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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1977/2013

Sucre, 4 de noviembre de 2013

SALA TERCERA
Magistrado Relator: Tata Gualberto Cusi Mamani
Acción de libertad

Expediente: 04109-2013-09-AL
Departamento: Cochabamba

En revisión la Resolución de 8 de julio de 2013, cursante de fs. 59 a 63 vta., pronunciada dentro de la


acción de libertad interpuesta por Feliza Terán Quiroz y Chris Lester Torrico Terán contra
Luis Fernando Pérez Montaño, Juez Noveno de Instrucción en lo Penal del
departamento de Cochabamba.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda


Por memorial presentado el 5 de julio de 2013, cursante de fs. 7 a 9 vta., los accionantes manifiestan los
siguientes fundamentos de hechos y derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

En la investigación seguida en su contra por el Ministerio Público, por la presunta comisión de los delitos de
estelionato, estafa y "falsedad de documento público", Chris Lester Torrico Terán, fue detenido
preventivamente el 10 de noviembre de 2010, habiendo sido acusado formalmente el 7 de octubre de
2011, en su condición de "autor confeso", 'por lo que debió haber sido sometido a un proceso abreviado;
además, al haber transcurrido dos años y siete meses, se considera indebidamente detenido, por cuanto la
pena mínima del delito más grave del que se le acusa, es de "un año", habiendo transcurrido el plazo
previsto por el art. 239.2 del Código de Procedimiento Penal (CPP); sin embargo a pesar de haber
confesado no ha merecido un procesamiento oportuno y no ha cesado su detención preventiva.

Respecto a Feliza Terán Quiroz, el Juez de la causa ordenó la acumulación de las causas iniciadas por ser
conexas, pero después de más de seis meses el Fiscal no emitió acusación formal contra ella ni la
notificaron con el sobreseimiento o la audiencia conclusiva; quedándose en un estado irregular de
persecución procesal porque transcurrieron casi tres años, sin acusación ni imputación, habiendo estado el
proceso inactivo durante los últimos seis meses, realizándose únicamente dos audiencias en tres años
aproximadamente; además, "el expediente" del proceso es absolutamente irregular por que se han
adicionado fojas que antes no constaban, tal como se evidencia de la certificación notarial de 24 de mayo.

Finalmente el 5 de junio de 2013, los accionantes presentaron un memorial solicitando la extinción de la


acción penal a favor de los accionantes y la libertad de Chris Lester Torrico Terán por detención indebida;
sin embargo, su solicitud no fue respondida en el plazo previsto y actualmente fue remitido al Juzgado
Noveno de Instrucción en lo Penal, por la vacación judicial, permaneciendo aún en el mismo estado.

1.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Los accionantes alegan la lesión de los derechos a la libertad y al debido proceso, sin citar norma
constitucional que lo contenga.

1.1.3. Petitorio

Solicitan: a) Se ordene la libertad de Chris Lester Torrico Terán, por detención indebida; toda vez que los
plazos para la detención preventiva han vencido o, alternativamente, se aplique medidas cautelares
sustitutivas a la detención preventiva en su favor; y, b) Se "decrete" la extinción de la acción penal
respecto a Feliza Terán Quiroz, al haber transcurrido casi tres años desde que se presentó la querella y
hasta la fecha de interposición de esta acción no ha sido acusada ni sobreseída formalmente.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Efectuada la audiencia pública el 8 de julio de 2013, según consta en el acta cursante a fs. 58 y vta., se
produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

El abogado de los accionantes ratificó in extenso la demanda, aclarando que el


Juez demandado no tendría responsabilidad en el manejo del expediente hasta el 1 de julio de 2013.

1.2.2. Informe de la autoridad demandada

Luis Fernando Pérez Montaño, Juez Noveno de Instrucción en lo Penal del departamento de Cochabamba,
mediante informe escrito cursante a fs. 57 y vta. manifestó lo siguiente: 1) El Juez Sexto de Instrucción
en lo Penal -Juez de origen-, remitió el expediente al juzgado a su cargo el 28 de junio de 2013, emitiendo
el proveído de radicatoria el 1 de julio del mismo año que hizo conocer a las partes; 2) El 2 del indicado
mes y año, la ahora accionante, se apersonó sin presentar ningún reclamo o denuncia sobre las
irregularidades que ahora denuncia; 3) Con referencia al memorial que no hubiera sido resuelto, éste no
cursa en el expediente y además desconoce si fue presentado o no, en todo caso debió acudir al juzgado
de origen, ya que es de responsabilidad de la autoridad que ejercía el control jurisdiccional en ese
momento; y, 4) El no tiene responsabilidad por los actos de los funcionarios del juzgado de origen y para
la procedencia de la presente acción de libertad, es imprescindible que esté dirigida a acudir a la autoridad
que cometió que acto ilegal o la omisión indebida que lesiono los derechos de los accionantes, por lo que
solicitó se deniegue la tutela.

1.2.3. Resolución

La Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, constituida en Tribunal de
garantías, por Resolución de 8 de julio de 2013, cursante de fs. 59 a 63 vta., concedió en parte la
tutela, disponiendo que: i) El Juez de Instrucción en lo Penal cautelar conmine a la Secretaria y Auxiliar del
Juzgado Sexto de Instrucción en lo Penal, para que en el plazo de veinticuatro horas remita a su
conocimiento el memorial presentado el "6" de junio de 2013, bajo responsabilidad funcionaria y remisión
de antecedentes al Consejo de la Magistratura en caso de incumplimiento, sin perjuicio que los accionantes
presenten directamente ante el Juez suplente; ii) El Juez Noveno de Instrucción en lo Penal, previa
verificación de antecedentes procesales y si es que no envió la apelación incidental contra el Auto dictado el
28 de enero de 2013, remita en veinticuatro horas el cuaderno incidental ante el Tribunal de alzada ; y,
iii) El Juez Noveno de Instrucción en lo Penal, "en suplencia" (sic) de su similar Sexto, ejercite
efectivamente el control jurisdiccional en la acción penal seguida a querella de Héctor Luna Aguilar y
"otros", contra los ahora accionantes; y la denegó respecto a las solicitudes de extinción de la acción
penal a favor de Feliza Terán Quiroz y de libertad o alternativamente la aplicación de medidas cautelares
impetrada por Chris Lester Torrico Terán, "por corresponder su tratamiento a la jurisdicción ordinaria" (sic).
La Resolución tiene los siguientes fundamentos: a) En cuanto a la falta de legitimación pasiva alegada por
la autoridad demandada, si bien ésta no incurrió en las omisiones invocadas; sin embargo, al estar
cumpliendo la función de autoridad de control jurisdiccional "en suplencia legal" cuenta con la legitimación
activa para ser demandada, salvando su responsabilidad; b) Se evidencia un deficiente control
jurisdiccional no atribuible a la autoridad judicial demandada que actúa en suplencia debido a vacación
judicial, sino a los jueces que a su turno fueron y son titulares del Juzgado Sexto de Instrucción en lo
Penal, por cuanto el Ministerio Público no ha arribado a ninguna de las circunstancias establecidas en el art.
301 del CPP, respecto a la co-querellada Feliza Terán Quiroz, no obstante que las dos querellas
acumuladas datan de 2 y 6 de septiembre de 2010, por cuanto el Fiscal únicamente formuló imputación
formal contra Chris Lester Torrico Terán; en, consecuencia, el Juez Sexto de Instrucción en lo Penal debió
ordenar al Ministerio Público cumpla con lo establecido en el citado art. 301 del CPP, como era su
obligación; c) Si bien pasó superabundantemente el plazo de seis meses de la etapa preparatoria en
relación al co-imputado Chris Lester Torrico Terán, computable desde que éste fuera notificado con la
imputación formal formulada en su contra; sin embargo, al no haberse emitido ningún requerimiento y
menos imputación contra la co-imputada, hace incierta su situación jurídica que afecta directamente a la
situación de Chris Lester Torrico Terán que a la fecha, producto del defectuoso control jurisdiccional, se
encuentra detenido preventivamente; d) El 6 de junio de 2013, la imputada Feliza Terán Quiroz solicitó la
extinción de la acción penal a su favor amparada en el art. 134 del CPP, y la libertad de Chris Lester Torrico
Terán; memorial que ni siquiera fue arrimado al cuadernillo procesal remitido ante el Juez suplente y
menos providenciado a efecto de imprimir el trámite que corresponda; omisión que es atribuible al
personal de apoyo jurisdiccional del Juzgado Sexto de Instrucción en lo Penal cautelar ; e) Finalmente,
aunque no fue expuesto por los accionantes, una vez verificados los antecedentes procesales se ha
evidenciado que mediante Auto de 28 de enero de 2013, se rechazó la solicitud de cesación a la detención
preventiva planteada por el accionante, resolución que fue apelada por el imputado mediante memorial de
31 de enero de 2013, y dispuesta su remisión por proveído de 1 de marzo de 2013. Siendo notificado a las
partes el 10 de junio de 2013, sin que conste en el cuaderno procesal y menos en el sistema "IANUS" que
hubiera sido remitido el cuadernillo incidental ante la Sala Penal de turno para resolver la impugnación;
observándose, el incumplimiento de plazos, situación que hasta ese momento ocasionaría incertidumbre
en el accionante vulnerando al debido proceso en su vertiente del derecho a la defensa, vinculándose
directamente a la solicitud de libertad del accionante, situación atribuible al titular del control jurisdiccional,
Juez Sexto de Instrucción en lo Penal.

