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Núm.

3: ¿Se convertirán todos los judíos al


cristianismo?

Preguntas de los lectores

El apóstol Pablo indicó que todo Israel sería


salvo (Rom. 11:26). ¿Quiso decir con esto que
todos los judíos acabarían convirtiéndose al
cristianismo?

Romanos 11:26 “y de esta manera todo Israel


será salvo. Así como está escrito: “Saldrá de Sión
el libertador y apartará de Jacob las prácticas
impías.”

No, eso no fue lo que Pablo quiso decir. Como


nación, los descendientes de Abrahán se negaron
a aceptar que Jesús fuera el Mesías. Y en los años
que siguieron a la muerte de Jesús quedó claro
que los judíos no se convertirían en masa al
cristianismo. Aun así, la afirmación de Pablo de
que todo Israel sería salvo se cumpliría. ¿En qué
sentido?

Jesús dijo lo siguiente a los líderes religiosos de


su día: “El reino de Dios les será quitado a
ustedes y será dado a una nación que produzca
sus frutos” (Mat. 21:43). Debido a que Israel en
su conjunto rechazó a Jesús, Jehová dirigió su
atención a una nueva nación, la cual sería de
índole espiritual. Pablo la llamó “el Israel de
Dios” (Gál. 6:16).

Otros pasajes de las Escrituras Griegas Cristianas


indican que “el Israel de Dios” está formado por
144.000 cristianos ungidos por espíritu santo
(Rom. 8:15-17; Rev. 7:4). Este grupo incluye a
personas que no son judías, como confirma
Revelación 5:9, 10. Allí leemos que los miembros
del Israel espiritual provienen “de toda tribu y
lengua y pueblo y nación” y que son
seleccionados para llegar a ser “un reino y
sacerdotes” y para “reinar sobre la tierra”. Pero, a
pesar de que la nación de Israel fue desechada
por Dios, algunos de sus miembros podrían
reconciliarse con él. Ese fue el caso de los
apóstoles y de muchos otros judíos que llegaron a
ser cristianos en aquel tiempo. Claro, tal como el
resto de los seres humanos, estos judíos tenían
que ser comprados con la sangre de Jesucristo (1
Tim. 2:5, 6; Heb. 2:9; 1 Ped. 1:17-19).
Romanos 8:15-17 “Porque ustedes no
recibieron un espíritu de esclavitud que ocasione
temor de nuevo, sino que recibieron un espíritu
de adopción como hijos, espíritu por el cual
clamamos: “¡Abba, Padre!”. El espíritu mismo da
testimonio con nuestro espíritu de que somos
hijos de Dios. Pues, si somos hijos, también
somos herederos: herederos por cierto de Dios,
pero coherederos con Cristo, con tal que
suframos juntamente para que también seamos
glorificados juntamente.”

Revelación 7:4 “Y oí el número de los que


fueron sellados, ciento cuarenta y cuatro mil,
sellados de toda tribu de los hijos de Israel:”

1 Timoteo 2:5-6 “Porque hay un solo Dios, y un


solo mediador entre Dios y los hombres, un
hombre, Cristo Jesús, que se dio a sí mismo
como rescate correspondiente por todos... de
[esto] ha de darse testimonio a sus propios
tiempos particulares.”

Hebreos 2:9 “pero contemplamos a Jesús, que


había sido hecho un poco inferior a los ángeles,
coronado de gloria y honra por haber sufrido la
muerte, para que por la bondad inmerecida de
Dios gustase la muerte por todo [hombre].”

1 Pedro 1:17-19 “Además, si ustedes invocan al


Padre que juzga imparcialmente según la obra de
cada cual, compórtense con temor durante el
tiempo de su residencia forastera. Porque
ustedes saben que no fue con cosas corruptibles,
con plata u oro, con lo que fueron librados de su
forma de conducta infructuosa recibida por
tradición de sus antepasados. Más bien, fue con
sangre preciosa, como la de un cordero sin tacha
e inmaculado, sí, la de Cristo.”

