BOLETINES COLPSIC NO.

017* CAMPO DE PSICOLOGÍA EDUCATIVA

ISSN (en línea): 2462-8611

Boletines
Colpsic
Campo de
Psicología
Educativa
ENERO- 2017 BOLETÍN NO. 017

EDITORIAL
Editorial Páginas 1 - 2
Por Dennys Andrea Cortés, Representante del Campo de Psicología Educativa del Capítulo Meta y
Orinoquía.
DEL TIC TAC DEL RELOJ AL
© Colegio Colombiano de Psicólogos BUM DE BUM DEL CORAZÓN
www.colpsic.org.co
Se ha vuelto casi común encontrar
Bogotá, D.C., Colombia en los proyectos educativos Páginas 2 - 3
Sala Nacional Colegial institucionales en educación básica,
Presidentes Capitulares
Betty Luz Ruiz media y superior y en otros escenarios LA INCLUSIÓN EDUCATIVA Y EL
Carolina Aguilar Bedoya
educativos la formación integral de los APRENDIZAJE
SOCIOEMOCIONAL EN LA
Esmeralda Torres Betancourt
Francisco Apolinar Larrañaga Pineda
educandos como uno de sus objetivos
Hélmer Chacón Peralta
EDUCACIÓN INICIAL
Henry Sánchez Olarte
Juan José Cañas Serrano
o principios misionales. Y ¿a qué nos
Juliet Vanessa Salazar Rodríguez referimos cuando hablamos de dicha Páginas 3 - 4
Nelson Ricardo Vergara Chaparro
Rodrigo Mazo Zea formación? Seguramente podemos
Consejo Directivo Nacional
encontrar una diversidad de EMOCIONALIZAR LA
Presidencia
Claudia María Sanín Velásquez EDUCACIÓN: UNA INVITACIÓN
referencias a la misma, pero como se
Vicepresidencia
Germán Antonio Gutiérrez Domínguez INSPIRADORA
Miembros Consejo Directivo Nacional ha enunciado desde la Comisión de
Andrés Manuel Pérez Acosta
José Rodríguez Valderrama
Expertos liderada por Delors (1996), Páginas 4 – 5
Juan Diego Tobón Lotero esto hace referencia a que el
Leonidas Castro Camacho
Martha Leonor Restrepo Forero aprendizaje no esté solamente ENTREVISTA: La importancia
Nancy Vargas Espinosa
enfocado en el intelecto sino que sea de la Inteligencia Emocional
Olga Lucía Hoyos de los Ríos
Dirección Ejecutiva Nacional un aprendizaje para la vida. No solo
Evelyn Carrioni Denyer
Páginas 6 - 7
Dirección de Campos Disciplinares y Profesionales para el trabajo, como se pretende
María Claudia Peralta Gómez
desde algunas políticas RESEÑA DE LA PELÍCULA: La
Dirección de Comunicaciones
Ana María Houghton Illera gubernamentales. importancia de la Inteligencia
Compiladora
Diana Carolina Monroy Sánchez
Dentro de esta formación integral Emocional
Subdirectora Campos Disciplinares y Profesionales se ha planteado la educación de las Página 7
Revisión de estilo emociones, la cual está estrechamente
Ana María Houghton Illera
Juan Pablo Torres Sánchez ligada a los aprendizajes del ser y del
Diseño y diagramación
Sebastián Gutiérrez Castillo
convivir (Delors, 1996). Como se ha
BOLETINES COLPSIC NO. 017 * CAMPO DE PSICOLOGÍA EDUCATIVA
demostrado en investigaciones y como
lo resaltan los articulistas de este
boletín, en su estrecha relación con el
rendimiento académico tal y como lo
señalaban hace ya varias décadas
Ekstein y Motto (1972) “el hecho de
apelar a las emociones puede tener
éxitos allí donde fracasa el esfuerzo por
apelar al intelecto” (p. 345).
En relación con lo anterior, en este
número del boletín del Campo de
Psicología Educativa nos hemos
centrado en el tema de la educación de
las emociones, el cual constituye una
interesante amalgama entre la
psicología, la neurociencia, la
pedagogía, la filosofía, las ciencias
cognitivas e incluso la robótica
(Vallverdú, 2007).
