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N.

o 8484

Viernes 8 de setiembre de 2017

Serie de disertaciones del Presidente de la SGI

ILUMINANDO EL MUNDO CON EL BUDISMO DEL SOL

21) Una religión de revolución humana - Parte 1

«El corazón de un león rey». Crear una corriente victoriosa en bien de todas las
personas

Disertación

El filósofo griego Heráclito (hacia 540-480 a. C.) dijo estas célebres palabras: «El
sol no es el mismo todos los días».1
En el inicio de este año, comencemos el 2017 con optimismo y esperanza, sintiendo
que el sol de un nuevo día brilla intensamente en nosotros.
En esta última mitad de la segunda década del siglo XXI, el mundo no parece haber
superado sus graves problemas; a la inversa, oscuras nubes se ciernen sobre el horizonte.
Por un lado, la globalización avanza en múltiples frentes y transforma los negocios
y finanzas, los transportes y las comunicaciones. Por el otro, las desigualdades económicas,
los conflictos y las guerras civiles persisten sin tregua en muchas partes del mundo, y en el
corazón humano se observa un recrudecimiento de la hostilidad y de la separación entre
congéneres. Estos procesos se han traducido en una cantidad inusitada de refugiados,
personas valiosas cuya vida sufre diversas formas de denigración y peligros.
Otro problema acuciante es la destrucción ambiental.
1
Hippocrates, Vol. IV: Heracleitus On the Universe (Hipócrates, vol. IV: El universo según Heráclito), trad. ingl. W.
H. S. Jones, Londres: William Heineman Ltd., 1959, pág. 481.
Las dificultades que afligen a la sociedad humana no pueden resolverse mediante la
mera implementación de cambios externos —por ejemplo, reformas políticas y
económicas—, o de innovaciones institucionales u organizativas. Las iniciativas de cambio
que no pongan en el centro el bienestar de la gente o esa falta de respeto a la dignidad de
la vida solo crearán más problemas y terminarán desmoronándose.
Siempre debemos recordar que el objetivo primordial es la felicidad de las personas.
¡Estemos conectados con la gente en todo momento! ¡Proclamemos la dignidad y el
valor preciado de la vida! ¡Hagamos que el cambio empiece por las propias personas! Es
momento de que la humanidad regrese a estos puntos básicos.
En vista de ello, ¿cuáles deberían ser los grandes principios rectores de la religión en
el siglo XXI? Yo afirmo que son el humanismo y la revolución humana.

El punto de partida de la Soka Gakkai es la autotransformación

En 1930, poco antes de fundar la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad pedagógica para la
creación de valores, precursora de la actual Soka Gakkai), nuestro fundador Tsunesaburo
Makiguchi analizó la cuestión del cambio social diciendo: «En última instancia, el caos en
el mundo jamás se resolverá, a menos que el espíritu humano sufra una transformación
profunda mediante una revolución religiosa». La transformación fundamental del espíritu
a la cual aludía no era otra cosa que la revolución humana.
El sucesor de su visión y segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, fue
encarcelado junto a él por las autoridades militaristas del Japón, en lo que constituyó un
acto de flagrante represión religiosa. En prisión, el señor Toda comprendió que el Buda era
la vida misma, y que él era un Bodhisattva de la Tierra. Al recuperar la libertad (en julio
de 1945), se propuso enseñarles a las personas cómo transformar su vida a través de la fe
en la Ley Mística. Con el fin de elevar el estado de vida de la gente hacia la Budeidad,
máxima expresión de la personalidad y de las virtudes humanas, se dispuso a lograr el
kosen-rufu. Su deseo era liberar a los individuos del sufrimiento y de las aflicciones
vinculadas a las guerras, el hambre y las enfermedades.
Por eso, el señor Toda se mostró tan de acuerdo cuando el presidente de la
Universidad de Tokio, Shigeru Nambara (1889-1974), afirmó la necesidad de una
revolución humana, poco después de que terminara la Segunda Guerra Mundial. Esa
revolución, en palabras de Nambara, era fundamental para que las reformas políticas y
sociales, y la llamada segunda revolución industrial surgida en la turbulenta posguerra
realmente condujeran al bienestar del pueblo.2

2
NAMBARA, Shigeru: «Ningen Kakumei to Dai-niji Sangyo Kakumei» (La revolución humana y la segunda
revolución industrial), en Nambara Shigeru Chosaku-shu (Escritos escogidos de Shigeru Nambara), Tokio: Iwanami
Shoten, 1973, vol. 7, pág. 131.

