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¿Qué son?
Las competencias socioemocionales comprenden las habilidades cognitivas y emocionales que una
persona puede aprender y desarrollar para: comportarse en formas que lo beneficien a sí mismo y
a los demás; alcanzar resultados positivos en su salud, en sus relaciones personales (familia,
amigos, vecinos, pares, etc.), y en sus proyectos académicos y ocupacionales; y para contribuir
significativamente a la sociedad.
Las habilidades sociales y emocionales están relacionadas con resultados académicos positivos:
mejores actitudes frente al colegio, mejor rendimiento académico; mayor participación en las
actividades del aula, mejor comportamiento en el aula, menos tasas de deserción escolar, menos
años de educación especial, menos repeticiones, tasas más altas de graduación de básica
secundaria, mejor preparación para la universidad, y mayores tasas de ingreso y finalización en la
educación superior. También se ha demostrado que cuando los niños pueden centrar su atención,
controlar las emociones negativas, y persistir ante las dificultades, su aprendizaje aumenta y las
aulas funcionan de manera más eficaz.
Hoy en día está claro que, sin emoción, el aprendizaje no puede tener lugar; y que las habilidades
sociales y emocionales son la base para desarrollar no solo otras habilidades socioemocionales,
sino también habilidades cognitivas. De hecho, "es neurobiológicamente imposible construir
recuerdos, involucrar pensamientos complejos o tomar decisiones significativas sin emoción". En
otras palabras, no es posible "mejorar las habilidades cognitivas sin fomentar activamente las
habilidades no cognitivas".
Las investigaciones han mostrado que los niños y jóvenes que adquieren competencias
socioemocionales tienen más probabilidades de tener empleos estables, carreras más exitosas,
ingresos y salarios más altos; y mayor productividad y solidaridad en el trabajo.
Por otra parte, el impacto del desarrollo social y emocional va más allá de los efectos académicos y
profesionales. Se observan mejores resultados de salud física y mental en niños y adultos con un
desarrollo socioemocional adecuado. Presentan indicadores de salud positivos, menos estrés
emocional, menos condiciones de salud adversas y menos problemas de salud mental. Un mayor
autocontrol en la niñez predice menos delitos y menos problemas de salud en la edad adulta.
¿Cuáles son?
Las competencias varían según autor y marco de análisis y podríamos describir varios. A
continuación, se presentan dos opciones:
1. Una clasificación es la de la Alianza para el Aprendizaje Académico, Social y Emocional –
CASEL, que las agrupa en las siguientes categorías:
Autoconocimiento
Autogestión
Conciencia social
Habilidades relacionales
Toma responsable de decisiones
2. Una lista exhaustiva que comprende competencias identificadas por varios autores:
Afecto
Agencia/Voluntad
Atención
Auto-conocimiento
Auto-control
Auto-eficacia
Auto-estima
Auto-gestión
Auto-regulación
Cercanía
Comportamiento con visión de futuro
Comunicación abierta
Concentración
Conciencia
Conciencia social
Cooperación
Creatividad
Curiosidad
Determinación
Empatía
Escucha atenta
Ética
Ética del trabajo
Flexibilidad cognitiva
Función ejecutiva
Habilidades de comunicación
Habilidades de relacionamiento
Habilidades sociales
Identidad ciudadana
Interacciones positivas
Interpretación adecuada del comportamiento de los otros
Manejo de emociones
Manejo del estrés
Mentalidad positiva reconosiendome
Motivación
Navegación efectiva de situaciones sociales
Optimismo
Organización
Pensamiento crítico
Perseverancia
Persistencia
Planeación, organización y establecimiento de metas
Propósito
Regulación cognitiva
Resiliencia
Resolución constructiva de conflictos
Resolución de problemas
Respeto
Responsabilidad comunitaria
Salud emocional
Seguimiento a instrucciones
Seguridad Académica
Sentido de pertenencia
Tolerancia
Toma responsable de decisiones
Trabajo en equipo
Los niños desarrollan sus habilidades socioemocionales de acuerdo con lo que viven y aprenden
cada día y con las interacciones que tienen. Hay tres acciones principales que son la clave para el
desarrollo socioemocional:
Las relaciones son el factor más importante para lograr un desarrollo socioemocional efectivo.
Aunque el conocimiento y el desarrollo de las habilidades sociales y emocionales son esenciales,
no podemos ignorar que las interacciones son el motor. Las interacciones positivas pueden
mejorar el comportamiento, y también pueden cambiar la estructura y función del cerebro.
En la escuela el tipo de interacciones entre niños y adultos, así como entre los niños y sus
compañeros es fundamental. Está claro "que el mejor aprendizaje surge en el contexto de las
relaciones de apoyo que hacen que el aprendizaje sea desafiante, atractivo y significativo". El
aprendizaje tiene lugar en entornos que son positivos emocionalmente. Las emociones positivas
llevan a los niños a mejorar el aprendizaje, aumentar su motivación y a absorber mejor lo que se
les enseña. "Investigaciones recientes han establecido que la calidad de las interacciones entre
maestros y estudiantes y las prácticas de instrucción que tienen lugar en el aula son dos factores
que predicen el rendimiento académico y la adaptación social de los estudiantes".
