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 E – 620-A-20

Tratamiento de los cánceres


de endometrio
M. Poilblanc, N. Mesgouez-Nebout, C. Lhommé, M. Sire, M. Mezzadri,
P. Pautier, C. Lefebvre-Lacoeuille, L. Catala, L. Sentilhes, P. Descamps

El cáncer de endometrio es el cuarto cáncer más frecuente de la mujer en los países


desarrollados. Es una enfermedad que afecta a mujeres menopáusicas de 65-70 años y
a menudo con múltiples comorbilidades (sobrepeso, hipertensión arterial o diabetes) y
cuyas complicaciones cardiovasculares, renales o neurológicas deben tenerse en cuenta
en la estrategia terapéutica.
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Palabras clave: Cáncer; Endometrio; Linfadenectomía; Radioterapia

Plan de receptores hormonales (RH) de estrógenos y/o proges-


terona, la lesión ganglionar (pélvica y/o lumboaórtica), la
■ Introducción 1 lesión ovárica y, en cierta medida, una citología peritoneal
positiva.
■ Tratamiento quirúrgico de los cánceres de Hace poco se han definido dos tipos principales de cán-
endometrio 2 ceres de endometrio, 1 y 2, en función de las diferencias
Principios básicos y estadificación 2 entre su naturaleza histológica, patogenia y pronóstico
Tratamiento preoperatorio 3 (Cuadro 1).
Procedimiento quirúrgico 4 En el 85% de los casos se trata de adenocarcinomas
Linfadenectomías 4 endometrioides. Los adenocarcinomas seropapilares tie-
Vía de acceso 6 nen una evolución semejante a la de los cánceres ováricos,
Consideraciones especiales 7 con un pronóstico más reservado (índice de supervivencia
■ Radioterapia en los cánceres de endometrio 8 a 5 años del 54,3%, frente al 80% para los endometrioides,
■ Tratamientos sistémicos de los cánceres sin distinción de estadios) [1] .
de endometrio 8 En la gran mayoría de los casos, los adenocarcinomas
Estadios avanzados o metastásicos o recaídas 8 del endometrio se descubren en un estadio localizado de
pronóstico favorable y se curan desde el principio con
cirugía y/o radioterapia. El propósito de la cirugía, pri-
mera etapa del tratamiento, es la exéresis del tumor y la
 Introducción identificación de los factores pronósticos necesarios para
la justificación de los tratamientos complementarios. Por
El cáncer de endometrio es el cuarto cáncer más lo general, la radioterapia está indicada en el postopera-
frecuente de la mujer en los países desarrollados. Es torio para reducir el riesgo de recidiva locorregional. Con
una enfermedad que afecta a mujeres menopáusicas menos frecuencia puede ser exclusiva (en caso de que la
de 65-70 años y a menudo con múltiples comorbili- cirugía no sea posible), paliativa con finalidad antálgica
dades (sobrepeso, hipertensión arterial o diabetes) y y/o hemostática.
cuyas complicaciones cardiovasculares, renales o neu- La quimioterapia adyuvante es útil en presencia de
rológicas deben tenerse en cuenta en la estrategia factores de pronóstico desfavorable. Se está evaluando
terapéutica. el interés de asociarla a la radioterapia. La hormonote-
Los factores pronósticos del cáncer de endometrio que rapia y la quimioterapia se reservan básicamente para
forman parte de la decisión terapéutica son el estadio en los estadios avanzados, los estadios metastásicos desde
la clasificación de la Federación Internacional de Gineco- el principio o incluso las recidivas, cuyo pronóstico es
logía y Obstetricia (FIGO), con un índice de supervivencia mucho más reservado. La hormonoterapia se prefiere en
a 5 años del 90% para los estadios I y del 20% para los esta- caso de adenocarcinoma bien diferenciado con receptores
dios IV, el tipo y el grado histológicos, la presencia o no hormonales y evolución indolente. En caso de fracaso,

EMC - Ginecología-Obstetricia 1
Volume 49 > n◦ 3 > septiembre 2013
http://dx.doi.org/10.1016/S1283-081X(13)65375-8
E – 620-A-20  Tratamiento de los cánceres de endometrio

Cuadro 1.
Características clínicas, histológicas y biológicas de los dos tipos de adenocarcinoma del endometrio (según [51–53] ).
Carcinoma de tipo 1 Carcinoma de tipo 2
Distribución 70-80% 20-30%

Contexto Exceso estrogénico exógeno o endógeno Sin exceso estrogénico


(obesidad)
Posmenopausia Pacientes de edad más avanzada
Tipo histológico Endometrioide de Endometrioide de alto grado
bajo grado Seropapilar
Células claras
Estadio en el Estadio I: 73% Estadio I: 54%
diagnóstico Estadio II: 11% Estadio II: 8%
Estadio III: 13% Estadio III: 22%
Estadio IV: 3% Estadio IV: 16%
Índice de Estadio I: 85-90% Estadio I: 60%
supervivencia a 5 años Estadio II: 70% Estadio II: 50%
Estadio III: 40-50% Estadio III: 20%
Estadio IV: 15-20% Estadio IV: 5-10%
Características Positividad de RE y RP Aneuploidía
moleculares Inactivación de PTEN (50-80%) Mutación de p53 (80-90%)
Inestabilidad microsatélite (20-40%) Sobreexpresión de HER2-Neu (40–80%) y de EGFR
Mutación de Kras (15-30%) Inactivación de p16 (40%)
Mutación de ␤-cateninas, 20-40% Mutación de la E-cadherina (60-90%)
Participación en las recaídas 50% 50%