II. CONCLUSIONES
De la revisión y compulsa de los antecedentes que cursan en el expediente, se
establecen las siguientes conclusiones:

11.1. Por memorial de 2 de septiembre de 2010, Héctor Luna Aguilar y Richard Nelson Velasco Ramírez
formularon querella contra Chris Lester Torrico Terán y Feliza Terán Quiroz por la presunta comisión
del delito de estafa (fs. 13 a 14 vta.). El 9 de septiembre de 2010, la Fiscal de Materia Jhosy Erly
Arauco, informó al Juez de Instrucción cautelar de Turno en lo Penal, el inicio de investigación
dentro de la etapa preliminar seguida por el Ministerio Público a querella de Héctor Luna y Richar
Nelson Velasco contra los accionantes por la presunta comisión del delito previsto en el art. 335 del
Código Penal (CP) (fs. 15). Por decreto del 10 del mes y año referidos, el Juzgado Sexto de
Instrucción, tuvo por presentado el informe de inicio de investigaciones (fs. 15).

11.2. Por memorial de 6 de septiembre de 2010, Eduardo Freddy Falcón Mendieta, Roger Viraca Villalta,
Riomani Analia Avilés de Escobar, Mabel Concepción López Cardozo, Esperanza Flores Villca, en
representación de las víctimas, formularon querella contra Chris Lester Torrico Terán y Feliza Terán
Quiroz por la presunta comisión de los delitos previstos en los arts. 198, 199, 203, 335, 337 y 346
bis del CP (fs. 16 a 21). Por decreto de 11 de septiembre del mes y año señalados, el Juez de
Instrucción Cautelar tuvo por presente el informe de inicio de investigación (fs. 22).

11.3. Por requerimiento de 14 de diciembre de 2010, la Fiscal de Materia Jhosy Erly Arauco formuló
imputación formal contra "Cris Lester Torrico Terán" por la presunta comisión de los delitos de
estafa con relación a víctimas múltiples en grado de autoría, estelionato con relación a víctimas
múltiples en grado de autoría, requiriendo la detención preventiva del imputado (fs. 24 a 27 vta.),
dentro de la investigación a querella de Eduardo Freddy Falcón Mendieta y "otros".

11.4. Por Auto de 15 de diciembre de 2010, el Juez Segundo de Instrucción en lo Penal, dispuso la
detención preventiva de Chris Lester Torrico Terán en el recinto penitenciario de San Sebastián
Varones (fs. 30 a 31), emitiéndose el correspondiente mandamiento en la misma fecha (fs. 32).
11.5. Por Auto de 26 de septiembre de 2011, la Jueza Primera de Instrucción en lo Penal, dispuso la
acumulación del cuadernillo de investigaciones correspondiente a la etapa preparatoria seguida a
querella de Eduardo Fredy Quiroz Falcón Mendieta y "otros" contra los accionantes por la presunta
comisión de los delitos previstos y sancionados en los arts. 198, 199, 203, 335, 337 y 346 bis, del
CP, a la causa relacionada con la investigación realizada por el Ministerio Público a querella de
Héctor Luna y Richard Velasco contra los mismos imputados, por el delito de estafa (fs. 38).

11.6. El 7 de octubre de 2011, el Fiscal de Materia imputó formalmente a Chris Lester Torrico Terán por la
presunta comisión de los delitos de estelionato y estafa, solicitado, dentro de la investigación a
querella de Héctor Luna Aguilar y Nelson Velasco (fs. 40 a 41 vta.), solicitando que al haberse
acumulado las causas se amplíe el plazo de la etapa preparatoria.

11.7. Por memorial de 26 de octubre de 2012, Cris Lester Torrico Terán solicitó audiencia para la cesación
de su detención preventiva (fs. 46), que por decreto de 5 de diciembre de 2012, fue fijada para el
28 de enero de 2012 por la Jueza Sexta de Instrucción en lo Penal (fs. 47); desarrollada la
audiencia, mediante resolución de la misma fecha, la Jueza Sexta de Instrucción Penal, rechazó la
solicitud de cesación a la detención preventiva, con el argumento que no se cumplieron los
requisitos del art. 239 incs. 2) y 3) del CPP (fs. 52 a 53). Contra dicha Resolución el imputado
formuló apelación incidental el 31 de enero de 2013 (fs. 54 y vta.); disponiendo la Jueza, mediante
decreto de 1 de marzo del señalado año, que se remitieran antecedentes ante la Sala Penal de
turno de la "Corte Superior de Justicia" (fs. 55); decreto con el que fue notificado el accionante el 10
de junio de 2013 (fs. 56).

11.8. Cursa el acta de verificación de expediente, efectuada el 24 de mayo de 2013, por la Notaria de Fe
Publica de Primera Clase 27 de Cochabamba, a petición de la accionante indicando que: 1) Se
constituyó en el Juzgado Sexto de Instrucción en lo Penal donde pudo verificar el expediente del
caso seguido por Eduardo Freddy Falcón y "otros" contra los accionantes, por la presunta comisión
de los delitos de falsedad material y falsedad ideológica, uso de instrumento falsificado, estafa y
estelionato en relación a víctimas múltiples; y, 2) El segundo cuerpo se encontraba foliado hasta la
"fs. 253", existiendo "43 fojas" cosidas al expediente que no habían sido foliadas, siendo el último
proveído de 6 de diciembre de 2012. Cuando se preguntó al Auxiliar del Juzgado, "Fabio Rivero",
éste refirió que existía una apelación incidental presentado el 31 de febrero de 2013, por Chris
Lester Torrico Terán, que se encontraría pendiente de notificación (fs. 5).

11.9. Por memorial presentado el 6 de junio de 2013, la accionante por sí y por su hijo Chris Lester
Torrico Terán, solicitó al Juez Sexto de Instrucción en lo Penal, la "extinción de la acción penal y
libertad", argumentando: i) Respecto a su hijo, que éste se encontraba detenido por más de dos
años y siete meses, sin un proceso activo, y a pesar de haber confesado el delito, no habría
merecido la aplicación del proceso abreviado que la ley prevé para estos casos; y, ii) En cuanto a
su persona, indicó que ya eran casi tres años, sin que hubiera sido sobreseída o acusada
formalmente; aun cuando, conforme al art. 134 del CPP, cumplidos los seis meses el Fiscal debió
emitir acusación formal, debiendo el Juez conminar al Fiscal, para que en el plazo de cinco días se
pronuncie, y en caso de no ser así, decretar la extinción de la acción penal (fs. 3 a 4 vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

Los accionantes, consideran que la autoridad demandada vulneró sus derechos a la libertad y al debido
proceso, por cuanto: a) No resolvió el memorial en el que solicitó la extinción de la acción penal respecto a
Feliza Terán Quiroz, siendo su situación incierta al no encontrarse en calidad de imputada ni acusada; y,
b) Tampoco se resolvió la solicitud de libertad formulada a nombre de Chris Lester Torrico Terán, pese a
que se encuentra detenido preventivamente por dos años y siete meses; finalmente, verificados los
antecedentes procesales se evidenció que está pendiente la apelación formulada a la resolución que
rechazó la solicitud de cesación a la detención preventiva. En consecuencia, corresponde analizar, en
revisión, si tales extremos son evidentes, a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. El Tribunal Constitucional Plurinacional en el proceso de construcción del


Estado Plurinacional Comunitario: La materialización de los derechos
fundamentales
El art. 1 de la CPE, sostiene que "Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho
Plurinacional Comunitario"; modelo de Estado que fue el resultado de la fuerza descolonizadora de los
pueblos indígena originarios campesinos, quienes plantearon el reto histórico de dar fin al colonialismo,
con sujetos políticos colectivos con derecho a definir su destino, gobernarse en autonomías y participar
en los nuevos pactos de Estado.
Este nuevo modelo, tiene una inspiración anticolonialista que rompe con la herencia del
constitucionalismo monocultural, que nació a espaldas de los pueblos indígenas, y del
constitucionalismo pluricultural que introdujo de manera subordinada un reconocimiento parcial a los
derechos de los pueblos indígenas. Nuestra Constitución marca una ruptura respecto al
constitucionalismo clásico y occidental concebido por las élites políticas; es un constitucionalismo que
expresa la voluntad de las clases populares y los pueblos indígenas, creando una nueva
institucionalidad, transversalizada por lo plurinacional, una nueva territorialidad, signada por las
autonomías, un nuevo régimen político y una nueva legalidad bajo el paradigma del pluralismo jurídico
igualitario en el marco de la Constitución Política del Estado.