Aunque la mayoría de los judíos del siglo


primero perdieron la oportunidad de convertirse
en gobernantes junto con Jesús, el propósito de
Dios no se frustró. Eso jamás podría ocurrir,
pues Jehová nos asegura mediante su profeta:
“Así resultará ser mi palabra que sale de mi boca.
No volverá a mí sin resultados, sino que
ciertamente hará aquello en que me he deleitado,
y tendrá éxito seguro en aquello para lo cual la he
enviado” (Isa. 55:11).
Así ha sucedido con el propósito de Dios de
entronizar a 144.000 humanos al lado de su Hijo
en el cielo. La Biblia muestra con claridad que
dicha cifra se completaría; no faltaría ni uno solo
(Rev. 14:1-5).

Revelación 14:1-5 “Y vi, y, ¡miren!, el Cordero


de pie sobre el monte Sión, y con él ciento
cuarenta y cuatro mil que tienen escritos en sus
frentes el nombre de él y el nombre de su Padre.
Y oí un sonido procedente del cielo como el
sonido de muchas aguas y como el sonido de
fuerte trueno; y el sonido que oí fue como el de
cantantes que se acompañan con el arpa, tocando
sus arpas. Y están cantando como si fuera una
canción nueva delante del trono y delante de las
cuatro criaturas vivientes y de los ancianos; y
nadie pudo dominar aquella canción sino los
ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido
comprados de la tierra. Estos son los que no se
contaminaron con mujeres; de hecho, son
vírgenes. Estos son los que van siguiendo al
Cordero no importa adónde vaya. Estos fueron
comprados de entre la humanidad como
primicias para Dios y para el Cordero, y no se
halló en su boca falsedad; están sin tacha.”

De modo que cuando Pablo escribió que todo


Israel sería salvo, no estaba prediciendo una
conversión en masa de judíos al cristianismo. Lo
que quiso decir es que se cumpliría el propósito
de Dios de tener 144.000 israelitas espirituales
gobernando en el cielo con Jesucristo. Cuando
llegue el momento fijado por Jehová, el grupo
completo —“todo Israel”— será salvo y sus
miembros gobernarán como reyes y sacerdotes
en el Reino mesiánico (Efe. 2:8).

Los ungidos provienen “de toda tribu y lengua y


pueblo y nación”

Judíos

¿Se convertirán todos los judíos a la fe en Cristo


y alcanzarán la salvación eterna?

Romanos 11:25, 26: “No quiero, hermanos, que


ignoren este secreto sagrado, para que no sean
discretos a sus propios ojos: que un
embotamiento de las sensibilidades le ha
sucedido en parte a Israel hasta que el número
completo de la gente de las naciones haya
entrado, y de esta manera [“de esta manera”,
VM, Str; “así”, BJ, CI; hou'tos, en griego] todo
Israel será salvo.” (Note que la salvación de “todo
Israel” se logra, no por la conversión de todos los
judíos, sino por ‘entrar’ gente de las naciones
gentiles. Algunos traductores han vertido el
versículo 26 de la siguiente manera: “Y después
de esto los demás de Israel obtendrán la
salvación”. Pero A Manual Greek Lexicon of the
New Testament [Edimburgo, 1937, G. Abbott-
Smith, pág. 329] define hou'tos con el
significado: “de esta manera, así”.)

Para entender correctamente lo que está escrito


en Romanos 11:25, 26, debemos también tomar
en consideración las siguientes declaraciones que
aparecen en capítulos anteriores de la carta a los
Romanos: “No es judío el que lo es por fuera, ni
es la circuncisión la que está afuera en la carne.
Mas es judío el que lo es por dentro, y su
circuncisión es la del corazón por espíritu, y no
por un código escrito” (2:28, 29). “No todos los
que provienen de Israel son realmente ‘Israel’.”
(9:6.)

Romanos 11:25-26 “Porque no quiero,


hermanos, que ignoren este secreto sagrado, para
que no sean discretos a sus propios ojos: que un
embotamiento de las sensibilidades le ha
sucedido en parte a Israel hasta que el número
pleno de gente de las naciones haya entrado, y de
esta manera todo Israel será salvo. Así como está
escrito: “Saldrá de Sión el libertador y apartará
de Jacob las prácticas impías.”

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