RE: receptores de estrógenos; RP: receptores de progesterona.

de enfermedad rápidamente evolutiva o de tumor poco Ya se trate de la clasificación de 1988 o de la reciente


diferenciado, sin receptores hormonales, se puede indicar clasificación FIGO de 2009 (Cuadro 2), la estadificación de
quimioterapia a base de sales de platino. los cánceres de endometrio se basa, desde la publicación
Este artículo, organizado en tres partes, expone los prin- de Creasman et al, en un estatuto quirúrgico [2, 3] . Entre
cipios generales y los nuevos desafíos de la cirugía, de las los años 1950 y 1960, las pacientes afectadas por un cán-
terapias sistémicas y de la radioterapia en los cánceres de cer de endometrio eran tratadas con preferencia mediante
endometrio. irradiación preoperatoria y la estadificación original de la
FIGO se basaba, en 1971, en un enfoque clínico (Cuadro
3). En series de larga data, como la de Lewis et al de la
década de 1970, se justificaba esta conducta de forma casi
 Tratamiento quirúrgico sistemática debido a una disminución significativa de la
de los cánceres invasión miometrial postirradiación [4] . En 1987, la publi-
cación de los resultados del estudio GOG 33 (Gynecologic
de endometrio Oncology Group Study) contribuyó con un nuevo enfo-
que al tratamiento de los cánceres de endometrio. Este
Los dos objetivos principales de la cirugía de los cán- estudio estadounidense, publicado por Creasman et al,
ceres de endometrio son la exéresis del tumor y la tenía como objetivo establecer una correlación entre las
detección de los factores pronósticos esenciales que jus- características de los tumores del endometrio y su exten-
tifiquen la indicación de los tratamientos complementa- sión extrauterina [2] . La descripción de los factores histoló-
rios. gicos uterinos debería permitir una mejor orientación de
los tratamientos complementarios. Estos trabajos justifi-
caron, en 1988, la modificación y el establecimiento de un
Principios básicos y estadificación nuevo modo de clasificación de los cánceres de endome-
trio y colocaron el enfoque quirúrgico en primera línea.
Aunque la radioterapia y la quimioterapia ocupan un En 2009 se introdujeron algunas modificaciones a esta
lugar cada vez más preponderante en el tratamiento de clasificación. Los cánceres de endometrio de estadio IA
los cánceres de endometrio, el tratamiento inicial de esta grado 1, IB grado 1, IA grado 2 y IB grado 2 tienen, res-
enfermedad sigue siendo quirúrgico. En la gran mayoría pectivamente, una supervivencia a 5 años del 93,4, 91,6,
de los casos, la histerectomía con anexectomía bilateral 91,3 y 93,4% [3] . Así, hay pocas diferencias entre los cuatro
(si la paciente es operable) es la primera etapa del trata- estadios; por eso, estas situaciones se han combinado en
miento de los cánceres de endometrio, sin distinción de estadio IA (Cuadro 2).
estadios. Además del carácter curativo y de la influencia Debido a los factores de riesgos de los cánceres de endo-
sobre la supervivencia general, la cirugía permite obte- metrio, no podrán ser candidatas a la cirugía algunas
ner la información necesaria para escoger los tratamientos pacientes que además presentan, por ejemplo, una obesi-
complementarios. dad mórbida. En estudios que datan de la década de 1990
Aunque la controversia con relación al beneficio de las se estima el índice de pacientes inoperables, sin distinción
citologías peritoneales es cada vez mayor, la extensión de causas, en el 3,5-9%. En 1986, Piana et al estimaban
miometrial, el grado histológico y la invasión ganglionar el índice de operabilidad en el 75-96% para los estadios I
siguen siendo los principales factores pronósticos de los y en el 65-80% para los estadios II [5] . La clasificación clí-
cánceres de endometrio. La extensión ganglionar impone nica de los cánceres de endometrio de 1971 (Cuadro 4)
una radioterapia complementaria y, en no pocos casos, es una opción de estadificación válida para las pacientes
una quimioterapia. inoperables.

2 EMC - Ginecología-Obstetricia
Tratamiento de los cánceres de endometrio  E – 620-A-20

Cuadro 2.
Clasificación de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), 2009.
Estadio I Tumor limitado al cuerpo del útero
Estadio IA: tumor limitado al endometrio o invasión miometrial inferior al 50%
Estadio IB: invasión superior o igual al 50% del miometrio
Estadio II Tumor que invade el cuello del útero
Estadio II: lesión de todo el estroma cervical
La lesión glandular del cuello sólo debe considerarse como un estadio I. El estadio IIA de la anterior
clasificación FIGO 1988 ya no se tiene en cuenta
Estadio III Tumor extendido fuera del útero (limitado a la pelvis)
Estadio IIIA: lesión de la serosa uterina o de los anexos a
Estadio IIIB: invasión vaginal o parametrial
Estadio IIIC: lesión ganglionar pélvica o de los ganglios lumboaórticos
– Estadio IIIC1: lesión ganglionar pélvica
– Estadio IIIC2: lesión ganglionar paraaórtica, con o sin lesión ganglionar pélvica
Estadio IV Tumor con metástasis a distancia
Estadio IVA: lesión de la vejiga y/o del recto
Estadio IVB: metástasis a distancia, incluidas las metástasis abdominales y/o las lesiones ganglionares
inguinales
a
La citología peritoneal se informa por separado y no modifica el estadio FIGO de los cánceres de endometrio. El grado (G) histológico del tumor
no modifica el estadio FIGO. G1: al menos el 5% de patrón de crecimiento no escamoso o no morular sólido; G2: al menos el 6-50% de patrón de
crecimiento no escamoso o no morular sólido; G3: >50% de patrón de crecimiento no morular sólido.

