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Guía de

Primeros Auxilios
Introducción

Este manual va dirigido a cualquier tipo de trabajador, ya que aun


cuando hay algunas profesiones u oficios que pueden entrañar mayor
riesgo de accidentes por su especial peligrosidad, estos pueden darse
en cualquier circunstancia dentro del ámbito del trabajo, incluso en el
trayecto al mismo.

Nuestra actuación debe ir encaminada a prevenir las lesiones o, cuando


menos, a conseguir que en caso de accidente las lesiones o sus
consecuencias sean de la menor gravedad posible. Para ello: UTILIZA
SIEMPRE LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD Y DE PROTECCIÓN
PERSONAL NECESARIAS EN TU PUESTO DE TRABAJO.

Una de las premisas fundamentales para un brigadista de primeros


auxilios es actuar con calma y correctamente, haciendo lo posible para
mantener al herido con vida y evitarle daños mayores, hasta que pueda
recibir ayuda médica especializada.

Cuando se produce un accidente laboral ocurre con frecuencia que


quien más cerca está del accidentado es un compañero de trabajo.
Como los primeros instantes, posteriores al accidente, son vitales para
salvar la vida del herido, es muy conveniente que una buena parte de
los trabajadores estén debidamente formados en las técnicas de
primeros auxilios.

Guía de Primeros Auxilios 3


Índice

1.- ¿Qué se entiende por primeros auxilios? .................................. 9


2.- ¿Cómo debemos actuar frente a alguna emergencia? .......... 9
3.- Eslabones de la cadena de socorro ............................................ 11
3.1.- Testigos .................................................................................................
11
3.2.- Teléfonos y telefonistas ..................................................................
11
3.3.- Brigadistas de primeros auxilios .................................................... 12
4.- Material de primeros auxilios y botiquín ................................... 13
5.- Valoración de la víctima .................................................................. 14
5.1.- Sistemas fundamentales del cuerpo humano ....................... 14
5.1.1.- Sistema circulatorio ............................................................ 14
5.1.2.- Sistema respiratorio ............................................................ 15
5.1.3.- Sistema nervioso ................................................................. 15
5.2.- Las funciones vitales ........................................................................ 16
5.3.- Situaciones clínicas ........................................................................... 18
6.- Hemorragias ....................................................................................... 19
6.1.- Concepto de hemorragia ............................................................... 19
6.2.- Tipos de hemorragia ....................................................................... 19
6.3.- Hemorragias externas ..................................................................... 20
6.3.1.- ¿Cómo detener una hemorragia externa? ....................... 20
6.3.2.- ¿Qué hacer ante una hemorragia nasal? .......................... 22
6.4.- Hemorragias internas ...................................................................... 23
7.- Shock ..................................................................................................... 24
7.1.- ¿Cómo reconocer un estado de shock? .................................... 24
7.2.- ¿Qué hacer en caso de shock? ..................................................... 25

Guía de Primeros Auxilios 5


8.- Estados de inconsciencia.
Crisis convulsivas ................................................................................ 25
8.1.- Estados de inconsciencia ................................................................ 25
8.1.1.- Desmayo .................................................................................. 26
8.2.- Crisis convulsivas ................................................................................ 27
8.3.- Otros estados de inconsciencia .................................................... 28
9.- Paro cardio-respiratorio (PCR), reanimación cardio-pulmonar
básica (RCP) ......................................................................................... 29
9.1.- Cadena de supervivencia ................................................................ 29
9.2.- Reconocimiento de la PCR ............................................................. 30
9.3.- Reanimación cardio-pulmonar básica (RCP) ........................... 32
10.- Obstrucción de la vía aérea .......................................................... 34
11.- Heridas ................................................................................................ 36
11.1.- Tipo de heridas leves ..................................................................... 36
11.2.- Limpieza y curas de heridas leves ............................................. 37
11.3.- Heridas graves .................................................................................. 37
11.4.- Amputaciones ................................................................................... 38
39
11.5.- Profilaxis del tétano ........................................................................
11.5.1.- Vacuna antitetánica ............................................................ 39
11.5.2.- Gamma globulina antitetánica ....................................... 40
12.- Quemaduras ..................................................................................... 40
12.1.- Quemaduras térmicas ................................................................... 41
12.1.1.- Valoración según su profundidad ........................................ 41
12.1.2.- Valoración de las quemaduras según su extensión ........ 42
12.1.3.- Valoración según la localización ........................................... 44
12.1.4.- ¿Qué hacer en caso de quemaduras térmicas locales? ... 45
12.1.5.- ¿Qué hacer con el quemado grave (gran quemado)? .... 46

6
12.2.- Quemaduras químicas ................................................................... 47
12.3.- Quemaduras eléctricas .................................................................. 47
12.3.1.- ¿Qué hacer en caso de electrocución? ...................... 48
13.- Fracturas ............................................................................................ 51
13.1.- Tipos de fracturas ............................................................................ 51
13.2.- ¿Cómo reconocer una fractura de una extremidad? .......... 52
13.3.- Actuación en caso de fractura de una extremidad .............. 53
13.4.- Fractura de columna vertebral .................................................... 53
13.5.- Esguinces y luxaciones .................................................................. 55
13.6.- Polifracturado o politraumatizado .............................................. 56
14.- Intoxicaciones .................................................................................. 57
14.1.- Intoxicaciones por ingestión ......................................................... 58
14.2.- Intoxicaciones por inhalación ...................................................... 59
14.3.- Intoxicaciones por contacto ......................................................... 59
15.- Accidentes oculares ....................................................................... 59
15.1.- Cuerpos extraños ............................................................................. 60
15.2- Quemaduras oculares ................................................................... 60
15.3.- Traumatismos oculares .................................................................. 61
16.- Posiciones de espera y de traslado de heridos ..................... 61
16.1.- Posiciones de espera y de traslado ........................................... 63

Guía de Primeros Auxilios 7


1.- ¿Qué se entiende por primeros auxilios?

Los primeros auxilios son la primera ayuda que se le presta al herido antes
de ser asistido por personal de salud y ser trasladado a un centro de salud.

Es una acción local, que se realiza allí donde ha ocurrido el accidente. Debe
prestar esta primera ayuda la persona que se encuentra más cerca del
herido: un familiar, un amigo, un compañero de trabajo, de ahí la importan-
cia de que el mayor número de personas posible tenga las nociones básicas
sobre primeros auxilios.

Hay dos cosas importantes que el brigadista de primeros


auxilios debe conocer:
A qué tipo de accidentes se está enfrentando.
Las ayudas médicas con que cuenta en el lugar donde se encuentra.

A menudo cuando ocurre un accidente la reacción más frecuente es colocar


al herido en un auto, sin saber siquiera qué tiene, y trasladarlo de cualquier
modo a un centro de salud. Esto no es prestar primeros auxilios, solo es
calmar la ansiedad que nos provoca el accidente, trasladando de forma
incorrecta al herido, arriesgando su vida, y en ocasiones, incluso la nuestra.
El traslado es la última etapa de los primeros auxilios y no la única.

2.- ¿Cómo debemos actuar frente a alguna emergencia?

La rápida actuación ante un accidente puede salvar la vida de una persona


o evitar el empeoramiento de las posibles lesiones que padezca.

A nivel laboral, es importante activar el sistema de emergencia. Para ello


se debe tener en cuenta el término P.A.S., que está formado por las inicia-
les de la secuencia que debe comprender la atención al accidentado:

PROTEGER AVISAR SOCORRER

Guía de Primeros Auxilios 9


Proteger
Acercarse para ver qué ha sucedido, qué tipo de accidente ha sido, y si hay o
no heridos. Si los hubiere, antes de actuar, se debe tener la seguridad de que
tanto el accidentado como nosotros mismos estamos fuera de todo peligro.
Por ejemplo, ante un electrocutado, no atenderemos al accidentado sin antes
desconectar la instalación eléctrica o protegernos adecuadamente (guantes y
elementos aislantes, etc.). Otro ejemplo: si ha habido un accidente de tráfico,
la primera medida será señalizar el accidente, incluso parando el tráfico
temporalmente si fuera imprescindible, para evitar que nos atropellen o haya
un segundo accidente.

Avisar
Dar aviso a los servicios médicos sanitarios (médico, ambulancia, etc.) de la
existencia del accidente, y así activaremos el Sistema de Emergencia. Es
muy importante dar la alerta de forma correcta y estructurada. Para ello se
debe tener claro, quién tiene que avisar, cómo tiene que dar el mensaje, y
a quién debe dar el mensaje, ya que muchas veces un error en la forma de
alertar implica la pérdida de la vida del accidentado, por retraso o por la
mala interpretación del mensaje. El número de activación de la Policía para
Emergencias es 105, y el de los Bomberos es 116, aunque puede cambiar
según la comunidad en la que nos encontremos. En su trabajo llame a los
números estipulados por su empresa, inmediatamente después, y en
espera de ayuda, podemos empezar a socorrer.

Número de activación de la Policía para Emergencias es 105, y el de los


Bomberos es 116.

Socorrer
Una vez se ha protegido y avisado, se procederá a ver qué se puede hacer
por el accidentado hasta que llegue un brigadista experimentado o un
médico. Para ello se reconocerán sus signos vitales siempre por este
orden:

1. Consciencia
2. Respiración
3. Pulso

10
3.- Eslabones de la cadena de socorro

Entre la víctima y la atención especializada existe una serie de eslabones


(personas) que deben ser informados, formados y entrenados para
asegurar la rapidez y eficacia de su actuar frente a emergencias y briga-
distas.

3.1.- Testigos
Dada la importancia de esta figura dentro de la organización de los
primeros auxilios, es conveniente que todos los trabajadores estén
informados mediante carteles, charlas, folletos explicativos, entre
otros, sobre la conducta P.A.S. (Proteger, Avisar, Socorrer), anterior-
mente citada.

3.2.- Teléfonos y telefonistas


En algunas empresas un paso obligado para contactar con los
servicios externos es el/la telefonista. De él/ella depende la transmi-
sión rápida, correcta y eficaz de la solicitud de ayuda.

