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Las bacterias pueden desplazarse por una variedad de mecanismos, siendo el más común el
movimiento de sus flagelos. Este movimiento está mediado por la quimiotaxis que sirve para
acercarlas a las sustancias favorables (quimio-atrayentes) y para alejarlas de las tóxicas (quimio-
repelentes).
Las bacterias, como Escherichia coli, tienen varios flagelos los cuales pueden rotar de dos
maneras:
– Hacia la derecha. En este caso cada flagelo «rema» en una dirección diferente, causando que
la bacteria se voltee.
– Hacia la izquierda. En este caso se alinean los flagelos en una sola dirección, haciendo que la
bacteria nade en línea recta.
ESTUDIODE LA QUIMIOTAXIA
fase de latencia (que dura unos 0.2 seg.), en la que el patrón de rotación no se modifica.
rápida excitación (medida aquí como la probabilidad de encontrar al rotor girando en sentido
CAR).
fase de adaptación lenta, hasta que se restablece el patrón inicial.
Todas las MCP son proteínas integrales de membrana citoplásmica, con un dominio
periplásmico preparado para unirse a los quimioefectores y un dominio
citoplásmico dotado a su vez de dos zonas funcionales: una de ellas es la región
transductora que genera la señal intracelular que va a llegar al motor flagelar, y la otra es
la región metilable, con varios glutámicos que pueden aceptar radicales metilo (-CH3).
Los transductores MCP transmiten información al flagelo por medio de una cascada
de transducción intracelular de la señal, en la que están implicadas seis proteínas: CheA,
CheW, CheY, CheZ, CheR y CheB.
CheA: Es una proteínquinasa que se autofosforila en una His concreta cuando el MPC se
une a un quimioefector. Es el regulador central del sistema quimiotáctico, ya que en su forma
fosforilada (CheA-P) fosforila a CheY y a CheB.
CheW: es necesaria para el acoplamiento entre CheA y el dominio citoplásmico del MCP.
CheY: la proteína CheY es fosforilada en un determinado aspártico por la CheA-P, y en su
forma CheY-P interacciona con el conmutador del anillo C del flagelo, lo cual incrementa la
probabilidad de una inversión del giro desde el CAR al AR, con lo que aumenta la
probabilidad de virajes.
CheZ: contrarresta la señal de viraje al facilitar la desfosforilación de CheY-P en CheY.
Quimiotaxis celular
Quimiotaxis bacteriana
Algunas bacterias como la E. coli poseen muchos flagelos por célula (habitualmente entre 4 y
10). Estas pueden rotar en dos sentidos:
1. Rotación en el sentido contrario a las agujas del reloj, lo cual alinea los flagelos en un
haz de rotación simple, causando que la bacteria nade en línea recta.
2. Rotación en el sentido de las agujas del reloj, dobla el flagelos en un haz haciendo que
cada flagelo apunte en dirección diferente causando detención del movimiento y
dejando la bacteria en un lugar.
La dirección de rotación es dada por un observador externo, mirando desde abajo hacia la
célula.
Conducta[editar]
El movimiento total de la bacteria es el resultado de la alternancia entre las fases de detención y
natatorias. Si alguien observa la bacteria nadando en un entorno uniforme, el movimiento se ve
como un paseo arbitrario, con un nado en línea recta interrumpido con detenciones arbitrarias
que reorientan a la bacteria. Las bacterias como E. coli son incapaces de elegir la dirección en la
cual nadan, y son incapaces de nadar en una línea recta por más de algunos segundos, debido a
la difusión rotatoria. En otras palabras, las bacterias olvidan la dirección a la cual se dirigen.
Dadas estas limitaciones, es extraordinario que las bacterias puedan dirigir sus movimientos y
encontrar lugares favorables de alta concentración de atrayentes (habitualmente alimentos) y
evadir los repelentes (habitualmente venenos).
