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(MÓDULO COMÚN)
Profesores:
Olegario Negrín Fajardo
Agustín Velloso Santisteban
NOTA IMPORTANTE
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Tema 1: La elección y delimitación del tema de investigación en
Historia de la Educación.
1. Presentación
Hay que tener en cuenta que pretendemos conseguir que, al final del proceso de
enseñanza-aprendizaje, que significa la lectura y asimilación del conjunto de estos
temas, los alumnos conozcan las fases de la realización de un trabajo histórico y estén
en condiciones de realizarlo. Por consiguiente, vamos a analizar algunos de los
conceptos y aspectos que consideramos más significativos para conocer las
características de la ciencia histórica en la actualidad, teniendo en cuenta que nos
dirigimos a estudiantes no especializados en estas materias y que, en su mayoría, se
acercan por vez primera a este tipo de metodología.
No es posible dar una regla concreta para la elección de un tema, pero sí algunas
sugerencias. Umberto Eco se refiere a cuatro reglas en la elección de un tema de
investigación para la realización de una tesis doctoral: “Primera, Que el tema
corresponda a los intereses del doctorando. Segunda, Que las fuentes a las que se
recurra sean asequibles, es decir, que estén al alcance físico del doctorando. Tercera,
Que las fuentes a las que se recurra sean manejables, es decir, al alcance cultural del
doctorando. Y cuarta, que el cuadro metodológico de la investigación esté al alcance de
la experiencia del doctorando”(U. Eco: Cómo se hace una tesis. Barcelona, Gedisa,
2001, p. 25).
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En general, la elección del tema de una investigación se suele hacer de manera
menos sistemática. A veces una lectura o una conversación ayudan a decidir el tema que
vamos a estudiar. Sin embargo, los historiadores están de acuerdo en utilizar algunos
criterios de selección, como los de relevancia, viabilidad, originalidad e interés
personal. Esta elección es fundamental para aumentar la calidad y la posibilidad de
finalización de un proyecto de investigación.
Una vez elegido el tema, el investigador debe realizar una primera definición de
los límites del estudio, que no tienen por qué ser definitivos, pero que sí están llamados
a perdurar y, de ser posible, a establecerse como permanentes. En relación con los
límites cronológicos, cabe preguntarse si deben ser históricos o pedagógicos. No existe
una contestación unívoca a esta cuestión; la situación ideal es combinar ambos criterios,
pero de primar alguno debería ser el pedagógico.
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2. Contextualización
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En concreto, en cada tema se ofrece la bibliografía necesaria para preparar bien
los contenidos del mismo. Se entiende que esta bibliografía permite abordar los aspectos
más generales y relevantes de la materia. El trabajo escrito a realizar con esta primera
bibliografía tiene por objeto demostrar que se han hecho las lecturas, aunque el objetivo
fundamental es conocer el estado de la cuestión de la materia y analizar y valorar los
principales contenidos de la misma.
Los libros que se consideran recomendados para los tres primeros temas de
metodología de investigación de la Historia de la Educación son los siguientes:
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De todos ellos, se consideran básicos parte de los contenidos de las obras
siguientes:
Como hemos dicho antes, las actividades a realizar tienen que ver directamente
con los contenidos y metodología de esta asignatura; así, además de realizar algunas
reseñas y comentarios en torno a algunas de las obras señaladas, otras actividades
recomendadas van a tener que ver con la elaboración de un diseño o proyecto de
investigación, entendido como un esquema desarrollado de una investigación futura.
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Teniendo en cuenta los apartados correspondientes en la bibliografía
mencionada, especialmente la obra citada de Alted y Sánchez, o. cit. pp. 13-33 y 149-
156, y la de Negrín, diversos epígrafes, la tercera actividad consistirá en diseñar un
sencillo proyecto posible de investigación, a partir de los fondos localizados,
incorporando un cronograma razonable para su potencial realización efectiva. Es muy
importante definir bien la hipótesis con la que se trabajará. Hay que tener en cuenta que
no se pide ni un proyecto amplio ni tampoco su realización sino sólo el diseño de un
plan en unos pocos folios.
