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“UNA MIRADA HACIA LA AUTONOMIA UNIVERSITARIA”

En Colombia, la autonomía siempre ha sido considerada como inherente a la


universidad y de carácter legal (Decreto 80 de 1980) y la Constitución Política de
1991 la define, señalándola únicamente para la universidad, pero desarrollándola
legalmente con mayor amplitud en la Ley 30 de 1992, que la predica para la
universidad y las demás instituciones profesionales, técnicas y tecnológicas
(Cadavid, 2006)

Esta evolución de autonomía para las universidades debe ser analizada y


criticada, ya que la autonomía de las mismas existe principalmente para proteger
la libertad académica, logrando entregar a la sociedad el servicio que le es propio,
a saber, descubrir y comunicar el conocimiento de las diferentes ciencias. La
sociedad necesita de una institución que tenga a su cargo generar conocimiento,
diseminarlo y aplicarlo a la solución de problemas, ya que el progreso social
depende de ello. Esa institución es la universidad, pero ella sólo puede
desempeñar su rol propio si se da la condición de libertad de investigación y de
enseñanza que le permite aportar a la sociedad lo que le es propio (Bernasconi,
n.d.)

Libertad relacionada directamente con el uso de la razón, que solo es posible


cuando los seres humanos salgan de la minoría de edad y sean capaces de
servirse de su propio entendimiento sin la guía del otro, con carácter decisivo y
entendimiento por otros (Kant, 1783)

Por lo cual, si se considera que una persona autónoma tiene mayor seguridad en
el planteamiento de sus metas y las tareas a realizar puesto que puede llegar a
ser más analítico y objetivo en el momento de plantear la situación a seguir, para
el desarrollo de sus logros de una manera clara y concisa, mostrando a la
sociedad que las instituciones son creadas por él y pueden ser transformadas por
él, es posible que, ¿La autonomía universitaria influya para el crecimiento y el
desarrollo de la educación?
Se entiende por educación la capacidad que tiene el individuo para su formación
intelectual, moral y afectiva de acuerdo con las culturas y las normas de
convivencia de la sociedad a la que pertenece. Transmitiéndole así conocimiento
para que adquiera una determinada formación y de esta manera tener como
objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana para su convivencia en la
sociedad (El Colombiano, 2019; Ministerio de Educación Nacional de Colombia,
2019)

La educación es un derecho de la persona y un servicio público obligatorio que


tiene una función social, cuya responsabilidad es compartida entre el estado, la
sociedad y la familia. La constitución autoriza que este servicio sea prestado por
particulares, creando y gestionando establecimientos educativos bajo la condición
establecida por la ley y garantizando el cumplimiento de los fines de la educación
y la calidad en la prestación del servicio (Constitución Política de Colombia, 1991)

Es por esto que el estado ha pretendido alcanzar la educación a través de


diferentes medios para que todos tengan derecho a acceder a ella, garantizando la
educación a distancia, la cual se desarrolla en una modalidad de estudio o
proceso de formación independiente, mediada por diversas tecnologías, con la
finalidad de promover el aprendizaje sin limitaciones de ubicación, ocupación o
edad de los estudiantes.

El concepto de la educación virtual surge de manera paralela con el desarrollo de


las tecnologías de la información, en concreto con el desarrollo del internet, que
redefine lo que hasta el momento era llamada la educación a distancia, basada en
medios analógicos como la radio, las cartas, la televisión, casetes y folletos. La
educación a través de los medios virtuales revoluciona el concepto, por que
flexibiliza aún más el acceso y los tiempos para el aprendizaje, con materiales que
están disponibles en cualquier momento y lugar, de acuerdo a las tecnologías
usadas (Arboleda & Rama, 2013; Salazar, 2015)

Según Cornelius Castoriadis, en la base de la idea de autonomía, está la


concepción de que el sujeto y la sociedad crean un mundo para sí y esta creación
implica también la posibilidad de transformarse a sí mismos, entendiéndose por
mundo, una elaboración propia de cada sociedad, donde encuentra sentido a lo
que es, lo que hace y su existencia misma; sociedad creada a través de
instituciones, que se conforman por sistemas simbólicos que establecen la
regulación normativa, funciones y formas de pensar, representar, ser y actuar, que
regulan las relaciones y las prácticas sociales

Construir una sociedad autónoma, requiere de espacios y vínculos de autonomía,


implicando que el colectivo reconozca que las instituciones de la sociedad son
creadas por él y por lo tanto transformables por él, de una manera crítica y
reflexiva, para la formación de sujetos propositivos y creativos (Anzaldúa &
Grajeda, 2010)

Sin embargo, en la actualidad el desarrollo de esa autonomía universitaria, ha sido


mal encaminada hacia empresas que no quieren profesionales pensantes, sino
reproductores, pasivos y consumistas, representando esto un problema para la
autonomía, donde no se valora la tendencia del pensamiento crítico y creativo sino
la acción repetitiva, el sometimiento del empleado y la docilidad, sin darse cuenta
que la reflexión crítica y el actuar autónomo podrían mejorar su actividad
productiva, y la generación de estrategias que aseguren su subsistencia

Además, muchas veces, el gusto por la pereza y la cobardía, hace que en la


actualidad, seres libres, permanezcan a gusto y cómodos como menores de edad
toda la vida, sin tener ningún tipo de esfuerzo para crecer por sí mismos, haciendo
un mal uso de su raciocinio; minoría de edad que puede ser permanente, pero
donde también solo unos pocos puedan lograr la mayoría de edad, gracias a que
esos seres que aun siendo libres, son pensadores autónomos, que hacen uso
público de la razón en todos los asuntos (Anzaldúa & Grajeda, 2010)

De otro modo, el profesional comprometido socialmente se ha extinguió por influjo


de políticas educativas adoptadas por los gobiernos y la religión, que hacen que
aún estemos estancados en el camino de la verdadera libertad y del propio
entendimiento durante el desarrollo de la educación.
¿Cómo influye la política y la religión en el desarrollo de la autonomía
universitaria?

