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DIPLOMACIA

Las Naciones Unidas es la mayor organización diplomática del mundo.


La diplomacia es una profesión cuyo objetivo es representar y
velar por los intereses de un Estado y de su nación en relación a
otro Estadou organismo internacional.
El concepto agrupa distintas acepciones de acuerdo con el mayor
o menor grado de inclusión de objetivos y prácticas que a través
de ella se desarrollan. La práctica diplomática se remonta hasta la
Grecia clásica, dándose su evolución paulatinamente de acuerdo
con el proporcional incremento de las relaciones internacionales,
proceso que se intensifica en nuestros días. La importancia de la
práctica diplomática radica en la versatilidad de las funciones
desempeñadas por la figura de los embajadores residentes, cuyas
funciones giran en torno a la generación de información fidedigna,
la minimización de las fricciones potenciales y el fomento de las relaciones amistosas entre los Estados soberanos.
La práctica diplomática contemporánea se puede distinguir en cuatro formas: la diplomacia bilateral, la diplomacia ad
hoc, la diplomacia directa y aquella llamada multilateral.

Índice

 1Etimología y evolución histórica del término diplomacia


 2La figura del agente diplomático
 3Tipología de las misiones diplomáticas
o 3.1Diplomacia bilateral
 3.1.1Ante estados
 3.1.2Ante organizaciones internacionales
o 3.2Diplomacia ad hoc
o 3.3Diplomacia directa o de cumbre
 3.3.1En serie
 3.3.2Ad hoc
o 3.4Diplomacia multilateral

Etimología y evolución histórica del término diplomacia


La palabra diplomacia proviene del francés diplomatie, que a su vez derivan del latín diploma y éste del
griego διπλομα (diploma). El término διπλομα se compone del vocablo δίπλο(diplo), que significa doblado en dos, y del
sufijo μα (ma), que hace referencia a un objeto.
Un diploma era un documento oficial, “una carta de recomendación o que otorgaba una licencia o privilegio”, remitida
por la autoridad suprema de una entidad política soberana a las autoridades de otra, para informarles que el poseedor
desempeñaba funciones de representación oficial y para solicitarles ciertos privilegios para el funcionario en la
jurisdicción del destinatario. Dicho documento se caracterizaba por estar doblado, y en algunas ocasiones cosido en
razón de que el contenido era una comunicación privada entre el remitente y el destinatario. El documento se entregaba
doblado, y contenía una recomendación oficial –con ciertos poderes– para aquellos funcionarios que se dirigían a otro
país o provincia de un Imperio. El portador del ‘pliego’ o diploma era ipso facto un diplomático.
En su proceso evolutivo, al pasar por el latín, la palabra diploma fue adquiriendo distintos significados, entre los que se
pueden destacar, “carta doblada en dos partes”, “documento emitido por un magistrado, asegurando al poseedor algún
favor o privilegio”, y “carta de recomendación emitida por el Estado, otorgada a personas que viajaban a las provincias”.
Siglos más tarde, en su tránsito por el francés y el inglés, el término diplomacia amplió su alcance a otras actividades
que guardaban relación con el manejo de documentos oficiales entre soberanos. En Francia, la diplomatie hacía
referencia «a todos los documentos solemnes emitidos por las cancillerías, especialmente aquellos que contenían
acuerdos entre soberanos». El término inglés «diplomatics» se utilizó específicamente en lo relativo a la ciencia de la
autenticación de documentos antiguos y a la conservación de archivos. El «oficio de tratar con archivos y diplomas» fue
conocido entre los gobiernos europeos como res diplomatica o asuntos diplomáticos, un elemento que según Harold
Nicolson, «es aún vital para el funcionamiento de cualquier servicio exterior eficiente».
Hacia finales del siglo XVIII, comenzaron a utilizarse los vocablos diplomatie, en Francia, y diplomacy,
diplomat y diplomatist, en el Reino Unido, en referencia al “manejo de las relaciones y negociaciones entre naciones a
través de oficiales del gobierno”. Desde entonces, en palabras de algunos autores, un diplomático es “una persona
autorizada a negociar en nombre de un Estado”.

La figura del agente diplomático


Un diplomáticoes aquel agente que envía un Estado (acreditante) ante otro Estado (receptor) para desarrollar las
relaciones entre ambos. Las normas de regulación de la actividad fueron, en su mayoría, de origen consuetudinario,
cristalizándose en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961. De acuerdo con este
elemento del derecho internacional público, las funciones del agente diplomático son:
a) Normales

 proteger los intereses del Estado acreditante en el Estado receptor


 fomentar las relaciones amistosas
 ejercer (ciertas) funciones consulares
b) Excepcionales

 representar los intereses de un tercer Estado en el Estado receptor


 representar a un tercer Estado, el cual no posea representación en el Estado que lo recibe
Para la consecución de estos objetivos, los medios de los cuales se sirve son:

 Representar al Estado del cual es originario.


 Negociar con el Estado receptor.
 Informar a su Estado, por todos los medios lícitos.

Tipología de las misiones diplomáticas


Diplomacia bilateral
Ante estados
Eisemberg define las misiones diplomáticas permanentes como el conjunto de la representación del Estado acreditante
en el Estado receptor. La misión permanente es un órgano en el cual se deposita potencialmente toda la representación
del Estado acreditante, comprendiendo todas las funciones, actividades y poderes, por tiempo ilimitado.
Ese "conjunto de representación" se integra con elementos materiales (locales, archivos, documentos, vehículos,
diversos bienes) y con un grupo de personas (los miembros de la misión); así como, por el estatuto jurídico especial
que los regula, que establece los derechos y las obligaciones de la misión y de sus miembros, regulando además la
relación con el Estado acreditante y el receptor.
Las funciones de las misiones diplomáticas permanentes ante los Estados se enuncian (no taxativamente) en el artículo
3 de la Convención de Viena de 1961 y son: la representación del Estado acreditante, la protección de los intereses de
Estado acreditante y de sus nacionales, la negociación, la observación por todos los medios lícitos de las condiciones y
acontecimientos del Estado receptor para luego informar de ella a su Estado y el fomento y desarrollo de las relaciones
amistosas, diplomáticas, económicas, culturales y científicas, etc.
Ante organizaciones internacionales
Doctrinalmente se define a las misiones permanentes ante las organizaciones internacionales como el órgano
encargado de la representación y de la conducción de la actividad diplomática entre un Estado miembro de la
organización, ante ella y en relación con los demás Estados miembros. La misión permanente de observación puede
definirse de igual forma, aunque sus cometidos son más limitados, cuando la acredita un Estado no miembro de la
organización.
Las funciones de las misiones ante las Organizaciones Internacionales se enuncian el artículo 6 de la Convención de
Viena de 1975 y son: la representación del Estado que envía, la negociación, la observación e información, la
protección de sus intereses, así como el enlace con la organización.
Diplomacia ad hoc
El conjunto no es la totalidad y de ahí que puedan coexistir con ellas otras misiones como las especiales cuya
representatividad es otorgada por un tiempo y para un cometido determinados, los que podrán ser más o menos
amplios, limitación que se pactará en el acuerdo en que se dispone su envío y recepción. El artículo 1 de la Convención
de Nueva York de 1969 define a las misiones especiales. Se entenderá por una misión temporal, que tenga carácter
representativo del Estado, enviada por un Estado ante otro Estado con el consentimiento de este último, para tratar con
él asuntos determinados o realizar ante él un cometido determinado.
Las funciones de las misiones diplomáticas especiales acreditadas ante Estados, «serán determinadas por el
consentimiento mutuo del Estado que envía y del Estado receptor». Las actividades de las misiones especiales se
clasifican en: funciones protocolares (rendir homenajes, participar en un cambio de gobierno, asistir a una boda real),
funciones técnicas (coordinar actividades pesqueras, militares, comerciales, etc.), funciones de naturaleza política
(coordinar la acción internacional de los Estados, firmar un tratado de paz, arreglar una alianza) y funciones técnico-
políticas, aquellas de desarrollo técnico pero cuyos resultados posean un marcado contenido y una fuerte repercusión
política (ej. determinación de una frontera). Las delegaciones (misiones especiales en órganos y conferencias), no
tienen fijado a través de ninguna disposición sus funciones. Debe pensarse entonces que las funciones de las
delegaciones ante un Congreso o Conferencia están determinadas por la naturaleza de estos y el motivo de la
convocatoria. Cuando se tratar de una Delegación en un órgano de la organización, sus funciones consisten en
participar de las deliberaciones representando al Estado que envía.
Diplomacia directa o de cumbre
En serie
Aquella a la cual pertenecen las llamadas oficinas temporales o permanentes que los Estados crean para fines
específicos, el envío de funcionarios técnicos para la discusión de asuntos concretos y las llamadas «misiones
especiales».
Ad hoc
Es aquella que se establece entre varios países con el mismo objetivo. Es utilizada para crear convenios comerciales
con varios estados al mismo tiempo
Diplomacia multilateral
La diplomacia multilateral está marcada por dos elementos esenciales: las posiciones que un país toma en cuando a
cierto temas o problemas y el proceso por el que un acuerdo acerca de estas situaciones se alcanza. La relación entre
estos dos elementos es la naturaleza dinámica de las actividades diplomáticas en las Naciones Unidas. Como una
relación de negocios, las transacciones diplomáticas dependen de la confianza entre gobiernos y aún más, entre
embajadores (agentes autorizados) de estos gobiernos. Las relaciones diplomáticas multilaterales entre dos gobiernos
en la arena multilateral engloban todos los aspectos de la actividad humana – la política, la economía, las leyes, la
seguridad social, los valores, la lengua, la cultura, el arte, la religión, etcétera.
La diplomacia multilateral es como una tela de araña, con un país jalando en una dirección y otros más en una dirección
opuesta. Cuando se trata de construir un consenso en un ambiente multilateral, los diplomáticos constantemente tienen
que ajustar el proceso de negociaciones mientras este está en marcha. El proceso demanda, tanto a los gobiernos
como a las Naciones Unidas, a encontrar un punto común entre intereses nacionales que compiten y se contraponen. A
través de la discusión, la negociación y el compromiso, el consenso internacional emerge. Mientras el consenso es el
objetivo fundamental de las Naciones Unidas, la complejidad de los intereses y los puntos de vista hace que sea
extremadamente difícil lograrlo en muchas áreas. La divergencia de las posiciones nacionales son la razón principal por
la que el consenso algunas veces tarda años en lograrse.

¿QUE SON LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS?


Las "Relaciones diplomáticas" se refieren a las actividades que entablan las naciones para construir relaciones
beneficiosas mutuas y de cooperación. Las naciones generalmente mandan diplomáticos y embajadores a tierras
extranjeras para representar sus intereses. Los diplomáticos se convierten en una importante fuente de
información en lo que concierne a las condiciones políticas, culturales y económicas en el país en el que se
encuentran. Las relaciones diplomáticas incluyen las tareas para formar alianzas políticas, económicas y militares.
Los diplomáticos también pueden ser llamados para que expliquen las acciones tomadas por sus gobiernos.

Estableciendo embajadas
Uno de los mayores componentes de las relaciones diplomáticas es establecer embajadas en tierras extranjeras.
En las embajadas están los embajadores, diplomáticos y sus equipos de soporte, más varias oficinas.
Generalmente tienen departamentos que se encargan de los problemas políticos, militares, económicos,
científicos, de agricultura y de entendimiento cultural e intercambio. Generalmente están ubicadas
estratégicamente cerca de los edificios gubernamentales para aumentar la fácil interacción con los líderes
extranjeros. También procesan aplicaciones hechas por los ciudadanos de su país pidiendo pasaportes y visas
para viajar.

Tratados y alianzas
Las embajadas son conducidas por un embajador que maneja un equipo de diplomáticos. Sus deberes incluyen la
discusión de problemas variados con los líderes extranjeros. Los problemas que se discuten cubren tópicos como
el ambiente, lo que concierne a la población, la ciencia y la tecnología, la economía y el desarrollo social, la
cooperación agrícola, la energía nuclear y las leyes que gobiernan la inmigración y los narcóticos. También
median en las relaciones, explican las acciones de sus gobiernos y coordinan las negociaciones. En muchos
casos estas actividades pueden apuntar a, o resultar en, la formación de acuerdos económicos, tratados y
alianzas militares.

Juntando información
Las relaciones sanas y las acciones estratégicas también requieren acceso a la calidad en la inteligencia que
concierne a los países extranjeros con los que una nación se está involucrando. Las relaciones diplomáticas
incluyen en las obligaciones de los embajadores y diplomáticos informar a su gobierno sobre el clima político, las
tendencias y la opinión pública en la nación en la que están. Juntar esta clase de información es un componente
crítico de las relaciones diplomáticas.

Inmunidad diplomática
Las relaciones diplomáticas también incluyen extender la inmunidad diplomática a los embajadores y diplomáticos
extranjeros. Esto simplemente significa que los gobiernos extienden la cortesía de exceptuar a los embajadores
extranjeros y diplomáticos de la jurisdicción de las cortes locales. De acuerdo al Departamento de Estado de los
Estados Unidos, "El propósito de estos privilegios e inmunidades no es beneficiar a los individuos sino asegurar
un eficiente y efectivo desempeño de sus misiones oficiales en nombre de sus gobiernos".

Relaciones Internacionales vrs. Relaciones Diplomáticas


Muchas personas tienen la idea equivocada que relaciones internacionales son lo mismo o equivalen a relaciones
diplomáticas o viceversa, por lo que trataremos de aclarar la diferencia entre ambas disciplinas. Las relaciones
internacionales son los lazos de todo tipo que se establecen entre naciones y hacen referencia a la disciplina
académica que trata sobre el estudio de los asuntos extranjeros y de las grandes cuestiones del Sistema
Internacional en materia política, económica, jurídica y diplomática.
Las relaciones diplomáticas son las relaciones oficiales que dos Estados establecen entre sí y que mantienen por
medio de misiones permanentes, o bien, las relaciones que mantienen entre sí los Estados por intermedio de los
agentes diplomáticos que acreditan unos ante otros. Como vemos, los conceptos anteriores, se suelen restringir a
los aspectos políticos fundamentales que afectan directamente el ejercicio de la soberanía nacional frente a otra
clase de relaciones como las comerciales, económicas, culturales, científicas o de cooperación técnica. Ambas
disciplinas, las relaciones internacionales y las relaciones diplomáticas, residen en el seno del Derecho
Internacional. Las primeras están reguladas por el Sistema de Derecho Internacional de las Naciones Unidas y las
segundas, con una visión de carácter diplomático, inherentes a la esfera del protocolo, son reguladas por la
Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
En conclusión, diremos que la diferencia entre estas dos disciplinas estriba en que las relaciones internacionales
son consideradas una disciplina académica cuyas relaciones son establecidas entre un Estado y otros Estados,
implicando su política exterior. En cambio, las relaciones diplomáticas constituyen el ejercicio del Derecho
Internacional, con un enfoque más de tipo político, canalizado mediante los agentes diplomáticos de un Estado
acreditante ante un Estado receptor.

DIFERENCIA ENTRE LÍMITES Y FRONTERAS


Existe una diferencia entre límites y fronteras, dos términos que se utilizan para demarcar o asignar
el espacio o territorio de país, estados, provincias entre otros; sean estos a nivel nacional o
internacional. Para ello, se utilizan líneas imaginarias o separaciones de agua, picos, y porciones de
tierra. Básicamente, los límites permiten el desarrollo de actividades políticas, y administrativas entre
otras. Mientras que, la frontera limita donde comienza y termina un país para llegar a otro, estos
espacios requieren de resguardo y vigilancia, para evitar la entrada y salida de personas y mercancía
de forma ilegal.
¿Qué es un Límite?
Es una palabra que proviene del vocablo latín ‘limitis’ que significa ‘borde’ o ‘frontera’. Se define como límite a una
línea imaginaria que indica el fin de una superficie, espacio o cuerpo. También, se dice que es la separación que
hay entre dos estados, países, provincias, entre otras; ha sido considerado un accidente geográfico. Además, la
palabra límite se usa para definir o presentar otras situaciones y su uso es aplicable en las matemáticas y
el lenguaje.
Por otra parte, los límites están ligados a la concepción política y administrativa, y están demarcados en porciones
de tierra, aire y agua. Asimismo, el límite no es material pero indica un punto que no puede sobrepasarse.
Entonces, indican cuales son los vecinos de un espacio geográfico, por cada uno de sus puntos cardinales: norte,
sur, este y oeste. Por ejemplo: España limita al norte con Francia, Andorra y el mar Cantábrico; limita al sur con el
mar Mediterráneo, el océano Atlántico, el mar de Alborán y Gibraltar (Reino Unido); limita al este con el mar
Mediterráneo (mar de Cerdeña y mar Balear) y limita al oeste con Portugal y el océano Atlántico.

¿Qué es una Frontera?


Se otorga el nombre de frontera a una línea convencional que marca dónde termina un Estado y dónde comienza
otro. Todo gobierno tiene la autoridad dentro de los límites de su frontera, con lo que marca su soberanía. Las
fronteras pueden ser fluviales, marítimas, lacustres y las aéreas; estos espacios los deben respetar
los países vecinos. Además, están las fronteras naturales, económicas yculturales.
Así pues, las fronteras son vigiladas y custodiadas, para evitar la entrada de personas y artículos de forma ilegal y
para demarcarlas se utilizan ríos, picos, montañas, mar entre otros. Por ello, es necesario aclarar que la frontera,
es el punto concreto que separa a dos países, o espacios internacionales. Vale resaltar que, a través de las
fronteras se puede ingresar o egresar de un país distinto al de la persona. Finalmente, para hacerlo se debe
presentar la documentación personal que puedan exigir las autoridades de cada país como pasaporte y otros. Por
ejemplo: España tiene frontera con 5 países: Andorra, Portugal, Marruecos, Francia y Gibraltar (Reino Unido).

Diferencia entre Límites y Fronteras

Límites Fronteras

Es una línea imaginaria que indica el fin de Es territorial y tangible, divide dos países o los espacios
algo. internacionales.

Tiene uso en las matemáticas. Es netamente geográfico.

Están vigiladas y custodiadas por las autoridades militares


No necesitan ser resguardados. de un país.

