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Apunte 2

Introducción al derecho
Técnico jurídico
1 año 2018

Diferencia entre norma jurídica y norma social.

La conducta humana necesita ser regulada porque el hombre no vive aislado, sino que en
sociedad relacionándose con los demás seres humanos e interactuando con ellos. De esta
vida social en común surge la cooperación y el progreso, pero también el conflicto y el
desencuentro, tal como lo demuestra una reiterada experiencia histórica.

Lo cierto es que los hombres, tal vez por su naturaleza, no siempre actúan bien y
correctamente desde un punto de vista ético. Esto por diversas razones, tales como el
egoísmo, la ambición, la inconsciencia, etc. El ser humano, en consecuencia, junto con
realizar conductas éticamente buenas y correctas realiza también otras que resultan
dañinas, y muchas veces gravemente perjudiciales, para los demás miembros del grupo
social. Estos y otros argumentos ponen de manifiesto la necesidad de la existencia de
normas, es decir, principios que regulen y orienten las conductas de los hombres hacia
aquello que se considera correcto.

Aproximación al concepto de norma.

El hombre, al menos en cierta medida, puede elegir libremente las conductas que realiza.
El actuar humano no se encuentra necesariamente predeterminado por leyes de
cumplimiento inexorable, como ocurre en el caso de los fenómenos de la naturaleza física.

El hombre siempre puede, dentro de ciertos límites autodeterminarse, optar por realizar
una acción, en lugar de otra, dentro de cierta gama de posibilidades. Ahora bien, estas
acciones que elige llevar a cabo, como se dijo, en algunas ocasiones pueden ser
éticamente buenas y benéficas, pero en otras ocasiones pueden ser éticamente malas y
perjudiciales, ya sea para el propio sujeto que las realiza o para los demás. La convivencia
social y, en general, la ética, requieren que se eviten las acciones malas y perjudiciales, y
que se promuevan las buenas.
Así diremos que, "las normas son principios directivos que tienen por objeto encausar o
dirigir la conducta humana".

Reglas Técnicas y Normas Éticas.

Para aproximarnos a nuestro objeto de estudio, las normas, debemos hacer una gran
distinción entre reglas técnicas (o imperativos de habilidad) y normas éticas (o imperativos
morales). Veamos en qué consisten.

Las reglas técnicas: se refieren a los medios empleados para alcanzar un determinado fin
útil, a la forma en que debe realizarse algo para obtener el resultado querido (al como se
hace). Colocan, pues, el acento en los medios, aspirando a realizar un fin utilitario. Así
entonces, no es la licitud ética del fin, sino la utilidad lo que se toma primordialmente en
cuenta para el cumplimiento de una regla técnica.

Las reglas técnicas son tan diversas como el campo del saber humano, esto es, hay tantas
como ciencias existen. Por ejemplo, las que se refieren a la construcción de una casa, a
una operación quirúrgica, a procesos industriales, etc.

Las Normas Éticas, son las normas propiamente tales. Estas, guían el accionar humano
dirigiéndolo hacia un fin éticamente bueno. Este fin es lo importante, pues sobre la base
de él se construye el concepto de norma ética. Santo Tomás, Aristóteles, del Vecchio, y
otros, señalan que el fin ético de las normas se encuentra en los valores que ellas
pretenden alcanzar, tales como la bondad, la justicia, el bien común u otros.

Cabe señalar que las reglas técnicas y las normas éticas no deben considerarse como
opuestas y excluyentes, sino que una misma conducta puede ser regulada ética y
técnicamente a la vez. Por ejemplo, si alguien cumple responsablemente con su trabajo,
está cumpliendo la regla técnica y la norma ética al mismo tiempo. Pero por otra parte,
hay que señalar que no siempre hay coincidencia entre ellas, ya que, en ciertos casos la
infracción de una no significa necesariamente la infracción de la otra. Por ejemplo, alguien
puede fabricar un arma o un veneno ajustándose a todas las reglas técnicas, quedando
por ello muy bien construido o elaborado, pero si su finalidad es cometer un crimen, no se
cumple con la norma ética. Este es un interesante tema sobre el que puede decirse
muchísimo más todavía.
Clasificación de las normas éticas:

Existen muchos criterios para clasificar las normas éticas. Sin embargo, en esta
oportunidad nos guiaremos por la clasificación tradicional, que distingue entre:
-Normas jurídicas
-Normas morales
-Convencionalismos sociales o normas de uso y trato social, y
-Normas religiosas

Con la finalidad de proporcionar un concepto de cada una de estas clases de normas,


empezaremos por abordar el tema de las relaciones entre Derecho y moral, para
determinar las características tanto de las normas jurídicas como de las morales, lo que
nos permitirá, de este modo, conceptualizarlas.

Relaciones entre Derecho y Moral desde una perspectiva histórica.

Es un tema ampliamente discutido por filósofos, juristas y otros estudiosos, el problema


relativo a si existe, o no, coincidencia entre Derecho y moral. Incluso, entre los autores
que sostienen que esta coincidencia existe, hay discrepancia sobre si ella es total o parcial,
si es necesaria o bien meramente contingente.

Distinción sistemática (tradicional) entre Derecho y Moral.

Teniendo en cuenta lo anterior, pasemos a exponer una distinción sistemática tradicional,


que se fundamenta en las características que se atribuyen a estos dos campos normativos.
Ellas han sido propuestas por muchos juristas, pero en particular por algunos
neokantianos contemporáneos, como lo son Stammler, del Vecchio, Radbruch y otros.

Características tradicionalmente atribuidas al Derecho y a la Moral.


DERECHO MORAL
Bilateralidad Unilateralidad
Heteronomía Autonomía
Coercibilidad Incoercibilidad
Exterioridad Interioridad
1. Bilateralidad del Derecho, Unilateralidad de la Moral:

Que las normas jurídicas sean bilaterales significa que frente al sujeto obligado por ellas,
hay otro facultado para exigir su cumplimiento, o más precisamente, el cumplimiento de
las obligaciones que de las mismas emanan. Por esto se dice que las normas jurídicas son
imperativo-atributivas, porque por un lado establecen una obligación para el sujeto pasivo
u obligado, y por el otro, confieren un derecho o facultad al sujeto activo o facultado. Por
ejemplo, en materia tributaria, el contribuyente (sujeto pasivo) tiene la obligación de
pagar impuestos y el Estado (sujeto activo) tiene el derecho o facultad para exigir este
pago; en la compraventa el vendedor tiene la obligación de entregar la cosa vendida y el
comprador se encuentra facultado para exigir dicha entrega, etc.

La unilateralidad de la moral significa que frente al sujeto obligado por la norma moral, no
hay otro facultado para exigir su cumplimiento. Por ello se dice que las normas morales
son sólo imperativas, pues únicamente establecen obligaciones, no otorgando
correlativamente facultades. Por ejemplo, una persona que posee ciertos medios
económicos, se puede considerar obligada moralmente a dar limosna a alguien
necesitado, pero éste no se encuentra facultado para exigir el cumplimiento de ese deber
moral.

2. Heteronomía del Derecho, Autonomía de la Moral.

Las normas jurídicas son heterónomas. Ello significa que son dictadas por una voluntad
extraña o distinta a la de los sujetos imperados (regidos) por las mismas. La referida
voluntad distinta a la de los sujetos obligados suele ser con frecuencia, aunque no
exclusivamente, la del Estado, quien dicta las leyes, los reglamentos de las autoridades
políticas y administrativas, las sentencias judiciales y otras.

Las normas morales son autónomas. Ello significa que nacen de la voluntad de los sujetos
imperados por las mismas. Sólo obligan cuando el sujeto las reconoce voluntariamente
como válidas en su conciencia. Esta autonomía, se sostiene, que se ve atenuada porque es
indudable que la sociedad influye en la formulación de la moral, no obstante radicarse en
el fuero interno del individuo. Asimismo, se señala que en una moral con fundamentos
religiosos, Dios o la Divinidad participan en la formación de tales normas.
3. Coercibilidad del Derecho, Incoercibilidad de la Moral.