2
El señor Toda vio con claridad que era necesaria una transformación profunda en la
vida de la gente, para lograr la felicidad, la prosperidad social y la paz mundial. Con ese
enfoque, mostró cómo llevar a cabo la revolución humana en nuestra realidad social y
personal, y enseñó que la práctica del budismo Nichiren podía hacer posible ese cambio.

La revolución religiosa es la revolución humana

A mis veinte años, asistí a una conferencia del señor Toda sobre el Sutra del loto.
Me conmovió tanto su grandiosa visión que, al regresar, inspirado escribí en mi cuaderno:
«La revolución religiosa es la revolución humana. A su vez, conduce a la revolución
educacional y a la revolución económica, y también puede generar una verdadera
revolución política».
Luego, como discípulo del maestro Toda y en completa unión espiritual con él,
escribí la novela La revolución humana para dejar constancia de su noble existencia.
Resumí su proposición en estas palabras: «La gran revolución humana de un solo individuo
puede generar un cambio en el destino de un país y, más aún, propiciar un cambio en el
rumbo de toda la humanidad».
Esta ha sido, también, la visión que guio a los maestros y discípulos de la Soka
dedicados a cumplir el gran juramento del kosen-rufu, en bien de la paz mundial.
El budismo Nichiren es un faro de revolución humana que brilla cada vez más, para
iluminar con la luz de la esperanza y el valor a la gente de este mundo atribulado.
La revolución humana es el cambio de la propia vida y del propio karma. Es el logro
de la felicidad y de la satisfacción verdaderas. Es la clave que permite «establecer la
enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», el ideal postulado por el Daishonin.
Es el cimiento de la paz.

***

Como dice el sutra [del Loto], «con la esperanza de hacer que todas las
personas fuesen iguales a mí, sin que hubiese distinción alguna entre
nosotros»;3 de esa manera usted puede, sin dificultad, ser un buda tan noble
como Shakyamuni.4

3
El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 2, pág. 36.
4
Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 1075. Texto dirigido a Niike Saemon-
no-jo, un discípulo que vivía en la provincia de Totomi (actualmente, zona occidental de la prefectura de Shizuoka).
En él, el Daishonin expresa la alegría de haber nacido en el Último Día de la Ley para poder propagar el Sutra del
loto. Además, afirma que la fe en la Ley Mística es la clave para lograr la Budeidad, y recalca la importancia de la
práctica asidua.

3
Un budismo transformador para todas las personas

El señor Toda se tomó la libertad de expandir y desarrollar la idea de la revolución


humana de acuerdo con los principios esenciales del budismo Nichiren. Su primer paso
importante fue explicar el logro de la Budeidad —propósito de la práctica budista— como
un proceso de transformación interior o de «revolución humana»; ello le permitió presentar
los principios budistas de manera clara y viva en la sociedad contemporánea.
Ahora, consideremos el pasaje anterior de Carta a Niike. Allí, el Daishonin declara
que las personas comunes pueden manifestar la Budeidad, recalcando que todos pueden
«sin dificultad» ser budas como Shakyamuni.
Justo antes de este pasaje, el Daishonin alienta a Niike a tener fe en el Sutra del loto
y a practicarlo con diligencia con la aspiración de lograr la Budeidad. Allí señala: «Llegar
a ser un buda no es nada extraordinario. Si usted entona Nam-myoho-renge-kyo con todo
su corazón, naturalmente [llegará a ser un] Buda».5
Las palabras «con la esperanza de hacer que todas las personas fuesen iguales a mí,
sin que hubiese distinción alguna entre nosotros»6 expresan el juramento formulado por
Shakyamuni desde sus existencias pasadas. Aparecen en el capítulo «Medios hábiles» (2.o)
del Sutra del loto, en la parte que enseña la “sustitución de los tres vehículos por el vehículo
único”.7
Shakyamuni señala: «[A]l principio, formulé un juramento, con la esperanza de hacer
que todas las personas fuesen iguales a mí, sin que hubiese distinción alguna entre
nosotros».8 «Todas las personas» indica a todos, sin excepción. En esta premisa, no queda
excluido ningún individuo. Luego dice «iguales a mí», palabras que transmiten claramente
su deseo de alentar y guiar a los discípulos con la intención de que ellos adquieran el mismo
estado de vida que él.
Al mismo tiempo, desde la perspectiva de Shariputra y de otros discípulos a quienes
Shakyamuni dirige estas palabras, es el clamor de su maestro que los exhorta a romper los
límites autoimpuestos.