Se necesitan documentos para salir y entrar de manera


Indica un punto que no puede sobrepasarse. legal.

Indican quienes son los vecinos de un


espacio a través de los puntos cardinales:
norte, sur, este y oeste. Separa un país de otro.

TRATADO INTERNACIONAL
Del latín tractatus, un tratado es el cierre o la finalización de una negociación o disputa, tras haberse debatido y
alcanzado un acuerdo. La noción de tratado se utiliza para nombrar a la documentación que registra dicha
conclusión y, en un sentido más amplio, al texto o manual sobre un cierto asunto.

Un tratado internacional es una especie de convenio entre dos o más naciones, o entre un estado y un organismo
internacional, en donde los involucrados adquieren un compromiso, para cumplir con determinadas obligaciones.
Lo más usual es que estos tratados se celebren entre naciones, siendo estos regulados por la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969. Sin embargo, también se pueden dar entre una nación y
un organismo internacional, en este caso, la regulación está a cargo de la Convención de Viena Sobre el Derecho
de los Tratados celebrados entre Estados y Organizaciones internacionales o entre Organizaciones
Internacionales de 1986.
Estos acuerdos ayudan a facilitar todo tipo de relaciones entre las naciones: económicas, políticas, sociales,
culturales, militares, etc. Gracias a estos convenios se favorecen recíprocamente, formando vínculos que a la
final, beneficiaran a los firmantes y por ende a los habitantes de cada nación. Los más usuales son los que
guardan relación con la economía, refiriéndose con esto a la importación y exportación de toda clase de
mercancía.
En la actualidad, los tratados más importantes son los relacionados con la colaboración entre países en
desarrollo, es decir entre los países del tercer mundo y los emergentes. Los países que cuentan con suficientes
recursos tienen más conciencia en la importancia de invertir en estos países, ya que es una buena forma de
incursionar en nuevos mercados, y a su vez contribuir con esa nación para que pueda evolucionar con el tiempo.
Algunas de las causas por las cuales los países con más recursos ayudan a los de menos, es por las guerras, por
la carencia de recursos naturales, por la pobreza, entre otras.
En cuanto a los requisitos que deben cumplir los implicados en dichos tratados son: a) deben poseer capacidad
jurídica, b) deben tener voluntad, c) debe existir objeto y causa, d) se deben cumplir con las formalidades y
protocolos correspondientes. Entre los diferentes tipos de tratados están: Los comerciales, humanitarios,
culturales, políticos, sobre los derechos humanos, entre otros. Dependiendo del tipo de obligaciones se pueden
distinguir entre los tratados-ley y los tratados-contrato. Por su duración, están los de duración definida y los de
duración indefinida. Según su manera de concluir, están los concluidos de forma solemne y los concluidos de
forma simplificada.

Tratado internacional es un término que designa los acuerdos jurídicos entre diferentes Estados o entre un Estado
y un organismo internacional.
Estos acuerdos establecen compromisos de parte y parte que, en principio, facilitan las relaciones bilaterales entre
naciones, sea a nivel económico, político, cultural o científico, etc.
Los tratados internacionales se rigen por las normativas jurídicas del derecho internacional. Normalmente se
hacen por escrito, aunque pueden hacerse verbalmente. Aquellos tratados que se establecen por escrito son
controlados por la Convención de Viena.
Para que un tratado internacional pueda efectuarse, es necesario que los participantes cumplan con un conjunto
de condiciones, entre las que se pueden señalar:

 Capacidad jurídica: las entidades deben tener legitimidad para garantizar el cumplimiento de los
compromisos.
 Voluntad expresa de los países involucrados.
 Justificación del tratado en términos de objeto y causa.
 Cumplimiento del protocolo establecido (negociación, adopción del texto, autenticación, prestación del
consentimiento y demás fases y tareas).
 Quedan por fuera de esta definición los acuerdos entre Estados y empresas públicas de un Estado, debido
a que dichas empresas se rigen por el derecho internacional privado.
Tipos de tratados internacionales
Existen diferentes tipos de tratados internacionales, definidos según su naturaleza. A saber:

 De acuerdo al tipo de organizaciones que participan: Estados u organismos internacionales.


 De acuerdo a su materia o asunto: tratados humanitarios, tratados políticos, tratados culturales, etc.
 De acuerdo a la duración: tratados de tiempo determinado o indeterminado.
 De acuerdo a la participación en las negociaciones: tratados abiertos y cerrados.
 De acuerdo al tipo de obligaciones: tratados ley y tratados contrato.
 De acuerdo al tipo de conclusión: conclusión solemne y conclusión simplificada.

Tratados internacionales vigentes


Algunos de los tratados internacionales vigentes más conocidos son:

 Carta de la Organización de los Estados Americanos,


 Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la Gestión Pública,
 Concesión de los Derechos Políticos a la Mujer,
 Convención Interamericana,
 Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José,
 Declaración Universal de los Derechos Humanos,
 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
 TPP, TPP-11 o CPTPP.
Todos ellos se rigen por el Derecho Internacional a través de los Tribunales internacionales de Justicia.

Geopolítica

Las relaciones políticas entre los países pueden compararse con las estrategias
de una partida de ajedrez.

La geopolítica es el estudio de los efectos de la geografía humana y


la geografía física sobre la política y las relaciones internacionales. La
geopolítica es un método de estudio de la política exterior para entender,
explicar y predecir el comportamiento político internacional a través de
variables geográficas.1 Es una ciencia que se ocupa del estudio de la
causalidad espacial de los sucesos políticos y de los próximos o futuros
efectos de los mismos. Se nutre especialmente de otras disciplinas de envergadura tales como la historia, las
relaciones internacionales, la geografía política, la ciencia política, sociología y antropología. Realiza el estudio del
medio ambiente, de acuerdo a sus características económicas, culturales y recursos de un estado.
La geopolítica se centra en el poder político en relación con el espacio geográfico. En particular, las aguas territoriales y
el territorio terrestre en correlación con la historia diplomática. Académicamente, la Geopolítica analiza la historia y las
ciencias sociales con referencia a la geografía y la política. Fuera de la academia, el pronóstico geopolítico es ofrecido
por una variedad de grupos, incluyendo grupos sin fines de lucro, así como por las instituciones privadas con fines de
lucro (tales como empresas de consultoría). La "geopolítica crítica" reconstruye las teorías geopolíticas clásicas,
mostrando sus funciones políticas e ideológicas para las grandes potencias durante y después de la era del
imperialismo.
El término se ha utilizado para describir un amplio espectro de ideas, desde "un sinónimo de relaciones internacionales,
fenómenos sociales, políticos e históricos".

Índice

 1Inicios y evolución histórica


 2Aporte de las escuelas geopolíticas latinoamericanas
 3Empleo de la geopolítica en el desarrollo y expansión de empresas
 4La geopolítica y sus características
Inicios y evolución histórica
La geopolítica es una disciplina que fundó el geógrafo de origen sueco Rudolf Kjellén. En 1900, con su
libro Introducción a la geografía sueca, expuso los rudimentos básicos de la misma. En 1916 produjo su libro más
importante: El Estado como forma de vida (Staten som livsform), donde se utilizó por vez primera el término geopolítica.
Los principios de dicha ciencia en el pensamiento geoestratégico habían sido tratados por el
también geógrafo alemán Friedrich Ratzel. Según éste, los Estados tienen muchas de las características de los
organismos vivientes. También introdujo la idea de que un Estado tenía que crecer, extender o morirse dentro de
"fronteras vivientes"; por ello, tales fronteras son dinámicas y sujetas al cambio. En su obra Politische Geographie,
escribió las "Leyes del crecimiento de los Estados".
A principios del siglo XX, varios geógrafos anglosajones ampliaron las reflexiones de Ratzel a problemas militares y
estratégicos.
Así, geógrafos como el almirante estadounidense Alfred Thayer Mahan postulaban la importancia estratégica del
dominio naval como clave para la dominación mundial ("Quien domine el mar domina el comercio mundial; quien
domine el comercio mundial domina el mundo"); dichos preceptos se hallan contenidos en su obra The Influence of Sea
Power upon History, 1660-1783, y se le considera una de las obras más influyentes sobre dicha temática. Hoy en día,
es conocida como la teoría del poder naval.
Otro geógrafo que también contribuyó al desarrollo de la geopolítica fue Halford John Mackinder, quien en 1904, frente
a la Real Sociedad Geográfica desarrolló su tesis denominada El pivote geográfico de la historia,4 de la cual se
desprendió la teoría del Heartland ("corazón continental") o "área pivote" (actualmente el territorio de Rusia y de las
antiguas Repúblicas Soviéticas), en la que explica que el control de las grandes zonas continentales facilitaría el
dominio del mundo. Un excelente ejemplo de la aplicación de estas teorías geopolíticas sobre todo de los autores
estadounidenses es la compra de los territorios donde ahora se encuentra el extenso estado de Alaska, el cual en su
momento fue comprado por los Estados Unidos de Norteamérica al Imperio ruso, y que ha contribuido a mantener a los
estados asiáticos bajo control con respecto a Canadá y en general, a la parte norte del continente americano.
La geopolítica tuvo gran interés en la Alemania de principios del siglo XX y alcanzó una gran difusión durante
el nazismo. El alemán Karl Haushofer modernizó la geografía política, utilizándola como instrumento que justificaba la
expansión territorial de Alemania durante el Tercer Reich y desarrollando las teorías de Ratzel del espacio
vital (Lebensraum). De todas formas, existen ciertas actuaciones del régimen nazi que no se corresponden con las
teorías de Ratzel y Haushofer, como la cesión del Tirol del Sur a los italianos, zona poblada en su mayoría población
germana.[cita requerida]
Países como Rusia, China y Japón dieron también gran importancia a esta ciencia durante los años 1930 y 1940 como
camino para alcanzar un poder global. La utilización propagandística de la geopolítica acarreó, tras la derrota alemana,
su descrédito, olvido y proscripción, sobre todo en el ámbito académico. No obstante, otras personas, como militares o
diplomáticos, siguieron interesándose por esta rama de la geografía.
A partir de la década de 1970, la geopolítica reapareció con una "nueva corriente": la geopolítica crítica. Actualmente
hay varias corrientes de pensamiento geopolítico; sin embargo, las que dan origen a la denominada geopolítica
crítica son dos, principalmente. La primera de ellas es la escuela francesa encabezada por Yves Lacoste, quien en las
décadas de 1970 y 1980 publicó su obra La geografía: un arma para la guerra, en la que describió, de manera breve, lo
acontecido durante la Guerra Fría (principalmente, la guerra de Vietnam); también dirigió la revista Hérodote, que
comenzó a publicarse en los años setenta.
La otra escuela es la corriente inglesa en la que la primera mención y estudio lo realizó Peter Taylor, en su
obra Geografía política: economía-mundo, Estado-Nación y localidad, donde el autor habla brevemente de lo que se ha
venido estudiando como geopolítica crítica. Menciona que son los geógrafos políticos los que están examinando de
manera formal y práctica su estudio.
Otra de las distinciones principales de la geopolítica crítica y, de los geógrafos políticos es que “…desconfían de todo
marco teórico general que ordene el conocimiento, incluido el análisis de los sistemas-mundo […]. Ellos no consideran
que sus investigaciones creen una nueva escuela de pensamiento, sino que constituyen una constelación flexible de
ideas, parasitarias de otras creaciones del conocimiento puesto que realizan intervenciones tácticas en la obra de otros
en lugar de permitirse algún tipo de reflexión estratégica general propia”
El interés en esta disciplina ha vuelto a crecer actualmente al amparo de las tensiones internacionales surgidas en todo
el orbe; conceptos como sistemas-mundo, desarrollismo, Economía-mundo, centro-periferia, semiperiferia, poder, clase,
Estado-nación, localidad, códigos geopolíticos, imperialismos, decolonización, imaginaciones geopolíticas, Estados
territoriales y Globalización son términos geopolíticos comúnmente utilizados por esta corriente de pensamiento.
Actualmente, algunos de los autores más destacados de esta corriente de pensamiento son: Yves Lacoste, Peter
Taylor, Colin Flint, John Agnew, Christopher Chase-Dunn, Michael Hardt, David Harvey, Antonio Negri, Immanuel
Wallerstein y Heriberto Cairo Carou, entre otros.
Otros importantes aportes durante la segunda mitad del siglo XX fueron los de Alexander Seversky (1894-1974), quien
codiseño el avión de combate Republic P-47 Thunderbolt, principal avión de los Estados Unidos a partir de 1942, quien
en su obra Poder aéreo: clave para la sobrevivencia sostuvo que, por su eficiencia y rapidez, el poder aéreo tiene
mayor importancia que el terrestre y el marítimo, y enunció su máxima: "quien logre la supremacía aérea obtendrá el
poder global".
Asimismo y en las misma época, Nicholas Spykman, considerado uno de los pensadores geopolíticos más importantes
del siglo XX, postuló en su obra "Estados Unidos frente al Mundo“ (1942), que "quien logre el control de las áreas
periféricas o Rimland del continente Euroasiático gobernaría Eurasia". Desarrolló las ideas de Mackinder, aunque
contrapuso las propias y es considerado el ideólogo de la contención durante la guerra fría, y de la proyección del poder
nacional norteamericano, incluso en el siglo XXI.

Aporte de las escuelas geopolíticas latinoamericanas


A partir de eso es muy importante saber que también la geopolítica tuvo mucho que ver con la primera guerra mundial y
la segunda.
También debe mencionarse el aporte de las escuelas geopolíticas brasileña, argentina y chilena que durante el periodo
1956 - 1972 desarrollaron la geopolítica bajo el enfoque de la expansión de las fronteras interiores, que reconoce que
condiciones geográficas, políticas, sociales e históricas dentro del espacio geográfico de los Estados, pueden limitar el
desarrollo de regiones e incluso aislar estas del Heartland de la nación.7 Lo que requiere estrategias que consoliden el
Estado internamente ya sea con obras de infraestructura o con una división política que articule polos de desarrollo
regional con zonas periféricas históricamente aisladas.
Bajo la influencia del enfoque geopolítico de expansión de las fronteras interiores, Chile pasó de una división política de
provincias (basada en factores históricos) a una de regiones(basada en factores geográficos, económicos, históricos y
sociales), por este motivo también se construyó la carretera Austral que incorporó esta región a los polos de desarrollo
del Estado chileno. En otras palabras, este enfoque geopolítico considera que antes de pensar en la expansión exterior
de un Estado, este debe estar cohesionado en su interior.

Empleo de la geopolítica en el desarrollo y expansión de empresas


Tampoco se puede olvidar una nueva vertiente: la del desarrollo de compañías grandes u organizaciones
multinacionales de gran poder económico y político (algunas similares a muchos estados), que fomentan estrategias
territoriales cercanas al estudio de la geopolítica macroeconómica. Para el experto en geopolítica Bernabé Gutiérrez, la
geopolítica empresarial es "la disciplina que estudia sistemáticamente los factores, relaciones y tendencias macro
políticas, analizando cómo afectan a países, compañías y mercados".
En su enfoque de expansión externa, la geopolítica favorece el diseño de estrategias de expansión económica y
crecimiento organizacional muy útiles sobre todo para aquellas empresas multinacionales cuyos productos y servicios
se distribuyen en diversos territorios, bajo la presión competitiva de otras compañías que disputan los mismos territorios
o segmentos del mercado.
Mientras que, en su enfoque de expansión de las fronteras interiores, esta ciencia contribuye al análisis y estudio de
mercados nacionales y al diseño coherente de una estrategia de expansión física y/o de la red de distribución de los
productos y servicios ofertados por empresas con presencia a nivel nacional.

La geopolítica y sus características


El estudio de estos aspectos tiene como ciencia a la geopolítica que, como su nombre lo indica, es la combinación del
estudio del entorno geográfico de una ciudad, región o nación determinados con el análisis de los factores políticos que
han intervenido desde su fundación hasta estos días, contando como ciencia complementaria a la historia, que
contribuye a entender de mejor manera el pasado y el presente de una comunidad, con lo que se determina una teoría
de cómo será su futuro.
El análisis de los distintos Estados y naciones no solo debe medirse en torno a sus relaciones exteriores, sino que esta
ciencia se enfoca inclusive en los factores endógenos presentes en un país, analizando cada una de sus provincias y
ciudades en particular, y su interacción con sus pares dentro del territorio de un Estado constituido, tomando distintos
campos de estudio que van desde su desarrollo hasta su historia política.
Estado
El frontispicio del Leviatán de Thomas Hobbes
Un Estado es una organización política constituida por instituciones
burocráticas estables, a través de las cuales ejerce el monopolio del uso de la
fuerza (soberanía) aplicada a una población dentro de unos límites
territoriales establecidos.
Muchas sociedades humanas han sido gobernadas por estados durante
milenios, sin embargo, la mayoría de las personas en la prehistoria vivían
en sociedades sin estado. Los primeros estados surgieron hace unos
5500 años junto con el rápido crecimiento de las ciudades, la invención de la
escritura y la codificación de nuevas formas de religión. Con el tiempo, se
desarrolló una variedad de formas diferentes, empleando una variedad de
justificaciones para su existencia (como el derecho divino, la teoría
del contrato social, etc.). Hoy, sin embargo, el estado-nación moderno es la
forma predominante de estado a la que están sometidas las personas.
La palabra Estado viene del latín status, y este del verbo stare (estar parado).
De ahí pasó a significar a algo parado, detenido, como en statu quo. El
verbo stare se vincula con una raíz indoeuropea *sta-, que está presente en el
verbo griego ίσταμαι (histamai que se puede traducir como: establecer, poner
en pie, detener, estar en pie).
Como término polisémico, designa también a todo
aquel país soberano, reconocido como tal en el orden internacional, así como
al conjunto de atribuciones y órganos de gobierno de dicho país.
Todo Estado está dotado de territorio, población y soberanía.
Los hablantes de inglés americano a menudo usan los términos estado y gobierno como sinónimos, y ambas palabras
se refieren a un grupo político organizado que ejerce autoridad sobre un territorio en particular.

