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Estas son algunas claves importantes para que conduzcas y transites tranquilo. ¡Ponlas
en práctica y recuerda que más prevención es igual a más seguridad!
1. Es fundamental que conozcas el Código Nacional de Tránsito y todas las señales. Este es el
principio de la conducción segura.
5. No consumas alimentos y no hables por celular, ni siquiera con manos libres, mientras
conduces. ¡Tu atención no estará al 100 %!
8. Para identificar puntos ciegos: inclínate hacia adelante para ver mucho más en el espejo
retrovisor.
Cuando salgas en tu carro todos los días —sobre todo los fines de semana— y te movilices
por carretera, es importante que tengas en cuenta las siguientes recomendaciones para
adelantar a otros vehículos de forma segura.
Una de las causas más comunes de accidentes de tránsito es adelantar bruscamente en el
momento menos oportuno y desde un lugar indebido. Como conductor, eres parte de la
movilidad de la ciudad y, como tal, tienes la responsabilidad de conocer y cumplir
las normas de tránsito.
Cerciórate que en cada maniobra que realices no haya riesgo, de esa forma cuidas tu
integridad y la de los demás actores de la vía.
Recomendaciones iniciales
Los carros deben transitar por sus respectivos carriles sin salirse de las líneas de
demarcación, excepto para adelantar o cruzar.
Antes de adelantar a otro vehículo debes anunciar que tienes la intención de hacerlo.
Para esto cuentas con las luces direccionales y señales ópticas o audibles. Cuando
los otros actores de la movilidad están informados de que vas a hacer un
movimiento, no se entorpece el tránsito. Piensa en la seguridad de los demás
carros y sus ocupantes, así como la de motociclistas, ciclistas y peatones.
¿Qué debes hacer si tienes una emergencia y por alguna razón no puedes usar las
direccionales?
En este caso, el Código Nacional de Tránsito explica que debes usar alguna de las
siguientes señales manuales:
Para cruzar a la izquierda o cambiar de carril, saca el brazo izquierdo y extiéndelo
horizontalmente.
Para indicar cruce a la derecha, saca el brazo izquierdo formando un ángulo de 90
grados con la mano hacia arriba.
Para indicar reducción de velocidad o detención del carro, saca el brazo izquierdo
formando un ángulo de 90 grados con la mano hacia abajo.
El hecho de que estés triste o asustado influye en tu forma de conducir carro, moto o
bicicleta. Tener desarrollada tu inteligencia emocional implica poder controlar tus
emociones o tomar la sabia decisión de entregar tus llaves cuando te
consideres impedido para manejar.
Las emociones, de acuerdo al estudio Conducción ZEN: emociones, decisiones y
conducción, son respuestas automáticas del cerebro que guían el comportamiento. Son
tan naturales que pueden presentarse de forma inconsciente. No controlarlas significa no
tomar decisiones emocionales asertivas.
“Los conductores sin control emocional triplican la probabilidad de tener un parte o
sanción y duplican su agresividad por las acciones de los demás”, de ahí la importancia
de cultivar la inteligencia emocional.
Aplica estas claves en tu cotidianidad y aporta a la seguridad vial y a la movilidad
responsable. Verás que solamente implican conocerte mejor y conectarte con todos los
elementos presentes en la vía.
Sé consciente de que lo que piensas y sientes tiene impacto en tu cuerpo y tus
acciones. Así no lo quieras, puedes actuar de forma inadecuada cuando no
controlas lo que sientes. Conducir cualquier vehículo te exige capacidad de
reacción ante un imprevisto y el malgenio o la tristeza hacen que esta se reduzca.
Toma conciencia del vehículo. Conéctate con la vía y sus condiciones, observa los
actores de la movilidad que te rodean y los que podrían aparecer: peatones,
ciclistas, otros conductores, animales, entre otros.
Si te encuentras en un estado anímico que puede representar un riesgo para ti y los
demás, lo mejor es que detengas el carro, moto o bicicleta en una zona segura y pidas
ayuda. Si la situación no es tan extrema, está en ti controlar tus emociones por medio
de la relajación. Respira profundo y no te dejes llevar por el estrés o la
crisis. Piensa en positivo.
Revisa el funcionamiento de tu vehículo antes de comenzar la marcha. Esto te
permite identificar si hay algo que está fallando y evitar una varada en la vía. Si no
conoces mucho del funcionamiento de tu vehículo, por lo menos es bueno que tengas
claras algunas buenas prácticas de prevención y mantenimiento: ¿cada cuánto tu
carro necesita alineación y balanceo?, ¿cuándo fue la última vez que revisaste los
frenos?, etc.
Asume la postura adecuada en la silla o sillín para que no pierdas la concentración y
estés cómodo.
Mantén la temperatura de tu cuerpo. El calor te produce somnolencia y el frío hace
que recojas tu cuerpo, es decir, que atraigas tus piernas hacia tu pecho y cierres
más los brazos alrededor de tu tronco. Si te movilizas en moto o bicicleta, usa el
equipo adecuado para conservar tu cuerpo en estado óptimo. Si vas en carro, toma
medidas para que el ambiente de la cabina sea agradable.