Cuadro 3. El estudio de extensión locorregional incluye la reso-


Clasificación de la Federación Internacional de Ginecología y nancia magnética (RM) pélvica, asociada a la exploración
Obstetricia (FIGO), 1971. de las áreas ganglionares lumboaórticas. Aunque exis-
Estadio I Carcinoma limitado al cuerpo del útero ten discordancias clinicorradiológicas, la evaluación de la
infiltración miometrial mediante RM permitirá, según las
– Estadio IA: cavidad uterina de menos de 8
nuevas recomendaciones del Institut National du Cancer
cm de longitud
(INCA), formular la indicación de una linfadenectomía [8] .
– Estadio IB: cavidad uterina de más de 8 cm Si la RM está contraindicada, se indicará una tomografía
de longitud computarizada (TC) y una ecografía pélvica.
Estadio II Carcinoma que invade el cuerpo y el cuello La consulta preanestésica permitirá detectar y controlar
uterinos las afecciones cardiovasculares o pulmonares subyacentes.
Estadio III Extensión fuera del útero pero confinada a la Las opciones terapéuticas deben presentarse a la
pelvis paciente en el contexto de un plan personalizado de tra-
Estadio IV Extensión fuera de la pelvis o invasión de la tamiento. En el caso de la laparoscopia, se mencionará
vejiga y el recto la posibilidad de una conversión quirúrgica, así como
la necesidad de adaptar el tratamiento quirúrgico a los
hallazgos intraoperatorios. En un estudio de Johnson et al
Tratamiento preoperatorio para la Cochrane Database de 2006, el índice de conver-
sión de una laparoscopia en laparotomía (por afección
La indicación quirúrgica definitiva y que correlaciona benigna) fue del 3,5% (32 casos en 920 cirugías) [7] . En
con la extensión de la afección debe tener en cuenta la un estudio relativo a los cánceres ginecológicos única-
evaluación del estado general y de las comorbilidades. Si mente, Nagarsheth et al lo evaluaron en casi el 21% (18
se tienen en cuenta los factores de riesgo, la mayoría de de 87 casos) [9] . Por último, específicamente para el cáncer
las veces se trata de pacientes obesas que necesitan un de endometrio, en un estudio con 122 pacientes efectuado
tratamiento óptimo pre y postoperatorio. Se pondrá énfa- en 2005, Tozzi et al comunicaron un índice de conversión
sis, por ejemplo, en la anticoagulación, el tratamiento del 1,4% debido a alguna complicación [10] .
de posibles complicaciones respiratorias y la preven- Hay que comunicar a la paciente los riesgos inherentes
ción indispensable de las complicaciones por decúbito [6] . a todas las cirugías pélvicas, como los traumatismos vesi-
Las pacientes adultas obesas tienen un riesgo elevado cales, ureterales o digestivos. Hay que mencionar también
de comorbilidades asociadas como, por ejemplo, hiper- la posible necesidad de efectuar una transfusión intraope-
tensión, dislipidemias, diabetes o incluso cardiopatías ratoria.
isquémicas [7] . El postoperatorio depende directamente Los antecedentes familiares se deben asentar en la histo-
del tratamiento de las comorbilidades, las cuales conviene ria clínica para evitar pasar por alto un síndrome de Lynch
detectar y controlar desde la asistencia médica inicial. familiar. En el contexto de una buena práctica quirúrgica,
La anamnesis y la exploración física completa son indis- el ginecólogo oncólogo debe conocer los resultados de las
pensables en todas las pacientes. Hay que evaluar la últimas mamografías.
intensidad de las hemorragias posmenopáusicas y corregir Por último, una vez superado el anuncio del cáncer,
una anemia. La anamnesis se ha de centrar en la presen- no debe subestimarse el impacto psicológico de la his-
cia de rectorragia, la disminución del calibre de las heces terectomía. El cáncer de endometrio pocas veces afecta
o incluso la aparición de hematuria. Estos signos clínicos a las mujeres en edad de procrear. Sin embargo, aun
necesitan un tratamiento complementario. Se palparán cuando los problemas de infertilidad no ocupan el pri-
las áreas ganglionares, sin olvidar la búsqueda de un gan- mer plano, no hay que menospreciar la repercusión de
glio supraclavicular. Se indican de rutina hemograma, la histerectomía, tanto en el aspecto de la imagen cor-
radiografía de tórax y electrocardiograma. La determina- poral como en el relativo a la sexualidad. Una buena
ción del carbohidrato antígeno (CA 125) se considera si se aceptación implica una información clara y explicacio-
sospecha una extensión ganglionar, una lesión ovárica o nes detalladas de la intervención, del postoperatorio y
un tipo 2 histológico. del seguimiento a largo plazo. El personal de enfermería