Se debe tener presente que ambas clases de normas éticas pueden ser violadas (porque
como dijimos esto no afecta su validez) y, además, ambas poseen sanción, pero ésta es de
distinta naturaleza en uno y otro caso. Así, la sanción de las normas morales no implica
coercibilidad, no conlleva la aplicación de la fuerza por los órganos del Estado, como
ocurre con las jurídicas.

Las normas jurídicas son coercibles, porque frente al caso de infracción existe la
posibilidad de constreñir su cumplimiento por medio de la fuerza, respaldada por la
autoridad del Estado.
La coercibilidad consiste en la posibilidad de usar la fuerza, no el ejercicio mismo de ella.
Las normas jurídicas, por tanto, son necesariamente coercibles, pero eventualmente
coactivas. Por ejemplo, el homicidio se encuentra sancionado en el Código Penal, el que le
asigna una pena. Esta norma jurídica es coercible. Pero puede suceder que el homicida no
sea sancionado porque, por ejemplo, logra evadirse. En tal caso no hay coacción (ejercicio
de la fuerza).

Las normas morales son incoercibles, esto es, no puede imponerse su cumplimiento
mediante la fuerza estatal. El cumplimiento de la norma moral es de carácter voluntario y
espontáneo. La sanción en este caso es el remordimiento o repudio social.

4. Exterioridad del Derecho, Interioridad de la Moral.

Debe aclararse que la conducta humana es una unidad inescindible (es algo que no se
puede cortar o dividir) de aspectos internos y externos, y por lo tanto, no existen actos
exclusivamente internos o externos. Las características que ahora consideramos respecto
al Derecho y a la moral son, por tanto, sólo el punto de partida para el análisis del acto
humano.

Se afirma que el Derecho es exterior porque se preocupa de la acción humana desde el


momento en que se exterioriza. Para determinar si una acción es conforme o contraria a
Derecho, en primer lugar hay que fijarse o centrarse en el aspecto o dimensión externa de
la misma. Pero ello no significa, que el Derecho se desentiende o no debe considerar el
aspecto o dimensión interna de la conducta. También lo considera atribuyéndole gran
importancia, por ejemplo, en materia penal, si una persona da muerte a otra, no es lo
mismo que haya tenido la intención de matarla, a que le haya dado muerte por un
descuido como es el caso del conductor que por ir manejando de manera desatenta la
atropella y le da muerte, o, si la muerte se produjo por un caso fortuito o mera casualidad.
Dependiendo de cuál de estos casos se trate, podemos encontrarnos ante un delito, o,
ante un cuasidelito, o bien, ante un caso fortuito que no es punible. Pero no sólo en el
campo del Derecho penal, sino que en todos los demás ámbitos jurídicos, como el
Derecho civil, el Derecho procesal etc., la intención con que se actúa resulta ser muy
importante.

Las normas morales son interiores en cuanto, principalmente, consideran la dimensión


interna de la conducta para calificar a un acto de moral o inmoral. Además, porque para
efectuar esta calificación parte del aspecto interno de la conducta para llegar al externo. El
que también es de su interés, porque de estas normas se espera que se reflejen en buenas
acciones y obras.

En suma, el Derecho no es exclusivamente exterior, ni la moral es exclusivamente interna,


sino que ésta es principalmente interior y aquél primordialmente externo.

1.- Hacia un concepto de norma moral.

Basándonos en las características que le hemos atribuido a las normas morales, y dejando
para más adelante la formulación de un concepto de norma jurídica, diremos que ellas (las
morales) "son una clase de normas éticas que poseen las características de ser
imperativas, unilaterales, autónomas, incoercibles e interiores".

Todas estas características, salvo la imperatividad, ya las hemos analizado, por tanto, nos
remitimos a lo dicho sobre el particular. Ahora, diremos que toda norma es imperativa,
queriendo significar con esto que toda norma establece obligaciones e implica un
mandato. En el caso de las normas morales, lo que establecen son obligaciones morales.

