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0 la historia dela literatura uruguaya
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VIDA Y OBRA
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JUANA DE
IBARBOUROU,
VIDA Y OBRA
mino holgado y con fuerzas sobradas para Con ella se afirma en nuestro país un movi-
recorrerlo. Eiemplos mas exultantes, incluso miento de aproximación a la realidad, parale-
el próximo de Buenos Aires, no humillaban. lo al que se produce en toda la literatura
Alcanzarlo parecía cuestión de tiempo. latinoamericana. la venturosa ensoñación ro-
En lo cultural, todavía disfrutóbamos del móntica tardía que nos deparara el Tabaré,
renombreque un grupo de escritores nos ha- había introducido en nuestra lírica (legítima-
bia deparado; mente dentro de la modalidad de la escuela)
grupo contradictorio y rico como
el mós ómbíto
que en el latinoamericano: sauces y flotantes camalotes, luncoles y tigres
305
Su madre y Julito
Jua-
nlta y
su prima,
dias antes
de casarse.
amarillos, que reconocimos como propios, aun- al comienzo como la esplendorosa escenogra-
que al refugiarse en busca de exotismo en una fía: luna de cobre, arenas de bronce, laurel
imposible selva perdida se nos aleiaran sensi- florida, contra la cual el poeta vive su aventu-
blemente. En Julio Herrera y Reissig, la natura- ra amorosa. No es una noción abstracta y
leza había pasado por un proceso especulativo estéril, en cuanto aislada de la relación hu-
total: insólitas metáforas la transformarón en mana, sino que esta en sensualisima interac-
otra cosa: dalias que recuerdan promesas, sau- ción. En ïoilette suprema, término extremo
ces mudados en vieios sacerdotes, nirvana de esta relación, el agua oscura del río en
gris de la naturaleza, etc. En Delmira Agustini, una luz de tormenta es marco aún mós intimo:
en María Eugenia Vaz Ferreira, poetas ciuda- Jamás caprichoso azar / ha dade, a ninguna
danas, el paisaie apenas aparecía, servicial, amante, / Un lecho más fulgurante / Bala el
en imagenes: un campo muy. vasto de ensueño amado mirar.
y milagro, o como simbolo: mar sin nombre
y sin orillas. En otro montevideano, Sóbat Er- Progresiv'amente, un soplo doméstico toca
casty, los animales del campo o el paisaie este mundo extremada, al que la acumulación
deiap de ser tales para transformarse en ar- de elementos magnifica y decora. la natura-
monia; la naturaleza toda es el exaltado leza se hace mós intima, como una gran al-
vehiculo de una corriente energética con la coba acogedora, dulce y gobernable: Una
que el "poeta también parece confundirse. Son parva es un lecho que Amor aroma y mulle,
pues una abstracción. Como la pitagórica mú- o como una hermana a la que la poetisa acu-
sica que en ella escucha Emilio Oribe. de con francos y humildes pedidos: Oh llno
madura, que quiero teler / Sábanas del lecho
mirada simple descubre en el contorno. Cual- honor a Ia verdad, Juana de lbarbourou ten-
quier Iector de las Lenguas de diamante pue- dró el indiscutible mérito de no haber abiu-
de comprobarlo a través de una lectura orde- ambito 09""°
rado de su Tacuari natal y del
nada de sus poemas. la naturaleza aparece de su adolescencia de no haber hecho otra
y
306
El padre, Vicente Fernández
UN GOLPE DE CLAVELES
Es una casa pequena, alegre, con plantas. Es la casa de Juana
de lbarbourou. toca-os, y —¡ots, sorpresal- ella misma nos sale
a recibir.
—Ustedes perdonarón —nos dice, dlriglóndose a luisa luisl-— la
casa esta muelle con la nudanza, al lsiilto lia salido y mi marido esta
en el cuartel.
Ye aire un golpe de claveles que tiene en el pedie, y tie-bla.
luego entra-es a una sala escritorio de intenso y lino a-biente intelectual.