EMC - Ginecología-Obstetricia 3
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especializado en oncología, los psicooncólogos o incluso linfadenectomía sistemática y otros un simple muestreo,
los sexólogos prestan una gran ayuda a las pacientes que incluso otros usan los datos de la valoración preoperatoria
se enfrentan al cáncer de endometrio y sus tratamientos. o del análisis extemporáneo para fundamentar su decisión
quirúrgica. En los Cuadros 3 y 4 se resumen los funda-
mentos de las diversas escuelas de pensamiento sobre este
Procedimiento quirúrgico tema.
La conducta francesa, redefinida hace poco por
La cirugía de los cánceres de endometrio incluye como
el INCA [8] , consiste en una evaluación prequirúrgica com-
mínimo una exploración de la cavidad abdominal, cito-
pleta que permite apreciar con más precisión la invasión
logías peritoneales, biopsias de los sitios sospechosos y
miometrial, el grado histológico y la extensión ganglio-
la realización de una histerectomía total con anexecto-
nar:
mía bilateral. En caso de laparotomía, la incisión mediana
• como la invasión ganglionar es escasa para los tumores
infra y supraumbilical es la más adecuada al tipo de ciru-
de bajo riesgo (estadios IA de grados 1 y 2) y de riesgos
gía que se necesita. Las biopsias peritoneales en una zona
intermedios (estadios IA de grado 3 y IB de grado 1/2),
macroscópicamente normal son poco beneficiosas, con
en estos casos la linfadenectomía ya no se recomienda;
menos del 1% de detección de una lesión histológica [11] .
• en presencia de un tumor de estadio I de riesgo elevado
La histerectomía debe ser total debido al riesgo de inva-
(estadio IB de grado 3, de tipo 2, émbolos linfáticos), la
sión del cuello, que define el estadio II. La lesión del cuello
linfadenectomía lumboaórtica e ilíaca común está justi-
se subdiagnostica en la evaluación preoperatoria en el 5-
ficada. La linfadenectomía pélvica puede estar indicada,
19% de los casos [12, 13] . La histerectomía será extrafascial
pero no se recomienda desde el principio en la medida
debido a la presencia de fibras miometriales en la fas-
en que su valor terapéutico no ha sido demostrado y la
cia uterina. La anexectomía bilateral complementaria se
indicación de una radioterapia pélvica complementaria
impone por el riesgo de lesión ovárica, que modificaría
se justifica desde el principio en los estadios I de riesgo
un estadio I en estadio IIIA. La lesión ovárica se desconoce
elevado. Hay que extirpar todas las adenomegalias;
antes de la cirugía en el 5-7% de los casos [14, 15] . La omen-
• en caso de lesión del estroma cervical (estadio II), de
tectomía, que se efectúa en caso de lesión sospechosa,
estadios IIIA y IIIC, se indicará una linfadenectomía
sólo es sistemática en presencia de un carcinoma papi-
lumboaórtica y pélvica.
lar seroso o de un carcinoma de células claras, que en este
La reflexión sobre la linfadenectomía en el mundo
caso conviene tratar como un cáncer de ovario.
se encuentra actualmente en dos niveles: primero, la
La lesión del cuello, cuando se detecta durante la
justificación en función del «presunto» estadio de la enfer-
intervención, justifica la realización de una histerectomía
medad y segundo, su papel terapéutico (Cuadro 5).
ampliada al parametrio y la exéresis de un collar vaginal
Los factores uterinos predictivos de una invasión gan-
suficiente.
glionar están bien establecidos desde la publicación del
En caso de lesión vaginal (estadio IIIB), se ha de privi-
estudio GOG 33 [2] . Los factores principales son el grado
legiar la radioterapia como único tratamiento. La cirugía
histológico y la profundidad de invasión miometrial, que
del tumor primario puede plantearse en caso de respuesta
están estrechamente relacionados no sólo con el riesgo
incompleta.
de lesión ganglionar, sino también con el de recidiva
Las indicaciones de exenteraciones pélvicas son muy
locorregional. En caso de adenocarcinoma endometrioide
limitadas y en general se ajustan a cada caso. Esto podría
de grado 1 limitado al endometrio (IAG1), el riesgo gan-
discutirse en una recidiva centropélvica postirradiación
glionar pélvico ronda el 2-3% y aumenta a casi el 30%
en una paciente con buen estado general.
en caso de lesión ICG3 (FIGO, 1989). Otras series eva-
lúan la frecuencia de la invasión ganglionar pélvica en
Linfadenectomías el 4,7-13% para los estadios I [17, 18] y el 18,8-44,8% para
los estadios II [17, 19] . La frecuencia de la invasión paraaór-
Uno de los temas más discutidos con relación al tra- tica aislada es del 1-2% [20] . En caso de lesión ganglionar
tamiento quirúrgico de los cánceres de endometrio es pélvica, el riesgo de invasión lumboaórtica dista de ser
la linfadenectomía lumboaórtica o pélvica. Lógicamente, desdeñable, con más del 31% de lesión neoplásica según
puesto que los estudios de imagen parecen ser poco fia- el estudio GOG 33 [2] , lo que justificaría la linfadenecto-
bles para detectar con precisión una lesión ganglionar, la mía lumboaórtica. Su interés es doble, pues evita una
estadificación completa impondría la realización de vacia- irradiación lumboaórtica inútil en caso de N− y modi-
mientos linfáticos. Desde el punto de vista anatómico, el fica los campos de irradiación en caso de N+. En 2008,
útero se encuentra en el centro de tres vías de drenajes Mariani et al publicaron los resultados de un estudio
linfáticos. En el cuello y el istmo, los conductos linfáticos prospectivo sobre la diseminación ganglionar pélvica y
atraviesan el paracérvix y el parametrio para alcanzar los paraaórtica observada en los cánceres de endometrio [20] .
ganglios pélvicos. Los linfáticos del ligamento redondo Entre 63 casos de invasión ganglionar, los autores obtuvie-
drenan en los ganglios inguinales y las vías linfáticas ová- ron un índice del 62% de ganglios positivos paraaórticos,
ricas, en los ganglios paraaórticos. Un enfoque exhaustivo es decir, 39 pacientes. La localización de ganglios positi-
implicaría al menos una disección ganglionar pélvica y vos con relación a la arteria mesentérica inferior (AMI) se
lumboaórtica. obtuvo en 26 de las 39 pacientes. Mariani et al señalaron
El conocimiento sistemático de la invasión ganglio- entonces un índice del 77% de ganglios paraaórticos posi-
nar permitiría establecer con precisión la extensión de la tivos por encima de la AMI y un índice del 46% de ganglios
enfermedad y el pronóstico. Más que la influencia sobre el positivos únicamente por encima de la AMI (12/26). Los
pronóstico, la linfadenectomía desempeña un papel pri- autores concluyeron en que la linfadenectomía paraaór-
mordial en la selección de las pacientes, ya que, en caso de tica hasta los vasos renales permitía determinar mejor los
invasión ganglionar, orienta el tratamiento hacia la radio- tratamientos complementarios. En este estudio, el 46% de
terapia y, cada vez más, hacia la quimioterapia. Según las pacientes tenía un compromiso pélvico y lumboaór-
Collinet et al: «La linfadenectomía limita las indicaciones tico.
de tratamiento complementario en caso de negatividad y A pesar de numerosas controversias, para algunos auto-
precisa las fronteras de los campos de irradiación en caso res el análisis extemporáneo del útero ocupa, junto a la
de positividad» [16] . valoración preoperatoria, un lugar principal para guiar
Sin embargo, la conducta frente a la linfadenectomía la conducta quirúrgica y justificar o no los vaciamien-
dista de ser unánime. A falta de pruebas suficientes, cada tos complementarios pélvicos y lumboaórticos. Así, en
escuela defiende su posición basando sus argumentos caso de lesión IAG1 o incluso IBG1, la linfadenectomía
en determinadas publicaciones. Algunos recomiendan la no se considera, pero sí está indicada en caso de lesión

