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20. Juana dc Ibarbourou Vida y obra


-

¡
JUANA DE
IBARBOUROU,
VIDA Y OBRA

CUANDO ELLA EMPIEZA Acevedo Rodó, Viana,


Diaz, Vaz Ferreira,
Vasseur, Herrera
y Reissig, Delmira Agustini,
Ahora, desde la crisis, se hace ¡uego de Florencio Sónchez, Quiroga, Maria Eugenia
imaginación recon‘struir el Montevideo que,
Vaz Ferreira, por nombrar tan sólo a los que
en torno al primer cuarto de siglo, gusta de tienen mayor y mas continental renombre.
sí mismo, seguro de las virtudes ciertas Dos rasgos concitaban reiteradamente el
que
fórmulas de halago de origen nacional o asombro: la densidad intelectual de este cen-

ciertos diplomas de la convivencia internacio- tro, aparentemente desproporcionado al país,


nal estipularon como nuestras caracteristicas y Ia existencia de una poesía de calidad escrita
definitivas. por muieres; varias, para mayor abundamiento.
Por economía En Chile, la excelente Gabriela todavía no
esos tiempos, nuestra recorre

líneas ascendentes. la Atenas del Plata res-


-
había alcanzadomagnitud final, pese su a

plandece, próspera, en desarrollo, olimpica que su primer libro había despertado ya la


incluso. La ciudad, todavia tiene devoción de un vasto público conmovido por
apacible, no

el tenso nervio el pe- la trógíca experiencia que esta poesia des-


que su poeta adoptivo,
ruano Parra del Riego, nudaba.
que quiso ser uruguayo,
trata de trasmitirle a través de su poesía; pero En Argentina, la emotiva e irregular Alfon-
los glorias del futbol le agregan a la suave sina Storni luchaba esporádicamente con Ia
satisfacción de ser un estado de bienestar, forma, publicaba libros que mós tarde que-
insólito en nuestra rría borrar. Juana de Ibarbourou, de tan
América, la publicidad y la voz

satisfacción de completar su imagen de armo- cuidada, pese a la ¡uventud en la que escribió


niosa integración de las diversas caras de su sus libros iniciales, y tan hermosa a la vez,
cultura: física y espiritual. surge, muerta Delmira, relegada Maria Euge-
El dechado de las instituciones en
nia por su desencantado silencio, como la lla-
reposo,
que diría Martínez Moreno, no merecia aún mativa figura que ofrecía al Uruguay la con-
la ironia. El país, obreras tinuidad de una exportable nombradía cul-
abrigado
por leyes
y sociales veía ante tural.
todoprevisoras, se Un ca-

mino holgado y con fuerzas sobradas para Con ella se afirma en nuestro país un movi-
recorrerlo. Eiemplos mas exultantes, incluso miento de aproximación a la realidad, parale-
el próximo de Buenos Aires, no humillaban. lo al que se produce en toda la literatura
Alcanzarlo parecía cuestión de tiempo. latinoamericana. la venturosa ensoñación ro-

En lo cultural, todavía disfrutóbamos del móntica tardía que nos deparara el Tabaré,
renombreque un grupo de escritores nos ha- había introducido en nuestra lírica (legítima-
bia deparado; mente dentro de la modalidad de la escuela)
grupo contradictorio y rico como
el mós ómbíto
que en el latinoamericano: sauces y flotantes camalotes, luncoles y tigres

305
Su madre y Julito

Jua-
nlta y
su prima,
dias antes
de casarse.

amarillos, que reconocimos como propios, aun- al comienzo como la esplendorosa escenogra-
que al refugiarse en busca de exotismo en una fía: luna de cobre, arenas de bronce, laurel
imposible selva perdida se nos aleiaran sensi- florida, contra la cual el poeta vive su aventu-
blemente. En Julio Herrera y Reissig, la natura- ra amorosa. No es una noción abstracta y
leza había pasado por un proceso especulativo estéril, en cuanto aislada de la relación hu-
total: insólitas metáforas la transformarón en mana, sino que esta en sensualisima interac-
otra cosa: dalias que recuerdan promesas, sau- ción. En ïoilette suprema, término extremo
ces mudados en vieios sacerdotes, nirvana de esta relación, el agua oscura del río en

gris de la naturaleza, etc. En Delmira Agustini, una luz de tormenta es marco aún mós intimo:
en María Eugenia Vaz Ferreira, poetas ciuda- Jamás caprichoso azar / ha dade, a ninguna
danas, el paisaie apenas aparecía, servicial, amante, / Un lecho más fulgurante / Bala el
en imagenes: un campo muy. vasto de ensueño amado mirar.
y milagro, o como simbolo: mar sin nombre
y sin orillas. En otro montevideano, Sóbat Er- Progresiv'amente, un soplo doméstico toca

casty, los animales del campo o el paisaie este mundo extremada, al que la acumulación
deiap de ser tales para transformarse en ar- de elementos magnifica y decora. la natura-
monia; la naturaleza toda es el exaltado leza se hace mós intima, como una gran al-
vehiculo de una corriente energética con la coba acogedora, dulce y gobernable: Una
que el "poeta también parece confundirse. Son parva es un lecho que Amor aroma y mulle,
pues una abstracción. Como la pitagórica mú- o como una hermana a la que la poetisa acu-
sica que en ella escucha Emilio Oribe. de con francos y humildes pedidos: Oh llno
madura, que quiero teler / Sábanas del lecho

FUENTES DE FRESCURA donde dormiró / mi amante, que pronto, pron-


to tornaról A la vez los elementos elegidos
En
Juana, gradualmente, el paisaie se trans- determinan Ia total accesibilidad del lenguaie
forma en comprobación tenaz de Io natural, empleado, lo exótico, que el modernismo im-
en búsqueda, de lo concreto, no del simbolo puso y que tanto podía ocasionar alusiones
o del simulacro, sino de la suma de elementos mitológicos como coniurar una población bu-
verídicos y verificables, esos mismos que una cólica de zagales y pastoras, es relegado en

mirada simple descubre en el contorno. Cual- honor a Ia verdad, Juana de lbarbourou ten-

quier Iector de las Lenguas de diamante pue- dró el indiscutible mérito de no haber abiu-
de comprobarlo a través de una lectura orde- ambito 09""°
rado de su Tacuari natal y del
nada de sus poemas. la naturaleza aparece de su adolescencia de no haber hecho otra
y

