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 INFARTO CARDIACO: Es la destrucción de parte de la capa muscular del corazón

debido a la falta de oxígeno. Un infarto de miocardio suele ocurrir cuando se forman


coágulos de sangre en una de las arterias coronarias (los vasos sanguíneos que
comunican con el corazón) lo que bloquea el aporte de sangre al corazón. A veces, el
bloqueo puede deberse a un espasmo (estrechamiento repentino) de una arteria
coronaria.
Los infartos de miocardio son bastante más probables cuando existe un estrechamiento de
las arterias. Con frecuencia, el estrechamiento sucede a causa de los depósitos grasos que
se forman en las paredes de las arterias. El riesgo de formación de depósitos grasos puede
aumentar con el tabaco, la alimentación deficiente, la falta de ejercicio y la obesidad.
Los hombres tienen el triple de posibilidades de tener un infarto que las mujeres.
Los factores que aumentan el riesgo de un infarto son: el envejecimiento (los hombres con
más de 45 años y las mujeres con más de 55 corren mayor riesgo), el tabaco, el sobrepeso,
la obesidad y la tensión arterial alta. Nivel alto de colesterol en la sangre, diabetes,
antecedentes familiares de infartos de miocardio y la falta de ejercicio físico regular

 DIABETES MELLITUS: La gran mayoría de los casos de diabetes se pueden clasificar


en dos grandes categorías etiopatogénicas: la diabetes tipo 1, cuya causa es la
absoluta deficiencia de secreción de insulina, y la diabetes tipo 2, que como causas
tiene la combinación de la resistencia a la acción de la insulina y la inapropiada
respuesta compensadora de secreción de insulina. La diabetes tipo 2 tiene una
prevalencia del 7 % según los actuales criterios diagnósticos de la American Diabetes
Association (ADA)2, y con frecuencia se asocia a otros factores de riesgo
cardiovascular. Las complicaciones a largo plazo son las que marcan el pronóstico de
la diabetes tipo 2: enfermedad macrovascular o aterosclerótica (cardiopatía isquémica,
accidente cerebrovascular y arteriopatía periférica) y enfermedad microvascular
(retinopatía, nefropatía y neuropatía). La miocardiopatía diabética y la aterosclerosis
coronaria son las dos enfermedades que con más frecuencia afectan al corazón del
diabético.
La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos caracterizados por la hiperglucemia
secundaria a un defecto en la secreción de insulina, en la acción de la insulina o en ambas.
La hiperglucemia crónica se asocia con lesión, disfunción nos, especialmente ojos, riñones,
sistema nervioso, corazón y vasos sanguíneos. Hay una elevada incidencia de
aterosclerosis a nivel coronario, vascular periférico y cerebrovascular. Con frecuencia en la
población diabética se encuentra hipertensión arterial (HTA), alteraciones lipídicas y
enfermedad periodontal.

 DIABETES Y ATEROESCLEROSIS CORONARIA: La diabetes se asocia con un


incremento (entre 2 y 4 veces) en el riesgo de desarrollar cardiopatía cardiopatía
isquémica y la mayoría de las muertes se deben a causas cardiovasculares.
A este respecto la ADA recomienda la administración, como prevención primaria, de 80-
325 mg de ácido acetilsalicílico (AAS) con cubierta entérica a los pacientes diabéticos (tanto
tipo 1 como tipo 2) con las siguientes características: historia familiar de enfermedad
coronaria, tabaquismo, hipertensión, albuminuria (macro o micro), edad > 30 años,
obesidad (índice de masa corporal [IMC] > 27,3 en mujeres y > 27,8 en hombres), colesterol
total > 200 mg/dl, colesterol LDL > 100 mg/dl, colesterol HDL< 45 mg/dl en hombres y 55
mg/dl en mujeres, triglicéridos>200 mg/dl. Se recomienda el cese del hábito tabáquico.
El National Cholesterol Education Program sugiere niveles de colesterol LDL inferiores a
130 mg/dl en hombres diabéticos con un factor de riesgo cardiovascular adicional; sin
embargo, en el texto se hace mención a que tanto los hombres como las mujeres diabéticas
deberían tener niveles de colesterol similar a los pacientes con cardiopatía isquémica, es
decir, por debajo de 100 mg/dl.

 COLESTEROL ELEVADO: Se trata de una molécula de carácter lipídico cuya función


principal en nuestro organismo es la de formar parte de la estructura de las membranas
de las células que conforman nuestros órganos y tejidos.
En el Laboratorio de Análisis Clínicos han establecido los siguientes intervalos de
normalidad:
- Colesterol total o Límite superior deseable por debajo de 200 mg/dl (para menores de 18
años el límite superior óptimo deberá ser de 180 mg/dl) o Hipercolesterolemia límite: 200 –
250 mg/dl o Hipercolesterolemia definida cuando los valores de colesterol superan los 250
mg/dl
- Colesterol LDL o Límite superior deseable por debajo de 130 mg/dl o Límite alto: 130 –
150 mg/dl o Por encima de 150 mg/dl se consideran resultados patológicos - Colesterol
HDL o El intervalo de normalidad: 40 - 60 mg/dl o Valores inferiores a 40 mg/dl indican un
mayor riesgo de sufrir enfermedad
Cardiovascular.
- Factores de riesgo que no se pueden modificar son: Edad: a partir de 45 años en el hombre
y 55 en la mujer el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular aumenta o Historia familiar
de enfermedad cardiovascular prematura

 HIPERTENSION ARTERIAL: Es el principal factor de riesgo para los accidentes


cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca y cardiopatía coronaria en las personas
adultas mayores. La hipertensión tiene remedio y su control logra no solo salvar vidas
sino también reducir significativamente las limitaciones funcionales y la discapacidad
en las personas de edad. Los estudios epidemiológicos sugieren que una prevalencia
entre 50% y 70% de hipertensión en las personas de 60 años y más. Sin embargo, la
hipertensión no debe considerarse una consecuencia normal del envejecimiento.
La hipertensión, se define por la presencia de valores de presión arterial superiores a la
normalidad: presión arterial sistólica (PAS) ≥ 140 mmHg y/o presión arterial diastólica (PAD)
≥ 90 mmHg. Sin embargo, en el adulto mayor, algunos autores sugieren cifras de PAS ≥
160 mmHg y PAD ≥ 90 mmHg para hipertensión sisto-diastólica. En el caso de la
hipertensión sistólica aislada, se refieren cifras de PAS ≥ 140 mmHg con PAD menor de 90
mmHg. Una PAS = 140 - 160 mmHg se considera presión arterial sistólica limítrofe y
probablemente requiere tratamiento en los menores de 85 años. Los datos sobre
tratamiento antihipertensivo para pacientes mayores de 85 años con este mismo rango son
aún inconsistentes.

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