5
END, pág. 1075.
6
El Sutra del loto, cap. 2, pág. 36.
7
Sustitución de los tres vehículos por el vehículo único: Referencia a una declaración expresada por Shakyamuni en
el Sutra del loto, en la cual aclara que los tres vehículos no son fines en sí mismos —como afirmaban otros sutras
provisionales—, sino medios conducentes cuyo propósito es guiar a la gente al vehículo único de la Budeidad. Los
tres vehículos son las enseñanzas expuestas para los discípulos que escuchan la voz, para los que toman conciencia
de la causa y para los bodhisattvas. El vehículo único de la Budeidad denota la enseñanza que permite a todas las
personas lograr la iluminación, y corresponde al Sutra del loto.
8
El Sutra del loto, cap. 2, pág. 36.

4
Es un pasaje clave, que el señor Makiguchi también había subrayado en su ejemplar
de los escritos de Nichiren Daishonin.
Nosotros asumimos como propio el gran juramento de nuestro mentor y, mientras
nos esforzamos por salir de nuestro estado de vida limitado y cerrado, también alentamos
a otras personas mientras avanzamos juntos por el camino hacia el logro de la Budeidad.
Este es el camino de la revolución humana que practicamos los discípulos en unión con
nuestro mentor. Esforzarnos por perpetuar su espíritu, abrazando el mismo juramento, es
el camino budista de la inseparabilidad entre maestro y discípulo.
En la frase «de esa manera usted puede, sin dificultad, ser un buda tan noble como
Shakyamuni», 9 la frase «sin dificultad» sugiere la naturalidad de este proceso. Esto
contrasta con las enseñanzas anteriores al Sutra del loto, que sostienen que, para lograr la
iluminación, es necesario practicar durante kalpas incontables. El Daishonin nos dice que,
sin falta, podemos lograr la Budeidad en el transcurso de la vida como personas comunes,
en este mundo saha lleno de dificultades.10 Este es el principio de «lograr la Budeidad en
esta existencia» y de «lograr la Budeidad con la forma que uno posee».

***

El Sutra del loto brinda un medio secreto para guiar a todos los seres
vivos a la Budeidad. Conduce a la iluminación a una persona en el estado de
infierno; a una persona en el estado de las entidades hambrientas; a una persona
en cada uno de los nueve estados de la existencia; y así abre el Camino para
que todos los seres vivos lleguen a lograr la Budeidad. La situación es como
las junturas entre los segmentos del bambú; cuando se rompe una unión, se
parten todas las demás.11

Comenzar por la persona que tenemos frente a nosotros

9
END, pág. 1075.
10
Mundo saha: El mundo en que vivimos los hombres, colmado de sufrimientos. A menudo, se lo traduce como
«mundo donde se resiste». En sánscrito, saha denota la tierra; deriva de una raíz que significa «soportar» o «resistir».
Por tal razón, en las versiones en chino de las escrituras budistas, saha se traduce como «resistencia» o «tolerancia».
En este contexto, «mundo saha» significa el lugar donde los seres humanos se exponen a padecer sufrimientos.
11
END, pág. 536. Carta a Horen, escrita en abril de 1275, es una carta dirigida a Soya Kyoshin, a quien Nichiren
Daishonin había conferido el nombre budista de «Horen» (Loto de la Ley). Describe la falta de actuar contra la Ley
y el beneficio de hacer ofrendas al devoto del Sutra del loto en el Último Día de la Ley. El Daishonin enseña, en este
texto, que elevar oraciones basadas en el Sutra del loto por un padre o una madre fallecidos es la mejor forma de
corresponderles como hijos.

5
Este es un pasaje de Carta a Horen, dirigido a un discípulo llamado Soya Kyoshin,
a quien el Daishonin había conferido el nombre budista Horen, residente en la provincia de
Shimosa (actual prefectura de Chiba), pero también relacionado con la región de
Hokuriku.12 El Daishonin explica que el Sutra del loto es la escritura que representa la
consumación del amor filial —saldar la deuda de gratitud con los padres—, porque enseña
que todos los seres humanos pueden lograr la iluminación.
Aunque el Daishonin describe el Sutra del loto como «un medio secreto para guiar a
todos los seres vivos a la Budeidad», 13 todo comienza por una persona, por un solo
individuo. El budismo solo puede permitir lograr la iluminación a toda la humanidad, si
nosotros le permitimos lograr la Budeidad a aquel que tenemos delante. Por eso, el
Daishonin afirma que la enseñanza budista comienza por ayudar a una persona a
iluminarse.
Las enseñanzas sobre la «posesión mutua de los diez estados» 14 y los «tres mil
aspectos contenidos en cada instante vital» 15 establecen que la totalidad de los nueve
estados —del infierno al de bodhisattva— contienen el estado de Buda, y por tal razón
todos los seres de los nueve estados pueden lograr la Budeidad. Aquí, el Daishonin
claramente señala que, como los seres en los estados de Infierno y de Hambre —los dos en
que se experimenta mayor sufrimiento— pueden lograr la Budeidad, también pueden
hacerlo los seres de los otros estados. En el Sutra del loto se menciona el caso de una
persona en estado de infierno —Devadatta— 16 a quien se le asegura que logrará la
Budeidad. Esto dejó abierto el camino a que todas las malas personas pudieran acceder a
la iluminación.17