Numerosos investigadores y construir dicha democracia. Dicho
autores han venido trabajando en este
campo en los últimos años, como bien
lo señalan las y los colaboradores de
este número. Conceptos tales como
inteligencia emocional, mente
emocional, competencia emocional,
alfabetización emocional, entre otras,
se han vuelto más familiares en el
ámbito de la psicología educativa y de
la educación en general. También
surgen múltiples interrogantes sobre
cuáles son las didácticas más
apropiadas para realizar una educación
de las emociones, ¿estas deben
evaluarse?, ¿deben hacer parte del
currículo formal o permanecer en el
currículo oculto de los procesos
formativos?, ¿qué competencias
debemos desarrollar los educadores
para lograr formar en este aspecto?,
entre otros.
Los psicólogos colaboradores de
este número dan sus aportes sobre el
tema. Lo cual se constituye en un
“abrebocas” para que nuestros lectores
planteen desde su ejercicio profesional
y académico sus propias reflexiones.
En particular, para vincular dichas
contribuciones con este momento
socio-histórico del país en el cual se
construyen acuerdos para la
terminación del conflicto armado con
uno de los actores del mismo en
Colombia y en donde surgen múltiples
interrogantes (y recursos) para lo que
se ha denominado el posconflicto o
posacuerdo.
Así que, educar en las emociones es
un imperiosa demanda en los procesos
educativos actuales de nuestro país y
—por qué no— a nivel global, pues
como señala Maturana (1992) “Es en el
emocionar que surgen tanto el amigo
como el enemigo, no en la razón o lo
racional; por esto debemos darnos
cuenta de que la democracia se define
y se vive desde la emoción, desde el
deseo de convivencia en un proyecto
común de vida” (p. 53). Y de acuerdo
con este autor, es el amor la emoción
fundamental que nos permitirá
amor entendido como “la emoción que
constituye el dominio de acciones en
que nuestras interacciones recurrentes
con otro hacen al otro un legítimo otro
en la convivencia” (p. 13).
REFERENCIAS
Delors, J. (1996). Los cuatro pilares de la
educación. En I. Al Mufti, J. Delors, et al.
(Eds.), La educación encierra un tesoro:
Informe a la UNESCO de la Comisión
Internacional sobre la educación para el
siglo XXI (pp. 96-109). Madrid: Santillana.
Ekstein, R. & Motto, R. (1972). Del aprendizaje
por amor, al amor al aprendizaje. Buenos
Aires: Paidós.
Maturana, H. R. (1992). Emociones y lenguaje en
educación y política. Santiago de Chile:
Centro de Educación del Desarrollo (CEO).
Vallverdú, J. (2007). ¿Por qué motivos
crearemos máquinas emocionales?
Astrolabio: Revista Internacional de
Filosofía, (5), 44-52.
2
Representantes del Campo de Psicología
Educativa - Colpsic
Subdirector Nacional del Campo
Gloria del Carmen Tobón Velásquez
Capítulo Caldas – Regional Cumanday
Representantes Regionales
Dennys Andrea Cortés Ramírez
Capítulo Meta y Orinoquía
Martha Cecilia Lozano Ardila
Capítulo Bogotá y Cundinamarca
DEL TIC TAC DEL RELOJ
AL BUM DE BUM DEL
CORAZÓN
Por Valentina Bernal Pérez, Psicóloga,
Universidad de Manizales. Estudiante de
Maestría en Educación desde la diversidad,
Universidad de Manizales. Gestora de
Inclusión Educativa Riosucio-Caldas.
Colegiada adscrita a Colpsic, Capítulo
Caldas – Regional Cumanday.
Muchas de las transformaciones
sociales y educativas que han tenido
algunas instituciones han sido la
inclusión de contenidos relacionados
con la formación personal, ética,
moral y emocional en los planes de
estudio.
La formación emocional, desde
sus temáticas y dimensión humana,
ha jugado un papel importante en la
educación, puesto que es una de las
inteligencias reconocidas en el
desarrollo. La inteligencia emocional
es entendida como la capacidad de
reconocer emociones en sí mismo y
en los demás, y ser capaz de dar una
respuesta oportuna a las mismas.
