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PSDICOMOTRICIDAD

En primer lugar, se hace necesario destacar que el concepto y la evolución de la

psicomotricidad están ligados a la significación del cuerpo a lo largo de la civilización

humana y que el método de enseñanza de la psicomotricidad ha cambiado; en la

actualidad está más está orientado a las necesidades y motivaciones de los niños.

Haciendo una revisión a la evolución del concepto psicomotricidad, se encuentra

que a partir del siglo XIX neurólogos y psiquiatras como Krishaber, Von Monakov,

Bonnier, Mayer Gross, Peise, Foerster, Liepmann y Nielsen; se interesan por

comprender el funcionamiento de las estructuras cerebrales, las interrelaciones

entre la psiquis y el movimiento y sus procesos fisiológicos para determinar factores

patológicos.

Cabe destacar que en 1909 Dupré introduce el término psicomotricidad en sus

estudios sobre la debilidad motora en los débiles mentales. A partir de estas

investigaciones Arnaiz sostiene que “se abre la posibilidad de explicar trastornos

motores por causa de inmadurez, retraso o detención en el desarrollo de un sistema,

resaltando la estrecha relación entre actividad psíquica y actividad motriz” (Bolivar

Gutierrez & Arias Padilla, 2012). De esta manera y desde la neurología se explicaba

cómo la inmadurez a nivel cerebral o psíquico repercutía en el desempeño motor.

Para Jean Piaget, la actividad motriz es el punto de partida de la inteligencia; “En

los primeros años de vida, el niño y la niña tienen acceso al conocimiento del mundo

que les rodea a través de la actividad sensorio motriz; a medida que los niños van

asimilando nuevas experiencias de aprendizaje, los esquemas mentales se van

enriqueciendo y adquiriendo mayor complejidad, permitiéndole así, una mejor

adaptación al medio que le rodea y facilitándole el manejo cada vez mejor de la

realidad” (Muñoz Muñoz, 2003). De ésta manera a través del movimiento y la


interacción con el ambiente socio-cultural se adquieren experiencias que sirven para

alcanzar nuevos aprendizajes y para desarrollar procesos cognitivos.

Posteriormente, Wallon (1925), médico, psicólogo y pedagogo reconocido como

pionero de la psicomotricidad en el campo científico, resalta la importancia de la

función tónica y de la emoción como procesos básicos de la interacción motora (el

tono muscular es el reflejo de las emociones del sujeto), las cuales actúan de

manera recíproca con las funciones mentales y son determinantes para desarrollar

procesos intelectuales. Para éste científico el esquema corporal es una construcción

y un componente fundamental para el desarrollo de la personalidad y el movimiento

es primordial para el desarrollo psicobiológico del niño.

Otro aporte a la psicomotricidad lo hizo Arnold Gesell quien resaltó: “el crecimiento

de la mente esta profunda e inseparablemente limitado por el crecimiento y

maduración del sistema nervioso en el transcurso del tiempo. El niño estará listo

normalmente para lo que necesite hacer para su edad, cuando su sistema nervioso

esté dispuesto.” (Muñoz Muñoz, 2003). Dio importancia a los procesos madurativos

en el desarrollo psicomotor y estableció que la conducta motriz tiene implicaciones

neurológicas y debe ser estimulada.

Continuando con la evolución de la psicomotricidad, resulta pertinente mencionar

que en la década de los 70’ y con la influencia de Wallon, inician los trabajos en el

campo de la educación; Ajuriaguerra hizo aportes sobre el papel de la función tónica

en la acción corporal y como medio de relación con el otro. Adicionalmente y con

ayuda de Wallon, determinaron la existencia de una estrecha relación entre el

comportamiento, el desarrollo del niño y la maduración del sistema nervioso y que

se pueden crear estrategias educativas, terapéuticas y rehabilitadoras para

mejorarlas.
Otro aporte en éste campo, lo hizo Le Boulch al introducir la psicocinética como

método pedagógico de educación donde se usa el movimiento en todas sus formas

como medio de aprendizaje. “Todo lo que el niño aprende depende se sus

experiencias vitales y de las relaciones que establece entre ellas” (Da Fonseca V,

1998). Cabe resaltar que según Le Boulch el desarrollo de las capacidades de la

inteligencia, comunicación, afectividad, sociabilidad y aprendizaje se logra a partir

del movimiento ya que el ser humano tiene las funciones psíquicas y motrices

interdependientes.

Se hace necesario resaltar que a partir de 1980 se ha incrementado el interés por

conocer, analizar y buscar soluciones a las dificultades psicomotrices de los niños.

