura
del Mar, lo que condujo a la Entrega de la
Torá. Debido a que los judíos merecieron la
moralidad y la humildad, se hicieron dignos
de recibir la Torá (Likutey Halajot I, p.93a-186-
94a).

Servirán a Dios en este monte... ¿Cuál


es Su Nombre?

Cuando Dios le prometió a Moisés que


los judíos Lo servirían, Moisés respondió,
“Cuando ellos me pregunten, ‘¿Cuál es Su
Nombre?’, ¿qué les diré?”. Es imposible
servir a Dios a no ser que uno sepa a Quién
está sirviendo. Pero es imposible conocer a
Dios a no ser que uno lleve a cabo las
mitzvot. Moisés comprendió que ésta era
una paradoja. Moisés hizo un gran esfuerzo
para lograr que se le revelase el Nombre de
Dios y poder así transmitirles ese
conocimiento a los judíos (Likutey Halajot V, p.
25a).

3:13 “Pero Moisés le dijo a


Dios: “He aquí, yo iré a los
hijos de Israel y les diré: “El
Dios de sus padres me ha
enviado a ustedes”, y cuando
ellos me pregunten: ‘¿Cuál es
Su Nombre?’, ¿Qué les diré?”.
¿Cuál es Su Nombre?

La gente está siempre diciendo, “¡Oh,


Dios mío!”. Pero, ¿qué significa esto? Uno
debe realmente conocer a Dios y a Su
Nombre para reconocerlo y servirlo (Likutey
Halajot I, p. 444).

El Dios de sus padres me ha enviado a


ustedes... ¿Qué les diré?... Seré quien
Seré

Cuando Dios dijo, “Yo soy el Dios de tu


padre” (Éxodo 3:6), le estaba revelando a
Moisés Su Nombre. Por lo tanto, por qué
dijo Moisés, “Cuando ellos me pregunten,
‘¿Cuál es Su Nombre?’, ¿qué les diré?”. Y,
¿por qué Dios respondió, “Seré quien seré”,
si Él ya había dicho que Su Nombre era
Dios?

El rabí Natán explica esta


conversación como sigue. Moisés sabía que
el pueblo judío aceptaría a Dios
inmediatamente. Pero Moisés estaba
mirando hacia el futuro, cuando habría más
pecados, más exilios y más sufrimiento.
Incluso si había esperanzas con respecto al
presente exilio, ¿habría esperanzas para los
futuros exilios? Durante siete días, Moisés
arguyó y le rogó a Dios para que revelase
cómo los judíos superarían sus dificultades
futuras. Por lo tanto su pregunta “Cuando
ellos me pregunten, ‘¿Cuál es Su
Nombre?’, ¿qué les diré?”, implica, “¿Qué
esperanza habrá para su futuro?”.

Dios respondió, “Ehiéh Asher Ehiéh -


Seré Quien Seré”. Este nombre se traduce
como “Yo no existo aún; estoy preparado
para existir, y existiré en el futuro”. (Es
importante notar que esta definición no se
aplica en absoluto a Dios Mismo. En la
Kabalá, el Nombre Ehiéh corresponde a
Keter, que implica una futura creación para
nosotros. Pero Dios nunca cambia). Para
que los judíos sepan cómo sobrevivir en el
futuro, deben adaptarse a Dios con la
actitud de “Seré”, practicando la renovación
constante, comenzando siempre de nuevo,
diariamente, pese a todo lo que pudiera
haber sucedido anteriormente. De esa
manera, siempre podrán encontrar a Dios
(Likutey Halajot I, p. 446-224a).

3:14 Y dijo Dios a Moisés:


“Seré quien Seré”. Dijo
además: “Así les dirás a los
hijos de Israel: ‘Seré me ha
enviado a ustedes’”.
Seré quien Seré

El Santo Nombre de Dios EHIéH


(‫ה‬-‫י‬-‫ה‬-‫א‬, Seré) tiene el mismo valor
numérico que la palabra DaM (‫דם‬, sangre).
Este Nombre refleja la dinámica de
transformarse y de volverse un ser humano
completo, en lugar de vivir una existencia
animal.

Dios está siempre con la persona. Él


está oculto incluso dentro de la sangre de la
persona - i.e., dentro de sus bajos deseos.
Así, sea cual fuere el nivel en el cual uno se
encuentre, tan pronto como busque la
Divinidad -tan pronto como se prepare a
cambiar, a “ser”- percibirá la presencia de
Dios, Quien sustenta la dinámica de “Seré”
(Likutey Moharán I, 6:2),
Ehiéh - Seré

Sabemos que Dios es llamado IHVH


(‫ה‬-‫ו‬-‫ה‬-‫)י‬, que representa ‫( היה‬Él fue), ‫הוה‬
(Él es) y ‫( יהיה‬Él siempre será). Si es así,
¿qué viene a enseñarnos el Nombre Ehiéh?
Aunque Dios existe siempre, a veces Su
presencia no es manifiesta. Ehiéh significa
“Estaré manifiesto” - i.e., llegará el tiempo
en que la gente Me reconocerá (Likutey
Halajot III, p. 12a).

Ehiéh Asher Ehiéh - Seré Quien Seré

“Ehiéh” - Yo estaré con ellos en este exilio.


“Asher Ehiéh” - Yo estaré con ellos en los
exilios futuros (Rashi).
La conciencia espiritual está dormida
durante el tiempo del exilio. Para “despertar”
esa conciencia es necesario relatar historias
que invistan las enseñanzas de Torá de
manera que puedan ser recibidas en ese
estado. Hay dos tipos de historias: aquellas
de los “tiempos recientes” (que invisten las
enseñanzas inferiores de la Torá) y aquellas
de los “tiempos antiguos” (que invisten los
misterios más profundos de la Torá).

Moisés era consciente de la


enfermedad espiritual de los judíos. Cuando
le pidió a Dios que revelara Su Nombre,
Dios dijo, “Ehiéh - Seré”. Como esto tuvo
lugar antes de la entrega de la Torá, Dios, al
igual que Su Torá, estaba oculto. Dios sólo
podía ser conocido como Aquel que sería
revelado en el futuro. El Nombre Ehiéh
hace referencia a las historias que invisten
las enseñanzas de la Torá, pero que tienen
igualmente el poder de liberar a la persona
de su exilio espiritual. El Nombre Ehiéh
Asher Ehiéh hace referencia a las historias
de los tiempos antiguos que invisten los
misterios más profundos de la Torá -
aludiendo al poder más grande de la Torá
que traerá el final de todos los exilios (Likutey
Halajot V, p. 22a).

Ehiéh Asher Ehiéh - Seré Quien Seré

Ehiéh Asher Ehiéh corresponde a los


tres Santos Nombres: Ehiéh, IHVH y
Adonai, que son los intelectos de los tefilín
(Shaar HaKavanot, Tefilín, capítulos 2-3). Esos
intelectos debían descender sobre Moisés
antes de que los judíos pudieran merecer el
Éxodo. Al utilizar los tefilín, cada persona,
en su propio nivel, puede también traer
sobre sí esos intelectos -esos Nombres
Santos- y así alcanzar el poder para lograr
la redención (Likutey Halajot I, p. 142-72a).

3:15 Y Dios dijo también a


Moisés: “Así dirás a los hijos
de Israel: ‘Dios, el Dios de sus
padres, el Dios de Abraham, el
Dios de Itzjak y el Dios de
Iaacov me ha enviado a
ustedes. Éste es Mi Nombre
para siempre y éste es Mi
memorial para todas las
generaciones’”.
Éste es Mi Nombre para siempre

Hoy no soy llamado por Mi Nombre tal cual


está escrito. Mi Nombre está escrito IHVH,
pero se pronuncia Adonai. Sin embargo, en
el futuro, será escrito IHVH y pronunciado
IHVH (Pesajim 50a).

El Santo Nombre de Dios IHVH es el


Shem HaEtzem, una descripción de Su
Esencia. El Santo Nombre Adonai es una
clasificación que designa a Dios como Señor
y Gobernante. Dado que la Esencia de Dios
está oculta en este mundo, Su Nombre
también está oculto. En el futuro, cuando
Dios esté revelado para todos, Su Nombre
estará revelado para todos (Likutey Halajot I,
p. 109a).

Mi memorial para todas las generaciones

En cada generación hay una continua


revelación de Divinidad. Cada nueva alma
contribuye a esa revelación (Likutey Halajot I,
p. 74a).
Mi Nombre... Mi memorial

El valor numérico de SheMI (‫שמי‬, “Mi


Nombre”) combinado con el valor de I-H
(‫ה‬-‫י‬, las dos primeras letras del
Tetragrámaton) es igual a 365. El valor
numérico de ZiJRI (‫זכרי‬, “Mi memorial”)
combinado con el valor de V-H (‫ה‬-‫ו‬, las dos
últimas letras del Tetragrámaton) es igual a
248 (Tikuney Zohar 89a).

Moisés recibió 613 mandamientos - 365


mandamientos negativos correspondientes a
los días del año y 248 mandamientos
positivos correspondientes al número de
órganos del cuerpo humano (Makot 23b).

Cuando le oramos a Dios y


respetamos los 365 mandamientos
negativos, despertamos las letras sagradas
I-H de Su Nombre. Cuando recordamos a
Dios y realizamos los 248 mandamientos
positivos, despertamos las letras sagradas
V-H de Su Nombre. Aunque los
mandamientos positivos representan un
nivel superior del servicio a Dios, observar
los mandamientos negativos despierta una
iluminación mayor, la de las dos primeras
letras de Su Nombre. Se necesita una luz
más intensa de Arriba para iluminar este
mundo en el cual dominan los bajos deseos
y para crear los recipientes para captar Su
luz (Likutey Halajot I, p. 78a).
4:1 Respondió Moisés y dijo:
“Ellos no me creerán ni
escucharán mi voz, porque
dirán: ‘No te ha aparecido
Dios’”.

Ellos no me creerán

Moisés trató de rechazar su misión


dado que vio que era muy difícil mitigar
todo el sufrimiento y sabía que no sería
capaz de completar la redención durante su
vida (Likutey Halajot I, p. 236).

Ellos no me creerán
Moisés tenía la sospecha de que
encontraría grandes dificultades cuando
tratase de instilarle fe al pueblo judío. Por lo
tanto declaró, “Ellos no me creerán” –
refiriéndose a los judíos que no tendrían fe -
y “Ellos no me creerán” - aludiendo a su
imaginada percepción de que carecía del
poder de redimir al pueblo. En respuesta,
Dios le dijo que tomase agua del río, la cual
se transformaría en sangre sobre la tierra
seca. DaM (‫דם‬, sangre) representa los
poderes de DiMion (‫דמיון‬, imaginación).
Antes del Éxodo, los poderes de la
imaginación aún no estaban purificados.
Dios le aseguró a Moisés que aunque él no
completaría la misión de rectificar a todos
para siempre, tendría éxito en su misión de
instilarles la fe a los judíos en Egipto.

El agua representa el intelecto. Por ello


fue la sangre la primera plaga en afligir a los
egipcios, porque ellos pensaban que habían
alcanzado la sabiduría y eran
intelectualmente superiores a los demás. Al
afligirlos con DaM (‫דם‬, sangre), Dios les
demostró que no tenían ningún poder sobre
su meDaMé (‫מדמה‬, ilusiones), y menos
aún sobre su intelecto. Fue por ello que Dios
transformó el agua de ellos (i.e., el intelecto)
en sangre (Likutey Halajot VII, p. 218a-436).

Ellos no me creerán... tres señales

Moisés quería saber cómo podría


redimir a los judíos si ellos carecían de fe,
especialmente de la fe en los Tzadikim. En
respuesta, Dios le dio tres señales para
hacer delante de la nación e instilarle la
importancia de la fe en los Tzadikim.

La primera señal era una clase de


lepra - como en “Dios hará que sufras de
terribles aflicciones” (Deuteronomio 28:59), que
nuestros Sabios interpretan como la
desaparición de los Tzadikim debido a la
falta de fe en ellos. La segunda señal era la
vara que se transformó en una serpiente -
como en “Aquel que traspase una cerca
será mordido por una serpiente” (Eclesiastés
10:8), que nuestros Sabios equiparan con
traspasar la “cerca” de las directivas
rabínicas. La tercera señal era el agua que
se transformaba en sangre - porque si uno
tiene fe en los Tzadikim, puede superar sus
malos deseos y alcanzar el deleite en Dios.
Si no tiene fe, su sangre caliente y
envenenada lo dominará; sus deseos son
las bajas pasiones del cuerpo que controlan
su vida (ver Likutey Moharán I, 57). Así, vemos
que la primera de las Diez Plagas
transformó las aguas de los egipcios en
sangre. Debido a que los egipcios carecían
de fe en el Tzadik Moisés, terminaron con
sangre y sufrimientos (Likutey Halajot III, p.
145a).

4:3 Y Él dijo: “Arrójala a la


tierra”. Y la arrojó a tierra y se
convirtió en una serpiente; y
huyó Moisés de delante de ella.
Y la arrojó a tierra y se convirtió en una
serpiente

La vara de Moisés representa el poder


de la libertad de elección. Moisés estaba en
pleno control de sí mismo. Pero cuando la
vara fue arrojada a la tierra (que simboliza el
materialismo) frente a la gente común, se
transformó en una “serpiente” - el símbolo
de los deseos materiales. Uno debe
“tomarla de su cola” y hacer lo mejor que
pueda para sublimar los deseos. Finalmente
la “serpiente” volverá a ser una vara - i.e., el
poder mediante el cual es posible servir a
Dios (Likutey Halajot II, p. 46).

4:4 Entonces dijo Dios a


Moisés: “Extiende tu mano y
tómala por su cola”; y él
extendió su mano, la tomó y se
volvió una vara en su palma.

Tómala por su cola... y se volvió una


vara en su palma

Aunque aferremos a la “serpiente” -i.e.,


la personificación del mal- aún podemos
encontrar bien en ella y hacerla que retorne
a su forma original de bien (Likutey Halajot III,
p. 158).

4:10 Y Moisés le dijo a Dios: “Por favor,


mi Señor, no soy hombre elocuente de
ayer ni de anteayer, ni desde que
hablaste a Tu siervo, sino que soy torpe
de boca y torpe de lengua”.

No soy hombre elocuente

Hay cuatro clases de habla que se


relacionan con la caridad, el arrepentimiento,
la riqueza y el poder y la soberanía. Los
cuatro tipos están aludidos en este
versículo: “No soy hombre elocuente”
corresponde a la caridad. “De ayer”
corresponde al arrepentimiento. “Ni de
anteayer” corresponde a la riqueza y el
poder. “Ni desde que hablaste a Tu siervo”
corresponde a la soberanía (Likutey Moharán
II, 2:4).

Soy torpe de boca

A Moisés le era difícil hablar pues él es


el aspecto del silencio, el nivel que
trasciende el habla (Likutey Moharán I, 64:3).

Soy torpe de boca

A Moisés le costaba hablar porque el


habla se encontraba en un estado de exilio
espiritual en Egipto (Likutey Moharán I, 56:7).

4:11 Dios le dijo: “¿Quién le dio


boca al hombre?, o ¿quién lo
hace mudo o sordo, vidente o
ciego?, ¿acaso no soy Yo,
Dios?

¿Quién le dio boca al hombre?

El habla diferencia al hombre del


animal (Likutey Moharán I, 224). La persona
que alcanza un habla adecuada es llamada
“ser humano”.
¿Quién le dio boca al hombre?

Moisés era Kevad pé (literalmente,


“pesado de habla”) pues el principal exilio es
el exilio del habla. Cuando Moisés rechazó
inicialmente su misión, Dios le dijo, “¿Quién
le dio boca al hombre?”, que puede ser
interpretado como una afirmación: “¡Dios le
dio una boca al hombre!”. En otras palabras,
Dios le aseguró a Moisés que Él traería la
redención y sacaría al habla del exilio
(Likutey Moharán I, 45).

¿Quién le dio boca al hombre?

“¿Quién le dio boca al hombre?”,


puede ser leído como una pregunta y una
respuesta: “¿Quién le da al hombre su
naturaleza humana? ¡Su boca!” (i.e., su
capacidad de comer de la manera
apropiada y santa) (Likutey Moharán II, 77).

4:13 Y él dijo: “¡Por favor, mi


Señor! Envía Te ruego, por
mano de quien quieras enviar”.
Envía Te ruego, por mano de quien
quieras enviar

Cuando Moisés vio la zarza ardiente,


se acercó a ella, asombrado por el hecho de
que estaba ardiendo y no se consumía.
Comprendió la alusión de que el fuego
representaba la Torá, que tiene el poder de
consumir las espinas - i.e., los obstáculos y
la oposición que iba a enfrentar la nación
judía cuando tratara de conquistar a sus
enemigos y de entrar a la Tierra Santa.

Sin embargo, el fuego no consumía la


zarza misma porque aún no había llegado el
tiempo en que los judíos triunfarían sobre
sus enemigos. Dios le dijo a Moisés, “quita
tu calzado... es tierra Santa” (Éxodo 3:5).
Significando: Cuando se revele la santidad
de la Tierra y el Templo se mantenga por
siempre, entonces podrás vencer a tus
enemigos por completo. Hasta ese
momento, no podrás hacerlo.
Comprendiendo que no merecería
guiar a los judíos hacia la Tierra Santa y ver
el Templo construido, Moisés rechazó la
misión. “Envía por mano de quien quieras
enviar”, declaró, “dado que yo no podré
completar la misión”. Pero Dios lo hizo ir
igualmente. “Si no lo haces, no hay nadie
más que pueda redimirlos”, explicó Dios.
“Aunque no puedas completar la mitzvá,
¿acaso es ese un motivo para no
comenzarla?” (Likutey Halajot VIII, p. 224a-b).

Envía Te ruego, por mano de quien


quieras enviar

Moisés era renuente a redimir a los


judíos porque sabía que ellos volverían a
pecar, llevando finalmente a la destrucción
de los dos Templos y a un largo exilio.
Pensó que era mejor que los judíos
continuasen como estaban, en la esclavitud,
hasta que pudiesen rectificar todas las
chispas de santidad y ganar una Redención
Final completa. Pero Dios sabía que el
tiempo de la Redención Final aún no había
llegado. Por lo tanto no podía retrasar el
Éxodo ni por un momento, aunque las
rectificaciones todavía estuviesen
incompletas. Todas las rectificaciones toman
tiempo. De todas maneras, si los judíos no
hubiesen sido redimidos, nunca habrían sido
capaces de rectificar nada (Likutey Halajot II, p.
194).
4:14 Entonces se encendió la
ira de Dios contra Moisés y Él
dijo: “Por cierto, Aarón el
levita, hermano tuyo, Yo sé que
el puede hablar bien; además
he aquí que sale a recibirte y al
verte se regocijará en su
corazón”.

Al verte se regocijará en su corazón

Debido a la alegría en su corazón merecerá


el Pectoral sobre su corazón (Rashi).
Aarón era el líder de los judíos en
Egipto durante la ausencia de Moisés. Aun
así, cuando Dios le dijo que Moisés tomaría
el liderazgo, Aarón salió a recibirlo con gran
alegría. Él se presentó con humildad delante
de Moisés y voluntariamente le transmitió el
manto del liderazgo. Mediante sus acciones,
Aarón demostró que era un verdadero líder,
uno que lleva en su corazón lo que es mejor
para su pueblo.

En verdad, todo el Éxodo se articuló


sobre la humildad de Aarón. Los judíos en
Egipto conocían a Aarón y confiaban en él;
si él hubiese dudado en aceptar a Moisés,
los judíos nunca lo habrían aceptado.
Entonces el Éxodo no se habría llevado a
cabo, porque sólo Moisés era lo
suficientemente grande como para ayudar a
los judíos a dejar Egipto.

El hecho de que Moisés era


“tartamudo” alude a su grandeza: era tan
elevado que le habría costado mucho
comunicarse con la gente que se
encontraba en un nivel inferior, de no haber
sido por Aarón, quien actuaba como su
intérprete. Debido a que Aarón era tan
grande, podía comprender la grandeza de
Moisés. Debido a que comprendía, Aarón
se regocijaba. Y fue por ello que mereció ser
el Cohen Gadol (Likutey Halajot V, p. 446-224a-
448).
Aarón el levita

Aunque Aarón nació en la Tribu de


Leví, se volvió un Cohen. Mereció esa
elevación debido a que, aunque era mayor
que Moisés y un profeta consumado de por
sí, salió a recibir a Moisés, el Tzadik, con
gran alegría. El éxito de todo el Éxodo
dependía del hecho de que Aarón aceptase
a Moisés como el verdadero líder (Likutey
Halajot I, p. 168-85a).

Al verte se regocijará

Debido a esa alegría, Aarón mereció el


sacerdocio (Shabat 139a).

Aarón ascendió más allá del poder de


la imaginación y alcanzó un corazón puro y
un ojo benefactor. La alegría en su corazón
también anuló los amores caídos, que son
las bondades caídas, el aspecto del
sacerdocio. (De acuerdo a la Kabalá, los
Cohanim representan jesed, la bondad,
mientras que los Levitas representan
guevurá, juicio). Así, Aarón mereció el
sacerdocio (Likutey Halajot I, p. 364-183a).

Aarón era un profeta incluso en Egipto

Aarón buscaba la paz (Avot 1:12).

La verdadera paz le llega a quien tiene


conocimiento. Aarón siempre buscó llevarle
al pueblo la iluminación de daat
(conocimiento de Dios) -incluso mientras
estaba en Egipto, en el más bajo del
niveles- porque siempre buscó la paz
(Likutey Halajot II, p. 56).

Al verte se regocijará

Ver al Tzadik trae alegría (Likutey Halajot


I, p. 182-92a).

4:16 “Y él hablará por tu orden


al pueblo; y sucederá que él te
servirá a ti de boca y tú le
servirás a él en lugar de Dios”.
Él te servirá a ti de boca

Aarón, el Cohen que merece jesed


(bondad), merece una lengua perfecta. Así,
él se volvió la “boca de Moisés” (Likutey
Halajot I, p. 183a).

4:19 Y Dios dijo a Moisés en


Midian: “Anda, vuelve a Egipto,
porque han muerto todos los
hombres que buscaban tu
vida”.

Han muerto todos los hombres que


buscaban tu vida
Esto significa que se han empobrecido, algo
que es comparable a la muerte (Rashi;
Nedarim 64 b; ver Likutey Moharán I, 4:8).

De manera similar, el nombre de la


persona está asociado con la vida, como en
la frase “Un alma viviente es su nombre”
(Génesis 2:19). La pérdida del nombre (y la
reputación) es equivalente a la muerte
(Likutey Moharán II, 66).

4:31 Y creyó el pueblo; y


cuando oyeron que Dios había
recordado a los hijos de Israel
y que Él había visto su
aflicción, inclinaron la cabeza y
se prosternaron.
Y creyó el pueblo

La fe es el único medio para lograr la


redención. Cuando se les informó a los
judíos sobre la inminente redención,
tuvieron que fortalecer su fe. Dios realizó los
tremendos milagros de las Diez Plagas para
demostrarles a los judíos que hay motivos
para creer (Likutey Halajot II, p. 36).

5:2 Y dijo el faraón: “¿Quién es


Dios para que yo oiga Su voz y
deje ir a Israel? No conozco a
Dios, ni tampoco dejaré ir a
Israel”.
Y dijo el faraón: “¿Quién es Dios?”

El faraón representa a los malvados


que estudian Torá pero que fuerzan su
propio punto de vista sobre el pueblo. Esos
puntos de vista, antitéticos a los ideales de
la Torá, hacen que la nación descienda al
exilio. Su nombre, PaROH (‫פרעה‬, faraón),
tiene las mismas letras que HaOReF
(‫הערף‬, la parte posterior del cuello) -
implicando que el habla sagrada (que
corresponde a la Ley Oral) está atrapada
allí, ocultando del mundo la Divinidad.

Moisés le dijo el faraón, “Deja ir a mi


pueblo”, pues Moisés representa al Tzadik
que busca transmitir la Ley Orar. Sin
embargo, el “faraón” es demasiado malvado
como para permitir que la persona común
experimente plenamente la Torá. Cuando
una persona malvada estudia Torá, en
verdad desafía a Dios (“¿Quién es Dios?”) y
se niega a liberar a la gente (Likutey Halajot V,
p. 62a).

Y dijo el faraón: “¿Quién es Dios?”

Los egipcios, liderados por el faraón,


no creían en Dios. Para producir el Éxodo,
Moisés tenía que llevarlos a creer en Dios,
lo que logró mediante los milagros. Así, el
faraón dijo, “¿Quién (‫מי‬, MI) es Dios?” - y se
le respondió mediante la Apertura del Mar
(‫ים‬, IaM) - i.e., los milagros (Likutey Halajot I,
p. 42-22a).

5:3 Y ellos dijeron: “El Dios de


los hebreos se nos ha
aparecido. Permite, te
rogamos, que vayamos camino
de tres días en el desierto y
ofrezcamos sacrificios a Dios,
nuestro Señor, no sea que
venga sobre nosotros con
peste o con espada”.
El Dios de los hebreos

Los judíos son llamados IVRim


(‫עברים‬, hebreos) debido a que con su fe
OVeR (‫עובר‬, pasan por sobre) todas sus
dudas y los desafíos a sus creencias (Likutey
Moharán I, 64:2).

5:4 Y el rey de Egipto les dijo:


“¿Por qué, Moisés y Aarón,
están distrayendo al pueblo de
su trabajo? ¡Vuelvan a sus
propios asuntos!”.

Moisés y Aarón, están distrayendo al


pueblo de su trabajo

PaROH (‫פרעה‬, faraón) es similar a


HaFRaOt (‫הפרעות‬, distracciones). Los
pensamientos que distraen a la persona la
esclavizan (Likutey Moharán I, 35:1).

El faraón representa la energía


malgastada al vivir en lo imaginario y no
reconocer la realidad (ibid., I, 54:6).
5:9 “Impóngase el trabajo más
pesado sobre los hombres,
para que se ocupen en él y no
hagan caso de palabras
mentirosas”.
Impóngase el trabajo más pesado

Cuando los judíos solicitaron una


reducción en la carga de su trabajo, el
faraón les respondió aumentando sus
cuotas. Cuando los judíos finalmente
dejaron Egipto, el faraón corrió detrás de
ellos con la intención de hacerlos volver a la
esclavitud. Así es como actúa el Otro Lado.
Cada vez que el judío desea dejar su
esclavitud al materialismo, las fuerzas del
mal buscan redoblar su atadura. Pero si uno
persiste, merecerá el Éxodo, la libertad
(Likutey Halajot III, p. 176a).

Y no hagan caso de palabras mentirosas

Al examinar los conceptos de la verdad


y de la mentira, vemos que la naturaleza de
la persona -incluso de un mentiroso- es
pensar siempre que está diciendo la verdad.
Y, en general, la persona realmente piensa
que está diciendo la verdad, pues cree en lo
que está diciendo. Sin embargo, eso no lo
transforma en verdad. El faraón esclavizó a
una nación entera porque pensó que los
judíos conquistarían su tierra - algo que ellos
nunca llegaron siquiera a considerar. Ésa era
su verdad, pero era totalmente falsa.

Por lo tanto, escribe el rabí Natán:


Ven, mira y comprende, tú que lees la Torá,
hasta dónde llega la mentira para
presentarse como verdad y cuánto esfuerzo
le dedica a mostrarse como si fuese verdad.
Aquí tenemos al malvado faraón que
esclavizó a toda una nación, aduciendo que
él era la única persona honesta. Decía con
una absoluta convicción y osadía,
“Impóngase el trabajo más pesado sobre los
hombres, para que se ocupen en él y no
hagan caso de palabras mentirosas”. El
faraón rechazó los reclamos de Moisés y de
Aarón de que lo que buscaban era un
mejoramiento para su pueblo, mientras que
el faraón decía, “entonces no hagan caso de
palabras mentirosa”, de las “mentiras” de
Moisés y Aarón. ¡Sólo el faraón buscaba la
verdad! (Likutey Halajot IV, p. 205).

5:20 Y encontraron a Moisés y


a Aarón, que estaban parados
frente a ellos, cuando salieron
de la presencia del faraón.

Y encontraron a Moisés y a Aarón que


estaban parados frente a ellos

Cada vez que la Torá menciona nitzim (‫נצים‬,


peleas) o nitzavim (‫נצבים‬, estar de pie), ello
hace referencia a Datán y a Aviram
(Nedarim 64b).

La Tierra Santa representa la


capacidad de servir a Dios en los niveles
más elevados. Sin embargo, tan pronto
como la persona comienza a hablar sobre el
servicio a Dios y a ascender hacia la Tierra
Santa, como Moisés les dijo a los judíos, el
Otro Lado automáticamente se opone a
esas devociones. Esta dinámica puede ser
vista en la oposición a la posesión por parte
de los judíos de la Tierra Santa. Así, cuando
los judíos le dijeron al faraón que deseaban
servir a Dios (i.e., ascender a la Tierra
Santa), el faraón respondió aumentando su
carga de trabajo.
El motivo por el cual aumenta la
oposición a la santidad es que cada vez que
se avecina una rectificación, aquellos que
están corrompidos también buscan la
rectificación, pese a su falta de mérito. La
oposición que se levanta produce un
tumulto que puede llevar a tremendos
daños y disputas. Cuando Moisés desafió al
faraón para que dejase en libertad a los
judíos, Datán y Aviram utilizaron los nuevos
decretos del faraón para desafiar a Moisés.
Esto apesadumbró a Moisés, haciendo que
hablase duramente con Dios: “¿Por qué me
enviaste?... Pues desde que vine al faraón
para hablarle en Tu Nombre, él a maltratado
a este pueblo y Tú no lo has liberado” (Éxodo
5:22-23). Dios respondió, “Ahora verás lo que
le hago al faraón. ¡Pero no verás lo que le
haré a los treinta y un reyes de Canaán!”
(Rashi sobre Éxodo 6:1). Así, Moisés fue
castigado debido a los corruptos (Datán y
Aviram).

Lo mismo se aplica hoy en día.


Cuando la gente trata de servir a Dios, se
ve generalmente abrumada por la
oposición. Es enfrentada por aquellos que
están corrompidos, que también buscan la
rectificación y que se aferran a los rectos o
a lo santificado. Pues la corrupción afecta
principalmente a la revelación de lo
santificado, de la Tierra Santa (Likutey Halajot
II, p. 182-92a).
5:23 “Pues desde que vine al
faraón para hablarle en Tu
Nombre, él a maltratado a este
pueblo y Tú no lo has
liberado”.

Desde que vine al faraón

El período inmediatamente anterior al


final del exilio y del sufrimiento es el
momento más difícil, como vemos en el
caso del faraón que deliberadamente
intensificó la carga de trabajo. El principal
objetivo del faraón era instilar el ateísmo en
los judíos, Dios no lo permita. Pero Dios
llamó al pueblo judío “Mi hijo primogénito”
(Éxodo 4:22), atribuyéndoles la sabiduría
sagrada. Por lo tanto Iaacov (que
representa la sabiduría) tomó la
primogenitura de Esaú (que representa el
ateísmo) para instilar la fe en sus
descendientes. Fortalecer la fe, incluso en
los momentos más difíciles, lleva a la
redención (Likutey Halajot I, p. 73a-146).
Parashat Vaerá

6:3 “Yo aparecí a Abraham, a


Itzjak y a Iaacov, como El
Shadai, pero no les revelé Mi
Nombre IHVH”.

Yo aparecí a Abraham, a Itzjak y a la


Iaacov... pero no les revelé Mi Nombre
IHVH

El intercambio entre Dios y Moisés


sobre la redención de los judíos estaba
enraizado en la percepción de la verdad que
tenía Moisés. Aunque Dios lo envió a
redimir a los judíos (ver Éxodo 4), Moisés era
renuente a ello, creyendo que la percepción
de la verdad de cada persona era un
obstáculo demasiado grande de superar. Vio
al faraón esclavizar a toda una nación en
base a falsos razonamientos. Vio a Datán y
Aviram abogar por los judíos como si ellos
hubieran estado interesados en ayudarlos.
¿Cómo podría él, entonces, revelar la real
verdad en el mundo? Exasperado, se volvió
hacia Dios y dijo, “¿Por qué has hecho mal
a este pueblo?” (ibid., 5:22).

Dios le reprochó, “Yo aparecí a


Abraham, a Itzjak y a Iaacov”. Los
Patriarcas fueron los primeros en revelar la
Divinidad en el mundo, pero esa revelación
no se llevó a cabo toda al mismo tiempo.
La revelación de la verdad es un proceso
continuo que puede tomar muchas
generaciones. Sin embargo, se requiere de
cada persona que contribuya con su parte.
“Yo no les revelé Mi Nombre IHVH” - pues
ellos sólo conocieron el Santo Nombre
Shadai; no eran totalmente conscientes del
Santo Nombre de Dios IHVH, que implica
Su verdadera medida de compasión (ver
Rashi). Es decir, los Patriarcas no estaban al
tanto de los tremendos niveles de verdad
de Dios, pero aun así no Lo cuestionaron.
Pero tú, Moisés, has alcanzado una
revelación mucho más elevada y profunda
de Dios, ¿y tú Me cuestionas?

No importa cuán grande sea la


revelación que alcance la persona, Dios y
Su verdad siempre se mantendrán
insondables. Dios le enseñó a Moisés a
buscar constantemente la verdad interna de
todo lo que suceda a su alrededor y a no
desesperar si las cosas se ponían más
difíciles (Likutey Halajot IV, p. 408-205a-410-
206a).

No les revelé Mi Nombre IHVH

Cuando la conciencia está en el exilio,


el habla (que es la expresión de la
conciencia) también está en el exilio.
Entonces es muy difícil reconocer a Dios y,
como resultado, la compasión de Dios se
mantiene oculta de la persona (Likutey
Moharán I, 56:7).

6:7 “Y Yo los tomaré por pueblo


Mío y Yo seré para ustedes
Dios y conocerán que Yo soy
su Señor, que los sacó de
debajo de las cargas de los
egipcios”.

Y conocerán que Yo soy su Señor, que


los sacó de debajo de las cargas de los
egipcios

La persona debe ser constantemente


consciente de Dios y de los milagros que Él
llevó a cabo para el pueblo judío. Con esa
conciencia, podrá dejar su exilio personal
(Likutey Moharán I, 21:final).

6:9 Y habló Moisés de esta


manera a los hijos de Israel;
pero ellos no escucharon a
Moisés, debido a sus
quebrantados espíritus y a
causa de la dura tarea.
Pero ellos no escucharon a Moisés,
debido a sus quebrantados espíritus y a
causa de la dura tarea

Cuando alguien no tiene más que un


mínimo de fe, debe abocarse a devociones
muy difíciles para servir a Dios. Por el
contrario, la persona que tiene una
abundante fe puede servir a Dios
fácilmente. Así, “Ellos no escucharon a
Moisés” y no fueron capaces de servir
inmediatamente a Dios “debido a sus
quebrantados espíritus” - pues las
devociones religiosas eran una “dura tarea”
para ellos (Likutey Moharán II, 86).
Quebrantados espíritus

El RÚaJ ha-jaim (‫רוח החיים‬, espíritu


de vida) se encuentra en la Torá. Pero los
judíos en Egipto aún no habían recibido la
Torá. Dado que carecían del espíritu de
vida, sufrían de kotzer RÚaJ (‫קצר רוח‬,
espíritu quebrantado) (Likutey Moharán I, 8:9).

Ellos no escucharon a Moisés, debido a


su kotzer rúaj

Kotzer rúaj (espíritu quebrantado)


también puede traducirse como “corto de
aliento”, indicando una falta de paciencia.
Los judíos no se acercaron a Moisés pues
carecían de paciencia. La paciencia
corresponde a la fe, porque si la persona
sabe que Dios estará allí para ella, tendrá
paciencia. No necesitará de una satisfacción
inmediata. Pero cuando uno está “corto de
aliento” -lo opuesto de la paciencia- no
puede acercarse al Tzadik, a Moisés (Likutey
Halajot I, p. 132).

Ellos no escucharon a Moisés, debido a


su kotzer rúaj

Ellos carecían de buenas acciones (Ialkut


Rubeni).

Es decir, albergaban una falsa


humildad y se sentían indignos de la
redención (Likutey Halajot I, p. 188).
6:14 Éstas son las cabezas de
sus familias. Los hijos de
Rubén, el primogénito de
Israel: Janoj, Palú, Jetzrón y
Karmí. Éstas son las familias
de Rubén.
Éstas son las cabezas de sus familias

“Las cabezas de sus familias” es una


referencia a los Patriarcas (Likutey Moharán I,
13:4). Esas “cabezas” están asociadas con
los portales de la santidad, como en el
versículo “¡Portales, levanten sus cabezas!”
(Salmos 24:9). Cuando invocamos el mérito
de los Patriarcas, levantamos los portales
de la fe y de la santidad (Likutey Moharán I,
57:8).

Éstas son las cabezas de sus familias

“Las cabezas de sus familias” es una


referencia a los Patriarcas. Los Patriarcas
corresponden a los tres colores del ojo (el
blanco de la esclerótica, el rojo del músculo
y el iris coloreado). Cuando invocamos el
mérito de los Patriarcas ello, a su vez,
invoca la Providencia Divina, el ojo
supervisor de Dios. Más específicamente,
su mérito ilumina el cuarto color del ojo, la
pupila negra, que nos permite focalizarnos
en Dios.
Correspondiente a esos cuatro colores
del ojo, la Torá está dividida en cuatro
partes: notas musicales, puntos vocales,
coronas sobre las letras y las letras mismas.
Al igual que los Patriarcas, la Torá también
sirve para traer la Providencia Divina al
mundo (Likutey Moharán I, 13:4).

7:4 Porque no los escuchará el


faraón y pondré Mi mano sobre
Egipto y sacaré Mis ejércitos,
Mi pueblo, los hijos de Israel,
de la tierra de Egipto, con
grandes juicios”.
Y sacaré Mis ejércitos

“Mis ejércitos” son los ángeles (Likutey


Moharán II, 5:10). El Éxodo tuvo lugar en el
mes de Nisán, que es la época en que se
fortalece a los ángeles. (“Se fortalece a los
ángeles” implica el fortalecimiento de los
ángeles por sobre los demonios y las otras
fuerzas del mal). Así, cuando Dios sacó a
los judíos de Egipto, también sacó y
fortaleció a los ángeles.

De manera similar, cuando un


individuo emerge de su propio exilio
personal y se centra en la búsqueda
espiritual, fortalece su propio ángel guardián.
7:9 “Cuando el faraón les hable
y les diga: ‘Muestren en favor
de ustedes un milagro’,
entonces dirás a Aarón: ‘Toma
tu vara y échala delante del
faraón y se tornará una
serpiente’”.

Toma tu vara y échala delante del faraón

Cuando Moisés comenzó a realizar los


milagros delante de los egipcios, Iojaná y
Mamré le dijeron, “¿Estás trayendo paja a
Afaraim [un lugar en donde abunda la
paja]?”. En otras palabras, “¿Estás trayendo
hechicería a Egipto, la tierra de la
hechicería?”. Moisés les respondió, “La
gente dice, ‘Lleva los vegetales al mercado
de vegetales’” (Menajot 85a). En otras
palabras, Moisés estaba llevando su
“mercadería” a un lugar en donde la
hechicería era apreciada.

En este pasaje Talmúdico, la palabra


TeVeN (‫תבן‬, paja) alude a TeVuNá (‫תבונה‬,
comprensión), que está asociada con el
arrepentimiento. AFaRaim (‫ )עפריים‬es
similar a AFaR (‫עפר‬, tierra); la palabra en
arameo para vegetales, iarka (‫)ירקא‬,
corresponde al arrepentimiento. Y la palabra
en arameo ShKoL (‫שקול‬, llevar) es similar a
miShKaL (‫משקל‬, balanza), que forma parte
de la frase teshuvat ha-mishkal (‫המשקל‬
‫תשובת‬, “arrepentimiento medida por
medida”).

Así, los egipcios le estaban


preguntando a Moisés, “¿Estás tratando de
traer la comprensión de la Torá a gente [i.e.,
a los judíos] cuyo nivel espiritual es tan bajo
y terrestre?”. Moisés les respondió, “Cuando
la gente estudia Torá, su habla, al estudiar la
Torá, ilumina los senderos del
arrepentimiento, de modo que puede
realizar un arrepentimiento exacto, medida
por medida, aunque se encuentre en un
bajo nivel espiritual” (Likutey Moharán I, 11:1).
Toma tu vara y échala delante del faraón

Cuando Moisés comenzó a realizar los


milagros delante de los egipcios, Iojana y
Mamre le dijeron, “¿Estás trayendo paja a
Afaraim [un lugar en donde abunda la
paja]?”. En otras palabras, “¿Estás trayendo
hechicería a Egipto, la tierra de la
hechicería?”. Moisés les respondió, “La
gente dice, ‘Lleva los vegetales al mercado
de vegetales’” (Menajot 85a). En otras
palabras, Moisés estaba llevando su
“mercadería” a un lugar en donde la
hechicería era apreciada.

El Rebe Najmán interpreta este intercambio


como sigue. Los egipcios preguntaron,
“¿Estás trayendo TeVeN (‫תבן‬, paja) -
relacionado con la palabra TeVuNá (‫תבונה‬,
comprensión)- a aquellos que están
hundidos en AFaR (‫עפר‬, tierra) - i.e., en el
materialismo?”. Moisés les respondió,
“Precisamente, debido a que los judíos están
tan hundidos en el materialismo, debemos
traerles esta gran comprensión. Ellos podrán
alcanzarla mediante el arrepentimiento, que
es el nivel de Biná” (Likutey Moharán I,
11:2).

Sólo los niveles más elevados y las


enseñanzas más profundas pueden llegar a
los niveles más bajos, para darle vida a
aquellos que están muy lejos de Dios.
Cuando la persona comienza a retornar a
Dios desde esos niveles tan bajos, es
precisamente el nivel más elevado, Keter, el
que la ilumina en ese lugar. Dado que son
las enseñanzas más profundas las que
llegan hasta ella, su arrepentimiento le
permite obtener una profunda comprensión
de la Divinidad (Likutey Halajot III, p. 90a-180).

Échala delante del faraón... se tornará


una serpiente

Las iniciales de las palabras Ve-hashlej


Lifnei Paró Ihi Le-tanin (“échala delante del
faraón - se tornará una serpiente”)
conforman la palabra VaIFaLeL (‫ויפלל‬, “él
oró con fuerza”), como en “Pinjas se levantó
y oró con fuerza” (Salmos 106:30), que
nuestros Sabios interpretan como una
“plegaria de juicio” (Sanedrín 44a).
De ser posible, uno debe arrojar sus
plegarias con fuerza hacia el Cielo para que
puedan lograr su objetivo (Likutey Moharán
II, 8:3). Sin embargo, la mayor parte de la
gente es incapaz de hacerlo. Por lo tanto
debe dedicarse a la plegaria como una
súplica. Pero los Tzadikim más grandes,
tales como Moisés, pueden arrojar sus
plegarias con fuerza hacia el Cielo y así
anular el mal representado por el faraón.

Échala delante del faraón... se tornará


una serpiente

La vara de Moisés jugó un papel


crucial en el Éxodo. Fue arrojada delante del
faraón - ésta es la “vara de poder” (Salmos
110:2) que representa una “plegaria de juicio”,
una plegaria que “fuerza” la mano de Dios, si
así pudiera decirse.

Este tipo de plegaria está asociada con


el Tikún Jatzot (la Plegaria de Medianoche),
que es una plegaria de juicio que desafía el
largo exilio (Likutey Halajot I, p. 17a). Por
implicancia, aquel que se levanta para la
plegaria de jatzot juega un papel importante
en la Redención Final.

7:11 Entonces el faraón llamó


también a los sabios y a los
hechiceros y ellos también, los
magos egipcios, hicieron del
mismo modo con sus artes
secretas.
El faraón llamó también a los sabios y a
los hechiceros

La batalla entre Moisés y el faraón fue


una batalla entre la fe en Dios y en Su
Providencia y la creencia en la naturaleza y
en la hechicería. Moisés pudo vencer a los
sabios y a los hechiceros del faraón porque
estaba investido con el poder de Dios.

Al principio el faraón se negó a aceptar


la Providencia Divina, pero Moisés lo forzó a
admitir que hay un Dios. Esto sucedía
después de cada plaga, cuando el faraón
aceptaba que era Dios Quien gobierna. Pero
inmediatamente después, el faraón volvía a
caer de la creencia en Dios. Al punto en
que, después de enviar a los judíos fuera de
Egipto, lamentó su decisión y corrió tras
ellos, pensando que podría atraparlos y
vencerlos en el mar (también un poder
natural). Con osadía envió su ejército hacia
el mar detrás de ellos, pero Dios reveló Su
fuerza y poder y venció por completo al
faraón (Likutey Halajot I, p. 141a-282).

7:20 Y Moisés y Aarón hicieron


así como les había mandado
Dios; pues levantó la vara y
golpeó las aguas que había en
el río, a vista del faraón y de
sus siervos y se convirtieron
todas las aguas del río en
sangre.
Se convirtieron todas las aguas del río
en sangre

La sangre representa los juicios, pero


el agua también representa los juicios. Pues
el agua no sólo le trae bendiciones y
abundancia al hombre sino que también
puede ser un instrumento de castigo (tal
como Dios que ahogó a la malvada
Generación del Diluvio, o como los
tsunamis, tormentas torrenciales,
inundaciones y demás). Debido a su
maldad, los egipcios despertaron el juicio
hacia ellos y el agua que normalmente les
traía bendiciones y abundancia se
transformó en sangre, un vehículo del juicio
(Likutey Halajot IV, p. 40a).

9:29 Y Moisés le dijo: “Cuando


salga de la ciudad, extenderé
mis palmas hacia Dios y los
truenos cesarán y no habrá
más granizo; para que sepas
que la tierra le pertenece a
Dios”.
Extenderé mis palmas hacia Dios

Debido a que la ciudad estaba llena de


idolatría, no era un lugar apto para elevar
una plegaria a Dios. Por lo tanto Moisés
tuvo que salir de allí para poder orar (Likutey
Moharán I, 7:1). También nosotros debemos
huir de lugares y de situaciones de idolatría
y de inmoralidad para poder orar con todo
nuestro corazón.
Parashat Bo

10:1 Dios le dijo a Moisés: “Ven


a lo del faraón, porque Yo he
endurecido su corazón y el
corazón de sus siervos, para
manifestar éstas Mis señales
en medio de ellos”.

Ven a lo del faraón

El nombre PaROH (‫פרעה‬, faraón) es


similar a taFRiU (‫תפריעו‬, “estás
distrayendo”), como en “¿Por qué están
distrayendo al pueblo de su trabajo?” (Éxodo
5:4), que connota anulación. PaROH
también está relacionado con PaRuA (‫פרוע‬,
descubierto), aludiendo a la idea de la
revelación.

El faraón corresponde al Espacio Vacío


primordial en el cual Dios creó el universo,
pues el Espacio Vacío está totalmente
vacío (i.e., nulo) de Divinidad, pero toda la
Creación se revela en su interior. La
paradoja del Espacio Vacío genera las
preguntas sin respuesta que pueden
producir un “endurecimiento del corazón” -
i.e., la incapacidad de sentir o de
comprender la Divinidad. Sólo Moisés
puede entrar con seguridad en la paradoja
del Espacio Vacío y responder las preguntas
que surgen de allí, rectificando así las almas
de las personas que están bloqueadas
debido a sus preguntas sobre Dios (Likutey
Moharán I, 64:6).

10:9 Y Moisés dijo: “Con


nuestros jóvenes y con
nuestros ancianos iremos; con
nuestros hijos y con nuestras
hijas, con nuestro ganado
menor y con nuestro ganado
mayor iremos, porque hemos
de celebrar una fiesta a Dios”.

Con nuestros jóvenes y con nuestros


ancianos iremos

“Jóvenes” y “ancianos” aluden a todos


los niveles de la realidad que se unen en la
vida de la persona cuando sirve a Dios
(Likutey Moharán I, 24:3).

10:21 Y dijo Dios a Moisés:


“Extiende tu mano hacia el
cielo y habrá oscuridad sobre
la tierra de Egipto y la
oscuridad será palpable”.

La oscuridad será palpable

La oscuridad se volvió materia, algo tangible


(Rashi).

Ve-iaMeSh (‫וימש‬, “será palpable”) es


similar a ieMuSh (‫ימוש‬, “será retirado”).
Dios le ordenó a Ioshúa: “Este rollo de la
Torá no será retirado de tu boca” (Ioshúa 1:8).
También podemos leer el versículo como:
“Este rollo de la Torá no será hecho algo
material en tu boca” - i .e., Ioshúa no lo
debía tratar como si fuese sabiduría secular
desprovista de espiritualidad.
Aquel que aprecia la naturaleza
espiritual de la Torá puede retenerla en su
mente y en su corazón. Si la trata como
algo corpóreo, no podrá realmente retenerla,
pues ahora -al igual que cualquier objeto
material- ocupa un espacio. Dado que
ocupa un lugar en su mente, que sólo
puede retener una cantidad finita de
materialidad, inevitablemente algo de ella se
perderá (ver Likutey Moharán I, 110).

La oscuridad será palpable

Si la persona respeta a la Torá como


un instrumento de espiritualidad, sus
palabras iluminarán su boca con Divinidad.
Sin embargo, si cree que la Torá es un
cuerpo corpóreo de conocimiento ésta se le
volverá densa y oscura y no la llevará hacia
Dios (Likutey Moharán I, 11:2).

La Plaga de la Oscuridad

La oscuridad se volvió materia, algo tangible


(Rashi).

¿Por qué hubo una Plaga de la Oscuridad?


Había judíos malvados que se negaban a
salir de Egipto. Ellos murieron durante la
Plaga de la Oscuridad y fueron enterrados
en ese momento [para que los egipcios no
vieran que los judíos estaban sufriendo]
(Rashi sobre Éxodo 10:22).
Hay un cuerpo y hay un alma. Hay
materia y hay forma. Hay oscuridad y hay
luz. Hay muerte y hay vida. Los primeros
elementos de cada par corresponden a un
solo y mismo concepto, al igual que los
segundos (Likutey Moharán I, 37:2). Aquellos
que buscan lo material -el cuerpo- corren en
verdad detrás de la materia y de la
oscuridad. Aquellos que buscan la
espiritualidad merecen la forma y la luz.

Por lo tanto los egipcios, que estaban


hundidos en los placeres corporales,
sintieron literalmente la oscuridad que los
rodeaba. Y los judíos malvados que no
querían dejar el estilo de vida materialista de
Egipto fallecieron, dado que la materia, el
cuerpo, la oscuridad y la muerte son un solo
concepto. Pero aquellos judíos que
buscaron la espiritualidad y esperaron la
salvación tuvieron luz en sus hogares, pues
la espiritualidad y la luz son sinónimos. En
verdad, merecieron la luz del Futuro, que es
similar a la luz de la Creación que envolvió
el mundo entero (ver Rashi sobre Génesis 1:3)
(Likutey Halajot V, p. 149a).

11:4 Y dijo Moisés: “Así ha


dicho Dios: ‘Como a la
medianoche saldré por en
medio de Egipto’”.
Como a la medianoche

Moisés dijo, “KaJaTzoT ha-laila (‫הלילה‬


‫כחצת‬, “como a medianoche”)”. La redención
del exilio tendrá lugar principalmente en
mérito del [recitado del] Tikún Jatzot (‫תקון‬
‫חצות‬, el Lamento de Medianoche) (Likutey
Halajot I, p. 17a).

Como a la medianoche

Al llamar a la nación judía “Mi hijo


primogénito” (Éxodo 4:22), Dios vio el bien en
los judíos que estaban en Egipto, incluso en
sus momentos más bajos y oscuros (Likutey
Halajot I, p. 5a).
Nuestros Sabios hablan elogiosamente
de la práctica de levantarse para jatzot, en
medio de la noche, para pedirle a Dios el
final del exilio y traer la Redención Final.
Todo ello puede lograrse a esa hora debido
a que jatzot representa la capacidad de
encontrar la luz y el bien en medio del mal y
de la oscuridad (ibid., I, p. 5b).

Como a la medianoche

Todo parece absolutamente oscuro a


medianoche, pero es precisamente
entonces que comienza la redención y la
salvación. “Como a la medianoche” indica
que es muy difícil conocer con exactitud
cuándo llegará la salvación, pero debemos
saber que está esperando para presentarse
en el momento más oscuro (Likutey Halajot I,
p. 77a).

Esta enseñanza también se aplica a la


Luna Nueva. Es difícil saber exactamente
cuándo aparece la Luna Nueva; Moisés
mismo no comprendió cómo era el aspecto
de la Luna Nueva hasta que Dios se la
mostró (Rashi sobre Éxodo 12:2) (Likutey Halajot
I, p. 117a).

Como a la medianoche

Moisés dijo, “Como a la medianoche”. El rey


David dijo, “Me levantaré a medianoche”
(Salmos 119:62) (Berajot 3b).
Moisés representa el sol (Bava Batra
75a), el intelecto más elevado. El rey David
representa la luna, que es un intelecto
restringido y la fe. (Maljut, el nivel del rey
David, corresponde a la luna; ver Likutey
Moharán I, 1:2).

La verdad es que Dios Se reveló y


aniquiló a los egipcios precisamente a
medianoche. Pero el nivel de Moisés era
tan grande que fue capaz de anularse
enteramente ante Dios, en un nivel más allá
de sí mismo. Por lo tanto Moisés dijo,
“Como a la medianoche”, pues en su nivel,
había trascendido la exactitud del
conocimiento y había alcanzado la
revelación de Dios más allá de toda
descripción. Al nivel del rey David, el nivel
del intelecto restringido, uno debe tener fe;
entonces podrá recibir una revelación
específica de la Divinidad, de acuerdo a sus
logros. Por lo tanto dijo el rey David, “A
medianoche” (Likutey Halajot I, p. 416).

11:8 “Y descenderán a mí
todos estos tus siervos y se
prosternarán delante de mí,
diciendo: ‘Sal tú, con todo el
pueblo que está a tus pies y
después de esto saldré’”.
Enseguida salió de la
presencia del faraón en
encendida ira.
Tú con todo el pueblo que está a tus
pies

Las personas que son espiritualmente


sensibles son conscientes de que Dios
consultó con sus almas cuando Él creó el
mundo. Aunque la persona pueda sentirse
deprimida (i.e., los “pies”), la fuente de su
alma es increíblemente elevada. Si se
sensibiliza, podrá volver a conectarse con
ese tremendo momento y así arrepentirse y
acercarse a Dios (Likutey Moharán I, 17:8).

Tú con todo el pueblo que está a tus


pies

“El pueblo que está a tus pies” - aquellos que


siguen tus consejos y caminos (Rashi).

“Pies” corresponde al consejo. Los


judíos son comparados con los pies del
Tzadik debido a que su intelecto trasciende
totalmente el nivel de ellos. El Tzadik debe
hacer descender ese intelecto hacia ellos
revelando algunos de sus logros y
manteniendo a su vez oculto su brillo pleno.
Así, la palabra “pies” indica hacer descender
las percepciones espirituales del Tzadik
(Likutey Moharán I, 63:1).

Tú con todo el pueblo que está a tus


pies
Los Tzadikim son llamados “pies”
debido al consejo que dan, que se compara
con los pies sobre los cuales se para y
camina la persona. Los Tzadikim también
son llamados “pies” porque ellos “van” hacia
la gente para enseñarles la palabra de Dios
(Likutey Moharán I, 22:1).

Tú con todo el pueblo que está a tus


pies

La gente que sigue al Tzadik y que


acepta su consejo es considerada como sus
“pies”. Es muy beneficioso estar unido al
Tzadik, pues los “pies” sienten lo que la
mente percibe.
Así, enseñan nuestros Sabios que
durante la Apertura del Mar y debido a la
presencia de Moisés, una sierva judía pudo
percibir una revelación de Dios mucho más
grande que la experimentada por el profeta
Ezequiel, quien vio la Carroza de Dios
(Mejilta, Beshalaj 3) (Likutey Moharán II, 39).

Tú con todo el pueblo que está a tus


pies

El líder de la generación tiene la


obligación de anular el habla maligna para
que no entre en los oídos de la gente (i.e.,
los “pies”) y la disuada de buscar la santidad
(Likutey Moharán I, 20:10).
12:2 “Este mes les será el
principio de los meses: les
será el primero de los meses
del año”.

Este mes

Moisés no pudo comprender qué era la


Luna Nueva, hasta que Dios se la
mostró (Rashi).

El misterio de la Luna Nueva -por qué


se oculta y luego se revela, por qué crece y
por qué disminuye- es similar a los misterios
de la Creación y del Espacio Vacío. La
persona común no puede comprenderlo.
Incluso Moisés, el más grande de los
Tzadikim, tuvo dificultades para comprender
ese misterio hasta que Dios se lo reveló
(Likutey Halajot II, p. 374).

Este mes

Moisés tuvo dificultades para comprender el


momento de la renovación de la luna. Por lo
tanto Dios le mostró el momento exacto de
su renovación (Rashi).

¿Por qué es tan inescrutable este


conocimiento? Debido que Rosh Jodesh, el
tiempo de la renovación de la luna,
representa la manifestación del reinado de
Dios. Cuando se revele la Divinidad, ésta
anulará automáticamente el propósito de
este mundo - cuya finalidad es permitirle al
hombre buscar a Dios pese a que Él está
oculto. Ahora bien, ¿cómo es posible revelar
la Divinidad sin que el mundo colapse
debido a Su grandiosidad? Para ello debe
existir el tzimtzum - el ocultamiento de Dios;
pero entonces la Divinidad no estaría
manifiesta. Aun así la Divinidad debe estar
presente en todo momento pues, de otra
manera, el mundo no podría existir. Esta
paradoja es muy enigmática e incluso
Moisés tuvo dificultades en comprender
cómo llevar a cabo esta mitzvá. Por lo tanto
Dios tuvo que mostrarle el momento exacto
-i.e., la manera precisa- en el cual revelar la
Divinidad (Likutey Halajot III, p. 93a).

La Luna Nueva

La Luna Nueva le fue revelada a


Moisés justo antes de la caída de la noche.
Esto nos enseña que al percibir una nueva
revelación de Divinidad, no debemos
exceder nuestra capacidad de contención de
esa luz. Consecuentemente, Moisés recibió
la comprensión del misterio de la Luna
Nueva durante la caída de la noche, cuando
“la luz y la comprensión” están eclipsadas y
es necesario tomar la nueva comprensión
con calma hasta poder absorber
apropiadamente ese nuevo conocimiento.
Debemos contar con un tzimtzum,
minimizando esa luz, hasta que pueda a
crecer cada vez más (Likutey Halajot II, p.
208a).

La Luna Nueva

La Luna Nueva representa la fase más


pequeña del ciclo de la luna.
Específicamente, es en ese momento que
la luna comienza su nuevo ciclo. De la
misma manera, aunque la persona se
encuentre en su nivel más bajo (o
precisamente debido a que se encuentra en
ese nivel tan bajo), aún puede obtener una
increíble revelación de Divinidad para
renovarse. Este mensaje es tan importante
que es la primera mitzvá que se les dio a
los judíos como nación (Likutey Halajot III, p.
85a-170).

La Luna Nueva

El precepto de santificar la Luna Nueva


fue la primera mitzvá que se les dio a los
judíos porque ella refleja las realidades de la
vida de cada persona. Así como la luna
crece y disminuye, cada persona
experimenta subidas y bajadas durante toda
su vida. Así como la luna recibe una
iluminación -una rectificación- cada mes,
cada mitzvá que la persona lleva a cabo
rectifica su alma un poco cada vez. Y así
como llegará un tiempo en que la luna
alcanzará una rectificación completa y
“brillará como el sol” (cf. Isaías 30:26), cada
persona alcanzará en última instancia su
propia rectificación (Likutey Halajot III, p. 114a).

Este mes les será el principio de los


meses

El mes hebreo de Nisán es el primero


de los meses. Pero las Escrituras afirman:
“Este mes les será el principio de los meses
(‫ראש חדשים‬, RoSh JoDaShim)”, indicando
que todo el mes de Nisán es considerado
como un RoSh JoDeSh (‫ )ראש חדש‬frente
al resto del año.

El Éxodo tuvo lugar durante Nisán.


Este evento es un paralelo de la santidad
del Rosh Jodesh, que fue establecido para
revelar el Reinado del Cielo. Los doce
meses del año corresponden a las Doce
Tribus que recibieron la Torá y revelaron así
la Divinidad en el mundo (Likutey Halajot III, p.
176).

Este mes les será el principio de los


meses

La palabra JoDeSh (‫חדש‬, mes) está


relacionada con la palabra hitJaDShut
(‫התחדשות‬, renovación). Así como la luna
disminuye y vuelve a crecer, el pueblo judío
-que posee el poder de la auto renovación-
cuenta sus meses de acuerdo al ciclo lunar
(Likutey Halajot I, p. 136).
Este mes les será el principio de los
meses

JoDeSh (‫חדש‬, mes) implica


hitJaDShut (‫התחדשות‬, renovación), el
poder de renovarse continuamente, sin
volver nunca a la “vieja” mentalidad. En
contraste, la mala inclinación es llamada un
“rey viejo” (Eclesiastés 4:3). Aquel que
quiera evitar las trampas de la mala
inclinación deberá buscar las oportunidades
para renovarse (Likutey Halajot III, p. 119a).

12:11 “De esta manera, pues, la


comerán: Con el cinturón
ceñido en sus lomos y con el
calzado en sus pies, y el
bastón en su mano; y la
comerán apresuradamente; es
el sacrificio de Pesaj para
Dios”.
El sacrificio de Pesaj

Los judíos ofrecieron el cordero de


Pesaj en el corazón de Egipto, una tierra
plagada de idolatría. Debido a su coraje y
autosacrificio, esta ofrenda ascendió a Dios
y permitió Su revelación. El maror (hierbas
amargas) que comieron junto con el cordero
de Pesaj (Éxodo 12:8) implicaba el mensaje
de que es posible obtener una revelación de
la Divinidad si uno está dispuesto a
sacrificarse por ello (Likutey Halajot II, p. 17a-
34).

El sacrificio de Pesaj

El sacrificio del cordero de Pesaj es


una rectificación para la riqueza (dado que
las ovejas representan una gran riqueza; ver
Julín 84b). Toda la oveja era asada sobre el
fuego -“su cabeza, sus patas y sus
entrañas” (Éxodo 12:9)- pues cada una de las
partes de la riqueza debe ser elevada hacia
la santidad (Likutey Halajot III, p. 267a). Es
quemada en el fuego, dado que el fuego
representa el “fuego del juicio” (Likutey
Moharán I, 59:2).

Conceptualmente, este fuego puede


ser el “fuego de la santidad” que quema la
codicia, o puede ser una “ardiente ira” que
hace que la persona pierda su riqueza. Para
crear un fuego positivo que consuma el mal
dentro de uno, la persona debe juzgarse a
sí misma todos los días, dedicándose al
hitbodedut y juzgando sus acciones.
Además, el cordero de Pesaj era comido
junto con matzá y maror (Éxodo 12:8). Esto
nos enseña que para experimentar
verdaderamente la riqueza uno debe
“comerla” junto con matzá (el pan del pobre)
y con MaROR (‫)מרור‬, de la palabra
MeRORim (‫מרורים‬, amargura). Es decir,
uno debe sentir siempre que no merece ni
siquiera la mitad de lo que tiene, apreciando
así las bendiciones de lo que sí tiene (Likutey
Halajot III, p. 534).

El sacrificio de Pesaj

La ley del sacrificio de Pesaj estipula


que debe ser comido en una casa, aunque
muchas familias participen de la comida. Es
imposible recibir la luz de la Torá si no es en
conjunto con los demás. Por ese motivo, los
cuatro pasajes de los tefilín de la mano
están escritos en un solo pergamino y
ubicados en una sola caja (Likutey Halajot I, p.
87a).
El sacrificio de Pesaj

Egipto era una tierra de gran riqueza e


idolatría. Los dos son sinónimos, dado que
Egipto idolatraba a las ovejas, que
representan la riqueza (Julín 84b).

Dios les ordenó a los judíos que


llevasen una oveja como sacrificio de Pesaj,
para quebrar la idolatría en Egipto y
rechazar su codicia. De manera similar, se
nos ordenó llevar dos ovejas para el
sacrificio diario, para quebrar nuestra codicia
(Likutey Halajot I, p. 177a).

12:12 “Porque pasaré por la


tierra de Egipto, esta noche, y
heriré a todo primogénito en la
tierra de Egipto, así de hombre
como de bestia; y sobre todos
los dioses de Egipto ejecutaré
juicio. Yo soy Dios”.

Pasaré por la tierra de Egipto, esta noche

Dios Mismo pasó a través de la Tierra


de Egipto. Como afirma la Hagadá de
Pesaj: “Yo, y no un ángel”. Ello se debe a
que los niveles inferiores de santidad no
pueden sobrevivir el contacto con los niveles
extremadamente profundos de la impureza.
Lo mismo ocurre hoy en día. Sólo los
niveles más elevados de los secretos de la
Torá pueden descender hacia los ámbitos
inferiores y nutrir las almas que están
alejadas de Dios (Likutey Moharán I, 56:4).

Pasaré por la tierra de Egipto, esta noche

Yo, Dios, pasaré (Hagadá de Pesaj).

Dios envía generalmente Su luz a este


mundo con una estructura indefinida, que
permite que cada persona la reciba en su
propio recipiente y la utilice como quiera -
para bendiciones o lo contrario. Sin
embargo, antes del Éxodo, los judíos en
Egipto no tenían ningún recipiente
rectificado con el cual recibir la luz de Dios.
Aunque los judíos eran indignos de la
redención, Dios Mismo pasó a través de la
tierra impura de Egipto para beneficio de
ellos. Al iluminar para ellos con Su gran luz,
les permitió recibir esa luz para bendición y
así merecer la redención (Likutey Halajot III, p.
282).

Porque pasaré por la tierra de Egipto,


esta noche, y heriré a todo primogénito

El primogénito judío corresponde a


daat (percepción superior). El primogénito
egipcio representa el daat del Otro Lado.
Cuando Dios Se reveló en Egipto, los
primogénitos egipcios murieron. Cuando la
persona reconoce a Dios e incorpora ese
conocimiento en su daat, esa revelación
vence a los malos pensamientos que
surgen del Otro Lado (Likutey Halajot II, p. 40-
21a).

12:15 “Siete días comerán


matzá y desde el día primero
apartarán de sus casas la
levadura; pues cualquiera que
comiere pan leudado, desde el
día primero hasta el día
séptimo, esa alma será cortada
de en medio de Israel”.

Siete días comerán matzá

MaTzoT (‫ )מצות‬es un acrónimo para


la frase Tzedaka Tatzil Mi-mavet (“la caridad
salva de la muerte”) (Proverbios 10:2) (Likutey
Moharán I, 201). Comer matzá es
comparable a dar caridad. Así como la
matzá es un símbolo de la libertad física,
dar caridad es una señal de libertad
espiritual.

Matzá y jametz

Los judíos sintieron el gusto del maná en las


tortas que llevaron con ellos de Egipto
(Kidushin 38a).

La festividad de Pesaj refuerza nuestra


fe en Dios y en Su Providencia. La matzá,
el alimento central de Pesaj, representa la
capacidad de apoyarse totalmente en Dios
para que nos sustente como Él lo desee,
así sea con riqueza o de otra manera.
Después de obtener los beneficios de este
alimento espiritual durante Pesaj, podemos
tomar el jametz (leudado) después de la
festividad, pues no nos alejaremos de
nuestra fe en que Dios es quien nos provee.
El Zohar (II, 183b) llama a la matzá el “pan
de la curación”, dado que primero cura
nuestras almas y luego nos permite tomar
con seguridad el alimento material (Likutey
Halajot III, p. 226).

Siete días comerán matzá... apartarán de


sus casas la levadura

Cuando Adán comió del Árbol del


Conocimiento, corrompió el acto de comer y
trajo la muerte al mundo. Para rectificar su
error, debemos comer sólo lo que la Torá
permite, en santidad y en aras de servir a
Dios. Sin embargo, en el momento del
Éxodo, la Torá aún no había sido entregada.
Por lo tanto estaba prohibido el jametz
(leudado).

El jametz y la matzá tienen los


mismos ingredientes, pero difieren en que la
matzá es plana mientras que el jametz se
eleva, aludiendo a la arrogancia. Nuestro
espíritu debe provenir de la Divinidad y de la
humildad y no de la arrogancia. Aquel que
toma del espíritu Divino del alimento puede
en verdad mantenerse sin comer - como
Moisés, que estuvo en la montaña durante
cuarenta días y cuarenta noches sin comer
ni beber (Likutey Halajot I, p. 170).

12:16 “Y en el día primero


habrá para ustedes una
convocación santa y en el día
séptimo habrá para ustedes
una convocación santa;
ninguna clase de trabajo ha de
hacerse en ellos, excepto para
preparar lo que cada persona
hubiere de comer; solamente
esto podrá ser hecho para
ustedes”.

Solamente esto podrá ser hecho para


ustedes

“Para ustedes” - Para ustedes mismos, pero


no para los no judíos (Beitzá 21b).

Este alimento es solamente para el


consumo de ustedes, pues el Otro Lado no
tiene parte alguna en la comida sagrada
(Likutey Halajot III, p. 352).

Uno tiene permitido preparar alimentos


y cocinar en la Festividad. Sin embargo,
debe asegurarse de que su comida sea
“alimento para el alma” - aquello que
satisface su alma (Likutey Halajot III, p. 348).

12:17 “Guardarán las matzot,


porque en este mismo día
saqué Yo sus huestes de la
tierra de Egipto; y observarán
este día en todas sus
generaciones por ley
perpetua”.

Guardarán las matzot

No leas MaTzoT (‫ )מצות‬sino MiTzVoT (‫מצוות‬,


preceptos). Así como no debes dejar que
fermenten las matzot, no debes dejar que
fermenten las mitzvot. Si se presenta alguna,
hazla de inmediato (Rashi).

La matzá representa la fe, el


reconocimiento de que no podemos
comprender todo en la vida. Jametz
(levadura) representa una perspectiva
inflada, la creencia de que podemos
comprender las cosas que están más allá
de nosotros. Cuando la persona comienza a
acercarse a Dios, debe fortalecer su
resolución de servir a Dios con una fe
absoluta, aunque no comprenda todo.

Cada mitzvá es un conducto para el


intelecto Divino. Cuando llevamos a cabo la
mitzvá, atraemos el intelecto con el cual
podemos acercarnos a Dios y comprender
Sus caminos. Por lo tanto nunca debemos
dilatar el cumplimiento de una mitzvá, sino
llevarla a cabo tan pronto como se presente
(Likutey Halajot VIII, p. 240a).

12:19 “Durante siete días no ha


de hallarse leudado en sus
casas; pues quien comiere de
cosa leudada, su alma será
cortada de en medio de la
congregación de Israel, ya sea
extranjero o nacido en el país”.
No ha de hallarse leudado en sus casas

De acuerdo a la halajá, la búsqueda


del jametz (leudado) se lleva a cabo en la
noche del día catorce de Nisán, la víspera
de Pesaj. Comenzamos nuestra búsqueda
sólo en el día catorce del mes porque los
primeros trece días de Nisán corresponden
a los Trece Atributos de Misericordia. Aquel
que trabaje para alcanzar esos Trece
Atributos (emulando los Atributos) será
capaz entonces de buscar y revelar aquello
que está oculto, eliminando lo prohibido y
tomando lo permitido (Likutey Halajot III, p.
180).

Durante siete días no ha de hallarse


leudado en sus casas

El jametz, el alimento “fermentado”,


simboliza los pensamientos ateos. Éste fue
el origen del pecado de Adán, pues él
permitió que su mente fermentara con
pensamientos ateos que lo llevaron a comer
del Árbol del Conocimiento, corrompiendo
su daat. Al negarnos el jametz (i.e.,
alimento “fermentado” y pensamientos
ateos) durante una semana, rectificamos el
pecado de Adán.

La prohibición del jametz en Pesaj es


tan severa que se nos ordena deshacernos
totalmente de él y que ni siquiera se vea en
nuestros hogares. Durante la época del
Éxodo, el momento en que la nación judía
comenzó a acercarse a Dios, debemos
mantenernos muy lejos de los
pensamientos ateos. Sólo después de
Pesaj, después de que los judíos vieron la
mano de Dios en la Apertura del Mar y
fortalecieron su fe en Dios y en Moisés, el
jametz vuelve a estar permitido (Likutey
Halajot I, p. 118a).

Durante siete días no ha de hallarse


leudado en sus casas

Pero se les permite ver el jametz (leudado)


que pertenece a otros. Si un no judío entra
en tu propiedad con jametz, no eres
responsable de ello (Pesajim 5b).

El jametz corresponde a los


pensamientos ateos que “fermentan” en la
mente. La persona no debe permitir que
esos pensamientos ocupen lugar alguno en
su mente. De tener pensamientos ateos,
será responsable como si tuviese jametz
durante Pesaj. Por otro lado, si la persona
se ve confrontada súbitamente por
pensamientos ateos después de haber
hecho lo posible para verse libre de ellos, no
será responsable (aunque no debe permitir
que esos pensamientos continúen en su
mente) (Likutey Halajot VIII, p. 240b-241a).

Seor - leudar

En el alfabeto hebreo, las letras que


siguen inmediatamente después de cada
una de las letras de SeOR (‫שאר‬, leudar) -
sin, alef, resh- son tav, bet, shin, que
conforman la palabra ShaBaT (‫)שבת‬. El
poder del Shabat mitiga seor -lo prohibido,
los juicios- porque en ese día, se revela la
Voluntad Divina (Likutey Halajot I, p. 121a).

Durante siete días no ha de hallarse


leudado en sus casas... Ninguna cosa
leudada comerán
El jametz (leudado) no está permitido
durante la semana de Pesaj, pero se
permite después del día diecisiete, el día en
que se abrió el mar. El jametz representa la
creencia en la naturaleza; la Apertura del
Mar representa el reconocimiento de que
hay un poder trascendente por sobre la
naturaleza. Cuando establecemos la fe en
la Providencia Divina, podemos compartir
los beneficios de la naturaleza sin caer
víctimas de la creencia en ella.

La Apertura del Mar implica la apertura


del Mar de la Sabiduría, que revela un gran
daat y el reconocimiento de Dios. Cuando
tiene lugar una revelación espiritual, ello se
manifiesta también, de alguna manera en el
mundo físico. Así, la apertura del Mar de la
Sabiduría tuvo su paralelo en este mundo
en la Apertura del Mar (Likutey Halajot I, p. 42).

12:20 “Ninguna cosa leudada


comerán; en todas sus
habitaciones comerán matzot”.
Comer matzá, no jametz

Cuando Adán comió del Árbol del


Conocimiento, trajo la muerte sobre sí. Esto
es equivalente a comer jametz (leudado),
que conlleva la pena de muerte. Uno debe
esforzarse por comer matzá, que
corresponde al Árbol de la Vida (Likutey
Halajot II, p. 92-47a).

Comer matzá, no jametz

La matzá representa un “apuro”, ya


que los judíos no tuvieron tiempo suficiente
como para dejar que la masa leudase. El
jametz (leudado) representa una acción
retardada.

Cuando llegó el momento en que los


judíos debían dejar Egipto, no pudieron
esperar un momento más. Dado que no
eran dignos de la redención, Dios tuvo que
iluminarlos con Su gran luz, aunque no
estaban listos para recibirla. Así, matzá
representa un “apuro”, pues la persona
recibe una iluminación de Divinidad pese a
no ser digna.

Después de la Apertura del Mar,


cuando los judíos fortalecieron su fe y
demostraron que estaban dispuestos a
seguir a Dios en el desierto, se les permitió
comer jametz. Pues se habían mostrado
dignos de alcanzar la Divinidad y estaban
dispuestos a esforzarse por ella (Likutey
Halajot II, p. 196).

Ninguna cosa leudada comerán

MaJMeTzeT (‫מחמצת‬, leudado) - aquí hay


JaMeTz (‫)חמץ‬, aquí hay MeT (‫( )מת‬ver
Zohar III, 251b).
MaJMeTzeT (‫מחמצת‬, leudado)
incorpora las palabras JaMeTz (‫חמץ‬,
leudado) y MeT (‫מת‬, muerte). El jametz
representa la ira y la muerte. A partir de
esto podemos inferir que la persona no
debe comer cuando está enojada (Likutey
Moharán I, 57:8).

Ninguna cosa leudada comerán

MaJMeTzeT (‫ )מחמצת‬- aquí hay JaMeTz


(‫)חמץ‬, aquí hay MeT (‫( )מת‬ver Zohar III,
251b).

El jametz, que es pan que ha


necesitado tiempo para levar, hace
referencia a la persona que ha fermentado
su mente con pensamientos filosóficos
sobre Dios. Dado que aún no ha rectificado
su mente mediante una aceptación básica
de la fe y el cumplimiento de las mitzvot,
sus pensamientos no están asentados ni
organizados. Es muy probable que toda
contemplación profunda “fermente” su
mente y la lleve a una negación de Dios y
de Su Torá. Así, en esta clase de jametz
subyace la muerte.

Los judíos en Egipto habían


descendido a los niveles más bajos de la
filosofía y estaban hundidos en la idolatría.
Para producir el Éxodo, debía prohibirse
todo rasgo de jametz, por lo cual dejaron
Egipto con gran apuro (‫בחפזון‬, be-jipazon)
(Deuteronomio 16:3). En contraste, en
Shavuot, llevamos un sacrificio junto con
dos hogazas de pan hechas
específicamente de jametz. Dado que en
Pesaj aceptamos a Dios con una fe básica,
los cuarenta y nueve días del período de
espera que llevan a Shavuot permiten que
nuestras mentes “fermenten” con santidad
(Likutey Halajot I, p. 240a).

12:23 “Y cuando pase Dios


hiriendo a los egipcios, verá la
sangre en el dintel y en las dos
jambas, y Dios pasará por alto
la puerta y no permitirá que el
destructor entre en sus casas
para herir”.

Y cuando pase Dios hiriendo a los


egipcios

Ve-avar (“Él pasará”) también puede


traducirse como “Él Se revelará” (Targúm
Onkelos).

Dios Se le revela sutilmente a cada


persona. Si uno es consciente de ello,
entonces Dios Se revela de manera
explícita (Likutey Moharán I, 38:7; ibid., I, 73).
Esto también se aplica al llevar a cabo las
mitzvot.
12:27 “Ustedes dirán: Sacrificio
de Pesaj es para Dios, el cual
pasó por alto las casas de los
hijos de Israel en Egipto,
cuando iba hiriendo a los
egipcios y libró nuestras
casas”. Entonces el pueblo
inclinó la cabeza y se
prosternó.

El sacrificio de Pesaj y el Éxodo

La noche anterior al Éxodo, cuando los


judíos estaban celebrando con el sacrificio
de Pesaj, recitaron el Halel (Ialkut, Bo #208).
El Ari escribe que al comer del Árbol
del Conocimiento, Adán trajo la tristeza y la
depresión al mundo (por ejemplo, “Con
tristeza comerás”, Génesis 3:17). La
rectificación de ese daño se encuentra
enraizada en la alegría y en la canción. Por
lo tanto, cuando los judíos estuvieron
dispuestos a dejar Egipto, recitaron el Halel,
canciones de alabanza a Dios, comenzando
así el proceso de rectificación. El pecado de
Adán es también considerado un daño en el
pacto, y la canción constituye también una
rectificación para ese año (Likutey Halajot VI, p.
42).
Sacrificio de Pesaj es para Dios, el cual
pasó por alto las casas de los hijos de
Israel

Cuando Dios pasó por Egipto, Él Se


reveló en toda Su gloria. Aquellos que se
anularon delante de Dios merecieron ver
esa gran luz. Aquellos que no (i.e., los
primogénitos egipcios) fueron aniquilados.
Pero los judíos no estaban todavía fuera de
peligro: los egipcios aún podían renovar sus
intentos de vencerlos y separarlos de Dios.
Por lo tanto tuvieron que salir
apresuradamente (‫בחפזון‬, be-jipazon)
(Deuteronomio 16:3). Aunque los egipcios
corrieron detrás de ellos, los judíos volvieron
a anularse en Dios en el mar y el mar se
abrió, permitiéndoles cruzar con seguridad.
Pero los egipcios no se anularon delante de
Dios y fueron ahogados (Likutey Halajot I, p.
54).

Sacrificio de Pesaj es para Dios, el cual


pasó

Dios pasó por sobre todos los niveles


que habrían impedido que los sacrificios de
los judíos fuesen aceptados. En su lugar, Él
consideró a sus sacrificios como si ya
hubieran estado listos y perfeccionados
(Likutey Halajot V, p. 38a).

Pesaj
PeSaJ (‫ )פסח‬es similar a Pé SaJ (‫סח‬
‫פה‬, “una boca que habla”). MiTzRaim
(‫מצרים‬, Egipto) es como MeiTzaR ha-
garón (‫מיצר הגרון‬, “la estrechez del cuello”)
- i.e., el área estrecha en donde se
encuentran las cuerdas vocales, que
producen el habla. Para dejar el exilio,
debemos dedicarnos a un habla sagrada y
relatar los milagros de Dios (Likutey Halajot
VIII, p. 114b).

Pesaj

La idea central de PeSaJ (‫ )פסח‬es Pé SaJ


(‫פה סח‬, “una boca que habla”). Cuando la
persona articula sus buenos deseos y su
anhelo de Dios merece Pesaj, un éxodo de
su exilio espiritual (Likutey Halajot IV, p. 38a).

12:29 Y aconteció que a la


medianoche Dios hirió a todo
primogénito en la tierra de
Egipto, desde el primogénito
del faraón, que habrá de
sentarse sobre su trono, hasta
el primogénito del cautivo, que
estaba en el calabozo y todo
primogénito de bestia.

Dios hirió a todo primogénito en la tierra


de Egipto
La destrucción de los primogénitos
representa la destrucción del ateísmo
(Likutey Halajot I, p. 146-74a).

12:34 Y llevó el pueblo su


masa, antes que fermentase,
envueltas sus artesas en su
ropa, sobre sus hombros.

Y llevó el pueblo su masa, antes que


fermentase

El jametz (leudado) corresponde al


orden natural; la matzá corresponde a la
Providencia Divina y a los milagros. El
jametz, que “se eleva”, proclama
simbólicamente: “Mis esfuerzos hicieron que
esto sucediese”. La chatura de la matzá, por
contraste, connota un espíritu humilde que
tiene fe y confianza en Dios. La matzá
proclama: “Es Dios Quien provee, no mis
esfuerzos” (Likutey Halajot I, p. 236-119a).

Masa

La matzá es como el maná, ya que


casi no requiere preparación alguna. Esto
nos hace recordar que Dios es Quien nos
provee de todo lo que necesitamos (Likutey
Halajot I, p. 132a).
12:35 Y los hijos de Israel
hicieron según la palabra de
Moisés, pues pidieron a los
egipcios alhajas de plata y
alhajas de oro y vestidos.

Les pidieron a los egipcios alhajas de


plata y alhajas de oro y vestidos

De esta manera los judíos llevaron a


cabo una gran mitzvá, al cumplir con la
promesa que Dios le hizo a Abraham (ver
Génesis 15:14) (Likutey Halajot I, p. 264).
12:36 Y Dios dio al pueblo
gracia en los ojos de los
egipcios, de manera que les
dieron lo que pedían y vaciaron
Egipto.
Les dieron lo que pedían

Los egipcios les daban cosas a los judíos en


contra de su voluntad (Berajot 9b).

El Rebe Najmán deriva de esta


enseñanza que Pesaj es una rectificación
para la codicia (Likutey Moharán II, 1:5).
12:38 Y también una multitud
mezclada de diversas tribus
subió con ellos, juntamente
con ganado menor y mayor,
muchísimo ganado.
La multitud mezclada

EReV rav (‫ערב רב‬, multitud


mezclada) es similar a taARuVot (‫תערובות‬,
mezcla), pues la erev rav mezcla y
confunde a todos aquellos que buscan a
Dios (Likutey Halajot II, p. 204a).
12:39 Y de la masa que habían
sacado de Egipto, cocieron
tortas de matzá, porque no
estaba fermentada, por cuando
habiendo siendo echados de
Egipto, no habían podido
detenerse, ni se habían hecho
provisión alguna.

Y de la masa que habían sacado de


Egipto, cocieron tortas de matzá, porque
no estaba fermentada

La matzá representa daat (una


percepción superior). Cuando hay Torá/daat,
uno puede comer matzá o jametz (pan
leudado). Sin embargo, sin Torá/daat, uno
corre el riesgo de ser abrumado por la
ausencia de daat, que lleva a la
“fermentación” (i.e., jametz) de la mente y al
oscurecimiento de la Divinidad. Así, el
jametz está prohibido hasta el final de
Pesaj, cuando el mar se abrió para el pueblo
judío. El mar representa la caída del faraón,
quien es el ocultamiento de la Divinidad.
Habiendo conquistado al faraón, uno puede
tomar de todo y aun así encontrar la
Divinidad (Likutey Halajot II, p. 14-8a).

Cocieron tortas de matzá... ni se habían


hecho provisión alguna

No leas MaTzoT (‫ )מצות‬sino MiTzVoT (‫מצוות‬,


preceptos). Así como no debes dejar que
fermenten las matzot, no debes dejar que
fermenten las mitzvot. Si se presenta alguna,
hazla de inmediato (Rashi).

Nuestros Sabios enseñan que la


recompensa por una mitzvá es una mitzvá -
i.e., la posibilidad de llevar a cabo otra
mitzvá. El Rebe Najmán dice que la
persona debe llevar a cabo la mitzvá con tal
alegría que su recompensa sea, de hecho,
el cumplimiento mismo de esa mitzvá.
Cuando uno alcanza el nivel en que la
recompensa para su mitzvá es la mitzvá
misma, no esperará recompensa alguna en
el futuro (Likutey Moharán I, 5:2).

Esto es lo que sucedió en el momento


del Éxodo. Los judíos estaban tan eufóricos
por la posibilidad de llevar a cabo las mitzvot
de Pesaj que las realizaron sin esperar
recompensa futura alguna. Hicieron sus
“matzot - sin preparar provisiones para su
“viaje” - para el Futuro, para el Mundo que
Viene. Las matzot también corresponden a
las mitzvot en el hecho de que la persona
que hornea la matzá debe moverse muy
rápidamente, para evitar que leve la masa y
se vuelva jametz. De la misma manera,
cuando uno realiza las mitzvot, debe
moverse con mucha presteza y celo para
llevar a cabo la Voluntad de Dios (Likutey
Halajot V, p. 246a).

Cocieron tortas de matzá... habiendo


sido echados de Egipto... Una noche
guardada... Recuerda este día en que
dejaste Egipto

Está la naturaleza y está el poder más


allá de la naturaleza: la Providencia Divina.
Nuestro objetivo es buscar el conocimiento
y la fe en la Providencia Divina, que
corresponde a daat (conciencia completa de
Dios). En nuestro camino se interpone
Egipto (‫מצרים‬, MiTzRaim), que representa
todos los exilios y los sufrimientos (‫מיצרים‬,
MeiTzaRim, lugares estrechos - i.e., el
sufrimiento).

Uno sufre cuando la Providencia Divina


se le oculta. Pero si busca a Dios dentro del
sufrimiento, merecerá la redención. Es por
ello que los judíos dejaron Egipto
apresuradamente - implicando una
redención que ocurrió fuera de los límites
normales del tiempo. La matzá, el pan de la
fe, también apunta a su acrecentada fe en
la Providencia Divina. Aunque los judíos
conocían con anticipación la fecha de su
partida de Egipto, no se prepararon para
ella, confiando en que la Providencia Divina
les suministraría el alimento incluso en el
desierto.

Aunque la persona no haya alcanzado


una conciencia completa de Dios, aun así
puede tener fe en que será redimida del
exilio y del sufrimiento. La noche de Pesaj
es llamada leil shimurim (“una noche
guardada”) pues somos cuidados y
guardados de los “destructores” (cf. Éxodo
12:23) - aquellos que nos dañarían
haciéndonos descender a la creencia en la
naturaleza. En la noche de Pesaj,
recordamos los milagros del Éxodo para
fortalecer nuestra fe en la Providencia
Divina (Likutey Halajot I, págs. 38-40).

Más aún, se nos ordena recordar el


día en que dejamos Egipto, porque la fe
apunta hacia la existencia de un poder más
allá de las fuerzas naturales. Dado que es
natural olvidar, este poder más allá de la
naturaleza implica la memoria. Así, tener fe
mejora la memoria (ibid., I, p. 21a-42-22a-44).
No habían podido detenerse

El deseo de los judíos de dejar Egipto


rápidamente, sin una preparación adecuada
para su viaje a través del desierto, demostró
una gran fe. ¿De dónde tomaron esa fe?
Más aún, los judíos estaban hundidos en los
niveles más bajos de idolatría, sin medio
alguno para comprender la verdad sobre
Dios. De haber estado en posesión de la
Torá, habrían tenido los medios para
aprender sobre Dios y tener fe en Él. Sin la
Torá, ¿qué los motivó a seguir a Dios?

Éste es el milagro del Éxodo - que


Dios, sabiendo que los judíos no estaban
preparados, les otorgó sin embargo una
iluminación de fe y de verdad mediante la
cual pudieron aceptarlo y seguirlo hacia el
desierto (Likutey Halajot, III, p. 149a). Lo mismo
es verdad hoy en día, para todo aquel que
busque a Dios. Cuando la persona
demuestra la voluntad de aceptar a Dios,
Dios le envía una iluminación de fe y de
verdad que la ayuda a comenzar su viaje
espiritual (ibid., III, p. 151a).

Habiendo siendo echados de Egipto, no


habían podido detenerse

El apurarse y correr se asocia


generalmente con preguntas que son
hechas de manera urgente, sin pensar en
sus implicaciones. Los judíos dejaron Egipto
apresuradamente para huir de las preguntas
presentadas por los egipcios - idólatras que
no estaban interesados en servir a Dios. En
ese momento, los judíos no podían
responder a esas preguntas. Por contraste,
en la Redención Final, los judíos no saldrán
del exilio con apremio, como está escrito,
“No dejarán [el exilio] de manera
apresurada” (Isaías 52:12).

Todos los pecados se deben al apuro y


al apresuramiento que la gente siente
cuando se trata de servir a Dios. Si
estuviese dispuesta a esperar hasta poder
percibir una imagen más completa, no
pecaría. En verdad, la multitud mezclada no
pudo esperar a Moisés, quien se vio
“retrasado”, y corrierron a hacer el becerro
de oro (Éxodo 32:1) (Likutey Halajot VII, p. 342).

No habían podido detenerse

Una característica del exilio en Egipto


fue la falta de daat (percepción superior) y
de comprensión de lo que se supone que
uno debe hacer. Esto es paralelo a los
esfuerzos de los eruditos que estudian la ley
judía para alcanzar claridad en ella. Así,
“Ellos les amargaron sus vidas” (los judíos
se enfermaron y se amargaron), “con duro
trabajo” (be-avodá KaShá, ‫בעבודה קשה‬,
que está relacionado con KuShiot, ‫קושיות‬,
preguntas), “arcilla” (be-jomer, ‫בחמר‬, que
está relacionado con JuMRá, ‫חומרה‬,
preguntas muy difíciles), “y ladrillos” (u-
veLeVeNim, ‫ובלבנים‬, que está relacionado
con LiBun hiljata, ‫ליבון הלכתא‬, “blanquear”
o aclarar la ley) (Éxodo 1:14; Tikuney Zohar #21,
p. 44a). La rapidez del Éxodo refleja la idea
de que los judíos no tuvieron tiempo para
estudiar la ley en profundidad - pues es
necesario dedicar tiempo y esfuerzo para
aclarar la decisión final (Likutey Halajot III, p.
138a).

De manera similar, el jametz (leudado)


representa las dudas y las confusiones que,
si se dejan fermentar en la mente, pueden
llevar a la persona a un alejamiento total de
Dios. Si uno no puede aclarar “la ley” (i.e.,
sus dudas), no debe “esperar” hasta que se
presenten las dudas y las confusiones.
Debe huir rápidamente de esos
pensamientos (i.e., de “Egipto”), no sea que
“coma jametz” (ibid., III, p. 139a).

Porque no estaba fermentada, por


cuando habiendo siendo echados de
Egipto, no habían podido detenerse, ni
se habían hecho provisión alguna

MiTzRaim (‫מצרים‬, Egipto) tiene la


misma raíz que MeiTzaRim (‫מיצרים‬,
lugares estrechos), aludiendo al sufrimiento
y a los exilios que uno experimenta en la
vida. Si la persona comprende que está
estancada en el exilio y se le presenta una
oportunidad para huir del sufrimiento,
deberá aferrarse a ella. Aunque no tenga
medios suficientes ni bienes para llevarse
consigo, deberá huir. Después de todo, si
fuera asaltada por ladrones, asesinos o
bestias salvajes, ¿esperaría hasta
asegurarse de que tiene provisiones para el
camino? ¡No! No dudaría ni un momento,
sino que correría por su vida. De la misma
manera, deberá correr por su vida espiritual
y no preocuparse por sus provisiones
físicas. Deberá confiar sólo en Dios, como
hicieron los judíos cuando dejaron Egipto
(Likutey Halajot IV, p. 458-230a).

No habían podido detenerse, ni se


habían hecho provisión alguna
A veces la mente está repleta de
pensamientos impropios o ateos. La única
manera de lidiar con esos pensamientos es
alejarse de ellos lo más rápido posible
(Likutey Halajot III, p. 336). Pero los judíos
merecieron el Éxodo y salir de Egipto pues
tuvieron fe y confiaron en que Dios les
proveería de lo necesario (ibid., II, p. 19a-38).

12:41 Y aconteció que al fin de


los cuatrocientos treinta años,
en aquel mismo día, aconteció
que salieron de la tierra de
Egipto todas las huestes de
Dios.
En aquel mismo día

Una vez que llega el momento de la


redención, Dios no duda ni un segundo
(Rashi).

Iaacov les dijo a sus hijos, “Desciendan (‫רדו‬,


redu) allí [i.e., a Egipto]” (Génesis 42:2). El
valor numérico de la palabra ReDU es 210,
aludiendo a los 210 años que los judíos
pasaron en Egipto (Rashi sobre Génesis
42:2).

El significado literal de la palabra redu


alude al descenso espiritual de los judíos en
Egipto. Sólo cuando llegaran al fondo
mismo de la impureza, serían redimidos.
Así, Moisés tuvo que esperar hasta el
momento más bajo, pues sólo entonces
sería posible sacar a los judíos de Egipto
(Likutey Halajot III, p. 85a).

12:46 “En una misma casa se


ha de comer; no sacarás de la
carne fuera de la casa, ni le
quebrarán sus huesos”.

Ni le quebrarán sus huesos

Aquel que daña el pacto de la pureza


sexual no puede orar de la manera
apropiada, pues en la verdadera plegaria
son todos los miembros de la persona los
que le cantan a Dios -como está escrito,
“Todos mis huesos dirán” (Salmos 35:10)- y
ello no puede llevarse a cabo en aquel que
daña el pacto.

El sacrificio de Pesaj corresponde a la


plegaria, pues PeSaJ (‫ )פסח‬es Pé SaJ (‫פה‬
‫סח‬, “la boca que habla”) - i.e., la plegaria. El
sacrificio de Pesaj sólo es aceptable si está
completo, si ninguno de sus huesos está
quebrado. Esto implica que sólo cuando la
persona está “completa” -cuando ha cuidado
el pacto- es aceptable su plegaria.

De manera similar, el Zohar (II, 41b)


enseña que cuando los judíos ofrecían el
sacrificio de Pesaj le arrojaban los huesos a
los perros, lo que representa un pacto
dañado. Si los perros masticaban los
huesos, ello era indicación de que esa
persona había corrompido el pacto (Likutey
Moharán I, 50). El Rebe Najmán enseña
además que la persona que ha dañado el
pacto debe evitar los perros (ibid.).