306
El padre, Vicente Fernández

UN GOLPE DE CLAVELES
Es una casa pequena, alegre, con plantas. Es la casa de Juana
de lbarbourou. toca-os, y —¡ots, sorpresal- ella misma nos sale
a recibir.
—Ustedes perdonarón —nos dice, dlriglóndose a luisa luisl-— la
casa esta muelle con la nudanza, al lsiilto lia salido y mi marido esta
en el cuartel.
Ye aire un golpe de claveles que tiene en el pedie, y tie-bla.
luego entra-es a una sala escritorio de intenso y lino a-biente intelectual.
Y mientras entre ella y luisa lulsi se abre la paiarera de una de esas

conversaciones de nuleres, la observan


Cuando no. veinte y seis años. Color alunodo y caliente de criolla.
Mire su cabeza de mono ógil ("¡llevoba una rose en el pelel"), su

cara travieso y sentimental, su estatura de muchacha, y se me hace dilicil


creer que esta sea “una señora". Al acta se me impone como la imagen
realizada de lo que es todo su poesia. Y ae parece que estoy lrente
e una turbadara aparición silvestre de los maizales y los rlos americanos.
Que es una genieclllo-muier de las selvas. Y que se a poner a cantar

y brincar, de repente, y se va a sacar nidos de le cabeza, que ven e

brotar bolas, lioias de todo su cuerpo, y que va a haber un olor tan

intenso de arazó y vainilla a su alrededor que me voy a caer desmayade.


lntima una
luego, declana, y su voz y natural, nos trae, como

concha norina, pero de los bosques, una nostalgia misteriosa de naturaleza.

(Asl comienza e presentar a Juana de lbarbourou, Juan Parra del

llego, en se "Antologia de poetisas americanas”, editada en 1923 por


Claudia Garcia. En la casa a la que alude, en Victoria casl Cuñapiró,
vivió la poetisa unos meses, hasta l924).

concesión que el titulo de su libro inicial: las gran unidad entre las lenguas de diamante
lenguas de diamante. Un libro en prosa El y Raiz salvaie. Unidad de intención, unidad
cantara fresco, de 1920, prolonga el mismo de tono, e incluso una gran proximidad de
clima de intimidad tierna, de amor por las sentido,
cosas nimias, por la naturaleza domesticada Ambos libros corresponden a poesía
una

con un lenguaie claro, sencillo. hipervital, neorromóntica, en la priman,


que
la primera edición de Las lenguas de dia- no la búsqueda de“ novedades expresivas, no

.ante no incluye poemas que ediciones pos- la discusión de la forma, sino la confianza en

teriores agregaron al final. Constituyen la los impulsos intimos del creador, la expresión
__
transición hacia el tono que primaró en su de una sensualidad sana, fuente ne muy es-

condida de alegria de tristeza.


a...
segundo libro, Raiz salvale. Aqui el poeta, y
o lo poetisa, como ella dice preferir, denota Delmira de Agostini —siendo ella poeta __.—.
haber tomado clara conciencia de los elemen- tan poco anecdótica- habia acostumbrado n

tos que singularizan supoesia. Su lemineidad nuevos lectores uruguayos al escándalo de las
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exultante cambia de ómbito, se refugia en el confidencias, no todos claramente inteligibles,
hogar, definido por la enumeración de elemen- quizó, para los muchos desavisados que la.le-
tos próximos. ¿Diremos que esta mudanza no yeron, pese a estar comunicadas en un len-
es satisfactoria pese a que estó determinada guaie de metóforas tan claramente expresivas,
por el nuevo ómbito del amor? Tambión el de simbolos
nitidos, buenos conductores de la
alma en soledad concibe ycomo tristeza se vólida corriente
pasional que tensa su poesia.
"una cboza oen'ada a cal y canto"; el abati- Juana, temperamento afin en algunos as-

miento o la angustia se dan en imógenes de pectos a su antecesora genial, continuó esta


encierro; restricto: Parece que Inl vida presen- misma modalidad; Las lenguas de diamante
lefueraunpozo/unaangostadsternapro- heredó, ademós de la libertad de cantar el
“¡la y circular... (la cisterna) o de limites amor total, una cierta inclinación temática, e
aparentemente mós amplios: “Muier que- te inicialmente un vocabulario, impuesto por el
haevenldo conelalnsaestwlada/Porlaóclda modernismo, que refractaba levemente la reali.
Ytorvavlda dela ciudad"... ll’regua en el dad. Su visible independencia creadora, que la
Com). i inevitable aceptación de influencias ambien-
Fuera de sutiles
cambios evolutivos relacioo te no disminuye, la haró apartarse de ma-

nados con afinación


la del instrumentodel neras que habían dado ya sus frutos, para
¡'"Owie. aparte de las respuestas diferentes afirmar lo que haria la pe ‘liaridad de su

adecuadas a nuevas circunstancias, hay una estilo; frescura, humanidad, apariencia de es-
CIUDAD DE MELO
Melo, donde despierto hoy, es una villa

por dos conceptos interesante: por su pobla-


ción su carácter, y por ser el centro de
y
acción General Aparicio Saravia, quien
del
habita desde que se retiró del cam-
en ella
de sus
po, dejando a sus hijos el cuidado
estancias: Melo tiene bastante comercio,
no sólo con Montevideo, sino también con
el Brasil, de cuya frontera está muy cercano
pues se halla a unos cincuenta kilómetros
en linea recta.
Mientras recorro la villa, bajo un sol de
brasa que parece estar preparando otra

tormenta, me produce el efecto de una an-

tigua ciudad abandonada, que por milagro


no se hubiera convertido ruinas
en todavia.
No se ve un alma en lascalles y, reina en
toda la población un silencio casi absoluto.
Puertas y ventanas están cerradas, en las
casas de techo de teja rojiza, ennegrecida
por el tiempo, y que, junto con los árboles
y sobre todo las palmeras dan al pueblo
un aspecto exótico. Es la influencia del Bra-
sil, cuya fisonomía se ha impreso en Melo
por contacto.
...El cuadro
pintoresco y le sirven de es