12
Región en la parte central occidental de Honshu, la más grande de las cuatro islas principales del Japón. Abarca las
prefecturas de Niigata, Toyama, Ishikawa y Fukui.
13
END, pág. 536.
14
Posesión mutua de los diez estados: Principio según el cual cada uno de los diez estados posee el potencial de los
diez en sí mismo. «Posesión mutua» quiere decir que la vida no se encuentra fijada en un estado específico, dentro
de los diez estados, sino que puede manifestar cualquiera de ellos, desde el infierno hasta la Budeidad, en cualquier
momento dado. Lo importante de este principio es que todos los seres, en cualquiera de los nueve estados, poseen la
naturaleza de Buda. Cada persona, entonces, tiene el potencial de manifestar la Budeidad, mientras que un Buda
también posee los nueve estados y, en tal sentido, no es un ser separado o distinto de la gente común.
15
Tres mil estados contenidos en cada instante vital (en jap.: ichinen sanzen): Sistema filosófico desarrollado por el
gran maestro T’ien-t’ai de la China, basado en el Sutra del loto. Los «tres mil aspectos» indican los aspectos y fases
variables que adopta la vida a cada momento. A cada instante, la vida manifiesta alguno de los diez estados. Cada
uno de estos diez estados posee, en sí mismo, el potencial de los diez, lo cual da un total de cien estados posibles.
Cada uno de estos cien estados posee los diez factores y opera dentro de cada uno de los tres planos de la existencia,
totalizando tres mil aspectos. En otras palabras, todos los fenómenos están contenidos en cada instante vital, y cada
instante vital impregna los tres mil estados de la existencia; es decir, la totalidad del mundo fenoménico.
16
Devadatta: Originalmente, fue primo y discípulo de Shakyamuni. Pero luego, a causa de su arrogancia, se convirtió
en su enemigo y cometió muchas faltas graves, como la de romper la unión creando un cisma en la Orden budista y
la de atentar contra la vida del Buda.
17
Logro de la Budeidad por parte de las malas personas: Incluso quienes se oponen a la enseñanza budista correcta y
actúan contra ella, como los icchantikas o personas de incredulidad incorregible, pueden lograr la Budeidad a través
de una relación inversa. Al denigrar la enseñanza correcta, de algún modo entablan una relación con ella, y aunque
deban afrontar los efectos negativos de su oposición, en virtud de esa conexión luego pueden profesar la fe en dicha

6
El logro de la Budeidad en un solo individuo despeja el camino para la iluminación
en todos los seres, así como al partir una sola juntura en un tallo de bambú se rayan
fácilmente todas las demás. Como afirma el Daishonin: «Devadatta suele citarse como
ejemplo [de alguien que logrará la Budeidad], en representación de toda esa cantidad de
gente; es el epítome del transgresor, por eso se sobreentiende que todos los otros, que
cometen el mal en menor medida, recibirán una retribución como la suya».18
A este principio se lo conoce como «el ejemplo que se aplica a todo el conjunto», 19
20
expuesto por el gran maestro Miao-lo.
El Daishonin escribe: «Cuando la niña dragona manifestó la Budeidad, lo que hizo
fue abrir el camino para que todas las mujeres de los tiempos futuros pudieran hacerlo». 21
En otras palabras, la saga de una sola persona que transforma su karma o destino permite
constatar la verdad del budismo; muestra un camino hacia la victoria en la vida, para otros
que están pasando por el mismo sufrimiento.
Los miembros de la División Juvenil Femenina del Japón, que recorren esta gran ruta
de felicidad, estarán llevando a cabo reuniones en pequeños grupos durante enero y febrero
(de 2017). Mi esposa y yo, junto a las integrantes de la División Femenina que las apoyan,
estamos orando para que cada una de nuestras jóvenes, protagonistas de una juventud de
alegría y de buena fortuna, abran de par en par las flores de su revolución humana.