2.- Convencionalismos sociales o normas de uso y trato social. (Normas sociales)

Las normas de uso y trato social reciben diversas denominaciones. Entre otras,
"convencionalismos sociales", "reglas de trato externo", "normas convencionales",
"costumbres sociales", "normas del decoro", etc.

Estas normas tienen por finalidad y función, facilitar la convivencia entre los hombres, la
hacen más agradable y de un nivel educativo superior, todo lo cual se concreta en mejores
y más adecuadas relaciones sociales. A ello tenderán, por ejemplo, las normas de la
cortesía, de la etiqueta, etc.

Un rasgo en común que presentan todas estas normas es su extrema variabilidad.


Cambian constantemente en el tiempo y en el espacio. Lo que en el pasado se
consideraba de cortesía y buena educación, suele ya no serlo hoy. Lo que en una cultura
se considera adecuado no es tenido por tal en otra, etc. Asimismo, es posible caracterizar
a los convencionalismos sociales de acuerdo a los elementos de bilateralidad y
unilateralidad, autonomía y heteronomía, coercibilidad e incoercibilidad, y, exterioridad e
interioridad, a que ya hemos hecho referencia.

Los convencionalismos sociales son, en opinión de la mayoría de los autores, unilaterales,


porque imponen obligaciones, pero no se le otorga a otro sujeto la facultad para exigir su
cumplimiento. Por ejemplo, si me encuentro en la calle con una persona conocida, una
norma de cortesía me obliga a saludarla, pero esa persona no tiene la facultad para
exigirme el cumplimiento de esa obligación, etc.

En lo que respecta a las características de autonomía y heteronomía, la mayoría estima


que se trata de normas heterónomas, esto es, que surgen o emanan de una voluntad
distinta a la de los sujetos imperados ellas. Esta voluntad distinta o extraña a la de las
personas regidas por tales normas, es la de la sociedad en la que viven.

Con respecto a las características de exterioridad e interioridad, la mayor parte de los


autores dice que se trata de normas exteriores.

Con relación a las características de coercibilidad e incoercibilidad, ellas, sin duda, son
incoercibles en el sentido de que no tienen una sanción de carácter jurídico. Pero, a pesar
de no poseer esta clase de sanción, se encuentran revestidas una sanción de otra
naturaleza, propia de estos convencionalismos. Por ejemplo, a una persona mal educada,
que no respeta las reglas de cortesía, el grupo social la va a sancionar con el aislamiento,
el que constituye una sanción muy característica de este tipo de normas.

Así entonces, podemos decir que "las normas sociales tienen por finalidad facilitar la
convivencia entre los hombres, que son imperativas, unilaterales, heterónomas,
incoercibles y exteriores."
3.- Las Normas Religiosas.

Las vamos a dejar mencionadas como una clase de normas por las cuales los hombres
suelen regir su conducta. Haciendo presente a la vez, que resulta muy difícil formular una
noción de las mismas que pueda ser aceptada por todos, pues las posiciones que las
personas adoptan con respecto a la religión son muchas y muy variadas. Van desde
quienes no tienen religión alguna, hasta quienes adhieren a una con profunda fe. A pesar
de que en alguna medida puede resultar esclarecedor, termina no siendo convincente lo
que al respecto expresa Abelardo Torré señala: "En sentido estricto (las normas
religiosas), son las que rigen la organización y funcionamiento de cualquier asociación
religiosa, inclusive las relaciones con los fieles. A su vez, en sentido amplio, serían todas
aquellas normas que se refieren a la religión". Este último sentido es tan amplio que
termina diciendo muy poco. El sentido estricto, estimo que no todos lo aceptarían. No
profundizaremos en el tema, nos limitamos solo a dejarlo planteado.

4.- Las normas jurídicas.

Refiriéndonos a las jurídicas les atribuimos las características de ser imperativas


bilaterales, heterónomas, exteriores y coercibles. Sobre la base de ellas podemos
definirlas diciendo que: "Las normas jurídicas constituyen una clase de normas
destinadas a regular la convivencia de los hombres en sociedad, que son imperativas,
bilaterales, heterónomas, exteriores y coercibles".

