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CAPITULO 3. LA ATMÓSFERA.
La atmósfera no solo proporciona el aire que respiramos, sino que también nos
protege del intenso calor del sol y de su radiación peligrosa. El continuo inter-
cambio de energía entre la atmósfera y la superficie de la Tierra produce el
tiempo meteorológico. Si no hubiera atmósfera, la Tierra sería similar a la Lu-
na, sin vida.
Combinando estos dos ángulos con la altura sobre el nivel medio del mar, se
puede expresar la posición de cualquier punto de la superficie de la Tierra, en
tres dimensiones. Por ejemplo, el Campanil de la Universidad de Concepción
se encuentra ubicado en 36º49’43” sur, 73º02’13” oeste y 10 metros sobre el
nivel medio del mar (símbolo nmm). En la figura 3.1 se muestran las coorde-
nadas geográficas latitud y longitud.
Husos horarios.
bolo GMT, también se conoce como tiempo Zulú, símbolo Z; es la hora que se
usa para todas las observaciones meteorológicas.
Por los efectos combinados de la energía del Sol y los movimientos de la Tie-
rra, la atmósfera reacciona produciendo diversos tipos de tiempo que a su vez
crean los patrones globales del clima. Tiempo y clima no son idénticos, pero
tienen mucho en común.
3.2.1 Meteorología.
3.2.2 Tiempo.
3.2.3 Clima.
La palabra clima viene del griego klima, que hace referencia a la inclinación
del Sol. Se puede considerar al clima como el estado promedio del tiempo en
largos periodos de tiempo, de varias décadas o mayores si es posible; para de-
terminar el clima de un lugar se requieren al menos 30 años de datos meteo-
rológicos o más años. Si no se tienen esos 30 años de datos en una estación
meteorológica, se debe analizar todo el periodo de datos que se tengan, en un
intento por describir el clima de ese lugar, e intentar mantener esas mediciones
por el periodo de tiempo más largo posible.
Los movimientos en apariencia desordenados de la atmósfera obedecen a unas
leyes; la propia atmósfera manifiesta tendencias regulares, aunque no constan-
tes, a adoptar estados semejantes en unos mismos lugares y en unos mismos
instantes del ciclo solar anual. De esta forma se distinguen frecuentes sucesio-
nes de tipos de tiempo, a los que se llama clima. El clima es el efecto a largo
plazo de la radiación solar sobre la superficie y la atmósfera de la Tierra en
rotación. Aunque el tiempo cambia erráticamente, es posible encontrar un
comportamiento regular de esas variaciones, que producen el clima de una re-
gión. El modo más fácil de interpretarlo es en términos de la información es-
tadística de muchos años del tiempo, medias anuales o estaciónales de tempe-
ratura y precipitaciones, en un lugar o región dada, que incluye variaciones
extremas y la probabilidad que tales anomalías se produzcan.
cambio de una produce una variación de las otras. La comprensión del clima
puede ser obtenida con estudios de diagnóstico basados en análisis observa-
cionales tanto de las leyes físicas como de modelos matemáticos.
Las áreas de tierra firme y las marinas, al ser tan diversas, reaccionan de mo-
dos muy distintos ante la atmósfera, que circula constantemente en un estado
de actividad dinámica. Las variaciones día a día en un área dada definen el
tiempo meteorológico, mientras que el clima es la síntesis a largo plazo de
esas variaciones. El clima se mide por medio de termómetros, pluviómetros,
barómetros y otros instrumentos, pero su estudio depende de las estadísticas.
Hoy tales estadísticas son realizadas competentemente por ordenadores. Con
todo, un resumen sencillo a largo plazo de los cambios climáticos no propor-
ciona una representación exacta del clima. Para obtenerla, es necesario el aná-
lisis de los patrones diarios, mensuales y anuales. La investigación de los
cambios climáticos en términos de tiempo geológico es el campo de estudio de
la paleoclimatología, que requiere las herramientas y métodos de la investiga-
ción geológica.