Y mientras entre ella y luisa lulsi se abre la paiarera de una de esas
concesión que el titulo de su libro inicial: las gran unidad entre las lenguas de diamante
lenguas de diamante. Un libro en prosa El y Raiz salvaie. Unidad de intención, unidad
cantara fresco, de 1920, prolonga el mismo de tono, e incluso una gran proximidad de
clima de intimidad tierna, de amor por las sentido,
cosas nimias, por la naturaleza domesticada Ambos libros corresponden a poesía
una
.ante no incluye poemas que ediciones pos- la discusión de la forma, sino la confianza en
teriores agregaron al final. Constituyen la los impulsos intimos del creador, la expresión
__
transición hacia el tono que primaró en su de una sensualidad sana, fuente ne muy es-
tos que singularizan supoesia. Su lemineidad nuevos lectores uruguayos al escándalo de las
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exultante cambia de ómbito, se refugia en el confidencias, no todos claramente inteligibles,
hogar, definido por la enumeración de elemen- quizó, para los muchos desavisados que la.le-
tos próximos. ¿Diremos que esta mudanza no yeron, pese a estar comunicadas en un len-
es satisfactoria pese a que estó determinada guaie de metóforas tan claramente expresivas,
por el nuevo ómbito del amor? Tambión el de simbolos
nitidos, buenos conductores de la
alma en soledad concibe ycomo tristeza se vólida corriente
pasional que tensa su poesia.
"una cboza oen'ada a cal y canto"; el abati- Juana, temperamento afin en algunos as-
adecuadas a nuevas circunstancias, hay una estilo; frescura, humanidad, apariencia de es-
CIUDAD DE MELO
Melo, donde despierto hoy, es una villa
vida. Queremos ver con oios nuevos. Por eso periodo que, con otros excluidos de los pri-
olvidamos la fastuosa fantasmagoria mitoló- meros libros integran Dualismo, editado por
gíoo, me en toda hembra lúbrica cpiere vi- primera vez en Obras
las completas de Agui-
sualizar una faunesa. ." ...“esa luna impulso del libro unitario) la
.
que lar, falta el y
surge tras un azul edificio no es la circular índole de la creación reemplaza.
que la Tan-
eterna palestra sobre la cual los muertos han to los Loores corno EstIIIlpas son libros
las de
hecho tantos eiercicios de retórica, sino una esquema dado. Católica practicante desde la
luna nueva, virginal y auroralmente nueva". niñel. la autora celebra en el primero los
Eso actitud vital, esos oios nuevos, ese des- nombres de la Virgen en prosas breves, tem-
dén por el ogobiador maneio de las muletas blorosas de fe, luiosas de dicción, obras de
mitológicos estaban en los libros primeros de una devoto que son también expresiones de
Juana de lbarbourou. Pero también estaba lo una estética: lo del encantamiento verbal y
dulzura de de última
nuestra comarca vida el decir de melodioso fraseo.
del mundo. ¿Angustias interiores? Si; pero tam- Nada mós opuesto a una actitud de distan-
bién tranquilidad material. la estética nueva ciamiento que lo sensibilidad con que el poeta
pide otro clima espiritual. Juana daró la es- intenta moldearse sobre el personaie recrea-
palda, en cierto modo, a poco de su consa- do en las Estampas; nodo menos abstracto
gración triunfal, a la obra que se la había que esta literatura que podría tomar un epí-
deporodo, para entregarse a esa nueva co-
grafe de Voltaire (este autor tan dogmótica-
rriente que trae el estremecimiento de la mente reñido con una poesia religiosa): “La
postguerra en que nació y que coniuga tantos poesía está hecho de detalles hermosos". la
elementos: la velocidad, el ansia de viaies, el sensualidad oriental que Gálvez encontraba
espacio, lo geometria, como los que el nuevo en los lenguas de diamante esplende aquí en
título de nu coniuga:
sw: autora La losa de su centro en la suntuosa ambientación de
los Vientos. Temas y Ienguaie convierten este cado pógino sobre la queeleva, en primera
se
Zum Felde, que escribe su “Proceso intelec- truyen el mundo__de Susana, la niñez de la
tual" estando ya en prensa La losa de los autora. Su escenario es un pueblo de campa-
vientos, veró en este libro, leído antes de su ña humilde y verídico como los personaies que
publicación, “el influlo de las nuevos corrientes lo viven lla criada negra, el compañero de
suprarrealistas": “la poetisa no se ha de¡ado iuegos, las amigas) en torno a la fiia luz
seducir por ninguno de los extremismos fana- de madre.