En la presencia de gradientes químicos, la bacteria realiza quimiotaxis o dirige su movilidad
arbitraria basada en el gradiente. Si la bacteria siente que su movimiento va en la dirección
correcta (hacia el atrayente y lejos del repelente) mantendrá su natación en una línea recta por
un tiempo más largo antes de detenerse. Si su movimiento va en una mala dirección, se detendrá
más rápido e intentará una nueva dirección al azar (aleatoria). En otras palabras, una bacteria
como E. coli usa sus sensibilidad temporal para decidir si la vida está mejorando o empeorando.
De esta manera si encuentra la ubicación con mayor concentración de atrayentes (usualmente la
fuente) es mejor. Incluso a altas concentraciones es capaz de distinguir hasta las más pequeñas
diferencias en concentraciones (atrayentes/repelentes). La función de escapar de los repelentes
funciona con la misma eficiencia.
Parece considerable que este movimiento uniforme con propósito, es el resultado de una simple
elección entre dos métodos de movimientos aleatorios, llamados detención y natación línea
recta. De hecho, las respuestas quimiotácticas como el olvido de la dirección y la selección del
movimiento, se parecen a las habilidades de tomar decisiones, en las formas superiores de vida,
que procesan los datos sensoriales con cerebros.
La naturaleza helical del filamento flagelar individual es crítico, para que este movimiento
ocurra. Así, como la proteína que forma el filamento flagelar, el flagelo es similar entre todas
las bacterias flageladas. Los vertebrados parecen tener ventaja en este hecho al poseer un
inmunoreceptor (TLR5) desigñado para reconocer la proteína conservada.
Así como hay muchas instancias en la biología, hay bacterias que no siguen estas reglas.
Muchas bacterias, como es el Vibrio, son monoflageladas y tienen este único flagelo en un polo
de la célula. Su método de quimiotaxis es diferente. Otros poseen un solo flagelo que se
mantiene dentro de la pared de la célula. Esas bacterias se mueven a través de un rodamiento de
toda la célula, lo cual se parece al movimiento del sacacorchos.5
Transducción de la señal[editar]
Los gradientes químicos son detectados a través de muchos receptores transmembranales
llamados "methyl accepting chemotaxis proteins" (proteínas quemotácticas que aceptan
grupos metilo) (MCPs) las cuales varían en las moléculas que ellas detectan. Estos receptores
pueden unir atrayentes o repelentes directa o indirectamente a través de la interacción con
proteínas del espacio periplasmatico. Las señales de estos receptores son transmitidas a través
de la membrana plasmática hacia el citosol, donde las Che proteínas son activadas. Las Che
proteínas cambian las frecuencias de avance y giro, y alteran los receptores.
FOTOTAXIA
La fototaxia es una habilidad que poseen muchas células para realizar movimientos orientados
en respuesta a la intensidad de la luz. El efecto contrario, movimiento no orientado, se denomina
fotofobia o fotoshock. Si hay una alta intensidad de luz la célula realizará sus movimientos en el
sentido contrario de la fuente (fototaxia negativa). Sin embargo, ante intensidades de luz
medias, se dirigirá hacía el haz de luz (fototaxia positiva). Ante cambios bruscos de luz, la
célula realizará movimientos no dirigidos (fotofobia) (Harris, 2008). Los elementos
celulares fotorreceptores capaces de detectar la luz se llaman manchas oculares, los cuales son
los ojos más simples y más comunes encontrados en la naturaleza.
En los procariotas fotosínteticos se han diferenciado dos tipos de taxia:
- Escofotaxia: se detecta al microscopio. Consiste en que cuando tenemos el microscopio
encendido, primero el microorganismo se desplaza fuera del campo de iluminación del
microscopio. Cuando llega a la zona de oscuridad invierte su dirección, volviendo a la zona
iluminada.
- Verdadera Fototaxia: movimiento hacia gradientes superiores de iluminación. En este caso
hablamos de fotorreceptores que se encuentran en las bacterias y les permiten acercarse o huir
de un gradiente de luz.