4 EMC - Ginecología-Obstetricia
Tratamiento de los cánceres de endometrio  E – 620-A-20

Cuadro 4.
Linfadenectomías en los estadios precoces: argumentos para una disección ganglionar sistemática.
Razonamiento
Morbilidad baja de la cirugía ganglionar
Extensión ganglionar difícil de prever durante la intervención con el análisis de la pieza de histerectomía
Interés del estado ganglionar para evitar los tratamientos complementarios inútiles
Papel preponderante de la invasión ganglionar como factor pronóstico, elemento primordial para la estadificación
Linfadenectomía paraaórtica indicada en los cánceres ováricos de estadio I por una lesión paraaórtica estimada en el 6% y
linfadenectomía pélvica recomendada en los cánceres del cuello IA2 cuando la lesión ganglionar pélvica en este caso se
evalúa en el 5%
Apoyo bibliográfico
Homesley [58] 1992 Análisis retrospectivo. Estudio de la morbilidad de las linfadenectomías pélvicas y
paraaórticas en los cánceres de endometrio. Se incluyeron 196 pacientes en el grupo
histerectomía no conservadora con linfadenectomía pélvica y lumboaórtica y 104 pacientes
en el grupo histerectomía no conservadora sola. Sin diferencia significativa entre ambos
grupos con relación a las pérdidas sanguíneas, las transfusiones, la duración de la
intervención, las infecciones de la incisión o el tiempo de hospitalización
Orr [59] 1997 Estudio retrospectivo con 396 pacientes afectadas por un cáncer de endometrio de estadio I y
tratadas mediante histerectomía y linfadenectomía, pero sin radioterapia complementaria.
Objetivos: evaluar la morbilidad quirúrgica, el riesgo de recidiva y la supervivencia a 5 años.
En esta serie, los autores señalan el 4,2% de transfusiones sanguíneas, el 0,6% de lesiones
digestivas accidentales, el 1,5% de accidente tromboembólico y el 1,2% de linfoceles
GOG 33 a , 1987 De 621 pacientes con un cáncer de endometrio localizado en el útero, sólo hubo un 11% de
Creasman [2] metástasis ganglionares (pélvica y/o aórtica). Invasión ganglionar pélvica inferior al 3% para
los estadios limitados al endometrio, pero evaluada en el 34% para los estadios IC, grado 3
según la clasificación FIGO 2009
Case [23] 2006 Con 60 pacientes con un carcinoma endometrial o una hiperplasia compleja con atipia.
Objetivo: definir la eficacia del análisis extemporáneo para la determinación del grado y la
profundidad de invasión miometrial. Los autores señalan una correlación de sólo el 67%
entre el análisis extemporáneo y el análisis patológico final para la profundidad de invasión
miometrial. El 28% de los estadios IA del análisis extemporáneo resultó ser al menos un
estadio IB en el análisis definitivo. Respecto al grado histológico, la concordancia entre
análisis extemporáneo y definitivo era del 58%, con el 38% de lesiones clasificadas como más
desfavorables en el análisis final
a
Estudio con aplicación de la clasificación clínica FIGO 1971.