En empresas de tamaño mediano o grande es conveniente instalar


teléfonos estratégicamente situados, y junto a ellos carteles que
indiquen los teléfonos de los servicios de urgencia (Figura 1), por
ejemplo:

• Brigadista más próximo


• Ambulancia
• Médico de urgencia
• Hospital
• Teléfono de emergencia 411 1111
• Bomberos Emergencias y asistencias

• Policía
• Información toxicológica
• Central de emergencia Rimac

Guía de Primeros Auxilios 11


Si en la empresa existiera la figura
de el(la) telefonista encargado(a)
de avisar a los servicios externos, se
le avisará desde estos teléfonos
para que se encargue de realizar
todas las llamadas establecidas.

Qué información se brinda:


1. Lugar
2. Número de heridos Figura 1
3. Tipo de lesión

3.3.- Brigadistas de primeros auxilios


Para decidir el número de brigadistas que debe haber, hay que tener
en cuenta el número de trabajadores, la estructura de la empresa
(superficie, naves, plantas), el tipo de trabajo, los riesgos existentes,
los turnos y la distancia hasta los servicios médicos externos.

Una cifra orientativa para situaciones de riesgo bajo (por ejemplo,


oficinas), sería un brigadista por cada 50 trabajadores por turno. Este
número debería considerarse como mínimo en el resto de situacio-
nes. A veces, es conveniente disponer de dos brigadistas por grupo
de trabajo (por ejemplo, trabajo con máquinas o herramientas
peligrosas).

El brigadista debe estar capacitado para atender situaciones de


emergencia médica, como la pérdida de consciencia, paro cardio-
respiratorio, obstrucción de las vías respiratorias, hemorragia y
shock. Además debe saber atender situaciones consideradas como
de urgencia médica: quemaduras, contusiones, fracturas, heridas,
intoxicaciones, entre otras

El brigadista debe ser voluntario y debe recibir periódicamente


cursos de reciclaje.

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4.- Material de primeros auxilios y botiquín

En cada empresa debe haber, en función de su tamaño, uno o varios


botiquines. El material contenido en los botiquines debe estar ordenado,
ha de ser exclusivamente de primeros auxilios, se deben reponer inmedia-
tamente los productos utilizados y verificar periódicamente las fechas de
caducidad. Es conveniente guardar los prospectos de los productos para
no confundirse.

Antes de describir algunas de las cosas que debe contener un botiquín de


primeros auxilios, hay que aclarar que en caso de heridos graves el
manejo debe estar a cargo de personal de salud, pero hay accidentes
leves que pueden curarse sin necesidad de acudir a un centro de salud
(Figura 2).

Para estos casos es útil el


botiquín, que puede ser de pared
o de tipo maletín, cuya revisión
debe ser encomendada a una
AGUA
OXIGENADA

persona responsable, con la


finalidad de que siempre esté
completo y a punto de ser usado.
Figura 2

Contenido de un botiquín

Material para curaciones:


• Guantes de látex
• Gasas cortadas
• Gasa entera
Agua oxigenada
• Alcohol
• Desinfectantes yodados (por ejemplo, yodo povidona)
• Esparadrapo

Guía de Primeros Auxilios 13


• Apósitos
• Vendas (elásticas)

Instrumental:
• Pinzas
• Tijeras
• Jeringas desechables
• Termómetro

Medicación:
Colirio anestésico
• Analgésico y antitérmicos: ácido acetilsalicílico o paracetamol
• Crema o gel antiinflamatorio para torceduras o "tirones" musculares
• Crema para quemaduras
• Crema para picaduras de insectos
• Manta isotérmica

5.- Valoración de la víctima

Siempre que tras un accidente nos encontremos con que se han produci-
do víctimas o siempre que veamos que alguien cae bruscamente al suelo,
debemos acercarnos a prestar ayuda. Antes de hacer algo debemos saber
el estado en que se encuentra la víctima. Para ello, debemos valorar sus
funciones vitales o, lo que es lo mismo, comprobar el estado de los tres
sistemas fundamentales del cuerpo humano.

5.1.- Sistemas fundamentales del cuerpo humano

5.1.1.- Sistema circulatorio


Está formado por el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre. El
corazón se contrae y expulsa la sangre a los vasos sanguíneos,
después se dilata y se llena nuevamente de sangre.

El corazón se contrae (sístole) y se dilata (diástole) de forma


automática y la sangre circula por los vasos sanguíneos gracias a
estos movimientos. Cuando el corazón deja de funcionar o funciona
de forma incorrecta, deja de circular sangre dentro de los vasos. La
misión de la sangre es transportar el oxígeno que recibe de los

14
pulmones gracias a los vasos pulmonares y repartirlo por los
distintos órganos del cuerpo. Cuando la sangre deja de circular se
producen daños en los diferentes tejidos debido a la falta de oxígeno
(hipoxia).

5.1.2.- Sistema respiratorio


Está formado por la vía aérea y los pulmones. La vía aérea es por
donde pasa el aire hasta llegar a los pulmones. Forman la vía aérea:
la nariz o la boca, faringe, laringe, tráquea y bronquios. La zona más
estrecha de la vía aérea es la entrada a la tráquea. Ahí hay un estre-
chamiento natural formado por las cuerdas vocales, que se cierran
de forma refleja cuando la persona traga, para que no entre ningún
cuerpo sólido ni líquido hacia la tráquea.

La función del sistema respiratorio es la respiración, que tiene dos


etapas:

1. Inspiración: es la fase mediante la cual cogemos aire y este


llega a los pulmones. Del aire que respiramos, lo que se utiliza
es el oxígeno y desde los pulmones se distribuye gracias al
sistema circulatorio, a todos los demás órganos.

2. Espiración: es la fase mediante la cual expulsamos el aire al


exterior del cuerpo.

5.1.3.- Sistema nervioso


Está formado por el sistema nervioso central y el sistema nervioso
periférico.

• El sistema nervioso central está formado por cerebro, cerebelo


y tronco del encéfalo.
• El sistema nervioso periférico lo forman los nervios sensitivos y
motores.

Guía de Primeros Auxilios 15


Una de las funciones del sistema nervioso es la de recoger estímulos
y sensaciones (calor, frío, dolor) y crear una respuesta motora
adecuada. Además, están las funciones intelectivas superiores:
memoria, lenguaje y aprendizaje.

5.2.- Las funciones vitales

Las constantes vitales nos proporcionan datos sobre el funcionamiento de


estos tres sistemas:

1. La consciencia: nos proporciona datos sobre el sistema nervioso


central. Si no hay daño cerebral, la persona estará despierta y su
respuesta a los estímulos externos como el ruido, la luz, el dolor o el
calor, estará presente. Cuando la respuesta a estímulos es vigorosa
indica un buen estado del sistema nervioso central. Si la respuesta es
apagada indica que hay un deterioro o depresión del mismo.

La consciencia se puede evaluar agachándonos al lado del paciente,


agitándolo suavemente de los hombros, y hablándole en voz alta. Si el
paciente se encuentra consciente, abrirá los ojos, se moverá o hablará.

La falta de respuesta a los estímulos, incluidos los estímulos dolorosos,


indica que la persona está inconsciente.

2. La respiración: para evaluar la


respiración se emplean tres
sentidos: la vista, el tacto y el
oído. Nos agacharemos y obser-
varemos si el pecho de la víctima
se expande o no (Figura 3);
colocaremos nuestra mejilla a la
altura de su boca y colocaremos
nuestro oído a la altura de su
Figura 3: Comprobación de la respiración.
nariz, para oír su respiración.

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Mantendremos la espera hasta 10 segundos para determinar si la
víctima respira o no. Si el paciente realiza respiraciones muy profun-
das, irregulares y espaciadas, se denominan "respiraciones agónicas",
y son respiraciones ineficaces, con lo que actuaremos como si el
paciente no respirara.

La frecuencia respiratoria normal en un adulto en reposo es de 12 a 20


respiraciones completas en un minuto.

3. El pulso: nos informa sobre el sistema circulatorio y el funcionamiento


del corazón. El pulso debe ser regular y rítmico, y percibirse con
cierta intensidad. Si tomamos el número de pulsaciones en un
minuto sabremos la frecuencia cardiaca. La frecuencia cardiaca
normal en un adulto en reposo es de 60-100 latidos por minuto.
Cuando el pulso es débil, rápido (más de 100 pulsaciones por minuto)
o no es rítmico, indica que algo está fallando en el sistema.

El pulso debe tomarse con dos dedos; el índice y el medio. Con el índice
se presiona la arteria contra el hueso
y, con el corazón, se percibe el pulso.
Hay distintos puntos donde puede
tomarse el pulso. Cuando el punto
donde tomamos el pulso está
alejado del corazón estamos toman-
do un pulso periférico (ej. pulso
radial). Si la zona donde tomamos el 1º) Palpa la nuez.
pulso está próxima al corazón el
pulso es central (ej. pulso carotí-
deo). El pulso periférico desapare-
ce cuando la presión sanguínea o
tensión arterial es baja. Esto nos
puede hacer pensar, de forma
errónea, que el corazón se ha parado. 2º) Desliza los dedos al surco
que hay junto a la misma.
Por ello, solo se debe utilizar el pulso
periférico en personas que se Figura 4: Control del pulso carotídeo central.
encuentren conscientes.

Guía de Primeros Auxilios 17


RECUERDA:
En situaciones de emergencia debe tomarse siempre el pulso
central (pulso carotídeo), ya que este no desaparece en
condiciones de baja presión sanguínea.

5.3.- Situaciones clínicas

Tras la valoración de las constantes vitales podemos encontrar tres


situaciones clínicas diferentes:

Víctimas conscientes
Víctimas inconscientes con respiración
Víctimas inconscientes sin respiración

HERIDOS CONSCIENTES

Comprobar si hay hemorragias y controlarlas.
COMPROBAR Vigilar constantes.
1 CONSCIENCIA Aflojar ropas y abrigar.
No Pedir ayuda.

HERIDOS INCONSCIENTES

Comprobar si hay hemorragias y controlarlas.


Sí Abrir vía aérea.
COMPROBAR Aflojar ropas y abrigar.
2 RESPIRACIÓN Si no es un politraumatizado; posición
de seguridad (página 27).
No Pedir ayuda.

PARO CARDIO-RESPIRATORIO
Pedir ayuda. Iniciar reanimación cardiopul-
monar:
1 Brigadista 2 respiraciones
o
2 Brigadistas 30 compresiones
Cada 4 ciclos, control del pulso.

Figura 5: Constantes vitales. Situaciones clínicas.

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6.- Hemorragias

6.1.- Concepto de hemorragia

El sistema circulatorio está formado por el corazón, los vasos sanguíneos


y la sangre. El corazón bombea la sangre para que circule dentro de los
vasos. Cuando un vaso sanguíneo se rompe y la sangre se vierte al
exterior del mismo, se produce una hemorragia.

