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Jaula de Espejos: La visibilización de falta de información y empatía sobre la dismorfia

corporal en las jóvenes Limeñas.

Dos por ciento de los peruanos sufren de dismorfia corporal según la Universidad Cayetano
Heredia (2015) y del cinco al diez por ciento de personas que la padecen atentan contra su
vida. En un país pluricultural, “Formada de una amplia variedad de culturas que no logran
relacionarse ordenada ni respetuosamente entre sí” (Abanto,2018) la identidad en una
mujer podría ser blanda en su formación. Parafraseando al fotógrafo profesional José
Guzmán “no existe un canon de belleza en el Perú, no reconocemos ninguno, lo que hay es
un deseo sexual” (2018). Como seres sociales esperamos encontrar, frente al espejo, algo
que pueda ser elogiado, aceptado y alabado socialmente. El reflejo es nuestra segunda
sombra nos persigue en cada superficie que nos permite visualizarnos resultando
inconformes. Pero, ¿Qué exactamente buscamos observar del otro lado? ¿A quién? ¿Con
qué características? ¿Quién o qué ha definido las pautas estéticas? En las siguientes líneas
abordaremos una investigación sobre un trastorno perceptivo llamado: dismorfia corporal,
que es la exageración obsesiva que, cae pesimista sobre nuestros defectos físicos, ya sean
grandes, mínimos o inexistentes y que, además, pueden volver a brotar en la etapa adulta.
Cabe resaltar que con esto no busco criticar a la gente que decide cambiar algo por
complacencia propia sino para sensibilizar a la población femenina acerca de un trastorno
perceptivo que afecta en nuestro entorno. La percepción corporal deformada es más
frecuente sobre poblaciones de mujeres jóvenes en periodo de desarrollo.

La dismorfia corporal se entiende como la alteración de la percepción


personal que distinguimos a lo largo de nuestro desarrollo mientras vamos creando nuestra
identidad colectiva y personal, esta afecta de manera obsesiva nuestra conducta. Es decir,
nuestro reflejo nos muestra un espejismo pesimista en donde exageramos los más mínimos
defectos, obsesionándonos con ellos; lo feo va formando parte de nuestra impronta,
afectando nuestra salud mental, nuestras actividades y a nuestros familiares. Asimismo,
desemboca en trastornos alimenticios como la anorexia y bulimia. Según el texto
“Dismorfofobia”, La dismorfia es: “Un trastorno mental que genera, en las personas, una
distorsión exagerada de los defectos físicos, reales o no, que podamos tener en nuestro
cuerpo. (Ortiz, 2006). Para ilustrar mostraremos el caso de Itzel, una Joven veinteañera
mexicana, estudiante de la facultad de literatura de la UNALM, ella es inteligente en la vida
académica y social; sin embargo, cada mañana antes de ir a su centro de estudios lo primero
que hace, luego de levantarse, es quedarse dos horas (aproximadamente) mirando el
espejo y probándose diferentes prendas de vestir, normalmente ninguna la convence. Así
como ella que vive en un contexto donde, de acuerdo al diario El País en el 2018 hay un
total de 402 feminicidios al día, muchas jóvenes peruanas se ven afectadas por una frase
sin maldad en el hogar, las miradas furtivas, palabras en la calle, opiniones de otros, y su
propia percepción. Como lo indica la asociación de ansiedad y depresión de los Estados
Unidos de América las personas que acarrean dismorfia “No pueden controlar sus
pensamientos negativos ni creen en la gente al decirles que lucen bien.” (2015). Estas y más
acciones pueden ser los detonantes de la obsesión por el cuerpo. “La etiopatogenia
(Mecanismos causales) se considera multifactorial, de tipo biopsicosocial. Los enfoques
reduccionistas no pueden explicar todo el cuadro” (Vallejo,2014). Siguiendo la misma línea
según la doctora Julia Villagaray, especialista en trastornos dismorficos y alimenticios, “Las
causas pueden llegar a ser genéticas, neuroquímicas, familiares, educativas y sociales,
resaltando que vivimos en una sociedad mercantil y machista dónde… nos imponen un
concepto errado de lo femenino” (2018). Consideraríamos una falacia considerar solo una
causa para la dismorfia corporal por lo que en este texto será definida como multifactorial.