Desde el MEN, utilizaremos cuatro estrategias para enseñar habilidades socioemocionales. Una
consiste en ofrecer lecciones específicas sobre habilidades socioemocionales. Una segunda forma
es introducir estas competencias a través de las asignaturas ya establecidas, como lenguaje o
matemáticas. Por ejemplo, un proyecto grupal puede usarse para desarrollar habilidades como la
colaboración y la comunicación. En tercer lugar, se introducirán estas competencias como parte de
la jornada única. Teniendo en cuenta que los hogares son fundamentales para el desarrollo
socioemocional, la cuarta estrategia está concentrada en el trabajo con familias. Los padres, al
igual que otros miembros de la familia, pueden enseñar habilidades socioemocionales y
modelarlas. De hecho, hay algunas habilidades que se pueden aprender mejor en casa. En las
cuatro estrategias se ofrecerán oportunidades para que los niños practiquen las competencias que
van adquiriendo. De hecho, los miembros de la comunidad son especialmente importantes para
ofrecer oportunidades para la práctica.
Los niños necesitan padres, maestros y otros adultos en sus vidas, enseñándoles y modelando
habilidades socioemocionales, particularmente aquellas relacionadas con la autorregulación. Por
lo tanto, los adultos requieren capacitación y práctica intensiva, así como una transformación de
sus propias relaciones con los demás, ya que el modelaje por parte de los adultos es clave para el
desarrollo socioemocional.
Los entornos seguros, amorosos y de apoyo son fundamentales para garantizar un desarrollo
socioemocional adecuado. En entornos donde los niños se sienten seguros física y
emocionalmente, pueden aprender, practicar y adquirir habilidades socioemocionales y garantizar
un desarrollo saludable.
Para que sea efectivo, el desarrollo socioemocional de los niños debe integrarse en los entornos
del hogar, la escuela y las comunidades. Los niños se desarrollan en contextos interconectados,
desde la familia, los compañeros y, la escuela; hasta los contextos culturales y políticos. Todos
estos ambientes influyen en el desarrollo de las competencias socioemocionales. Por lo tanto, la
transformación de los entornos es crucial para que el desarrollo socioemocional tenga éxito.
Las instituciones educativas deben ofrecer un clima seguro y positivo para cada estudiante. El
ambiente escolar ha demostrado ser un elemento clave para el desarrollo socioemocional. Por
ello, vamos a trabajar con las instituciones educativas para que cambien sus políticas disciplinarias
para alinearlas con la adquisición de competencias socioemocionales, donde el énfasis está en
promover "un mejor comportamiento en lugar de castigar la mala conducta". “Las políticas de
tolerancia cero, como las suspensiones, expulsiones y arrestos, como respuesta a la mala conducta
no solo no evitan que estas conductas vuelvan a suceder, sino que también son perjudiciales para
el desarrollo infantil. Este tipo de políticas disciplinarias no promueve el rendimiento escolar y el
clima escolar positivo; por el contrario, promueven la deserción escolar”.
También se requiere un entorno seguro y de apoyo en el hogar. La crianza de los hijos es igual o
más importante que la educación escolar. Los padres y cuidadores pueden proteger a los niños de
las peores consecuencias de los entornos hostiles cuando desarrollan relaciones cercanas y
afectuosas con ellos. La crianza positiva construye esta base sólida con efectos duraderos de por
vida. Los niños que desarrollaron un apego seguro en sus primeros años son más competentes
socialmente, más curiosos, autosuficientes, más tranquilos y más capaces de lidiar con los
obstáculos. Tratar de detener el mal comportamiento en lugar de promover un comportamiento
positivo no contribuye a impulsar el desarrollo infantil. Es por eso que las familias deben confiar en
un enfoque de disciplina respetuosa diseñado para enseñar, practicar y modelar habilidades
sociales y emocionales.
Las comunidades también tienen un papel que desempeñar. Un componente para construir un
cerebro sano es fortalecer las comunidades donde viven los niños. Los vecinos y otros miembros
de la comunidad pueden apoyarse mutuamente para garantizar que todos los niños se desarrollen
en un ambiente seguro y positivo. También pueden ofrecer oportunidades para que los niños y
jóvenes practiquen habilidades socioemocionales. Desde una perspectiva física, un ambiente hostil
e inseguro puede causar estrés tanto en los padres como en los niños. Un espacio público oscuro,
sucio y peligroso aumenta los niveles de estrés de quienes lo usan todos los días. Los espacios
públicos, donde los niños se sienten seguros, tienen el potencial de ayudarlos a desarrollar
habilidades socioemocionales, como resiliencia, responsabilidad, confianza en sí mismos y
creatividad.