12:48 “Y cuando habite contigo


algún extranjero, que quiera
celebrar un sacrificio de Pesaj
para Dios, sea circuncidado
todo varón de entre los suyos y
entonces se llegará para
celebrarla y será como uno
nacido en el país y ningún
incircunciso comerá de ella”.

Ningún incircunciso comerá de ella

Un hombre incircunciso no puede


comer del sacrificio de Pesaj, pues su pacto
no está rectificado (Likutey Moharán I, 50).

13:2 “Santifícame todo


primogénito: todo primer
nacido de los hijos de Israel,
tanto de hombres como de
animales, Mío es”.

Santifícame todo primogénito... tanto de


hombres como de animales... Con mano
poderosa los sacó Dios de aquí

El nivel más elevado del temor es el


temor a Dios. Todos los otros temores
representan ese temor caído. Es decir,
cuando uno no teme a Dios, le teme a
muchas otras cosas: a las autoridades, a los
animales, a otra gente y demás. Pero
cuando el temor se eleva hacia el temor a
Dios, entonces todos esos temores se
disipan (ver Likutey Moharán I, 15:2; ibid., I, 185).
Todas las plagas que Dios envió a los
egipcios representan temores caídos. Su
objetivo era instilar en los egipcios el temor
a Dios para que cesaran de atormentar a
los judíos. Pero debido a que los egipcios se
negaron a aceptar el temor a Dios debieron
sufrir.

Sólo cuando Dios mató a los


primogénitos de los egipcios éstos
aceptaron las demandas de Dios. Es por
ello que debemos dedicar nuestros hijos
primogénitos a Dios, dado que eso invoca el
temor a Dios. También debemos santificar
nuestros animales primogénitos, que
representan los temores caídos. El intelecto
animal acepta todo como una ocurrencia
natural. Pero el intelecto humano puede y
debe alcanzar el nivel de conocimiento de la
Providencia Divina, sabiendo que todo lo
que sucede se debe a la Voluntad de Dios,
para que podamos temerlo (Likutey Halajot V,
p. 228a).

Santifícame todo primogénito... tanto de


hombres como de animales

El primogénito humano representa el


intelecto. El primogénito animal representa
la fe, pues la fe se aplica allí en donde el
intelecto no puede comprender. El
primogénito animal es santificado dado que
la fe es el fundamento de las creencias.
También debemos ofrecer un animal puro,
que connota utilizar la fe para servir a Dios,
como opuesto a tener fe en “animales
impuros” - i.e., las idolatrías (Likutey Halajot V,
p. 444-223a).

Santifícame todo primogénito

Después de la muerte de los


primogénitos egipcios, los primogénitos
judíos fueron santificados para servir a Dios.
El “primogénito” representa la sabiduría,
como en “Lo primero es la sabiduría” (Salmos
111:10). También los tefilín representan la
sabiduría, pues el pasaje de las Escrituras
sobre los tefilín (Éxodo 13:1-16) menciona
primero la santificación del primogénito. El
Ari escribe que esa sabiduría comienza a
iluminar en jatzot (a medianoche) y se
revela durante las Plegarias de la Mañana,
especialmente mediante la mitzvá de los
tefilín (Pri Etz Jaim, Shaar HaTefilín capítulo VII,
págs. 81-83).

De acuerdo a la Kabalá, la luz de la


mañana está enraizada en jatzot, de modo
que aquellos que se levantan para jatzot
traen la luz de los tefilín, del intelecto y de
daat. Ellos merecen traer los intelectos y el
temor a Dios y unirse a los Tzadikim en el
Gan Edén. Es por eso también que Iaacov -
que representa la sabiduría, como traduce
el Targúm la palabra veiakveni (‫ויעקבני‬,
“me superó en astucia”) como ve-jokmeni
(‫וחכמני‬, “fue más inteligente que yo”)
(Targúm Onkelos sobre Génesis 27:36)- trabajó
para extraer la primogenitura de Esaú, que
representa el primogénito del Otro Lado.
Así, “La voz es la voz de Iaacov” (Génesis
27:22) representa los tefilín, que surgen de
jatzot, de los juicios, que son mitigados por
la “mañana” - por Iaacov, por los tefilín
(Likutey Halajot I, p. 115).

13:3 Y Moisés le dijo el pueblo:


“Acuérdense en este día, en el
cual salieron de Egipto, de la
casa de servidumbre; porque,
con mano poderosa los sacó
Dios de aquí, por tanto no se
comerá pan leudado”.

No se comerá pan leudado... cuando te


hubiere llevado Dios a la tierra... la cual
juró a tus padres que te la daría

El jametz (levadura) representa no sólo


la masa fermentada sino también una
mente fermentada. Para conquistar la
Tierra, uno debe evitar el jametz - i.e., debe
limpiar su mente de pensamientos
inmorales y heréticos. Así, en Pesaj, el
tiempo del Éxodo (que llevaría a los judíos a
la Tierra Santa), está prohibido el jametz
(Likutey Halajot VII, p. 292).
13:4 “Hoy mismo salen, en el
mes de la primavera”.

Hoy mismo salen, en el mes de la


primavera

El exilio fue precipitado por las chispas


de santidad caídas (debido al pecado de
Adán). Cada primavera, cuando comienza a
crecer la vegetación, esas chispas reciben
una elevación y pueden encontrarse en las
frutas. Cuando alguien recita la bendición
sobre las frutas con sinceridad eleva esas
chispas. Así, la época de la primavera
vuelve a actualizar el Éxodo, cuando las
“chispas caídas” fueron redimidas del exilio
(Likutey Halajot II, págs. 192-194).
13:9 “Y te será como señal
sobre tu mano y como
recuerdo entre tus ojos, para
que esté la ley de Dios en tu
boca: porque con mano fuerte
te hizo salir Dios de Egipto”.

Como señal sobre tu mano y como


recuerdo entre tus ojos

Los tefilín -la “señal sobre tu mano” y


el “recuerdo entre tus ojos”- deben estar
hechos de cuero de animales permitidos,
del bien del Targúm/noga, para elevarlo
hacia la santidad. Un elemento prohibido no
puede ser elevado (Likutey Halajot I, p. 106).

Los cueros utilizados en la construcción


de los tefilín sólo pueden provenir del
cadáver de animales permitidos (por
ejemplo, un buey, una oveja). Mientras la
persona deje de lado su propia mente y siga
a los Tzadikim, aunque sea considerada
como un cadáver (distante de Dios),
igualmente podrá acercarse a Dios (ibid., I, p.
77a).

Como recuerdo entre tus ojos

Toda la Torá es comparada a los tefilín


(Kidushin 35a).
TeFiLin (‫ )תפילין‬es como PeTiLá
(‫פתילה‬, fibras entrelazadas), indicando un
lazo entre Dios y los judíos. Tanto la Torá
como los tefilín nos ayudan a unirnos a
Dios y a recordar nuestro objetivo final. Esto
provee de una rectificación para los ojos,
pues uno “mira” el objetivo y aparta la vista
de las atracciones de este mundo (Likutey
Halajot I, p. 29a).

Como recuerdo entre tus ojos

El poder de la memoria depende de


los ojos. Al santificar los ojos, es posible
alcanzar la santidad de la vista y mejorar la
memoria (Likutey Halajot I, p. 122).
Como recuerdo entre tus ojos

El olvido proviene de un mal ojo. Para


tener una buena memoria, es necesario
tener un buen ojo (Likutey Moharán I, 54:4).
Más aún, cuando la persona recuerda con
claridad sus estudios de Torá no cae presa
de las fantasías y de la confusión.

Para que esté la ley de Dios en tu boca

“En tu boca” - del cuero de animales que


están permitidos para tu boca (animales
kosher) (Shabat 108a).

Antes de pecar, Adán vivía en el


Jardín del Edén. No tenía necesidad de
vestimentas dado que estaba cubierto por
una katnot or (‫כתנות אור‬, vestimenta de
luz). Después de pecar, perdió esa
vestimenta y tuvo que usar una katnot or
(‫כתנות עור‬, vestimenta de cuero). Debido
a que dañó su propia piel, fue forzado a
utilizar una clase de cobertura material.

Las vestimentas de cuero representan


las vestimentas de Torá que tuvo que usar
Adán. Por lo tanto escribimos los rollos de la
Torá, los tefilín y las mezuzot sobre cuero
animal, pues incluso la Torá debe estar
ahora investida en “cuero”. Al escribir la Torá
sobre esos cueros, merecemos elevar la
Torá -y a nosotros mismos- hacia su fuente
(Likutey Halajot V, p. 114a).
Para que esté la ley de Dios en tu boca

Nuestros Sabios derivan de este versículo el


hecho de que la Torá debe estar escrita
sobre algo que podamos poner en nuestra
boca - i.e., sobre el cuero de un animal
kosher (Shabat 108a).

Enseñar Torá es como escribir Torá


sobre la mente de los estudiantes. Esos
estudiantes deben ser “kosher” o dignos.
Enseñarles Torá a estudiantes indignos es
como escribir palabras de Torá sobre el
cuero de un animal que no es kosher
(Likutey Moharán I, 60:7, 9).
13:13 “Pero todo primogénito
de asno lo redimirás con un
cordero; y si no lo redimes,
quebrarás su cerviz: asimismo
todo primogénito de hombre,
de entre tus hijos, redimirás”.

Todo primogénito de asno lo redimirás


con un cordero

La persona que tiene un asno lo cambia por


un cordero, el cual se lo da al Cohen. Ésta
es la redención del primogénito del asno
(Rashi).

JaMoR (‫חמור‬, asno) corresponde a


JuMRiut (‫חומריות‬, materialismo). El
“cordero” representa al judío, como en “Israel
es oveja descarriada” (Jeremías 50:17). Para
alcanzar la Divinidad, uno debe cambiar su
materialismo convirtiéndolo en santidad
(Likutey Halajot III, p. 161a).

Todo primogénito de asno lo redimirás

JaMoR (‫חמור‬, asno) corresponde a


JoMeR (‫חומר‬, materia - i.e., materialismo).
También puede implicar una gran riqueza,
como en “Isajar, un asno” (Génesis 49:14),
donde el Targúm traduce jamor como “gran
riqueza”. Ambas ideas se aplican a los
judíos: debido a que anularon sus deseos
materialistas en Egipto, merecieron el botín
de Egipto.

Para redimir un primogénito de asno el


dueño le da al Cohen un cordero en su
lugar. Dado que los judíos como nación son
llamados “ovejas” (Ezequiel 36:38), son ellos
quienes redimen el jamor - i.e., el
materialismo y la riqueza material. Pero el
Cohen, que se encuentra en un nivel
superior de santidad, puede elevar el
materialismo hacia el ámbito de la santidad.
Si el primogénito del asno le pertenece a un
Cohen, no necesita redención. El
primogénito del asno no es santo de por sí -
meramente sugiere que el materialismo
debe ser elevado hacia la santidad (Likutey
Halajot V, p. 236a).
Pero todo primogénito de asno lo
redimirás... y si no lo redimes, quebrarás
su cerviz

La mitzvá principal es redimir al primogénito


del asno. Si la persona no quiere hacerlo,
debe decapitar el animal desde la parte
posterior de su cuello (Bejorot 13a).

La fuente principal de sustento para el


Otro Lado proviene de la parte posterior del
cuello, de la parte de atrás de la santidad.
HaOreF (‫הערף‬, la parte posterior del cuello)
tiene las mismas letras que FaRóH (‫פרעה‬,
faraón), que representa las fuerzas del mal.
Así, si la persona no desea redimir el
primogénito del asno, debe decapitarlo
desde la parte posterior del cuello,
negándole todo sustento a las fuerzas del
mal. Sin embargo, la mitzvá principal es
redimir al asno, pues es mucho mejor tomar
algo que es malo y subordinarlo a la
santidad que eliminarlo totalmente (Likutey
Halajot V, p. 376).

13:26 “Será como señal sobre


tu mano y como ornamento
entre tus ojos, porque con
mano fuerte Dios nos sacó de
Egipto”.

Tu mano
Iadja (“tu mano”) hace referencia a la
mano débil (i.e., la mano izquierda para una
persona diestra y la mano derecha para una
persona zurda). Los tefilín unen a los
débiles de fe y traen paciencia, mitigando la
ira Divina y los decretos severos (Likutey
Halajot I, p. 132).
Parashat Beshalaj

13:17 Y sucedió que cuando el


faraón hubo enviado al pueblo,
no lo condujo Dios por el
camino de la tierra de los
filisteos, aunque era más
próximo, pues dijo Dios: “No
sea que se arrepienta el pueblo
al ver la guerra y se vuelva a
Egipto”.
Cuando el faraón hubo enviado al
pueblo, no lo condujo Dios por el
camino de la tierra de los filisteos,
aunque era más próximo

Los filisteos eran los descendientes


ilegítimos de los egipcios (Rashi sobre Génesis
10:14). Como tales, compartían un lazo en
común con la inmoralidad y el mal. “Aunque
era más próximo” - i.e., a Egipto, física y
espiritualmente. Desde los primeros días de
nuestros Patriarcas siempre fueron los
filisteos quienes se levantaron en su contra;
fueron los precursores del mal en contra de
los judíos (Likutey Halajot IV, p. 65a-130).
Cuando el faraón hubo enviado al
pueblo, no lo condujo Dios por el
camino de la tierra de los filisteos,
aunque era más próximo

PLiShtim (‫פלשתים‬, filisteos) es similar


a meFuLaSh (‫מפולש‬, abierto), que hace
referencia a Dios que abre y revela Su luz.
Cuando uno comienza a dejar detrás la vida
material en búsqueda de la Divinidad, la luz
de Dios es entonces demasiado intensa
como para que la pueda recibir y absorber
toda de una sola vez. Por lo tanto la
persona debe “rodear” a los “filisteos” - i.e.,
tomar una ruta circunvalar en lugar de una
directa, para alcanzar su objetivo. De esa
manera, podrá entrar a la “Tierra Santa” - a
la santidad (Likutey Halajot VI, p. 78).

Dios no los condujo de manera directa

El sendero hacia la Tierra Santa -hacia


la santidad- está lleno de obstáculos. Uno
debe aprender a superar sus dudas y
confusiones y a aclarar sus intenciones y
objetivos. Entonces merecerá entrar en la
santidad (Likutey Halajot II, p. 232-107a).

13:18 De modo que hizo Dios


que el pueblo diese vuelta por
el camino del desierto hacia el
Mar Rojo. Y los hijos de Israel
subieron armados de la tierra
de Egipto.

Hizo Dios que el pueblo diese vuelta

VaiaSeV (‫ויסב‬, “hizo que diese vuelta”) es


similar a haSaBah (‫)הסבה‬, que connota una
comida (cf. Shmot Rabah 20:18).

“Una comida” alude al sustento de la


persona (Likutey Moharán I, 31:10). El sustento
llega principalmente a través de muchas y
diferentes “vueltas”.

Hizo Dios que el pueblo diese vuelta

VaiaSeV (‫ויסב‬, “hizo que diese vuelta”)


connota le-haSeB (‫להסב‬, comer) (Shmot
Rabah 20:18).

La persona debe tratar de transformar


el comer en un acto de santidad. Esto es
posible siguiendo el mismo sendero que los
judíos cuando atravesaron el desierto y
cruzaron el Mar Rojo. MiDBaR (‫מדבר‬,
desierto) es similar a MeDaBeR (‫מדבר‬, el
que habla), pues uno debe siempre
expresar palabras de fe. Iam Suf (‫ים סוף‬,
Mar Rojo) hace referencia a Maljut, que es
el SoF (‫סוף‬, final) de todas las
iluminaciones Divinas y representa el habla.
Para merecer decir palabras de fe,
debemos buscar la santidad armados
(jamushim) con una actitud moral - i.e., con
un pacto cuidado (Likutey Halajot VIII, p. 167a).
Hizo Dios que el pueblo diese vuelta... Y
los hijos de Israel subieron armados de
la tierra de Egipto

Vaiasev (“hizo que diese vuelta”)


connota una comida (Shmot Rabah 20:18).
JaMuShim (‫חמשים‬, armados) es similar a
JaMeSh (‫חמש‬, cinco), que puede hacer
referencia a los cinco sonidos fonéticos
(gutural, palatal, lingual, dental y labial)
producidos por la boca.

Cuando la persona come de una


manera santa, rectifica su habla, la que
entonces deja el exilio (simbolizado por
“Egipto”). De esa forma, se revela el hecho
de que Dios gobierna el mundo de manera
directa sin ninguna necesidad de
intermediarios y que la persona puede orarle
directamente a Dios, sin necesidad de un
intermediario. Cuando esta revelación de
Divinidad alcanza a los no judíos, los inspira
a convertirse (Likutey Moharán I, 62:6).

13:19 Y tomó Moisés consigo


los huesos de Iosef, el cual
había juramentado
rigurosamente a los hijos de
Israel, diciendo:
“Indudablemente los visitará
Dios y harán subir mis huesos
de aquí con ustedes”.
Y tomó Moisés consigo los huesos de
Iosef

El sabio de corazón toma mitzvot


(Proverbios 10:8).

Éste es Moisés. Mientras los judíos estaban


tomando el botín de Egipto, Moisés tomó los
huesos de Iosef (Shmot Rabah 20:19).

Pero, ¿acaso Dios no les ordenó a los


judíos tomar el botín de los egipcios? ¿No
estaban también llevando a cabo una
mitzvá?
El hecho es que todo dinero -oro, plata
y demás- tiene Colores Superiores
correspondientes que reflejan la grandeza
de Dios. Cuando alguien da caridad, hace
que se revelen esos Colores. Cuando los
judíos tomaron el botín de Egipto, hicieron
que se iluminasen los Colores Superiores.
¿Pero cómo? ¿Dónde estaba el aspecto de
la caridad? Iosef representaba la caridad,
dado que él alimentó a su padre a sus
hermanos durante la hambruna. Por lo tanto
el acto de Moisés de recuperar los huesos
de Iosef hizo recordar la mitzvá de la
caridad y esa “caridad” les permitió a los
judíos tomar el botín que reflejaba los
Colores Superiores (Likutey Halajot IV, p. 362).
Y tomó Moisés consigo los huesos de
Iosef

Moisés representa daat (percepción


superior). Iosef corresponde al Tzadik. Esto
indica que la mente de la persona está
incompleta sin el consejo del Tzadik (Likutey
Moharán, I, 211).

Y tomó Moisés consigo los huesos de


Iosef

Dos arcas viajaron en el desierto, una junto a


la otra: el Arca con las Tablas y el arca (i.e.,
el féretro) de Iosef (Tanjuma Beshalaj 2).

Moisés, quien trajo las Tablas del


Monte Sinaí, representa la Torá. Iosef
representa al Tzadik. Uno depende del otro
(Likutey Halajot II, p. 65a).

14:2 “Habla a los hijos de Israel


para que vuelvan y acampen
delante de Pi HaJirot, entre
Migdol y el mar, enfrente de
Baal Tzafón. Frente a él
acamparán junto al mar”.
Habla a los hijos de Israel para que
vuelvan

Uno alcanza el verdadero arrepentimiento


cuando se enfrenta con las mismas pruebas
y las pasa con éxito (Likutey Moharán I, 26;
ver también Rambam, Hiljot Teshuvá 2:1).

Para rectificar las chispas de santidad


dañadas, los judíos tuvieron que “volver” a
Egipto. Así, Dios les dijo que “volviesen” -
i.e., para hacer otro esfuerzo en la
recolección de las chispas de santidad y
esta vez pasar la prueba con éxito. La Torá
alude a este logro al relatar que el “botín”
que juntaron en el Mar Rojo fue más grande
que la riqueza que tomaron de Egipto (Rashi
sobre el Cantar de los Cantares 1:11) (Likutey
Halajot III, p. 157a).
14:7 Tomó también seiscientos
carros escogidos y todos los
carros de Egipto con capitanes
sobre ellos.
Tomó también seiscientos carros
escogidos

Un carro es un vehículo que está


subordinado al cochero. La imaginación es
un vehículo que debe estar subordinado al
intelecto. El faraón -la inclinación al mal- es
un experto en los poderes ilusorios, que
utiliza para perseguir y asustar a la gente.
De escuchar al faraón, la persona puede
llegar a pensar que ha producido un daño
tan grande que aunque trate de acercarse a
Dios y a los Tzadikim, no podrá lograrlo
debido a sus pecados.

Los judíos pudieron contrarrestar la


amenaza del faraón mediante la plegaria y
el clamor a Dios. Entonces merecieron ver
“Al caballo y a su jinete ha arrojado al mar”
(Éxodo 15:1). Es decir, el “caballo” -el vehículo
subordinado (i.e., la imaginación)- que trata
de vencer al “jinete” -el vehículo superior
(i.e., el intelecto)- será ahogado junto con
todos los pensamientos malos e ilusorios
que persiguen a la persona (Likutey Halajot VII,
p. 220a-240).

La batalla en contra de la imaginación


es prolongada. Dios Mismo, si así pudiera
decirse, tuvo que luchar contra el faraón. El
Midrash dice que el faraón primero cabalgó
en un caballo rojo, luego en uno blanco y
después en uno negro. Por su lado, Dios
pareció estar luchando con el faraón primero
en un caballo rojo, luego en uno blanco y
después en uno negro. Cada vez, Dios se le
aparecía el faraón de la manera en que el
faraón trataba de proyectarse a sí mismo,
hasta que fue vencido (Shir HaShirim Rabah
1:9). Los poderes ilusorios son muy
creativos y es necesario luchar todo el
tiempo con ellos para superarlos. Además,
se debe clamar a Dios constantemente,
pidiendo la salvación (Likutey Halajot VII, p.
442-223a-446).
14:10 Y cuando el faraón se iba
acercando, los hijos de Israel
alzaron sus ojos y ¡he aquí a
los egipcios que venían
marchando en pos de ellos! Y
temieron mucho y clamaron los
hijos de Israel a Dios.

Y cuando el faraón se iba


acercando...clamaron los hijos de Israel
a Dios

La única manera de escapar del faraón


es clamando y buscando a Dios (Likutey
Halajot II, p. 46-24).

Y cuando el faraón se iba acercando

Nuestros Sabios leen la palabra hikriv


(acercando) como un verbo transitivo en
lugar de reflexivo. El faraón llevó a los judíos
más cerca de Dios (Shmot Rabah 21:5).

En general, las entidades del mal


fueron creadas para ayudarnos a
acercarnos a Dios (Likutey Moharán II, 13).

Clamaron los hijos de Israel a Dios... Y


Dios le dijo a Moisés: “¿Por qué sigues
clamando a Mí? ¡Diles a los hijos de
Israel que deben viajar!”
A orillas del Mar Rojo los judíos estuvieron
cercados por todos lados. El faraón los
perseguía desde atrás, el mar estaba
delante, había un bosque de un lado y
elevados riscos del otro. El Midrash ofrece la
analogía de una paloma perseguida por un
águila. Ella busca refugio en las grietas de
las rocas pero de pronto se da cuenta que
hay una serpiente oculta allí, dispuesta a
atacar. ¿Qué debe hacer? No puede
quedarse afuera; no puede entrar en la
grieta. De la misma manera, cuando los
judíos se vieron cercados por todos lados
frente al Mar Rojo, Dios dijo, “Veamos hacia
quién se vuelven ahora. Veamos si van a
clamar por ayuda” Y los judíos clamaron a
Dios (Shir HaShirim Rabah 2:2).
Todos nos encontraremos, alguna vez
en la vida, en la misma situación. El exilio
espiritual corresponde a “Egipto” y la
voluntad de acercarse a Dios representa el
éxodo personal desde la impureza hacia la
pureza. La persona desea servir a Dios y
cruzar el mar de obstáculos que se
encuentran frente a ella. Pero las barreras
son muchas y se siente cercada por todos
lados. La única solución es clamar a Dios.

Las aguas del mar se encuentran


frente a nosotros, amenazando con
cubrirnos. Los malos pensamientos
abundan, amenazando con abrumarnos.
Pero los judíos que tenían fe y confianza en
Dios descendieron hacia las aguas -
enfrentaron esos pensamientos, esas dudas
y confusiones y las aguas se abrieron para
ellos. De la misma manera, las “aguas” se
abrirán para todo aquel que desee acercarse
a Dios (Likutey Halajot V, p. 131a-262-
132a).

14:14 “Dios luchará por


ustedes y ustedes se
mantendrán en silencio”.
Dios luchará por ustedes y ustedes se
mantendrán en silencio

Cuando los enemigos se levantan


contra uno, es necesario mantenerse en
silencio. Con ese silencio, se trasciende el
habla y uno se eleva al ámbito del
pensamiento, donde es posible contrarrestar
los pensamientos de nuestros enemigos.
Este versículo puede comprenderse como
afirmando que “Dios luchará” por los judíos
cuando ellos “se mantengan en silencio” y
asciendan así al nivel del pensamiento
(Likutey Moharán I, 251).

14:15 Y Dios le dijo a Moisés:


“¿Por qué sigues clamando a
Mí? ¡Diles a los hijos de Israel
que deben viajar!”.
¿Por qué sigues clamando a Mí? ¡Diles a
los hijos de Israel que deben viajar!

Cuando la persona clama a Dios, se le


dice que viaje (Likutey Moharán I, 198).

Si alguien está en problemas y no


sabe cómo huir de ellos, deberá clamar a
Dios. Luego, hará lo necesario para escapar
de su problema, lo que constituye un nivel
de “viaje”. Dado que ha clamando a Dios,
Dios lo ayudará en todo lo que haga (Oneg
Shabat, p. 88).

Además, es necesario viajar para ver


al Tzadik, especialmente en Rosh HaShaná
(ibid., p. 508) y el Tzadik le dará el consejo
apropiado.

¿Por qué sigues clamando a Mí?

Moisés clamó cuando necesitó la


salvación y sus plegarias trajeron los
milagros que llevó a cabo (Likutey Halajot I, p.
141a).

¿Por qué sigues clamando a Mí?

Má titzAK (‫מה תצעק‬, “¿Por qué sigues


clamando?”) - ahora depende de AtiK (‫)עתיק‬
(Zohar II, 48b).

Atik es una referencia a Keter, el nivel


más elevado, que sólo es alcanzado por los
Tzadikim como Moisés. Este nivel
representa los misterios más profundos de
la Torá que serán revelados en el Futuro
(Likutey Halajot II, p. 23a). Sólo en ese nivel
pueden ser mitigados los juicios más
severos.

¿Por qué sigues clamando a Mí?

Má titzAK (‫מה תצעק‬, “¿Por qué sigues


clamando?”) - ahora depende de AtiK (‫)עתיק‬
(Zohar II, 48b).

Má (‫מה‬, ¿Qué?) hace referencia al


nivel de Atik, un nivel muy elevado, más
allá de todos los otros niveles, en donde no
existen los juicios y donde pueden tener
lugar las redenciones más elevadas (Likutey
Halajot I, p. 238). Esto explica por qué comer
jametz (levadura) en Pesaj es una
prohibición tan severa. JaMeTz (‫ )חמץ‬tiene
las mismas letras que MeTzaJ (‫מצח‬, la
frente), aludiendo a la metzaj de Zeir Anpin,
donde existen los juicios severos. Aquel que
come jametz en Pesaj despierta esos
juicios. Sin embargo, en un nivel superior se
encuentra la metzaj de Arij Anpin, que
mitiga todos los juicios. Cuando se despierta
esta metzaj, tal cual sucedió en el Mar Rojo,
los juicios son mitigados y podemos volver
a comer jametz (ibid., I, p. 120a).

14:21 Moisés extendió su mano


sobre el mar y Dios hizo que el
mar se retirase por un fuerte
viento del este, toda aquella
noche, de modo que volvió el
mar en seco y fueron divididas
las aguas.
Las aguas se abrieron

El mar se abrió en mérito a que Iosef había


huido del pecado (Bereshit Rabah 87:8).

A partir de esto aprendemos que


cuando la persona cuida el pacto, como hizo
Iosef, puede superar todas las dificultades y
obstáculos (Likutey Moharán I, 27:6).

Las aguas se abrieron


Ganarse el sustento y encontrar la pareja
matrimonial es tan difícil como la Apertura
del Mar (Pesajim 118a; Sotá 2a).

Sin embargo, la plegaria puede ayudar


a que la persona acceda tanto al sustento
como a su pareja matrimonial. Pues existen
doce versiones de la plegaria que
corresponden a las Doce Tribus, cada una
de las cuales tenía su propio sendero en el
pasaje a través del mar (Likutey Moharán I,
9:2). Despertar el mérito de los hijos de
Iaacov ayuda a la persona a superar sus
dificultades.

Las aguas se abrieron...al despuntar la


mañana se volvió el mar a su estado de
fuerza

Ganarse el sustento es tan difícil como la


Apertura del Mar (Pesajim 118a).

Pero cuando la persona se dedica a los


negocios de manera honesta puede ganar
el sustento con facilidad.

“Al despuntar la mañana se volvió el


mar a su estado de fuerza” - “mañana”
corresponde a Abraham y, de ese modo, a
la bondad y al amor. Cuando el judío
religioso se dedica a comerciar de manera
honesta, cumple con la mitzvá de “Ama a
Dios” (Deuteronomio 6:5) en el sentido de que
“hace que Dios sea amado por los otros”,
dado que ellos asocian su religiosidad con
un comportamiento ético (Ioma 86a).
Habiéndose puesto en resonancia con el
“amor”, ese judío también está en sincronía
con la dinámica fluida del mar cuando
retornó a su estado natural. Por lo tanto
también él puede ganarse el sustento de
una manera fluida, fácil (Likutey Moharán I,
210).

La Apertura del Mar

Si alguien quiere realmente llevar a


cabo una mitzvá, encontrará por cierto
muchos obstáculos. Pero podrá superarlos
si verdaderamente lo desea. Por ejemplo,
digamos que uno decide viajar a la Tierra
Santa. Si llega al puerto y no hay ninguna
nave disponible o si no tiene dinero para
pagar el pasaje, si realmente lo desea, verá
la manifestación de milagros que le
permitirán completar la mitzvá y hacer el
viaje. De cierta manera, esos milagros son
tan grandes como aquellos que
acompañaron a la Apertura del Mar. Aunque
ese milagro fue muy grande, sólo duró un
corto tiempo. Si la persona abre sus ojos
para percibir la Providencia Divina que lo
llevó a estar allí, en donde se encuentra hoy
en día, claramente podrá ver la guía de la
mano de Dios cada semana y cada día
(Likutey Halajot I, p. 142a-284).

La Apertura del Mar


El mar vio y huyó (Salmos 114:3).

¿Qué es lo que vio el mar? El ataúd de Iosef


(Bereshit Rabah 87:8).

Durante la noche en que los judíos


estuvieron esperando junto al mar, los
ángeles acusadores los desacreditaron
delante de Dios, diciendo que no eran
dignos de la salvación. Sólo a la mañana,
cuando el mar vio el ataúd de Iosef, se
abrió ante los judíos. En otras palabras, los
méritos de los Patriarcas hicieron que el mar
se abriera. Pero esos méritos eran bien
conocidos también de noche, de modo que,
¿por qué el mar no se abrió entonces?

La respuesta es que Dios estuvo


esperando toda la noche a que los judíos se
expresaran delante de Él en plegaria.
Cuando finalmente, por la mañana,
comenzaron a buscar a Dios, Él les
respondió. De la misma manera, cada
persona debe esforzarse por abrir su
corazón delante de Dios, aunque sea un
poco, para merecer así la salvación. Dios
posee abundante redención reservada para
cada persona - Él sólo espera que uno haga
un esfuerzo para recibirla mediante la Torá,
la plegaria y las buenas acciones (Likutey
Halajot II, p. 23a).

La Apertura del Mar

El mar vio y huyó (Salmos 114:3).


¿Qué es lo que vio el mar? El ataúd de Iosef
(Bereshit Rabah 87:8).

La Apertura del Mar significa la


apertura del Mar de la Sabiduría, cuando
éste se “abre”, la persona puede “pasar” y
recibir la sabiduría que busca.

El intelecto de Dios siempre está


accesible para aquellos que lo buscan, bajo
dos condiciones. Es necesario cuidar el
pacto (i.e., mantener un comportamiento
moral) y dar caridad. Así, el mar se abrió en
mérito a Iosef, el símbolo de la moralidad y
de la caridad. Iosef cuidó el pacto al superar
la prueba con la esposa de Potifar y fue un
ejemplo de caridad al alimentar a su familia
y a todo Egipto. Por el contrario, los
egipcios, que estaban hundidos en la
inmoralidad y eran crueles en lugar de
caritativos, fueron ahogados en el mar
(Likutey Halajot V, p. 78-40a).

La Apertura del Mar

Dios estableció una condición con las aguas


durante la Creación de que éstas se abrirían
ante el pueblo judío (Ialkut, Shemot #236).

Las fuerzas de la naturaleza cumplen


constantemente con la Voluntad de Dios.
¿Por qué, entonces, Dios tuvo que
establecer una condición con ellas si de
hecho éstas cumplen con la Voluntad de
Dios?
Más bien, Dios estableció una
condición con el mar de que debía abrirse
bajo la orden de Moisés. Cuando los judíos
oran y hay suficientes motivos para
responder a esas plegarias, entonces la
naturaleza (i.e., la Voluntad de Dios) debe
someterse a esas plegarias (Likutey Halajot I,
p. 236). La Apertura del Mar es un paralelo
del Acto de la Creación, cuando Dios juntó
las aguas de la superficie de la tierra y las
estableció en lugares específicos (ibid., I, p.
382). Así, Dios repite el Acto de la Creación
para demostrar que la naturaleza debe
someterse a las plegarias de los judíos.

La Apertura del Mar

El mar se abrió en doce senderos, uno para


cada una de las Doce Tribus (Pirkey deRabí
Eliezer #42).

Los doce senderos a través de los


cuales uno puede atravesar el mar de los
malos pensamientos que lo rodean son las
seis palabras del Shemá Israel y las seis
palabras del Baruj Shem. Esta declaración
de fe refleja la unidad y la santidad de las
Doce Tribus y transforma el mar de los
malos pensamientos en el Mar de la
Sabiduría (Likutey Halajot III, p. 286).

14:27 Y Moisés extendió su


mano sobre el mar y al
despuntar la mañana se volvió
el mar a su estado de fuerza,
mientras los egipcios huían
hacia él. Dios sacudió a los
egipcios en medio del Mar.

Los egipcios huían hacia él

NaSIM (‫נסים‬, huir) es similar a NiSIM


(‫נסים‬, milagros). Likrató (“hacia él”) también
puede traducirse como “opuesto a él”. Así,
esta frase puede leerse como “Los milagros
se opusieron a los egipcios” (ver Likutey
Moharán I, 7:1; ibid., I, 9:5). Egipto estaba lleno
de idólatras que no creían en los milagros.
En el mar, se les mostró todo el poder de
Dios, dado que Sus milagros
contrarrestaban cada uno de sus
movimientos, derrotándolos.

14:31 Israel vio la obra


prodigiosa que hizo Dios
contra los egipcios y temió el
pueblo a Dios; y creyeron en
Dios y en Su siervo Moisés.
Creyeron en Dios y en Su siervo Moisés.

En el mar, una sierva judía fue testigo de una


revelación de Dios mayor aún que la
experimentada por el profeta Ezequiel, quien
vio la Carroza de Dios (Mejilta, Beshalaj 3).
Debido a la grandeza de Moisés, hasta
las personas más pequeñas pudieron
experimentar una tremenda revelación de
Divinidad (Likutey Moharán II, 39).

Creyeron en Dios y en Su siervo Moisés

Sin fe los judíos habrían caído en la


idolatría y en la herejía. De manera general,
cada individuo debe tener una fe simple y
servir a Dios con simpleza (Likutey Moharán I,
123), entonces será testigo de tremendos
milagros.

Creyeron en Dios y en Su siervo Moisés

¡Si ellos creyeron en Moisés, ciertamente


creyeron en Dios! Esto nos enseña que si
alguien cree en el verdadero pastor de
Israel, es considerado como si creyese en
Dios. Y todo aquel que cree en Dios es
como si creyese en el verdadero pastor de
Israel (Mejilta, Beshalaj; Ialkut #240).

Es imposible alcanzar la fe en Dios a


no ser que uno comprenda primero la
naturaleza de la fe en los verdaderos
Tzadikim (Likutey Halajot IV, p. 133a).

Sólo se puede alcanzar la fe en Dios si


se tiene fe en los siervos de Dios, en los
verdaderos Tzadikim (ibid., III, p. 288). Debido
a su fe en Moisés y en su liderazgo, los
judíos merecieron cruzar el mar y evitar el
destino de los egipcios, quienes se
ahogaron en él. Si la Generación del Diluvio
hubiese demostrado fe en los Tzadikim de
su tiempo (Noaj, Metushelaj, Janoj, etc.),
también habría estado protegida de las
aguas del Diluvio (ibid.).

La esencia de la fe en Dios sólo puede


alcanzarse teniendo fe en el Tzadik
verdadero, en Moisés (ibid., III, p. 124a-248;
ibid., I, p. 77a).

Creyeron en Dios y en Su siervo Moisés

Los judíos vieron muchos milagros en


Egipto. Fueron testigos de las Diez Plagas,
de la Apertura del Mar y de su salvación de
los egipcios. Vieron las Nubes de Gloria que
los rodeaban y los protegían en el desierto.
Uno podría pensar que cuando deseaban
alabar a Dios, podían acceder al
conocimiento y comprensión de Dios en
base a los milagros que Él había hecho por
ellos. Pero las Escrituras testifican: “Ellos
creyeron en Dios y en Su siervo Moisés”.
Pese al conocimiento de Dios que uno
pueda tener, se necesita la fe. La única
manera verdadera de alcanzar el
conocimiento de Dios es a través de la fe
(Likutey Halajot IV, p. 462-232a).

Creyeron en Dios y en Su siervo Moisés

La persona no debe utilizar su intelecto


para investigar cosas que se encuentran
más allá de su capacidad, sino que debe
apoyarse solamente en la fe. Si va más allá
de su intelecto, será equivalente a la
emisión en vano de simiente, pues así
como esa simiente se desperdicia, lo mismo
sucederá con su intelecto. Sin embargo, el
arrepentimiento siempre ayuda. La principal
manera de arrepentirse es dejar de lado el
intelecto y apoyarse sólo en la fe. Entonces
con seguridad uno retornará a Dios (Likutey
Halajot IV, p. 496-249a).

Creyeron en Dios y en Su siervo


Moisés...Entonces Moisés y los hijos de
Israel cantaron

Mediante la fe, los judíos merecieron


cantar (Likutey Halajot III, p. 154a).

15:1 Entonces cantó Moisés y


los hijos de Israel este cántico
a Dios; y cantaron así:
“¡Cantaré a Dios porque Él se
ha ensalzado por sobre los
arrogantes: al caballo y a su
jinete ha arrojado al mar!”.
Entonces cantó Moisés y los hijos de
Israel

Cada clase de devoción tiene su propia


melodía. La fe -que representa el silencio en
el sentido de la falta de palabras, un ámbito
más allá de las preguntas- también posee
una melodía que trasciende a todas las
sabidurías. Éste es el nivel al cual ascendió
Moisés, el nivel de los días mesiánicos,
cuando serán respondidas todas las
preguntas de la fe. Por lo tanto Az iashir
Moshé (“Entonces cantó Moisés”) puede
traducirse más literalmente, “Entonces
cantará Moisés”.

Esta frase también puede leerse como


“Entonces Moisés debía cantar”, pues el
corazón de Moisés lo urgió y lo inspiró a
cantar a Dios (Rashi). Y debido a que
Moisés alcanzó el nivel de la canción, llegó
al estado de realidad del futuro, de la era
mesiánica (ver Likutey Moharán I, 64:5; ver
también ibid., I, 73:1; I 94; I, 185).

La canción de la Salvación

Todo aquel que recite la Canción de la


Salvación con sinceridad durante sus
plegarias diarias tendrá perdonados todos
sus pecados (Zohar II, 54b).

La canción es el resultado de separar


el bien (los buenos sonidos) del mal (los
malos sonidos), similar a nuestro separar el
bien del mal. La Canción de la Salvación
representa deshacerse del mal y lograr así
el perdón de los pecados (Likutey Halajot VIII,
p. 182b).
Él se ha ensalzado por sobre los
arrogantes

Dios se enorgullece (‫גאה‬, GaOH) de


los judíos cuando ellos se enorgullecen
(‫גאה‬, GaAH) de Él. Así, “Gaoh gaah - Él se
ha ensalzado por sobre los arrogantes”
(Likutey Halajot II, p.148).

Él se ha ensalzado por sobre los


arrogantes...al caballo y a su jinete

“Al caballo y a su jinete” - esto hace


referencia a las fuerzas del mal (Zohar III,
226b).

GaOH (‫גאה‬, “El se ha ensalzado”)


hace referencia al orgullo (‫גאה‬, GaAH) que
Dios siente por los judíos, lo que tiene lugar
cuando son vencidos el “caballo y su jinete” -
las fuerzas del mal. Los judíos vencen a
estos últimos mediante “mi fuerza y mi
canción es Dios” - debido a que somos
obstinados y nos negamos a abandonarnos
al mal. En su lugar, proclamamos: “Éste es
mi Dios y en Él me glorificaré” (Éxodo 15:2) -
nos exaltamos en Dios y Dios se exalta en
nosotros. Manteniéndonos firmes en
nuestro servicio a Dios, mereceremos
finalmente la santidad de la Tierra de Israel,
como afirma el versículo: “Hasta que Tu
nación pase [por sobre el río Jordán]” (ibid.,
15:16) (Likutey Halajot II, p. 78a).
15:2 “Dios es mi fuerza y mi
canción; Él es mi salvación.
Éste es mi Dios y en Él me
glorificaré; Dios de mi padre y
Le ensalzaré”.
Dios es mi fuerza y mi canción

Hay dos clases de compasión Divina.


Una, la clase que encontramos más
comúnmente, está enraizada en Zeir Anpin.
Pero existe un nivel más elevado de
compasión enraizado en Arij Anpin. Debido
a que hay tanto sufrimiento en el mundo
necesitamos desesperadamente un nivel
mayor de compasión. Pero no podemos
invocarlo simplemente. Más bien, debemos
pedir que la compasión enraizada en Zeir
Anpin despierte una compasión más
grande.

Esto puede compararse a una persona


de medios modestos que requiere
asistencia financiera. Si bien puede tener
acceso a una persona medianamente
adinerada, esa persona no tiene suficiente
dinero como para ayudarla. Hay un hombre
extremadamente rico que tiene el dinero
necesario para poder ayudarla pero es
inaccesible para el hombre común. Por lo
tanto la persona de medios modestos se
acerca al hombre medianamente adinerado
y le pide que interceda por ella ante el
hombre inmensamente rico.

Esto está aludido en el presente


versículo. “Mi fuerza” hace referencia a la
Torá, como en “Dios dará fuerza [i.e., la
Torá] a Su pueblo” (Salmos 29:11). “Canción”
hace referencia a la plegaria. Mediante el
estudio de la Torá, uno puede alcanzar la
plegaria a través de la cual es posible
despertar el nivel inferior de la compasión.
Entonces esa plegaria se transforma en la
“canción de Dios”, el nivel más grande de
compasión. De esta manera se podrá
experimentar la salvación (Likutey Moharán I,
105).
Dios es mi fuerza y mi canción; Él es mi
salvación

Cuando los judíos ascendieron del mar,


elevaron sus ojos para ofrecer canciones de
alabanza (Sotá 30b).

Los ojos representan la sabiduría. Los


judíos atravesaron el mar en mérito a haber
perfeccionado su pacto. En virtud de ese
pasaje alcanzaron la sabiduría y, como
resultado, fueron capaces de rectificar la voz
y el habla.

Este versículo alude a todos esos


elementos. “Mi fuerza” hace referencia al
pacto (porque la persona necesita fuerza
para superar su mala inclinación). “Canción”
hace referencia a la voz. “Él es mi salvación”
significa que si uno rectifica el pacto y
purifica su voz, Dios lo salvará (Likutey
Moharán I, 27:6).

Dios es mi fuerza y mi canción

“Mi fuerza” hace referencia a la Torá.


“Canción” hace referencia a la plegaria.
Cuando la persona merece transformar sus
estudios de Torá en plegarias delante de
Dios, pidiendo ayuda para observar y
cumplir con esa Torá, entonces “Él es mi
salvación” (Likutey Halajot III, p. 100a).

Éste es mi Dios

En el mar, una sierva judía fue testigo de una


revelación de Dios mayor aún que la
experimentada por el profeta Ezequiel, quien
vio la Carroza de Dios (Mejilta, Beshalaj 3).

Debido a que era un Tzadik tan


grande, Moisés fue capaz de traer una
iluminación de daat (percepción superior) tan
poderosa que hasta una sierva fue capaz de
percibir una revelación de Divinidad más
grande que la que pudieron ver los profetas.
Esto demuestra el valor de estar cerca del
Tzadik, pues el Tzadik es capaz de
enseñarles a los demás sobre Dios y abrir
sus mentes para ver y comprender grandes
cosas.

Pese a los severos juicios en contra de


los judíos, Moisés pudo encontrar mérito en
ellos, quienes fueron testigos de un
tremendo milagro en el mar. El mar se
abrió, ellos pasaron a través de él con
seguridad y los egipcios, que trataron de
cruzar por los mismos pasajes, fueron
ahogados - abrumados por el Mar de la
Sabiduría. Los judíos alcanzaron ese nivel
de daat debido a que se mantuvieron en
silencio, lo que establece parámetros de
sabiduría. Así, el mar formó paredes
(parámetros) para que pudiera pasar cada
una de las tribus (Likutey Halajot II, p. 44).

15:5 “Los abismos los


cubrieron; descendieron a las
profundidades como una
piedra”.
Los abismos los cubrieron;
descendieron a las profundidades como
una piedra

Tehomot iejasiumu (“los abismos los


cubrieron”) también puede traducirse como
“ellos cubrieron los abismos”. La gente cubre
los “abismos” -los milagros de Dios-
explicándolos como fenómenos naturales.

De manera similar, una fe corrompida


“cubre los abismos”. Abraham mostró esta
clase de fe corrompida al cuestionar a Dios
sobre Su promesa de la Tierra Santa:
“¿Cómo sé que la he de heredar?” (Génesis
15:8). Tal “cubrir los abismos” produce el
exilio. La duda de Abraham hizo que sus
descendientes -Iaacov y sus hijos- hubieran
de bajar a las profundidades del exilio “como
una piedra”. AVeN (‫אבן‬, piedra) es una
contracción de las palabras AV (‫אב‬, padre) y
BeN (‫בן‬, hijo). Iaacov y sus hijos
descendieron juntos a Egipto (Likutey
Moharán I, 9:5).

Los abismos los cubrieron

Los milagros en el Mar Rojo se


produjeron en mérito a Iaacov (cf. Salmos
114:7), quien representa la verdad. Con la
verdad es posible superar todas las
vicisitudes de la vida (Likutey Halajot I, p. 158).
15:11 “¿Quién es como Tú
entre los poderes, oh Dios?
¿Quién es como Tú, glorioso
en santidad, superior a toda
alabanza, hacedor de
maravillas?”.
Superior a toda alabanza, hacedor de
maravillas

Debido a que la plegaria revela


maravillas, la plegaria es, en sí misma, una
maravilla (Likutey Moharán II, 5:2).
15:13 “Condujiste en Tu
misericordia al pueblo, al cual
redimiste; con Tu poder lo
condujiste a Tu santa morada”.
Con Tu poder lo condujiste a Tu santa
morada

Sólo es posible entrar a la santidad si


se posee el atributo de la santa audacia.
Pero hay que evitar la arrogancia (Likutey
Moharán I, 22:4).

15:15 “Entonces fueron


confundidos los caudillos de
Edom; los valientes de Moab,
el estremecimiento se apoderó
de ellos; fueron abatidos todos
los moradores de Canaán”.
Entonces fueron confundidos los
caudillos de Edom

Hasta ese momento, todo lo que


tenían era la creencia en la naturaleza;
ahora, la revelación de la Providencia Divina
se les había hecho presente (Likutey Halajot I,
p. 42).
15:17 “Los harás entrar y los
plantarás en el monte de Tu
herencia, lugar que preparaste
para Tu misma habitación, oh
Dios; en el santuario, Dios, que
establecieron Tus manos”.
En el santuario, Dios, que establecieron
Tus manos

El Santuario corresponde al intelecto


(Berajot 33a), que dirige las “manos” a través
de las cuales descienden las bendiciones
(Likutey Moharán I, 24:5).

El Santuario de Dios
El Templo es comparado a daat (cf. Berajot
33a).

Cuando uno alcanza daat, ello le es


considerado como si hubiese reconstruido el
Templo en sus días. La obra de los
Tzadikim implica traer daat al pueblo para
inspirarlo en el servicio a Dios. Es por ello
que los Tzadikim siempre construyen
sinagogas y casas de estudio (Likutey Halajot
I, p. 492).

15:21 Miriam les respondió a


ellas: “¡Canten a Dios, porque
Él se ha ensalzado por sobre
los arrogantes: al caballo y a
su jinete ha arrojado al mar!”.
Miriam les respondió a ellas: “¡Canten!”

Los judíos atravesaron el mar en


mérito al hecho de haber perfeccionado su
pacto. En virtud de ese pasaje, alcanzaron
la sabiduría y, como resultado de ello,
pudieron rectificar su voz y su habla. Las
iniciales de las palabras Vataan Lahem
Miriam Shiru (“Miriam les respondió a ellas:
‘¡Canten!’”) conforman la palabra ShaLoM
(paz). Cuando la persona cuida el pacto y
logra una voz y un habla clara, alcanza la
paz (Likutey Moharán I, 27).
15:22 Moisés condujo a los
hijos de Israel del Mar Rojo y
salieron al desierto de Shur; y
anduvieron tres días en el
desierto sin encontrar agua.
Anduvieron tres días en el desierto sin
encontrar agua

El agua es una metáfora para designar


a la Torá (Bava Kama 27a). La Torá es la
brújula que le indica a la persona qué
sendero debe seguir en la vida (ver Éxodo
18:20). Cuando el versículo dice que los
judíos caminaron tres días sin agua (i.e.,
Torá), ello implica que estaban viajando sin
saber hacia dónde iban.

Consecuentemente, Moisés instituyó


la costumbre de leer la Torá en público
todos los lunes, jueves y Shabat para
asegurarse de que no pasen más de tres
días sin que podamos retomar nuestra
perspectiva del sendero correcto en la vida.
Los tres días de lectura pública de la Torá
representan la derecha, la izquierda y el
centro, las diferentes maneras en que es
posible andar por un sendero. Aunque la vía
principal se encuentra en el centro, aquel
que se desvíe hacia la derecha o hacia la
izquierda no se saldrá completamente del
camino (Likutey Halajot I, p. 216a-217a).
15:23 Luego vinieron a Mará;
pero no pudieron beber agua
de Mará porque era amarga;
por lo tanto le pusieron el
nombre de Mará.
Luego vinieron a Mará...no enviaré sobre
ti ninguna enfermedad de la que envié
sobre los egipcios; porque Yo soy Dios,
Quien te cura

Antes de que la persona pueda


acercarse a la espiritualidad y alcanzar una
revelación de Dios, debe pasar por el
sufrimiento. Pero Dios siempre está allí para
salvarla. Así, los judíos llegaron a Mará
(literalmente, “amargura”) y no pudieron
beber el agua. Dios entonces les dijo, “No
enviaré sobre ti ninguna enfermedad de la
que envié sobre los egipcios; porque Yo soy
Dios, Quien te cura” (Éxodo 15:26). En otras
palabras: Aunque merecen sufrir debido a
sus anteriores prácticas idólatras, Yo haré
que sufran sólo lo mínimo, sólo aquello que
son capaces de soportar, porque “Yo soy
Dios, que conserva la salud” (Likutey Halajot II,
p. 34).

No pudieron beber agua de Mará porque


era amarga...Allí Dios impuso a Israel
estatuto y juicio
Inmediatamente después de que los judíos
atravesaron el mar, llegaron a Mará, donde
Dios les ordenó observar el Shabat (Rashi
sobre Éxodo 15:25).

El Shabat corresponde a la paz. Sin


embargo, MaRá (‫ )מרה‬implica MaR (‫מר‬,
amargura). La paz no se alcanza
fácilmente; sólo puede ser obtenida
mediante la amargura. Así como la persona
enferma debe tomar remedios amargos o
sufrir una difícil terapia, de la misma
manera, aquel que desee curar su alma
experimentará dificultades al comienzo.
Pero más tarde podrá alcanzar la paz
interior (Likutey Moharán I, 27:7).
15:25 Él clamó a Dios y le
mostró Dios un árbol. Él lo
arrojó a las aguas y las aguas
se endulzaron. Allí Dios impuso
a Israel estatuto y juicio y allí lo
probó.
Le mostró Dios un árbol

Este árbol es la Torá, que es un Árbol


de Vida. Con la Torá, Moisés pudo endulzar
las “aguas amargas” (Likutey Moharán I, 79).

Allí Dios impuso a Israel estatuto y


juicio
En Mará, Dios le dio al pueblo judío las leyes
del Shabat, de la Ternera Roja y las leyes
civiles (Rashi).

Dios les dio a los judíos el regalo del


Shabat en el desierto, dado que el desierto
está asociado con la humildad y la
modestia. Mediante la humildad uno puede
alcanzar el significado más profundo del
Shabat, que corresponde a la vida eterna
(Likutey Moharán II, 72).

El Shabat fue dado en Mará

En Mará, Dios le dio al pueblo judío algunos


de los capítulos de la Torá para que se
ocupase con ellos: [las leyes del] Shabat, de
la Ternera Roja y las leyes civiles (Rashi).

Dios dijo, “Tengo un maravilloso regalo en


Mi Tesoro. Es llamado Shabat. Ve y háblale
a los judíos sobre ello”. ¿Pero acaso no dijo
el rabí Iojanan que si uno tiene un regalo
para alguien no tiene que informarle de ello?
La respuesta es que aquello que será
revelado no requiere un anuncio previo,
pero aquello que no será revelado, sí.
Aunque El Shabat les sería hecho conocer a
todos, su recompensa estaría oculta. Por lo
tanto Dios le dijo a Moisés que debía
informarles a los judíos sobre ese regalo
(Shabat 10b).

Pregunta el rabí Natán: ¿No son acaso


todas las mitzvot de la Torá regalos
especiales de Dios? ¿No están las
recompensas de todas las mitzvot ocultas
de los seres humanos? ¿Por qué sólo se
hace referencia al Shabat?

Explica: El Shabat es diferente porque


representa una santidad eterna, una
santidad que fue establecida por Dios
durante los Seis Días de la Creación. Este
constante nivel de santidad es inmune a
todo daño y puede efectuar la rectificación
de todas las cosas. Así, enseñan nuestros
Sabios: “Todo aquel que observe el Shabat
de la manera apropiada se le perdonarán
todos sus pecados” (Shabat 118b).

Para saber cómo observar


verdaderamente al Shabat, uno debe
encontrar a un Tzadik que pueda enseñarle
sobre su grandeza. Por lo tanto Dios le dijo
a Moisés, el Tzadik, que debía revelarle la
grandeza del Shabat a Su pueblo. Y dado
que la recompensa del Shabat está oculta
del conocimiento humano, Moisés le tuvo
que describir el Shabat y su grandeza al
pueblo. Les enseñó que todos pueden
participar del Shabat y que todo será
rectificado en su mérito (Likutey Halajot III, p.
29a).

Allí lo probó

Cuando Dios le dijo a Moisés que


debía redimir a los judíos, Moisés preguntó,
“¿Por qué no destruyes directamente al
faraón y a los egipcios con un rayo?”. Pero
Dios nunca emite Su juicio pleno en contra
de una nación hasta que ella no colma su
medida de maldad (Sotá 9a). Los egipcios
tuvieron muchas oportunidades para
arrepentirse y volver a Dios. Sólo después
de que el faraón insistió en continuar con
sus malos designios Dios lo golpeó con las
Diez Plagas - e incluso entonces, Dios le dio
tiempo para cambiar de opinión.

Sin embargo, la Apertura del Mar selló


su destino. Después de que los judíos
dejaron Egipto, el faraón comenzó a
arrepentirse de la buena acción de haberlos
dejado libres y envió a su ejército tras ellos.
En ese punto, colmó su medida de mal y
los egipcios fueron destruidos.

En el mar, los judíos fueron juzgados


por los ángeles debido a que habían servido
a la idolatría en Egipto. Los judíos
respondieron clamando y rogando a Dios.
Ellos aceptaron la Voluntad de Dios pero
aun así trataron de acercarse a Él y fue por
ello que fueron salvados. También en
nuestras vidas todo lo que nos sucede
representa un juicio - es una prueba para
comprobar si nos volveremos a Dios o
continuaremos detrás de nuestros errados
caminos. Aquellos que tienen fe en la
justicia de Dios encontrarán la salvación
(Likutey Halajot III, p. 112a-224).
La prueba en Mará y la prueba con el
maná

Pese al hecho de haber sido testigos


de inusitados milagros en el desierto, había
algunos judíos que se quejaban
continuamente. Dios podía haberles
otorgado el agua y el alimento antes de que
lo hubiesen pedido, pero Él retrasó esas
provisiones para probarlos: ¿responderían a
sus necesidades con fe en que Dios los
proveería o se quejarían y se rebelarían
contra Él? En cada generación enfrentamos
la misma prueba. Dios puede proveer y de
hecho proveerá, pero debemos
fortalecernos con fe (Likutey Halajot V, p. 54).
Los espías también demostraron falta
de fe. Dios les había dicho que la Tierra era
buena. Si hubieran mantenido su fe,
habrían entrado a la Tierra de manera
inmediata. Pero dado que carecían de una
fe completa insistieron en inspeccionar la
Tierra por sí mismos. Este daño produjo un
retraso de cuarenta años en la entrada del
pueblo a la Tierra Santa. Lo mismo sucede
con cada persona. Con una mínima
demostración de fe es posible tener éxito y
merecer la verdad, la salvación (ibid., V, p.
54-28a).

15:26 Él dijo: “Si oyes


atentamente la voz de Dios, tu
Señor, y haces lo que es recto
a Sus ojos y prestas oídos a
Sus mandamientos y guardas
todas Sus leyes, entonces no
enviaré sobre ti ninguna
enfermedad de la que envié
sobre los egipcios; porque Yo
soy Dios, Quien te cura”.

No enviaré sobre ti ninguna enfermedad


de la que envié sobre los egipcios;
porque Yo soy Dios, Quien te cura

Aunque Dios cause una enfermedad,


si el enfermo se vuelve hacia Él podrá ser
curado antes de enfermar más seriamente
(Likutey Moharán II, 1:11).

Si oyes atentamente la voz de Dios...Yo


soy Dios, Quien te cura

Es posible que el médico pueda curar,


pero la enfermedad volverá. Al invocar la
curación de Dios uno puede traer una cura
completa (Likutey Halajot I, p. 137a-274).

Porque Yo soy Dios, Quien te cura

Las iniciales de las palabras Ki Ani


IHVH Rofeja (“Porque Yo soy Dios, Quien te
cura”) son idénticas a las iniciales de las
palabras Amén Ken Ihi Ratzón (“Amén, que
así sea Su Voluntad”) (Likutey Moharán II, 42).

16:4 Dios le dijo a Moisés: “He


aquí que haré llover sobre
ustedes pan del Cielo; y saldrá
el pueblo y recogerá
diariamente la porción de un
día, para que Yo lo pruebe, si
anda en Mi ley o no”.
Pan del Cielo

“Cielo” corresponde a un pacto


rectificado y a un estado de conciencia.
Aquel que alcanza un estado de conciencia
apropiado disfruta de un sustento fácil
(Likutey Moharán I, 29:5).

Pan del Cielo

LeJeM (‫לחם‬, pan) es similar a


miLJaMá (‫מלחמה‬, batalla). La persona
deberá encarar una gran batalla para poder
llegar a comer en santidad (Likutey Moharán I,
56:8).

Para que Yo lo pruebe

Debido a que la fuente del sustento


proviene de un lugar muy elevado, la
persona es probada de muchas maneras
para comprobar si conducirá sus asuntos
comerciales con fidelidad y utilizará sus
ganancias de la manera apropiada. En el
desierto, los judíos fueron probados
diariamente para comprobar si le orarían a
Dios por el sustento, por el maná. Incluso
después de que el maná ya estaba en el
suelo, eran probados para comprobar si
tratarían de preservar algo de él para el día
siguiente.

El maná nos enseña que cada día


posee su propia bendición. El deseo de
acumular riquezas es ajeno a la existencia
de la persona y la hace vulnerable al ataque
de las fuerzas del Otro Lado. Sin embargo,
el Shabat posee su propia bendición (pues
el maná era enviado como una doble
porción antes del Shabat) y esa bendición
protege a la persona del ataque del Otro
Lado (Likutey Halajot III, p. 162-82a).

El maná cayó durante los días de la


Cuenta del Omer

La Torá sólo les fue dada a aquellos que


comieron el maná (Mejilta, Beshalaj 17).

El maná era un alimento espiritual que


quedaba totalmente absorbido en el cuerpo,
sin dejar ninguna sustancia de desecho. El
Rebe Najmán enseña que la materia de
desecho en el cuerpo puede afectar
negativamente a la mente de la persona
pues los alimentos impropios absorbidos en
el sistema sanguíneo se dirigen
naturalmente hacia la mente, dañando la fe
y su capacidad para creer en la Torá y en
los Tzadikim. Sólo la persona con una
mente clara puede aceptar la Torá por lo
que ella es. Por lo tanto el maná comenzó a
caer en el mes de Iar, durante los días de la
Cuenta del Omer, pues ayudó a los judíos a
prepararse para recibir la Torá con una
mente clara (Likutey Halajot VIII, p. 137b).

16:5 “Y en el día sexto deberán


preparar lo que traerán. Ello
será el doble de lo que suelen
recoger cada día”.
Y en el día sexto deberán preparar

Dios dijo, “Tengo un maravilloso regalo en


Mi Tesoro. Es llamado Shabat. Ve y háblale
a los judíos sobre ello” (Shabat 10b).

Aquel que quiera que su amigo se


prepare para recibir un regalo deberá
comunicarle el hecho de que el regalo le
está por llegar. Por lo tanto Dios dijo, “Y en
el sexto día deberán preparar”. También
nosotros debemos prepararnos para recibir
el regalo del Shabat, que representa el
Mundo que Viene. Éste es un regalo
asombroso y una recompensa de Dios para
nosotros. Pero debemos prepararnos para
recibir esa recompensa estudiando la Torá y
realizando las mitzvot en este mundo
(Likutey Halajot VIII, p. 8b).

La doble porción del maná

El maná representa un gran daat


(percepción superior). Durante los seis días
de la semana en que caía el maná, ese
daat correspondía a la Mishná con sus seis
clases de reglamentaciones: permitido y
prohibido, apto y no apto, puro e impuro.
Para compartir ese daat, uno debe trabajar
para definir lo que es correcto.

El maná no caía en el Shabat, pues el


Shabat también representa un gran daat,
correspondiente a la teshuvá
(arrepentimiento) y al reconocimiento de
Dios. En contraste con los seis días de la
semana, que representan la teshuvá en un
nivel básico, el Shabat representa teshuvá
al teshuvá (arrepentimiento sobre el
arrepentimiento), un nivel mucho más
elevado. En otras palabras, cuando la
persona se arrepiente alcanza una
percepción de Divinidad. Pero al crecer
espiritualmente logra una percepción más
grande aún. ¡Debe entonces arrepentirse
por haber tenido previamente una
percepción menor de Dios! Este
reconocimiento es conocido como teshuvá
al teshuvá. Así, el maná caía el viernes
como una doble porción, pues sólo después
de alcanzar el primer nivel de teshuvá
puede uno lograr teshuvá al teshuvá (Likutey
Halajot III, p. 42a).

16:7 “Y por la mañana verán la


gloria de Dios, porque Él oye
sus murmuraciones contra
Dios; pues en cuanto a
nosotros, ¿qué somos
nosotros, para que murmuren
contra nosotros?”.
¿Qué somos nosotros?
Má (‫מה‬, ¿Qué?) tiene el mismo valor
numérico que ADaM (‫אדם‬, hombre). Para
ser plenamente humano uno debe ser
humilde (Likutey Moharán II, 82).

¿Qué somos nosotros?

Cuando Moisés y Aarón fueron


reprochados por la gente, ellos dijeron, “Ve-
najnu má - ¿Qué somos nosotros?”. Cada
vez que la persona enfrente la controversia,
así provenga de la disputa o de los
problemas difíciles, deberá anularse ante
Dios, el poder de la Nada (i.e., el Ein Sof).
Al anularse ante Dios, la persona eleva todo
lo que es controversial al nivel de la Unidad
y Unicidad de Dios, donde todas las
diferencias y las controversias son como la
nada (Likutey Halajot VII, p. 20a).

¿Qué somos nosotros?

Moisés y Aarón dijeron, “Ve-najnu má -


¿Qué somos nosotros?”, que también
puede traducirse como “Nosotros somos
nada”. Ellos se anularon completamente en
Má (‫מה‬, la Nada) - i.e., Dios. Debido a que
se anulaban ante Dios cada vez que las
cosas se ponían en su contra podían
ordenar todo aquello que estaba
“desordenado”. En contraste, aquel que no
reconoce a Dios y trata de tomar en sus
manos el control de las cosas no podrá
poner orden, dado que él mismo está
“desordenado” (Likutey Halajot I, p. 26a).

16:10 Y sucedió que cuando


hablaba Aarón a toda la
congregación de los hijos de
Israel, volvieron el rostro hacia
el desierto y he aquí la gloria
de Dios que apareció en la
nube.
He aquí la gloria de Dios que apareció
en la nube
La abundancia llega a través de la
Torá, pues la “gloria de Dios” -i.e., la Torá- se
encuentra en las “nubes” espirituales que
hacen descender la lluvia y la bendición
(Likutey Moharán II, 60).

He aquí la gloria de Dios que apareció


en la nube

Podemos percibir a Dios incluso


cuando Él está oculto dentro de las nubes
de la confusión (ver Likutey Moharán I, 67:8).

He aquí la gloria de Dios que apareció


en la nube

La incomprensible gloria de Dios, que


está oculta dentro de las “nubes”, está
representada por el trueno. Las iniciales de
las palabras ve-Raam Guevurotav Mi
Itbonan (“¿Quién puede comprender la
fuerza de Su trueno?”) (Job 26:14) conforman
la palabra GueRIM (prosélitos), quienes
también corresponden al “trueno” y que
manifiestan la gloria de Dios en el mundo
(Likutey Moharán II, 8:4).

16:15 Y al verla los hijos de


Israel se decían el uno al otro:
“Es maná”, pues no sabían qué
era. Entonces les dijo Moisés:
“Éste es el pan que Dios les ha
dado para comer”.
Se decían el uno al otro: “Es maná”,
pues no sabían qué era

La persona no sabe qué es lo que


puede lograr si no lo intenta. “‘Es maná’,
¡pues no sabían qué...!” (Likutey Halajot I, p.
154).

Maná

La Torá sólo les fue dada a aquellos que


comieron el maná (Mejilta, Beshalaj 17).

El maná caía diariamente. Era


alimento para un solo día. Cada día los
judíos miraban hacia el cielo y oraban por el
sustento de ese día. La Torá sólo le fue
dada a esa clase de gente, aquella que
demuestra este elevado nivel de fe y de
confianza en Dios.

Lo mismo sucede hoy en día con la


persona que desea aceptar la Torá. Debe
aprender a tener fe y a confiar en Dios, que
Dios la proveerá cada día. No debe buscar
más dinero del que necesita para cada día y
tomar cada día de manera separada,
orando a Dios sólo por el sustento de ese
día. ¿Mañana? Es otro día por completo
(Likutey Halajot VII, p. 120).

Maná
La Torá sólo les fue dada a aquellos que
comieron el maná (Mejilta, Beshalaj 17).

Aquel que ingiera alimentos refinados


espiritualmente similares al maná podrá
alcanzar un tremendo nivel de claridad y de
comprensión de toda la Torá (Likutey Halajot I,
p. 346).

No sabían qué era

La Torá sólo les fue dada a aquellos que


comieron el maná (Mejilta, Beshalaj 17).

“Ellos no sabían” hace referencia a


lograr el nivel de bitul (anulación ante Dios).
En tal estado, uno no sabe nada, sólo está
Dios. La persona que alcanza el nivel del
bitul puede traer enseñanzas de Torá. Así,
la gente que comió el maná y alcanzó el
nivel de “no saber” pudo traer comprensión
de Torá (Likutey Halajot II, p. 110a).

Maná...no sabían qué era

El maná representa una gran sabiduría


y será el alimento que consumirán los
Tzadikim en el Futuro. Como tal, el maná
representa los makifin, los intelectos
trascendentes que, por el momento, se
encuentran más allá de la comprensión
humana (Likutey Halajot VIII, p. 112a).

No sabían qué era


Está escrito sobre la Torá, “La Torá sólo
les fue dada a aquellos que comieron el
maná” (Mejilta, Beshalaj 17). Está escrito
sobre el maná, “No sabían qué era”. Al igual
que el maná, la Torá contiene sabiduría e
ideas que están más allá de nuestra
comprensión. Aun así nos fue dada para
nuestro consumo, al igual que el maná.
Sólo acercándonos a Moisés, que
representa daat, podremos aprender lo que
la Torá y el maná tienen para enseñarnos
(Likutey Halajot II, p. 28).

No sabían qué era

Cuando uno come maná atrae la


Voluntad Divina, que trasciende los
conceptos materiales. Por lo tanto, “No
sabían”. Comer en el Shabat evoca
rectificaciones similares. Por lo tanto Moisés
les ordenó a los judíos que debían comer
maná en el Shabat (Éxodo 16:23), pues
comer en Shabat equivale a comer el maná
(Likutey Halajot II, p. 18).

16:25 Dijo entonces Moisés:


“Cómanlo hoy, porque hoy es
Shabat para Dios; hoy no lo
encontrarán en el campo”.

Cómanlo hoy, porque hoy es Shabat para


Dios

Uno no debe comer en Shabat porque


viene con hambre desde el día anterior ni
porque desea comer lo suficiente para el día
siguiente. Sólo se debe comer en aras del
Shabat (Likutey Moharán I, 125).

Comer en Shabat es una gran mitzvá


y puede rectificar el pecado de haber
desacralizado el Shabat (ibid., I, 277).

Cómanlo hoy, porque hoy es Shabat para


Dios

El acto de comer en Shabat es Divino


y anula al Otro Lado. ShaBaT (‫ )שבת‬está
relacionado con lehaShBiT (‫להשבית‬,
anular) - i.e., vencer al enemigo espiritual
(ver Salmos 8,3) (Likutey Moharán I, 57:5).

Cómanlo hoy...Miren, Dios les ha dado el


Shabat

Afirma la Torá: “Miren, Dios les ha


dado el Shabat” (Éxodo 16:29) - es decir, la
luz del Shabat los ayudará a percibir la luz
espiritual incluso en lo mundano. Cuando la
luz del Shabat ilumina, es una gran mitzvá
comer. Pues entonces uno puede comer en
santidad (Likutey Halajot III, p. 384).

Cómanlo hoy
Comer en Shabat conmemora el
maná. Ambos demuestran que Dios puede
darnos el sustento aunque no trabajemos
para ello. Nuestro sustento proviene del
Favor y de la benevolencia Divinos (Likutey
Halajot III, p. 2a).

16:29 “Miren, Dios les ha dado


el Shabat, por tanto en el sexto
día les da el pan de dos días.
Que cada uno se quede en su
lugar; no salga nadie de su
lugar en el séptimo día”.
Miren, Dios les ha dado el Shabat
Cuando la persona observa el Shabat,
mejora su vista (Likutey Moharán II, 67). La
palabra Shabat (‫ )שבת‬se deletrea shin, bet,
tav. La letra shin (‫)ש‬, que tiene tres brazos
y es numéricamente equivalente a 300,
corresponde a los tres colores del ojo. Bet y
tav deletrean la palabra BaT (‫ )בת‬que
corresponde a la pupila del ojo (llamada bat
ain). Mediante el Shabat la persona tiene el
poder de ver su verdadero nivel espiritual
(ibid., I, 79).

Que cada uno se quede en su lugar

Shvu ish tajtav significa literalmente


“Cada hombre deberá sentarse en su lugar”.
También nosotros en el Shabat debemos
“sentarnos en nuestro lugar” - i.e., no
debemos dar la apariencia de sobrepasar
nuestro nivel. El Shabat nos enseña
humildad (Likutey Halajot II, p. 118).

Que cada uno se quede en su lugar

¡Adán! ¿Quién retirará la tierra de sobre tus


ojos? Tus descendientes esperan tres años
hasta poder comer los frutos de sus árboles
recién plantados, ¡pero tú no pudiste esperar
ni siquiera una hora! (Bereshit Rabah 21:7).

Adán era impaciente; no pudo esperar


hasta el Shabat para tener relaciones
maritales con Eva. Ello le llevó a pecar. En
el Shabat, se nos ordena “sentarnos en el
lugar” - ser pacientes, para esperar lo que
suceda. De esa manera rectificamos el
pecado de Adán y nuestros propios
pecados, productos de la impaciencia
(Likutey Halajot III, p. 70).

Que cada uno se quede en su lugar

De acuerdo a la manera en que uno


actúe durante los seis días de la semana,
así merecerá el Shabat. De acuerdo a la
manera en que uno actúe en este mundo,
así merecerá el Mundo que Viene.

Así, la persona que quiera trasladar


algo en un dominio público durante el
Shabat deberá establecer su eruv antes del
Shabat. Sólo entonces será un eruv válido.
De manera similar, de acuerdo a cómo la
persona se prepare en este mundo, así
merecerá su “Shabat”, el Mundo que Viene
(Likutey Halajot III, p. 51a).

No salga nadie de su lugar en el séptimo


día

Este versículo nos enseña que en el


Shabat es posible alcanzar la humildad
(Likutey Moharán I, 79).

No salga nadie de su lugar en el séptimo


día

La distancia permitida para caminar en


Shabat fuera de los límites es 2000 codos
(Eruvin 51a).

El área del campamento de Israel era


de doce kilómetros cuadrados y contenía el
Tabernáculo y el Arca Sagrada en el centro.
Sin embargo, cada tribu estaba ubicada no
más lejos que 2000 codos del centro para
que cada uno pudiese caminar hasta el
Tabernáculo sin violar el precepto “No salga
nadie de su lugar en el séptimo día”.
Aprendemos sobre los límites del Shabat a
partir del campamento de los judíos, porque
para atraer la santidad del Shabat debemos
aprender a mantenernos dentro de los
límites del judaísmo (Likutey Halajot III, p. 49a).

No salga nadie de su lugar en el séptimo


día

Los viajes que debemos realizar


durante la semana simbolizan nuestros
esfuerzos para rectificar las chispas de
santidad que han sido diseminadas por el
mundo entero. En cada lugar llevamos a
cabo una mitzvá o varias mitzvot y así
elevamos esas chispas. Pero en el Shabat
no se nos permite viajar, dado que es el día
mismo del Shabat el que realiza esas
rectificaciones necesarias (Likutey Halajot III, p.
32a).

No salga nadie de su lugar en el séptimo


día
El Shabat no sólo santifica el tiempo
sino que también santifica el lugar. Por lo
tanto “No salga nadie de su lugar en el
séptimo día” - pues también su lugar es
sagrado (Likutey Halajot I, p. 41a).

16:33 Moisés le dijo a Aarón,


“Toma una vasija y echa en ella
un omer completo de maná y
ponlo delante de Dios, a fin de
guardarlo para las
generaciones venideras”.
El maná fue guardado para todas las
generaciones
En el desierto, el maná descendía
diariamente para que el pueblo mirase hacia
Dios en espera del sustento. Este “mirar
hacia” hacía descender sobre ellos la “visión”
de Dios - i.e., la Or Iashar (Luz Directa) y la
Or Jozer (Luz Refleja), que coloca a la
persona directamente bajo la Providencia
Divina. La misma dinámica de la Luz
Directa y la Luz Refleja se aplica incluso hoy
en día (Likutey Halajot II, p. 4).

16:35 Y los hijos de Israel


comieron el maná durante
cuarenta años, hasta que
llegaron a tierra habitada;
comieron el maná hasta que
entraron en los confines de la
tierra de Canaán.
Ellos comieron el maná

Et Ha-MaN ajlu (“ellos comieron el


maná”) también puede leerse como Et
HaMaN ajlu (“ellos comieron a Hamán”). El
maná representa el campamento santo de
Israel, que se hará manifiesto cuando se
anule el reinado del mal. Hamán representa
ese reinado del mal, dado que fue vencido
en el día dieciséis del mes de Nisán, el día
en el cual los judíos llevaban la ofrenda del
Omer (que es comparado con el maná; ver
Levítico 23). Ha-MaN (‫המן‬, el maná)
contiene las mismas letras que HaMaN
(‫המן‬, el nombre del malvado), pues el mal
puede ser vencido cuando elevamos el
reinado de la santidad. Así, “Ellos comieron
a Hamán” - al comer el maná, ellos
vencieron a Hamán (Likutey Halajot III, p.184).

Y los hijos de Israel comieron el maná


durante cuarenta años

Los judíos percibieron el gusto del maná -


que corresponde a daat (percepción
superior)- en la matzá (Kidushin 38a).

El maná es el concepto de LeJeM min


haShamaim (“pan del Cielo”) (Éxodo 16:4),
que connota miLJaMá (batalla). Dado que el
maná también connota un gran daat,
representa la disputa en aras del Cielo.
Cuando Datán y Aviram disputaron contra
Moisés sobre el tema del maná (ver Rashi
sobre Éxodo 16:20) perdieron su daat (Likutey
Moharán I, 56:8).

Y los hijos de Israel comieron el maná


durante cuarenta años

El maná está asociado de dos


maneras con la sefirá de Biná. El número
40 alude al nivel de Biná (Comprensión) (cf.
Avot 5:21). Y la palabra MaN (‫מן‬, maná) es
un acrónimo de la frase Maamar Neeman
(‫מאמר נאמן‬, “una expresión fidedigna”), que
está plena de comprensión (Likutey Moharán I,
56:7).

17:7 Y le dio a aquel lugar el


nombre de Masá u-Merivá pues
los hijos de Israel habían
reclamado y provocado a Dios,
diciendo: “¿Está Dios con
nosotros o no?”.

¿Está Dios con nosotros o no?...Vino


Amalek y peleó contra Israel

Amalek representa a los ateos y a los


filósofos que cuestionan a Dios. Cuando la
persona sucumbe a sus cuestionamientos y
dudas y les permite entrar en su corazón,
entonces Amalek también viene para atacar
su ser físico, causándole sufrimiento
material (Likutey Halajot VIII, p. 103b).

¿Está Dios con nosotros o no?

HaIesh IHVH be-kirbenu im AIN (“¿Está Dios


con nosotros o no?”) - ¿Está IeSH (‫)יש‬, el
nivel manifiesto de Dios, con nosotros? ¿O
está AIN (‫)אין‬, el nivel oculto de Dios, con
nosotros? (Zohar II, 64b).

Las Escrituras utilizan el término ain


(‫ )אין‬para la palabra “no”, en lugar del
término más familiar lo (‫)לא‬. El Zohar
explica que los judíos estaban preguntando
cuál era el nivel de Divinidad que los estaba
acompañando. ¿Era el aspecto revelado, el
de Iesh (‫יש‬, “hay”) - implicando algo
tangible? ¿O era el nivel más elevado y
oculto de Ain (‫אין‬, la Nada)? Ésta es una
buena pregunta, pero dado que los judíos la
hicieron debido a que estaban sufriendo
(pues no tenían agua), sus motivos no
fueron puros. Por lo tanto fueron atacados
por Amalek.

Amalek representa las dificultades de


identificar a la Divinidad cuando Dios parece
distante. En tales momentos, la única
manera de encontrar a Dios es clamando a
Él. Así, Moisés levantó sus brazos en
plegaria durante la batalla contra Amalek.
Enseñan nuestros Sabios: “¿Acaso fueron
las manos de Moisés las que lucharon?
[No,] cuando los judíos miraban hacia
arriba, hacia el Cielo, salían victoriosos. Si
no miraban hacia el Cielo, no” (Rosh HaShaná
29a). Entonces, ¿por qué no les dijo Moisés
directamente a los judíos que mirasen hacia
Dios? Pues cuando la persona está
asediada por las fuerzas del mal puede
sentirse demasiado preocupada como para
reconocer la necesidad de buscar a Dios.
Ello es algo que sólo puede ser aludido
(Likutey Halajot VII, p. 102).

¿Está Dios con nosotros o no?

HaIesh IHVH be-kirbenu im AIN (“¿Está Dios


con nosotros o no?”) - ¿Está IeSH (‫)יש‬, el
nivel manifiesto de Dios, con nosotros? ¿O
está AIN (‫)אין‬, el nivel oculto de Dios, con
nosotros? (Zohar II, 64b).

El error de los judíos consistió en tratar


de comprender los dos conceptos opuestos
de Dios: Él está siempre con nosotros pero,
aun así, Dios nunca es visto. Ambos
niveles, el manifiesto y el oculto, son en
verdad uno solo, pues Dios es Uno.

El agua representa la abundancia y el


flujo de intelecto desde Arriba. El error de los
judíos se debió a que se había retrasado el
suministro de agua - i.e., no podían traer su
abundancia del Cielo. Pues es imposible
traer las aguas de la abundancia mediante
el intelecto; sólo pueden ser traídas
mediante la fe. Con fe uno puede aceptar
que Dios está siempre presente, aunque no
Lo pueda ver (Likutey Halajot VI, p. 74).

17:8 Vino Amalek y peleó


contra Israel en Refidim.
Vino Amalek y peleó contra Israel en
Refidim

ReFidim (‫ )רפידים‬- esto representa un


RiFion (‫רפיון‬, debilitamiento) en su
compromiso con la Torá (Sanedrín 106a).

El pueblo judío, en vías de recibir la


Torá en el Sinaí, experimentó un
debilitamiento en su compromiso con la
Torá, lo que permitió el ataque de Amalek.
Dios declaró entonces la guerra contra
Amalek en cada generación (Éxodo 17:16),
pues este fenómeno se repite una y otra
vez. Antes de cualquier revelación de
Divinidad, la persona experimenta un
debilitamiento en sus devociones. Deberá
estar preparada para el descenso y luchar la
batalla apropiada para vencer a “Amalek” y
merecer así un ascenso, una revelación de
Divinidad (Likutey Halajot III, p. 55a).

Vino Amalek y peleó contra Israel

La principal batalla de Amalek es el


ocultamiento de la luz de los Tzadikim. Esto
lo logra convenciendo a la gente de que
debe perseguir la riqueza, el honor, la
inmoralidad y demás, y así alejarse de los
Tzadikim. Esta batalla tiene lugar en cada
generación y sólo Dios puede luchar
verdaderamente esta guerra (pues Él es
Eterno) (Likutey Halajot I, p. 200-101a).

Vino Amalek y peleó contra Israel

Esto sucedió inmediatamente después de


que los hijos de Israel preguntaron, “HaIesh
IHVH be-kirbenu im AIN (‘¿Está Dios con
nosotros o no?’)” (Éxodo 17:7). De hecho,
estaban preguntando cuál era el concepto
que estaba con ellos, IeSh (‫ )יש‬o AIN (‫)אין‬
(Zohar II, 64b).
Iesh hace referencia a la arrogancia,
Ain a la humildad. Lo primero estaba
personificado por Natán, Aviram y los otros
arrogantes que desafiaban continuamente a
Moisés (y recientemente lo habían hecho
debido a la falta de agua). Lo segundo
estaba personificado por Moisés, cuya
respuesta siempre era negarse a sí mismo,
diciendo: “¿Qué somos nosotros? No
somos nada”. Su humildad era lo opuesto a
la arrogancia de sus opositores y anulaba su
orgullo.

Al acercarse al Tzadik uno puede


anular la arrogancia. Pero debido a que
Datán, Aviram y los demás no se anularon
ante Moisés, cayeron en las dudas con
respecto a Dios: “¿Está con nosotros el
concepto de Iesh o el concepto de Ain?”.
Ambos conceptos existen tanto en la
santidad como en la impureza. Debido a
que dañaron la audacia sagrada y la
humildad, los judíos se vieron forzados a
luchar contra Amalek, el paradigma de la
arrogancia, que daña tanto la humildad
sagrada como la audacia sagrada. Fueron
guiados a la victoria por Ioshúa, el discípulo
que se anulaba delante de su maestro,
Moisés y que mereció por lo tanto la
verdadera humildad (Likutey Halajot I, p. 184).

Vino Amalek y peleó contra Israel


La manera de Dios es cubrir Su
salvación con amargura y sufrimiento, para
que mediante esas pruebas la persona
pueda limpiarse de las impurezas
espirituales que le impiden tener una
verdadera revelación de Divinidad. Sin
embargo si Dios ve que la amargura será
demasiado pesada para la persona, le
aligera la carga. Por ello los judíos sufrieron
la esclavitud en Egipto sólo durante ochenta
y seis años aunque el decreto original había
sido de 400 años.

Cuando los judíos dejaron Egipto,


exhaustos y agotados, Amalek los atacó en
ese estado deprimido. Amalek trató de
impedir que los judíos sirviesen a Dios y
recibiesen Su salvación, pese a la
amargura. Por lo tanto Dios declaró una
batalla eterna en contra de Amalek. Al
recibir la amargura en pequeñas dosis, los
judíos podían curarse espiritualmente y
recibir más Divinidad. Pero Amalek trató de
imponer en su lugar un severo sufrimiento
(Likutey Halajot IV, p. 446).

Vino Amalek y peleó contra Israel

Amalek atacó a quienes habían sido


rechazados por las Nubes de Gloria - i.e.,
aquellos que eran débiles en su conexión
con Dios (Likutey Halajot II, p. 68a-136).

La batalla contra Amalek


Debido a que esta batalla es una lucha
continua, debemos ser pacientes para
merecer la victoria. En verdad, la única
victoria digna de ese nombre es una victoria
eterna, en la cual la batalla se gana para
siempre. La palabra hebrea para victoria,
NiTzaJón (‫)נצחון‬, contiene las mismas
letras que la palabra NeTzaJ (‫נצח‬, eterno).
Esto nos enseña que la única victoria que
uno debe buscar sobre sus enemigos es
una victoria eterna (Likutey Halajot II, p. 342).

Vino Amalek y peleó contra Israel

En el desierto, los judíos estuvieron


acompañados por la Fuente de Miriam, las
Nubes de Gloria y el maná. Estos tres
milagros corresponden a los tres Patriarcas,
aunque fueron obtenidos mediante el mérito
de Moisés. Con la ayuda del mérito
espiritual de los Patriarcas, Moisés fue
también capaz de combatir contra Amalek,
hacer descender la santidad del Shabat y
traer una gran abundancia. De esa manera,
pudo acercar a Dios a un pueblo
espiritualmente alienado (Likutey Moharán I,
58:2-5).

17:9 Moisés le dijo a Ioshúa:


“Escoge hombres para
nosotros y sal a pelear contra
Amalek. Mañana yo estaré en
pie sobre la cima del monte,
con la vara de Dios en mi
mano”.
Con la vara de Dios en mi mano

La “vara de Dios” es la voluntad de la


persona que cada individuo puede dirigir
como desee (Likutey Moharán I, 79).

17:10 Ioshúa hizo como le


había dicho Moisés y peleó
contra Amalek. Entretanto
Moisés y Aarón y Jur subieron
a la cima del monte.
Ioshúa peleó contra Amalek

Moisés y Ioshúa representan dos tipos de


verdad. Moisés es el epítome de una verdad
pura que ilumina por sí misma, similar al sol.
Ioshúa ejemplifica un tipo inferior de verdad
que recibe de la primera, al igual que una
ventana a través de la cual puede brillar la
luz de la verdad, o la luz que la luna recibe
del sol (ver Bava Batra 75a).

Sólo Ioshúa fue capaz de pelear contra


Amalek, dado que Amalek toma su
sustento del daño y la disminución de la
luna (que simboliza todos los problemas y
dificultades de este mundo) y Ioshúa
representa la luna de la santidad. Dado que
la luna recibe su luz del sol, Ioshúa
necesitaba que la luz de Moisés iluminara
sus batallas, y Moisés hizo que el sol se
mantuviese quieto mientras los judíos
luchaban contra Amalek. Más tarde,
después del fallecimiento de Moisés,
también Ioshúa hizo que el sol se detuviese
durante sus batallas por la Tierra. Pero
incluso entonces, recibió su fuerza de
Moisés, del sol. Pues ambos, Moisés y
Ioshúa, son necesarios para luchar contra el
mal (Likutey Halajot VII, p. 7a). (Lo mismo se
aplica a cada maestro y discípulo: se
requiere de ambos para completar y
perfeccionar las batallas de la santidad).

17:11 Y sucedió que mientras


Moisés tenía alzada su mano,
vencía Israel, pero siempre que
bajaba la mano, vencía Amalek.

Moisés tenía alzada su mano

¿Acaso eran las manos de Moisés que


luchaban? [No,] pero cuando los judíos
miraban hacia arriba, hacia el Cielo, salían
victoriosos (Rosh HaShaná 29a).

Las manos levantadas de Moisés


hacen referencia a las alusiones que los
verdaderos maestros y líderes de Israel
utilizan para hacer descender elevadas
ideas de Torá al nivel de la gente. Muchas
enseñanzas no pueden revelarse de
manera abierta, sino que deben ser
encubiertas en “señales con la mano” y
parábolas que los oyentes pueden
comprender y apreciar. Sólo con sus
“manos” pudo Moisés vencer a Amalek, que
representa el ateísmo y los desafíos a la fe.
Y los judíos pueden combatir el ateísmo
“mirando hacia arriba” - apelando a Dios
para que les revele las alusiones que están
contenidas en la Torá (Likutey Halajot II, p. 28).

Amalek utiliza muchos subterfugios


para luchar en contra de la persona que
busca a Dios. Ningún estudio es suficiente
para preparar a la persona para esa batalla.
Pero los Tzadikim, mediante los
movimientos de sus manos, aluden a cómo
acercarnos a Dios. Así es como los
Tzadikim pelean la guerra en contra de
Amalek (ibid., II, p. 78).

Moisés tenía alzada su mano

Amalek representa a aquellos que


creen en las fuerzas de la naturaleza y así
niegan a Dios. Moisés levantó sus manos
para invocar el poder de Dios. Para vencer
a Amalek y a los de su calaña, debemos
levantar nuestras manos en plegarias a Dios
(Likutey Halajot I, p. 17a).

Y sucedió que mientras Moisés tenía


alzada su mano, vencía Israel, pero
siempre que bajaba la mano, vencía
Amalek

¿Acaso eran las manos de Moisés las que


luchaban? [No,] pero cuando los judíos
miraban hacia arriba, hacia el Cielo, salían
victoriosos (Rosh HaShaná 29a).

Moisés le dijo a Ioshúa que sólo matase a


los guerreros más fuertes (Rashi sobre
Éxodo 17:13).

Cuando Amalek ataca, la única


manera de vencerlo es mirar hacia el Cielo,
tomar vitalidad de Dios y así aniquilarlo
(Likutey Halajot III, p. 518).

¿Por qué entonces Moisés bajaba las


manos? Moisés sabía que aún no había
llegado el momento de aniquilar
completamente a Amalek. Él trató de
cumplir con el versículo “Mis manos aferran
el juicio” (Deuteronomio 32:41). Es decir, Dios
restringe Su atributo del juicio y no castigará
totalmente a los malvados hasta que éstos
no “colmen la copa” y les llegue el momento
de la retribución. Sólo entonces Él ejecutará
un juicio completo contra ellos. Moisés
sabía que aún no había llegado el tiempo
final de Amalek. Por lo tanto, bajaba sus
manos para indicar que Ioshúa sólo debía
matar a los mejores guerreros (Likutey Halajot
III, p. 260a).

17:12 Pero las manos de


Moisés se volvieron pesadas,
por lo cual tomaron una piedra
y se la pusieron debajo,
sentándose él sobre ella,
mientras que Aarón y Jur le
sostenían las manos, uno de
una parte y el otro de la otra;
de esta manera sus manos
estuvieron firmes hasta
ponerse el sol.
Las manos de Moisés se volvieron
pesadas

Moisés representa daat (percepción


superior), que salva a la persona del espíritu
de locura. Cuando alguien comete un
pecado -especialmente un pecado hecho
con las manos, los miembros que son
considerados los “hacedores”- daña a daat y,
por extensión, a Moisés mismo. Así, “las
manos de Moisés se volvieron pesadas” -
estaban pesadas debido a los pecados
(Likutey Halajot II, p. 18).

Las manos de Moisés se volvieron


pesadas

“Manos pesadas” indica un pulso


irregular y pesadez en todo el cuerpo y en el
espíritu (Likutey Moharán I, 56:9). Cuando la
persona se siente abrumada, se deprime y
eso la hace sentirse pesada. Debe
responder a este desafío con vitalidad y
energía.

Sus manos eran fe

Vaiehí iadav emuna (“Sus manos


estuvieron firmes”) significa literalmente “Sus
manos eran fe”. El Targúm Onkelos traduce
esta frase como “Sus manos estaban
extendidas en plegaria”. Así, las manos
representan tanto la fe como la plegaria
(Likutey Moharán I, 7:1; ibid., I, 9:1).

La fe indica el trabajo honesto con las


manos. Cuando la persona se dedica a los
negocios con honestidad, eleva las chispas
sagradas ocultas en ello (ibid., I, 280).

Amalek representa a los filósofos.


Moisés luchó en contra de los filósofos. La
principal batalla se lleva a cabo con la fe, las
mitzvot que hacemos (i.e., la mayor parte
de las cuales se hacen con nuestras manos)
(ibid., II, 19). Por lo tanto la fe es el arma
principal en contra de Amalek (Likutey Halajot
I, p. 98).
Sus manos eran fe

Las manos corresponden tanto a la


acción como a la fe. La persona debe
utilizar sus manos de manera inteligente,
pero también apoyarse en la fe (Likutey
Moharán I, 24:6).

Debemos difundir la fe por todo el


cuerpo, para que alcance incluso las
extremidades - i.e., las manos (ibid., I, 91).
Entonces, cuando la persona levanta sus
manos en plegaria, eleva sus oraciones
(ibid., I, 20:5). Aquel que ora de la manera
apropiada puede invocar el poder de la
salvación, como el que está asociado con
Mashíaj (ibid., II, 83). Así, cuando Moisés
oraba, los judíos vencían a Amalek.

Además, cuando la persona aplaude


durante la plegaria, destruye los
pensamientos asociados con la idolatría
(ibid., I, 44) al igual que aquellas
características asociadas con la idolatría, tal
como la arrogancia (ibid. I, 10:6).

Sus manos estuvieron firmes hasta


ponerse el sol

La puesta del sol representa el


Tzimtzum (Constricción) original, el
comienzo de la Creación, un nuevo día. El
Tzimtzum creó el Espacio Vacío, un
concepto que requiere de una profunda fe
para ser comprendido. Así, “Sus manos
eran fe”. Moisés demostró que sólo con la
fe uno puede enfrentar las vicisitudes de la
vida (representadas por las batallas en
contra del ateísmo) hasta que se ponga el
sol (i.e., hasta que uno alcance el intelecto)
(Likutey Halajot II, p. 188a).

17:13 Ioshúa deshizo a Amalek


y a su pueblo a filo de espada
Ioshúa deshizo a Amalek

Él sólo mató a los guerreros más fuertes.


Esa era la orden de Dios (Rashi).

