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Este día nos hemos reunido aquí, con sus padres, hermanos, padrinos y
familiares, para orar y dar gracias a Dios.
I. Ritos Iniciales
V/. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
Saludo
V/. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión
del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Alegrémonos con nuestra Madre, la Santa Iglesia, por estos hermanos
que se acercarán al Altar para recibir por primera vez el Cuerpo y la Sangre
de Cristo
Interrogatorio
V/. Queridos Hermanos, ¿Qué piden a la Iglesia?
R/. La Sagrada Comunión.
V/. Yo, en nombre de la Santa Madre Iglesia, les concedo lo que piden, para
que Aquél que les concede su Cuerpo y Sangre, les ayude a llegar al Cielo.
R/. Amén.
Acto Penitencial
V/. Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios
reconozcamos nuestros pecados.
Confiteor
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes,
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra,
obra y omisión:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego
a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro
Señor.
Kirie
V/. Señor, ten piedad.
R/. Señor, ten piedad.
Primera Lectura
De la primera carta de San Pablo a los Corintios (1 Cor 11,23-26)
Hermanos: Yo recibí del Señor lo que les he transmitido; que Jesús, el Señor,
la noche en que fue entregado, tomó pan, dio gracias, lo partió y dijo «Este es
mi Cuerpo, que será entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía». Después
de cenar, hizo lo mismo con el cáliz, diciendo «Este cáliz es la nueva alianza,
sellada con mi Sangre; cada vez que la beban, háganlo en memoria mía». Pues
siempre que coman de este Pan y beban de este Cáliz, anunciáis la muerte
del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial
R/. El Señor es mi pastor, dada me faltará
V/. Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú estás conmigo.
Tu vara y tu callado me dan seguridad. R/.
Y
o soy el pan de vida. Sus antepasados comieron el maná en el desierto,
pero murieron: aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman
y ya no mueran. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma
de este pan, vivirá para siempre. El pan que yo les daré es mi carne, y lo daré
para la vida del mundo. Los judíos discutían ente sí; - ¿Cómo puede éste darnos
a comer su carne? - Jesús les dijo: En verdad les digo, que, si no comen carne
del Hijo del hombre y no beben de su sangre, no tienen vida en ustedes. El que
come mi carne y bebe mi sangre, vive de vida eterna, y yo lo resucitare el último
día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que
come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre,
que es vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí.
Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados,
que comieron y después murieron. El que coma este pan, vivirá para siempre.
Palabra del Señor.
V/. ¿Renuncian a toda clase de mal, pata que el pecado no los domine?
R/. Sí, renuncio.
V/. ¿Creen en Jesucristo, Hijo único de Padre, Señor nuestro, que nació de
Santa María Virgen, padeció, fue sepultado, resucito de entre los muertos y
está sentado a la derecha del Padre?
R/. Sí, creo.
V/. Que Dios conserve sus promesas, y los colme de sus bendiciones y les
otorgue su gracia, para que puedan ser buenos cristianos
R/. Amén.
A partir de aquí, se puede apagar la vela
Invitatorio
V/. Oremos hermanos al Padre, por estos hermanos, que participarán por
primera vez del Sacrificio del Altar, oremos por ellos, sus familias y por toda
la Iglesia. Oremos
R/. Jesús, Pan de Vida, escúchanos.
Intenciones
Por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, que Dios misericordioso, lo
colme de salud, sabiduría y la fortaleza necesaria, para guiar a la Iglesia a él
confiada. Oremos. R/.
Por nosotros, los padres y padrinos de estos hermanos, para que seamos
conscientes de nuestra responsabilidad y misión, siendo testimonio claro de
vida cristiana para nuestros ahijados, y les sirvamos de ejemplo, al
acercarnos frecuentemente al Sacramento de la Reconciliación. Oremos. R/.
Por quienes reciben por primera vez el Cuerpo de Cristo en su corazón, para
que cada día crezca en nosotros el deseo de ser como Él, alejándonos del
pecado y las tentaciones del demonio, y vivir en su presencia para recibirlo
frecuentemente. Oremos. R/.
V/. Señor, que tu Corazón de Padre acoja todas estas peticiones. Que tu Hijo
Jesucristo viva en nosotros, y se haga realidad tu Reino aquí en la tierra. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
R/. Amén.
III. Liturgia Eucarística
En este momento, se preparan sobre el Altar las especies que van a ser consagradas,
sírvanse de este tiempo en contemplar el Sagrado Misterio que sucede diariamente en
la Misa y también, para prepararse para la recepción de la Sagrada Comunión
Sanctus
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos
que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que
sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual,
tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Del mismo modo, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
Tomad y Bebed todo de Él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por ustedes y por muchos
para el perdón de los pecados.
hagan esto en conmemoración mía.
V/. Éste es el Sacramento de nuestra fe.
R/. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor
Jesús!
Pater noster
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu
Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal.
V/. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y
protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
R/. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.
Rito de la paz
V/. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «Mi paz les dejo, mi paz les
doy»; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y,
conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por
los siglos de los siglos.
R/. Amén.
Comunión
V/. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
R/. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
Oración después de la comunión
V/. Oremos.
Te rogamos, Señor, que nos santifique nuestra participación en esta
eucaristía, para que, en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, se estreche cada
vez más la fraternidad universal de todos los hombres. Por Jesucristo
nuestro Señor.
R/. Amén.
V. Rito de Conclusión
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
Gracias de doy, Señor Santo, Padre todopoderoso, Dios eterno, porque a mí, pecador, indigno
siervo tuyo, sin mérito alguno de mi parte, sino por tu misericordia, te has dignado alimentarme
con el precioso Cuerpo y Sangre de tu Unigénito Hijo mi Señor Jesucristo.
Te suplico que esta Sagrada Comunión no sea ocasión de castigo, sino intercesión saludable
para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo de mi voluntad, muerte de todos mis vicios,
exterminio de todos mis carnales apetitos, y aumento de caridad, paciencia y verdadera
humildad, y de todas las virtudes: sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme
defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo, único y
verdadero Dios, y sello feliz de mi muerte dichosa.
Te ruego que tengas por bien llevar a este pecador a aquel convite inefable, donde Tú, con tu Hijo
y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable,
dicha consumada y felicidad perfecta. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.