Efectivamente, nuestra Constitución tiene características que la distinguen e individualizan y dan


cuenta de un constitucionalismo que no tiene precedentes, y cuyos intérpretes deben ser fieles a sus
fundamentos, a los principios y valores que consagra, con la finalidad de materializar y dar vida a las
normas constitucionales, siendo sus características más importantes, la plurinacionalidad, la
descolonización, el pluralismo jurídico igualitario, la interculturalidad y el vivir bien.
Es bajo ese nuevo marco que, como lo entendió la SCP 0790/2012 de 20 de agosto, "... la comprensión
de los derechos, deberes y garantías no puede realizarse desde la óptica del constitucionalismo libera, sino más
bien abrirse a una pluralidad de fuentes del derecho y de derechos, trascendiendo el modelo de Estado liberal y
monocultura! cimentado en el ciudadano individua, entendiendo que los derechos en genera, son derechos de
colectividades que se ejercen individualmente, socialmente y/o colectivamente, lo cual no supone la negación de
los derechos y garantías individuales, pues el enfoque plurinacional permite concebir a los derechos, primero,
como derechos de colectividades, luego como derechos que se ejercen individualmente, socialmente y
colectivamente en cada una de las comunidades civilizatorias, luego como una necesidad de construir, de crear
una comunidad de comunidades; es decir, un derecho de colectividades, un derecho que necesariamente quiebre
la centralidad de una cultura sobre las otras y posibilite diálogos, espacios políticos de querella discursiva para la
generación histórica y necesaria de esta comunidad de comunidades de derechos.

El reconocimiento y adopción del pluralismo jurídico, hace posible un diálogo intercultural entre derechos, pues ya
no existe una sola fuente de Derecho y de los derechos; de donde éstos pueden ser interpretados
interculturalmente, lo cual habilita el carácter dúctil y poroso de los derechos, permitiendo un giro en la
comprensión de los mismos, generando su transformación para concebirlos como práctica de diálogo entre
culturas, entre mundos civilizatorios, en búsqueda de resignificar constantemente el contenido de los derechos
para cada caso concreto.

Por ello, la construcción de la institudonaiidad plurinacional parte dei desmontaje de las lógicas de coionia/idad,
desmistificando la idea de que impartir justicia es solamente una 'potestad'; sino por el contrario, asumirla como
un servicio al pueblo, concebida como facultad/obligación, pues fruto de la colonialidad antes
construida, se ha estructurado una "administración de justicia" extremadamente formal, cuasi
sacramental, reproductora de prácticas judiciales desde la colonia y el periodo republicano,
fundadas en la señorialidad de esta actividad bajo la concepción de 'potestad' antes que de
'servicio', sustentado por todo un aparato normativo, doctrinal e institucional. Corresponde al
Tribunal Constitucional Plurinacional, romper esas relaciones y prácticas que se reproducen en lo
social, cultural, político e institucional, constituyéndose en un instrumento destinado a la generación de
espacios de diálogo y reiacionamiento de las diferentes concepciones jurídicas en el marco del Estado Plurinacional
Comunitario, aportando al proceso de interpretación intercultural de los derechos humanos y fundamentales, así
como de las garantías constitucionales, con énfasis en los derechos colectivos y de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos' (las negrillas son nuestras).

Es en ese marco que el Tribunal Constitucional Plurinacional asume el reto de


romper las prácticas formalistas que reproducen el sistema colonial, asumiendo
plenamente las
funciones previstas en el art. 196 de la CPE, cuales son las de velar por la supremacía de la
Constitución, ejercer el control de constitucionalidad y precautelar el respeto y la vigencia de los
derechos y garantías constitucionales.

Efectivamente, en el marco del constitucionalismo plurinacional y comunitario que integra los


postulados del Estado Constitucional, el principio de supremacía constitucional exige el absoluto
sometimiento de gobernantes y gobernados a la Ley Suprema del Estado, fundamentalmente por dos
razones: porque emana de un poder con legitimidad cualificada, como es el poder constituyente, y
porque se constituye en parámetro de validez de las otras disposiciones normativas
infraconstitucionales existentes dentro de un Estado.
Bajo lo dicho, debe considerarse que la Constitución Política del Estado tiene una incuestionable fuerza
normativa; pues es una norma jurídica auténtica, susceptible de invocación en la sustanciación de
cualquier proceso o causa, de manera que los jueces y tribunales están compelidos a resolver los
litigios a la luz de la Norma Suprema del Estado, entendimiento que supone la materialización del
principio de eficacia y aplicación directa del texto constitucional.

Bajo ese razonamiento, los principios insertos en la Norma Suprema se establecen como directrices
para los poderes públicos y particularmente para los administradores de justicia. En ese sentido, es
importante reconocer que, tanto el derecho como el Estado se justifican a partir de los derechos
fundamentales, considerando que el mismo Estado es pues el garante o instrumento de protección de
los mismos. En ese parámetro, en el constitucionalismo plurinacional comunitario la protección de los
derechos fundamentales debe ser realizada al margen o por encima de las formalidades, pues, la
eficacia de un derecho no depende de los requisitos formales para su tutela, sino más bien, de los
términos trazados por la misma Constitución.

Es en el ámbito del control tutelar de constitucionalidad, es decir del control del respeto a los derechos
fundamentales y garantías constitucionales, que la labor de la justicia constitucional se manifiesta en
toda su esencia y finalidad, pues resguarda los derechos tanto en su dimensión subjetiva como
objetiva, es decir como fundamento de todo nuestro sistema constitucional.

Efectivamente, en el marco del constitucionalismo plurinacional y comunitario, los derechos


fundamentales y garantías constitucionales tiene un lugar preeminente en el orden constitucional, que
en el caso Boliviano se ve reflejado no sólo en el amplio catálogo de derechos fundamentales y
garantías jurisdiccionales que consagra, sino también en los fines y funciones esenciales del Estado,
siendo uno de ellos el de "garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y deberes
reconocidos y consagrados en esta Constitución" (art. 9.4 de la CPE), así como en los criterios de
interpretación de los derechos humanos que se encuentran constitucionalizados, los cuales deben ser
utilizados no sólo por el juez constitucional, sino también por los jueces y tribunales de las diferentes
jurisdicciones previstas en nuestra Ley Fundamental, quienes, conforme lo entendió la SCP 112/2012,
se constituyen en los garantes primarios de la Constitución y de los derechos y garantías
fundamentales.

Así, deben mencionarse a los arts. 13 y 256 de la CPE, que introducen dos principios que guían la
interpretación de los derechos fundamentales: La interpretación pro persona (pro homine) y la
interpretación conforme a los Pactos internacionales sobre Derechos Humanos. En virtud a la primera,
los jueces, tribunales y autoridades administrativas, tiene el deber de aplicar aquella norma que sea
más favorable para la protección del derecho en cuestión -ya sea que esté contenida en la
Constitución o en las normas del bloque de constitucionalidad- y de adoptar la interpretación que sea
más favorable y extensiva al derecho en cuestión; y en virtud a la segunda (interpretación conforme a
los Pactos Internacionales sobre Derechos Humanos), tienen el deber de -ejerciendo el control de
convencionalidad- interpretar el derecho de acuerdo a las normas contenidas en tratados e
instrumentos internacionales en materia de derechos humanos ratificado o a los que se hubiere
adherido el Estado, siempre y cuando, claro está, declaren derechos más favorables a los contenidos
en la Constitución; obligación que se extiende, además al contraste del derecho con la interpretación
que de él ha dado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, conforme lo ha entendido la misma
Corte en el caso Trabajadores Cesados del Congreso vs. Perú, al señalar que "los órganos del Poder
Judicial deben ejercer no solo un control de constitucionalidad, sino también de convencionalidad ex oficio entre las
normas internas y la Convención Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de
sus regulaciones procesales correspondientes

