En las exposiciones hechas por mis compañeros pude encontrar variedad de
motivos por los cuales se presenta un conflicto en un país. Algunas veces como en el caso de Chile que fue sometido a una dictadura por cuestiones ajenas a esta nación, como lo eran los intereses en la Guerra Fría por parte de EE.UU. Telesforo Ojea Somoza, distingue entre dos clases de guerras, unas justas y otras injustas: Las justas son las que se fundan sobre el derecho de legítima defensa, ya se haya atacado la independencia de una nación, o su propiedad, a su libertad o en su honor, la más preciosa de todas sus propiedades. Las guerras que tienen por objeto, no la reclamación de uno de estos derechos, sino la venganza, no pueden ser considerados (como dice Hugo Grocio) y alguno de sus sucesores, como guerras legítimas. La guerra no puede cumplir la misma misión que cumple un Tribunal, que castiga los delitos; su papel se reduce a repararlos o prevenirlos (obras: "Los derechos individuales:..", Madrid: Tip. de Manuel Ginés Hernández, 1884; "El parlamentarismo", Madrid, Hernández, 1884). Los conflictos armados en los países tienen como únicas víctimas a las personas del común que en situaciones injustas muchas veces por causas desconocidas su vida se ve alterada y cambia drásticamente, violentándole sus derechos y libertades. Así como hay únicas víctimas, también hay únicos beneficiados de estos conflictos, los cuales muchas veces no se ven afectados directamente, solo crean el caos a la distancia. En casos como Nicaragua donde el Estado no ejerce su poder como es debido y no garantiza como proveedor de oportunidades de desarrollo y órgano facultado para satisfacer las necesidades a toda la sociedad, sobre todo las de los más desprotegidos o en desventaja de cualquier tipo. La gente ante esta situación decide luchar por sus derechos en contra de un gobierno corrupto, creándose las denominadas guerrillas, para generar oposición al atropello del que están siendo víctimas, tal como también sucedió en Colombia en los años 60. Aunque no es la mejor la salida, los conflictos armados son un mal, pero son parte de nuestra realidad. Existen porque los seres humanos no hemos sido capaces, después de miles de años de supuesta civilización, ponernos de acuerdo en cuestiones básicas de convivencia, que sean justa para todos, de manera que podemos vivir en comunidad y dignamente, siendo equitativos y compartiendo los recursos que nos ofrece la tierra. Por este motivo no hay periodo histórico sin guerras, y pocos países del mundo carecen de ejércitos. Si de una cosa estoy segura es que mientras exista el ser humano existirán las guerras, y por desgracia cada vez peores. Ahora peleamos por petróleo o minerales, pero a mi concepto el agua cada vez se hace más escasa y ese si será un gran conflicto porque ya no se tratara intereses económicos o de poder, sino de una necesidad básica para la supervivencia. Las personas dentro del consumismo y la globalización estamos agotando los recursos, no nos ponemos de acuerdo para cuidar el medio ambiente, porque justo ahora a las grandes potencias solo les interesa seguir produciendo sin importar el precio ambiental que eso conlleva, no piensan en un mañana, en el mundo que les quedara a las próximas generaciones. Decir que no habrá mas conflictos entre países o dentro de ellos mismos, es casi un imposible, porque las personas siempre diferimos en opinión, ponernos todo de acuerdo respecto a algo es demasiado complicado, pero si se puede al menos avanzar que los muertos sean menos, es decir, que sean menos catastróficos y devastadores para un pueblo. “Hay que educar, pero no solamente en los colegios sino en las universidades, frente a la memoria. Pero no con un propósito de memorias vengativas, sino con la intención de seguir adelante. Es decir, para saber qué nos ha ocurrido y por qué nos ha ocurrido para que no se repita”, explicó Mauricio Builes, jefe de prensa del Centro de Memoria Histórica. La educación es un gran camino, que en las aulas se cuente las historias de las guerras que han ocurrido a través de los años, de la barbarie que se ha visto que es capaz de cometer el ser humano contra su igual, para concebir seres humanos consientes y sensibles ante estas situaciones y ante el dolor ajeno, capaz de ponerse en los zapatos del otro, personas menos egoístas, que repudien la violencia y sean capaces de llevar relaciones en su vida diaria con los demás de manera más pacífica, todos debemos comenzar por nuestro propio ejemplo.