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Cada generación es diferente, aunque algunas comparten muchas similitudes que trascienden
por la forma en que fueron educados los individuos y la importancia de ciertos roles dentro
de la familia. En mi caso muchos de los valores han trascendido desde mi bisabuela materna
ya que con ella comenzó una estructura matriarcal que rige hasta la fecha. Mantener a la
familia unida, con un respeto mutuo, la ayuda por igual y trabajar para todos han sido el
centro de nuestra estructura. Mi abuela aprendió casi todo de su familia ya que poco tiempo
pasó en la escuela, lo suficiente para aprender lo básico (leer, escribir y matemáticas simples),
trabajaba para ayudar a su familia ya que su papá les había dejado y siempre fue responsable
del cuidado de sus hermanos y de su madre (en la última etapa de su vida).
Con mi mamá se ampliaron más ciertos valores ya que el matrimonio de mis abuelos fue
fuerte, sincero y duró hasta el final. Por ello la fidelidad, felicidad, amor, respeto en la pareja
se volvió un ejemplo e ideal entre sus hijas, lo que también se reflejó en sus relaciones. La
familia actual reforzó los valores heredados de la bisabuela, lo que ha hecho de la familia un
entorno de confianza y respeto. Sin embargo, a pesar de ser un matriarcado de tres
generaciones aun se conservan ciertas ideas de la sociedad conservadora. Las mujeres de la
familia están acostumbradas a procurar a los hombres, hacer las labores del hogar, pero con
influencia de la cuarta generación esto se ha ido atenuando en cierta medida llegando a un
punto de mayor equidad de género.
La sociedad tiene una serie de valores y normas que se aplican a cada individuo, pero estos
cambian según la época, entorno y grupo. Los más importantes serán tomados por la mayoría,
pero de ahí en fuera cada grupo tomará para sí los que más se apeguen a su experiencia y
forma de vida. El documental pensando en los demás propone una idea de centrarse y tomar
los valores que deberían predominar en cada sociedad. Es una forma de buscar la felicidad
tomando en cuenta al otro, actuando como grupo para encontrar una armonía y felicidad tanto
individual como colectiva. Puede que justamente eso, “pensar en los demás” se lo que más
hace falta para cambiar la sociedad, recordar que no estamos sólo, que siempre existirá gente
a nuestro alrededor que nos afectan y a quienes afectamos.