Es decir, esta actividad está pensada para conocer qué es y en qué consiste un
proyecto de investigación no para desarrollarlo en todas sus partes y redactarlo. De la
misma manera, otro objetivo complementario es plantear el cronograma: las fases que
llevará la investigación y cuánto tiempo se le dedicará a cada una de ellas. Le damos
mucha importancia a la adecuada definición de la hipótesis de trabajo.
1. Presentación
Cardoso recuerda que los tres problemas fundamentales para el investigador son:
“1) La localización de los acervos documentales; 2) evitar la dispersión y la pérdida de
tiempo; 3) mantener un control permanente sobre los materiales acumulados, a través de
una organización eficiente de la recolección”( CARDOSO, C.: Introducción al trabajo
de la investigación histórica. Barcelona, Crítica, 2000, p. 176).
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Iniciada la fase de la recogida de la información, lo normal es que tenga que
desplazarse de una manera sistemática y durante un periodo largo de tiempo a los
archivos y bibliotecas que alberguen los fondos documentales de su interés. Ocurre que,
en bastantes ocasiones, las fuentes documentales se encuentran sin catalogar y en
completo desorden. En este caso, es preciso que el historiador se transforme en
archivero por una buena temporada, si tiene la suerte de que los responsables de la
institución se lo permitan, y realice una catalogación provisional de los fondos. Si el
archivo tuviese sus fondos catalogados será posible que el investigador pueda ir más
rápido y derecho a su objetivo, acercándose a la documentación que espera ser estudiada
e interpretada, a partir del marco teórico del que se parta y teniendo en cuenta las
hipótesis que se hayan enunciado.
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revisar y hacer su propia historia, porque las sensibilidades e incluso procedimientos
van evolucionando y cambiando.
Sobre todo al investigador que empieza, pero ello vale para cualquier
historiador, hay que recordarle con frecuencia que no es posible saberlo todo. Pronto
hay que aprender a reconocer las lagunas que se tienen, los puntos oscuros de la
investigación que deberán ser solucionados en el futuro, dimensiones que pueden ser
muy fructíferas pero que aún no existen condiciones para analizarlas, etc. Esta actitud,
además de ser la única razonable y sincera, produce mucha información para nuevas
investigaciones, abre vías de estudio que, de otra manera, se perderían
irremediablemente o, al menos, quedarían ocultas por un tiempo indefinido.
2. Contextualización
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3. Información y orientaciones para el trabajo con los materiales requeridos
para el estudio del tema.
En este tema, además de leer y comentar algunos apartados de los libros que
señalamos, nos centraremos en la realización de fichas de artículos o de capítulos. Son
estos dos de los aspectos fundamentales de la segunda etapa o fase de la investigación,
también conocida como el “taller” del historiador.
Para realizar la primera actividad de este segundo tema es preciso leer los
capítulos correspondientes de la obra de Alted y Sánchez, o. cit. capítulo 2, 3 y 4, pp.
35-86, Negrín, “El taller del historiador” y Umberto Eco, Cómo se hace una tesis, pp.
137-146.
Para practicar los aspectos más significativos de este segundo tema, la actividad
elegida consiste en seleccionar tres artículos de revista especializada, o capítulos breves
de un libro de contenido histórico educativo, y elaborar las fichas de identificación y de
contenido correspondientes. En la ficha de identificación debe figurar su localización,
título y autor; en la de contenido se hará constar el resumen de los aspectos
fundamentales de que se ocupa el documento de que se trate. Para realizar esta segunda
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actividad recomendamos la lectura de las pp. 221 y ss. de la obra de Alted y Sánchez
citada y las pp. 137 y ss. de la obra recomendada de Umberto Eco
1. Presentación
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En la fase de la redacción debemos recordar, al igual que lo hemos hecho en
otros varios momentos de la explicación de la metodología histórica, que no hay reglas
fijas ni normas para seguir al pie de la letra. Se pueden formular, eso sí, sugerencias y
orientaciones producto de la experiencia investigadora, errores que es preciso evitar,
pero, finalmente, se debe imponer el estilo del historiador y los criterios propios
procedentes de su formación, personalidad e intereses.