3.2.4 Climatología.
El clima es algo que nos ha preocupado desde la antigüedad. Del clima de-
pendían las migraciones de los animales, el crecimiento de los frutos y más
tarde, la buena marcha de las cosechas. Por ello, desde la época de las caver-
nas el hombre se ha preocupado por el medio que le rodeaba y los cambios
que éste sufría. Sin embargo, en aquellos primeros tiempos, el conocimiento
del medio era más práctico e instintivo que sistemático. No es hasta la época
de Aristóteles (384–322 AC) en que encontramos referencias explícitas a
algún estudio sobre la atmósfera y sus fenómenos, un primer paso para co-
menzar a sistematizar el estudio del clima del planeta. A partir de entonces, los
Cuando una ciudad, campo, ladera, etc., tiene un clima diferenciado del resto
del clima de su zona, decimos que es un topoclima. Además, llamamos micro-
clima al que se produce en un espacio reducido y determinado, y que no se
puede dividir a su vez en varios tipos menores de climas, como el que hay en
una habitación, debajo de un árbol o en una determinada esquina de una calle.
El clima tiende a ser regular en períodos de tiempos muy largos, incluso ge-
ológicos, lo que permite el desarrollo de una determinada vegetación, y un
suelo perfectamente equilibrado nos permite hablar de suelos climáticos. De
ahí que exista una estrecha relación entre el tipo de clima de una zona y el tipo
de vegetación que crece en ella, hasta el punto de que en muchas ocasiones se
utiliza esta vegetación característica como marcador para determinar si una
zona pertenece a uno u otro tipo de clima. Pero, en períodos de tiempo geoló-
gicos, el clima también cambia de forma natural, los tipos de tiempo se modi-
fican y se pasa de un clima otro en la misma zona. De ahí que zonas que en la
actualidad aparezcan como desérticas y secas, puedan haber albergado espesa
y frondosa vegetación en anteriores épocas geológicas. Por ello, y debido a
que estos cambios no siempre son excesivamente largos, se considera que es
necesario estudiar una zona durante un tiempo relativamente largo (un mínimo
de 30 años) antes de juzgar qué tipo de clima tiene.
3.2.6 Climogramas.
tología es por tanto una ciencia en la que los resultados nunca serán estables y
pueden y deben variar a lo largo del tiempo. Los mapas climáticos estableci-
dos hace 50 años no tienen por qué seguir siendo idénticos a los que se elabo-
ran en la actualidad.
b) Altura. La altura sobre el nivel del mar es otro de los factores influyentes
en el clima. La altitud va a influir en el menor o mayor calentamiento de
las masas de aire. A nivel del mar, el aire esta caliente, pero a medida que
Además de los factores que dependen de la geografía de cada zona, existen los
factores físicos ambientales, más variables, que van a contribuir a determinar
el tipo de clima de la zona. Estos factores deben ser medidos cuidadosamente
a lo largo de los años, para determinar cual es la tendencia general del clima,
evitando variaciones puntuales que pudieran hacer que los datos obtenidos
fueran engañosos. Por ello, se recogen a lo largo de no menos de 30 años, es
decir en un periodo climático, en las estaciones, los datos de las diferentes va-
riables meteorológicas: temperatura, presión atmosférica, vientos, humedad,
nubosidad y precipitaciones, entre otras también importantes.
resto del año a 35. De ahí que la oscilación o amplitud de temperaturas sea
casi más importante a la hora de determinar un tipo de clima, que la tem-
peratura media de la zona.
c) Viento. Se llama viento al movimiento del aire producido por las variacio-
nes de presión, es otra variable climática básica. Para fines climáticos in-
teresa fundamentalmente describir las direcciones predominantes en la re-
gión de estudio, como así también su variabilidad temporal.
Las estaciones son los períodos del año en los que las condiciones climáticas
imperantes se mantienen, en una determinada región, dentro de un cierto ran-
go. Según la migración anual del Sol sobre la superficie terrestre, se producen
cuatro fechas astronómicas de importancia en el ciclo del tiempo y del clima,
que marcan el inicio de las cuatro estaciones astronómicas, cuyo esquema de
formación se muestra en la figura 3.4.