la El estilo ha recobrado la natura-
ticos y negativos de las escuelas llamadas lidad; las anécdotas minimas, como correspon-
«de vanguardias, (que, dentro de veinte años den a este mundo sencillo y de pocos acon-
en el
loción casado,
Nuevo de llvero.
Hotel
LA GUERÏA
Candelabros de plata y exvotos de oro, igual devoción que mi madre. Todas pedian
los que se fundian joyas antiguas, vie- lo mismo: la victoria de los suyos, la des-
para
águilas dobleóguilas trucción de los enemigos. Yo contemplaba
ias esterlinas, y que
sólo se ven en ricas colecciones de nu- aquello con una curiosidad apasionada,
ya
mismótica. En los paños sacros, deshilados cuando de pronto senti que mamá me alzó
primorosos y blondas patricias. En uno, el en vilo, diciendo irritadamente mientras me
raso celeste, la seda alba, las lenteiuelas sacudia por los brazos.
entre llores cultivadas en los jardines de —¿Qué has venido a hacer aqui, Susana?
los revolucionarios; rizadas violetas blancas, ¿No sabes que nuestro altar es el de en-
tulipanes, toda la perfumado llama lloral, los pliegues del velo. No olvidaré jamás
ante aquel Nazareno de dulce rostro, en sus oios de acero, su boca pálida de labios
cuyas taladradas
manos ardla el corazón demasiado linos, su nariz ganchuda:
en una inútil ofrenda de universal amor. —Andó nomás, blanquilla retobada, que
Ninguna blanca hubiese encendido un cirio te arreglaremos las cuentas cuando ven-
ya
ni murmurado un padrenuestro ante el altar gan los nuestros.
donde se rezaba por el triunfo de los ene- Mi madre,que habia dado algunos pasos
de las otras hubiera sido
migas. Ninguna apresurados hacia la puerta, casi arrastrán-
capaz de inclinarse ante aquella imagen con dame consigo, se detuvo un instante, el pre-
los pies llorecidos de auténtico oro proce- 'ciso para murmurar su respuesta.-
dente de alhaias reguladas por las parti- —No lo querrá la Inmaculada, salvaiona.
darias de los insurrectos. Ella no abandona a los suyos.
Reinaba la guerra, sorda, ardiente, den- Después me tomó de nuevo de la mano,
tro mismo de la Catedral de mi pueblo. La hizo una gran genullexión ante el altar
conoclaquel dia, yo, que no habla podido mayor y otra dirigida al "nuestro" y a pa-
comprenderla aún. Mientras madre re- mi sitos menudos me llevó hasta la calle, que
zaba absorta, yo, harta de los colores que ardia. Alli abrió nerviosamente la sombrilla.
1
estaba cansada de usar, aquel celeste y Tenia la los ojos que pare-
cara encarnada,
blanco dominante en mis vestidos y en mi cían despedir chispas, un gesto de batalla
casa, lui a arrodillarme ante el altar de no le conocía. Esa noche conde—
que yo me
enfrente. nó
l a "dormir sin camisa" —castigo supremo
Me gustó aquel Jesús de manto cesárea, se daba antes los pueblos a los chi-
que en
es fiel a ciertos
algunos, aunque
temas; no sean
ELEGIÁ
resuena peculiarmente en ella. Juana como mu-
dura para hacer su aparición: suele anticipar- ¡Ay viento de entre árboles, cortado
se en plena ¡uventud, cuando se estó tan Ieíos Bajo retazos de menudos cielos!
aún de la caducidad. Juana no fue excepción.