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2. Contextualización
Las actividades prácticas de este tema tercero van a estar también relacionadas
con las lecturas a realizar de la bibliografía recomendada pero, además, incorporamos
dos núcleos de contenidos que tienen que ver con la mejor manera de redactar un
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trabajo de historia: en este caso trabajaremos con la introducción, el prólogo y las notas
a pie de página.
Igual que en los dos temas anteriores, también en este la primera actividad
consiste en leer los capítulos correspondientes de Negrín, o. cit., apartado “Cómo
redactar un trabajo de historia de la educación” y Umberto Eco, o. cit., pp. 177 y ss.
Como práctica relacionada con este tema tres hay que realizar un prólogo y una
introducción a cualquier obra, sin que tenga que ser histórica. De esta manera se podrá
distinguir bien uno de los aspectos de la redacción del trabajo histórico, o fase final en
la elaboración de a investigación histórica. Para ello, es necesario leer con atención lo
que afirman los autores citados en el párrafo anterior.
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Tema 4: Tendencias de investigación en Educación Comparada.
1. Presentación.
Los estudiantes conocen el área de trabajo por una parte y por otro las tendencias
existentes a la hora de llevar a cabo investigaciones sobre aquél. El punto de partida es
que el campo es enorme, más bien casi ilimitado, y las formas de ocuparse del mismo
son variadas.
Si además se reflexiona sobre el hecho de que hay más sistemas que países,
debido a las variedades que se dan dentro de un mismo país, que pueden deberse a
razones políticas, sociales, culturales, étnicas y de otro tipo, se entenderá que el campo
es incluso más amplio de lo que a primera vista puede parecer.
Algo parecido sucede con la investigación sobre este enorme campo. Se puede
abordar la investigación de diferentes formas y con la ayuda de unas ciencias u otras e
igualmente con el concurso de unas herramientas y técnicas de trabajo en lugar de otras.
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No hay una única forma de investigar en Educación Comparada y el
conocimiento del abanico de posibilidades es lo que interesa a los alumnos que desean
profundizar en esta investigación e incluso realizar una ellos mismos sobre un tema que
les interese.
Cabe esperar que esta introducción abra el campo ante los alumnos, de forma
que mediante los dos temas siguientes se sientan capacitados para llevar a cabo por sí
mismos una investigación, más o menos modesta, en el ámbito de la Educación
Comparada.
Sin perjuicio de que los alumnos, por sus conocimientos previos de la materia, o
por otra razón, empleen desde el comienzo de su estudio de este módulo una
bibliografía que consideren de utilidad, el profesorado les presentará una que les sirva
para adentrarse en el campo.
Se entiende que esta bibliografía les permite abordar los aspectos más generales
y relevantes de la materia, a la espera de que una próxima profundización les lleve a
consultar obras más específicas, que son de mayor ayuda a la hora de decantarse por una
especialización.
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Algo similar ocurre con las actividades a realizar. Una vez que el estudiante se
ha introducido en el campo de estudio, la disponibilidad de información y de obras
relacionadas con aquél, determinará la incursión del alumno en una parcela concreta de
ese campo.
La evaluación consiste en demostrar que se han realizado las lecturas, tanto las
presentadas por el profesorado como las elegidas motu proprio por el alumno.
En primer lugar hay que presentar un escrito sobre las lecturas mencionadas. Se
trata de demostrar que se han hecho las lecturas, lo cual se consigue escribiendo un
breve ensayo de alrededor de cuatro páginas, o respondiendo a varias preguntas sobre
aquéllas que indiquen la comprensión, el análisis, la crítica y la capacidad de relación
con otros conocimientos por parte de los estudiantes.
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Como ya se ha anunciado, en esta etapa inicial de los bloques de trabajo es
preciso hacerse con una base teórica general suficiente sobre la amplitud y variedad que
se da en el campo al que se dedica la Educación Comparada.