Todos los seres de los diez estados pueden lograr la Budeidad

El Daishonin afirmó que el principio de «lograr la Budeidad con la forma que uno
posee» se basa en la doctrina de los «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital».
Cualesquiera sean las circunstancias, todos podemos lograr la Budeidad, cada uno con la
identidad que posee, en cualquiera de los nueve estados. Esta visión difiere,
fundamentalmente, de la idea de Budeidad presentada en las enseñanzas anteriores al Sutra
del loto, que afirmaban que el logro de este estado involucraba una transformación física.
En cualquier estado en que nos encontremos, cuando decidimos vivir basados en la
Ley Mística, que nos permite creer en nuestro infinito potencial y activarlo, descubrimos
por delante un futuro brillante. Sentimos el valor de desafiarnos; damos paso a un intrépido
espíritu de lucha, una esperanza a toda prueba, una determinación inamovible, y una firme
voluntad de perseverar. Comprendemos nuestra misión personal, el propósito con el cual
hemos nacido en este mundo. Nuestra visión de la vida cambia, y también lo hace nuestra

enseñanza y lograr la Budeidad. En el Sutra del loto esta idea queda ilustrada con los ejemplos de Devadatta y de los
que atacaron y humillaron al bodhisattva Jamás Despreciar.
18
END, pág. 284.
19
Miao-lo: Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”».
20
END, pág. 284.
21
Ib.

7
forma de vivir. Cambiamos la realidad, porque en verdad lo que cambian son nuestras
acciones.
Por eso, cada persona es tan importante. Nuestro espíritu fundamental siempre debe
ser valorar a cada individuo.
Esto, para mí, es la esencia de una religión de revolución humana.
Cuando hablamos de «todos los seres» o de «toda la humanidad», estos no son
simples conceptos o abstracciones para nosotros. Nuestro foco está puesto en la persona
real y concreta que tenemos frente a los ojos: cómo podemos ayudarla a ser feliz, a
transformar su karma, a disipar la oscuridad de sufrimiento que parece rodear su vida...
Una religión que no puede ayudar a cada sujeto está vacía de sentido genuino. El interés
en procurar el bienestar de cada persona es la razón y el propósito por los cuales existe la
religión.

El deseo del señor Toda: la victoria de sus discípulos

El señor Toda daba orientación basada en su sentido de la responsabilidad, y esta era,


para él, ayudar a cada persona que se encontrara sufriendo. Naturalmente, había una fila
interminable de gente que iba a verlo. Él prestaba absoluta atención a los problemas que
cada uno le exponía, y los alentaba y orientaba a todos con sinceridad. Aunque los
miembros acudían a él con un torrente de dificultades, él los escuchaba con confianza y
convicción inquebrantables, tomando como único anclaje las enseñanzas del budismo
Nichiren.
Cada vez que se enteraba de que un miembro había superado años de sufrimientos
gracias a la práctica de este budismo, su alegría era inocultable. Cada vez que veía el rostro
alicaído de un miembro que no podía mejorar su realidad, se le estrujaba el corazón de
dolor.
El señor Toda dedicó su existencia al gran juramento del kosen-rufu. El deseo que
jamás se apartaba de sus pensamientos era que cada uno de sus amados discípulos hiciera
su revolución humana y transformara su karma.
Si no podemos ayudar a hacer su revolución humana a la persona que tenemos frente
a nosotros, no podremos abrir el camino hacia el kosen-rufu, ni cambiar el karma de la
humanidad. En todo el mundo, nuestros miembros, herederos del espíritu del maestro Toda,
están generando una marea de encuentros de vida a vida, para expandir la órbita de la
esperanza y la alegría de la revolución humana.