Cuadro 5.
Linfadenectomía en los estadios precoces: argumentos por omisión (según [2, 60–63] ).
Razonamiento
Todos los estadios I: menos del 10% de invasión ganglionar. Disección ganglionar inútil en nueve de cada 10 pacientes
Interés terapéutico de la linfadenectomía no demostrado
Selección de las pacientes candidatas a los tratamientos complementarios según los datos del análisis histológico del útero
Apoyo bibliográfico
GOG 33 a , 1987 Con 621 pacientes, 346 estadios IA y 275 estadios IB. El 75% de grados 1 y 2, el 25% de
Creasman [2] grado 3. El 22% de invasión miometrial profunda. Sólo el 9% de metástasis
ganglionares (pélvicas y/o aórtica) sin distinción de estadios. En caso de grado 1 o 2
(468 pacientes), los autores observaron una lesión ganglionar pélvica en 30 pacientes,
es decir, el 6,4%
COSA-NZ-UZ [23] b 1996 Riesgo de invasión ganglionar pélvica inferior al 10% en los estadios I
Trimble et al [24] b 1998 Datos del National Cancer Institute’s Surveillance, epidemiology and End Results
programme (SEER). Con 9.185 pacientes con cáncer endometrial de estadio I y 881 de
estadio II. En los estadios I se hicieron 6.364 estadificaciones ganglionares. La
supervivencia a 5 años en el grupo con exploración ganglionar fue del 98%, frente al
93% en el grupo sin exploración ganglionar
PORTEC-1 b , 2000 705 pacientes con cáncer endometrial de estadio I distribuidas de forma aleatoria
Creutzberg et al [62] (IC grado 1-2 y IB grado 2-3) entre histerectomía con anexectomía sin
linfadenectomía, seguida de una radioterapia pélvica complementaria (grupo 1),
frente a tratamiento quirúrgico solo (grupo 2). Con 350 pacientes elegibles en el
grupo 1 y 355 en el grupo 2. Supervivencia a 5 años similar en ambos grupos: 81%
frente a 85%, respectivamente. Los autores observaron una ventaja en términos de
control locorregional en el grupo 1: el 4% de recidivas locorregionales a 5 años en el
grupo 1, frente al 14% en el grupo de control
Scholten et al [63] b 2005 Seguimiento a largo plazo de las pacientes incluidas en el estudio PORTEC-1.
Resultados a 10 años similares a los datos iniciales. Índice de recidivas locorregionales
del 5% en el grupo de radioterapia, frente al 17% en el grupo de cirugía sola. Índice de
supervivencia global a 10 años del 65 y el 70%, respectivamente

PORTEC: Post Operative Radiation Therapy in Endometrial Carcinoma.


a
Estudio con aplicación de la clasificación clínica FIGO 1971.
b
Estudio con aplicación de la clasificación quirúrgica FIGO 1989.

EMC - Ginecología-Obstetricia 5
E – 620-A-20  Tratamiento de los cánceres de endometrio