Sobre esta base habrá que asentar posteriormente nuevas lecturas más
especializadas referidas a partes concretas del campo.
http://www.ucm.es/info/the/basedatos/descrip/ed_comparada.pdf
http://www.scribd.com/doc/4894686/A-Critique-of-Research-Strategies-in-
Comparative-Education-by-Rust-et-al-by-Comp-2006
http://www-
wds.worldbank.org/external/default/WDSContentServer/WDSP/IB/2000/03/23/000178
830_98101902100838/Rendered/PDF/multi_page.pdf
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La realización en primer lugar de esquemas, cuadros, resúmenes, etc. a partir de
las primeras lecturas, dará paso a planteamiento de preguntas, búsquedas de
información complementaria, más aún incluso de fuentes de información sobre lo más
interesante para el lector. Esto se completa con la redacción de reseñas, análisis y
críticas que no tienen por qué ser modelos acabados y perfectos, sino ejercicios de
profundización paulatina en el campo de trabajo.
Para ello basta con consultar uno de los dos trabajos que se citan a continuación
(o los dos si se quiere adquirir una mayor base) y que se dedican, respectivamente, a la
historia de la Educación Comparada tal y como se hacía en España en los siglos XIX y
XX.
Si bien es cierto que los estudios comparativos de aquellos años han quedado en
gran parte superados, también lo es que la principal virtud de una mirada al pasado es
comprender las relaciones entre el contexto general -la situación del país en la época
seleccionada-, el particular -la situación del sistema educativo-, e incluso el personal -la
situación del investigador, su biografía-, y el tema de investigación y la forma en que se
ha realizado ésta.
Con esta actividad los estudiantes tienen una oportunidad de reflexionar sobre la
actividad investigadora en Educación Comparada antes incluso de ponerse ellos mismos
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a investigar. De esta forma pueden anticiparse a sus problemas, a sus límites, a las tareas
básicas a realizar y a las herramientas que ha de utilizar.
1. Presentación.
Se han descrito cuatro etapas en la metodología comparativa, que han sido y son
comúnmente aceptadas entre los comparatistas de la educación. Curiosamente, en los
libros y menos aún en los artículos publicados que se pueden incluir dentro del campo
de la Educación Comparada, es casi imposible encontrar estas cuatro etapas.
Esto se debe a que una gran parte de los estudios comparativos se quedan en la
primera etapa: la descripción. También a que algunos estudios se centran en la
yuxtaposición y la comparación sin haber pasado antes por aquélla, ni tampoco por la
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interpretación. Otros, por fin, dentro de la amplia variedad existente, se decantan por la
interpretación.
Por otro lado es preciso tener en cuenta la gran dificultad que supone llevar a
cabo estudios realmente comparativos, en particular cuando se trata de sistemas
educativos de gran magnitud, de muchos países, de situaciones complejas, etc.
Además, cada etapa es un estudio parcial de interés por sí mismo, el cual puede
ser aprovechado para realizar el siguiente con un gran ahorro de energía y de tiempo. El
hecho de que un estudio se pueda completar con otros que lo utilizan como base, no
dice nada malo de aquél, al contrario, muestran que tiene suficiente interés como para
construir otro u otros encima.
Una vez que se tiene un conocimiento general del campo de estudio, lo cual se
hizo mediante la primera parte, esta segunda parte es la que permite conocer el método
que se emplea con aquél para crear un conocimiento nuevo.
Con otras palabras, cuando se conocen las etapas en conjunto o una de forma
independiente, se está en disposición de manejar con alguna soltura el método
comparativo aplicado a la educación.
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Esto no es suficiente para llevar a cabo una investigación comparativa acabada,
pero es un paso ineludible para ello, el cual se realiza a la espera de que la experiencia
que da la práctica y la adquisición de otros conocimientos relacionados perfeccionen la
capacidad investigadora del interesado en profundizar en este campo.
Los primeros no necesitan ser numerosos, pues los cuatro pasos no son
complejos y con una lectura sosegada se entiende sobradamente en qué consiste cada
uno de ellos y el papel que juega en el conjunto.
Los segundos, una vez hecha esa lectura teórica, son ilustrativos de los pasos
aunque no los nombren ni se ajusten al conjunto completo. Ya se ha advertido de que
hay estudios que se quedan en la primera etapa, otros en dos, ésta y la segunda, y otros
en la última o en la penúltima.
Lo interesante es observar qué autores usan cada una de las etapas, cómo y con
qué finalidad, ya que con ello el estudiante obtendrá una valiosa información a utilizar
en el momento de realizar su propio estudio.