Desde esa fecha, a medida que la Tierra se mueve en su órbita, el Polo Norte
comienza a apuntar hacia el Sol. El 21 ó 22 de junio la Tierra está en una posi-
ción tal que su eje de rotación está inclinado con el Polo Norte apuntando
hacia el Sol, en esta fecha los rayos llegan perpendiculares a la latitud más al
norte posible en 23.5º N, que se define como el Trópico de Cáncer; los rayos
solares nunca llegan perpendicular en latitudes mayores que esta. En esa mis-
ma fecha, los rayos solares pasan tangente a la superficie terrestre por la lati-
tud 66.5º S, que se define como el Círculo Polar Antártico. Llega menos ra-
diación solar al hemisferio sur, por lo que las temperaturas son más bajas y los
días más cortos. Esta fecha que se llama el solsticio (que significa sol quieto),
indica el comienzo de la estación de invierno en el hemisferio sur y de verano
en el hemisferio norte.
Estas son las fechas del primer día oficial de cada estación del año, se llaman
las estaciones astronómicas. Notar que los rayos solares nunca llegan perpen-
diculares a la superficie terrestre en latitudes mayores a las de los trópicos. Un
poco diferentes, para fines de análisis estadísticos, en meteorología se prefiere
definir las estaciones climatológicas, que tienen un periodo de tres meses
según la temperatura. En el hemisferio sur se considera verano en los meses de
diciembre, enero y febrero, otoño en marzo, abril y mayo, invierno en junio,
julio y agosto y primavera en septiembre, octubre y noviembre. En el hemisfe-
rio norte las estaciones son opuestas.
Las principales líneas imaginarias del globo terrestre son el Ecuador, los trópi-
cos de Capricornio y de Cáncer, los Círculos Polar Antártico y Ártico y el me-
ridiano de Greenwich. De acuerdo a la formación de las estaciones, se puede
subdividir el planeta en distintas partes que definen las grandes zonas climáti-
cas de la tierra, que se muestran en la figura 3.5.
dura 186 días y de septiembre a marzo 179 días. Esto significa que el verano
del hemisferio sur es ligeramente más corto que el del hemisferio norte. Por
otra parte, la longitud de los días y noches está determinada por la posición de
la Tierra en su órbita, en verano los días son más largos que las noches en todo
el hemisferio respectivo. De acuerdo a lo descrito anteriormente, todos los lu-
gares ubicados en una misma latitud, debieran tener la misma temperatura,
pero esto no es así. Por lo tanto las posiciones relativas del Sol y de la Tierra
son el principal control de temperatura global, pero este factor no es el único.
Pero el mayor reto con el que se enfrentaron los primeros científicos que estu-
diaron el tema de la climatología fue obtener datos de la propia atmósfera, da-
tos de los principales parámetros climáticos. Gracias al desarrollo de los glo-
bos sonda, esto comenzó a ser posible, aunque tenían el inconveniente de que
no se podía disponer de los datos en tiempo real. Posteriormente, con el uso de
la radiotelegrafía se solucionó ese problema, permitiendo una fineza y flexibi-
lidad mucho mayor en los experimentos. Además, el desarrollo de la aviación
permitió el registro de datos mucho más precisos y de forma directa. El uso de
radiosondas y estaciones meteorológicas locales es fundamental, pero se cuen-
ta también con los satélites y radares meteorológicos que aportan importantes
datos para el estudio de estos fenómenos. En la actualidad, la comunicación y
transmisión de la información vía internet es instantánea.
Según Aristóteles, el aire era una de los cuatro elementos fundamentales que
no podían subdividirse en componentes. Los otros tres elementos eran el agua,
el fuego, la tierra. Aún hoy el término aire es usado como si fuera un solo gas,
que no lo es. El aire es una mezcla de gases que forman la atmósfera que rodea
la tierra, cada uno de los cuales tienen sus propias propiedades físicas.
