Sie sind auf Seite 1von 6

Amor, trabajo y cultura, pero sin falsear las palabras

Francis Fukuyama6 dice que tras la euforia de 1989 con la caída del comunismo, ha vuelto
a Europa un pesimismo de perfiles diferentes, ante dos amenazas: un Islam fanático, y los
nacionalismos en ebullición. A propósito de esto, Alvin Toffler 7, a través de sus distintos
trabajos, alude a las tres versiones complementarias del poder en el mundo actual:

1. El poder de la violencia.2. El poder del dinero.3. El poder de la información, que implica


el conocimiento de la realidad

con el fin de operar en la sociedad y conseguir de ella un mejor rendimiento económico.

En definitiva, si el hombre light se centra sólo en lo material, con altas preferencias sobre lo
espiritual, es difícil que se incline por los valores humanos y espirituales...aunque denomine
valores a los fundamentos de su existencia.

Una vida sin valores queda reducida a un programa cuyo argumento carece de unión, ya
que el mesianismo ha desaparecido y los sistemas de redención del hombre -mitos de
realización revolucionaria- se han desvanecido. Sin embargo, sí existe la solidaridad y su
consolidación en el hombre actual, que es consciente de su estado de microcosmos, pero
que es capaz de unirse con otros en un proyecto común para hacer un mundo mejor, en el
que prime el amor, el trabajo y la cultura.

El hombre de hoy día se centra tanto en lo material, porque es sinónimo de poder y en


ocasiones, las personas piensan que el dinero, poder pueden llenar vacíos personales, la
gente se ha olvidado del verdadero significado de la vida, la gente ya no disfruta de las
cosas simples de la vida por estar buscando lo extravagante, y es un problema social muy
grande y preocupante, pero mi pregunta es ¿vale la pena llevar una vida como el hombre
light? Pues a mi parecer no, porque llegas a un punto donde te das cuenta que te sigue
faltando cosas para estar conforme contigo mismo y no te das cuenta que esas cosas están
frente a tus narices como disfrutar de una platica, sonreírle a las personas en la calle, mirar
el atardecer, ahora puede que sea así, pero yo no puedo considerar que mi felicidad o mi
significado de felicidad sea el mismo que para otra persona, cada quien tiene una meta de
felicidad diferente.

Volver a los valores

Uno de los principales valores es el humanismo, basado en una formación moral sólida,
abierta y pluralista, cuyas coordenadas no dan prioridad al éxito material, al placer y al
dinero. Esto constituye una labor personal que conlleva los siguientes requisitos:

1. No estimular los instintos y las pasiones, sí educarlos.

2. No caer en la permisividad y tener criterios para distinguir entre el bien y el mal.


3. Intentar el bien colectivo y el propio, pero sin una competencia desaforada, trepidante,
para llevar a cabo aquella sentencia de homo homini lupus, «el hombre es un lobo para el
hombre»: una moral educada en los principios naturales, que es capaz de elevar el vuelo
hacía los sobrenaturales; y una cultura que lucha por no estar pegada a la televisión, como
elemento casi único de nutrición intelectual.

En definitiva, se trata de conseguir un hombre más digno, que quiere ser más culto para ser
más libre»; hacer un mundo más cordial y comprensivo; crear un espacio más afectivo,
donde quepan lo material, lo espiritual y lo cultural. Todo lo anterior nos ayudará a obtener
la felicidad, siempre difícil y costosa, si existe unidad y sentido. El lightismo la quiere a la
carta, rápidamente, en el instante, pero escogiendo un camino errado, que a la corta es
gratificante, y, a la larga, deja frío e insensible al que la posee.

yo soy del tipo de persona que cree que de lo que das, recibes; hace algún tiempo me
plantee en hacer un experimento, le sonrisa a la gente extraña que me encontraba en la
calle, y me encontré con la sorpresa de que la gente se extraña cuando le suceden cosas
bonitas, porque hemos creado una sociedad que solo nos importa nosotros mismos, y nos
olvidamos de que hay personas alrededor de nosotros que quizás una sonrisa, un buenos
días les puede cambiar el día, es cierto debemos rescatar valores, a veces pensamos pero
que difícil es cambiar, pero no podemos empezar por cosas sencillas como ser cordiales con
las personas que tenemos alrededor, no sabemos porque situaciones puede estar pasando
alguien, que tu actitud puede que cambia su día o incluso su vida, no sabemos si la persona
de enfrente pueda estar pensando en suicidarse y una sonrisa lo haga cambiar de parecer,
hay que dejar de ser tan egoístas con nuestros hermanos, todos somos familia, y debemos
empezarnos a tratar como tal, hemos dejados de ser humanos, y nos tapamos los ojos ante
situaciones que no deberíamos taparnos, aprendamos a amarnos y a respetarnos, el amor
todo lo soluciona pero hay que empezar amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

El hombre soñador y el hombre pensador que hay en nosotros

Frente al hombre light, sin perspectivas, propongo al hombre comprometido y con


perspectivas ante el futuro. Éste que con su misma vida es un acicate ejemplar para otros,
ejemplo vital de teoría y práctica. Ahí el hombre evita esa melancolía del ecuador de la
existencia, consecuencia de haber tenido una vida sin norte, insustancial, descomprometida,
egocéntrica y el principio del placer.