Índice

 1Definiciones
o 1.1Definiciones de los clásicos
o 1.2Definiciones de tratadistas modernos
 2La violencia en relación con el estado
 3Origen y evolución del concepto de Estado
o 3.1Estado, Nación y Gobierno
 4Formación de los Estados y estatidad
 5Atributos del Estado que lo distinguen de otras instituciones
 6Tipos y formas de Estado
 7Reconocimiento de Estados
 8Crítica al Estado
o 8.1Anarquismo
o 8.2Marxismo
o 8.3Liberalismo
o 8.4Integrismo
 9La razón de Estado

Definiciones
El concepto de Estado difiere según los autores, pero algunos de ellos definen el Estado como el conjunto de
instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad,
teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado.
La definición más comúnmente utilizada es la de Max Weber, en 1919, define Estado moderno como una «asociación
de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio el monopolio
de la violencia legítima como medio de dominación y que, con este fin, ha reunido todos los medios materiales en
manos de sus dirigentes y ha expropiado a todos los seres humanos que antes disponían de ellos por derecho propio,
sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas». Las categorías generales del Estado son instituciones tales
como las fuerzas armadas, burocracias administrativas, los tribunales y la policía, asumiendo pues el Estado las
funciones de defensa, gobernación, justicia, seguridad y otras, como las relaciones exteriores.
Probablemente la definición más clásica de Estado, fue la citada por el jurista alemán Hermann Heller que define al
Estado como una «unidad de dominación, independiente en lo exterior e interior, que actúa de modo continuo, con
medios de poder propios, y claramente delimitado en lo personal y territorial». Además, el autor define que sólo se
puede hablar de Estado como una construcción propia de las monarquías absolutas (ver monarquía absoluta) del siglo
xv, de la Edad Moderna. «No hay Estado en la Edad Antigua», señala el autor. Asimismo, cómo evolución del concepto
se ha desarrollado el "Estado de Derecho" por el que se incluyen dentro de la organización estatal aquellas resultantes
del imperio de la ley y la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) y otras funciones, como la emisión
de moneda propia.
Otra definición comúnmente aceptada del estado es la que se dio en la Convención de Montevideo sobre Derechos y
Deberes de los Estados en 1933. Definió el estado como un espacio que posee lo siguiente: Una población
permanente, un territorio definido y un gobierno que es capaz de mantener control efectivo sobre el territorio
correspondiente y de conducir relaciones internacionales con otros estados.
Confundiendo el problema de definición es que "estado" y "gobierno" a menudo se usan como sinónimos en una
conversación común e incluso en algunos discursos académicos. Según este esquema de definición, los estados son
personas jurídicas de derecho internacional, los gobiernos son organizaciones de personas. La relación entre un
gobierno y su estado es de representación y agencia autorizada.
Definiciones de los clásicos

 Cicerón: Es una multitud de hombres ligados por la comunidad del derecho y de la utilidad para un bienestar
común.
 San Agustín: Es una reunión de hombres dotados de razón y enlazados en virtud de la común participación de las
cosas que aman.
 J. Bodino: Es un conjunto de familias y sus posesiones comunes gobernadas por un poder de mando según la
razón.
 F. C. von Savigny: Es la representación material de un pueblo.
 I. Kant: Es una variedad de hombres bajo leyes jurídicas.
 F. Oppenheimer: Es la institución social impuesta por el grupo victorioso al derrotado, con el propósito de regular su
dominio y de agruparse contra la rebelión interna y los ataques del exterior.
 F. Lasalle: El Estado es la gran asociación de las clases pobres.
 T. Hobbes: Una institución, cuyos actos, por pactos realizados, son asumidos por todos, al objeto de que pueda
utilizarse la fortaleza y medios de la comunidad, como se juzgue oportuno, para asegurar la paz y la defensa
común.
 L. Duguit: Es una corporación de servicios públicos controlada y dirigida por los gobernantes.
 G. W. F. Hegel: El Estado es la conciencia de un pueblo.
 Hegel, 1986: El Estado es la realidad de la idea ética; es el espíritu ético en cuanto voluntad patente, clara por sí
misma, sustancial, que se piensa y se conoce, y que se cumple lo que sabe. En lo ético el Estado tiene su
existencia inmediata; y en la conciencia de sí del individuo, en su conocer y actividad tienen su existencia mediata,
y esta conciencia de sí, por medio de los sentimientos, tiene su libertad sustancial en los fines y resultados de su
actividad.
 H. Grocio:La asociación perfecta de hombres libres unidos para gozar de sus derechos y para la utilidad común. Es
la asociación política soberana que dispone de un territoriopropio, con una organización específica y un supremo
poder facultado para crear el derecho positivo.
 Karl Marx: El Estado no es el reino de la razón, sino de la fuerza; no es el reino del bien común, sino del interés
parcial; no tiene como fin el bienestar de todos, sino de los que detentan el poder; no es la salida del estado de
naturaleza, sino su continuación bajo otra forma. Antes al contrario, la salida del estado de naturaleza coincidirá con
el fin del Estado. De aquí la tendencia a considerar todo Estado como una dictadura y a calificar como relevante
solo el problema de quién gobierna (burguesía o proletariado) y no solo el como. [cita requerida]
Definiciones de tratadistas modernos

 Jellinek: Es una asociación de hombres sedentarios dotada de un poder organizado de mando originario.
 Bluntschli: Es la personificación de un pueblo.
 Spengler: El estado es la historia considerada sin movimiento. La historia es el Estado pensado en el
movimiento de influencia.
 Kelsen: El Estado es el ámbito de aplicación del derecho.
o El Estado es el derecho como actividad normativa.
o El derecho es el Estado como una actividad normada.
o "En el Estado alcanza su personalidad jurídica."
 Carré de Malberg: Es la comunidad política con un territorio propio y que dispone de una organización.
o Es la comunidad de hombres sobre un territorio propio y organizados en una potestad superior de
acción y coerción.
 Adolfo Posada: Son los grupos sociales territoriales con poder suficiente para mantenerse independientes.
 Herman Heller: El Estado es la conexión de los quehaceres sociales. El poder del Estado es la unidad de acción
organizada en el interior y el exterior. La soberanía es el poder de ordenación territorial exclusiva y suprema.
 Herman Heller: El Estado es la organización política soberana de dominación territorial. Es la conexión de los
poderes sociales.
 Groppali: Es la agrupación de un pueblo que vive permanentemente en un territorio con un poder de mando
supremo representado en el gobierno.
 Max Weber: El Estado es la coacción legítima y específica. Es la fuerza bruta legitimada como "última ratio",
que mantiene el monopolio de la violencia.
 Ernest Gellner, siguiendo a Max Weber: «El estado es la especialización y concentración del mantenimiento del
orden. El estado es aquella institución o conjunto de instituciones específicamente relacionadas con la
conservación del orden (aunque pueden estar relacionadas con muchas más cosas). El estado existe allí donde
agentes especializados en esta conservación, como la policía y los tribunales, se han separado del resto de la
vida social. Ellos son el estado».
 Definición ahistórica: Estado es la forma política suprema de un pueblo.

La violencia en relación con el estado


Max Weber escribió su libro La política como vocación que una característica fundamental del Estado es el reclamo del
monopolio de la violencia. Su definición ampliada era que algo es «un» estado «si y en la medida en que su personal
administrativo defiende con éxito un reclamo sobre el 'monopolio del uso legítimo de la fuerza física' en la ejecución de
su orden”. La policía pública y el ejército son sus principales instrumentos, pero también se puede considerar que la
seguridad privada tiene el «derecho» de usar la violencia «siempre que la única fuente de este derecho percibido sea la
sanción estatal».
En última instancia sólo se puede definir el Estado moderno, sociológicamente, partiendo de su medio específico, propio de él, así
como de toda federación política: me refiero a la violencia física. “Todo estado se basa en la fuerza”, dijo Trotski en Brest-Litovsk.
Así es, en efecto. Si sólo existieran estructuras políticas que no aplicasen la fuerza como medio, entonces habría desaparecido el
concepto de “Estado”, dando lugar a lo que solemos llamar “anarquía” en el sentido estricto de la palabra. Por supuesto, la fuerza no
es el único medio del Estado ni su único recurso, no cabe duda, pero sí su medio más específico. En nuestra época, precisamente,
el Estado tiene una estrecha relación con la violencia. Las diversas instituciones del pasado (...) consideraban la violencia como un
medio absolutamente normal. Hoy, en cambio, deberíamos formularlo así: el Estado es aquella comunidad humana que ejerce (con
éxito) el monopolio de la violencia física legítima dentro de un determinado territorio
Max Weber. La política como vocación, pág. 2

La capacidad de un estado a menudo se mide en términos de su capacidad fiscal y legal. Capacidad fiscal significa la
capacidad del estado para recuperar los impuestos para proporcionar bienes públicos, y la capacidad legal que significa
la supremacía del estado como único árbitro de la resolución de conflictos y la ejecución de contratos. Sin algún tipo de
coacción, el estado no podría de otro modo hacer valer su legitimidad en la esfera de influencia deseada. En los
estados tempranos y en desarrollo, este papel lo desempeñaba a menudo el "bandido estacionario" que defendía a los
aldeanos de los bandidos errantes, con la esperanza de que la protección incentivara a los aldeanos a invertir en la
producción económica, con la esperanza de que el bandido estacionario eventualmente pueda usar su poder coercitivo
para expropiar parte de esa riqueza.
En regiones donde la presencia del estado se siente mínimamente, los actores no estatales pueden usar su monopolio
de la violencia para establecer la legitimidad y el orden. Por ejemplo, la mafia siciliana se originó como una banda de
protección que brindaba protección a compradores y vendedores en el mercado negro. Sin este tipo de ejecución, los
participantes en el mercado no tendrían la confianza suficiente para confiar en que sus contrapartes cumplirían con los
contratos vigentes y el mercado colapsaría.
Incluso en los mercados ilícitos y clandestinos (algo parecido a las sociedades sin estado), la violencia se utiliza para
hacer cumplir los contratos en ausencia de una solución de conflicto legal accesible. Charles Tilly continúa esta
comparación para decir que la guerra y la construcción del estado son en realidad las mejores representaciones de lo
que puede convertirse el crimen organizado.
Origen y evolución del concepto de Estado

Maquiavelo introdujo la palabra «Estado» en su obra El Príncipe.

En los Diálogos de Platón, se narra la estructura del Estado ideal, pero


es Maquiavelo quien introdujo la palabra Estado en su célebre obra El Príncipe:
usando el término de la lengua italiana «Stato», evolución de la
palabra «Status» del idioma latín.
Los Estados y soberanías que han tenido y tienen autoridad sobre los hombres, fueron y
son, o repúblicas o principados.
Maquiavelo, El Príncipe.

Si bien puede considerarse que el deseo de mandar es innato, el ser humano ha


civilizado el instinto de dominación, transformándolo en la autoridad. Y ha creado
el Estado para legitimarla.
Las sociedades humanas, desde que se tiene noticia, se han organizado
políticamente. Tal organización puede llamarse Estado, en tanto y en cuanto
corresponde a la agregación de personas y territorio en torno a una autoridad, no
siendo, sin embargo, acertado entender la noción de estado como única y
permanente a través de la historia.
De una manera general, entonces, puede definírsele como la organización en la que confluyen tres elementos, la
autoridad, la población y el territorio. Pero, esta noción ambigua obliga a dejar constancia de que, si bien el Estado ha
existido desde la antigüedad, sólo puede ser definido con precisión teniendo en cuenta el momento histórico.
Del estado de la Antigüedad no es predicable la noción de legitimidad, por cuanto surgía del hecho de que un
determinado jefe (rey, tirano, príncipe) se apoderase de cierto territorio, muchas veces mal determinado, sin importar el
sentimiento de vinculación de la población, generalmente invocando una investidura divina y contando con la lealtad de
jefes y jefezuelos regionales. Así fueron los imperios de la antigüedad, el egipcio y el persa, entre ellos.
La civilización griega aportó una nueva noción de estado. Dado que la forma de organización política que la caracterizó
correspondía a la ciudad, la polis, se acordaba a la población una participación vinculante, más allá del sentimiento
religioso y sin poderes señoriales intermedios. Además, estando cada ciudad dotada de un pequeño territorio, su
defensa concernía a todos los ciudadanos, que se ocupaban de lo que hoy se llama el interés nacional.
En el régimen feudal prevalecieron los vínculos de orden personal, desapareciendo tanto la delimitación estricta del
territorio como la noción de interés general. El poder central era legítimo pero débil y los jefes locales fuertes, al punto
que éstos ejercían atributos propios del príncipe, como administrar justicia, recaudar impuestos, acuñar moneda y
reclutar ejércitos.
Y, finalmente, el estado moderno incorpora a la legitimidad, heredada del feudal, la noción de soberanía, un concepto
revolucionario, tal como señala Jacques Huntzinger,22 quien atribuye el paso histórico de una sociedad desagregada y
desmigajada, pero cimentada en la religión, a una sociedad de estados organizados e independientes unos de otros.
Pero, este estado moderno, surgido de la aspiración de los reyes a desembarazarse de los lazos feudales y de la
jerarquía eclesiástica, el estado – nación, la unión de un poder central, un territorio y una población alrededor del
concepto revolucionario de la soberanía, habría de conocer dos formas, dos definiciones diferentes, la primera, el
estado principesco y la segunda, el estado democrático.
El estado principesco, se caracterizó por el poder personal ejercido uniformemente sobre un territorio estrictamente
delimitado. El príncipe era el soberano, con atribuciones internas y externas. Dentro de su territorio, cobraba impuestos
y producía leyes de carácter general, aplicadas coercitivamente, mediante el monopolio de la fuerza pública.
Internacionalmente, representaba y obligaba a su Estado.
Y el estado democrático, surgido de las revoluciones inglesa, norteamericana y francesa, trasladó la soberanía del
príncipe a la nación. Sus poderes fueron asumidos por organismos surgidos de consultas a la población, mediante
reglas de juego previa y claramente definidas. Y al igual que en las polis griegas, el sentimiento patriótico se desarrolló
y con él los de pertenencia, civismo e interés nacional.
Sea que se practique la democracia o sólo se adhiera verbalmente a ella, el proceso histórico descrito ha llevado a la
extensión del estado - nación como forma política. Los principios desarrollados en Europa y Norteamérica se
propagaron con la descolonización producida durante el siglo XX y así, tal como afirma Huntzinger, se “ha llegado a
universalizar el modelo de estado – nación de tal modo que el planeta, ahora, se encuentra poblado de estados.”
Estado, Nación y Gobierno

 No debe confundirse con el concepto de gobierno, que sería sólo la parte generalmente encargada de llevar a
cabo las funciones del Estado delegando en otras instituciones sus capacidades. El Gobierno también puede ser
considerado como el conjunto de gobernantes que, temporalmente, ejercen cargos durante un período limitado dentro
del conjunto del Estado.

 Tampoco equivale totalmente al concepto, de carácter más ideológico, de "Nación", puesto que se considera
posible la existencia de naciones sin Estado y la posibilidad de que diferentes naciones o nacionalidades se agrupen en
torno a un solo Estado. Comúnmente los Estados forman entes denominados "Estado Nación" que aún en ambos
conceptos, siendo habitual que cada nación posea o reivindique su propio Estado.
Existen distintas formas de organización de un Estado, pudiendo abarcar desde concepciones "centralistas" a las
"federalistas" o las "autonomistas", en las que el Estado permite a las federaciones, regiones o a otras organizaciones
menores al Estado, el ejercicio de competencias que le son propias pero formando un único Estado, (lo que sucede por
ejemplo en Suiza, Alemania, EE. UU.)

Formación de los Estados y estatidad

El Capitolio de los Estados Unidos.

No todos los Estados actuales surgieron de la misma manera; tampoco siguieron


de una evolución, un camino inexorable y único. Esto es así porque los Estados
son construcciones históricas de cada sociedad. En algunos casos surgieron
tempranamente, como por ejemplo el Estado Nacional inglés. En otros casos, lo hicieron más tardíamente, como
el Estado Nacional alemán.
Los Estados pueden ser examinados dinámicamente usando el concepto de estatidad, aportado por Oscar Oszlak.
Desde este punto de vista, ellos van adquiriendo con el paso del tiempo ciertos atributos hasta convertirse en
organizaciones que cumplen la definición de Estado.
Estas características de estatidad enunciadas en un orden arbitrario, en el sentido de que cada Estado puede adquirir
estas características no necesariamente en la secuencia indicada, son las siguientes:

 Capacidad de externalizar su poder: es decir, obtener el reconocimiento de otros Estados.


 Capacidad de institucionalizar su autoridad: significa la creación de organismos para imponer la coerción, como
por ejemplo, las fuerzas armadas, escuelas y tribunales.
 Capacidad de diferenciar su control: esto es, contar con un conjunto de instituciones profesionalizadas para
aplicaciones específicas, entre las que son importantes aquellas que permiten la recaudación de impuestos y otros
recursos de forma controlada.
 Capacidad de internalizar una identidad colectiva: creando símbolos generadores de pertenencia e
identificación común, diferenciándola de aquella de otro Estado, por ejemplo, teniendo himno y bandera propia.
Así, todos los territorios atraviesan un largo proceso hasta alcanzar esa calidad de Estado pleno. Que solo será tal en la
medida que ese Estado haya logrado con éxito todos estos requisitos. Requisitos que son mínimos y necesarios para
hablar de un verdadero Estado Nacional.
Todo esto hace que el Estado sea una de las más importantes formas de organización social en el mundo. Ya que en
cada país y en gran parte de las sociedades se postula la existencia real o ficticia de un Estado, aunque la creación de
entes supra-estatales como la Unión Europea, ha modificado el concepto tradicional de Estado, pues este delega gran
parte de sus competencias esenciales en las superiores instancias europeas (económicas, fiscales, legislativas,
defensa, diplomacia, ...) mermándose así la soberanía original de los Estados.
Otros grupos sociales que se consideran en la actualidad como Estados no son tales por tener tan mermadas sus
capacidades y funciones en favor de otras formas de organización social.

Atributos del Estado que lo distinguen de otras instituciones


 Funcionarios estables y Burocracia : vital para su funcionamiento administrativo y manejo eficaz de su
nación. Es necesario que exista un cuerpo de funcionarios que esté abocado de lleno a la tarea.
 Monopolio fiscal: es necesario que posea el completo control de las rentas, impuestos y demás ingresos, para
su sustento. Utiliza su Burocracia para este fin.