En Las lenguas de diamante hay numerosas Digo mil veces que me estoy ahogando,
anticipaciones de esta angustia. Y no me refie- Y sólo veo alrededor sonrisas.
ro al famoso: “Caronte, yo seré un escándalo Me estoy ahogando vertical y en medio
en tu barca", que testimonio la actitud vital y De una avenida gris, ruidoso y lisa.
rebelde del poeta; pienso en La horaz. “Oh, . .
amante, ¿no ves / Que la enredadera crecerá Ni una huella de pez hiende los aires,
ciprés"?, en Laceria: “No aodicies mi boca. y yo me muero de ansias marineros.
Mi boca es de ceniza. .
.", en Cansancio, que Tenia mi casa tres ventanas puras,
se continúan en Raiz salvaie, en su poema Y en torno, piedras, y hasta el mar, arena.
Pero los años pasan, la muerte toca en torno Aqui la tierra ni siquiera es tierra,-
Y se lleva los amores del poeta —ma- No tiene azul, ni libertad ni aurora.
mayores
rido, madre, sola, Se han vuelto acero hasta las golondrinas,
amigo- empieza a verse y
Y esta soledad se le
anticipo de otra
hace y de hierro y estaño son las hoias.
soledad mas radical. El tema se replantea
entonces con la persistencia de las cosas No veo ya la barba del verano
que
obseden de verdad en tanto no son Ni el caballo de vidrio del invierno.
y que,
pensamiento sino idea constante len- Un balcón a una calle toda tráfico,
casual,
Y un sol leiano, sin pasión, ascético.
tamente temático
.
del
.
311
Fuente de los
sapos, en Melo
p
¿“gl ¿f ELEMENTOS ESTILISTICOS
3€ W n ¿LJ/It. r7.
312
Una hermosa imagen de Juana en el año 1920.
Ioslderxia do
la poetisa
en la Rambla
República
del Perú.
Alli vivió
Juana
muchos
añom
Y el acto lirico resultante tiene nuevas carac- lo que tiene de tendencia neorromóntica, de
terísticas. De los libros siguientes del poeta admisión de todos los buceos interiores, habia
Quizas sea Perdida, de 1950, con cuya publi- abierto las puertas, como es bien sabido, por
cación reanuda ante el público su continuidad las que pasaron atropelladamente, rompiendo
lírica, el que meior demuestra el difícil equili- las formas, grandes poetas de la lengua es-
brio logrado entre la necesidad confesional pañola: lorca, Alberti, Aleixandre, Neruda.
—proclamada desde el adietivo del titulo- En ese eterno movimiento de péndulo, que
que sigue sosteniendo su poesia, y la velada efectúan las artes desde que se han propuesto
discreta expresión. “la originalidad", Sísífo, de nue-
esa la'bor de
Si ésta fue transparente conflictos visi- vo se buscan moldes, bridas formales, un len-
y sin
bles distancia-
en los libros iniciales, rígida en el si- guaie luioso, otra vez exquisitamente
guiente, en Perdida se vuelve eliptica sin ser do de lo popular. Bernórdez en Buenos Aires,
oscura, mós sugerente que directa, mós miste- Sara de Ibañez entre nosotros, por citar tan
riosa. Abunda en palabras de doble significa- sólo dos eiemplos rioplatenses, retoman una
315
De Miguel do Unamuno
CABECERADEL VALLE
He leído, señora mla, primero con des- agua quieta". Por lo demós lue él quien
confianza y luego con grandísimo interés me sugirió —ja ml, profesor de literatura
y agrado su Lenguas de diamante.
libro griegal— el recuerdo de Sala; de la Sato
La desconfianza mi antigua por lo que
es en histórica, por supuesto, no de la legendaria.