Las emociones, el sentirlas y
actuar de acuerdo a la situación y al
contexto se convierten, a la vez, en
una habilidad primordial para la vida.
Es un reto tanto para los docentes
como para las instituciones
educativas formar en este sentido,
pues las emociones son tan relativas y
propias de cada ser humano que es
casi imposible generalizarlas y
establecer parámetros universales
para reconocerlas.
¿Por qué ha tomado fuerza esta
dimensión del desarrollo en los
BOLETINES COLPSIC NO. 017 * CAMPO DE PSICOLOGÍA EDUCATIVA
últimos años? Diekstra (2013), explica
que “estamos impidiendo que los
niños y jóvenes tengan un desarrollo
óptimo cuando les privamos del
aprendizaje social y emocional”. Es
cierto que a la escuela no solo se
asiste a aprender contenidos, sino
tambien a aprender a sortear
situaciones de la vida diaria como:
discusiones, peleas cazadas,
estudiantes con estilos de aprendizaje
diversos, docentes con estilos de
enseñanza diferentes, directrices de
disciplina y reglas por cumplir que le
otorgan a la educación el papel
transformador de la sociedad.
Sin embargo, la escuela por su
universalidad misma —aunque ya se
ha recorrido camino al hablar de
diversidad— todavía carece de la
posibilidad de reconocer y propiciar
espacios para permitir a los niños que
sean “... capaces de gestionar
sus emociones...” ya que así tendrán
“... mayor probabilidad de obtener un
mejor rendimiento académico y
estarán más preparados para el
mundo laboral” (Diekstra, 2013). Es
decir, si se permite a los niños
expresar sus emociones, reconocerlas
en sí mismos, y reconocerlas en otros
lograrán empatizar, tener
sentimientos compasivos, solidaridad
y equidad. Lo anterior, si se orienta la
formación en la escuela desde un
enfoque de derechos en la cual se
reconozca la diversidad de las
emociones. En este sentido, la
premisa es la de la inclusión; por
ejemplo, fortalecer por medio de
actividades pedagógicas el
reconocimiento de emociones, la
asertividad y la empatía para obtener
mejores relaciones interpersonales.
Para lograr que la escuela
trascienda en este aspecto sin dejar
de lado los contenidos se requiere
tener en cuenta: el pensar, el sentir, y
el actuar. Dicha triada, además de
tener un componente neurológico
para su explicación, permite que el
aprendizaje en el aula pueda ser
extrapolado a la vida cotidiana de los
estudiantes.
La educación emocional ha de ser
articulada al desarrollo integral. En el
cual el pensar esté supeditado a
retomar la capacidad de asombro de
los estudiantes y donde la creatividad
y la lógica analógica sean las
capacidades esenciales para que los
estudiantes sean felices y abiertos a
las experiencias de la vida. Así,
pueden lograr inclinar esas
capacidades en el aprendizaje y a
nombrar sus sentimientos, escuchar
los colores y soñar las acciones
encaminadas al bienestar propio y al
bien común, en donde el actuar se
convierte en una ”barita mágica” de
esperanza. Para que en tiempos
cronometrados se viva
simultáneamente el tic tac del reloj y
el bum bum del corazón.
REFERENCIAS
Diekstra, R. (2013). El Aprendizaje Social y
Emocional: las habilidades para la vida.
Recuperado de:
www.nuecesyneuronas.com/habilidaes-la-
vida-rene-diekstra/
3
LA INCLUSIÓN
EDUCATIVA Y EL
APRENDIZAJE
SOCIOEMOCIONAL EN LA
EDUCACIÓN INICIAL
Por Diana Carolina Martínez Pineda,
Psicóloga. Universidad de Manizales.
Estudiante de Maestría en Educación desde
la Diversidad. Psicóloga Hogar Infantil
Pelusa. Colegiada adscrita a Colpsic,
Capítulo Caldas – Regional Cumanday.
La educación posibilita que los
niños, niñas y jóvenes construyan su
personalidad, desarrollen al máximo
sus capacidades, y conformen su
identidad personal. A su vez, la
educación permite reconfigurar la
comprensión de la realidad y el
contexto social en el que se
desenvuelven al integrar las
diferentes dimensiones que
conforman al ser y el paso hacia el
nosotros.