Amalek es el poder más grande del


mal (cf. Números 24:20). Sólo Dios puede
aplastar completamente ese mal y Él lo
hará sólo en la época del Mashíaj, dado que
el mal debe seguir su curso en este mundo.
Por lo que Ioshúa tuvo que aceptar matar
solamente a los líderes de Amalek (Likutey
Halajot II, p. 113a).

17:14 Dios le dijo a Moisés,


“Escribe esto para memoria en
el libro y ponlo en
conocimiento de Ioshúa que Yo
eliminaré del todo la memoria
de Amalek de debajo del cielo”.
Escribe esto para memoria en el libro y
ponlo en conocimiento de Ioshúa

Este versículo describe la Torá Escrita


y la Torá Oral (Likutey Moharán I, 19:final).

Aunque la Torá Oral está enraizada en


la Torá Escrita, la Torá Oral es más práctica
porque nos da el conocimiento de cómo
llevar a cabo las mitzvot. Así, la Palabra
Escrita (“el libro”) es “para memoria”, pero el
cuerpo principal de la Torá es transmitido de
generación en generación (“ponlo en
conocimiento”) a través de los Sabios.
Consecuentemente, es importante oír Torá
de los Sabios y no basarse sólo en la
Palabra Escrita.
Escribe esto para memoria

“Escribe” - porque todos los libros de


Torá sirven para contrarrestar a Amalek. A
partir de este versículo aprendemos que las
ideas de Torá deben ser puestas por escrito
(Likutey Halajot III, p. 198a).

Escribe esto para memoria

Debemos registrar por escrito la Torá


para recordarla. La escribimos sobre el
cuero de animales que son kosher, para que
mediante el estudio de la Torá podamos
ascender desde el nivel de “animal” hacia el
nivel de “hombre” (Likutey Halajot V, p. 106a-
212).

Escribe esto para memoria

Lo que está escrito y grabado en la


memoria le da combustible a la
imaginación. Por lo tanto la persona debe
aclarar y purificar su memoria (Likutey Halajot
II, p. 24).

17:16 Él dijo: “Pues la mano


está en el trono de Dios. Dios
tendrá guerra con Amalek en
cada generación”.
Pues la mano está en el trono de Dios

El versículo dice kes (‫ )כס‬y no KiSÉ (‫כסא‬,


trono) y el Santo Nombre de Dios IHVH
(‫ה‬-‫ו‬-‫ה‬-‫ )י‬aparece por la mitad (‫ה‬-‫י‬, IaH) dado
que Dios juró que Su Nombre y Su trono no
estarían completos hasta que no se borrase
completamente el nombre de Amalek
(Rashi).

La batalla de Amalek en contra de los


judíos representa la batalla de la herejía en
contra de la fe, en contra de los Tzadikim y
en contra de todos aquellos que
sinceramente desean servir a Dios. En
verdad, Amalek está dispuesto a pelear con
todo aquel que crea en el Dios Único. Por lo
tanto Dios dijo, “Mi Nombre y Mi trono no
estarán completos hasta que no venza a
Amalek”. En última instancia, Amalek será
vencido, la herejía desaparecerá del mundo
y todos reconocerán al Dios Único (Likutey
Halajot VIII, p. 70b).

Pues la mano está en el trono de Dios

El versículo dice kes (‫ )כס‬y no KiSÉ (‫כסא‬,


trono) y el Santo Nombre de Dios IHVH
(‫ה‬-‫ו‬-‫ה‬-‫ )י‬aparece por la mitad (‫ה‬-‫י‬, IaH) dado
que Dios juró que Su Nombre y Su trono no
estarían completos hasta que no se borrase
completamente el nombre de Amalek
(Rashi).

Las fuerzas del mal -representadas por


Amalek- siempre tratan de tomar el
sustento de las fuerzas de santidad, pues
no pueden existir sin una chispa de
santidad. Aun así, tratan de tomar más de
lo que necesitan. El intento de Amalek de
tomar más y más de la santidad constituye
la batalla de cada generación. Por lo tanto,
el Nombre de Dios y Su trono están
incompletos porque Amalek toma el
sustento de ellos. Sin embargo, en el
Futuro, Amalek será erradicado y el Nombre
de Dios y Su trono estarán completos, dado
que las fuerzas del mal ya no estarán
presentes como para nutrirse de ellos
(Likutey Halajot I, p. 428-215a).

Dios tendrá guerra con Amalek en cada


generación
Cada generación debe luchar
nuevamente contra Amalek. Dios mantiene
vivo a Amalek para que atrape
continuamente las chispa de santidad y, por
otro lado, permite que esas chispas sean
extraídas lentamente, para que puedan
alcanzar así su rectificación y perfección
(Likutey Halajot II, p. 410).

En consecuencia, cada generación


tiene sus propios ateísmos - sus “nuevas”
maneras de alejar a la gente de Dios. Por lo
tanto, la batalla recrudece en cada
generación (ibid., VIII, p. 75b). El rabí Natán
agrega que en cada generación Amalek
asume una nueva imagen, un nuevo rostro.
Debemos encontrarlo en cada generación,
hasta la llegada del Mashíaj (ibid., I, p. 148).

Dios tendrá guerra con Amalek en cada


generación

Dios lucha esta batalla en contra de


Amalek a través de los Tzadikim de cada
generación (Likutey Halajot III, p. 37a). Y en
cada generación hay un Tzadik contra el
que lucha Amalek. Sin embargo, esta
guerra no es lidiada por el Tzadik mismo,
sino por sus discípulos, quienes reconocen
la necesidad que tienen de ese Tzadik. En
el desierto, Amalek luchó contra Moisés -el
Tzadik- y la guerra fue llevada a cabo por el
pueblo judío - los discípulos de Moisés.
Aunque el Tzadik mismo no pelea, su
fuerza les da poder a sus discípulos para
luchar (ibid., III, p. 18-10a).
Parashat Itró

18:1 Itró, sacerdote de Midian,


suegro de Moisés, oyó todo lo
que había hecho Dios por
Moisés y por Israel, Su pueblo
y cómo Dios había sacado a
Israel de Egipto.

Itró...oyó todo lo que había hecho Dios


por Moisés y por Israel, Su pueblo y
cómo Dios había sacado a Israel de
Egipto

Amalek representa la inmoralidad


desatada. Cuando la poderosa plegaria del
Tzadik aniquila a Amalek, el Tzadik
despierta en el mundo un espíritu de
conciencia superior que inspira a los no
judíos a convertirse al judaísmo (Likutey
Moharán II, 8:3).

Itró

Él era llamado ITRó (‫ )יתרו‬porque agregó


(‫ייתר‬, ITeR) una porción a la Torá (Rashi).

ITRó (‫ )יתרו‬también alude a ITeR


(‫יתר‬, materia superflua) - i.e., el orgullo.
Moisés pudo rectificar a Itró y llevar a su
ITeR hacia la santidad. Así, Itró “agregó”
(i.e., de su orgullo), dado que cuando fue
rectificado, “agregó” y enalteció la Torá
(Likutey Halajot I, p. 88a).

Itró oyó

Él oyó sobre los milagros de la Apertura del


Mar, la derrota de los egipcios y la derrota
de Amalek (Rashi).

Sólo cuando la persona merece vencer


las fuerzas del mal -representadas por los
egipcios y Amalek- puede ser digna de
acercar a aquellos que están lejos de Dios.
Así, sólo después de que Moisés derrotó a
los enemigos de los judíos pudo Itró “oír”
sobre Dios y unirse a su campamento
sagrado (Likutey Halajot III, p. 54).

Itró oyó

Todos oyeron, pero sólo Itró aceptó el


mensaje (Likutey Moharán I, 134).

Sólo Itró permitió que el mensaje


entrara en su corazón. A partir de esto
podemos inferir que el maestro debe
transmitir Torá sólo de manera que entre en
el corazón del discípulo (ibid., II, 47).

18:4 El nombre de uno era


Eliezer, porque “El Dios de mi
padre me ayudó y me libró de
la espada del faraón”.
El nombre de uno era Eliezer

“El nombre de uno” - el uno y único


(Bamidbar Rabah 19:7).

Aunque este versículo hace referencia


al hijo de Moisés, tiene también un
significado secundario. El trabajo de toda la
vida de Moisés fue llevar a la mayor
cantidad de gente posible hacia el
reconocimiento y el servicio de Dios.
También ésta fue la misión de su
descendiente, el rabí Eliezer el Grande,
quien fue “uno” en el sentido de estar dotado
de manera única (Likutey Moharán I, 215).

El nombre de uno era Eliezer

El Tzadik debe ser lo suficientemente


grande como para demostrarles a aquellos
que han alcanzado un elevado nivel
espiritual que aún no han comenzado a
profundizar en el Dios Infinito y, a su vez,
demostrarles a aquellos de un nivel
espiritual relativamente bajo que la gloria de
Dios llena el mundo entero y que por lo
tanto se encuentran cerca de Dios.

Moisés era un Tzadik de este calibre.


Aquellos que han alcanzado un elevado
nivel espiritual están representados por el
“hijo” de Moisés (i.e., su descendiente), el
rabí ELIEZeR el Grande, cuyo nombre es
un acrónimo para la frase Ain Lo Raatá
Elohim Zulatja Iaasé (“Ningún ojo lo ha visto
sino Tú, Dios, Quien actúa”) (Isaías 64:3).
Esta frase alude al Mundo que Viene,
indicando la grandeza espiritual del rabí
Eliezer. Aquellos de un nivel espiritual
relativamente bajo están representados por
el rabí IHoShúA cuyo nombre es un
acrónimo para la frase Ikumu Hakitzu Ve-
ranenu Shojnei Afar (“Levántense,
despierten y canten, ustedes que moran en
el polvo”) (ibid., 26:19) (Likutey Moharán II, 7:14).

18:5 Vino pues Itró, suegro de


Moisés, con los hijos y la mujer
de éste, a Moisés en el
desierto, donde acampaba
junto al monte de Dios.
Vino pues Itró

Cuando el bien atrapado en el ámbito


del mal es elevado y retorna a Dios, el
Nombre de Dios es elevado y es hecho
conocer. Así, cuando Itró, que fue el idólatra
más grande de Midian, rechazó la idolatría y
vino a Dios, dijo, “Ahora sé que Dios es más
grande que todos los dioses” (Éxodo 18:11)
(Likutey Halajot I, p. 3b).
18:7 Moisés salió a recibir a su
suegro y se inclinó ante él y le
besó. Y se preguntaron el uno
al otro por su bienestar y
entraron en la tienda.
Y se preguntaron el uno al otro por su
bienestar

Itró era un idólatra; no había idolatría


en el mundo a la cual no hubiese servido.
Moisés era un Tzadik que recibiría la Torá
directamente de Dios. La distancia entre
ambos era muy grande. Sin embargo,
Moisés fue extremadamente amigable con
Itró, tratándolo como a un viejo amigo. Ésta
es la manera del Tzadik: ser amigable y
cálido con todos aquellos que desean
acercarse a Dios (Likutey Halajot V, p. 464).

18:9 Itró se regocijó por todo el


bien que Dios había hecho a
Israel a quien libró de mano de
los egipcios.

Itró se regocijó por todo el bien

Vaijad (“se regocijó”) puede traducirse


también como “se aguzó, se puso de punta”.
Nuestros Sabios afirman que cuando Itró oyó
las buenas noticias tembló y sus pelos se
pusieron de punta - i.e., se le erizó la piel
(Sanedrín 94a).

Por un lado, Itró se regocijó por todo el


bien - no sólo por los beneficios materiales
que habían recibido los judíos sino también
por sus logros espirituales. Esto está
implícito en las palabras al kol hatová (“por
todo el bien”), que pueden ser traducidas
más literalmente como “por sobre todo el
bien” - i.e., más allá del bien obvio. Sin
embargo, tembló. Pues se vio a sí mismo
como un prosélito, uno que recién se había
unido al pueblo judío y no había tenido el
mérito de estar con ellos desde el principio
(Likutey Moharán II, 33).
Itró se regocijó

En general la gente experimenta la


alegría de un evento de manera
fragmentada. Por ejemplo, en una boda,
algunas personas están contentas por la
pareja, otras debido a la fiesta, otras más
debido a la comida y otras como resultado
de la música. Pero el principal motivo para
la alegría es que en su fuente, todas las
manifestaciones fragmentarias son una
sola. Vaijad Itró (“Itró se regocijó”) también
puede traducirse como “Itró hizo una
unidad”. Es decir, Itró hizo una unidad de
toda la alegría que había experimentado.
Vio más allá de sus manifestaciones
materiales y reconoció que todo ello
provenía de Dios, la Fuente de la alegría
(Likutey Moharán II, 34).

18:11 “Ahora sé que Dios es


más grande que todos los
dioses: pues aquello que
quisieron hacer les sucedió a
ellos”.
Ahora sé que Dios es más grande que
todos los dioses

En Midian, Itró había sido el sacerdote


supremo de todas las idolatrías. Cuando
vino a ver a Moisés y dijo, “Ahora sé que
Dios es más grande que todos los dioses”,
elevó la gloria de Dios al punto en que pudo
brillar incluso en los niveles más bajos de la
conciencia, allí en donde había reinado la
idolatría (Likutey Moharán I, 10:2; ibid., I, 14:2).

18:14 Y cuando vio el suegro


de Moisés todo lo que él hacía
para con el pueblo, le dijo:
“¿Qué es esto que haces con
el pueblo? ¿Por qué estás
sentado, tú solo y todo el
pueblo permanece parado
alrededor tuyo, desde la
mañana hasta la noche?”.

Desde la mañana hasta la noche

Aquel que emite un juicio verdadero es


considerado como socio de Dios en la
Creación. Pues aquí dice: “Desde la mañana
hasta la noche”, y allí dice: “Fue la noche y
fue la mañana” (Génesis 1:5, et al.) (Rashi).

El Rebe Najmán enseña que sólo


cuando el comienzo, el medio y el final son
la absoluta verdad puede algo ser llamado
verdadero. Cuando el juez estudia el caso
que tiene delante y filtra la mentira para que
sólo quede la absoluta verdad, rectifica la fe
(que implica fidelidad y honestidad). Cuando
la fe se rectifica también se rectifica la
plegaria, dado que la fe y la plegaria son
sinónimos. Y cuando la plegaria se rectifica,
la vitalidad y la abundancia fluyen hacia
todos los niveles de la creación. Por lo tanto
el juez que emite un juicio verdadero es
considerado como socio de Dios en la
Creación, pues le trae vitalidad a todos los
mundos (Likutey Halajot VII, p. 2).

Desde la mañana hasta la noche

Aquel que emite un juicio verdadero es


considerado como socio de Dios en la
Creación. Pues aquí dice: “Desde la mañana
hasta la noche” y allí dice: “Fue la noche y
fue la mañana” (Génesis 1:5, et al.) (Rashi).
La claridad de la “mañana” representa
la verdad, pues a la luz del día uno puede
percibir las cosas por sí mismo. La
oscuridad de la “noche” representa la fe,
pues en la oscuridad uno debe basarse en
un conocimiento indirecto. Sólo cuando la
verdad y la fe están unidas puede haber un
juicio verdadero. Esto puede verse en el
versículo “Fue la noche [fe] y fue la mañana
[verdad]” (Likutey Halajot VII, p. 2). Pues el
principal objetivo del juicio es elevar la fe
caída - i.e., el hecho de que las partes
perdieron la fe entre ellas. Cuando la fe se
eleva al nivel de la verdad, entonces la
verdad y la fe se unen.
18:16 “Cuando tienen algún
pleito vienen a mí y yo juzgo
entre uno y el otro y les doy a
conocer los estatutos de Dios y
Sus leyes”.
Cuando tienen algún pleito vienen a mí

Cuando los judíos practican la justicia


pueden alcanzar un elevado nivel de
conciencia, correspondiente a Moisés
(Likutey Moharán I, 15:6).

18:19 “Ahora pues, oye la voz


de mi consejo y estará Dios
contigo. Sé tú el representante
del pueblo delante de Dios,
para que traigas las causas a
Dios”.
Oye la voz de mi consejo

Itró provenía de la idolatría y había


experimentado mucho mal. Pero aun así
fue capaz de rechazar ese mal, pudo
purificarse y acercarse a Dios. Así, fue
específicamente Itró quien le aconsejó a
Moisés el establecimiento de un sistema
judicial, pues él había ejercitado la
inteligencia judicial al saber cuándo acercar y
cuándo rechazar (Likutey Halajot V, p. 210).

18:21 “Pero tú buscarás de


entre todo el pueblo hombres
hábiles, temerosos de Dios,
hombres de verdad, que
aborrezcan el dinero, a quienes
pondrás sobre ellos como jefes
de miles, jefes de cientos, jefes
de cincuenta y jefes de diez”.
Pero tú buscarás de entre todo el pueblo
hombres hábiles, temerosos de Dios
Tejezé (“tú buscarás”) significa
literalmente “tú verás”. Moisés podía ver el
verdadero nivel espiritual de cada uno de
sus seguidores. Con esa capacidad pudo
asignarle a cada uno de ellos el nivel
apropiado de responsabilidad dentro de la
comunidad. Más aún, con el solo hecho de
mirar a sus seguidores, el Tzadik puede
transmitirles su propio intelecto e iluminar
sus mentes (Likutey Moharán II, 72).

Tú buscarás

Tejezé (“tú buscarás”) significa


literalmente “tú verás”. Mirarás
cuidadosamente al Tzadik, en sus escritos,
etc. Entonces verás... (Likutey Halajot I, p.
96a).

Jefes de miles...cientos...cincuenta...diez

La Torá es una luz muy grande que no


puede ser alcanzada en su totalidad; para
ser recibida debe ser dividida en unidades
más pequeñas. Al subdividir a la nación,
Moisés le enseñó al pueblo que la única
manera de recibir toda la Torá era
adquiriendo un poco por vez hasta que ésta
llegue a ser una totalidad (Likutey Halajot VII, p.
32).

Jefes de miles, jefes de cientos, jefes de


cincuenta y jefes de diez
Cada persona tiene un cierto nivel de
autoridad. Al menos, cada individuo tiene
autoridad sobre sí mismo y con ella debe
controlar su inclinación al mal.

En cuanto a la persona que tiene


poder sobre los demás, no debe utilizar esa
autoridad para su propio beneficio sino sólo
en aras de Dios (Likutey Moharán I, 56:1).

19:1 A principios del tercer


mes, después de haber salido
los hijos de Israel de la tierra
de Egipto, en ese mismo día
llegaron al desierto del Sinaí.
Llegaron al desierto del Sinaí

Dios desestimó las altas montañas y


descansó Su Presencia sobre el monte
Sinaí, y aun así, el monte Sinaí no se volvió
arrogante (Sotá 5a).

La Torá fue dada sobre la pequeña


montaña del Sinaí para enseñar el valor de
la humildad (Likutey Moharán I, 15:4).

19:2 Habiendo, pues, levantado


el campamento de Refidim,
vinieron al desierto del Sinaí y
acamparon en el desierto; de
modo que Israel acampó allí
frente al monte.
Vinieron al desierto del Sinaí

La Torá más esencial que la persona


obtiene es aquella que adquiere en el
“desierto” - i.e., con trabajo y dificultad
(Likutey Halajot III, p. 205a).

La Torá fue dada en el desierto del Sinaí

El desierto es un lugar inhóspito,


carente de todo confort físico y lleno de
peligros para la vida. En tal lugar,
aparentemente vacío de Divinidad, el único
consejo es llamar a Dios y pedirle a Él que
Se revele (Likutey Halajot VII, p. 51a-102).

Sinaí

La palabra SINaÍ (‫ )סיני‬tiene el mismo


valor numérico que SuLaM (‫סלם‬, escalera).
Dios entregó la Torá en el monte Sinaí
porque ésta era la más pequeña de las
montañas, el símbolo de la humildad (cf.
Sotá 5a). La humildad es la “escalera” con la
cual podemos ascender hacia las alturas
espirituales (Likutey Halajot VIII, p. 259a).

Sinaí

En el Sinaí, Dios sostuvo la montaña sobre


los judíos (Shabat 88a).
Aquel que trate de acercarse a Dios
mediante la autoanulación correrá peligro,
pues las fuerzas del mal tratarán de
abrumarlo. Debe tener cuidado. Así, Dios
sostuvo la montaña sobre los judíos para
simbolizar el hecho de que si ellos
aceptaban la Torá, todo estaba bien - pero
de lo contrario, las fuerzas del mal
obtendrían poder y los destruirían, Dios no
lo permita. Aun así, Moisés era tan grande
que fue capaz de anularse, ascender a Dios
y traer la Torá para que todos se pudiesen
beneficiar de ella (Likutey Halajot I, p. 31a).

Israel acampó allí

[La frase Vaijan sham (‫ויחן שם‬, literalmente,


“él acampó allí”) está escrita en singular.] Los
judíos estaban totalmente unidos, como un
hombre con un corazón (Rashi).

Es imposible traer una revelación de


Divinidad si no hay unidad (Likutey Halajot II, p.
432). El principal sendero para la recepción
de la Torá es la unidad (ibid., I, p. 468).

19:3 Y Moisés subió a Dios y lo


llamó Dios desde el monte y le
dijo: “Así hablarás a la casa de
Iaacov y dirás a los hijos de
Israel”.
Y Moisés subió a Dios
A medida que subía, Moisés se
acercaba más a Dios. Esto es lo opuesto de
aquellos que “suben” en términos del éxito
mundano y olvidan a Dios (Likutey Moharán II,
82).

Y Moisés subió a Dios

U-MoShéH (‫ומשה‬, “Y Moisés”)


contiene las mismas letras que MaSheHU
(‫משהו‬, algo, una pequeña cantidad), que
es la diferencia entre jametz y matzá (ver
Likutey Moharán I, 57). Con esa pequeña
cantidad Moisés llevó a los judíos hacia el
favor, pues ascendió y llevó con él las
almas caídas (Likutey Halajot I, p. 133a).
19:4 “Ustedes han visto lo que
hice a los egipcios y cómo los
he llevado a ustedes sobre alas
de águila y los he traído a Mí”.

Sobre alas de águilas

Esto implica trascender el tiempo


(Likutey Halajot I, p. 40). Acercarse a Dios
puede producir experiencias trascendentes.

Los he llevado a ustedes sobre alas de


águila
El Zohar (III, 233a) afirma que el “águila”
corresponde a la conciencia expandida, a la
compasión y al pacto. Esos atributos “llevan”
a la persona hacia Dios (Likutey Moharán I,
29:4).

19:5 “Ahora, pues, si escuchan


atentamente a Mi voz y
guardan Mi pacto, serán para
Mí un tesoro especial entre
todos los pueblos pues Mía es
toda la tierra”.
Serán para Mí un tesoro especial entre
todos los pueblos
Segulá (tesoro especial) hace
referencia a aquello que es beneficioso pero
cuyas propiedades son incomprensibles,
porque provienen de un elevado nivel
espiritual llamado el intelecto trascendente.
El motivo por el cual Dios eligió a los judíos
como “su nación especial” es inexpresable y
se encuentra más allá de toda explicación
(Likutey Moharán I, 21:9).

19:6 “Y ustedes serán para Mí


un reino de Cohanim y una
nación santa. Éstas son las
palabras que les dirás a los
hijos de Israel”.
Un reino de Cohanim y una nación santa

Este versículo indica la humildad de


Dios. Dios Se disminuyó, si así pudiera
decirse, al ofrecerles a los judíos promesas
de grandeza y al disminuir la intensidad de
Su Presencia para que pudiesen
relacionarse con Él (Likutey Moharán I, 219).

Serán para Mí un reino de Cohanim y


una nación santa. Éstas son las palabras
que les dirás a los hijos de Israel

El Rebe Najmán ofrece una serie de


correspondencias entre las frases de este
versículo y una variedad de conceptos,
basadas en un amplio juego de palabras en
hebreo:

“Un reino de Cohanim” - esto hace


referencia a la autoridad de la Torá
Revelada.

“Cohanim” - esto corresponde a jesed


(bondad), el nivel de Abraham, que connota
la plegaria.

“Una nación santa” - esto hace


referencia a los sagrados misterios de la
Torá.

“Palabras” - esto indica el temor a Dios


y los juicios.

Así, este versículo puede


comprenderse como significando que
cuando la persona posee el temor a Dios y
se juzga a sí misma, alcanza la Torá
Revelada. Luego, sus plegarias la llevan a
comprender los misterios de la Torá (Likutey
Moharán I, 15:6).

Un reino de Cohanim y una nación


santa...las palabras

“Un reino de Cohanim” - esto


corresponde a Jesed (el amor Divino).

“Una nación santa” - la palabra “santa”


corresponde a la sefirá de Jojmá
(Sabiduría), mientras que la letra vav
(significando “y”) corresponde la sefirá de
Biná (Comprensión).

La persona puede alcanzar esa


sabiduría y comprensión mediante “las
palabras” - i.e., de acuerdo a cómo utilice el
habla para revelar la Divinidad en el mundo.
Y es posible revelar la Divinidad a través del
Tzadik, Moisés, que abarca a la totalidad del
pueblo judío (Likutey Moharán I, 34:9).

19:8 Entonces todo el pueblo


respondió a una, diciendo:
“¡Nosotros haremos todo
cuanto ha dicho Dios!”. Y
Moisés refirió a Dios las
palabras del pueblo.

Y Moisés refirió a Dios las palabras del


pueblo

En los versículos 8 y 9, el pueblo


promete cumplir con la palabra de Dios y
Moisés le transmite a Dios esa promesa.
Entonces Dios le dice a Moisés que Él
hablará directamente con Moisés y Moisés
le refiere las palabras del pueblo a Dios.

Sin embargo, la Torá no registra


ninguna palabra del pueblo después de las
palabras de Dios a Moisés. Aparentemente,
el pueblo hizo una segunda declaración -
pero ello no fue registrado. Si ellos no
hicieron esa segunda declaración, ¿qué es
lo que Moisés le refirió a Dios?

La respuesta es como sigue. Cuando


los judíos dijeron, “Nosotros haremos todo
cuanto ha dicho Dios”, estaban presentando
una queja: Si ellos oían hablar a Dios
directamente, se les retiraría la libertad de
elección y no tendrían más opción que
hacer lo que dijera Dios. Dios le dijo a
Moisés que el pueblo estaba en lo cierto y
fue por ello que Le comunicó que sólo
hablaría con Moisés. (En verdad, vemos
que los mandamientos fueron dados de
manera singular, pues estuvieron dirigidos a
Moisés).

Por lo tanto Moisés “refirió a Dios las


palabras del pueblo” - significando, él repitió
su argumento, pero esta vez refiriéndose a
él mismo: Si Dios hablaba directamente con
él, eso retiraría su propia libertad de
elección.

Dios le dijo entonces a Moisés que


santificase al pueblo durante dos días. Esto
hizo posible que Moisés ejerciera su libertad
de elección con respecto a la Entrega de la
Torá, pues comprendió que Dios en verdad
deseaba que los judíos tuviesen un período
de santificación de tres días.
Consecuentemente, Moisés agregó un día
más de preparación por su propia iniciativa
(Shabat 88a). Al agregar un día por su propia
cuenta, Moisés ejercitó su libertad de
elección con respecto a la Entrega de la
Torá (Likutey Moharán I, 190).

19:9 Entonces Dios le dijo a


Moisés: “He aquí que Yo
vendré a ti en una nube espesa
a fin de que oiga el pueblo
mientras Yo hablo contigo y
que también crea en ti para
siempre”. Y refirió Moisés a
Dios las palabras del pueblo.
Que también crea en ti para siempre

La verdadera recepción de la Torá se


produce cuando tenemos fe en los Tzadikim
(Likutey Halajot I, p. 101a).

19:10 Dios le dijo Moisés: “Vete


al pueblo y santifícalo hoy y
mañana, y laven sus vestidos”.
Moisés trajo de su propia santidad para
purificar a la nación, permitiéndole recibir la
Torá, cada uno de acuerdo a su propio nivel
(Likutey Halajot I, p. 188).

19:11 “Y estén preparados para


el día tercero, porque el tercer
día descenderá Dios a vista de
todo el pueblo, sobre el monte
Sinaí”.
Y estén preparados

Todo judío estuvo en el Sinaí. Cuando


estamos unidos, como lo fue en el Sinaí,
merecemos entonces la revelación de
Divinidad. Pero hace falta prepararse y
esforzarse para estar unidos y mantenernos
unidos (Likutey Halajot I, p. 454).

El día tercero

Moisés agregó un día más de preparación


por su propia cuenta (Shabat 88a).

Antes de pecar, Adán se encontraba


en un tremendo nivel, libre de la influencia
de la mala inclinación y de los malos
deseos. Dios quería que se mantuviese así
y por lo tanto le ordenó no comer del Árbol
del Conocimiento, para no tener una
inclinación hacia lo material. Pero, como
vemos que sucedió con Moisés, hay veces
en que el Tzadik debe tratar de comprender
cuál es la verdadera Voluntad de Dios:
“¿Debo agregar otro día?”. Al enfrentarse
con el mandamiento de no comer del Árbol,
Adán pensó que había algo más en esa
mitzvá. Consecuentemente, le agregó algo
al mandamiento de Dios diciéndole a Eva
que no tocase el Árbol, además de no
comer de él. Cuando la Serpiente le
demostró a Eva que no pasaba nada si
tocaba el Árbol, ella se vio inducida a comer
también el fruto. Adán se equivocó debido a
que no comprendió realmente la Voluntad
de Dios.

Moisés también estaba libre de la


influencia de la mala inclinación; sin
embargo, cada persona -incluso un Tzadik-
tiene libertad de elección. En verdad, el
ejercicio de la libertad de elección de Moisés
fue comprender exactamente qué es lo que
Dios quería realmente que él hiciese para
beneficio de los judíos (ver Likutey Moharán
I, 190). Al ejercitar su libertad de elección y
agregar un día más al mandamiento de
Dios, Moisés continuó acercándose cada
vez más a Dios (Likutey Halajot III, p. 82).

19:15 Y él dijo al pueblo:


“Estén preparados para el
tercer día; no se acerquen a
una mujer”.
Estén preparados para el tercer día
La santidad de Moisés afectó a los
judíos, de modo que también ellos pudieron
volverse santos (Likutey Moharán II, 72).

Estén preparados para el tercer día; no


se acerquen a una mujer

No se pueden comprender las enseñanzas


de los Tzadikim a no ser que se haya
alcanzado la pureza moral (Likutey Moharán
I, 36:5).

Cada una de las 600.000 almas de la


nación judía corresponde a una de las
600.000 letras de la Torá. Más aún, el nivel
en el cual cada persona es capaz de
relacionarse con la Torá depende del nivel
de pureza que haya alcanzado. Para recibir
toda la Torá la nación judía tuvo que
alcanzar un elevado nivel de pureza. Por lo
tanto se requirió que todos los 600.000
judíos se abstuviesen de las relaciones
maritales y se purificasen antes de la
Entrega de la Torá (Likutey Halajot II, 250a).

Estén preparados para el tercer día; no


se acerquen a una mujer

En el Jardín del Edén, la Serpiente envenenó


a Eva y a todos sus descendientes. Pero los
judíos que recibieron la Torá en el Sinaí
quedaron limpios de ese veneno (Shabat
146a).

La Serpiente representa las falsas


creencias. Para contrarrestar su efecto,
debemos alcanzar una fe perfecta en Dios.
Moisés fue capaz de instilar esa fe en los
judíos permitiéndoles elevarse más allá de
sus ilusiones y alcanzar incluso el nivel de
una clara profecía (Likutey Moharán II, 8:8).

No se acerquen a una mujer

Recibir la Torá en el nivel que sea y la


Festividad de Shavuot, que celebra la
Entrega original de la Torá, tienen el poder
de anular a la mala inclinación de la
inmoralidad sexual (Likutey Moharán II, 1:5).

19:16 Y sucedió que el día


tercero, al despuntar la
mañana, hubo truenos y
relámpagos y una nube densa
sobre el monte y una voz de
shofar excesivamente fuerte. Y
se estremeció todo el pueblo
que estaba en el campamento.
Truenos y relámpagos

Cuando Dios entregó la Torá en el Sinaí los


efectos se sintieron en el mundo entero. Los
no judíos se acercaron a Bilaam para
preguntarle qué estaba sucediendo y éste
les respondió transmitiéndoles enseñanzas
de Torá propias (Zevajim 6a).
Un proceso similar ocurre hoy en día.
Paralelo a la Entrega de la Torá, los grandes
Tzadikim revelan tremendas enseñanzas de
Torá. Pero al hacerlo, hay gente indigna -
correspondiente a Bilaam- que promueve
sus propias interpretaciones e ideas. La
capacidad de esta gente para revelar Torá
no le es inherente sino que surge de las
enseñanzas del Tzadik (Likutey Moharán II,
57).

El poderoso sonido del shofar

Esto corresponde al shofar de Rosh


HaShaná (Likutey Halajot II, p. 49a-98). Los
sonidos del shofar son tequía, terúa,
shevarim. Nuestros Sabios enseñan que el
sonido entrecortado de terúa puede ser una
serie de sonidos cortos (shevarim) o un
grupo de sonidos muy breves (terúa) (ver
Rosh HaShaná 34a).

Dios dio la Torá acompañada por los


sonidos del shofar. El tequía -un sonido
claro y simple- representa la bondad y la
misericordia de la entrega de la Torá, que
nos libera de la mala inclinación. De manera
similar, el shofar anunciará la llegada del
Mashíaj. En ese tiempo futuro, también
seremos liberados de la mala inclinación y
desaparecerán todos los problemas, pues el
mundo experimentará la alegría de la Torá.
Hoy en día, sin embargo, también oímos el
terúa - los sonidos entrecortados que
representan el lamento y el gemido debidos
a nuestros muchos problemas. Debemos
fijar nuestro objetivo en alcanzar la alegría,
en superar la tristeza y la depresión de este
mundo mirando hacia delante, hacia la
alegría del Futuro (Likutey Halajot II, p. 165a).

19:17 Entonces Moisés sacó al


pueblo del campamento hacia
el monte de Dios; y se pararon
al pie del monte.
Se pararon al pie del monte

Vaitiatzvu (“se pararon”) hace


referencia tanto a la Torá como a la plegaria.
Así, los judíos “se pararon al pie del monte”
para recibir la Torá. De manera similar,
“Pinjas se puso de pie y oró” (Salmos 106:30).

Cuando la persona estudia Torá y ora,


puede rectificar las chispas de santidad y
así acelerar la llegada del Mashíaj, quien
también está asociado con “estar de pie”,
como dice el versículo: “En ese día, sus
pies se pararán en el Monte de los Olivos”
(Zacarías 14:4) (Likutey Moharán I, 75-B:5).

19:18 Y el monte Sinaí estaba


humeando porque Dios había
descendido sobre él en fuego;
y subía el humo como el humo
de un horno; y todo el monte
temblaba en gran manera.
El fuego de la Revelación

La Torá misma corresponde al fuego:


ella incinera el mal de la persona para que
pueda recibir de la Torá (Likutey Halajot V, p.
200).

19:19 Y la voz del shofar iba


haciéndose muy fuerte: Moisés
hablaba y Dios le respondía
con una voz.
Y la voz del shofar iba haciéndose muy
fuerte

Cuando la persona cuida el pacto


(como hicieron los judíos al abstenerse de
las relaciones maritales antes de la Entrega
de la Torá), puede liberarse de las
atracciones materiales de este mundo. Y
cuando ora, puede alcanzar una gran
riqueza.

Este versículo alude a ambas ideas.


ShoFaR (‫ )שופר‬es similar a ShuFRa
(‫שופרא‬, “belleza” en arameo). Aquel que
cuida el pacto tiene un cuerpo “hermoso”,
purificado espiritualmente y sus plegarias
tienen un “sonido” que expresa esa belleza.
Meod (“muy” fuerte) puede hacer referencia
al dinero y a los bienes de la persona (Rashi
sobre Deuteronomio 6:5).

Así, cuando las plegarias son


hermosas debido a que provienen de un
cuerpo purificado espiritualmente, la persona
puede lograr riqueza y abundancia (Likutey
Moharán II, 83).

19:20 Dios descendió sobre el


monte Sinaí, a la cumbre del
monte; y Dios llamó a Moisés a
la cumbre del monte y subió
Moisés.
Dios descendió sobre el monte Sinaí

Estamos obligados a volver a Dios y,


en respuesta, Él se vuelve hacia nosotros.
El volvernos a Él es llamado
“arrepentimiento” e indica nuestro ascenso a
través de las Cuarenta y Nueve Puertas del
Arrepentimiento. Esto se logra mediante el
recitado de los Salmos.

Cuando Dios se vuelve hacia nosotros,


ello es llamado también “retorno” y
“arrepentimiento”. Esto corresponde a Su
descenso hacia la Puerta Cincuenta del
Arrepentimiento, que se encuentra más allá
del alcance de los seres humanos (Likutey
Moharán II, 73).

19:21 Y Dios le dijo a Moisés:


“Desciende, advierte al pueblo,
no sea que irrumpa hacia Dios,
para ver, y caigan muchos de
ellos”.
No sea que irrumpa

Esta advertencia se aplica a todas las


personas, en todo momento y en todos los
niveles. Cada individuo tiene sus propios
parámetros para servir a Dios, basados en
su salud, sus capacidades mentales y
demás. La persona nunca debe pasar más
allá de sus limitaciones en el servicio a Dios
(Likutey Moharán I, 72; ibid., II, 5:7).

Los obstáculos, las adversidades y las


limitaciones con los que se enfrenta la
persona en su servicio a Dios representan
sus tzimtzumim individuales, los parámetros
que Dios ha dispuesto para ella - al igual
que los parámetros que Dios estableció al
crear el mundo. Uno debe tener mucho
cuidado y no pasar nunca más allá de sus
limitaciones (ibid., II, 5:7; ibid., II, 9).
19:24 Pero Dios le dijo: “¡Anda,
desciende! Y subirás tú y
Aarón contigo, pero los
Cohanim y el pueblo no
deberán traspasar los límites
para subir a donde está Dios,
no sea que haga estrago en
medio de ellos”.
Y subirás tú y Aarón contigo, pero los
Cohanim y el pueblo no deberán
traspasar los límites para subir a donde
está Dios

Moisés debía ascender [hasta la cima].


Aarón tenía sus límites, los Cohanim tenían
sus límites y el pueblo tenía sus límites
(Rashi).

El Tzadik es mucho más exaltado que


la persona común. Uno no debe pensar que
puede ascender al mismo nivel que el
Tzadik. Así, Moisés tenía su propio límite;
Aarón, que era un profeta y un gran Tzadik
de por sí, tenía un límite cercano al de
Moisés; y los Cohanim y el pueblo tenían
sus límites en base a sus niveles (Likutey
Halajot IV, p. 414).

De manera similar, sólo los Cohanim


tenían permitido entrar en el patio del
Templo, mientras que los Levitas y los
Israelitas tenían prohibido entrar en el área
de los sacrificios, dado que se encontraba
más allá de sus límites (ibid.).

20:1 Y Dios habló todas estas


palabras, diciendo.
Dios habló todas estas palabras

Antes de transmitirle la Torá a Moisés, Dios


la repasó cuatro veces (Shmot Rabah 40:1;
ver también Eruvin 54b).

Es posible enseñar Torá sin


preparación previa. Aun así, a partir de este
Midrash, vemos que es preferible preparar y
repasar las lecciones antes de
transmitírselas a los demás (Likutey Moharán
II, 118).

Dios habló todas estas palabras

Vaidaber (Habló) - “hablar” alude a la


unificación espiritual (cf. Ketuvot 13).

Elohim et (Dios y una palabra


conjuntiva que no tiene paralelo en español)
- esto hace referencia a la unificación entre
las sefirot de Jojmá (et) y Maljut (Elohim).

Kol hadevarim haele leemor (“todas


estas palabras, diciendo”) - el Tzadik es
capaz de generar esta unificación cuando
inviste exaltadas enseñanzas de Torá en
una forma simple y en un lenguaje que la
gente común puede comprender. LeEMoR
(‫לאמר‬, diciendo) está relacionado con IMRA
(‫אמרא‬, vestimenta). Cuando del Tzadik
inviste “esas palabras” -las exaltadas
enseñanzas originales de Torá- para que la
gente común pueda comprenderlas (Likutey
Moharán II, 91), entonces incluso esas
personas pueden alcanzar los niveles más
elevados de sabiduría.

La Revelación

Cuando los judíos oyeron hablar a Dios sus


almas los abandonaron. Dios los resucitó
(Shabat 88a).

En el momento de la Revelación, los


judíos merecieron un tremendo nivel de
bitul (anulación delante de Dios). Sin
embargo, ello fue tan grande que no
pudieron retener sus almas y fallecieron.
Ése no era el propósito ni la intención de la
Entrega de la Torá, de modo que Dios tuvo
compasión de ellos y los resucitó (Likutey
Halajot II, p. 243a).

La Revelación

El mundo fue creado para la Torá (Esther


Rabah 7:13).

La Torá le fue dada a la generación número


veintiséis a partir de la Creación (de Adán a
Noaj, diez generaciones; de Noaj a
Abraham, diez generaciones; Itzjak, Iaacov,
Leví, Kehat, Amram, Moisés, seis
generaciones). Originalmente, Dios tuvo la
intención de dar la Torá en la generación
número mil, pero Dios vio que debido a la
maldad y a la osadía, el mundo no podía
continuar existiendo sin Torá. Por lo tanto
Dios dio la Torá después de veintiséis
generaciones (Jaguigá 14a).

Dado que el mundo fue creado para la


Torá, ¿por qué Dios esperó para entregarla?
¿Cómo podría haber sobrevivido el mundo
siquiera un minuto sin Torá? Más aún,
¿cómo podría ser alguien recto sin Torá? Y
de existir Tzadikim, ¿no deberían haber
merecido la Torá de manera inmediata en
lugar de luego de mil generaciones?
En verdad, hubo Tzadikim que
sirvieron a Dios incluso antes de la entrega
de la Torá, tales como Abraham y los otros
patriarcas. Más aún, “Cada generación tiene
Tzadikim como Abraham” (Bereshit Rabah
56:7). Solamente con esos Tzadikim el
mundo podría haber continuado, pues ellos
le habrían enseñado a los demás cómo
servir a Dios.

Dios tenía planeado esperar 1000


generaciones para darles a los Tzadikim el
tiempo necesario para aclarar y purificar los
poderes de imaginación de la gente que
habían sido dañados debido al pecado de
Adán. Entonces el mundo podría haber
recibido la Torá en un estado absolutamente
refinado y puro, sin la posibilidad de pecar
posteriormente. Sin embargo, cada
generación tiene gente malvada y osada
que se burla y calumnia a los Tzadikim,
haciendo muy difícil que los demás puedan
beneficiarse de sus enseñanzas. Por lo
tanto Dios decidió entregar la Torá antes de
tiempo, pese a nuestra falta de mérito, para
facilitarle a la gente la posibilidad de
identificar a los Tzadikim que podrían
guiarla. La misma Entrega de la Torá
produjo una limpieza de la imaginación que
purificó nuestra fe hasta cierto grado. Con
esa purificación deberíamos ser capaces de
vencer a los malvados (Likutey Halajot II, p.
123a-124a).
Había 600.000 en la Revelación

Si comida que no es kosher se mezcla con


comida kosher y hay sesenta veces la
cantidad de comida kosher frente a la no
kosher, esta última queda anulada (Iore Dea
98:1).

La Torá no fue dada sino hasta que


hubo 600.000 judíos dispuestos a recibirla.
Este número alude a la mezcla de
elementos “kosher” y “no kosher”, pues los
prosélitos que deseaban unirse a la nación
judía fueron entonces aceptados.

Sin embargo, la multitud mezclada que


dejó Egipto junto con los judíos era
demasiado numerosa como para ser
aceptada dentro de la nación. Más aún,
continuaba haciendo el mal, llevando al
pecado del becerro de oro y otros pecados.
Uno de los motivos por los cuales nuestro
exilio actual se ha prolongado durante tanto
tiempo es para darles tiempo a las almas de
la multitud mezclada para que puedan
reencarnar en cada generación hasta que
también ellas puedan ser aceptadas dentro
de la nación (Likutey Halajot IV, p. 238).

Dios les dio la Torá a los judíos

Cuando Dios les quiso dar la Torá a los


judíos, los ángeles se opusieron, “Da Tu
Gloria [i.e., la Torá] a los cielos [i.e., los
ángeles]”. Dios le dijo a Moisés que les
respondiese a los ángeles y él les dijo,
“¿Acaso ustedes descendieron a Egipto?”
(Shabat 88b).

Moisés preguntó específicamente,


“¿Acaso ustedes descendieron?”. La única
manera de acceder a la Torá es
ascendiendo de nivel en nivel. Sin embargo,
cada vez que la persona está dispuesta a
ascender al próximo nivel, experimenta un
descenso (ver Likutey Moharán I, 22:11). El
descenso a Egipto transformó a los judíos
de ser poseedores de la tierra en Tierra
Santa a ser esclavos en Egipto. Pero ese
mismo descenso los hizo dignos del
ascenso, más tarde, hasta el nivel de recibir
la Torá. Los ángeles, por el contrario, no
pueden ascender ni descender del nivel en
el cual se encuentran. Por lo tanto no
pueden hacerse merecedores de recibir la
Torá (Likutey Halajot VIII, p. 24b).

Dios les dio la Torá a los judíos

Los ángeles arguyeron en contra de la


entrega de la Torá a los judíos, insistiendo en
que la Torá debía permanecer en los Cielos.
“¿Quién es el hombre para que Tú le des la
Torá?”, desafiaron los ángeles a Dios. Dios
instruyó a Moisés para que les respondiese
y Moisés les preguntó a los ángeles,
“¿Acaso ustedes descendieron a Egipto?
¿Acaso fueron esclavos en Egipto? ¿Tienen
padre y madre? ¿Sirven a la idolatría en el
Cielo? ¿Tienen celos? ¿Hacen negocios?”.
Los ángeles se vieron forzados a aceptar
que los judíos recibieran la Torá (Shabat
88b).
¿Acaso los ángeles no sabían que el
cumplimiento de las mitzvot no se aplica en
el Cielo? Sí lo sabían - pero sintieron que la
esencia de la Torá yace en su increíble
sabiduría y belleza, que también podía ser
apreciada por los ángeles. Ellos querían
mantener la Torá en el Cielo para también
poder explorar sus profundidades. Pero
Moisés les demostró que la esencia de la
Torá yace en el consejo sólido que uno
puede utilizar para unirse a Dios incluso en
un ambiente materialista. Por lo que la Torá
pertenece a este mundo (Likutey Halajot III, p.
390-196 a).

Dios les dio la Torá a los judíos


Tú, Dios mi Señor, has hecho muchas
cosas; Tus maravillas y Tus pensamientos
son para nosotros (Salmos 40:6).

“Tú, Dios mi Señor, has hecho muchas


cosas” - antes de la Entrega de la Torá. Pero
después de la Entrega de la Torá, “Tus
maravillas y Tus pensamientos son para
nosotros” - i.e., todo está en nuestras manos
(Ierushalmi, Rosh HaShaná 1:3).

Antes de la entrega de la Torá, Dios


tenía un poder absoluto. Al darles la Torá a
los judíos, les dio el poder a ellos - en
particular, a los Tzadikim (Likutey Moharán I,
34:4). Cuando los judíos se cuidan de no
hacer el mal, pueden gobernar el mundo.
20:2 “Yo soy Dios tu Señor,
Quien te sacó de la tierra de
Egipto, de la casa de
servidumbre”.
Yo soy Dios tu Señor

Dios se les apareció a los judíos en el Mar


Rojo como un joven guerrero y en el monte
Sinaí como un anciano. Pero aun así, “Yo
soy Dios tu Señor”. Sólo hay Un Dios
(Rashi).

Un “anciano” representa una gran


conciencia y una exaltada compasión
(Likutey Moharán I, 56:7). Por lo tanto la
Festividad de Shavuot, que conmemora la
Entrega de la Torá en el monte Sinaí,
representa compasión y curación.

Yo soy Dios tu Señor

ANoJI (‫אנכי‬, Yo) es un acrónimo de la frase


Iaiva Ketiva Neemanim Amareha (“fue dada
por escrito, fieles son sus expresiones”)
(Shabat 105a).

Cuando la persona estudia Torá, puede


decir cosas confiables que expresan la fe en
Dios (Likutey Moharán I, 56:7).

Yo soy Dios tu Señor


ANoJI (‫אנכי‬, Yo) es un acrónimo de la frase
Ana Nafshi Ketavit Iehavit (“Me he puesto a
Mí Mismo en la escritura”) (Shabat 105a).

Esta frase también puede traducirse


como “He puesto Mi alma en la escritura” -
significando que la persona pone su alma en
lo que escribe, tanto en el contenido de la
escritura como en la forma física de las
letras (Likutey Moharán I, 173). Por lo tanto,
cuando el Tzadik mira lo que alguien ha
escrito puede discernir el nivel espiritual de
esa persona.

Yo soy Dios tu Señor, Quien te sacó de


la tierra de Egipto, de la casa de
servidumbre
IHVH (Dios) indica compasión. Eloheja
(tu Señor) indica juicios estrictos. Ambos
son Anoji (Yo), pues así sea que la persona
se encuentre bajo la buena fortuna o
sufriendo dificultades, todo proviene del Dios
Único.

“Te sacó de la tierra de Egipto” hace


referencia al exilio de cada individuo. “De la
casa de servidumbre” indica que cuando
uno anula su “servidumbre” -sus malas
características- puede reconocer a Dios en
todo momento, así sea en los buenos
tiempos como en los momentos difíciles
(Likutey Moharán I, 4:10).

Yo soy Dios tu Señor, Quien te sacó de


la tierra de Egipto, de la casa de
servidumbre

Al igual que la revelación de la


grandeza de Dios que tuvo lugar en el
momento del Éxodo, la grandeza de Dios
siempre se revela cuando la gente deja
detrás su esclavitud material y opta por la
espiritualidad. Por lo tanto Dios dice, “Yo soy
Dios tu Señor, Quien te sacó de la tierra de
Egipto, de la casa de servidumbre” (Likutey
Halajot III, p. 280).

Yo soy Dios tu Señor, Quien te sacó de


la tierra de Egipto, de la casa de
servidumbre
Cuando uno reconoce a Dios y tiene fe
en Él, se libera de la esclavitud y de la
servidumbre (Likutey Halajot II, p. 272). Egipto
es llamado “casa de servidumbre” porque
estaba lleno de idolatría (Likutey Moharán II,
1:10). Toda forma de servidumbre que no
concuerde con la Torá constituye una
especie de idolatría.

Yo soy Dios tu Señor...No tendrás otros


dioses delante de Mí

La expresión primaria de la fe es creer


que Dios es el Señor. Así uno puede anular
todas las otras creencias en cualquier otro
dios (Likutey Halajot III, p. 59a).
Egipto

MiTzRaiM (‫מצרים‬, Egipto) es similar a


MeiTzaRiM (‫מיצרים‬, lugares estrechos,
constricciones). Mediante el Éxodo, Dios
nos sacó de las constricciones materiales; y
mediante la Entrega de la Torá, nos dio la
capacidad de trascender las limitaciones
(Likutey Halajot VII, p. 366).

Quien te sacó de la tierra de Egipto, de


la casa de servidumbre

Los Diez Mandamientos incluyen a


toda la Torá. ¿Por qué, entonces, destacan
el Éxodo, como si todas las mitzvot
dependiesen de nuestra liberación de la
esclavitud?

Todos los pecados son cometidos


debido a la locura (ver Sotá 3a), que es una
clase de servidumbre. Al sacarnos de la
esclavitud en Egipto, Dios nos elevó por
sobre la servidumbre y el pecado, haciendo
de nosotros un “reino de Cohanim” - y no un
reino de esclavos. La Torá es el medio a
través del cual podemos elevarnos por
sobre la servidumbre y el pecado. Así, todo
el propósito de la Revelación en el Sinaí fue
liberarnos de la esclavitud (Likutey Halajot VIII,
p. 188a).

Los Diez Mandamientos


“Yo soy Dios tu Señor” - la esencia de
daat (conocimiento de Dios) es saber que
Dios es el Señor.

“No tendrás otros dioses delante de


Mí” - esto hace referencia a la locura que
aleja a la persona del servicio a Dios. En
otra instancia, las Escrituras afirman: “Si se
apartan, servirán a la idolatría” (Deuteronomio
11:16), sobre lo cual comenta el Baal Shem
Tov: “Si se apartan de la devoción a Dios,
será como si estuviesen sirviendo a la
idolatría”.

“No pronuncies el Nombre de Dios tu


Señor en vano” - esto hace referencia al
temor a Dios, pues el temor a Dios lleva al
conocimiento de Dios (como se explica en
Likutey Moharán II, 7:4).

“Recuerda el día del Shabat” - esto


corresponde a la anulación delante de Dios,
el Creador y Amo de todo.

“Honra a tu padre y a tu madre” - esto


hace referencia a revelar a Dios en este
mundo, pues los padres hacen descender
almas a la tierra para que esas almas
puedan llegar a reconocer a Dios.

Los cinco mandamientos siguientes se


contraponen a los primeros cinco
mandamientos. Así:
“No matarás” - esto implica ocultar el
conocimiento de Dios, pues la persona que
es asesinada ya no puede traer el
conocimiento de Dios al mundo.

“No cometerás adulterio” - éste es un


ejemplo de la locura que aleja a la persona
del servicio a Dios.

“No robarás” - esto hace referencia a


alejarse del temor a Dios, dado que la
persona que roba esencialmente cree que
“Dios no está vigilando”.

“No darás falso testimonio” - esto


contraviene al Shabat y a la anulación
delante de Dios, pues aquél que miente da
testimonio de que no considera en absoluto
a Dios.

“No codiciarás” - esto contradice a


honrar a los padres y a revelar a Dios en
este mundo, pues aquél que no está
satisfecho con lo que tiene y desea lo que le
pertenece a los demás niega el hecho de
que es Dios quien provee para sus
necesidades. Estar contento con lo que uno
tiene demuestra verdadero honor a Dios
(Likutey Halajot III, p. 328 y sig.).

20:3 “No tendrás otros dioses


delante de Mí”.
No tendrás otros dioses

Aquel que desee alcanzar la Luz del


Rostro -una exaltada revelación de
Divinidad- deberá eliminar la idolatría, que
corresponde a un rostro oscuro (Likutey
Moharán I, 23:1).

No tendrás otros dioses

Cuando la persona peca, hace que la


energía espiritual correspondiente a las
letras de las palabras de la Torá que tratan
sobre esa transgresión tome una forma
negativa y dañina, que se graba sobre sus
huesos, haciéndola sufrir. Como
rectificación, deberá confesar sus pecados
como parte del proceso de arrepentimiento.
Esto extrae las letras grabadas en sus
huesos y las recombina para formar parte
de su confesión en la forma que tenían
como palabras de la Torá (cf. Likutey Moharán
I, 4:5).

20:4 “No harás para ti


esculturas, ni semejanza
alguna de lo que está arriba en
el cielo, ni de lo que está abajo
en la tierra, ni de lo que está en
las aguas debajo de la tierra”.
Un ídolo
PeSeL (‫פסל‬, ídolo) está relacionado
con PeSoL (‫פסל‬, talla) y PeSoLet (‫פסולת‬,
sustancia de desecho). La persona
arrogante es comparable a un idólatra.
Cuando estudia Torá transforma su energía
espiritual en sustancias de desecho (Likutey
Moharán I, 30:8-9).

20:6 “Y que uso de


Misericordia hasta con la
milésima generación de
aquellos que Me aman y
guardan Mis mandamientos”.
Uso de Misericordia hasta con la
milésima generación de aquellos que Me
aman

Nuestro amor por Dios debería ser más


grande que nuestro temor a Dios, tal como
está indicado en la recompensa para
ambos. Los beneficios de amar a Dios duran
por 2000 generaciones mientras que los
beneficios de temer a Dios sólo duran por
1000 generaciones (Sotá 31a).

El amor a Dios y la recompensa por


ese amor están vinculados con el Shabat.
Las letras de la palabra ShaBaT (‫)שבת‬
pueden reordenarse para formar la palabra
TaShuV (‫תשב‬, “te arrepentirás”) - en
particular, el arrepentimiento por amor a
Dios. Más aún, el Shabat está relacionado
con la idea de una “doble porción”, porque
en su honor, los judíos en el desierto
recibieron el viernes una doble porción de
maná (cf. Éxodo 16:29) (Likutey Moharán I, 58:7).

Miles de generaciones

ALaFim (‫אלפים‬, miles) es similar a


ALeF (‫אלף‬, estudiar) y ALuF (‫אלוף‬, líder o
fuerza espiritual). Cuando la persona estudia
Torá de manera impropia, hace que esas
alef caigan y desciendan hacia las fuerzas
del mal. Sin embargo, mediante sus actos
de bondad “usa de misericordia para con los
alafim”. Rectifica su estudio impropio de la
Torá -en particular, sus falsas
interpretaciones de la Torá- y eleva así las
alef caídas (Likutey Moharán I, 28:2).

20:7 “No tomes el Nombre de


Dios tu Señor en vano, porque
Dios no tendrá por inocente al
que pronuncie Su Nombre en
vano”.
No tomes el Nombre de Dios tu Señor en
vano

Este mandamiento prohíbe


específicamente jurar en falso. Tisa (tomar)
también connota “elevar”. Dios está
asociado con la verdad. Cuando la persona
jura en falso, hace que Dios “se eleve” y la
abandone (Likutey Moharán I, 9:3).

No tomes el Nombre de Dios tu Señor en


vano

Cuando Dios dio el mandamiento “No tomes


el Nombre de Dios tu Señor en vano”, la
tierra tembló (Shevuot 39a).

Si alguien hace un juramento sobre algo


obvio (por ejemplo, jura que una roca es
una roca), éste es un juramento en vano
(ibid., 21a).

Si un juramento es un juramento
verdadero, aunque afirme algo obvio, ¿por
qué es considerado en vano? La idea es
que Dios creó el mundo para que podamos
conocerlo. Antes de la Creación, era
imposible referirse a Dios por nombre
alguno, dado que Él era más exaltado que
cualquier cosa que pudiera concebirse.
Después de que Dios creó el mundo, “Tú te
has hecho un Nombre para Ti como éste
día” (Nehemia 9:10).

Dado que todo pertenece a Dios, por


derecho Su Nombre debería ser
proclamado sobre todas las cosas. Pero
dado que el objetivo principal de este
mundo es el uso de la libertad de elección
por parte del hombre, Dios y Su Nombre
nos están ocultos. Debemos buscar la
verdad y aclararla en este mundo de
mentiras. Cuando la persona toma el
Nombre de Dios en vano, declara que es
obvio: que todo es Dios. Sin embargo, un
juramento sólo debe ser utilizado para
aclarar la diferencia entre la verdad y la
mentira, y no para declarar lo obvio (Likutey
Halajot V, p. 48-50).

20:8 “Recuerda el día del


Shabat para santificarlo”.
Recuerda el día del Shabat

Recuerda el Shabat desde el primer día de


la semana (Mejilta, Itró 7; Ialkut #295).
Recuerda traer la santidad del Shabat hacia
cada día de la semana (Likutey Moharán I,
38:7).

Los días de la semana corresponden a


este mundo y el Shabat corresponde al
Mundo que Viene. Así como la persona
debe traer la santidad del Shabat hacia los
días de la semana, de la misma manera
debe traer la alegría del Mundo que Viene
hacia el cumplimiento de las mitzvot (ibid., I,
5:2).

Recuerda el día del Shabat

Los seis días de la semana


representan el trabajo, la tarea y la disputa,
pues corresponden al Árbol del
Conocimiento del Bien y del Mal. También
corresponden a los seis conceptos de la
Mishná: permitido y prohibido, apto y no
apto, puro e impuro. Durante los seis de la
semana trabajamos con esos conceptos y
debemos esforzarnos para alcanzar la
decisión correcta en temas relacionados con
la ley. El Shabat, el día de descanso,
corresponde a la paz. En ese día
despejamos todas las dudas y alcanzamos
una percepción clara y una paz interior
(Likutey Halajot III, p. Fe 28).

Recuerda el día del Shabat

Recuerda el Shabat desde el primer día de


la semana (Mejilta, Itró 7; Ialkut #295).
Aquel que recuerda el Shabat y lo
tiene en su mente desde el primer día de la
semana merece investir todos los días de la
semana con la santidad del Shabat.
Entonces, incluso el trabajo que haga
durante la semana se volverá santo y se
asemejará a las Treinta y Nueve Tareas
llevadas a cabo en la construcción del
Tabernáculo (Likutey Halajot III, p. 6).

Al realizar las mitzvot durante la


semana, traemos sobre nosotros la
santidad del Shabat (ibid., II, p. 72a).

Debido a que el Shabat representa el


alma, connota una memoria clara. La
práctica de recordar el Shabat desde el
comienzo de la semana fortalece la
memoria (ibid., II, p. 176-89a).

Recuerda el día del Shabat

Los judíos le dijeron a Dios, “Tú escribiste


en la Torá, ‘Recuerda el día del Shabat’ y
también escribiste, ‘Recuerda lo que hizo
Amalek’ (Deuteronomio 25:17). ¿Cómo
pueden llevarse a cabo ambos tipos de
recuerdos?”. Dios respondió, “No son
comparables. Uno es recordar la santidad
del Shabat. El otro es recordar la necesidad
de destruir a Amalek” (Ialkut Rubeini,
KiTetzé).

Hay una conexión entre ambas clases


de recuerdo. ¡La santidad del Shabat nos da
los medios para destruir a Amalek! (Likutey
Halajot III, p. 46a-92).

Recuerda el día del Shabat

Recuérdalo para santificarlo con vino


(Pesajim 106a).

El vino tiene un doble poder: puede


elevar a la persona hacia grandes alturas o
puede hacerla caer hasta los abismos más
profundos (Ioma 76b). Santificar el Shabat
con vino rectifica todas las tareas que
hacemos durante los días de la semana. Al
recordar el Shabat con vino, podemos
rectificar aquello que hemos dañado con
vino durante la semana (Likutey Halajot III, p.
94).

Los Sabios decretaron decir el Kidush


sobre el vino como un medio para “recordar”
el Shabat. Esto alude al hecho de que
cuando el vino se toma en santidad eleva la
mente (ibid., II, p. 89a).

Recuerda el día del Shabat

Los discípulos del rabí Shimón bar Iojai le


dijeron, “Tú eres el Shabat de todos los días”
(Zohar III, 144b).

Cuanto más se recuerde el Shabat


durante la semana más grande será la
capacidad de traer la santidad del Shabat
sobre nosotros, incluso durante la semana.
Otra manera de atraer su santidad es
pensar en los verdaderos Tzadikim. Cuanto
más se honra el Shabat, más cerca se está
de los verdaderos Tzadikim. Y cuanto más
esfuerzo se ponga en acercarse a los
verdaderos Tzadikim, más grande será
nuestra apreciación del Shabat (Likutey
Halajot III, p. 54).

20:9 “Seis días trabajarás y


harás toda tu tarea”.
Seis días trabajarás y harás toda tu tarea

Durante los seis días de la semana la


tarea del hombre es completar y
perfeccionar el mundo de Dios, que fue
creado con deficiencias. Y esto se logra
separando el bien del mal, lo que trae
perfección al mundo. El Shabat implica esa
perfección (Likutey Halajot VIII, p. 186b).

Seis días trabajarás y harás toda tu tarea

La tarea principal llevada a cabo


durante los días de la semana es el birur
(aclarar y purificar). Y la principal purificación
tiene lugar en la mente, como vemos en el
hecho de que Betzalel y sus trabajadores
realizaron su tarea con jojmá (sabiduría),
biná (comprensión), daat (conocimiento) y
kol melajá (todo tipo de tareas) (ver Éxodo
31:3). Así, le corresponde a cada persona
purificar su mente. Entonces su trabajo
podrá purificar y rectificar todas las chispas
ocultas en todas las cosas de este mundo
(Likutey Halajot I, p. 96a).

Seis días trabajarás...El séptimo día es


Shabat

De acuerdo a cómo utilices los seis


días de la semana, así mismo merecerás la
santidad del Shabat (Likutey Halajot II, p. 18a).

Seis días trabajarás...El séptimo día es


Shabat

Si la persona trabaja en el servicio a


Dios durante los seis días de la semana,
merecerá recibir la esencia del Shabat. Ese
trabajo se expresa en dar las ganancias
para caridad. Al darles a los pobres para que
puedan comprar lo que necesitan para el
Shabat, la persona puede atraer la
bendición del Shabat hacia los días de la
semana y crear un recipiente mayor con el
cual traer las bendiciones y la santidad del
Shabat también hacia el séptimo día. De
esa manera, merecerá un nivel más grande
de Shabat (Likutey Halajot V, p. 126).

20:11 “Porque en seis días hizo


Dios los cielos y la tierra, el
mar y todo cuanto hay en ellos
y descansó en el séptimo día;
por lo que Dios bendijo el día
del Shabat y lo santificó”.
Descansó en el séptimo día

La era mesiánica será un gran


“Shabat”, cuando experimentaremos el
descanso de todos los ataques de nuestros
enemigos y de las otras dificultades.
Observar el Shabat en el presente mundo
es propicio para anular a los enemigos y
superar los obstáculos (Likutey Moharán I,
57:8).

Descansó
Vaianaj (Descansó) también puede
traducirse como “Colocó”. Todos los poderes
de los Seis Días de la Creación fueron
colocados en el Shabat, donde aún pueden
encontrarse. Hablando de manera
Kabalista, esto significa que la abundancia,
la energía y el poder de las seis sefirot que
comprenden a Zeir Anpin (que representa
los Seis Días de la Creación) están
canalizados a través de la última de esas
sefirot, Iesod (que representa el viernes)
hacia la sefirá de Maljut (que representa el
Shabat) (Likutey Moharán I, 63:1).

20:12 “Honra a tu padre y a tu


madre, para que tengas una
larga vida sobre la tierra que
Dios tu Señor te da”.
Honra a tu padre y a tu madre

El motivo principal de la Creación es


revelar el honor de Dios, como en “Por Mi
honor Yo lo he creado” (Isaías 43:7). Honrar a
los padres y tratarlos con respeto revela y
eleva el honor de Dios. El Rebe Najmán
enseña que el alma de la persona también
está enraizada en el honor. Así, uno revela
y eleva su propia alma cuando honra a sus
padres (Likutey Halajot V, p. 68).

Honra a tu padre y a tu madre


Esaú llevaba a cabo la mitzvá de honrar a
los padres (Devarim Rabah 1:17).

El Ari enseña que los padres proveen


la vestimenta del alma de su hijo. Al honrar
a los padres, la persona honra a sus
vestimentas espirituales. Alcanza la pureza
y también se limpia de las “vestimentas”
que se han ensuciado debido al pecado.

Aunque Esaú era una persona muy


malvada, honraba a sus padres. El honor
que les demostró le hizo ganar vestimentas
limpias para sus descendientes. Pues Esaú
fue el progenitor de muchos conversos que
buscaron la Divinidad y la espiritualidad
aunque sus almas carecían de “vestimentas
limpias” - de mitzvot y de buenas acciones.
Por lo tanto Esaú honró a sus padres para
obtener vestimentas limpias para sus
descendientes, pues incluidas en ellos
estaban las almas de aquellos que buscaron
la rectificación (Likutey Halajot V, p. 41a-82-42a).

Honra a tu padre y a tu madre, para que


se prolonguen tus días sobre la tierra

“Larga vida” hace referencia al


intelecto, como en “La sabiduría da vida”
(Eclesiastés 7:12). Por lo tanto aquel que
honra a sus padres merece el intelecto.
“Sobre la tierra” hace referencia a la Tierra
Santa, que representa un conocimiento
pacífico y una mente tranquila (Likutey Halajot
V, p. 70).
20:13 “No matarás. No
cometerás adulterio. No
robarás. No hablarás contra tu
prójimo falso testimonio”.
No cometerás adulterio

Lo TiNAF (‫לא תנאף‬, “no cometerás


adulterio”) es una contracción de la frase Lo
TeheNé AF (‫לא תהנה אף‬, “Tu nariz no se
beneficiará”) (Bamidbar Rabah 10:2).

La pureza sexual corresponde al


sentido del olfato, que puede sentir
inmediatamente si algo está perfumado o
huele mal. Aquel que desee mantener la
pureza sexual deberá evitar incluso el
mínimo olor del adulterio. El Mashíaj es un
paralelo de la nariz. Cuanto más refinadas
sean la pureza y la moralidad sexual de la
persona, mayor será su capacidad de
invocar la llegada del Mashíaj y los
beneficios que resultarán de su venida
(Likutey Moharán II, 32).

No cometerás adulterio...No robarás

La Torá yuxtapone estos dos


mandamientos para enseñar que el
adulterio puede rastrearse en las artimañas
de la mala inclinación, que roba la mente de
la persona y la convence de realizar actos
inmorales (Likutey Halajot VIII, p. 205a-205b).

20:14 “No codiciarás la casa de


tu amigo, no codiciarás la
mujer de tu prójimo, ni su
siervo, ni su sierva, ni su buey,
ni su asno, ni cosa alguna que
sea de tu prójimo”.
No codiciarás la casa de tu amigo

¿Por qué la persona codiciaría la casa


de su amigo más que la de algún otro? Si
dos personas son amigas, ello demuestra
que en su raíz, sus almas están muy
cercanas. En verdad, en reencarnaciones
anteriores, las posesiones de uno pueden
haberle pertenecido al otro. La Torá prohíbe
específicamente que toquemos o incluso
que codiciemos la propiedad de otra
persona o sus bienes. En su lugar, debemos
estar satisfechos y contentos con lo que
tenemos (ver Avot 4:1) (Likutey Halajot VII, p.
37a).

No codiciarás

El deseo de la persona por un objeto


que le pertenece a otro puede dar como
resultado que ese objeto llegue a sus
manos de manera ilegítima (Likutey Moharán
I, 69). De manera similar, desear la esposa
de alguien o sus hijos puede dar como
resultado el que sus almas dejen sus
cuerpos y fallezcan.

20:16 Y dijeron a Moisés:


“¡Habla tú con nosotros, que
nosotros oiremos; pero que no
hable Dios con nosotros, no
sea que muramos!”.
Habla tú con nosotros, que nosotros
oiremos; pero que no hable Dios con
nosotros, no sea que muramos

La luz de Dios es extremadamente


intensa y emerge de Él como una
emanación simple y directa. Si la persona
no está capacitada para recibir esa luz o no
tiene un recipiente con el cual captarla,
puede ser afectada por ella de manera
negativa. Por lo tanto los judíos prefirieron
que fuese Moisés quien recibiera la luz
directamente de Dios y que luego la
formase y la transformase en una luz que
fuera beneficiosa y que ellos pudiesen
captar. De manera similar, es importante
viajar para estar con el Tzadik y oír sus
enseñanzas. Pues él ha recibido la luz de
Dios y es capaz de modelarla de una
manera beneficiosa para los demás (Likutey
Halajot I, p. 152a).
20:17 Y respondió Moisés al
pueblo: “No teman; pues para
probarlos ha venido Dios y
para que Su temor esté en sus
rostros, para que no pequen”.
Para que Su temor esté en sus rostros

“Temor” hace referencia a la humildad


(Nedarim 20a).

Uno debe interiorizar el temor a Dios al


punto en que se manifieste claramente en su
rostro (Likutey Moharán I, 38:5).
El rabí Najum de Tchernobil (f. 1797)
vio cierta vez al Rebe Najmán cuando éste
era un joven en Medvedevka. Quedó
impresionado por el gran temor que era
visible en el rostro del Rebe e hizo notar que
era posible ver el significado literal del
versículo “para que Su temor esté en sus
rostros, para que no pequen” (Sabiduría y
Enseñanzas del Rabí Najmán de Breslov #168).

También se decía que debido a su


temor a Dios, el Rebe Najmán actuaba con
tal temor delante de Dios que ni siquiera
espantaba las moscas de su rostro (cf.
Avanea Barzel, p. 27, #24).

Para que Su temor esté en sus rostros


“Temor” hace referencia a la humildad
(Nedarim 20a).

Uno debe interiorizar el temor a Dios al


punto en que se manifieste claramente en su
rostro (Likutey Moharán I, 38:5).

Aquellos que experimenten este temor


a Dios y la humildad, pueden estar seguros
de que sus almas estuvieron de pie en el
monte Sinaí y recibieron la Torá de Dios.
Por el contrario, aquellos que no sienten
temor ni vergüenza pueden estar seguros
de que sus almas no estuvieron en el Sinaí
y que aún son incapaces de recibir y de
apreciar la Torá (ibid., I, 38:6).
Para que Su temor esté en sus rostros,
para que no pequen

Moisés alcanzó ese nivel de temor y


de humildad y pudo instilarlo en cada judío
(Likutey Moharán II, 72). Moisés es llamado
mejokek (ver Deuteronomio 33:21), que
significa “el que graba”. Moisés pudo “grabar”
sus logros espirituales en el pueblo judío.
Hasta el día de hoy, su espíritu llama a
cada miembro del cuerpo, haciéndolo
recordar su servicio a Dios.

El valor numérico de la palabra


mejokek (‫ )מחקק‬es 248, el mismo que la
cantidad de miembros del cuerpo humano
(Likutey Moharán II, 26).
Para que Su temor esté en sus rostros,
para que no pequen

No sólo la persona debe sentirse


avergonzada de pecar delante de Dios, sino
que también debe ser humilde ante Dios al
realizar las mitzvot. Al colocarse los tefilín,
por ejemplo, debe ser profundamente
consciente de que los tefilín corresponden a
la Corona del Rey.

Afirma el Talmud: “La persona que


come aquello que no es suyo se siente
avergonzada de mirar el rostro del dueño de
la comida” (Ierushalmi, Orlá 1:3). Ya que es
Dios Quien nos ha dado todo para que
podamos utilizarlo, debemos sentir esa
humildad ante Él (Likutey Moharán II, 72).

Para que Su temor esté en sus rostros,


para que no pequen

Originalmente, Dios planeó dar la Torá


después de 1000 generaciones. Cuando Él
vio que era muy necesaria para el bienestar
del mundo, la entregó después de sólo
veintiséis generaciones. En cuanto a las
almas de las restantes 974 generaciones
que originalmente debían haber vivido antes
de la Entrega de la Torá, fueron distribuidas
a lo largo de las eras - son las personas
osadas de cada generación (ver Jaguigá
13b-14a) que no tienen parte en la Torá.
Sin embargo existe una clase de
osadía o audacia que es beneficiosa para
acercarse a Dios.

Si la persona ha pecado, puede


sentirse indigna de acercarse a Dios. Pero
debe acercarse igualmente - y para ella esto
puede ser mucho más importante que lo
que sería para alguien que está libre de
pecado. ¿Pero cómo podrá llevarlo a cabo,
tomando en cuenta sus malas acciones? La
respuesta es que debe tener una audacia
santa. Pese a su oscuro pasado, debe
encontrar el coraje para estar delante de
Dios y rogar por su caso. De esa manera,
podrá elevar hacia la santidad incluso su
anterior arrogancia (Likutey Moharán I, 147).
Para que Su temor esté en sus rostros,
para que no pequen

Los sonidos del shofar en el momento


de la Revelación en el Sinaí tuvieron el
objetivo específico de instilar el temor a Dios
en los judíos, para que no pecasen. Esto
nos enseña que los sonidos sagrados -
especialmente aquellos hechos durante la
plegaria- ayudan a la persona a evitar el
pecado (Likutey Halajot III, p. 97a).

20:18 Más el pueblo se


mantuvo a lo lejos; y Moisés
penetró en las densas nubes
en donde estaba Dios.
El pueblo se mantuvo a lo lejos; y
Moisés penetró en las densas nubes en
donde estaba Dios

La diferencia entre Moisés y los judíos


consistía en que cuando el pueblo vio “las
densas nubes” y los obstáculos se mantuvo
a la distancia. Pero Moisés nunca
retrocedió. Incluso cuando las cosas
parecieron difíciles, aunque sus objetivos
parecían distantes y nublados, siempre
supo que debía encontrar a Dios - porque
Dios siempre está presente, incluso en las
“densas nubes” y en las confusiones que
enfrenta cada persona. Así es como Moisés
alcanzó su exaltado nivel (Likutey Moharán I,
115).

20:21 “Me harás un altar de


tierra y sacrificarás sobre él tus
holocaustos y tus ofrendas de
paz, tu ganado menor y mayor.
En todo lugar donde Yo haga
recordar Mi nombre, vendré a ti
y te bendeciré.
En todo lugar donde Yo haga recordar Mi
nombre, vendré a ti y te bendeciré
Invocar el Nombre de Dios invoca las
bendiciones (Likutey Moharán II, 1:5). Sin
embargo, es necesario ser muy cuidadosos
y hacerlo sólo en el contexto apropiado; de
otra manera, ello invoca la pobreza, lo
opuesto de la bendición (ver Nedarim 7b).

En todo lugar donde Yo haga recordar Mi


nombre, vendré a ti y te bendeciré

Mencionar el Nombre de Dios invoca


Su Presencia y Su poder. Esto, en sí
mismo, trae una bendición inmediata
(Likutey Halajot VIII, p. 176b).

En todo lugar donde Yo haga recordar Mi


nombre, vendré a ti y te bendeciré
Sólo permito que Mi Nombre sea
pronunciado en el Templo (Rashi).

El poder de la memoria está enraizado


en el Templo, el lugar en donde se
manifiesta la Presencia Divina, pues la
persona debe utilizar su memoria para
recordar constantemente a Dios y el
objetivo del Mundo que Viene. Por lo tanto
dice el versículo: “En todo lugar donde Yo
haga recordar Mi nombre” - pues es Dios
Quien le da a la persona la capacidad de
recordarlo. Cuanto más incluimos a Dios en
nuestros pensamientos, mayor es la
posibilidad de recordarlo (Likutey Halajot II, p.
342).
Parashat Mishpatim

21:1 “Y éstas son las leyes que


pondrás ante ellos”.
Y éstas son las leyes

¿Por qué Parashat Mishpatim sigue luego


del pasaje sobre el Altar? Esta yuxtaposición
enseña que los jueces (el Sanedrín) deben
sentarse cerca del Altar [en el Templo]
(Rashi).
Los sacrificios sobre el Altar aluden a la
plegaria. La plegaria no puede estar perfecta
si no está acompañada por la verdad. El
Sanedrín representa a los jueces que
emiten decretos verdaderos. Por lo tanto el
Sanedrín debía sentarse cerca del Altar,
para rectificar la plegaria (Likutey Halajot
VII, p. 3a).

Y éstas son las leyes que pondrás ante


ellos

TaSiM (‫תשים‬, “que pondrás”) alude a


TaShuM (‫תשום‬, “evaluarás”). Uno debe
siempre evaluar sus acciones para
asegurarse de que está actuando de la
manera correcta y rectificar sus faltas
(Likutey Moharán I, 15:2). El Rebe Najmán
recomienda la práctica diaria del hitbodedut
(la plegaria privada e individual) como el
sendero más elevado de autoconciencia y
conciencia de Dios (ver Expansión del Alma;
Cruzando el Puente Angosto, capítulo 9; Donde la
Tierra y el Cielo se Besan).

Y éstas son las leyes

Cada vez que la Torá utiliza el término Veeile


(“Y éstas”), agrega a lo que está
anteriormente (Bereshit Rabah 30:3).

La cualidad extra aludida por Veeile al


comienzo de este versículo puede
entenderse como un orgullo egoísta. Este
rasgo priva al mundo de la posibilidad de
mitigar los juicios Divinos, algo a lo que
alude la palabra mishpatim (leyes), dado
que aquellos que son orgullosos no viajan
para estar con los Tzadikim, quienes
pueden mitigar los decretos.

Para mitigar los juicios Divinos, uno


debe “poner” en un mismo nivel (i.e., crear
una unidad entre) Dios y Su Presencia
Divina, para que la bendición de Dios
descienda libremente (Likutey Moharán I, 10).

21:2 “Cuando compres un


esclavo hebreo, seis años te
servirá, más al séptimo saldrá
libre, sin cargo”.
Cuando compres un esclavo hebreo,
seis años te servirá, más al séptimo
saldrá libre, sin cargo

Los seis años de esclavitud


corresponden a los seis días de la semana.
El séptimo año, cuando el esclavo debe ser
liberado, corresponde al Shabat.
Conceptualmente, la esclavitud equivale a
los días de la semana porque uno debe
trabajar para ganarse el sustento. Aquel que
carece de fe en que Dios lo proveerá “se
vende” para obtener dinero.

Toda esclavitud surge del nivel del


tiempo, cuando la persona está sujeta a las
restricciones de este mundo. Pero aquel
que se une al Shabat es considerado un
hombre “libre”, pues está unido al mundo
eterno, al Mundo que Viene (Likutey Halajot V,
p. 79a).

21:19 “Si se levanta y camina


fuera por sí mismo, será libre
aquel que lo hirió; le pagará sin
embargo su convalecencia, y
hará que lo curen
completamente”.
Le pagará sin embargo su
convalecencia, y hará que lo curen
completamente

ShiVTo (‫שבתו‬, “su convalecencia”) es


similar a ShaBaT (‫)שבת‬. El Shabat trae
curación (Likutey Moharán I, 58:5).

>>

Parashat Mishpatim trata


principalmente de las leyes civiles de la Torá
- i.e., cuestiones monetarias y las leyes de
los daños hechos por el hombre o por su
propiedad, las leyes de los guardianes, las
leyes de los préstamos y demás. Muchas
de estas leyes pueden no ser familiares
para nosotros en el mundo de hoy dado que
el Talmud enseña: “La ley de la tierra es ley”
(Bava Kama 113a). Este libro no tiene el
espacio suficiente como para expandir los
comentarios sobre esas leyes. Sugerimos
que el lector estudie estas leyes de la Torá
directamente del Jumash con Rashi.

>>

21:22 “Cuando pelearen


hombres y le dieren un golpe a
una mujer preñada, de modo
que ella aborte, sin que haya
desgracia, el culpable será
ciertamente multado, conforme
a lo que imponga el marido de
la mujer, lo cual pagará según
determinen los jueces”.
Cuando pelearen hombres y le dieran un
golpe a una mujer preñada...sin que
haya desgracia, el culpable será
ciertamente multado...lo cual
pagará...Pero si hay un daño fatal,
entonces deberás tomar vida por vida

Aquel que descubra un nuevo camino


para servir a Dios deberá ocultarlo y
permitirle crecer hasta madurar, hasta que
el mundo esté apto para ello. Esto es
comparable a una “mujer preñada”. “Pelear” -
i.e., la controversia- puede dañar este
nuevo camino por lo que debe ser evitada
por completo.

Si, debido a la disputa entre la gente,


este nuevo camino es revelado de manera
prematura, “sin que haya desgracia”, podrá
ser dado a conocer - pero aquellos
envueltos en la disputa empobrecerán. Sin
embargo, “si hay un daño fatal”, de modo
que el nuevo camino para servir a Dios se
pierde totalmente, entonces el castigo es
“vida por vida” y la gente envuelta en el
conflicto morirá (Likutey Moharán II, 20).
21:28 “Si un buey embiste a un
hombre o a una mujer, de modo
que muera, será apedreado
irremisiblemente el buey y no
será comida su carne; pero el
dueño del buey quedará
absuelto”.
Leyes de los daños

Las leyes contra el robo o el daño a la


propiedad de otra persona tienen el objetivo
de proteger la propia alma al igual que el
alma de otras personas, pues el alma se
refleja en las posesiones. Dañar la
propiedad de otra persona es equivalente a
dañar su alma - y puede también hacerle
daño al alma del dañador (ver Likutey
Moharán I, 69) (Likutey Halajot II, p. 174).

Leyes de los daños

Hay cuatro fuentes primarias de daños: el


buey, el pozo, el mavé y el fuego (Bava
Kama 2a). Algunos dicen que mavé es el
hombre. Otros dicen que hace referencia a
los daños producidos por el “diente” (i.e.,
cuando un animal come para propia
satisfacción y no para hacer daño) (ibid.,
3b).

Los cuatro elementos -tierra, agua, aire


y fuego- son un paralelo de los cuatro
niveles de la existencia - mineral, vegetal,
animal y humano, respectivamente. Las
cuatro fuentes primarias de daños surgen
del uso impropio de los cuatro elementos y
también degradan los patrones de
comportamiento de los cuatro niveles de
existencia.

Por ejemplo, el “buey” es un paralelo


del nivel animal y del elemento aire,
correspondientes a aquellos que se dedican
a una charla vana y expelen “un aire vacío”.
El “pozo” es un paralelo del nivel mineral y
del elemento tierra, denotando pereza y
depresión. “Mavé” (cuando hace referencia a
los dientes) corresponde al nivel vegetal y al
elemento del agua, los cuales le dan placer
al hombre y simbolizan por lo tanto los
deseos y las ansias materiales. “Fuego”
corresponde al nivel humano y al elemento
del fuego, correspondientes al orgullo y a la
vanidad, dado que el calor se eleva y los
arrogantes se consideran que están por
sobre los demás.

La persona que sucumbe a cualquiera


de las corrupciones asociadas con los cuatro
elementos hace que surjan más daños de
esos elementos. Si transgrede, deberá
pagar en efectivo o con sus propiedades
más selectas. Al pagar “con lo más selecto”
-con sus mejores propiedades- rectifica su
error ocupándose de “seleccionar” - de
extraer el bien y anular el mal (i.e., los
elementos caídos) (Likutey Halajot VIII, p. 271b-
272a).

Las leyes de los daños

Hay cuatro fuentes primarias de daños: el


buey, el pozo, el mavé y el fuego. Cada una
es diferente a las demás [por lo tanto
debieron ser escritas por separado en la
Torá] (Bava Kama 2a). Sin embargo, las
[enseñanzas sobre el] pozo [son un paralelo
de las enseñanzas sobre] cualquiera de las
otras fuentes de daños (ibid., 5b).

Existe un reinado de santidad y un


reinado del mal. El reinado de santidad está
representado por la letra hebrea dalet (‫ )ד‬-
que es la letra final de la palabra ejaD (‫אחד‬,
uno), que corresponde al Dios Único, por
unidad y unicidad. (El Rebe Najmán ofrece
varios motivos por los que la dalet, que
equivale numéricamente a 4, representa el
reinado de santidad; ver Likutey Moharán I,
30:6).

Por otro lado, el reinado del mal está


representado por los cuatro reinos que
exiliaron a la nación judía. Esas fuerzas del
mal contrarrestan la Divinidad en este
mundo. El “buey” es un paralelo del exilio
bajo el imperio griego, dado que los griegos
decretaron que los judíos debían grabar
sobre el cuerno de un buey una frase que
dijese que ellos no tenían porción alguna en
el Dios de Israel (Bereshit Rabah 2:4). El
“pozo” alude al exilio bajo el imperio romano
(el exilio actual), dado que el pozo, que se
deja sin cubrir y sin cuidar, es una fuente
continua de daños, y Roma fue un lugar de
inmoralidad y de continuos obstáculos.
“Mavé” (los daños producidos por los dientes
- i.e., comer por placer) representa el exilio
bajo el imperio persa, cuando el sufrimiento
de los judíos fue generado por su
participación y disfrute en la fiesta de
Ajashverosh. “Fuego” es un paralelo del
exilio bajo el imperio babilonio, pues
Nevujadnetzar incendió y destruyó el Primer
Templo.

Pero la principal causa de daños es el


“pozo”, pues representa el exilio actual, el
más largo de todos. También representa a
Amalek, el peor de los pecadores delante de
Dios (Likutey Halajot VIII, p. 272b).

Las leyes de los daños

Una persona puede llevar por la calle una


larga viga; otra puede llevar un barril. Ambas
tienen permiso de caminar en el dominio
público. Pero si la persona daña la
propiedad de otra, debe pagar los daños
(Bava Kama 27a).

Todos los daños están enraizados en


las diferencias entre las personas. Todos
tienen permiso de “hacer su cosa” - de
actuar de acuerdo a su naturaleza, medio
ambiente, profesión y demás. Sin embargo,
uno debe aprender a integrarse con los
demás, no debe enfrentarlos ni imponerles
sus ideas. Esto último sólo lleva a los
conflictos y a la disputa, lo que produce
innumerables daños.

Si la persona sufre daños debido a las


acciones de otra persona, lo más prudente
es perdonar y olvidar en lugar de atenerse a
los principios, argüir y pelear. Aunque la
persona deba sufrir una pequeña pérdida
debido a su consentimiento, deberá
perdonar a su oponente y no lidiar por su
caso. Las disputas y los conflictos -incluso
en la corte- llevan a una mayor animosidad
y odio, lo que crea más disputas y conflictos
que producen daños mucho mayores que
los generados por el error original (Likutey
Halajot VIII, p. 250a).

21:29 “Pero si el buey venía


embistiendo desde ayer o
anteayer y se le hubiera
advertido al dueño y él no lo
hubiera cuidado, de modo que
mató a un hombre o a una
mujer, el buey será apedreado
y su dueño también será
muerto”.
El buey que embiste
El dueño de un buey que embiste debe
pagar la mitad del monto de los daños,
como restitución. Si el mismo buey embiste
tres veces, su dueño deberá pagar el monto
completo de los daños. Esto se debe a que
no es natural del buey el andar embistiendo.
[Sin embargo, el buey tiene una tendencia
natural a] caminar y aplastar las cosas o
comer del alimento de otros animales. [En
estos últimos casos,] el dueño del buey debe
pagar la restitución completa (Rashi sobre
Éxodo 21:28-29, 35; 22:4).

Los seres humanos tienen daat. Los


animales no (ver Bava Kama 2b). Por lo tanto
los animales pueden causar daño y sus
dueños deben cuidar de que no lo hagan.
Pero el que un buey embista no es una
tendencia natural. Si embiste una o dos
veces, su dueño es responsable de pagar
algunos daños. Pero la tercera vez, es obvio
que la intención del animal era causar daño.
¿De dónde obtiene ese daat, ese
conocimiento e intención? Del intelecto
caído de su dueño.

Todos los daños son producidos por


cuatro klipot, tres de las cuales son
completamente impuras y una cuarta,
noga, es parcialmente impura y
parcialmente pura. La persona que daña su
daat fortalece a esas klipot. Un daat
corrupto implica que la persona ya no tiene
un “intelecto humano” sino una forma de
intelecto inferior, animal. Ese intelecto
desciende hacia el ámbito animal haciendo
que su animal tenga la intención de hacer
daño.

Hasta que el buey no embista tres


veces, sólo diremos que ha sido
contaminado por la klipá de noga - es decir,
es parcialmente puro o bueno y
parcialmente impuro o malo. Aún no ha sido
poseído por las tres klipot totalmente
impuras. Pero después de la tercera vez,
sabemos que está absolutamente poseído
por las otras tres klipot y que es, por lo
tanto, propenso a los daños (Likutey Halajot
VIII, p. 234a-b).
21:34 “El dueño del pozo hará
restitución; pagará dinero a su
dueño y el animal muerto será
suyo”.
El animal muerto será suyo

El cadáver pertenecerá al dueño del animal


muerto (Bava Kama 10b).

El dueño del animal muerto debe


quedarse con el cadáver y deducir su valor
de los daños que le debe el responsable del
daño. ¿Pero por qué el dueño del animal
muerto tiene que compartir la
responsabilidad de los daños? ¡Que aquel
que hizo el daño haga la necesaria
restitución!

Podemos comprender este concepto


con un ejemplo a partir del ámbito espiritual.
Cuando una persona hace que otra persona
peque, no hay dudas de que aquel que
instigó a pecar debe pagar. Pero debido a
que el recipiente de esos daños permitió
que lo llevaran a pecar, o se expuso al
pecado, debe cargar con algo de la
responsabilidad. Lo mismo se aplica en
nuestro caso. Una persona sólo peca
porque ha sido poseída por un espíritu de
locura (Sotá 3a). Esto denota una falta de
daat en ese momento. También los daños
se producen cuando uno deja de prestar
atención. De modo que los pecados y los
daños indican una falta de daat. Así como
cuando ocurre un pecado, tanto el causante
como el recipiente del pecado están en
falta, de la misma manera al valuar los
daños, tanto el dañador como el dañado
están incluidos en el pago (Likutey Halajot VIII,
p. 272a-b).

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La Torá determina varios niveles de


pago a los cuales está sujeto el ladrón. Por
un lado el pago del valor original de lo
robado y, por otro, diversos pagos en los
cuales el ladrón debe pagar el doble, cuatro
veces o incluso cinco veces el valor original.

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21:37 “Si un hombre roba un


buey o una oveja y los mata o
los vende, cinco bueyes
restituirá por un buey y cuatro
ovejas por una oveja”.
Si un hombre roba un buey o una oveja
y los mata o los vende

El ladrón representa las fuerzas del


mal que tratan de vencer al pueblo judío. A
veces tratan de “matar” nuestra fe,
persuadiéndonos de abandonarla
totalmente. Otras veces tratan de
convencernos de “vender” nuestra religión
en aras de una ganancia monetaria. Pero
debemos saber que el “buey” y la “oveja”
también representan a los Tzadikim,
quienes tienen la fuerza para combatir el
mal y redimirnos del pecado. En última
instancia, el “matador” y el “vendedor”
pagarán por sus actos (Likutey Halajot VIII, p.
208b).

Si un hombre roba un buey o una oveja


y los mata o los vende

Esto alude a la venta de Iosef (Shmot Rabah


30:7).

Los hermanos “robaron” a Iosef (cf.


Génesis 40:15) y lo vendieron. Así actúa el
Otro Lado, “robando” al recto y tratando de
“matar” su nivel de santidad o hacer que se
pierda para siempre. Cuando Iosef, el
Tzadik verdadero, fue vendido como
esclavo, sus esfuerzos para hacer el bien
quedaron ocultos. Pero incluso bajo las
peores condiciones, Iosef pudo mantenerse
firme y vencer al Otro Lado, llegando a ser
el amo de Egipto.

Como Tzadik, una persona con fuertes


principios morales, Iosef representa un
pacto cuidado. Por lo tanto un daño en
contra del Tzadik es equivalente a un daño
en el pacto. Para rectificar ese daño, es
necesario rectificar el intelecto, representado
por los tzitzit y los tefilín. La “oveja” alude a
los tzitzit, dado que ella provee de la lana
para esa mitzvá. El “buey” representa a los
tefilín, dado que su cuero es utilizado para
hacer el pergamino y las cajas de los tefilín.
El pago de cuatro ovejas representa los
cuatro tzitzit colocados en las esquinas de la
vestimenta; el pago de cinco bueyes
representa los cuatro pergaminos con los
pasajes de la Torá en los tefilín de la cabeza
y el pergamino con los pasajes de la Torá en
los tefilín del brazo. Así, aquel que daña el
pacto -su aspecto de Tzadik- puede
rectificar ese daño llevando los tzitzit y los
tefilín.

Esta conexión entre la venta de Iosef y


la oveja y el buey explica por qué Iosef no
se reveló ante sus hermanos hasta que los
once no estuvieron frente a él. Los pagos
de los daños por robo son varios - pueden
ser el doble, cuatro veces o cinco veces el
valor del objeto. Dos más cuatro más cinco
es igual a once, implicando que los once
hermanos debían aceptar a Iosef antes de
que pudiese llevarse a cabo la rectificación.

Once es también el número de


especias de la ofrenda de incienso y de las
cubiertas del Tabernáculo y representa el
poder de contrarrestar las fuerzas del Otro
Lado, que también son once. Con su gran
fortaleza, Iosef pudo enfrentar al Otro Lado
y sacarle toda la santidad que había
tragado, haciéndola retornar al ámbito de la
santidad (Likutey Halajot VIII, p. 204a-b).

22:2 “Si el sol sale sobre él,


será culpable, porque debiera
haber hecho restitución, y si no
tuviera con qué hacerla, deberá
ser vendido por su robo”.