Las normas jurídicas regulan la conducta de los hombres que viven en sociedad, provienen
de actos de producción normativa que son ejecutados comúnmente por las autoridades
normativas a la que otras normas jurídicas del respectivo ordenamiento otorgan
competencia para la ejecución de tales actos de producción normativa, cuyo
cumplimiento, además, se encuentra garantizado por la legítima posibilidad del uso de la
fuerza socialmente organizada, y que, por último, apuntan a la realización de ciertas
aspiraciones de orden, paz y seguridad que los hombres desarrollan en cuanto viven en
sociedad.

El Derecho posee características propias que proporcionan los elementos de la estructura


básica de la norma jurídica, ideas que están implícitas en el concepto de norma jurídica, es
decir, aunque estos elementos no estén contemplados expresamente en su definición, se
entiende que lógicamente le son propios.

Estos elementos de la norma jurídica son:


1.- Sujetos de derecho: La idea de regla de conducta supone la existencia de personas,
capaces de la conducta prevista por la regla, los cuales estarán sujetos a la norma jurídica.
Consiste en la existencia de entes capaces de adquirir derechos y de contraer
obligaciones.

Los entes a que se hace referencia están conformados en todo caso por personas y estas
se dividen en dos tipos: naturales y jurídicas.

Son personas naturales todos los individuos de la especie humana.

Las personas jurídicas son personas ficticias capaces de ejercer derechos y de contraer
obligaciones civiles y de ser representadas judicial y extrajudicialmente.

2.- Objeto jurídico: El objeto de la relación jurídica consiste en una determinada conducta
que debe cumplir el sujeto obligado por la norma jurídica (sujeto pasivo) en favor del
titular de un derecho, que tiene por ello el derecho de exigir esta conducta (sujeto activo).
A esa conducta se la llama prestación que puede ser de dos clases. Activa, en que el
individuo debe realizar una determinada acción que es de dar o de hacer; y Pasiva, que
consiste en que el individuo omita realizar determinada conducta (“no hacer”). Se
acostumbra a distinguir también acerca del objeto de la prestación. Este objeto se traduce
en la materia sobre la cual recaen los derechos y obligaciones que surgen de la relación
jurídica.

3.- Relación Jurídica: Es el vínculo que se da entre dos sujetos surgido de la realización de
un supuesto normativo y que coloca a uno de ellos en la calidad de sujeto activo frente al
otro que tiene la calidad de sujeto pasivo en la realización de una prestación determinada.
En la relación jurídica hay, pues, siempre un sujeto activo o titular de un derecho
(subjetivo), que es quien está dotado de la facultad para exigir el cumplimiento de un
deber que viene impuesto por una norma de derecho; y, un sujeto pasivo u obligado, que
es el que tiene que dar, hacer u omitir (no hacer) algo en favor de la otra parte.

Es indiferente que éstos entes (el sujeto activo y el pasivo), están conformados cada uno
por una persona en particular o por muchas, pudiendo incluso ser uno de ellos la sociedad
entera. Por ejemplo, el titular de un derecho de propiedad tiene la facultad de exigir que
todo el resto de la sociedad -que sería el sujeto pasivo- se lo respete, por lo que todos los
integrantes de la sociedad tienen en este caso la obligación de “no hacer” algo, que se
traduce en no molestar al titular del derecho de propiedad en el uso y goce de ella.

Dentro de la relación jurídica resulta necesario distinguir entonces los siguientes


elementos:
a) Un Hecho Jurídico como hipótesis o supuesto contemplado en la norma;

b) Un Deber Jurídico del sujeto pasivo que lo lleva a cumplir con la prestación exigida;

c) Un Derecho Subjetivo que permite exigir el cumplimiento de la prestación. Dado o


realizado o cumplido el supuesto jurídico (hecho jurídico) la prestación consecuente se
imputa indefectiblemente, naciendo un derecho y un deber correlativos.