La población peruana (dónde incluiremos a las jóvenes peruanas como grupo en


riesgo) buscan aceptación social por medio de la apariencia con la que moldeen su
identidad, la cual es subjetiva al contexto, periodo histórico y claro de los ojos que
interactúan (la subjetividad). Desde la Venus de Botticelli hasta la Monroe de
Warhol,plasman el ideal de belleza occidental al que muchas peruanas se aferran. Según
Eco en La historia de la Belleza, lo socialmente bello se ha “relacionado con la proporción”,
en una era Helénica y pitagórica; sin embargo, ahora es un campo de guerra mercantil.
“Escenario de una lucha dramática entre la belleza de provocación y la belleza de consumo”
(Eco, 2004). El concepto e importancia de la belleza ha mutado a partir los medios, las
guerras y vanguardias en la historia .

Como nota aparte y centrada En la salvación de lo bello (2015) Han nos menciona la
“estatización” de lo bello en la actualidad dónde “se le quita toda forma de conmoción y
vulneración. Lo bello se agota en el: Me gusta” La Belleza en la actualidad se desgasta
cuando “el ideal de lo bello se sustrae al consumo… se crea una conexión entre la belleza
actual con la sexualidad”.

En el ámbito artístico nacional este tópico no ha sido especialmente escarbado, es


por ello que a partir de esta investigación se ha elaborado un proyecto artístico. Este
proyecto didáctico-audiovisual. Lo primero que se observa es un video en el que se muestra
como se genera un ideal de lo bello en ambientes céntricos de Lima sino también una
consulta personal a cargo de un cirujano plástico, con una paleta de colores fríos que
representa no solo la confianza que intenta transmitir el cirujano sino también la debilidad
y melancolía al escuchar y sentir los comentarios y marcas que deja el cirujano desde su
punto de vista estético. El primer plano se utiliza regularmente ya que, el primer plano,
según Han, despoja al cuerpo de lenguaje “El rostro da la impresión de haber quedado
atrapado en sí mismo” (Han, 2015); esta imagen se acopla a su par con un track en primer
plano sonoro. Una vez acabada la transmisión de imágenes en segundo plano se presentará
un objeto en forma de caja formada por espejos rotos con la palabra frágil en dos lados. El
espejo es un objeto cuyo uso puede volver a alguien obsesivo, un narciso. Como lo plasma
Caravaggio a través del lago en el “Narciso”. Que esté roto significa dejar de lado la
importancia que le damos al reflejo de la sociedad, romper con los prejuicios y
materialismos, también representa la fragilidad del cuerpo y alma de la mujer ante tantas
imposiciones estéticas generadas en una sociedad cuyo fin es vender y ganar. Esta caja se
abrirá como lo hace un capullo, las paredes interiores se verán repletas de ojos inquisidores,
que tanto asustan e intimidan a las jóvenes en general. Y en medio de toda esta atención
una jaula en cuyo centro se encuentra colgando a son de ave una muñeca amarrada hasta
el punto de deformarse, esta muñeca no se puede escapar de la celda que la mantiene
cautiva. La muñeca amarrada en la jaula representa el ave que no pudo volar ante los
comentarios y las críticas de una sociedad inquisidora.

En conclusión, de todo lo anteriormente enunciado, vivimos en una lucha de belleza


que ha sido invadida la necesidad humana de ser deseado y aceptados contra una identidad
nacional de belleza casi negada. La autoconcepción o autoconocimiento son claves para mi
propuesta que plantea enfrentarse a uno mismo, buscando una identidad propia,
viéndonos frágiles a través de espejos, como aves sin alas, encerradas en sus propios
prejuicios. Hay además otros aspectos por abordar en futuros proyectos, como: la
influencia que tienen las nuevas tecnologías y la publicidad sobre el inconsciente colectivo
de la identidad peruana. Queda claro que la dismorfia no es solo un trastorno mental,
también es un problema social y cultural; que se intensifica en un país falto de empatía e
información sobre el tema. Como reflexión reflejaré a Julio Ramón Ribeyro en Prosas
apátridas: “Lo que pierde a los hombres no es tanto sus grandes vicios como sus pequeños
defectos”.
BIBLIOGRAFIA
Estas personas sienten cierto tipo de rechazo social e incluso evitan mirarse al espejo, pues
sienten que tales defectos los hacen feos y diferentes al resto” (Ortiz, 2006)

Sus pensamientos pueden causar mucho estrés e interferir en su funcionamiento diario. Pueden
faltar a la escuela o trabajo, evadir situaciones sociales y aislarse de familia y amigos por miedo a
que estos noten sus fallas” (2015).

familiares, educativas y sociales, resaltando que vivimos en una sociedad mercantil y machista
dónde desde jóvenes nos enseñan mediante juegos y muñecas que nos imponen un concepto
cerrado de lo femenino”dr villagaray 2018

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