La autonomía universitaria reglamenta la relación entre la academia y aspectos de


la sociedad como lo son la religión y la política. Estos aspectos tienen su juicio y
sus prácticas propias. Pues es así como planteamos la constitución de la
autonomía como una oposición de tres poderes hegemónicos: iglesia, estado y
mercado; ya que la producción de conocimiento y libres creencias aporta al
desarrollo de las naciones, dicha producción que en muchos casos discrepa de
los planes de la iglesia o de los estados, instituciones que por demás concentran
el interés de las élites, no el beneficio de las mayorías.

Por tanto la autonomía de enseñanza y de cátedra es una perspectiva que apunta


como propósito no transformable a la importante labor de producir
conocimiento/pensamiento conforme a los ideales y destinos de los pueblos
latinoamericanos, libre de dogmas, libre por fin frente a las múltiples inquisiciones
que han pretendido enjaular al libre pensamiento.

La entidad puede ser autónoma y de igual manera aspirar a mediar sobre la


política, equiparando beneficios que los políticos no han percibido, vislumbrando
nuevos canales para representarlos y diseñando mecanismos nuevos para
satisfacerlos. Por eso es preciso destacar que la relación entre universidad y
estado es una relación ineludible pero que no puede supeditar el trabajo
académico, investigativo y de producción de conocimiento a los intereses del
mismo estado, como lo dice Boaventura de Sousantos (2007) a propósito de la
autonomía universitaria. “De manera semejante a lo que pasa con el sistema
judicial, donde la independencia de los tribunales no es puesta en discusión por el
hecho de ser financiados por el Estado” (p. 24), Ello involucra una autonomía que
con proyección social, en la soberanía de los pueblos, en los problemas de la
desigualdad y la exclusión social, que se exprese en la libertad de asociación con
otras instituciones a nivel mundial, no por sus relaciones mercantiles sino por las
potencias que pueden encontrarse para responder a las necesidades de la
sociedad.
CONCLUSIONES

Queda claro que el concepto de autonomía evoluciona de acuerdo con la realidad


en la transformación, pero en esa transformación no se debe perder de vista la
esencia de la universidad y la importancia de su autonomía como tal, al contrario
se debe establecer nuevas formas de conceptuar las relaciones y la necesidades
de redefinir los márgenes de libertad que pueden y deben manejar las
universidades para su mantenimiento y desarrollo de la función social.

Es así como la autonomía debe entenderse desde diversos contextos sociales y


económicos, y romper con las nociones esencialistas que han sido formuladas

como resultado de una nueva forma de la política, posicionando a la universidad


como espacio histórico y de conflicto social, en la que es necesario reconocer las
contradicciones y construir el acuerdo, condición que indiscutiblemente, conlleva la
necesidad de estudiar la constitución de los significantes que los actores
universitarios instituyen y sus implicaciones políticas en la conformación del
proyecto universitario desde la teoría de la complejidad, en las dinámicas de
crecimiento organizacional y su capacidad para adaptarse al cambio del
conocimiento...”.

Bibliografía

Anzaldúa, R., & Grajeda, B. (2010). Sujeto , autonomía y formación. Tramas 33


UAM-X, 113–130.

Arboleda, N., & Rama, C. (2013). La educación superior a distancia y virtual en


Colombia: Nuevas realidades. In Asociación colombiana de instituciones de
educación superior con programas a distancia y virtual, ACESAD (Vol. 53).
https://doi.org/10.1017/CBO9781107415324.004

Bernasconi, A. (n.d.). Autonomía universitaria en el siglo XXI: Nuevas formas de


legitimidad ante las transformaciones del estado y la sociedad. University
Autonomy in the Twenty-First Century: New Forms of Legitimation under the
Changes of State and Society, 1–27.

Cadavid, I. (2006). Autonomía Universitaria. Desarrollo e impacto del concepto en


Colombia. Uni-Pluri/Versidad, 5.

Constitución Política de Colombia. (1991).Artículo 67-68

El Colombiano. (2019). Recuperado de https://www.elcolombiano.com/

Kant, I. (1783). Respuesta a la pregunta ¿Qué es la ilustración? Periódico Alemán


Berlinische Monatschrift.

Ministerio de Educación Nacional de Colombia. (2019). Recuperado de


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Salazar, R. (2015). Mitos y realidades de la educación a distancia. Una mirada


arqueológica de sus tensiones. Ponencia. I Coloquio Internacional de
Educación a Distancia y Educación Virtual. Retrieved from
http://www.sergerente.com/content/mitos-y-realidades-de-la-quimioterapia

Santos, B. de Sousa. (2007). La universidad del siglo xxi. La Paz: Cides-umsa.

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