Tenemos que dotar a nuestra vida de valores fuertes y convincentes, porque es evidente que
el hombre light es transitorio, pasajero, y tiene poco poder de convicción si sabemos ser
críticos con su mensaje y no nos entregamos en sus brazos de modo gregario

No necesariamente debemos ser perfectos, pero es necesario ser humano y actuar bien, y
servirle de inspiración a mucha gente incluso cuando nos equivocamos el saber levantarnos
ya es una lección de vida para aunque sea una persona que te este observando, debemos
dejar de querer mostrar una vida perfecta, tomarnos nuestro tiempo a solas para llorar
desahogarnos, vivir cada proceso así sea feo, si queremos llorar, hagámoslo, dejemos de
querer aparentar una vida perfecta porque no lo es, es de humano ser imperfectos es de
humano cometer errores, entonces encontremos ese espacio para confrontarnos con
nosotros mismos y vivir cada proceso.

Elogio de la intimidad.

Entender es ir hacia, encaminarse hacia el otro; comprender es algo más, ponerse en el


lugar del otro, intentar estar en su sitio, ocupar su lugar existencial.

Pero hay dos perspectivas cuyas coordenadas no debemos perder de vista cuando hacemos
esa excursión por los pasadizos de la personalidad.

1. Perspectiva estática. Se centra en el estado anímico de la persona con respecto a ella


misma y los demás y en qué momento concreto se halla. Es algo parecido a un flash que
sintetiza su presente y su actualidad real.

2. Perspectiva dinámica. La vida es una operación evolutiva, vivencia hacia el porvenir, y


cada hombre tiene su propia travesía, que puede ser analizada mediante un estudio
panorámico.

El hombre light no tiene vida interior ni intimidad, y, por ello, vive para la calle, más
pendiente de su apariencia externa que de su estado interior. Esto constituye un error que
debe corregir si quiere escapar de las redes a las que hemos aludido anteriormente, porque
el componente social no puede ni debe vertebrar la vida humana, y es torpe y elemental
guiarse por sus coordenadas. Por otra parte, la educación debe ser profunda y procurar con
ella tallar y pulir la organización de nuestra mente, es decir, la personalidad, y de nuestro
proyecto personal, desde esos estratos profundos de la interioridad. Por eso es tan
importante la soledad. Desde ella es posible comprender la historia personal y reorganizarla
de nuevo.

La condición privada personal o intimidad tiene unos rasgos y elementos secretos que no
conviene desvelar, por eso, el que la posee sabe mucho de esto y lo cultiva, porque a través
de ella nos encontramos a nosotros mismos. Desde esos parajes íntimos nos conocemos
mejor y entendemos o somos capaces de entender a los demás.

Tal como lo mencionaba hace un rato, hoy día con las redes sociales todo lo queremos
ventilar queremos dar una imagen de una vida perfecta, pero que irónico que solo lo bueno
que pasa en nuestras vidas, lo material solo eso lo ventilamos, incluso la relación con
nuestra pareja la ventilamos para que las personas crean que tengo una vida perfecta, hemos
perdido el respeto a la intimidad, a encontrarse con uno mismo a vivir plenamente,
encontrando mi versión de felicidad, encontrando la mejor versión de mi aunque mi vida no
sea perfecta, aprendamos a cuidar nuestra intimidad porque es allí cuando nos encontramos
a nosotros mismos y nos aprendemos amar a nosotros mismos y luego poder amar a las
demás personas.

Es necesario superar el cinismo

En una palabra, se trata de volver al hombre espiritual, capaz de descubrir todo lo bello,
noble y grande que hay en el mundo y procurar luchar por alcanzarlo.

Saber que la pérdida de todo paradigma, en aras de una movilidad relampagueante y


climatizada, no conduce a la felicidad. Ese no es el camino, sino el de escapar del culto a la
novedad, que tanto embriaga a la persona light y nos muestra otra serie de valores muy
distintos de los perdidos. Es más, la religión llega a ser lo nuevo, como necesidad del final
de un siglo en decadencia que necesita una renovación profunda y fuerte. Esta nueva moral
individualista, a la carta, subjetivista, en la que se escoge lo que gusta y se deja lo que es
exigente, está construida sobre unas bases amorales, donde existe la libertad ilimitada de
hacer lo que creemos conveniente sin tener ningún tipo de culpa personal, ya que eso
neurotiza.