Por lo anterior —y respondiendo a
la demanda de educación integral que
ocupa las agendas de la política
educativa en cuestión de calidad— la
inclusión educativa es sin duda uno de
los temas más destacados al
mantener la observancia en la
accesibilidad, la participación y
permanencia de todos los niños y
niñas. En particular, de aquellos que
presentan condiciones de
vulnerabilidad o discapacidad.
No obstante, surgen estas
preguntas: ¿Qué pasa con la
educación inicial? ¿Cómo es el
proceso de inclusión en los más
pequeños? La primera infancia es
identificada desde los cero meses
hasta los 5 años y 11 meses en la vida
de un niño o una niña. Este ciclo
evolutivo comprende experiencias
vitales que configuran sus
aprendizajes significativos y que
forman sus recursos personales para
responder a las exigencias del medio.
Por lo tanto, esta edad es clave en el
desarrollo integral de cada ser
humano y aquellos sentidos y
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significados que se configuren se
verán reflejados en el transcurso de la
vida.
Los aprendizajes que se adquieren
se vuelven significativos en la medida
en la que son permeados por sus
emociones. “La educación inicial es
un proceso permanente y continuo de
interacciones y relaciones sociales de
calidad, pertinentes y oportunas, que
posibilitan a los niños potenciar sus
capacidades y adquirir competencias
en función de un desarrollo pleno
como seres humanos” (Puche
Navarro, Orozco Hormaza, Orozco
Hormaza, & Correa Restrepo, 2009),
de ahí la importancia de la educación
emocional desde la primera infancia
ya que permite enseñar a los niños y
niñas a conocer y regular sus
emociones, a identificarlas y a
gestionarlas. Lo anterior dado que un
niño cuando logra ser empático con
los demás es educado
emocionalmente y obtiene un buen
ajuste psicológico, tiene un efecto
positivo sobre el rendimiento
académico y un mejor desempeño en
las relaciones sociales.
Una de las estrategias utilizadas
para fomentar en los niños y niñas el
respeto por el otro y por la diferencia
es a través del aprendizaje
socioemocional. Dicho aprendizaje
consiste en “entender y manejar las
emociones, establecer y alcanzar
metas positivas, sentir y mostrar
empatía hacia los demás, establecer y
mantener relaciones positivas y
tomar decisiones responsablemente”
(Aprendizaje socioemocional – Restrepo, M. (2009). Documento N°
Construye T, s.f.).
En la educación inicial se busca
que el niño desarrolle sus
competencias emocionales y sociales
básicas, que sean tenidos en cuenta
como interlocutores válidos,
protagonistas en su desarrollo,
adquieran autonomía, solucionen
problemas, sean sujetos solidarios y
colaboradores con sus pares; estén o
no estos en condiciones de
vulnerabilidad o discapacidad.
Desde este punto de vista urge
humanizar las nuevas generaciones
potenciando en ellas el
autorreconocimiento, el
reconocimiento del otro, el valor por
todas las expresiones de la vida, el
fortalecimiento de la autoestima, la
convivencia armónica, el respeto por
la diferencia y la tolerancia. Lo
anterior, llevándolos a la comprensión
de su rol en la construcción de
ambientes de paz, todo esto
transversalizado por procesos de
educación emocional.
De esta forma, se puede lograr que
los niños y niñas desarrollen
conciencia social, reconozcan que
hacen parte de la sociedad,
fomentando en ellos actitudes que los
hagan gestores inclusivos de manera
natural y espontánea. Así, se lograría
no solo una transformación a nivel de
la educación, sino que también se
contribuiría a la exploración de los
múltiples alcances de la mente
infantil. Y a partir de esta
comprensión, explorar pedagogías
posibilitadoras de la aventura del
conocimiento, de la experiencia y de
la construcción singular en el mundo
social y plural.
REFERENCIAS
Aprendizaje socioemocional - Construye T.
(s.f.). Recuperado de
http://www.construye-
t.org.mx/inicio/aprendizaje_socioemo
cional
Puche Navarro, R., Orozco Hormaza, M.,
Orozco Hormaza, B. C., & Correa
10. Desarrollo infantil y competencias
en la primera infancia. Bogotá:
Ministerio de Educación Nacional.