Fototaxia fenómeno de taxia o tactismo originado por la luz, por el que el desplazamiento se
dirige hacia la fuente de luz. Sinónimos: fototaxis, fototactismo. La fototaxia es una habilidad
que poseen muchas células para dirigirse hacia la luz. El efecto contrario, huir de la luz, se
denomina fototaxia negativa o fotosock y Nastia. Los elementos celulares fotorreceptores
capaces de detectar la luz se llaman manchas oculares, los cuales son los ojos más simples y
más comunes encontrados en la naturaleza. En los procariotas fotosínteticos se han diferenciado
dos tipos de taxia:
Son movimientos activos, reversibles y responden a un estímulo, pero no son orientados por
él, eso significa que la planta puede recibir desde cualquier lado el estímulo pero esto no
influye en la dirección en que ésta va a reaccionar.
Afecta a órganos planos como los pétalos y hojas tiernas y órganos de crecimiento
longitudinal, como ramas, hojas, zarcillos, etc.
Se clasifican de acuerdo con el estímulo que lo desencadena.
Los fotoreceptores son moléculas que capacitan a los seres vivos para percibir las variaciones en
la luz. Este tipo de compuestos están presentes en todos los organismos desde bacterias a
plantas y animales. El ejemplo más claro en animales son los ojos, que permiten no solo ver las
variaciones en la luz sino que además forman las imágenes visuales. Las plantas dependen en
gran medida de la luz para vivir es por eso que todos sus órganos, incluidas las raíces, tienen
detectores de luz para acompasar sus ciclos de vida lo más posible con su fuente de energía, el
sol. Por ejemplo las algas, unicelulares o pluricelulares de vida libre, dependiendo de la
intensidad de luz se desplazan en la vertical del agua para modular la cantidad de luz que
reciben para optimizar al máximo su fotosíntesis.
Sin embargo, las bacterias también poseen fotoreceptores, tal vez no tan especializados como
los de animales, pero sí que lo suficiente como para llevar a cabo ajustes en su propio
metabolismo o localización dependiendo de la luz. Existen una gran variedad de fotoreceptores
en bacterias desde las proteínas LOV para detectar luz azul hasta proteínas phy para el rojo.
Aunque al principio se creía que la bacterias solo empleaban sus fotoreceptores para la
fototaxia, su colocación en el medio dependiendo de la luz el estudio de sus funciones han
demostrado que tienen muchas más utilidades.
Las bacterias fotosintéticas utilizan sus fotoreceptores para orientarse como las algas. Pero no
solo las bacterias que realizan la fotosíntesis poseen fotoreceptores. La bacteriorodopsina es uno
de los pigmentos que utilizan las bacterias para usar la luz, la estructura de este pigmento es
similar al de la rodopsina de los ojos de mamíferos. Como ella, la bacteriorodopsina absorbe la
luz verde, de 500 a 650 nm de longitud. Esta proteína es similar en su estructura y composición
a la de la clorofila y la bacterioclorofila. Todas ellas actúan como un transportador de iones a
través de una membrana, ya sea citoplasmática, en las bacterias, como en el tilacoide del
cloroplasto.
En el conjunto planta patógeno se ha descubierto que tanto las plantas como las bacterias que las
atacan se rigen por el sol para determinados comportamientos. Con la luz las plantas obtienen
energía y son capaces de movilizar más recursos. Por el contrario diversos estudios parecen
indicar que patógenos de plantas (del género Pseudomonas) expuestos a la luz inhiben su
proliferación y esperan a la ausencia de luz para proliferar y atacar a la planta.
Otras bacterias de vida libre en el suelo emplean sus receptores de luz para saber si están
expuestas al exterior y actuar en consecuencia, protegiéndose. En varias bacterias, como las de
los grupos Myxococcus o Thermus son capaces de utilizar la vitamina B12 como receptor de
luz. En oscuridad esta vitamina se une al ADN impidiendo la transcripción de determinados
genes. Al recibir luz la B12 se degrada permitiendo la transcripción de los genes de pigmentos
que emplea la batería para protegerse de los efectos nocivos de la luz.