Cuando nos damos cuenta de que la vida es corta, de que de nada vale amontonar riquezas
si nuestra alma esta vacía, comenzamos a descubrir un mundo totalmente diferente, lleno de
cosas lindas y aprendemos a ver la hermosura de las cosas simples del mundo, cuando no
nos afanamos por amontonar riquezas nos daremos cuenta que cuando llegan dichas
riquezas se disfruta plenamente, porque se convierte en algo que no te quita el sueño sino
que estas feliz contigo y con el mundo y no vives afanado, se disfruta la vida plenamente.

La felicidad se alcanza con una vida coherente.

Todos buscamos la felicidad, pero son pocos los que la consiguen. Es la meta máxima de
nuestra conducta. Para ser feliz es necesario que la vida sea argumental y coherente. Y
también que en su seno albergue una serie de elementos que se relacionen de forma
congruente entre sí, luchando para que no se produzcan contradicciones, es decir, la
formación de un hombre único, en que se relacionen las ideas y sus acciones.

La felicidad nunca es un regalo, hay que conquistarla y trabajarla con ilusión. Siempre,
antes o después, hay que bregar contra corriente y debemos experimentar el sentimiento de
hacer algo útil, valioso, por lo que las luchas y desvelos queden justificados por nuestra
lucha. El esfuerzo, la alegría, la coherencia y la felicidad se nutren de las mismas raíces.
Decía Julián Marías que «La vida en su conjunto tiene una tonalidad, a través de la cual uno
se siente bien o mal... A lo primero es a lo que llamamos felicidad» 11. Claro está, entendida
como balance, como examen y resultado final en un determinado momento vital. Es
necesario mantener los viejos ideales, mezclados con las nuevas ilusiones y los pequeños
objetivos, de lo cual surgirá un estilo propio, una forma peculiar de mostrarnos. Así se
desenreda la madeja de todas las pretensiones que han circulado por nuestra cabeza.

Se alinean así, en la felicidad verdadera, la coherencia, la vida como argumento, el esfuerzo


porque salga lo mejor que llevamos dentro y la fidelidad. Cada ingrediente fija y sostiene lo
que para mí es la clave que alimenta ésta, esa trilogía que está compuesta de amor, trabajo y
cultura. Y su envoltura: tener una personalidad con un cierto grado de madurez y equilibrio
psicológico.

Introducción

Loremy Almanza

en el capitulo de soluciones al hombre light veremos un poco de las conductas que debemos
tomar nosotros como seres humanos para así liberarnos del hombre light que hay en
nosotros, tocamos puntos como la humanidad que es un valor que se ha perdido mucho en
las sociedades hoy día estamos centrados solo en nosotros mismos y nos olvidamos de las
necesidades de nuestro prójimo, también tocamos puntos como amor, trabajo y cultura sin
falsear las palabras, que es un llamado a la capacidad oral y espiritual si queremos que el
hombre light salda de su estado actual en que solo le preocupa el dinero y el placer para
evitar otros vacíos de su vida, al igual que dimos nuestra opinión sobre el volver a los
valores, algo que se ha perdido, todo se resume en que no sabemos porque queremos las
cosas, simplemente queremos cosas materiales porque es sinónimo de poder y muchas
veces no nos importa por quien debemos de pasar por encima para alcanzar nuestros
objetivos.

Conlusion

Loremy Almanza

A mi concepto todo se puede solucionar con dos virtudes fundamentales, amor y respeto,
cuando nosotros aprendamos amarnos a nosotros mismos empezaremos a ser felices,
porque amarnos implica no hacernos daños y si nosotros no nos amamos ni a nosotros
nunca podremos amar a los demás, pienso que al ser humano lo que lo hace humano es su
capacidad de evolucionar y es preocupante cuando alguien se mantiene con un igual
comportamiento toda su vida porque eso implica que hay un problema, no podemos esperar
ser la misma persona toda nuestra vida, debemos evolucionar, mejorar como personas, estar
en constante cambio de pensamiento sobre que es lo correcto, cuestionarnos y
confrontarnos, para poder ser felices, dejar de aparentar una vida perfecta cuando en
realidad tu vida no es perfecta, que nos deje de importar los estereotipos y construyamos un
mundo adecuado a nosotros, hacer lo que amamos, en nuestro trabajo que la vida no se
convierta en un “sobrevivir” sino que vivamos plenamente porque no hay nada mas
hermoso que el valor de la vida.

Das könnte Ihnen auch gefallen