6.2.- Tipos de hemorragia

Las hemorragias pueden clasificarse de distintas formas:

1. Según veamos o no salir la sangre al exterior del cuerpo las


hemorragias pueden ser:

• Externas. Se produce cuando, además de romperse el vaso sanguíneo, se


corta la piel, y la sangre se vierte al exterior del cuerpo. Vemos la sangre.
• Internas. Cuando se rompe el vaso sanguíneo sin llegar a romperse la
piel y no vemos salir la sangre al exterior del cuerpo.

2. En el sistema circulatorio hay tres tipos de vasos sanguíneos. Según


el tipo de vaso que se rompa, las hemorragias pueden ser:

• Capilares. Si se rompe un vaso capilar.


• Venosas. Si lo que se rompe es una vena.
• Arteriales. Cuando se rompe una arteria.

3. Dependiendo de que la pérdida de sangre se realice de forma súbita


o progresiva, las hemorragias pueden ser:

• Agudas. Cuando la sangre se pierde muy rápidamente. Suelen producir-


se en accidentes. Cuando se pierde mucha cantidad de sangre muy
rápidamente, hay gran riesgo de shock.
• Crónicas. Cuando la pérdida de sangre es de forma lenta y progresiva en
el tiempo. Suelen producirse en enfermedades.

Guía de Primeros Auxilios 19


A igual cantidad de sangre perdida, siempre es más grave que se pierda
de forma súbita, ya que cuando se pierde sangre en el plazo de días o
incluso meses, a la persona le da tiempo de adaptarse a la pérdida.

RECUERDA:
La gravedad de la hemorragia depende de dos factores: la
cantidad de sangre perdida y lo rápido que se pierda.

6.3.- Hemorragias externas

Las hemorragias externas pueden ser capilares, venosas o arteriales. Las


hemorragias capilares se producen en todas esas heridas leves en las
que se rompe o se corta la piel y tienen un sangrado por rebosamiento
("sangrado en sábana"). En ese caso solamente hay que lavar y desinfec-
tar la herida y, de ser necesario, acudir a un centro de salud para la sutura
de la piel.

En cuanto a las hemorragias externas venosas o arteriales, se producen


cuando además de cortarse la piel se corta una vena o arteria, o incluso
en ocasiones pueden cortarse los dos vasos a la vez. La herida no para
de sangrar, la sangre sale con fuerza, a presión, a través de la herida y
perpendicular a la piel. En esos casos hay que actuar rápidamente para
evitar que se pierda mucha cantidad de sangre. En la práctica no es nece-
sario diferenciar una hemorragia arterial de una hemorragia venosa
(además de que muchas veces es prácticamente imposible), ya que las
medidas a tomar son siempre las mismas.

6.3.1.- ¿Cómo detener una hemorragia externa?


Todas las medidas van encaminadas a que la persona pierda la
menor cantidad de sangre y lo más lento posible. Para ello, actúa por
este orden:

20
1º) Presionar directamente
la herida con gasas,
pañuelos, trozos de tela,
etc. (Figura 6). Si no tiene
nada puede presionar
con la mano o el puño.

2º) Poner, siempre que sea


posible, la herida más
alta que el corazón. Figura 6: Presionar directamente la herida con
un apósito (gasas, pañuelos, trozos de tela,
Esto hará que la sangre etc.) y poner el miembro herido, siempre que
tenga que vencer la grave- sea posible, más alto que el corazón.

dad para llegar al punto


donde está la herida, haciendo más difícil el sangrado. En heridas en
la extremidad superior, sienta a la persona y eleva su brazo. En la
extremidad inferior, recuéstalo y elévale la pierna.

3º) Hacer un vendaje compresivo de la herida manteniendo el


relleno que habíamos puesto para taponar y vendando encima con
vendas o telas.

4º) El Torniquete. Hasta ahora hemos descrito las medidas que no son
agresivas y, por lo tanto, no conllevan riesgo para la persona. El
torniquete es una medida agresiva y solo debe ser utilizado en
caso de que el beneficio que aporte sea mayor que el riesgo
que conlleva, es decir, en caso de que la hemorragia sea tan
abundante como para comprometer la vida de la persona. El
torniquete debe usarse en caso de amputaciones graves (no en el
caso de un dedo, sino en amputaciones más importantes).

La técnica correcta para aplicar un torniquete es utilizar siempre algo


ancho, de unos 6 centímetros (puede ser un pañuelo, una corbata, una
tela, etc.). No debe ser elástico, es decir, no sirve poner una liga, ya que
esto no cortaría el paso de sangre arterial y sí haría difícil el retorno
venoso, favoreciendo la acumulación de sangre por debajo de la liga y, en
consecuencia, aumentaría el sangrado (Figura 7).

Guía de Primeros Auxilios 21


Nunca se aflojará un torniquete una vez colocado y se indicará la hora
exacta de colocación para que el personal de salud evalúe la actuación.

Es conveniente anotar en una zona visible la hora en que se ha puesto el


torniquete.

6.3.2.- ¿Qué hacer ante una hemorragia nasal?


La hemorragia por la nariz puede producirse de manera espontánea
o tras un traumatismo nasal. Cuando se produce espontáneamente
suele ser por sequedad de la mucosa nasal que entonces se agrieta
fácilmente y sangra.

Para detener la hemorragia basta con presionar con un dedo el


ala de la nariz contra el tabique nasal del orificio que esté
sangrando, la cabeza se mantiene en su posición normal. Si tras
unos minutos de presión la hemorragia continúa, se realizará un
taponamiento nasal utilizando para ello una gasa impregnada en
agua o suero fisiológico (sauna). La gasa debe presionar el interior
de la mucosa nasal y no solo absorber o empapar la sangre. Una vez
taponada la nariz no se debe retirar el tapón antes de 1 o 2 horas.

Si la hemorragia se produjo por un traumatismo y se observa alguna


deformación en la nariz, debe acudirse a un centro de salud para su
valoración.

AA B
B
A Almohadillado.

B Anudamiento de la
venda.
C D
D
C Torcimiento de la
venda.

D Amarre del rotor.

Figura 7: Aplicación de un torniquete.

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6.4.- Hemorragias internas

Al igual que las externas pueden ser capilares, venosas o arteriales.

Capilares. Cuando ante un traumatismo con un objeto se rompen los


pequeños vasos que hay debajo de la piel y se forma un hematoma o
"cardenal". Ejemplo: tras un puñetazo.

RECUERDA:
En caso de hematoma debe ponerse una bolsa de hielo cubierta
por una tela, usarlo por 10 o 15 minutos y repetir 3 o 4 veces al día
sobre la piel, que al producir una contracción de los vasos sanguí-
neos, hace que el hematoma que se está formando sea menor.

Hemorragias internas venosas o arteriales. Se pueden producir en fuertes


golpes abdominales, en caídas al vacío, accidentes de tráfico, cuando se
rompe una víscera abdominal, etc. Afectan frecuentemente a las vísceras
macizas, no deformables, como el hígado, el bazo o los riñones que se
rompen por estallido ante fuertes presiones. Las vísceras huecas como el
estómago o intestino, no suelen romperse por ser fácilmente deformables.
Solo se rompen en caso de estar llenas.

Se debe sospechar la existencia de una hemorragia interna cuando, tras


un accidente de los descritos anteriormente, aparecen los siguientes
síntomas:

• Palidez
• Frialdad
• Somnolencia o disminución del nivel de consciencia
• Taquicardia > 120 latidos/minuto y pulso muy débil

Todos estos síntomas deben hacernos pensar en la existencia de SHOCK y, en


consecuencia, pedir ayuda médica de emergencia si no se ha hecho antes.

Guía de Primeros Auxilios 23


7.- Shock

Es un estado clínico muy grave al que se llega ante una agresión importante
al cuerpo humano, bien sea por accidente o por enfermedad. Las causas más
frecuentes que pueden desencadenar un shock en caso de accidente son:

• Hemorragias. Tanto externas como internas. Cuando se ha perdido


más del 30% de volumen sanguíneo hay riesgo de shock.

• Quemaduras. En grandes quemaduras también se pierde mucha


cantidad de líquidos por la ausencia de piel.

• Politraumatizado. Cuando se destruyen gran cantidad de tejidos, se


liberan muchas toxinas que pueden hacer entrar a la persona en estado
de shock.

En cualquier caso lo que se produce es una alteración importante en el


sistema circulatorio, que se caracteriza por una disminución de la
presión sanguínea y un aumento de la frecuencia cardiaca.

7.1.- ¿Cómo reconocer un estado de shock?

Existe shock cuando una persona, tras un accidente grave en el que se han produ-
cido hemorragias, fracturas o quemaduras, presenta los siguientes síntomas:

• La piel se pone pálida, fría y pegajosa.

• El nivel de consciencia va declinando con disminución de la respuesta


a estímulos externos; respuesta lenta y apagada.

• El pulso se hace muy débil, a veces desaparecen los pulsos periféricos


(en la arteria radial). Es además, más rápido de lo normal, suele ser
mayor de 100 o 120 latidos por minuto.

• La respiración se hace más lenta y superficial, a veces irregular.

24
7.2.- ¿Qué hacer en caso de shock?

Pide ayuda de asistencia médica de emergencia y, mientras llega, mantén a la


persona echada, aflójale las ropas para mejorar la circulación y abrígalo con
mantas o ropas para evitar que pierda calor. No le des nada por vía oral. Si la
persona pidiera agua, mójale los labios con un pañuelo húmedo (Figura 8).

Figura 8: En caso de shock: posición plana del cuerpo, boca arriba, con las piernas
sobreelevadas.

8.- Estados de inconsciencia. Crisis convulsivas


8.1.- Estados de inconsciencia

Se llama pérdida de conocimiento, pérdida de consciencia o estados de


inconsciencia, a aquellas situaciones en las que la persona se encuentra
desconectada del mundo exterior y no da respuesta a ningún estímulo. Se
debe comprobar la presencia de respiración, ya que su ausencia nos lleva a
iniciar maniobras de reanimación.
Hay distintas situaciones en las que podemos encontrar a una persona
inconsciente.

• Sin que se produzca un accidente previo:


- Desmayo
- Crisis convulsivas
- Infarto de corazón
• Tras un traumatismo o accidente podemos encontrar un herido
inconsciente.