fondo azulados, la campiña verde,


los cerros

algunas arboledas lejanas. Si no fuese por el


calor que calcina las calles de arena, un calor
húmedo y sofocante, me complaceria conti-
nuar durante horas mi paseo, en medio de
esta soledad y este silencio profundo en que
se oye hasta el zumbido de los insectos...
Es que Melo está a estas horas habitada
sólo mujeres o poco menos.
por Todos los
hombres, viejos, jóvenes y adolescentes han
empuñado las armas, y allá van camino a
Nico Pérez, en la división del coronel
Yarza... Juana de America, en el Palacio Legisloflvot
...Vuelvo al hotel nadando 10 de agosto de 1929,
en sudor. He
visto la pobre iglesia que aunque modesta
armoniza tan bien con el resto de la villa,
pontaneidad, que puede esconder una opera-
y cuya masa obscura destaca se desde lejos
ción crítica constante.
entre las casitas blanqueadas, sobre la falda
Pero ambos libros presuponen una confiden-
de la colina de Melo. Un edificio en cons-
cia, un poeta que abre, dichosa
se o dolido-
trucción que promete ser de alguna impor-
mente sobre un lector solidario, compasivo, 7'
tancia, destinado, según creo, a jefatura de un
hacia el cual el poema se extiende como
policia, la casa de la junta económica ad-
círculo creciente.
ministrativa, las ruinas de lo que fue teatro. . .

Ahora, cuando llega por casualidad alguna


__—

compañia dramática, da funciones en el sa- OÏRO CAMINO Y UN REPOSO _—

lón de fiestas del Club Social, que tiene nu-


El acto consagratorio de 1929, en el Paloclo
merosos socios y ha formado, —cosa digna
de notar- una biblioteca de bastante im- legislativo, cierra este período de Ia poesia
de Juana, y a la vez un cierto estilo de comu-
portancia. . .
.

Roberto J. Payró nicación entre poeta y lector.


luis Uno
de "Crónica de la revolución oriental Alrededor de 1921, Jorge Borges,
de l903". de los creadores del ultraísmo español, de
re-
torno a la Argentina, promueve allí el nacu-
miento de la-primera generación vanguardista. tra Señora y Estampas de la Biblia; en 1944,
“Se nos ha querido imponer la obsesión de un Chico Carlo; en 1945, Los sueños de Natacha.
eterno y mustío universo, de ramale agoblado Cabe trazar alguna relación entre ese apar-
baio los grises telarañas de pntórltos y larvas tomiento relativo de la poesía (pues aunque
simbolos. Y nosotros queremos desarbrir la circunstanciales
hay muchos poemas en ese

vida. Queremos ver con oios nuevos. Por eso periodo que, con otros excluidos de los pri-
olvidamos la fastuosa fantasmagoria mitoló- meros libros integran Dualismo, editado por
gíoo, me en toda hembra lúbrica cpiere vi- primera vez en Obras
las completas de Agui-
sualizar una faunesa. ." ...“esa luna impulso del libro unitario) la
.
que lar, falta el y
surge tras un azul edificio no es la circular índole de la creación reemplaza.
que la Tan-
eterna palestra sobre la cual los muertos han to los Loores corno EstIIIlpas son libros
las de
hecho tantos eiercicios de retórica, sino una esquema dado. Católica practicante desde la
luna nueva, virginal y auroralmente nueva". niñel. la autora celebra en el primero los
Eso actitud vital, esos oios nuevos, ese des- nombres de la Virgen en prosas breves, tem-

dén por el ogobiador maneio de las muletas blorosas de fe, luiosas de dicción, obras de
mitológicos estaban en los libros primeros de una devoto que son también expresiones de
Juana de lbarbourou. Pero también estaba lo una estética: lo del encantamiento verbal y
dulzura de de última
nuestra comarca vida el decir de melodioso fraseo.
del mundo. ¿Angustias interiores? Si; pero tam- Nada mós opuesto a una actitud de distan-
bién tranquilidad material. la estética nueva ciamiento que lo sensibilidad con que el poeta
pide otro clima espiritual. Juana daró la es- intenta moldearse sobre el personaie recrea-

palda, en cierto modo, a poco de su consa- do en las Estampas; nodo menos abstracto
gración triunfal, a la obra que se la había que esta literatura que podría tomar un epí-
deporodo, para entregarse a esa nueva co-
grafe de Voltaire (este autor tan dogmótica-
rriente que trae el estremecimiento de la mente reñido con una poesia religiosa): “La
postguerra en que nació y que coniuga tantos poesía está hecho de detalles hermosos". la
elementos: la velocidad, el ansia de viaies, el sensualidad oriental que Gálvez encontraba
espacio, lo geometria, como los que el nuevo en los lenguas de diamante esplende aquí en

título de nu coniuga:
sw: autora La losa de su centro en la suntuosa ambientación de
los Vientos. Temas y Ienguaie convierten este cado pógino sobre la queeleva, en primera
se

libro en un paréntesis de experimentación. la persona, la palabra que Juana presta a Rebeca,


expresión impuisiva cede y da poso a un a Débora, a Sara, o Javel, a Juval, a Noé,
paseo de metáforas,- una aceleración casi me- a Moisés.
canica vuela por el libro, pero disminuye hacia la misma frescura ¡uvenil de “los primeros
el final, agotadas sus posibilidades. El número libros renace en la de Chico Carlo. Estos
prosa
la invade. cuentos, ligados por temo y por tono, recons-