A dichos criterios de interpretación, se añade el principio de progresividad que se desprende del art.
13 de la CPE y la directa justiciabilidad de los derechos prevista en el art. 109 de la CPE; norma que
establece que todo los derechos reconocidos en la Constitución son directamente aplicables y gozan
de iguales garantías para su protección, y que se constituye en una concreción del carácter
normativo de la Constitución Política del Estado, como otra de las características fundamentales del
Estado Constitucional. El principio de aplicación directa de los derechos, como sostuvo la SCP
0121/2012 de 2 de mayo, supone la superación formalista del sistema jurídico y se constituye en un
postulado para consolidar el valor normativo de la Constitución Política del Estado:

"... la premisa en virtud de la cual se debe asegurar la eficacia máxima de los derechos fundamentales, exige
en términos de teoría dei derecho, la superación de una concepción ius-positivista y formalista del
sistema jurídico, e implica la adopción de postulados jurídicos enmarcados en cánones
constitucionales no solamente destinados a limitar el poder, sino fundamentalmente direccionados
a consagrar y consolidar la vigencia material de los derechos fundamentales.
"...elprincipio de aplicación directa y eficaz de los derechos fundamentales, constituye un postulado que consolida
el valor normativo de la Constitución, por el cual, los derechos fundamentales tienen una efectividad plena más
allá de un reconocimiento legislativo o de formalismos extremos que puedan obstaculizar su plena vigencia,
aspecto que caracteriza la 'última generación del Constitucionalismo, en el cua, el fenómeno de
constitucionaiización del ordenamiento jurídico, se consagra y alcanza su esplendor a través dei principio de
aplicación directa de los derechos fundamentales, el cual se materializa a través dei nuevo rol de las autoridades
jurisdiccionales en su labor de interpretación constitucional acompañada de una coherente teoría de
argumentación jurídica" (las negrillas son nuestras).

III.2. Los principios de la justicia constitucional para la superación de la


concepción formalista del derecho

En el marco descrito en el fundamento precedente, la Constitución Política del Estado, introduce


criterios hermenéuticos para la concreción material de los derechos humanos, pero además
establece principios rectores para la función judicial en el art. 178, al sostener que la potestad de
impartir justicia emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de independencia,
imparcialidad, seguridad jurídica, publicidad, probidad, celeridad, gratuidad, pluralismo jurídico,
interculturalidad, equidad, servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía social y
respeto a los derechos.

Conforme se aprecia, la función judicial ejercida por las diferentes jurisdicciones que componen el
órgano judicial, y también por la justicia constitucional, tiene entre sus principios, el respeto a los
derechos, el cual, se constituye en la base de la administración de justicia. Este principio, guarda
armonía con la preeminencia que en nuestro sistema constitucional tienen los derechos
fundamentales y garantías jurisdiccionales, los cuales si bien tienen como garantes , en general a
las diferentes jurisdicciones del órgano judicial, encuentran en la justicia constitucional, y en
particular en el Tribunal Constitucional Plurinacional, su máximo resguardo, protección y órgano
de interpretación.

Por ello, atendiendo a los fines de la justicia constitucional y con la finalidad de garantizar su
acceso, el Código procesal constitucional le ha dotado de principios procesales que permiten que
los procesos constitucionales alcancen el objetivo de tutela inmediata de los derechos
fundamentales, como el principio de impulso de oficio, por el que las actuaciones
procesales deben efectuarse sin necesidad de petición de las partes,
celeridad, que obliga a resolver los procesos evitando dilaciones en su tramitación,
concentración, por el que debe reunirse la mayor actividad procesal en el menor número de actos
posibles y, fundamentalmente, el no formalismo, de acuerdo al cual sólo deben exigirse las
formalidades estrictamente necesarias para la consecución de los fines del proceso (art. 3 del
Código Procesal Constitucional CPCo).
A dichos principios debe sumarse el principio de prevalencia del derecho sustancial respecto al
formal, el principio pro-actioney la justicia material, que derivan de las características de los
derechos fundamentales y de los criterios constitucionalizados de interpretación y se conectan con
los principios de celeridad y no formalismo. Así, la SCP 0450/2012 de 29 de junio, sostuvo que
"Esta jurisdicción constitucional, en su función específica de proteger los derechos fundamentales de las
personas, se encuentra impregnada de los principios informadores de la teoría de los derechos
fundamentales, lo que implica, entre otros, aplicar los principios de prevalencia dei derecho material o
sustantivo sobre las formalidades, así como los de indubio pro homine, favorabiiidad y pro actione; en virtud
de los cuales, en casos de dudas respecto a la aplicación de una norma restrictiva de la acción tutelar, no se
la debe obviar, dando preeminencia en todos los casos, al derecho sustantivo, es decir, a la acción y a la
vigencia de los derechos fundamentales de las personas".

El principio de prevalencia del derecho sustancial respecto al formal, conforme lo entendió la SC


0897/2011-R de 6 de junio, "...se desprende dei valor-principio justicia, que es uno de los pilares
fundamentales dei Estado Constitucional y Democrático de Derecho, que se encuentra consagrado por el art.
8.II de la CPE, pues en mérito a éste los ciudadanos tienen derecho a la justicia material. Así se ha plasmado
en el art. 180.I de la CPE que ha consagrado como uno de los principios de la justicia ordinaria el de 'verdad
material, debiendo enfatizarse que ese principio se hace extensivo a todas las jurisdicciones, también a la
justicia constitucional.

De este modo se debe entender que la garantía del debido proceso, con la que especialmente se vincula el
derecho forma, no ha sido instituida para salvaguardar un ritualismo procesal estéril que no es un fin en sí
mismo, sino esencialmente para salvaguardar un orden justo que no es posible cuando, pese a la evidente
lesión de derechos, prima la forma al fondo, pues a través dei procedimiento se pretende lograr una finalidad
más alta cual es ia tutela efectiva de ios derechos.

En este sentido, debe considerarse que ia Constitución Política dei Estado, en ei art. 9 inc. 4), establece como
fines y funciones esenciales dei Estado, 'Garantizar el cumplimiento de los principios, valores, derechos y
deberes reconocidos y consagrados en esta Constitución'. En coherencia con dicha norma, el art. 13.I de la
CPE, establece que el Estado tiene el deber de promover, proteger y respetar los derechos. Por otra parte, el
art. 196 establece que: 'El Tribunal Constitucional Plurinacional vela por la supremacía de la Constitución,
ejerce el control de constitucionaiidad, y precautela el respeto y la vigencia de los derechos y las garantías
constitucionales'... no debe de olvidarse que una de las finalidades de la justicia constitucional es precautelar
el respeto y la vigencia de derechos y garantías constitucionales'1.

Este principio, se vincula con el principio de verdad material, conforme lo entendió la SCP
1662/2012 de 1 de octubre, al sostener:

"...ei principio de verdad material consagrado por la propia Constitución Política dei Estado, corresponde ser
aplicado a todos los ámbitos dei derecho; en ese orden, debe impregnar completamente la función de
impartir justicia. Por ende, no es posible admitir la exigencia de extremados ritualismos o formalismos, que
eclipsen o impidan su materialización, dado que todo ciudadano tiene derecho a una justicia material, como
se desprende de lo estipulado por el art. 1 de la CPE, por lo que, debe garantizarse que las decisiones de las
autoridades jurisdiccionales a cargo del proceso, sean producto de apreciaciones jurídicas, procurando la
resolución de fondo de las problemáticas sometidas a su jurisdicción y competencia; pues si bien, las normas
adjetivas prevén métodos y formas que aseguren el derecho a la igualdad de las partes procesales, para
garantizar la paz social evitando cualquier tipo de desorden o caos jurídico; sin embargo, los mecanismos
previstos no pueden ser aplicados por encima de los deberes constitucionales, como es la de otorgar efectiva
protección de los derechos constitucionales y legales, accediendo a una justicia material y por lo tanto,
verdaderamente eficaz y eficiente. Todo ello con el objetivo final de que el derecho sustancial prevalezca
sobre cualquier regla procesal que no sea estrictamente indispensable para resolver el fondo del caso
sometido a conocimiento del juez".

Con relación al principio de justicia material, la SC 0458/2007-R de 3 de julio, reiterada por la SCP
2029/2010-R de de 9 de noviembre, sostuvo que es "...una vivificación del valor superior 'justicia' la
obligación en la tarea de administrar justicia, de procurar la realización de la justicia material', como el
objetivo axiológico y final para el que fueron creadas el conjunto de instituciones, jueces y tribunales, así
como normas materiales y adjetivas destinadas a la solución de la confíictividad social; en
síntesis, la justicia material es la cúspide de la justicia, donde encuentra realización el contenido
axiológico de la justicia; por ello, está encargada a todos los órganos de administración de
justicia...".