El gas que compone la atmósfera se llama aire y está formado por una mezcla
de gases: oxígeno, nitrógeno y gases raros, que mantiene una composición
aproximadamente constante. El aire también se puede considerar, para fines
prácticos, formado por aire seco más vapor de agua, donde el aire seco es
aquel que no contiene vapor de agua. El estado del aire cambia, almacena
Vapor de agua.
La cantidad de vapor de agua en el aire varia considerablemente, desde 0 a
cerca de un 4%. El vapor de agua es la fuente de formación de las nubes y la
precipitación, lo que basta para comprender su importancia. Pero otro impor-
tante papel que tiene en meteorología es su capacidad para absorber parte de la
energía que la Tierra emite al espacio, como también parte de la energía solar,
lo que tiene efecto en el calentamiento de la atmósfera. El vapor de agua tam-
bién puede cambiar de estado, en el proceso de evaporación se absorbe calor
sensible (que se siente), y se mantiene en la atmósfera como calor latente (u
oculto), el que posteriormente es liberado en el proceso de condensación del
vapor en gotas de nubes, que forman las tormentas.
Ozono.
Es otro importante componente de la atmósfera, que se encuentra en muy pe-
queña cantidad, con una distribución no uniforme y un máximo en la estratos-
fera. El ozono absorbe los rayos ultravioletas del Sol, que son dañinos para
todo tipo de vida sobre la Tierra, por lo que el ozono en la atmósfera actúa
como una capa protectora de la biosfera.
Aerosoles.
Los movimientos de la atmósfera son suficientes para mantener una gran can-
tidad de partículas líquidas y sólidas en suspensión en el aire. Aunque el polvo
algunas veces opaca el cielo, esas partículas son relativamente grandes y muy
pesadas, por lo que permanecen poco tiempo en suspensión. Pero muchas de
esas partículas son microscópicas y pueden permanecer suspendidas por lar-
gos períodos de tiempo. Estas se originan de diversas fuentes, naturales o
humanas, e incluyen sal marina producida por el rompimiento de las olas, pol-
vo muy fino, humo y hollín de industrias e incendios, polen liberado por el
viento, ceniza y polvo de erupciones volcánicas, etc. A este conjunto de partí-
culas se les llama aerosoles, y se concentran principalmente en la baja atmós-
fera. La importancia meteorológica de estos aerosoles está en que sirven como
superficie donde puede comenzar la condensación del vapor de agua, pueden
absorber o reflejar la radiación solar y reducir la cantidad de luz que llega a la
superficie, y contribuyen a observar un fenómeno óptico, el cielo amarillento -
naranjo - rojizo cuando el Sol está cerca del horizonte.
Troposfera.
variable, es más baja sobre regiones polares donde se ubica entre 8-9 km y
más alta en zonas tropicales donde llega hasta 16-18 km. La troposfera es la
capa donde se producen los fenómenos del tiempo y clima, contiene casi todas
las nubes y precipitación, que producen las tormentas. Contiene también casi
toda la contaminación.
Estratosfera.
Mesosfera.
Termosfera.
PREGUNTAS Y EJERCICIOS.
3.2. Definir brevemente las variables físicas del tiempo y del clima.
3.5. Explicar lo que entiende por climas artificiales y analizar las diferencias
de estos con el clima natural.
3.9. Examinar hasta qué punto el clima de Chile es apto para actividades ta-
les como por ejemplo cultivos de trigo, maíz, remolacha azucarera,
arroz o papas, para horticultura, frutas de árboles, frutas silvestres,
agrios o algún cultivo de verduras, para ganadería (vacunos, ovinos o
aves). Analice los riesgos especiales del tiempo sobre cada actividad en
particular.
3.10. ¿Cuáles son los principales componentes del aire seco y limpio?
3.16. Si la temperatura al nivel del mar fuera 23º C, ¿cuál debería ser la tem-
peratura del aire a una altura de 2 km en condiciones promedio?