Zum Felde, que escribe su “Proceso intelec- truyen el mundo__de Susana, la niñez de la
tual" estando ya en prensa La losa de los autora. Su escenario es un pueblo de campa-
vientos, veró en este libro, leído antes de su ña humilde y verídico como los personaies que
publicación, “el influlo de las nuevos corrientes lo viven lla criada negra, el compañero de
suprarrealistas": “la poetisa no se ha de¡ado iuegos, las amigas) en torno a la fiia luz
seducir por ninguno de los extremismos fana- de madre.
la El estilo ha recobrado la natura-
ticos y negativos de las escuelas llamadas lidad; las anécdotas minimas, como correspon-
«de vanguardias, (que, dentro de veinte años den a este mundo sencillo y de pocos acon-

seran de retaguarüa, naturalmente) ni ha ln- tecimientos, estón dichas en un 'lenguaie que


currido en las extravagancias efímeras, sólo las metáforas no agobian. Todo estó pigmen-
¡ustifícables como elementos bélicos, en el tado por una melancolía suave, que nace de
momento de la lucha contra la retórica con- la presencia constante del adulto que narra y
senadora". al que sentimos yendo y viniendo en un per-
Sin la perspectiva que manente balanceo desde la felicidad humilde
embargo, hoy, con
Zum Felde momento, es de ese mundo restricto, pero seguro, al pre-
no pudo tener en ese
duro sin sueños.
innegable que aquel libro cerroría un periodo sente, y ya
sin futuro. Después de él sobrevendría un largo Como a igualdad de valor suele correspon-
paréntesis de veinte años de mutismo poético. der mayor popularidad para los libros de fic-

ción, Chico Carlo se ha convertido en el mas

leído de los libros de la autora. En el ambito


LA PROSA
de la literatura para niños y adolescentes com-

Entre 1930 de lbarbourou parte la suerte de “Platero y yo", libro con


1950, Juana
y
el sutiles ha sido
no publica ningún libro de poesía. En ese que tantas, y no muy veces,

largo lapso edita en 1934 los loores de Nues- comparado.


Mayer Lucas lbarbourou,
esposo de la poetisa.

en el
loción casado,
Nuevo de llvero.
Hotel

LA GUERÏA
Candelabros de plata y exvotos de oro, igual devoción que mi madre. Todas pedian
los que se fundian joyas antiguas, vie- lo mismo: la victoria de los suyos, la des-
para
águilas dobleóguilas trucción de los enemigos. Yo contemplaba
ias esterlinas, y que
sólo se ven en ricas colecciones de nu- aquello con una curiosidad apasionada,
ya
mismótica. En los paños sacros, deshilados cuando de pronto senti que mamá me alzó
primorosos y blondas patricias. En uno, el en vilo, diciendo irritadamente mientras me

raso celeste, la seda alba, las lenteiuelas sacudia por los brazos.
entre llores cultivadas en los jardines de —¿Qué has venido a hacer aqui, Susana?
los revolucionarios; rizadas violetas blancas, ¿No sabes que nuestro altar es el de en-

azucenas, iazmines del Cabo, rosas de Cam- frente?


bray, y no-me-olvides, tasa-nacionalista, ¡az- Casi sin moverse, una de las señoras vol-
min de Saravia, camelias albas; en el otro, vió hacia nosotros la cabeza. Una cara llena
llores purpóreas, encendidos ibiscos, ceibo, de arrugas, amarilla y lria, aparecia entre

tulipanes, toda la perfumado llama lloral, los pliegues del velo. No olvidaré jamás
ante aquel Nazareno de dulce rostro, en sus oios de acero, su boca pálida de labios
cuyas taladradas
manos ardla el corazón demasiado linos, su nariz ganchuda:
en una inútil ofrenda de universal amor. —Andó nomás, blanquilla retobada, que
Ninguna blanca hubiese encendido un cirio te arreglaremos las cuentas cuando ven-
ya
ni murmurado un padrenuestro ante el altar gan los nuestros.
donde se rezaba por el triunfo de los ene- Mi madre,que habia dado algunos pasos
de las otras hubiera sido
migas. Ninguna apresurados hacia la puerta, casi arrastrán-
capaz de inclinarse ante aquella imagen con dame consigo, se detuvo un instante, el pre-
los pies llorecidos de auténtico oro proce- 'ciso para murmurar su respuesta.-
dente de alhaias reguladas por las parti- —No lo querrá la Inmaculada, salvaiona.
darias de los insurrectos. Ella no abandona a los suyos.
Reinaba la guerra, sorda, ardiente, den- Después me tomó de nuevo de la mano,
tro mismo de la Catedral de mi pueblo. La hizo una gran genullexión ante el altar
conoclaquel dia, yo, que no habla podido mayor y otra dirigida al "nuestro" y a pa-
comprenderla aún. Mientras madre re- mi sitos menudos me llevó hasta la calle, que
zaba absorta, yo, harta de los colores que ardia. Alli abrió nerviosamente la sombrilla.
1
estaba cansada de usar, aquel celeste y Tenia la los ojos que pare-
cara encarnada,
blanco dominante en mis vestidos y en mi cían despedir chispas, un gesto de batalla
casa, lui a arrodillarme ante el altar de no le conocía. Esa noche conde—
que yo me
enfrente. nó
l a "dormir sin camisa" —castigo supremo
Me gustó aquel Jesús de manto cesárea, se daba antes los pueblos a los chi-
que en

aquella encendida sintonía de roios, aquella cos desobedientes- por mi delito de ir a


laz triste y severa levemente inclinada hacia arrodillarme ante el altar de las "sumacas".
su propio corazón llameante.
Dos señoras de velo negro y corbatas de
l (Fragmento de “La Guerra"
raso del mismo color carmesl, oroban con de Chico Carlo).
v
T
ïEMA Y ESTILO

Pese a que el intento de La rosa de los


vientos resultara desafortunado, respondía a
una actitud positiva, cuya constancia aseguró
a Juana de Ibarbourou la posibilidad de seguir
legitimando su prestigio a través de los libros
posteriores; actitud que deriva de saber que los
hombres —poetas incluidos— varian, con el
paso de los años, y que su obra, su orienta-
ción estética, su gusto, liso y 'llano, se modi-
fica. A menudo los temas parecen no sufrir
cambios, pero aun el poeta menos versátil,
encara sus aparentes reiteraciones con distinto
lenguaie, con distintas intenciones y con distin-
to resultado.
A través obra de poética, la .autora
toda su

es fiel a ciertos
algunos, aunque
temas; no sean

exclusivamente privativos de ella emanan de


una experiencia vivida, que no comparten ne-

cesariamente otros poetas: el ansia de libertad,


como deseo de vida natural y como deseo de
viaiar, de cortar amarras, y a la vez el sacri-
ticio de este impulso ante el amor,- la rebel-
día ante la astringente vida ciudadana, los
temas de la vida doméstica. Otros temas son

los grandes tópicos de la poesia universal: el


amor, la muerte, el destino ultraterreno, la
fugacidad de la vida. Este último, insistido,