Por otra parte, debe hacerse mención al principio pro actione, que de acuerdo a la jurisprudencia
contenida en la SC 501/2011-R, reiterada en la SCP 2271/2012 "...se constituye como el deber
de interpretar las normas procesales en el sentido más favorable a la admisibilidad de la acción,
lo que también evita pronunciamiento de inadmisibilidad por defectos que puedan ser subsanados sin dar la
oportunidad de hacerlo, prohibiendo asimismo la discriminación al acceso de la justicia de cualquier persona y
brindar una justicia pronta y oportuna, sin dilaciones. Así, el constituyente boliviano, incluyó de manera
acertada dicho principio dentro dei texto constitucional, de esta manera, la Constitución Política dei Estado, en
su art 14.III señala: El Estado garantiza a todas las personas y colectividades, sin discriminación alguna, el
libre y eficaz ejercicio de los derechos establecidos en esta Constitución, las leyes y los tratados
internacionales de derechos humanos'; de igual forma, el 14. V establece: 'Las leyes bolivianas se aplican a
todas las personas, naturales o jurídicas, bolivianas o extranjeras, en el territorio boliviano'; dichos artículos se
encuentran vinculados y concordantes con el art. 115 del texto constitucional que indica: 'I. Toda persona
será protegida oportuna y efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e
intereses legítimos. II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia plural,
pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones'"(las negrillas nos corresponden).

En similar sentido, la SCP 0139/2012 de 4 de mayo, sostuvo que este principio -pro actione- "...se
configura como una pauta esencial no solo para la interpretación de derechos fundamentales, sino también
como una directriz esencial para el ejercicio dei órgano de control de constitucional y la consolidación dei
mandato inserto en el art. 1 de la CPE; además, asegura el cumplimiento eficaz de los valores justicia e
igualdad material, postulados axiomáticos directrices dei nuevo modelo de Estado y reconocidos de manera
expresa en ei Preámbulo de ia Constitución Política dei Estado y en ei art. 8.1 también dei texto
constitucional.

En efecto, ei principio pro-actione, asegura que a través de la ponderación de los derechos para
el análisis de los casos concretos en los cuales exista una manifiesta, irreversible y grosera
vulneración a derechos fundamentales, debe prevalecer la justicia material a cuyo efecto, su
labor hermenéutica de
ponderación, generará la fíexibiiización a ritualismos extremos para que en casos graves se
repare un derecho manifiesta y groseramente vulnerado, así, el rol delcontrol de
constitucionalidad, en virtud del cual, la justicia formal ceda frente a la justicia material" (las
negrillas nos pertenecen).

Es sobre la base de dichos principios que la justicia constitucional debe romper las prácticas
formalistas reproductoras de la justicia colonial, tutelando de manera inmediata los derechos y
garantías efectivamente lesionadas, dando concreción a los roles de la justicia constitucional
previstos en el art. 196 de la CPE.

III.3. La posibilidad de tutelar derechos conexos que no se encuentran dentro del


ámbito de protección de la acción de libertad

La acción de libertad está configurada en los arts. 125 de la CPE y 46 del CPCo, como un
mecanismo de defensa oportuno y eficaz para la tutela de los derechos a la vida, a la integridad
física, a la libertad personal y de circulación de toda persona que crea estar indebida o ilegalmente
perseguida, detenida, procesada, presa o que considere que su vida o integridad física está en
peligro.

Bajo los principios y valores del Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario,
despliega toda su fuerza como un instrumento a favor de las personas para la defensa de sus
derechos. Así, el nuevo ámbito de protección de la acción de libertad, que
antes se centraba en el derecho a la libertad física o personal, le otorga a
esta acción de defensa nuevas dimensiones y posibilita al juez
constitucional a ejercer un control tutelar más amplio e integral y, de esta
manera, resguardar los derechos a la vida e integridad física, restablecer las formalidades legales,
ordenar el cese de la persecución indebida o la restitución del derecho a la libertad física o
personal.

En ese sentido, si bien dentro del ámbito de protección de la acción de libertad se encuentran
previstos determinados derechos; empero, es posible efectuar el análisis de otros cuando tengan
conexitud con los que se encuentran bajo la tutela de esta acción, en virtud a la característica de
interdependencia de los derechos que se encuentra prevista en el art. 13.I de la CPE, que señala:
"Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales,
interdependientes, indivisibles y progresivos...".
Efectivamente, la interdependencia es una de las características de los derechos fundamentales,
que significa que éstos se encuentran conectados unos con otros, dependen unos de otros, lo
que implica que la protección de un derecho y su ejercicio, conlleva a que se
tutelen aquellos otros con los cuales se encuentra vinculado; en sentido
contrario, la vulneración de un derecho, implica que se lesionen otros derechos que se hallan
relacionados con él.

En mérito a dicha característica, es indudable que el ámbito de protección de las diferentes


acciones de defensa y en especial de la acción de libertad, que tiene entre sus características al
informalismo, no puede ser impenetrable, pues ello implicaría, por una parte, desconocer el
carácter interdependiente de los derechos y, por otra, obligar a que el accionante, frente a la
lesión de un derecho que se encuentra dentro del ámbito de una determinada acción de defensa,
pero que se vincula con otros derechos, deba plantear diferentes acciones de defensa, lo que de
manera evidente atenta contra los principios de la función judicial contenidos en el art. 178 de la
CPE, como el de celeridad y respeto a los derechos, y los principios procesales de la justicia
constitucional contenidos en el art. 3 del CPCo que, atendiendo a los fines de la justicia
constitucional y con la finalidad de garantizar su acceso, así como la tutela inmediata de los
derechos fundamentales, prevén el impulso de oficio, por el que las actuaciones procesales deben
efectuarse sin necesidad de petición de las partes, la celeridad, que obliga a resolver los procesos
evitando dilaciones en su tramitación, la concentración, por el que debe reunirse la mayor
actividad procesal en el menor número de actos posibles y, fundamentalmente, el no formalismo,
de acuerdo al cual sólo deben exigirse las formalidades estrictamente necesarias para la
consecución de los fines del proceso.

Entonces, conforme a los principios y valores que sustentan a nuestro


Estado y la justicia constitucional, así como al carácter interdependiente de
los derechos, el ámbito de protección de la acción de libertad puede verse
ampliado en los casos en que los derechos alegados como lesionados se
encuentren vinculados con aquellos que están en la esfera de tutela de esta
acción de defensa.

Cabe mencionar, por otra parte, que ese entendimiento se encontraba plasmado en el art. 89.I
de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC), que establecía que "cuando una persona creyere estar
arbitraria, indebida o
ilegalmente perseguida, detenida, procesada o presa, o alegare otras violaciones que
tengan relación con la libertad personal en
cualquiera de sus formas, y los hechos fueren conexos con el acto motivante del recurso, por
constituir su causa o finalidad, podrá ocurrir por sí o por cualquiera a su nombre con poder
notariado o sin él..."; norma que, en consecuencia, permitía analizar violaciones a otros
derechos que tuvieran conexión con el derecho a la libertad física o personal.

En ese ámbito, dicha norma permitió la tutela de derechos conexos con el derecho a la libertad;
entendimiento que debe ser asumido por este Tribunal, a la luz de las características de los
derechos fundamentales que han sido referidas precedentemente y del principio de
progresividad -que se desprenden también del art. 13 de la CPE- según el cual no se deben
"...desconocer los ¡ogros y el desarrollo alcanzado en materia de derechos humanos en cuanto a la
ampliación en número, desarrollo de su contenido y el fortalecimiento de los mecanismos jurisdiccionales
para su protección, en el afán de buscar el progreso constante del Derecho Internacional de Derechos
Humanos que se inserta en nuestro sistema jurídico a través del bloque de constitucionaiidad (art. 410.II
de la CPE)"(SCP 2491/2012 de 3 de diciembre).

III.4. La posibilidad de tutelar hechos conexos no denunciados en la acción de


libertad

El carácter informal de la acción de libertad, permite que la justicia constitucional pueda proteger
de manera eficaz los derechos de los justiciables, concediendo la tutela frente a actos ilegales
denunciados expresamente o, aún no siéndolo, tengan vinculación con el acto que motivó la
presentación de la acción de libertad. En ese sentido, debe mencionarse a la SCP 0591/2013 de
21 de mayo, que señaló:

"... una de las características de la acción de libertad es el informalismo, prevista en el art. 125 de la CPE
que determina que la acción puede ser interpuesta por sí o por cualquiera a su nombre y sin ninguna
formalidad procesal.