Cuando nosotros cambiamos, cambia el mundo

8
Hace cincuenta años, el célebre escritor francés André Maurois (1885-1967) escribió
un libro titulado En el comienzo, fue la acción. Allí, leemos: «Las revoluciones más
profundas son de índole espiritual. Ellas transforman a la gente, y esta, a su vez, transforma
al mundo».22
Agrega después: «La verdadera revolución es la que protagoniza el individuo [...]
Para ser más precisos, un solo individuo, héroe o santo, puede dar ejemplo a las multitudes,
cuya emulación puede transformar drásticamente al mundo».23
Es algo muy cierto. Todo comienza por la revolución humana de una persona. El
ejemplo de un solo individuo que se pone en acción inspira a otros, y pone todo en marcha.
Las reflexiones de Maurois tienen mucho en común con las palabras del Daishonin: «Aquí
se ha usado a una sola persona como ejemplo, pero lo mismo se aplica a todos los seres por
igual».24
El punto es que la revolución humana nace en el corazón de un individuo, pero no se
limita al estado de vida interior de ese sujeto.
Ya que, en el budismo Nichiren, el logro de la Budeidad se basa en el principio de
los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, el cambio que se produce en un
instante en la vida de un individuo genera un efecto en cadena que atraviesa los cien estados
y los mil factores, y finalmente se transmite a los tres mil aspectos de la existencia.
Repercute en nuestras relaciones con los demás y en el ambiente que nos rodea. Cuando
nosotros cambiamos, cambia nuestro entorno. Y cuando cambia nuestro entorno, cambia
el mundo. Entonces, el punto de partida de esta inmensa transformación dinámica es la
revolución humana de una sola persona.
Aunque se trata de un proceso de cambio en la vida de una persona, al mismo tiempo
está conectado con todo el mundo. Nos permite triunfar rotundamente en nuestra vida, y
también enriquecer la existencia de quienes nos rodean. Es una revolución que nos permite
crear felicidad para nosotros mismos y para los demás, y cultivar un campo fértil para las
relaciones humanas armoniosas.
La práctica del bodhisattva Jamás Despreciar,25 que se narra en el Sutra del loto,
marca una dirección clara para hacer posible la armonía en la compleja realidad en que
vivimos.

22
MAUROIS, André: Au commencement était l’action (En el comienzo, fue la acción), París: Librairie Plon, 1966, pág.
93.
23
MAUROIS, André: op. cit., págs. 93-94.
24
The Writings of Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 844.
25
El bodhisattva Jamás Despreciar aparece mencionado en el capítulo homónimo (20. o) del Sutra del loto. Este
bodhisattva —que en realidad era el buda Shakyamuni en una existencia anterior— se inclinaba respetuosamente
ante todos los que tenía frente a él, reconociendo su naturaleza de Buda innata. Sin embargo, la respuesta de las
personas arrogantes era atacarlo con palos y varas, y apedrearlo. El sutra explica que esta práctica fue la causa que le
permitió al bodhisattva Jamás Despreciar lograr la Budeidad.

9
***

En la Antigüedad, el bodhisattva Jamás Despreciar dijo que todas las


personas poseían la naturaleza de Buda y que, si abrazaban el Sutra del loto,
lograrían la Budeidad sin falta. Sostuvo, además, que despreciar a una persona
era como despreciar al Buda en persona. Así pues, su práctica consistió en
reverenciar a las personas, incluso a aquellas que no abrazaban el Sutra del
loto, porque también poseían la naturaleza de Buda y podrían, alguna vez, creer
en el sutra.26

La práctica incansable del bodhisattva Jamás Despreciar

A continuación, estudiemos un pasaje de Las catorce acciones contra la Ley donde


el Daishonin cita estas catorce clases de acciones27 para enseñar que quienes practican el
Sutra del loto no deben menospreciarse ni calumniarse unos a otros. A través del ejemplo
del bodhisattva Jamás Despreciar mencionado en el Sutra del loto, con su práctica de
reverenciar a todos los que encontraba, también enseña la actitud y la conducta que deben
tener todos los que practiquen dicha enseñanza.
El bodhisattva Jamás Despreciar, dedicado a respetar y exaltar a los demás, solía
decir a cada persona con quien se encontraba: «Siento profundo respeto por vosotros.
Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Y por qué? Porque todos practicaréis el
Camino del bodhisatva y entonces seréis capaces de conseguir la Budeidad». 28 Incluso
insultado o atacado por gente ignorante, el bodhisattva Jamás Despreciar perseveraba con
sagacidad y sostenía su práctica de respetar a todos.
Para el señor Toda, este era un pasaje de importancia mayúscula; de hecho, lo tenía
subrayado en su ejemplar del sutra.

26
END, pág. 793. Esta carta, redactada en diciembre de 1276, fue dirigida al sacerdote laico Matsuno Rokuro Saemon.
En ella, el Daishonin señala que el Nam-myoho-renge-kyo que recita un venerable y el que recita una persona común
son iguales, mientras ambos tengan fe. También advierte sobre la falta de denigrar a los practicantes del Sutra del
loto y, mediante la historia del niño Montañas Nevadas, recalca la importancia de entonar Nam-myoho-renge-kyo
sinceramente y de propagar el sutra con toda nuestra capacidad.
27
Catorce acciones contra la Ley: Catorce clases de actos contra la Ley enumerados en Comentario sobre «Palabras
y frases del “Sutra del loto”», de Miao-lo (711-782), basadas en el contenido del capítulo «Parábolas y semejanzas»
(3.o) del Sutra del loto. Son catorce faltas contra la ley o enseñanza del Buda, y contra las personas que creen en ella
y la practican. Consisten en: 1) arrogancia; 2) negligencia; 3) ideas erróneas sobre el yo; 4) comprensión superficial;
5) apego a los deseos mundanos; 6) falta de comprensión; 7) incredulidad; 8) fruncir el ceño; 9) dudar; 10) calumniar;
11) despreciar; 12) odiar; 13) envidiar; 14) sentir rencor.
28
El Sutra del loto, cap. 20, pág. 264.