ELEGIÁ
resuena peculiarmente en ella. Juana como mu-

¡er de su época y condición, se siente constre-


POR UNA CASA
ñida en sus posibilidades, mientras el tiempo
pasa llevándose ocasiones que no vuelven,- y ¡Ay espada del agua ya perdida!
su
paso, ademós, Ia priva de sus armas exclusi- ¡Ay rama de la mar que no contempla!
vamente femeninas, su belleza, su frescura. ¡Ay viento, todo el dia canturreando
Por lo general, este tema de Ia fugacidad de Sin la salobre fuerza en el aliento!
la ¡uventud, no espera la crisis de la edad ma-

dura para hacer su aparición: suele anticipar- ¡Ay viento de entre árboles, cortado
se en plena ¡uventud, cuando se estó tan Ieíos Bajo retazos de menudos cielos!
aún de la caducidad. Juana no fue excepción.
En Las lenguas de diamante hay numerosas Digo mil veces que me estoy ahogando,
anticipaciones de esta angustia. Y no me refie- Y sólo veo alrededor sonrisas.
ro al famoso: “Caronte, yo seré un escándalo Me estoy ahogando vertical y en medio
en tu barca", que testimonio la actitud vital y De una avenida gris, ruidoso y lisa.
rebelde del poeta; pienso en La horaz. “Oh, . .

amante, ¿no ves / Que la enredadera crecerá Ni una huella de pez hiende los aires,
ciprés"?, en Laceria: “No aodicies mi boca. y yo me muero de ansias marineros.
Mi boca es de ceniza. .
.", en Cansancio, que Tenia mi casa tres ventanas puras,
se continúan en Raiz salvaie, en su poema Y en torno, piedras, y hasta el mar, arena.

inicial, Cenizas, y en Fiebre, Carne inmortal, etc.

Pero los años pasan, la muerte toca en torno Aqui la tierra ni siquiera es tierra,-
Y se lleva los amores del poeta —ma- No tiene azul, ni libertad ni aurora.
mayores
rido, madre, sola, Se han vuelto acero hasta las golondrinas,
amigo- empieza a verse y
Y esta soledad se le
anticipo de otra
hace y de hierro y estaño son las hoias.
soledad mas radical. El tema se replantea
entonces con la persistencia de las cosas No veo ya la barba del verano
que
obseden de verdad en tanto no son Ni el caballo de vidrio del invierno.
y que,
pensamiento sino idea constante len- Un balcón a una calle toda tráfico,
casual,
Y un sol leiano, sin pasión, ascético.
tamente temático
.

del
.

absorbida por el acervo

Poeta, se expresa, no con Ia violencia de lo

311
Fuente de los
sapos, en Melo

p
¿“gl ¿f ELEMENTOS ESTILISTICOS
3€ W n ¿LJ/It. r7.

El lenguaje de Lenguas de diamante

Sustanhvos: pastos, tornillos, arboledas,


fuentes, glicinas, pozos, cipreses, cisternas,
pedregales, moras, frambuesas, pitangOS,
sauces, pinos, iilgueros, ceibos, charcas,
azadas, tinas, arañas, ranas, cerros,
hon-
gos, carqueias, chilcales, escarchas, qum-
tero, cobre, llama, loza, escoba, centeno,
aromos, cardo, salvia, yerbabuena.

Adietivos: vago, llorido, sublunar, supremo,


taciturno, oloroso, andariego, desnuda.

El lenguaje de La rosa de los vientos

Sustantivos: avión, hélice, flechas, timón,


puerto, mástiles, redes, caracola, barco,
velamen, proa, tormenta, matemáticas,
trompo, zonas, meridianos, meteorología,
cable, atalaya, espadas, puñales, Hidra,
Uno riflero, crótalos, cúpulas, cetreria.
de
los
primeros
Adietivos: geométrico, doce, siete, veinticua-
manuscritos "OI lSOl) marinero, llamigero, giratorio,
de alucinante, transoceónica, empavesado,
Juana
crepitante, de basalto, de turquesa.
de
lbarbourou.

312
Una hermosa imagen de Juana en el año 1920.

Ioslderxia do
la poetisa
en la Rambla
República
del Perú.
Alli vivió
Juana
muchos
añom

ción, una mas obvia y accesible otra, en la


que presiona en forma excepcional si'no' con
que se apoya el alcance último del poema.
la melancolía de lo que es presencia inevitable: Se hace necesario muchas veces que el lector
establezca relaciones entre diversos poemas y
Se me acabó la muerte rastree lo que se ha llamado “signos de indicio"
Que cultivé hasta ahora, busca del sentido determinada
en que palabra
La muerte de romance o de leyenda, cobra cada
en poema, como ese Octubre que
Transito de cinema en alba o sombra, aparece en algunos no consecutivos: “Traspa-
Deslumbramiento de pelicula, sado de menta seel soleado.
va Octubre,
." .