El in formalismo, como característica esencial de la acción de libertad, está presente desde el inicio y en eí transcurso
de su tramitación; y por tanto, debe ser concebido como un principio que informa todo el desarrollo de la
acción de libertad, en virtud del cual deben ser interpretadas las normas del procedimiento de esta garantía
jurisdiccional.
Debe señalarse que el principio de informalismo tiene su sustento en la naturaleza de los derechos que tutela,
como la vida y el derecho a la libertad, que exigen una protección inmediata y la concreción del valor justicia y
la efectiva vigencia de los derechos y garantías constitucionales como valores objetivos que sustentan el orden
constitucional.

Es precisamente en mérito al principio de informalismo, que en la presentación de la acción no se exigen mayores


requisitos y es más, está permitida su presentación oral y la presentación a nombre de otros. Por otra parte,
en la substanciación de la acción, existe la posibilidad que los aspectos de derecho que fueron inobservados
por el accionante sean subsanados por la autoridad judicial que conoce la acción y, por otra parte, conforme lo
ha entendido la jurisprudencia constitucional, es posible que, inclusive, se analicen hechos conexos al
acto demando de ilegal. En ese sentido, la SC 1204/2003-R de 25 de agosto, estableció:' Que, en materia
de hábeas corpus, dada la naturaleza de los derechos bajo su protección, le está permitido a la jurisdicción
constitucional en una correcta aplicación de la justicia constitucional no sólo limitarse a compulsar la violación
de las normas que citara el recurrente como vulneradas, sino también de otras que a consecuencia de
aquéllas y principalmente del hecho o acto que se refiere como constitutivo de la lesión resultan también
vulneradas, lo que bajo ningún motivo, puede interpretarse como resolver la problemática en base a
presupuestos distintos a los que hubiera referido el recurrente, pues se reitera que lo dicho, se refiere
únicamente a hechos conexos, vale decir que de esta compulsa se determinarán otras acciones
que impliquen lesión al derecho a la libertad en cualquiera de sus formas, siempre que éstas derivaren o
estén vinculadas con la denuncia'.

(...)

As.í conforme se tiene señalado, quienes acuden a la vía constitucional para activar la acción de libertad,
pueden formularla de forma escrita u oral, sin necesidad de hacer uso del papel escrito, esto supone que, de
ser oral, la relación de los hechos deberá estar resumida en el acta que el Secretario del juzgado o tribunal de
garantías deberá levantar de acuerdo al art. 29.1 del CPCo; motivo por el cual la funda mentación de la acción
y la ampliación de los hechos, puede ser realizada válidamente en audiencia. En ese sentido, el art. 125 de la
CPE, al sostener que la acción de libertad debe ser tramitada "sin ninguna formalidad procesal",
no hace más que reconocer la naturaleza jurídica y las características esenciales de esta acción de libertad en
función a los derechos primarios que alcanza su ámbito de protecciónlo que justifica plenamente la
flexibilización que debe existir en todo el desarrollo de la acción, garantizando la protección inmediata y eficaz
de los derechos a la vida, a la integridad física, a la libertad física y a la libertad de locomoción.
En ese entendido es imperioso reconducir la SC 0345/2011-R y posteriores (Sentencias Constitucionales
Piurinacionaies 0174/2012 y 0175/2012) al entendimiento contenido en la SC 1204/2003-R, debiendo dejar
claramente establecido que en las acciones de libertad es posible que el accionante modifique los derechos
supuestamente vulnerados e, inclusive, modifique o amplíe los hechos, bajo la única condición que tengan
conexitud con el hecho inicialmente demandado, para de esta manera no vulnerar el derecho a la defensa de
la parte demandada" (la negrillas son nuestras).

III.5. La acción de libertad traslativa o de pronto despacho y la jurisprudencia


constitucional

La jurisprudencia constitucional contenida en la SC 0044/2010-R de 20 de abril, partiendo de lo


desarrollado por la SC 1579/2004-R de 1 de octubre, efectuó la clasificación doctrinal del hábeas
corpus, comprendiendo en dicha clasificación, al hábeas corpus traslativo o de pronto despacho, a
través del cual, "...lo que se busca es acelerar los trámites judiciales o administrativos cuando existen
dilaciones indebidas, para resolver la situación jurídica de la persona que se encuentra privada de libertad".

Dentro del ámbito de protección la acción de libertad traslativa o de pronto despacho, se


encuentran aquellos actos dilatorios en los trámites de cesación a la detención preventiva y en
ese sentido, la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, señaló los supuestos de procedencia de la acción
de libertad con relación a dichos actos dilatorios, cuando:

"a) En lugar de fijar directamente la fecha y hora de la audiencia y notificar a las partes, se dispongan
traslados previos e innecesarios no previstos por ley.

b) Se fije la audiencia en una fecha alejada, más allá de lo razonable o prudencial. Plazo que
puede ser en un límite de tres o cinco días
máximo, dependiendo de la particularidad de cada caso, cuando por ejemplo existan varias partes
imputadas o víctimas múltiples que tengan que ser notificadas, o por la distancia donde se deba efectuar un
determinado acto previo y esencial -como sucede con algunas notificaciones-, o que el juzgado esté de
turno, etc. Con la excepción única y exclusiva en los casos que exista complejidad por la naturaleza propia y
la relevancia del proceso, como los derechos e intereses comprometidos y relacionados a la petición;
situación que deberá ser justificada por la autoridad judicial competente a momento de señalar la fecha de
audiencia, teniendo en cuenta la razonabilidad.

c) Se suspende la audiencia de consideración, por causas o motivos que no justifican la suspensión, ni son
causales de nulidad. Tal el caso de la inasistencia dei representante dei Ministerio Público o de la víctima y/o
querellante, si es que han sido notificadas legalmente y no comparecen a la audiencia. En el caso dei
Ministerio Público al estar regido por ei principio de unidad tiene los medios para asistir a través de otro fiscal,
y en cuanto al querellante al ser coadyuvante y estar notificado, su participación es potestativa en dicho acto,
y por ende, su inasistencia no vincula a la autoridad jurisdiccional al estar cumplida la formalidad. No
obstante, en caso de que la suspensión se deba a la falta de
notificación o a la inasistencia del propio imputado, no existe dilación indebida ni afectación a derecho alguno,
en cuyo caso deberá fijarse nueva fecha de audiencia conforme a las directrices expuestas".

Dicha Sentencia Constitucional fue complementada con la SC 0384/2011-R de 22 de junio,


que sostuvo que también se considera acto dilatorio en el trámite de la cesación a la detención
preventiva, cuando:

"d) Interpuesto el recurso de apelación contra la resolución que rechaza la solicitud de cesación
de detención preventiva, los antecedentes de la apelación no son remitidos por el juez a quo
dentro del plazo legal de veinticuatro horas establecido por el art 251 del CPP -salvo
justificación razonable y fundada- ante el tribunal de apelación, o se imprima un procedimiento
o exigencias al margen de la ley" (las negrillas son nuestras).

Posteriormente, la segunda subregla de la SC 0078/2010-R de 3 de mayo, fue modulada por la


SCP 0110/2012 de 27 de abril, estableció que la audiencia de cesación a la detención preventiva,
debe ser fijada en el plazo máximo de tres días, y que toda solicitud de cesación debe ser
providenciada dentro de las veinticuatro horas de su presentación, conforme al siguiente
entendimiento:

"...las SSCC 1115/2011-R, 1130/2011-R, 1150/2011-R y 1179/2011-R, entre otras, coinciden en señalar
que las autoridades que conozcan las solicitudes de cesación de la detención preventiva, tienen la obligación
de tramitarlas con la mayor celeridad posible, o cuando menos dentro de plazos razonables, mas su
aplicabilidad en la praxis no ha sido objeto de cumplimiento de parte de los juzgadores, lo cual amerita que la
frase 'plazo razonable', tratándose de señalamientos de día y hora de audiencia para considerar este
beneficio, debe ser conceptuada como un término brevísimo, de tres días hábiles como máximo, pues el
imputado se encuentra privado de su libertad. En este entendido, el plazo razonable para la realización de la
audiencia de análisis, consideración y resolución del beneficio de la cesación de la detención preventiva, será
el término máximo antes señalado, incluidas las notificaciones pertinentes, lo contrario constituye vulneración
del derecho a la libertad, en el entendido en que los jueces no pueden obrar contra los derechos
fundamentales de las personas privadas de libertad (art. 73 y ss de la CPE), bajo el argumento de existencia
de 'sobrecarga procesal' para justificar una negligencia e incumplimiento de un deber de servicio a la
sociedad.