Guía de Primeros Auxilios 25


8.1.1.- Desmayo
El desmayo o lipotimia se produce frecuentemente por una bajada
brusca de la presión sanguínea. La sangre sale del corazón sin fuerza
para vencer la gravedad y no llega en cantidad suficiente al cerebro,
lo que provoca la caída de forma repentina de la persona al suelo.

Si nos encontramos con una persona que está tendida en el suelo,


inmóvil, con los ojos cerrados o entreabiertos y en blanco, con cierta
palidez en la cara y frialdad pegajosa en las manos, y que no respon-
de a ningún estímulo, es decir, no contesta ni se queja si lo pellizca-
mos, comprobaremos su respiración, para tener la certeza de que es
un desmayo. Si está presente la respiración, trata de que la persona
recobre nuevamente la consciencia:

1. Mejora su circulación sanguínea; aflójale la ropa, cinturón,


corbata, sujetador, y elévale las piernas unos 45° (Figura 9).

2. Mejora su respiración abriendo su vía aérea. Si tuviera


objetos visibles en la vía aérea, retíralos.

Figura 9: En el desmayo elévale las piernas unos 45° y aflójale las ropas.

26
RECUERDA:
En el desmayo solo tienes que:

• Aflojar las ropas.


• Subir las piernas unos 45°.
• Abrir vía aérea y limpiar la boca.

Si a pesar de estas maniobras la persona no recobra la consciencia en


pocos minutos, pide ayuda médica y, mientras llega, ponlo en
posición de seguridad, controlando periódicamente sus signos
vitales.

La posición de seguridad consiste en tumbar a la persona de lado


para que, en caso de que vomite o expulse sangre o secreciones de
la boca, no se atragante (Figura 10).

Figura 10: Posición de seguridad.

8.2.- Crisis convulsivas

Estas crisis pueden darse en enfermos epilépticos. La epilepsia es una


enfermedad neurológica producida por una lesión cerebral y que, en
algunos casos, puede provocar crisis convulsivas potentes, llamadas
comúnmente "ataques epilépticos".

Cuando alguien sufre un "ataque epiléptico", cae de golpe al suelo con


pérdida de consciencia y potentes contracciones generalizadas de los
músculos de su cuerpo.

Guía de Primeros Auxilios 27


La persona está inconsciente, tendida en el suelo, pero no inmóvil, con
los ojos cerrados o entreabiertos y en blanco, la boca muy frecuentemen-
te aparece cerrada y sufre sacudidas en brazos y piernas.
Las convulsiones son movimientos repetitivos e involuntarios.

Actuaremos de la siguiente manera:

Pide ayuda médica. Un "ataque epiléptico" nunca se sabe


cuánto puede durar y, aunque recupere la consciencia, es
aconsejable que sea visto en un centro de salud.

8.3.- Otros estados de inconsciencia

Tras un accidente, la persona puede quedar inconsciente. Hay dos tipos de


accidentes en los que esto puede ocurrir:

• Traumatismo craneal: cualquier golpe en la cabeza puede provocar


una pérdida de consciencia que puede durar desde unos minutos a
horas. Si tras un golpe en la cabeza la persona queda inconsciente,
mantenla inmóvil, tendida en el suelo, aflójale las ropas y abre la vía
aérea. Si no recobra la consciencia pide ayuda sanitaria y colócala en
posición de seguridad. Si se recobra, trasládala a un centro de salud.

Todo golpe en la cabeza que se acompaña de pérdida de consciencia,


aunque sea de pocos minutos de duración, debe ser visto en un centro
de salud.

• Politraumatizados: son accidentados que han sufrido múltiples golpes


en distintas partes de su cuerpo, generalmente por un gran accidente
(accidentes de tráfico, caídas desde alturas). En estos casos primero
pide ayuda médica de emergencia y, sin moverlo, revisa sus signos
vitales; si están presentes, afloja sus ropas y abrígalo hasta que
llegue la ayuda médica.

28
9.- Paro cardio-respiratorio (PCR), reanimación
cardio-pulmonar básica (RCP)

Se define la paro cardio-respiratorio (PCR) como el cese brusco e inespe-


rado de la circulación y respiración espontáneas, que llevan a la falta de
circulación y oxigenación del cerebro. En esa situación, la persona se
queda inconsciente y no respira, con lo que de no actuar rápidamente,
sufrirá secuelas muy graves o fallecerá.

Existen dos grandes grupos de causas de PCR:

• Causas cardiacas, por ejemplo, el infarto agudo de miocardio, que


suponen un 90% de las PCR.
• Causas respiratorias, por ejemplo, el ahogamiento o los cuerpos extra-
ños en la vía aérea.

9.1.- Cadena de supervivencia

Cuando se produce una situación de PCR, existen una serie de eslabones


para intentar aumentar la supervivencia en estos casos. La cadena de
supervivencia consta de 4 eslabones (Figura 11).

• Reconocimiento de la PCR y activación del Sistema de Médico (116)


Bomberos o central de emergencias de su centro laboral.
• Inicio de la RCP básica.
• Desfibrilación precoz.
• RCP avanzada, que se lleva a cabo por personal médico.

Guía de Primeros Auxilios 29


Figura 11: Cadena de supervivencia.

9.2.- Reconocimiento de la PCR

Antes de acercarnos a la víctima, comprobaremos que el entorno es


seguro, tanto para nosotros como para ella, y si no lo fuera, actuaremos
antes sobre ello.

Después, nos acercaremos, y comprobaremos su nivel de consciencia.


Si el paciente se mueve, abre los ojos o responde, se encuentra conscien-
te, lo que nos indica que respira.

Si el paciente se encuentra inconsciente, pediremos ayuda a las personas


que se encuentran en nuestro entorno. Colocaremos, además, a la perso-
na recostada boca arriba, con los brazos y piernas estiradas sobre una
superficie dura.

Si el paciente se encuentra inconsciente, se produce una obstrucción de


la vía aérea por pérdida del tono muscular, y el siguiente paso sería la
apertura de la vía aérea mediante la maniobra de frente-mentón si se
descarta lesiones en el cuello (Figura 12). Para ello situaremos una mano
en la frente del paciente y otra en el mentón, y tiraremos de la cabeza
hacia atrás para retirar la lengua, movimiento que se conoce como
hiperextensión.

30
Tras abrir la vía aérea, comprobaremos la respiración. Para comprobar la
respiración utilizaremos tres sentidos, es decir, la respiración se ve, se
siente y se oye. Para ello nos agacharemos a la altura de la cara, y median-
te la vista, veremos si se expande o no el tórax, colocaremos la mejilla a la
altura de su boca para sentir la respiración, y la oreja a la altura de su nariz
para escuchar la respiración.

Debemos considerar que la respiración agónica, respiración profunda y


espaciada (como el pez fuera del agua), no es una respiración eficaz, y el
paciente está en parada respiratoria. Un paciente inconsciente y sin
respiración eficaz, siempre lo consideraremos en paro cardio-respiratorio.

Si el paciente está inconsciente, pero respira, lo colocaremos en posición


lateral de seguridad (capítulo 8.1.).

Una vez comprobada la PCR, se llamará a la central de Emergencia.

PASO OBSTRUIDO POR LA LENGUA


EN UNA PERSONA INCONSCIENTE

Figura 12: Apertura de la vía aérea: maniobra frente-mentón.

Guía de Primeros Auxilios 31


9.3.- Reanimación cardio-pulmonar básica (RCP)

A la RCP básica se le define inicialmente como aquellas maniobras que


realiza el equipo reanimador sin uso de fármacos y equipos auxiliares.
El objetivo no es recuperar la circulación y respiración eficaz, sino mante-
ner la circulación y oxigenación cerebral hasta que venga la asistencia
especializada. Sin embargo, sin la RCP básica bien realizada, el resto de las
maniobras resultan inútiles, o el daño cerebral es mucho más grave, con
lo que su importancia es fundamental.

1. Una vez comprobado el PCR, iniciaremos la RCP mediante el masaje


cardiaco. Para realizar el masaje cardiaco de forma correcta nos situare-
mos en posición vertical sobre el tórax del paciente. Apoyaremos la parte
posterior de la palma de una mano sobre el tercio inferior del esternón,
con la otra mano entrelazada y por encima (Figura 13). Los codos han de
estar estirados, y los hombros han de formar un ángulo ideal de 90°
sobre el esternón. Aplicaremos presión hacia abajo, de forma uniforme,
para comprimir el corazón entre esternón y columna, y producir el
bombeo de sangre. La fuerza aplicada ha de hundir en un tercio la altura
del tórax, y hay que dejar que vuelva a su posición inicial de forma
pasiva. La fuerza a aplicar la produce la cintura, no los brazos. El ritmo de
masaje es de 100 por minuto, y en ciclos de 30 compresiones.

Figura 13: Masaje cardiaco: coloca una mano sobre otra y entrelaza
los dedos para evitar que estos se apoyen sobre las costillas.

32
2. Ventilación artificial. Para realizar la ventilación artificial utilizaremos la
ventilación boca a boca. Sellaremos la boca de la víctima con la nuestra,
pinzaremos su nariz, y manteniendo la vía aérea abierta, insuflaremos
aire (Figura 14). La insuflación no debe ser muy fuerte, para evitar que
el aire vaya al estómago. Debemos esperar a que salga el aire antes de
dar una segunda insuflación. Se intercalan 2 insuflaciones por cada 30
compresiones torácicas, con lo que el ritmo es de 30 compresiones
por cada 2 insuflaciones.

El personal médico especializado, para


1
realizar la ventilación artificial, emplea
una cánula de Guedel (Figura 15) o tubo
de mayo, y la bolsa de reanimación
(idealmente con reservorio) (Figura 16).
La cánula de Guedel es un tubo de plásti-
co que nos mantiene la apertura de la vía
aérea, reteniendo a la lengua en su 2
posición. La medida adecuada de la
cánula de Guedel es la que va desde la
comisura de los labios al ángulo mandi-
bular. Para su inserción, inicialmente se
introduce con la concavidad hacia arriba,
para luego girar 180°. Tras insertar la
cánula de Guedel, ventilaremos con la 3
bolsa de reanimación, que debe estar
conectada a una toma de oxígeno con
altos flujos, e idealmente llevar reservo-
rio. Para su uso correcto, una mano
sujeta la mascarilla, mediante la técnica
de C: el dedo pulgar se sitúa en la nariz,
el índice en el mentón, mientras que los Figura 14: Respiración boca a boca.
tres restantes sujetan el ángulo mandibu-
lar, a la vez que se realiza una presión uniforme hacia abajo. Es impor-
tante una técnica correcta para evitar fugas (opciones incorrectas). La
otra mano presiona la bolsa de forma uniforme, durante un segundo y
medio-dos segundos, observando la expansión correcta del tórax.

