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CONCLUSIONES:

1. La Dei Verbum cambia el concepto de Revelación en la Iglesia.

En el concilio se observaban dos posturas, una que sostenía que las fuentes de la
Revelación eran por igual Escritura y Tradición, que se podía beber de ellas por
igual y que la Revelación de Dios era comunicar verdades. Otra que hablaba de
una Revelación histórica de Dios. Ante la división de ideas la Dei Verbum no se va
a centrar en la Sagrada Escritura como tal sino en reflexionar y esclarecer acerca
de qué es la Revelación y cómo se transmite. La Dei Verbum acepta que en la
Revelación se comunican verdades como dice el Concilio Vaticano I, pero afirma
que la Revelación es más que una mera comunicación de verdades, es Dios que
se revela a sí mismo, que actúa en la historia mediante obras y palabras, que
Revelación es historia de Salvación y la historia de cada pueblo, de cada ser
humano hace parte de la misma. Toda la historia de Salvación mira hacia
Jesucristo, culmen de la Revelación.

2. La Fe va más allá del acto de aceptar verdades:

Como el concepto de Revelación cambia, también el concepto de fe cambia, si


bien la Revelación se consideraba comunicación de verdades, la respuesta a la
misma, la fe era la aceptación de dichas verdades. En la Dei Verbum la respuesta
a dicha Revelación histórica y personal (“se revela a sí mismo”) de Dios no es un
creer a secas, es un confiar y es un creer histórico. No creemos en una ideología
sino que creemos en lo que ha pasado. Como Dios se revela con obras y palabras
en la historia y por ende confiamos en Él, nuestra Fe se manifiesta a través de una
respuesta histórica: con obras y palabras, siendo testigos.

3. Escritura y Tradición: dos canales del mismo manantial.

En la época encontrábamos dos posturas la postura de la Iglesia que consideraba


la Tradición y la Escritura como dos fuentes de Revelación de igual importancia y
la postura de los luteranos que consideraban la sola escritura como fuente de
Revelación. Ahora no vamos a considerar dos fuentes sino dos canales de
Revelación de una sola fuente que es Dios y que se compenetran.

Hablamos por un lado de una Tradición que nos lega el canon (por tanto una
Tradición que también involucra a los luteranos), una Tradición que escucha y
anuncia el misterio (de ahí que la misión del magisterio sea escuchar y anunciar,
una Tradición que no es tampoco un conjunto de verdades que hay que aceptar
sino que es culto y es doctrina, que involucra sacramentos, valores y hasta el
mismo concepto de Iglesia, es lo que somos.

Por otro lado hablamos de

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