Entre los investigadores se destaca Vítor Da Fonseca quien toma como referencia

el modelo de organización funcional del cerebro humano psicomotricidad de

Alexander Luria. Éste modelo brinda elementos para identificar, analizar y tratar

conductas psicomotoras, utiliza el movimiento como instrumento de aprendizaje y

resalta la importancia y la manera como la tonicidad, el equilibrio, el esquema

corporal, las nociones temporo-espaciales y el dominio motriz se articulan con

procesos fundamentales de aprendizaje como la atención, la codificación, la

decodificación y la planificación.

Resulta oportuno ahora, resaltar la importancia de contar con test para determinar

el estado psicomotor de los niños y para generar planes escolares en beneficio de

su desarrollo. En la actualidad, en Colombia no se cuenta oficialmente con una

prueba para determinar el perfil psicomotor (PSM), entendiendo “perfil” a partir de

los planteamientos de (Berruezo & Lázaro, 1996) como “la expresión gráfica de los

resultados obtenidos en una batería o en una serie de test”, los cuales permiten

identificar características de tipo psicológico y motor. Cabe resaltar que el perfil

psicomotor, con base en las premisas de Guilmain, Luria y Da Fonseca, hace


referencia a la descripción del comportamiento motor influenciado por la actividad

mental, a partir del cual se puede establecer el nivel de desarrollo del niño en

términos de habilidades, dificultades o retrasos.

Las pruebas más reconocidas en Estados Unidos y Latinoamérica por contar con

altos estándares de calidad a nivel de estructura, validez y confiabilidad son: Test of

Visual Motor Skills (TVMS-R) aplicada a niños de 3 a 13 años para evaluar destrezas

viso-motoras, Movement Assessment Battery (TGMD-2) de aplicación a niños en

rangos de edades: 4 a 6, 7 a 8, 9 a 10 y 11 a 12 años, mide coordinaciones viso-

motoras y equilibrio, Test of motor Proficiency (BOT-2) para medir coordinación

gruesa y fina a persona hasta los 21 años, Peabody Developmental Motor Scale,

second edition (PDMS-2) aplicada a niños desde el nacimiento hasta los 6 años,

evalúa desarrollo motor fino: reflejos, locomoción, manipulación de objetos y

coordinación visual, Developmental Test of visual Motor Integration Fiftth edition

(VMI) para aplicar a niños desde 2 años, a jóvenes y a adultos, mide coordinaciones

viso-manual y viso motora, Wide Range Assessment of Visual Motor Ability

(WRAVMA) de aplicación desde los 3 hasta los 17 años, evalúa coordinaciones fina,

viso espacial y viso motora, Sistema Instrumental para Medición de la Motricidad de

los niños de 1 a 6 años (SIMEM-C.G.) permite medir coordinación gruesa y

locomoción, Test of Movement Impairment (TOMI) aplicada a niños en edades de 9

a 12 años, evalúa coordinación general y fina, y equilibrio estático y dinámico, Test

Grami de aplicación a pequeños de 6 a 8 años, mide coordinación, locomoción y

equilibrio, Test de Motricidad Infantil para educación infantil “Stay in Step” de Larkin

y Revie, para niños de 4 a 7 años, con ella se puede evaluar equilibrio estático,

dinámico y coordinación, por último, está la Batería de Observación Psicomotora

(BPM) de Da Fonseca: es una prueba observacional y estandarizada, para aplicar a

niños de 4 a 12 años catalogados como “normales” como en niños con “condiciones


diferenciales”, con ella es posible determinar perfiles psicomotores a partir de los

cuales se analizan cualitativamente competencias psicomotoras y cognitivas

necesarias para el aprendizaje y el desarrollo del niño. En el contexto hispano y

colombiano, esta BPM ha sido muy utilizada para la evaluación psicomotora y para

adelantar investigaciones sobre psicomotricidad y problemas de aprendizaje.

La BPM tiene una duración de entre 35 y 40 minutos y mide 7 factores: Tonicidad y

equilibrio, lateralidad, Noción de cuerpo y estructuración espacio-temporal, Praxia

global y Praxia fina los cuales representan los componentes del sistema motor

articulados a la organización neurológica y permiten relacionar la motricidad con el

potencial de aprendizaje del niño. Los factores y subfactores que contemplan las

tareas de la BPM, fueron adaptados después de muchos estudios y experiencias

tanto en exámenes psicológicos y neurológicos como también de escalas de

desarrollo y de estudios de neurología, psicología y pediatría.

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