Guía de Primeros Auxilios 33


Continuaremos con las compresiones e insuflaciones sin parar hasta
que la víctima comience a respirar, o llegue una ambulancia. Si existe
un desfibrilador (externo automático – DEA) en nuestra instalación,
podemos solicitarlo siempre y cuando sepamos su funcionamiento o
si estamos capacitados.

Figura 15: Cánula de Guedel. Figura 16: Bolsa de reanimación.

10.- Osbtrucción de la vía aérea

La vía respiratoria y digestiva coincide en su parte superior, pero existe un


mecanismo que evita el paso de alimentos a la vía aérea. Si este mecanismo
no funciona bien, se produce el atragantamiento.

El atragantamiento u obstrucción de la vía aérea puede ser de


dos tipos:

Obstrucción incompleta, cuando la víctima puede hablar o toser. El


brigadista no debe realizar maniobras, únicamente le animará a toser
hasta que expulse el cuerpo extraño.

Obstrucción completa, cuando la víctima no puede hablar ni toser. Se ha


de actuar inmediatamente, ya que en caso contrario el paciente no
respira, y llevará a PCR.

34
En un caso de obstrucción completa, se
puede realizar una maniobra inicial que
permita colocar a la víctima con el tronco
ligeramente inclinado hacia delante, y
darle 5 golpes fuertes entre las escápulas
con la palma de la mano abierta (Figura
17). Si antes de llegar a la quinta palmada
se ha expulsado el cuerpo extraño, parare-
mos las maniobras sin dar más golpes.

Si los golpes interescapulares no han


funcionado, iniciaremos las compresiones
abdominales (también conocido como
maniobra de Heimlich). Nos situaremos
por detrás del paciente y rodearemos su
cintura con nuestros brazos (Figura 18). Figura 17: En caso de atraganta-
Colocaremos un puño entre ombligo y miento, dale 5 golpes secos
entre los omóplatos.
esternón, en la boca del estómago, y
colocaremos la otra mano sobre el puño.
En esa posición, tiraremos de forma intensa hacia arriba y hacia nosotros,
con el objeto de que el aire en los
pulmones salga hacia arriba, y
expulse el cuerpo extraño. Se
realizarán hasta 5 golpes abdomi-
nales si fueran necesarios para
expulsar el cuerpo extraño.

Si el paciente se encuentra incons-


ciente o se queda inconsciente,
actuaremos como si fuera una paro
cardio-respiratorio, tal y como se
explica en el capítulo anterior.
Figura 18

Guía de Primeros Auxilios 35


11.- Heridas
La piel es un tejido continuo que
cubre toda la superficie del
cuerpo, solo se interrumpe en los
orificios naturales: boca, nariz,
oídos, etc. Cuando la piel se
rompe por un traumatismo se
producen heridas (Figura 19).
Figura 19: Cuando la piel se rompe se producen
heridas.
Si solo se rompe la piel y el tejido
graso que hay debajo, se consideran heridas leves. Cuando además de la
piel se lesionan otras estructuras tales como músculos, tendones, vasos o
incluso vísceras, son heridas graves.

11.1.- Tipo de heridas leves

Según el mecanismo por el que se rompe la piel, se va a producir un tipo


de herida u otro.

1. Erosiones. Se producen al rozar o arrastrar la piel contra una super-


ficie rugosa. Son heridas que generalmente no sangran mucho,
aunque suelen estar muy contaminadas.

2. Heridas cortantes. Se producen cuando algo que tiene filo incide


sobre la piel, cortándola. También se llaman cortes. Son lineales, de
bordes lisos, como un ojal en la piel. Sangran por rebosamiento,
"sangrado en sábana", la sangre resbala sobre la piel.

3. Heridas punzantes. Se producen por objetos con más longitud


que ancho. Ej.: heridas por clavos, espinas, agujas, etc.

36
11.2.- Limpieza y cura de las heridas leves

Lo primero que se debe hacer es lavar la piel con agua y jabón para
retirar la suciedad. Después desinfectar la herida con agua oxigenada y
gasas, desde el centro hacia los bordes. Si la herida no supura o no cola
en una superficie de roce, es mejor dejarla secar al aire y al sol. Si no,
puede cubrirse con gasas durante las actividades diarias y dejarla al aire
en las horas de reposo.

Las heridas incisas o cortantes, después de desinfectadas, es conveniente


cubrirlas con una gasa y acudir a un centro donde se realice la sutura de
la piel.

11.3.- Heridas graves


Se produce una herida grave cuando, además de romperse o cortarse la
piel, se dañan otras estructuras importantes que hay debajo, como por
ejemplo:

1. Heridas en las que bien por su profundidad o por su localiza-


ción se rompe un vaso importante, una vena o una arteria. Nos
enfrentamos a una hemorragia grave (ver apartado 6).

2. Heridas en las que salen los huesos al exterior de la piel. Son


fracturas abiertas. En estos casos solo hay que cubrir la herida con
una gasa e inmovilizar la fractura.

3. Heridas penetrantes en el tórax. Pueden perforar un pulmón, esto se


nota porque sale aire a través de la herida cuando la persona hace una
inspiración forzada. Cubre la herida con algo que impida entrar o salir
aire. Si hay dificultad para respirar, mantén al herido semisentado.

4. Heridas penetrantes en el abdomen. Pueden dañar alguna


víscera abdominal. Si sale algo a través de la herida no lo introduz-
cas, cúbrelo con algo limpio y coloca al herido boca arriba con las
piernas flexionadas.

Guía de Primeros Auxilios 37


RECUERDA:
Que las heridas graves no hay que desinfectarlas ni limpiarlas,
simplemente cubrirlas con una gasa o tela limpia y trasladar al
herido para que sea atendido en un centro de salud.

11.4.- Amputaciones

Un tipo de amputaciones frecuente en el medio laboral son amputaciones


de algún dedo de la mano producidas por atrapamientos con máquinas.
Cuando ha habido una gran destrucción de tejidos por arrancamiento,
aplastamiento o estallido, no es posible el reimplante, pero si el corte ha
sido limpio, sí puede realizarse con bastantes posibilidades de éxito.

En caso de que se produzca la amputación de algún dedo se pondrá un


vendaje compresivo de la herida, manteniendo esta elevada por encima
del nivel del corazón. Se buscará la parte amputada y se envolverá en una
gasa o tela limpia y, a continuación, se meterá en una bolsa de plástico que
se cerrará con un nudo y se meterá a su vez en
otra bolsa con agua y con hielo (Figura 20). A

No debe ponerse el hielo en contacto direc-


to con la parte amputada ya que esta se
congelaría y no podría implantarse.
B

En amputaciones incompletas poner una férula


o tablilla de apoyo para evitar que se produzca
la amputación completa. Poner encima una
venda que sujete el dedo a la tablilla. C

Figura 20: Amputaciones. Recogidas de un miembro amputado:


A Gasa estéril B Bolsa C Bolsa con
impermeable hielo
(plástico)

38
A veces en grandes accidentes se producen amputaciones más amplias que
pueden afectar a una extremidad. En estos casos lo primero es pedir ayuda
de emergencia y mientras llega, si la hemorragia es abundante, colocar un
torniquete en la raíz de la extremidad. Respecto a la parte amputada, la
conservación y traslado sería igual que en el caso de un dedo.

11.5.- Profilaxis del tétano:

Es el conjunto de medidas que deben tomarse para prevenir la enferme-


dad del tétano.

11.5.1.- Vacuna antitetánica


La vacuna antitetánica es una protección que se le confiere a la perso-
na frente a la infección por el bacilo tetánico, es decir, frente al tétano.
El tétano es una enfermedad muy grave con una alta tasa de mortali-
dad. Además, deben ponerse la vacuna las personas que no están
correctamente vacunadas y sufren una herida con riesgo de producir
infección, o aquellas que nunca han sido vacunadas.

Son heridas con riesgo: las mordeduras, quemaduras y heridas


punzantes y, además, cualquier herida por leve que sea si se produ-
ce en un ambiente muy contaminado.

D U R A C I Ó N V A C U N A
1 MES 1 AÑO 5 / 10 AÑOS
A D M I N I S T R A C I Ó N VA C U N A

PRIMERA
DOSIS
1 MES

SEGUNDA
DOSIS
1 AÑO

TERCERA
DOSIS

Figura 21: Pauta de vacunación antitetánica.

Guía de Primeros Auxilios 39


Se recomienda el empleo de dicha vacuna en trabajadores que
estén en contacto con la tierra o con animales como agricultores,
ganaderos, jardineros, etc., los que estén en contacto con aguas
negras y los que estén especialmente expuestos a sufrir lesiones
traumáticas como trabajadores de la construcción, mecánicos, etc. La
administración de la vacuna se realiza en dosis y la duración de la
inmunidad depende de la dosis (Figura 21).

La primera dosis tiene una duración de un mes. La segunda dosis se


pone al mes y dura un año. La tercera dosis se administra al año, y
dura un mínimo de 10 años. No se recomiendan nuevas vacunacio-
nes hasta los 65 años.

11.5.2.- Gamma globulina antitetánica


La gamma globulina sirve para aumentar las defensas frente a la
infección siempre que una persona ya haya sido vacunada, es decir, la
gamma globulina no sirve por sí sola, es un refuerzo de la vacuna.

Puede ponerse a la vez que se administra la primera dosis de la vacuna


en heridas de mucho riesgo de padecer la infección o en heridas de
moderado riesgo en personas que nunca han sido vacunadas.

12.- Quemaduras
Se llaman quemaduras a las lesiones que aparecen en la piel tras la
exposición al calor, aunque también hay otras causas de quemaduras.

Hay tres tipos de quemaduras según las causas que las producen:

1. El calor. Es la causa más frecuente. Hay dos tipos de calor:


• Calor seco: el sol, sólidos o metales calientes y el fuego.
• Calor húmedo: líquidos calientes y vapor de agua.
Estas quemaduras producidas por calor se llaman TÉRMICAS.