Por otra parte, ante la inexistencia de un plazo específico determinado por ley para que el juez señale día y
hora de audiencia para considerar la cesación de la detención preventiva, es necesario establecer que el
memorial de solicitud, debe ser providenciado indefectiblemente dentro de las veinticuatro horas de su
presentación, conforme dispone el art. 132 inc. 1) del CPP, al tratarse de una providencia de mero trámite.
En este entendido, habrá lesión del derecho a la libertad cuando existe demora o dilación indebida al no
emitirse el decreto pertinente de señalamiento de este actuado procesal dentro del referido plazo, bajo
sanción disciplinaria a imponerse al juzgador en caso de incumplimiento" (las negrillas nos pertenecen).

La modulación efectuada por la SCP 0110/2012, partió de las bases de nuestro modelo de Estado
que "...se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, lingüístico y ante todo cultural,
respetando y reafirmando los valores ético-morales de nuestra cultura ancestral, tal como el 'ama qhiiia,
palabra quechua que traducida al español significa 'no seas flojo' y. es por ello que
nuestra Norma
Fundamental en su art. 8, la constitucionaiiza como principio, al igual que el 'Ama Hulla' (no seas mentiroso)
y 'Ama Suwa' (no seas ladrón), con la intencionalidad de que la población encuentre en el trabajo y en el
cumplimiento del deber una grata y satisfactoria labor, tal como lo conceptuaron nuestros antepasados y las
actuales culturas que sancionan con severas medidas su infracción, en tanto que nuestra Ley del Órgano
Judicial, en su art. 128, determina que el juez es pasible de enjuiciamiento disciplinario por incurrir en demora
culpable cuando éste dicta resoluciones en los procesos fuera de los plazos fijados por la ley..." (SCP
0110/2012).

Entonces, conforme a la jurisprudencia constitucional que ha sido reiterada en numerosas


sentencias, como las Sentencias Constitucionales Plurinacionales 0907/2012, 1308/2012 y
1884/2012, entre otras, toda solicitud relativa o vinculada a la libertad de las personas debe ser
tramitada con celeridad, y toda demora injustificada e irrazonable constituye desconocimiento al
principio "ama qhiiia"' que desde el enfoque del derecho quechua implica la prohibición de demorar
o retardar los actos a los que la persona o autoridad está obligada, prohibición que, aplicada al
ámbito del derecho a la libertad física o personal, implica la obligación de acelerar los trámites
vinculados a ese derecho. Los principios ético morales de la sociedad plural, como lo ha entendido
la SCP 0112/2012 de 27 de abril, se constituyen en normas constitucionales-principios, los cuales
tienen carácter normativo; y por tanto, imponen a todos, y con mayor razón a las autoridades
jurisdiccionales, la obligación de observarlas, desarrollarlas y aplicarlas en su labor decisoria
cotidiana.

Articulándose, en esta perspectiva, los principios de dos sistemas jurídicos, dando concreción al
principio de interculturalidad que se desprende de los arts. 1 y que está expresamente previsto en
el 178 ambos de la CPE.
Como se puede advertir, la amplia jurisprudencia de este Tribunal, establece que las solicitudes y
trámites vinculados al derecho a la libertad física de las personas deben recibir atención prioritaria
y, por ende, toda demora en su tramitación puede ser denunciada a través de la acción de
libertad traslativa o de pronto despacho, en las modalidades que han sido anotadas por las
Sentencias Constitucionales Plurinacionales glosadas.

III.6. Análisis del caso concreto

III.6.1. Consideraciones previas

La presente acción es formulada por Feliza Terán Quiroz, por sí


y en representación de su hijo Chris Lester Torrico Terán, contra quienes se les sigue un proceso
penal por la presunta comisión de los delitos de estelionato, estafa y falsedad de documento
público. En la acción, se plantean problemas jurídicos diferenciados para ambos accionantes, pero
que sin embargo tienen conexitud, debido a que se trata de un mismo proceso
penal y, por ende la demora en la tramitación de las solicitudes de una de
las procesadas repercute directamente en el otro.

Así, en el caso de Chris Lester Torrico Terán, se reclama el hecho que la autoridad judicial
demandada no hubiera respondido a la solicitud de libertad formulada, pese a que se encuentra
detenido por dos años y siete meses y, por otra parte, este Tribunal, adicionalmente a la denuncia
efectuada, en mérito al principio de informalismo que informa la acción de libertad, y los
argumentos desarrollados en el Fundamento Jurídico III.4. de la presente acción, ingresará al
análisis de hechos conexos al denunciado, vinculados a la demora en la atención a su solicitud de
cesación de la detención preventiva, y la falta de tramitación del recurso de apelación interpuesto
contra la resolución que rechazó la solicitud de cesación de la detención preventiva.

Respecto a Feliza Terán Quiroz, ésta denuncia que no se resolvió el memorial que en el que
solicitó la extinción de la acción penal por vencimiento de la etapa preparatoria, aspecto que si
bien, conforme a la jurisprudencia constitucional contenida en las SSCC 1983/2004-R,1542/2005-
R, 1607/2005-R, 0609/2007-R, 0628/2011-R, 0143/2011-R, entre otras, no puede ser analizado
a través de la acción de libertad, sino a través de la acción de amparo constitucional, al ser un
aspecto vinculado al debido proceso que no se encuentra relacionado con el derecho a la libertad
física o personal; sin embargo, deben considerarse dos aspectos en el examen del presente caso:
a) La posibilidad de analizar otros derechos conexos vinculados a los que forman parte del ámbito
de protección de la acción de libertad, conforme se ha explicado en el Fundamento Jurídico III.3.
de esta Sentencia Constitucional Plurinacional y, en el caso, al tratarse de un mismo proceso
penal, es evidente que la dilación en la tramitación de las solicitudes de la accionante, repercute
directamente sobre el derecho a la libertad de su hijo, también accionante, que se encuentra
detenido preventivamente y, b) La evidente demora y negligencia injustificable respecto al
control jurisdiccional, que no puede ser obviada por esta Sala y que le impele a analizar el
problema jurídico planteado, en mérito a los principios de respeto a los derechos, celeridad,
concentración, no formalismo, prevalencia del derecho sustancial respecto al formal, pro actione y
justicia material, que han sido explicados en el Fundamento Jurídico III.2. de esta Resolución.
Hechas las anteriores precisiones, se debe ingresar al análisis de los problemas jurídicos antes
referidos.

III.6.2. Con relación a Chris Lester Torrico

La accionante sostiene que su hijo, Chris Lester Torrico Terán, se encuentra detenido por más de
dos años y siete meses, al haberse iniciado una investigación seguida en su contra por el
Ministerio Público, por la presunta comisión de los delitos de estelionato, estafa y "falsedad de
documento público", siendo detenido preventivamente el 10 de noviembre de 2010, e imputado
formalmente el 7 de octubre de 2011, en su condición de "autor confeso", habiendo transcurrido
dos años y siete meses, sin un proceso activo, por lo que se considera indebidamente detenido,
por cuanto la pena mínima del delito más grave del que se le acusa, es de "un año".

En mérito a esos antecedentes, el 26 de octubre de 2012, solicitó la cesación a la detención


preventiva, fijándose audiencia para el 28 de enero de 2013, después de tres meses de la
solicitud efectuada por el accionante, cuando de conformidad a la
jurisprudencia constitucional glosada en el Fundamento Jurídico III.5. de
esta Sentencia, la audiencia debe ser señalada en un plazo máximo de tres días hábiles.

Ahora bien, de conformidad a los antecedentes, la audiencia fue desarrollada en dicha fecha,
rechazándose la solicitud a la cesación de la detención preventiva, con el argumento que no se
cumplieron los requisitos previstos en art. 239 incs.2) y 3) del CPP. Contra dicha Resolución el
imputado formuló apelación incidental el 31 de enero de 2013, disponiendo la jueza, mediante
decreto de 1 de marzo del mismo año, que se remitan antecedentes ante la Sala Penal de turno
de la "Corte Superior de Justicia"; es decir, transcurrido más de un mes de la
solicitud, cuando el art. 251 del CPP establece que debe la apelación debe ser remitida dentro
de las veinticuatro horas; notificándose con dicho Decreto al accionante el 10 de junio de 2013,
después de más de cuatro meses de la formulación de la apelación.