 Ejército permanente: precisa de una institución armada que lo proteja ante amenaza extranjera, interna y se
dedique a formar defensa para él.

 Monopolio de la fuerza legal: para poder ser un estado es necesario que estados modernos y
contemporáneos desarrollen el uso exclusivo y legítimo de la fuerza para poder asegurar el orden interno. Es por esto
que el Poder Legislativo crea leyes que son obligatorias, el Poder Ejecutivo controla con el uso de mecanismos
coactivos su cumplimiento y Poder Judicial las aplica y ejecuta con el uso de la fuerza, que es legítimo.
El Poder muestra dos facetas distintas aquí en sentido estricto y legitimo en la otra cara. En el primero es conocido
como Poder estricto cuando es aludido en el sentido de fuerza coactiva, o sea aplicación pura de la fuerza. Mientras
que en el segundo se lo concibe cuando es fruto del reconocimiento de los dominados. De este modo el pueblo
reconoce como autoridad a una institución por excelencia y le delega su poder.

 Soberanía: facultad de ser reconocido como la institución de mayor prestigio y poder en un territorio
determinado. Hoy en día también se habla de soberanía en el ámbito externo, es decir internacional, quedando esta
limitada al Derecho Internacional, organismos internacionales y al reconocimiento de los Estados del mundo

 Territorio: Determina el límite geográfico sobre el cual se desenvuelve el Estado. Es uno de los factores que lo
distingue de Nación. Este debe estar delimitado claramente. Actualmente el concepto no engloba una porción de tierra,
sino que alcanza a mares, ríos, lagos, espacios aéreos, etc.

 Población: es la sociedad sobre el cual se ejerce dicho poder compuesto de instituciones, que no son otra cosa
que el mismo estado que está presente en muchos aspectos de la vida social.

Tipos y formas de Estado


Una primera y clásica clasificación de los Estados hace referencia a la centralización y descentralización del Poder,
diferenciándose entre Estados unitarios y Estados de estructura compleja, siendo estos últimos, generalmente,
las federaciones y las confederaciones, así como otros tipos intermedios.
El Derecho Internacional da también otra clasificación de los Estados según su capacidad de obrar en las relaciones
internacionales:

1. Por un lado están los Estados con plena capacidad de obrar, es decir, que puede ejercer todas sus capacidades
como Estado soberano e independiente. En este caso se encuentran casi todos los Estados del Mundo.
2. Por otro lado se encuentran aquellos Estados con limitaciones en su capacidad de obrar por distintas
cuestiones. Así, dentro de esta tipología se puede observar, a su vez, una segunda clasificación de estos:
1. Estados neutrales. Aquellos que se abstienen en participar en conflictos internacionales. Esta neutralidad se ha
ido adaptando en función de:
1. Si posee neutralidad absoluta por disposición constitucional. Es el caso de la Suiza.
También Suecia entre 1807 hasta 1993 mantuvo una neutralidad absoluta en asuntos internacionales.
2. Si es un país neutralizado. Son Estados neutrales respecto de alguien y de algo concreto. Es una neutralidad
impuesta por un tratado internacional, una disposición constitucional o por sanción internacional. Fue el caso de Austria,
que en 1956, tras la retirada de las fuerzas ocupantes de Francia, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas, estas redactaron una constitución donde se dispuso que Austria debía ser neutral
respecto a las cuatro fuerzas firmantes.
2. Estado soberano que renuncia a ejercer sus competencias internacionales. Son Estados dependientes
en materias de relaciones internacionales. Suele ser el caso de microestados que dejan o ceden las relaciones
internacionales a un tercer Estado, bien circundante, bien con las que mantenga buenas relaciones. Es el caso de San
Marino, que encomienda las relaciones internacionales a Italia; de Liechtenstein, que se la cede a Suiza,
o Mónaco a Francia.
3. Estado en Libre Asociación con otro. Es un Estado independiente pero en el que un tercer Estado asume una
parte de sus competencias exteriores, así como otras materias tales como la defensa, la economía o la representación
diplomática y consular. Es el caso de Palaos respecto a Estados Unidos de América.
4. Estados bajo administración fiduciaria. Son una especie de Estado tutelado de una forma parecida a lo que
fueron los Estados bajo mandato, no posibles actualmente, y bajo protectorado. La Sociedad Internacional protege o
asume la tutela de ese Estado como medida cautelar o transitoria en tiempos de crisis. Fue el caso
de Namibia hasta 1998.
5. Estados soberanos no reconocidos internacionalmente. Son Estados soberanos e independientes pero al no ser
reconocidos por ningún otro tienen muy limitada su capacidad de obrar. Puede no ser reconocido bien por una sanción
internacional, bien por presiones de un tercer país (caso de la República de China, no reconocido por evitar
enfrentamientos con la República Popular China, aunque mantiene una gran actividad internacional), bien por
desinterés (caso de Somalilandia). Otro caso referente a esto fueron los bantustanes, únicamente reconocidos por
la República de Sudáfrica y rechazados por el resto de la Comunidad Internacional.

Reconocimiento de Estados
El reconocimiento es un acto discrecional que emana de la predisposición de los sujetos preexistentes. Este acto tiene
efectos jurídicos, siendo considerados ambos sujetos internacionales, el reconocedor y el reconocido, de igual a igual
puesto que se crea un vínculo entre los dos.
Hoy en día la doctrina aceptada para el reconocimiento de los Estados es la doctrina Estrada, pragmática en tanto en
cuanto un sujeto no sea molesto para la sociedad internacional no va a tener dificultad para ser reconocido. Se entiende
que si un sujeto reconoce a otro se va a producir contactos entre ambos, por lo que en el momento que se inician los
trámites para el establecimiento de relaciones diplomáticas se supone que existe un reconocimiento internacional
mutuo. Sin embargo, la ruptura de estas relaciones diplomáticas no supone la pérdida del reconocimiento. Igualmente,
una simple declaración formal también es válida para reconocer a otro Estado pese a no iniciar relaciones diplomáticas.
En el ámbito normativo, hay propuestas que apuntan a necesidad de mayor integración con la creación de un Estado
global, entendido como un marco político planetario con poder coercitivo y capacidad para regular las relaciones
interestatales y los focos de poder extrapolíticos, con capacidad ejecutiva, legislativa y judicial capaz de imponerse a los
Estados nacionales en determinados ámbitos que no pueden ser abordados desde la óptica de la soberanía nacional
(medio ambiente, terrorismo, paraísos fiscales...)

Crítica al Estado

Alegoría de la Paz y la felicidad del Estado. Los clásicos consideraban la paz de un Estado
como la consecuencia lógica de la justícia y el buen gobierno. Obra conservada en
la Biblioteca Museo Víctor Balaguer

El Estado es una de las instituciones que perdura sin una evolución importante en
su estructura y funcionamiento, con excepción de su crecimiento. El Estado
moderno fue creado con la revolución industrial, pero el mundo y la dinámica de la
sociedad ha cambiado mucho desde del siglo XIX. Por ejemplo, mientras
las empresas modernas, que fueron creadas durante la revolución industrial,
cambian ágilmente su dinámica cada vez que el mercado lo demanda, los Estados no cambian sus leyes de la misma
forma como la sociedad lo demande (véase: cálculo económico).
El enfoque crítico difiere además entre el institucionalismo y el clasismo como factor determinante de la naturaleza del
Estado. Algunas concepciones como el anarquismo consideran conveniente la total desaparición de los Estados, en
favor del ejercicio soberano de la libertad individual a través de asociaciones y organizaciones libres. Otras
concepciones aceptan la existencia del Estado, con mayor o menor autoridad o potestad, pero difieren en cuanto cual
debiera ser su forma de organización y el alcance de sus facultades:
Anarquismo
El anarquismo sostiene que el Estado es la estructura de poder que pretende tener el monopolio del uso de la fuerza
sobre un territorio y su población, y que es reconocido como tal por los estados vecinos. Los elementos más aparentes
que señalan el poder del estado son:

 el control de fronteras,
 la recaudación de impuestos,
 la emisión de moneda,
 un cuerpo de policía y un ejército,
 un sistema burocrático administrado por trabajadores funcionarios.
Se le critica la falsa ostentación de la seguridad, defensa, protección social y justicia de la población; ejerciendo en
realidad un gobierno obligatorio y violentando la soberanía individual y la no coacción. Los anarquistas señalan que el
Estado es una institución represora para mantener un orden económico y de poder concreto vinculado al poder público.
Le atribuyen al Estado buena parte de los males que aquejan a la humanidad contemporánea como la pobreza, crisis
económicas, las guerras, la injusticia social, etc.
Unas palabras que identifican plenamente lo que es para los anarquistas el Estado desde la perspectiva de Bakunin,
uno de los teóricos del anarquismo moderno:
“Quien dice ‘Estado’, dice necesariamente ‘Guerra’. El Estado procura (y debe procurar) ser fuerte, más fuerte que sus
vecinos; de lo contrario, será un juguete en manos de ellos. Se ve obligado a debilitar, a empobrecer a los otros
Estados para imponerles su ley, su política, sus tratados comerciales, con objeto de enriquecerse a su costa. La lucha
por la supremacía, que está en la base de la organización económica burguesa, es también la base de su organización
política”.
Marxismo
Por su parte los marxistas afirman que cualquier Estado tiene un carácter de clase, y que no es más que el aparato
armado y administrativo que ejerce los intereses de la clase social dominante. Por tanto aspiran a la conquista del
poder político por parte de la clase trabajadora, la destrucción del Estado burgués y la construcción de un
necesario Estado obrero como paso de transición hacia el socialismo y el comunismo, una sociedad donde a largo
plazo no habrá Estado por haberse superado las contradicciones y luchas entre las clases sociales. Se discute sobre la
viabilidad de la eliminación de las condiciones de la existencia burguesa, supuesto para el paso de la sociedad
enajenada a la comunista.
Liberalismo
Desde el liberalismo se aboga por la reducción del papel del Estado al mínimo necesario (Estado mínimo), desde un
sentido civil para el respeto de las libertades básicas, es decir el Estado debería encargarse de la seguridad (ejército y
policía para garantizar las libertades ciudadanas) y de la justicia (poder judicial independiente del poder político). En
ningún caso el Estado debe servir para ejercer la coacción de quitar a unos individuos para dar a otros, y deben ser los
agentes privados los que regulen el mercado a través del sistema de precios, asignando a cada cosa el valor que
realmente tiene.
Bastiat expuso dos formas posibles de entender el Estado: Un estado que hace mucho pero debe tomar mucho, o bien
un estado que hace poco pero también toma poco de sus ciudadanos. La tercera posibilidad de un estado que hace
mucho por sus ciudadanos pero les pide poco a cambio (tercera vía) es, según Bastiat, una invención de
algunos políticosirresponsables.
Integrismo
Las ideologías integristas defienden la concepción del Estado supeditada a la religión que profesan.

La razón de Estado
Artículo principal: Razón de Estado

En defensa del bien común de la totalidad de la población que engloba el Estado o de la pervivencia del mismo, se
utiliza frecuentemente la llamada razón de Estado, término acuñado por Nicolás Maquiavelo, por la que dicho Estado,
perjudica o afecta de una u otra forma a personas o grupos de personas, en pro del resto de individuos que lo
conforman, generalmente obviando las propias normas legales o morales que lo rigen. Tal es el argumento esgrimido,
por ejemplo, en ciertos asesinatos selectivos o en ciertos casos de terrorismo de Estado.
LOS INICIOS DE LA GEOPOLÍTICA: EL ESTADO COMO ORGANISMO
VIVIENTE
La Geopolítica como ciencia tiene sus inicios a finales del siglo XIX, siendo
fundada por el geógrafo y politólogo sueco Rudolf Kjellén. En 1900 publicó su
primera obra, Introducción a la Geografía Sueca, donde se ven reflejadas las
bases de lo que sería la Geopolítica a través de un estudio geográfico, político
e histórico de su país. Habría que esperar hasta 1916 dónde en su libro, El
Estado como órgano viviente, aparece realmente el término por primera vez y
dónde se describe al Estado “no como una entidad jurídica sino como un
organismo dinámico y en continua transformación para poder competir en la
escena internacional”. Los Imperios de principios del siglo XX, se
transformarían según él en estados nación que para sobrevivir formarían un
bloque o liga de estados bajo la protección de la poderosa Alemania. El
lenguaje utilizado por Kjellén en sus publicaciones. es innovador, combinando
términos de la Geografía, la Política o la Historia con la Biología y la Sociología
y el Naturalismo. Esto queda de manifiesto en una frase de su libro El Estado
como órgano viviente, dónde se personifica (analogía) al Estado como algo vivo, que siente o padece como
los seres humanos: “Los Estados son seres sensibles y razonables, como los hombres”.

Aunque Kjellén ha sido descrito como el fundador de esta ciencia y el primero


en acuñar el término Geopolítica, desde mi punto de vista, el mayor exponente
y padre fundador fue realmente Friedrich Ratzel, del cual Kjellén fue discípulo
durante años. Fundador de la Geografía Humana y la Antropogeografía, Ratzel
estuvo fuertemente influido por el Darwinismo social y por las teorías
deterministas de la época. Estudió las relaciones existentes entre espacio
geográfico y población, y vinculó la historia universal con las leyes naturales
para explicar las actuaciones de los pueblos y los estados. Jugó un papel
importante en la Antropología evolucionista, contraponiéndola a la idea de que
los pueblos necesitan difundir sus rasgos culturales más allá de su ambiente
original y que, a su vez, los contactos con otras poblaciones permiten el
desarrollo de las regiones y no cómo se indicaba en esa época de que todas
las organizaciones sociales se desarrollaban de forma paralela. Este
intercambio entre poblaciones sería el motor del progreso mundial. La frontera
se convierte en un rasgo distintivo de la teoría orgánica del estado, ya que es
un órgano periférico del mismo, que refleja la fuerza y el crecimiento del estado y que no es permanente ya
que la expansión territorial es necesaria para que el estado sea más poderoso. Para Ratzel, sólo los grandes
estados sobrevivirán y competirán por el espacio vital denominado Lebensraum. Consideraba que el estado,
una vez que hubiese superado la fase primitiva, era un organismo y que el territorio (Raum) o espacio vital
(Lebensraum) era aquel necesario para garantizar su supervivencia frente a otros estados a través de la lucha
o la competencia.
Estas ideas impactaron años más tarde, en la década de los treinta, al teórico y militar alemán Karl Haushofer,
quién las utilizó para diseñar el plan imperialista alemán que llevaría a la Segunda Guerra Mundial.
Desgraciadamente la teoría del espacio vital de Ratzel fue manipulada por Haushofer y utilizada como
instrumento para justificar el expansionismo territorial alemán durante el Tercer Reich. Justificó que el
imperialismo era una necesidad biológica del estado para garantizar su supervivencia. La cultura como
elemento conductivo de la expansión espacial o territorial necesaria junto al expansionismo económico y militar
también son rasgos característicos de las teorías de Haushofer.

Dividió el mundo en pan-regiones para explicar el control y el poder de las grandes potencias en áreas de
influencia. La pan-región de América estaría controlada por Estados Unidos, mientras que la pan-región de
Europa y África estarían controladas por Alemania y la pan-región de Asia bajo el dominio japonés. Su
vinculación con los nazis le costó caro y terminó suicidándose poco después de que se terminase la guerra.
La Geopolitik alemana fue desterrada y silenciada durante décadas.
LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS DEL ESTADO PLURINACIONAL A BASE DE LA
DIPLOMACIA DE LOS PUEBLOS
Entendiendo la Diplomacia de los Pueblos
El Estado Plurinacional nos plantea nuevos paradigmas civilizatorios en contraposición a las viejas, obsoletas y
decadentes doctrinas que se reflejaron a través de las tendencias políticas, económicas, financieras, jurídicas,
sociológicas y filosóficas anteriores a la Nueva Constitución Política del Estado. Definitivamente esta constitución otorga
las bases sobre las que se fundamentan diversos desarrollos teóricos y doctrinarios que antes eran simplemente copiados
o adaptados. Los bolivianos entendiendo nuestra propia realidad social dejamos de copiar y empezamos a desarrollar
estos nuevos paradigmas tales como la concepción misma del Estado Plurinacional que rompe toda definición clásica de
Estado, la concepción de economíaplural, la visión de convivencia cosmocéntrica en contraposición a la clásica visión
antropocéntrica, priorizamos la administración de nuestros recursosestratégicos, en sí, recuperamos
la dignidad boliviana y les planteamos a los pueblos del mundo nuevas ideas alternativas, de Bolivia para el mundo.
Uno de estos nuevos paradigmas, muy importante porque constituye nuestro relacionamiento con el resto del mundo, es
La Diplomacia de los Pueblos. Para empezar a desglosar, teorizar e interpretar lo que es y lo que implica la diplomacia de
los pueblos primero se debe recurrir necesariamente a un breve repaso histórico de cómo nace la diplomacia, como se
desarrolla, como se la teorizó, como se la entiende y como se la enseña hasta nuestras días.

Diplomacia Clásica
La diplomacia es quizá una disciplina tan antigua como la misma política, porque esta ultima desarrolla una compleja
serie de estrategias con el fin de conquistar el poder, ejercerlo, mantenerse en el mismo y desarrollar una compleja gama
de acciones para lograr que el desarrollo de las ideas de poder ygobierno se hagan reales y efectivas. A su vez la
diplomacia persigue consolidar objetivos e intereses en el ámbito internacional, las políticas internacionales, en relación
con otros estados u organismos internacionales. La noción más clásica que se tiene de diplomacia es aquella que la
define como: "El arte de la negociación".
Esta diplomacia clásica surge históricamente desde el momento en que los pueblos quisieron negociar. En la antigüedad,
por ejemplo, ejercían la diplomacia los emisarios de los reyes o de los grandes imperios como el egipcio o el imperio
persa que mantenían relaciones con otros pueblos, reyes o imperios. En el siglo XV cuando se empiezan a constituir los
estados nación, en el continente europeo surge una diplomacia quizá más organizada pero incipiente y aun arcaica en lo
que refirió a su institucionalidad. Los primeros albores de la diplomacia oficial surgen en 1815 en Viena con el primer
congreso sobre diplomacia, Austria es el primer estado nación en el cual el diplomático pasa a convertirse en funcionario
público. De este desarrollo histórico surge la diplomacia clásica como instrumento para la consolidación de los objetivos
de la política internacional de cada estado.