Si el sol sale sobre él

El “sol” representa el Shabat, la caridad


y la paz (Likutey Moharán I, 57:7). El sol
brillando “sobre la persona” significa que ésta
observa el deleite del Shabat y da caridad.
Como resultado, alcanza la paz.

22:4 “Cuando alguno dañe un


campo o una viña, soltando su
animal, de modo que cause
daño en campo ajeno, de lo
mejor de su campo o de lo
mejor de su viña hará
restitución”.
De lo mejor de su campo o de lo mejor
de su viña hará restitución

El término Talmúdico IDiyt (‫עדית‬, “lo


mejor de su campo”) se relaciona con EDen
(‫עדן‬, Paraíso), el mejor de los lugares en
donde Dios colocó a Adán para comenzar a
vivir. La persona que cause daños debido a
sus pecados deberá ascender hacia la raíz
de la existencia y rectificar el error en su
fuente. Éste es el verdadero
arrepentimiento y la verdadera restitución
(Likutey Halajot VIII, p. 251a).

22:6 “Si un hombre le da dinero


a su prójimo o alhajas para
guardar y son robados de la
casa de tal hombre, si se halla
al ladrón, éste restituirá el
doble”.
Si un hombre le da dinero a su prójimo o
alhajas para guardar

Los bienes de una persona son


considerados como su nefesh (alma).
Mientras esté unida a sus posesiones, la
persona estará unida a sí misma, y
naturalmente cuidará de sí misma y de su
propiedad. Pero tan pronto como le da el
objeto a un guardián, se aleja de su nefesh
y ya no cuida su propiedad con esmero.

Por tanto afirma la Torá: “Si un hombre


le da dinero a su prójimo o alhajas para
guardar y son robados de la casa de tal
hombre”. La posibilidad de que el guardián
pierda el objeto es mucho mayor que el que
su dueño lo pierda, pues el nefesh de éste
último está separado de los objetos que no
están en su posesión. Pero si el dueño se
encuentra junto con el guardián cuando el
objeto se pierde, es robado o dañado,
entonces el guardián está exceptuado
porque el nefesh del dueño está con su bien
(Likutey Halajot VIII, p. 118a).

Si se halla al ladrón, éste restituirá el


doble

¿Por qué aquel que hurta de manera


subrepticia paga el doble mientras que el
ladrón que actúa abiertamente paga sólo el
una vez? Porque aquel que hurta le teme al
hombre y pretende que el ojo del Cielo no lo
puede ver (Bava Kama 79b).

La única manera de alcanzar la


Providencia Divina es quebrando la codicia.
La Providencia Divina significa que Dios
mira hacia nosotros y que nosotros
miramos hacia el Cielo, conformando un
ciclo completo de visión que atrae los “ojos
de Dios” para mirarnos favorablemente (cf.
Deuteronomio 11:12). Al ignorar ese ciclo y
desear la riqueza que no es propia, la
persona demuestra que piensa que el ojo
del Cielo no la ve. Al negar la Providencia
Divina, quiebra el ciclo de visión y debe por
lo tanto pagar el doble - una vez por haber
repudiado la mirada de Dios y otra por
haber repudiado su propia mirada hacia el
cielo (Likutey Halajot VIII, p. 193b-194a).

Si se halla al ladrón, éste restituirá el


doble

La verdad es luz. La mentira es


oscuridad. El ladrón opera en la oscuridad.
Para rectificar su robo, debe devolver no
sólo lo que robó, sino que tiene que agregar
un pago adicional por haber ocultado la luz
de la verdad y aumentado el ocultamiento
en la oscuridad. Por ello su pago es doble
(Likutey Halajot VIII, p. 205b).
22:7 “Si no se encuentra al
ladrón, el dueño de casa será
presentado ante los jueces
para jurar que no ha metido su
mano en los efectos de su
prójimo”.
Las leyes de los guardianes

Hay algunos tipos de daños por los cuales el


guardián es responsable. Hay otros tipos de
daños por los que está exceptuado (Rashi).

Todos los daños surgen de las klipot,


que son llamadas mazikei alma
(destructores del mundo). La herejía es el
principal poder que utilizan las klipot para
causar daños, dado que la herejía aleja a la
persona de Dios. Hay dos tipos de herejía.
La primera clase está enraizada en la
Rotura de los Recipientes; es posible
encontrar dentro de ella la sabiduría. Por lo
que tales herejías pueden ser respondidas.
El segundo tipo de herejía esta enraizada en
el Espacio Vacío, que connota una ausencia
de Dios y de sabiduría. No es posible
responder a tales herejías.

Lo mismo se aplica a los guardianes.


Si la persona tiene el intelecto como para
guardar y proteger los bienes propios y
ajenos y no lo hace, es responsable de los
daños. Podría haberse protegido; podría
haber “respondido” a esos daños. Pero si los
daños se encuentran más allá de su control
y conocimiento, está exceptuada de toda
responsabilidad; no podía “responderles”
(Likutey Halajot VIII, p. 119b sig.).

El guardián “no pago” y el guardián


“pago”

El guardián no pago está exceptuado de


todos los daños, excepto aquellos causados
por negligencia o intencionalmente. El
guardián pago es responsable por los daños
tales como el robo, pero está exceptuado
por los daños causados accidentalmente
(Rashi sobre Éxodo 22:9).

Los dos tipos de guardianes tratados


en estos versículos representan diferentes
acercamientos en el servicio a Dios. El
“guardián no pago” representa a aquel que
sirve a Dios con una alegría tan grande que
no busca ninguna recompensa por sus
buenas acciones - se siente pleno en el
hecho de poder llevarlas a cabo. Sólo es
posible alcanzar ese elevado nivel limpiando
la mente y el corazón de todos los malos
pensamientos y deseos y anhelando un
temor de Dios puro. Tal persona alcanza
daat. Por lo tanto representa a uno que está
exceptuado de pagar los daños porque está
enraizado en los niveles más elevados y, en
ese plano, no hay agentes ni causas
dañinas.
El “guardián pago”, por otro lado, desea
saber cuál será la recompensa por sus
mitzvot en el Mundo que Viene. Aunque
siente temor a Dios y Lo sirve, se encuentra
alejado de los niveles más grandes. Tal
persona carece de un daat perfecto. Por lo
tanto debe hacerse cargo de los peligros
implícitos en su responsabilidad ante la
pérdida o el robo - dado que tales daños
sólo ocurren cuando uno no sabe
plenamente qué es lo que debe cuidar
(Likutey Halajot III, p. 340-171a).

El dueño de casa

¿Por qué el guardián es llamado baal


ha-bait (“dueño de casa”)? En verdad, la
pnimiut (la parte interna u oculta) de
cualquier objeto refleja la Divinidad de esa
cosa. El deber de la persona es conectar la
jitzoniut (la parte externa) de un objeto con
su pnimiut, revelando la Divinidad. Cuando
uno acepta la responsabilidad de guardar un
objeto, conecta ese objeto con su propia
pnimiut (colocando su daat sobre él) y con
su reconocimiento particular de Dios (Likutey
Halajot VIII, p. 131b).

22:8 “En todo asunto de mal


proceder, respecto de buey o
de asno o de oveja o de ropa o
de cualquier cosa perdida de la
que alguno dijera: “Esto es
mío”, ante los jueces vendrá la
causa de ambos; y aquel que
los jueces condenen hará
restitución con el doble a su
prójimo”.
HaElohim

“HaElohim” - estos son los jueces (Sanedrín


56a).

¿Por qué los jueces son llamados


Elohim (Dios)? Pues todos los jueces
reciben su capacidad para juzgar y gobernar
de Moisés, quien recibió esa capacidad
directamente de Dios. Así, todos los
decretos y juicios provienen, en esencia, de
Dios (Likutey Halajot V, p. 180).

Los jueces son llamados Elohim


porque deben buscar la verdad. La verdad
es la luz de Dios. Cuando el juez dictamina
un juicio verdadero se envuelve en Divinidad
(ibid., VII, p. 2a).

Los jueces también son llamados


Elohim porque revelan la Divinidad en el
mundo. Por lo tanto está escrito, “En todo
asunto... respecto de buey o de asno o de
oveja o de ropa o de cualquier cosa”, pues
los jueces y los rabinos revelan que Dios
puede encontrarse en todas y en cada una
de las cosas (ibid., VII, p. 10a).

22:24 “Si le prestas dinero al


pobre de entre Mi pueblo que
habita contigo, no serás con él
como acreedor ni le impondrás
interés”.
Si le prestas dinero al pobre de entre Mi
pueblo que habita contigo

¿Por qué la Torá llama al que pide


prestado un “pobre”? ¿Acaso las personas
ricas no toman también dinero prestado? En
verdad, aquel que tiene que pedir dinero
prestado se encuentra en una situación de
din (juicio). Debemos tratar de hacerle llegar
jesed (bondad). Es por ello que el préstamo
es llamado guemilut jesed (literalmente,
“haciendo actos de bondad”), pues le trae
jesed a la persona que lo necesita (Likutey
Halajot IV, p.306).

No serás con él como acreedor

No le pidas que te devuelva el dinero si


sabes que no puede pagarte ahora.
Compórtate con él como si no te debiese
nada. No lo avergüences (Rashi).

Dios le provee a cada persona. Aquel


que se ve forzado a tomar dinero prestado
tiene fondos que Dios le está por hacer
llegar, pero que aún no es el tiempo de
recibirlos. Al tratarlo con cuidado y bondad
(al no presionarlo para que devuelva el
préstamo), reconocemos que Dios pronto lo
bendecirá y que el dinero prestado no es
más que un “intercambio” - un trueque de
este dinero por el dinero que recibirá en el
futuro. Si lo presionamos para que pague la
deuda, mostramos nuestra falta de fe en
Dios (Likutey Halajot IV, p. 380).

No serás con él como acreedor

Cuando la mente es fuerte, gobierna sobre


el cuerpo. Cuando la mente es débil, el
hígado (i.e., la sangre caliente) gobierna el
cuerpo (Shaar Rúaj HaKodesh, p.25).
Vemos empíricamente que cuando la
persona es humillada, la sangre le corre por
todo su cuerpo al tiempo en que su mente
experimenta una falta de control. Cuanto
más se la humilla, más degradada se
siente. Esto también puede percibirse en la
naturaleza del pobre, quien muy seguido
experimenta la degradación de la pobreza.
Por lo tanto la Torá nos dice que cuando le
prestemos dinero al pobre no debemos
actuar como un NoShé (literalmente, “uno
que presiona por el pago”). Al no presionarlo
para el pago de la deuda, lo salvamos de la
humillación, que es equivalente a la
esclavitud y la servidumbre. Actuar hacia el
pobre con bondad lleva a la libertad -libertad
de la esclavitud de la deuda- y ayuda a que
el pobre recupere su dignidad y restaure el
control de la mente por sobre el hígado
(Likutey Halajot III, p. 292-147a).

Ni le impondrás interés

¿Por qué el interés es llamado NeSheJ


(‫ ?)נשך‬Porque es como NeShiJá (‫)נשיכה‬, la
“mordedura” de una serpiente. Al comienzo
es una pequeña molestia, pero pronto se
inflama. De la misma manera, los intereses
parecen ser como una pequeña
“mordedura” al comienzo, pero suman y
aumentan costándole finalmente mucho a la
persona (Rashi).

Neshej es como la mordedura de la


Serpiente primordial que trajo la maldición
de “Con sufrimiento comerás” (Génesis 3:17).
Al igual que la mordedura de la Serpiente,
los intereses llevan a la avaricia y a la
depresión (Likutey Halajot IV, p. 189a).

Ni le impondrás interés

La pobreza proviene del hecho de que


Adán comió del Árbol del Conocimiento.
Ese pecado hizo que se mezclasen los
conductos de la abundancia, resultando en
una gran riqueza para algunos y extrema
pobreza para otros, en lugar de una
distribución igualitaria de la riqueza. Como
resultado, la gente pobre debe tomar dinero
prestado de la gente rica. Estas diferencias
entre la gente, generadas por el pecado de
Adán, aumentan el conflicto y la calumnia.

Cobrar interés es equivalente a


calumniar, pues también surge de la
diferencia que existe entre la gente. NeSheJ
(‫נשך‬, interés), hace recordar a la NeShiJá
(‫נשיכה‬, mordedura) de la Serpiente, que
representa la calumnia y un habla malvada
(Likutey Halajot IV, p. 195a-388).

22:26 “Porque ése es su único


abrigo; es su vestido para sus
carnes, ¿en qué habrá de
dormir?; pues será que si
clama a Mí, Yo oiré, porque soy
misericordioso”.
Si clama a Mí

La caridad mitiga los decretos severos


en este mundo. Cuando el pobre clama a
Dios por la injusticia de su sufrimiento, esos
clamores despiertan los juicios -“¿Por qué
nadie está ayudando a este pobre?”- y
encienden la ira Divina y los juicios (Zohar III,
9a). Pero cuando la persona da caridad, no
sólo elimina los decretos sino que
transforma los juicios en compasión (Likutey
Halajot VII, p. 226).

Es su vestido para sus carnes


Las ropas protegen a la persona de los
elementos. El Zohar enseña que el “abrigo”
y el “vestido” de los que habla este versículo
hacen referencia a los tzitzit y a los tefilín
(Tikuney Zohar 69, p. 100a), que representan
todas las mitzvot que llevamos a cabo y
que nos protegen de las influencias
espirituales dañinas.

Más aún cuando, como resultado de


que pueblo judío está en exilio, la Presencia
Divina también está en el exilio, se la
considera “empobrecida” y “desnuda”. Para
“vestirla” y permitirle abandonar su pobreza,
debemos darle vestimentas mediante el
cumplimiento de las mitzvot (Likutey Moharán
I, 47:2).
22:30 “Y serán para mí
hombres santos: por lo mismo
no comerán la carne de res
muerta en el campo: a los
perros la darán”.
No comerán la carne de res muerta en el
campo: a los perros la darán

Cuando Dios aprobaba un sacrificio animal,


el fuego de sobre el Altar parecía tomar la
forma de león. Cuando desaprobaba un
sacrificio, el fuego aparecía en la forma de
un perro (Tikuney Zohar #21, p. 62b).
Así como los sacrificios desaprobados eran
consumidos por un “perro de fuego”, de la
misma manera, toda carne no apta y que los
judíos tienen prohibido comer es arrojada a
los perros (Rashi).

Cuando la persona cuida el pacto,


entonces su plegaria -que es análoga a un
sacrificio- es aceptada por Dios. Pero si
daña el pacto, su plegaria no es aprobada
por Dios (Likutey Moharán I, 50).

No comerán la carne res muerta en el


campo: a los perros la darán...No
aceptarás falso testimonio

Todo aquel que diga calumnias será


arrojado a los perros (Pesajim 118a).

La calumnia lleva a las ilusiones y a las


falsas impresiones. Comer carne no apta
produce un daño en la mente. Por lo tanto
la calumnia y el comer carne no apta son
sinónimos (Likutey Halajot IV, p. 18a).

Res muerta en el campo

Treifá significa aquello que está desgarrado


por una bestia salvaje, tal como un león o un
lobo (Rashi).

Toda carne que el judío tiene permitido


comer se hace apta a través del proceso de
shejitá (faenado ritual). Todos los otros tipos
de carne son denominados genéricamente
treifá (no aptos), incluyendo animales que
murieron debido a alguna enfermedad en
sus órganos y que son llamados nevelá
(cadáver). Aunque existe una diferencia
halájica entre nevelá y treifá, la Torá utiliza
aquí la palabra treifá, indicando que el
animal fue muerto por una bestia salvaje,
como explica Rashi. ¿Pero por qué la Torá
utiliza el término treifá cuando esto nos
enseña también algo sobre animales que
han muerto y son denominados nevelá?

En un sentido espiritual, “bestias


salvajes” son aquellos dedicados a dañar a
la persona que busca la Divinidad. Todo el
daño y el sufrimiento que le acaecen a una
persona surgen de esas fuerzas del mal. Si
uno experimenta algún problema en uno de
sus órganos o miembros, ello atestigua
simbólicamente sobre la existencia de un
daño e indica que ha sido dañado por las
“bestias salvajes”. De la misma manera,
todo daño que haga que el órgano o el
miembro de un animal no sea apto
demuestra que el animal ha sido atacado
por las fuerzas del mal. Este versículo
comienza: “Y serán para mí hombres
santos” - pues cuando uno se aferra a la
santidad, se vuelve uno con Dios y es
protegido de las “bestias salvajes” (Likutey
Halajot IV, p. 24a-48).

23:2 “No seguirás a la mayoría


para hacer mal, ni darás
testimonio en una causa
inclinándote a la mayoría para
pervertir la justicia”.
No seguirás a la mayoría

La mayoría tiene un enorme poder:


puede forzar a la minoría a seguir su opinión
(Likutey Halajot IV, p. 228).

23:5 “Si ves caído debajo de su carga el


asno de tu enemigo, ¿te negarás a
ayudarlo?; de seguro tú lo ayudarás”.
Si ves caído debajo de su carga el asno
de tu enemigo... de seguro tú lo
ayudarás

“Tu enemigo” - ésta es la persona que ha


pecado (Pesajim 13b).

“De seguro tú lo ayudarás” - si él trabaja


[para levantarse] junto contigo. Pero si él
dice, “Tú tienes una mitzvá”, y se sienta a
esperar a que tú hagas la tarea, entonces
estarás exceptuado (Bava Metzía 32a).

Si ves a una persona hundida bajo la


carga de sus pecados, debes hacer todos
los esfuerzos para ayudarla a retornar a
Dios. Pero si ella te dice, “Tú tienes la
mitzvá de ayudarme, de modo que yo me
quedaré sentada esperando a que hagas el
trabajo para rectificar mi alma”, estás
exceptuado de ayudarla. Sin embargo, si
hace un esfuerzo para retornar a Dios,
debes saber que la ayuda que le darás la
cubrirá de bondad y la ayudará a superar
sus deseos materiales (Likutey Halajot VIII, p.
58a-b).

Si ves caído debajo de su carga el asno


de tu enemigo... de seguro tú lo
ayudarás

“Tu enemigo” - ésta es la persona que ha


pecado (Pesajim 13b).

“De seguro tú lo ayudarás” - azov taazov


significa literalmente “dejarás detrás” (i.e.,
olvidar) lo que llevas en el corazón con
respecto a él (Targúm Onkelos).

Jamor (‫חמור‬, asno) es similar a


JoMRiut (‫חומריות‬, materialismo). Este
versículo enseña que si ves a un pecador
luchando con sus deseos materiales, debes
olvidar tus malos sentimientos hacia él.
Olvida todo lo que pensaste que estaba mal
con respecto a él y júzgalo de manera
favorable. De esa manera, podrás llevarlo
de retorno hacia el ámbito del bien (Likutey
Halajot VIII, p. 59b).

Si la Torá se está refiriendo a un


verdadero enemigo, entonces la explicación
del Targúm “olvida lo que llevas en el
corazón con respecto a él” tiene sentido.
Pero si la Torá se está refiriendo a un
pecador, ¿cómo podemos olvidar el hecho
de que es un pecador? Podemos hacerlo -
juzgándolo de manera favorable. Esto lo
elevará hacia la escala del mérito y lo
liberará de la pesada carga del pecado.
Debemos olvidar todo lo que tenemos en su
contra, pues de otra manera nunca podrá
liberarse de su carga (ibid., VIII, p. 60-61a).

Si ves caído debajo de su carga el asno


de tu enemigo... de seguro tú lo
ayudarás

La mitzvá de ayudar a otra persona -


incluso a un enemigo- tiene el objetivo de
crear unidad y amistad. Debes dejar de lado
todo resabio de conflicto y de rencor que
puedas haber tenido hacia tu enemigo y
alimentar sólo el amor (Likutey Halajot VIII, p.
61b).

23:7 “Aléjate de todo lo falso,


para que no mates al inocente
y al justo; porque Yo no
justificaré al perverso”.
Aléjate de todo lo falso

A todo aquel que desee la verdad se le


da un ángel de verdad (Likutey Halajot VIII, p.
5a).

23:8 “No aceptes cohecho,


porque el cohecho ciega a los
que ven y pervierte las
palabras de los justos”.
No aceptes cohecho

Un juicio debe ser verdadero y


honesto. Entonces la verdad brillará y todos
podrán verla con claridad. Pero cuando el
juez acepta cohecho, corrompe su juicio. Es
literalmente un ciego, pues ni siquiera la
verdad podrá brillar para él (Likutey Halajot VII,
p. 2a).

23:9 “No oprimirás al


extranjero, porque ustedes
conocen el alma del extranjero;
pues extranjeros fueron en la
tierra de Egipto”.
Ustedes conocen el alma del extranjero;
pues extranjeros fueron en la tierra de
Egipto

“Ustedes conocen” hace referencia a la


rectificación del daat (conocimiento de Dios).
Esto restaura la fe dañada e inspira a los no
judíos a reconocer a Dios y a convertirse al
judaísmo. Entonces se revela la gloria de
Dios y se manifiesta la profecía.

Las letras finales de las palabras eT


nefeSh hagueR kI (“el alma del extranjero
pues”) conforman la palabra TiShReI
(‫)תשרי‬, el mes en que cae Rosh HaShaná.
Rosh HaShaná (literalmente, “cabeza del
año”) alude a la cabeza o a un daat
rectificado, que está asociado con “los
extranjeros” que reconocen a Dios y se
convierten al judaísmo (Likutey Moharán II,
8:9).
23:13 “Observen todo lo que
les he dicho: asimismo no
mencionarán el nombre de
otros dioses, ni será oído de tu
boca”.

No mencionarán el nombre de otros


dioses, ni será oído de tu boca

La boca es el principal vehículo para la


transmisión de la fe, como en “Haré conocer
Tu fe con mi boca” (Salmos 89:2) (Likutey
Halajot I, p.502). Así como decir palabras de
fe refuerza la fe, por el contrario, expresar
opiniones ateas la corrompe (Likutey Moharán
II, 44).
No mencionarán el nombre de otros
dioses

La mera mención de la idolatría puede


hacer que el judío caiga en ese ámbito. Ello
sustenta y le da credibilidad a las falsas
creencias, debilitando la verdadera fe
(Likutey Halajot I, p. 239a).

No mencionarán el nombre de otros


dioses

Está prohibido que el judío se asocie con un


no judío pues puede verse forzado a tomar
un juramento en nombre de la idolatría
(Sanedrín 63b).
La riqueza del lado de la santidad está
enraizada en el Nombre de Dios. La riqueza
del Otro Lado está enraizada en la idolatría.
Está prohibido mencionar los nombres de la
idolatría - i.e, hablar sobre dinero y riquezas
que sólo son utilizadas para propósitos
materiales. Por lo tanto está prohibido
asociarse con un no judío, pues éste puede
hacer que aceptes el hecho de que su
riqueza proviene de una fuente no santa
(Likutey Halajot II, p. 1a).

No mencionarán el nombre de otros


dioses

La fe en la Providencia Divina hace


que el sustento descienda a través de los
conductos de la santidad. Mencionar la
idolatría hace que el sustento descienda a
través de los conductos del Otro Lado
(Likutey Halajot II, p. 4).

No mencionarán el nombre de otros


dioses

Or Iashar (Luz Directa) es la luz de la


Providencia Divina que nos llega desde
Dios; Or Jozer (Luz Refleja) es la luz que
retorna reflejada desde nosotros hacia Dios.
Un idólatra no refleja la luz que Dios da.
Aquel que menciona los nombres de la
idolatría hace que la Luz Directa de Dios se
desvíe y no pueda entonces reflejarla de
retorno a Dios - lo que le permitiría percibirlo
verdaderamente (Likutey Halajot II, p. 4).

23:14 “Tres veces al año


celebrarán fiestas en Mi
honor”.
Tres veces al año celebrarán fiestas en
Mi honor

Las Tres Festividades son propicias


para rectificar los malos deseos. Pesaj, que
conmemora la redención de los judíos de
Egipto cargados con una gran riqueza,
rectifica la codicia. Shavuot, que
conmemora el tiempo en que los judíos se
abstuvieron de relaciones maritales, rectifica
la inmoralidad. Y Sukot, que es el tiempo de
la recolección de la cosecha, rectifica la gula
(Likutey Moharán II, 1:5).

23:15 “Observa la festividad de


las matzot. Siete días comerás
matzá, conforme te tengo
mandado, en el tiempo
señalado, en el mes de Aviv;
porque en él saliste de Egipto.
Ninguno se presentará delante
de Mí con las manos vacías”.
Porque en él saliste de Egipto. Ninguno
se presentará delante de Mí con las
manos vacías

La nación judía comenzó su existencia


en la época de Pesaj, con el éxodo de
Egipto. Es por ello que todas las
Festividades son llamadas zejer ietziat
Mitzraim (“un recuerdo del éxodo de Egipto”)
(liturgia de las Festividades).

Sin embargo, luego de los eventos


registrados en el Libro de Esther, Purim ha
venido a representar nuestro comienzo
espiritual. Como tal, Purim marca nuestra
preparación para Pesaj; así, en el mismo
día de Purim comenzamos a estudiar las
leyes de Pesaj, que tendrá lugar treinta días
más tarde. También, en el Shabat
inmediatamente después de Purim, leemos
Parashat Pará (la porción de la Torá que
trata sobre la Ternera Roja; ver Números
19:1-22), que nos recuerda purificarnos
antes de Pesaj.

PURim (‫ )פורים‬recibe su nombre


debido al PUR (‫פור‬, lotería) que Hamán
consultó en su complot para destruir a los
judíos (Esther 9:26). La palabra hebrea para
“ternera” es PaRá (‫)פרה‬. El PuR de Hamán
se transformó en nuestra PaRá, nuestro
medio de purificación antes de Pesaj.

La idea de que Pesaj toma su energía


espiritual de Purim está aludida en el
presente versículo. Las iniciales de las
palabras MiMitzraim Velo Ierau Panai
Reikam (“de Egipto; ninguno se presentará
delante de Mí con las manos vacías”)
deletrean la palabra PURIM (‫( )פורים‬Likutey
Moharán II, 74).

Porque en él saliste de Egipto. Ninguno


se presentará delante de Mí con las
manos vacías

Las iniciales de las palabras


MiMitzraim Velo Ierau Panai Reikam (“de
Egipto; ninguno se presentará delante de Mí
con las manos vacías”) deletrean la palabra
PURIM (‫)פורים‬. La verdadera salvación
comienza en verdad con Purim, que es el
tiempo más propicio para eliminar a
Amalek. Pues en este versículo que habla
sobre la redención de Egipto encontramos
una alusión a la festividad de Purim (Likutey
Halajot II, p. 238).

23:16 “También la fiesta de la


siega de las primicias de tus
labores, de aquello que
hubieres sembrado en el
campo: y la fiesta de la
recolección, al fin del año,
cuando hayas cosechado de
tus labores del campo”.
La fiesta de la recolección

Sukot es llamada jag ha-asif


(festividad de la recolección), dado que en
esta festividad los judíos son reunidos por
sus líderes para volver a conectarse con
Dios (Likutey Halajot II, p. 44).

La fiesta de la recolección

Todos los judíos son dignos de sentarse en


la misma suká (Suká 27b).

Esta unidad proviene de los esfuerzos


de los verdaderos líderes que reúnen al
pueblo judío. Pues es sabido que los Siete
Pastores (Abraham, Itzjak, Iaacov, Moisés,
Aarón, Iosef y David) entran en la suká de
cada judío (Zohar III, 103b). Esos líderes
unen a los judíos (Likutey Halajot II, p. 43a).

23:17 “Tres veces al año, pues,


se presentarán todos tus
varones delante del Señor,
Dios”.
Tres veces al año

La mitzvá de ascender al Templo en


las Tres Festividades contrarresta las tres
malas características enraizadas en el
corazón: la codicia, la inmoralidad y la gula.
Pesaj contrarresta la codicia, pues se les
ordenó a los judíos llevarse el botín al salir
de Egipto (Berajot 9b). Shavuot contrarresta
la inmoralidad, pues los judíos recibieron la
orden de abstenerse de relaciones maritales
justo antes de la recepción de la Torá. Y
Sukot contrarresta la gula, pues es el
tiempo de la recolección de la cosecha en
santidad.

En cada una de las Tres Festividades


ascendemos a IeRuShaLaiM (‫ירושלים‬,
Jerusalén), que representa IRá ShaLeM
(‫יראה שלם‬, temor perfecto) y que se
encuentra en el corazón. Ascendemos al
Templo, el lugar que conecta el espacio con
el nivel que trasciende el espacio. En ese
lugar, Dios -Quien está más allá del espacio-
“aparece” dentro de los confines del espacio.
Nuestro ascenso al Templo representa el
tomar los lugares en los cuales nos
encontramos y conectarlos con la Divinidad.

Cada vez que viajamos para llevar a


cabo una mitzvá, realizamos las mismas
rectificaciones. Unimos los lugares y el
espacio en los cuales hemos viajado con
esos niveles que trascienden el espacio. La
palabra miTzVá (‫מצוה‬, mandamiento)
alude a esa rectificación, pues proviene de
la raíz TzeVet (‫צות‬, unir, apegar). Todas las
mitzvot nos unen a Dios, Quien está más
allá del espacio y del tiempo (Likutey Halajot
VII, p. 420-211a).
Tres veces al año

Al ascender al Templo tres veces al


año, obtenemos la Luz del Rostro que
ilumina el Templo (Likutey Halajot I, p. 102a).

23:19 “Los primeros frutos de


tu tierra traerás a la casa de
Dios, tu Señor. No cocerás el
cabrito en la leche de su
madre”.
Los primeros frutos de tu tierra
“Tu tierra” hace referencia al cuerpo
humano, que fue creado de la tierra. Los
“primeros frutos” de la persona son las
devociones y servicios que le ofrece a Dios
al comienzo de cada día (Likutey Halajot IV, p.
109a-218).

Los primeros frutos de tu tierra traerás a


la casa de Dios, tu Señor. No cocerás el
cabrito en la leche de su madre

¿Cuál es la conexión entre estas dos


frases? Los “primeros frutos” representan el
intelecto. El intelecto debe ser llevado a la
“casa” (i.e., colocado dentro de parámetros)
para iluminar el camino de la persona. “No
cocerás el cabrito en la leche de su madre” -
pues mezclar carne y leche elimina esos
parámetros y oscurece la Divinidad (Likutey
Halajot IV, p. 96a).

No cocerás el cabrito en la leche de su


madre

No podemos comprender los caminos


de Dios. Está permitido comer el cabrito.
Está permitido beber leche. Pero combinar
ambos crea una mezcla que es prohibida,
aunque no sea consumida (Likutey Halajot II,
p. 4a).

No cocerás el cabrito en la leche de su


madre

Este versículo aparece tres veces en la Torá


(Éxodo 23:19, 34:26; Deuteronomio 14:21).
La primera cita enseña la prohibición de
cocinar juntos carne y leche. La segunda
referencia enseña la prohibición de comer
carne y leche juntos. La tercera mención
enseña la prohibición de derivar beneficio
alguno de la mezcla de carne y leche
(Mejilta; Julín 115b).

Estas tres prohibiciones se aprenden


de la palabra “cocerás”. Cocinar alude al
fuego y a los “fuegos” de los oportunistas
mundanos que ocultan la Divinidad de Dios.

La leche y la carne representan los


conceptos opuestos de lo permitido y de lo
prohibido, de lo apto y de lo no apto, de lo
puro y de lo impuro, que son leyes de la
Torá que dirigen a la persona hacia la vida
eterna. Cuando se mezclan esos opuestos,
representan todas las transgresiones, como
si no hubiese diferencia alguna entre el bien
y el mal (Likutey Halajot IV, p. 190).

No cocerás el cabrito en la leche de su


madre

Está prohibido cocinar toda clase de


carne en leche. ¿Por qué la Torá especifica
entonces un guedi (cabrito)? La cabra alude
a Esaú, quien es llamado seir (otra palabra
para “cabra”) (Génesis 36:9). Al cocinar o
comer una mezcla de leche y carne, uno le
da fuerzas a Esaú y a las fuerzas del mal
(Likutey Halajot IV, p. 96a).
Carne y leche

La carne representa guevurá (juicio).


La leche representa jesed (bondad). La
carne significa el control y la restricción que
es necesario ejercer cuando uno va tras sus
objetivos. La leche significa el crecimiento y
la expansión que uno debe buscar. Ambos
acercamientos tienen su lugar, pero nunca
deben estar combinados, pues la persona
no puede hacer ambos al mismo tiempo
(Likutey Halajot IV, p. 97a).

Carne y leche

La carne representa fortaleza y


audacia - el aspecto masculino. La leche
representa la humildad - el aspecto
femenino. Cada atributo, en sí mismo,
posee una gran importancia. Pero es
necesario tener un gran cuidado y no
mezclarlos ni utilizarlos de una manera
errónea (Likutey Halajot IV, p.198-100a). De
modo que la Torá dice: “No cocerás el
cabrito (‫גדי עזים‬, guedi IZim; cf. Rashi) en
la leche de su madre”. La audacia (‫עז‬, OZ)
debe ser atemperada mediante la humildad
(la leche de la madre) (Likutey Halajot IV,
p.101a-202).

Carne y leche

La carne requiere ser faenada. La


leche sale de la vaca lista para ser bebida.
Para comer carne, debemos faenar la vaca
- es decir, debemos trabajar muy duro para
lograr aquello que queremos hacer. Pero la
leche fluye por sí misma - pues hay cosas
que Dios hace por nosotros. Sin embargo,
ambos deben mantenerse separados.
Debemos hacer lo que debemos hacer y
Dios hace lo que Él desea (Likutey Halajot IV,
p. 60a). Los ángeles que visitaron a
Abraham comieron leche y carne juntos
(Génesis 18:8; Bereshit Rabah 48:13), pues los
ángeles representan el proceso de
purificación que es llevado a cabo por Dios
Mismo (Likutey Halajot IV, p. 62a).

Carne y leche
La leche representa un intelecto
inferior, pues es el alimento que se les da a
los niños para ayudarlos a crecer. La carne
representa un intelecto maduro, pues sólo
puede ser comida luego de ser cocida
(después de que la persona ha debido
atravesar los dolores del crecimiento y de la
maduración). Es imposible rectificar un
intelecto maduro mediante un intelecto
inferior (Likutey Halajot IV, p. 109a). De manera
similar, la persona no puede ser rectificada
por un líder de baja estatura. Sólo un gran
Tzadik puede otorgarle la rectificación (ibid.).

23:20 “He aquí, Yo envió un


ángel delante de ti, para
guardarte en el camino y para
introducirte en el lugar que te
tengo preparado”.
Yo envió un ángel... no le seas rebelde

[No leas TaMeR (‫תמר‬, rebelde) sino


TaMiReini (‫תמרני‬, “intercambiarlo por Mí”).]
No me cambies por él (Shmot Rabah 32:4).

Dios tiene muchos medios y


mensajeros a Su disposición para llevar a
cabo Su voluntad. Es posible que cuando Él
utiliza un ángel para este propósito, le
adscribamos a ese ángel, erróneamente,
poderes Divinos. Por lo tanto Moisés
rechazó el ángel (Rashi sobre Ioshúa 5:14). Él
quería que Dios Mismo guiase a los judíos,
para que la gente no se equivocase (Likutey
Halajot VIII, p. 77a).

23:21 “Cuídate de él y escucha


su voz; no le seas rebelde:
pues no perdonará tu
transgresión, porque Mi
Nombre está en él”.
Mi nombre está en él

“Mi Nombre” hace referencia al Santo


Nombre de Dios Shadai (Todopoderoso).
Este Nombre se encuentra “dentro” del ángel
Metat en el sentido de que Dios Se oculta, si
así pudiera decirse, dentro de Metat, y a
través de él dirige el mundo. La unión entre
los Nombres Shadai (‫ )שדי‬y Metatrón (‫טרון‬
- ‫ )מט‬se refleja en el hecho de que sus
valores numéricos son idénticos (Rashi).

Metat corresponde a la Torá Oral. Así


como Dios está oculto dentro de Metat (y
utiliza a ese ángel para llevar a cabo Sus
acciones en el mundo), de la misma
manera, Él está oculto dentro de la Torá. Es
necesario reconocer que, dado que Dios es
más grande que la Torá, no debemos
darnos por satisfechos con el solo estudio
de la Torá, sino que debemos esforzarnos
en servir a Dios de todas las maneras
posibles, en los niveles más elevados de
pureza y santidad, al igual que los Tzadikim.
Entonces podremos vivir una vida de gran
pureza integrada con el conocimiento de la
Torá (Likutey Moharán I, 31:5).

23:24 “No te postrarás ante sus


dioses, ni les servirás y no
harás conforme a sus obras; al
contrario, los destruirás
completamente y
desmenuzarás sus pilares”.
Desmenuzarás sus pilares
Destruir la idolatría está en relación con
la rectificación de la fe. Cuando hacemos
sonar el shofar en Rosh HaShaná, emitimos
un sonido llamado SheVaRim (‫)שברים‬, del
verbo leShaBeR (‫לשבר‬, quebrar). El shofar
en Rosh HaShaná quiebra las falsas
creencias y la idolatría y por lo tanto difunde
la fe (Likutey Moharán II, 8:11).

23:25 “Y servirán a Dios, tu


Señor, y Él bendecirá tu pan y
tus aguas; y Yo quitaré las
enfermedades de en medio de
ti”.
Y servirán a Dios, tu Señor, y Él
bendecirá tu pan y tus aguas

“Servirán a Dios” - esto hace referencia a la


plegaria, que es el “servicio del corazón”
(Taanit 2a).

Cuando la persona ora de la manera


apropiada, Dios la bendice para que incluso
el pan y el agua que consuma curen sus
enfermedades (Likutey Moharán II, 1:9).

23:30 “Poco a poco iré


echándolos de delante de ti,
hasta que te aumentes y
puedas tomar la tierra en
posesión”.
Poco a poco iré echándolos de delante
de ti

No es posible superar las fuerzas del


mal de una sola vez. Lleva tiempo y
paciencia liberarse completamente del mal
(Likutey Halajot II, p. 92a). Es necesario tener
paciencia y andar con constancia en la
dirección correcta, “hasta que te aumentes y
puedas tomar la tierra en posesión” (ibid., IV,
p. 122a).
24:7 Entonces tomó del libro
del pacto y lo leyó a oídos del
pueblo; y ellos respondieron:
“¡Todo cuanto ha dicho Dios
haremos y oiremos!”.
Haremos y oiremos

En el monte Sinaí, cuando los judíos


proclamaron, “Haremos y oiremos”, 600.000
ángeles descendieron y colocaron dos
coronas sobre la cabeza de cada uno, una
por “haremos” y la otra por “oiremos”
(Shabat 88a).

En particular, esas coronas


representan la alegría de la Redención
Futura (Likutey Moharán I, 22:9).

Cada vez que la persona se esfuerza


por estar alegre y lo logra es como si
estuviese aceptando la Torá nuevamente
(ver ibid., I, 65:4).

Cuando la persona lleva a cabo las


mitzvot con alegría, es como si estuviese
diciendo: “Haré y oiré”. Debido a que está
contenta de realizar las mitzvot, siempre
está dispuesta a escuchar más (Likutey
Halajot V, p. 492).

Haremos y oiremos

En el monte Sinaí, cuando los judíos


proclamaron, “Haremos y oiremos”, 600.000
ángeles descendieron y colocaron dos
coronas sobre la cabeza de cada uno, una
por “haremos” y la otra por “oiremos”
(Shabat 88a).

Las dos coronas que obtuvieron los


judíos debido a que dijeron, “Haremos y
oiremos”, están representadas por los tefilín
y corresponden a un aumento del intelecto
y de la conciencia de Dios (Likutey Moharán I,
38:7).

Todo cuanto ha dicho Dios haremos y


oiremos

¿Cómo pudieron los judíos prometer


hacer primero y luego oír aquello que tenían
que hacer?

Los judíos estaban tan contentos del


hecho de que Dios los había elegido que
estaban dispuestos a dejar de lado toda
recompensa debida al cumplimiento de las
mitzvot. Ellos dijeron, “Haremos todo aquello
que Dios nos pida. ¡Nuestra única
recompensa será que Él nos dé más
mitzvot para realizar!”. Experimentaron la
recompensa del Mundo que Viene por el
solo hecho de llevar a cabo las mitzvot
(Likutey Halajot III, p. 169a).

Todo cuanto ha dicho Dios haremos y


oiremos

En el monte Sinaí, cuando los judíos


proclamaron, “Haremos y oiremos”, 600.000
ángeles descendieron y colocaron dos
coronas sobre la cabeza de cada uno, una
por “haremos” y la otra por “oiremos”
(Shabat 88a).

¿Pero cómo podían hacer sin saber


qué se esperaba de ellos? La respuesta se
encuentra en sus palabras anteriores: “Todo
cuanto ha dicho Dios” - significando, “Hemos
oído lo que Dios espera de nosotros”.

Si ése es el caso, ¿qué hay de


especial en decir: “Naasé venishmá -
Haremos y oiremos”, si ya sabían lo que
Dios quería de ellos? La respuesta es que
los judíos estaban deseosos de aceptar la
palabra de Dios sin cuestionarla. Ellos no
pedirían conocer los significados más
profundos de la Torá y de las mitzvot, ni
preguntar por qué Dios actúa de la manera
en que Él lo hace de acuerdo a Su
conocimiento y razonamiento. Estaban
dispuestos a aceptar a Dios con una fe
simple y llevar a cabo las mitzvot de
acuerdo a ello, con una verdadera simpleza.

Sólo más tarde, cuando crecieran


espiritualmente y tuvieran más tiempo para
estudiar los significados más profundos de
los mandamientos, oirían y comprenderían
los motivos detrás de las mitzvot. Así, los
ángeles los adornaron con coronas. Las
coronas aluden a Keter, el poder de ordenar
y de limitar la mente, para no pasar más
allá de nuestras capacidades y lograr -con
tiempo y paciencia- la comprensión de
nuestras acciones (Likutey Halajot I, p. 205a).

Haremos y oiremos

Primero debemos llevar a cabo las


mitzvot, trayendo la santidad de Dios hacia
nosotros. Entonces mereceremos
comprender las mitzvot, creando un fuerte
anhelo de niveles cada vez más elevados
de Divinidad (Likutey Halajot II, p. 201a).

El rabí Natán agrega que “hacer” hace


referencia a lo que la persona es capaz de
hacer y “oír” hace referencia al lo que la
persona anhela hacer. Uno debe siempre
estudiar Torá y buscar una mayor
comprensión. Aunque no sea capaz de
alcanzar por sí mismo nuevas ideas de
Torá, podrá obtener niveles más elevados
de devoción mediante el estudio de la Torá
y las plegarias. Mientras continúe
renovando su intención y se esfuerce por
servir a Dios con un nuevo vigor y vitalidad,
siempre podrá alcanzar mayores niveles
(ibid., III, p. 55a).

24:11 Pero Él no extendió Su


mano sobre los líderes de
Israel. Ellos percibieron a Dios
y comieron y bebieron.
Ellos percibieron a Dios y comieron

Mediante el comer en santidad uno


llega a percibir a Dios. Comer en el Shabat
puede compararse a comer en santidad.
Así, uno puede hacerse merecedor de
alcanzar el conocimiento de Dios a través
de las comidas del Shabat (Likutey Halajot II,
p. 220).

24:12 Entonces Dios le dijo a


Moisés: “Sube adonde Yo
estoy, sobre el monte y
quédate allí para que te dé las
Tablas de piedra, con la ley y
los mandamientos que tengo
escritos en ellas, para que se
los enseñes a ellos”.

Para que te dé las Tablas de piedra

Al crear el mundo, Dios hizo una roca de la


cual extrajo toda la existencia. Ésta es
conocida como la Even Shetiá (Roca
Fundacional) (Ioma, 54b).

Las Tablas, que contienen la Torá, son


denominadas “Tablas de piedra” dado que
también ellas reciben la iluminación de la
Roca Fundacional y se manifiestan con las
enseñanzas de Torá (Likutey Moharán I, 61:6).

24:16 Y la gloria de Dios se


posó sobre el monte Sinaí; y la
nube lo cubrió por seis días. Y
al séptimo día Él llamó a
Moisés de en medio de la
nube”.
Y la gloria de Dios se posó

La Presencia Divina se posa sobre cuatro


clases de personas: los sabios, los fuertes,
los ricos y los humildes. Moisés poseía todas
esas cualidades (Nedarim 38a).
Cuando la persona logra esos atributos
de una manera santa, puede alcanzar la
profecía (Likutey Moharán II, 8:5).

Nuestros Sabios también enseñan que


la Presencia Divina se posa sobre cuatro
clases de personas: los sabios, los fuertes,
los ricos y los baalei komá (hombres de
talla) (Shabat 92a). El Rebe Najmán enseña
que Moisés era un baal komá, pues fue
capaz de erigir el Tabernáculo (Likutey
Moharán I, 2:6). Así, Moisés era tanto
humilde como un hombre de estatura (rabí
Eljanan Spector).
24:17 Y a los ojos de los hijos
de Israel la apariencia de la
gloria de Dios era como un
fuego devorador sobre la
cumbre del monte.
La apariencia de la gloria de Dios era
como un fuego devorador

Aquel que acerca a los demás a Dios


construye un ámbito de santidad en el cual
se revela la gloria de Dios como un fuego
de justicia. Esto atrae la atención de las
fuerzas del mal que atacan a la persona.
Sin embargo, la gloria de Dios quema a ese
mal antes de que pueda entrar en el ámbito
de la santidad (Likutey Moharán I, 59:1).

La apariencia de la gloria de Dios era


como un fuego devorador

Así como el fuego puede ser tanto


beneficioso como destructivo, de la misma
manera la manifestación de la gloria de Dios
puede traerle bien a la persona o -si no es
digna- consumirla (ver Likutey Moharán I, 67:8).

24:18 Entonces Moisés entró


en medio de la nube y subió al
monte. Y estuvo Moisés en el
monte cuarenta días y cuarenta
noches.

Moisés entró en medio de la nube y


subió al monte

Cuando Moisés ascendió para recibir la


Torá, los ángeles protestaron, “¿Por qué
debería la humanidad recibir la Torá?”. Dios
le indicó a Moisés que les respondiese a los
ángeles, pero él dijo que tenía miedo de ser
consumido por su fuego. Dios le dijo que se
aferrarse del Trono de Gloria y que entonces
les respondiese (Shabat 88b).

El Trono de Gloria es la fuente de las


almas humanas; como tal, corresponde al
Mundo de Beriá. Es más elevado que la
fuente de los ángeles, que se encuentra en
el mundo por debajo, el Mundo de Ietzirá.

El hombre fue creado para tener


dominio sobre los ángeles. Así, Dios le dijo
a Moisés que se aferrase del Trono. Al
unirse a su fuente, sería capaz de superar a
los ángeles (Likutey Moharán II, 1:2).

Moisés entró en medio de la nube y


subió al monte

Cuando Moisés estuvo arriba, Dios le mostró


la futura grandeza de la Torá del rabí Akiba.
Moisés preguntó, “Si el rabí Akiba es tan
capaz, ¿por qué no entregaste la Torá por su
medio?”. Inmediatamente, Dios le dijo,
“¡Silencio! ¡Eso es lo que se elevó en Mi
pensamiento!” (Menajot 29b).

Existe el Mundo del Pensamiento que


trasciende incluso los pensamientos más
elevado del hombre. En ese ámbito, la
persona obtiene las percepciones más
elevadas mediante el silencio. Es por eso
que Dios le dijo a Moisés, “¡Silencio!”. Sólo
con el silencio uno puede llegar a reconocer
la grandeza de Dios y obtener respuestas a
las preguntas más profundas (Likutey
Moharán I, 64; ibid., I, 234).

Muchas veces sucede que tan pronto


como la persona hace una pregunta,
comienza a percibir la respuesta. A veces
puede comprender esa respuesta pero otras
veces ésta se encuentra más allá de su
entendimiento, por lo que no debe
profundizar en ella. Tan pronto como Moisés
preguntó por qué el rabí Akiba no había sido
elegido para entregar la Torá, comenzó a
comprender el motivo. Pero Dios le informó
a Moisés que aunque podría llegar a
comprender la respuesta a su primera
pregunta, esto lo llevaría a hacer más
preguntas que no sería capaz de entender.
Por lo tanto, Dios le aconsejó a Moisés que
se quedase con su pregunta original sin
respuesta (ibid., II, 7:8).

Y estuvo Moisés en el monte cuarenta


días y cuarenta noches

Nuestros Sabios enseñan que Moisés sabía


cuándo era de día y cuándo era de noche
incluso mientras estuvo en el Cielo, pues
durante el día, Dios le enseñaba la Ley
Escrita y durante la noche le enseñaba la
Ley Oral (Midrash Shojar Tov 19).

La Ley Oral corresponde a la noche


debido a que está asociada con la
oscuridad. Es necesario estudiarla
cuidadosamente para aclarar sus leyes.
Aquel que no es cuidadoso en sus estudios
puede cometer serios errores e incluso
transformarse en un “demonio erudito” - uno
que, si bien ha estudiado, se equivoca y
hace equivocar a los demás (Likutey Moharán
I, 12:5).

Y estuvo Moisés en el monte cuarenta


días y cuarenta noches

Nuestro patriarca Iaacov le pidió a Dios


“pan para comer y ropa para vestir” (Génesis
28:20). “Ropa” representa una vestimenta
limpia para el alma; “pan” representa el
alimento y corresponde conceptualmente al
maná, que era absorbido totalmente por el
cuerpo (Avodá Zará 5b), sin producir
sustancias de desecho. “Pan” también alude
a recibir la Torá, pues Moisés se abstuvo de
comer durante cuarenta días y cuarenta
noches mientras recibía la Torá en el Cielo
(Likutey Halajot II, p. 58a).
Parashat Terumá

25:2 “Habla a los hijos de Israel


que tomen para Mí una
ofrenda; de todo hombre de
corazón generoso, tomarán Mi
ofrenda”.
Tomen para Mí una ofrenda

Las letras de la palabra TeRUMá (‫תרומה‬,


ofrenda) pueden ser reordenadas para
deletrear TORá Mem (‫)תורה מ‬, en donde la
mem (‫ )מ‬se comprende por su valor
indicando “40”. Esto alude a la Torá, que fue
dada en cuarenta días (Zohar III, 179a).

Cuando uno quiere “tomar para Mí”,


debe hacerlo a través de la TeRuMá - i.e., a
través de la TORá que le fue dada a Moisés
en un período de Mem (40) días. Pues la
Torá nos enseña cómo traer espiritualidad
hacia los ámbitos físicos (Likutey Halajot VIII, p.
82a).

Tomarán Mi ofrenda

Las letras de la palabra TeRUMá (‫תרומה‬,


ofrenda) pueden ser reordenadas para
deletrear TORá Mem (‫)תורה מ‬, en donde la
mem (‫ )מ‬se comprende por su valor
indicando “40”. Esto alude a la Torá, que fue
dada en cuarenta días (Zohar III, 179a).

Así, “tomarán Mi ofrenda” significa que


para que la persona pueda ser capaz de
“tomar” Divinidad, debe dedicarse al estudio
de la Torá (Likutey Moharán II, 60).

Tomarán Mi ofrenda

Cuando uno da caridad, puede llegar a


percibir el Agrado de Dios o la gloria. Esto
está aludido en la palabra TeRUMá (‫תרומה‬,
ofrenda), que es un acrónimo de las letras
finales de las palabras lajzoT benoaM IHVH
ulevakeR beHeijalO (“para contemplar el
Agrado de Dios y entrar en Su Santuario”)
(Salmos 37:4) (Likutey Moharán II, 71).

De todo hombre de corazón generoso,


tomarán Mi ofrenda

Para poder ser caritativa, la persona


debe abrir su corazón. Una vez que su
corazón está abierto para darles a los
demás, también puede recibir bendiciones
de abundancia del Corazón Superior del
Noam HaElion (Agrado Divino) (Likutey
Moharán II, 71). El Rebe Najmán explica que
cuando uno abre su corazón a la caridad y a
la bondad permite que el corazón “abierto”
reciba aún mayores bendiciones desde
arriba, desde el Corazón Superior.
25:8 “Y Me harán un santuario
y Yo habitaré entre ellos”.
Yo habitaré entre ellos

Dios habita dentro de los judíos, al


igual que la persona que está vestida dentro
de sus ropas (Likutey Moharán I, 94).

25:10 “Harán, entonces, un


Arca de madera de acacia; de
dos codos y medio será su
longitud y de codo y medio su
anchura y de codo y medio su
altura”.
Harán, entonces, un Arca

El Ari enseña que el Arca y su Cubierta son


un paralelo de Maljut y de Iesod,
respectivamente. El Arca recibe su
iluminación de Divinidad a través de la
Cubierta (Shaar HaMitzvot, Terumá).

Cuando la persona da caridad le


transfiere abundancia al pobre. Este acto es
comparable a la unión entre la Cubierta y el
Arca, entre Iesod y Maljut, entre el Tzadik y
el pueblo (Likutey Moharán I, 54:2).
El Arca

En la época del profeta Samuel,


cuando el Arca fue colocada sobre unas
vacas para ser transportada de vuelta
desde el territorio de los filisteos, las vacas
comenzaron a cantar (Samuel I, 6:12; Avodá
Zará 24b). De la misma manera, cuando la
persona acepta el yugo de la Torá aprende
el valor de cantar y alabar a Dios (Likutey
Halajot I, p. 107a).

25:16 “Y pondrás dentro del


Arca las tablas del Testimonio
que Yo te daré”.
El Arca del Testimonio

La Torá es llamada “Testimonio” - es un


testimonio de Dios. Pues todo aquel que
tenga un verdadero cerebro en la cabeza
podrá comprender con su intelecto el hecho
de la Realidad y Unidad de Dios. ¿De
dónde pudo emanar semejante Torá? La
Torá que comienza con el Acto de la
Creación y que concluye con el
Deuteronomio, con todas sus leyes y
derivados; todos los Libros de los Profetas y
Escritos; el Talmud, el Midrash, el Zohar, la
Kabalá y todas las dialécticas que
acompañan a esas obras - ¡cómo todo
encaja con precisión! Aquel que posea un
mínimo de conciencia de la Torá y de su
contenido comprenderá que no es algo
hecho por el hombre sino testimonio de
nuestro Creador, de Quien emanó toda la
Torá. Así, la Torá es testimonio de la
Realidad y Unidad de Dios. Por lo tanto está
escrito, “Las Tablas eran obra de Dios y la
escritura era la escritura de Dios” (Éxodo
32:16) (Likutey Halajot VII, p. 30-16a).

El Arca del Testimonio

A lo largo de la Biblia, la Torá es


denominada “testigo” - por ejemplo, “El Arca
del Testimonio”. En verdad, todo aquel que
examine la Torá -La Ley Escrita, la Ley Oral,
el Talmud, el Midrash, la Kabalá y los
comentarios de los grandes Tzadikim y
maestros jasídicos- admitirá que no pudo
haber sido “hecha” por el hombre. Todo en la
Torá concuerda con todo lo demás y es
parte necesaria de las otras partes. Así, la
Torá testifica del Dios Único, Quien la
entregó (Likutey Halajot III, p. 160a).

Y pondrás dentro del Arca las tablas del


Testimonio que Yo te daré

El Testimonio es la Torá, que se


compara con un testigo cuyo testimonio es
aceptado por una corte legal judía. Sin
embargo, se requiere de dos testigos para
establecer un testimonio. Esos dos testigos
están representados por “Naasé veNishmá -
Haremos y oiremos” (Éxodo 24:7), las dos
palabras utilizadas por el pueblo judío para
aceptar la Torá. Naasé veNishmá existe en
cada nivel en el que se encuentre la
persona; todos tienen la obligación de llevar
a cabo cada mitzvá de la mejor manera
posible en su nivel, sabiendo que existe un
nivel superior de cumplimiento al cual deben
aspirar. Naasé veNishmá también hace
referencia a los niveles de Torá y de
plegaria, respectivamente, que existen en
cada nivel. Por lo tanto la Torá es
denominada correctamente un “testimonio”,
porque comprende dos testigos, Naasé
veNishmá (Likutey Halajot VIII, p. 22b).

25:18 “Y harás dos querubines


de oro, labrados a martillo en
los dos extremos de la
Cubierta”.
Harás dos querubines

Había dos querubines sobre la


Cubierta del Arca, dentro de la cual se
encontraban las Tablas de la Ley. Esos
querubines tenían rostros de niños (ver
Rashi), indicando una conexión particular
entre los niños y la Torá.

Los niños son puros (dado que son


demasiado jóvenes para estar
contaminados con la inmoralidad). Por lo
tanto, cuando estudian Torá, su aliento
despierta el aire puro de la Tierra Santa que
Dios les prometió a los patriarcas. Esto a su
vez despierta los méritos de los patriarcas y
protege al pueblo judío (Likutey Moharán I,
37:4).

Harás dos querubines

El Arca y su Cubierta corresponden al


corazón y los querubines a los pulmones. Si
no fuese por los pulmones “aleteando y
enfriando” el corazón, el “ardor” del corazón
consumiría el cuerpo entero (Zohar III, 234).

Mientras que el corazón arde con


deseos, los pulmones traen el aire de la
espiritualidad. Ese aire enfría las pasiones
ardientes, revitaliza la mente y nutre al
cuerpo entero. Entonces todos los órganos
pueden trabajar juntos, al unísono (Likutey
Moharán I, 225).

25:30 “Y sobre la mesa


pondrás el pan de la
proposición delante de Mí
continuamente”.
Sobre la Mesa pondrás el Pan de la
Proposición

La Mesa tenía un aro alrededor de su


borde, lo que connota el pacto, la sefirá de
Iesod. El Pan de la Proposición colocado
sobre ella era llamado Lejem HaPanim
(literalmente, “Pan del Rostro”). Cuando la
persona cuida el pacto su rostro se ilumina
(Likutey Moharán I, 63).

Sobre la Mesa pondrás el Pan de la


Proposición

El Tabernáculo como un todo


representa la conciencia Divina, la
conciencia trascendente. El Pan de la
Proposición representa la abundancia y el
sustento. Cuando alcanzamos una
conciencia Divina, trascendente,
alcanzamos la abundancia y un sustento
fácil (ver Likutey Moharán II, 7:11).
25:31 “Harás también una
Menorá de oro puro; labrada a
martillo será hecha la Menorá;
su pie y su tronco, sus copas,
sus globos y sus flores serán
de una sola pieza”.
La Menorá

Moisés tenía dificultades para imaginar la


Menorá, que debía ser hecha a partir de un
bloque sólido de oro, en lugar de
conformada por partes soldadas entre sí.
Dios le dijo a Moisés, “Arrójala al fuego y
emergerá como una Menorá” (Rashi).
La Menorá representa la luz de la Torá,
como está escrito, “La mitzvá es una vela y
la Torá es luz” (Proverbios 6:23). La Torá es
realmente difícil de aprehender por sí
misma. No sabemos cómo ni dónde
comenzar. Necesitamos la ayuda de Arriba.
De modo que “la arrojamos al fuego”,
implicando que estamos haciendo algo.
Cuando Dios ve que estamos
esforzándonos, nos ayuda a moldear y
formar nuestra Menorá - nuestra capacidad
de servirlo y observar la Torá. Lo más
importante es el deseo de servirlo (Likutey
Halajot I, p. 169a-338).

La Menorá
Moisés tenía dificultades para comprender
cómo debía ser hecha la Menorá; lo había
aprendido pero había olvidado cómo
hacerla. Dios le dijo, “Ve a Betzalel; él te
mostrará”. Moisés fue a ver a Betzalel quien
inmediatamente hizo la Menorá. Moisés
exclamó, “BeTzaLEL (‫)בצלאל‬, debes haber
estado Be-TzeL El (‫בצל אל‬, ‘a la sombra de
Dios’). Dios me lo mostró pero no pude
comprender cómo. Pero tú, tú la hiciste
inmediatamente” (Ialkut Rubeni).

Este episodio genera varias preguntas.


Si Betzalel, que estaba a la sombra de Dios,
sabía cómo hacer la Menorá, de seguro que
Moisés, a quien Dios se lo había enseñado
directamente, debía saber cómo hacerla.
¿Y cómo es posible que Moisés tuviera
tanta dificultad para comprender mientras
que Betzalel lo captó de manera inmediata?

La dificultad de Moisés radicaba en no


comprender cómo era posible crear una
Menorá que diese una luz constante pese a
la oscuridad de este mundo y a los
obstáculos que enfrentan al hombre en su
búsqueda espiritual. Pero Betzalel, el
discípulo de Moisés, comprendió
inmediatamente que la luz brillaría por
siempre. La incapacidad de Moisés para
comprender surgía de su profunda
humildad. Aunque se había anulado ante
Dios, lo que lo ayudó a alcanzar el nivel de
la Voluntad Divina y la capacidad de hacerla
descender para toda la humanidad, creía
que era indigno de hacer que la luz brillase.
Pero Betzalel sabía que Moisés era digno e
inmediatamente hizo la Menorá (Likutey
Halajot I, p. 131a-262).

La Menorá

La Menorá representa la Torá y su


construcción es un paralelo del
esclarecimiento de la ley de la Torá. Los seis
brazos de la Menorá corresponden a los
seis días de la semana, que aluden a los
seis conceptos de la Mishná: permitido y
prohibido, apto y no apto, puro e impuro. A
partir de los debates para aclarar la ley
emerge una regla decisiva, correspondiente
a la columna central - que es el Shabat e
indica paz y el esclarecimiento final de la
ley.

Las cuarenta y nueve copas, globos y


flores que decoran la Menorá simbolizan
todas las ideas hermosas de Torá que son
traídas continuamente a la luz y que llevan
al esclarecimiento de las dudas. Así, la
Menorá era miKShá (‫מקשה‬, hecha a
martillo) a partir de una pieza de oro, pues
ella refleja las KuShiot (‫קושיות‬, cuestiones)
que comienzan el proceso de
esclarecimiento del pensamiento de Torá
(Likutey Halajot III, p. 258).

La Menorá
Las dieciocho flores, nueve globos y
veintidós copas de la Menorá suman
cuarenta y nueve, correspondiente al
número de días de la Cuenta del Omer.
Pues la iluminación de la Menorá lleva a la
recepción de la Torá (Likutey Halajot I, p. 131a).

Labrada a martillo

Todos los diseños fueron labrados a martillo


a partir de un bloque sólido de oro (Rashi).

MiKShá (‫מקשה‬, a martillo) indica que


la persona debe ser aKShan (‫עקשן‬, ser
perseverante) en el servicio a Dios.
Entonces merecerá los “diseños” - diferentes
maneras de alabar a Dios (Likutey Halajot II,
p.154-78a).

26:1 “Y harás el Tabernáculo de


diez cortinas de hilo de lino e
hilo azul celeste y púrpura y
carmesí, entretejido y
representando querubines;
obra de artesano”.
Cortinas

Varias capas y tipos de cortinas fueron


utilizados para cubrir el Tabernáculo. Estos
corresponden a las vestimentas, que
también corresponden a los prosélitos.
Cuanto más alejada se encuentre la
persona de Dios, mayor será la densidad de
las vestimentas que oculten la luz de Dios.
Pero cuando la persona se acerca a Dios,
esas vestimentas forman parte integral de
la construcción de santidad y son aptas para
formar parte del Tabernáculo (Likutey Halajot I,
p. 498).

26:15 “Y harás para el


Tabernáculo tablones de
madera de acacia que se
mantengan verticalmente”.
Y harás para el Tabernáculo tablones de
madera de acacia que se mantengan
verticalmente

Los tablones de madera sólida


encuadraban el Tabernáculo principal. Esos
tablones “se mantienen” en santidad, sólidos
e indestructibles, por lo que “se mantienen
en la garganta” del Otro Lado, haciendo que
éste vomite toda la santidad que ha
tragado. Esos tablones son llamados
también “árboles” pues corresponden a los
dos Árboles del Jardín del Edén: el Árbol de
la Vida y el Árbol del Conocimiento. La
Serpiente hizo que Adán dañara su
conocimiento al comer del Árbol del
Conocimiento. Pero los tablones del
Tabernáculo rectifican lo que Adán perdió.
De pie, sólidos, corresponden a las guevurot
(juicios) y hacen que la Serpiente vomite lo
que Adán perdió (Likutey Halajot I, p. 249a-
498).

26:19 “Y harás cuarenta basas


de plata para poner debajo de
los veinte tablones; dos basas
debajo de cada tablón,
correspondientes a sus dos
espigas, y dos basas debajo de
otro tablón, correspondientes a
sus dos espigas”.
Las 100 basas de plata del Tabernáculo

Las 100 basas de plata del


Tabernáculo están representadas por las
100 bendiciones que recitamos cada día,
pues el Tabernáculo es la Casa de Plegaria
que se mantiene sobre nuestras plegarias
(Likutey Halajot I, p. 500).

26:28 “Y el travesaño de en
medio pasará por el centro de
los tablones de un extremo al
otro”.
El travesaño de en medio
“El travesaño de en medio” - éste es Iaacov
(Zohar III, 186a).

El travesaño superior y el travesaño


inferior representan a Abraham y a Itzjak. El
travesaño de en medio, que se extiende a
lo largo del Tabernáculo, representa a
Iaacov, cuyo “lecho” era perfecto. Iaacov
pudo alcanzar los niveles más elevados y
hacer descender abundancia y bendición
para rectificar los niveles más bajos (Likutey
Halajot II, p. 390).

27:1 “Harás también el Altar de


madera de acacia. El Altar será
cuadrado, de cinco codos de
largo y de cinco codos de
ancho y de tres codos su
altura”.
El Altar

El Talmud compara la mesa de la persona


con el Altar, dado que comer puede ser una
experiencia sagrada que efectúe el perdón
(ver Berajot 55a).

Así como el Altar efectúa el perdón, de


la misma manera, cuando la persona come
en santidad, lleva su comer hacia la Luz del
Rostro y alcanza el perdón de sus pecados
(Likutey Moharán I, 31:9).
El Altar

El Altar corresponde a Maljut


(Reinado). Siendo la sefirá más baja, Maljut
se encuentra muy cerca de las fuerzas del
Otro Lado, que toman de ella el sustento.
De manera similar, las fuerzas del mal
toman el sustento del Altar y de la mesa de
la persona, que es comparada con el Altar.
Así, si bien comer puede ser una
experiencia sagrada, también puede hacer
que la persona descienda hacia la
insensatez. Incluso si logra comer en
santidad, sigue siendo susceptible a la
insensatez y debe cuidarse de ello (Likutey
Moharán I, 17:3).
27:10 “Sus pilares serán veinte
y las basas para ellas veinte,
de cobre; pero los ganchos de
los pilares y sus molduras
serán de plata”.
Los ganchos de los pilares y sus
molduras serán de plata

Los judíos, como un todo, son


comparados con los “pilares” del
Tabernáculo, porque ellos sustentan a
aquellos que estudian Torá. Las Tablas son
comparadas con un “gancho” (Likutey
Moharán I, 34:6) porque la palabra hebrea
para “gancho” es vav, el mismo nombre que
la letra vav. La letra vav tiene el valor de 6 y
las Tablas medían seis palmos de largo por
seis palmos de ancho (Bava Batra 14a).
Parashat Tetzavé

27:20 “Asimismo mandarás a


los hijos de Israel que te
traigan aceite de olivas puro,
prensado, para encender la
lámpara de continuo”.
Mandarás a los hijos de Israel
Inmediatamente después de la
dedicación del Tabernáculo, la Torá registra
el mandamiento de encender las lámparas.
¿Qué conexión hay entre ambos?

El pecado oscurece la luz de Dios y la


fe. El pueblo judío construyó el Tabernáculo
para rectificar el pecado de idolatría del
Becerro de Oro, que oscureció la luz de
Dios. Una vez que esto se llevó a cabo,
evocaron la Voluntad Divina en lugar de la
ira al encender las lámparas, expresando el
deseo de que la luz de Dios no se
extinguiese nunca en ellos (Likutey Halajot I, p.
260).

Mandarás a los hijos de Israel


TeTzaVé (‫תצוה‬, Mandarás) comparte
la misma raíz que TzeVet (‫צות‬, unir). Al unir
a la gente puedes hacer que la Menorá
haga brillar la gloria de Dios para al mundo
entero (Likutey Halajot I, p. 500).

Aceite de olivas puro, prensado

¿Por qué los judíos son comparados con las


olivas? La aceituna está sobre la rama. Ella
es retirada, aplastada, molida y prensada y
sólo entonces entrega el aceite. De la misma
manera, cuando los judíos sufren
demuestran su temple (Shmot Rabah 36:1).

Sólo después de mucho sacrificio


puede la persona ser digna de que su
pureza ilumine su alma (Likutey Halajot II, p.
63a).

Mandarás a los hijos de Israel... para


encender la lámpara de continuo

Inmediatamente después de recibir el


mandamiento de construir el Tabernáculo,
se les encomendó a los judíos encender la
Menorá. La secuencia de estos dos
preceptos muestra el alcance del perdón
que recibieron los judíos después de haber
cometido el pecado del Becerro de Oro.

La Menorá estaba ubicada justo fuera


de al Parojet (Cortina) que separaba entre el
Santo de los Santos y el resto del
Tabernáculo. La Parojet actuaba como un
filtro, permitiendo que la luz Divina brillase a
través de ella cada vez que los judíos
encendían la Menorá. Habiendo obtenido el
perdón mediante la caridad que efectuaron
al dar para la construcción del Tabernáculo,
los judíos continuaron ascendiendo en
santidad hasta que llegaron al Santo de los
Santos - pero allí requirieron de un filtro,
pues no tenían permitido entrar (ver Levítico
16:2) (Likutey Halajot II, p. 294).

27:21 “Aarón y sus hijos la


colocarán desde la tarde hasta
la mañana delante de Dios en
la Tienda de Reunión, fuera de
la Cortina que se encuentra
ante el Testimonio. Es un
decreto eterno de los hijos de
Israel en todas sus
generaciones”.
Mandarás... aceite de olivas puro... fuera
de la Cortina

TeTzaVé (‫תצוה‬, Mandarás) comparte


la misma raíz que TzeVet (‫צות‬, unir). Dios
le ordenó a Moisés unir a los judíos para
iluminar sus almas con la luz de la Torá (el
Arca). Los judíos recibieron el mandamiento
de llevarle a Moisés aceite de olivas puro -
i.e., las gotas puras de bondad inherentes a
cada individuo. Uno debe tratar
continuamente de entrar en la santidad
pese a estar “fuera” de ese ámbito (Likutey
Halajot II, p. 63a).

Fuera de la Cortina que se encuentra


ante el Testimonio

La principal luz de la Menorá provenía


del Arca; así, la Menorá se encontraba
precisamente fuera del Santo de los Santos.
Aunque ahora carecemos de la luz que
estaba presente en el Templo, podemos
experimentar algo de ella a través de las
luces de Jánuca, que toman su luz de la
Torá.
Más aún, la Menorá se encontraba
frente a la Mesa (Éxodo 40:24). Esto nos
enseña que mediante la luz de la Torá, a
través de las luces de Jánuca, podemos
alcanzar el nivel de comer en pureza (Likutey
Halajot III, p. 121a-242).

28:29 “Aarón llevará los


nombres de los hijos de Israel
en el Pectoral del Juicio sobre
su corazón al entrar en el
Santuario. Será por memorial
perpetuo delante de Dios”.
Aarón llevará los nombres de los hijos
de Israel en el Pectoral del Juicio sobre
su corazón

Cada vez que un judío necesitaba un


consejo, se acercaba al Cohen Gadol, quien
llevaba el Pectoral que contenía los Urim ve-
Tumim. Sobre las piedras del Pectoral
estaban grabadas todas las letras del
alfabeto en la forma de los nombres de las
tribus. Cuando la persona hacía su pregunta,
los Urim ve-Tumim iluminaban las letras que
deletreaban la respuesta y la persona podía
ver el consejo brillando delante de sus ojos
(Ioma 73b).

Los Urim ve-Tumim, junto con los


recipientes sagrados del Templo, se
perdieron durante el período de la
destrucción del Primer Templo. Hoy en día,
el consejo ofrecido por los Urim ve-Tumim
puede encontrarse en la Torá. Al mirar en la
Torá con sinceridad y simpleza, las letras y
la luz de la Torá nos dirigirán hacia el
sendero apropiado (Likutey Halajot IV, p. 161a).

Aarón llevará los nombres de los hijos


de Israel en el Pectoral del Juicio sobre
su corazón

Cada vez que la persona le pedía una guía a


Dios, las letras inscritas en las piedras del
Pectoral del Cohen Gadol se iluminaban en
un cierto orden, indicando el sendero que
debía tomar (Ioma 73b).
El Pectoral se llevaba sobre el corazón,
indicando que el corazón de la persona es
su guía en la vida. Debe purificar su corazón
para que éste pueda recibir la inspiración
Divina y dirigirla por el sendero correcto
(Likutey Halajot I, p. 179a).

El Pectoral del Juicio sobre su corazón

El corazón es el asiento del juicio, pues


es allí donde la persona toma las
decisiones. Para despertar un juicio
apropiado y legítimo es necesario meditar
en el corazón (Likutey Moharán I, 59:2).

El Pectoral del Juicio sobre su corazón


El corazón es el sitio de los “amores
caídos” - i.e., el amor por lo inmoral o por
las cosas prohibidas. Debido a que la
persona llega a los “amores caídos” como
resultado de una mala decisión, de un mal
juicio, es posible rectificarlos mediante un
juicio apropiado, tal cual está representado
por el Pectoral (Likutey Moharán II, 5:13; ibid., II,
5:16). Hoy en día, esta rectificación se logra
a través del hitbodedut.

28:36 “Harás una Placa Frontal


de oro puro y grabarás en ella
con grabados como de sello:
‘Santidad para Dios’”.
Harás una Placa Frontal de oro puro y
grabarás en ella con grabados como de
sello: “Santidad para Dios”

Tzitz (Placa Frontal) también puede


traducirse como “mirar”. Pitujei jotam
(“grabados como de sello”) también puede
traducirse como “abriendo aquello que está
sellado”.

La persona ve con los ojos. La palabra


hebrea ain (‫עין‬, ojo) suena como la letra ain
(‫)ע‬, que es numéricamente equivalente a
70, equivalente a la suma de iud (10) veces
zain (7). Iud (‫ )י‬representa la sefirá de Jojmá
(Sabiduría) y zain (‫ )ז‬representa Maljut
(Reinado), que está asociado con la fe.

Cuando la persona refuerza su fe con


la sabiduría, sus ojos se benefician.
Entonces puede percibir la Divinidad en todo
lo que mira y elevar las chispas de santidad
que allí se encuentran (Likutey Moharán I,
94:2). Éste es el significado del presente
versículo. Cuando la persona utiliza sus ojos
de la manera correcta, puede abrir y liberar
las chispas de santidad que están selladas
en la oscuridad y en la impureza y volverlas
santas para Dios.

Grabarás en ella con grabados como de


sello: “Santidad para Dios”
Un JoTaM (‫חתם‬, sello) representa un
pacto que HeJTiM (‫החתים‬, sella) frente al
comportamiento inmoral. Ese sello es una
rectificación para la emisión seminal que
“sella” la carne del hombre (ver Levítico 15:3)
(Likutey Moharán II, 5:6). Así, el Tzitz (Placa
Frontal) ayudaba a traer pensamientos
morales y puros a la mente de la persona.

28:38 “Estará, entonces, sobre


la frente de Aarón, para que
lleve Aarón la iniquidad de las
cosas santas que consagren
los hijos de Israel, en todas sus
santas ofrendas y estará sobre
su frente continuamente, para
que ellos obtengan favor
delante de Dios”.
Estará sobre su frente continuamente,
para que ellos obtengan favor delante de
Dios

La osadía de los filósofos y de los


ateos que sólo reconocen las fuerzas de la
naturaleza y niegan la Providencia de Dios
es llamada Metzaj HaNajash (la Frente de
la Serpiente). Opuesto a ello y representado
por la Placa Frontal del Cohen Gadol, se
encuentra el Metzaj HaRatzón (la Frente de
Favor Divino). Así, la Placa Frontal de oro
es descrita como “obtener favor delante de
Dios”. Ésta contrarresta las falsas creencias
y el ateísmo del Metzaj HaNajash (Likutey
Moharán II, 4:7).

29:35 “Harás con Aarón y con


sus hijos de esta manera,
según todo lo que te he
mandado; por siete días los
consagrarás”.
Por siete días los consagrarás

Estos siete días corresponden a los


Siete Pastores (Abraham, Itzjak, Iaacov,
Moisés, Aarón, Iosef y David) quienes
revelaron la Divinidad en el mundo. Todos
los otros Tzadikim derivan su fuerza de esos
Siete Pastores. Con esos “siete días” -esos
Siete Pastores- es posible consagrar al
pueblo.

Temale iadam (“los consagrarás”)


significa literalmente “llenarás sus manos”.
Esto enseña que la manera principal de
consagrar al pueblo es imbuirlo de fe, pues
“manos” representa la fe, como en el
versículo “Sus manos eran fe” (Éxodo 17:12)
(Likutey Moharán I, 22:3).

Los consagrarás

Temale iadam (“los consagrarás”)


significa literalmente “llenarás sus manos”.
La consagración de Aarón y de sus hijos
para el sacerdocio rectificó el daño de “Él
tomó [las joyas de oro] de sus manos [para
hacer el becerro de oro]” (Éxodo 32:4) (Likutey
Halajot I, p. 186a).

29:38 “Esto es lo que has de


ofrecer sobre el Altar: dos
corderos de año, cada día
continuamente”.
El sacrificio diario y la ofrenda de
incienso
El sacrificio diario era ofrecido en el
Altar que estaba en el patio exterior tanto en
el Tabernáculo como en el Templo. El
ketoret (ofrenda de incienso) era colocado
sobre el Altar de Oro que se encontraba
dentro del área cubierta del Tabernáculo y
del Templo, cerca del Santo de los Santos.
El sacrificio diario siempre precedía a la
ofrenda de incienso.

El Ari escribe que las meditaciones del


sacrificio diario tenían por objeto elevar los
ámbitos inferiores hacia los ámbitos
superiores, mientras que las meditaciones
del ketoret tenían el objetivo de descender
hacia el ámbito de las klipot y elevar de allí
las chispas de santidad. Podríamos
preguntar: Si el ketoret tenía por objetivo
elevar desde el ámbito de la impureza, ¿no
debería haber sido ofrecido primero? Y,
dado que trataba con los ámbitos “externos”
a la santidad, ¿no debería haber sido
colocado sobre el Altar en el patio exterior y
el sacrificio diario ser colocado sobre el Altar
interior?

El motivo para el orden y la ubicación


de los sacrificios puede ser visto en la vida
de la persona que comienza a acercarse a
Dios. Al comienzo la persona puede servir a
Dios en base a su fervor inicial. Sólo más
tarde comenzará a encontrar obstáculos a
su avance. De esta manera, puede primero
establecerse “en el patio” (el sacrificio diario)
y continuar avanzando desde su ámbito
material hacia la santidad. Su próximo paso
será entrar al “santuario interior” (el lugar del
ketoret, que eleva lo impuro), pues ahora
está lista para pensar en sus malas
acciones pasadas y “manejarlas” - i.e.,
rectificar las impurezas que ha producido.
Habiéndose elevado hacia la santidad,
ahora puede encarar los obstáculos que la
confrontan y superarlos (Likutey Halajot VII, p.
178a-30136).

29:39 “Un cordero ofrecerás


por la mañana y el otro cordero
ofrecerás a la caída de la
tarde”.
A la caída de la tarde

Bein haarbaim (“a la caída de la tarde”)


significa literalmente “entre las noches”,
refiriéndose al final del día antes de la caída
de la noche. Conceptualmente, este
término hace referencia a los diferentes
logros de Divinidad entre un nivel y el
siguiente, las devociones de un día frente a
las devociones del día siguiente. La palabra
hebrea erev (noche) también significa
“mezcla” y refleja esta dicotomía - pues es
posible que uno pueda sentir una restricción
antes de experimentar un ascenso (Likutey
Halajot II, p. 414).
29:43 “Porque allí Me reuniré
con los hijos de Israel: y ese
lugar será santificado con Mi
gloria”.

Allí Me reuniré con los hijos de Israel: y


ese lugar será santificado con Mi gloria

MiShKan (‫משכן‬, Tabernáculo) es


similar a MoSheJ (‫מושך‬, atraer). El Tzadik
se compara al Tabernáculo. El Tzadik atrae
a la gente hacia sí para poder enseñarle
cómo servir a Dios. Así como el
Tabernáculo revela la gloria de Dios, lo
mismo hace el Tzadik.

Como fuerza de atracción, el Tzadik se


compara con la fuerza de gravitación de la
tierra. La tierra está asociada con la
humildad. Esto enseña que la persona que
se esfuerza por alcanzar la humildad puede
sentir el poder de atracción del Tzadik, que
también es humilde, y ser llevada al servicio
a Dios (Likutey Moharán I, 70).

Santificado con Mi gloria

“Gloria” es un rasgo santo (Likutey


Moharán I, 67:final). Si la persona recibe honor
en este mundo -en hebreo, “honor” y “gloria”
son llamados con la misma palabra, kavod
(‫)כבוד‬- deberá utilizarlo para revelar la
santidad y la Divinidad. Si lo utiliza para sus
propios fines mundanos, la santidad y la
Divinidad se ocultarán.

Durante la ceremonia de inauguración


del Tabernáculo, Nadav y Avihu, los hijos de
Aarón, fueron más allá de sus deberes y
fallecieron como resultado de ello (ver
Levítico 10:1-2). Esto constituye la
santificación aludida en el presente
versículo, en la medida en que ello
demostró que Dios no ignora las malas
acciones ni siquiera de los grandes Tzadikim
(ver Rashi sobre Levítico 10:3).
30:8 “Y al encender Aarón las lámparas a
la caída de la tarde, lo quemará; será una
ofrenda continua de incienso delante de
Dios, en todas sus generaciones”.

Y al encender Aarón las lámparas a la


caída de la tarde

El ketoret (ofrenda de incienso) era


presentado cuando se encendía la Menorá.
La ofrenda de incienso consistía en once
especias. Diez de esas especias
representaban las Diez Sefirot de santidad y
la onceava (el gálbano, de muy mal olor)
representaba las fuerzas de la impureza. El
KeToRet (‫)קטרת‬, que es similar a KaTaR
(‫קטר‬, “unir” en arameo), era llevado para
unir los niveles más bajos con el ámbito de
la santidad. Así, el ketoret, que une los
cielos con la tierra, connota el bitul (la
autoanulación ante Dios). El encendido de la
Menorá simboliza la iluminación que uno
recibe cuando se anula delante de Dios
(Likutey Halajot II, p. 220-111a).
Parashat Ki Tisá

30:12 “Cuando cuentes las


cabezas del pueblo judío de
acuerdo a su número, cada
hombre dará el rescate de su
vida a Dios, para que la plaga
no estalle entre ellos cuando
los cuentes”.
Cuando cuentes las cabezas del pueblo
judío... cada hombre dará el rescate de
su vida... para que la plaga no estalle
entre ellos cuando los cuentes

Está prohibido hacer el censo (literalmente,


“contar las cabezas”) de los judíos. Toma
medio shekel por persona y cuenta los
shekels (Rashi).

¿Por qué debemos contar a los judíos


con shekels y luego darlos para caridad y
evitar así la plaga que se desata por contar
al pueblo? ¿No sería mejor no contar al
pueblo y evitar el peligro?

Sin embargo, la cuenta tiene un


propósito muy importante. Cada judío sirve
a Dios de acuerdo a sus propias
capacidades y limitaciones. La cuenta
implica un tzimtzum (constricción) del deseo
de Divinidad que arde dentro de cada
persona, para ayudar a cada judío a
controlar sus energías y servir a Dios de
manera mesurada. La cuenta se efectúa a
través del SheKeL (‫)שקל‬, que es similar a
miShKaL (‫משקל‬, balanza) sobre la cual se
pesa y se delimita cuidadosamente cada
ítem. Entonces puede alcanzar la perfección
(Likutey Halajot II, p. 406).

Cuando cuentes las cabezas

Está prohibido hacer el censo (literalmente,


“contar las cabezas”) de los judíos. Toma
medio shekel por persona y cuenta los
shekels (Rashi).

Está prohibido contar a los judíos pues


un censo indica que hay “muchos”, lo que
implica diferencias. Cuando el pueblo no es
contado, reina la unidad. La manera de
“contar” a los judíos es mediante la caridad -
por ejemplo, la donación del medio shekel al
Tabernáculo. Dar caridad eleva a los judíos
hacia el intelecto trascendente, pues en su
raíz, todos están unidos (Likutey Halajot III, p.
197a).

En la unidad hay bendiciones y


verdad; en la multiplicidad se presenta la
mentira y la maldición. La Torá prohíbe
contar a los judíos (lo que enfatiza su
separación) no sea que uno le abra la puerta
a la mentira y a las maldiciones. En su
lugar, Moisés hizo el censo recolectando el
medio shekel de cada judío. Dado que la
caridad une a los ricos con los pobres, ésta
representa la unidad, la bendición y la
verdad (ibid., V, p. 97a).

Cuando cuentes

Ki tisá (“Cuando cuentes”) significa


literalmente “cuando eleves”. Cuando los
judíos daban el medio shekel al Tabernáculo
y al Templo ello producía automáticamente
una interacción entre los judíos (dado que
cada mitad requiere de la otra mitad para
ser un todo). Esa interacción ilumina a cada
persona ayudándola a “ver el camino” hacia
su nivel adecuado y a elevarse hacia allí.
Así, al dar caridad, uno eleva a todos los
judíos hacia los niveles que no podían
alcanzar anteriormente. Es una mitzvá dar
el medio shekel cada año, pues cada año
representa una limitación que debe ser
trascendida (Likutey Halajot IV, p.184a).

Cuando cuentes las cabezas

Ki tisá et rosh (“Cuando cuentes las


cabezas”) significa literalmente “cuando
eleves la cabeza”. La palabra rosh (cabeza)
es singular, haciendo referencia
específicamente a “la cabeza” - i.e., al
Tzadik que es la cabeza y líder del pueblo
judío. Para elevar al verdadero líder de los
judíos es necesario dar caridad (Likutey
Halajot VIII, p. 5b).

La cabeza del pueblo judío

El Tzadik es la “cabeza” del pueblo


judío. La “cabeza” del año es Rosh
HaShaná. Y cada individuo posee su propia
cabeza, su propia mente. Cuando estos tres
se unen -es decir, cuando el judío está para
Rosh HaShaná con el Tzadik- se producen
grandes rectificaciones (Likutey Moharán II,
94).

La cabeza del pueblo judío


Las iniciales de las palabras Rosh Bnei
Israel (“La cabeza de los hijos de Israel”)
conforman la palabra RaBI (‫רבי‬, maestro).
Esto indica que los judíos necesitan de un
maestro calificado que les transmita el
mensaje de Dios.

Las iniciales de las palabras Reshaim


Bajoshej Idamu (“Los malvados son
cortados en la oscuridad) (Samuel I, 2:9)
también conforman la palabra RaBI (Likutey
Moharán I, 111). En este caso, es una
referencia a los indignos que les disputan el
liderazgo de los judíos a los verdaderos
maestros. Esos falsos líderes, que se
denominan “multitud mezclada”, serán
finalmente “cortados”. Y entonces, enseña el
Zohar (III, 297b): “Cuando la multitud
mezclada deje a los judíos, se cumplirá el
versículo ‘Cuenta las cabezas del pueblo
judío’” (citado en Parparaot LeJojmá I, 111).

Cuando cuentes las cabezas del pueblo


judío... Esto es lo que ha de dar todo
aquel que esté incluido entre los
censados: la mitad de un shekel

Dar el medio shekel era un medio para


“contar las cabezas” de Israel (i.e., la “cuenta
de las cabezas” o censo). La Torá utiliza la
palabra rosh (cabeza) para denotar que
cada persona es diferente, con sus propios
límites de entendimiento y de intelecto que
deben ser desarrollados y nutridos. “Medio”
shekel por cabeza indica que cada persona
puede alcanzar un gran conocimiento, pero
nunca debe ir más allá de sus límites
(Likutey Halajot VII, p. 338).

Cuando cuentes las cabezas del pueblo


judío... Esto es lo que ha de dar todo
aquel que esté incluido entre los
censados: la mitad de un shekel

La palabra hebrea lifkod (‫לפקד‬,


contar) también indica una “carencia”, como
en Velo nifkad (‫ולא נפקד‬, “ninguno faltaba”)
(ver Rashi sobre Números 31:49). Contar a
los judíos (i.e., hacer un censo) representa
una “carencia”. Sin embargo, dar el medio
shekel -i.e., caridad- hace avanzar a la
persona hacia un nivel superior, más allá de
aquello de lo cual carece. La caridad
representa un “espíritu de vida”, que le trae
vida y vitalidad a todo aquello que “falta”,
para completarlo y perfeccionarlo (Likutey
Halajot III, p. 272-137a).

Cuando cuentes las cabezas del pueblo


judío... Esto es lo que ha de dar todo
aquel que esté incluido entre los
censados: la mitad de un shekel

SheKeL (‫ )שקל‬proviene de la raíz


liShKoL (‫לשקל‬, sopesar). Uno debe ser
muy cuidadoso y sopesar sus acciones y
aprender cómo “inclinar la balanza” hacia el
lado del mérito. Una forma de hacerlo es
mediante la caridad. Comenzamos con
medio shekel, como si estuviésemos
totalmente equilibrados. Cuando damos ese
medio shekel al Tabernáculo para la compra
de animales requeridos para los sacrificios
comunales, elevamos nuestros
pensamientos animales hacia la santidad e
inclinamos la balanza hacia el lado del
mérito. La Torá hace referencia a este
procedimiento como ki tisá et rosh
(literalmente, “cuando eleves la cabeza”),
pues al dar caridad elevamos nuestros
pensamientos e intenciones hacia un nivel
superior, desde la imaginación hacia el
intelecto.

Cada vez que los judíos eran


contados, daban ese medio shekel. Pues
cada vez era una oportunidad para elevarse
hacia otro nivel (Likutey Halajot IV, p. 426-214a).

Para que la plaga no estalle entre ellos


cuando los cuentes

Dios le ordenó a Moisés no contar


directamente a los judíos, no sea que fueran
atacados por la plaga (Rashi).

Si contar a los judíos era tan peligroso


que podía traer una plaga, ¿por qué
contarlos entonces, aunque se usará el
medio shekel? Sin embargo, el objetivo
principal era aumentar la Casa de Plegarias,
agregando más judíos al campamento
santo. Cuantos más judíos hubiera, más
grande sería la alabanza a Dios. Por ello se
necesitaba la cuenta. Dado que el dinero
era dado para caridad -para el Tabernáculo,
la Casa de Plegarias- se evitaba la plaga
(Likutey Halajot I, p. 52a-104).

Para que la plaga no estalle entre ellos


cuando los cuentes

Todos los daños y los sufrimientos se


producen cuando se hacen “cuentas” y
razonamientos y se entra en discusiones
filosóficas que llevan al ateísmo y a la
negación de Dios. Pero el poder de la
caridad (incluso si “contamos” y damos
monedas) protege de las plagas y del
sufrimiento (Likutey Halajot I, p. 202a).
Para que la plaga no estalle

Dar caridad efectúa el perdón al igual


que el ayuno. El propósito del ayuno es
subyugar y negar la voluntad del cuerpo a
favor de la voluntad del alma. De la misma
manera, los sacrificios comunales -que se
solventaban mediante la caridad dada en la
forma de shekalim- representan la idea de
que la persona que se dejó llevar
equivocadamente por los deseos del cuerpo
debe negar esas tendencias animales
dedicándose ahora a Dios. Así, la caridad
dada para el Tabernáculo y el ayuno tienen
el mismo objetivo (Likutey Halajot IV, p. 8a).
30:13 “Esto es lo que ha de dar
todo aquel que esté incluido
entre los censados: la mitad de
un shekel, conforme al shekel
del santuario. Un shekel es
equivalente a veinte gueraes.
Medio shekel por ofrenda a
Dios”.
(El shekel pesaba veinte guerá,
mientras que el medio shekel pesaba diez
guerá. Ésta era la medida de peso utilizada
para el Tabernáculo, correspondiente a un
poco más de 22 g).
Esto es lo que ha de dar todo aquel

Hubo tres cosas que Moisés encontró difícil


comprender hasta que Dios le mostró sus
imágenes de fuego: la Luna Nueva, la
Menorá y el medio shekel (cf. Bamidbar
Rabah 15:9).

Evidentemente es difícil visualizar el


momento exacto en el cual aparece la Luna
Nueva. La estructura de la Menorá era
también muy elaborada y difícil de
visualizar. Pero, ¿qué era tan difícil con
respecto al medio shekel, una unidad
conocida?

Cada judío debía dar medio shekel


para pagar los sacrificios comunales en el
Tabernáculo y también efectuar el perdón
por el pecado del becerro de oro. Ese
pecado fue un acto de extrema osadía,
cometido en el momento en que los judíos
acababan de salir de Egipto, habiendo sido
testigos de muchos milagros y culminando
en la Revelación en el Sinaí. Debido a la
gran riqueza que habían obtenido al partir,
los judíos se volvieron arrogantes y
pecaron. Moisés no comprendía: Si la
riqueza lleva a la arrogancia y a la osadía,
¿no deberíamos entonces alejarnos
completamente de ella? ¿Cómo puede la
riqueza, la fuerza que nos llevó al pecado,
ser utilizada ahora para caridad y efectuar el
perdón de ese pecado? Dios respondió
mostrándole a Moisés que la riqueza tenía
también un lado positivo: su poder puede
ser canalizado hacia la construcción del
Tabernáculo, para los sacrificios y para
obtener el perdón (Likutey Halajot VII, p. 27a-54-
28 a).

El medio shekel

Por sí mismo, cada judío está


incompleto. Debe unirse con los demás
para aumentar la santidad (Likutey Halajot I, p.
104).

El medio shekel

Incluso esta pequeña cantidad puede


oponerse a Hamán y contrarrestar los
efectos malignos de Amalek (Likutey Halajot I,
p. 104).

El medio shekel

El medio shekel fue la primera


contribución para el Tabernáculo y más
tarde una donación anual para el Templo,
para pagar por los sacrificios comunales. El
llevar los sacrificios era una ocasión de
alegría (ver Deuteronomio 12:12).

Cuando se da caridad con alegría, se


eleva a todos los mundos hacia Keter, el
más elevado de los niveles, que engloba las
Nueve Cámaras de Intelecto Trascendente
a las cuales el hombre no puede acceder
(ver Zohar I, 65a). Las habitaciones y pasajes
del Tabernáculo y del Templo también
corresponden a las Nueve Cámaras de
Intelecto Trascendente. Así, el dar caridad -
el medio shekel- lleva a la persona hacia el
más elevado de los niveles, hacia Keter.

El motivo por el cual es “medio” shekel,


ni más ni menos, es que aunque Keter se
encuentra más allá de nosotros, tenemos
un instinto natural que nos lleva a buscar el
conocimiento más grande. Pero Keter es
realmente inalcanzable. Por lo tanto damos
medio shekel para demostrar que queremos
alcanzar las alturas más grandes pero que
sabemos que se encuentran más allá de
nuestras posibilidades (Likutey Halajot I, p. 412-
207a).

El medio shekel

SheKeL (‫ )שקל‬comparte la misma raíz


que liShKoL (‫לשקל‬, pesar). Uno debe pesar
sus palabras y acciones para actuar de la
manera apropiada en cada situación. Dar
caridad ayuda a que la persona alcance el
balance apropiado (ver Likutey Moharán I, 2:4)
(Likutey Halajot VIII, p. 105a).