4
EMOCIONALIZAR LA
EDUCACIÓN: UNA
INVITACIÓN INSPIRADORA
Por Sebastián Galvis Arcila, Psicólogo,
Universidad Antonio Nariño. Magíster en
Educación. Docente Universidad Uniminuto.
De los planteamientos realizados
por Daniel Goleman en la década de
los noventa, surge un discurso sobre
la inteligencia emocional como
habilidad que permite a los seres
humanos disfrutar de una manera
positiva la vida y de las circunstancias
por las que se atraviesa. En ese
sentido es que tal concepto ha venido
desarrollando durante los últimos
años un papel destacado en la
enseñanza regular. Una pregunta que
hoy podemos hacer al respecto es
¿cómo se ve afectada la educación
con la inteligencia emocional?
Algunas instituciones educativas en
nuestro país han incorporado este
criterio a su Proyecto Educativo
Institucional, currículos, asignaturas,
en líneas de investigación, entre
otros. De esta manera, es oportuno
reflexionar hoy en el modo como se
integra el mundo de las emociones en
la educación a lo largo de la vida.
En tiempos de posconflicto o
posacuerdo como los que se viven en
Colombia el interés en la educación
emocional cobra relevancia en
aspectos como la atención a víctimas,
la cátedra para la paz, la atención
psicosocial a poblaciones en situación
de vulnerabilidad y en el marco
normativo de la salud mental, pues en
tales escenarios la educación
emocional es una propuesta de
intervención con implicaciones
particulares en la escuela. Muestra de
esto es el interés colectivo de los
cuerpos profesionales por discutir y
divulgar sus experiencias reflexivas al
respecto, por medio de distintos
medios y formatos de comunicación.
El papel que desempeña la escuela
en el desarrollo emocional de los
estudiantes —aunque subordinado en
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muchos aspectos al círculo familiar
primario— es determinante. Permite
que los niños de primaria vivencien
procesos de socialización en los que
se hace visible la competencia,
distintas reacciones conductuales,
expresiones actitudinales, modos de
respuesta y estilos adaptativos tan
diversos como lo es un grupo de
estudiantes de cualquiera de las
escuelas que conocemos.
Pensando la educación emocional
Hay un alumbramiento original
que es alternativo al discurso
normalizador de la educación y a los
condicionantes de la tecnología que
impulsan la locomotora economicista
de nuestra era. Se trata de una noción
que debe ser entendida de una
manera distinta en un mundo
fluctuante y repentino, y que está
acostumbrado a duplicar la cantidad
de información en tiempos reducidos
y a valorar los procesos por los
resultados o por el rendimiento.
El planteamiento del que parte
dicho alumbramiento se refiere a una
crítica del proceso educativo que
emerge del ensayo audiovisual de
Carlos Skliar (2013) titulado “La
escena está servida”, en el cual se
mira un cuerpo que no tiene parangón
entre los demás cuerpos sino que es
subjetivo, se construye a partir de su
individualidad y es sometido a fuerzas
sociales, culturales, históricas,
biológicas y espirituales. He ahí la
persona en su dignidad. Al extrapolar
este argumento al contexto educativo
cabe también preguntarse ¿qué es
aquello que mira la educación?
Lo que se mira tiene que ver con
entender no solo lo que es la
educación como producto de una
sociedad, sino todos los procesos
socio-históricos que han hilado el
tapete educativo en diferentes
momentos, y las posibilidades de
exploración que surgen a futuro. En
este espacio es donde tiene lugar el
alumbramiento que invita a crear
escenarios donde sean posibles los
encuentros, los diálogos, las
confrontaciones y los cambios que
propicien nuevas miradas acerca de
las pedagogías del amor. Aquí se
asume una invitación para
“emocionalizar” la educación; que
significa echar mano de algunos
ingredientes como la amorosidad, el
acontecimiento, la creatividad, la
educación como un
acompañamiento, la relación con el
otro, la expresión de los sentimientos
y la utopía.