Diplomacia contemporánea
En la práctica diplomática contemporánea se pueden distinguir cuatro formas de diplomacia oficial, todas estas formas
practicadas exclusivamente por los sujetos de derecho internacional público que son el presidente, el ministro de
relaciones exteriores (Canciller) y eventualmente un ministro plenipotenciario especialista en el tema que el
Estado desea negociar de forma bilateral o multilateral.
Estas formas de diplomacia son: La diplomacia bilateral que se desarrolla ante estados y ante organismos
internacionales. La diplomacia "ad hoc" cuya delegación o misión es creada exclusivamente para perseguir
un objetivo especifico. La diplomacia directa ejercida por los jefes de estado entre sí y la diplomacia multilateral
practicada por tres o más estados con nuevos campos de acción en la práctica diplomática. Es importante poner
enconocimiento del lector y con el fin de profundizar la investigación: La Convención de Viena sobre Relaciones
Diplomáticas[1]instrumento normativo internacional que fija todas las directrices que deben cumplir los estados para
ejercer sus relaciones diplomáticas. Instrumento que además se ampara en los propósitos y principios de la Carta de las
Naciones Unidas relativos a la igualdad soberana de los estados, al mantenimiento de la paz
mundial, seguridad internacional y desarrollo de las relaciones de amistad entre las naciones.

El proceso de democratización de la diplomacia hacia la diplomacia de los


pueblos
Ahora bien, después de desglosar lo que es la diplomacia clásica y su práctica contemporánea, se identifican aspectos
sumamente arcaicos, que deben ser refutados, re pensados y re definidos buscando la democratización de la diplomacia
con el fin de constituir fundamentos modernos en principios y valores para una nueva diplomacia cercana a la
Diplomacia de los Pueblos.
El primer aspecto clásico de la diplomacia que se sigue enseñando, se sigue reproducido por todos los autores que
teorizan y hacen "doctrina", en mi opinión doctrina clásica arcaica y sin valor real en el contexto social internacional,
de la ciencia de la diplomacia es que: "LA DIPLOMACIA DEBE SER OFICIAL", es decir, practicada única y
exclusivamente por los sujetos de derecho internacional público que son los únicos considerados oficiales.
La Diplomacia de los Pueblos destroza completamente esta máxima ya que se constituye en la forma de
ejercer presión para conseguir las justas reivindicaciones internacionales de un pueblo, ejerce oposición cuestionando y
rechazando las políticas que afectan a los pueblos del mundo como el imperialismo, colonialismo, neo
colonialismo, terrorismo financiero y violación de derechos humanos.
Ejercen la Diplomacia de los Pueblos los movimientos sociales mundiales, que comparten el mismo sentimiento de
rechazo a las malas prácticas políticas internacionales de su propio o de otro gobierno y que comparten a su vez el mismo
sentimiento de reivindicaciones sociales internacionales históricas de los pueblos del mundo. Todo eso de forma no
oficial ya que los movimientos sociales no gozan de personería jurídica internacional, es decir, no son considerados
sujetos de derecho internacional público, no gozan de inviolabilidad y privilegios diplomáticos, ni de todas las
comodidades propias de un agente diplomático. Sin embargo gestionan, organizan y combaten a través de las protestas
que conglomeran a todos los sectores sociales populares y de forma especial a la juventud para exigir y gritarle al mundo
el respeto a la vida, el respeto a los Derechos Humanos, reclamar las justas reivindicaciones históricas de los pueblos,
rechazar las políticas económicas de imposición por parte de organismos internacionales como el fondo monetario
internacional, rechazar las intervenciones militares aprobadas en el consejo de seguridad de ONU, expresar su repudio a
políticas expansionistas y genocidas haciendo política internacional de cambio y rebelión contra la represión de toda
política neoliberal. Todo esto sin ser agentes diplomáticos oficiales.
Nuestra legislación[2]teoriza a la Diplomacia de los Pueblos de la siguiente manera:
I. La Diplomacia de los Pueblos procura entender, dialogar y trabajar para todos, y no para algunos sectores
privilegiados, priorizar los intereses de la nación sobre los intereses de cualquier sector, promover y facilitar no sólo el
relacionamiento entre cancillerías sino también entre pueblos y valorizar el respeto a los Derechos Humanos y
principios de la vida por sobre criterios exclusivos de mercado y capital.
II. El respeto a la Madre Tierra, el principio de la vida y los Derechos Humanos constituyen los fundamentos para las
relaciones entre los pueblos del mundo con soberanía y dignidad.
Diplomacia de los pueblos en práctica
Un ejemplo concreto en la praxis de lo que es la Diplomacia de los pueblos se dio cuando nuestro presidente Evo Morales
asistió a la posesión de la presidenta de Chile Michel Bachelet. ¿Qué fue lo que paso? Nuestro presidente asistió como
dicta todo protocolo internacional a la posesión oficial de la presidenta, expresándole sus felicitaciones, cumpliendo con
todos los formalismos y rigurosidades diplomáticas hasta ese momento nada fuera de lo normal o del estándar
de comportamiento diplomático que se espera de un primer mandatario. Posteriormente nuestro presidente participo de
una multitudinaria reunión con los movimientos sociales chilenos de izquierda que no quisieron quedar al margen de la
visita de un icono mundial de la revolución socialista global como es Evo Morales. Fue en ese momento donde nuestro
presidente realmente ejerció la Diplomacia de los Pueblos al tocar el tema marítimo, los movimientos sociales chilenos
expresaron los más fervientes deseos del pueblo chileno de otorgarle a Bolivia una salida soberana al mar. En el
encuentro el máximo respaldo a la política marítima internacional boliviana por las organizaciones sociales chilenas se
dio con la frase de un joven dirigente chileno que dijo: "Chile (el pueblo chileno) hará todo lo posible, y hasta lo
imposible por devolverle a Bolivia una salida soberana al mar"[3]. E ahí la Diplomacia de los pueblos, al conseguir en
Chile y por los movimientos sociales chilenos pleno respaldo a la política marítima internacional Boliviana pues estos
actores políticos y sociales chilenos que representan al pueblo no son pues agentes diplomáticos oficiales, pero si eligen a
sus representantes y ejercen presión político-social hacia su propio gobierno al identificarse con esta justa reivindicación
de Mar para Bolivia, reivindicación histórica no solamente boliviana sino latinoamericana y mundial.
Otro ejemplo claro de praxis de Diplomacia de los Pueblos se dio con el movimiento social mundial
#todosSomosPalestina[4]El mundo queda horrorizado con la masacre hacia el pueblo palestino en la Franja de Gaza,
masacre imposible de ocultar. ¿Qué es lo que se hace, qué medidas se toman? En todo el mundo se producen protestas
contra el genocidio gestado por el sionismo israelí y en apoyo al pueblo palestino. Otra vez por la sociedad
civilorganizada a través de los distintos movimientos sociales que tampoco son agentes diplomáticos oficiales, pero que
al persistir con las protestas obligaron a los gobiernos de sus propios países a tomar medidas diplomáticas oficiales
contra el genocidio en la Franja de Gaza. Excluyendo las políticas diplomáticas oficiales uruguayas y venezolanas
abordare solamente lo que paso en Bolivia, se determinó solicitar Visa a todos los israelíes que pretendan viajes hacia
nuestro país, medida diplomática oficial que respondió a las protestas nacionales, es decir el pueblo boliviano organizado
en los distintos movimientos sociales demostró y expreso su indignación contra las políticas internacionales genocidas y
expansionistas del estado sionista israelí. Estas protestas nacionales si fueron tomadas en cuenta y si produjeron
decisiones diplomáticas oficiales esa es la Diplomacia de los pueblos. Que el clamor del pueblo respecto a una política
internacional no se quede simplemente en un bonito enunciado de apoyo o rechazo, sino que produzca realmente
posiciones diplomáticas nacionales oficiales. Que el pueblo materializado en los movimientos sociales participe en la
política internacional del estado. Que el pueblo se transforme en un agente diplomático oficial, las decisiones del pueblo
sean decisiones de la política internacional del estado, esa es la Diplomacia que se ejerce por el pueblo, esa es la
Diplomacia de los Pueblos.
Conclusión
Se entiende este nuevo paradigma denominado Diplomacia de los Pueblos como la democratización de las políticas
internacionales mundiales para todos los pueblos del mundo, para todos los actores sociales.
La diplomacia de los Pueblos se distingue de la Diplomacia oficial tradicional por aspectos específicos tales como los
sujetos que la desarrollan ya que la diplomacia oficial solo puede ser ejercida por los sujetos diplomáticos oficiales. O sea
presidente, ministro de relaciones exteriores y ministros plenipotenciarios siendo la misma restrictiva y negando
participación en la política internacional del estado a las mayorías nacionales de gran relevancia social que se expresan a
través de las organizaciones sociales. Produciéndose así la interrelación internacional entre movimientos sociales de uno
y otro país, o varios países a través de las manifestaciones sociales masivas a un gobierno, varios gobiernos propios o
ajenos, e incluso a organizaciones internacionales para ejercer presión y rechazar las políticas internacionales
degeneradas por el neoliberalismo e imperialismo mundiales.
La diplomacia de los pueblos se constituye entonces como el instrumento fundamental que tienen los estados a través de
sus organizaciones sociales (agentes no oficiales de la diplomacia) para ejercer presión hacia otros estados u organismos
internacionales con el objetivo de proyectar, persuadir y consolidar las justas reivindicaciones históricas y sociales de los
pueblos del mundo obligando así a la consolidación de los actos diplomáticos oficiales. Entonces la Diplomacia de los
Pueblos se instituye como garante e instrumento de control social de la propia diplomacia oficial al expresar la voluntad
del pueblo a través de las organizaciones sociales nacionales e internacionales que se involucran en las políticas sociales
internacionales de sus estados o las denuncian de ser estas políticas imperialistas, neocolonialistas, si atentan contra
la naturaleza, el medio ambiente, si violan los derechos humanos en cualquier parte del mundo. El clamor de los pueblos
del mundo es el espíritu del ejercicio de la Diplomacia de los Pueblos como instrumento importantísimo en la política
internacional.

LA DIPLOMACIA INDÍGENA: UN ENFOQUE TRANSDIPLOMÁTICO


INTRODUCCIÓN
La diplomacia indígena -como unidad cognitiva de significado- está conformada por la unión de dos palabras históricamente
limitadas al mundo occidental, aunque transformadas críticamente y reapropiadas en clave reivindicativa. El uso reapropiado
políticamente de indígena o indio para enunciar la subjetividad histórica de lucha contra el colonialismo e imperialismo es
más conocido que la noción de diplomacia, usada con un restringido número de significados que recorta la alteridad histórica
mundial. Es común asociar la historia de la diplomacia a las embajadas, la profesión, la técnica y el protocolo de los Estados
occidentales. Dicha conexión está asociada a la producción teórica de las relaciones internacionales y la diplomacia,
dominada por académicos norteamericanos, europeos y -en menor medida-australianos, preocupados por temáticas que
atañen a los actores hegemónicos de la economía global (Jones, 2006) y que oculta fenómenos históricos transfronterizos
que involucran actores, interacciones y significados periféricos excluidos del relato histórico diplomático, pero que fueron
determinantes en la formación y desarrollo del sistema mundial.

Aunque no es principal objetivo de este artículo desarrollar el debate sobre la limitada concepción de la diplomacia, es
necesario presentar -brevemente- la postura teórico- metodológica que reconstruye la historia de la diplomacia indígena.
Para ello es usada la noción de transdiplomacia, concebida como una herramienta teórica-metodológica que busca investigar
fenómenos diplomáticos desde una perspectiva holística, dinámica, flexible, abierta, crítica, provocativa e hipotética de la
historia1. El enfoque de la transdiplomacia es un enfoque para analizar y comprender la interacción diplomática de pueblos,
naciones, comunidades, grupos y entidades individuales que han dado forma al sistema mundial y que han sido ignorados,
invisibilizados y/o marginados por un marcado eurocentrismo teórico-político de la disciplina.

La transdiplomacia, como veremos adelante, rivaliza con el relato eurocéntrico que ha dado forma a la historia de la
diplomacia, y para ello sugiere una transgresión subversiva de la "historia universal" de las relaciones internacionales. La
palabra diplomacia no debería ser exclusiva de una actividad estatal, sino una práctica humana y transhistórica de alteridad,
que acontece cuando entidades diferentes se encuentran y buscan gestionar la diferencia por medio de normas y
procedimientos constantes o ad hoc.
La transdiplomacia usa el "trans" para evocar las cosmovisiones, conocimientos, experiencias y prácticas diplomáticas que
perviven en la exterioridad relativa del sistema mundial, recordando que los procesos de colonización, neocolonización e
imperialismo no lograron exterminar o eliminar otras formas de gestionar la alteridad y vencer el extrañamiento "original"
de quienes se vieron invadidos y dominados. En ese sentido, la transdiplomacia no pretende ser solamente un enfoque
descriptivo de "novedosos fenómenos" diplomáticos. Piensa el estudio diplomático como provechoso para aportar a los
procesos de resistencia "desde abajo".

Aunque el término "diplomacia" es una arbitrariedad epistémica-disciplinar construida dentro de un relato hegemónico, es
empleada como una reapropiación creativa en clave de equivalente homeomórfico (Panikkar, 1994). Es usada como una
herramienta de correspondencias entre fenómenos que suceden en diferentes culturas y espacio-tiempos, pero sin hacer
simplemente un uso analógico. No se trata de adecuar las múltiples expresiones de la diplomacia con los contenidos y
formas de la diplomacia estatal; cada una tiene sus especificidades. La diplomacia, como se entiende aquí, resulta funcional
para develar el ocultamiento del relato diplomático eurocéntrico, así como para mostrar la reapropiación y reinterpretación
que hacen otros actores para enfrentar las relaciones de poder en las que se ven imbuidos.

Tiene una dimensión "utópica" sobre el sentido ontológico y axiológico de las interacciones humanas, que anima tanto los
procesos de investigación como la práctica diplomática. Privilegia el encuentro diplomático para enfrentar los conflictos, las
tensiones y las ambigüedades sobre las que se desarrolla el sistema mundial, pero sobre todo invoca un nuevo sentido de
convivencia por medio de un espacio de negociación que reconoce, confronta y transforma las relaciones de desigualdad,
sean económicas o políticas. Por su sentido utópico-crítico, la transdiplomacia no pretende mejorar la comprensión del
sistema diplomático oficial, sino subvertirlo, transformarlo, convertirlo en la posibilidad constituyente de un proyecto
planetario más allá de la civilización occidental.

Basados en la amplia noción de transdiplomacia, podemos afirmar que la diplomacia indígena es a la vez un campo
semántico de discusión sobre el entendimiento diplomático y una práctica de mediación de la diferencia basada en la
identidad étnica, en la que en cada tiempo y lugar, individuos, líderes y representantes han entablado tratos inmediatos o
relaciones estables con entidades sociales y políticas para tratar asuntos de diferente índole, en el marco de un conjunto de
reglas, normas y procedimientos que han permitido -no sin problemas, tensiones y conflictos- la interlocución y la
comunicación. En lo concerniente a nuestro propósito, pretendemos ofrecer los rasgos principales de la diplomacia indígena
en términos históricos y finalmente presentar las características de su expresión emergente en las últimas décadas del siglo
XX y principios del siglo XXI.

Diplomacia indígena y transdiplomacia: una versión histórica


Mientras la diplomacia moderna del sistema mundial nace en el Atlántico del siglo XV con la interacción entre invasores y
pueblos ancestrales, la diplomacia indígena es un viejo fenómeno que antecede a la conquista de América-Abya Yala4. Los
pueblos indios habían interactuado históricamente a través de procesos de ancestral diplomacia, creando vínculos formales,
informales e interpersonales a través de las fronteras de la comunidad, el idioma, la normatividad social y las prácticas
culturales, conformando y estableciendo permanentes sistemas de comunicación e intercambio diplomático. Así lo
afirma Jeff Corntassel (2007) al decir: "Indigenous nations practiced diplomacy long before first contact with colonial powers
by sending delegations to global destinations in order to foster new alliances of peace and friendship" (p. 142). Pero a partir
de 1492, la diplomacia indígena ancestral y la medieval entraron en progresiva transformación tras el contacto
transoceánico, tal como lo recuerda Gustavo Torres (2013):

La diplomacia indígena hunde sus raíces en los largos y penosos procesos de colonización acontecidos en distintas regiones
del mundo a partir del siglo XVI, con la colonización, principalmente por las culturas occidentales (lo que dio lugar a la
"cuestión del otro") de América, Indias Orientales, Asia y África (p. 199).

Contrario a lo que el relato oficial de las relaciones internacionales señala, la actividad diplomática india ha sido parte
sustancial de la formación y dinámica del sistema mundial moderno. Investigaciones muestran que los pueblos indios no han
sido pasivos a los procesos de dominación y parte de esta respuesta fue la actividad diplomática indígena:
Detrás de la diplomacia indígena [contemporánea] hay una clara conciencia y un vivo recuerdo de negociaciones de larga
duración (plasmada de distintas maneras: tratados, acuerdos, concesiones, títulos virreinales, etcétera) con los
representantes de los poderes coloniales o con los gobiernos poscoloniales que los sustituyeron (Torres, 2013, p. 199).

Por centurias, pueblos indios y británicos, franceses, españoles, alemanes y portugueses alrededor del planeta "firmaron"
acuerdos y tratados diplomáticos que sirvieron como arma de resistencia, supervivencia y participación en el sistema colonial
(Langton, 2004).

Los encuentros diplomáticos que tuvieron lugar en los procesos coloniales fueron tensos, conflictivos y variaron con
frecuencia entre los diferentes actores, regiones y épocas en que se produjeron. Mientras en Australia se vivió una
experiencia colonial sin reconocimiento alguno de la autonomía indígena (Costa, 2006; Foley, Schaap y Howell, 2013; Wild,
1986), en Nueva Zelanda se firmó en 1840 el Tratado de Waitangi entre los Maorís y el Gobierno Británico, que ofreció
ciertos reconocimientos y autonomías a los pueblos originarios. Afirma Langton (2004) que hechos similares se presentaron
en el norte de América, donde los administradores de la colonia británica, entre 1533 y 1789, reconocieron a tribus indias
análogas soberanías.