El medio shekel

SheKeL (‫ )שקל‬comparte la misma raíz


que miShKaL (‫משקל‬, balanza). El medio
shekel era una forma de caridad dada al
Tabernáculo para pagar por los sacrificios
que efectuaban el perdón del pecado.
Mediante la ofrenda de los sacrificios, el
penitente demostraba que había
abandonado su comportamiento animal y
que ya no aceptaba más esa forma de
vida. Así, dar caridad es similar a equilibrar
una balanza, pues el dador determina cuál
es el camino correcto y cuáles son las
elecciones que inclinarán la balanza en la
dirección meritoria (Likutey Halajot II, p. 238).

El medio shekel

Cada año, antes de Purim, al dar para


caridad medio shekel simbólico en recuerdo
del medio shekel que era dado en los días
del Tabernáculo, atraemos sobre nosotros la
santidad del Tabernáculo (Likutey Halajot II, p.
203a).

Veinte guerá

La palabra GueRá (‫ )גרה‬tiene el


mismo valor numérico que ITZJaK (‫)יצחק‬,
quien representa el juicio. Dar guerá para
caridad anula los juicios (Likutey Halajot I, p.
104).

30:15 “El rico no dará más ni el


pobre dará menos que medio
shekel. Dar esta contribución
para Dios expiará por sus
almas”.
El rico no dará más ni el pobre dará
menos

Los “ricos” no deben pensar que han


alcanzado un gran nivel de conocimiento
Divino y los “pobres” no deben pensar que
carecen de la capacidad para adquirir ese
conocimiento. Cada uno debe contribuir a la
construcción del Tabernáculo, el Templo de
Dios, el intelecto sagrado (Likutey Halajot VII,
p. 172a-344).

El rico no dará más ni el pobre dará


menos que medio shekel
SheKeL (‫ )שקל‬comparte la misma raíz
que miShKaL (‫משקל‬, balanza). Una
balanza tiene pesas en cada lado y debe
estar perfectamente equilibrada en el
centro. Esto simboliza la elección entre la
audacia y la humildad. Los ricos no deben
ser arrogantes y los pobres no deben
sentirse disminuidos por una falsa modestia
pese a sus dificultades en la vida. La
balanza demuestra que la audacia y la falsa
modestia constituyen el mismo defecto
(Likutey Halajot I, p. 90a).

El rico no dará más ni el pobre dará


menos que medio shekel
Al dar caridad la persona incluye su
anhelo ardiente en el sistema
complementario de los que “habitan arriba” y
los que “habitan abajo”. Cuando la persona
da caridad representa al que “habita arriba”,
quien anhela constantemente a Dios pero
ha aprendido a constreñir sus propios logros
y a compartirlos con los menos afortunados.
Al mismo tiempo, hace que los “pobres” (los
que “habitan abajo”) no se sientan ansiosos
ni disminuidos. Más bien, los pobres pueden
fortalecerse como para retornar y comenzar
a servir a Dios nuevamente (Likutey Halajot III,
p. 10).

30:17 Y Dios habló a Moisés,


diciendo.
Y Dios habló a Moisés, diciendo

Al cumplir con las mitzvot el judío


asciende por la escala de la espiritualidad.
Las mitzvot corresponden a los peldaños de
la escalera. Así como cada peldaño lleva al
peldaño siguiente, de la misma manera, la
realización de una mitzvá lleva a otra
mitzvá Como enseñan nuestros Sabios:
“La recompensa por una mitzvá es otra
mitzvá” (Avot 4:2).

Sin embargo, así como la escalera


tiene espacios entre los peldaños, de la
misma manera, debe haber niveles entre
las mitzvot, pues las mitzvot son cruciales
para nuestro crecimiento espiritual. Esos
niveles están aludidos en la frase muy
repetida y aparentemente redundante “Dios
habló a Moisés, diciendo” (ver Likutey Moharán
II, 59). La reiteración de esa frase, que
interrumpe el listado de los mandamientos,
alude a esos niveles que se encuentran
entre una mitzvá y otra.

Parece ser que el Rebe Najmán quiere


decir que la persona debe evaluar su
cumplimiento de las mitzvot -¿Hizo acaso lo
mejor que pudo? ¿Fue sincera? ¿Cuánto
esfuerzo puso en ello? Y así en más-
determinando su capacidad para cumplir
con la próxima mitzvá con un mayor
reconocimiento de Dios.

30:23 “Toma también de las


especias más selectas, de
mirra pura quinientos shekel y
de cinamomo aromático la
mitad de esto, es decir
doscientos cincuenta y de caña
aromática, doscientos
cincuenta”.
Mirra pura

“Mor-dror” (mirra pura) - esto es MiRa DaJIa


(especia pura), que hace referencia a
MoRDeJaI (Julín 139b).

Mordejai el Tzadik despierta con su


amonestación un dulce aroma. Ésta es la
esencia de la ofrenda de incienso (Likutey
Halajot I, p. 98).

Mirra pura

“Mor-dror” (mirra pura) - esto es MiRa DaJIa


(especia pura), que hace referencia a
MoRDeJaI (Julín 139b).

La lista de ingredientes del aceite de la


unción santa comienza con las palabras
besamim RoSh mor-dror (“las especias más
selectas, de mirra pura”), haciendo
referencia a Mordejai, quien es el RoSh
(‫ראש‬, cabeza o líder) de los judíos. A través
de él podemos ungir el Tabernáculo y atraer
la santidad (Likutey Halajot I, p. 102-102a).

Mor-dror

Uno de los ingredientes del aceite de la


unción santa era Mor-Dror (mirra pura), que
estaba libre de impurezas. El Targúm
Onkelos traduce esta frase como MeiRa
DaJIa, que es similar en sonido a
MoRDeJaI, el Tzadik que figura de manera
prominente en la historia de Purim. Aquel
que se une al Tzadik y a sus enseñanzas -
un hombre “libre de impurezas- se libera de
sus cargas materialistas (Likutey Moharán I,
10:8).

30:25 “Y harás de estas cosas


el aceite de la unción santa;
ungüento oloroso compuesto
según el arte del perfumista;
será aceite de la unción santa”.
El aceite de la unción santa

“Aceite” hace referencia al intelecto


(Likutey Moharán I, 4:10). La persona debe
“ungir” su intelecto con santidad. Al atraer la
santidad hacia el intelecto, podrá expandir
continuamente su mente (ibid., I, 54:final).
El aceite de la unción santa

Este aceite, que era utilizado para


ungir todos los utensilios del Tabernáculo al
igual que a los reyes y al Cohen Gadol,
tenía una fragancia fenomenal. El poder de
MaShiaJ (‫משיח‬, literalmente, “el ungido”) es
similar al shemen MiShJat kodesh (“aceite
de la unción santa”), pues mediante su
buena “fragancia”, Mashíaj será capaz de
llevar a todos hacia el servicio a Dios (Likutey
Halajot II, p. 226).

30:34 Dios le dijo además a


Moisés: “Toma estas especias
aromáticas: nataf, shejelet y
gálbano, otras especias e
incienso puro, de cada una
igual peso”.
Toma estas especias aromáticas: nataf,
shejelet y gálbano

El ketoret (ofrenda de incienso) estaba


hecho con once especias, diez de las cuales
poseían un aroma fragante y una, el
gálbano, con muy mal olor. El hecho de que
el gálbano debía ser incluido en el ketoret
nos enseña que debemos incluir también a
los pecadores en nuestras plegarias (Kritut
6b).
Las diez especias aromáticas también
representan las Diez Clases de Canciones
(ver Pesajim 127a), la cima de la alegría. Pero
incluso éstas son consideradas incompletas
a no ser que aprendamos a combinarlas
incluso con una especia de mal olor - i.e.,
unirnos con los pecadores y así elevarlos
hacia Dios. Aquel que sea capaz de hacerlo
merecerá la verdadera plegaria (Likutey
Halajot I, p. 2b).

Toma estas especias aromáticas: nataf,


shejelet y gálbano

Las Diez Clases de Canciones (ver


Pesajim 127a) corresponden a las diez
especias aromáticas. Si uno experimenta
momentos de tristeza o de depresión
(simbolizados por el gálbano), deberá
tomarlos y llevarlos hacia la alegría,
transformando entonces la depresión en
júbilo. Esto también explica por qué el
ketoret (ofrenda de incienso) efectuaba el
perdón por haber calumniado. La naturaleza
de la calumnia es separar a la gente. Al
juntar diferentes clases de especias el
ketoret demuestra cómo podemos subsanar
la disensión y aumentar la unidad entre la
gente (Likutey Halajot I, p. 312).

30:35 “Y harás de esto incienso


según el arte del perfumista,
bien mezclado, puro y santo”.
Incienso

El aceite y el incienso alegran el corazón


(Proverbios 27:9).

La alegría es lo opuesto de la
depresión, que está asociada con la codicia.
Así, un importante aspecto de la ofrenda de
incienso es su anulación de la codicia
(Likutey Halajot I, p. 177a).

31:2 “Mira, yo he elegido a


Betzalel, el hijo de Urí, hijo de
Jur, de la tribu de Iehudá”.
Betzalel

Betzalel sabía cómo unir las letras que


fueron usadas para crear el mundo (Berajot
55a).

La sabiduría está imbuída en todas las


cosas creadas. La persona conocedora
puede tomar de esa sabiduría y utilizarla
para construir nuevos utensilios. La principal
sabiduría que puede encontrarse en las
cosas son las letras que conforman su
nombre. Betzalel, que obtuvo el
conocimiento de la combinación de las
letras de cada cosa creada fue capaz por lo
tanto de construir el Tabernáculo y sus
utensilios.
Es interesante notar que las letras
representan las letras de nuestras plegarias,
pues con nuestras plegarias también
nosotros construimos la Casa de Dios,
como en: “Pues Mi Casa será llamada una
Casa de Plegaria para todas las naciones”
(Isaías 56:7). El miShKaN (‫משכן‬,
Tabernáculo) se construye por cada ShaJeN
(‫שכן‬, vecino) que se une a las plegarias
comunales; su presencia suma y construye
una “Casa de Dios” aún más grande (Likutey
Halajot VII, p. 310-156a).

31:3 “Y yo lo he llenado del


espíritu de Dios, con sabiduría,
comprensión y entendimiento y
con toda clase de obra”.
Y yo lo he llenado del espíritu de Dios

Aquel que se esfuerce por alcanzar


una conciencia expandida podrá lograr un
espíritu Divino - i.e., rúaj hakodesh
(inspiración Divina) (Likutey Moharán II, 72).

Con sabiduría, comprensión y


entendimiento y con toda clase de obra

Existen cuatro clases de conciencia,


aludidas en este versículo: “sabiduría”,
“comprensión”, “entendimiento” y “toda clase
de obra” (Likutey Moharán II, 67). En su raíz
espiritual, esas cuatro clases de conciencia
son la fuente de los cuatro elementos: el
fuego, el aire, el agua y la tierra. Esos
cuatro elementos también tienen una raíz
espiritual y al descender conforman toda la
materia física. Betzalel debía poseer los
cuatro tipos de conciencia para comprender
los cuatro elementos en su raíz y construir
un Tabernáculo que debía funcionar como
un conducto a través del cual se revelaría
Dios.

Las cuatro clases de conciencia son un


paralelo de los cuatro pasajes de la Torá que
están escritos sobre pergamino y colocados
en los tefilín. Así como Dios “llenó” el
Tabernáculo con una manifestación de las
cuatro clases de conciencia, de la misma
manera, los pergaminos llenan los
receptáculos de los tefilín (cf. Likutey Moharán
II, 67). Así, llevar los tefilín tiene un efecto
análogo al de la construcción del
Tabernáculo.

31:6 “Y he aquí que he


designado juntamente con él a
Oholiav hijo de Ajisamaj, de la
tribu de Dan; y en el corazón de
todos los hombres sabios he
puesto sabiduría, para que
hagan todo lo que te he
ordenado hacer”.
Y en el corazón de todos los hombres
sabios he puesto sabiduría

Dios pone sabiduría dentro de la


“comprensión” del corazón. Aunque la
mente -que corresponde a la sefirá de
Jojmá (Sabiduría)- contiene toda la
información que la persona necesita, esa
información debe ser procesada a través del
corazón - que corresponde a la sefirá de
Biná (Comprensión). Cuando el corazón le
da la forma apropiada al intelecto,
expresándolo en la forma de buenos
pensamientos, de buenas palabras y
acciones, el intelecto puede dar un fruto
apropiado (Likutey Moharán I, 49:1).
31:13 “Y tú hablarás a los hijos
de Israel, diciendo: ‘Deberán
observar Mis Shabatot, porque
esto es una señal entre Mí y
ustedes, en todas sus
generaciones, para que sepan
que Yo soy Dios, Quien los
santifico’”.

Deberán observar Mis Shabatot

La santidad del Shabat sólo es traída


al mundo a través de la nación judía. Esto
puede verse muy claramente en la halajá
que indica que el judío puede desacralizar el
Shabat para salvar la vida de alguien.
Afirman los Sabios: “Es mejor desacralizar
un Shabat para que la persona pueda
observar muchos [otros] Shabatot” (Ioma
85b). Así, nuestros Sabios enseñan que los
judíos son la pareja del Shabat (Bereshit
Rabah 11:8), porque sólo un judío puede
revelar la santidad del Shabat (Likutey Halajot
III, p. 38a).

Shabat... el becerro de oro

La Torá yuxtapone la mención del


Shabat con el relato del becerro de oro. En
mérito al Shabat, siempre hay esperanzas.
Aunque la persona cometa el peor pecado -
aunque sirva a la idolatría- puede
arrepentirse y ser perdonada (Likutey Halajot
III, p. 38a).

31:16 “Observará el pueblo


judío el Shabat, guardándolo
en todas sus generaciones, por
pacto eterno”.
Observará el pueblo judío el Shabat

Las iniciales de las palabras Bnei Israel


Et HaShabat (“El pueblo judío el Shabat”)
conforman la palabra BIAH (‫)ביאה‬, que
connota la unión marital. Esto indica la
conexión entre el Shabat y el cuidado del
pacto de la pureza sexual.

Aquel que observa el Shabat alcanza


un nivel de conexión con Dios llamado
“unificación superior”, que implica la
revelación de la santidad del Shabat y del
cuidado del pacto (Likutey Moharán I, 11:7).

Observará el pueblo judío el Shabat... en


todas sus generaciones

LeDoRotam (‫לדרתם‬, “en todas sus


generaciones”) alude a DiRá (‫דירה‬, habitar
u hogar). Uno debe esforzarse por llevar el
Shabat a su hogar para que incluso su
ámbito físico sienta la atmósfera del Shabat
(Likutey Moharán II, 67).

Un pacto eterno

El Shabat es un pacto entre Dios y Su


pueblo. Así, observar el Shabat corresponde
a cuidar el pacto de la pureza sexual (Likutey
Moharán I, 31:3).

Un pacto eterno

OLaM (‫עולם‬, eterno) es similar a


ALaM (‫עלם‬, oculto). La energía de las cinco
sefirot superiores de Zeir Anpin desciende
hacia la sexta y última sefirá, Iesod (que
corresponde al pacto) y termina
descansando dentro de la sefirá más baja,
Maljut (que es un paralelo del Shabat).
Dado que el Shabat recibe su energía de
Iesod, del pacto, también el Shabat es
llamado un pacto (ver Likutey Moharán I, 63:1).

31:17 “Es una señal entre Mí y


los hijos de Israel por siempre.
Pues en Seis Días, Dios hizo
los Cielos y la tierra y en el
Séptimo Día, cesó de trabajar y
descansó”.
Pues en Seis Días, Dios hizo los Cielos
y la tierra y en el Séptimo Día, cesó de
trabajar y descansó

Ki sheshet iamim asá IHVH (“Pues en


Seis Días Dios hizo”) también puede leerse
como “Pues Dios hizo Seis Días” - i.e., Él
creó el tiempo. Esos Seis Días, que
incluyen la creación del tiempo, rodean de
manera concéntrica el punto central y focal
de la Creación, que es el Shabat. Cada día
que está más cerca del Shabat en el tiempo
también está más cerca del Shabat en un
nivel espiritual. Así, la vida animal fue
creada antes y los seres humanos después
(Likutey Moharán II, 39).

Descansó

La palabra VaINaFaSh (‫וינפש‬, Descansó)


puede dividirse en dos palabras, VaI NaFaSh
(‫וי נפש‬, “¡Ay! ¡Ha partido!”). Esto hace
referencia al alma adicional que el judío
recibe al comienzo del Shabat y que parte al
final del Shabat (Beitzá 16a).

Dado que sabemos que el alma


deberá partir después del Shabat,
comenzamos a lamentar su pérdida desde
el comienzo mismo del Shabat. Este anhelo
del alma adicional del Shabat es lo que de
hecho la trae a la existencia (Likutey Moharán
I, 31:10).

Más ampliamente, el alma de la


persona suspira, “¡Ay!” en su anhelo de
unirse a Dios. Ese anhelo mismo hace que
se materialice la conexión con Dios.
Descansó

La palabra VaINaFaSh (‫וינפש‬, Descansó)


puede dividirse en dos palabras, VaI NaFaSh
(‫וי נפש‬, “¡Ay! ¡Ha partido!”). Esto hace
referencia al alma adicional que el judío
recibe al comienzo del Shabat y que parte al
final del Shabat (Beitzá 16a).

Cuando la persona es consciente de la


grandeza del alma adicional del Shabat,
puede percibir por adelantado cómo es que
partirá después del Shabat.

Más generalmente, cuando uno es


consciente de tener una posesión valiosa
que pronto deberá dejar, se lamenta por su
próxima pérdida (ver Likutey Moharán I, 126).
Esto nos enseña la importancia de apreciar
lo que tenemos y de aprovechar al máximo
los beneficios de nuestra fortaleza y bienes.

De manera similar, los discípulos del


rabí Shimón bar Iojai, autor del Zohar,
solían exclamar, “¡Ay de la generación
cuando usted fallezca!”. El rabí Shimón
aprovechaba esa oportunidad para
revelarles nuevos misterios de Torá (ver
Zohar I, 83b; I, 92b; II, 86b; et al.).

En el Séptimo Día, cesó de trabajar y


descansó

El Tzadik “pone su alma” en el Shabat.


El Rebe Najmán combina los dos versículos
que hablan de Dios descansando en el
Shabat: “Ki vo shavat - Pues en él cesó”
(Génesis 2:3) y “Shavat vainafash - Él cesó y
descansó” (Éxodo 3:17) - en una sola frase:
“Ki vo shavat vainafash - Pues en él, Él
cesó y descansó”. Esa frase puede también
leerse como haciendo referencia al Tzadik:
“Pues en él, él descansó su alma”.

Debido a que el Tzadik engloba su


alma en el Shabat, alcanza la “doble
porción” del Shabat y puede entonces
compartir sus enseñanzas con los demás
(Likutey Moharán I, 58:6).
31:18 “Y le dio a Moisés, al
acabar de hablar con él en el
monte Sinaí, las dos Tablas del
Testimonio, tablas de piedra
escritas con el dedo de Dios.
Las Tablas

Las Tablas medían seis palmos de largo por


seis palmos de ancho (Bava Batra 14a).

Las Tablas corresponden a la letra vav


(‫)ו‬, que tiene el valor numérico de 6 y cuya
forma se asemeja a una vara. La Torá que
uno estudia es como una vara que es
posible utilizar para golpear a la mala
inclinación y eliminarla (Likutey Moharán I, 1:7).

El número 6 corresponde a Iesod, la


sexta de las siete sefirot inferiores, que
representa el pacto (ibid., I, 34:6). Cuidar el
pacto le permite a la persona alcanzar la
Torá y estudiar la Torá le permite cuidar el
pacto.

Las Tablas

No sólo estaban las Tablas inscritas por


ambos lados (Éxodo 32:15), sino que el
grabado atravesaba toda la piedra de un
lado al otro. Siendo así, nuestros Sabios nos
dicen que la mem sofit (la letra mem tal cual
aparece al final de la palabra: ‫ )ם‬y la letra
samaj (‫)ס‬, que son ambas cilíndricas en
forma, se mantenían milagrosamente en su
lugar” (Shabat 104a).

El valor numérico combinado de la


letra mem (40) y de la letra samaj (60) es
igual a 100, un número sobre el cual tiene
dominio SaMael (‫מאל‬-‫)ס‬, el Ángel de la
Muerte y del Olvido (cuyo nombre
comienza con una Samaj y una Mem). Para
superar a ese ángel la persona debe repasar
sus estudios 101 veces (ver Jaguigá 9b).
Entonces alcanzará una memoria firme.
Una buena memoria está asociada con la
conciencia expandida que trasciende este
mundo - por lo tanto está asociada con el
ámbito de los milagros.

También la plegaria corresponde a los


milagros, dado que la plegaria puede
producir un cambio en la naturaleza. Así, la
plegaria, al llevar a la persona hacia un
estado trascendente de conciencia, es
beneficiosa para la memoria.

Esto puede verse como el significado


profundo de la afirmación de que la mem y
la samaj “se mantenían milagrosamente en
su lugar”. “Se mantenían” (“estaban de pie”
en hebreo) hace referencia a la plegaria,
pues la persona se pone de pie para orar.
Cuando uno ora, alcanza los milagros y
como tal logra los atributos relacionados con
una memoria firme y con el hecho de
superar a la mem y a la samaj asociadas
con SaMael (Likutey Moharán I, 7:7).
Las Tablas

No sólo estaban las Tablas inscritas por


ambos lados (Éxodo 32:15), sino que el
grabado atravesaba toda la piedra de un
lado al otro. Siendo así, nuestros Sabios nos
dicen que la mem sofit (la letra mem tal cual
aparece al final de la palabra: ‫ )ם‬y la letra
samaj (‫)ס‬, que son ambas cilíndricas en
forma, se mantenían milagrosamente en su
lugar” (Shabat 104a).

El Zohar (I, 5b) describe a la mem


como “rodeada” por la samaj. La mem
representa la sefirá de Biná, que es un nivel
oculto de santidad y la samaj representa la
sefirá de Maljut, que es un nivel revelado de
santidad. Ambas sefirot hacen referencia
(en diferentes niveles) al Shabat.

La Torá utiliza la palabra OT (‫אות‬,


señal) para referirse tanto a un milagro
(Éxodo 4:30) como al Shabat (cf. Éxodo
31:17: “OT hi leolam - Ella [i.e., el Shabat]
es una señal... por siempre”). Así, la
enseñanza de los Sabios de que la mem y
la samaj “se mantenían milagrosamente en
su lugar” puede comprenderse significando
que tanto los niveles elevados y ocultos que
sustentan a los niveles inferiores y
revelados como estos últimos, todos
dependen de nuestra observancia del
Shabat (Likutey Moharán I, 59:4).
Escritas con el dedo de Dios

La Torá es el “dedo de Dios” (Likutey


Moharán I, 65:final). La iluminación que la
persona recibe de Dios proviene de la Torá.

32:1 Pero como el pueblo vio


que Moisés tardaba mucho en
bajar del monte, se reunió el
pueblo alrededor de Aarón y le
dijo: “Levántate y haznos un
dios que vaya delante de
nosotros; que en cuanto a este
Moisés, el hombre que nos
hizo subir de la tierra de
Egipto, no sabemos qué le ha
sucedido”.
Moisés tardaba mucho

Moisés ascendió al monte Sinaí en el día 17


del mes de Sivan y descendió cuarenta días
después, el 17 de Tamuz (Rashi).

TaMuZ (‫ )תמז‬es un acrónimo para


Zeman Matán Torateinu (“La Época de la
Entrega de nuestra Torá”) (liturgia de Shavuot).
Sin embargo la letra vav (‫)ו‬, que tiene el
valor numérico de 6, está ausente en la
palabra TaMUZ (‫)תמוז‬. Ello se debe a que
las Tablas de la Torá, que tenían seis
palmos de largo por seis palmos de ancho,
habían sido quebradas en ese momento
(Likutey Moharán I, 207).

Moisés tardaba mucho

BoSheSh (‫בשש‬, “tardaba mucho”) puede


leerse, Bo SheSh (‫בא שש‬, “ha llegado la
sexta [hora]”) (Rashi).

El daño fundamental del becerro de


oro fue haber malinterpretado las
intenciones de Moisés. Moisés dijo que
volvería en cierto día y a cierta hora.
Cuando ese momento llegó y no apareció,
el pueblo malinterpretó sus palabras (con
respecto al día en que debía volver). Su
daño también está relacionado con el daño
a la Ley Oral. Lo que Moisés les dijo a ellos
era que volvería en la sexta hora; ellos
erraron al no pedirle detalles sobre esa hora.
Eso los llevó a hacer el becerro de oro. De
aquí podemos comprender la importancia
de interpretar apropiadamente las palabras
de nuestros Sabios, pues un error puede
llevar a la idolatría (Likutey Halajot VII, p. 31a-
62).

Moisés tardaba mucho

BoSheSh (‫בשש‬, “tardaba mucho”) puede


leerse, Bo SheSh (‫בא שש‬, “ha llegado la
sexta [hora]”) (Rashi).

La sexta hora es el mediodía, el


comienzo del momento para Minjá, la
Plegaria de la Tarde. Específicamente, fue
en ese momento que hicieron el becerro de
oro. Minjá es el momento de los juicios y
del intelecto restringido. En ese momento
del día, en lugar de caer en la fe, el pueblo
cayó en el ateísmo y la idolatría (Likutey
Halajot II, p. 190a).

Moisés tardaba mucho

BoSheSh (‫בשש‬, “tardaba mucho”) puede


leerse, Bo SheSh (‫בא שש‬, “ha llegado la
sexta [hora]”) (Rashi).

Al equivocarse en los cálculos del retorno de


Moisés por un día, la multitud mezclada se
alarmó al llegar la sexta hora del día
dieciséis de Tamuz, lo que llevó al pecado
del becerro de oro (Zohar II, 191a).

La sexta hora también hace referencia


al jametz, que se vuelve prohibido después
de la sexta hora en la víspera de Pesaj. La
multitud mezclada simboliza el jametz, tal
como vemos en otra instancia: “También
subió con ellos una multitud mezclada... De
la masa que habían sacado de Egipto
cocieron matzá, pero no jametz” (Éxodo
12:38-39) (Likutey Halajot I, p. 123a). (A partir de
las Escrituras vemos que el jametz está
asociado con Egipto, de donde provino la
multitud mezclada. Los judíos que no
estaban unidos a Egipto hornearon matzá).

Moisés tardaba mucho


El becerro de oro fue hecho a la tarde,
en el tiempo de Minjá - el momento de los
juicios y del intelecto restringido. Fue idea de
Moisés acercar a la multitud mezclada, con
la esperanza de traer prosélitos al servicio a
Dios. Sin embargo, no lo consultó con Dios,
lo que produjo el resultado opuesto: la
multitud mezclada fue incapaz de restringir
su mente y pensamientos. Debido a que no
pudieron contener la poderosa luz de Dios
que se les reveló en el Sinaí, utilizaron esa
luz para hacer el becerro de oro (Likutey
Halajot II, p. 406).

Moisés tardaba mucho

La Serpiente cohabitó con Eva,


envenenándola a ella y a su simiente. En el
Sinaí, cesó el veneno de la Serpiente
(Shabat 146a).

En el Sinaí los judíos merecieron un


espíritu santo. Ya habían sido testigos de
muchos milagros -las Diez Plagas, la
Abertura del Mar- y habían merecido la
Revelación y la Entrega de la Torá. ¿Cómo
es posible que después de ser testigos de
esos milagros hiciesen el becerro de oro y lo
adorasen como a un dios? Más aún, si esa
generación de judíos conscientes
espiritualmente pudo hacer el becerro de oro
después de recibir la Torá, ¿cómo es posible
que la Torá pueda influenciar sobre los
deseos y las motivaciones de generaciones
inferiores?
Dios no creó el mundo para los
ángeles sino para los seres humanos, para
darle al hombre un ámbito en el cual ejercer
su libertad de elección. En oposición al
hombre se encuentran las fuerzas del mal,
que continuamente buscan maneras de
alejar a las personas de Dios. El medio
principal que utilizan para hacer que la
persona no reconozca a Dios es ocultarle a
los Tzadikim que pueden enseñarle sobre
Dios. Es por eso que vemos que la gente
hizo el becerro de oro porque “Moisés tardó
mucho... no sabemos qué le ha sucedido”.
Cuando el Tzadik está oculto, Dios está
oculto (Likutey Halajot II, p. 122a).
Lo mismo se aplica a cada generación,
como dice el versículo: “Ve... a los jueces de
ese tiempo” (Deuteronomio 17:9; ver Rashi).
Cada Tzadik en su tiempo es comparado
con Moisés. Hoy en día, el hecho de que
los judíos ya han recibido la Torá les da el
mérito y la capacidad de encontrar al Tzadik
en cada generación, aquel que puede
acercarlos a Dios. Así, está escrito, “Ellos
también creerán en ti, por siempre” (Éxodo
19:9). En cada generación ellos merecerán
tener fe y creer en el Tzadik (Likutey Halajot II,
p. 244-123a).

Moisés tardó mucho... no sabemos qué


le ha sucedido
La falta de fe en Moisés fue lo que
llevó a la gente a pecar y hacer el becerro
de oro. Sólo unos días antes, el pueblo
había sido testigo de la Revelación de Dios
y Moisés había recibido la Torá para ellos.
Pero tan pronto como Moisés “desapareció”
de su vista fabricaron un ídolo (Likutey Halajot
IV, p. 220-111a).

Haznos un dios que vaya delante de


nosotros

Los judíos se equivocaron al pensar


que necesitaban un intermediario entre ellos
y Dios. Ellos recibieron el maná
directamente del Cielo; su agua provenía de
una roca que los acompañó durante sus
marchas; las Nubes de Gloria limpiaban sus
ropas; y más aún, alcanzaron una abierta
revelación de Dios. Pero aun así,
equivocadamente siguieron pensando que
necesitaban un intermediario - y ahora que
Moisés no había retornado de la montaña,
buscaron un dios, una “autoridad”.

De manera similar, algunas personas


creen que Dios debe trabajar a través de
medios naturales. Piensan que la persona
enferma sólo puede ser curada mediante
los medicamentos y que sólo es posible
ganarse el sustento a través de medios
naturales. Nada de esto es realmente
necesario. Si Dios lo desea, Él puede curar
y otorgar el sustento incluso sin esos
intermediarios. No debemos ver esos
medios como inherentemente importantes,
sino orar directamente a Dios para que
cubra nuestras necesidades (Likutey Moharán
I, 62:6).

Dijo el Rebe Najmán, “Si en definitiva y


cuando todo parezca perdido, irás a abrir el
Arca Sagrada y pedirás por la persona
enferma, ¡¿por qué no ir allí desde el
comienzo, antes de buscar un médico?!”
(tradición oral; ver Sabiduría y Enseñanzas del
Rabí Najmán de Breslov #50).

Haznos un dios que vaya delante de


nosotros

Cada nación necesita líderes. La


multitud mezclada se presentó como un
pueblo compasivo que sólo buscaba el bien
de la nación: “Necesitamos un líder que
vaya delante de nosotros”. Ese tipo de
duplicidad se produce en cada generación,
pues siempre hay personas como aquellas
de la multitud mezclada que tienen sus
propios intereses pero que se presentan
como preocupados guardianes del pueblo
(Likutey Halajot I, p. 220a).

Los hijos de Bilaam eran líderes de la


multitud mezclada, introduciendo en la
nación judía la idea de oponerse a sus
verdaderos líderes (ibid., I, p. 294).

Haznos un dios que vaya delante de


nosotros; que en cuanto a este Moisés,
el hombre que nos hizo subir de la tierra
de Egipto, no sabemos qué le ha
sucedido

Los judíos acababan de recibir la Torá


de Dios Mismo y habían alcanzado
colectivamente el nivel del rúaj hakodesh
(inspiración Divina). ¿Cómo fue posible que
cayeran tan rápidamente en la idolatría?

El error de los judíos yacía en pensar


que Moisés se había ido. Aprendemos de
este episodio que uno no debe ser nunca
laxo en su vigilancia espiritual. Sea cual
fuere el nivel que hayamos alcanzado,
debemos continuamente aspirar por niveles
superiores. Esos niveles se revelan a través
del Tzadik, quien ha atravesado nuestro
nivel tiempo atrás. Al buscar continuamente
la influencia del Tzadik y sus enseñanzas, el
nivel de inspiración Divina que él ha
alcanzado, no nos equivocaremos ni
pensaremos que ya “lo hemos logrado”.
Pues siempre buscaremos alturas mayores.
Pero si nos volvemos flojos y no buscamos
al Tzadik ni a su guía, podemos caer en la
depresión. Podemos incluso llegar a hacer
un becerro de oro, pese a los tremendos
logros espirituales que podamos haber
alcanzado previamente (Likutey Halajot VII, p.
214a).

En cuanto a este Moisés, el hombre que


nos hizo subir de la tierra de Egipto, no
sabemos qué le ha sucedido

El daño fundamental del becerro de


oro puede rastrearse en el hecho de la
multitud mezclada alejándose del liderazgo
de Moisés: “A este Moisés... no sabemos
qué le ha sucedido”. Si se hubiesen
mantenido firmes en su fe en Moisés, le
habrían pedido a Aarón, a Jur y/o a Ioshúa
que les enseñase cómo continuar en el
sendero que Moisés había revelado. En su
lugar, rechazaron al Tzadik. Esto llevó en
definitiva a la idolatría (Likutey Halajot VIII, p.
243a).

Vemos que el poder de la multitud


mezclada yacía en su capacidad de
despertar preguntas y dudas sobre los
verdaderos Tzadikim, los verdaderos líderes
(Likutey Halajot I, p. 248). Una vez que se
presentan esas dudas, aunque sean
reconocidas como frívolas, el daño causado
puede penetrar en la mente de la persona y
llevarla por el camino equivocado, incluso a
la idolatría.

En cuanto a este Moisés, el hombre que


nos hizo subir de la tierra de Egipto, no
sabemos qué le ha sucedido

La multitud mezclada quería


desesperadamente un líder a quien seguir.
Habían tenido a Moisés, pero ahora
pensaban que Moisés se había ido. Así,
optaron por la idolatría.

El daño del becerro de oro fue el


mismo que se produce por la negligencia en
recitar la bendición sobre la Torá. Aquellos
que no ven a la Torá como un regalo Divino
la consideran como un grupo de leyes y de
reglas para vivir. Nunca serán capaces de
experimentar la luz de Dios que se
encuentra dentro de la Torá. Cuando sus
sentimientos por la Torá disminuyen o se
apagan, optan por otra clase de “liderazgo”.
No son capaces de centrarse en el objetivo
final. Debemos asegurarnos de recitar las
bendiciones sobre la Torá cada día, con una
renovada vitalidad, para reconocer el regalo
Divino que Dios nos ha dado (Likutey Halajot I,
p. 390).

32:7 Dios le dijo a Moisés,


“Desciende, pues tu pueblo a
quien has tomado de la tierra
de Egipto se ha corrompido”.
Dios elevó a Moisés a un alto nivel espiritual
debido al pueblo judío. Dado que ahora ellos
habían descendido de su nivel también él
tenía que “descender” espiritualmente
(Rashi).

La capacidad del Tzadik para alcanzar


grandes niveles espirituales e ideas de Torá
depende del pueblo (Likutey Moharán I, 49:7).

Desciende

Moisés habría hecho cualquier cosa


para cumplir con la Voluntad de Dios.
Aceptó a los miembros de la multitud
mezclada como conversos antes del Éxodo
de Egipto, para acercarlos a Dios. Sin
embargo, el Éxodo se llevó a cabo muy
rápido (Éxodo 12:39; Deuteronomio 16:3) y lo
mismo sucedió con la inclusión de la
multitud mezclada. Moisés los acercó antes
de que el tiempo estuviese maduro para
que se uniesen a la nación judía. Esto dio
como resultado el becerro de oro.
Por lo tanto Dios le dijo a Moisés,
“¡Desciende!”. Desciende de tu nivel. Tú
eres responsable del becerro de oro porque
tomaste la multitud mezclada. Los judíos
irán al exilio, pero finalmente, todo será
corregido. El largo exilio permitirá que con el
tiempo cada alma y cada chispa de
santidad pueda ascender a su lugar
adecuado, en el momento adecuado (Likutey
Halajot II, p. 51a).

Desciende, pues tu pueblo... se ha


corrompido

“Tu pueblo” - la multitud mezclada que


sacaste contigo de Egipto (Rashi).

No es fácil llegar a los demás y


acercarlos a Dios. Algunas personas
guardan demasiado mal en ellas y si se las
acerca, ese mal puede hacer pecar a otros.
En verdad, Moisés se equivocó en su
misión de llevar a la multitud mezclada,
pues en lugar de acercarse a Dios,
construyeron un becerro de oro para la
idolatría. También nosotros debemos tener
cuidado y fijarnos con quién hablamos, qué
decimos y qué hacemos por los demás.
Pues si la persona que tratamos de ayudar
no está lista para acercarse a Dios, puede
ser dañada por nuestros esfuerzos y
alejarse de Dios, pese a nuestras buenas
intenciones (Likutey Halajot V, p. 208).

La multitud mezclada
La Erev Rav (‫ערב רב‬, multitud
mezclada) fue llamada así debido a su
tendencia a AReV (‫ערב‬, mezclar) su
conocimiento y proponer hechos falsos
(Likutey Halajot VII, p. 338).

Desciende, pues tu pueblo... se ha


corrompido

Algunas personas son tan malvadas


que su influencia daña a la gente temerosa
de Dios, por lo que está prohibido intentar
acercarlas a Dios. Éste fue el caso con la
multitud mezclada a quien Moisés acercó
sin primero pedir permiso a Dios. A lo largo
de la estadía de los judíos en el desierto, la
multitud mezclada puso en peligro
continuamente el desarrollo espiritual de los
hijos de Israel (Likutey Moharán I, 59:6).

El rabí Natán agrega que aunque no


debemos acercar a esas personas, ellas
pueden tener éxito al acercarse por sí
mismas a Dios, por su propia iniciativa
(Likutey Halajot, Taaruvot 5:3).

32:8 “Se han apartado


rápidamente del camino que Yo
les había prescrito: se han
hecho un becerro fundido y se
han postrado ante él, y le han
ofrecido sacrificios y han
dicho: “¡Estos son tus dioses,
Israel, que te han hecho subir
de la tierra de Egipto!”.
Se han apartado rápidamente del camino

El hecho mismo de que la persona


deja la senda de la Torá es en sí mismo una
señal de idolatría (Likutey Moharán I, 16; ibid., II,
62). Ellos “se apartaron del camino” porque
fueron tentados por la idolatría del oro - i.e.,
por la codicia. Cuando la persona se vuelve
codiciosa automáticamente deja el sendero
de la rectitud (ibid., I, 23:final).
32:10 “Ahora déjame Solo para
que se encienda Mi ira contra
ellos y los consuma; y Yo haré
de ti una nación grande”.
Ahora déjame Solo... los consuma...
Moisés suplicó... Bórrame

Cuando Moisés oyó a Dios decir, “Ahora


déjame Solo”, comprendió que no debía
dejar a Dios solo, sino que debía orar por la
salvación de los judíos (Rashi).

Antes de la entrega de la Torá, la


humanidad se mantuvo gracias a la Torá
Oculta, un nivel superior de bondad que
puede sustentar al mundo pese a la
existencia de terribles pecados. Desde la
Revelación en el Sinaí, es la Torá Revelada,
con su sistema de recompensa y castigo, la
que sustenta al mundo. Por lo tanto,
cuando los judíos hicieron el becerro de oro,
la ley de la Torá demandaba el castigo.
Moisés intercedió inmediatamente orando a
Dios por el perdón, dado que el Tzadik
puede acceder y revelar la Torá Oculta que
sustenta incluso a los pecadores.

Moisés agregó a su pedido por el


pueblo judío: “Si Tú no los perdonas,
bórrame” (Éxodo 32:32). Significando: Si Tú
no consideras adecuado perdonar a los
judíos a través mío, entonces no soy digno
de revelar Tus niveles ocultos de Torá que
los sustenta incluso después haber pecado.
¡Si Tú me “borras”, Te verás forzado a
sustentarlos Tú Mismo, como lo has hecho
hasta ahora! (Likutey Halajot V, p. 72a).

Yo haré de ti una nación grande

Moisés, quien era totalmente humilde,


nunca pensó en sí mismo. Cuando Dios le
ofreció hacer de él una gran nación, Moisés
trabajó para obtener el perdón para los
pecados de los judíos y no fuesen
destruidos (Likutey Moharán II, 7:2).

32:11 Moisés suplicó delante


de Dios, su Señor diciendo:
“¿Por qué, oh Dios, ha de
encenderse Tu ira contra Tu
pueblo, que Tú sacaste de la
tierra de Egipto con gran
fortaleza y con mano
poderosa?”.

Moisés suplicó

VaieJaL (‫ויחל‬, suplicó) es similar al


JaLá (‫חלה‬, activado). Mediante la plegaria
apropiada, uno activa los méritos de los
patriarcas, que protegen a los judíos y
exaltan la santidad de la Tierra Santa
(Likutey Moharán I, 55:8).

Moisés suplicó

Debido a que los judíos pecaron con la


idolatría, Dios quiso destruirlos. Moisés le
oró a Dios y de esa manera transformó la
ira de Dios en Favor Divino.

En términos del valor numérico,


Moisés se encuentra entre la destrucción y
el Favor Divino. La palabra hebrea ShMaD
(‫שמד‬, destrucción) tiene el valor numérico
de 344; el nombre MoSheH (‫משה‬, Moisés)
tiene el valor de 345; y la palabra RaTzóN
(‫רצון‬, Favor Divino) tiene el valor de 346
(Likutey Moharán I, 215).
También nosotros podemos
transformar la destrucción en Favor Divino
cuando nos despojamos de nuestro mal y
de los deseos idólatras. Esto sirve para
neutralizar la idolatría, acercar a la gente
hacia Dios y hacer prosélitos (Likutey Moharán
I, 215).

Por qué, oh Dios, ha de encenderse Tu


ira contra Tu pueblo... Este pueblo
cometió un serio pecado

Al orarle a Dios por los demás, el


Tzadik minimiza la gravedad de sus
pecados. Sin embargo al amonestar a los
demás el Tzadik explicita la gravedad de
sus malas acciones (Likutey Moharán I, 22:1).

Por qué, oh Dios, ha de encenderse Tu


ira contra Tu pueblo... Yo pasaré Todo mi
bien delante de ti

El Rebe Najmán enseña que es


necesario buscar el bien en cada persona,
incluso en el pecador más grande. Al
encontrar incluso un mínimo de bien, uno
puede elevar a la persona desde la escala
de la culpa hacia la escala del mérito. La
plegaria de Moisés, “¿Por qué, oh Dios, ha
de encenderse Tu ira?”, fue su manera de
decirle a Dios que había encontrado el bien
en Israel, pese al hecho de que habían
hecho el becerro de oro. Habiendo
encontrado ese bien, ¿cómo era posible
compararlo con algún mal como para
despertar la ira Divina, ni siquiera un poco?
Por lo tanto, Dios, debes perdonarlos
(Likutey Halajot, HaShkamat HaBoker 1:3).

Más tarde, Dios le dijo a Moisés, “Yo


pasaré todo mi bien delante de ti” (Éxodo
33:19), alentando a Moisés a despertar
siempre los puntos buenos en los demás,
pues Dios es siempre bueno y sólo busca el
bien (Likutey Halajot I, p. 1b).

32:16 Las Tablas eran obra de


Dios y la escritura era la
escritura de Dios, grabada
sobre las Tablas.
Las Tablas eran obra de Dios y la
escritura era la escritura de Dios,
grabada sobre las Tablas

JaRuT (‫חרות‬, grabada) connota


JeRuT (‫חרות‬, libertad) (cf. Avot 6:2). Esto
hace referencia a la Torá, que representa la
verdadera libertad (Likutey Moharán I, 10:7).

Las Tablas eran obra de Dios y la


escritura era la escritura de Dios

El hecho de que las Tablas


contuviesen la escritura de Dios era un
fenómeno maravilloso. La Torá es una
unidad con Dios, aun así Él hizo que las
letras de la Torá fuesen inscritas sobre
piedra, para impartirla a la nación judía.
Junto con su fuente, las letras se
encuentran más allá de toda descripción y
están en la raíz de todos los mundos y de
toda la creación. Pero Dios hizo maravillas
para hacerlas descender al nivel en el cual
incluso los seres humanos pueden
aprehenderlas. Así, es una “escritura
Divina”. Cuando los judíos hicieron el
becerro de oro, las letras ascendieron
(Pesajim 87b) pues su Divinidad había
partido, viendo que los judíos no eran
capaces de recibir la luz de Dios (Likutey
Halajot I, p. 380).
Enseñan nuestros Sabios: “Si uno lo
merece, la Torá se transforma en un elixir
de vida. De lo contrario, se vuelve una
poción mortal” (Ioma 72b). Para aquel que
observa la Torá y merece la fe y un pacto
cuidado, la Torá (i.e., las Tablas, que son
comparadas con el corazón; cf. Proverbios
3:3) brillará su luz sobre él. Pero para aquel
que no observa la Torá ni merece la fe y un
pacto cuidado, la luz de la Torre se le
ocultará; el brillo de las letras de las Tablas
se habrá ido. Quedará en la oscuridad,
olvidará su objetivo y estará atrapado en el
materialismo (Likutey Halajot I, p. 390).

32:19 Y fue que al acercarse al


campamento vio el becerro y
las danzas y se encendió la ira
de Moisés y arrojó de sus
manos las Tablas y las quebró
al pie del monte.
Las Tablas quebradas

Cuando Moisés descendió de la montaña,


vio que las letras grabadas en las Tablas
ascendían. Por lo tanto las quebró (Tanjuma,
Ki Tisá #26).

¿Acaso la existencia del mundo no


dependía de los judíos recibiendo la Torá?
(ver Rashi sobre Génesis 1:31). Sí - pero
Moisés llevó a cabo una gran rectificación.
Cuando vio que las letras ascendían,
comprendió que la santidad estaba
retornando hacia arriba y que la Divinidad
volvía a ocultarse. Al quebrar las Tablas,
Moisés se aseguró de que el pueblo tendría
que buscar la Divinidad. Y de hacerlo,
finalmente la encontraría (Likutey Halajot III, p.
33a).

Las quebró

Moisés tuvo que efectuar el perdón por


los judíos después de que hicieron el
becerro de oro. Él comprendió que, a no ser
que entrase en las profundidades del
pecado, no podría elevar de allí las almas
que habían caído. Al quebrar las Tablas,
Moisés demostró su voluntad de sacrificarse
totalmente por su pueblo. Estaba dispuesto
a sacrificar todo por lo que había trabajado
para efectuar el perdón incluso de los judíos
que estaban más alejados de Dios.

Vemos que este acto de autosacrificio


fue tan grande que Dios se lo agradeció,
diciendo: “Las primeras Tablas que tú
quebraste” (Éxodo 34:1). Nuestros Sabios
leen ASheR ShiBaRTa (“que tú quebraste”)
como iShaR kojaja she-ShiBaRTa (“ahora
tendrás más fortaleza después de haberlas
quebrado”) (Shabat 87a) (Likutey Halajot I, p.
212a).
Arrojó de sus manos las Tablas y las
quebró

Si las Tablas no se hubiesen quebrado, la


Torá nunca se habría olvidado (Eruvin 54a).

Al quebrar las Tablas, Moisés


demostró que la persona que comete un
pecado grave no debe pensar que todo está
perdido. En su lugar, debe olvidar sus malas
acciones y comenzar de nuevo (Likutey
Halajot V, p. 230-126a).

La ruptura de las Tablas significa


olvidar el pasado y continuar con nuestras
vidas. De recordar todas las malas acciones
que hicimos y todo lo malo que nos ha
sucedido, nunca podríamos avanzar. Dado
que las Tablas se quebraron, podemos
olvidar y seguir adelante con nuestras vidas
(ibid., I, p. 486).

Las quebró

Si las Tablas no se hubiesen quebrado, la


Torá nunca habría sido olvidada por los
judíos (Eruvin 54a).

Sin embargo, dado que las primeras


Tablas fueron quebradas, debemos cuidar y
rectificar nuestra memoria. Esto se
encuentra aludido en la palabra TaMuZ
(‫)תמז‬, que es un acrónimo para la frase
Zijru Torat Moshé (“Recuerda la Torá de
Moisés”) (Malaji 3:2). Tamuz, el mes en el
cual comenzó la destrucción del Templo,
nos hace recordar la Torá, para que el
Templo pueda ser reconstruido (Likutey
Moharán I, 217).

Las quebró

La rotura de las Tablas es la fuente del olvido


(Eruvin 54a).

Las Tablas representan el corazón,


como en el versículo “Escríbelas sobre las
tablas de tu corazón” (Proverbios 3:3). Así
como las Tablas fueron quebradas, de la
misma manera puede quebrarse el corazón
en el sentido de olvidar. Y debido a que la
memoria está asociada con la vista, el
olvido está asociado con una mala visión -
con un mal ojo, que generalmente hace
referencia a los celos. Por lo tanto, para
evitar que el corazón se olvide de Dios, uno
no debe tener celos de los demás (Likutey
Moharán I, 54:4).

Un corazón quebrado y olvidadizo


corresponde a un corazón incircunciso - i.e.,
un corazón que abriga deseos inmorales o
prohibidos. Hay tres maneras de quitar la
humillación del corazón incircunciso:
dedicarse al hitbodedut, hablar con un
amigo sobre el servicio a Dios y buscar el
consejo del Tzadik (ibid., I, 34:7).

Las Tablas quebradas

El pecado de los espías fue resultado del


pecado del becerro de oro (ver Rashi sobre
Números 14:33).

Las Tablas fueron quebradas el día


Diecisiete de Tamuz. La causa principal de
la rotura de las Tablas fue el mal ojo de los
hijos de Bilaam, quienes ayudaron a la
multitud mezclada con el becerro de oro. El
poder de un mal ojo es tal que llevó más
tarde a que los espías calumniaran a la
Tierra Santa. Ese daño trajo la destrucción
del Templo, que comenzó el Diecisiete de
Tamuz y concluyó el Nueve de Av. La
rectificación de la destrucción causada por
un mal ojo es el perdón del pecado que se
lleva a cabo en Iom Kipur, el día en que
Dios entregó las Segundas Tablas
(reemplazando a las quebradas). De
manera similar, la rectificación por la
calumnia de los espías tuvo lugar el Quince
de Av, cuando los judíos dejaron de morir
en el desierto (Likutey Halajot II, p. 362).

32:20 Tomó el becerro que


habían hecho y lo quemó en el
fuego. Entonces lo molió en un
fino polvo, el cual esparció
sobre el agua, e hizo que los
hijos de Israel la bebiesen.

Tomó el becerro que habían hecho y lo


quemó en el fuego
El Tzadik puede quemar los pecados
del pueblo para que alcance el perdón
(Likutey Moharán I, 177).

32:24 “Y yo les dije: ‘¿Quién


tiene oro?’ y ellos lo tomaron y
me lo dieron. Yo lo arrojé al
fuego y surgió este becerro”.
Me lo dieron. Yo lo arrojé al fuego y
surgió este becerro

Cuando la multitud mezclada le llevó el


oro a Aarón, él lo tomó de sus manos y lo
arrojó al fuego, donde espontáneamente se
transformó en un becerro de oro.

“Manos” representa la fe. El pueblo


dañó su fe y sus manos se llenaron con la
impureza del lado de la muerte. El oro que
le entregaron a Aarón estaba tan imbuido
de esa impureza que formó el becerro de
oro.

El Zohar (II, 192a) afirma que si Aarón


no hubiese tomado directamente el oro de
sus manos arrojándolo al fuego -si, por
ejemplo, lo hubiese dejado caer primero- el
oro no se habría transformado en el becerro
(Likutey Moharán I, 22:2). De manera similar, si
la persona siente deseos de hacer el mal,
debe dejarlos caer. Aunque luego cometa
un pecado, su gravedad habrá disminuido
grandemente (rabí Eliahu Jaim Rosen).

32:32 “Ahora bien, si perdonas


su pecado, pero si no, bórrame
a mí, Te lo ruego, de Tu libro
que has escrito”.
Ahora bien, si perdonas su pecado, pero
si no, bórrame a mí

Un erudito de Torá humilde puede


obtener el perdón de los pecados de su
pueblo. Im ain (“si no”) también puede
traducirse como “si nada”, indicando una
total humildad. Aquí Moisés está diciendo:
Por favor, si yo soy completamente
humilde, perdona los pecados de los judíos.
De otra manera, elimíname, no sea que me
vuelva orgulloso (Likutey Moharán I, 4:7).

Bórrame

Moisés llevó a cabo el sacrificio más


grande al ofrecerse ante Dios para salvar a
cada judío. Aunque el pueblo había pecado,
él nunca se separó de ellos sino que
siempre estuvo unido a ellos, para
acercarlos a Dios (Likutey Moharán II, 82).

Bórrame
El Nombre de Dios está asociado con la
nación judía (Ierushalmi, Taanit 2:6).

Moisés oró a Dios para que perdonase


a los judíos en aras de Su Nombre, pues si
los judíos debían sufrir, entonces Dios,
debido a Su asociación con nosotros,
también sufriría (Likutey Moharán II, 66).

Bórrame

Moisés tenía el poder del completo


autosacrificio, incluso por el peor de los
pecadores (Likutey Halajot I, p. 12a).

Si perdonas su pecado, pero si no,


bórrame a mí, Te lo ruego, de Tu libro
que has escrito

Cuando uno alcanza el bitul (anulación


delante de Dios), puede hacer descender
enseñanzas de Torá desde ese elevado
nivel. Sin embargo no se debe permanecer
en el estado de bitul, sino tomar esa gran
comprensión de la Torá y traerla de vuelta
hacia el estado corpóreo. Por lo tanto
Moisés le dijo a Dios, “Si perdonas su
pecado” - estará bien, pues entonces podré
hacer descender las enseñanzas de Torá y
mitigar el decreto de muerte en contra de la
nación judía. Pero si no los perdonas,
entonces “bórrame a mí... de Tu libro” -
pues entonces me habré anulado
totalmente en Tu Ser Infinito, en un nivel
más allá de la Torá y más allá de la
capacidad de retornar a este mundo. El
deseo de Moisés de llevar a cabo el acto
más grande de autosacrificio y bitul llevó a
Dios a perdonar a los judíos (Likutey Halajot II,
p. 241a).

(El sacrificio de Moisés puede no ser


visto como un autosacrificio. Después de
todo, el deseo del Tzadik es anularse en
Dios. Sin embargo, si bien esto es verdad,
el Tzadik aún acepta la responsabilidad por
sus seguidores, la nación de Dios, por lo
que está dispuesto a entregarse totalmente
en aras de ayudar al pueblo).

Bórrame... los Trece Atributos


Cuando el pueblo judío hizo el becerro
de oro, Dios decretó que debía ser
eliminado. Moisés oró y no dejó piedra sin
dar vuelta en el Cielo para obtener su
perdón. Dijo: Si perdonas sus pecados,
bien. Si no, pido que me borres. Si el
atributo del juicio insiste en demandar
justicia, entonces “bórrame” - yo me anularé
en el más elevado de todos los niveles,
Atik, el Keter Superior, que trasciende el
juicio.

Esta increíble demostración de


autoanulación mereció la revelación de los
Trece Atributos de Misericordia que, de
acuerdo a la Kabalá, corresponden a Keter
(Likutey Halajot I, p. 422-212a).

32:34 “Ahora ve y conduce a


este pueblo al lugar que te he
dicho. He aquí que Mi ángel irá
delante de ti; pero en el día de
Mi visita, visitaré sobre ellos su
pecado”.
Mi ángel irá delante de ti... Si Tu
Presencia no va con nosotros, no nos
hagas subir de aquí

“Mi ángel” hace referencia al ángel


Metat. Este ángel también representa el
Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.

Moisés comprendió que si ese ángel


acompañaba a los judíos, se verían
expuestos más aún al mal y podrían
sucumbir nuevamente al pecado. Aunque
los judíos ya habían visto y experimentado
la tremenda revelación y manifestación de
Dios, todo lo que pudiera interponerse entre
ellos y Dios -incluso un mensajero de Dios-
los podría alejar y llevar incluso a la idolatría.
Por lo tanto Moisés le dijo a Dios, “Si Tu
Presencia no va con nosotros” (Éxodo 33:15),
dado que él quería que la Divina
Providencia de Dios siguiese manifiesta
para los judíos. La intención de Moisés era
que Dios se quedara con ellos y que Moisés
pudiese entrar a la Tierra Santa bajo la
Divina Providencia de Dios y, de esa
manera, el pueblo judío se quedaría en la
Tierra por siempre.

En verdad, Dios siguió con el pueblo


judío después incluso de que entraran a la
Tierra, lo que ocurrió después del
fallecimiento de Moisés. Fue entonces que
el ángel Metat se presentó ante Ioshúa y le
dijo, “Ahora he venido” (Ioshúa 5:14). Rashi
(loc. cit.) explica: “En los días de tu maestro
Moisés, él me rechazó, pero ahora estaré
contigo”. En última instancia, fue debido a
que los judíos se alejaron de la Providencia
Divina que fueron al exilio. No pudieron
quedarse en la Tierra Santa pues finalmente
sucumbieron al mal (Likutey Halajot VII, p. 94a-
194).

33:7 Y Moisés tomó su tienda y


la plantó fuera del
campamento, lejos del
campamento, y le llamó Tienda
de Reunión. Y todo aquel que
buscaba a Dios salía a la
Tienda de Reunión, que estaba
fuera del campamento.
Tomó su tienda y la plantó fuera del
campamento, lejos
Hubo muchas veces en que los judíos
pecaron y sus líderes, los grandes Tzadikim,
debido a su santidad, se alejaron de ellos -
como cuando hicieron el becerro de oro.
Pero Dios quería que Moisés acercase a los
judíos y no se alejara de ellos. Lo mismo se
aplica a varios de los profetas (Elías, Elisha,
Hoshea, etc.) (Likutey Halajot I, p. 12a).

33:11 Dios hablaba con Moisés


cara a cara, como suele hablar
un hombre con su amigo.
Luego Moisés volvía al
campamento; pero su
ayudante, Ioshúa, hijo de Nun,
un joven, no se retiraba de la
tienda.
Ioshúa, hijo de Nun, un joven, no se
retiraba de la tienda

¿Acaso Ioshúa no dejaba la tienda


para comer, dormir y atender a sus
necesidades? Esta alabanza demuestra que
Ioshúa tenía una fe completa en Moisés, el
Tzadik. Aquel que tiene esta fe es
consciente del Tzadik en todo lo que hace;
se mantiene firme con el Tzadik sea lo que
fuere que esté haciendo (Likutey Halajot VII, p.
282).
33:13 “Ahora pues, si he
hallado gracia en Tus ojos, te
ruego me hagas conocer Tus
caminos para que pueda saber
cómo continuar encontrando
favor ante Tus ojos. Y
considera que esta nación es
Tu pueblo”.
Te ruego me hagas conocer Tus caminos

Aunque Moisés alcanzó tremendos niveles,


no comprendía por qué los rectos sufren y
los malvados tienen bien (ver Berajot 7a).
Pero cuando la persona deja de lado
su intelecto y se dedica a una devoción
simple, puede alcanzar una gran revelación
de Divinidad y llegar a una cierta
comprensión de este misterio (Likutey
Moharán II, 5:15).

Te ruego me hagas conocer Tus caminos

Aunque Moisés alcanzó tremendos niveles,


no comprendía por qué los rectos sufren y
los malvados tienen bien (ver Berajot 7a).

“Una persona recta que tiene bien” es


alguien cuyos puntos de vista halájicos son
aceptados. “Una persona recta que sufre” es
alguien cuyos puntos de vista halájicos son
rechazados. Ambos son rectos y el punto
de vista de cada uno proviene directamente
del Dios Único. Debemos valorar y respetar
incluso a esos líderes rectos que están
equivocados en su aplicación práctica de la
halajá. Pues de esa manera ayudamos a
revelar la Divinidad en el mundo (Likutey
Moharán I, 56:10).

33:15 Y él Le respondió:
“Porque si Tu Presencia no va
con nosotros, no nos hagas
subir de aquí”.

Si Tu Presencia no va con nosotros, no


nos hagas subir de aquí

Después del pecado del becerro de


oro, Dios le dijo a Moisés que enviaría un
ángel para guiar al pueblo a través del
desierto. Moisés rechazó la oferta,
insistiendo en que Dios debía seguir con
ellos. Moisés razonó expresando que sólo
Dios conocía las necesidades del pueblo y
que sólo Él podía reaccionar a ellas con
verdadera compasión, mientras que un
ángel sería incapaz de mostrar misericordia
(ver Rashi sobre Éxodo 23:21). En verdad, fue
inmediatamente después de que Moisés
insistió en que Dios siguiese con ellos, que
Él reveló Sus Trece Atributos de
Misericordia (Likutey Halajot VII, p. 71a).
33:17 Entonces Dios respondió
a Moisés: “Yo haré esto
también que has pedido,
puesto que tú has hallado
gracia a Mis ojos y Yo te he
conocido por tu nombre “.
Puesto que tú has hallado gracia a Mis
ojos y Yo te he conocido por tu nombre

Cuando la persona alcanza el favor de


Dios, puede reconocer quién es digno de
llevar el Nombre de Dios y quién no lo es
(Likutey Moharán II, 1:13).
33:19 Y Él dijo: “Yo haré pasar
todo Mi bien ante tu vista y
proclamaré el Nombre de Dios
delante de ti. Yo le mostraré
favor a quien Yo quiera mostrar
favor y le mostraré compasión
a quien quiera mostrar
compasión”.
Yo le mostraré favor a quien Yo quiera
mostrar favor

Este versículo hace referencia al Tesoro de


Dones Inmerecidos de Dios. De ese Tesoro,
Dios le da bondad y compasión a quien Él
elige, aunque la persona no sea digna
(Shmot Rabah 45:6).

El Tesoro de Dones Inmerecidos es


para los Tzadikim que no piden su
recompensa. Ellos pueden tomar el bien de
ese Tesoro y distribuirlo a quienes
consideren apropiado, para ayudar al sostén
de la gente que se encuentra lejos de Dios
(Likutey Moharán II, 78; ver El Tesoro de Dones
Inmerecidos, publicado por el Breslov Research
Institute).

33:20 Y le dijo: “No podrás ver


Mi rostro, porque el hombre no
puede verme y vivir”.
El hombre no puede verme y vivir

La persona que alcanza un


conocimiento verdaderamente elevado de
Dios no vive realmente en un mundo
corpóreo (Likutey Moharán II, 7:8).

33:21 Dios dijo, “He aquí, un


lugar Conmigo. Tú estarás
sobre la roca”.
He aquí, un lugar Conmigo
Dios es el Lugar del mundo, pero Él no tiene
lugar (Rashi). (Es decir, Dios está más allá
del espacio).

Aquel que tiene un corazón que


experimenta la Divinidad nunca dirá que un
lugar en particular no es para él. Porque
cuando uno está con Dios, también uno
puede encontrar y experimentar la Divinidad
en todas partes (Likutey Moharán II, 56).

He aquí, un lugar Conmigo

Dios es llamado HaMakom (El Lugar)


porque Él es el Lugar del mundo, pero el
mundo no es Su lugar (Bereshit Rabah
68:9).
Dios utilizó esta descripción cuando Se
“envolvió” en un talit para enseñarle a
Moisés los Trece Atributos de Misericordia.
Cumplir con la mitzvá de los tzitzit ayuda a
elevar a la persona más allá del tiempo y
del espacio (Likutey Halajot I, p. 82).

33:22 “Mientras pase Mi gloria,


Yo te pondré en la hendidura de
la roca y te cubriré con Mi
mano, hasta que Yo haya
pasado”.
Yo te pondré en la hendidura de la roca
La persona requiere de límites en su
búsqueda de la Divinidad para no pasar
más allá de sus capacidades. Aunque
Moisés alcanzó la percepción más elevada
de Dios que el hombre pueda lograr en este
mundo, también él necesitó de límites con
respecto a esa percepción. Así, Dios lo
colocó en una hendidura de la roca (Likutey
Moharán II, 5:7).

Por el mismo motivo, Dios colocó Su


mano sobre Moisés. De otra manera, la
tremenda luz de Dios lo habría abrumado
(ibid., II, 82).
33:23 “Entonces retiraré Mi
mano y podrás ver Mi espalda,
pero Mi rostro no será visto”.
Podrás ver Mi espalda

La exposición directa a la Divinidad


puede ser dañina. Por lo tanto Dios le dijo a
Moisés que sólo vería “Mi espalda” (una
capacidad que más tarde David oró para
alcanzar). Incluso esa cantidad de luz de
Dios es tan abrumadora que no todos
pueden tolerarla (Likutey Moharán II, 82).

34:1 Dios le dijo a Moisés,


“Labra para ti dos Tablas de
piedra como las primeras. Yo
escribiré sobre las Tablas las
mismas palabras que estaban
en las primeras Tablas que tú
quebraste”.
Labra para ti dos Tablas de piedra

Moisés se hizo rico a partir de los trozos que


sobraron al esculpir las Tablas (Nedarim
38a).

Si no hay harina, no hay Torá (Avot 3:17).

Es necesario tener un ingreso con el


cual sustentarse y sustentar a la familia y
así alcanzar un nivel simple de comprensión
de la Torá. A partir de esto, podemos inferir
que para alcanzar niveles muy elevados de
Torá, se hace necesaria una gran riqueza.
Así, Moisés tuvo que volverse muy rico
para estar preparado para los elevados
niveles de Torá que le serían revelados
cuando ascendiera por segunda vez al
monte Sinaí. Es por ello que el rabí Iehudá
HaNasí (rabí Iehudá el Príncipe), que
compiló la Mishná y Rav Ashi, que editó la
Guemará, fueron extremadamente ricos
(Likutey Moharán I, 60:1). Y es por ello que
habrá una riqueza universal cuando llegue
Mashíaj (tal cual está descrito en los Libros
de los Profetas). En esa época se revelarán
profundos niveles de Torá, por lo que todos
necesitarán de una gran riqueza para poder
comprenderlos.

Labra para ti dos Tablas de piedra

PeSoL (‫פסל‬, labra) está relacionado


con PeSeL (‫פסל‬, ídolo) y PeSoLet (‫פסולת‬,
sustancia de desecho). Es necesario ser
muy cuidadosos y sólo llevar a cabo
aquellas acciones que ayuden a manifestar
solamente la Divinidad - i.e., uno debe
“labrar las Tablas”. De otra manera, puede
estar labrando energía similar a la idolatría.
Hay personas que son tan osadas y
arrogantes que podemos asumir que “sus
ancestros no estuvieron en el Sinaí” (Nedarim
20a). Esas personas arrogantes son
comparadas a idólatras, y cuando estudian
Torá, transforman su energía espiritual en
sustancias de desecho (Likutey Moharán I,
30:8-9).

34:3 “Nadie deberá subir


contigo, ni será visto hombre
alguno en todo el monte; ni aun
el ganado menor ni el mayor
debe pastar delante de este
monte”.
Nadie deberá subir contigo
Las Primeras Tablas fueron dadas en medio
de una gran fanfarria y fueron quebradas.
Las Segundas Tablas fueron dadas
discretamente y perduraron. No hay nada
mejor que la modestia (Rashi).

La “gran fanfarria” que acompañó a la


entrega de las Primeras Tablas fue una
tremenda revelación de la luz de Dios. Los
judíos recibieron la advertencia de no
ascender a la montaña (Éxodo 19:12) - i.e.,
no buscar niveles de Divinidad más allá de
su capacidad. Pese a esa advertencia, la
Luz que recibieron fue más que la que
podían manejar. Esa exposición los llevó a
hacer el becerro de oro. Por ello las
Segundas Tablas fueron dadas
discretamente (Likutey Halajot II, p. 202a-404).
Las Segundas Tablas

Las Primeras Tablas fueron dadas en medio


de una gran fanfarria y fueron quebradas.
Las Segundas Tablas fueron dadas
discretamente y perduraron. No hay nada
mejor que la modestia (Rashi).

El trueno y los rayos que


acompañaron la entrega de las Primeras
Tablas representan una sobrexposición a la
luz de Dios, correspondiente a la “abundante
luz” que produjo la Rotura de los Recipientes
al comienzo de la Creación. Las Segundas
Tablas, dadas de manera discreta,
representan una restricción de la luz de
Dios, permitiendo que uno reciba la luz de
Dios de manera mesurada. Por lo tanto
esas Tablas perduraron (Likutey Halajot V, p.
6a).

Las Segundas Tablas

Las Segundas Tablas fueron dadas en Iom


Kipur (Rashi).

Las Dos Tablas aluden a los dos


testigos requeridos para que un testimonio
sea aceptado en una corte judía. Las Tablas
le fueron dadas a Moisés específicamente
en Iom Kipur, pues la Torá que ellas
representan testifica del perdón que se
efectúa en Iom Kipur cada año, para todos
los pecados y para todos aquellos que piden
el perdón de Dios (Likutey Halajot VII, p. 22a-
44).

34:5 Dios descendió en una


nube y estuvo con él allí y
proclamó el Nombre de Dios.
Dios descendió en una nube y estuvo
con él allí

Hay un Jut shel Jesed (Cuerda de


Bondad) que es comparable a los Trece
Atributos de Misericordia. Dios se “envolvió”
con un talit para mostrar que los tzitzit
corresponden a ese Jut shel Jesed (Likutey
Halajot I, p. 46a).
Proclamó el Nombre de Dios

La esencia del perdón está enraizada


en el Nombre de Dios. Cuando uno se
arrepiente delante de Dios, eleva el Nombre
de Dios y despierta el Nombre para efectuar
el perdón (Likutey Halajot III, p. 11a).

34:6 Dios pasó delante de él y


proclamó, “Dios, Dios, Dios
Compasivo y Clemente, Lento
para la ira, Grande en Bondad y
Verdad”.
Dios pasó delante de él... Lento para la
ira

Cuando Dios Se reveló a Moisés, le


enseñó los Trece Atributos de Misericordia.
El atributo principal es Erej Apaim (Lento
para la Ira). Aquel que tiene paciencia puede
superar todos los obstáculos que tratan de
abrumarlo, puede mitigar los decretos y
traer la bondad y el perdón para poder así
entrar en el servicio a Dios. EReJ Apaim
(‫ארך אפים‬, Lento para la Ira) también alude
a ARiJut iamim (‫אריכות ימים‬, larga vida),
que está representada por las correas que
bajan de los tefilín de la cabeza. Así, al usar
los tefilín es posible atraer la asistencia
Divina de la paciencia (Likutey Halajot I, p. 126-
128-66a).
La palabra vaIaVoR (‫ויעבר‬, Pasó)
corresponde al maavarta (‫ )מעברתא‬de los
tefilín (la parte de atrás de los tefilín por
donde pasa la correa). “Verás Mi espalda”
(Éxodo 33:23) hace referencia al nudo de los
tefilín de la cabeza. Así, los tefilín hacen
descender los Trece Atributos de
Misericordia (Likutey Halajot I, p. 132).

Los Trece Atributos de Misericordia

Dios le mostró a Moisés cómo orar para


invocar los Trece Atributos de Misericordia.
Dios Se envolvió, si así pudiera decirse, en
un talit y comenzó a orar, “Dios, Dios, Dios
Compasivo...” (Rashi sobre Éxodo 33:19).
Nuestros Sabios enseñan que Dios ora
y que todas nuestras plegarias provienen de
la plegaria de Dios. Cada vez que la
persona necesite invocar la compasión,
deberá primero despertar el poder de la
plegaria de Dios y entonces traerá la
energía para orar -y sus plegarias- de Dios
Mismo (Likutey Halajot VIII, p. 21a).

Los Trece Atributos de Misericordia

Dios reveló los Trece Atributos de


Misericordia sólo después de que los judíos
hicieron el becerro de oro. Esto nos enseña
que incluso aunque estemos puros (como
los judíos estuvieron en el Sinaí) y luego
descendamos al punto de cometer acciones
terribles, siempre existirá un nivel de la
compasión de Dios que podremos buscar y
traer sobre nosotros. Y así como existen
incontables niveles de descenso también
hay, correspondientes a ello, niveles incluso
más grandes de compasión (Parparaot
LeJojmá I, 22).

Dios, Dios

El primer Nombre indica los comienzos


de la bondad de Dios. El segundo Nombre
indica la bondad que se hace manifiesta en
este mundo. Pues sólo fue después de que
los judíos hicieron el becerro de oro que la
bondad y la compasión de Dios se revelaron
(Likutey Halajot IV, p. 140a-280).
Dios, Dios

“Dios, Dios” - Yo soy Dios antes que el


hombre peque y Yo soy Dios [incluso]
después que ha pecado (Rosh HaShaná
17b).

En varios lugares de las Escrituras


encontramos un psik (línea vertical que
indica una separación o diferencia entre dos
cosas) trazada entre dos nombres. (Esto
puede verse en las ediciones impresas del
Jumash). Algunos ejemplos son: “Abraham ‫׀‬
Abraham” (Génesis 22:11), “Iaacov ‫ ׀‬Iaacov”
(ibid., 46:2), “Shmuel ‫ ׀‬Shmuel” (Samuel I,
3:10). El primer nombre designa un nivel
inferior, antes de que la persona alcance la
perfección. El segundo nombre, después del
psik, designa un nivel mayor, indicando que
la persona alcanzó la perfección. Es
interesante notar que con respecto a Moisés
está escrito, “Moisés, Moisés” (Éxodo 3:4)
sin un psik entre los nombres. Ello se debe a
que Moisés siempre fue perfecto. ¡En este
versículo, sin embargo, hay un psik entre las
dos menciones del nombre de Dios! ¿Cómo
es posible decir de Dios que sólo el segundo
Nombre representa perfección? La
respuesta es que ambos Nombres designan
niveles de perfección. El primer Nombre
corresponde a la perfección. El segundo
Nombre corresponde a un grado mayor de
perfección (Zohar III, 138a).

El Santo Nombre de Dios IHVH


representa jesed (bondad). Dios no creó al
hombre y luego lo abandonó a su destino
en este mundo. En su lugar, en Su gran
bondad, Él le dio al hombre la Torá y la
capacidad de acercarse a Él. Pero, ¿qué
sucede si la persona se aleja de Dios debido
al pecado? Por lo tanto está escrito, “Dios ‫׀‬
Dios” - significando, “Yo soy Dios antes que
el hombre peque y Yo soy Dios [incluso]
después que ha pecado”. Este último nivel
representa un grado mucho mayor de jesed
y por lo tanto una mayor perfección, dado
que Dios aún siente compasión por el
pecador e incluso transformará su pecado
en buenas acciones si se arrepiente delante
de Él (Likutey Halajot III, p. 466).

Dios, Dios, Dios Compasivo

Los Trece Atributos de Misericordia


comienzan con “Dios de Compasión”. ¿Por
qué las dos menciones del Nombre de Dios
preceden a los Trece Atributos? Más aún, el
Zohar enseña que el psik (la línea vertical
que indica una separación o diferencia entre
dos cosas) ubicado entre los dos Nombres
de Dios indica que el primer Nombre
representa un cierto grado de perfección
mientras que el segundo Nombre representa
un nivel mayor de perfección (Zohar III,
138a).

En verdad, esos niveles hacen


referencia a los diversos grados de
compasión. Cuando clamamos: “¡Dios!”
despertamos un nivel inferior de compasión.
Cuando clamamos una segunda vez:
“¡Dios!”, evocamos un nivel más grande y
profundo de la compasión de Dios. Cuando
nuestras plegarias alcanzan los niveles más
elevados podemos fácilmente traer los
Trece Atributos de Misericordia (Likutey
Halajot VIII, p. 39a).

Lento para la ira, Grande en Bondad y


Verdad

Erej Apaim (Lento para la Ira) también


puede traducirse como “con un largo
aliento”. Para controlar la ira, la persona
respira profundamente y retiene su aliento.
Este aliento es un espíritu de vida.

La capacidad de controlar la ira


proviene de los rasgos descritos a
continuación: “Grande en Bondad y Verdad”.
Rav (grande) también puede traducirse
como “rabí” - i.e., un Tzadik que es santo y
verdadero. Los verdaderos Tzadikim
inspiran un espíritu de profunda paciencia.
Ese espíritu contrarresta a los líderes
corruptos que se encuentran bajo el dominio
de Esaú.

Cuando el Tzadik hace descender ese


espíritu de vida y de extrema paciencia,
despierta también los otros atributos de
compasión de Dios y trae el perdón para los
demás (Likutey Moharán I, 8:4).

Lento para la ira

Dios es extremadamente paciente, incluso


para con los malvados (cf. Eruvin 22b).

Cuando la persona respira


profundamente -suspira- hace descender un
espíritu de vida que puede colmar todo
aquello de lo cual carece (Likutey Moharán I,
8:1).

Lento para la ira... Que tiene bondad


para con los miles

Los Trece Atributos de Misericordia


contienen el atributo de “Lento para la Ira”
para con los malvados al igual que para con
los rectos, porque Dios siempre juzga a
todos de manera favorable. Así, “Que tiene
bondad para con los miles” - incluso aunque
la persona haya pecado miles de veces y
haya producido miles de daños, Dios puede
perdonar y la perdonará (si se arrepiente)
(Likutey Halajot I, p. 1b).

Grande en Bondad

RaV JeSeD (‫רב חסד‬, “Grande en


Bondad) tiene el mismo valor numérico que
MoRDeJaI (‫)מרדכי‬. Sólo alguien como
Mordejai -un Tzadik verdadero y exaltado-
puede revelar una gran bondad, que es
conceptualmente la Torá Oculta. Cuando se
revela ese jesed todos pueden recibir y
experimentar la Divinidad (Likutey Halajot VIII,
p. 6a).
Grande en Bondad

La Torá es una luz tremenda y una


fuente de inspiración que puede despertar a
la persona de su letargo espiritual. El
conocimiento de incluso una halajá es
llamado una “bondad” (cf. Ketuvot 96a) y
tiene un brillo que puede despertar a la
persona de su sueño.

Pero esto sólo sucede cuando la


persona está abierta para recibir la Torá.
¿Cómo, entonces, pueden aquellos que
están lejos de la Torá ser despertados de su
sueño espiritual? Para tales personas, la
Torá debe estar investida y oculta en
historias. Ellas deben oír los cuentos de los
tiempos antiguos que van más allá de una
simple bondad y que son “grandes en
bondad” (Likutey Moharán I, 60:6; ver Los
Cuentos del Rabí Najmán de Breslov,
Introducción).

34:8 Moisés se apresuró e


inclinó a tierra y se prosternó.
Moisés se apresuró e inclinó a tierra

¿Qué lo llevó a Moisés a apurarse e


inclinarse delante de Dios? De acuerdo a un
punto de vista de nuestros Sabios, él percibió
el atributo Divino de Lento para la Ira; de
acuerdo a otra opinión, percibió el atributo
Divino de la Verdad (Sanedrín 111a).

La Tierra Santa corresponde a ambos


atributos (ver Likutey Moharán I, 47). Así,
cuando Moisés vio esas características de
la Tierra Santa, se inclinó “a tierra” (‫ארצה‬,
artzá) - que también puede leerse, “hacia la
Tierra Santa” (‫ארצה‬, Artzá).

Vaikod (“se inclinó”) connota “arder” (cf.


Isaías 10:16). Por lo tanto vaikod artzá (“se
inclinó a tierra”) también puede significar
“ardió con un profundo sentimiento por la
Tierra Santa”. Moisés se sentía inflamado
de un ardiente deseo de entrar a la Tierra
Santa (Likutey Moharán I, 155).
La Tierra Santa también representa la
fe. Así como la persona debe cultivar la
Tierra, de la misma manera debe cultivar su
fe (cf. Salmos 37:3).

34:10 Y Él respondió: “He aquí,


Yo renuevo el pacto: delante de
todo tu pueblo haré maravillas,
como nunca se han hecho en
toda la tierra ni en ninguna de
las naciones; y verá todo el
pueblo en medio de quien
estás, la obra de Dios, porque
es algo tremendo lo que voy a
hacer por medio de ti”.
Niflaot

Niflaot (milagros) hace referencia a la


diferencia que existe entre el pueblo judío y
el resto de las naciones, pues la Presencia
Divina sólo descansa sobre los judíos
(Rashi).

NiFLaoT (‫ )נפלאות‬tiene las mismas


letras que TeFiLíN (‫)תפילין‬. Los tefilín le
otorgan un nivel especial de separación y de
elevación al pueblo judío (Likutey Halajot I, p.
69a).
34:17 “No harás para ti dioses
de fundición”.
No harás para ti dioses de fundición...
Celebrarás también la festividad

¿Por qué la Torá yuxtapone los temas de la


idolatría con la celebración de las
Festividades? Pues desacralizar las
Festividades es equivalente a la idolatría
(Pesajim 118a).

Por el contrario, celebrar las


Festividades es equivalente a un perfecto
servicio a Dios (Likutey Moharán I, 14:10).
34:22 “Celebrarás también la
festividad de Shavuot, la de las
primicias de la siega del trigo y
la fiesta de la cosecha de los
frutos, a la vuelta del año”.
A la vuelta del año

Tekufat (“a la vuelta de”) también


puede traducirse como “en el tiempo de”. Y
teKuFat (‫תקופת‬, “a la vuelta de”) está
asociado con maKiFin (‫מקיפין‬,
percepciones trascendentales). Éstas son
las percepciones que trascienden el tiempo
y que se encuentran más allá de nuestra
posibilidad de captar.
Las percepciones de los sabios de la
generación trascienden la mente del ser
humano común. Cuando ese sabio enseña,
comparte sus percepciones para que los
demás puedan obtener un pequeño atisbo
de su conciencia. De la misma manera,
cuando una persona común comparte su
conocimiento espiritual con los demás, abre
sus mentes para que puedan obtener una
conciencia de lo que hasta ese momento se
encontraba más allá de ellos (Likutey Moharán
II, 7:6).

34:27 Dios le dijo a Moisés,


“Escribe estas palabras para ti,
pues de acuerdo a estas
palabras Yo he hecho un pacto
contigo y con Israel”.
Pues de acuerdo a estas palabras

Las enseñanzas que fueron dadas de


manera oral no deben ser puestas por
escrito (Guitin 60b).

Es imposible registrar todos los


pensamientos, explicaciones o consejos que
son relevantes o aplicables a la Torá. Por lo
tanto debemos apoyarnos en la Ley Oral -
i.e., en nuestros Sabios- para que nos lo
enseñen (Likutey Halajot III, p. 232).
34:30 Aarón y todos los hijos
de Israel miraron a Moisés y he
aquí la piel de su rostro estaba
brillando y tuvieron temor de
acercarse a él.
La piel de su rostro estaba brillando

El rostro de Moisés estaba brillando


debido al influjo de Santidad que lo
iluminaba (Likutey Moharán I, 21:6).

La piel de su rostro estaba brillando y


tuvieron temor de acercarse a él
El rostro de Moisés brillaba debido a
que, en un sentido profundo, cumplía con la
mitzvá de llevar los tefilín. Los tefilín
representan el temor a Dios y la humildad
que uno siente en presencia de Dios. Eso
era lo que se veía en el rostro de Moisés.
Su iluminación era tan grande que la gente
“tuvo temor de acercarse a Él” - i.e.,
también la gente se sintió inspirada a sentir
ese temor a Dios que Moisés
experimentaba (Likutey Moharán I, 38:6).
Parashat Vaiakel

35:1 Moisés convocó a toda la


congregación de los hijos de
Israel y les dijo: “Éstas son las
palabras que Dios les ha
mandado hacer”.
Moisés convocó a toda la congregación
de los hijos de Israel

Moisés era tan grande que fue capaz


de unirse con cada uno de los judíos, no
importa cuán bajo estuviese (Likutey Moharán
II, 82).

Moisés convocó a toda la congregación


de los hijos de Israel

Moisés convocó al pueblo al día


siguiente de Iom Kipur (Rashi).

En Iom Kipur, Moisés había obtenido


el perdón de los pecados de los judíos. Lo
obtuvo orando para que Dios los perdonase
en aras de Su Nombre, que incluye nuestro
nombre. Si Dios hubiera castigado a los
judíos, Él Mismo habría sufrido, porque Dios
y los judíos son uno. Entonces, debido a
que Dios perdonó al pueblo judío, ellos
glorificaron y santificaron Su Nombre. Es
por ello que el día siguiente a Iom Kipur es
conocido como “el Nombre Dios” (Gott's
Namen en idish). El perdón de los pecados
hace que el Nombre de Dios sea glorificado
y revelado (Likutey Moharán II, 66:3).

Es por ello también que el primer


mandamiento que Moisés les dio a los
judíos después de Iom Kipur fue construir el
Tabernáculo, con la advertencia de que no
debían hacer ningún trabajo para el
Tabernáculo durante el Shabat. Al igual que
el Tabernáculo, el Shabat revela la
Divinidad. Pero el Shabat se encuentra en
un nivel superior al del Tabernáculo, dado
que el Shabat es el Nombre de Dios Mismo
(Zohar II, 88b). Así, la observancia del Shabat
toma precedencia ante la construcción del
Tabernáculo (ibid.).

Moisés convocó a toda la congregación


de los hijos de Israel

La esencia de la construcción del


Tabernáculo se encuentra en la unidad,
cuando el Tzadik reúne a todos (Likutey
Halajot I, p. 502).

Moisés convocó a toda la congregación


de los hijos de Israel

Dos piedras construyen 2 casas, tres piedras


construyen 6 casas, cuatro piedras
construyen 24 casas, cinco piedras
construyen 120 casas, seis piedras
construyen 720 casas, siete piedras
construyen 5040 casas (Sefer Ietzirá 4:12).

Las almas son el concepto de piedras,


como en “Las piedras sagradas han sido
desparramadas” (Lamentaciones 4:1) y las
casas son el concepto de “Pues Mi Casa
será una Casa de Plegaria” (Isaías 56:7). Se
sigue por lo tanto que con cada alma que se
agrega y que aumenta la congregación de
los judíos, la Casa de Plegaria se multiplica
y se expande (Likutey Moharán II, 8:6).

En el desierto, el Tabernáculo era la


Casa de Plegaria. Esa Casa se construye
mediante las almas del pueblo que se
congrega, pues cada persona contribuye
aumentando las “muchas piedras”
necesarias para construir la Casa de
Plegaria. Moisés convocó al pueblo para
crear las “muchas piedras” necesarias para
la construcción (Likutey Halajot III, p. 538).

Éstas son las palabras

“Estas son las palabras” - éstas son las


Treinta y Nueve Clases de Tareas (Shabat
97b).

Diseñado para ser un santuario donde


“repose” la Presencia de Dios, el
Tabernáculo fue construido mediante las
Treinta y Nueve Clases de Tareas. De
manera similar todo aquel que trabaje en
este mundo utilizando las Treinta y Nueve
Clases de Tareas también podrá construir
un Tabernáculo para Dios. Pues el principal
objetivo de las tareas de la persona es
traerle espiritualidad a la vida física (Likutey
Halajot VIII, p. 81b).

Las Treinta y Nueve Clases de Tareas

Las Treinta y Nueve Clases de Tareas,


que incluyen todos los tipos de trabajo,
fueron necesarias para construir el
Tabernáculo. El trabajo se volvió una
necesidad cuando Adán comió del Árbol,
haciendo que las chispas de santidad
cayesen al Otro Lado. Toda nuestra tarea,
más allá de su propósito espiritual o
material, sirve para reconstruir esos
Recipientes Quebrados. Aquel que lleva a
cabo su tarea o sus negocios de manera
honesta es considerado como si
construyese el Tabernáculo (Likutey Halajot I,
p. 392-197a).

Las Treinta y Nueve Clases de Tareas

Se utilizaron Treinta y Nueve Clases


de Tareas para la construcción del
Tabernáculo. Esas Treinta y Nueve Clases
de Tareas corresponden a todas las clases
de trabajos que existen. Aquel que se
conduce de la manera apropiada en sus
negocios u ocupaciones merece construir su
propio Tabernáculo. Comportarse de la
manera apropiada incluye creer que es Dios
Quien provee, que uno debe ser
escrupulosamente honesto (i.e., un “sí” es
un “sí” y un “no” es un “no”) y que todas las
facetas de los negocios u ocupaciones
tienen por objetivo dar algo para caridad en
aras de Dios. Al comportarse de acuerdo a
estos principios, hasta la persona más
simple, que no sabe nada sobre las
rectificaciones que produce, merecerá
construir su propio Tabernáculo (Likutey
Halajot I, p. 251a).

35:2 “Seis días trabajarán, pero


el séptimo día será santo para
ustedes, un día completo de
descanso para Dios. Todo
aquel que trabaje en ese día
será muerto”.
El séptimo día será santo

Ni siquiera la construcción del Tabernáculo


tiene prioridad por sobre la observancia del
Shabat (Rashi).

¿Por qué pensaríamos que la


construcción del Tabernáculo debería tener
prioridad por sobre el Shabat? El propósito
del Tabernáculo era proveer un Santuario
para Dios, para revelar Su Presencia en
este mundo. Lógicamente, nada puede
tener precedencia por sobre ese elevado
objetivo. Sin embargo, la Torá nos enseña
que la Presencia de Dios se siente
principalmente a través de la santidad del
Shabat. Precisamente en ese día, cuando
no podemos construir ni llevar a cabo actos
creativos, pero aun así el mundo continúa
funcionando, podemos ver manifiesta la
Presencia de Dios (Likutey Halajot IV, p. 242).

El séptimo día será santo

Ni siquiera la construcción del Tabernáculo


tiene prioridad por sobre la observancia del
Shabat (Rashi).

El propósito del Tabernáculo era revelar


el Nombre de Dios. Shabat es de hecho
uno de los Nombres de Dios. El Tabernáculo
requiere trabajo, pero el Shabat implica la
plenitud y la rectificación de todas las
tareas. Por lo tanto la observancia del
Shabat sobrepasa la construcción del
Tabernáculo (Likutey Halajot I, p. 252a).

El séptimo día será santo

Ni siquiera la construcción del Tabernáculo


tiene prioridad por sobre la observancia del
Shabat (Rashi).

El Tabernáculo fue, de hecho,


construido y armado por Dios. Pero la
persona no debe pensar que dado que Dios
está haciendo toda la tarea uno puede
continuar y trabajar en el Shabat. Aunque
uno comprenda que Dios es Quien lleva a
cabo todo, aun así no se le permite trabajar
en Shabat (Likutey Halajot III, p. 6).

35:3 “No enciendan fuego en


ninguna de sus moradas en el
Shabat”.
No enciendan fuego en ninguna de sus
moradas en el Shabat

Todos los trabajos que la persona debe


llevar a cabo para ganarse el sustento están
incluidos en las Treinta y Nueve Clases de
Tareas. Ese trabajo puede ser obviado, al
menos en un cierto grado, al dar caridad,
dado que este acto despierta la bondad
Divina y da como resultado un flujo continuo
de abundancia (Likutey Moharán II, 4:3).

No enciendan fuego en ninguna de sus


moradas en el Shabat

Las Treinta y Nueve Clases de Tareas


están prohibidas en Shabat (Shabat 49b).
Aquí la Torá especifica una de las Tareas -
encender un fuego- para dar una enseñanza
tangencial.

Existen dos clases de iluminaciones:


un “resplandor de luz” y un “resplandor de
fuego”. El “resplandor de luz” representa a
los Tzadikim que construyen santuarios para
la Divinidad y llenan el mundo de luz. El
“resplandor de fuego” representa a los falsos
líderes que son tan destructivos como el
fuego. Aunque parecen traer luz al mundo,
no construyen santuarios para Dios sino que
los destruyen, como el Templo que fue
destruido por el fuego.

El Shabat está asociado con el


“resplandor de luz” y con los Tzadikim que
construyen el Templo. Así, guardar el
Shabat tiene prioridad por sobre la
construcción del Templo. La persona que
viola el Shabat fortalece el “resplandor de
fuego”, la destrucción del Templo. Las
iniciales de las palabras Lo Tevaru Esh
Bekol Moshvoteijem (“no enciendan fuego
en ninguna de sus moradas”) conforman la
palabra MiTABeL (‫מתאבל‬, duelo). La
desacralización del Shabat da como
resultado la destrucción y el duelo.

Estamos obligados a estar de duelo


por la destrucción del Templo. Ese duelo
anula el “resplandor de fuego” de los falsos
líderes y lleva hacia el “resplandor de luz” - la
observancia del Shabat y la reconstrucción
del Templo (Likutey Moharán II, 67).

No enciendan fuego en ninguna de sus


moradas en el Shabat

Algunos dicen que el fuego fue indicado en


este versículo para eximir de la pena capital
a aquel que lo enciende. Otros opinan que el
fuego fue indicado para enseñar que aquél
que lleva a cabo cualquiera de las Treinta y
Nueve Clases de Tareas prohibidas en el
Shabat está sujeto a la pena capital y no que
para verse sujeto al castigo uno debe
transgredir todas las Treinta y Nueve Clases
de Tareas (Shabat 70a).

¿Por qué, de todas las Treinta y


Nueve Clases de Tareas, se indica sólo el
encendido del fuego? El Santo Nombre de
Dios está representado por el Shabat.
Cuando la persona santifica el Shabat,
eleva el Nombre de Dios y trae la luz de
Dios al mundo. Aquel que transgrede el
Shabat anula esa gran luz y la transforma
en una clase diferente de luz - una llama
ardiente. En lugar de ser una fuente de
iluminación, el fuego consume a la persona
tanto física como espiritualmente (ver Likutey
Moharán II, 67) (Likutey Halajot III, p. 12).

Las Treinta y Nueve Clases de Tareas

Aquel que se abstiene de llevar a cabo


en Shabat las Treinta y Nueve Clases de
Tareas implícitas en la construcción del
Tabernáculo (ver la Mishná en Shabat 73a)
merecerá infundirles santidad incluso a los
días de la semana y crear un ámbito para
Dios. Además, merecerá las “treinta y
nueve luces de espiritualidad”, TaL (‫טל‬,
“rocío”, cuyo valor numérico es 39), las
bendiciones de Dios (ver Likutey Moharán I,
11:4). También escapará de las treinta y
nueve maldiciones pronunciadas sobre
Adán, Eva, la Serpiente y la tierra después
de que Adán comió del Árbol del
Conocimiento (Likutey Halajot III, p. 4).

35:5 “Tomen de entre ustedes


una ofrenda para Dios; todo
aquel que se sienta inspirado a
dar traerá la ofrenda a Dios: oro
y plata y cobre”.
Tomen de entre ustedes una ofrenda para
Dios

En el momento de la Revelación en el
Sinaí, los judíos alcanzaron un tremendo
nivel de profecía y pudieron ver a Dios “cara
a cara”. ¿Cómo pudieron entonces hacer
subsecuentemente el becerro de oro?

El Rebe Najmán enseña que cada vez


que la persona está lista para ascender a un
nivel superior, las klipot de ese nuevo nivel
se despiertan para enfrentarla e impedirle
entrar en esas alturas espirituales más
elevadas. Cuando la persona conquista a
esas klipot, asciende al próximo nivel. Pero,
nuevamente, cuando está preparada para
ascender más alto todavía, las klipot del
siguiente nivel se despiertan para impedir su
ascenso. Esas klipot son los poderes de
imaginación de la persona. Para eliminarlos
es necesario dar caridad (Likutey Moharán I,
25).

El rabí Natán agrega que cuando no


se logra vencer a las klipot del nivel
superior, éstas pueden abrumar a la
persona y forzarla a un descenso mucho
más profundo. Eso es lo que le sucedió al
pueblo judío, que dio como resultado el
becerro de oro. Su rectificación fue la
construcción del Tabernáculo, que
representa la caridad (Likutey Halajot VII, p.
130).