hace a poesia de mujeres. El soplo poético Y ahora ¿a qué vendria que le hablase a
de una Sato que desnuda castamente su usted de lo que creo inexperiencia de léxico,
alma —que .cuesta más que desnudar el de ciertas pequeñas violencias del lenguaje
en sus versos, desapareció casi con y de sumisiones a la tiranía de la rima? Eso
cuerpo-
el cristianismo. Después, el llamado amor importa poco.
místico ha sido una hoja de parra, cuando Lo que si creo debe usted dejar es que
no una máscara. Aqui, en nuestra España las tristezas ellas le vengan
hasta que, que
v. gr. creo que los más cálidos son
versos
desgraciadamente, teniendo como usted tie-
los de Carolina Coronado, pero si cuando ne un alma sensible y hasta ardiente, le
habló su alma de madre, cantando a su vendrán —y le basten cuando usted dice:
hija, es incomparable, sus versos al "amor
de sus amores" son una hoja de parra, una
¡Oh, deja que la rosa desnuda de mi boca
hoja reseca y arrugada por un amor oculto sete oprima en los labios!
y asi frescura.
le falta Una mujer, una no-
via, aqui, escribiriano versos como los de suena ella a algo natural, espontáneo, sen-
usted aunque se le vinieran a las mientes y tido (yo en vez de Oprima, vocablo dema-
si los escribiera no los publicarla y menos dicho
siado literario, habria apriete) pero
después de haberse casado con el que se cuando añade:
los inspiró. Y si una mujer, aqui, se sale
de la hoja de parra de mistiquerlas escribi-
Después seró cenizas bajo la tierra negra,
doras es para caer en cosas ambiguas y
malsanas. Por eso me ha sorprendido gra- más _razonado
esto me parece que sentido.
tisimamente la castlsima desnudez espiritual Asi, “Lacería” me agrada pero no me con-
de las poeslas de usted, tan frescas y tan
vence. Y no es que yo no guste ni sienta ese
ardorosas a la vez. Y al enviórselas, como
sentimiento; al revés, lo siento acaso más
me pide, a .l. R. Jiménez y a los Machado, el otro he lo
que y propendido siempre a
se las recomiendo.
elegiaco más que a lo idilico, pero en us-
Claro poesias hay, para mi que dueño
que en sus ted me suena algo asi como uno
gusto, desigualdades. La nota triste, descoï de una lira de excepción, quisiera tocar to-
razonada y pesimista no le sale a usted bien. das cuerdas de
sus y alguna de ellas era
Me parece que se imagina, más que siente, prestado.
el desengaño. Le debe de tener a usted muy Su libro interesa. He de decir
la vida. Y que esto le dure mucho.
me algo
presa
más, y no a usted sola, de él.
"La espera". "Lo que soy para ti", "La Veo por apellido que tiene usted san-
su
hora" (estupenda), “Implacable”, “El fuerte
gre vasca, su
pues apellido, aunque usted
lazo", "Te doy mi alma", "La cita", "Las
lo escribe a la francesa, es vasco puro —"ca-
Forms", "La promesa", hermoslsimas, her- becera del valle", signilica—, y yo soy
moslsimas.
vasco puro.
Relei su libro volviendo a leerlo en voz La saluda con toda simpatía
alta amigo ciego, poeta también, a
a un
Salamanca, lB-lX-l9.
ü-..