Una importante literatura muestra un largo proceso diplomático entre las colonias europeas y las naciones indias en el norte
de América (Aquila, 1983; Jennings y Fenton, 1995; Havard, 2001; Midtrød, 2012). Las relaciones diplomáticas entre la
confederación Iroquesa (las seis antiguas naciones indias)5 con alemanes, ingleses y franceses fue un fenómeno relevante
(Jennings y Fenton, 1985). La Confederación de Naciones Indias Iroquesas fue reconocida por su diplomacia pre-colonial de
alto nivel al promover acuerdos entre pueblos ancestrales -la "pax iroquesa" (Johnson, 2003). En los tiempos de la
colonización se reconoce su papel como mediadora entre líderes indios y colonias inglesas. Cientos de tratados recuerdan y
prueban la fuerte actividad iroquesa llevada a cabo con los Países Bajos, Francia e Inglaterra (Aquila, 1997), y posteriormente
con nuevos países de los Estados Unidos y Canadá, así como con otras naciones indias. Su herencia llega con contundencia
incluso a la constitución de los Estados Unidos (Yarrow, 1987).

Más al sur, en la época colonial, dentro del territorio del imperio español y fuera de sus fronteras, la diplomacia indígena no
fue menos importante. La diplomacia se caracterizó por dos fenómenos conocidos como pactismo y negociación (Levaggi,
2002;García, 1999;Contreras, 2007;Lázaro, 1999). Durante largas centurias, el orden colonial español fue incapaz de anexar a
todos los pueblos indios. La monarquía se vio obligada a pactar para estabilizar la administración colonial y evitar las
subversiones de otros indígenas, negros, mestizos o españoles empobrecidos que vivían dentro de los límites coloniales. Esto
es lo que se conoce como pactismo: la diplomacia que se produce en los límites fronterizos entre las naciones "salvajes" que
no pudo anexar el orden colonial.

Desde la perspectiva de la monarquía imperial, los tratados firmados con los pueblos indios fueron una estrategia de
"pacificación". Las ideas medievales y los "justos títulos" que sustentaron la primera iniciativa de conquista fueron dando
paso a una estrategia de "pacificación" materializada en las Ordenanzas de Nuevos Descubrimientos y Poblaciones
promulgadas por Felipe II en Segovia el 13 de julio de 1573. Fueron extraídas del libro II del proyecto de Código de Indias de
Juan de Ovando y, con posterioridad, volcadas en el libro IV, títulos I a VII, de la Recopilación de Leyes de Indias de 1680
(Levaggi, 2002).

La historia de la práctica diplomática hispano-india investigada por Abelardo Levaggi señala que las ordenanzas 139 y 140
desterraron la guerra como acción primera para la relación con los pobladores y la reemplazaron por "diligencia y santo celo
(...) para traer la paz al gremio de la Santa Iglesia, y a nuestra obediencia a todos los naturales de la provincia" y más
puntualmente convencerles de la siguiente forma:

Por vía de comercio y rescates para que traten amistad con ellos, mostrándolos mucho amor y acariciándolos, y dándoles
algunas cosas de rescates a que ellos se aficionaren, y no mostrando codicia de sus cosas, asiéntese amistad y alianza con los
señores y principales que pareciere ser más parte para la pacificación de la tierra (Levaggi, 2002, p. 19).

La tesis de Levaggi es que el texto jurídico pretendía desterrar la fuerza y establecer un proceso diplomático para construir
amistad y alianza con los habitantes a través del buen trato, el comercio y los regalos. La "pacificación" se convirtió en la
estrategia diplomática de la monarquía para atraer a caciques e indios como vasallos después de bautizarse y jurar fidelidad
al Rey. El derecho diplomático emanado de los españoles reclamaba el reconocimiento natural de establecerse y poblar sin
daño a los indígenas, colocando los cimientos de las relaciones de naturaleza contractual. Esto no deja de lado la violencia
que estaba justificada cuando "previos requerimientos y trato amable aquellos indios no quería amistarse" (Levaggi, 2002, p.
20). La instrucción de Carlos V al obispo de México, Juan de Zumárraga, en 1543, quien los declaraba embajadores suyos en
las tierras del Mediodía y Poniente, recomendó:

Procuraréis de confederarlos en perpetua amistad con nos y con todos nuestros súbditos y naturales, y asentaréis con ellos
paces perpetuas (...) Habéis de asentar con los dichos Reyes, Príncipes y Repúblicas y comunidades que entre ellos y nos y
nuestros súbditos pueda haber comercio y contratación de una parte a otra, y sobre ellos podáis poner las condiciones,
limitaciones y cláusulas que os pareciere y viereis que conviene (...) Otrosí, habéis de trabajar con las dichas gentes por las
mejores vías y maneras lícitas y convenientes que pudiereis de traerlos a ellos y a sus pueblos a nuestra amistad y
obediencia, dándoles a entender nuestro principal fin, que es traerlos al conocimiento de un verdadero Dios, e introducirlos
en la universal Iglesia (...) guardándoles todos sus privilegios, preeminencias, señoríos, libertades, leyes y costumbres con
todas las otras condiciones y calidades que ellos debida y razonablemente os pidieren (Levaggi, 2002, pp. 20-21).

Aún más, la instrucción de Carlos V pretendía suscribir entre las partes:

Todos y cualesquier contratos, instrumentos, escrituras, asientos y capitulaciones que necesarias fueren y viereis que
conviene, firmándolas y jurándolas vos por nuestra parte, y los Reyes y señores y principales entre ellos por la suya, como
cosa que ha de ser guardada inviolablemente (Levaggi, 2002, p. 21).

La política pacificadora fue refinándose como fue el caso de la Instrucción sobre Nuevas Poblaciones de Valladolid (13 de
mayo de 1556), que estableció poblaciones fronterizas para iniciar la evangelización y expansión del territorio. El texto
jurídico evocó la autonomía de las partes y las intenciones de amistad y la no-agresión, aunque mantuvo la cláusula de
guerra para quienes presentaban oposición a la predicación del Evangelio. Para ser justa la guerra, es decir, salir del campo
diplomático, era necesario reunir cuatro condiciones: autoridad legítima, causa bastante, buena intención y modo
conveniente. Por tanto, fue importante para la avanzada diplomática definir quiénes eran las naciones sometidas y las
rebeldes -como lo hizo el Derecho de Gentes. A las primeras les era reconocido el derecho a la libre determinación, siempre
que permitieran la evangelización, mientras que a las segundas directamente les era etiquetadas como vasallos infieles a los
que era posible implantar castigo.

La estrategia diplomática de conquista fue refinada hasta reglamentar con "mayor calidad" la penetración y evangelización
"pacífica" contenida en la Recopilación de Indias, en particular en las Ordenanzas de 1573. Los misioneros, en caso de no
poder predicar y enseñar a los indios, deberían valerse de naciones convertidas para pacificar y convencer a los pueblos
rebeldes. Basados en la "búsqueda de la paz", se establecieron pasos para atraer a los indígenas, convenciéndoles y
haciéndoles requerimientos pertinentes.

La política de tratados para el control de territorios y poblaciones no fue homogéneo y permanente; se presentaron
"periodos de fuerte actividad diplomática interétnica -en particular, ese siglo XVIII- y otros en los que fue débil y casi nula",
aunque "tal debilidad y nulidad hay que atribuirla no a un cambio de la política oficial, sino a la presencia de circunstancias
eventuales que hacían desaconsejable o imposible su puesta en obra, pero sin que llegase a afectar su vigencia general"
(Levaggi, 2002, p. 21).

Quizás una de las más importantes y representativas figuras diplomáticas fue la institución del parlamento en la zona sur de
América. Así lo expone Carlos Lázaro (1999):

Durante casi tres siglos mantuvieron con los hispanocriollos una pugna dialéctica de guerra y paz cuyo aspecto más relevante
fue la aparición de una nueva forma de entendimiento, el parlamento. Esta institución política ya se hallaba presente en
esencia tanto en las culturas indígenas americanas como en la europea, pero en el ámbito fronterizo americano adquirió un
nuevo papel, con reglas distintas aceptadas por ambos bandos, y cuya expresión histórica se encuentra en los más de
doscientos tratados de paz que se conservan en los archivos que, entre otros aspectos destacados, reflejan, aunque muy
matizado por la fuente de transmisión, un elemento muy preciado por los investigadores americanistas: la palabra indígena
(p. 645).
El parlamento fue una verdadera estructura diplomática donde los representantes de cada bando conocían las posturas y
propuestas previamente trabajadas por los comisarios de las naciones. La celebración duraba varios días, intervenían varias
personas y se desarrollaba con gran formalidad en presencia de público. Los protocolos y ritualidades eran
fundamentalmente mapuches, muchas veces incomprensibles para los españoles, pero determinante para su validez, ya que
"para los mapuches significaba cumplir con las leyes de la tradición y del Ad-mapu" (Contreras, 2007, p. 95).

La otra figura diplomática fue "la negociación" que se presentó al interior del orden colonial. Es una figura que se diferencia
del pactismo porque los pueblos indios no tenían una autonomía plena, habían sido "colonizados" o "conquistados" y
quedaban dentro del derecho colonial. Aun así, existía un grado de autonomía y reconocimiento de una entidad diferenciada
que usualmente tenía representantes ante la administración colonial.

Los tlaxcaltecas negociaron con la administración colonial sus pretensiones, argumentando su alianza y apoyo a Hernán
Cortés durante la conquista a Tenochtitlan; uso estratégico que les permitió buscar beneficios o reconocimientos en un
medio de alta hostilidad. Otros indios argumentaron su apoyo a la conquista de Yucatán para no pagar los tributos que les
fueron impuestos. Delfina López afirma que la nobleza indígena con frecuencia recurría a la historia de su linaje prehispánico
reconocido y validado por la monarquía (López Sarrelangue, 1965). El régimen instaurado otorgó a la nobleza indígena
beneficios, les concedió tierras y encomiendas, atribuyó rentas y la confirmación de caciques y gobernadores en sus
localidades. Parcialmente, la monarquía permitió a algunos nobles -generalmente quienes fueron aliados en la conquista-
"compartir" parcialmente el gobierno del nuevo sistema (Romero, 2003). Sin embargo, décadas adelante, con la irrupción de
las independencias, hay un cambio en las prácticas diplomáticas que por largo tiempo se establecieron en y con el orden
colonial. En la República, la tendencia de homogenización de la nación criolla a través de una estrategia de "igualación"
rompió la diplomacia interna y de frontera, dando fin a la era del pactismo y la negociación.

La formación y consolidación del Estado nacional planteó un nuevo problema a la producción de la alteridad y la actividad
diplomática que hasta entonces había gobernado el orden colonial. Los antiguos territorios indígenas fueron violentamente
diluidos en la gramática jurídica del Estado nacional. Con las independencias se dio paso a la diplomacia interestatal. Sin
embargo, bajo el manto de la soberanía nacional quedaron atrapadas las condiciones de una diplomacia indígena doméstica.

En este contexto, pueblos y naciones indígenas se vieron obligados a desarrollar nuevas estrategias de supervivencia,
resistencia y acomodamiento estratégico que en términos diplomáticos se presentaron como "negociación" con el Estado
nacional y como pactismo en su última fase. El pactismo con los mapuches trascendió al orden colonial y se mantuvo durante
la formación de las repúblicas de Chile y Argentina. En principio, la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata
buscó incluir a los mapuches bajo una proclama de hermandad con el objetivo de ampliar las fronteras heredadas de la
colonia. En 1812 fue celebrado el primer acuerdo con los mapuches en la era republicana, conocido como el Parlamento de
San Carlos, y el último fue en 1878, con el Tratado de Paz entre el Gobierno Nacional y los Caciques Ranqueles. En este
periodo se celebraron alrededor de cuarenta tratados de paz, convenios y parlamentos. Al final del siglo XIX, violando los
acuerdos, el ejército argentino invadió el territorio mapuche con "La Conquista del Desierto". Una suerte similar corrieron los
mapuches con la república chilena, con quienes celebraron parlamentos y tratados hasta su posterior dominación militar
(Contreras, 2010; Acosta, 2010). Bajo la forma Estado, la tradición del pactismo fronterizo quedó aniquilada.

Aunque la república quiso abolir las estructuras de gobierno del antiguo régimen, el uso del aparto jurídico para la
movilización, la presión y la negociación colectiva y estratégica fueron la constante respuesta de los pueblos indios a este
nuevo proceso de dominación en el campo de lo que llamamos diplomacia. Dentro de las fronteras nacionales quedaron
apresadas las fuerzas plurales, conllevando a un fenómeno conocido como la diplomacia indígena doméstica. Noé Cornago,
con la noción de teratologías diplomáticas, afirma que las voces plurales laten al interior de los Estados nacionales y se
promueven prácticas diplomáticas derivadas de dichas fuerzas (Cornago, 2013). La palabra teratología es tomada de aquellas
figuras "anormales", malformaciones o deformaciones que desfiguran el "patrón común". El patrón "común" de la
diplomacia sería la relación interestatal, empero dentro del Estado conviven naciones o pueblos que son invisibilizadas
dentro de la lógica nacional, situación que recientemente vino a ser evidente en países como Ecuador o Bolivia, que
reconocen su conformación plurinacional.
Ethelia Ruiz considera que los indios -tanto en la república como en el orden colonial- desarrollaron su gran capacidad de
negociación y adaptación para defender sus tierras. La estrategia de defensa fue el uso de títulos primordiales para la
tenencia de la tierra:

Diversos pueblos de todo México comenzaron a solicitar sus papeles al Archivo General. Los documentos, que eran
entregados como copia de los títulos a los pueblos durante el siglo XIX, provenían generalmente del ramo de Tierra de este
archivo, y consistían en diversos documentos coloniales, como mercedes, fragmentos de litigio, mapas, etc. (...) Los relatos y
las historias locales plasmados en algunos títulos coloniales continuaron teniendo utilidad legal para los pueblos indios y
fueron copiados -y en ocasiones traducidos- por empleados del archivo para ser utilizados como instrumento legal... Otros
pueblos que conservaban documentos antiguos se dieron a la tarea de actualizar sus mapas, inscribiendo en ellos la
información de sus mojoneras, para presentarlos ante los tribunales con el fin de amparar sus tierras comunales. En otros
casos los pueblos decidieron mandar elaborar sus propias documentaciones y hacerla pasar por antigua, fenómeno similar a
lo que ocurrió en la época colonial con los títulos primordiales y con los códices de tipo Techialoyan (Ruiz Medrano, 2010, p.
21).

Algunas coincidencias hay con el movimiento de los caciques generales (1880-1900) y de los caciques apoderados (1912-
1952) en Bolivia. Entre 1912 y 1914 fueron nombrados los primeros caciques (principalmente en La Paz, Cochabamba y
Potosí) por los comunitarios (Ríos Montero, 2002)6. El cacique apoderado, a diferencia del cacique que es un dirigente
político, es nombrado por la autoridad del Ayllu (jilaqatas) para cumplir tareas de representación y gestión ante las
autoridades. Los primeros caciques apoderados basados en su representación solicitaron al mismo Presidente de la
República enfrentar los abusos de las autoridades locales. El proceso de recuperación de tierras usurpadas por el régimen de
las haciendas del altiplano conllevó a levantamientos, movilización y negociación. Roberto Choque Canqui (2011) caracteriza
este proceso al señalar lo siguiente: "Fuese mediante gestiones ante las autoridades en base a documentos o a través de las
rebeliones, la lucha por la recuperación de las tierras despojadas a los indígenas fue una constante que se ha mantenido en
el tiempo" (p. 109). Los caciques apoderados de acuerdo a sus atribuciones representaron los intereses de las comunidades
como delegados para la defensa de las tierras originarias contra los terratenientes y la defensa de la vida colectiva de los
abusos de los gobiernos locales.

En Colombia, el célebre luchador indígena del pueblo Nasa, Manuel Quintín Lame (1880-1967), emprendió una larga carrera
de pleitos contra el Estado en defensa de los comuneros de los departamentos del Cauca y del Tolima. Trabajó con
intensidad para recuperar documentos legales -títulos y cédulas reales de los resguardos- que le permitieran proyectar sus
demandas políticas para reconstruir o garantizar los mojones territoriales de su pueblo. Su lucha era hacer respetar la
propiedad colectiva reconocida en el orden colonial cuando los caciques nasa dirigieron escritos -en castellano o con su
propia "escritura"- que definían las listas censales, títulos de tierras y testamentos.

La negociación de la diplomacia doméstica no es de carácter separatista, pero está sustentada en el proyecto sociocultural e
histórico de los pueblos que se diferencian de la nación criolla. Incluso, sintiéndose parte de una comunidad más grande (la
nacional-estatal), las reivindicaciones indias no perdieron el carácter propio de su entidad social y la "identidad" formada por
otros saberes y cosmovisiones.

Diplomacia indígena y globalización


La diplomacia indígena contemporánea es una expresión de la diplomacia desde abajo7. Es parte de los procesos
diplomáticos que emergen de la globalización contrahegemónica o de la globalización desde abajo. Desde las décadas de los
setenta y ochenta del siglo XX, la diplomacia indígena salió progresivamente de las fronteras nacionales en las que estuvo
apresada durante la consolidación del Estado nacional para reclamar sus derechos de autodeterminación y autonomía
(Arévalo Robles 2011a; Arévalo Robles, 2011b). Sus más particulares medios fueron la incidencia política (negociación,
cabildeo y defensa) en escenarios internacionales, regionales y transnacionales, y el creciente acercamiento regional y
continental de los diferentes pueblos y naciones indígenas (Campañas, Encuentros y Cumbres Continentales Indígenas).