Curiosidad gustosa. “La clara fuente de Octubre“, “y fui


de su sed
la llama de su mes de Octubre", “me trae el
Ahora tengo la muerte de Octubre nado hace
mes y porno", que se
Sin voz, sin oios, sin color ni cara, mas claro en “Octubre de mi amor, generaliza /
la que no es presencia, ni paisaie, el aqui estoy disaeto de rni dicha". “En la
Ni terrena esperanza. profunda alba del secreto / Nace de nuevo la
La muerte indefinible Este
muier de antes". secreto que la muier
Sin infierno ni cielo. busca, pide al poeta la ambigüedad, las metó-
la que lo toma todo y no da nada: foras velan, los subtertugios varios
que para
Muralla del misterio. decir pudorosamente lo que pugna por salir
los temas son los mismos, pero las circuns- al verso. Por lo demós, poéticos de los modos
tancias que a ellos nos conducen han variado, la época se lo permiten. El superrealismo con

Y el acto lirico resultante tiene nuevas carac- lo que tiene de tendencia neorromóntica, de
terísticas. De los libros siguientes del poeta admisión de todos los buceos interiores, habia
Quizas sea Perdida, de 1950, con cuya publi- abierto las puertas, como es bien sabido, por
cación reanuda ante el público su continuidad las que pasaron atropelladamente, rompiendo
lírica, el que meior demuestra el difícil equili- las formas, grandes poetas de la lengua es-
brio logrado entre la necesidad confesional pañola: lorca, Alberti, Aleixandre, Neruda.
—proclamada desde el adietivo del titulo- En ese eterno movimiento de péndulo, que
que sigue sosteniendo su poesia, y la velada efectúan las artes desde que se han propuesto
discreta expresión. “la originalidad", Sísífo, de nue-
esa la'bor de
Si ésta fue transparente conflictos visi- vo se buscan moldes, bridas formales, un len-
y sin
bles distancia-
en los libros iniciales, rígida en el si- guaie luioso, otra vez exquisitamente
guiente, en Perdida se vuelve eliptica sin ser do de lo popular. Bernórdez en Buenos Aires,
oscura, mós sugerente que directa, mós miste- Sara de Ibañez entre nosotros, por citar tan
riosa. Abunda en palabras de doble significa- sólo dos eiemplos rioplatenses, retoman una

315
De Miguel do Unamuno

CABECERADEL VALLE

Señora Doña Juana de lbarbourou:

He leído, señora mla, primero con des- agua quieta". Por lo demós lue él quien
confianza y luego con grandísimo interés me sugirió —ja ml, profesor de literatura
y agrado su Lenguas de diamante.
libro griegal— el recuerdo de Sala; de la Sato
La desconfianza mi antigua por lo que
es en histórica, por supuesto, no de la legendaria.
hace a poesia de mujeres. El soplo poético Y ahora ¿a qué vendria que le hablase a

de una Sato que desnuda castamente su usted de lo que creo inexperiencia de léxico,
alma —que .cuesta más que desnudar el de ciertas pequeñas violencias del lenguaje
en sus versos, desapareció casi con y de sumisiones a la tiranía de la rima? Eso
cuerpo-
el cristianismo. Después, el llamado amor importa poco.
místico ha sido una hoja de parra, cuando Lo que si creo debe usted dejar es que
no una máscara. Aqui, en nuestra España las tristezas ellas le vengan
hasta que, que
v. gr. creo que los más cálidos son
versos
desgraciadamente, teniendo como usted tie-
los de Carolina Coronado, pero si cuando ne un alma sensible y hasta ardiente, le
habló su alma de madre, cantando a su vendrán —y le basten cuando usted dice:
hija, es incomparable, sus versos al "amor
de sus amores" son una hoja de parra, una
¡Oh, deja que la rosa desnuda de mi boca
hoja reseca y arrugada por un amor oculto sete oprima en los labios!
y asi frescura.
le falta Una mujer, una no-

via, aqui, escribiriano versos como los de suena ella a algo natural, espontáneo, sen-
usted aunque se le vinieran a las mientes y tido (yo en vez de Oprima, vocablo dema-
si los escribiera no los publicarla y menos dicho
siado literario, habria apriete) pero
después de haberse casado con el que se cuando añade:
los inspiró. Y si una mujer, aqui, se sale
de la hoja de parra de mistiquerlas escribi-
Después seró cenizas bajo la tierra negra,
doras es para caer en cosas ambiguas y
malsanas. Por eso me ha sorprendido gra- más _razonado
esto me parece que sentido.
tisimamente la castlsima desnudez espiritual Asi, “Lacería” me agrada pero no me con-
de las poeslas de usted, tan frescas y tan
vence. Y no es que yo no guste ni sienta ese
ardorosas a la vez. Y al enviórselas, como
sentimiento; al revés, lo siento acaso más
me pide, a .l. R. Jiménez y a los Machado, el otro he lo
que y propendido siempre a
se las recomiendo.
elegiaco más que a lo idilico, pero en us-
Claro poesias hay, para mi que dueño
que en sus ted me suena algo asi como uno

gusto, desigualdades. La nota triste, descoï de una lira de excepción, quisiera tocar to-
razonada y pesimista no le sale a usted bien. das cuerdas de
sus y alguna de ellas era
Me parece que se imagina, más que siente, prestado.
el desengaño. Le debe de tener a usted muy Su libro interesa. He de decir
la vida. Y que esto le dure mucho.
me algo
presa
más, y no a usted sola, de él.
"La espera". "Lo que soy para ti", "La Veo por apellido que tiene usted san-
su
hora" (estupenda), “Implacable”, “El fuerte
gre vasca, su
pues apellido, aunque usted
lazo", "Te doy mi alma", "La cita", "Las
lo escribe a la francesa, es vasco puro —"ca-
Forms", "La promesa", hermoslsimas, her- becera del valle", signilica—, y yo soy
moslsimas.
vasco puro.
Relei su libro volviendo a leerlo en voz La saluda con toda simpatía
alta amigo ciego, poeta también, a
a un

.M quien acompaño a diario y a quien sirvo de Unamuno.