10
Con su práctica constante de respetar al prójimo, el bodhisattva Jamás Despreciar
obtuvo el beneficio de purificar los seis órganos sensoriales 29 y la gran recompensa de
lograr la Budeidad. La purificación de los seis órganos sensoriales es sinónimo de la propia
transformación interior. Y todos los que insultaron y maltrataron al bodhisattva Jamás
Despreciar, de esta manera, formaron una relación inversa30 con el Sutra del loto que les
permitió, a la larga, lograr la Budeidad mediante este vínculo.

La filosofía del respeto a la vida y a todas las personas

«Todas las personas poseen la naturaleza de Buda». 31 Esta es la visión fundamental


del Sutra del loto. La vida es el tesoro supremo. No hay nadie que carezca de valor o de
importancia. Cuando tomamos conciencia de este ethos de respeto a la vida y a todos los
seres humanos, cambia radicalmente la forma de vernos a nosotros mismos, a los demás, y
a las relaciones con los semejantes.
El bodhisattva Jamás Despreciar sabía que no respetar a alguien es lo mismo que no
respetar a un buda y que no respetarse a uno mismo. Creía en la naturaleza de Buda de la
gente y por eso se inclinaba en reverencia ante cada persona que veía. Pero desde la
profunda perspectiva budista sobre la vida, la naturaleza de Buda de esa persona respondía
inclinándose, a su vez, en señal de respeto. Esto ocurría incluso con las personas de
arrogancia suprema que le lanzaban toda clase de imprecaciones, además de piedras y
palos.
En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin observa: «Es
como cuando uno mira un espejo y hace una reverencia: la imagen reflejada también se
inclina ante uno». 32 La vida de todos está conectada por lazos de interdependencia. Si
somos valiosos, también lo son los demás. O, mejor dicho, solo podemos irradiar el brillo
de nuestro valor y dignidad cuando reconocemos y afirmamos el valor y la dignidad de los
otros. Esta comprensión es la base de la convivencia armoniosa.
No tenemos que rechazar a las personas «que no abrazan el Sutra del loto»33 tomando
como criterio su actitud hacia la fe en este mismo momento. Eso sería una perspectiva

29
Purificación de los seis órganos sensoriales: También, purificación de los seis sentidos. Alusión al proceso por el
cual se purifican los seis órganos de la percepción –ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente– y nos permiten percibir
las cosas de la manera correcta. El capítulo “Los beneficios del maestro de la Ley” (19.o) del Sutra del loto explica
que los que practican y mantienen el Sutra del loto adquieren ochocientos beneficios relacionados con la vista, la
nariz y el cuerpo, y mil doscientos beneficios relacionados con el oído, la lengua y la mente, y que ellos son los que
permiten el refinamiento y la purificación de los seis órganos sensoriales.
30
Véase la nota al pie N.o 17.
31
Véase END, pág. 793.
32
The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido
por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 165.
33
Véase END, pág. 793.

11
superficial y a corto plazo. Desde el punto de vista del bodhisattva Jamás Despreciar, toda
persona tiene la posibilidad de practicar algún día, porque posee la naturaleza de Buda.
Esta forma de pensar sustenta una genuina tolerancia; representa una visión basada
en la fe en el ser humano, ya que todos, cualquiera sea su filosofía o sistema de creencias,
poseen el potencial positivo de comprender la dignidad suprema de la vida.
El Daishonin señala: «El corazón de todas las enseñanzas que el Buda expuso a lo
largo de su vida es el Sutra del loto, y el corazón de la práctica de este sutra se encuentra
en el capítulo “El bodhisattva Jamás Despreciar”. ¿Qué significa el profundo respeto que
el bodhisattva Jamás Despreciar sentía hacia todas las personas? El propósito con el cual
nació en este mundo el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su
comportamiento como ser humano».34
En nuestra propia conducta y forma de actuar, esforcémonos por aplicar el ejemplo
del bodhisattva Jamás Despreciar, en lo que concierne a su respeto absoluto por cada
persona.