La emergente diplomacia indígena contemporáneao diplomacia indígena desde abajo (en adelante diplomacia indígena)
surge y se consolida en el derrotero histórico del fracaso del indigenismo de Estado y el agotamiento del modelo nacional de
desarrollo. En las últimas décadas del siglo anterior, el indigenismo fue denunciado por actores como la Iglesia, grupos
profesionales y las ONG y, por el contrario, reivindicaron la identidad indígena, su defensa y preservación. El proceso abrió
un debate continental que comenzó a fracturar el indigenismo de Estado. Este primer giro generó un tipo de indigenismo
"protector", pero con el tiempo fue asumido directamente por los propios pueblos ancestrales.

La urbanización indígena, producto del modelo de la modernización industrial8 y el fracaso de las reformas agrarias en los
setenta, puso en alerta a los líderes indios, que vieron en la integración económica y sus modelos de explotación un peligro a
sus sistemas sociales ancestrales y ecosistemas. En consecuencia, la integración que persiguió "las reformas agrarias al
acortar la distancia entre lo urbano y lo rural" se vio reflejada "en la aparición de numerosos movimientos y organizaciones
sociales que reivindican su especificidad etnocultural, en la medida que manejan los códigos de la sociedad criolla" (Bengoa,
2007, p. 242).

La demanda indígena de los sesenta -ligada a la tierra- fue integrada lentamente a las reivindicaciones étnicas, al
reconocimiento de las lenguas y la creación de un sistema educativo bilingüe y bicultural. Los ochenta y principalmente los
noventa verán el florecimiento de una gramática de lucha articulada a las nociones de autonomía y autodeterminación. Ya
no se busca la integración a la sociedad, sino el reconocimiento de la diferencia étnica, y se denuncia el etnocidio
nacionalista. La autonomía indígena se convirtió en el centro que irradia la lucha indígena y abrió el debate con las viejas
nociones del Estado nacional, soberanía, territorio, autoridad, legitimidad y jerarquía jurídica. La idea de autonomía creó una
gramática compartida por las luchas indígenas a lo largo y ancho del planeta.

Una importante influencia a este proceso fueron actores no-indígenas, como las ONG, la Iglesia, las organizaciones de
académicos y profesionales críticos. Indígenas y actores no-indígenas como organizaciones no-gubernamentales
conformaron redes de defensa. En principio, imbuidos por el viejo indigenismo y posteriormente por una particular
articulación del indianismo y ciertas posiciones posmodernas (Bengoa, 2007), se preocuparon por abrir escenarios para que
los pueblos indígenas expresaran su voz y tejieran sus propuestas desde sus posiciones político-identitarias.

Las organizaciones académicas, especialmente ligadas a la antropología, también participaron de dicho impulso de
interacción transnacional e internacionalización de los temas indígenas. Henri Favre (1998) explica que una nueva generación
de antropólogos en los setenta cuestionó la reproducción de los sistemas de dominación a partir de la disciplina y
manifestaron la necesidad de poner la producción intelectual al servicio de la causa indígena. En el año 1971 se produjo lo
que algunos llaman el hito fundacional de la transnacionalización e internacionalización de la causa indígena: la Declaración
de Barbados, producida en el simposio de antropólogos sobre la "Fricción Interétnica en América del Sur", donde
participaron reconocidos sociólogos, como Darcy Ribeiro y Guillermo Bonfil. Dicha declaración abrió una agenda de trabajo
sobre la promoción internacional de la autodeterminación indígena y "la lucha de liberación de los indígenas" (Bottaso,
1992), convirtiéndose en un antecedente del multiculturalismo al equiparar la cultura occidental y la india como
complementarias. Esto se hace evidente en la resolución firmada por el Permanent Council of the International Union of
Anthropological and Ethnological Sciences al declarar en Tokio (1968) lo siguiente:

1. We protest and repudiate genocide, and the use of force as an instrument of cultural change, in programs of social,
economic and political development, and in the separation of indigenous peoples from their land.
2. We request the governments concerned to institute effective protection under the law for indigenous peoples, and
to discipline government officials and others guilty of actions that contravene the International Declaration of
Human Rights.

We urge governments, anthropologists, and others to re-examine current policies in order to provide ethically just and
scientifically enlightened programs of acculturation which allow the peoples concerned a free and informed basis for choice
(Sanders, 1977, p. 5).

En 1968 nació la red de investigadores y activistas de derechos humanos comprometida en asuntos indígenas (International
Work Group for Indigenous Affairs, IWGIA) (Sanders, 1977), que poco a poco fue sumando activistas indígenas de América
del Norte y también del Ártico, Oceanía, Rusia y África. Un año después fue fundada la organización
internacional Survival por la defensa de los pueblos indígenas del mundo. En el mismo año se constituyó el Netherlands
Centre for Indigenous Peoples, WIP/NCIV, Cultural Survival (1972) y Gesellschaft für Bedrohte Völker en 1968, en principio
como oposición al genocidio en Biafra, abriendo un frente de defensa de los derechos humanos.
La destacable función de las organizaciones no gubernamentales fue la presión transnacional para promover, facilitar y dirigir
transformaciones concretas en las normas globales y sus prácticas cuando los canales locales de comunicación en el orden
local (entre pueblos indígenas y Estado) estaban bloqueados (Sanjeev, Riker y Sikkink, 2002). Las ONG pudieron hacerlo al
desarrollar políticas de información que pusieron en consideración pública las situaciones a las que se enfrentan los grupos
sociales que apoyaban. Usaron políticas simbólicas, política de palancas con el uso y movilización de apoyos e influencias y la
cooptación de apoyo de políticos responsables (Keck y Sikkink, 2000). La relación entre organizaciones indígenas y
organizaciones no-gubernamentales permitió fortalecer mucho más la internacionalización de la causa indígena y la
transnacionalización del activismo indígena (Stavenhagen, 1998).

IWGIA interactúo al principio con los gobiernos escandinavos, de quienes recibió sus primeros recursos para el
desarrollo de su labor (publicaciones, apoyo a organizaciones indígenas, campañas de denuncia, cabildeo
internacional, etc.), como lo reconocen al afirmar:

The liberal, political and cultural traditions of governmental support to NGOs in Scandinavia are very different from the
situation in countries such as the UK, Germany, France and the U.S. Without support from the Scandinavian governments,
IWGIA would not have been able to develop as an international organisation, publishing in non-Scandinavian languages and
often working in countries that are of minor significance to Scandinavian development aid (Dahl, 2009, p. 170).

Dichas organizaciones al obtener recursos por vía de donaciones privadas y/o subvenciones públicas hicieron posible el
funcionamiento y desarrollo de los proyectos sobre los que se fundaron y fortalecieron las interconexiones transnacionales
(redes de defensa, grupos de coordinación, encuentros y cumbres). Uno de los más importantes propósitos de las ONG fue
"canalizar recursos hacia los países del sur" para apoyar organizaciones indígenas y entablar acciones compartidas enfocadas
en "campañas de sensibilización de la opinión pública, de educación para el desarrollo y valores solidarios, así como de
presión (lobby) y denuncia ante los gobiernos en torno a los problemas de los pueblos del sur y los factores internacionales
que los causan" (Murguialday, 2006).

Las ONG apoyaron a las organizaciones indígenas para que llegaran y participaran en las Naciones Unidas. En la década de los
setenta y principios de los ochenta, las organizaciones indígenas y no-indígenas -tales como International Indian Treaty
Council (IITC), Inuit Circumpolar Council (ICC), Sámi Council, International Work Group for Indigenous Affairs (IWGIA) y Anti-
Slavery International- lograron acreditar un número de organizaciones indígenas que no estaban autorizadas para participar.
Incluso después de que las Naciones Unidas permitieron la intervención de organizaciones sin que mediaran las ONG,
apoyaron financieramente la participación de indígenas de Asia, África, América Latina y Rusia.

En las regiones del Ártico, Latinoamérica, Norte América, Asia, Oceanía y África se fueron organizando y articulando
iniciativas para movilizar su lucha a partir de prácticas diplomáticas que buscaron incidir en la política internacional, en la
región y en "sus" Estados. En 1977 fue creado el Consejo Internacional de Tratados Indios(CITI) como organización de
pueblos indígenas de Norte, Centro, Sudamérica, el Caribe y el Pacífico, que a la postre se convertiría en la primera
organización indígena reconocida con estatus consultivo ante el Consejo Económico y Social de las Naciones
Unidas (ECOSOC). El CITI fue, además, la primera organización indígena ascendida -en julio de 2011- al "Estatus Consultivo
General" ante ese mismo organismo, en reconocimiento a su amplia participación de larga data en el sistema de las Naciones
Unidas, para representar las inquietudes de los pueblos indígenas y trabajar en la elaboración e implementación de normas y
mecanismos internacionales para el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.

Para la década de los noventa el tejido transnacional tenía un cuerpo propio. Articulaban iniciativas, compartían información
y adelantaban acciones conjuntas tanto a nivel internacional como a nivel regional, nacional y local. Actualmente las
organizaciones y espacios que trascienden las fronteras en alianza para la formulación de agendas y proyección de acciones
políticas indígenas es inmenso. Como escenarios transnacionales de coordinación regional y continentales contamos con:
Arctic Athabaskan Council, AAC; Asia Indigenous Peoples' Pact, AIPP; Asian Indigenous Women's Network, AIWN; Alianza
Estratégica Aymaras Sin Fronteras (Municipios aymaras de Chile, Perú, Argentina y Bolivia); Asia Pacifi Indigenous Youth
Network, APIYN; Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, CAOI; Consejo Indígena de Centro América, CICA;
Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC; Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la
Cuenca Amazónica, COICA; Enlace Continental de Mujeres Indígenas (espacio para las mujeres indígenas que permite
intercambiar experiencias y buscar alternativas conjuntas); Foro Internacional de Mujeres Indígenas, FIMI; First Peoples
Worldwide; Gwich'in Council International, Canadá y Alaska, GCI; Alianza Internacional de los Pueblos Indígenas y Tribales de
los Bosques Tropicales, IAITPTF; Indigenous Environmental Network, América del Norte, IEN; International Indian Treaty
Council, IITC; International Indigenous Youth Conference, IIYC; Inuit Circumpolar Conference; Indigenous Peoples of Africa
Co-ordinating Committee, IPACC; Nación Taína de las Antillas (Nuevo Amanecer Taíno, República Dominicana, Cuba y Puerto
Rico); Parlamento Sami del Norte de Europa, SÁMIRÁDDI; Indigenous Peoples' International Centre for Policy Research and
Education, TEBTEBBA; United Confederation of the Taino People, UCTP; y Vía Campesina (Movimiento Campesino
Internacional).

En resumen, señala Alison Brysk (2009) que este escenario internacional-transnacional fue alentado por la transición a la
democracia en los años ochenta en América Latina, la formación de intelectuales indígenas urbanos y la mayor presencia de
ONG, misioneros, periodistas, ecologistas y representantes de la cooperación internacional en sus territorios, que terminó
por "articular un tráfico del pueblo global hacia el pueblo tribal" (p. 89) y después una relación del "pueblo tribal" hacia el
global.

Aspectos funcionales y tipológicos de la diplomacia indígena contemporánea


En los últimos casi cuarenta años, la actividad diplomática indígena se ha caracterizado por una permanente incidencia
política en escenarios internacionales y transnacionales para influir decisiones, discursos, programas y prácticas de la política
global que le atañen directamente a sus pueblos y territorios. Ha sido un trabajo arduo y constante de negociaciones,
cabildeo y defensa que produjo, entre los resultados más visibles y significativos, la Declaración de las Naciones Unidas sobre
los Derechos de los Pueblos Indígenas adoptada en Nueva York el 13 de septiembre de 2007 durante la sesión 61 de la
Asamblea General de las Naciones Unidas. Incidencia política que logró ser exitosa por el desarrollo de una práctica
diplomática ancestral para el acuerdo, discusión, análisis y negociación de gramáticas políticas entre pueblos indígenas,
denominada complementariedad diplomática.

La incidencia política y la complementariedad diplomática son dos prácticas diplomáticas determinantes para la mediación
entre representantes de diferentes pueblos y naciones indígenas con actores estatales y no-estatales de la más diversa
naturaleza, con los que se han encontrado como aliados o contradictores en un estado permanente de acuerdo, conflicto y
negociación, motivado por la defensa y promoción de la autodeterminación y la autonomía ancestral. Ambas prácticas han
producido fenómenos diplomáticos significativos a nivel internacional y regional, que hemos diferenciado como diplomacia
indígena internacionalizada y diplomacia de la complementariedad.

Incidencia política y diplomacia internacionalizada

La noción "diplomacia indígena internacionalizada" remite al traslado de un asunto - político, jurídico, económico- de lo
local-nacional hacia lo mundial, apostando por la influencia de la política global dentro de organismos internacionales para
lograr objetivos políticos sobre el Estado nacional.

La diplomacia indígena internacionalizada inicia en los órganos de derechos humanos de la ONU, particularmente en el
Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Poblaciones Indígenas, creado en 1982, y luego expandida a otros
escenarios9 para influenciar la agenda internacional en temas como desarrollo, medio ambiente, comercio, finanzas,
infancia, juventud, mujer, tratados internacionales y derecho al territorio, ente otros. El principal mecanismo de
participación en el ecosistema onusiano fue la incidencia política, entendida como la actividad diplomática que busca
influenciar la adopción de normas internacionales de protección de los derechos indígenas; crear consciencia a la comunidad
internacional sobre su situación social, económica y política; y movilizar la voluntad de múltiples actores para que sean
favorables a sus demandas y propuestas.

La incidencia política se viene desenvolviendo al menos por tres prácticas diplomáticas, conocidas como el cabildeo, la
defensa y la negociación. Carlos Crespo explica que la negociación, vista desde los movimientos sociales, -más que un
llamado a la cooperación es un dispositivo para reducir las relaciones dominación (2005). Es un dispositivo de resistencia que
aspira alterar los juegos de verdad y sus reglas, y por ende, la modificación de las condiciones de producción de regímenes
de verdad. En clave foucultiana, Carlos Crespo (2005) reconoce que la negociación es un juego de acciones sobre acciones,
con la posibilidad "de influir, dirigir, orientar o determinar la conducta y/o comportamiento del otro" (p. 239).
Los representantes indígenas -en su tránsito por las Naciones Unidas por medio de la negociación- han enfrentado las
gramáticas de la verdad jurídica, promoviendo la protección de los derechos de los pueblos indígenas. El caso emblemático
es la negociación de la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que duró más de veinte años;
negociaciones álgidas que retaron al derecho internacional y su privilegio a la soberanía estatal. Con difíciles negociaciones,
incluso entre los mismos representantes indígenas, lograron influir la voluntad de representantes estatales para que vieran
la conveniencia de contar con una herramienta jurídica de protección para los pueblos indígenas sin que se viera socavada o
puesta en duda la unidad del Estado. Diplomáticos indígenas se enfrentaron a Estados tan poderosos como Canadá, Nueva
Zelanda, Australia y Estados Unidos (CANZUS), quienes se negaron por largos años a aceptar gramáticas que atentaran con lo
que consideraban "temas internos" o reivindicaciones contra la costumbre y el derecho internacional. Basta decir que las
negociaciones agruparon, también, algunos Estados que apoyaron la apuesta de los diplomáticos indígenas, conllevando a
verdaderas estrategias de resistencia contra los pesos hegemónicos de las relaciones diplomáticas instauradas.

La propia participación en las Naciones Unidas -y su efectividad- fue parte de las negociaciones. En algunos casos las
negociaciones fueron exitosas, como en el caso del Foro Permanente, donde Estados y representantes indígenas llegaron a
acuerdos favorables sobre las formas de participación. Mientras, en otros escenarios onusianos su voz es marginal, como en
el caso de los derechos humanos y las empresas transnacionales. En todo caso, las negociaciones, el cabildeo y defensa
trajeron a la agenda global el reconocimiento de los pueblos indígenas como "pueblos sin Estados", y la necesaria
refundación de una relación de igualdad y paridad con "sus" Estados, anteriormente desconocida por el derecho
internacional.

Complementariedad diplomática y diplomacia complementaria


La complementariedad diplomática es la práctica diplomática entre pueblos indígenas para "articular los diferentes
esfuerzos, experiencias y propuestas políticas que permiten a las organizaciones llegar a escenarios internacionales con
planteamientos respaldados por todas, para garantizar una mayor incidencia y respaldo político" (CAOI, 2013, p. 2). La
complementariedad diplomática es la negociación de significados políticos en escenarios que progresivamente fueron
estableciendo un escenario de diplomacia complementaria o diplomacia entre los pueblos y naciones indígenas. El mejor
ejemplo son los encuentros y cumbres continentales de pueblos indígenas convocados por sus propias organizaciones al
menos desde 1990 en América Latina.

Ilustración 2 Mapa de Encuentros y Cumbres Continentales del Abya Yala 1990-2013

Encuentros y cumbres surgieron como mecanismos estratégicos continentales de


aproximación entre diferentes líderes, representantes, pueblos y organizaciones indígenas,
motivados por un fortalecimiento de los movimientos indígenas nacionales, en medio de
un ambiente convulsionado por las medidas neoliberales. Progresivamente se convirtieron
en oportunidades de liderazgo en el continente Abya Yala-América y se caracterizaron por
discutir temas coyunturales y estructurales, acercando a líderes y representantes indígenas
para compartir experiencias e ideas, tejer conjuntamente propuestas e iniciativas, motivar
a los actores no-indígenas para que se sumen a sus luchas e impactar a la opinión pública
regional y mundial a favor de sus demandas y propuestas.

La expresión más concreta de la diplomacia de la complementariedad es la interconexión creciente entre pueblos indígenas
en encuentros, congresos o cumbres convocados, organizados y desarrollados por ellos mismos para abordar cuestiones en
el ámbito de las políticas del desarrollo, la educación, la salud, la comunicación, las leyes, el género y la guerra. Esta
tendencia diplomática ha crecido desde finales del siglo XX y se ha masificado por todas las regiones y continentes. A partir
de principios de la década de los noventa, los pueblos indígenas del continente Americano -al que han llamado Abya Yala-
intensificaron su diplomacia transnacional en el marco de la "Campaña 500 Años de Resistencia Indígena y Popular", que
tiene como hito fundacional la Declaración de Quito (1990), manifestación continental contra las celebraciones oficiales de
los quinientos años del "descubrimiento de América".