Oro y plata

El deseo de riqueza es la causa


principal del ocultamiento de la Divinidad. La
riqueza -en la forma del botín que los judíos
tomaron de los egipcios ahogados en el
mar- también dio los medios para hacer el
becerro de oro. Por lo tanto los judíos
recibieron la orden de contribuir con el oro y
la plata -i.e., su riqueza- para construir el
Tabernáculo. Esos regalos provenientes de
la riqueza sirvieron para manifestar la
Divinidad y contrarrestar el ocultamiento
generado por el becerro de oro (Likutey
Halajot IV, p. 14a).

Oro, plata y cobre

Soy negra pero hermosa (Cantar de los


Cantares 1:5). Aunque soy negra y estoy
manchada debido al becerro de oro, soy
hermosa en el hecho de que hice el
Tabernáculo (Shir HaShirim Rabah 1:5).

Todos contribuyeron a la construcción


del Tabernáculo. Cada judío contribuyó con
sus propios puntos buenos. Así, el
Tabernáculo fue construido por los puntos
buenos de cada persona; ello fue suficiente
para contrarrestar el daño del becerro de oro
(Likutey Halajot I, p. 1b). Los “puntos buenos”
están reflejados en el “oro, plata y cobre”
que los judíos donaron. Los diversos colores
de esos metales reflejan los Colores
Superiores y la belleza de las buenas
acciones de la persona (Likutey Halajot I, p.
2a).
35:22 Vinieron entonces tanto
hombres como mujeres,
cuantos tuvieron un corazón
dadivoso, trayendo anillos para
las narices y pendientes y
anillos y collares, toda clase de
alhajas de oro; también todo
hombre presentó una ofrenda
de oro a Dios.
Vinieron entonces tanto hombres como
mujeres, cuantos tuvieron un corazón
dadivoso

La caridad constituye la principal


rectificación de un pacto dañado. Uno daña
el pacto al emitir simiente en vano, lo que
hace que la abundancia sea transferida al
Otro Lado. Al dar caridad, se retorna la
abundancia hacia el ámbito de la santidad.
Esta idea está aludida en las palabras “tanto
hombres como mujeres” que hace
referencia a la unión marital en santidad, en
la cual no hay simiente desperdiciada
(Likutey Moharán I, 264).

35:27 Los líderes trajeron las


piedras de ónice y piedras
preciosas para el Efod y el
Pectoral
Piedras preciosas para el Efod y el
Pectoral

Cada piedra tiene un color diferente,


enseñando que cada persona es única. Los
líderes de cada tribu contribuyeron con las
piedras - pues los Tzadikim son quienes
elevan la conciencia de cada persona para
hacerles reconocer el hecho de que son
únicas y desarrollar sus cualidades
individuales (Likutey Halajot II, p. 76a-152).

35:30 Dijo entonces Moisés a


los hijos de Israel: “Miren, que
Dios ha llamado por nombre a
Betzalel, hijo de Urí, hijo de Jur,
de la tribu de Iehudá”.

Miren, que Dios ha llamado por nombre


a Betzalel

Cuando el nombre de Betzalel -que


representa al Tzadik- es elevado ante los
ojos de todos, entonces la gente puede “ver”
y comprender lo que sucede a su alrededor
(Likutey Moharán II, 67). Entonces pueden
percibir la Providencia de Dios y la belleza
de la Torá y de los Tzadikim y reconocer a
Aquel que supervisa el mundo.
36:2 Entonces Moisés llamó a
Betzalel y a Oholiav y a todo
hombre de habilidad artística,
en cuyo corazón Dios había
puesto sabiduría, a todo aquel
que su corazón le impulsó, a
que se acercase a la obra para
hacerla.
Betzalel

Betzalel sabía cómo combinar las letras con


las cuales fueron formados los Cielos y la
tierra (Berajot 55b).

El conocimiento artesanal de Betzalel estaba


enraizado en la Torá, que le sirvió a Dios
como el plano para el Acto de la Creación
(cf. Bereshit Rabah 1:1).

El Tabernáculo fue la rectificación para


el daño generado por el becerro de oro,
producto a su vez de la falta de fe de los
judíos en Moisés: “En cuanto a este
Moisés... no sabemos qué le ha sucedido”
(Éxodo 32:1). Más aún, la tarea realizada
para el Tabernáculo representa todas las
clases de trabajos que están enraizados en
la Torá. Así, vemos la gran ventaja de tener
fe en los Tzadikim - pues incluso nuestros
esfuerzos mundanos para ganarnos el
sustento están enraizados en la Torá, y los
Tzadikim son quienes nos muestran cómo
encontrar a Dios y a la Torá incluso en lo
mundano, para que también nosotros
podamos construir un santuario para Dios
(Likutey Halajot VIII, p. 140a).

37:1 Betzalel hizo también el


Arca de madera de acacia; de
dos codos y medio era su
longitud y de codo y medio su
anchura y de codo y medio su
altura.
Betzalel hizo también el Arca

Moisés le dijo a Betzalel que hiciese primero


el Arca y los otros utensilios y que luego
construyese el Tabernáculo. Betzalel le
preguntó a Moisés, “¿Dónde pondré el
Arca?”. Moisés respondió, “Tienes razón.
Primero construye el Tabernáculo y luego
haz los utensilios individuales” (Rashi sobre
Éxodo 38:22).

Moisés representa el daat de toda la


nación. Como tal, simboliza el nivel más
elevado de santidad, el Santo de los
Santos, donde estaba el Arca. Pero Betzalel
sabía que los judíos no estaban en el nivel
de Moisés. Cada uno necesitaba su propio
espacio y lugar dentro del cual relacionarse
con Dios. Así, Moisés se centraba en el
Arca, el foco principal de la Divinidad,
mientras que Betzalel se centraba en
construir primero un lugar para la santidad,
el Tabernáculo (Likutey Halajot IV, p. 12a).

El Arca

El Arca contenía tanto las segundas Tablas


como las [primeras] Tablas quebradas
(Berajot 8b).

La Torá se presenta tanto como una


entidad alcanzable como inalcanzable. Al
comienzo se le revela a la persona (i.e., las
Segundas Tablas que fueron recibidas), pero
entonces ella la olvida (similar a las
Primeras Tablas que fueron quebradas).
Este procedimiento prueba la determinación
de la persona para comprobar si tiene la
voluntad de acercarse a Dios aunque olvide
y a veces se sienta insatisfecha (Likutey
Halajot II, p. 396).
Parashat Pekudei

38:21 Éstas son las cuentas del


Tabernáculo, el Tabernáculo del
Testimonio, que fueron
enumeradas por orden de
Moisés, por obra de los
Levitas, bajo la dirección de
Itamar, hijo de Aarón, el Cohen.
El tabernáculo
MiShKaN (‫משכן‬, Tabernáculo) está
relacionado con MaShKoN (‫משכן‬, garantía).
Dios nos dio el Tabernáculo como garantía
de que Él siempre estaría con nosotros
(Shmot Rabah 31:10).

MiShKaN (‫ )משכן‬es también similar a


MaShJeiNi (‫משכני‬, “me atrajo”) (cf. Cantar de
los Cantares 1:4; ver Rashi), pues nos atrae
hacia Dios y atrae a Dios hacia nosotros (ver
Likutey Moharán I, 70).

El Tabernáculo

MiShKaN (‫משכן‬, Tabernáculo)


comparte la misma raíz que SheJeN (‫שכן‬,
vecino). Pues el propósito del Tabernáculo,
al igual que el propósito del Templo que le
siguió, era atraer y juntar a la gente para
servir a Dios (Likutey Halajot III, p. 380).

El Tabernáculo

MiShKaN (‫משכן‬, Tabernáculo) es un


acrónimo para Mitáh (‫מטה‬, cama), Shuljan
(‫שלחן‬, mesa), Kisé (‫כסא‬, silla), Ner (‫נר‬,
lámpara). Esos objetos mundanos son
absolutamente necesarios para nuestra vida
en este mundo. También pueden ayudarnos
a alcanzar tremendas alturas espirituales si
sabemos cómo utilizarlos de la manera
apropiada. Aprendemos cómo hacerlo de
los grandes Tzadikim - como está aludido
por las letras finales de esas cuatro palabras
mitáH (‫מטה‬, cama), shuljaN (‫שלחן‬, mesa),
kisE (‫כסא‬, silla), neR (‫נר‬, lámpara), que
conforman la palabra AHaRóN (‫אהרן‬,
Aarón), el Tzadik que fue el primer Cohen
Gadol para Dios (Likutey Halajot III, p. 380).

El Tabernáculo, el Tabernáculo del


Testimonio

La palabra Mishkan (Tabernáculo) está


mencionada dos veces en este versículo
pues así esté erigido o destruido, siempre
permanece con nosotros. El Tabernáculo
era desmantelado cada vez que el pueblo
judío se ponía en marcha y reconstruido
cada vez que acampaba, para enseñarnos
que siempre nos acompaña y está con
nosotros. Los judíos pudieron viajar a través
del desierto -un lugar de serpientes
venenosas y de escorpiones, un lugar vacío
de fe y de serenidad, un lugar lleno de
confusión y de dudas- pues el Tabernáculo
siempre estuvo con ellos (Likutey Halajot I, p.
260-131a).

El Tabernáculo, el Tabernáculo del


Testimonio

La repetición de la palabra Mishkan


(Tabernáculo) alude a los Dos Templos que
fueron finalmente destruido (Rashi).

MiShKaN (‫משכן‬, Tabernáculo)


connota haMShaJáh (‫המשכה‬, “acercarse a
Dios”). El Tabernáculo irradiaba Divinidad en
el desierto. Los Templos iluminaban
santidad hacia la diáspora. Hoy en día, la
santidad se manifiesta cada vez que la
gente se reúne en la sinagoga. Al construir
el Tabernáculo en el desierto, Moisés sentó
las bases para la eventualidad de que los
judíos pudieran invocar la Divinidad incluso
en un lugar vacío de Divinidad y pudieran
ser capaces de santificar una sinagoga
(Likutey Halajot II, p. 203a).

Éstas son las cuentas del Tabernáculo,


el Tabernáculo del Testimonio

Treinta y Nueve Clases de Tareas fueron


necesarias en la construcción del
Tabernáculo (Shabat 73a).
Cada vez que la persona trabaja en
aras de Dios, aunque esté dedicada a
tareas mundanas, sus acciones son
consideradas como análogas a la
construcción del Tabernáculo. Tal actividad
es beneficiosa para todos, porque hace
descender el “rocio de bendición” - i.e.,
abundancia. La palabra TaL (‫טל‬, rocío) tiene
el valor numérico de 39.

Por otro lado, si la persona sólo trabaja


para su beneficio material, sus Treinta y
Nueve Clases de Tareas corresponden a los
treinta y nueve latigazos ordenados por una
corte judía para ciertas ofensas
(Deuteronomio 25:3) y a las treinta y nueve
maldiciones que Adán, Eva, la Serpiente y
la tierra recibieron después de que Adán
comió del Árbol del Conocimiento (Tikuney
Zohar #48, p. 85a).

Por ello la palabra Mishkan


(Tabernáculo) está mencionada dos veces
en este versículo - una vez representando
las Treinta y Nueve Clases de Tareas
cuando se llevan a cabo de la manera
apropiada, que traen la bendición y
promueven la construcción del Tabernáculo,
y otra representando las Treinta y Nueve
Clases de Tareas cuando no se llevan a
cabo de la manera apropiada y llevan al
sufrimiento y a la destrucción del
Tabernáculo (Likutey Moharán I, 11:4).
38:36 Una beka por cabeza, es
decir, la mitad de un shekel,
según el shekel del santuario,
por cada uno incluido en el
censo de edad de veinte años
para arriba, de los seiscientos
tres mil quinientos cincuenta.
Una beka por cabeza

Gulgolet (cabeza) hace referencia a


Keter. El poder principal de Keter es el
componer y organizar la mente. Dar para
caridad ayuda a “limpiar la cabeza” (Likutey
Halajot I, p. 202a).

39:32 Fue acabada toda la obra


del Tabernáculo, de la Tienda
de Reunión; pues hicieron los
hijos de Israel de acuerdo a
todo lo que había mandado
Dios a Moisés; así lo hicieron.

Toda la obra del Tabernáculo

Las Treinta y Nueve Clases de Tareas


llevadas a cabo en la construcción del
Tabernáculo representan tzimtzumim
(constricciones). Esas constricciones son
como nudos, reflejando los treinta y nueve
hilos y nudos de los tzitzit. Cumplir con la
mitzvá de los tzitzit corresponde a la
construcción del Tabernáculo (Likutey Halajot I,
p. 82).

39:33 Entonces le trajeron a


Moisés el Tabernáculo, la
Tienda y todos sus utensilios:
sus ganchos y sus tablones,
sus travesaños, sus columnas
y sus basas.
Entonces le trajeron a Moisés el
Tabernáculo... Moisés erigió el
Tabernáculo

MiShKan (‫משכן‬, Tabernáculo) es


similar a MoSheJ (‫מושך‬, llevar o atraer). El
Tabernáculo llevaba a la gente hacia Dios.

Esto es similar a la fuerza gravitacional


de la tierra. Aquel que es como la tierra -i.e.,
un Tzadik como Moisés, que era
extremadamente humilde- también tiene
este poder de atracción. Por lo tanto, sólo
Moisés pudo erigir el Tabernáculo (Likutey
Moharán I, 70).

Entonces le trajeron a Moisés el


Tabernáculo... Moisés erigió el
Tabernáculo

Nuestras acciones y plegarias hacen


que se manifieste en este mundo la
Presencia de Dios - que es
conceptualmente equivalente a erigir el
Tabernáculo. Sin embargo, sólo el
verdadero Tzadik sabe cómo colocar a cada
plegaria en su lugar apropiado, para que el
Tabernáculo sea construido de la manera
correcta. Es por ello que Moisés fue el único
que pudo erigir el Tabernáculo (Likutey
Moharán I, 2:7).

Sus ganchos y sus tablones, sus


travesaños, sus columnas y sus basas
Cada parte, cada diseño y cada cosa
servía para revelar una medida de Divinidad
(Likutey Halajot IV, p. 111a).

39:43 Moisés vio toda la obra y


he aquí que la habían acabado
de hacer exactamente como
había ordenado Dios. Moisés
los bendijo.
Moisés los bendijo

Moisés les dio una doble bendición: que la


Presencia Divina descansara sobre la obra
de sus manos y que la Gloria de Dios
descansara sobre ellos y sobre la obra de
sus manos (Rashi).

El Tabernáculo representa daat


(conocimiento de Dios). La bendición tuvo
que ser doble, pues primero uno tiene que
traer daat y luego puede llevar la bendición
hacia la obra de sus manos (Likutey Halajot
VIII, p. 198a).

Moisés los bendijo

¿Cuál fue la bendición que les dio? “Que la


gracia de Dios descanse sobre nosotros y
que sea establecida la obra de nuestras
manos, establece la obra de nuestras
manos” (Salmos 90:17) (Rashi).
La doble referencia a “nuestras manos”
indica una bendición para el trabajo y el
sustento junto con un pedido para que sea
bendecida la construcción del Tabernáculo.
El trabajo y la construcción del Tabernáculo
son sinónimos. Mientras la persona tenga
presente a Dios al trabajar para ganarse el
sustento, sus tareas serán equivalentes al
trabajo para la construcción del Tabernáculo
(Likutey Halajot VII, p. 44).

40:2 “En el primer día del


primer mes erigirás el
Tabernáculo, la Tienda de
Reunión”.
El Tabernáculo, la Tienda de Reunión

La Torá se recibe principalmente a


través del Tabernáculo y del Templo. Desde
el día en que fue erigido el Tabernáculo,
Dios le habló a Moisés exclusivamente a
través del Tabernáculo. Más tarde, todas las
leyes fueron decretadas en el Templo, el
asiento del Sanedrín. Hoy en día,
estudiamos las leyes de Dios en los batei
MiDRaSh (‫בתי מדרש‬, “casas de estudio”) -
de la raíz hebrea DoReSh (‫דורש‬, “dar un
discurso”) y DoReSh umevakesh (‫ומבקש‬
‫דורש‬, “uno que busca”). Los discursos y las
lecciones de Torá dirigen a la gente hacia la
búsqueda de la verdad y difunden la fe en
Dios (Likutey Halajot I, p. 247a).

40:17 En el primer mes del


segundo año, el primer día del
mes, se erigió el Tabernáculo.
Se erigió el Tabernáculo

Por sí mismo (Rashi sobre Éxodo 39:33).

Debido a que todos contribuyeron para


el Tabernáculo por su propia y libre voluntad,
despertaron el Favor Divino y Dios
construyó el Tabernáculo para ellos. Por lo
tanto, Rashi dice que el Tabernáculo se
construyó “por sí mismo”. De la misma
manera, el que da generosamente para
caridad invoca la bendición especial para
que su trabajo y sustento “sean hechos” por
Dios Mismo (Likutey Halajot III, p. 3a).

Se erigió el Tabernáculo

Cada vez que se erigía el Tabernáculo,


el lugar adquiría la santidad del Tabernáculo
mismo. Pero en el momento en que era
desmantelado, el lugar que había ocupado
dejaba de tener santidad. ¿Adónde iba la
santidad?

El Tabernáculo era el vehículo para la


revelación de la Divinidad. La Divinidad está
en todas partes y puede encontrarse en
cada cosa y lugar. Pero la Divinidad sólo se
revela cuando la persona la busca. El
Tabernáculo corresponde al nivel de “¿Aié?
¿Dónde está el lugar de Su gloria?” (Kedushá
de Musaf). En cada lugar en que la persona
encuentra a Dios, allí es donde erige su
tabernáculo, pues allí se revela la Divinidad
(Likutey Halajot VII, p. 51a).

40:18 Moisés erigió el


Tabernáculo y colocó sus
basas y puso sus tablones y
metió sus travesaños y levantó
sus columnas.
Moisés erigió el Tabernáculo

Todos los judíos contribuyeron a la


construcción del Tabernáculo. Algunos
contribuyeron con los materiales mientras
que otros lo hicieron con su construcción.
Pero sólo Moisés pudo armar el
Tabernáculo.

Todos pueden alcanzar el nivel del


ratzón (voluntad o deseo) de servir a Dios.
Sin embargo, sólo el Tzadik más grande de
la generación puede alcanzar el nivel del
ratzón que trae la Divinidad y la manifiesta.
Así, todos debían llevarle su trabajo a
Moisés para que pudiese ser utilizado en el
Tabernáculo (Likutey Halajot III, p. 8).
Le preguntaron cierta vez al rabí
Natán, “¿Quién es más grande? Aquel que
lleva a cabo grandes devociones o alguien
que se comporta de manera más simple
pero que sigue al Tzadik?”. Respondió el
rabí Natán, “Fíjate en la construcción del
Tabernáculo. No importaba con qué
contribuía la persona, si no se lo llevaba
primero a Moisés no tenía valor ni lugar en
el Tabernáculo. Aun así, ¡si el más simple
de los judíos hacía la cosa más
insignificante y se la llevaba a Moisés, con
seguridad era colocada en el Tabernáculo!”
(Avanea Barzel #62).
40:35 Moisés no pudo entrar en
la Tienda de Reunión debido a
que la nube descansaba sobre
ella. La gloria de Dios llenaba
el Tabernáculo.
La gloria de Dios llenaba el Tabernáculo

En la medida en que el Tzadik -que es


comparado con el Tabernáculo- atrae a la
gente hacia Dios, de la misma manera
eleva la gloria de Dios (Likutey Moharán I, 70).
Levítico - Vaikrá
Parashat Vaikrá

1:1 Él llamó a Moisés desde la


Tienda de Reunión, diciendo,
“Cuando alguno de ustedes
traiga un animal como
sacrificio a Dios, del ganado,
de las ovejas o de las cabras”.
Él llamó a Moisés

Es costumbre comenzar la educación de


Torá de los niños con el Sefer Vaikrá (El
Libro de Levítico). Esto se debe a que los
niños son puros y Vaikrá habla de los
sacrificios ofrecidos en estado de pureza
ritual. “Que los puros vengan y se dediquen
al estudio de lo puro” (Vaikrá Rabah 7:3).

En el rollo de la Torá, la letra alef (‫)א‬


final de la palabra VaikrA (‫ויקרא‬, “Él llamó”)
está escrita más pequeña que las otras
letras. Esto es conocido como una alef zeirá
(alef pequeña). En arameo, la palabra alef
significa “enseñar” y zeirá también connota
“joven” o “pequeño”. Así, alef zeirá puede
leerse como “enseña a los niños pequeños” -
lo que indica que debemos comenzar a
enseñarles Torá a nuestros hijos a partir del
Libro de Levítico.
El Libro de Levítico continúa
directamente después de la descripción de
la construcción del Tabernáculo con la cual
concluye el Libro del Éxodo, porque la
pureza de los niños emana de ese
Santuario. Cada Tzadik construye también
un santuario, del cual reciben su pureza los
niños relacionados con él (Likutey Moharán I,
282).

La alef pequeña

La ALeF (‫ )אלף‬pequeña de la palabra VaikrA


(‫ויקרא‬, “Él llamó”) alude a ELeF (‫אלף‬, un
mil). Cuando fue dada la Torá, Moisés
recibió 1.000 luces espirituales. Cuando los
judíos pecaron, esas luces le fueron
retiradas y sólo se quedó con una luz. La
pequeña alef en la palabra Vaikrá tiene el
valor de 1, correspondiente a la única luz
espiritual que quedó con Moisés (Shaar
HaPesukim, p. 158; Sefer HaLikutim, Ki Tisá,
p. 170).

Moisés perdió sus 1.000 luces cuando


los judíos hicieron el becerro de oro.
Después de que rectificaron ese pecado
construyendo el Tabernáculo, Dios “llamó a
Moisés” para decirle que aunque el pueblo
había pecado de una manera terrible,
Moisés podía rectificar ese pecado.
¿Cómo? Dedicándose activamente a
buscar y encontrar el bien -incluso la más
pequeña medida de bien- en cada pecador.
Mientras pudiese encontrar una sola chispa
de bien en un pecador, podría despertar a
los judíos al “llamado” de Dios y restaurar
esas luces espirituales (Likutey Halajot III, p.
148).

1:2 “Habla al pueblo judío y


dile: ‘Cuando alguno de
ustedes traiga un animal como
sacrificio a Dios, que lo traiga
del ganado vacuno, de las
ovejas o de las cabras’”.

Cuando alguno de ustedes traiga un


animal como sacrificio a Dios
Los sacrificios corresponden al Acto de
la Creación, cuando Dios separó el bien del
mal. De la misma manera, los sacrificios
separan el bien del mal (Likutey Halajot I, p.
3a).

Cuando alguno de ustedes traiga un


animal como sacrificio a Dios

Los sacrificios ascienden hacia el Ein


Sof (el Infinito). Al elevarse a semejantes
alturas, los sacrificios animales tienen el
poder, en particular, de rectificar a los
mundos inferiores (Likutey Halajot I, p. 163a).

Cuando alguno de ustedes traiga un


animal como sacrificio a Dios

La persona peca debido a una falta de


daat, como enseñaron nuestros Sabios: “La
persona sólo peca debido a que ha sido
dominada por un espíritu de locura” (Sotá
3a). Para rectificar ese daat restringido, el
ofensor debe llevar un sacrificio animal,
reflejando el hecho de que los animales
carecen de daat. De esa manera,
demuestra que está dispuesto a sacrificar
sus tendencias animales (Likutey Halajot I,
págs. 39a, 78).

La Torá reitera “mi-kem...min ha-


behema - de ustedes... del animal
(ganado)”, pues el sacrificio debe ser del
animal interior, de las características más
bajas de la persona (ibid., V, p. 48a). Si traes
un sacrificio “del animal”, merecerás ser
clasificado como “hombre” (ibid., III, p. 174).

Un sacrificio a Dios

Los sacrificios son considerados el


“alimento del Rey”. Éste “alimento”
contrarresta los malos deseos, en especial
la codicia (Likutey Halajot I, p. 352). Los
sacrificios también son una forma de
caridad, correspondiente al concepto de
“sacrificar” a Dios nuestra riqueza. Dar
caridad quiebra el rasgo de la codicia, dado
que ayuda a que la persona reconozca que
todas sus ganancias provienen de Dios (ver
Likutey Moharán I, 13).

Un sacrificio a Dios

Cada clase de sacrificio era ofrecida en


un lugar especial del Templo. Algunos
sacrificios eran ofrecidos en el Santo de los
Santos, otros debían ser sacrificados en la
sección norte del Patio, y otros eran
llevados al área general del Templo. Así
como cada sacrificio tenía su propio lugar,
cada uno tenía el objetivo de efectuar una
rectificación diferente y una clase diferente
de perdón (Likutey Halajot I, p. 380).

El libro de Levítico hace una lista de


varios tipos de sacrificios que deben ser
presentados por los individuos o por la
comunidad. Las siguientes son las
categorías generales de sacrificios:
Olá (‫עלה‬, ofrenda quemada) - un sacrificio
animal que es completamente quemado
sobre el Altar
Minjá (‫מנחה‬, ofrenda vegetal) - una ofrenda
de harina fina, aceite e incienso
Shelamim (‫שלמים‬, ofrenda de paz) - una
ofrenda quemada, de las grasas y riñones
de un animal; las otras partes eran
entregadas al Cohen, y lo que quedaba era
comido por el dueño
Jatat (‫חטאת‬, ofrenda de pecado) - la
sangre del animal era derramada sobre el
Altar y las grasas también eran quemadas;
el resto era comido por los Cohanim
Asham (‫אשם‬, ofrenda de culpa) -
dependiendo de los medios del individuo,
esta ofrenda podía ser un animal del
rebaño, dos palomas o harina fina
Miluim (‫מלואים‬, ofrenda de inauguración)
una ofrenda llevada por el Cohen cuando se
unía al servicio en el Templo
Korbán todá (‫קרבן תודה‬, ofrenda de
agradecimiento) - un sacrificio animal
llevado junto con cuatro tipos diferentes de
pan; algunas partes del animal eran
quemadas sobre el Altar, otras eran dadas
al Cohen y lo que quedaba era comido por
el dueño
Korbán tamid (‫תמיד קרבן‬, sacrificio diario) -
cada mañana y cada tarde, los Cohanim en
el Tabernáculo (y más tarde en el Templo)
llevaban la ofrenda de una oveja de un año
para ser quemada, junto con harina fina y
aceite
Ketoret (‫קטרת‬, ofrenda de incienso) - una
ofrenda de once especias finamente
molidas, que era quemada sobre el Altar de
Oro en el Santuario Interior, junto al Santo
de los Santos.

1:3 “Si su sacrificio es una


ofrenda quemada de un
vacuno, deberá ofrendar un
macho sin defecto. Lo
presentará por su propia
voluntad en el Patio de la
Tienda de Reunión, delante de
Dios”.
Si su sacrificio es una ofrenda quemada

El Olá (ofrenda quemada) expía por los


malos pensamientos (Vaikrá Rabah 7:3).

Olá significa literalmente “ascender”.


Puede ser asociado con los pensamientos
de la persona que ascienden de una
manera arrogante; nuestros Sabios
comparan la arrogancia con la idolatría.

Es común que, en un momento u otro,


la mente del individuo se distraiga durante la
plegaria. Este estado se equipara con la
idolatría en el hecho de que la persona cae
de su estado anterior de cercanía a Dios y
su mente queda ocupada con temas
materiales y egoístas. Su rectificación es
llevar un olá o su equivalente conceptual. El
esfuerzo que hace para llevar el sacrificio en
aras de Dios la ayuda a disolver su
arrogancia y volver a Dios (Likutey Moharán I,
108).

Si su sacrificio es una ofrenda quemada

La klipá conocida como noga


(literalmente, “brillo”) rodea a la persona -
como en el versículo “una noga rodeándola”
(Ezequiel 1:4)- y hace que tenga
pensamientos ajenos a la Divinidad. Aquel
que experimente tales pensamientos deberá
clamar, “¿Aié? ¿Dónde está el lugar de Su
gloria?” (Kedushá de Musaf). De esa manera,
evocará el clamor de Itzjak, quien -mientras
era llevado al sacrificio por su padre
Abraham- exclamó, “¿Aié? ¿Dónde está el
cordero para el olá?” (Génesis 22:7). Clamar,
“¿Aié?” constituye la propia ofrenda olá de la
persona, permitiéndole “ascender” desde las
dudas, herejías y confusiones de su
pensamiento hacia grandes alturas
espirituales (Likutey Moharán II, 12).

1:4 “Luego pondrá su mano


sobre la cabeza de la ofrenda
quemada y ello le será
aceptado en favor suyo, para
hacer expiación por él”.

Pondrá su mano sobre la cabeza de la


ofrenda quemada

Aquel que trae un sacrificio debe apoyarse


sobre el animal y, al hacerlo, confesar sus
pecados (Ioma 36a).

Con ello, uno transfiere hacia el animal


los pecados que fueron causados por sus
tendencias animales. El animal es entonces
sacrificado, indicando que la persona ha
sacrificado sus bajos deseos animales
(Likutey Moharán I, 25:final).

1:5 “Entonces degollará al


novillo delante de Dios, y los
hijos de Aarón, los Cohanim,
ofrendarán la sangre y rociarán
la sangre sobre el Altar, a la
entrada de la Tienda de
Reunión”.

La sangre de los sacrificios

La sangre del animal era ofrecida


sobre el Altar como una expresión de
arrepentimiento por la “sangre caliente” que
se posesionó de la persona y la hizo pecar
(Likutey Halajot III, p. 56).

Los sacrificios

Hoy en día, incluso sin el Templo,


también podemos presentar sacrificios.
Estos son el deseo constante de la persona
y su anhelo de servir a Dios. Tan poderosas
son esas expresiones positivas de voluntad,
que anulan a las fuerzas del mal (Likutey
Halajot II, p. 81a).

La ofrenda quemada

La ofrenda quemada, que simboliza el


tomar nuestras tendencias animales y
elevarlas hacia la Divinidad, efectúa el
perdón por los malos pensamientos (Likutey
Halajot II, p. 404).

Los sacrificios y la Parashat HaTamid

La ley judía estipula el recitado de la


Parashat HaTamid (el pasaje de los
sacrificios diarios) todos los días (Oraj Jaim
48).

Cada día tiene su propio birur (proceso


de clarificación y rectificación); en otras
palabras, cada día es un nuevo día, una
nueva creación con sus propias y únicas
cualidades. También la persona es una
nueva creación cada día. Por ello, las
responsabilidades del hombre cambian día
a día, pues Dios lo coloca en nuevas
circunstancias para que pueda mejorar de
diferentes maneras. Más aún, los nuevos
desafíos que confrontan a la persona
corresponden a las rectificaciones que debe
realizar en ese día en particular. Pues es
posible, cada día, rectificar chispas de
santidad que no podrían haber sido
rectificadas anteriormente.

Traemos un sacrificio diario para


separar el nivel animal del nivel humano y
elevar las chispas de santidad hundidas en
los ámbitos inferiores. Durante el día, los
pecados hacen que la persona descienda
del nivel humano al nivel animal, como
dicen nuestros Sabios: “Ella cometió un acto
animal; que su sacrificio sea de alimento
para animales” (Sotá 14a). Al ofrecer el
sacrificio animal diario, incluso de manera
simbólica, sacrificamos nuestro
comportamiento y tendencia animal y
volvemos al nivel humano (Likutey Halajot I, p.
109-220).

Incluso el recitado de la Parashat


HaTamid tiene el poder de anular la idolatría
y el ateísmo (ibid., I, p. 352).

1:9 “Las entrañas y las patas


deben ser lavadas en agua. El
Cohen hará consumir todo
sobre el Altar como una
ofrenda quemada, ofrenda
ígnea de aroma agradable a
Dios”.

Aroma agradable

La frase “aroma agradable” está escrita tanto


en referencia a un novillo como a una oveja
y a la ofrenda vegetal. Esto nos enseña que
aunque la ofrenda sea grande o pequeña,
Dios la acepta mientras las intenciones de la
persona estén dirigidas hacia Él (Menajot
110a).

Cada persona posee una percepción


diferente de la verdad. Ésta tiene un
concepto amplio, aquella otra uno más
estrecho. Pero lo único que cuenta es la
sinceridad de las devociones de cada uno
(Likutey Halajot VII, p. 318).

2:2 “La traerá a los hijos de


Aarón, los Cohanim. Uno de
ellos tomará de allí su puño
lleno de flor de harina y de su
aceite, con todo su incienso;
y el Cohen hará consumir
esto por memorial sobre el
Altar. Es una ofrenda
quemada, de fragancia
agradable a Dios”.

Uno de ellos tomará de allí su puño


lleno de flor de harina y de su aceite

El Cohen representa el rasgo de jesed


(bondad). Kamatz (el puño lleno) significa
literalmente “cerrado” o “constreñido” y hace
referencia a Dios reteniendo de la persona
Su bondad. Esta constricción se produce
cuando la persona se dedica a la calumnia.
La calumnia fortalece las tendencias
animales, lo que a su vez permite que la
imaginación se apodere de la persona
(Likutey Moharán I, 54:5). Esto puede
rectificarse presentando un sacrificio y
venciendo así las tendencias animales.
Cuando la persona subyuga el poder de la
imaginación y eleva su amor a Dios, el
amor de Dios y Su bondad descienden
nuevamente sobre ella.

2:13 “Y sazonarás con sal


todas tus ofrendas de comida.
Y no dejarás que falte en tu
ofrenda vegetal la sal del pacto
de tu Dios. Deberás ofrecer sal
con todos tus sacrificios”.

La sal del pacto


La Torá describe el uso de la sal en los
sacrificios como un “pacto”. Los Tzadikim
también corresponden a un pacto - el pacto
de guardar la pureza sexual. Así como la sal
les da sabor a las comidas, cuidar el pacto
endulza la amargura - particularmente la
amargura que acompaña el ganarse el
sustento (Likutey Moharán I, 23:2).

La sal del pacto

Dios hizo un pacto con la sal, asegurándole


que siempre sería puesta sobre el Altar
(Rashi).

La sal representa un brit especial


(‫ברית‬, pacto) - es decir, la moralidad y la
santidad del brit milá (‫ברית מילה‬, el pacto
de la circuncisión) (Likutey Halajot II, p. 29a).

4:2 “Habla a los hijos de Israel


y diles: Cuando alguno peque
por equivocación, violando
cualquiera de los preceptos de
Dios relativos a las cosas que
no deben hacerse”.

Los preceptos de Dios

MiTzVá (‫מצוה‬, precepto) tiene la


misma raíz que TzeVet (‫צות‬, unir). AVeRá
(‫עברה‬, pecado) tiene la misma raíz que
AVaR (‫עבר‬, pasar a través o por sobre). La
mitzvá une a la persona con Dios. El
pecado hace que la luz de Dios pase a
través o por sobre la persona, disminuyendo
la posibilidad de experimentar la luz de Dios
(Likutey Halajot I, p. 29a-58).

Cuando alguno peque por equivocación

Itzjak representa guevurá (juicio). El


juicio genera dos aspectos: sabiduría y las
impurezas que provienen del aspecto del
juicio. El hijo de Itzjak, IaACoV (‫)יעקב‬
connota sabiduría, como la frase
vaIaACVeni (‫ויעקבני‬, “me superó en
inteligencia”) (Génesis 27:36). El otro hijo de
Itzjak, Esaú, representa el alma pecadora
(Likutey Moharán I, 74). Cada persona debe
también juzgar y decidir: seguir el camino de
la sabiduría y el reconocimiento de Dios o
embarcarse en el sendero del pecado.

4:4 “Deberá traer el novillo a la


entrada de la Tienda de
Reunión delante de Dios y
pondrá sus manos sobre la
cabeza del novillo. Entonces
degollará al novillo delante de
Dios”.
Pondrá sus manos sobre la cabeza del
novillo

Antes de sacrificar el animal y de


arrojar su sangre sobre el Altar, el penitente
colocaba las manos sobre el animal y en
arrepentimiento confesaba sus pecados
delante de Dios. Sin embargo, el principal
arrepentimiento se lleva a cabo en Rosh
HaShaná, que es el primero de los Diez
Días de Arrepentimiento. En ese día, uno
puede apelar directamente a Dios por el
perdón.

¿Por qué el arrepentimiento es más


fácilmente aceptado en Rosh HaShaná?
Cuando las transgresiones de la persona
son juzgadas en un tribunal terrestre, no es
posible revertir el veredicto una vez que ha
sido emitido. Pero cuando uno se arrepiente
delante de la Corte Celestial, reconociendo
que, en Su bondad, Dios creó el mundo y
nos creó para recibir Sus regalos, el
arrepentimiento tiene el poder de revertir el
veredicto (Likutey Halajot I, 478).

4:28 “Si su pecado le es


conocido, traerá por sacrificio
una cabra, hembra sin tacha,
con motivo del pecado que ha
cometido”.
La ofrenda de pecado

El pecado es resultado de haber


escuchado al espíritu animal en lugar de
haberle prestado oídos al espíritu humano
que conecta a la persona con Dios. Por lo
tanto aquel que peca debe traer un sacrificio
animal para expiar por sus acciones y elevar
el espíritu animal hacia el nivel humano.
Cuando los Cohanim comen de ese
sacrificio, efectúan el perdón de la persona.
Los Cohanim representan a los Tzadikim
que “comen para saciar sus almas” (cf.
Proverbios 13:25). No sólo pueden elevar los
mundos materiales hacia lo espiritual, sino
que su comer también atrae espiritualidad
hacia el mundo material (Likutey Halajot III, p.
63a).

La ofrenda quemada y la ofrenda de


pecado

El olá (ofrenda quemada) se lleva a


cabo con un animal macho; el jatat (ofrenda
de pecado) mediante una hembra. La
ofrenda quemada efectúa el perdón por los
malos pensamientos que están asociados
con el ámbito de Jojmá, el principio
masculino. La ofrenda de pecado tiene un
poder mayor, pues puede efectuar el perdón
incluso por una mala acción, que está
asociada con los ámbitos inferiores y el
principio femenino de Maljut. Así, Maljut
rectifica y eleva el alma dañada que ha
pecado (Likutey Halajot IV, p. 6).

5:6 “Deberá traer su ofrenda de


culpa a Dios por el pecado que
ha cometido: una hembra de
ganado ovino o una cabra del
rebaño, como ofrenda de
pecado, entonces el Cohen
hará expiación por él, con
motivo de su pecado”.

La ofrenda variable

(Esta clase de ofrenda de culpa es


conocida como korbán olé ve-iored
[literalmente, “un sacrificio de más o
menos”], o una “ofrenda variable”).

La ofrenda variable demuestra la


compasión de Dios. Aunque alguien esté
muy lejos de Dios y sea muy pobre en su
reconocimiento de la Divinidad, Dios aún le
da la oportunidad de retornar (Likutey Halajot
II, p. 21a). Esto se debe a que la ofrenda
“variable” permite el arrepentimiento aunque
las circunstancias de la persona continúen
cambiando.

Cuando Dios se le apareció a Abraham


en el Pacto Entre las Mitades (ver Génesis
15:9-21), le reveló todos los sacrificios
excepto la ofrenda vegetal (que también es
parte de la ofrenda variable). Dios no
elaboró sobre esto pues la ofrenda vegetal
es algo incomprensible: en todo momento y
en todos los casos, Dios aceptará a la
persona que vuelva a Él (Likutey Halajot II, p.
424-213a).

5:11 “Si sus recursos no


alcanzan para traer dos
tórtolas o dos palomas, deberá
traer entonces la décima parte
de un efa de flor de harina, por
ofrenda de pecado; no le
pondrá aceite, ni echará sobre
ella incienso; porque es una
ofrenda de pecado”.
Si sus recursos no alcanzan

Una persona pobre trae una ofrenda


vegetal, el sacrificio del pobre. Esto
corresponde a la “plegaria del pobre” (Salmos
102), que asciende a los niveles más
elevados y es muy valiosa a los ojos de
Dios. Aun así, el penitente debe hacer un
esfuerzo significativo para asegurarse de
que su ofrenda sea aceptada. Su pobreza
implica juicios, que son difíciles de mitigar
(Likutey Halajot II, p. 382-192a).
5:22 “O encontró lo perdido y
lo niega, jurando en falso, en
cualquiera de aquellos casos
en que los hombres suelen
hacer, pecando en ellos”.

O encontró lo perdido y lo niega

El pecado de robar o de negar la


propiedad de otra persona es equivalente a
la herejía. Así como se nos prohíbe tomar
la propiedad de otro, también se nos
prohíbe profundizar en pensamientos que
están más allá de nuestra capacidad de
comprensión, pues esas cuestiones e
investigaciones son heréticas por
naturaleza. Así, robar se equipara con la
herejía (Likutey Halajot VII, p. 132a).

5:23 “Si peca y reconoce su


culpa, deberá devolver lo
robado por la fuerza o lo
defraudado o el depósito que
le fue encomendado o la cosa
perdida que encontró”.
Deberá devolver lo robado

Antes de que pueda arrepentirse, la


persona debe retornar lo que robó. En
esencia, el pecador le ha robado a Dios y a
sus congéneres judíos, dado que el pecado
desvía hacia el Otro Lado la abundancia
que debería descender sobre la Comunidad
de Israel. La intención de Dios es que Su
abundancia sea dirigida hacia Su nación,
pero el pecado cambia el destinatario. Por
ello el arrepentimiento se vuelve difícil -
primero será necesario recuperar aquello
que uno ha hecho que se pierda y luego se
lo deberá devolver a su Dueño Legítimo.

Si pensamos en ello, el
arrepentimiento no debería ayudar en
absoluto. De acuerdo a la ley, el pecador
merece el castigo; ¿acaso Dios no debería
juzgar de acuerdo a la letra de la ley y emitir
los veredictos en su contra? Pero Dios
también tiene una compasión infinita.
Mediante Su Tesoro de Dones Inmerecidos,
Él otorga el perdón y emite decretos
compasivos en lugar de castigar
directamente. Su paciencia le permite al
pecador arrepentirse y buscar el perdón
completo. Cuando la persona realmente
quiere retornar a Dios, recupera lo que ha
hecho que se pierda y se lo devuelve a su
Dueño Legítimo (Likutey Halajot VIII, p. 218a-b).

Deberá devolver lo robado

Si la persona peca en contra de Dios,


su arrepentimiento es aceptado al presentar
un sacrificio. Pero si peca en contra de otra
persona, primero deberá devolver el objeto
robado y luego llevar el sacrificio.

Los sacrificios sólo pueden ser


ofrecidos en el Templo, que se encuentra
sobre la Even Shetiá (la Roca Fundacional)
de la cual provino el mundo entero. La Roca
Fundacional representa la unidad, pues todo
estaba incluido en ella antes de la formación
del mundo. Cuando alguien daña a otra
persona, crea una separación. Por lo tanto y
antes de llevar el sacrificio al Templo,
primero deberá unirse con aquel que ha
dañado y buscar la unión con él (Likutey
Halajot VIII, p. 216a-b).

5:26 “El Cohen hará expiación


por él delante de Dios y le será
perdonado su pecado en
cuanto a cualquiera de todas
aquellas cosas que hubiere
hecho, de lo cual hubiere sido
culpable”.

De todas aquellas cosas que hubiere


hecho, de lo cual hubiere sido culpable”

Adán pecó en el mismo día (viernes) en que


fue creado. Su castigo debía haber
comenzado de manera inmediata, pero el
Shabat lo protegió y le permitió quedarse en
el Jardín del Edén hasta después de la
finalización del Shabat (Zohar II, 138a).
El poder del Shabat para ayudar a la
persona a expiar sus pecados encuentra
una alusión en la frase Le-AShMáH BaH
(‫לאשמה בה‬, “de la cual hubiere sido
culpable”), que es un acrónimo de LeEl
Asher Shavat Mi-kol Hamaasim BaIom
Hashevii (‫לאל אשר שבת מכל המעשים‬
‫ביום השביעי‬, “para el Dios Que descansó
de todas Sus obras en el Séptimo Día”)
(liturgia de la mañana del Shabat) (Likutey Halajot
VII, p. 230b).
Parashat Tzav

6:2 “Manda a Aarón y a sus


hijos, diciendo: Ésta es la ley
de la ofrenda quemada: La
ofrenda quemada estará sobre
la hoguera, encima del Altar,
toda la noche hasta la mañana
y el fuego del Altar ha de
mantenerse ardiendo en él”.
Ésta es la ley de la ofrenda quemada

OLá (la ofrenda quemada) significa


literalmente “ascender”. Esto trae a la mente
la frase Mi zot OLá (“¿Quién es ésta que
asciende?”) (Cantar de los Cantares 3:6). Esta
frase también puede leerse como “Quien
asciende con ésta” (Tikuney Zohar #21, p. 55b).
En esta última frase “quien” hace referencia
a la sefirá de Biná (Comprensión), que es
intangible y se encuentra más allá de la
comprensión, y “ésta” hace referencia a la
sefirá de Maljut (Reinado), un concepto que
está dentro de las posibilidades de nuestra
comprensión: la soberanía de Dios. El Ari
explica que “quien” y “ésta” también
corresponden al Templo Celeste arriba y al
Templo terrestre, abajo. El “quien”
trascendental y el “ésta” inmanente
ascienden juntos.

Cada uno puede efectuar estos


ascensos mediante la plegaria y el
arrepentimiento (Likutey Moharán I, 49:4).
Mediante sus plegarias, la persona rectifica
los daños en Maljut - los pecados que ha
cometido al no aceptar la soberanía de
Dios. Mediante el arrepentimiento rectifica
todos los daños asociados con Biná. Aquel
que trae un sacrificio olá eleva tanto a
Maljut como a Biná y por lo tanto
contribuye a la reconstrucción del Templo
Celeste y del Templo terrestre.
7:12 “Si trae una ofrenda de
agradecimiento, deberá
presentar junto con el
sacrificio de agradecimiento
una ofrenda de tortas sin
levadura mezcladas con
aceite; matzot untadas con
aceite y hogazas sin levar,
hervidas, de flor de harina
mezclada con aceite”.

Si presenta una ofrenda de


agradecimiento

En el futuro, todos los sacrificios serán


suspendidos excepto el sacrificio de
agradecimiento (Vaikrá Rabah 9:7).

En ese tiempo, cuando no haya más


pecado, sólo será necesario ofrecer
agradecimientos a Dios (Likutey Moharán II,
2:1). Entonces nos acercaremos mucho
más a Dios y, al hacerlo, aumentará nuestra
comprensión de la grandeza de Dios; de
esa manera también aumentará nuestro
agradecimiento. Lo opuesto también se
aplica: agradecer a Dios nos ayuda a
acercarnos a Él. Esto es algo que podemos
hacer en este mundo.
La ofrenda de agradecimiento

En el futuro, todos los sacrificios serán


suspendidos excepto el sacrificio de
agradecimiento (Vaikrá Rabah 9:7).

El resto de los sacrificios efectúa el


perdón por el pecado - y todo será
perdonado en el Futuro. Pero la ofrenda de
agradecimiento, que es traída por la
persona que sobrevive a una situación de
vida o muerte, expresa agradecimiento por
la bondad de Dios. Mediante el sufrimiento,
uno se hace digno de conocer a Dios
(Likutey Halajot II, p. 288).

La ofrenda de agradecimiento
En el futuro, todos los sacrificios serán
suspendidos excepto el sacrificio de
agradecimiento (Vaikrá Rabah 9:7).

La ofrenda de agradecimiento
simboliza la unión de los opuestos. Era
llevada tanto con matzá como con jametz,
aludiendo a que uno debe tratar de unir
esos opuestos, creando el motivo para un
verdadero agradecimiento. En Pesaj, sólo
comemos matzá; en Shavuot, llevamos
dos hogazas de pan (conocidas como “las
hogazas de agradecimiento”) como ofrenda
al Templo. Esas festividades “opuestas”
están unidas en la porción de la Torá de la
Parashat Tzav, que detalla la ofrenda de
agradecimiento y que se lee usualmente
antes de Pesaj, para hacernos recordar que
el objetivo principal del Éxodo en Pesaj fue
obtener la Torá en Shavuot (Likutey Halajot I,
p. 238-120a).

Deberá presentar junto con el sacrificio


de agradecimiento una ofrenda de tortas
sin levadura mezcladas con aceite;
matzot untadas con aceite y hogazas sin
levar, hervidas, de flor de harina
mezclada con aceite... con hogazas de
pan leudado

La ofrenda de agradecimiento incluye


cuatro tipos de pan, porque refleja la alegría.
Esto es lo opuesto de trabajar para ganarse
el sustento, sobre lo cual está escrito, “Con
tristeza comerás” (Génesis 3:17). La alegría
de la salvación eleva nuestro “pan” (Likutey
Halajot II, p. 280).

7:23 “Habla a los hijos de


Israel y diles: ‘No comerán
grasa vacuna ni de oveja ni de
cabra’”.

No comerán grasa vacuna ni de oveja ni


de cabra

La grasa representa el deseo de honor


y la arrogancia, como en “Se han envuelto
en su misma grasa; hablan arrogantemente
con su boca” (Salmos 17:10). Por lo tanto la
grasa debe ser colocada sobre el Altar, pues
todo el honor le pertenece a Dios, como en:
“Dios ha reinado, se ha vestido de honor”
(ibid., 93:1). Al sacrificar las grasas, se eleva
hacia Dios el honor que ha sido dañado
(Likutey Halajot IV, p. 60).

No comerán grasa vacuna ni de oveja ni


de cabra

Los riñones aconsejan (Berajot 61a).

Las grasas están junto a los riñones y


los cubren. La grasa representa la seducción
de este mundo y los deseos materiales, que
afectan negativamente la capacidad de
determinar el sendero correcto en la vida.
Por lo tanto, las grasas están prohibidas. Sin
embargo, al llevar un sacrificio se permite
colocar las grasas sobre el Altar - y en
verdad, se requiere hacerlo. Esa acción
rectifica el mal consejo y lo eleva al ámbito
de la santidad (Likutey Halajot IV, p. 15a).

No comerán grasa vacuna ni de oveja ni


de cabra

Los riñones aconsejan (Berajot 61a).

En general, cuando la Torá habla de la


prohibición de las grasas que cubren los
riñones, las llama kesalim (‫ )כסלים‬de los
riñones. Kesalim también se traduce como
“locura”, aludiendo al espíritu de locura que
hace pecar a la persona. Los riñones
representan el consejo, mientras que las
“grasas” del mundo -i.e., las seducciones y
deseos materiales que llevan al pecado-
cubren y le ocultan a la persona el buen
consejo. Por lo tanto las grasas deben ser
sacrificadas sobre el fuego del Altar. Este
consumir las “grasas” por el fuego sagrado
del Altar corresponde a quemar el mal y a
elevar el bien (Likutey Halajot IV, p. 29a-58).

No comerán grasa vacuna ni de oveja ni


de cabra

Las grasas, que son blancas,


representan a Labán (‫לבן‬, cuyo nombre
significa literalmente “blanco”). La sangre
representa a Esaú (cuya complexión era rojiza;
ver Génesis 25:25). Tanto la grasa como la
sangre están prohibidas, pero la segunda es
conceptualmente peor que la primera.

Aunque Labán era una persona


engañosa que utilizaba su astucia para el
mal, su raíz se encuentra en los elevados
niveles de la santidad. Representa la klipá
de noga, que contiene tanto bien como mal.
Así, Iaacov trabajó para casarse con las
hijas de Labán para revelar la santidad que
estaba presente en él bajo la forma de sus
hijas; y trabajó seis años más para elevar
las chispas de santidad que se encontraban
en la riqueza de Labán. Esaú, por el
contrario, representa el mal absoluto. Por lo
tanto Iaacov evitó completamente a Esaú
durante veintidós años y cuando volvieron a
encontrarse rechazó su oferta de viajar
juntos; en su lugar, partieron cada uno por
su lado.

Labán y Esaú también representan


dos tipos de pecadores. Labán es como la
persona que comete un pecado accidental
porque se encuentra atrapada en una
situación que la lleva a pecar. Es como si la
situación misma la engañara y la atrapara.
Este tipo de pecado es muy difícil de evitar.
Pero Esaú es como la persona que comete
un pecado de manera intencional debido a
su “sangre caliente”. Este tipo de pecado es
fácil de combatir, sólo hace falta enfrentarlo
(Likutey Halajot IV, p. 30a-60).

No comerán grasa vacuna ni de oveja ni


de cabra... No comerán sangre

Al comer, la persona le agrega


nutrientes a la sangre y acrecienta las
grasas corporales. Al ayunar, la persona
detiene el aumento de su sangre y de sus
grasas. Tanto la sangre como las grasas del
sacrificio animal eran colocadas sobre el
Altar. Es así que, mediante el acto del
ayuno, la persona es considerada como
sacrificándose a Dios (Likutey Halajot IV, p. 70).

7:26 “No comerán sangre, en


todos sus lugares, sea de aves
o de reses”.
No comerán sangre

La sangre del animal contiene su alma


animal. La persona que ingiere esa sangre
lleva el alma animal hacia su propio cuerpo.
Por lo tanto es necesario primero retirar la
sangre, salando la carne. La “sal”
corresponde al Tzadik y al pacto cuidado.
Cuando la persona cuida el pacto en
pureza, limpia su sistema sanguíneo de
toda tendencia animal (Likutey Halajot IV, p.
78).

No comerán sangre
La sangre es la vida de la persona.
Pero cuanto más grande sea el grado de
vitalidad del cuerpo, mayores serán las
demandas de alimento del Otro Lado. Por lo
tanto, no se debe ingerir sangre, para no
darle al Otro Lado la oportunidad de recibir
más vitalidad de ella (Likutey Halajot IV, p. 58).

7:37 Ésta es la Torá de la


ofrenda quemada, de la
ofrenda vegetal, de la ofrenda
de pecado, de la ofrenda de
culpa, de la ofrenda de
inauguración y de la ofrenda
de paz.
La Torá de los sacrificios

La Torá es más grande que todos los


sacrificios (cf. Meguilá 3b).

Cada sacrificio tiene una devoción


única y propia paralela a la correspondiente
rectificación que lleva a cabo. La Torá
produce una rectificación global. Por lo tanto
la Torá es llamada “novia” (‫כלה‬, KaLá),
porque incluye (‫כולל‬, KoLel) todo, todas las
rectificaciones (Likutey Halajot VII, p. 180-360).

La Torá de los sacrificios


La Torá se compara con el fuego (cf.
Jeremías 23:39). Así como el fuego del Altar
quema las grasas, de la misma manera la
Torá “quema” el materialismo al cual se ha
apegado la persona. Quien quiera
arrepentirse deberá ayunar, lo que reduce la
cantidad de “grasas” en el cuerpo. Pero
aquel que estudia Torá no necesita ayunar
dado que el fuego de la Torá purga todos
esos deseos materiales (Likutey Halajot IV, p.
64).

Ésta es la Torá de la ofrenda quemada,


de la ofrenda vegetal, de la ofrenda de
pecado... y de la ofrenda de paz.

El versículo concluye con la ofrenda de


paz, porque la paz es el objetivo de todos
los sacrificios (Likutey Halajot II, p. 171a).

Ésta es la Torá de la ofrenda quemada...


que presentasen sus sacrificios

La misión principal del hombre es


elevar todos los niveles de la creación -
mineral, vegetal y animal- hacia el nivel más
elevado, el del “hablante” (i.e., el hombre
mismo). La persona que merece el nivel de
“hablante” puede revelar todo el bien que se
encuentra en las demás personas al
juzgarlas de manera favorable y al expresar
ese bien de manera verbal. De manera
similar, los sacrificios tenían como objetivo
elevar la creación colocando sobre el Altar
de Dios los componentes minerales,
vegetales y animales. Hoy en día, en
ausencia de los sacrificios en el Templo,
nuestros Sabios enseñan: “Cuando la
persona estudia las leyes de los sacrificios
es como si hubiese ofrecido todos los
sacrificios” (Menajot 110a). Así, el habla tiene
el poder de elevar toda la creación hacia
Dios (Likutey Halajot I, p. 2b-3a).

7:38 Que Dios le prescribió a


Moisés en el monte Sinaí, el
día en que ordenó a los hijos
de Israel que presentasen sus
sacrificios a Dios, en el
desierto del Sinaí.
El día en que ordenó

La mayor parte de las mitzvot puede


ser realizada durante el día. “Día” representa
el intelecto, la comprensión y el
conocimiento claro de lo que se requiere de
la persona. “Noche” representa el
conocimiento restringido y, como extensión,
la fe. La fe nos sustenta cuando las cosas
se ponen difíciles y no nos es fácil llevar a
cabo las mitzvot. (Así, Iaacov estableció la
Plegaria de la Noche [Berajot 26b] para
inculcarnos la esperanza incluso en los
momentos más oscuros). Mediante la fe,
incluso la “noche” puede volverse tan
brillante como el “día” (Likutey Halajot VIII, p.
264b).

El día en que ordenó

Iom (‫יום‬, día) corresponde a la claridad


de la manifestación de Dios, como opuesto
a EReV (‫ערב‬, noche), que representa
IRVuv (‫ערבוב‬, confusión). La EReV rav
(‫ערב רב‬, multitud mezclada) oscureció y
confundió con ideas imaginarias la visión de
la espiritualidad de los judíos. Cuando uno
se encuentra rodeado por la oscuridad de la
confusión, debe esperar con paciencia la luz
del día -la luz de Dios- para iluminar su
situación y aclarar y liberar a su intelecto de
las ilusiones distorsionadas (Likutey Halajot III,
p. 376).

El día en que ordenó

El espíritu de profecía puede posarse


sobre el profeta de noche o de día. “Noche”
representa una “despertar desde Arriba”
(Dios desea que ello sea así) y “día”
representa un “despertar desde abajo” (la
persona se hace digna de recibir la
inspiración Divina). Dado que los profetas no
judíos son indignos de la comunicación
Divina directa, el espíritu de profecía sólo se
posa en ellos durante la noche (Rashi sobre
Números 22:8). Así, “El día en que ordenó”
hace referencia al elevado nivel profético de
Moisés y de Aarón (Likutey Halajot I, p. 330).
Parashat Sheminí

9:1 En el octavo día Moisés


llamó a Aarón, a sus hijos y a
los ancianos de Israel.
En el octavo día Moisés llamó a Aarón, a
sus hijos y a los ancianos de Israel

La inauguración del Tabernáculo tuvo lugar


al comienzo del mes de Nisán (Rashi).
Esta fecha es el año nuevo de los reyes
(Rosh HaShaná 2a).

En Rosh Jodesh Nisán -la fecha en


que Dios le entrega la autoridad a la
humanidad- Moisés estableció una jerarquía
de autoridad, asignándoles a Aarón y a su
familia los ritos del sacerdocio. Para ello,
llamó a los otros líderes. El Tabernáculo
revela la gloria de Dios y cuando esa gloria
se revela, todos los líderes vienen a
reclamar su parte en ella (Likutey Moharán I,
70).

En el octavo día Moisés llamó a Aarón, a


sus hijos
La frase “en el octavo día” también es
utilizada en referencia al precepto de milá
(circuncisión) (ver Levítico 12:3), demostrando
el paralelo entre la inauguración de los
Cohanim y la milá. Milá se lleva a cabo en
el octavo día. El octavo día de la ceremonia
de inauguración cayó en Rosh Jodesh
Nisán, al comienzo del mes de la salvación
de los judíos, pues Pesaj tuvo lugar en ese
mes. Pesaj refleja el cuidado del pacto, que
se equipara con la milá.

De acuerdo a la Kabalá, “Moisés llamó


a Aarón y a sus hijos” corresponde a la
sefirá de Daat (Moisés) llamando a Jesed
(Aarón, quien como Cohen representa la
Bondad) y a Netzaj y Hod (los hijos de
Aarón). Las energías de Jesed, Netzaj y
Hod se revelan en la sefirá de Iesod, que es
conceptualmente la milá (Likutey Halajot III, p.
157a).

9:2 Le dijo a Aarón: “Toma


para ti un becerro para ofrenda
de pecado y un carnero para
ofrenda quemada, ambos sin
defecto, y los presentarás
delante de Dios”.
Toma para ti un becerro

Específicamente un becerro,
recordando el pecado del becerro de oro. Al
sacrificar el becerro a Dios, en lugar de
hacerlo a la idolatría, la raíz del mal puede
ser transformada en un vehículo para la
santidad (Likutey Halajot III, p. 354).

9:22 Aarón alzó sus manos


hacia el pueblo y lo bendijo. En
seguida descendió después de
haber realizado la ofrenda de
pecado, la ofrenda quemada y
la ofrenda de paz.

Aarón alzó sus manos hacia el pueblo y


lo bendijo

La principal bendición llega a través de


las manos (Likutey Halajot I, p. 358). Cuanto
más grande sea la pureza de las manos -
cuanto más limpias estén de la usura y de
otras transgresiones monetarias- mayor
será la capacidad para recibir y canalizar las
bendiciones.

Aarón alzó sus manos hacia el pueblo y


lo bendijo

Aarón alzó sus manos para hacer


descender bendiciones desde Arriba (Likutey
Moharán I, 24:4).

Las bendiciones de Dios emanan de la


sefirá más elevada, de Keter, y descienden
a través de las sefirot que están por debajo.
En las tres sefirot superiores -Keter, Jojmá y
Biná- la abundancia de Dios está oculta.
Sólo comienza a manifestarse en las
siguientes dos sefirot, Jesed y Guevurá.
Jesed y Guevurá corresponden
respectivamente a la mano derecha y a la
mano izquierda. Así, Aarón alzó sus manos.

También nosotros podemos traer


bendiciones mediante las manos, al
elevarlas en plegarias a Dios y utilizándolas
para realizar buenas acciones.

9:24 Un fuego salió de la


presencia de Dios y consumió
sobre el Altar la ofrenda
quemada y las grasas. Cuando
todo el pueblo vio esto,
lanzaron gritos de júbilo y
cayeron sobre sus rostros.

Un fuego del Cielo

Aunque un fuego del Cielo descendió sobre


el Altar, es una mitzvá llevar también un
fuego terrestre (Ioma 21b).

El fuego del Cielo enviado para


quemar los sacrificios (i.e., para recibirlos)
representa el ardiente amor de Dios por
nosotros. Cuando nosotros presentamos
nuestro amor por Dios como ofrenda sobre
el Altar -aunque ese amor pueda estar
dañado- el fuego del Cielo consume
nuestras pasiones y las purifica (Likutey
Halajot V, p. 30a).

10:1 Nadav y Avihú, los hijos


de Aarón, tomaron cada cual
su incensario y echando en
ellos fuego, pusieron sobre él
incienso, y ofrecieron ante la
presencia de Dios un fuego
extraño que Él no les había
ordenado llevar.

Nadav y Avihú, los hijos de Aarón,


tomaron cada cual su incensario y
echando en ellos fuego, pusieron sobre
él incienso, y ofrecieron ante la
presencia de Dios un fuego extraño

La persona que arde con deseos de


Dios crea un “fuego”, un “aroma agradable”
que Le trae satisfacción a Dios, pues se ha
hecho Su voluntad. Sin embargo, hay que
tener mucho cuidado del fuego de la mala
inclinación que arde dentro de nosotros. Ése
fue el “fuego extraño” que presentaron
Nadav y Avihú delante de Dios (Likutey
Moharán I, 41).

Nadav y Avihú ofrecieron un fuego


extraño

La inauguración del Tabernáculo fue un


acto tal de santidad que en ese momento
se manifestó una increíble revelación de la
Divinidad. Viendo esto, Nadav y Avihú
pensaron que había llegado el momento de
traer una rectificación completa por el
pecado del becerro de oro, que había sido
causado por la multitud mezclada. Ahora
que la Divinidad había sido traída de nuevo
al mundo, Nadav y Avihú pensaron que
ellos podrían encender un “fuego” - una total
erradicación de las fuerzas del mal en el
mundo. Pero el tiempo aún no estaba
maduro para esa rectificación y su fuego fue
considerado un fuego “extraño” que, en
cambio, los consumió a ellos.

Si la persona desea acercar a los


demás a Dios, debe ejercitar una infinita
paciencia y no actuar con premura. Es por
eso que dice la Torá: “Dios le habló a Moisés
después de la muerte de los dos hijos de
Aarón... ‘Manda a Aarón, tu hermano, que
no en todo tiempo entre en el Santuario
[i.e., sólo debe entrar de esa manera en
Iom Kipur]’” (Levítico 16:1-2). El mandamiento
de Dios está yuxtapuesto con el recuerdo
de la muerte de Nadav y Avihú para
enseñar que uno no debe actuar de manera
apresurada, ni siquiera al entrar en el ámbito
de la santidad (Likutey Halajot IV, p. 244).

10:2 Un fuego salió de delante


de Dios y los consumió. Ellos
fallecieron delante de Dios.
Ellos fallecieron delante de Dios

Nadav y Avihú fallecieron debido a que


ardieron con un gran celo por la Divinidad,
incluso más allá de sus capacidades (Likutey
Halajot II, p. 408). No se restringieron en
temas de espiritualidad. Recibieron
demasiada luz y no pudieron contenerla.
Por lo tanto fallecieron (ibid. II, p. 146a). El
rabí Natán agrega que aunque eran grandes
Tzadikim, Nadav y Avihú no ejercieron la
restricción cuando se acercaron al Santo de
los Santos, que es el nivel más elevado de
santidad en este mundo (ibid, VI, p. 38a).

Ellos fallecieron delante de Dios

Su pecado fue no haber contraído


matrimonio (Zohar III, 57a).

No es suficiente con que la persona


perfeccione su alma, para que ésta
ascienda, sino que debe asegurarse, por
otro lado, de que su daat (conocimiento de
Dios) quede detrás, en este mundo, en sus
hijos. Por ello la mitzvá del matrimonio
implica tener hijos. Pero Nadav y Avihú eran
Tzadikim muy grandes que se sentían tan
cerca de Dios que su único deseo era estar
con Él Arriba; por ello nunca contrajeron
matrimonio. No llegaron a comprender que
la grandeza de la revelación de la Divinidad
se produce sólo en este mundo. Su
profundo deseo de estar unidos a Dios en
un nivel más elevado los llevó a la muerte
(Likutey Halajot VI, p. 8a).

10:3 Moisés le dijo a Aarón,


“Esto es lo que habló Dios,
diciendo: ‘Seré santificado por
los que se Me acercan y
delante de todo el pueblo seré
tenido en honra’”. Y Aarón
guardó silencio.

Seré santificado por los que se Me


acercan

La gloria de Dios se manifiesta cuando


el honor le llega a una persona - siempre y
cuando ésta utilice ese honor para gloria de
Dios. Pero cuando uno toma ese honor para
sí, automáticamente produce una
degradación de la gloria de Dios y hace que
la gloria vuelva a ascender hacia Dios. Y
dado que la persona trató de tomar el honor
para sí misma, cuando el honor parte, su
alma parte con él (Likutey Moharán I, 67:1).

Esto es lo que sucedió cuando Nadav


y Avihú entraron en el Tabernáculo. No
estaban preparados para aceptar el honor
en el nivel en que hubiera revelado
totalmente la gloria de Dios, de modo que
fallecieron en el mismo momento de la
consagración del Tabernáculo (Likutey Halajot
VIII, p. 280b).

10:9 “Ni tú ni tus hijos contigo


podrán beber vino ni licor
fermentado cuando entren en
la Tienda de Reunión, no sea
que mueras. Éste es un
estatuto perpetuo para todas
sus generaciones”.
No podrán beber vino... para distinguir
entre lo sagrado y lo profano... y para
enseñarle al pueblo judío

Le-horot (“para enseñar”) también


puede traducirse como “para emitir
decisiones”. Aquel que ha bebido una cierta
cantidad de vino (o de cualquier bebida
intoxicante) tiene prohibido emitir decisiones
legales, pues las percepciones de la
borrachera son diametralmente opuestas a
la capacidad de emitir decisiones
verdaderas y correctas.
De manera similar, la persona borracha
no puede diferenciar entre lo santo y lo
profano. Éste fue el pecado de Nadav y
Avihú, quienes entraron en el Tabernáculo
después de haber bebido vino. Luego de su
muerte, Dios les ordenó a Aarón y a sus
hijos no beber bebidas intoxicantes antes de
realizar los servicios del Templo -
enseñándonos así que debemos alejarnos
del consumo de bebidas alcohólicas cuando
estamos dedicados al servicio a Dios.
También se aprenden de este pasaje las
leyes de beber vino durante la ceremonia de
la havdalá. La verdad del Shabat es
diferente de la verdad de los días de la
semana y debemos mantener nuestras
mentes alertas para definir la diferencia
entre ambas (Likutey Halajot IV, p. 208a)

10:11 “Y para enseñarle al


pueblo judío todas las leyes
que Dios les dijo por conducto
de Moisés”.
Para enseñar

Le-HoRoT (‫להורות‬, “para enseñar”)


tiene la misma raíz que ToRá (‫)תורה‬. La
Torá es la guía que dirige a la persona hacia
el verdadero sendero en la vida (Likutey
Halajot I, p. 430).
Para enseñar

Le-HoRoT (‫להורות‬, “para enseñar”) es


similar a HiRaion (‫הריון‬, preñez) y HORÁ
(‫הוראה‬, instrucción). Así, ello alude a los
conceptos del hijo y del discípulo. El
maestro más grande es aquel que les
transmite su conocimiento a sus hijos y a
sus discípulos (Likutey Moharán II, 7:11),
traspasando el conocimiento de Dios a las
generaciones futuras.

11:2 “Habla al pueblo judío,


diciendo: Éstos son los
animales que podrán comer, de
entre todas las bestias que hay
sobre la tierra”.
Los animales

Lo que es jaiá -aquello que vivirá- podrán


comer. Lo que no es jaiá -aquello que no
vivirá- no podrán comer (Rashi sobre
Levítico 11:47).

Un total de setenta imperfecciones o daños


hacen que el animal no sea apto para el
consumo (Rambam, Hiljot Shejitá 10:9).

Los judíos son una nación santa. La


carne que no es ritualmente apta para
comer debe ser arrojada a los perros (Éxodo
22:30). Lo que es jaiá -aquello que vivirá-
representa la pureza, la santidad y un pacto
cuidado. Lo que no vivirá representa la
muerte, el Otro lado y un pacto dañado. El
destino de esto último son los perros, que
corresponden a la carne impura y a un
pacto dañado (ver Likutey Moharán I, 50).

Adicionalmente, la carne que es


TeReiFá (‫טריפה‬, no apta) corresponde a
TiRuF ha-daat (‫טירוף הדעת‬, una mente
desgarrada [i.e., dañada]). Comer carne
que no es ritualmente apta daña la mente
de la persona y la aleja de una vida de
pureza (Likutey Halajot IV, p. 30).
11:3 “Todo aquel que es de
pezuña hendida y que rumia,
entre los animales, ese podrán
comer”.
Pezuña hendida

La pezuña hendida es una de las señales de


un animal kosher. De manera simbólica,
esto implica que incluso si la persona se
encuentra viviendo una existencia animal,
siempre puede encontrar una manera para
retornar a Dios y vivir como un ser humano.
Una pezuña completamente cerrada, sin
embargo, denota la tendencia a permanecer
en un nivel animal, subhumano (Likutey
Halajot IV, p. 44 a-88).

Pezuña hendida... que rumia

Estas dos señales de un animal kosher


corresponden a las cualidades que pueden
ayudar a la persona a retornar a Dios. La
pezuña que no es hendida representa una
atmósfera cerrada, donde no entra nada. La
pezuña hendida tiene una abertura -i.e., una
atmósfera interna, tranquila- a la cual se
puede entrar, incluso desde el más bajo de
los niveles (los pies o pezuñas). El hecho de
ser rumiante indica que el alimento retorna,
desde donde había descendido en el
estómago del animal, hacia su cabeza; ello
indica que la persona está retornando hacia
daat -hacia el intelecto- en lugar de seguir
tras las tendencias animales (Likutey Halajot
IV, p.88-45 a).

11:9 “Esto es lo que podrán


comer de todo lo que está en el
agua. Podrán comer todo lo
que tiene aletas y escamas, así
sea en el agua de los mares
como de los ríos”.

Aletas y escamas
Para que un pez sea kosher, debe tener
tanto aletas como escamas. Hay peces que
tienen aletas pero que no tienen escamas.
Pero todo pez que tiene escamas también
tiene aletas. Si es así, ¿por qué la Torá
menciona las aletas? Para magnificar y
glorificar a la Torá (Nidá 51b).

Esta enseñanza demuestra que


incluso las cosas que no son absolutamente
aplicables a la ley de la Torá también
pueden ser santificadas y elevadas hacia la
santidad. La gente pregunta, “¿por qué Dios
nos dio tantas mitzvot, haciendo difícil
observar la Torá?”. En verdad, Dios quiso
que nos volviésemos absolutamente puros
y la única manera de alcanzar ese nivel es
mediante el estudio de la Torá y la
realización de buenas acciones. Entonces,
incluso actos aparentemente simples
pueden transformarse en vehículos para
obtener la pureza. Este concepto refleja la
devoción de los Tzadikim, quienes
transforman los actos mundanos en actos
sagrados. Y también explica por qué la Torá
contiene tantas historias que demuestran
cómo los Patriarcas servían a Dios incluso
con sus actos cotidianos (Likutey Halajot IV,
p.150-76a).

Aletas y escamas

Para que un pez sea kosher, debe tener


tanto aletas como escamas. Hay peces que
tienen aletas pero que no tienen escamas.
Pero todo pez que tiene escamas también
tiene aletas (Nidá 51b).

Los Tzadikim se comparan con los


peces y la caridad se compara con el agua.
A diferencia de los animales que sí
requieren shejitá (faenado ritual), los peces
no la requieren. De manera simbólica, los
Tzadikim son puros y no requieren de una
rectificación, y la caridad es un acto de
pureza que simboliza la rectificación del
alma.

Las aletas y las escamas son señales


de un pez kosher. “Escamas” hace
referencia a la caridad, que es como una
armadura que protege a la persona, como
en “Él se revistió de caridad como con una
armadura” (Isaías 59:17) y “Él lo vistió con
una armadura” (Samuel I, 17:38). Todo aquel
que da caridad merece esta clase de
vestimenta. La palabra TzaDiK (‫צדיק‬,
persona recta) proviene de la misma raíz
que TzeDaKa (‫צדקה‬, caridad), conectando
los conceptos de pureza y de protección
(Likutey Halajot IV, p. 148-75a).

Aletas y escamas

Un pez kosher debe tener tanto aletas como


escamas (Julín 66b).

SNaPIR (‫סנפיר‬, aletas) es similar a


SNaPIRin (‫סנפירין‬, luz brillante) - el
material con el que fueron hechas las
Segundas Tablas (Rashi sobre Éxodo 34:1).
Las aletas representan la luz del intelecto
que es posible obtener. Las escamas, por
otro lado, representan el tzimtzum
(constricción) del intelecto (las escamas
cubren la piel, conceptualmente un
“ocultamiento” o “restricción”) - dado que la
persona debe cuidarse y no exceder los
límites de su capacidad intelectual (Likutey
Halajot IV, p. 71a).

Aletas y escamas

Para que un pez sea kosher, debe tener


tanto aletas como escamas. Hay peces que
tienen aletas pero que no tienen escamas.
Pero todo pez que tiene escamas también
tiene aletas (Nidá 51b).

Aguas profundas es el consejo en el corazón


del hombre (Proverbios 18:4).

La frase “nadando en aguas profundas”


implica actuar siguiendo un consejo, al igual
que la gente que viaja de un lugar a otro de
acuerdo al consejo que recibe. Las aletas
permiten nadar en esas aguas, similar a la
manera en que se mueve un pez en el
agua. Las aletas son llamadas SNaPIR
(‫סנפיר‬, aletas) aludiendo a las Segundas
Tablas que estaban hechas de SNaPIRin
(‫סנפירין‬, luz brillante) (Rashi sobre Éxodo
34:1) - significando que la capacidad de
nadar depende de la aceptación del consejo
de la Torá. Sin embargo, no todos los peces
que tienen aletas son kosher, porque
algunos consejos son malos e inapropiados.
La señal principal de que un pez es kosher
es la presencia de escamas, que
representan una restricción del intelecto. Al
concentrarse apropiadamente en el objetivo,
la persona puede utilizar el intelecto de la
manera adecuada, para encontrar el
consejo recto (Likutey Halajot IV, p. 77a).

11:13 “Éstas son las aves que


deben evitar. No deben
comerlas; ellas son
detestables: el águila, el
quebrantahuesos y el buitre
negro”.

Aves que son kosher y aves que no son


kosher

Algunas aves están permitidas para el


consumo, mientras que otras están
prohibidas. La Torá enumera veinticuatro
especies que no son kosher. Sin embargo,
aunque un pájaro no sea de esas
veinticuatro especies que no son kosher, aun
tenemos prohibido comerlo a no ser que
tengamos testimonio de algún trampero -
aquel que ha recibido la tradición de que esa
ave es kosher (Iore Dea 82:2).
Esta ley subraya la importancia de la
tradición de nuestros Sabios, la Ley Oral,
que es transmitida de generación en
generación. El ángel servidor Metat
representa la Mishná, que comprende tres
grupos de leyes: lo permitido y lo prohibido,
lo apto y lo no apto, lo puro y lo impuro.
Metat es también conocido como un of
(ave). Por lo tanto Metat es el epítome de
los testigos cuyo testimonio es aceptado en
cuanto a cuál ave es kosher y cuál no. Al
estudiar la Ley Oral llegamos a saber qué
es lo que está permitido, lo que es apto y
puro, y nos alejamos de lo prohibido, lo no
apto y lo impuro (Likutey Halajot IV, p. 136).

Veinticuatro aves que no son kosher


Se nos permite comer los huevos de un ave
kosher, pero no los huevos de un ave que
no es kosher. Si un huevo es completamente
ovalado o completamente redondo, con
seguridad proviene de un pájaro que no es
kosher. Si un lado es curvo y el otro es
ovalado, debería ser de un pájaro kosher.
[Sin embargo y pese a la señal,] debemos
tener el testimonio de un trampero que tenga
la tradición de que el pájaro que puso ese
huevo es kosher, antes de poder comerlo
(Iore Dea 85).

En la Torá se mencionan veinticuatro


aves que no son kosher. Todas las otras
aves son consideradas kosher. Los
veinticuatro pájaros que no son kosher son
un paralelo de los no judíos, que tienen
acceso a la Ley Escrita (el Tanaj) que está
compuesta de veinticuatro libros, pero que
no tienen acceso a la Ley Oral. Los pájaros
que no están mencionados en la Torá (i.e.,
las aves kosher) corresponden a la Ley
Oral, que es sinónimo de los judíos.

Para asegurarnos de que un huevo


sea kosher, debemos tener la tradición de
un trampero que esté familiarizado con el
ave que puso ese huevo, pues debemos
seguir nuestra tradición Oral. No hay
señales que puedan determinar si un huevo
es kosher, al igual que no es posible
diferenciar entre el judío y el no judío. Sólo
la Tradición Oral separa al judío de los
demás (Likutey Halajot IV, p. 88a).

Huevos que son kosher y huevos que no


son kosher

Se nos permite comer los huevos de un ave


kosher, pero no los huevos de un ave que
no es kosher. Si un huevo es completamente
ovalado o completamente redondo, con
seguridad proviene de un pájaro que no es
kosher. Si un lado es curvo y el otro es
ovalado, debería ser de un pájaro kosher.
[Sin embargo y pese a la señal,] debemos
tener el testimonio de un trampero que tenga
la tradición de que el pájaro que puso ese
huevo es kosher, antes de poder comerlo
(Iore Dea 85).
El lado ovalado o “agudo” de un huevo
alude a la Ley Oral, pues el Talmud está
construido en base a preguntas y
respuestas agudas que aclaran los temas
presentados. El lado redondo del huevo
corresponde a la Ley Escrita, dado que la
palabra hebrea kad (‫כד‬, redondo) tiene el
valor numérico de 24, paralelo a los
veinticuatro libros del Tanaj (la Ley Escrita).
Para ser considerado kosher, el huevo debe
tener un lado redondo y el otro ovalado,
correspondiente a la Ley Escrita y a la Ley
Oral, respectivamente.

Si un huevo es completamente
redondo, representa la Ley Escrita sin la Ley
Oral, que es inaceptable y por lo tanto no es
kosher. Si el huevo es completamente
ovalado, representa una tradición basada en
la Ley Oral que está cargada de preguntas
y de agudas respuestas totalmente ajenas
al pensamiento de Torá. Por lo tanto los
huevos que son completamente redondos o
completamente ovalados no son kosher
(Likutey Halajot IV, p. 176).

Huevos que son kosher y huevos que no


son kosher

El lado redondo del huevo representa


la humildad. El lado ovalado o “agudo” del
huevo representa la audacia y la osadía. El
huevo kosher es una combinación de
redondo y ovalado, aludiendo al judío que
actúa de manera humilde delante de
aquellos que son temerosos de Dios, pero
que aun así se enfrenta con audacia a
aquellos que tratan de obstruir sus
devociones a Dios.

Un huevo que es completamente


redondo corresponde a una persona que
posee una humildad santa - es decir, que
actúa de manera humilde delante de
aquellos que son temeroso de Dios, pero
que también se comporta de esa manera
delante de aquellos que le ponen
obstáculos. Ser sumisa cuando debe ser
audaz la hace incapaz de cumplir con sus
devociones a Dios. Un huevo que es
completamente ovalado en su forma
representa a la persona que tiene una
audacia santa - es decir, que está dispuesta
a enfrentar a aquellos que se oponen a sus
devociones pero que también actúa con
osadía frente a la gente temerosa de Dios.

Es posible que la persona pueda tener


una sumisión impura y una osadía no
santa. De modo que la única manera de
asegurarse de que un huevo es kosher es
mediante la tradición - de la misma manera
podemos comprobar que la persona es
“kosher” por la forma en que sigue, o no
sigue, la tradición judía (Likutey Halajot IV, p.
180).
11:29 “Estas son las criaturas
inmundas que se arrastran
sobre la tierra que son impuras
para ustedes: la comadreja, el
ratón y la tortuga”.
Joled

La comadreja es llamada JoLeD


(‫)חלד‬, que es similar a JeLeD (‫חלד‬, “este
mundo”). Siendo un animal impuro que se
oculta en los recovecos de la casa, la
comadreja representa el ocultamiento de lo
espiritual, al igual que el mundo material que
oculta la espiritualidad y da nacimiento a la
impureza. La esencia de nuestra vida en
este mundo se basa en el ocultamiento,
pues si la recompensa y el castigo por
nuestras acciones fuesen algo obvio, no
existiría la libertad de elección. Aquel que
establece su objetivo en la espiritualidad y
busca a Dios y a la verdad puede evitar la
impureza de este mundo (Likutey Halajot IV, p.
12a).

11:36 “Sólo una fuente o una


cisterna, siendo reunión de
aguas, quedará pura; pero lo
que hubiere tocado la carcasa
de ellos, quedará impuro”.
Una reunión de aguas

Una mikve debe contener cuarenta


seá de agua (cerca de 530 litros de acuerdo
a una opinión). Esos cuarenta seá
corresponden a los cuarenta días que
Moisés ascendió al Cielo para recibir la Torá.
Al igual que la Torá, la mikve posee un
increíble poder de purificación (ver Ioma 85b)
(Likutey Halajot VII, p. 20a).

La mikve representa las aguas de la


Creación. Al sumergirse en la mikve, la
persona retorna a su fuente, al estado de
perfección que existió antes de la creación
del hombre (ibid., IV, p. 280).
11:38 “Si el agua hubiese
mojado las semillas y una de
esas carcasas cae en ella, será
impura para ustedes”.
Si el agua hubiese mojado las semillas

El agua fue primera en la Creación y todo lo


demás fue creado después de ella (ver
Rashi sobre Génesis 1:1).

La principal prueba de fe está


relacionada con la creación de las aguas, el
primer paso en la Creación, pues ésta es la
expresión de la fe en que Dios creó el
mundo ex nihilo, cuando no existía nada
más que Dios Mismo. (Crear algo a partir
de algo ya existente no es un fenómeno tan
grande como crear algo a partir de la nada).
Por lo tanto el agua representa una gran
santidad - es decir, uno se sumerge en la
mikve para purificarse. Aun así también es
un importante factor en la generación de la
impureza - pues el alimento no puede
impurificarse a no ser que esté en contacto
con el agua (Likutey Halajot II, p. 115a).

11:41 “Toda criatura que anda


arrastrándose sobre la tierra
será detestable para ustedes:
no se comerá”.

La prohibición de comer gusanos y otros


insectos reptantes

La prohibición de comer gusanos e insectos


sólo se aplica a las criaturas que aparecen
sobre la tierra. Aquellas que se forman
dentro de las frutas están permitidas,
mientras no dejen la fruta (Iore Dea 84:4).

La tierra representa el más bajo de


todos los niveles. Los gusanos y los
insectos que son atraídos por ella se
comparan con la serpiente que repta sobre
el suelo (al igual que los gusanos), porque
éstos son conceptualmente una parte del
concepto de la tierra envenenada. La gente
se siente naturalmente asqueada ante el
pensamiento de comer insectos, pues éstos
representan un severo envenenamiento
espiritual. Aun así, esas criaturas no tienen
un poder intrínseco. Aunque pueden echar a
perder todo lo que toquen, pueden ser
vencidas fácilmente.

Este conocimiento puede darnos el


poder de superar todos los malos
pensamientos y las pasiones materiales que
“agusanan” su camino en nuestras
conciencias. Como provienen de una fuente
de veneno espiritual, esos pensamientos y
pasiones son fáciles de vencer. Debemos
tener cuidado y no permitir que se difundan.
Deben quedar contenidos dentro de
nuestras mentes, similares a los gusanos
que está permitido comer mientras no dejen
la fruta. Pues una vez que el gusano “pone
un pie” sobre la tierra -una vez que la
persona permite que su mente divague
fuera del ámbito de lo espiritual- se vuelve
totalmente prohibido (Likutey Halajot IV, p. 154-
78a).

Gusanos

La prohibición de comer gusanos e insectos


sólo se aplica a las criaturas que aparecen
sobre la tierra. Aquellas que se forman
dentro de las frutas están permitidas,
mientras no dejen la fruta (Iore Dea 84:4).
Mientras la persona busque a Dios,
aunque experimente un ocasional lapso en
sus devociones y “eche a perder” la fruta
que la rodea, aun así es “kosher”. Pero si
abandona la búsqueda de la Divinidad y en
su lugar sale a formar parte de este mundo,
no podrá ser considerada “kosher” (Likutey
Halajot IV, p. 260).

11:43 “No hagan detestables


sus almas con ninguna clase
de criaturas que se arrastran.
Ni se hagan inmundos con
ellas para que no se
impurifiquen por medio de
ellas”.
No se impurifiquen por medio de ellas

Cuando la persona peca, su mente se


embota, no dejando lugar para la santidad.
Así, la impureza de sus pecados la
contamina (Likutey Moharán I, 5:4).

No se impurifiquen por medio de ellas

Ve-NiTMeiTeM (‫ונטמתם‬, “y se impurifiquen


por medio de ellas”) está escrito sin la letra
alef, implicando la palabra ve-NiTaMTeM
(‫ונטמתם‬, “y no se volverán tontos por medio
de ellas”). De aquí aprendemos que el
pecado atonta el corazón de la persona
(Ioma 39b).

Todo pecado -especialmente el comer


alimentos prohibidos- hace que la persona
lleve a cabo acciones tontas. Esto es
reminiscente de la caída de Adán: él comió
la fruta prohibida y dañó su comprensión
(Likutey Halajot V, p. 134).
Parashat Tazría

12:2 “Habla a los hijos de


Israel y diles: ‘La mujer,
cuando haya concebido y dado
a luz un hijo varón, quedará
impura siete días: conforme a
los días que está separada
cuando tiene su período’”.
Cuando la mujer concibe y da a luz
Rabí Simlai dijo: Así como el hombre fue
creado después de todas las otras formas de
vida, de la misma manera, su Torá (i.e., las
leyes que le corresponden) fue explicada
después de todas las otras leyes dadas
sobre las otras formas de vida (Rashi).

¿Por qué Dios creó al hombre último,


después de todas las otras creaciones? Se
han dado dos motivos. Primero, debido a
que el hombre es la razón última de la
Creación. Por lo tanto todo lo demás fue
creado antes para estar dispuesto a servirlo.
Segundo, para impedir que se vuelva
arrogante. Debe saber que incluso una
pulga fue creada antes que él (Sanedrín
38a; Ein Iaacov #59).
En la Torá, las leyes pertenecientes al
hombre -milá y tzaraat (lepra)- vienen
después de las leyes pertenecientes a los
animales. Si el hombre lo merece, es
circuncidado y se vuelve una persona
exaltada mediante el cuidado del pacto.
Pero si es arrogante, será atacado por la
lepra (ver Likutey Halajot V, p. 360-181a).

12:3 “En el octavo día será


circuncidado su prepucio”.

En el octavo día será circuncidado su


prepucio
¿Por qué el hombre fue creado con un
prepucio que debe ser retirado mediante la
circuncisión? ¿Acaso significa que Dios creó
un ser imperfecto? La respuesta es que todo
en este mundo requiere ser rectificado. El
trigo necesita ser molido... (Bereshit Rabah
11:6).

¿Pero no podía Dios haber


creado todo perfecto, sin la
necesidad de su rectificación?

Dios creó el mundo con la intención de


que pudiésemos ganarnos nuestra propia
recompensa para el Futuro. Para ello,
debemos tener libertad de elección, la
capacidad de elegir entre lo correcto y lo
incorrecto, entre el bien y el mal. Cuando
elegimos el bien, revelamos la Divinidad que
se encuentra en este mundo. Por lo tanto
siempre encontraremos cosas imperfectas y
situaciones imperfectas. Nuestra misión es
rectificarlas, para llevarlas hacia el estado
más cercano a la perfección que podamos
(Likutey Halajot V, p. 67a-134).

En el octavo día será circuncidado su


prepucio

¿Por qué debemos esperar hasta el


octavo día para realizar la milá?

La Torá, la Tierra Santa y la milá


corresponden a un mismo concepto. (Sólo
después de que Abraham recibió la mitzvá
de la circuncisión se le prometió la Tierra
Santa; ver Génesis 17). Así como el mundo
tuvo que esperar veintiséis generaciones
antes de la entrega de la Torá (Jaguigá 13b) y
así como la Tierra Santa estuvo en manos
de Canaán antes de que les fuese dada a
los judíos, de la misma manera debemos
esperar para retirar el prepucio. Las fuerzas
del mal son comparadas con “cáscaras” que
cubren el fruto y que deben ser peladas y
descartadas antes de poder comerlo. Los
siete días que llevan a la milá representan a
la Tierra Santa en manos de las siete
naciones cananeas antes de que los judíos
tomasen posesión de ella (Likutey Halajot V, p.
71a).

Por motivos similares, Ishmael fue


circuncidado catorce años antes que Itzjak.
Ishmael es sinónimo de las fuerzas del mal
que deben ser anuladas antes de poder
revelar la santidad. Les llevó a los judíos
siete años conquistar la Tierra Santa de
manos de Canaán y siete años adicionales
dividir la Tierra entre ellos. Esos catorce
años corresponden a los catorce años que
Ishmael fue circuncidado antes que Itzjak
(ibid., V, p. 73a-146).

En el octavo día será circuncidado su


prepucio
Siete días representan el concepto del
tiempo tal cual lo conocemos, el ciclo
semanal. El octavo día representa a Biná,
el Mundo que Viene, el concepto de más
allá del tiempo. Esperar siete días y realizar
la milá en el octavo día significa la elevación
de este mundo hacia el nivel más allá de él,
hacia el Mundo Que Viene. Y esperamos
que esas intenciones influirán en el niño
para llevarlo a buscar niveles superiores
(Likutey Halajot V, p. 34a).

13:4 “Pero si es una baheret


blanca en su piel y no parece
más profunda que la piel, y si
su cabello no se ha vuelto
blanco, el Cohen encerrará al
afligido durante siete días”.
El Cohen encerrará al afligido durante
siete días

El Cohen representa el rasgo de jesed


(bondad). Ve-hisguir significa literalmente
“encerrar”. Cuando la persona manifiesta
bondad en el mundo, “cierra” -i.e., cura-
todas las enfermedades y logra la curación
de todas las heridas (Likutey Moharán II,
4:final).
13:41 “Si su cabello cae cerca
del rostro, es calvicie de la
frente; es puro”.

Si su cabello cae cerca del rostro

Las letras iniciales de las palabras Ve-


im Mi-peat Panav Imaret Rosho (“Si su
cabello cae cerca del rostro”) forman la
palabra PURIM. La festividad de Purim
anula la klipá de Amalek, que se manifiesta
como orgullo. Nuestros Sabios enseñan que
tzaraat (lepra) también es resultado del
orgullo (Erjin 16a). Hay cuatro tipos de lepra
(Negaim 1:1) y cuatro tipos de humildad
(Likutey Moharán I, 14:4). Purim tiene el poder
de rectificar el orgullo y de instilar humildad
(Likutey Halajot V, p. 360).

Si su cabello cae cerca del rostro

¿Por qué el pasaje sobre la Ternera Roja


sigue la lectura de la Torá sobre Koraj? La
tribu levita de Kehat (de la cual era miembro
Koraj) fue la elegida para llevar el Arca. Pero
como parte de la consagración de los levitas,
Koraj tuvo que afeitarse la cabeza. Dijo
Koraj, “¡¿No es suficiente con el hecho de no
ser un Cohen, sino que también deberé
afeitarme la cabeza y parecer un loco?!”.
Comenzó a oponerse a Moisés. Pero Koraj
no sabía que la Ternera Roja traería el
perdón para Israel (Ialkut Rubeini, Jukat).

Koraj representa a los levitas, que


corresponden al lado izquierdo, mientras
que el lugar del Cohen es el lado derecho
(Tikuney Zohar #30, p. 74a). Koraj eligió
eludir su destino (el lado izquierdo, el lado de
las guevurot santas) y buscar en cambio
aquello que no era suyo. Así, se negó a que
le afeitaran la cabeza. De acuerdo a la
Kabalá, los cabellos representan los
tzimtzumim (constricciones) de un gran
conocimiento; esos tzimtzumim hacen
posible que las personas que están lejos de
un gran conocimiento puedan sin embargo
compartirlo. Koraj quería eso - incluso y
muy especialmente, aquello a lo que no
estaba destinado y que le pertenecía a
otros. Se negó a aceptar el hecho de que
afeitarse los cabellos representa mitigar las
guevurot y que, como levita, esa era la
manera de prepararse para alcanzar niveles
más grandes. Cada persona tiene su propio
sendero a través del cual puede alcanzar la
grandeza a la cual está destinada.

El Rebe Najmán enseña que las


iniciales de las palabras Ve-im Mi-peat
Panav Imaret Rosho (“Si su cabello cae
cerca del rostro”) forman la palabra PURIM.
Mediante el cumplimiento de las mitzvot de
Purim se rectifica el pecado de Koraj. Ello se
debe a que la PaRá Adumá (‫פרה אדומה‬,
Ternera Roja) se lleva a cabo a través de la
mitzvá de PuRim (‫( )פורים‬ver Likutey
Moharán II, 74).
Parashat Metzorá

14:4 “El Cohen mandará que


se tomen para aquel que se ha
de purificar dos aves vivas,
puras, con madera de cedro y
tela carmesí e hisopo”.

Dos aves vivas, puras

¿Por qué el leproso debe traer dos pájaros


como sacrificio? La lepra es el castigo para
quien ha calumniado. Enseñan nuestros
Sabios: “Que las aves que pían
constantemente efectúen el perdón por la
persona que parlotea” (Vaikrá Rabah 16:7).

Esas dos aves vivas, puras, son la


fuente de la “voz de la santidad”, que
corresponde a los querubines sobre el Arca
en el Santuario. El Arca es la fuente de la
profecía; así, la palabra JaZáN (‫חזן‬, cantor)
está relacionada con JaZóN (‫חןון‬, visión -
i.e., profecía). Cuando la persona canta en
aras de Dios, trae su canción de las dos
aves vivas, puras, y de la inspiración de los
querubines, la fuente de la profecía. Esa
clase de música puede inspirar a muchas
otras personas al servicio a Dios. Pero
cuando la persona se ve motivada a cantar
canciones vulgares o profanas, o para
obtener ganancias personales, entonces
trae su música de los “pájaros de la
impureza”. Esa clase de música puede
dañar espiritualmente a todo aquel que la
escuche (Likutey Moharán I, 3).