El tema de la educación entonces
ya no se piensa como un proceso
tradicional de transmisión de
conocimientos sino como un
acontecimiento contextualizado y
situado: una rampa de lanzamiento
hacia el otro. Como un escenario
artístico, la escuela puede destacar el
referente emocional y procurar tener
en cuenta el corazón de los
estudiantes como sinonimia de la
voluntad y los sentimientos. Esto es
una propuesta de amor (amorosidad)
con diferentes significancias, basada
más en la vivencia que en la
representación. Del modo como es
atribuido en el diálogo entre el
principito y el zorro en la obra de
Antoine de Saint-Exupéry (1998).
Por lo tanto, los contenidos de una
educación que se “emocionaliza” se
desligan de un abordaje ecléctico
sumido en la confusión o en un
romanticismo superficial y México: Editorial Latinoamericana.
momentáneo. Es un trabajo concreto,
juicioso y sistemático que se ampara
en la diversidad humana no en la
improvisación a la que obligan los
conflictos inmediatos. Las realidades
de la enseñanza muestran profesores
flexibles que aprenden y asumen la
responsabilidad de enseñar pero en
una relación equitativa y
sensiblemente regulada con los
estudiantes, en cuyo seno se cimienta
la resolución de problemas.
5
A modo de cierre
Se ha realizado una ruptura a
partir de una gentil invitación. Para
ello ha sido permitido soñar con
motivo de proceder a precisar la
educación como arte, como acto
sensible, como encuentro humano.
Una ruptura entre lo definido y lo
propositivo que se atreva a desafiar la
inspiración, a sonreír en el
aprendizaje, a crear a partir de las
construcciones colectivas, a articular
pensamientos y aprovechar las
diferencias. Una ruptura que suponga
amor por el conocimiento pero más
allá, amor por la humanidad y por la
vida.
A la luz de lo tratado, concluyo con
la impresión de que la escuela se
“emocionaliza” cuando la educación
rechaza cualquier forma de
egocentrismo institucional, individual
o administrativo e intenta esculpir la
figura del profesor como la de quien
está dispuesto a ayudar y acompañar
desde su experiencia y conocimiento
en cualquier circunstancia.
Claramente el realizar un tipo de
educación con estas características
llevaría a desarrollar sentimientos de
confianza entre los diferentes actores
escolares y en cada uno de los
espacios de encuentro (Zabalza,
2006).
REFERENCIAS
De Saint-Exupéry, A. (1998). El principito.
Skliar, C. [Flacso Argentina]. (2013, 03 Mayo).
La escena está servida. [Ensayo
Audiovisual]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=R
WBCB-oOvXk
Zabalza, M. A. (comp.) (2006). La Universidad
y la docencia en el mundo de hoy.
Bogotá, D.C.: Pontificia Universidad
Javeriana.
BOLETINES COLPSIC NO. 017 * CAMPO DE PSICOLOGÍA EDUCATIVA
ENTREVISTA
La importancia de la
Inteligencia Emocional
Por Gloria del Carmen Tobón Vásquez,
Subdirectora Nacional del Campo de
Psicología Educativa, Capítulo Caldas –
Regional Cumanday.
Entrevistada: Lorena Aguirre Aldana,
Psicóloga, Especialista en
Neuropsicopedagogía de la Universidad de
Manizales. Colegiada Capítulo Caldas –
Regional Cumanday. Estudiante de Maestría
en Psicología de la Educación: énfasis en
Inclusión en la Universidad Cooperativa de
Colombia. Docente del campo didáctico de
actuación psicología del desarrollo y de la
educación, Universidad de Manizales,
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas,
Escuela de Psicología.
La inteligencia emocional ha
generado interés en ámbitos tan
diferentes como las neurociencias, la
salud mental y la educación. No
obstante, ¿a qué nos referimos cuando
hablamos de inteligencia emocional
desde un punto de vista educativo?
Hablar de inteligencia emocional
en la educación hace especial énfasis
en el papel que ocupan las emociones
al momento de buscar soluciones
frente a las tareas que nos impone el
mundo. Hoy en día se deben
reformular las nociones que tenemos
de inteligencia y contemplar que ésta
va más allá de nuestro rendimiento a
nivel académico, hace referencia a la
forma en que las emociones
participan en la solución de las tareas
que impone la vida diaria.
La inteligencia emocional se
refiere a características emocionales
más que académicas. Esta considera
el dominio de las emociones propias y
de las mismas en las relaciones
interpersonales teniendo en cuenta la
variedad de recursos que hacen
posible la solución de problemas en la
vida.