Dichos actos ilegales, evidentemente son lesivos al derecho a la libertad del accionante Chris
Lester Torrico y se encuentran dentro del ámbito de protección de la acción de libertad traslativa o
de pronto despacho; pues, conforme se tiene manifestado en el Fundamento Jurídico II.5 de esta
Sentencia, la jurisprudencia constitucional ha establecido que las solicitudes vinculadas a la
libertad personal deben ser providenciadas dentro de las veinticuatro horas y la audiencia debe
ser fijada en un plazo máximo de tres días; por otra parte, también se ha señalado que se
constituye en un acto dilatorio, la no remisión de los antecedentes del recurso de apelación de
medidas cautelares dentro del plazo previsto en el art. 251 del CPP.

Debe aclararse que si bien la demora no fue cometida por la autoridad ahora demandada, sino
por la Jueza Sexta de Instrucción Penal, María Teresa Apaza; empero, es posible su análisis y la
concesión de la tutela, en mérito al carácter informal de la acción de libertad y a que la justicia
constitucional no puede cohonestar la inexcusable demora en la tramitación de la solicitud del
accionante y la absoluta falta de control jurisdiccional del proceso; aclarándose, empero,
que el Juez Noveno de Instrucción en lo Penal, ahora demandado, carece de
responsabilidad por dicho acto.

Consecuentemente, aunque no fueron reclamados de manera expresa los actos precedentemente


descritos, corresponde conceder la tutela inmediata que brinda la acción de libertad, en mérito a
la evidente retardación en la consideración de las solicitudes efectuadas por el hoy accionante, y la
grosera vulneración de sus derechos.

Razonamiento similar debe ser aplicado a la solicitud presentada el 6 de junio de 2013, por la que
se pidió al Juez Sexto de Instrucción en lo Penal la libertad de Chris Lester
Torrico Terán, argumentando que se encontraba detenido por más de dos años y siete meses, sin
un proceso activo, y que a pesar de haber confesado el delito, no habría merecido la aplicación del
proceso abreviado que la ley prevé para estos casos; pues, no obstante que desde la presentación
de la solicitud hasta la formulación de la presente acción ha transcurrido casi un mes, la misma no
ha recibido ninguna respuesta, ni decreto alguno; omisión inconcebible si se considera la privación
de libertad del accionante y el estado de incertidumbre en el que se encuentra, pues ninguna de
sus solicitudes ha sido tramitada de manera regular y dentro de los plazos previstos en el Código
de Procedimiento Penal.

III.6.3. Respecto a Feliza Terán Quiroz

Las irregularidades precedentemente descritas vinculadas a la dilación y falta de control


jurisdiccional del proceso son también aplicables al caso de Feliza Terán Quiroz contra quien se
iniciaron también las investigaciones, pero que, a diferencia de su hijo, no se encuentra detenida
preventivamente; sin embargo, conforme se ha concluido, en virtud a la conexitud del derecho
que está siendo vulnerado (debido proceso), con el derecho a la libertad de su hijo, se analizará el
problema jurídico planteado. Por otra parte, debe considerarse que la accionante no cuenta con
requerimiento conclusivo alguno formulado en su contra, no obstante que, de acuerdo a los
antecedentes cursantes en obrados, la querella data del 6 de septiembre de 2010, y el decreto
por el que el Juzgado Sexto cautelar tuvo por presentado el informe de inicio de investigaciones,
es de 10 de septiembre de ese año, existiendo únicamente imputación formal contra Chris Lester
Torrico Terán pero no contra la accionante.

Consiguientemente, desde la querella hasta la presentación de esta acción de libertad,


transcurrieron más de dos años y nueve meses sin que se emita, respecto a la
accionante, algún requerimiento conclusivo y sin que la autoridad a cargo del control jurisdiccional
se hubiera pronunciado sobre el particular, cuando debió conminar al Ministerio Público a efecto
de cumplir con su obligación; situación que, indudablemente no sólo afecta a la accionante, sino
también a su hijo que se encuentra detenido preventivamente; más aún si se considera que el
proceso seguido contra ellos casi no ha tenido actividad y por el contrario, conforme se ha
reiterado, ha existido un descuido injustificable y una grosera lesión a los derechos de los actuales
accionantes.

A ello debe agregarse que el 6 de junio de 2013, la accionante por sí y por su hijo Chris Lester
Torrico Terán, solicitó al Juez Sexto de Instrucción la "extinción de la acción penal, argumentando
que transcurrieron casi tres años sin que hubiera sido sobreseída o "acusada formalmente" (sic);
sin embargo, dicha excepción no mereció el trámite previsto en el art. 314 del CPP, que establece
que las excepciones y peticiones o planteamientos de las partes que, por su naturaleza o
importancia, deban ser debatidas o requieran la producción de prueba, se tramitarán por la vía
incidental, sin interrumpir la investigación y serán propuestas por escrito fundamentado en la
etapa preparatoria y oralmente en el juicio, ofreciendo prueba y acompañando la documentación
correspondiente. Planteada la excepción, de conformidad a la mencionada norma, el juez o
tribunal la correrá en traslado a las otras partes para que, dentro de los tres
días siguientes a su notificación, contesten y ofrezcan prueba.

De acuerdo al art. 315 del CPP, si la excepción es de puro derecho, o si no se ha ofrecido o


dispuesto la producción de prueba, el juez o tribunal, sin más trámite dictará resolución
fundamentada dentro de los tres días siguientes de vencido el plazo previsto en el artículo
anterior. Si se ha dispuesto la producción de prueba se convocará, dentro de los cinco días, a una
audiencia oral para su recepción y, en la misma, se resolverá la excepción o el incidente de
manera fundamentada.

En el caso analizado, desde que la accionante formuló su solicitud el 6 de junio de 2013, hasta la
presentación de esta acción, ha transcurrido casi un mes, sin que se hubiera dado cumplimiento al
trámite establecido en las normas referidas, no obstante la clara inobservancia de los plazos
procesales durante el desarrollo del proceso y la lesión a los derechos de la accionante y los
principios de la función judicial previstos en el art. 178 de la CPE, entre ellos, el de celeridad,
servicio a la sociedad y respeto a los derechos.

Cabe señalar que, al igual que en el caso del coaccionante


Chris Lester Torrico Terán, las omisiones antes referidas no son atribuibles al juez
demandado, sino al titular del Juzgado Sexto de Instrucción en lo Penal,
quien tiene la responsabilidad de la dirección del proceso y de tramitar los procesos con la
celeridad y dedicación correspondiente, dando concreción a los principios antes anotados y, en ese
sentido, se aclara que la concesión de la tutela es sin responsabilidad para la autoridad judicial
demandada. En ese entendido, y constadas las graves irregularidades dentro del proceso penal
seguido contra los accionantes, corresponde remitir antecedentes al Consejo de la Magistratura, a
efecto de establecer las responsabilidades pertinentes en la tramitación del proceso penal seguido
contra los accionantes.
Finalmente, con relación a la solicitud de los accionantes en sentido que se ordene la libertad de
Chris Lester Torrico Terán o se apliquen medidas cautelares sustitutivas a la detención preventiva,
y se decrete la extinción de la acción penal respecto a Feliza Terán Quiroz, debe señalarse que
corresponde que dichos pedidos sean resueltos por la jurisdicción ordinaria y no así por la justicia
constitucional, que se limita a analizar la existencia de lesión a los derechos fundamentales y
garantías constitucionales, que es lo que ha acontecido en el caso analizado y, a consecuencia de
ello, el titular del Juzgado Sexto de Instrucción en lo Penal, deberá actuar con celeridad en la
respuesta a las solicitudes efectuadas por ambos accionantes.

Por lo precedentemente señalado, el caso se encuentra dentro de las previsiones y alcances de la acción de
libertad; en consecuencia, el Tribunal de garantías al haber concedido en parte la tutela, efectuó una
correcta apreciación de los actos denunciados y las normas aplicables al caso.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala tercera; en virtud de la autoridad que le confiere la


Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y el art. 12.7 de la Ley del Tribunal Constitucional
Plurinacional, en revisión, resuelve CONFIRMAR la Resolución de 8 de julio de 2013, cursante de fs. 59
a 63 vta., pronunciada por la Sala Penal Tercera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, y
en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada con relación a las dilaciones descritas anteriormente en
la tramitación del proceso penal seguido contra los accionantes, y DENEGAR respecto a las solicitudes de
disponer la libertad o disponer la aplicación de medidas cautelares sustitutivas a la detención preventiva a
favor de Chris Lester Torrico Terán, y decretar la extinción de la acción penal respecto a Feliza Terán
Quiroz, en los mismos términos del Tribunal de garantías.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.

Fdo. Tata Gualberto Cusi Mamani


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

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