14:8 “Entonces aquel que se


purifica lavará sus ropas y
afeitará todo su pelo y se
bañará en agua y quedará
puro: y después de esto podrá
entrar en el campamento; pero
habitará fuera de su tienda
siete días”.
Afeitará todo su pelo

Aquel que calumnia a otra persona es


castigado con la lepra; como parte del
proceso de limpieza, debe afeitar su
cabeza. La calumnia corresponde a la
disputa, que fue el pecado de Koraj. Afeitar
la cabeza significa retirar los juicios, mitigar
los decretos y la rectificación de las disputas
(Likutey Halajot II, p. 15a).

15:3 “Y ésta será su impureza


a causa de su flujo, ya sea que
su carne mane su flujo o ya
sea que esté sellada su carne a
causa de su flujo - ésa es su
impureza”.

Ya sea que esté sellada su carne

Si la persona daña el pacto, “sella” su


carne con su flujo.

Los tefilín son la rectificación para la


impurificación sexual. Pues los tefilín
representan un “sello” de pureza que puede
ayudar a contrarrestar los efectos dañinos
de un pacto corrompido (Likutey Moharán II,
5:14).

15:19 “Asimismo la mujer


cuando tuviere flujo, siendo de
sangre el flujo en su carne, por
espacio de siete días estará en
su impureza y todo aquel que
la toque quedará impuro hasta
la tarde”.

La mujer que menstrua

Antes de que Eva comiese del Árbol


del Conocimiento, estaba capacitada para
tener hijos sin el ciclo menstrual. Uno de los
cambios que tuvo lugar en su cuerpo
después del pecado fue la introducción del
ciclo mensual. En la ley judía, el esposo y la
esposa se abstienen de relaciones maritales
durante el período de la menstruación y
durante otros siete días limpios, luego de lo
cual la esposa se sumerge en una mikve y
vuelve a estar permitida para su marido.

En la Kabalá, el hombre representa la


verdad (Zeir Anpin) y la mujer representa la
fe (Maljut). Al comienzo del ciclo menstrual,
el esposo y la esposa se separan, reflejando
el resultado de la corrupción original cuando
la verdad y la fe -previamente unidas-
fueron forzadas a separarse. Los siete días
limpios -que son un paralelo de las siete
sefirot de Zeir Anpin y Maljut -
corresponden al período de rectificación. Al
esperar esos siete días, la mujer puede
traer las luces de esas sefirot y volver a
obtener su estado de pureza, que es una fe
pura. Sólo con una fe pura puede ella
entonces volver a entrar en la santidad
sumergiéndose en la mikve (Likutey Halajot IV,
p. 476).

La mujer que menstrua

Mediante la luz creada el Primer Día, la


persona podía ver de un extremo del mundo
al otro. Dios vio que los malvados usarían
esa luz para su propio beneficio y la ocultó
(Rashi sobre Génesis 1:4).

La Luz del Primer Día de la Creación


representa la Torá Oculta que sustenta al
mundo. El Otro Lado también puede
nutrirse de esa luz cuando la impureza se
presenta en el mundo.

Como ejemplo, cuando la mujer se


encuentra en un estado de pureza ritual,
toda unión entre ella y su marido para traer
descendencia, produce una unión
correspondiente arriba, que trae
revelaciones de Torá. Este tipo de unión
está prohibida durante el período menstrual,
porque la impureza que se presenta en ese
tiempo permite que el Otro Lado tome el
sustento de la correspondiente unión arriba,
de la Torá Oculta. Así, la prohibición de
tener relaciones maritales con una nidá (la
mujer que está menstruando) es muy
severa. Después de que termina la sangre
menstrual y pasan los siete días limpios, la
mujer se sumerge en la mikve y vuelve a
obtener un estado de pureza. La mikve
corresponde a la Torá Oculta, pues sus
aguas representan los niveles ocultos de
purificación y de sustento sagrado (Likutey
Halajot V, p. 4a-8-5a).

La mujer que menstrua

Los siete días del período de espera


desde el cese del sangrado menstrual y la
inmersión en la mikve corresponden a las
siete “voces” de Dios enumeradas por el rey
David en el Salmo 29, que comienza con
“La voz de Dios está sobre las aguas”
(Salmos 29:3). Esas siete voces son un
paralelo de los clamores y las plegarias que
uno debe utilizar para acercarse a Dios y
llegar a conocerlo. Al esperar siete días y
luego sumergirse en las aguas de la mikve,
se atrae la pureza y se revela el
conocimiento de Dios (Likutey Halajot IV, p.
480).

La mujer que menstrua

La menstruación corresponde al
alejamiento de la persona de Dios. El cese
del flujo alude al comienzo del retorno. Sin
embargo, retornar a Dios no es algo que se
logre de manera instantánea. Los siete días
limpios significan el proceso de purificación,
luego del cual uno puede sumergirse
nuevamente en la santidad (Likutey Halajot IV,
p. 488).

Adán, Eva, la mikve

ADaM (‫אדם‬, Adán) representa el


concepto de ke-seder (“en orden”), pues las
letras de su nombre (alef, dalet, mem)
aparecen en el orden en el que están en el
alfabeto hebreo. JaVaH (‫חוה‬, Eva)
representa shelo ke-seder (“no está en
orden”), dado que las letras de su nombre
(jet, vav, hei) aparecen en orden inverso al
del alfabeto hebreo. Ke-seder corresponde a
la Divinidad revelada; shelo ke-seder
corresponde a la Divinidad oculta. Mientras
Adán era dominante y Eva actuaba al
unísono con él, shelo ke-seder estaba
incluido en el ke-seder e incluso la Divinidad
que estaba oculta podía ser revelada.

Con la intención de ocultar la Divinidad,


la Serpiente se acercó primero a Eva,
tentándola a imponerse sobre su marido.
Cuando ella actuó por su propia cuenta,
shelo ke-seder se volvió dominante y la
Divinidad se ocultó. Cuando Adán comió,
también él se volvió un aspecto de shelo
ke-seder, trayendo al mundo todas las
impurezas y, específicamente, la de la
menstruación. La cura y la rectificación de
esa impureza se producen a través de la
inmersión en la mikve - un símbolo del gran
intelecto a través del cual la Divinidad puede
revelarse nuevamente.

La mikve debe contener cuarenta sea


de agua (cerca de 530 litros),
correspondientes a los cuarenta días que
transcurrieron entre la Revelación en el
Sinaí -cuando Moisés ascendió a la
montaña para recibir la Torá- y el diecisiete
de Tamuz - cuando Moisés retornó con las
Tablas del Pacto. Más aún, la mikve no
puede ser construida en un recipiente
separado y autónomo. Debe estar
conectada con el suelo, aludiendo a la
humildad. La pureza sólo puede ser
alcanzada mediante la humildad (Likutey
Halajot IV, p. 498-250a).
Parashat Ajarei Mot

16:2 Dios le dijo a Moisés,


“Dile a tu hermano Aarón. No
debe entrar en todo momento
al Santuario, de la Cortina
hacia dentro, delante de la
Cubierta que está sobre el
Arca, para que no muera. Pues
Yo aparezco en una nube
encima de la Cubierta”.
No debe entrar en todo momento al
Santuario

Para que Aarón no fallezca como sus hijos


(Rashi).

Durante el año, el Cohen Gadol servía


en el Templo utilizando ocho vestimentas
doradas. Pero en Iom Kipur, utilizaba cuatro
vestimentas blancas cada vez que entraba
al Santo de los Santos.

Entrar y salir del Santo de los Santos


representa el servicio del individuo a Dios y
las vestimentas representan las diferentes
situaciones en las cuales puede encontrarse
la persona. Uno debe buscar
constantemente ascender hacia niveles
espirituales cada vez más elevados, pero
sabiendo cuándo “retroceder” si llega a
entrar en áreas que están más allá de su
capacidad. Debe saber cómo avanzar
cubierto con ciertas “vestimentas” (i.e.,
ciertas situaciones) y cómo retroceder
cuando se cubra con diferentes
“vestimentas”. Nadav y Avihu, los hijos de
Aarón, pudieron ascender, pero no supieron
cómo “retroceder”. Fue así que fallecieron al
llevar una ofrenda de incienso no autorizada
(ver Levítico 10:1-2) (Likutey Halajot III, p. 84-43a).

No debe entrar en todo momento al


Santuario

Antes de la Creación se le preguntó a la


Torá, “¿Qué deberá hacerse con la persona
que peque?”. Respondió la Torá, “El alma
que peque deberá morir” (Pesikta de-rabí
Kahana 24:7).

Aunque la Torá declaró que el pecador


merece la pena de muerte, Dios posee una
compasión infinita y está siempre dispuesto
a recibir al penitente. Debido a Su gran
amor por nosotros, nos dio el día de Iom
Kipur, extendiendo la esperanza para todos.
Sin embargo, no podemos comprender la
profundidad de la Voluntad de Dios. En Iom
Kipur, cuando el Cohen Gadol podía entrar
al Santo de los Santos para efectuar el
perdón de la nación, no podía hacerlo cada
vez que lo deseaba. Compasivo como es
Dios, Sus caminos son incomprensibles
para el hombre (Likutey Halajot IV, p. 208a-416).

No debe entrar en todo momento al


santuario

Hay diez niveles de santidad, siendo el más


elevado el del Santo de los Santos (Keilim
1:1).

Los Nueve Niveles de Santidad, en


orden ascendente, alcanzan el Heijal, el
Santuario Interior del Templo. El Décimo
Nivel de Santidad -el Keter- corresponde al
Santo de los Santos, que sólo es accesible
en Iom Kipur y sólo por el Cohen Gadol,
quien entra con la ofrenda de incienso. La
ofrenda de incienso corresponde a la
alegría, que rectifica a Keter y trae todas las
bendiciones (Likutey Halajot II, p. 290).

No debe entrar en todo momento... Yo


aparezco en una nube encima de la
Cubierta

Es imposible experimentar a Dios sin


una preparación adecuada. Pero cuando
uno merece una revelación Divina, la “nube”
que cubre usualmente a Dios se vuelve la
propia “nube de gloria”. Conceptualmente,
esa “nube de gloria” es la Suká, que
conmemora las Nubes de Gloria que
acompañaron al pueblo judío en el desierto
(Likutey Halajot II, p. 243a). La persona que se
arrepiente puede ser digna de las Nubes de
Gloria/la Suká durante todo el año, no sólo
en Iom Kipur.

16:4 “Se vestirá la túnica


sagrada de lino y los
pantalones de lino estarán
sobre su carne y se ceñirá el
cinturón de lino y con un
turbante de lino se envolverá la
cabeza. Éstas son las
vestiduras sagradas;
sumergirá pues su cuerpo en
agua y así se las vestirá”.

Vestimentas blancas

Aunque las vestimentas doradas


utilizadas por el Cohen Gadol durante todo
el año efectuaban muchas rectificaciones,
en Iom Kipur sólo podía entrar al Santo de
los Santos llevando vestimentas blancas.

Es posible servir a Dios literalmente


con todas las cosas, pero cuando se trate
de entrar en los niveles más elevados, se
deberá simplificar el servicio con los
artículos más básicos de vestimenta y de
riqueza. Al dejar de lado toda ostentación,
uno será capaz de efectuar las
rectificaciones más profundas en esos
niveles (Likutey Halajot V, p. 179a).

16:7 “Tomará los dos machos


cabríos y los hará colocar
delante de Dios, a la entrada de
la Tienda de Reunión”.

Dos machos cabríos

La mitzvá es tomar dos machos cabríos que


sean similares en edad, en tamaño y en
apariencia (Ioma 62a).

Pese al hecho de que eran idénticos,


un macho cabrío estaba dedicado a Dios y
el otro era enviado a Azazel. De la misma
manera, la mentira puede presentarse
como verdad y es posible que no se pueda
diferenciar entre ambas. Por lo tanto los
machos cabríos eran elegidos echando
suertes: los judíos se apoyaban en Dios
para revelar cuál macho cabrío era
destinado para la santidad y cuál para el
Otro Lado. También nosotros debemos
apoyarnos en Dios para que Él nos muestre
la diferencia entre la mentira y la verdad
(Likutey Halajot IV, p. 416).
Dos machos cabríos

La mitzvá de los dos machos cabríos


requería animales cuya apariencia fuera
exactamente igual. Cuando el Cohen Gadol
colocaba las suertes sobre ellos, oraba para
que la suerte sobre la cual estaba escrito
“Para Dios” estuviese en su mano derecha
mientras que aquélla con la inscripción “Para
Azazel” fuese a su mano izquierda. Az (‫עז‬,
macho cabrío) alude a AZut (‫עזות‬, audacia
u osadía). La audacia es el azut de santidad
(el lado derecho); la osadía es el azut del
Otro Lado (el lado izquierdo). La lotería
demostraba que es casi imposible distinguir
entre la audacia y la osadía en cualquier
situación - uno sólo puede orar para tomar
la decisión correcta.

La lotería se llevaba a cabo en Iom


Kipur, dado que nuestro ayuno en Iom Kipur
rectifica el pecado de Adán por haber
comido del Árbol del Conocimiento. El
pecado de Adán representa la arrogancia y
el Árbol representa a Hamán, la persona
arrogante que también echó suertes (Esther
3:7). Por lo tanto la rectificación se lleva a
cabo mediante la lotería realizada por el
Cohen Gadol, quien representa la humildad
(Likutey Halajot I, p. 90a).

Dos machos cabríos

SeIRim (‫שעירים‬, machos cabríos)


representa SaAR (‫שער‬, cabello). Sólo un
cabello separa a la santidad de su opuesto
(Likutey Halajot I, p. 194).

16:8 “Aarón echará suertes


sobre los dos machos cabríos,
una suerte para Dios y una
suerte para Azazel”.

Una suerte para Dios y una suerte para


Azazel

La mitzvá es tomar dos machos cabríos que


sean similares en edad, en tamaño y en
apariencia (Ioma 62a).
Un macho cabrío era seleccionado
para ser sacrificado en el Santuario Interior
del Templo, para efectuar el perdón de los
pecados. El otro macho cabrío era arrojado
hacia Azazel, también para efectuar el
perdón de los pecados. La mente humana
no puede comprender cómo esos sacrificios
idénticos, ofrecidos a fuerzas opuestas,
pueden generar el mismo resultado.
Debemos tener fe en que nuestras acciones
generan esas rectificaciones. De la misma
manera, debemos creer que cada vez que
elegimos hacer el bien antes que el mal,
estamos produciendo grandes
rectificaciones, filtrando y separando el bien
de entre el mal del Árbol del Conocimiento y
haciendo descender el perdón para nuestros
pecados (Likutey Halajot VII, p. 182).

Una suerte para Dios y una suerte para


Azazel

Esa lotería representa la libertad de


elección de la persona. Puede elegir servir a
Dios o puede elegir servir al Otro Lado
(Likutey Halajot III, p. 252a).

16:12 “Luego tomará un


incensario lleno de brasas de
sobre el Altar, que está delante
de Dios; tomará también sus
dos puños llenos de incienso
aromático, bien molido y lo
traerá adentro de la Cortina”.

La ofrenda de incienso

KeToRet (ofrenda de incienso) es


similar a KaTaR (“unir” en arameo). El
ketoret podía unir los mundos. Con la
ofrenda de incienso, el Cohen Gadol une los
corazones, los deseos y el anhelo por Dios
(ver Likutey Halajot II, p. 73a).

Luego tomará... sus dos puños llenos de


incienso... y lo traerá adentro de la
Cortina
Sólo en Iom Kipur el Cohen Gadol
entraba al Santo de los Santos. Dado que
en ese día debía efectuar el perdón incluso
para el peor de los pecados, requería la
mayor fuerza de santidad para tener éxito
en su misión. Por lo tanto tomaba la
ofrenda de incienso -que tiene un tremendo
poder para entrar en los mundos inferiores y
separar las chispas de santidad de entre las
klipot- y la llevaba hacia el ámbito
santificado del Santo de los Santos.

Existen ciertos pecados para los cuales


el Cohen Gadol no podía efectuar el perdón
(ver Ioma 86a). En ese respecto, el Tzadik
se encuentra en un nivel más elevado que
el del Cohen Gadol, pues el Tzadik puede
efectuar el perdón de todos los pecados
(Likutey Halajot I, p. 163a).

16:14 “Tomará de la sangre del


novillo y rociará con su dedo
sobre la superficie de la
Cubierta, a la parte del oriente;
y delante de la Cortina rociará
siete veces de aquella sangre
con su dedo”.

Rociará siete veces de aquella sangre


con su dedo
La sangre era salpicada un total de
ocho veces - una vez por sobre el Altar y
siete veces por debajo. La primera rociada
por sobre el Altar corresponde al nivel de
Biná, una sefirá trascendente que
representa el amor “potencial”. Las siete
rociadas por debajo corresponden a las seis
sefirot de Zeir Anpin y a la sefirá de Maljut,
que representan el amor “en acto”. Nuestro
objetivo es traer desde el nivel superior
hacia los niveles inferiores, poniendo en acto
en nuestras vidas el amor de Dios.

Los ocho días de Jánuca corresponden


a esos ocho niveles. Después de que los
Macabeos derrotaran a los griegos, los
Cohanim volvieron a entrar al templo y
encontraron suficiente aceite puro como
para encender la Menorá durante un día.
Un milagro ocurrió y el aceite duró siete días
más. En Jánuca, también hacemos pasar el
amor de Dios de la potencia al acto (Likutey
Halajot III, p. 245a).

16:16 “Así hará expiación por


el Santuario a causa de las
impurezas de los hijos de Israel
y de sus transgresiones, con
motivo de todos sus pecados.
Y del mismo modo para con la
Tienda de Reunión, que reside
con ellos, en medio de sus
impurezas”.
Que reside con ellos

[HaShoJeN (‫השכן‬, “que reside”) tiene la


misma raíz que SheJiNá (‫שכינה‬, Presencia
Divina)]. La Shejiná se queda con los judíos
aunque estén impuros (Rashi).

Así como la madre se queda siempre


con sus hijos y nunca los olvida, la
Presencia Divina se queda con Su pueblo.
La Presencia Divina corresponde a la sefirá
de Maljut y al habla. Cuando la persona
expresa de manera verbal su conexión con
lo Divino, forma un lazo con Dios que nunca
puede ser cortado. Las palabras de santidad
que dice se mantienen con ella para hacerle
recordar su Fuente e inspirarla a retornar a
Dios. Aunque más tarde caiga y transgreda,
esas palabras de santidad la ayudarán a
salir de ese estado de impureza (Likutey
Moharán I, 78).

Así, siempre es bueno hablarle a Dios,


donde sea y cuando sea. En momentos de
dificultad, esas palabras nos fortalecen,
haciéndonos recordar la tremenda grandeza
de Dios y su capacidad para ayudarnos.

Que reside con ellos, en medio de sus


impurezas

[HaShoJeN (‫השכן‬, “que reside”) tiene la


misma raíz que SheJiNá (‫שכינה‬, Presencia
Divina)]. La Shejiná se queda con los judíos
aunque estén impuros (Rashi).

La más pequeña mitzvá llevada a


cabo incluso por el más pecador de los
judíos tiene un gran valor a los ojos de Dios,
trascendiendo todos los placeres mundanos,
la riqueza y la alegría. Pues, ¡Él reside con
ellos, incluso en medio de sus impurezas!
(Likutey Halajot II, p. 158a).

16:21 “Aarón pondrá ambas


manos sobre la cabeza del
macho cabrío vivo y confesará
sobre él todas las iniquidades
de los hijos de Israel y todas
sus transgresiones, a causa de
todos sus pecados,
cargándolos así sobre la
cabeza del macho cabrío y le
enviará al desierto por mano de
un hombre idóneo”.
Confesará sobre él

Sólo Dios decretaba -a través de la


lotería- cuál de los machos cabríos sería
ofrecido como sacrificio sobre el Altar y cuál
debía ser enviado a Azazel. Éste es un
misterio muy profundo, dado que solamente
mediante esa lotería podía el macho cabrío
ascender al Altar para obtener el perdón. Y
sólo después de la confesión podía el otro
macho cabrío ser enviado a su muerte en el
risco de Azazel, efectuando así el perdón.

La confesión del Cohen Gadol anulaba


a los “lugares inmundos” -los pecados de la
humanidad- prominentes hasta ese
momento y que ahora eran desechados.
Esa confesión lograba en verdad una gran
rectificación para toda la creación. La
creación entera llegó a la existencia debido a
la palabra de Dios, a las Diez Expresiones
(Avot 5:1). Todo pecado daña las
Expresiones, lo que permite que el Otro
Lado tome el sustento de esos pecados,
llevando a la difusión de las mentiras y al
ocultamiento del habla beneficiosa. Cuando
tomamos nuestros pecados y los
confesamos delante de Dios, rectificamos el
daño que hemos producido en las Diez
Expresiones y, por extensión, en toda la
creación (Likutey Halajot I, p. 210a).

Las plegarias confesionales en Iom


Kipur

Las plegarias confesionales en Iom


Kipur están ordenadas de acuerdo al alef-
bet. Aquel que peca transforma la
combinación positiva de letras de la ley de
la Torá en una combinación negativa de
letras. La confesión cambia efectivamente
esa combinación negativa de letras
transformándola en la configuración que
tenía en la ley de la Torá. De esta manera,
¡podemos generar Torá a partir de nuestros
pecados! (Likutey Halajot V, p. 109a).

16:24 “Luego sumergirá su


cuerpo en agua en un lugar
sagrado y se pondrá sus
vestidos. Saldrá entonces y
ofrecerá su ofrenda quemada y
aquella del pueblo, haciendo
expiación por sí y por el
pueblo”.
Las inmersiones del Cohen Gadol en
Iom Kipur

Cuando el Cohen Gadol iba desde el


servicio en el Patio hacia el servicio en el
Santuario, debía sumergirse. Cuando hacía
el camino inverso y volvía desde el Santuario
hacia el Patio, también debía sumergirse (cf.
Ioma 31a).

La inmersión del Cohen Gadol


representa el pasaje de la potencia al acto.
Varias veces, durante el servicio de Iom
Kipur, el Cohen Gadol iba hacia el Santo de
los Santos y retornaba, trayendo la santidad
de ese Santuario Interior hacia el Patio.
Repetía ese procedimiento varias veces
para traer la santidad potencial del Santo de
los Santos y ponerla en acto “afuera” (Likutey
Halajot IV, p. 296).

Las cinco inmersiones en Iom Kipur

Cuando el Cohen Gadol iba desde el


servicio en el Patio hacia el servicio en el
Santuario, debía sumergirse. Cuando hacía
el camino inverso y volvía desde el Santuario
hacia el Patio, también debía sumergirse (cf.
Ioma 31a).

Es comprensible que al pasar de un


servicio menor (en el Patio) a un servicio
más elevado (en el Santuario), el Cohen
Gadol se sumergiese en una mikve. Pero,
¿por qué debía sumergirse al pasar de un
servicio superior a un servicio menor?

Los dos servicios corresponden al


“Naasé ve-nishmá - Haremos y
escucharemos” (Éxodo 24:7). Primero la
persona debe intentar ascender del nivel de
naasé al nivel de nishmá. Cuando alcance
el nivel superior, deberá fortalecerse
nuevamente para buscar niveles más
elevados de naasé ve-nishmá. Así, cuando
el Cohen Gadol entraba en el Santuario y
alcanzaba el nivel superior, se sumergía
para atraer un nivel más elevado todavía
(Likutey Halajot V, p. 218).

16:29 “Esto será un estatuto


perpetuo: Que en el día décimo
del séptimo mes deberán
ayunar y no hacer ningún
trabajo, tanto el nativo como el
extranjero que mora en medio
de ustedes”.
Que en el día décimo del séptimo mes
deberán ayunar

El ayuno es el medio para subyugar los


deseos físicos ante el deseo espiritual por
Dios (Zohar III, 68b).

Iom Kipur es el día que trasciende el


tiempo. No sólo tiene el poder de efectuar el
perdón de los pecados cometidos durante
los otros días del año sino que también
expía por las transgresiones que se deben
al tiempo - i.e., que se han cometido “en el
ardor del momento”. Si la persona hubiera
sido paciente y “esperado” a que
desapareciera su pasión, habría mantenido
el control de sí misma y se habría abstenido
de pecar. Al ayunar en Iom Kipur, que se
encuentra más allá del tiempo, el penitente
alcanza una revelación de santidad - pues
sólo en ese día podía el Cohen Gadol entrar
en el Santo de los Santos y de allí traer
santidad sobre la nación judía (Likutey Halajot
II, p. 334).

16:30 “Porque en ese día hará


expiación por ustedes para
purificarlos; y de todos sus
pecados quedarán puros
delante de Dios”.
Iom Kipur

La esencia de la pureza de Iom Kipur


es la purificación del pecado. En ese día
intentamos alcanzar el nivel del
arrepentimiento en el cual Dios nos
purificará de toda tentación a pecar, de
ahora en más (Likutey Halajot III, p. 43a).

17:7 “A fin de que ellos no


ofrezcan más sus sacrificios a
los demonios, tras los cuales
siguen idolatrando. Estatuto
perpetuo les será esto durante
sus generaciones”.
A fin de que ellos no ofrezcan más sus
sacrificios a los demonios, tras los
cuales siguen idolatrando

Hay “eruditos-demonios” judíos que


exponen falsas interpretaciones de Torá,
alejando así a la gente de Dios. Cuando la
persona recibe huéspedes rectos en su
hogar, al igual que Abraham, aumenta su fe
y quiebra y elimina esas herejías (Likutey
Moharán I, 28:3).

17:11 “Porque el alma del


cuerpo está en la sangre y Yo
les he mandado ponerla sobre
el Altar para expiar por sus
almas, pues la sangre es la
expiación por el alma”.
El alma del cuerpo está en la sangre
El habla proviene del nefesh (alma),
que reside en la sangre. Uno debe servir a
Dios con cada gota de sangre,
transformando la sangre en palabras de
Torá y plegaria. En contraste, el deseo de
ganar y de discutir surgen de la sangre que
la persona aún no ha utilizado para servir a
Dios (Likutey Moharán I, 75-B:4).

El alma del cuerpo está en la sangre...


todo aquel que atrape un animal salvaje
o un ave que puedan ser comidos,
deberá derramar su sangre y cubrirla con
tierra

La tierra representa Maljut, la sefirá


más baja que interactúa directamente con
este mundo, distribuyendo la abundancia y
ejecutando el castigo. El alma que está en
la sangre debe retornar a Maljut, al igual que
el cuerpo humano que debe retornar a la
tierra.

La ley de cubrir la sangre del animal


con tierra se aplica sólo a los animales
salvajes tales como los ciervos y las
gacelas, como opuesto a los animales
domésticos tales como el ganado vacuno y
las ovejas. Las JaIoT (‫חיות‬, animales
salvajes) son llamadas así porque están
llenas de JIuT (‫חיות‬, vida) - son rápidas y
corren livianas sobre sus patas, comparadas
con los animales domésticos que son
dóciles y pesados. La rapidez proviene de la
mayor fuerza vital que tienen las jaiot, por lo
cual los animales salvajes y las aves deben
ser atrapados antes de que el hombre
pueda hacer uso de ellos.

“Atrapar” alude a la manera en que el


Otro Lado trata de arrastrar a la persona
hacia el pecado - haciéndola sentir “pesada”
y floja en su servicio a Dios. Es posible
elevarse por sobre esa “pesadez” trayendo
vitalidad hacia uno. Sin embargo, es
necesario recordar que esa vida terminará y
que finalmente uno volverá a la tierra
(Likutey Halajot IV, p. 3a).
18:3 “No seguirán ninguna
práctica de la tierra de Egipto,
donde moraron; ni harán
conforme al uso de la tierra de
Canaán, adonde Yo los llevo; ni
seguirán sus leyes”.
No seguirán ninguna práctica de la tierra
de Egipto, donde moraron; ni harán
conforme al uso de la tierra de Canaán,
adonde Yo los llevo

El comportamiento de las naciones es


plenamente inmoral e idólatra, lo que aleja a
la persona de la verdad, del Dios Único. Y
una vez que uno se aleja de la verdad, se
hace muy difícil retornar a ella. Testigo de
ello son las naciones que, habiéndose
alejado de la verdad, terminaron en la
idolatría, en la inmoralidad, en el adulterio y
en el incesto. La trampa más dificil es la
inmoralidad. Por lo tanto la Torá afirma
inmediatamente después: “Cumplan Mis
leyes y observen Mis estatutos” (Levítico
18:4) - pues esos son los caminos de la
verdad (Likutey Halajot IV, p. 406-418).

Ni seguirán sus leyes

No debemos seguirlos ni copiar sus


costumbres (Iore Dea 178:1).

Copiar a los otros es utilizar sus


poderes de imaginación. Se nos ordena
utilizar nuestro propio intelecto en la
búsqueda de Dios. Si no podemos
comprender algo de manera intelectual,
debemos entonces utilizar nuestros propios
poderes de imaginación - nuestra fe. Con
esa fe, seguimos a nuestros propios líderes
-nuestros Tzadikim- quienes nos muestran
cómo servir y seguir a Dios. La esencia de
la libertad de elección yace en cómo
ejercitamos nuestra imaginación para elegir
el sendero correcto (Likutey Halajot IV, p. 424).

Ni seguirán sus leyes

Moisés nos dio una Torá clara y pura


que recibió a través de una profecía Divina
directa. La Torá no es un conjunto de leyes
diseñadas por los seres humanos que
recibieron sus ideas de otros hombres
sabios o de charlatanes (Likutey Halajot I, p.
222a).

Ni seguirán sus leyes

Debemos evitar incluso su retórica,


pues ello aleja a la persona de Dios. En su
lugar, nuestra retórica debe consistir en orar
a Dios y practicar hitbodedut (Likutey Halajot I,
p. 174a).

Ni seguirán sus leyes

Jok (estatuto) hace referencia a un


pacto cuidado, como “Él estableció un jok
en su familia” (Shabat 137b) y a la Torá,
como en “Éste es el jok de la Torá” (Números
19:2). Un jok es una ley que no puede ser
explicada mediante el razonamiento
humano, como las leyes del shatnetz (la
prohibición de mezclar lana y lino en las
ropas), la Ternera Roja (que purifica a aquel
que está impuro pero que contamina a
quien está puro) y los tzitzit con el tejelet
(donde se utiliza lana y lino). Por lo tanto,
todos los jukim requieren de una gran fe por
parte del creyente. La persona que pueda
atraer esa fe merecerá el jok, un pacto
cuidado y la Torá. Pero aquel que siga el jok
de las naciones se alejará de la Torá y de la
moralidad (Likutey Halajot IV, p. 212a-424).
18:5 “Observarán Mis estatutos
y Mis leyes, que el hombre que
los practique vivirá en ellos. Yo
soy Dios”.
Observarán Mis estatutos

Un jok (estatuto) es una ley que no


tiene una explicación racional. El sustento
de la persona también es un jok, pues no
podemos explicar cómo es que Dios otorga
el sustento; Él les da riquezas a algunos
mientras que otros viven en la pobreza. La
esencia de un jok es que no cuestionamos
las intenciones de Dios (Likutey Halajot VII,
p.266).

Mis estatutos y Mis leyes

Hay dos clases de mitzvot: aquellas


que pueden ser explicadas racionalmente y
aquellas que no pueden ser explicadas
racionalmente. Aquellas que pueden ser
explicadas racionalmente son aceptadas por
todas las naciones, tales como las leyes de
la Torá que prohíben el asesinato y el
incesto. Pero aquellas que no pueden ser
explicadas racionalmente hacen que las
naciones nos discutan y nos atormenten:
¿Por qué seguimos leyes que no tienen una
razón?
Hay dos clases de preguntas: aquellas
que tienen respuesta y aquellas que no
tienen respuesta. Estas últimas están
enraizadas en el Espacio Vacío, la creación
paradójica de la cual Dios retiró Su
Presencia, aunque Él está presente allí
constantemente. El Espacio Vacío no puede
ser comprendido mediante la razón
humana.

Paralelas a las dos clases de


preguntas, se nos dan los dos tipos de
mitzvot. Aquellas mitzvot que pueden ser
explicadas racionalmente son un paralelo de
las preguntas que tienen respuesta.
Aquellas mitzvot que no pueden ser
explicadas racionalmente corresponden a
las preguntas que no pueden ser
respondidas. Estas últimas fueron dadas
para fortalecer nuestra fe, pues ellas están
enraizadas en el Espacio Vacío, que no
puede ser comprendido. Ambos tipos de
mitzvot fueron dadas por Dios. No así los
estatutos de las naciones, que no están
enraizados en ningún lugar elevado (Likutey
Halajot IV, p. 428-215a).

Vivirá en ellos

“Vivirá en ellos” - no morirá en ellos (Ioma


85a).

Uno debe vivir con la Torá y no


sentirse sofocado por ella. No debe buscar
devociones extrañas ni restricciones
halájicas innecesarias. Más bien, debe
disfrutar de llevar a cabo las mitzvot de la
mejor manera posible y no tratar de
cumplirlas de acuerdo a todas las opiniones
halájicas. La sabiduría más grande es no
ser sabio en absoluto - solamente servir a
Dios con simpleza y de manera directa,
dado que lo que Dios realmente quiere es el
corazón (Likutey Moharán II, 44).

Cuando joven, el Rebe Najmán


ocupaba mucho tiempo y esfuerzo
observando las mitzvot de acuerdo a los
puntos de vista más estrictos. Más tarde,
comprendió que la manera apropiada de
servir a Dios era elegir una mitzvá y
cumplirla de la manera más estricta posible;
en cuanto a las otras mitzvot, llevarlas a
cabo de acuerdo a la halajá normativa tal
cual se presenta en el Shuljan Aruj
(Sabiduría y Enseñanzas del Rabí Najmán de
Breslov #235; ver también Cruzando el Puente
Angosto, capítulo 1).

Vivirá en ellos

Si la vida de una persona está en peligro, se


permite desacralizar el Shabat para salvarla.
“Vivirá en ellos” - no morirá en ellos. Es
preferible desacralizar un Shabat [para
salvarla] de manera que pueda guardar
muchos otros Shabatot (Ioma 85b).
“Vivirá en ellos” - pues cada mitzvá trae
vida. Cuanto más viva la persona y cumpla
con las mitzvot, más vida traerá y mayor
será el bien que haga descender al mundo
(Likutey Halajot IV, p.330).

Vivirá en ellos

Frente a una situación de vida o muerte,


todos los preceptos positivos y negativos de
la Torá deben ser dejados de lado para
preservar la vida, excepto por tres
prohibiciones: la idolatría (uno no debe servir
a los ídolos para salvarse), el asesinato (uno
no debe matar a otro para salvar su propia
vida) y el incesto y otros pecados sexuales
similares (Sanedrín 74b). Si uno se ve
obligado a cometer alguno de esos pecados,
deberá entregar la vida.

Cada uno de esos tres pecados es


equivalente al daño en el pacto. Afirma el
Talmud: “Aquel qué malgasta su simiente es
como quien comete asesinato” (Iebamot 63b).
Estos tres pecados dañan la mente y
corrompen la compasión (desplazando así a
la persona de su nivel de ser humano). Por
lo tanto es necesario sacrificar la vida -lo
opuesto a un acto de compasión- para
rectificar la compasión corrompida (ver
Likutey Halajot IV, p. 348).

18:6 “Ninguna persona se


acercará a cualquiera de sus
parientes cercanos para
descubrir su desnudez. Yo soy
Dios”.

Parientes cercanos

La unión de la pareja tiene como


objetivo traer la luz de Dios. Está prohibido
que los parientes cercanos se casen entre sí
porque sus almas están muy próximas en
su raíz - i.e., ambos traen la misma luz.
Aquel que quiera traer la luz de Dios deberá
traerla desde lejos, para no producir una
iluminación que sea demasiado grande y
quiebre los recipientes (como sucedió en el
momento de la Creación con la Rotura de
los Recipientes). Para traer la luz de Dios,
es necesario hacerlo desde una distancia
segura (Likutey Halajot VI, p. 152). Por ello los
parientes cercanos no pueden casarse entre
sí.

Parientes cercanos

KeRoVim (‫קרובים‬, parientes) proviene


de la raíz KaRoV (‫קרוב‬, cerca). El rabí
Natán explica la prohibición de contraer
matrimonio con kerovim como sigue:

Hay dos tipos de intelecto: un intelecto


global y un intelecto individual. La unión de
esos dos intelectos representa un
matrimonio, al igual que la unión entre el
esposo y la esposa. Para que ese
“matrimonio” pueda llevarse a cabo,
debemos traer el intelecto individual desde
el intelecto global; ello se logra mediante el
estudio de la Torá y el cumplimiento de las
mitzvot. Pues cada mitzvá es un conducto
separado a través del cual podemos traer
Divinidad. Representa así un intelecto
individual.

Sin embargo, debemos saber que,


pese a nuestra capacidad de llevar a cabo
las mitzvot, éstas provienen del intelecto de
Dios - i.e., del intelecto global. No importa
cuánto sepamos, Dios es mucho más
grande que nosotros y realmente no
sabemos nada de Él. Consecuentemente,
para mantener nuestro intelecto individual y
tomar de Su intelecto, debemos apoyarnos
en la fe en Dios. Aquel que no cumple con
la Torá corrompe esos intelectos y puede
comenzar a traer intelectos foráneos,
filosofías e ideas ajenas a la Divinidad.

Ahora bien, esos dos intelectos se


manifiestan mostrando cuán cerca están de
la sabiduría de la Torá. Cuando se permite
el matrimonio entre kerovim, la pareja toma
el intelecto de los niveles más elevados, del
intelecto global. Pero si el matrimonio no
está permitido, entonces está “cerca” del
verdadero intelecto pero sólo lo imita. Un
matrimonio prohibido es una “unión
mezclada” en la cual los intelectos se
mezclan y por lo tanto no revelan Divinidad
(Likutey Halajot VII, p. 138-70a).

18:19 “Ni tampoco te llegarás a


una mujer en la impureza de su
período, para descubrir la
desnudez de ella”.
Ni tampoco te llegarás a una mujer en la
impureza de su período

La sangre menstrual representa el


ateísmo. Así como la menstruación separa
a la mujer de su marido, el ateísmo nos
separa de Dios (Likutey Halajot IV, p. 248a).

18:21 “Y no darás a tus hijos,


haciéndolos pasar por Molej; ni
profanarás así el Nombre de
Dios. Yo soy Dios”.
Molej

Molej era un ídolo, un dios de los amonitas.


El ritual indicaba que los hijos de la persona
debían atravesar una plataforma entre dos
fuegos (Rashi).

La adoración de Molej continúa incluso


hoy en día, cuando los padres
voluntariamente exponen a sus hijos a los
fuegos de la sabiduría secular, privándolos
del estudio de la Torá y de la revelación de
la Divinidad (ver Likutey Halajot VII, p. 100).

18:28 “No sea que la tierra los


vomite a ustedes, cuando la
hubieran contaminado, como
vomitó a la nación que la
ocupaba antes que ustedes”.
Como vomitó a la nación que la ocupaba
antes

Es una Tierra que consume a sus habitantes


(Números 13:32).

La Tierra de Israel es tan santa que


todo aquel que vive allí es “consumido” por
ella y transformado en su esencia sagrada.
Pero esto sólo se aplica si la motivación
para vivir en la Tierra es estar cerca de Dios
y servirlo mediante el estudio de la Torá, la
plegaria y demás. Si la motivación para vivir
en la Tierra no es espiritual, sino histórica,
nacionalista, humanista o demás, entonces
la Tierra Santa no puede tolerar “consumir” a
la persona para que se transforme en su
esencia. En su lugar, la “vomita” hacia
afuera de diferentes maneras, incluyendo la
persona misma que encuentra toda clase
de motivos para sentirse mejor en otra parte
(Likutey Moharán I, 129).
Parashat Kedoshim

19:2 “Habla a toda la


congregación de los hijos de
Israel y diles: ‘Serán santos
porque Yo, Dios, tu Señor, soy
Santo’”.
Serán santos

La santidad puede encontrarse allí en donde


haya una salvaguarda en contra de la
inmoralidad (Vaikrá Rabah 24:6).
La persona debe cuidar el pacto. De lo
contrario, “será contada entre los inmorales,
los idólatras” (Tikuney Zohar #56) (Likutey
Moharán I, 36:8).

19:3 “El hombre temerá a su


madre y a su padre y observará
Mis Shabatot. Yo soy Dios tu
Señor”.
Y observará Mis Shabatot

Cada vez que la Torá habla del


Mishkán (específicamente, el Tabernáculo
en el desierto, aunque el Templo
permanente en Jerusalén también está
implícito), también hace referencia a
observar el Shabat. Ello se debe a que la
luz del Shabat ilumina el Mishkán (Likutey
Moharán II, 67).

19:4 “No se vuelquen a los


ídolos ni se hagan dioses de
fundición. Yo soy Dios, tu
Señor”.
No se vuelquen a los ídolos

“Ídolos” alude aquí al adulterio y a otros


pecados de lascivia. Cada vez que el rabí
Shimón bar Iojai veía algo que podía ser
considerado como inmoralidad sexual, solía
citar este versículo (Zohar III, 84).

Este versículo implica que la persona


debe evitar los pensamientos inmorales
(Likutey Moharán I, 72). En general, cometer
adulterio es equivalente a servir a los ídolos
(ibid., I, 36:8).

(Refiriéndose al rabí Elazar ben


Durdaia, el Talmud enseña también que
todo pecado al cual la persona se encuentra
profundamente unida es comparable a la
idolatría; Avodá Zará 17a).
19:6 “En el mismo día que
hagan el sacrificio se ha de
comer y al día siguiente, lo que
sobre hasta el día tercero, será
quemado a fuego”.
Lo que sobre hasta el día tercero, será
quemado a fuego

Si, al degollar el sacrificio uno planea


comerlo más allá de su tiempo permitido,
ese pensamiento lo descalifica (Rashi).

Esta idea también se aplica a las


bendiciones y a las plegarias que la persona
recita. Si no se concentra correctamente en
ellas, las hace inapropiadas (Likutey Moharán
I, 37:5).

19:9 “Y cuando hagas la


cosecha de tu tierra, no
segarás completamente la
esquina de tu campo. Tampoco
recogerás las gavillas de tu
cosecha”.
La esquina de tu campo

Lo siguiente no tiene una cantidad fija: peá


(uno debe dejar para los pobres una
esquina de su campo durante la cosecha),
bikurim (los primeros frutos de cada
estación, que le son dados al Cohen) y raion
(el ascenso a Jerusalén durante las Tres
Festividades) (Peá 1:1). Todos estos regalos
son actos de caridad y representan la
“primera caridad” - i.e., el comienzo de lo
que uno da para caridad.

Cuando Adán comió del Árbol del


Conocimiento, corrompió el alimento e hizo
que allí quedaran atrapadas chispas de
santidad. Ahora sus descendientes deben
trabajar la tierra para producir alimentos,
rectificando así y elevando esas chispas.
Sin embargo, la caridad de peá y bikurim es
muy difícil de dar, porque la cosecha
contiene muchas chispas de santidad en
espera de ser elevadas. La caridad de peá
eleva esas chispas y endulza el decreto de
Adán. La caridad de los bikurim es más
grande aún, dado que los bikurim son
llevados al Templo donde brilla el Rostro de
Dios, despertando así el Favor Divino.
Cuando ascendemos al Templo durante las
Tres Festividades, invocamos el Favor
Divino y nos volvemos dignos de ver el
Rostro de Dios (Likutey Halajot I, p. 270-136a).

19:11 “No robarán, ni tampoco


engañarán ni se mentirán los
unos a los otros”.
No robarán
Tanto la riqueza como el alma
provienen de la misma fuente superior.
Además, la riqueza del hombre le llega
debido a su esposa. Cada hombre que nace
en este mundo está predestinado a tener
una cierta esposa, un cierto número de hijos
y una cierta cantidad de dinero.
Consecuentemente, el ladrón que roba el
dinero de otro también, en efecto, roba su
alma. Esto puede hacer que la víctima no
tenga hijos o sufra la muerte de sus hijos.
Dado que el ladrón también ha capturado el
alma de la esposa de la víctima, puede
desarrollar una relación amorosa con ella; es
posible incluso que ella abandone a su
marido, llevándose a sus hijos con ella.
Dado que el robo puede tener resultados
tan tremendos, debemos tomar todas las
precauciones posibles para no apropiarnos
nunca de aquello que no es nuestro (Likutey
Moharán I, 69).

19:14 “No maldecirás al sordo


ni pondrás tropiezo delante del
ciego; sino que temerás a tu
Señor. Yo soy Dios”.
Temerás a tu Señor

Con respecto a los preceptos para los cuales


nuestras intenciones de cumplirlos o de
transgredirlos no pueden ser conocidas por
los demás, las Escrituras dicen: “Temerás a
tu Señor” - pues Dios conoce los
pensamientos de la persona (Rashi).

La persona que es consciente de que


Dios conoce todos sus actos y por lo tanto
Le teme, no hará nada malo. En particular,
no engañará a los demás (Likutey Moharán I,
14:7, 10).

Temerás a tu Señor

Con respecto a los preceptos para los cuales


nuestras intenciones de cumplirlos o de
transgredirlos no pueden ser conocidas por
los demás, las Escrituras dicen: “Temerás a
tu Señor” - pues Dios conoce los
pensamientos de la persona (Rashi).
El temor a Dios es un gran logro en sí
mismo. Sin embargo, debe ser
complementado con daat (conocimiento de
Dios). Ese daat debe estar en el corazón,
que es el lugar del temor. Cuando la
persona lleva su temor hacia el corazón,
ese temor la llevará hacia una comprensión
mayor de Dios, como está escrito,
“Entonces comprenderás el temor a Dios y
encontrarás el conocimiento del Señor”
(Proverbios 2:5) (Likutey Moharán I, 154).

Temerás a tu Señor

IeRuShaLaiM (‫ירושלים‬, Jerusalén) es


una contracción de las palabras IRá
ShaLeM (‫יראה שלם‬, “temor perfecto”). En
otra instancia, el Rebe Najmán enseña que
Jerusalén representa el corazón, como en
“Habla al corazón de Jerusalén” (Isaías 40:2)
(Likutey Moharán I, 20:4). Así, el corazón es el
asiento del temor a Dios.

Aquel que lleva el temor a Dios hacia


su corazón puede perfeccionar ese temor.
Esto es equivalente a la reconstrucción de
Jerusalén, que está asociada con la era
mesiánica (Likutey Moharán II, 1:4).

19:16 “No andarás con


habladurías entre tu pueblo; no
te pares sobre la sangre de tu
amigo. Yo soy Dios”.
No andarás con habladurías entre tu
pueblo

Debido a que todos aquellos que siembran


la discordia y andan con habladurías van a
las casa de sus amigos para espiar todo lo
malo que puedan ver y oír allí y repetirlo en
las calles, son llamados holjei RaJIL (‫רכיל‬
‫הולכי‬, “gente que camina por ahí espiando”).
El único momento en el cual la Torá utiliza el
término ReJILut (‫רכילות‬, calumnia) es en
conexión con la expresión “camina por ahí”
(Rashi).

Rejilut (calumnia) fue el pecado de la


Serpiente, quien calumnió a Dios y trajo la
maldición de la muerte sobre Adán y el
resto del mundo. Como castigo, le cortaron
las patas; ahora debe a arrastrarse por el
suelo, ya no puede caminar más (Likutey
Halajot IV, p. 199).

No andarás con habladurías

Sólo la persona que cuida el pacto puede


enseñar Torá. De otra manera, transgrede la
prohibición de “No andarás con habladurías”
- i.e., alguien que dice palabras vanas y sin
sentido (ver Zohar III, 79b).

Esto indica que la violación de la


pureza sexual tiene un impacto negativo en
el habla del hombre y en sus
conversaciones (Likutey Moharán I, 29:6-7).
No te pares sobre la sangre de tu amigo

“Tu amigo” - esto alude a los mojín [Jojmá y


Biná], que son “dos amigos que nunca se
separan” (Zohar III, 4b).

“Tu amigo” indica los dos aspectos del


intelecto de la persona, correspondientes a
las sefirot de Jojmá y Biná, que funcionan
juntas y de manera inseparable. Cuando
uno cuida el pacto, protege su intelecto de
todo daño, pues de otra manera
envenenaría su sangre. Eso se debe a que
el intelecto de la persona se manifiesta a
través del habla. Con un pacto cuidado y
por lo tanto con un intelecto puro, la persona
puede hablar, pues no es culpable de “andar
por ahí con habladurías” (Likutey Moharán I,
29:6-7). Sin embargo, si la persona ha
violado su pacto y envenenado su sangre,
no podrá elevarse hacia niveles espirituales
superiores. Esto se encuentra aludido en la
frase “no te pares sobre”, que puede
también ser leído como “no te pondrás de
pie ni serás elevado”.

19:17 “No odiarás a tu hermano


en tu corazón; amonestarás a
tu prójimo, para que no lleves
pecado por su causa”.
Amonestarás a tu prójimo, para que no
lleves pecado por su causa

El rabí Akiba exclamó cierta vez: “¡Dudo que


haya alguien en esta generación capaz de
amonestar a los demás!” (Erjin 16b; ver Ein
Iaacov).

Amonestar es un arte. Si la persona es


incapaz de amonestar a los demás, no sólo
no tendrá efecto con su reproche sino que
incluso hará surgir el mal olor de las malas
acciones y de los malos rasgos del
transgresor.

Si algo que tiene mal olor es dejado


quieto, su hedor no se percibe. Pero si
alguien mueve el objeto, nuevamente
emitirá ese olor ofensivo. De la misma
manera, si la persona peca y continúa con
su vida, el hedor de su pecado se mantiene
dormido. Si alguien la amonesta de una
manera inapropiada, ello puede despertar la
energía de sus pecados, cuyo “mal olor” la
dañará. Aquel que amonesta debe ser
capaz de despertar en la otra persona un
remordimiento que sea beneficioso para su
crecimiento espiritual.

Moisés fue alguien capacitado para


amonestar, pues su guía moral les daba un
aroma agradable a todos los que habían
pecado. Cuando los judíos hicieron el
becerro de oro, Moisés los amonestó de
una manera que los inspiró a buscar el
arrepentimiento completo. Continuaron
construyendo el Tabernáculo y
experimentaron en medio de ellos una
manifestación abierta de la Presencia de
Dios (Likutey Moharán II, 8:1; Likutey Halajot V, p.
96).

Para que no lleves pecado por su causa

No lo avergüences en público (Rashi).

Aunque es una mitzvá amonestar a


alguien que actúa de manera inapropiada,
es peor avergonzarlo, pues eso puede llevar
a la disputa y al conflicto. Es mejor
mantenerse en silencio que ser motivo de
conflicto (Likutey Halajot IV, p. 167a).
19:18 “No te vengarás, ni
guardarás rencor contra los
hijos de tu pueblo; sino que
amarás a tu prójimo como a ti
mismo. Yo soy Dios”.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo

Enseñó el rabí Akiba: “Ama a tu prójimo


como a ti mismo” - ze klal gadol baTorá
(“éste es un gran principio de la Torá”)
(Ierushalmi, Nedarim 9:4).

KLaL (‫כלל‬, principio) está relacionado


con KLaLiut (‫כלליות‬, la totalidad). Lo
principal para recibir la Torá es estar juntos y
en unidad (Likutey Halajot IV, p. 4a).

Amarás a tu prójimo

Cuando la gente se ama y se respeta,


cada uno ilumina a su compañero con su
espiritualidad y recibe iluminación espiritual
del otro (Likutey Halajot II, p. 166a).

Amarás a tu prójimo como a ti mismo

Uno debe aceptar esta mitzvá sobre sí


antes de orar (Shaar HaKavanot, Inian
Birkot HaShajar, p. 2).

Todas las clases de habla están


asociadas con la paz, incluidas nuestras
plegarias. Si no hay paz y amor entre las
personas, no pueden orar de la manera
apropiada. Así, la sinagoga es llamada un
beit KNeSet (‫)בית כנסת‬, de la palabra
KiNuS (‫כינוס‬, reunión), dado que hace que
la gente se junte y se una con un propósito
común (Likutey Halajot I, p. 462).

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.


Yo soy Dios

El habla está enraizada en la paz,


como dice el versículo: “Ahora hablaré de
paz” (Salmos 122:8). Cuando hay disputas, la
persona no puede hablar de la manera
apropiada - en particular, no puede decir
palabras apropiadas de plegaria. Por lo
tanto, dijo el rey David, “Yo soy paz. Pero,
¿cómo puedo hablar? Ellos están por la
guerra” (ibid., 120:7).

La solución es que cada persona


acepte sobre sí, antes de orar, el precepto
de “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
Así, alcanzará la paz. Su habla volverá a
ser digna y podrá ofrecer una plegaria
(Likutey Moharán I, 239).

Amarás a tu prójimo

La Torá presenta esta mitzvá luego de


muchos otros preceptos que nos instruyen a
ser cuidadosos con la propiedad y las
posesiones de los demás. El amor de un
judío por otro está ejemplificado en la
manera en cómo se comporta: actuando de
manera moral, sin celos y demás (Likutey
Halajot VIII, p. 138b-139a).

El rabí Natán agrega que aquel que


siente amor por Dios y por su prójimo nunca
se equivocará. Siempre se cuidará de
actuar de la mejor manera posible. El
principal motivo por el cual la gente comete
pecados accidentales o daña
accidentalmente a otros, es que carece de
un amor perfecto por Dios o por sus
congéneres judíos (Likutey Halajot VIII, p. 249a).

Amarás a tu prójimo
Una relación de “cese el fuego” es
insuficiente. Es necesario nutrir el amor
entre uno y los demás. Esto se aplica
especialmente a los estudiosos de Torá
(Likutey Halajot I, p. 386).

Más aún, para evitar el conflicto,


debemos recordar constantemente que la
gente piensa y actúa de manera diferente,
pero aun así debemos juzgarla de manera
favorable y pensar en ella como que es
sincera en sus esfuerzos y devociones.
Pese a su aparente celo, también las otras
personas pueden tener sus propios
pensamientos y opiniones (Likutey Halajot II, p.
348).
Amarás a tu prójimo como a ti mismo

Enseñó el rabí Akiba: “Ama a tu prójimo


como a ti mismo” - éste es un gran principio
de la Torá (Ierushalmi, Nedarim 9:4).

La Torá es llamada mishpat (justicia)


(cf. Salmos 19:10). Dado que mishpat se
encuentra en el corazón, el asiento de las
emociones (ver Likutey Moharán II, 5:11), está
conectada con el atributo del amor. Cuando
la persona alcanza verdadero mishpat,
alcanza el amor. Y cuando alcanza el amor,
obtiene verdadero mishpat - verdadera
comprensión y conexión con la Torá.

El rabí Akiba aclara este principio


porque era descendiente de prosélitos,
quienes se encuentran con una mayor
necesidad de rectificación del mishpat (i.e.,
Torá). Los 24.000 alumnos del rabí Akiba
fallecieron por no haber alcanzado el amor
entre ellos. El rabí Shimón bar Iojai, uno de
los cinco grandes discípulos del rabí Akiba,
rectificó el daño de esos alumnos, dado que
él y su grupo se profesaban un gran amor
(Likutey Halajot III, p. 112a).

Amarás a tu prójimo como a ti mismo

En el Sinaí, cada judío aceptó ser


garante de los demás en el servicio a Dios.
Pero si ya nos es difícil cumplir con nuestras
propias obligaciones, más aún lo será tomar
la responsabilidad por los demás. ¿Cuán
seguido nos encontramos en medio de
nuestras plegarias sin saber en dónde
estamos o nos confundimos al punto de
olvidar que estamos llevando talet y tefilín?
¿Cómo podemos decir que nosotros
estamos sirviendo a Dios?

La única manera de poder cumplir con


nuestras obligaciones es con ratzón (deseo).
Si sentimos un profundo y ardiente ratzón
de servir a Dios, se nos dará la capacidad
de hacerlo. Podemos despertar ese ratzón
amando a los otros judíos. El acto de unirse
con los demás despierta el Favor Divino
(también llamado Ratzón), que es un
paralelo de nuestro propio ratzón de servir a
Dios. Al amar a los otros judíos y traer así el
deseo de servir a Dios, podremos
finalmente tener éxito y realizar las mitzvot
de la manera correcta (Likutey Halajot VII, p.
240-242).

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.


Yo soy Dios

Le-ReAja (‫לרעך‬, “tu prójimo”) puede


leerse como Le-RaAJa (‫לרעך‬, “tus
problemas”). En otras palabra, debes “amar
tus problemas” - aceptar con amor el
sufrimiento que te llega.

¿Por qué? Pues esos problemas son


kamoja (“como a ti mismo”), que también
puede traducirse como “de acuerdo a cómo
eres”. Todo el sufrimiento que experimentes
estará de acuerdo con tus acciones.

Ani IHVH (“Yo soy Dios”) - el Santo


Nombre de Dios IHVH indica Su atributo de
compasión. Pese a tus acciones, Dios te
trata con compasión y no de acuerdo a lo
que merecerías a la luz de la justicia
absoluta (Likutey Moharán I, 165).

19:19 “Guardarán Mis


mandamientos. Tocante a tu
ganado, no harás cruzar a los
animales de especies
diferentes; no sembrarás tu
campo con mezcla de dos
clases de semillas; no te
pondrás ropa tejida con mezcla
de dos materiales distintos”.
Las prohibiciones de cruzar animales, de
plantar semillas mezcladas y de usar
ropas de lana y lino

Hay 600.000 letras en la Torá,


correspondientes a las 600.000 almas-
raíces del pueblo judío. Cada alma tiene
una letra-raíz en la Torá, de la cual toma el
sustento que necesita para su crecimiento
específico. Al llevar a cabo una mitzvá se
iluminan las letras de la Torá de esa alma en
su raíz, acercando a la persona a Dios. Al
pecar se produce un daño en esa letra,
alejando a la persona de Dios. Cuantos más
pecados cometa una persona, más
combinaciones diferentes tomarán las letras
de la Torá, lo que llevará a un mayor
alejamiento.

Esto es lo que nuestros Sabios


quisieron decir al afirmar: “La Torá puede ser
un elixir de vida o una poción mortal” (Ioma
72b). Si la persona lo merece, la Torá será
un elixir de vida para ella; le iluminará el
sendero de la verdad. Si no es digna, la
Torá se volverá a una poción mortal y la
misma Torá -sus combinaciones de letras- la
extraviarán más aún.

Las prohibiciones de cruzar animales,


de plantar semillas mezcladas y de usar
ropas de lana y lino aluden a este concepto.
El término genérico para mezclas prohibidas
es KiLAim (‫)כלאים‬, connotando resistencia,
obstáculos o detenciones; está relacionada
con la palabra VaiKaLe (‫ )ויכלא‬en el
versículo “La gente se detuvo (VaiKaLe) de
traer” (Éxodo 36:6). El hacer kilaim produce
resistencias en la persona en su servicio a
Dios (Likutey Halajot V, p. 177a-354).

No sembrarás tu campo con mezcla de


dos clases de semillas
En sí misma, cada semilla representa
un poder específico y una bendición de
Dios. Cada tipo de vegetación logra su
principal rectificación por sí misma. Si se
une y se planta junto con otras clases de
vegetales, sus poderes se mezclan en su
fuente y no pueden producir las bendiciones
apropiadas (Likutey Halajot V, p. 174a).

Shatnetz - mezcla prohibida de lana y


lino

En el comienzo, Dios, Quien es Infinito,


estaba en todas partes. No había espacio
vacío que pudiera ser caracterizado como
espacio, vacuidad o vacío. Para crear el
mundo, Dios tuvo que constreñirse, si así
pudiera decirse, desde un área específica,
que llegó a ser conocida como el Espacio
Vacío. Dentro de ese Espacio, Él procedió a
crear todos los mundos, incluyendo el
nuestro. No puede decirse que Dios está
dentro del Espacio Vacío, dado que Él Se
retrajo de allí. Por otro lado, es imposible
decir que Dios no está allí, porque nada
puede existir sin Su fuerza vital. Ésta es la
paradoja del Espacio Vacío, que está más
allá de la comprensión humana (Ari; ver
Likutey Moharán I, 64).

El lino representa la constricción de la


Presencia de Dios fuera del Espacio Vacío.
La lana representa la creación que tuvo
lugar en el Espacio Vacío, que está pleno de
Divinidad. La mezcla de esos dos conceptos
está prohibida, porque estos representan los
dos opuestos que no pueden ser
reconciliados por el limitado intelecto del
hombre. Éste fue el daño de Caín, quien
quiso saber cómo encontrar a Dios en el
Espacio Vacío y por lo tanto llevó una
ofrenda de lino. Pero está escrito, “Dios no
se volvió hacia Caín en su ofrenda” (Génesis
4:5) - porque, si así pudiera decirse, Dios no
estaba allí. ¡Ése era el Espacio Vacío!
(Likutey Halajot V, p. 202a-404).

19:23 “Y cuando entren en la


tierra y hayan plantado todo
género de árboles de comer,
considerarán sus frutos como
prohibidos. Por tres años los
frutos estarán prohibidos, no
deberán ser comidos”.
Orlá - frutos prohibidos

Durante los tres primeros años del árbol


frutal, sus frutos son llamados orlá y están
totalmente prohibidos. Los frutos del cuarto
año deben ser llevados a Jerusalén y
comidos en estado de pureza.
Alternativamente, pueden ser redimidos con
dinero y el dinero llevado a Jerusalén para
comprar alimento para ser consumido allí
(ver Rashi sobre Levítico 19:24). Sólo desde
el quinto año en adelante puede comerse la
fruta del árbol de manera normal.
Hay tres klipot totalmente malas a las
que el profeta Ezequiel denomina “viento
tormentoso”, “una gran nube” y un “gran
fuego” (Ezequiel 1:4). Esas tres klipot
corresponden a los primeros tres años del
orlá. Si la persona consume las frutas de
esos años, puede ser avasallada por el mal
y verse impelida a pecar. Por ello esa fruta
está prohibida.

Hay una cuarta klipá llamada noga


(literalmente, “brillo”), que Ezequiel llama “un
brillo alrededor” (ibid.). Esa klipá contiene
tanto bien como mal y corresponde al
cuarto año de la fruta. Uno eleva el bien
llevando la fruta a Jerusalén o redimiéndola.
El concepto de esas cuatro klipot
también se aplica a la circuncisión. Al igual
que la fruta prohibida de los tres primeros
años, el prepucio (que también es llamado
orlá) está compuesto de varias capas de
piel y representa las tres klipot totalmente
malignas. Después de retirar el prepucio,
debe abrirse la fina membrana que cubre el
glande. Esa membrana corresponde a la
cuarta klipá, noga (Likutey Moharán I, 82:1).

Orlá - frutos prohibidos

Los tres años durante los cuales están


prohibidos los frutos representan las tres
pasiones más básicas: la codicia, la gula y
la inmoralidad. Al refrenarnos de comer la
fruta de esos tres años, quebramos la mala
inclinación de esas pasiones. En el cuarto
año, llevamos las frutas a IeRuShaLaiM
(‫ירושלים‬, Jerusalén) que significa IRá
ShaLeM (‫יראה שלם‬, “temor perfecto”).
Aquel que quiebra las tres pasiones merece
el temor a Dios (Likutey Halajot V, p. 328).

Y hayan plantado todo género de árboles


de comer, considerarán sus frutos como
prohibidos

¡Adán! ¿Quién retirará la tierra de tus ojos!


Tus descendientes esperan tres años hasta
poder comer los frutos de sus árboles recién
plantados. ¡Pero tú no pudiste esperar ni
siquiera una hora! (Bereshit Rabah 21:7).
El Midrash enseña que el hecho de
que Adán comiera del Árbol del
Conocimiento es un paralelo del fruto
prohibido, del orlá. Ambos pecados
representan el orgullo y alejan a la persona
de Dios. En verdad, el pecado de Adán fue
considerado un acto de arrogancia y llevó a
su muerte. Todo aquello denominado orlá
(incluido el prepucio, que también es
llamado orlá) es algo externo al objeto que,
al igual que el orgullo, representa una actitud
de superioridad sobre los demás. Es
necesario buscar constantemente la
humildad en el comportamiento y en el
comer, pues la humildad lleva al
arrepentimiento y a la vida (Likutey Halajot V,
p. 318).

Por tres años los frutos estarán


prohibidos

¡Adán! ¿Quién retirará la tierra de tus ojos!


Tus descendientes esperan tres años hasta
poder comer los frutos de sus árboles recién
plantados. ¡Pero tú no pudiste esperar ni
siquiera una hora! (Bereshit Rabah 21:7).

Adán fue impaciente; no pudo esperar


hasta el Shabat para tener relaciones con
Eva. Por lo tanto pecó. Podemos rectificar
su pecado -y nuestros propios pecados
causados por la impaciencia- al “sentarnos
en un lugar” en el Shabat (Éxodo 16:29).
Debemos aprender a ser pacientes y a
esperar lo que suceda (Likutey Halajot III, p.
70).

Por tres años los frutos estarán


prohibidos... En el cuarto año, el fruto
será santo, algo con lo cual alabar a
Dios

¡Adán! ¿Quién retirará la tierra de tus ojos!


Tus descendientes esperan tres años hasta
poder comer los frutos de sus árboles recién
plantados. ¡Pero tú no pudiste esperar ni
siquiera una hora! (Bereshit Rabah 21:7).

Hay alimentos físicos y alimentos


espirituales. Al comer del Árbol del
Conocimiento, Adán hizo que el alimento
físico fuera el dominante. Esto llevó a su
caída. Nosotros, sus descendientes,
debemos rectificar su pecado y hacer que el
alimento espiritual sea el dominante. Tres
intelectos pueden ayudarnos a fortalecer la
espiritualidad: Jojmá, Biná y Daat.

Dependiendo de cómo uno se


alimente, podrá centrarse en los beneficios
espirituales del comer o sumergirse en la
glotonería y darle poder a las pasiones
materiales. La ley del orlá se aplica sólo a
los árboles, pues rectifica el pecado de Adán
por haber comido del Árbol. Durante el
cuarto año, llevamos las frutas a Jerusalén
y cantamos alabanzas. Los tres años son
un paralelo de los tres intelectos que pueden
ayudar a dirigir a la persona para centrarse
en lo espiritual, en la medida en que se
refrene de todo consumo material de los
frutos prohibidos.

Una vez que la persona logra subyugar


lo físico ante lo espiritual, merece un claro
sentido del olfato. El olfato es un sentido
espiritual de pureza y representa la Canción
del Futuro, cuando reinará la pureza. Esto
refleja los Diez Tipos de Canciones y la
Canción Cuádruple, la canción del cuarto
día, que es una alabanza a Dios (Likutey
Halajot V, p. 160a-320-161a-322).

Por tres años los frutos estarán


prohibidos... En el cuarto año, el fruto
será santo... En el quinto año, podrán
comer los frutos

Hay cuatro niveles de humildad: ser más


humilde que aquellos que son más grandes
que uno, ser más humilde que aquellos que
se encuentran en nuestro nivel, ser más
humilde que aquellos que están en un nivel
inferior al nuestro y si uno es la más humilde
de las personas, ser más humilde aún
(Likutey Moharán I, 14:4).

Los cuatro niveles de humildad


contrarrestan los cuatro niveles de
arrogancia representados por las cuatro
klipot. Las tres klipot totalmente malas (ver
Ezequiel 1) corresponden a los tres años del
orlá; la cuarta klipá, noga, que contiene
tanto bien como mal, corresponde al cuarto
año, cuando la fruta era llevada a Jerusalén.
Para anular los tres primeros niveles de
arrogancia, la persona debe ser humilde
delante de aquellos que son más grandes
que ella, de aquellos que están en su propio
nivel y de aquellos que están en un nivel
inferior. Para anular el cuarto nivel de
arrogancia representado por noga, debe
estar más abajo todavía que el bajo nivel
que ya ha alcanzado. Esta humildad hace
aflorar el bien en la persona, al igual que el
hecho de llevar los frutos a Jerusalén que
extrae y eleva el bien hacia su lugar
adecuado.

Entonces, en el quinto año, se pueden


comer los frutos e invocar las bendiciones,
porque se han anulado los cuatro niveles de
arrogancia y, correspondientes a ello, los
cuatro niveles del fuego, el agua, el aire y la
tierra. El quinto nivel es el elemento-raíz que
corresponde a Iesod - el Tzadik, la raíz de
todas las bendiciones (Likutey Halajot V, p.
175a).

19:26 “No coman nada con


sangre. No practiquen
adivinación, ni observen
agüeros”.
No coman nada con sangre
No comas antes de orar por tu sangre (i.e.,
tu vida) (Berajot 10b).

Es decir, antes de comer, debes orar


por tu alma, que está en la sangre. Uno
debe rectificar y saciar su alma con la
plegaria antes de saciar el cuerpo con
alimentos (Likutey Halajot II, p. 90).

No coman nada con sangre

No comas antes de orar por tu sangre


(Berajot 10b).

Comer en santidad refleja la santidad


de la Tierra Santa, como está escrito,
“Comerás, estarás satisfecho y bendecirás a
Dios tu Señor por la Tierra” (Deuteronomio
8:10). Uno no puede comer en santidad
antes de alabar a Dios - y la plegaria es la
esencia de la alabanza. Cuando el judío le
ora a Dios, Dios alaba al judío. Entonces se
revela la santidad de la Tierra Santa y uno
puede bendecir a Dios por el alimento, que
recibe su abundancia de la Tierra Santa
(Likutey Halajot II, p. 75a).

No coman nada con sangre

No comas antes de orar por tu sangre


(Berajot 10b).

Esaú, que también es llamado EDoM


(‫)אדום‬, representa la sangre (‫דם‬, DaM).
Esaú despreció la primogenitura (Génesis
25:34), que representa el poder de la
plegaria (ver Likutey Moharán I, 2:2). Así, está
prohibido comer antes de las plegarias, no
sea que uno caiga víctima de Esaú (Likutey
Halajot VIII, p. 104b-105a).

De manera similar, la persona que ora


es como alguien que ofrece un sacrificio a
Dios. En épocas del Templo, la ofrenda del
sacrificio era aceptada sólo después de
rociar la sangre sobre el Altar. Después de
rociar la sangre, estaba permitido comer el
sacrificio. Por lo tanto uno debe orar antes
de comer (ibid., IV, p.4).

La Torá nos ordena orar antes de


comer para enseñarnos el rasgo de la
paciencia (ibid., III, p.15a).
No coman nada con sangre

No comas antes de orar por tu sangre


(Berajot 10b).

De acuerdo a la Kabalá, la sangre


representa los juicios. Dios creó el mundo
con jesed (bondad), el vehículo a través del
cual Él alimenta y sustenta Su creación,
como en “Él le da alimento a toda carne,
pues Su jesed es eterno” (Salmos 136:25), y
“Él, Quien sustenta al mundo entero en Su
bondad, con gracia, con jesed y con
compasión” (Gracias Después de las Comidas).
Cuando la persona le ora a Dios antes de
comer, demuestra que acepta el hecho de
que Dios es su Fuente de sustento. Pero
cuando come antes de orar, implica que su
alimento es suyo por derecho en lugar de
un regalo y ello despierta los juicios y el
sufrimiento. Comer lleva a la arrogancia:
“No sea que cuando hayas comido y hayas
quedado satisfecho... tu corazón se llene de
orgullo y te olvides de Dios (Deuteronomio
8:12,14) (Likutey Halajot I, p. 172a).

No coman nada con sangre

No comas antes de orar por tu sangre


(Berajot 10b).

Cuando la persona ayuna, se elevan


las chispas de santidad y se rectifica la fe
(Likutey Moharán I, 62). Por otro lado, aquel
que sucumbe a la gula hace que el habla
caiga en el exilio bajo el gobierno de los
“oficiales” del faraón - el Sar HaMashkim (el
Camarero del Vino - i.e., la tráquea), el Sar
HaOfim (el Jefe de los Panaderos - i.e., el
esófago) y el Sar HaTabajim (el Jefe de los
Carniceros - i.e., los vasos sanguíneos). El
ayuno rectifica a esos tres “oficiales” y los
lleva nuevamente hacia el ámbito de la
santidad. Así, la persona no debe comer
antes de orar, para que sus palabras no
sean atrapadas por esos oficiales (Likutey
Halajot I, p. 8a).

No coman nada con sangre. No


practiquen adivinación, ni observen
agüeros
“No coman nada con sangre” - Lo Tojlu
(“No coman”) puede también traducirse
como, “No comerán”. “Sangre” indica un
pacto dañado. Por lo tanto esta frase puede
ser interpretada como significando que la
persona encontrará difícil “comer” -i.e.,
ganarse el sustento- si daña el pacto.

“No practiquen adivinación” -


teNaJaShu (‫תנחשו‬, practicar adivinación)
es similar a NaJaSh (‫נחש‬, Serpiente).
Después de que la Serpiente hizo pecar a
Adán, éste fue maldecido con la dificultad
de ganarse el sustento. La Serpiente
también envenenó a Eva, lo que indica un
pacto corrompido.
“Ni observen agüeros” - teONeNu
(‫תעוננו‬, observar agüeros) tiene la misma
raíz que ONá (‫עונה‬, estación del año),
connotando el tiempo y haciendo referencia
a los veintiocho “tiempos” de bien y de mal
mencionados en Eclesiastés 3:1-8. Por lo
tanto esta frase puede leerse como, “No
produzcas los malos tiempos” asociados con
la Serpiente, el Otro Lado (Likutey Moharán I,
39:5).

No practiquen adivinación

El líder debe tener una fe absoluta.


Incluso un pequeño daño en esa área, tal
como una creencia supersticiosa, lo hace
inapto para guiar (Likutey Moharán I, 18:3).
No practiquen adivinación, ni observen
agüeros

ShaNá (‫שנה‬, año) es similar a ShiNui


(‫שנוי‬, cambio). Cada año es diferente - no
hay dos años que sean iguales, ni tampoco
dos meses, ni dos semanas, ni siquiera dos
días. Aquellos que creen en los augurios y
en los signos astrológicos rechazan la
Providencia Divina y favorecen la creencia
en un orden natural, asegurando que su
conocimiento puede predecir el futuro.

No es así con quien cree que Dios


dirige el mundo. En la mente del creyente,
todas las diferencias en el tiempo y en las
estaciones se deben solamente a la
Providencia de Dios. Tal persona no
depende de ninguna secuencia astronómica
ni astrológica para determinar su futuro, sino
sólo de Dios (Likutey Halajot IV, p. 210a).

19:27 “No afeiten el cabello a


los costados de su cabeza; ni
destruyas los bordes de tu
barba”.

No afeiten las peot ni la barba con


navaja

De acuerdo a la Kabalá, los cabellos


de la cabeza corresponden a los conductos
de sabiduría y de intelecto a través de los
cuales la sabiduría Divina se filtra hacia
abajo, hacia el ser humano corpóreo. De
acuerdo al Zohar y al Ari, los Trece Puntos
de la Barba corresponden a los Trece
Atributos de Misericordia y a los Trece
Principios de Interpretación de la Torá (ver
Likutey Moharán I, 27:2-4). Las peot (los
bordes o esquinas) representan los límites
del intelecto descendente, que es la vida
misma, como en “La sabiduría da vida”
(Eclesiastés 7:12).

En otra instancia, nuestros Sabios


enseñan que no se puede utilizar una
herramienta de metal para la construcción
del Altar, porque “no es apropiado apoyar el
metal, que acorta la vida, sobre el Altar,
cuyo objetivo [a través de las ofrendas de
sacrificios] es alargar la vida” (Mejilta, Itró 20).
El mismo principio se aplica aquí. No es
adecuado colocar metal -la navaja, que
puede acortar la vida- sobre los pelos
faciales que representan la vida y el
intelecto Divino (Likutey Halajot IV, p. 225a).

Más aún, la espada (i.e., la navaja) es


el arma de Esaú (ver Génesis 27:40), que
trata de impedir que la persona sirva a Dios
y alcance el intelecto Divino (Likutey Halajot IV,
p. 450).
19:28 “Ni tampoco se harán
cortes en la carne, a causa de
un muerto; ni se harán tatuajes.
Yo soy Dios”.
Tatuajes

Ésta es la Torá, el hombre (Números 19:14).

Así como la Torá tiene 248


mandamientos positivos y 365
mandamientos negativos, el cuerpo
humano tiene 248 miembros y 365 venas y
tendones. De modo que hacer una marca
sobre el cuerpo es equivalente a escribir
nuestras propias ideas sobre el pergamino
de la Torá y deformarla, Dios no lo permita
(Likutey Halajot IV, p. 220a).

Tatuajes

La densidad de nuestra situación


material surge del hecho de que Adán
comió del Árbol del Conocimiento. Ese
comer envenenó a la humanidad; ahora
cada uno de nosotros debe luchar para
liberar a su cuerpo de ese veneno y poder
así levantarse en la Resurrección en un
estado purificado. Al cubrir el cuerpo con
tatuajes, la persona aumenta su densidad
material y muestra una falta de fe en la
purificación del cuerpo. Por lo tanto, está
prohibido el tatuaje (Likutey Halajot IV, p. 219a-
438).

Tatuajes

La Ley Escrita representa la absoluta


verdad. Pero esa verdad está incompleta si
no se une con la Ley Oral, que representa la
fe en los Tzadikim. Cuando uno separa la
Ley Oral de la Ley Escrita, ésta última se
transforma en un vehículo de mentira, pues
la gente puede interpretarla como quiera, sin
conexión alguna con la verdad.

El Otro Lado ejerce su mayor control


sobre la persona a través de su carne (i.e.,
los deseos materiales). Al hacer tatuajes
sobre el cuerpo, la persona sucumbe a la
mentira, dándoles preeminencia a sus
pasiones materiales en lugar de fortalecer
su lado espiritual. Esto es similar a separar
la Ley Escrita de la Ley Oral, pues uno
toma el cuerpo que debería ser utilizado
para servir al alma y lo interpreta de manera
falsa, viéndolo como medio para alcanzar la
gratificación material (Likutey Halajot IV, 211a).

19:30 “Observen Mis Shabatot


y reverencien Mi Santuario. Yo
soy Dios”.
Reverencien Mi Santuario

La principal herramienta para vencer al


materialismo y para elevar lo espiritual es la
reverencia y el temor a Dios. Así,
“Reverencien Mi Santuario” - si ustedes
sienten temor y reverencia, experimentarán
Mi Templo [pues han ascendido por sobre el
materialismo] (Likutey Halajot I, p. 466).

19:32 “Te levantarás delante de


un hombre canoso y honrarás
el rostro del anciano. Teme a tu
Señor. Yo soy Dios”.
Te levantarás delante de un hombre
canoso
El rabí Iojanan se ponía de pie delante de un
anciano aunque no fuera judío. Cuando se le
preguntó [si esa era la ley de la Torá],
respondió, “¡Cuánto sufrimiento ha debido
ver esta persona en su vida!” (Kidushin 33a).

Ésta es la manera del mundo,


especialmente para aquellos que buscan a
Dios: Cada persona debe enfrentar
diferentes desafíos y pruebas. Es necesario
aprender a ser flexibles para superar todas
las situaciones (Likutey Halajot III, p. 161a).

Honrarás el rostro del anciano

Un anciano es aquel que es sabio. Sin


embargo, no se requiere honrar a un
anciano que es un pecador (Kidushin 32b).
La sabiduría es la fuerza de vida que
llena a la persona de vitalidad. Honramos el
“rostro” del anciano porque ha merecido el
rostro de la vida, el rostro de la santidad: la
Torá.

También le mostramos respeto a la


persona que ha alcanzado la edad de
setenta años, correspondiente a los “setenta
rostros de la Torá”. Mientras sea observante
de la Torá y no se rebele en su contra, la
persona que alcanza esa edad ha logrado
cierta medida de sabiduría. Pero no
honramos a la persona mayor que es
malvada, pues se ha separado de su fuerza
vital - de la sabiduría, del verdadero
significado de “anciano”.

Honrarás el rostro del anciano

ZaKeN (‫זקן‬, anciano) puede leerse como


una contracción de la frase Zé KaNá jojmá
(‫זה קנה חכמה‬, “éste ha adquirido sabiduría”)
(Kidushin 32b).

Esto significa que debemos mostrarles


respeto a los sabios. Alternativamente,
significa que la persona debe aumentar
continuamente su sabiduría (Likutey Moharán
II, 4:8).

Honrarás el rostro del anciano

ZaKeN (‫זקן‬, anciano) alude a la ZaKaN (‫זקן‬,


barba), que le otorga distinción al rostro y
honra el aspecto. La barba tiene trece
rectificaciones (ver Etz Jaim 13:9),
correspondientes a los Trece Principios de
Interpretación de la Torá (Zohar III, 62a).

Si la persona no alcanza una


verdadera comprensión de la Torá, entonces
sus estudios se encuentran muy lejos de los
Trece Principios de Interpretación y se
transforman en enseñanzas “caídas” e
incorrectas. Esas enseñanzas eliminan la
distinción del rostro y el honor del aspecto.
Son una indicación de que su rostro ha
“caído” - i.e., que ha descendido
espiritualmente (ver Likutey Moharán I, 20:4).

Te levantarás delante de un hombre


canoso... Yo soy Dios

Setenta años de edad simbolizan el


haber alcanzado los “setenta rostros de la
Torá”. Cuando uno ve el rostro de un
hombre de setenta años de edad, recibe un
despertar proveniente de esos setenta
rostros de santidad, lo que a su vez
despierta el temor a Dios en su corazón
(Likutey Halajot V, p. 90).

19:34 “Como un nativo de


ustedes será el prosélito que
habite con ustedes y lo amarás
como a ti mismo, porque
extranjeros fueron en la tierra
de Egipto. Yo soy Dios, tu
Señor”.

Como un nativo de ustedes será el


prosélito que habite con ustedes

La Torá fue dada para todos, no


importa el nivel en el cual se encuentren
(Likutey Halajot V, p. 134).

19:35 “No hagan injusticia en el


juicio, ni en medidas de
longitud o de peso, ni en
medidas de líquidos”.
No hagan injusticia en el juicio, ni en
medidas de longitud o de peso, ni en
medidas de líquidos

Al establecer este precepto, la Torá describe


la manera en la cual se conducen los
mercaderes en sus negocios. El mercader
es considerado como un juez. Si falsifica sus
medidas [i.e., si es deshonesto en sus
negocios], destruye la justicia. Entonces es
llamado [con cinco nombres]: “malvado”,
“odiado”, “repugnante”, “excomunicado” e
“injuriado”. Más aún, produce cinco males:
impurifica la Tierra, desacraliza el Nombre
de Dios, ahuyenta la Presencia Divina y trae
la guerra y el exilio (Rashi; Bava Metzía
61b).

Aquel que se comporta de manera


deshonesta en sus negocios representa
todas las clases de maldades y produce
tremendos sufrimientos. Con su
deshonestidad, daña la justicia, lo que
también lleva a la inmoralidad. La
Generación del Diluvio constituye el
epítome de esta espiral descendente. Toda
la generación estaba hundida en la
inmoralidad, pero su destino quedó sellado
debido a que se robaban entre ellos. La
deshonestidad produce inmoralidad y la
inmoralidad lleva a la deshonestidad (Likutey
Halajot III, p.110 a).
20:7 “Santifíquense y sean
santos, porque Yo soy Dios, tu
Señor”.
Santifíquense y sean santos

“Santifíquense” - éstas son las primeras


aguas. “Y sean santos” - éstas son las aguas
posteriores (Berajot 53b).

“Santifíquense” significa tomar la


iniciativa y trabajar para ser santos. Luego,
“sean santos” - fortalézcanse para mantener
su nivel de santidad (Likutey Halajot II, p. 69a).
20:25 “Deberán hacer una
distinción entre animales puros
e impuros, entre aves impuras
y puras: no hagan detestables
sus almas con animales o aves
o cualquier cosa que se
arrastre por el suelo, los cuales
Yo he separado de ustedes
como impuros”.
Deberán hacer una distinción entre
animales puros e impuros, entre aves
impuras y puras... Pues Yo los he
separado a ustedes de entre las
naciones
Así como el pueblo judío está
separado del resto de las naciones, su
alimento también debe estar separado y ser
diferente. Al separarse de los animales y
aves impuros y no aptos, los judíos se
mantienen separados de la impureza de las
naciones (Likutey Halajot IV, p. 174).

20:27 “Todo hombre o mujer


que esté involucrado con
oráculos y videntes, será
muerto irremisiblemente; los
matarán a pedradas: su sangre
estará sobre ellos”.
Cuatro penas capitales

El asesinato es un crimen muy grave,


uno que demanda la retribución Divina. Pero
también las cortes humanas tienen la
mitzvá de imponer la pena capital en ciertos
casos. Los cuatro métodos de pena capital -
apedrear, decapitar, quemar y estrangular-
corresponden a las cuatro letras del Santo
Nombre de Dios ADoNaI (‫)אדני‬, que refleja
el DiN (‫דין‬, juicio). Al cumplir con la mitzvá
de la pena capital cuando corresponde, las
cuatro letras de ADoNaI se unen con las
cuatro letras del Santo Nombre de Dios
IHVH, que simboliza la compasión. Así, la
compasión se revela cuando la justicia se
lleva a cabo, rectificando todos los mundos
(ver Likutey Halajot I, p. 173).
Parashat Emor

21:1 Dios le dijo a Moisés,


“Diles a los Cohanim, hijos de
Aarón y diles: ‘Ninguno ha de
contaminarse a causa de
muerto entre su pueblo’”.

Diles a los Cohanim, hijos de Aarón y


diles: Ninguno ha de contaminarse

La repetición del verbo


“decir” enseña que los
ancianos deben advertir a los
jóvenes para que no se
impurifiquen (Rashi).
“Diles” hace referencia a las plegarias,
pues EMoR (‫אמר‬, decir) es similar a
heEMaRta (‫האמרת‬, “tú has hablado”), que
indica alabanza (Deuteronomio 26:17).
“Cohanim” hace referencia a la Torá. “Aarón”
corresponde a la justicia, dado que Aarón
llevaba el Pectoral del Juicio. Hazir (advertir)
también puede significar “iluminar”.

Así, este versículo enseña que el


“anciano” -el Tzadik- debe iluminar las
plegarias de los “jóvenes” -la gente común-
inspirándola para que “no se impurifique” -
i.e., para que cuide el pacto. De esa
manera, serán capaces de recibir la
iluminación del Tzadik (Likutey Moharán I, 2:9).

21:7 “No tomarán mujer que


sea inmoral o profanada, una
mujer divorciada de su marido.
Porque él es santo para su
Dios”.
No tomarán mujer que sea inmoral o
profanada, una mujer divorciada de su
marido
“Mujer inmoral” se traduce al arameo
como nafka bara (“ella sale”) (Targúm Onkelos
sobre Génesis 34:31) debido a que sus
acciones la hacen salir del ámbito de la
santidad. Una mujer profanada es la hija de
un Cohen que se casó con una mujer
prohibida para él; de esa manera, también
él salió de su ámbito de santidad. Más aún,
el Cohen representa jesed (bondad), pero el
divorcio es resultado del odio. Por lo tanto el
Cohen tiene prohibido casarse con una
divorciada (Likutey Halajot VI, p. 8-5a).

Porque él es santo para su Dios

Incluso en sus vidas privadas, los


Cohanim tienen más obligaciones que el
hombre común. Los Cohanim corresponden
a jesed (bondad), que sólo puede revelarse
mediante el cuidado del pacto; así, los
Cohanim deben mantener un nivel mayor
de santidad antes y durante sus
matrimonios. De esa manera pueden traer
RaTzóN (Favor Divino). Por ello
encontramos, cuando se habla de los
sacrificios, las frases liRTzoNjem (“obtener
favor para ti”) (Levítico 22:29) y le-RaTZON
lajem (“obtener favor para ustedes”) (cf. ibid.,
22:20). Debido a su santidad, los Cohanim
revelan la voluntad general de servir a Dios,
despertando la Voluntad Divina y el Favor
Divino (Likutey Halajot I, p. 368).
Porque él es santo para su Dios

Mediante su servicio en el Templo, los


Cohanim efectúan el perdón de los
pecados. Para ser dignos de ese cargo,
deben poseer un mayor grado de cuidado
del pacto. Tienen mayores restricciones con
respecto a con quién pueden casarse para
salvaguardar su pureza familiar.

Los dos hijos de Aarón fallecieron


debido a que no estaban casados y
carecían de la protección de un pacto
perfectamente cuidado. Por la misma
razón, el Cohen Gadol debe estar casado al
realizar el servicio en el Templo en Iom
Kipur (Likutey Halajot III, p. 436).
21:18 “Porque ningún hombre
en quien hubiere un defecto
debe ofrecer un sacrificio,
incluyendo aquél que es ciego,
cojo, chato de nariz o con
algún miembro
desproporcionado”.
Porque ningún hombre en quien hubiere
un defecto debe ofrecer un sacrificio

KoRBan (‫קרבן‬, sacrificio) es similar a


KaReV (‫קרב‬, cerca). El propósito de los
sacrificios diarios era acercar a los mundos a
su perfección.

Hoy en día, las plegarias diarias toman


el lugar de los sacrificios. Por lo tanto
debemos ocuparnos de que nuestras
plegarias no tengan ningún defecto, al igual
que los sacrificios que eran ofrecidos con
animales sin defecto y por una persona sin
defecto alguno. El Zohar (II, 79a) enseña que
donde hay temor a Dios, no hay defectos.
Cuando aumentamos nuestro temor a Dios
alcanzamos una plegaria sin defectos
(Likutey Moharán I, 14:8).

22:7 “Cuando se haya puesto


el sol, él estará ritualmente
puro; y después podrá comer
de las cosas santas, porque
son su alimento”.

Cuando se haya puesto el sol, él estará


ritualmente puro

Las leyes de la pureza y de la


impureza ritual aluden al fenómeno de la
renovación de la creación. Sea cual fuere el
grado de impureza que tenga la persona -
así tenga que esperar un día o siete días-
cuando caiga la noche al final de su período
de espera y llegue el nuevo día, será pura.
No importa cuánto tiempo lleve, uno debe
ser paciente y esperar. Finalmente llegará el
tiempo de la pureza, pues cada día es una
creación nueva (Likutey Halajot I, p. 254-128a).

Cuando se haya puesto el sol, él estará


ritualmente puro; y después podrá comer
de las cosas santas

A lo largo de su vida la persona debe


prepararse y esperar para el momento en
que su “sol se haya puesto” y se vaya de
este mundo. Entonces merecerá comer lo
que está santificado - i.e., recibir la
recompensa por sus buenas acciones. Al
dejar el mundo, se vuelve pura (Likutey
Halajot I, p. 256).
22:10 “Ningún extraño comerá
de lo santo; nadie que viva con
el Cohen o que trabaje para él
podrá comer de lo santo”.
Lo santo

“Lo santo” - esto hace


referencia a la terumá que es
propiedad del Cohen (Rashi).
Como resultado del hecho de que
Adán comió del Árbol, los cultivos fueron
maldecidos. La rectificación para ello es el
diezmo que se toma del grano y que se le
da al Cohen. Debido a que se les ordenó a
los Cohanim observar niveles extras de
pureza (ver Levítico 21), son considerados
“puros” y son capaces de purificar el grano y
los cultivos (Likutey Halajot III, p. 284-143a).

Ningún extraño comerá de lo santo

“Santo” alude a los santos misterios de


laTorá - i.e., la Kabalá. Aquel que no esté
familiarizado con la Torá deberá primero
estudiar halajá, antes de profundizar en los
misterios de la Torá (Likutey Moharán I, 15:6).
Como explica el Rebe Najmán en su
lección, al estudiar primero la Torá
Revelada, uno merece la plegaria sincera.
Entonces sus plegarias hacen que se le
revele la Torá Oculta.

Ningún extraño comerá de lo santo

“Extraño” alude a aquel que ha pecado


y que aún no se ha arrepentido; no puede
compartir la santidad (Likutey Halajot II, p.
247a).

Ningún extraño comerá de lo santo...


Pero si el Cohen compra un esclavo por
dinero, como su propiedad, él podrá
comer de ello

La luz espiritual puede ser tan intensa


que, si la persona no es digna de recibirla, le
producirá más daño que bien. Por lo tanto,
antes de llevar a cabo una mitzvá o alguna
devoción, uno debe asegurarse de tener el
recipiente apropiado para recibir esa luz. Un
extraño (alguien que no es Cohen) no puede
comer de lo santo porque no se ha
santificado para recibir una luz tan grande.
Pero un esclavo que pertenece al Cohen
tiene permitido comer de lo santo. El
Cohen, mediante su servicio, crea
recipientes para retener la luz que le
permiten transmitírsela a su propiedad, a su
esclavo (Likutey Halajot V, p. 176).

Comer de lo santo - Comer en Shabat

El deleite del Shabat es comer en


santidad. Si bien el Otro Lado se beneficia
del comer durante la semana, no comparte
nada en absoluto de la comida del Shabat.
Más aún, la persona puede lograr con sus
comidas del Shabat lo mismo que se logra
con el ayuno - es decir, vencer a sus
enemigos. Esto puede verse en la palabra
ShaBaT (‫)שבת‬, que tiene la misma raíz
que le-haShBiT (‫להשבית‬, vencer) (cf.
Salmos 8:3).

El principal enemigo es Esaú, o EDoM


(‫( )אדם‬Génesis 36:1), una fuerza del mal que
está caracterizada por la agresividad y el
derramamiento de sangre, y que está
asociada con el hígado que está lleno de
DaM (‫דם‬, sangre). El ayuno subyuga al
hígado y hace que también sean vencidos
todos los enemigos conectados con él. Pero
aquel que alcanza el deleite del Shabat no
tiene necesidad de ayunar, pues produce el
mismo resultado a través de la comida del
Shabat (Likutey Moharán I, 57:5-6).

Por lo tanto, escribe el rabí Natán, la


comida del Shabat es completamente
santa. Es posible alcanzar la santidad al
cumplir con la mitzvá de comer en el
Shabat (ver ibid., I, 57:6) (Likutey Halajot III, p.
14a).

22:20 “No podrán presentar


ninguna cosa que tuviese
defecto, porque no será
aceptada”.
No podrán presentar ninguna cosa que
tuviese defecto, porque no será aceptada

La mesa de la persona trae


el perdón de la misma
manera que el sacrificio
sobre el Altar (Berajot 55a).
El comer del judío es comparado con
el comer de los sacrificios. Por lo tanto el
cuchillo para el faenado ritual debe estar
perfecto, sin defecto alguno, para que el
alimento sea preparado de la manera
correcta. Conceptualmente, esto hace
referencia a cultivar el temor a Dios, como
enseña el Zohar (II, 79): “Allí donde
encuentres el temor [a Dios], encontrarás la
perfección. Y si uno alcanza el temor a
Dios, no le falta nada, pues ‘A aquellos que
temen a Dios no les faltará nada’” (Salmos
34:11) (Likutey Halajot IV, p. 4a).

22:27 “Cuando haya nacido un


buey o cordero o cabra, estará
siete días con su madre; pero
desde el día octavo en
adelante, será aceptado para
ofrenda quemada a Dios”.
Desde el día octavo en adelante, será
aceptado para ofrenda quemada

Los sacrificios representan una


rectificación, lo que también representa un
pacto cuidado. Así como la circuncisión, que
perfecciona al ser humano, se lleva a cabo
después de ocho días, esperamos ocho
días hasta que el animal esté apto para el
sacrificio (Likutey Halajot IV, p. 4).