En los escenarios de educación se
hace necesario brindar estrategias
que permitan a los estudiantes dar
respuesta a la demanda social que se
impone frente a los criterios de
excelencia, pretendiendo por la
armonía entre emoción y cognición.
Cada uno de los retos que impone la
vida va más allá de saber leer, escribir,
sumar o restar, pone en juego el
comprender y manejar las relaciones
con nosotros mismos y con los
demás.
¿Qué entendemos por educación
emocional? ¿Es lo mismo educación
emocional que inteligencia emocional?
La inteligencia emocional hace
referencia a la capacidad que posee el
individuo para identificar su propio
estado emocional y afrontar las
diferentes situaciones de forma
asertiva de acuerdo a las capacidades
que cada individuo posea. De esta
manera, armonizar con la educación
emocional contempla herramientas
que cada individuo implementa para
el desarrollo de capacidades
emocionales que ayudan a un mejor
bienestar personal y social.
¿Por qué es importante educar las
emociones en los niños y los jóvenes?
La educación tiene como
propósito preparar a las personas
para la vida. Por esto, es importante
que la educación trascienda lo
académico y cumpla el encargo social
de formar desde las emociones. En
donde cada niño, joven y adulto tome
conciencia de sí mismo y del
reconocimiento del otro desde su
diferencia.
Resulta entonces importante
educar las emociones, dado que estas
se convierten en la respuesta de
adaptación al ambiente en que el
individuo se desarrolla y la manera
como las nuevas generaciones
asumirán posturas frente a la relación
con el otro, con el ambiente y consigo
mismo.
¿Qué papel juega el psicólogo
educativo en la educación emocional?
6
El psicólogo de la educación será
quien sirva de punto de referencia y
apoyo para el trabajo en el aula de
clase en relación a la educación
emocional. Es quien apoya el proceso
de diseño y reconocimiento de
ambientes de aprendizaje
estructurados, que son pretextos para
crear espacios que generen
aprendizajes alrededor de las
emociones.
Por ende, es realmente
significativo que los psicólogos de la
educación se vinculen a los procesos
que se configuran en los escenarios
educativos, y sean referentes de las
transformaciones en torno a la
educación emocional.
¿Cómo se pueden educar las
emociones en la escuela?
Podemos buscar soluciones de
carácter complejo, pero esto tiene
una solución relativamente sencilla y
al acceso de todos. Simplemente
basta con considerar la vida afectiva
como protagonista en la cotidianidad
de nuestros actos, buscando con esto
que los miembros de la comunidad
académica (i.e., estudiantes,
docentes, directivos docentes, padres
de familia, entre otros) configuren
herramientas que aporten al
desarrollo de capacidades
emocionales que a su vez serán la
contribución con el bienestar personal
y social.
Educar las emociones en la escuela
requiere de una transformación
constante, persistente y sistemática,
en donde la aceptación de sí mismos y
de los otros desde su diferencia sea la
apuesta de mayor relevancia que
invita a la construcción de un mundo
incluyente.
De igual manera, la
implementación de programas y
herramientas desde la educación
emocional serán pertinentes en la
formación y consolidación de
procesos reflexivos. En los cuales
niños, jóvenes y adultos aprenden a
BOLETINES COLPSIC NO. 017 * CAMPO DE PSICOLOGÍA EDUCATIVA
percibir sus propias emociones y las
de los demás, comprender el valor y
responsabilidad de sus
comportamientos, cómo gestionarlos
y canalizarlos en relación a sus
emociones.
Por otro lado, la implementación
de comunidades académicas para las
familias, permitirá dar continuidad a
esas acciones que se desean
implementar desde la escuela,
consolidando un proceso formativo
que impacte en el tiempo y en la
cultura.
RESEÑA DE LA PELÍCULA
La importancia de
Inteligencia Emocional
Por Dora Luz Betancourth, Psicóloga
Universidad Antonio Nariño. Magister en
Discapacidad, Universidad Autónoma de
Manizales. Coordinadora de Espacios de
Formación Humana. Programa Permanece
con Calidad, Vicerrectoría Académica
Universidad de Caldas. Colegiada adscrita a
Colpsic, Capítulo Caldas – Regional
Cumanday.