4.- Consecuencia Jurídica: Surge cuando un sujeto se coloca en situación de


incumplimiento de un deber jurídico. Para Kelsen la consecuencia jurídica es el elemento
que diferencia a la norma jurídica de las restantes normas y por ello la denomina norma
primaria. La consecuencia jurídica puede definirse como el vínculo por el cual se impone a
un sujeto una sanción en razón de haber cometido un hecho ilícito y mediando
generalmente la coacción del Estado.

II.- FINES DEL DERECHO.

Fines y funciones del Derecho

1.- Fines del Derecho.

Las prescripciones del derecho se han caracterizado, a través de los tiempos, por tender a
la realización de un conjunto de fines o valores ético-sociales de interés general para la
comunidad.

Según lo que hoy se acepta podemos decir que los fines del Derecho son el Orden, la Paz,
la Seguridad, y la Justicia; en resumen el Bien Común.

a.- El Orden consiste en que los individuos y las instituciones ocupen el lugar y
desempeñen las funciones que les corresponden de acuerdo con los preceptos que rijan la
organización y la convivencia social.

b.- La Paz es el estado de pública armonía y tranquilidad, tanto en la esfera interna de una
nación como en el plano de relaciones exteriores de los Estados.

c.- La Seguridad es la garantía dada a las personas de que ellas, sus bienes, sus derechos
no van a ser objeto de ataque. Si esto ocurre la sociedad va a actuar contra ellos a través
de la protección.

d.- La Justicia: (Santo Tomas) voluntad constante de dar a cada quien lo suyo entendida
como una medida, un valor mediante el cual vamos a ajustar nuestros actos.

Siempre se ha entendido como el objetivo clásico del ordenamiento jurídico, es el fin


propio y adecuado que se asigna al derecho en forma unánime.
Objetivamente, la justicia representa en la comunidad la existencia de un conjunto de
condiciones que aseguren que cada uno tenga, de y reciba lo que le corresponde, tanto
considerando al individuo en sí mismo como en sus relaciones con los demás individuos,
grupos o instituciones y con la comunidad entera.

Clases de justicia.

1. Justicia conmutativa, que regula y corrige las relaciones contractuales entre los seres
humanos como personas privadas, mediante un criterio básico de igualdad absoluta.

A su vez dentro de la Justicia Conmutativa, existen dos subespecies:

1.1. Justicia Conmutativa Propiamente tal o Sinalagmática: Es aquella que se da en el


campo de las relaciones comerciales, en las transacciones económicas, en donde se habla
de un precio justo (que el valor de la cosa sea igual al precio).

1.2. Justicia Conmutativa Judicial o Correctiva: Es aquélla que se vincula a la actividad


judicial, y se refiere a la equivalencia que debe existir entre el delito cometido y la sanción
impuesta por el juez, se habla de una pena justa (que la pena sea equivalente al daño
causado).

2. Justicia distributiva, es la que regula las relaciones de los seres humanos como
miembros de la comunidad política en la distribución de los bienes sociales, distribución
que se hace atendiendo a un criterio de proporción según méritos, función, etc.

3. Justicia legal, denominada así por Aristóteles, y que considera justicia integral. En este
sentido, justicia equivale a legalidad, y justo significa legal. No toda ley, por el hecho de
ser ley es justa.

e.- El Bien común: conjunto de condiciones que facilitan a las personas y a los grupos
sociales a alcanzar su perfección en la medida de lo posible ya sea en el sentido social
como en el individual.

El Bien común está consagrado en la Constitución Política de la República, en el Artículo


1º incisos 4º que señala: “El Estado está al servicio de la persona humana y su finalidad es
promover el bien común, para lo cual debe contribuir a crear las condiciones sociales que
permitan a todos y a cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor
realización espiritual y material posible, con pleno respeto a los derechos y garantías que
esta Constitución establece.
2.- Funciones del Derecho.

Los fines y las funciones del Derecho constituyen conceptos diferentes pero
estrechamente entrelazados. Los fines, a los que ya nos hemos referidos, son los objetivos
supremos y universales que el Derecho debe alcanzar; las funciones son las diversas
realizaciones concretas que cumple en la sociedad de acuerdo a sus finalidades.