más agresiva o incluso aquella de tipo de «células cla- Los resultados del estudio ASTEC (A Study for Treatment
ras o papilares serosas» [20, 21] . La biopsia de los ganglios of Endometrial Cancer), publicados en 2009 por Kitchener
centinelas, en curso de evaluación, es, desde luego, una et al, aportaron un nuevo enfoque, aunque también con-
ayuda complementaria a la determinación de estos crite- trovertido, sobre las linfadenectomías en el contexto de
rios intraoperatorios. los cánceres de endometrio [29] . Los resultados de este estu-
Sin embargo, fiarse del análisis extemporáneo para dio multicéntrico prospectivo aleatorizado, con inclusión
optar por la realización de los vaciamientos es una de más de 1.400 pacientes, no revelaban ningún benefi-
conducta no exenta de error; el valor del estudio intra- cio en términos de supervivencia general sin recidiva de
operatorio sería bastante variable en función de las la linfadenectomía pélvica sistemática en los cánceres endo-
publicaciones. Aunque Doering et al comunicaron en metriales de estadio I.
1989 [22] un índice de adecuación del 91% entre el diag- En 2008, Benedetti-Panici et al publicaron un estudio
nóstico final de patología y el análisis extemporáneo para aleatorizado prospectivo con resultados similares [30] . A
la profundidad de infiltración miometrial, otros estudios partir de 514 pacientes distribuidas en dos grupos según
más recientes no comparten el mismo optimismo. En se hubiera efectuado o no una linfadenectomía pélvica, los
un estudio prospectivo de 2006, Case et al estimaron autores no señalan ninguna diferencia significativa en tér-
este índice de adecuación en sólo el 67% [23] . El valor minos de supervivencia sin recidiva y de supervivencia
del análisis preoperatorio es igualmente ineficiente. Elta- global tras un seguimiento promedio de 49 meses. En este
bakkh et al han publicado un estudio retrospectivo de estudio, el promedio de ganglios extirpados fue de 30 y
182 pacientes con un adenocarcinoma de grado 1 diag- alrededor del 30% de las pacientes tenía, en ambos grupos,
nosticado mediante biopsia de endometrio [24] . El 30% una invasión miometrial superior al 50%.
presentaba al final una lesión de grado 2 o 3 y el 12,6% En todos estos estudios con conclusiones divergentes
tenía un estadio III o IV después de la cirugía. Todos estos se plantean problemas de metodología y de definiciones.
estudios son argumentos adicionales a favor de una linfa- En el estudio de Benedetti-Panici [30] , los datos relativos
denectomía sistemática en la gran mayoría de los casos. a los tratamientos complementarios posquirúrgicos no
Aunque la mayoría de los equipos asocian los vacia- eran rigurosos. El estudio ASTEC [30] proponía una aleato-
mientos pélvicos a la histerectomía con un objetivo de rización en dos etapas: linfadenectomía o no seguida de
estadificación, pronóstico y selección, el valor terapéutico radioterapia o no, lo que dificultaba la interpretación de
de la linfadenectomía sigue siendo uno de los temas más los resultados. Además, el bajo índice de ganglios posi-
controvertidos. tivos disminuía la potencia de este estudio e invalidaba
En 1995, Kilgore et al comunicaron un efecto tera- las conclusiones. Numerosos autores, como Seamon et
péutico de la linfadenectomía pélvica en una serie de al [31] o incluso Andrew John Nordin [32] han publicado
649 pacientes con un estadio I o II oculto [25] . En este en respuesta a los artículos de Benedetti y de Kitchener
estudio, la linfadenectomía se definió como un mues- varios comentarios clínicos. Para A. J. Nordin [32] , quien fue
treo ganglionar en al menos cuatro sitios pélvicos y sin embargo uno de los protagonistas principales del estu-
con inclusión de 11 ganglios como mínimo. Respecto dio ASTEC, privarse de la linfadenectomía sería difícil por
a las pacientes sometidas a un muestreo ganglionar, la el momento, en la medida en que los vaciamientos per-
supervivencia era estadísticamente más elevada que en miten seleccionar y orientar a las pacientes N+ hacia los
el grupo sin linfadenectomía, incluso luego de tener en tratamientos complementarios.
cuenta los tratamientos complementarios. Una de las El estatuto ganglionar figura en la última clasificación
explicaciones para estos resultados sería la exéresis de internacional y también es indisociable de los actuales
micrometástasis no detectadas en el análisis patológico algoritmos terapéuticos. Sin embargo, los beneficios de la
estándar. En un estudio específico de la linfadenectomía linfadenectomía pélvica y lumboaórtica y sus justificacio-
por cáncer endometrial, Girardi et al han demostrado, nes son controvertidos, hasta tal punto que los estudios
mediante un análisis de cortes seriados, que el 37% recientes no han aportado las respuestas esperadas.
de los ganglios positivos tenía menos de 2 milímetros,
potencialmente indetectable en el análisis histológico
final [26] . Vía de acceso
Chan et al, basándose en los datos de la cohorte esta-
dounidense SEER (Surveillance, Epidemiology and End Mientras que antes no se discutía el lugar de la lapa-
Results program) sobre 12.333 pacientes afectadas por un rotomía como la vía de acceso estándar de los cánceres
cáncer de endometrio, observaron una correlación entre de endometrio, ahora la laparoscopia se impone cada vez
la supervivencia a 5 años y el número de ganglios extir- más como la técnica de referencia. En la década de 1990
pados para los estadios IB grado 3, IC y II-IV de cualquier apareció un gran número de artículos al respecto. Después
estadio [27] . de publicaciones como las de Querleu et al [33] , en 1991,
En 2010, Todo et al publicaron los resultados del estudio sobre la linfadenectomía por laparoscopia en los cánceres
retrospectivo SEPAL (Survival Effect of Para-aortic Lymp- de cuello, o la de Reich et al en 1989 [34] , a propósito de
hadenectomy in endometrial cancer) en 671 pacientes la primera histerectomía por laparoscopia, Childers et al
con carcinoma endometrial [28] . Los criterios de inclusión publicaron en 1993 una serie de 59 pacientes afectadas
eran todos los tipos histológicos: carcinomas endome- por un cáncer de endometrio y tratadas por vía laparos-
trioide, de células claras y seropapilares de cualquier grado cópica [35] . Sus alentadores resultados fueron el punto de
y estadio. Se habían excluido los sarcomas y los carcinosar- partida hacia la indicación cada vez más frecuente, como
comas. El propósito era determinar el efecto terapéutico innovación quirúrgica, de la laparoscopia en oncología y
de la linfadenectomía lumboaórtica en los cánceres de endo- esto mucho antes de la realización de estudios clínicos
metrio. Se definieron dos grupos, uno de linfadenectomía de fase 3. Sin embargo, muchos trabajos retrospectivos no
pélvica y otro de linfadenectomía pélvica y lumboaórtica, aleatorizados publicados en los últimos años señalan que
y se distribuyó a las pacientes en tres subgrupos según es una técnica factible, fiable y segura para los cánceres
el riesgo de recidiva. Los autores observaron un aumento de endometrio de estadio I, comparada con la laparoto-
significativo de la supervivencia global en el grupo de la mía clásica. En la actualidad se dispone sólo de algunos
linfadenectomía pélvica y lumboaórtica. Esto era válido estudios de fases 3 de calidad variable.
sólo en las pacientes de riesgo intermedio o elevado de El estudio estadounidense del GOG (LAP2) [36] , cuyos
recidiva. En ellas, el beneficio de la linfadenectomía pél- resultados acaban de ser publicados, confirma los datos
vica y lumboaórtica se expresaba en un aumento del anteriores y sitúa a la laparoscopia como la técnica de
10,6% de la supervivencia a 5 años, en comparación con referencia en el tratamiento de los cánceres endome-
el grupo de la linfadenectomía pélvica sola. triales limitados al útero (estadios I y II), reservando