Cuando se ha tenido el placer de
ver una película que recrea de manera
acertada el maravilloso ámbito
emocional se tiene también la
responsabilidad de transitar por
aquellas avenidas de la memoria para
recordar no solo los conceptos, sino
además la incidencia de cada una de
estas emociones en la vida cotidiana
de las personas.
Lo dicho, obedece a que nos
acostumbramos a definir, rotular o
nombrar a una persona como
depresiva, ansiosa, obsesiva,
amargada, impulsiva, fastidiosa o
quizá intolerable. Con demasiada
ligereza surgen estas apreciaciones
sin detenernos a considerar el
esfuerzo ni, en ocasiones, lo
complicado que puede resultar
autorregular las emociones.
Si bien, el primer paso para
autorregular las emociones es
reconocerlas, también debe ser
paralelo a esto aceptarlas, pues las
personas venimos con todo ese
paquete dentro de nuestra
maravillosa mente, insertadas en
nuestro cerebro. Esencialmente son
las emociones las que nos conducen
por el camino, pero una vez las
reconocemos y las aceptamos las
debemos gestionar. Es decir,
administrarlas con esa parte racional
de nuestra mente para poder tener el
control, no ser consumido por la
tristeza y no saber asumir la ansiedad.
Ese es el panorama general que
presenta la película Intensa-Mente
(2015), en la que de manera
fascinante se muestran los cambios
emocionales por los cuales se puede
la pasar en algunos ciclos vitales. En
este caso de la niñez a la
adolescencia; pero no solo es ver la
forma como saltan y nos asaltan las
emociones, es reconocer que en ellas
desempeña un papel importante la
memoria y los pensamientos.
Ahora bien, ¿por qué cuando
hablamos de emociones es necesario
también mencionar la memoria y los
pensamientos, tal como bien se alude
en la película? Quizás la respuesta
más apropiada es que ellos
intervienen de manera significativa en
el mundo de las emociones. Pues es
en la memoria donde se almacenan
tanto los recuerdos buenos como
aquellos que quisiéramos olvidar o
mandar a un lugar apartado donde no
fuera muy fácil encontrarlo, pero al
que de tanto en tanto deberíamos
acudir para volver a recrearnos con
aquellos momentos en que nos
sentimos inmensamente tristes, solos
o con miedo, y, de los cuales
debemos aprender para salir
adelante. También pudiera ser que en
aquel “basurero” guardado de la
memoria hubiésemos depositado
aquellos recuerdos de nuestra niñez,
aquel amigo imaginario que nos
acompañaba y cuando crecemos
podemos volver a caminar de su
mano, para asegurarle a nuestro niño
7
o niña interior que nunca más estará
solo o sola.
Es sano y reconfortante
reconocer nuestras emociones. Es
una experiencia liberadora, podemos
incluso asegurar que no hay
emociones buenas ni malas, que
todas se presentan en nuestro interior
de manera conjunta y que las
manifestamos de diversas maneras.
Aquellas emociones que a veces nos
abruman como la tristeza o el miedo
son realmente protectoras, porque
nos advierten, nos alertan de
situaciones que debemos aprender a
gobernar dentro de nosotros. Son tan
útiles como la alegría, como los
recuerdos que se pueden convertir en
un mecanismo de protección, de allí la
importancia de hacer conciencia de
los buenos momentos, de los buenos
recuerdos.
Los recuerdos viajan con
nosotros donde quiera que vayamos y
puede llegar un momento en que
quisiéramos abandonarlos. Sin
embargo, el cerebro humano no está
diseñado para olvidar sino para
recordar. Por eso es que decidimos
inconscientemente, en algunas
ocasiones, almacenarlos en otro
lugar, en el “basurero” o “sótano” de
los recuerdos; pero luego mediante
un proceso de autorregulación
podemos afrontar y asumir todos los
claroscuro de esos momentos.
REFERENCIAS
Docter, P. (Director), Rivera, J. (Productor),
& Docter, P., LeFauve, M., & Cooley, J.
(Guionistas). (2015). Intensa-Mente
(Inside Out) [Motion picture]. Estados
Unidos: Walt Disney Studios Motion
Pictures.