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El trastorno del espectro autista -TEA- es el término que engloba los trastornos
complejos del desarrollo del cerebro. Esto incluye el síndrome autista, hiperactividad y
síndrome de Asperger.
Aunque pueden tratarse de manera similar, cada una posee sus propias
características:
El síndrome autista:
La hiperactividad:
– El individuo se deja llevar por sus deseos y emociones, actúan con impulsividad. Se
presentan ante los demás con escaso autocontrol.
El síndrome de Asperger:
Los lácteos:
El gluten:
Es una proteína común a TODOS los CEREALES, muy irritante para la mucosa intestinal,
produciendo intestino permeable e inflamación.
Es por ello que normalmente en una dieta libre de gluten se eliminan los siguientes
cereales:
– Trigo
– Avena
– Centeno
– Cebada
– Kamut o Espelta
– Seitán y
– Cuscus
El Azúcar:
El niño debe acostumbrarse al sabor auténtico de los alimentos, por ello, debemos
evitar el sabor dulce sobreañadido. Debemos eliminar los azúcares (azúcar, sacarosa,
fructosa) y jarabes (de arce, de arroz, maíz, etc.) ya que son alimentos para parásitos,
hongos y bacterias y además son acidificantes para la sangre. También debemos
eliminar los edulcorantes, ya que no son naturales y pueden llegar a ser tóxicos. El
edulcorante xilitol y glicerina pueden ser utilizados y son recomendados. En ocasiones
especiales se puede tomar stevia.
Los niños del espectro deben llevar una alimentación que incluya todos los grupos de
alimentos: proteínas, grasa y carbohidratos.
– Carnes: pollo, pato, pavo, conejo, cerdo, cordero, chigüiro, chivo, animales de
caza.
– Jamones y embutidos. Las marcas Movilla, Colonia Tovar y Plumrose Premium son
libre de gluten.
Grasas: deben formar parte de la dieta de un niño. Debemos dar “grasas buenas”.
– Aguacate, caldo de huesos con sus grasas, grasa propia del animal, aceites
recomendados: Oliva, girasol, coco, aguacate.
Carbohidratos:
– Aguacate y plátano.