2. Sustancias químicas. Son las menos frecuentes. Hay dos tipos


de sustancias químicas:
• Ácidos fuertes: ácido sulfúrico, clorhídrico, etc.
• Bases fuertes: soda cáustica, potasa cáustica, etc.
Este tipo de quemaduras se llaman CÁUSTICAS.

40
3. Electricidad. Hay dos formas distintas de electricidad que
pueden causar quemaduras:
• Natural: un rayo.
• Artificial: instalaciones eléctricas de alta y baja tensión.
Este tipo de quemaduras se llaman ELÉCTRICAS.

12.1.- Quemaduras térmicas

Son todas las lesiones producidas por efecto del calor. Pueden tener lugar
tanto en el medio doméstico como en el medio laboral, y su valoración
dependerá de su profundidad, extensión o localización.

12.1.1.- Valoración según su profundidad


La profundidad de la quemadura siempre depende de dos factores:
de la intensidad del calor y del tiempo de exposición al mismo
(cuanto más intenso sea el calor y mayor el tiempo de exposición,
más profunda será la quemadura).

Figura 22: Las quemaduras son el resultado de una transferencia de energía desde el
agente productor al organismo. La consecuencia es la destrucción más o menos profunda
de la piel y de los tejidos subyacentes. Esta destrucción depende de la capacidad del
agente causal, del tiempo de exposición y de las circunstancias de cada accidente.

Guía de Primeros Auxilios 41


Según su profundidad las quemaduras pueden clasificarse (Figura 22):

1er. grado. Se producen cuando solo se quema la primera capa


que hay en la piel: la epidermis. La lesión que aparece en estos
casos es un enrojecimiento de la piel, levemente doloroso. Ejem-
plo: eritema solar.

2do. grado. Si el calor continúa en contacto con la piel y se propa-


ga a capas más profundas de la misma, quemando dermis y
epidermis, las células se deshidratan soltando un líquido que
despega la epidermis y que da lugar a una ampolla. Alrededor de
esta siempre suele haber una zona de 1er. grado.

3er. grado. En estos casos la piel se destruye por completo y, si el


calor continúa en contacto con el cuerpo, no solamente se destruye
la piel sino los tejidos que hay debajo: músculos, tendones, pudien-
do llegar hasta el hueso. El aspecto aquí es variable, a veces la piel
se queda "negra", reseca, cuarteada y además no hay dolor.

Cuanto más profunda es la quemadura, mayor es la gravedad


de la misma.

12.1.2.- Valoración de las quemaduras según su extensión


Las quemaduras térmicas también se pueden clasificar según la
extensión de la piel quemada. Para valorar la extensión de una
quemadura se utiliza la "regla de los nueves", que divide la superficie
corporal en "nueves" por ciento (Figura 23).

También puede valorarse la extensión de las quemaduras según la


regla de la palma de la mano; esta considera que una palma del
enfermo es aproximadamente el 1% de la superficie corporal.

42
9%

9%
9%
9% 9%

9%
9%
1%

9%
9%
9%
9%

Figura 23: Quemaduras; regla de los 9 por ciento.

RECUERDA:
Cuanto más extensa es una quemadura mayor es la gravedad de
la misma.

Guía de Primeros Auxilios 43


12.1.3.- Valoración según la localización
Hay quemaduras que, sin ser muy profundas ni muy extensas,
también deben ser vistas en un centro de salud, por su localización.
Se consideran zonas críticas: cráneo, cara, cuello, axilas, manos,
área genital y pliegues de flexo-extensión. Estas precisan la
atención inmediata de un cirujano plástico, en prevención de
posibles secuelas tanto estéticas como funcionales (Figura 24).

Figura 24: Quemaduras; valoración según la localización.

44
12.1.4.- ¿Qué hacer en caso de quemaduras térmicas locales?
La primera medida a
tomar es enfriar la
parte quemada sumer-
giéndola en agua fría
(Figuras 25 y 26),
después valorar la
quemadura según la
profundidad y la exten-
sión o localización y, en
caso de que sea
necesario, acudir a un
centro de salud; cubrir Figura 25: No debe colocarse la parte quemada debajo
de un grifo, porque la presión del chorro puede ser
la zona afectada con causa de un nuevo dolor y anular el alivio que, con
una tela limpia y toda seguridad, produce el agua.
ligeramente húmeda, y
trasladar al herido.

No se deben pinchar
las ampollas, es mejor
conservar la piel intacta
porque preserva de la
infección. Se cubrirá la
ampolla con un gasa
parafinada, y encima
una gasa seca, y espara-
drapo. Deberá cambiar-
se el apósito diaria-
mente y debe prote- Figura 26: Cuando es impracticable la inmersión de la
gerse la quemadura al parte afectada, deben emplearse toallas, servilletas o
sábanas bien mojadas en agua fría, que serán
menos durante dos renovadas tantas veces como sea preciso.
días más.

Guía de Primeros Auxilios 45


12.1.5.- ¿Qué hacer con el quemado grave (gran quemado)?
En el caso de que encuentres a la persona con sus ropas todavía
ardiendo, lo primero es apagar las llamas. Tira al suelo a la víctima
para evitar que corra y trata de cubrirlo con algo encima, como un
abrigo o una chaqueta que sofoque las llamas. Si no tienes nada a
mano, puedes hacer rodar a la persona sobre el suelo.

Una vez apagado el fuego, pide ayuda médica de emergencia y


mientras llega:

1. Revisa la respiración. Si no hay respiración, inicia las técnicas


de reanimación cardiopulmonar. Si hay respiración, continúa
con las otras medidas.

2. Afloja las ropas sin quitar algo que esté pegado a la piel,
corta si es necesario con unas tijeras la corbata, el cinturón,
etc. para liberar el cuerpo.

3. Quita todas las cosas de metal: gafas, cadenas, cinturones, ya


que estos objetos mantienen durante mucho tiempo el calor.

4. No des nada por vía oral, aunque el herido esté consciente y


tenga sed. En ese caso solo se le mojarán los labios con un
pañuelo o gasa empapada en agua. Le reposición de líquidos en
los quemados graves solo puede hacerse por vía intravenosa.

5. Cubre al herido con una sábana o telas limpias y abrígalo


con mantas, mientras llega la ayuda médica.

6. Procura tranquilizarlo, si está consciente, ya que son


heridos que están especialmente agitados.

46
12.2.- Quemaduras químicas
Se producen, como decíamos antes, por sustancias químicas, también
llamadas productos cáusticos, que no queman por el efecto del calor, sino
porque reaccionan con el agua que hay en la piel, penetrando en ella
rápida y profundamente. Suelen ser de mayor profundidad y su gravedad
depende de la extensión que estas tengan. Se dan siempre en el medio
laboral: laboratorios, fábricas, etc.

En caso de que se produzca una quemadura de este tipo las medidas a


tomar son:

1. Lavar la piel con abundante agua y durante tiempo prolongado


para retirar el cáustico.
2. Mientras lavas la piel anda retirando todo lo que mantiene el
cáustico en contacto con ella: ropas, relojes, lentes, etc.
3. Cubre la quemadura con una tela limpia.
4. Trasládalo a un centro de salud.

En cuanto al uso de neutralizantes, no deben usarse ya que estos pueden


producir calor y agravar las lesiones.

12.3.- Quemaduras eléctricas

Entre otros efectos, el paso de la energía eléctrica por el cuerpo humano, y


el arco voltaico que acompaña a los cortocircuitos, pueden producir quema-
duras de diversa gravedad y de características similares a las quemaduras
térmicas. Incluso las ropas pueden llegar a arder, con lo que nos encontraría-
mos con la persona envuelta en llamas. En estos casos actúa como descri-
bíamos en el apartado de quemaduras térmicas (gran quemado).

Cuando la corriente atraviesa el organismo va produciendo lesiones en


distintos tejidos y órganos. Lo primero que afecta es a la piel. Si la persona

Guía de Primeros Auxilios 47


ha permanecido mucho tiempo en contacto con la corriente o bien esta
era de un alto voltaje, aparecen las marcas eléctricas; una de entrada que
es más bien aplanada, amarillenta oscura y cuarteada, y otra de salida, de
aspecto explosivo, como un estallido de la piel al salir la corriente. Aunque
la lesión externa en la piel a veces no sea importante, las quemaduras
internas de nervios, músculos y vasos pueden extenderse hasta 30 cm. de
distancia de la lesión en la piel.

Además de estos tejidos, pueden dañarse otros órganos al paso de la


corriente. Son más vulnerables los órganos que contienen líquidos abun-
dantes: riñones, aparato digestivo, etc.

Pueden producirse, además, múltiples traumatismos, si la persona sale


despedida.

En cuanto al sistema cardiopulmonar, la paro cardio-respiratorio puede


producirse por distintos mecanismos: tetania de los músculos respiratorios,
inhibición de los centros respiratorios cerebrales o fibrilación ventricular.

12.3.1.- ¿Qué hacer en caso de electrocución?


Se habla de electrocución cuando una persona sufre una paro
cardio-respiratorio o una pérdida de conocimiento como consecuen-
cia de una descarga eléctrica.

La conducta a seguir ante un accidentado por corriente eléctrica,


previo aseguramiento de la zona/lugar donde ocurrió la electrocu-
ción, puede resumirse en tres fases simples, pero muy precisas:

1. Petición de ayuda.

2. Rescate o "desenganche" del accidentado.

3. Aplicación de primeros auxilios para mantener a la


víctima con vida hasta que llegue la ayuda médica.

48
1. Petición de ayuda:
Como primera medida se debe dar la alarma para que alguien acuda
y se encargue de avisar al servicio médico de emergencia y a un
electricista, mientras se trata de prestar auxilio al accidentado.

2. Rescate o desenganche del accidentado:


Si la víctima ha quedado en contacto con un conductor o pieza bajo
tensión, debe ser separada del contacto como primera medida,
antes de tratar de aplicarle los primeros auxilios. Para ello:

A) Se cortará la corriente. No hay que olvidar que una persona


electrocutada que se encuentre en un lugar elevado, corre el riesgo
de caer a tierra en el momento en que se corte la corriente. En casos
así hay que tratar de aminorar el golpe de la caída mediante colcho-
nes, ropa, liga o manteniendo tensa una lona o manta entre varias
personas.

