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Ladinidad

El mestizaje que dio origen a la actual población ladina comenzó desde los primeros años
de la conquista española. La política de la iglesia católica con respecto a los matrimonios
mixtos fue la de legitimar las diversas uniones de hecho, pero no la de fomentarlas. Durante
la colonia, los ladinos gozaban de libertad para movilizarse de un pueblo a otro, no debían
pasar tributo, mantenían un estatus social superior al de los indígenas, pero inferior al de los
españoles. No estaban autorizados a vivir en pueblos de indios. La legislación no preveía que
se les asignara tierras, tampoco que pudieran heredarlas y se les vedaba el ejercicio de cargos
públicos. Sin embargo, por su calidad de personas “libres” no sujetos ni a la encomienda ni a
repartimiento, se constituyeron en los principales núcleos de trabajadores voluntarios o
jornaleros. En el transcurso de tres .siglos, los mestizos crecieron en número en ciudades; se
dedicaron a la agricultura y a la ganadería, así como al transporte y el comercio menor (Dary
1995). A los pueblos de ladinos legalmente constituidos les denominaron villas.

El significado de “ladino” ha variado en el transcurso de los siglos. En Guatemala, se


llamó inicialmente al indígena que había aprendido a hablar el idioma español. Lue go se le
llamó ladino al contingente de mestizos que comenzaba a crecer numéricamente. Hubo casos
en los que se calificó como ladino al español empobrecido (Dary 1995). En la época
contemporánea ladino puede referirse al conglomerado humano que se expresa en idioma
español como idioma materno, que posee determinadas características culturales de arraigo
hispano pero matizadas con préstamos culturales indígenas y que viste comúnmente a la
usanza occidental (Dary 1995). Adams y Bastos (2003:491 indican que, en sentido lato,
ladinos se refiere a todos los no indígenas, en su mayoría, son “personas mestizas de
descendencia mixta, que generalmente rechazan la parte indígena de su identidad y tienden a
diferenciarse internamente por regionalidad, clase social, riqueza y, en algunos casos, por
tener antecedentes extranjeros no españoles chinos, estadounidenses, franceses)”.

La población ladina no es un bloque homogéneo. Existen variaciones en su forma de


hablar el español. Los ladinos de tradición hispanoamericana viven a lo largo del valle del río
Motagua, en las sierras de altitud moderada del oriente y en la bocacosta de la región sureste.
En el altiplano maya, los ladinos habitan en la cabeceras departamentales; en áreas
predominantemente indígenas existen municipios mayoritariamente ladinos como Saragoza y
San Carlos Sija. La costa baja del Pacífico, la región sur de Izabal y el valle de San Jerónimo
en Baja \/erapaz son también enclaves ladinos. La cultura española del ladino oriental se
manifiesta en los bordados y deshilados de Estanzuela Zacapa, las carretas de bueyes, la
vivienda tradicional, los aperos para las bestias, las botas y los sombreros de los varones, cl
uso de la “madrileña” entre las mujeres, los hornos de pali, los tratos sociales y económicos
basados en la palabra oral y no en la escrita. Sus fiestas y actividades recreativas incluyen
jaripeos, haladas de gallos o de patos, las peleas de gallos, las corridas de toros (Dary 1995).

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