Entre las funciones básicas podemos destacar;

a) Función de certeza y seguridad.


b) Función de cambio progresivo.
c) Función de organizar, limitar y legitimar el poder político.
d) Función de resolver los conflictos de intereses.

a.- Función de certeza y seguridad. La idea intuitiva que subyace es que el Derecho
cumple la función de seguridad, es decir, que las personas a las que van destinadas las
normas jurídicas deben saber a qué atenerse, deben conocer con anterioridad a sus
comportamientos cuáles de éstos están prohibidos, son obligatorios o le están permitidos.
En definitiva, la seguridad se refiere a la posibilidad de planificar las conductas, saber de
antemano qué consecuencias se derivarán de ellas, y así, poder actuar con conocimiento
de causa.
Esta idea puede recogerse de una manera esquemática en una definición técnica, según la
cual se daría certeza y seguridad jurídica, siempre que se cumplan las siguientes
condiciones:
a) Que las normas jurídicas sean claras, es decir, que se expresen en un lenguaje que
sea comprensible.
b) Que las normas jurídicas sean conocidas. Para cumplir con esta condición, es
necesario que las normas sean públicas y que se eviten al máximo las normas
secretas, aquellas a las que los ciudadanos no tienen acceso.
c) Que el Estado cumpla con sus propias normas y las haga cumplir. Para que la
seguridad jurídica exista el Estado debe respetar lo que en términos generales
podemos denominar el principio de legalidad.

2.- Concepto de Moral.

En el desarrollo histórico de los conceptos de Moral y de Derecho que se han manejado,


pese a las diferencias doctrinarias, es posible advertir ciertas constantes.
En efecto, la Moral se presenta como un orden de vida humana que busca, en definitiva,
la bondad del sujeto que actúa. No es el acto ni el conjunto de actos los que le interesa,
sino la persona humana que se expresa a través de sus actos. En otro giro, le interesan los
actos tanto en cuanto son manifestaciones de la persona. Por eso, ella rige la actividad de
los hombres desde el instante mismo en que es concebida: desde la intimidad de la
conciencia.

El Derecho, en cambio, regula los actos en su dimensión social. Le interesan, pues aquellos
actos que benefician o que perjudican la convivencia humana.

Ahora bien, definir, conceptuar y relacionar la moral con el derecho ha constituido la


preocupación de filósofos, teólogos, moralistas, etc.

Se denomina moral a las normas a través de las cuales regimos nuestras conductas
sociales, es decir, nuestros comportamientos en tanto ser humanos que se relacionan
con otros seres humanos en el seno de la sociedad y al entorno que rodea a la misma.

Moral proviene del término en latín “mores” que significa costumbres. En ese sentido, la
moral plantea qué es lo correcto y lo incorrecto en el marco de ser en sociedad para
conservar de este modo el equilibrio y la armonía de la sociedad.

Desde la Antigüedad, la moral ha sido el eje central de reflexiones, debate y la


preocupación de grandes pensadores como los filósofos griegos. Es común además
relacionar el concepto de moral con el de ética y aunque muchas veces pueda parecernos
que son sinónimos, la verdad es que no lo son.

La ética es una disciplina que estudia la moral, para establecer principios universales o
absolutos a partir de acciones que son correctas desde el punto de vista ético, o no lo son.
En este sentido, la moral está ligada a un esquema de “bien” y de “mal” pero sólo dentro
de una cultura o civilización determinada. Por ejemplo, robar es un acto éticamente
incorrecto en la mayoría de los países del mundo, además de ser un delito, pero matar
una vaca en India es una acción moralmente incorrecta, mientras que en los países de
América Latina, la ganadería y la venta/exportación de carne (para lo cual hay que matar a
las vacas) es uno de los sustentos del PBI de los países.