B) Si resultara imposible cortar la corriente o se tardara dema-


siado, por encontrarse lejos el interruptor, trata de desengan-
char a la persona electrocutada mediante cualquier elemento
no conductor (tabla, listón, cuerda, silla de madera, cinturón de
cuero, palo o rama seca), con el que separar el cable del acciden-
tado o viceversa. También se puede agarrar a la víctima de la
ropa, estando el socorredor bien aislado (Figura 27).

3. Primeros auxilios:
Después de una descarga eléctrica es frecuente que se presente un
estado de muerte aparente, que puede ser debido a una pérdida de
conocimiento o a un paro cardio-respiratorio.

Guía de Primeros Auxilios 49


Figura 27: Rescate o desenganche.

Cada uno de estos casos requiere una conducta diferente:

A) Pérdida de conocimiento:
Puede haber una pérdida de conocimiento, pero no hay paro
cardio-respiratorio. La respiración es perceptible.
En este caso es suficiente poner al accidentado acostado sobre un
lado, en posición de seguridad (de cúbito lateral).
Es también muy importante vigilar su respiración y el estado de la
circulación sanguínea mientras llega la atención médica.

B) Paro circulatorio:
Paro cardio-respiratorio. Se observa inconsciencia y ausencia de
respiración eficaz. Es muy importante comenzar con las maniobras de
RCP (reanimación cardio-pulmonar), es decir, combinar el masaje
cardiaco externo con la respiración boca a boca (ver apartado 9).

50
13.- Fracturas

Se llama fractura a la rotura de un hueso, generalmente por un traumatismo,


aunque, a veces, en personas mayores pueden producirse espontáneamente.

Tipos de huesos
1. Huesos largos. Forman parte de las extremidades, las clavículas y
las costillas. Constan de dos extremos macizos y el centro que
vulgarmente se llama caña, es hueco. Son especialmente vulnera-
bles por su estructura.

2. Huesos cortos. Forman parte del carpo de la mano, el tarso del pie
y la columna vertebral. Son más resistentes.

3. Huesos planos. Forman el cráneo, los huesos de la pelvis y la


escápula. Son los más resistentes de todos.

13.1.- Tipos de fracturas


Cuando un hueso se rompe, los
fragmentos pueden quedar o no
alineados. Según esto las fracturas
pueden ser (Figura 28):

1. Con desplazamiento. Se produce 1 2 3

cuando los fragmentos óseos se


desplazan. Esto puede ocurrir por el
propio traumatismo o, a veces,
ocurre durante el traslado, siendo
esto lo que se debe tratar de evitar.
Figura 28: Tipos de fracturas.
2. Sin desplazamiento. El hueso se 1. Fractura con desplazamiento
2. Fractura sin desplazamiento
rompe pero los fragmentos quedan
3. Fractura abierta
alineados.

Guía de Primeros Auxilios 51


Otra clasificación de las fracturas según se produzca o no herida, además
de la fractura, pueden ser:

1. Fracturas abiertas. Cuando el foco de fractura se comunica al exterior a


través de una herida, pudiendo llegar a salir los huesos a través de la
misma. Este tipo de fractura puede producirse por dos mecanismos:
A) El agente que produce la fractura origina además la herida, por ejem-
plo en aplastamientos. Estas serían fracturas abiertas de fuera aden-
tro.
B) Cuando el hueso al romperse sale afuera produciendo la herida, son
fracturas abiertas de dentro afuera. Siempre que hay un desplazamien-
to de una fractura puede producirse una fractura abierta de dentro afuera.
Las fracturas abiertas siempre tienen peor pronóstico que las fractu-
ras cerradas.
2. Fracturas cerradas. El foco de fractura no se comunica con el exterior.

13.2.- ¿Cómo reconocer una fractura de una extremidad?


1. Antecedente traumático. Tiene que existir un traumatismo previo
para que el hueso se rompa, salvo en personas mayores, cuyos huesos
a veces se rompen espontáneamente por su especial fragilidad.
El primer síntoma que aparece es el dolor, este es variable puesto que
tiene componentes subjetivos.

2. Inflamación. También es un síntoma variable, depende fundamental-


mente de la lesión de las partes blandas que rodean al hueso.

3. Deformación. Aparece cuando hay desplazamiento de los fragmentos,


estando ausente si la fractura está alineada. Conviene siempre compa-
rar la extremidad que se sospecha que está lesionada con la que no lo
está, para buscar cualquier tipo de deformación (acortamiento, alarga-
miento, angulaciones, etc.). Siempre que exista una deformación que
no existía previamente al traumatismo debemos sospechar que hay
una fractura e inmovilizar la extremidad antes del traslado.

4. Impotencia funcional. Cuando se produce una fractura, la persona no


puede realizar algunos movimientos que antes realizaba. Si vemos que existe
una deformación, no debemos hacer que la persona mueva la extremidad.
Solo en los casos en los que no hay mucho dolor, no hay inflamación y no

52
hay deformación, puede explorarse la movilidad sin someter a sobrecarga la
extremidad. Tumbado en el suelo o en reposo hay que ver si tiene la
movilidad conservada, si no es así, se debe sospechar que existe una
fractura y actuar como si lo fuera, aunque no haya ningún otro dato.

13.3.- Actuación en caso de fractura de una extremidad

No debe trasladarse a la persona sin haberle inmovilizado previa-


mente la fractura. Para inmovilizar se deben utilizar vendas y férulas. Si
no disponemos de esto, podemos utilizar tablillas y pañuelos para sujetar
la parte lesionada.
Lo que se pretende con la inmovilización es evitar las complicaciones de
las fracturas, desplazamientos, desgarros nerviosos o vasculares y fractu-
ras abiertas que a menudo se producen durante el traslado.

Para inmovilizar basta con alinear la extremidad fracturada (en caso de que
no lo esté), sin forzar ni traccionar la misma, solo sujetándola suavemente
y poniendo la férula o la tablilla en
la parte inferior de la extremidad,
que es la que soporta el peso, y
encima el vendaje sujetando la
extremidad a la tablilla (Figura 29)

A veces puede ponerse alrededor de


la piel, siempre que no haya herida,
una capa de algodón para acolchar
el vendaje. Si hay herida se pondrá
Figura 29: Inmovilización con férula.
primero una gasa que cubra la
herida y después el vendaje.

13.4.- Fractura de columna vertebral

La columna vertebral está formada por un total de 24 vértebras. Cada


vértebra consta de un cuerpo vertebral y un anillo vertebral con un orificio
por donde pasa la médula espinal. La médula espinal forma parte del
sistema nervioso y es la encargada de conducir las órdenes que manda el
cerebro a las distintas partes del cuerpo.

Guía de Primeros Auxilios 53


Cuando se rompe una vértebra, sobre todo cuando la fractura afecta al
anillo vertebral, hay riesgo de que se dañe la médula espinal. Si la médula
llega a romperse, la conducción nerviosa no puede hacerse a través de
ella y no se ejecutan las órdenes enviadas por el cerebro. Las consecuen-
cias de una sección de médula espinal es la parálisis de toda la zona que
queda por debajo de dicha sección, de manera que si se produce a nivel
del cuello la persona quedará tetrapléjica (parálisis de las cuatro extremi-
dades). Dichas secuelas son irreversibles.

La fractura de columna vertebral puede producirse en


distintos tipos de accidentes:

Accidentes de tráfico. En un accidente de auto, tras un choque


frontal o posterior, se produce un “latigazo cervical” al ir la cabeza
hacia adelante y luego, bruscamente hacia atrás. También
pueden dañarse otras partes de la columna si la persona sale
despedida del vehículo.
Precipitaciones al vacío. A partir de 3 metros de altura, y a veces
menos, pueden producirse fracturas en la columna vertebral a distin-
tos niveles. Si la persona cae de cabeza y se golpea la frente, se
produce una hiperextensión del cuello y se afectan las vértebras
cervicales. Cuando cae sentado se produce por la inercia una flexión
forzada del tronco adelante y, a menudo, se fracturan los lumbares.
Golpes directos sobre la columna. Cuando un objeto pesado
cae sobre la espalda o la persona cae de espaldas sobre algo
(una piedra, etc.) puede producirse una fractura de columna
vertebral.

En cuanto a los síntomas que aparecen en una fractura de columna


vertebral, a veces, no aportan muchos datos, ya que, cuando solo afecta al
hueso sin que haya lesión de la médula espinal solo se produce dolor en
un punto concreto de la columna. A veces a los pocos minutos, además
del dolor, la persona nota un hormigueo o sensación de adormecimiento
en alguna región del cuerpo. Esto indica que además de la lesión ósea hay
afectación medular.

54
EN RESUMEN:
En todos los accidentes anteriormente descritos debe mante-
nerse a la persona inmóvil y activar una ayuda médica. Ante la
mínima sospecha de fractura de columna vertebral, la persona
debe ser trasladada en ambulancia para prevenir la lesión
medular y sus secuelas.

13.5.- Esguinces y luxaciones

Esguinces. Cuando una persona fuerza una articulación en una posición


incorrecta, los ligamentos que sujetan esa articulación se estiran y se produ-
ce un intenso dolor y una inflamación de la misma (Figura 30). El esguin-
ce más frecuente es el de tobillo por torcedura de pie al pisar mal. Colóca-
le una bolsa de hielo y el pie elevado durante 6 o 10 minutos, esto reduci-
rá el hematoma. Venda sin apretar y traslada a la persona a un centro
de salud para su valoración, sin que apoye el pie en el suelo.

Luxaciones. Cuando una articulación


se fuerza mucho y uno de los huesos
que la forman se sale de su sitio, es
decir, se "desarticula", se produce
una luxación (Figura 30). Las luxacio-
Articulación normal Esguince (los
nes son muy frecuentes en dedos, ligamentos se estiran)
codo, y hombro. Además de intenso
dolor y deformación de la articula-
ción se produce un bloqueo articular.
Nunca desbloquees la articulación.
No la muevas, puedes provocar
una fractura al intentar o forzar Luxación Esguince más fractura
desbloquearla. Acude a un centro
Figura 30: Esguinces y luxaciones.
de salud.

Guía de Primeros Auxilios 55


13.6.- Polifracturado o politraumatizado

Es una persona que ha sufrido múltiples traumatismos en distintas partes


de su cuerpo y, a consecuencia de los mismos, presenta múltiples fractu-
ras y otras lesiones asociadas. Son heridos muy graves.

Se producen por:

• Accidentes de tráfico.
• Precipitaciones al vacío.
• Aplastamientos.

Entre otras lesiones pueden presentar fractura de columna vertebral,


fractura de cráneo y lesiones internas.

