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Historia Social de la Educación

Educación Técnica- Educación Obrera

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Introduccion.
La política educativa del primer peronismo no es ajena al contexto político internacional
en el que se desarrolla y a las vivencias que el mismo Perón había transitado a lo largo de
su carrera. Entre 1939 y 1941, fue agregado militar de Argentina en la Italia de Benito
Mussolini. Perón no ocultaba su admiración por el régimen fascista al que definió como
"un ensayo de socialismo nacional, ni marxista ni dogmático." A su regreso, se convirtió en
uno de los referentes más destacados de una logia militar conocida como (GOU) Grupo de
Oficiales Unidos, de carácter nacionalista y anticomunista, brindando numerosas
conferencias sobre temas políticos y militares.

En el campo ideológico, el Estado fascista italiano fiscalizaba todas las facetas del
pensamiento, la información y la expresión, desplegando una férrea vigilancia sobre la
educación a la que encomendaba la misión de adoctrinamiento político. Los docentes eran
transformados en funcionarios transmisores de consignas políticas y los libros escolares
se encargaban de divulgar una idea mitificada del régimen y su líder. En la implantación de
sus ideales, el Estado contó con la inestimable ayuda de la Iglesia Católica que, tras los
Pactos de Letrán (que reconocían la soberanía del Estado Vaticano en 1929), obtuvo
importantes ventajas en materia educativa como la implantación de la enseñanza
obligatoria de la materia de Religión en los niveles de Primaria y Secundaria. Pese a la
constante y sistemática exaltación de nacionalismo, el fascismo italiano no desplegó las
altas cotas de xenofobia y racismo que alcanzó el régimen nazi en Alemania.

El Ministro de Educación Giuseppe Bottai introducía en Italia nuevas reformas (entre


1925 y 1943) que incluían una crítica a la enseñanza burguesa, la enseñanza popular al
servicio del Estado, una escuela común de 10 años seguida de una escuela media,
manteniendo los Liceos y la enseñanza superior que precedía, y proclamando finalmente,
tres ejes para la enseñanza: el estudio, la preparación física y el trabajo manual. Sin dudas
el paso de Perón por Italia durante esta experiencia marcó fuertes huellas que, a su modo,
intentará replicar a su regreso a Argentina.

Mientras que en lo político, el pensamiento de Perón era producto de múltiples


influencias que iban del nacionalismo católico, el falangismo español y el fascismo hasta el
socialismo, en sus discursos de 1944, planteaba la necesidad de integrar al obrero al

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sistema como un consumidor y, de esa manera, alejarlo de la influencia revolucionaria. Su
pensamiento se inscribe en la idea de ‘alianza de clases’ de modo tal de descartar la
posibilidad de que pudiera afirmarse el concepto opuesto de ‘lucha de clases’.

En las elecciones de febrero de 1946, Perón se impuso obteniendo casi los dos tercios de
la Cámara de Diputados, la mayoría de los puestos del Senado y casi todas las
gobernaciones provinciales. Al asumir la presidencia Perón elaboró un Plan Quinquenal que
intentó transformar la estructura económica del país fomentando la industria y estimulando el
mercado interno. Paralelamente, el estado peronista emprendía una importante política de
estatizaciones acorde con una corriente mundial en ese sentido. Pese a las buenas
intenciones, el peronismo no logrará transformar a la industria en la principal fuente de
ingresos del Estado, cuyas divisas seguían proviniendo de la exportación de granos y carnes.

Volviendo sobre la idea que el modelo italiano había logrado imprimir sus influencias en la
concepción de un sistema educativo, se pueden sin embargo establecer algunas similitudes y
diferencias. Si bien la matriz del sistema educativo que Perón concibe para el modelo
argentino sigue los principales lineamientos postulados por el ministro Bottai para el
fascismo, no hay que olvidar que el modelo italiano ponía su foco en la capacitación técnico-
laboral no sólo para el desarrollo interno sino para dar herramientas prácticas a un pueblo
destinado, hasta ‘constitucionalmente’, a la emigración. Al respecto, el sistema argentino
buscaba que la masa trabajadora pudiera lograr su inserción en el ámbito local, en el marco
del proceso de industrialización por sustitución de importaciones cuya producción se volcaría
al mercado interno.

Un tema transversal es el papel de la educación católica propia del peronismo, sobre todo
de su primer gobierno. La educación técnica marcó una agenda hasta entonces desconocida.
Este modelo de enseñanza técnica será parte de un conflicto social entre distintos agentes
de aquel momento ya que algunos lo traducen como una presión de los grupos sociales en
ascenso (las masas trabajadoras) sobre el gobierno. En su concepción, la implementación de
la educación técnica, lejos de construir un trazo reaccionario, favorecía una “segmentación
positiva” tendiente a acelerar la ascensión de los obreros. Por ende, la creación de nuevas
instituciones cumplió una triple función: política, económica y cultural.

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La capacidad del Estado para procesar y dar respuesta a las demandas civiles será el
elemento diferenciador del fenómeno peronista, caracterizado como un régimen nacional
popular. El Estado haría un intento por articular diferentes demandas construyendo un
discurso nacional con gran capacidad de hegemonía: “Patriotismo, modernización y
justicia social serían los puntos nodales de su discurso”. Se trataba de lograr una
concientización de masas con el objetivo principal de generar herramientas que permitan a
los obreros no sólo defenderse en el futuro, sino también la concientización política, es
decir, educación con objetivos políticos.