Desde el día octavo en adelante, será


aceptado para ofrenda quemada a Dios

Un buey, cordero o cabra pueden ser


ofrecidos como sacrificio sólo después de
haber pasado ocho días de vida. Al menos
debe pasar un Shabat para hacerlo
aceptable delante de Dios. Para traer
espiritualidad a este mundo requerimos de
la santidad del Shabat. Entonces incluso
hasta lo material -incluso los animales-
puede ser aceptable como sacrificio a Dios
(Likutey Halajot III, p. 134).

22:28 “Pero así sea del ganado


vacuno o del ganado menor, no
podrán degollar a ella y a su
hijo en un mismo día”.

No podrán degollar a ella y a su hijo en


un mismo día

Cuando Adán transgredió al comer del


Árbol, hizo que muchas chispas de santidad
se dispersaran por el mundo entero. Esas
chispas, que se encuentran en todas las
cosas -animales, vegetales y minerales-
deben ser elevadas, poco a poco, hasta que
llegue el momento en que se complete la
rectificación de cada una. Se dice que cada
día “mueren” 600.000 chispas y “nacen”
600.000 chispas (Kohelet Rabah 1:4). La
rectificación final de todo tendrá lugar con la
llegada del Mashíaj.

Las devociones diarias juegan un papel


en la rectificación de las chispas de
santidad. Por lo tanto no se debe “degollar a
la madre y a su cría en el mismo día”, pues
las dos representan diferentes “chispas” que
deben ser elevadas, y cada una tiene su
propio momento de rectificación (Likutey
Halajot IV, p. 10-12).

23:2 “Habla a los hijos de Israel


y diles: ‘En cuanto a los días
fijos consagrados a Dios, los
cuales han de proclamar como
tiempo de festividades santas,
éstos serán los días fijos
consagrados a Mí’”.
Festividades santas

Mikraei kodesh (festividades santas)


significa literalmente “proclamar lo santo”.
Pues las Festividades están asociadas con
los milagros que revelan la Voluntad Divina.
Pesaj recuerda los milagros de las Diez
Plagas, el Éxodo de Egipto y la Abertura del
Mar Rojo. Shavuot recuerda la Revelación
en el Sinaí, con los milagros de truenos y
rayos que la acompañaron. Sukot recuerda
las milagrosas Nubes de Gloria. Cada
Festividad proclama y anuncia la Voluntad
Divina. Cuando observamos las
Festividades, nosotros “proclamamos lo
santo” revelando la Providencia y soberanía
de Dios (Likutey Moharán II, 4:6).

Festividades santas

Mikraei kodesh (festividades santas)


significa literalmente “proclamar lo santo”.
Deben proclamar la santidad de las
Festividades para traer esa santidad hacia
ustedes (Likutey Halajot III, p. 346).

Los cuales han de proclamar

El Sanedrín tiene la
responsabilidad de declarar
cuándo tendrán lugar las
Festividades. Nuestros
Sabios derivan esto de la
palabra OTaM (‫אתם‬, ellos)
que puede también leerse
como ATeM (‫אתם‬, ustedes)
(Rosh HaShaná 25a). Es decir,
“Ustedes, los sabios de la
generación, son quienes
declararán las Festividades”.
Las Festividades son llamadas mikraei
kodesh porque ellas “proclaman lo santo” -
i.e., los milagros que Dios llevó a cabo para
el pueblo judío. Sin embargo, sólo es
posible oír esas proclamas a través de los
Tzadikim, quienes revelan la grandeza de
Dios y nos infunden la fe (Torat Natán I, 135,
#1,2). Debido a que las Festividades
dependen de los Tzadikim, aquel que honra
las Festividades puede recibir la luz de los
Tzadikim. Además, debido a que la persona
siente una afinidad con los Tzadikim,
quienes se caracterizan por el rasgo de la
humildad, también ella logra la humildad
(Likutey Moharán I, 135:1).

En cuanto a los días fijos consagrados a


Dios, los cuales han de proclamar como
tiempo de festividades santas

No leas OTaM (‫אתם‬, ellos)


sino ATeM (‫אתם‬, ustedes).
“Ustedes” hace referencia al
Sanedrín. Aunque el
Sanedrín se equivoque en
sus cálculos y declare la
Luna Nueva o incluso si
declara la Luna Nueva
intencionalmente (en el
momento equivocado), su
declaración es válida (Rosh
HaShaná 25a).

La santificación de las Festividades


depende de los Sabios, quienes establecen
el calendario de acuerdo a la aparición de
cada Luna Nueva (Likutey Halajot I, p. 306).
La declaración de Rosh Jodesh (y por
extensión, las fechas de las Festividades)
les fue dada a los Sabios de la generación -
aunque se equivoquen en sus cálculos y
¡aunque determinen intencionalmente la
Festividad para una fecha diferente a la que
debería ser en ese mes! De aquí
aprendemos la importancia de tener fe en
los Tzadikim. Incluso Dios, Que de seguro
conoce la fecha verdadera de la Luna
Nueva, aceptará como Festividad la fecha
dispuesta por los Sabios (ibid., III, p. 115a-230).

En cuanto a los días fijos consagrados a


Dios, los cuales han de proclamar como
tiempo de festividades santas... Shabat
El Sanedrín establece qué
día es la Luna Nueva [y de
esa manera] declara cuándo
serán las Festividades (Rosh
HaShaná 24a).

Todas las Festividades toman su


santidad del Shabat, que la Torá nombra
antes que cualquiera de las Festividades. El
Shabat representa daat (conocimiento de
Dios). Daat nos da la capacidad de declarar
la Luna Nueva, lo que a su vez nos da la
capacidad de proclamar las Festividades y
de santificarlas (Likutey Halajot III, p. 88a-176).
23:4 “Estos son los tiempos
fijos de Dios, las festividades
santas que han de proclamar
en su tiempo señalado”.
Estos son los tiempos fijos de Dios

Las iniciales de las palabras Eile


Moadei IHVH (‫ה‬-‫ו‬-‫ה‬-‫אלה מועדי י‬, “Estos
son los tiempos fijos de Dios”) conforman la
palabra IMI (‫אמי‬, “mi madre”). Esto es una
referencia a la sefirá de Biná, que
corresponde al corazón.

Así, el versículo implica que el corazón


del año puede encontrarse en las Tres
Festividades. Debido a que el corazón es el
asiento de la alegría, también las
Festividades son momentos de alegría. Y
se nos ordena “ascender” -a Jerusalén- para
las Festividades, para aparecer delante de
Dios (Éxodo 23:17). Mediante la alegría que
la persona alcanza en las Festividades,
puede ascender espiritualmente para atraer
vitalidad directamente desde Arij Anpin, el
Rostro de Dios (Likutey Moharán I, 30:5).

23:10 “Habla a los hijos de


Israel y diles: ‘Cuando hayan
entrado a la tierra que les voy a
dar y hagan su cosecha, le
darán un omer, por primicia de
la cosecha, al Cohen’”.

La nueva cosecha

Comer puede representar la fuerza


que aleja a la persona de Dios o la fuerza
que la acerca. El comer de Adán del Árbol
representa la fuerza opuesta, un acto que
lleva a la muerte. Comer en santidad, por
otro lado, lleva a la vida. Se nos prohíbe
comer de la nueva cosecha hasta que no
hayamos llevado un sacrificio, que eleva
nuestro alimento al nivel de la santidad
(Likutey Halajot VII, p. 137a).

La nueva cosecha
La tierra posee una fuerza gravitacional
que atrae las cosas hacia ella. Cosechar
representa la fuerza opuesta, que hace que
las cosas se separen de su fuente. La tierra,
sobre la cual la gente camina, representa la
humildad. La arrogancia encarna la fuerza
opuesta. La tierra está caracterizada por el
Tzadik, quien acerca a la gente a Dios. La
arrogancia se caracteriza por las personas
cuyas palabras y acciones impiden que los
demás se acerquen al Tzadik.

Moisés les advirtió a los judíos,


“Tengan cuidado, no sea que olviden a Dios”
(Deuteronomio 11:16). Si alguien tiene
hambre, le pedirá a Dios el alimento, pero
es muy posible que después de saciarse se
vuelva orgulloso y se olvide de Dios. Es por
ello que no comemos de la nueva cosecha
hasta no haber llevado un sacrificio a Dios,
demostrando que deseamos acercarnos a
Él pese a tener que utilizar a veces una
fuerza opuesta (Likutey Halajot VII, p. 135a-
270).

Le darán un omer, por primicia de la


cosecha, al Cohen

La Cuenta del Omer marca el


comienzo de nuestra capacidad de
acercarnos a Dios y de recibir la Torá. La
ofrenda del Omer -cebada- constituye el
alimento de los animales, reconociendo que
nuestro comportamiento animal nos ha
dominado hasta este momento y que de
ahora en adelante aceptamos las
responsabilidades humanas.

Se nos prohíbe comer desde la nueva


cosecha hasta la entrega de la ofrenda del
Omer. Sólo después de reconocer nuestras
fortalezas y debilidades, mediante la
entrega de esa ofrenda, podremos merecer
comer los frutos de nuestra labor. En la
época de Ioshúa, cuando los judíos entraron
a la Tierra Santa, el maná descendió hasta
el día dieciséis de Nisán, el día en que era
llevada la ofrenda del Omer. Esa ofrenda
elevó a los judíos a un nivel superior, en el
que comenzaron a servir nuevamente a
Dios. Y debido a esa ofrenda se santificó su
comer al grado en que su comida mundana
fue considerada tan elevada como el maná
(Likutey Halajot V, p. 294-148a).

Omer

La cebada, la ofrenda del Omer, es


esencialmente un alimento animal, que nos
hace recordar que debemos sacrificar
nuestras tendencias animales para poder
retornar a Dios. Esa ofrenda es llevada en
Pesaj, la festividad que conmemora nuestro
nacimiento como nación. Así como el ser
humano nace sin conocimiento y sólo
puede elevarse por sobre sus tendencias
animales al desarrollar el intelecto,
igualmente nosotros, como nación,
debemos sacrificar nuestro comportamiento
animal para alcanzar el nivel de ser humano
(Likutey Halajot II, p. 101a-202).

Omer

El Omer era tamizado trece veces,


aludiendo a los Trece Principios de
Interpretación de la Torá (Likutey Halajot I,
p.192).

23:11 “Él mecerá el Omer delante de


Dios, para que sea aceptado a favor de
ustedes; el Cohen lo mecerá el día
después del Shabat”.
Él mecerá el Omer

La cebada, la ofrenda del Omer, es


esencialmente alimento animal. Este
sacrificio requería TeNuFáH (‫תנופה‬, mecer
delante de Dios), invocando el pedido “TeNu
PeH (‫ )תנו פה‬- ¡Da una boca!”.

Los días de la Cuenta del Omer son


propicios para el arrepentimiento. El pecador
se compara con un animal, dado que ha
descendido desde el nivel de ser humano
para cometer un acto malo (i.e., bestial).
Por otro lado, cuando la persona actúa
como un animal, se mantiene en silencio y
no les responde a aquellos que la humillan;
puede arrepentirse y retornar al nivel
humano. El arrepentimiento le “da una boca”
- la capacidad de hablar y de actuar
nuevamente como un ser humano (Likutey
Halajot III, p. 334).

Él mecerá el Omer

El Cohen mece el Omer en


seis direcciones (este, sur,
oeste, norte, arriba y abajo)
para anular los vientos
destructivos y detener el
rocío y la humedad
insalubres [para que no
dañen la cosecha] (Rashi).
El Omer representa una doble porción,
correspondiente a la Torá Revelada y a la
Torá Oculta (ver Likutey Moharán I, 10:7). Esa
doble porción de Torá puede contrarrestar
los malos efectos del viento y del rocío. La
doble porción de Torá llega en el Shabat
(similar al maná; ver Éxodo 16:22) - así, el
día de la ofrenda del Omer es llamado “el
día después del Shabat”, dado que el
Shabat anula y contrarresta el mal en el
mundo (Likutey Halajot III, p. 260).

Él mecerá el Omer

La ceremonia de mecer era realizada


en el Santo Templo, un lugar que
corresponde a los límites más allá del
tiempo y del espacio. La ofrenda del Omer
era mecida en todas las direcciones -este,
sur, oeste, norte, arriba y abajo- para unir
con Dios todos los conceptos del espacio
(Likutey Halajot I, p. 76).

Él mecerá el Omer... Contarán para


ustedes siete semanas completas

El Omer -una medida de cebada- se


cuenta durante un período de siete
semanas. Esas medidas nos enseñan que
debemos traer la santidad hacia los
parámetros con los cuales podemos
relacionarnos (Likutey Halajot II, p. 5a).
Tenufáh (el mecer la ofrenda del Omer
en todas las direcciones - este, sur, oeste,
norte, arriba y abajo) demuestra que
creemos que Dios gobierna el mundo
entero, en cada lugar (ibid., II, p. 4a). El
mismo mensaje se expresa en la prohibición
de comer de la nueva cosecha de trigo
hasta que no se lleve la ofrenda del Omer
(Levítico 23:14). Al esperar hasta haber
llevado la Divinidad hacia todas las
direcciones, podremos obtener la
Providencia Divina y anular los poderes del
Otro Lado sobre nuestro alimento. Entonces
podremos recibir abundancia en santidad
(Likutey Halajot II, p. 7a).
El día después del Shabat

“Shabat” - esto hace


referencia al primer día de
Pesaj (Menajot 65b).
Pesaj connota milagros, que tienen su
raíz en el Shabat. El Shabat mismo implica
la Providencia Divina y una existencia
milagrosa, donde uno vive pero no trabaja
para ganarse el sustento. Más aún, el
Shabat anterior a Pesaj es llamado Shabat
HaGadol (el Gran Shabat), indicando “el
grande y milagroso Shabat” (Oraj Jaim,
430:1), pues los milagros están enraizados
en el Shabat (Likutey Halajot I, p. 40).
Omer

Enseña el Ari que la palabra


OMeR (‫ )עמר‬contiene las
mismas letras que la palabra
AMaR (‫עמר‬, lana) en el
versículo “El cabello de su
cabeza era como lana limpia”
(Daniel 7:9), donde las Escrituras
hablan de los cabellos como
representando juicios, una
función de la mente (Pri Etz Jaim,
Shaar Sefirat HaOmer, capítulo 7).

La principal santidad del Omer, de la


mente, proviene del Shabat, porque el
Shabat representa una clarificación (Likutey
Halajot I, p. 96a).

El día después del Shabat... No comerán


pan, grano tostado ni grano nuevo, hasta
el día en que traigan esta ofrenda a tu
Señor

Está prohibido comer de la


nueva cosecha hasta el día
dieciséis de Nisán [el
segundo día de Pesaj] (ver
Menajot 65b sig.).

Así como la persona debe practicar la


paciencia al ganarse el sustento, esperando
el momento en que Dios se lo haga llegar,
también deberá realizar todas sus
devociones con un espíritu de espera, para
el tiempo en el cual pueda realmente entrar
en el servicio a Dios.

La festividad de Pesaj conmemora el


comienzo del servicio a Dios de los judíos
como nación. La ofrenda llevada en el
segundo día de Pesaj -un omer de cebada-
alude a la necesidad de ser pacientes. La
cebada representa el alimento de los
animales, a los cuales nos parecemos al
comenzar a servir a Dios y no haber
alcanzado aún el intelecto. Mediante la
ofrenda del Omer, reconocemos que
estamos lejos y que estamos dispuestos a
esperar hasta que podamos acercarnos a
Dios (Likutey Halajot V, p. 141a-282).

23:15 “Y contarán para ustedes siete


semanas completas desde el día después
del Shabat, desde el día en que
presentaran el Omer como ofrenda
mecida”.

Contarán para ustedes

Cada individuo debe contar


(Menajot 65b).

La cuenta es algo individual y no


grupal, porque cada persona debe cultivar
su propio nivel de acuerdo a sus
capacidades (Likutey Halajot II, p. 20a).

Contarán para ustedes

Cada individuo debe contar


(Menajot 65b).

Dice el profeta, “Abraham era uno”


(Ezequiel 33:24). En otras palabras, Abraham
se vio a sí mismo como un individuo en su
servicio a Dios. Ignoró los obstáculos que le
pusieron delante su familia y sus amigos,
sólo buscando servir a Dios de la mejor
manera posible. La Cuenta del Omer
implica la misma idea. Debemos contar
para nosotros: debemos hacer que cada día
y que cada cosa cuente, al igual que
Abraham (Likutey Halajot III, p. 326-164a).

Contarán para ustedes

Todo lo que hacemos está confinado


en el tiempo y en el espacio. Cuanto más
uno peca y desciende en el materialismo,
más queda apegado al tiempo y al espacio.
La Cuenta del Omer comienza en el día
después de Pesaj -cuando “nacimos” como
nación- para enseñarnos que cada día (y
cada lugar) cuenta. Debemos aprender a
cuidarnos y a “salir de Egipto”, de nuestros
malos rasgos, de los malos tiempos y de
los malos lugares (Likutey Halajot I, p. 40a).
La Cuenta del Omer

Contamos los cuarenta y nueve días


del Omer de una manera que siempre nos
hace recordar el comienzo. Es decir, “Hoy
es el primer día del Omer”, “Hoy es el
segundo día del Omer”, y así en más. El
comienzo le da fuerza y vitalidad a todo lo
que sigue. La Cuenta del Omer nos enseña
que siempre debemos tomar la fuerza del
comienzo para que nuestros esfuerzos
estén imbuidos del entusiasmo inicial (Likutey
Halajot IV, p. 70).

Contarán para ustedes siete semanas


completas
Todos los siete son
favorecidos por Dios (Vaikrá
Rabah 29:11).

La Cuenta del Omer se extiende


durante siete semanas, cada una de siete
días. El valor numérico de DaViD (‫)דוד‬, el
rey de Israel, es igual a 14 (dos veces
siete), dado que el rey David representa la
Torá - como en “Sus siete pilares” (Proverbios
9:11) - y la plegaria - como en “Siete veces
al día te alabo” (Salmos 119:164). Estos dos
“sietes” contrarrestan los efectos de las
“Siete abominaciones en el corazón”
(Proverbios 26:25) y los siete niveles del
Gueinom (Likutey Halajot I, p. 134a).
La Cuenta del Omer

En el relato de la Creación
que hace laTorá, el Sexto Día
es el único que comienza
con un artículo definido: Iom
HaShishi - el Sexto Día. Esto
alude a un sexto día
específico - el día seis del
mes de Sivan, en el cual se
entregaría la Torá en el
futuro. Más aún, la hei (‫ )ה‬en
HaShishi (‫ )הששי‬tiene el
valor de 5, aludiendo a los
Cinco Libros de Moisés (Rashi
sobre Génesis 1:31).

El seis de Sivan -el día de Shavuot-


marca la culminación del período de
cuarenta y nueve días de la Cuenta del
Omer. En el primer día del Omer, los judíos
llevaban una ofrenda de cebada, que es un
alimento para los animales. En Shavuot,
llevaban una ofrenda de trigo, que es
alimento para los seres humanos. Aquel
que permite que su imaginación corra
libremente y controle su vida, vive en un
nivel animal. Aquel que aplica el intelecto, el
conocimiento y la sabiduría para vivir de
una manera ordenada existe en un plano
humano. En ese nivel elevado, la persona
puede alcanzar una clara percepción de la
Divinidad y no una percepción ilusoria.

La Cuenta del Omer nos lleva a ser


conscientes de las trampas de la
imaginación y nos muestra que nuestras
vidas cuentan y tienen valor - pues cada día
nos acerca más al nivel humano. Podemos
estar seguros de que lograremos ese
objetivo aceptando la Torá, la expresión de
la Voluntad de Dios, que representa una
percepción clara (Likutey Halajot VII, p. 213a-
426).

La Cuenta del Omer


Cada día es contado de manera
individual y ningún día entra en los
parámetros del otro, no sea que se quiebre
la santidad que construimos a partir de la
cuenta (de la misma manera en que la
Rotura de los Recipientes fue resultado de
un exceso de santidad). Esto nos enseña a
poner límites a nuestras propias
capacidades y a trabajar dentro de los
parámetros de nuestra fuerza individual (ver
Likutey Halajot III, p.91 a-182-92 a).

Contarán para ustedes... después del


Shabat... hasta el día después del
séptimo Shabat

ShaBaT (‫ )שבת‬se asemeja a TeShuVá


(‫תשובה‬, arrepentimiento). Para alcanzar un
verdadero arrepentimiento, la persona debe
arrepentirse dos veces - una vez, al dejar
sus malas maneras y una segunda vez,
porque ahora reconoce que en su estado
anterior, había dañado la gloria de Dios
(Likutey Moharán I, 6:3). Para alcanzar
Shavuot, el nivel número cincuenta de la
comprensión de Dios, uno debe arrepentirse
y luego arrepentirse una segunda vez por
sus anteriores percepciones de Dios (Likutey
Halajot III, p. 336).

Siete semanas completas

Debemos contar días completos -un


día y una noche, un período de veinticuatro
horas- representando las “subidas” (la luz del
día y la claridad) y las “bajadas” (los estados
de ánimo sombríos y la depresión). Esto
también alude a los “habitantes de arriba” y
a los “habitantes de abajo”. Juntando todo,
nuestros días serán temimot (completos)
para que podamos recibir verdaderamente
la Torá al completar la Cuenta del Omer
(Likutey Halajot II, p.42).

23:16 “Contarán cincuenta días hasta el


día después del séptimo Shabat y
entonces traerán una ofrenda vegetal de
grano nuevo para Dios”.

El Omer y Shavuot
La Cuenta del Omer nos ayuda a
prepararnos para Shavuot al contar cada
día hasta la festividad con anhelo y deseo
de recibir la Torá. De esto podemos
aprender que el deseo de realizar una
mitzvá es tan importante como la mitzvá
misma (Likutey Halajot IV, p. 76).

El Omer y Shavuot

La Cuenta del Omer alude a los


obstáculos que nos enfrentan cuando
aspiramos a recibir la Torá en Shavuot.
Debemos fortalecernos cada día y
mantenernos firmes para superar los
obstáculos que intentan impedirnos recibir la
Torá (Likutey Halajot IV, p. 138a).

Contarán cincuenta días

SeFiRá (‫ספירה‬, contar) es similar a


SeFeR (‫ספר‬, libro). El Ari escribe que los
días de la Cuenta del Omer representan en
general un intelecto restringido. Cada día
corresponde a un intelecto diferente y esos
intelectos suman entre todos para ayudar a
la persona a alcanzar el intelecto superior de
Shavuot, cuando fue dada la Torá (un gran
intelecto). Aquel que crece espiritualmente
agrega cada día más conocimiento de Torá
a su intelecto restringido, como si estuviese
aumentando el “sefer” de la Torá (ver Likutey
Halajot VIII, p. 136b-137a).
Contarán cincuenta días hasta el día
después del séptimo Shabat

Contar los días nos permite alcanzar la


pureza antes de Shavuot. ¿Qué conexión
hay entre contar los días y la pureza?

Antes de la Creación, todo era Uno - la


Unidad de Dios. Cuando se produjo la
Creación, se creó pureza, permitiendo que
la persona se una a Dios y se vuelva santa
o, por el contrario, descienda hacia la
impureza. La impureza es sinónimo de
mentira, que se basa en una multiplicidad y
diversidad de posibilidades (como opuestas
a la verdad, que es una). La mentira puede
asentarse allí donde existe más de uno, al
igual que la impureza que puede
manifestarse a partir de la pureza.

Para ascender de la impureza a la


pureza, debemos liberarnos de la mentira.
Habiendo merecido el Éxodo, al dejar
detrás, en Egipto, la mentira y la impureza,
ascendimos a la pureza específicamente a
través de la Cuenta del Omer. Es decir,
retornamos a la raíz de la mentira -al
número 1- y comenzamos a contar.
Conectamos cada número con el número 1,
con el Dios Único. Así, contar los días lleva
a la pureza (Likutey Halajot V, p. 192).

Contarán cincuenta días hasta el día


después del séptimo Shabat

La Cuenta del Omer nos enseña que


nuestros días están numerados y que
finalmente deberemos rendir cuentas por
cada día de nuestras vidas. Ningún día
debe desperdiciarse, Dios no lo permita,
como está implícito en el versículo “Cuenten
para ustedes... siete semanas completas”
(Levítico 23:15).

La Cuenta del Omer también nos


prepara para Shavuot, la Festividad que
conmemora la Entrega de la Torá. La Torá
se adquiere “contando cada día” - es decir,
haciendo que cada día cuente, llenándolo
con las buenas acciones que testifican de
nuestra intención de servir a Dios. La Torá
llama a este proceso “la cuenta del Omer”,
dado que el omer es una medida -
aludiendo nuevamente a la idea de que
nuestros días están numerados y que
debemos “estar a la medida” de nuestras
capacidades y responsabilidades (Likutey
Halajot VIII, p. 126b-127a).

Más aún, la Cuenta del Omer instila


esperanza en todos aquellos que
desesperan: “¿De qué valen todos mis
esfuerzos si no estoy logrando nada?”. Si
reconocemos que cada día cuenta, no
dejaremos que pase ni un día sin tratar al
menos de hacer algo bueno (ibid., VIII, p.130
b).
Contarán cincuenta días... y entonces
traerán una ofrenda vegetal de grano
nuevo

Las siete semanas de la Cuenta del


Omer corresponden a las siete sefirot de
Jesed hasta Maljut. Al contar cuarenta y
nueve días y siete semanas, eliminamos y
rectificamos cada nivel de cada sefirá.
Shavuot es la culminación de esa cuenta.
Así, primero llevamos una ofrenda de
cebada -alimento animal- en Pesaj y luego
comenzamos a contar el Omer. Después
nos elevamos y llevamos una ofrenda de
trigo -alimento humano- en Shavuot,
demostrando que hemos ascendido al nivel
de ser humano (Likutey Halajot II, p. 21a).

Contarán cincuenta días... y entonces


traerán una ofrenda vegetal de grano
nuevo

El pobre es quien lleva una


ofrenda vegetal (Rashi sobre
Levítico 2:1).

La ofrenda vegetal representa los


juicios y las restricciones (similar a una
persona pobre que tiene un ingreso
restringido y que, generalmente, tiene una
baja opinión de sí misma debido a su
posición económica). Al llevar la ofrenda
vegetal, la persona toma sus tzimtzumim
(restricciones) y asciende más allá de ellos.
De la misma manera, durante la Cuenta del
Omer, que contamos para llevar la ofrenda
vegetal de grano nuevo, debemos contar y
delinear cada día para establecer sus
tzimtzumim. Entonces podemos ascender
más allá de esas restricciones y alcanzar el
nivel número cincuenta (Likutey Halajot II, p.
212a).

El Omer

El Omer era de cebada (Rashi


sobre Levítico 23:16).

SeORa (‫שעורה‬, cebada), es similar a


SeARot (‫שערות‬, cabellos). Los cabellos se
nutren de la materia externa del cerebro
(i.e., de las células de la cabeza cercanas al
cerebro) y representan los excesos en la
vida de la persona - sus dudas, confusiones
y demás.

Es necesario saber que cada


pensamiento y cada duda posee una
medida y un límite. No se debe intentar
comprender lo que está más allá de uno; ni
permitir que la mente divague fuera de esos
límites. Las semanas de la Cuenta del
Omer deben ser “completas”, pues la
persona debe tomar la perfección de cada
día y de cada pensamiento. Entonces podrá
recibir la Torá (Likutey Halajot I, p.190). El
cabello alude a todo esto, pues el mínimo
movimiento (del espesor de un cabello) que
se haga hacia pensamientos santos o un
movimiento similar hacia los malos
pensamientos, es suficiente para salvar a la
persona del Malo o llevarla hacia un destino
nefasto, Dios no lo permita (ibid., I, p. 194).

23:17 “De sus habitaciones


traerán dos panes para ofrenda
mecida: serán de dos décimas
de una efa de flor de harina
cada uno; serán horneadas con
levadura. Son primicias para
Dios”.
Dos panes

Los dos panes ofrecidos en Shavuot


simbolizan la Ley Escrita y la Ley Oral.
Estos panes están hechos de jametz
(representando el intelecto que “se
expande”), dado que los dos “panes”
implican un gran intelecto (Likutey Halajot VIII,
p. 115b-116a).

Shavuot también es conocida como


Atzeret

Shavuot es llamada ATzeRet (‫עצרת‬,


asamblea), de la palabra ATzoR (‫עצור‬,
reunión, asamblea), dado que la Torá, que
fue dada en Shavuot, tiene el poder de unir
las almas. Así, afirman las Escrituras: “Ellos
acamparon en el desierto; él acampó allí”
(Éxodo 19:2) - implicando que la Torá unió al
pueblo (Likutey Halajot III, p. 171a-342).

23:22 “Cuando cosechen la


mies de su tierra, no acabarás
de segar el extremo del campo,
ni espigarás tu tierra segada:
para el pobre y para el
extranjero los dejarás. Yo soy
Dios, tu Señor”.
Cuando cosechen la mies

La Torá nos ordena realizar varias


mitzvot en el momento de la cosecha, tales
como dejar las gavillas caídas y reservar
una esquina del campo para los pobres.
Estas son mitzvot de caridad, dado que
muchas almas están encarnadas en el
ámbito mineral y vegetal donde deben
esperar su rectificación. Al madurar los
granos, las almas comienzan a ser
rectificadas, pero deben esperar el tiempo
en que se lleve a cabo una mitzvá con ellas.
Mediante las mitzvot de dejar las gavillas
caídas y reservar una esquina del campo,
santificamos la cosecha y elevamos las
almas que están encarnadas en los granos
(Likutey Halajot V, p. 304).

No acabarás de segar el extremo del


campo

La Torá le ordena a la persona no


cosechar todo para su beneficio material.
Más bien, debe asegurarse de dejar algo
para los pobres. De la misma manera, uno
debe dejar algo de sus comidas y no
satisfacerse completamente. “Para el pobre
los dejarás” - i.e., para tu propia alma, que
está pobre en el exilio. De esa manera,
podrás fortalecer tu alma y hacerla volver a
su nivel adecuado (Likutey Halajot II, p. 219a).
23:24 “Habla a los hijos de
Israel y diles: ‘En el mes
séptimo el primero del mes,
tendrán descanso,
conmemoración al son del
shofar, convocación santa’”.
Al son del shofar

La palabra ShoFaR (‫ )שופר‬está


relacionada con la palabra ShuFRa (‫שופרא‬,
arameo para “la mejor calidad”), refiriéndose
al corazón. Los sonidos del shofar anulan
los deseos del corazón. Además, el shofar
genera la aparición de la profecía, de la
plegaria y del temor a Dios (Likutey Moharán
II, 1:14).

Al son del shofar

El shofar representa los sonido


sagrados que tienen el poder de anular los
deseos físicos de la persona -circuncidar su
carne, si así pudiera decirse- permitiéndole
acercarse a la santidad y recibir la luz pura
de la Divinidad (Likutey Moharán I, 22:5). Todo
sonido producido en la búsqueda de la
espiritualidad -tal como el suspiro, la canción
o el tintineo de las monedas dadas para
caridad- es considerado un sonido de
santidad. Cuanto más uno oiga esos
sonidos sagrados, más se anulará el cuerpo
frente al alma.
Al son del shofar

Tres sonidos se producen con el


shofar: tequía, shevarim y terúa.

TeQuíA (‫ )תקיעה‬representa la
revelación de la gloria de Dios, como en el
versículo “Y le hincaré (‫ותקעתיו‬, u-TeKAtiv
) como una estaca en un lugar seguro; y
será como un trono de gloria” (Isaías 22:23).

SheVaRim (‫ )שברים‬significa “quebrar”


y hace referencia a la eliminación de las
falsas creencias, como en “Yo quebraré
totalmente (‫ושבר תשבר‬, ve-ShaBeR
teShaBeR) sus monumentos” (Éxodo 23:24).
TeRúA (‫ )תרועה‬hace referencia al
espíritu de profecía e implica la Presencia
Divina que habita en nosotros, como en
“Dios su Señor está con ellos, el sonido de
TeRúA del rey está en medio de ellos”
(Números 23:21), que el Targúm Onkelos
traduce como “la Presencia Divina del Rey
está en medio de ellos” (Likutey Moharán II,
8:11).

Al son del shofar

La principal mitzvá de Rosh HaShaná


es hacer sonar el shofar. En el Futuro, el
shofar hará sonar el llamado de redención
para retornar a la Tierra Santa. Así, el
shofar representa la Redención, que
revelará la santidad de la Tierra Santa
(Likutey Halajot II, p. 51a).

Una Festividad sagrada de recuerdo

La memoria refleja el daat


(conocimiento de Dios). El olvido señala una
falta de daat. Rosh HaShaná es llamado
Iom HaZikarón (el Día de Recuerdo), pues
en ese día, debemos traer daat (Likutey
Halajot III, p. 212a).

23:27 “Pero el décimo día de


este séptimo mes será el Día
de Expiación. Será una
convocación santa para
ustedes en que deberán ayunar
y traer una ofrenda quemada a
Dios”.
El Día de Expiación

Iom Kipur trasciende el tiempo. Por lo


tanto puede traer expiación para todos los
tiempos y momentos en los que la persona
pecó (Likutey Moharán I, 179). Aunque alguien
haya estado pecando durante muchos días
del año o durante una porción importante de
su vida, siempre podrá arrepentirse.

En otra instancia, el Rebe Najmán


enseña: “Al igual que Iom Kipur, el día en
que la persona se arrepiente se encuentra
más allá del tiempo y eleva por sobre el
tiempo a todos sus días” (El Libro de los
Atributos, Arrepentimiento p. 68). Pero Iom
Kipur es especialmente propicio para el
arrepentimiento.

El Día de Expiación

Al igual que Iom Kipur, el día


en que la persona se
arrepiente se encuentra más
allá del tiempo y eleva por
sobre el tiempo a todos sus
días (El Libro de los Atributos,
Arrepentimiento p. 68).

Así, Iom Kipur es el día que trasciende


el tiempo y el espacio (Likutey Halajot I, p. 40).

Deberán ayunar

Ayunar anula los deseos del alma


(Likutey Moharán I, 179). Como regla general,
el alma se ve subyugada a los deseos y
anhelos del cuerpo. Sin embargo, cuando la
persona le niega alimento al cuerpo el alma
se vuelve el amo y puede inducir al cuerpo
a seguirla.

>>
En Sukot tenemos la mitzvá de tomar
las Cuatro Especies. Estas son: el lulav (la
hoja de palmera), el etrog (la cidra), los
hadasim (ramas de mirto) y las aravot
(ramas de sauce). En muchas instancias del
Talmud se denomina a las Cuatro Especies
“lulav”, dado que el lulav es el más largo de
las cuatro y así el más prominente.
También la bendición sobre las Cuatro
Especies sólo menciona el lulav. En nuestro
comentario, veremos igualmente el uso de
la palabra lulav para describir a las Cuatro
Especies

>>

23:34 “Habla a los hijos de


Israel y diles: ‘El día quince de
este mes séptimo será la fiesta
de Sukot para Dios durante
siete días’”.

El día quince de este mes séptimo será


la fiesta de Sukot

Los siete días de Sukot conmemoran


las Siete Nubes de Gloria que rodearon a
los judíos en el desierto. Esas Siete Nubes
corresponden, a su vez, a las “siete
luminarias” de la cabeza - los dos ojos, los
dos oídos, los dos orificios de la nariz y la
boca (con la cabeza misma correspondiente
a la Menorá; Tikuney Zohar, Introducción, p.
13b). Cuando la persona purifica sus “siete
luminarias”, logra un espíritu santo o
“conciencia trascendente”. Esa conciencia
trascendente es denominada “nube de
gloria”, que rodea a la persona como una
nube o como una suká. Así, al santificar
nuestras “siete luminarias”, podemos ser
dignos de atraer sobre nosotros la santidad
y la protección de la suká, incluso durante
todo el año (Likutey Moharán I, 21:2-4).

23:40 “Y tomarán para ustedes


en el primer día el fruto de
árbol hermoso, ramos de
palmera, ramos de árboles
frondosos y sauce de los
arroyos; y se regocijarán
delante de Dios, su Señor, por
siete días”.
Tomarán para ustedes en el primer día

Cuando el Templo estaba en


pie, la costumbre era tomar
el lulav durante los siete días
de Sukot en el Monte del
Templo y por sólo un día (el
primer día de Sukot) en el
resto del país. Después de la
destrucción del Templo,
Raban Iojanan ben Zakai
estableció la costumbre de
tomar el lulav durante siete
días en todas partes, como
conmemoración de la
costumbre en el Templo (Suká
41a).

¿Por qué Raban Iojanan ben Zakai


estableció que el lulav debía ser tomado
durante siete días en todo el mundo? ¿No
era suficiente con establecer la costumbre
sólo en Jerusalén, ya que conmemoraba la
práctica en el Templo que estaba localizado
en Jerusalén?

En verdad, el propósito de tomar el


lulav es hacer conocer a Dios en el mundo
entero. Cuando el Templo estaba en pie, el
Templo mismo emitía ese mensaje. Desde
la destrucción del Templo debemos
transmitir ese conocimiento al mundo, por
medio del lulav (Likutey Halajot VIII, p. 148b-
149a).

Tomarán para ustedes

Cuando agitamos las Cuatro Especies


en todas las direcciones, indicamos que la
revelación de la Divinidad que recibimos en
Rosh HaShaná y en Iom Kipur fue tan
grande que ahora podemos revelarsela a los
demás incluso mediante los gestos de las
manos (Likutey Halajot V, p. 19a).

Tomarán para ustedes

Tomar las Cuatro Especies en nuestra


mano, es equivalente a tomar a Dios en
nuestras manos (i.e., uno logra la
espiritualidad) (Likutey Halajot II, p. 364).

Tomarán para ustedes

En Rosh HaShaná y en Iom


Kipur se desarrolla una
batalla entre las fuerzas del
bien y las fuerzas del mal.
Cada uno reclamando la
victoria. El mal afirma que los
pecados de los judíos los
han hecho caer. ¿Cómo
sabemos quién sale
victorioso? Podemos afirmar
que el vencedor es aquel que
aún tiene sus armas en la
mano. Esas “armas” son las
Cuatro Especies (Zohar I, 221a).
Esto es difícil de entender. En toda
batalla, podemos ver quién sale victorioso.
¿Por qué el vencedor es aquél “que aún
tiene sus armas en la mano”?

“Las armas en la mano” significa que el


que las tiene está dispuesto a hacerse cargo
de su vida cumpliendo con las mitzvot.
Busca continuamente la espiritualidad, a
diferencia de aquél que conquista y luego
deja las armas de lado (Likutey Halajot II, p.
364).

La batalla entre el bien y el mal es


constante. En Sukot, cuando recitamos la
plegaria del Halel y alabamos a Dios por Su
ayuda y protección, demostramos nuestra
fe en que el bien ha triunfado sobre el mal.
Al tener en nuestras manos las armas de
las mitzvot de Dios -las Cuatro Especies-
demostramos que somos conscientes de
las argucias del mal, que nos ataca
continuamente y que estamos dispuestos a
luchar y a salir victoriosos (ibid., III, p. 86).

Tomarán para ustedes

Sostenemos las Cuatro Especies en


nuestras manos para darnos la fuerza de
“retener a Esaú” en nuestras manos. Las
manos también representan la fe, como,
“Sus manos [de Moisés] eran fe” (Éxodo
17:12). Al utilizar las manos para llevar a
cabo las mitzvot y fortaleciendo nuestra fe,
podemos vencer y controlar a Esaú - i.e.,
las fuerzas del mal (Likutey Halajot III, p. 458).
Etrog

El etrog es llamado haDaR


(‫הדר‬, cidra), pues habita (‫דר‬,
DaR) en el árbol de un año a
otro (Suká 35a).
El etrog representa al verdadero
discípulo que se mantiene firme a su
maestro, al igual que Ioshúa que nunca dejó
la tienda de Moisés (Éxodo 33:11). ¿Acaso
Ioshúa no tenía que comer, dormir y
atender a sus necesidades al igual que
todas las otras personas? Efectivamente,
pero en todo lo que hacía era consciente de
Moisés, el Tzadik. Aquel que tiene una fe
completa en el Tzadik cree que todo lo que
hace el Tzadik tiene un significado profundo.
Él “habita” con el Tzadik en todo lo que
hace. Así, se mantiene firme con el Tzadik
en todos sus caminos (Likutey Halajot VII, p.
282).

Etrog

El etrog debe ser HaDuR (‫הדור‬,


hermoso) que es igual a HaDoR (‫הדור‬, la
generación). Pues lo esencial de la belleza
es la revelación de Dios, que pasa de una
generación a otra (Likutey Halajot I, p. 200).

El fruto de árbol hermoso, ramos de


palmera

Unimos entre sí el lulav (hoja de


palmera), los hadasim (ramas de mirto) y
las aravot (ramas de sauce) y mantenemos
el etrog junto a ellos. Esas Cuatro Especies
corresponden a los cuatro tzitzit de la
vestimenta. Cada tzitzit consiste de treinta
y nueve vueltas y cinco nudos (i.e., diez
nudos en total); treinta y nueve más diez es
igual a cuarenta y nueve, los días de la
Cuenta del Omer. La Cuenta del Omer sirve
para elevar el tiempo hacia el ámbito más
allá del tiempo, y los tzitzit logran lo mismo
(Likutey Halajot I, p. 42a).

Sauces del arroyo


El sauce, que no tiene
perfume ni gusto, representa
al judío que carece de Torá y
de buenas acciones (Vaikrá
Rabah 30:12).

ARVei najal (‫ערבי נחל‬, sauces del


arroyo) connota ERuV (‫ערוב‬, mezcla).
Debemos traer a todos los que están lejos
de Dios y permitir que se mezclen con el
resto de la nación (Likutey Halajot IV, p. 120a-
240).

Las Cuatro Especies


Las Cuatro Especies representan a
todas las clases de judíos. El hecho de que
las Cuatro Especies deban ser tomadas
juntas para cumplir con la mitzvá indica que
sólo cuando hay unidad pueden los judíos
ser elevados hacia su lugar apropiado.
Mediante la unidad, incluso aquellos que
están lejos de Dios aún siguen unidos a Él y
tienen el medio para acercarse a Él. De
manera similar, la suká debe estar cubierta
con hojas cortadas de arbustos y de
plantas, implicando que debemos incluir en
nuestras devociones hasta los niveles más
bajos de la humanidad (i.e., los pecadores)
(Likutey Halajot III, p. 209).

Las Cuatro Especies


Sostener y agitar las Cuatro Especies
representa las alusiones y las insinuaciones
para servir a Dios. La más importante es no
perder nunca la esperanza ni abandonar el
deseo de espiritualidad. Así, unimos el lulav
(el Tzadik) con el sauce (los malvados) para
que éstos sepan que aún son parte del
ámbito de Dios (Likutey Halajot II, p. 44).

Las Cuatro Especies

El etrog tiene tanto gusto


como perfume,
representando a aquellos
que tienen Torá y mitzvot. El
lulav (la palmera datilera)
tiene gusto pero no perfume,
representando a aquellos
que estudian la Torá pero que
carecen de mitzvot. Los
hadasim (ramas de mirto)
tienen perfume pero no
tienen gusto, representando
a aquellos que llevan a cabo
las mitzvot pero carecen del
estudio de la Torá. Y las
aravot (ramas de sauce)
carecen de gusto y de
perfume, representando a los
malvados que no tienen Torá
ni mitzvot (Vaikrá Rabah 30:12).
Las Cuatro Especies representan a
todas las clases de vegetación, que deben
ser atendidas y cuidadas para que crezcan
de la manera apropiada. Las almas
corresponden a la “vegetación espiritual”,
pues ellas “crecen” en el Jardín Celestial y
deben ser atendidas y cuidadas (ver Likutey
Moharán I, 65:1). Al llevar a cabo las mitzvot
de Rosh HaShaná y Iom Kipur, merecemos
la mitzvá de las Cuatro Especies - i.e.,
juntamos todas las almas que están
“atendidas en el Jardín” y alcanzamos
grandes niveles de rectificación (Likutey
Halajot II, p. 244a-488).

Las Cuatro Especies... Se regocijarán


delante de Dios

El árbol del etrog tiene el


mismo sabor que sus frutos
(Suká 35a).

De acuerdo al Ari, agitar las


Cuatro Especies hace
descender las luces
trascendentales (Pri Etz Jaim, Shaar
haLulav 2), con lo que la
persona obtiene grandes
intelectos y es capaz de
experimentar a Dios.
El principal componente de las Cuatro
Especies es el etrog, el “fruto hermoso”, que
es único en el hecho de que tanto la fruta
como el árbol tienen el mismo gusto. El
árbol representa este mundo, donde crece
la fruta - al igual que la persona que crece
espiritualmente durante su vida. Los frutos
del árbol representan el Mundo que Viene -
la Recompensa Futura por la buenas
acciones. La Torá nos ordena tomar las
Cuatro Especies y regocijarnos delante de
Dios, sabiendo que hay una gran
recompensa por esa mitzvá incluso en este
mundo, lo que es una razón suficiente para
alegrarse. El etrog simboliza el hecho de
que podemos traer la alegría del Mundo que
Viene hacia nuestras vidas precisamente
ahora y saborear las recompensas del
Futuro en este mundo. ¿Cómo? Al llevar a
cabo la mitzvá de las Cuatro Especies,
alcanzamos una alegría tan grande que
llegamos a saborear su recompensa incluso
en este mundo. De esa manera,
merecemos traer grandes intelectos y
experimentar a Dios (Likutey Halajot VII, p.
148a-296).

23:42 “Habitarán en sukot por


siete días; todo aquel que sea
del linaje de Israel habitará en
las sukot”.
Sukot

La Suká conmemora las


Nubes de Gloria (Suká 11b).
En el desierto, las Nubes de Gloria
alisaban el camino delante del pueblo judío,
elevando los valles y bajando las montañas,
para hacerles el camino más fácil. También
mataban a las serpientes y a los
escorpiones, permitiendo un pasaje seguro
hacia la Tierra Santa (Rashi sobre Números
10:34). La suká conmemora esas Nubes de
Gloria. Así, la mitzvá de la suká es
beneficiosa para entrar a la Tierra Santa
(Likutey Halajot II, p.104).

Habitarán en sukot

La suká se construye específicamente


a partir de la materia superflua de la
cosecha. Esa materia superflua nos enseña
la simpleza, mostrando que no es posible
alcanzar la devoción interior de servir a Dios
a no ser que construyamos primero
nuestras vidas alrededor del concepto de la
simpleza. Entonces podremos merecer
sentarnos en la suká, la “sombra de la fe” (cf.
Zohar III, 103a), que corresponde a la
santidad de la Tierra Santa (Likutey Halajot I,
p. 484).
El lulav (la hoja de palmera) también
representa la simpleza. De las Cuatro
Especies, el lulav es la más recta y simple
en apariencia. El lulav representa al Tzadik,
que se une con la gente simple e incluso
con los pecadores (representados por las
otras Especies) (ibid. I, p. 243a).

Comer en la suká

Mediante el comer uno merece los


makifin (intelecto trascendente) (Likutey
Moharán II, 7).

La principal mitzvá de la suká es


comer dentro de ella, pues la suká
representa los makifin. Al comer en la suká
atraemos los intelectos trascendentes
(Likutey Halajot II, p. 44a).

Todo aquel que sea del linaje de Israel


habitará en las sukot

Todos los judíos son dignos


de sentarse en una suká (Suká
27b).

Después de los Días de Temor y de


Juicio (Rosh HaShaná y Iom Kipur),
merecemos Sukot, que representa el amor.
Mediante ese gran amor, todos los judíos
pueden unirse y habitar en una suká (Likutey
Halajot VIII, p. 147b).
23:43 “Para que las
generaciones venideras sepan
que en sukot hice Yo habitar a
los hijos de Israel, cuando los
saqué de la tierra de Egipto. Yo
soy Dios, tu Señor”.
Para que las generaciones venideras
sepan

“Sepan” - pues la persona debe ser


consciente de que está sentada en la suká.
La suká representa el intelecto trascendente
que sólo puede ser alcanzado mediante la
conciencia (Likutey Halajot III, p. 222a).
24:2 “Manda a los hijos de
Israel que te traigan aceite puro
de olivas machacadas de
mortero, para el candelabro, a
fin de hacer arder la lámpara de
continuo”.
Hacer arder la lámpara de continuo

La Ner HaMaaravi (la


Lámpara Occidental, también
conocida como la Llama
Eterna) es testimonio de que
la Presencia Divina habita
con los judíos (Rashi sobre Levítico
24:3).

Aunque “Dios, tu Señor, es un fuego


que consume” (Deuteronomio 4:24), ese fuego
no consume a los judíos. Por el contrario,
ese fuego arde dentro de ellos para que
puedan estar mucho más unidos a Dios
(Likutey Halajot III, p. 247a).

24:3 “Aarón la preparará desde


la tarde hasta la mañana
delante de Dios,
continuamente, fuera de la
Cortina del Testimonio en la
Tienda de Reunión. Es un
estatuto perpetuo durante sus
generaciones”.
Aarón la preparará... fuera de la Cortina
del Testimonio

La ubicación de la Menorá frente al


Arca del Testimonio -el lugar de las Tablas-
indica que la luz de la Menorá proviene de
hecho de la Torá. Cada vez que haya un
ocultamiento de la luz de la Torá, la luz de la
Menorá, que proviene de la Torá, iluminará
la oscuridad (Likutey Halajot VIII, p. 53b). Ello se
debe a que la Menorá era encendida
durante la noche -i.e., en los momentos
oscuros- e incluso en esos momentos
oscuros, está ubicada cerca del Altar, para
atraer la luz de la Torá. ¡Aquel que atraiga
esa luz incluso en la oscuridad merecerá el
beneficio de su luz durante el día!

24:5 “Y tomarás flor de harina y


cocerás de ella doce hogazas;
de dos décimas de un efá será
cada hogaza”.

Y tomarás flor de harina y cocerás de


ella doce hogazas
Cuando la persona come de una
manera santa, es como si estuviese
comiendo del Lejem HaPanim (Pan de la
Proposición). Lejem HaPanim significa
literalmente “Pan del Rostro”. Está escrito,
“La sabiduría del hombre ilumina su rostro”
(Eclesiastés 8:1). Si uno come de una manera
santa y alcanza una conciencia expandida,
puede decirse que el pan ilumina su rostro
(Likutey Moharán I, 60:6).

24:8 “De Shabat en Shabat se


pondrá en orden delante de
Dios, continuamente, de parte
de los hijos de Israel, es un
pacto perpetuo”.
Es un pacto perpetuo

Este versículo nos enseña que el Pan


de la Proposición incluye en él la santidad
del pacto. El Pan de la Proposición servía
como sustento de los Cohanim; así,
connota el sustento del hombre. Aquel que
cuide el pacto podrá ganarse el sustento sin
dificultades (Likutey Moharán I, 63:4).
Parashat Behar

25:4 “Pero en el año séptimo


será un Shabat de Shabat para
la tierra, un Shabat consagrado
a Dios; no sembrarás tu
campo, ni podarás tu viña”.
El año Sabático

Después de que Adán comió del Árbol,


fue maldecido con tener que trabajar la
tierra. La mitzvá de Shemitá (el año
Sabático) rectifica el pecado de Adán
haciendo que cese el trabajo de la tierra. El
año Sabático invoca la santidad del Shabat,
pues así como está prohibido trabajar en
Shabat, se nos prohíbe trabajar la Tierra
durante el Shemitá.

Durante el año Sabático, el producto


de la Tierra de Israel es declarado hefker
(sin dueño) y todos pueden tomar lo que
quieran de cualquier campo, para uso
personal. Esto rectifica el daño de Adán,
quien quiso separarse del Dios Único
desafiando Su mandamiento. Al observar el
año Sabático, declaramos nuestra lealtad al
Dios Único y a Sus mitzvot. Más aún, nos
volvemos “uno” con nuestros congéneres
judíos, lo que trae unidad y amistad. Toda la
propiedad se vuelve “sin dueño” por el hecho
de que todos estamos unidos (Likutey Halajot
VIII, p. 62b-63a).

El año séptimo será un Shabat de Shabat


para la tierra, un Shabat consagrado a
Dios... Santificarán el año cincuenta

El Shabat representa a Keter, la


iluminación de la Voluntad Divina. El año
Sabático y el año del Jubileo son llamados
“Shabat” porque también ellos revelan la
Voluntad Divina. Durante el año Sabático y
el año del Jubileo los campos son
considerados hefker (sin dueño) porque la
Voluntad Divina ordena que todos reciban lo
que necesitan y que nadie tenga objeción
alguna en compartir con los demás. De
manera similar, en ambos años se prohíbe
el trabajo en los campos y durante el año
del Jubileo se libera a los esclavos, pues la
Voluntad Divina rechaza toda clase de
servidumbre y de esclavitud (Likutey Halajot
VIII, p. 190a).

El año Sabático y el año del Jubileo

Durante el año Sabático y el año del


Jubileo la propiedad de los productos
agrícolas y de los granos es declarada sin
dueño y todos pueden compartir de ella.
Estos años representan los niveles que
trascienden las limitaciones de este mundo.
En esos niveles, prevalece la unicidad y
todo se junta. Así, los campos y las
cosechas les pertenecen a todos (Likutey
Halajot IV, p. 184a).

25:6 “Y servirá el fruto del


Shabat de la tierra como
alimento para ustedes; para ti
como para tu siervo y para tu
sierva y para tu jornalero y para
tu forastero que habita
contigo”.
Servirá el fruto del Shabat de la tierra
como alimento para ustedes

El Shabat trae bendiciones. Esto es


verdad tanto del Shabat semanal como del
año Sabático. Cuando uno cuida el Shabat,
éste “será alimento para ustedes”. El Shabat
te trae bendiciones de abundancia a ti y al
universo entero (Likutey Moharán I, 58:4).

25:14 “Cuando le vendas algo a


tu congénere judío o le compres
algo a él, no se engañen el uno
al otro”.
Cuando le vendas algo a tu congénere
judío o le compres algo a él

Si vendes, véndele a un
congénere judío. Si compras,
cómprale a un congénere
judío (Sifra, Behar).
El dinero refleja los Colores Superiores,
la revelación de la belleza de Dios. Al
comerciar con las naciones, esas luces se
revelan en cada judío y se manifiesta la
grandeza de Dios. La deshonestidad, por
otro lado, corrompe esas luces.

Estas leyes están presentes en la


porción de la Torá que habla sobre el Iobel
(el año del Jubileo), porque el Iobel
representa el nivel que está más allá del
tiempo. El objetivo de todo comercio es
elevar las cosas desde este mundo -que
está constreñido por los límites del tiempo-
hacia los niveles superiores, que trascienden
el tiempo. Pues en esos niveles, la
Divinidad está siempre manifiesta y pueden
revelarse las luces de la riqueza (Likutey
Halajot IV, p. 366).

No se engañen

Todo engaño proviene de la


imaginación. Si comprendiésemos que
eventualmente tendremos que rendir
cuentas delante de Dios, nunca nos
permitiríamos engañar a los demás. Pero
debido a que caemos presa de nuestras
ilusiones, caemos en la trampa de engañar
a los otros. Quizás peor aún, nos
engañamos a nosotros mismos (Likutey
Halajot VII, p. 448).

No se engañen

Si el sobreprecio es menor
que un sexto del valor del
objeto, la venta es
considerada final. Si el
sobreprecio es un sexto del
valor real, el sobreprecio
debe ser devuelto o el
comprador puede devolver la
mercadería. Pero si el
comprador es engañado por
más de un sexto del precio
correcto, la venta es nula y el
vendedor debe devolver el
dinero (ver Bava Metzía 49b).
Aquel que trata de acercarse al Tzadik,
pero que se engaña al no cumplir con las
enseñanzas del Tzadik y por lo tanto no
sirve a Dios de acuerdo a su capacidad, se
ha engañado a sí mismo con menos de un
sexto. Dado que aún está unido al Tzadik,
sus devociones cuentan y recibirá toda su
recompensa.

Aquel que no está unido al Tzadik,


aunque no se oponga a él, se encuentra en
un peligro constante. Es posible que supere
a su mala inclinación y que termine
sirviendo a Dios pese al hecho de que
carece de la guía del Tzadik. Pero también
puede sucumbir a su mala inclinación. Así,
su “sobreprecio” puede ser devuelto o la
“mercadería” retornada.

Aquel que se opone al Tzadik pierde


totalmente su conexión con él. Ha dañado
el “un sexto” y sus transacciones -toda la
Torá y las mitzvot que ha adquirido durante
su vida- están vacías y deben ser devueltas
para ser rectificadas nuevamente (Likutey
Halajot VII, p. 450-226a).

No se engañen

Si el sobreprecio es menor
que un sexto del valor del
objeto, la venta es
considerada final. Si el
sobreprecio es un sexto del
valor real, el sobreprecio
debe ser devuelto o el
comprador puede devolver la
mercadería. Pero si el
comprador es engañado por
más de un sexto del precio
correcto, la venta es nula y el
vendedor debe devolver el
dinero (ver Bava Metzía 49b).
La Torá representa la letra vav (‫)ו‬, que
es numéricamente equivalente a 6, porque
tiene seis conceptos: lo permitido y lo
prohibido, lo apto y lo no apto, lo puro y lo
impuro. “Engañar” hace referencia a mezclar
las leyes de la Torá para transgredir a
propósito. Mientras uno engañe hasta un
sexto del verdadero valor, no mezclará a la
Torá más allá del punto de no retorno; podrá
“devolver el sobreprecio” arrepintiéndose y
retornando a Dios. Pero si falsifica la Torá,
anula por completo la transacción (Likutey
Halajot VII, p. 239a).

25:15 “Conforme al número de


los años después del Jubileo,
lo comprarás de tu congénere
judío y conforme al número de
los años de cosecha, él te lo
venderá”.
Lo comprarás de tu congénere judío

Es necesario unirse a las personas


rectas y honestas y llevar a cabo las
transacciones sólo con ellas. Esto se aplica
incluso -o especialmente- a los negocios:
sólo deben ser llevados a cabo con gente
honesta (Likutey Halajot I, p. 251a).

25:23 “La tierra no podrá


venderse en perpetuidad
porque Mía es la tierra; pues
ustedes son extranjeros y
forasteros para Conmigo”.

La tierra no podrá venderse en


perpetuidad... redimirán la tierra

Las chispas de santidad que se


encuentran en todas las cosas del mundo
se elevan mediante la fe - i.e., mediante las
transacciones y negocios fidedignos.
También la Tierra Santa contiene chispas
que son elevadas mediante la fe; y la Tierra
misma representa la fe, como en “Habita en
la Tierra y cultiva la fe” (Salmos 37:3). Cada
año del Jubileo representa un nivel mayor al
que ascienden las chispas. La propiedad en
la Tierra de Israel sólo puede ser vendida
hasta el año del Jubileo, pues en ese
momento se vuelven necesarios nuevos
birurim (clarificaciones o rectificaciones) para
elevar las chispas. Afirma la Torá:
“Redimirán la tierra” (Levítico 25:24) - porque
en verdad están redimiendo las chispas de
santidad que han quedado atrapadas allí
(Likutey Halajot VII, p. 290).

25:36 “No tomarás de él usura


ni interés. Temerás a tu Señor,
para que pueda vivir tu
hermano junto a ti”.
No tomarás de él usura ni interés

En efecto, aquel que toma dinero


prestado hipoteca su alma a quien le presta.
Por lo tanto, durante el tiempo en que el
prestamista retiene la hipoteca, toda la
abundancia destinada al prestatario es
canalizada hacia el prestamista. Dado que
el prestamista se beneficia de esa
abundancia no debe, al mismo tiempo,
cargarle intereses al prestatario (Likutey
Halajot IV, p. 188).

No tomarás de él usura ni interés

Observa los mandamientos,


los estatutos y las leyes que
Yo te ordeno hoy, para
hacerlos (Deuteronomio 7:11).

“Hoy, para hacerlos” - y


mañana, en el Mundo que
Viene, para recibir la
recompensa por ellos (Rashi).
Uno puede esperar la recompensa por
sus mitzvot, pero deberá ejercer la
paciencia. Debe tener fe en la eterna
recompensa del Mundo que Viene, aunque
no reciba una recompensa temporal aquí,
en este mundo. Pues en verdad, el tiempo
no existe. La vida de este mundo es fugaz,
mientras que la vida esencial es la vida
eterna que trasciende todos los conceptos
del tiempo.

La prohibición de no cobrar intereses


refleja este concepto. El interés es dinero
que uno recibe mientras espera la
devolución del capital. Es como si estuviera
recogiendo su recompensa ahora; carece de
fe para esperar el momento apropiado. Así,
enseñan nuestros Sabios: “Aquel que cobra
intereses es considerado como alguien que
niega toda la Torá” (Talmud Ierushalmi, Bava
Metzía 5:8) - dado que demuestra su falta de
fe en Dios y en la Recompensa Final
(Likutey Halajot IV, p. 192a).

No tomarás de él usura ni interés

Todos los pecados surgen de la


imaginación, que depende del tiempo. El
intelecto puro trasciende las limitaciones del
tiempo. La prohibición en contra de la usura
salvaguarda a la persona de caer del
intelecto a la imaginación. Cuando alguien
cobra intereses, ello significa que su riqueza
ha quedado inactiva durante un cierto
período de tiempo y que ahora le está
cobrando al prestatario por ese tiempo. Por
lo tanto aquel que cobra intereses cae bajo
las limitaciones del tiempo, haciendo que su
imaginación sea dominante y que el
intelecto se vuelva servil. Es por eso que la
usura es un pecado tan grave (Likutey Halajot
IV, p. 183a).

No tomarás de él usura ni interés... para


que pueda vivir tu hermano junto a ti

Cobrar intereses es
equivalente a la idolatría (cf.
Bava Metzía 71a).
La persona que cobra intereses
cuando tiene prohibido hacerlo demuestra
su avaricia y atrae sobre sí la idolatría, un
rostro oscuro e incluso la muerte. Al no
cobrar intereses, uno demuestra su fe en
Dios y merece la vida y un rostro brillante.
Así, “Para que pueda vivir tu hermano junto
a ti” - al no cobrar intereses, habrás traído
vida y la habrás compartido con él (Likutey
Halajot IV, p. 380).

25:42 “Porque ellos son Mis


siervos, los cuales Yo saqué de
la tierra de Egipto; no podrán
ser vendidos como esclavos”.
Porque ellos son Mis siervos... no
podrán ser vendidos como esclavos

A veces la Torá hace referencia a los


judíos como los siervos de Dios; otras
veces se refiere a ellos como los hijos de
Dios - por ejemplo, “Mi hijo primogénito,
Israel” (Éxodo 4:22), y “Ustedes son hijos de
Dios, tu Señor” (Deuteronomio 14:1). Un nivel
lleva al otro. Uno no puede alcanzar
verdaderamente el nivel de “hijo” a no ser
que pase primero a través del nivel de
“siervo”. Primero debe servir a Dios como el
siervo que sirve a su amo, sin saber por qué
o con qué propósito. Si persiste, finalmente
experimentará la verdadera satisfacción de
servir a Dios y se regocijará en ella, como
un hijo que sirve voluntariamente a su padre
(Likutey Halajot I, p. 116a).
Parashat Bejukotai

26:3 “Si andan en Mis leyes y


guardan Mis preceptos para
hacerlos”.

Si andan en Mis leyes... les daré lluvias


a su tiempo

“Si andan en Mis leyes” -


esto hace referencia a
trabajar en el estudio de la
Torá (Rashi).
¿Por qué la Torá promete bendiciones
materiales para los logros espirituales? En
verdad, el cuerpo y el alma son entidades
separadas siendo el alma la más importante
de las dos. Aun así el alma no puede
alcanzar por sí misma las alturas
espirituales - necesita del cuerpo físico
como una restricción frente a la
espiritualidad, para que la persona se
mantenga en el mundo físico mientras se
dedica a las devociones espirituales. El
comer mantiene juntos el cuerpo y el alma,
lo que hace posible el crecimiento espiritual.

El Rebe Najmán enseña que si la


persona lo merece y busca encontrar a
Dios, su comer puede elevarla a un nivel de
deseo y de anhelo por Dios que trascienda
muchos otros logros espirituales. En tal
caso, sus deseos físicos no sólo
sustentarán sus anhelos espirituales sino
que serán un espejo de ellos (Likutey Halajot
V, p. 426).

Si andan en Mis leyes

“Si andan en Mis leyes” -


esto hace referencia a
trabajar en el estudio de la
Torá (Rashi).
Esencialmente, la persona se afana
por estudiar Torá lishmá (por sí misma) -
esto es, en aras de darle deleite a Dios
(Likutey Halajot V, p. 61a).

26:4 “Yo les daré lluvias a su


tiempo, para que la tierra dé su
producto, y el árbol del campo
rendirá su fruto”.

Yo les daré lluvias a su tiempo

¿Por qué la lluvia, un beneficio


material, constituye la recompensa por el
estudio de la Torá y el cumplimiento de las
mitzvot? La lluvia significa el Mundo que
Viene. Corresponde al intelecto
trascendente que desciende hacia nosotros
y forma parte de nuestras vidas (Likutey
Halajot IV, p. 79a).

26:6 “Yo estableceré la paz en


la tierra y se acostarán sin que
nadie los espante; también
haré desaparecer de su tierra
las bestias feroces y la espada
no pasará por su tierra”.
Yo estableceré la paz en la tierra... y la
espada no pasará por su tierra
Cuando la gente se encuentra
separada debido a la disputa, las chispas de
santidad se desparraman por el mundo
entero. Pero cuando la gente dice palabras
de Torá y de plegaria, esas chispas
sagradas se unen y se elevan, lo que
permite acceder a la paz (Likutey Moharán I,
75-B:3).

26:7 “Perseguirán a sus


enemigos, los cuales caerán a
espada delante de ustedes”.
Perseguirán a sus enemigos, los cuales
caerán a espada delante de ustedes
¿Acaso es una bendición perseguir a
nuestros enemigos? ¿No es la paz una
bendición mejor, de modo que uno pueda
trabajar en la Torá y servir a Dios en
tranquilidad?

El objetivo y el deseo de cada persona


debe ser difundir la Divinidad. Esta
bendición nos da esa oportunidad,
ayudándonos a ser dignos de un nivel
espiritual tan grande que nos permita ir y
“perseguir a nuestros enemigos” para
acercarlos a Dios. “Ellos caerán a espada
delante de ustedes” - la espada representa
la plegaria (ver Rashi sobre Génesis 48:22).
Mediante nuestras plegarias y palabras de
verdad, les podremos revelar a los demás la
verdad de Dios (Likutey Halajot V, p. 214a-428).

26:8 “Cinco de ustedes


pondrán en fuga a cien y cien
de ustedes perseguirán a diez
mil; y sus enemigos caerán a
espada delante de ustedes”.

Cinco de ustedes pondrán en fuga a cien


y cien de ustedes perseguirán a diez mil

No hay comparación entre


pocas personas realizando
una mitzvá que muchas
personas llevando a cabo
una mitzvá. Así, donde sólo
cinco pueden perseguir a 100
(veinte veces su número),
100 pueden perseguir a
10.000 (100 veces su
número) (Rashi).
El Sefer Ietzirá (4:12) afirma que dos
piedras construyen dos casas (i.e.,
combinaciones), tres piedras construyen
seis casas y cuatro piedras construyen
veinticuatro casas. El Rebe Najmán enseña
que esas piedras representan almas,
implicando que cuanta más gente se una
para llevar a cabo una mitzvá, más se
multiplicará el poder de esa mitzvá (Likutey
Moharán II, 8:6).

Esta enseñanza también se aplica a


dar caridad para una causa digna. Aunque
uno no sea capaz de llevar a cabo la mitzvá
por sí mismo, puede ayudar a que otros la
realicen, sustentándolos con su caridad. De
esa manera, aumentará el número de gente
dedicada a una mitzvá (Likutey Halajot VII, p.
157a-314).

26:14 “Pero si no quieren oírme


ni cumplir todos estos
preceptos”.
Pero si no quieren oírme... los
dispersaré entre las naciones

¿Por qué la Tierra se perdió


[para los judíos]?”. Esta
pregunta fue hecha por los
sabios y por los profetas; no
pudieron responderla hasta
que Dios Mismo lo explicó,
“Pues abandonaron Mi Torá
que Yo les di y no oyeron Mi
voz ni caminaron en [Mis
sendas]” (Jeremías 9:11-12).

“No oyeron Mi voz ni


caminaron en [Mis sendas]” -
éste es un mismo concepto.
Dijo el rabí Iehudá, “Ellos no
recitaron las bendiciones
sobre la Torá antes de
estudiarla” (Nedarim 81a; Bava Metzía
85a-b).

¿No era obvio que el Templo fue


destruido y que la nación fue exilada debido
a que los judíos habían pecado? ¿Por qué
los sabios y los profetas no consideraron
esa respuesta? Y ¿acaso el motivo dado
por el Talmud -que descuidaron el recitado
de las bendiciones sobre la Torá- fue un
error tan grave como para dar como
resultado un castigo tan terrible?

En verdad, la respuesta de Dios no


tenía por objetivo dar una explicación del
exilio, sino que era un catalizador para
prevenir futuros trastornos: “¿Cómo
podemos evitar que vuelva a suceder?”.
Dios aludió a esa respuesta al decir: “No
oyeron Mi voz ni caminaron en [Mis
sendas]”. El judío debe estudiar las leyes de
Dios todos los días. No importa qué
pecados o malas acciones haya cometido,
debe tratar de aferrar el bien que pueda, así
sea una página de Torá o una sola ley. De
esa manera, su deseo de servir a Dios lo
llevará finalmente a volver a unirse a Él.
Debido a que los judíos no trataron de
aferrar lo poco que pudieron de Torá y de
mitzvot, se alejaron más aún de Dios.

Las bendiciones sobre la Torá nos


ayudan en nuestra búsqueda de la
Divinidad. Esas bendiciones mencionan la
belleza y lo agradable de la Torá que nos
atrae a su estudio y que llena nuestras
vidas de alegría. Al descuidar el recitado de
las bendiciones, los judíos se distanciaron
de la conciencia del cumplimiento de esas
bendiciones -i.e., del estudio de la Torá-
produciendo su caída (Likutey Halajot VIII, p.
73a-73b).

26:15 “Y si rechazan con


desprecio Mis leyes y sus
almas detestan Mis decretos,
de modo que no cumplan todos
Mis preceptos, mas rompieran
Mi pacto”.

Sus almas detestan Mis decretos

“Si sus almas detestan Mis


decretos” - esto hace
referencia a detestar a los
Sabios (Rashi).
Las “leyes” de Dios reflejan la
sabiduría. Así como la persona que detesta
la sabiduría de Dios también detesta a los
Sabios, de la misma manera la persona que
detesta a los Sabios indica que detesta a
Dios. La manera de determinar en dónde se
encuentra uno es mediante la fe en los
Sabios (Likutey Moharán I, 18:4).

26:21 “Y si anduvieran
indiferentes Conmigo y no Me
quisieran obedecer, Yo traeré
sobre ustedes siete veces más
plagas, conforme a sus
pecados”.

Y si anduvieran indiferentes Conmigo

KeRI (indiferencia) implica


obstáculos, como si los
judíos pusiesen sus propios
obstáculos delante de su
servicio a Dios para no
llevarlo a cabo (Rashi).
KeRI también significa “simiente
malgastada en vano”, implicando que todos
los obstáculos en el servicio a Dios surgen
de un daño en el pacto. Para superar esos
obstáculos, uno debe anhelar a Dios hasta
que su corazón sea “circuncidado”. Entonces
podrá servir a Dios en el mérito de Su pacto
con Abraham, Itzjak y Iaacov, los Tzadikim
que cuidaron el pacto (Likutey Halajot IV, p.
142a).

26:25 “Y traeré sobre ustedes


la espada vengadora, la
venganza de Mi pacto; y se
recogerán dentro de sus
ciudades; pero enviaré la peste
en medio de ustedes y serán
entregados en manos del
enemigo”.

Y traeré sobre ustedes la espada


vengadora, la venganza de Mi pacto

Aquel que daña el pacto es golpeado


por la “espada vengadora” de Dios. Pero
quien guarda su pacto puede utilizar la
espada para luchar contra las fuerzas del
mal. Moisés utilizó esa espada cuando
luchó contra Amalek (ver Éxodo 17:8-13)
(Likutey Moharán I, 58:3; ibid., I, 58:5). (Moisés
envió a Ioshúa a la batalla física mientras
que él se mantuvo en plegaria, empleando
la “espada” espiritual de la pureza de su
pacto).

La espada vengadora

Éste es el jalif (cuchillo) del shojet


(matarife). Aquel que ha pecado debe
retornar a este mundo en una
reencarnación, usualmente como un animal
kosher. Cuando el shojet esgrime el cuchillo
de la manera apropiada y recita la
bendiciones con las intenciones adecuadas,
la “espada vengadora” rectifica el alma de su
pecado (Likutey Halajot IV, p. 1a).
26:34 “Entonces completará la
tierra sus Shabatot, todos los
días de su desolación,
mientras que ustedes estén en
la tierra de sus enemigos: la
tierra descansará entonces y
completará sus Shabatot “.

La tierra descansará entonces y


completará sus Shabatot

Los setenta años del exilio


que siguieron a la
destrucción del Primer
Templo compensaron a la
Tierra de Israel por todos los
años Sabáticos que los
judíos no observaron (Rashi, que
registra los cálculos).

Existe el concepto de: “La unidad


simple de todas las cosas que se evidencia
mediante la diversidad de fenómenos del
mundo” (Likutey Moharán II, 2:7). Todo se
origina a partir del Dios Único, pero cada
persona y cada cosa manifiesta la Unidad
de Dios de diferentes maneras.
Mientras la persona esté unida a Dios,
se mantendrá conectada con Su Unidad. El
año Sabático es una expresión de esa
conexión. Pero si se abandona a Dios y a
Su Torá, toma el control “la diversidad de
fenómenos”. Esa “diversidad de fenómenos”
está representada por las setenta naciones,
que oprimen a los judíos y les impiden servir
a Dios. Así, el daño en el año Sabático lleva
al exilio y al dominio de la “diversidad de
fenómenos” (Likutey Halajot VIII, p. 63a).

26:40 “Empero ellos


confesarán sus pecados y los
pecados de sus padres por
transgredir y prevaricar contra
Mí, y por actuar de manera
indiferente hacia Mí”.
Ellos confesarán

ViDuI (‫וידוי‬, confesión) es similar a


hoDaIá (‫הדיה‬, agradecer). Uno puede
encontrar difícil confesar sus malas
acciones. Es posible que sienta vergüenza
de reconocerlas o se sienta angustiado y
deprimido por ellas y demás. Pero si busca
la alegría y el agradecimiento a Dios podrá
superar todos esos obstáculos y confesarse
(Likutey Moharán I, 178).

Ellos confesarán
Tomen palabras con ustedes
y retornen a Dios (Hoshea 14:3).
“Tomen palabras con ustedes” - pues
las palabras ya están preparadas delante de
Dios. Tu confesión es conocida y Él quiere
que retornes a Él. ¡Las palabras están con
Él! Sólo vuélvete a Él y serás capaz de
tomar esas palabras y de arrepentirte
(Likutey Halajot I, p. 169a).

Ellos confesarán

El pecado es una perversión de las


palabras de la Torá. Aquel que confiesa sus
pecados delante de Dios transforma su
versión corrompida de la Torá en plegarias,
rectificando así la Torá que ha dañado
(Likutey Halajot III, p. 101a).

Ellos confesarán sus pecados

El pecador debe sentir una profunda


sumisión delante de Dios. Pero esa misma
sumisión puede impedirle ponerse de pie
delante de Dios y confesar su pecado. Por
lo tanto, nuestras plegarias confesionales
contienen el prefacio: “No somos tan osados
ni obstinados como para decir delante de Ti,
Dios, nuestro Señor y Dios de nuestros
padres, ‘Somos rectos y no hemos pecado.
Pues nosotros y nuestros padres hemos
pecado’” (liturgia Confesional). Es decir,
reconocemos que deberíamos haber tenido
la humildad como para no pecar. Pero dado
que fuimos lo suficientemente osados como
para cometer el pecado, ahora deseamos
transformar esa osadía en audacia
poniéndonos de pie delante de Dios y
confesándolo.

Tanto la humildad como la audacia son


requisitos necesarios para el servicio a Dios.
Uno debe ser sumiso y reconocer a su
Creador. Si peca, no debe gemir con una
falsa humildad, diciendo que no puede
retornar a Dios. Más bien, debe fortalecerse
con audacia y pedirle a Dios que lo perdone
y lo acerque, pese a sus acciones pasadas
(Likutey Halajot VII, p.26a).
26:42 “Yo entonces Me
acordaré de Mi pacto con
Iaacov; y también de Mi pacto
con Itzjak; y de Mi pacto con
Abraham Me acordaré; y me
acordaré de la tierra”.
Me acordaré de Mi pacto con Iaacov; y
también de Mi pacto con Itzjak; y de Mi
pacto con Abraham Me acordaré

Dios prometió redimirnos y recordar la


promesa que les hizo a los Patriarcas y a
nosotros. Pero Él no quiere “hacerlo” por Sí
Mismo. Aún quiere que primero retornemos
a Él, aunque sea un poco (Likutey Halajot II, p.
46).

Me acordaré de Mi pacto con Iaacov; y


también de Mi pacto con Itzjak; y de Mi
pacto con Abraham Me acordaré

Los Patriarcas representan el pacto;


por lo tanto cada uno tiene la palabra “pacto”
asociada con su nombre (Likutey Moharán I,
58:3). Consecuentemente, cuando un
individuo cuida el pacto, despierta el mérito
de los Patriarcas.

Me acordaré de Mi pacto con Iaacov...


con Itzjak... con Abraham Me acordaré
Este versículo recuerda a los
Patriarcas en un orden inverso debido a que
la esencia de la Reconstrucción del Templo
se realizará a través de Iaacov, quien
representa mishpat (justicia). Los judíos
fueron exilados pues rechazaron el Mishpat
de Dios, como está escrito, “Si sus almas
detestan Mis Mishpatim” (Levítico 26:15) y la
Redención llegará a través de la rectificación
de ese pecado. La Tierra es mencionada en
este versículo debido a que también
representa mishpat, como en “El rey
establece la tierra con mishpat” (Proverbios
29:4; ver Likutey Moharán I, 15:2) (Likutey Halajot
VII, p. 196).

Me acordaré de Mi pacto con Iaacov; y


también de Mi pacto con Itzjak; y de Mi
pacto con Abraham Me acordaré

¿Por qué el versículo no utiliza la


palabra “acordarse” con respecto al pacto
con Itzjak? Abraham representa jesed
(bondad), Itzjak representa guevurá (juicios)
y Iaacov representa tiferet (compasión). La
Redención ocurrirá cuando Dios recuerde la
compasión de Iaacov y la bondad de
Abraham, utilizando ambas para mitigar los
juicios de Itzjak (Likutey Halajot VIII, p. 33a-b).

26:44 “Mas ni aun por todo


esto, estando ellos en la tierra
de sus enemigos, los habré
desechado ni los habré
detestado, al punto de
destruirlos, anulando Mi pacto
con ellos; por cuanto Yo soy
Dios su Señor”.
Mas ni aun por todo esto, estando ellos
en la tierra de sus enemigos

Zot (“esto”) se refiere a la


Presencia Divina (ver Tikuney
Zohar #21, p, 61a).

La Presencia Divina
acompaña siempre al pueblo
judío, incluso cuando está
exilado entre las naciones
(Meguilá 29a).

Podemos revelar la Presencia de Dios


incluso en el exilio, en las tierras de nuestros
enemigos. Esto lo logramos despertando el
mérito de los Patriarcas, al dedicarnos a la
plegaria apropiada. Y cuando se revelan los
méritos de los Patriarcas, también se revela
la santidad la Tierra Santa (Likutey Moharán I,
55:2).

Al punto de destruirlos

LeJaLotam (‫לכלתם‬, “para destruirlos”)


también implica KaLá (‫כלה‬, deseo y
anhelo). Dios está diciendo: “Aunque hayan
pecado, Yo no los desprecio, porque aún
tienen el deseo de servirme” (Likutey Halajot V,
p. 219a).

27:10 “No se lo sustituirá ni se


lo cambiará, ni bueno por malo,
ni malo por bueno; y si de
manera alguna intercambia una
bestia por otra, entonces tanto
ella como su trueque quedarán
santos”.
No se lo sustituirá
Existen Cámaras de Santidad que
contienen niveles de conciencia que la
persona puede usar para el servicio a Dios.
Al mismo tiempo, también existen Cámaras
de los Intercambios en las cuales pueden
caer esos estados sagrados de conciencia.
Es posible entrar en las Cámaras de los
Intercambios para elevar esos estados de
conciencia caídos. Pero es necesario tener
mucho cuidado, para no quedar atrapados
allí (Likutey Moharán I, 2:4 final).

La dinámica de las Cámaras de los


Intercambios se da en muchos niveles. Se
aplica incluso a las enseñanzas originales de
Torá: la persona puede generar ideas
nuevas de Torá que parezcan hermosas y
verdaderas, pero aun así es posible que
esas ideas provengan en verdad del Otro
Lado (ibid., I, 245). Esto explica por qué no es
posible cambiar fácilmente un animal
consagrado por otro. Una vez que algo ha
entrado en el ámbito de la santidad, debe
ser tratado con el mayor cuidado para evitar
que sea arrastrado hacia las Cámaras de
los Intercambios, donde puede ser
contaminado y atrapado.

En su historia “Los Niños Cambiados”


(Los Cuentos del Rabí Najmán #11) el Rebe
Najmán habla sobre un príncipe y el hijo de
una sierva que fueron cambiados al nacer.
El rabí Natán explica ese cuento a la luz del
concepto de las Cámaras de los
Intercambios, ilustrando su explicación con
referencia a las luchas entre Itzjak e
Ishmael, Iaacov y Esaú y los judíos entre
las naciones, donde está en juego la
supervivencia física y espiritual. Estudiar
esa historia le dará al lector ideas sobre
cómo aplicar la comprensión de las
Cámaras de los Intercambios para
fortalecerse en las vicisitudes de la vida y
emerger victorioso.

27:19 “Pero si aquel que ha


consagrado su campo lo
redime, deberá agregar un
quinto de su valor monetario y
así se volverá suyo”.

Se volverá suyo

Cuando alguien paga por un objeto y


éste entra en su posesión, la transacción
hace que se eleven las chispas sagradas
que están en el objeto. La Torá alude a esa
elevación con las palabras kam lo (“será
suyo”) que significan literalmente “se elevará
hacia él” (Likutey Halajot VIII, p. 8a).

27:33 “No se ha de hacer


distinción entre lo bueno y lo
malo, ni se ha de sustituir: y si
de manera alguna se hace una
sustitución, tanto él como su
sustituto serán consagrados,
no podrán redimirse”.
Sustituciones

El Otro Lado obtiene su fuerza de las


Cámaras de los Intercambios. Dentro de
esas Cámaras, todo está confuso y
mezclado, de modo que “el bien parece mal
y el mal parece bien; la luz parece oscuridad
y la oscuridad parece luz; lo amargo se
presenta como dulce y lo dulce se presenta
como amargo” (cf. Isaías 5:20). La confusión y
la sustitución tienen lugar principalmente en
la mente, en el daat de la persona. Por lo
tanto, decimos en nuestras plegarias
confesionales: “Lo que Tú has hecho
estricto, nosotros lo hemos hecho
indulgente; lo que Tú has hecho indulgente,
nosotros hemos hecho estricto; lo que Tú
prohibiste, nosotros permitimos; lo que Tú
permitiste, nosotros lo prohibimos” (liturgia
Confesional). Para evitar la confusión,
debemos unirnos a la gente
verdaderamente temerosa de Dios (Likutey
Halajot II, p. 144a-288).

No se ha de hacer distinción entre lo


bueno y lo malo, ni se ha de sustituir
Todos los conflictos surgen de las
Cámaras de los Intercambios, donde las
cosas se vuelven tan confusas que un
Tzadik verdadero como Iosef puede ser
“vendido” como un esclavo (Likutey Halajot II,
p. 312).
Glosario

Ajashverosh - el rey persa durante la


historia de Purim

Alef-Bet - el alfabeto hebreo

Ari - un acrónimo para Rabí Itzjak Luria


(1534-1572), erudito judío y fundador del
estudio moderno de la Kabalá

Baal teshuvá (pl. baalei teshuvá) -


literalmente, “maestro del retorno”; el judío
que retorna a Dios y a la práctica religiosa
judía

Biná - comprensión; con mayúscula hace


referencia a una de las Diez Sefirot

Bitul - negación, anulación. En un contexto


místico, se refiere a la anulación total del
ego

Brit - pacto

Brit Milá - pacto de la circuncisión

Cohen - miembro de la clase sacerdotal


judía, descendiente por línea paterna de
Aarón, el hermano de Moshé

Cohen Gadol - Sumo sacerdote

Daat - percepción superior; conocimiento


completo y conciencia de Dios; con
mayúscula hace referencia a una de las
Diez Sefirot

Eruv - un límite halájico hecho alrededor de


una casa o de un barrio, que permite
transportar objetos entre un ámbito privado
y un ámbito público en el Shabat y en las
Festividades

Gueinom - infierno
Guevurá (pl. guevurot) - fuerza, restricción;
con mayúscula hace referencia a una de las
Diez Sefirot

Hagadá - liturgia para el Seder de Pesaj

Halajá - ley judía

Halel - canciones de alabanza y de


agradecimiento, que consiste de los Salmos
113-118, recitadas en Pesaj, Shavuot,
Sukot, Jánuca y Rosh Jodesh, y durante el
Seder de Pesaj

Hamán - el villano de la historia de Purim

Havdalá - lit., "separación"; ceremonia que


marca la conclusión del Shabat

Hitbodedut - literalmente, “reclusión


solitaria”, una forma de plegaria y de
meditación verbal. El Rebe Najmán utilizó el
término para referirse a la práctica diaria en
la cual uno dispone de un tiempo y un lugar
para hablar con Dios

Hod - esplendor; con mayúscula hace


referencia a una de las Diez Sefirot

Iesod - fundamento; con mayúscula hace


referencia a una de las Diez Sefirot

Iom Kipur - el Día de Expiación en el cual


se requiere que todos los judíos varones de
más de 13 años y las mujeres judías de
más de 12 años ayunen desde el atardecer
hasta la aparición de tres estrellas medianas
en la noche siguiente

Jametz - los productos leudados tales como


el pan, las galletas y los fideos, que están
prohibidos en Pesaj

Jánuca - la festividad de ocho días que


conmemora la reinauguración del Templo
siguiendo la victoria de los Macabeos sobre
el imperio griego

Jasidut - movimiento de revitalización judío


fundado en Europa Oriental en el siglo XVIII
por el Rabí Israel ben Eliezer, el Baal Shem
Tov. Una de sus enseñanzas esenciales es
que la presencia de Dios llena todo nuestro
entorno, y uno debe servir a Dios con cada
palabra y cada acción

Jesed - bondad. Con mayúscula hace


referencia a una de las Sefirot

Jojmá - sabiduría. Con mayúscula hace


referencia a una de las Sefirot

Jumash - los Cinco Libros de Moisés

Kabalá - sabiduría mística judía

Karpás - vegetales, tal como apio o perejil


que se sumergen en agua salada y se
comen durante el Seder de Pesaj

Keter- corona; la más elevada de las Diez


Sefirot. Con mayúscula hace referencia a
una de las Diez Sefirot

Kidush - literalmente, “santificación”, la


ceremonia de recitar la bendición sobre el
vino al comienzo del Shabat y de las
comidas festivas

Klipá (pl. klipot) - literalmente, “cáscara”; en


el pensamiento Kabalista, una fuerza
impura que rodea y oculta las chispas de
santidad (los diferentes aspectos de la
santidad y de la vitalidad espiritual presentes
en la creación)
Maljut - reinado; con mayúscula hace
referencia a la más baja de las Diez Sefirot

Maná - el alimento Celestial que cayó para


los judíos durante su estadía de cuarenta
años en el desierto, tal cual está descrito en
Éxodo 16:13-36

Mashíaj - el Mesías judío, descendiente del


rey David

Matzá - pan ácimo, sin levadura, consumido


en Pesaj

Mezuzá (pl. mezuzot) - pequeño pergamino


que contiene los versículos de
Deuteronomio 6:4-9 y 11:13-21, que se
coloca en el marco de las puertas del hogar
judío

Midrash - enseñanzas homiléticas rabínicas

Mikve - pileta de agua especial utilizada


para la purificación ritual

Midot - características o atributos; otro


nombre para las siete Sefirot inferiores:
Jesed, Guevurá, Tiferet, Netzaj, Hod, Iesod
y Maljut

Milá - circunsición

Mitzvá (pl. Mitzvot) - preceptos o


mandamientos de la Torá

Mishná - la redacción de la Torá Oral que


forma la primera parte del Talmud,
compilado por el rabí Iehudá HaNasí, cerca
del 188 E.C.

Mishkán - el Tabernáculo, el santuario


portátil que contenía las Tablas de la Ley,
que viajó con el pueblo judío durante los
cuarenta años que habitaron en el desierto

Mojín - Intelectos; otro nombre para las


Sefirot superiores de Jojmá, Biná y Daat

Musar - lecciones éticas para el crecimiento


personal y espiritual
Netzaj - victoria, eternidad; con mayúscula
hace referencia a una de las Diez Sefirot

Omer - ofrenda de cebada llevada al


Templo en el segundo día de Pesaj,
inaugurando un período de cuarenta y
nueve días llamado la Cuenta del Omer que
conecta las festividades de Pesaj y Shavuot

Or Ein Sof - la Luz Infinita de Dios

Otro Lado - el sistema del mal que se


encuentra en oposición a las fuerzas de
santidad, conocido como el Sitra Ájara en
arameo
Parashá - porción semanal de la lectura de
la Torá

Partzuf - “rostro” en arameo; una de las


cinco constelaciones unitarias de Sefirot,
cada una correspondiente a una sefirá en
particular o a un grupo de sefirot - por
ejemplo, Arij Anpin es el partzuf de Keter,
Aba es el partzuf de Jojmá, etc.

Peiot - lit., "esquina"; usualmente hace


referencia a los cabellos de los costados de
la cabeza que el varón judío tiene prohibido
afeitar por ley de la Torá

Pesaj - festividad bíblica (durante la


primavera) que conmemora el Éxodo de
Egipto

Purim - festividad que conmemora la


salvación del pueblo judío después de haber
sido amenazados por un edicto real en la
antigua Persia

Rashi - un acrónimo de rabí Shlomo Itzjaki


(1040-1110), el comentarista por excelencia
del Tanaj y del Talmud cuyos comentarios
aparecen en todas las ediciones estándar de
esas obras

Rav - literalmente, “maestro”; un rabí o


maestro

Rosh HaShaná - el año nuevo judío


Rosh Jodesh - el primer día de cada mes
hebreo

Sanedrín - la Corte Suprema Judía de


setenta y un Sabios que presidió durante el
período del Segundo Templo hasta el siglo
IV E.C. en la Tierra de Israel

Seder - literalmente, "orden", la comida


festiva realizada durante las dos primeras
noches de Pesaj (sólo la primera noche en
la Tierra de Israel), con un orden prescrito
de rituales y comidas simbólicas que
recuerdan el Éxodo de Egipto

Sefirá (pl. Sefirot) - interfases Divinas


mediante las cuales las bendiciones de Dios
descienden al hombre, y a través de las
cuales el hombre puede elevar sus ofrendas
personales a Dios

Shabat - el sábado judío, que comienza a la


puesta del sol el viernes por la tarde y
termina el sábado a la noche con la
aparición de tres estrellas medianas en el
cielo nocturno

Shavuot - festividad bíblica (al comienzo del


verano) conmemorando la Entrega de la
Torá en el Monte Sinaí

Shemá, Shemá Israel - la declaración de fe


en la unidad de Dios y el compromiso de
cumplir con Sus mandamientos, compuesto
por los versículos de Deuteronomio 6:4-9;
11:13-21 y Números 15:37-41. Recitado
diariamente durante las plegarias de la
mañana y de la noche, y antes de ir a
dormir

Shmone Esere - literalmente, “dieciocho”; la


plegaria silenciosa que es el centro de las
tres plegarias diarias obligatorias. Así
denominada debido a que inicialmente
estaba compuesta por dieciocho
bendiciones; más tarde se le agregó una
bendición adicional

Shmirat HaBrit - guardar el pacto.


Específicamente hace referencia al rito de la
circuncisión y conceptualmente a mantener
la pureza sexual

Shofar - cuerno de carnero, hecho sonar


tradicionalmente durante el servicio de
plegarias de la mañana de Rosh HaShaná

Shuljan Aruj - el Código de Ley Judía,


compilado por el Rabí Iosef Caro (1488-
1575), el punto de referencia de la Halajá
para todos los judíos

Sidur - el libro judío de oraciones

Suká - una estructura techada con ramas,


de tres o cuatro paredes, utilizada como
residencia durante la festividad de Sukot
Sukot - festividad bíblica (en el otoño) que
conmemora el cuidado benevolente del
pueblo judío por parte de Dios durante su
viaje de cuarenta años por el desierto y Su
continua providencia de bendiciones
materiales

Talit - manto de plegaria

Talmud - la Tradición Oral Judía expuesta


por los líderes rabínicos, aproximadamente
entre los años 50 A.E.C y 500 E.C. La
primera parte del Talmud, llamada la
Mishná, fue codificada por el Rabí Iehudá
HaNasí, cerca del año 188 E.C. La segunda
parte, llamada la Guemará, fue editada por
Rab Ashi y Ravina cerca del año 505 E.C.

Tanaj - un acrónimo de Torá, Neviim y


Ketuvim (Torá, Profetas y Escritos),
comprende los veinticuatro libros de la Biblia
hebrea

Targúm - traducción al arameo del Jumash

Tefilín - la mitzvá de usar cajas de cuero


especiales sobre la cabeza y el brazo
durante la plegaria de la mañana (excepto
en Shabat y las festividades); las cajas
mismas, que contienen versículos bíblicos
declarando la Unidad de Dios y los milagros
del Éxodo de Egipto
Tikún - rectificación

Tejelet - una tintura azul especial utilizada


para teñir la vestimenta del Sumo
Sacerdote, los tapices del Tabernáculo y los
cordones de los tzitzit, obtenida de la
sangre de una criatura marina conocida
como jilazon (ver Menajot 44a)

Tiferet - belleza; con mayúscula hace


referencia a una de las Diez Sefirot

Torá - literalmente, “enseñanza”; la Ley


Escrita dada por Dios a Moisés en el monte
Sinaí; en sentido más amplio, todo el
corpus del pensamiento religioso judío
Tzadik (pl. Tzadikim) - persona recta; aquél
que se ha perfeccionado espiritualmente

Tzadik emet - literalmente, “el verdadero


Tzadik”; aquél que se ha purificado
completamente del mal y que se relaciona
con la gente de todos los niveles espirituales
para llevarla hacia su rectificación

Tzimtzum - contracción o retracción; con


mayúscula se refiere a la retracción inicial de
La Luz Infinita de Dios, para crear nuestro
mundo

Tzedaka - caridad

Tzitzit - la mitzvá de atar hebras a las


prendas de cuatro esquinas; la prenda de
cuatro esquinas con las hebras; las hebras
mismas

Urim ve-Tumim - el medio a través del cual


Dios respondía a las preguntas del Cohen
Gadol en el Tabernáculo en el Santo
Templo. De acuerdo a Rashi, los Urim ve-
Tumim eran las inscripciones del Nombre
Inefable de Dios ubicadas dentro de los
pliegues del Pectoral; de acuerdo al
Rambam, eran las piedras mismas del
Pectoral

Zohar - el clásico más grande de la Kabalá,


un comentario místico de la Torá por el Rabí
Shimón bar Iojai, en siglo II E.C

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