Miguel
de lazarillo y de lector, y no
——-A-_.
sabe usted
bien lo que lo impresionó "La angustia del
e

Salamanca, lB-lX-l9.
ü-..
«_

314
forma rigurosa, la lira, tendiendo a un nueva tintos modos expresivos. Pero Mensaies del
| clasicismo. Ciervos, nardos, agapantos, helio- escriba, i953, que reapareceró muy ampliado
tropos. La rosa se volvera, gongorinamente, con el nombre Oro y tormenta, nos haró oír
“vegetal paloma". Pasa Ia lluvia “en su ca- de nuevo su voz llana y flexible, no por eso

ballo de ligero vidrio“, “el viento luega con menos preocupada del quehacer artístico: “El
espadas", Juana utiliza este nuevo lenguaie óureo hexómetro o Ia cuaderna via / domar
con naturalidad, equilibradamente en su oficio quisiera para hallar el canto. . El amor, la
seguro, sometiéndolo siempre al servicio del angustia de la soledad, una legítima melanco-
sentimiento conductor. Pero el oficio
tiende a lía, la vaciedad de quien no cree esperar nada
ser dictatorial, y es una suerte de
riesgo, una de la vida, son los temas que se entrelazan,
casa de hermosura tan tirónica que impide a ya no baio el signo de la pasión arrebatada,
su dueño salir de entre sus paredes. Azar, de sino de la pasión reflexiva: “y tm sólo Minerva
1953, es su paso mas extremo en este sentido: a mi costado / me habla, doctamente, de
la primera parte del libro es una alegoría que poesía". Si deiamos de lado los Romances del
exalta, encerrado en el símbolo del azar, ave destino, editado en i955, romances y coplas,
vigilante, leal, celosa, al ser amado. Cada una cuya determinación formal le da un tono dis-
de sus atributos se exaltan referidos fielmente tinto, estamos dentro del periodo cuyo último
a la clave común de todo el libro. Muy rico hito se encuentra en el muy reciente libro la
formalmente, con imagenes compleias, tanto la pasaier'a, de i967. Dos partes en verso, y
primera parte, Divino amor, como la segunda, quince textos de prosa lírica, certifican la per-
Amor divino, en la que nuevamente testimonia sistenc-ia creadora, la ductilidad permanente,
sus devociones de católica, demuestra la maes- la fidelidad a sus temas, y la capacidad de
tría del poeta y su búsqueda constante de dis- legítima adaptación a nuevas corrientes, con

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En Con su madre y Gabriela Mistral.


el Paranlnte de la Universidad.

315
.

mw
p.
Ramos de flores para la poetisa en

el apogeo de su popularidad.

'

¡“tp-É
É
¡‘
LA RAIZ SALVAJE
Añg
en la
1929:
calle
en

Comercio.
la puerta de su casa

La felicidad es Sedentaría, dice Juana, y


siri embargo ha soñado con la dicha ambu-
latoria, el movimiento, los lugares a los que
se llega desde leios: ¡Se ha hecho espina
mi ansia de tocar y de ver! Pero, colmada
de invitaciones, tardías quizá, Juana hizo
un solo viaje en su vida. En ¡953, designada
“Mujer de las Américas" por la Unión
de
Muieres Americanas de Nueva York, fue in-
vitada a trasladarse a la ciudad sede. Por
primera vez, una invitación no coincide con

desvelos domésticos, cuidado del marido, el


hijo o la madre.
Acepta. Al llegar, la presi-
denta la Unión invitante, enferma, debe
de
postergar la entrega de la orden. Juana
recorre la ciudad, vc a los museos, y como
termina el plazo de la estadia, hace las
maletas, pasa un dia en Buffalo, con una
tipica familia americana y viaia a las ca-
taratas del Niagara. El ansia de su vida
se ha realizado durante apenas ocho dias.
Y culmina con el conocimiento de un hecho
descomunal de la naturaleza y no con la
habitual experiencia de facturas culturales.

to monumento a “La Carreta", en 9


OQ'
"

9‘ 1'3

316
los que Juana de Ibarbourou confirma una

consagración lan excepcionalmente temprana.

¿Qué seremos después que estemos ¡untos?


Como se eligen cosas en los sueños,
como dice una niña: Seré reina,
y un pobre niño: Yo seré guerrero,

por ti mi corazón y yo ¡ugamos


qué cosa eterna a Dios le pediremos
y si es posible que a la tierra vuelvan
una muier y un hombre sin infierno
a ser lo mismo, una muier y un hombre,
con idéntico amor, y en el destino
de nueva vida y otra nueva muerte,
siempre quererse y siempre estar unidos.

No sé si hay en todo el universo


nada mas grande y nada mas perfecto

No sé si algo hay mas tierno.

Foto reciente en el escritorio de su casa en la


Avenida B de Octubre. Detrás, su retrato por
el pintor frances Barfhold.

3 l I/l'
JUANA: VIDA Y DESTINO; CRONOlO
1895 —8 de marzo——— Nace Juana Fernóndez
Morales en la ciudad Melo, Cerro
de
Largo, hiia de Vicente Fernández, nacido
en 1851 en Villanueva de Lorenzana,
Lugo, España, y de Valentina Morales,
nacida en Tacuarí, Cerro Largo, en 1858.
Hace estudios primarios. Sus primeros
poemas se publican en “El'Deber Cívico"
y “El Nacionalista", y el mensuario
"

"Apolo" de Montevideo.

l9l5 —-——28
de ¡unío——Se casa con el capitan
Lucas Ibarbourou, en Melo. Comlenla
a usar el seudónimo Jeannette d'lbar.

l9l7 --
Nacimiento de Julio César Ibarbourou.

1918 ——La familia se instala en Montevideo,


distintos de-
después de haber recorrido
partamentos, Rivera, Tacuarembó, RO-

cha, Canelones, según lo exige la ca-


rrera del esposo, Vicente Salaverri, “AW

tón Martín Saavedra", a quien el poeta


muestra sus le dedica en "lo
poemas,
Razón" un artículo consagratorio: "la re-
. o
'
H

velacnón de una extraordinaria poetisa .

1919 —Primera edición de Las lenguas de

diamante, con prólogo de Manuel Gal-

vez, en Buenos Aires.

1920 ——-
Se publica en Montevideo Poesías es-

cogidas y la primera edición de El


cón-
taro fresco, Maximino García, Montevu-
deo.

1922 —Primera edición de Raiz salvaie. Ed.