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Educacion técnica-éducacion obréra.
A partir de este contexto ideológico de época, en 1946 el Presidente de la Nación
presenta ante el Congreso Nacional el Plan de Gobierno 1947-1951, en este plan de
gobierno la educación ocuparía un lugar fundamental tendiente a crear un nuevo tipo de perfil
de ciudadano (movilizado, politizado, disciplinado y alfabetizado) que consolidará la nueva
hegemonía, a los efectos se produjo una expansión de la matrícula escolar en todos los
niveles la cual perseguía dos fines: por un lado político ( cualificación del ciudadano,
creación de una clientela política) y por otro lado económico( creciente industrialización por
sustitución de importaciones), más que un efecto democratizador se perseguía la “producción
de sujetos sociales”.

La educación técnica estaba destinada a crear un nuevo tipo de sujeto: el obrero, sobre la
misma ya se había comenzado a trabajar desde su puesto en la Secretaria de Trabajo y
Previsión:

“Queremos, y así lo hemos iniciado ya hace dos años en la Secretaria de Trabajo y


Previsión, formando las escuelas para la instrucción de menores en la industria” […]
“Aspiramos a lograr en tres años la formación de buenos operarios”1

Todo movimiento político que se proponga una reforma pronunciada de las relaciones
sociales y educativas debe construir un nuevo imaginario social que sea internalizado y en el
cuál los nuevos sujetos sociales se sientan representados.

El modelo político se basó en la politización controlada de amplios sectores populares


excluidos hasta el momento como sujetos de participación política, sin embargo esta
participación será controlada por el mismo agente que la brinda, es decir la participación es
posible dentro del marco del poder hegemónico no por fuera.

Si bien en la década del ´20 y del ´30 el país había experimentado un proceso de
industrialización por sustitución de importaciones el trabajo manual era desprestigiado por
las clases dirigentes, a partir del peronismo se invierte esta valoración negativa y el trabajo

1 Plan de Gobierno 1947-1951,capítulo de la educación en El Monitor p.5


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manual y el obrero pasan representar los valores a destacar: esfuerzo, trabajo, dedicación;
que garantizarían una progreso económico y social para las clases trabajadoras.

Las escuelas técnicas reproducían las relaciones de la fábrica, el ingresante pasaba a


ser el aprendiz y sería instruidos por un maestro que debería ser obrero (así también el
director), el sujeto permanecía en la institución desde las 7.30 hs. hasta las 17.30; allí se le
proveían el desayuno, el almuerzo, la ropa de trabajo, los útiles escolares y recibían un
paga que se incrementaba en cada año, estas prácticas perseguían que el individuo
incorpore los tiempos artificiales de la fábrica y que vaya adquiriendo el habitus de ser
obrero.

La adaptación a los ritmos artificiales y al disciplinamiento del trabajo industrial cumplía


una función primordial en la construcción del sujeto obrero considerando que muchos
provenían del interior en donde el paisaje fabril era totalmente ajeno.

Si bien el aprendizaje se realizaba en una institución diferente de dónde se trabajaría


luego, estas escuelas era fabricas a pequeña escala, los alumnos aprendían “trabajando”;
podemos observar no sólo un reproducción de las relaciones del fabrica en la escuela sino
también un emulación a las escuelas de oficios que tuvieron lugar en Italia, y Países Bajos
entre otros.

Los mismos estaban organizados en una estructura piramidal (en orden descendente)
Maestro-Oficial.-Aprendiz, lo mismo sucedía en las escuelas, y la transmisión de
conocimiento en ambos casos era de tipo práctico: saber hacer.

El aprendizaje de un oficio crea un tipo identificatorio en función de un arte manual, el


que además le proveía al sujeto su posterior sustento de vida y así era reconocido por la
sociedad.

La formación de técnicos y mano de obra calificada era necesaria para el crecimiento


económico que se impulsaba, la expansión de niveles técnicos de enseñanza favorecía
cierta clientela política y una base de dirigentes para los distintos órganos de poder
peronista.

Para los sectores populares la enseñanza técnica era una opción por la nueva
valorización social del trabajo, por la efectiva promoción social de los trabajadores y la
posibilidad de acceso puestos de dirigencia en el nuevo entramando de poder.

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Las escuelas técnicas también funcionaron como órgano de poder político en oposición a
las instituciones tradicionales el bachillerato y la universidad en donde residía uno de los
mayores núcleos de oposición al peronismo; con el fin de segregarlos se creó en 1952 la
Universidad Obrera Nacional, a la misma sólo se podía acceder si se era obrero,
constituyendo de este modo toda una formación determinada para un grupo social especifico,
blindando el acceso a los ajenos, creando un tipo de identidad distintiva, tal como sucedía en
los oficios.

El sujeto “obrero” ha sido creado de acuerdo a un imaginario y prácticas sociales y


educativas específicas como base de movilización del nuevo poder hegemónico.

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Bibliografía.

 CAFFERA, Hugo R. Educación y luchas populares. Historia crítica de la Argentina.


Bs As, Ed.Cinco,2000

 CUCUZZA, Héctor Rubén (Dir). Estudios de las Historia de la educación durante el


primer peronismo (1943-1955)Ed. Los libros del riel, UNLu,1997

 PERRUPATO, Sebastián. Historiografía y educación peronista: un estado de la


cuestión sobre la historia de la educación durante el primer peronismo. Universidad
Nacional de Mar del Plata.

 Plan de gobierno 1947-1951, capítulo de la educación en El Monitor,p.5

 PUIGROSS Adriana. Qué pasó en la educación Argentina. Desde la conquista


hasta el menemismo, Bs As, Kapeluz

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