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314
forma rigurosa, la lira, tendiendo a un nueva tintos modos expresivos. Pero Mensaies del
| clasicismo. Ciervos, nardos, agapantos, helio- escriba, i953, que reapareceró muy ampliado
tropos. La rosa se volvera, gongorinamente, con el nombre Oro y tormenta, nos haró oír
“vegetal paloma". Pasa Ia lluvia “en su ca- de nuevo su voz llana y flexible, no por eso
ballo de ligero vidrio“, “el viento luega con menos preocupada del quehacer artístico: “El
espadas", Juana utiliza este nuevo lenguaie óureo hexómetro o Ia cuaderna via / domar
con naturalidad, equilibradamente en su oficio quisiera para hallar el canto. . El amor, la
seguro, sometiéndolo siempre al servicio del angustia de la soledad, una legítima melanco-
sentimiento conductor. Pero el oficio
tiende a lía, la vaciedad de quien no cree esperar nada
ser dictatorial, y es una suerte de
riesgo, una de la vida, son los temas que se entrelazan,
casa de hermosura tan tirónica que impide a ya no baio el signo de la pasión arrebatada,
su dueño salir de entre sus paredes. Azar, de sino de la pasión reflexiva: “y tm sólo Minerva
1953, es su paso mas extremo en este sentido: a mi costado / me habla, doctamente, de
la primera parte del libro es una alegoría que poesía". Si deiamos de lado los Romances del
exalta, encerrado en el símbolo del azar, ave destino, editado en i955, romances y coplas,
vigilante, leal, celosa, al ser amado. Cada una cuya determinación formal le da un tono dis-
de sus atributos se exaltan referidos fielmente tinto, estamos dentro del periodo cuyo último
a la clave común de todo el libro. Muy rico hito se encuentra en el muy reciente libro la
formalmente, con imagenes compleias, tanto la pasaier'a, de i967. Dos partes en verso, y
primera parte, Divino amor, como la segunda, quince textos de prosa lírica, certifican la per-
Amor divino, en la que nuevamente testimonia sistenc-ia creadora, la ductilidad permanente,
sus devociones de católica, demuestra la maes- la fidelidad a sus temas, y la capacidad de
tría del poeta y su búsqueda constante de dis- legítima adaptación a nuevas corrientes, con
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Ramos de flores para la poetisa en
el apogeo de su popularidad.
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LA RAIZ SALVAJE
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calle
en
Comercio.
la puerta de su casa
9‘ 1'3
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los que Juana de Ibarbourou confirma una
3 l I/l'
JUANA: VIDA Y DESTINO; CRONOlO
1895 —8 de marzo——— Nace Juana Fernóndez
Morales en la ciudad Melo, Cerro
de
Largo, hiia de Vicente Fernández, nacido
en 1851 en Villanueva de Lorenzana,
Lugo, España, y de Valentina Morales,
nacida en Tacuarí, Cerro Largo, en 1858.
Hace estudios primarios. Sus primeros
poemas se publican en “El'Deber Cívico"
y “El Nacionalista", y el mensuario
"
"Apolo" de Montevideo.
l9l5 —-——28
de ¡unío——Se casa con el capitan
Lucas Ibarbourou, en Melo. Comlenla
a usar el seudónimo Jeannette d'lbar.
l9l7 --
Nacimiento de Julio César Ibarbourou.
1920 ——-
Se publica en Montevideo Poesías es-
318
e-.-¿I.l
i
Primer premio del Ministerio Cond. de Andrés Floy Alfaro del Ecua-
de Instruc-
ción Pública d'el dor.
Uruguay y medalla de
oro.
1955 —Romances del destino. Ed. Cultura
l 950 .
“Primera edición de Perdida. Ed. lO- Primera edición de La pasaiera. Ed. lo-
sada. Buenos Aires. sada. Buenos Aires.
;
319
BIBLIOGRAFIA BASICA
-—'_ú.
4-,
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Las tres poetisas del Rosenbaum, Sidonia Carmen —
Modern women
V"_’-"A.w-
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Gallinal,
Biblia,
Gustavo
Soc.
Prólogo a Estampas de la
—
luisi, Luisa —
A través de libros y de autores. Salaverri, Vicente —
La poetisa Juana en
Ed. Nuestra América. Buenos Aires i925. Nosotros, Buenos Aires, 1919.
320
__l—
En CAPITULO ORIENTAL
Indice
N" 21. —-AUTORES
Juana die-Ibarbíourou, en un O
l
Este fascículo,con el libro
Precio del
LAS LENGUASDE DIAMANTE,
de Juana de Ibarbourou,
constituye Ia e'ntrega N.° 20
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