Además, el término moral se opone en primer lugar al término inmoral, que refiere de
manera directa a todas las acciones por las cuales una persona puede violar el esquema
moral de su cultura o sociedad. Un comportamiento inmoral, es entonces un
comportamiento incorrecto, se está obrando mal.
Pero por otra parte, también existe el término amoral, lo cual hace referencia a una
persona carente de moral, y entonces los hechos no se clasifican como
incorrectos/correctos, buenos/malos. Es el caso de la religión taoísta, que plantea a la
moral como un elemento que corrompe a la persona, pues le obliga a obrar bien y
correctamente todo el tiempo cuando en realidad el ser humano necesita equivocarse
para aprender, por lo cual a veces las acciones malas pueden traernos un buen
aprendizaje.

La moral está ampliamente ligada al concepto de libertad, puesto que el ser humano
posee libertad para realizar sus acciones y entrar allí en juego los valores, que dirigen las
acciones morales o inmorales.

Objeto Material y Formal de la Moral.

El objeto material de la moral son las costumbres y la conducta humanas.

El objeto formal de la moral es el conjunto de leyes que deben informar y orientar la


actividad humana.

Características de la moral:

a) La moral es normativa, porque establece las normas que determinan lo que es el Bien y
lo que es el Mal.

b) La moral formula los principios generales, porque según sus principios clasifica y juzga
todos los hechos particulares que son propios de su campo.

c) El fundamento de la moral es la razón, ya que los diferentes sistemas morales pueden


establecer distintos principios, como su fundamento. Pero en el fondo de todos ellos se
encuentra la razón que busca configurar y legitimar el respectivo sistema.

Conciencia moral

Sólo un ser humano es sujeto de actos morales o inmorales. Podemos por lo tanto,
concluir que "la conciencia moral" es una función de la persona humana.

La experiencia nos señala que ciertas personas observan una determinada conducta moral
y que otras se conducen en forma inmoral.

En consecuencia, la "conciencia moral" no es algo añadida a la persona, sino que es la


misma persona, el sujeto de la conducta moral.
"La conciencia moral es una realidad dinámica que capacita al hombre para captar y vivir
los valores morales". Su desarrollo y su perfección dependen del desarrollo y de la
perfección de la personalidad de cada hombre.

Elementos constitutivos de la conciencia moral:

a) Elementos racionales, que concurren a la formación de los juicios antes o después de


un acto moral.

Los juicios previos al acto moral establecen los principios. Ejemplo; Hay que hacer el bien y
evitar el mal.

Los juicios después del acto moral, la conciencia lo acepta si fue bueno y lo rechaza en el
caso que haya sido malo. También se juzga si es digno de recompensa o castigo.

b) Los sentimientos morales, estos pueden ser antes o después de un acto moral. El
hombre naturalmente tiene la tendencia de hacer el bien y de evitar el mal. Experimenta a
la vez, respeto al deber, y por ende, aprecia la conducta buena y menosprecia la mala.

Orden moral objetivo: es el conjunto de normas y valores morales de una sociedad.

Frente al orden moral objetivo, la conciencia moral puede ser:

- Conciencia verdadera.- cuando las valoraciones morales están de acuerdo con las
normas objetivas.

- Conciencia falsa.- cuando las valoraciones no están de acuerdo con las normas
establecidas.

- Conciencia segura.- cuando no hay duda acerca de la legitimidad o ilegitimidad de una


acción dada.

- Conciencia dudosa.- cuando las valoraciones de la conciencia son inseguras.

Moral Social.

La moral social surge de la realidad social vista a la luz de la fe. La justicia es la clave de la
estructura social junto con los principios de solidaridad y subsidiariedad. El hombre se
integra en el mundo social mediante el trabajo y la economía, que tienen un valor moral.
La comunicación entre los hombres da una dimensión mundial a los problemas sociales;
en este ámbito se destacan el desarrollo sostenido y una ética de la paz.
La cultura y la religión son dos valores sociales fundamentales que deben cuidarse
conjuntamente. La moral social es la parte de la ética que estudia el valor moral del
comportamiento humano en el ámbito de las relaciones sociales. Trata preferentemente
del comportamiento de las personas en relación con los demás, en cuanto viven en
sociedad, en unas estructuras y ámbitos determinados.

Apuntes preparados por la docente: Margarita Manríquez Sánchez.


Carolina Peña Pellegrini

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