Usualmente la diplomacia interestatal evoca la lucha por el poder político y se erige como un instrumento de paz en su
versión de coerción, como lo afirmaba Morgenthau (1986) al decir: "si hubiera alguna forma para desterrar la lucha por el
poder en el escenario internacional, la diplomacia desaparecería" (p. 627). El impulso diplomático entre pueblos indígenas es
de naturaleza diferente a la diplomacia eurocéntrica e interestatal. La diplomacia estatal se basa en los intereses nacionales,
interpreta el mundo como un sistema anárquico que solo puede ser estabilizado por el equilibrio de poder y que solo puede
cooperar cuando son negociados los intereses de cada uno de ellos. Esta visión de la diplomacia se basa en una concepción
negativa del ser humano y por tanto es fundamentalmente racional-instrumental.

La diplomacia de la complementariedad es una concepción diferente de la diplomacia, tanto por el sentido que la anima
(solidaria, colaborativa, diversa, respetuosa, anti-imperialista) como por su procedencia (de los pueblos, de grupos y
comunidades "desde abajo"). La diplomacia estatal eurocéntrica evoca la relación entre entidades políticas estatales y se
preocupa por mantener, negociar y cooperar a partir de intereses propios y particulares. La diplomacia indígena convoca en
su práctica diplomática a todas las relaciones del cosmos y se preocupa por recrear todas las relaciones, interconexiones e
interdependencias como armónicas y equilibradas; el fi último no son los intereses de una nación o pueblo, sino el
sostenimiento de las relaciones armónicas que incluyen la supervivencia y buen vivir de dichos pueblos, sus ecosistemas y su
interacción sostenible. La diplomacia occidental comprende a la naturaleza y sus recursos como una ventaja o desventaja en
la negociación de intereses, mientras la diplomacia indígena la entiende como un ser inmanente en sus relaciones, que por
estar viva y coparticipar del acto diplomático anima el deber ético de respetarla, sostenerla y defenderla para el
sostenimiento de la vida en sí misma. Los protocolos diplomáticos occidentales emanan de la racionalidad humana inspirada
en la relación de sujeto-objeto: saludo a la bandera, himnos nacionales, paradas militares. Los protocolos diplomáticos
indígenas emanan de la cultura de la relacionalidad, donde los humanos -pero también el fuego, el cielo, el agua y la
movimientos celestes- son co-partícipes del encuentro diplomático; por tanto, sus rituales y ceremonias los incluyen como
participantes activos y decisivos: ritual de limpieza y armonización, ceremonia del fuego.

Normativamente, en la diplomacia entre pueblos indígenas subyace el principio de complementariedad que asume la
diferencia y lo opuesto como entidades interconectadas e interdependientes que funcionalmente permiten la sostenibilidad
de la vida por medio de la búsqueda del equilibrio como reciprocidad (no como poder). La diplomacia ancestral
normativamente pretende ser complementaria por medio de la reciprocidad, entendida como la corresponsabilidad de las
mutuas actuaciones y que tiene como fin la distribución equitativa, la redistribución y la compensación entre las acciones de
cada entidad. La diplomacia de la complementariedad está inspirada en los mismos principios que animan la diplomacia
desde abajo: antiimperialismo, descolonización, solidaridad, diversidad, cooperación, resistencia y hermanamiento como
sustento de las relaciones humanas armónicas y equilibradas.

En la memoria subyacen las categorías y lógicas de interacción, encuentro y comunicación de los pueblos y naciones
indígenas, con prácticas y protocolos que evocan múltiples mediaciones, como la "diplomacia del Ayllu, que se sustenta en
compartir y comunicarse entre todos por medio de la [hoja de] coca... en ceremonias protocolares como el akhulli" donde:

Los participantes en el acto entraban a un proceso oral sagrado o ceremonial, en igualdad de condiciones y con los mismos
derechos. Se dice que en el akhulli se tenía que agotar la conversación dentro de los marcos amistosos, dejando de lado los
odios y resentimientos, hasta encontrar una solución para las partes y "hasta que pose el cóndor sobre el pijchu" (Escuela
Diplomática Plurinacional, 2009a, pp. 7-8).

Mediaciones de ancestral diplomacia que se desarrollan bajo "un pensamiento inclusivo y abierto para entender y compartir
nuevas formas y costumbres, sin discriminación, convocando los principios de la reciprocidad y compartimiento festivo,
valores muy sanos para la pervivencia de la comunidad como unidad comunal y política" (Escuela Diplomática Plurinacional,
2009b, p. 4).

La mediación entre pueblos y naciones indígenas que da sentido a la diplomacia indígena son "prácticas de vida portadoras
de valores que discrepan de las formas occidentales, consideradas más individualistas y despersonalizadas" y que se
convierten en la recreación étnica-identitaria contemporánea que apuesta por relacionamientos que, según Fernando
Huanacuni Mamani, convoca a "diferentes pueblos, diferentes visiones, diferentes formas de vida, pero con un solo
paradigma: el paradigma comunitario que está inmerso en los diferentes pueblos antiguos" (Huanacuni, 2012, p. 26).

Estos principios constituyen el fondo de la idea de complementariedad como principio aplicado a la vida física, espiritual y
social, tal como es ratificado en las Declaraciones Continentales de los Pueblos Indígenas del Abya Yala:
Ratificamos nuestros principios milenarios, complementariedad, reciprocidad y dualidad, y nuestra lucha por el derecho al
territorio, la Madre Naturaleza, la autonomía y libre determinación de los pueblos indígenas (III Cumbre Continental de
Pueblos y Nacionalidades Indígenas del Abya Yala, 2007, p. 1).

Nosotros, los Pueblos y Organizaciones Indígenas del Continente de Abya Yala - América- reunidos en territorio ancestral del
Pueblo Mapuche, primeramente, invocamos la cosmovisión de nuestros mayores y siguiendo el camino trazado por ellos, en
un marco de unidad y armonía entre nosotros y con nuestra madre naturaleza (Cumbre Continental de Pueblos y
Organizaciones Indígenas, celebrada en territorio mapuche, Mar del Plata, Argentina, 2005, p. 2).

Somos pueblos originarios de Abya Yala. Nuestros antepasados, nuestros abuelos nos enseñaron a amar y venerar nuestra
fecunda Pacha Mama, a convivir en armonía y libertad con los seres naturales y espirituales que en ella existen. Las
instituciones políticas, económicas, sociales y culturales que tenemos son herencia de nuestros antepasados y son la base
para la construcción de nuestro futuro (II Cumbre Continental de los Pueblos y Nacionalidades Indígenas de Abya Yala, 2005,
p. 1)

En breve, la diplomacia de la complementariedad -expresada en la historia de los Encuentros y Cumbres Continentales de los
Pueblos Indígenas del Abya Yala entre 1990 y 2013 y los Encuentros y Cumbres Continentales del Mujeres Indígenas del Abya
Yala (1995 y 2013)- son dos fenómenos de actual diplomacia que emulan los procesos de complementariedad como
procesos de acercamiento, encuentro y articulación de las organizaciones y movimientos sociales que nos permiten
desentrañar las nuevas interconexiones que definen y moldean el sistema mundial.

CONCLUSIÓN
La diplomacia indígena es una práctica de resistencia histórica estratégica y de "baja intensidad". A pesar de ser una
diplomacia menos determinante que la Estatal, es concluyente como práctica política de la "sociedad civil global" e
influyente tanto en los territorios locales como en los regímenes internacionales. La intensa actividad diplomática demuestra
que los pueblos indígenas han crecido y fortalecido como actores internacionales, rivalizando con las nociones de la política
moderna del Estado, evocando una nueva autonomía popular proveniente de la identidad étnica. La confrontación de las
identidades nacionales-estatales con las étnicas se forma en una intensa negociación global sobre los destinos de la
soberanía local que pone en entredicho el dominio eminente del Estado sobre la naturaleza y el territorio; aspectos que
influyen en la economía de inversión, en las políticas de desarrollo, en el derecho y en la cultura nacional. Envolturas que
necesitan ser estudiadas en detalle para comprender el impacto real de dicha diplomacia en temas como los negocios
petroleros, las mineras, el ecoturismo y otros más. En breve, la diplomacia indígena es un fenómeno que debe considerarse
en diversos aspectos, aún inexplorados, si de verdad nos interesa comprender la formación y desarrollo del sistema mundial.

MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES


Breve reseña histórica
A partir de la creación de la República y durante casi 70 años, el área de relaciones exteriores formó parte del Ministerio
del Interior que contaba con un Departamento de Relaciones Exteriores. Se considera al Cnl. Facundo Infante, Ministro
del Interior en 1826 como el primer "Encargado de Relaciones Exteriores" del país.
Posteriormente, adoptó la denominación de Ministerio de Instrucción y Relaciones Exteriores. En esa época se dictaron
algunas disposiciones legales sobre el Servicio Exterior, como la Ley de Sueldos y la Lista Diplomática de 1844. Bolivia
mantuvo misiones especiales en países vecinos y excepcionalmente en naciones de Europa como Francia, Inglaterra,
España y El Vaticano.
En 1884 fue creado el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto durante la presidencia de Gregorio Pacheco, siendo
su primer Ministro titular el Dr. Jorge Oblitas. La sede de sus funciones fue la capital de la República, Sucre.
El 15 de enero de 1885, mediante Decreto Supremo, se precisaron las funciones del nuevo Ministerio que inicialmente
contaba con seis funcionarios, el Ministro, el Oficial Mayor, un Oficial Primero, dos auxiliares y un portero.
El 17 de diciembre del mismo año se designó como segundo Ministro titular a Juan Crisóstomo Carrillo, en cuya gestión
se elaboró el proyecto de la Ley Orgánica del Servicio Diplomático promulgada el 20 de noviembre de 1886.
El 27 de enero de 1887 se aprobó el Reglamento de la Organización del Servicio Diplomático que dió origen al primer
Escalafón Diplomático, por el cual se dispuso el ingreso del personal mediante exámenes y se reguló el uniforme
diplomático. Ese mismo año se aprobó el Reglamento Consular.
En 1900 luego de la Guerra Federal, el Ministerio de Relaciones Exteriores, junto al Gobierno Central, trasladó la sede
de sus funciones a la ciudad de La Paz.
En 1910, se dictó un nuevo Reglamento Diplomático, que modernizó las prácticas de la Cancillería y dos años más tarde
entró en vigencia el Reglamento de Ceremonial del Estado.
El 2 de mayo de 1922 se conformó el Consejo Consultivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, integrado por
ex Ministros Plenipotenciarios y destacadas personalidades nacionales.
En 1925 se dictaron nuevas disposiciones para el Reglamento Diplomático y el Reglamento de Ceremonial del Estado.
En ese mismo año, mediante Decreto Supremo, se creó la Condecoración del Cóndor de los Andes.
En 1954 se promulgó el Decreto Supremo 3710 que puso en vigencia al nuevo Estatuto Orgánico del Servicio de
Relaciones Exteriores. El mismo año se iniciaron las actividades del "Instituto de Estudios Internacionales Antonio
Quijarro".
En 1975 se creó la Academia Diplomática Boliviana "Rafael Bustillo" para la formación del personal diplomático boliviano,
con el fin de establecer una carrera diplomática permanente. El reglamento de esta Academia fue aprobado mediante
Resolución Suprema 505166 de 17 de octubre de 1988.
El 11 de julio de 1989 fue aprobado el Estatuto del Servicio de Relaciones Exteriores mediante Decreto Supremo 22242.
Asimismo, mediante Decreto Supremo 22243 se aprobaron los Reglamentos General, del Escalafón Diplomático
Nacional, Consular y de Ceremonial Diplomático.
El 15 de febrero de 1993 el Congreso Nacional sanciona la Ley Nº1444 del Servicio de Relaciones Exteriores promulgada
como Ley de la República el 9 de marzo de 1993.
Misión

El Ministerio de Relaciones Exteriores constituye la entidad rectora de las relaciones internacionales del Estado Plurinacional
de Bolivia, que desarrolla la gestión de la Política Exterior para la defensa de la Soberanía, Independencia e Intereses del
Estado, mediante la aplicación de la Diplomacia de los Pueblos por la Vida, en beneficio de las y los bolivianos.

Visión

Al 2020 el Ministerio de Relaciones Exteriores, bajo la filosofía del vivir bien, posiciona la Diplomacia de los Pueblos por la
Vida, establece con Soberanía, Respeto y Complementariedad relaciones internacionales, procesos de integración y
consolida los derechos de las y los bolivianos en el exterior.

Objetivos Institucionales

La formulación de los Objetivos Estratégicos Institucionales del Ministerio emergen del proceso de consolidación del Plan
Estratégico Institucional 2013 - 2017 del Ministerio de Relaciones Exteriores, mismo que se constituye en el instrumento
organizador que en función a los mandatos políticos y sociales, diseña, organiza, y sistematiza la Misión y la Visión
institucional alinea procesos, medios y recursos para alcanzarlos, respondiendo así al rol y las competencias institucionales
asignadas en su norma de funcionamiento y reglamentos respectivo. La Formulación de los Objetivos de Gestión
Institucional son elaborados de manera participativa y consensuada por todas las áreas organizacionales y funcionales del
Ministerio, a fin de cumplir con la normativa en materia de planificación institucional la cual establece la formulación anual
de los Planes Operativos y cuyos objetivos deben estar debidamente articulados con los objetivos estratégicos de la
institución.

RELACIONES DIPLOMÁTICAS DE BOLIVIA


1. ¿La diplomacia ? “La conducción de las relaciones internacionales por negociación, más que por la fuerza, la propaganda, o
el recurso del derecho, y por otros medios pacíficos – como recabar información o generar buena voluntad- que están
directa o indirectamente diseñados para promover la negociación. Una actividad esencialmente política y una institución del
sistema internacional” (Berridge)
2. Ámbito de las relaciones diplomáticas de Bolivia • Se destacan las relaciones con los países vecinos pero se han ampliado
las relaciones con otros países y regiones del mundo. • Bolivia es miembro de organizaciones internacionales como la OEA o
el Grupo de Río y es parte de acuerdos economicos como CAN , MERCOSUR, ALADI, ALCA, entre otros. • Además Bolivia es
receptora de Cooperación Internacional, de ONGs y organismos de desarrollo.

3. Relaciones diplomáticas con los países vecinos • A través del tiempo Bolivia ha sufrido perdidas territoriales que han
marcado a su vez las relaciones diplomáticas con los países vecinos. • Asi, la geografia límitrofe forma parte del estudio de
las relaciones diplomáticas de los países. • La geografía limítrofe es la que estudia los tratados, convenios, protocolos y
acuerdos internacionales en general que han determinado los límites históricos de los Estados.

4. Relaciones diplomáticas con Chile • A partir de la perdida del litoral, las relaciones con Chile han sido marcadas por la
demanda de una salida al mar. • La pérdida del litoral fue establecida en el tratado de Paz y Amistad de 1904 en la gestión
del presidente Ismael Montes.

5. Relaciones diplomáticas con Chile • Chile ofreció varias veces la recuperación de una salida pero no han surgido efecto por
ser realizadas solo por urgencias del momento. • En 1962 se dio la primera protesta por la desviación de las aguas del río
Lauca. Desde entonces las relaciones se han mantenido semiinterrumpidas. “si de números se trata, fuentes diplomáticas
señalan que el litro de agua por segundo cuesta 1,40 centavos de dólar. Y, Chile desvía unos 3.000 litros por segundo, por lo
que, según la lógica de la fuente diplomática, debe pagar al menos por la mitad tratándose de un río internacional. Pero, los
reclamos bolivianos quedaron en sólo eso. Chile nunca los escuchó siquiera”. Lauca, Quetena, Caquena, Irpa; el agua que
Chile utiliza sin pagar. 2004 http://www.bolivia.com/noticias/autonoticia s/DetalleNoticia22425.asp#

6. Relaciones diplomáticas con Chile El Gobierno de Bolivia creó la Dirección de Reivindicación Marítima (Diremar) en 2011.
El agente encargado de defender la demanda en la CIJ de La Haya es el expresidente del país Eduardo Rodríguez Veltzé
(2005-2006), que también tiene el puesto de embajador en Holanda. Se esta exigiendo se obligue a Santiago a dialogar sobre
una salida al Pacífico en el marco de los ofrecimientos chilenos a lo largo de la historia de resolver el diferendo arrastrado
desde 1879, tras la guerra del Pacífico. • Entre 1975 y 1978 los presidentes restablecen las embajadas. Se discutió la petición
boliviana pero finalmente se rompen relaciones al no ver una intención verdadera para alcanzar un acuerdo. • En el 2006 se
da un acercamiento de cancilleres donde se discuten temas como: Salida al mar, venta de gas natural a Chile, uso de las
aguas del Silala.

7. Relaciones diplomáticas con Perú • Las relaciones son generalmente de acercamiento y cordialidad. • Solo a finales del
Siglo XIX hubo un problema por zonas gumiferas al norte del país. Pero en 1902 se solucionó mediante dos tratados:
Arbitraje Juris y Daniel Sanchez- Solon Polo en 1909. • Se comparte con Perú el Lago Titicaca y la salida al mar que Perú
otorgó a Bolivia en 1992 a través del Puerto de Ilo.

8. Relaciones diplomáticas con Perú • Ambos países participan en organismos económicos como la CAN

9. Relaciones diplomáticas con Brasil • En 1866 el hábil gobierno brasilero logro firmar un tratado con Bolivia por el cual se
apoderaba del territorio del Mato Groso y una parte de la región del Acre. Ambas importantes por sus reservas de hierro y
Caucho.

10. Relaciones diplomáticas con Brasil • Otros puntos importantes son: o la Declaración Presidencial del Acre en 2004. o La
exportación de gas natural boliviano al Brasil.

11. Relaciones diplomáticas con Argentina • Las relaciones con Argentina han sido tranquilas a excepción de los problemas
limítrofes sobre Tarija, el Chaco Central y la Punta de Atacama. • Actualmente las relaciones se realizan en el marco del
Acuerdo de Complementariedad económica con el MERCOSUR

12. Relaciones diplomáticas con Argentina Se destaca en las relaciones con Argentina el Acuerdo de compra- venta de Gas
natural boliviano firmado el 2006.

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