La música influye en tu estado de ánimo. Si escuchas un género que transmite caos y
desorden, es muy posible que esto impacte tus pensamientos. Mientras
conduces, procura escuchar lo que te genere tranquilidad, no desvíe tu atención y
no te dé sueño.
Conducir cuando el tráfico es más complicado no es fácil. Es una realidad de todas las
ciudades, así que prepárate. Piensa de forma positiva ante los trancones, los
choques, si un conductor que no respeta las normas de tránsito, entre otros factores,
de esta manera te evitas disgustos y das un respiro a tus emociones.
Conducir carro, moto o bicicleta es una gran responsabilidad. El más mínimo descuido puede
hacer que ocurra un siniestro y resulten afectados todos los actores de la
movilidad, incluido tú como conductor o pasajero de cualquier vehículo. Y es que los daños
materiales pasan a un segundo plano cuando de la vida se trata.
Desde el momento en que decides tomar las llaves o comenzar a pedalear, debes pensar en
las normas de seguridad para realizar la actividad a plenitud. Esto incluye entender cómo
las emociones impactan tu forma de manejar, reflexionar sobre lo que sientes y cómo lo
exteriorizas. ¿Estás contento, tranquilo, asustado, nervioso, con rabia?
Si tienes desarrollada tu inteligencia emocional, sabrás cuándo es bueno que no
conduzcas —por la influencia negativa de las emociones— o, por el contrario, si estás en
buenas condiciones para manejar.
Imagínate lo siguiente: cuando estás triste no puedes evitar responderle a alguien de forma
grosera o, sencillamente, eres incapaz de pensar con claridad. Lo mismo pasa con las otras
emociones: determinan tu actuar, tu sentido de reacción y tu actitud en la vía.
Si estás malhumorado, deprimido, decepcionado o en shock, no puedes conducir. No sería
una decisión que concuerde con los principios de la movilidad responsable. Como
ves, manejar carro, moto o bicicleta es una actividad 100 % emocional.
¿Qué elementos de las emociones impactan la conducción?
Las emociones se manifiestan o influyen en varios elementos que definen la manera cómo
conduces. El estudio Conducción ZEN: emociones, decisiones y conducción, que puedes
consultar aquí, los explica.
Pensamientos: los tienes cuando te montas a un carro, una moto o una bicicleta, y
vas a manejar. Estos dependen de lo que hiciste antes de iniciar la conducción, de lo
que ocurre mientras conduces y de lo que debes hacer luego.
Mito 3: hay personas con fuerza suficiente para mantenerse dentro del carro en un
accidente sin necesidad de usar cinturón.
Andrés Múnera: “He escuchado que hay personas que tienen tanta fuerza como para
controlar su cuerpo dentro del carro”.
Esto no es posible. Cuando un carro va a 20 kilómetros por hora y se choca, los cuerpos de
los ocupantes alcanzan una fuerza que equivale a seis veces el peso de cada uno. Si la
velocidad es muy alta, no hay manera de poder quedarse dentro del carro.
Aprender a manejar un carro es una de las experiencias más enriquecedoras que podrías
tener. Las personas logran sentirse con mayor control de sí mismas, más libres y
seguras. Las ventajas de aprender a manejar son muchas y no solo se reducen al ámbito
personal.
Cuando conduces un automóvil puedes desplazarte de un lugar a otro más cómodamente.
Aunque debes hacer una gran inversión para comprar y sostener un carro, luego de que lo
tienes puedes despreocuparte de los gastos que implica usar el transporte público y,
ante alguna emergencia, tienes la seguridad de que llegarás más rápido a donde haga falta.
Más allá de esto, quien conduce un vehículo asume una gran responsabilidadporque, si
comete una equivocación o imprudencia, tanto él como los demás podrían resultar afectados.
Para evitar cualquier inconveniente mientras estás aprendiendo a manejar, sigue estos
cinco consejos y, a medida que los vayas poniendo en práctica, verás cómo tus destrezas
frente al volante mejorarán considerablemente.
No te acostumbres a una misma vía
Una de las mejores recomendaciones es que seas capaz de adaptarte a distintas vías y
terrenos. Procura cambiar tus trayectos de vez en cuando y asegúrate de viajar
acompañado por una persona que sepa conducir, de esa forma te sentirás más tranquilo.
Confía en ti mismo
Cuando empiezas a manejar carro, una de las principales dificultades es enfrentarte a ti
mismo. Los nervios y el miedo, casi siempre, juegan en tu contra. ¡No te preocupes! Es
normal que te sientas así, solo tienes que hacerles frente a esos temores y apoyarte en los
seres queridos que tienen más experiencia conduciendo.
La experiencia de conducir carro es muy enriquecedora. Desarrollarás cualidades que ni
siquiera pensabas que tenías, así que no pierdas ni un momento para poner en
práctica todos estos consejos útiles y vuélvete todo un conductor profesional y
responsable. ¡Te deseamos el mayor de los éxitos en tu entrenamiento para conducir!