Actuación ante un politraumatizado:

Activa el sistema de emergencia.

Revisa y vigila sus funciones vitales.

Procura no mover al herido, salvo que corra riesgo vital o que sea
imprescindible para iniciar alguna maniobra de reanimación.

Si está consciente tranquilízalo e impide que se mueva.

Si no está consciente revisa y limpia su boca de cuerpos extraños.

Si está tumbado boca arriba abre la vía aérea.

Afloja sus ropas y abrígalo.

No le des nada por vía oral, solo mójale los labios si el herido lo
solicita.

Si presenta hemorragias, trata de controlarlas mediante un


vendaje compresivo.

56
14.- Intoxicaciones

Los tóxicos pueden penetrar en el organismo por distintas vías (Figura 31):

• Vía digestiva: intoxicación por ingestión.


• Vía respiratoria: intoxicación por inhalación.
• A través de la piel o mucosas: intoxicación por contacto.

La gravedad de la intoxicación depende de la dosis y también de la


toxicidad del producto. La actuación debe ir encaminada a eliminar el
tóxico actuando sobre la puerta de entrada para así disminuir la dosis
A B
final absorbida. Así actuaremos del siguiente modo:

• En las intoxicaciones por inhalación, sacando a la persona a un


sitio más aireado y con mayor concentración de oxígeno.
• En las intoxicaciones por contacto, lavando abundantemente la piel.

A B C

A B C

Figura 31: Los tóxicos pueden penetrar en el organismo:


C
A. Por vía digestiva (intoxicación por ingestión).
B. Por vía respiratoria (intoxicación por inhalación).
C. A través de la piel o las mucosas (intoxicación por contacto).

Guía de Primeros Auxilios 57


14.1.- Intoxicaciones por ingestión

Se producen cuando el tóxico es ingerido o tragado y pasa a la vía digesti-


va. Hay diferentes tipos de tóxicos: alimentos mal conservados que se
encuentran contaminados, medicamentos, drogas o alcohol.

Las consecuencias dependen del tipo de tóxico ingerido. Lo más impor-


tante es vigilar y mantener las constantes vitales. Podemos encontrarnos
ante dos situaciones diferentes:

A) Que la persona esté consciente; solo se debe hacer vomitar si ha


ingerido una sustancia sólida (ej. pastillas) en nuestra presencia,
nunca en caso contrario.
Solo hay una excepción para provocar el vómito y es cuando se
ha ingerido algún producto que además de ser tóxico es cáus-
tico o corrosivo (como la lejía), porque en este caso, se van
produciendo quemaduras al ir descendiendo el cáustico hasta el
estómago y al provocar el vómito se producirían de nuevo quema-
duras. No se debe dar ningún líquido o sólido por boca, para evitar
agravar el estado de la víctima.
B) Si la persona está inconsciente estamos ante una situación de
emergencia y no se puede provocar el vómito. Realiza el RCP y
pide ayuda médica y mientras, coloca a la persona en posición
lateral, aflójale sus ropas y abrígalo con una manta (Figura 32).

Figura 32: Coloca a la persona en posición de seguridad,


aflójale sus ropas y abrígalo con una manta.

58
14.2.- Intoxicaciones por inhalación

Se producen cuando alguien respira una atmósfera con un gas tóxico,


como gas butano, gas natural, monóxido de carbono, etc. En estos casos
se va produciendo somnolencia y apatía hasta quedar la persona incons-
ciente. Si no se le saca rápidamente puede morir por asfixia. Si se encuen-
tra en esta situación, saca a la persona al exterior o abre las puertas y
ventanas para que salga el gas.

Una vez retirado de la atmósfera tóxica pide ayuda para la emergencia,


comprueba sus signos vitales y comienza, en caso de ser necesario, la RCP
hasta que llegue la ayuda médica.

14.3.- Intoxicaciones por contacto

Hay tóxicos que penetran en el cuerpo a través de la piel o las mucosas


como los plaguicidas o pesticidas. Su toxicidad depende del tipo de
producto y de la dosis. Lo primero que debe hacerse es quitar la ropa
empapada en el producto y después lavar abundantemente la piel con
agua, sin frotar. Si ha salpicado los ojos, lavarlos con agua durante 10 o 15
minutos. No pongas en contacto tus manos con el tóxico.

Después, acude a un centro de salud con la etiqueta del producto.

15.- Accidentes oculares

Los tres tipos de accidentes oculares más frecuentes son:

• Cuerpos extraños.
• Quemaduras o abrasiones.
• Traumatismos.

Guía de Primeros Auxilios 59


15.1.- Cuerpos extraños

Cuando entra un cuerpo extraño en un ojo puede quedarse libre dentro


del mismo o puede quedar enclavado.

Cuerpos extraños libres: pueden ser insectos, arenilla, pestañas, etc. El


herido siente dolor en el ojo y lagrimeo, y cada vez que parpadea el dolor
aparece en un punto del ojo porque el objeto va moviéndose con los
movimientos del párpado. Nunca debe frotarse el ojo porque el cuerpo
extraño podría arañar la conjuntiva. Debe lavarse el ojo con una jerin-
guilla estéril llena de agua, vaciándola a presión sobre el ojo, cubra el ojo
con gasas y acuda al centro médico.

Cuerpos extraños enclavados: suelen ser objetos de metal, piedra o


madera, que saltan al ojo y quedan clavados en la conjuntiva. En seguida
produce dolor en un punto fijo del ojo y lagrimeo. A veces, puede verse el
objeto como un puntito oscuro en el iris.

En estos casos, el lavado del ojo a presión no suele ser eficaz porque no
arrastra el cuerpo extraño. No debe intentarse su extracción. Debe acudir-
se, sin demora, a un centro de salud. En caso de objetos metálicos, cuando
pasan una o dos horas, se forma un halo de óxido alrededor que también hay
que eliminar. Esto debe hacerlo exclusivamente el personal de salud.

15.2.- Quemaduras oculares

Pueden producirse por distintas causas:


porque salten líquidos calientes o por
sustancias químicas. En seguida produce
dolor y lagrimeo. Lo que hay que hacer en
estos casos es lavar el ojo con agua abundan-
te y, a continuación, trasladar al enfermo a un
Figura 33: Los accidentes oculares
centro de salud. Si la quemadura ha sido por más frecuentes son producidos
sustancias químicas se debe seguir lavando por cuerpos extraños, quemadu-
ras o abrasiones y traumatismos.
el ojo durante el traslado al centro médico.

60
También pueden producirse quemaduras oculares por los efectos de las
radiaciones ultravioletas que emite la soldadura eléctrica. En estos casos,
lo mejor es la prevención, no exponiéndose a este tipo de radiación sin
protección adecuada. Si se produce la quemadura, el dolor aparece al
cabo de unas horas.

Los ojos se ponen rojos y los párpados inflamados. En este caso, debe
acudirse a un centro de salud. Mientras, puede paliarse el dolor poniendo
unas compresas de agua muy frías.

15.3.- Traumatismos oculares

Pueden ser de dos tipos:

1. Cerrados: contusiones producidas por un objeto romo, es decir sin aristas.


No hay heridas en los párpados, pero las estructuras oculares internas
pueden dañarse, incluso puede producirse un desprendimiento de retina.

Por ello, ante un traumatismo en un ojo de cierta consideración debe


acudirse a un centro de salud para su valoración. Esto se hace imprescin-
dible cuando se produce, además, pérdida de visión o visión borrosa.
Mientras se acude al centro de salud puede ponerse una bolsa de hielo si
hay inflamación de los párpados.

2. Abiertos: son heridas producidas por objetos con aristas. Se dañan los
párpados y, a veces, otras estructuras. Si solo se dañó el párpado, cubrir
con una gasa o tela limpia. Si también se dañó el globo ocular, cubrir
ambos ojos con gasas y trasladar a un centro de salud. Es importante
tapar ambos ojos para evitar los movimientos oculares.

16.- Posiciones de espera y de traslado de heridos

Recordemos que en caso de heridos graves, el transporte y traslado de los


mismos a un centro de salud debe correr a cargo del personal médico.
Para ello, lo primero es activar una ayuda para la emergencia.

Guía de Primeros Auxilios 61


Solo en caso de aislamiento puede intentarse el traslado de los
heridos hasta la base o puesto de ayuda más cercano. El traslado debe
hacerse siempre en un vehículo grande en el que la persona quede
echada y, si no dispones de una camilla, puedes improvisar con una
puerta o con tablones.

Siempre debe atarse la persona a la camilla con telas o cintas para evitar
su movimiento durante el traslado.

Una vez que se tiene preparado el vehículo y la camilla, debes mover lo


menos posible al accidentado para ponerlo sobre esta. Para ello, lo más
fácil es utilizar el siguiente método (Figura 34):

Figura 34: Colocación del herido en una camilla o soporte.

62
Un brigadista debe sujetarle la cabeza, otro los pies y un tercero sujetará
el tronco. Se le girará hacia un lado en bloque, es decir, girando la
cabeza y el tronco a la vez para prevenir la lesión medular en caso de
que haya fractura de la columna vertebral. Una vez que se le ha girado, se
pone la camilla al lado del cuerpo y se le vuelve a poner boca arriba
repitiendo la misma maniobra de antes. Una vez que esté encima, aflójale
las ropas y abrígalo con una manta. Trata de atarlo a la camilla con correas
o cintas. Si no has podido improvisar una camilla puedes emplear el
mismo método utilizando una manta para levantar a la persona.

16.1.- Posiciones de espera y de traslado

a) Heridos inconscientes: se les pondrá de lado, para prevenir aspiraciones.

Cabeza en la parte opuesta a la marcha.

Decúbito lateral (para heridos inconscientes).

Guía de Primeros Auxilios 63


Hombros ligeramente elevados (lesiones de tórax).

Tórax ligeramente elevado y piernas flexionadas (lesiones en el abdomen o en la pelvis).

10-15°

10-15°

10-15°

Cabeza ligeramente más baja (por casos de shock).

Figura 35: Posición de traslado de lesionados en camilla.

b) Heridos conscientes: la posición puede variar dependiendo de la


lesión que presenten:
• Heridos en el tórax con dificultad respiratoria: elevación del tórax unos 45°.
• Heridos en abdomen: echados, flexión de rodillas para relajar la pared
abdominal.

c) Heridos en estado de shock: piernas más altas que la cabeza.

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