Podrá decidirse por realizar un estudio de una, dos o más etapas a la vista de lo
que han conseguido otros con sus propios estudios. Indudablemente también aprenderá
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de los errores y fallos que han tenido los autores que le han precedido, con lo que estará
en mejor situación que aquellos para prevenir los suyos propios.
Esta breve presentación se completa de forma mucho más amplia, con el recurso
a autores españoles sobre todo, pero también de otros países, en el libro del mismo autor
titulado La Educación Comparada en España (1900-1936), publicado por la Uned en
1989.
Otros capítulos del libro sirven de apoyo para este propósito, ya que al indagar
sobre el qué, por qué y dónde de los estudios comparativos realizados por autores
españoles, principalmente en Europa, lo que se hace en el capítulo IV, así como en la
producción de los autores, las instituciones que los financiaron y las diversas
actuaciones de revistas, museos y centros de investigación, se adquiere una visión
general y amplia de la actividad comparatista en España en el pasado.
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coinciden por completo con los del pasado y tampoco la forma de abordarlos y de darles
solución, el camino recorrido por aquellos es de mucha utilidad a la hora de recorrer uno
propio. De sus errores y aciertos se pueden sacar valiosas enseñanzas para la realización
de nuevos estudios.
Un breve ensayo (de unas 4 páginas) sobre estas lecturas, sin perjuicio de que se
añadan otras, será la forma de demostrar que se han hecho las lecturas.
El estudiante se pondrá manos a la obra para realizar con los medios a su alcance
una aproximación a una etapa de su elección. Se trata de elegir una etapa (o más si se da
el caso) y comprobar en varias obras publicadas (las presentadas en la bibliografía
citada más arriba u otras de su elección) cómo se ha seguido y con qué resultados por
parte de sus autores.
Para ello se dirigirá a las obras de autores personales o institucionales, según sus
intereses de investigación, con el fin de profundizar en la etapa de su elección.
Las obras a elegir pueden ser del pasado y del presente, sin que importe el tema
de estudio, nivel educativo, países que abarca, problemas que trata, ni la amplitud y
complejidad de las mismas. Pueden ser estudios descriptivos, descriptivos,
comparativos o de yuxtaposición.
Una vez seleccionados, hay que analizar cada aportación en su contexto y con la
etapa elegida, para poner de manifiesto sus dificultades, logros, insuficiencias si las
hubiera, capacidad de alcanzar sus objetivos y notas más sobresalientes de cada
aportación.
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prefiere un autor personal se puede observar su trayectoria a través de varias obras. Si se
opta por un autor institucional, entonces habría que concentrar el trabajo en una línea de
publicaciones, en unos años, en un sector, etc. y no con el fin de abordar todos los
aspectos, sino solamente aquellos que interesen especialmente.
1. Presentación
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Existe mucha documentación sobre sistemas educativos y desde luego también
sobre los países a los que pertenecen. Tanta, incluso, que resulta más que difícil conocer
toda, acceder a la misma y luego manejarla según las necesidades del estudio que se
quiera realizar.
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independientemente del investigador y es previa en muchos casos a cualquier actuación
suya, mientras que es tarea de éste saber dónde encontrarla y sobre todo cómo trabajar
con ella.
Conviene, por eso, estar preparado para actualizar constantemente lo que se tiene
y sobre todo ser capaz de seleccionar lo más apropiado para cada investigación e incluso
dentro de ésta para cada paso concreto.
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4. Descripción de cada una de las actividades de aprendizaje a realizar.
Esta visita, que no tiene por qué entenderse que es una, sino que se trata de
realizarla en varias sesiones, tiene como fin iniciarse en la consulta de la información
que se da a conocer y que se almacena desde estos centros.
Se puede realizar de la manera que mejor se adapte a los intereses del estudiante:
bien de modo formal, pidiendo el acceso mediante un carné o autorización, bien de
modo espontáneo si es posible, etc.
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También se puede sencillamente, conocer su funcionamiento, cómo trabajan sus
empleados, sus fines, lo relativo a la producción y difusión de la información y
cualquier otro aspecto que sea formativo para el estudiante.
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