Una religión de empoderamiento

En mi disertación «El budismo Mahayana y la civilización del siglo XXI», que


pronuncié en la Universidad de Harvard en setiembre de 1993, di las siguientes pautas para
la religión humanística que esta época tanto necesitaba.
¿Fortalece a las personas, o las vuelve más débiles? ¿Fomenta lo bueno que hay en
ellas, o exacerba lo malo? ¿Vuelve más sabios o menos sabios a sus practicantes?35
Estas preguntas siguen siendo válidas aún hoy. O, mejor dicho, hoy son más
importantes que nunca.
Para ser personas mejores, más fuertes y más sabias, necesitamos aprender,
desarrollarnos y, sobre todo, cambiar nosotros mismos. En particular, ¿cómo desarrollamos
la fuerza necesaria para no ser vencidos por flaquezas como la codicia desenfrenada, la
tendencia a la arrogancia, la pereza, el egoísmo, o la cobardía indiferente a las dificultades?
Una religión fracasa si no puede ayudar a las personas a desarrollarse y a cambiar de
raíz, para que sus practicantes puedan reflexionar francamente sobre sí mismos y
contrarrestar la fuerza negativa que busca hundirlos en un estado atroz de sufrimiento, y
arrojarlos a los tres venenos del odio, la codicia y la estupidez.36

34
END, pág. 893.
35
Véase IKEDA, Daisaku: «El budismo Mahayana y la civilización del siglo XXI», en Un nuevo humanismo, México:
Fondo de Cultura Económica, 1999, págs. 176-177.
36
Tres venenos, odio, codicia y estupidez: Males fundamentales inherentes a la vida, que dan origen al sufrimiento
humano. En el célebre Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, de Nagarjuna, se considera que los tres
venenos son la fuente de todas las ilusiones y deseos mundanos. Se los llama así porque contaminan la vida de la
gente y le impiden inclinar su mente y sus sentimientos hacia la bondad.

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Y por eso, la revolución humana de cada persona es tan importante. Ha llegado la
época de que florezca, más ampliamente que nunca, la religión de la revolución humana,
para ayudar a la gente a ser mejor, más fuerte y más sabia.
Un mes de diciembre, mientras me devanaba los sesos pensando y dando vueltas a
un reto imposible que nos aguardaba el año entrante, el señor Toda me dijo como si
estuviera leyendo mis pensamientos: «Daisaku, el sufrimiento es inevitable en la vida. Solo
cuando sufras podrás entender la fe y llegar a ser un gran individuo».
Todos los sufrimientos que hoy estamos sobrellevando son parte de nuestra práctica
budista para hacer la revolución humana. No podemos, ni debemos, ser ninguna otra cosa
más que seres humanos. Antes bien, nuestra fe y nuestra práctica del budismo existen para
permitirnos crecer como personas y ser excelentes individuos a partir de todas esas luchas
y aflicciones. Este es el significado de la revolución humana.
El señor Toda decía a menudo: «¡Sean fuertes! Esta práctica forja leones».
Y «leones» es sinónimo de «budas». Ya que el mentor es un león rey, los discípulos
también deben decidirse a serlo. La orgullosa esencia de la revolución humana que se
practica en la Soka Gakkai es no dejarse vencer por nada, y desafiarse con la bravura de un
león.

Ser luchadores invencibles, capaces de levantarse por propia voluntad

Exiliado en la isla de Sado, el Daishonin declaró como un campeón del espíritu:


«Cuando un mal gobernante, en connivencia con sacerdotes que practican enseñanzas
erróneas, intenta destruir la enseñanza correcta y eliminar a un hombre sabio, los que
posean el corazón de un león rey sin falta manifestarán la Budeidad. Como, por ejemplo,
Nichiren».37
Los luchadores invencibles que se ponen de pie con el espíritu de un león rey, frente
a todas las adversidades y tormentas, «sin falta manifestarán la Budeidad».38
Ha comenzado el «Año del desarrollo de los jóvenes en la nueva era del kosen-rufu
mundial». Les pido a los miembros del mundo, mis camaradas Bodhisattvas de la Tierra,
y especialmente a los sucesores de la División de Jóvenes: ¡Amigos míos, pónganse de pie
con valentía, haciendo valer «el corazón de un león rey»! 39 ¡Alcen el estandarte de la
victoria allí donde estén luchando en este momento, y den un brillante ejemplo de
revolución humana! ¡Que el glorioso siglo XXI brille con la luz de la revolución humana!

37
END, pág. 320.
38
Ib.
39
Ib.

13
(Traducción del artículo publicado en la edición de enero de 2017 del
Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai).

14

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