Maximino García, Montevideo.
AVION
contem-
1924 ——
Publica Páginas de literatura
Algazara del dia sobre el aire,
distancia a bruma lila de horizontes.
porónea.
Juguetes: campos, plenos rios, montes. 1927 ——Se edita en París La touffe sowaget
Nubes: lirios cardados al desgaire. Pu-
traducción de Francis de Miomandre.
blica Eiemplario.
Toda el alma, la gracia suspendida
y el recuerdo, una caia de alfileres. l929 ——EI el Palacio legis-
lO de agosto, en
Siempre se están muriendo las muieres
lativo, recibe el título de Juana de Amé-
en las entrañas tibias de la vida. Zorrilla
rica, en acto presidido por Juan
de San Martín el interviene Al-
y en que
Atras la casa, el tierno amor, las cosas
fonso Reyes.
que nos preasan y que necesitamos.
Son ya mis perros y las dulces rosas de los
1930 —Primera edición de La rosa

vientos, Ed. Palacio del Libro. Montevi-


más mi propiedad, callados
que amos.
deo. Se edita en Madrid: Sus meÍOW‘
Por las rutas del viento, misteriosas, poemas, primera antología.
reclómanme imperiosos, canes, ramos.

318
e-.-¿I.l
i

Casa donde la poetisa


-

pasó su lntancla, en Melo.

|93| —Esta obra recibe la Orden Universal


del Mérito Humano, en Ginebra.

l932 —Muere su padre.

1934 —Primera edición de Loores de


Nuestra Señora, y primera edición de
Estampas de la Biblia, con prólogo-de
Gustavo Gallinal. Ambas editadas por
Barreiro y Ramos, Montevideo.

1935 —Meda‘lla de Oro de Francisco Pizarro,


del Perú, Publica San Francisco de Asis.

1937 —Orden del Cóndor de los Andes, de


Bolivia. Presidencia de la Asociación Uruguaya
de Escritores, acabada de fundar.
1938 —Orden del Sol, del Perú. lnterviene en

los Cursos Sudamericanos de Vacaciones, 1951 —Huésped de honor permanente de la


en Montevideo, ¡unto a Gabriela Mistral Ciudad de México, y medalla de oro.

y Alfonsina Storni. Vicepresidencia del


P.E.N. de Montevideo. Orden Carlos Manuel de Céspedes de
Cuba.
1942—-Muere su esposo, el mayor lucas
lbarbourou. 1953, —
Es designada “Muier de las Américas
1953", y viaia a EE. UU.
¡944 —Primera edición
Kape'lusz, Buenos
de
Aires.
Chico Carlo, ed.
Primera
Buenos
edición
Aires.
de Azor. Ed. Losada. A

WAS-Orden del “Cruzeiro do Sur", de


Brasil. Se publican sus Obras completas, que
incluyen Mensaios del escriba, poesia y
Primera edición de Los sueños de Nata- Puck y Destino, prosa, con prólogo de
cho. Ed. Independencia. Dora Isella Russell. Ed. Aguilar, Madrid.
Montevideo.

Primer premio del Ministerio Cond. de Andrés Floy Alfaro del Ecua-
de Instruc-
ción Pública d'el dor.
Uruguay y medalla de
oro.
1955 —Romances del destino. Ed. Cultura

Estado Hispón-ica, Madrid.


El
piedad
adquiere los derechos de pro-
literaria de su obra édita en ed.
l956 —
Publica Oro y Tormenta, Zig Zag,
Prosa y verso y de tres inéditos. Chile.
1946 —Cruz de
Comendador del Gran Premio 1958 —Pub‘lica Canto rodado, en colabora-
Humanitaria,de Bélgica. ción con J. Pereira Rodríguez. Ed. Kape-
l 947 lusz. Buenos Aires.
*|ngresa a la Academia Nacional de
letras, como miembro de número y reci- 1968 —Orden al mérito, de Bolivia.
be la medalla de oro de la misma.
El Estado le devuelve los derechos de
1949 *Muere
su madre. autor.

l 950 .

“Primera edición de Perdida. Ed. lO- Primera edición de La pasaiera. Ed. lo-
sada. Buenos Aires. sada. Buenos Aires.
;

319
BIBLIOGRAFIA BASICA

-—'_ú.
4-,
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Modern women

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i945.
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New York,

V"_’-"A.w-

Gallinal,
Biblia,
Gustavo
Soc.
Prólogo a Estampas de la

Amigos del libro Rioplatense, Russell, Dora Isella —-


En un nuevo aniversario

1934. de la consagración de Juana de América,


LIGU, Montevideo, 1947.
Galvez, Manuel —

Prólogo a Las lenguas de


diamante. Ed. Buenos Aires, Bs. As., 1919. Apartado de la Revista Nacional, tomo

XXXVI, año lX, N9 lOó.


Historia sintética de la Literatura uruguaya.
Plan del señor Carlos Reyles. C.N.D.C. Prólogo a las “Obras Completas", Ed. Agui-
Ed. Alfredo Vila, Montevideo, 1931. lar, 1953 Madrid. -

luisi, Luisa —
A través de libros y de autores. Salaverri, Vicente —
La poetisa Juana en

Ed. Nuestra América. Buenos Aires i925. Nosotros, Buenos Aires, 1919.

Pereira Rodríguez, José —

Prólogo y notas en Suiffet, Norma —


Tres poetas uruguayos: Juana
Chico Carlo, Ed. Kapelusz, Buenos Aires, de Ibafbourou, Sara de Ibáñez, Hugo Pe-
1953. Nueva Ed. Kapelusz, dirigida por traglia Aguirre, Gaceta Comercial, Monte-
Maria Hortensia Lacau, 1965. video, 1955,

Prólogo a Las lenguas de diamante’, col. Zum Felde, Alberto —


Proceso intelectual del
Clásicos Uruguayos, Montevideo, 1963. Uruguay, Montevideo, 1930.

320
__l—
En CAPITULO ORIENTAL
Indice
N" 21. —-AUTORES

LOS POETAS DEL VEINTE -—OBRAS


—LA EPOCA Y LOS
y jun to con el fascículo, cl libro
ESTILOS.
LA POESÍA DE LOS AÑOS VEINTE (antología)

Juana die-Ibarbíourou, en un O
l
Este fascículo,con el libro
Precio del
LAS LENGUASDE DIAMANTE,
de Juana de Ibarbourou,
constituye Ia e'ntrega N.° 20
m ¡as fe ¡mm
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3100.
de! CAPITULOORIENTAL


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