6 EMC - Ginecología-Obstetricia
Tratamiento de los cánceres de endometrio  E – 620-A-20

la laparotomía para los cánceres avanzados localmente, enfoque laparoscópico y la cirugía robótica en el tra-
los úteros voluminosos o los estadios metastásicos. El tamiento de los cánceres uterinos. En el estudio se
objetivo de este estudio prospectivo, aleatorizado y multi- incluyeron 275 pacientes: 102 en el grupo de «cirugía
céntrico era evaluar la factibilidad y la eficacia del enfoque robótica» y 173 en el grupo de «laparoscopia». Excepto
laparoscópico frente a la laparotomía en el tratamiento de un tiempo operatorio prolongado de casi 60 minutos y
los cánceres de endometrio. Entre laparoscopia (n = 1.696) un menor volumen de pérdidas sanguíneas en el grupo
y laparotomía (n = 920) se distribuyeron de forma aleato- «robótica», los autores no señalan ninguna diferencia sig-
ria 2.616 pacientes. El tratamiento quirúrgico consistía en nificativa en términos de ganglios extirpados, de tiempo
una histerectomía no conservadora, citologías peritonea- de hospitalización, de número de nuevos ingresos y de
les y una linfadenectomía pélvica y paraaórtica. A pesar reintervenciones. En esta serie, el índice de complicacio-
de una intervención de más de 70 minutos, un índice de nes mayores (embolia pulmonar y fístula enterocutánea)
conversión de casi el 26% y un índice de fracaso de la linfa- fue del 2% en el grupo robótico y del 0% en el de lapa-
denectomía dos veces mayor, el análisis con intención de roscopia. El índice de complicaciones menores fue de un
tratar confirmaba la superioridad de la laparoscopia sobre 7,5% en ambos grupos. Cardenas et al [42] se aproximaban
la laparotomía (menos efectos secundarios de grado 2 o así a las conclusiones de varias series anteriores de menor
más, hospitalización más corta o incluso disminución del alcance, recomendando la expansión de la vía robótica en
número de tratamientos con antibióticos). oncología ginecológica.
Sin embargo, a las conclusiones del estudio LAP2 toda- Las series que hasta hace algunos años comparaban
vía les falta un poco de madurez, sobre todo en relación laparotomía y laparoscopia se vuelcan ahora hacia un
con la falta de datos sobre la supervivencia global y la modo más robótico; es indudable que las publicaciones
progresión sin recidiva. Las últimas inclusiones datan respecto a este tema van a versar sobre estudios pros-
de septiembre de 2005, cuyos resultados no deberían pectivos de los resultados a largo plazo de esta nueva
tardar en ser motivo de próximas comunicaciones. Al res- tecnología.
pecto hay sólo dos estudios prospectivos aleatorizados
disponibles. Tozzi et al publicaron en 2005 una serie de
122 pacientes (63 laparoscopias frente a 59 laparotomías) Consideraciones especiales
con un seguimiento medio de 44 meses [7] . En esta serie,
los autores no observaron ninguna diferencia significativa
Ganglios centinelas
en términos de supervivencia, de progresión sin recidiva y A semejanza de los cánceres de la mama, la vulva y el
de recurrencia entre ambos grupos. Recientemente, Zullo cuello, ahora se dispone de varios estudios relativos a la
et al comunicaron, en una serie de 78 pacientes, resultados detección de los ganglios centinelas en los cánceres de
similares con un seguimiento de 79 meses [37] . endometrio. Se trata de una técnica en estudio, de modo
Así, consagrada por el uso y cada vez mejor validada que su generalización en el tratamiento de los cánceres del
por la medicina basada en la evidencia, la laparoscopia útero debe interpretarse bajo ciertas condiciones. Excepto
se impone como el enfoque estándar de los cánceres de la discusión en torno a la linfadenectomía en sí misma,
endometrio de estadio I y II ocultos. la adopción de una «biopsia de ganglios centinelas (GC)»
Las contraindicaciones siguen siendo, por un lado, implica no sólo un índice de detección elevado, sino ade-
los úteros voluminosos, ya que la fragmentación está más un índice muy bajo de falsos negativos.
prohibida en un contexto neoplásico, y, por otro, las Los GC extirpados deben expresar la lesión ganglionar
enfermedades demasiado avanzadas que hacen temer una global, lo que en el caso de los cánceres de endometrio
cirugía subóptima por laparoscopia y las situaciones en las no carece de cierta complejidad anatómica. El concepto
que el riesgo de ruptura tumoral es demasiado elevado. de «primer relevo ganglionar» parece a primera vista difí-
Los límites obedecen a problemas técnicos y médicos. cilmente aplicable al útero y a sus múltiples vías de
En el estudio LAP2, la edad y el índice de masa corporal drenaje linfático. Los datos del estudio GOG 33 y las
(IMC) se revelaron como los principales factores limitan- recientes investigaciones sobre la invasión ganglionar
tes de la laparoscopia. En las pacientes de edad avanzada, parecen demostrar una jerarquía en la extensión linfática;
la intolerancia a las presiones intraabdominales o a la sólo el 1-2% de las pacientes tiene metástasis paraaórti-
posición de Trendelenburg pronunciada suelen ser incom- cas aisladas sin lesión pélvica o, incluso, un muy bajo
patibles con la laparoscopia. Este método es a menudo índice de metástasis inguinales sin lesión primaria extensa
factible en las pacientes obesas e incluso es la técnica de asociada [2] .
preferencia para algunos autores, en la medida en que Los índices de falsos negativos varían en el 0-50% según
reduce considerablemente las complicaciones periopera- las publicaciones [43–45] . En la serie prínceps de Burke et al
torias como las infecciones de las incisiones quirúrgicas o de 1996 [43] relativa a la factibilidad de este procedimiento
los trastornos respiratorios. Sin embargo, un IMC dema- en 15 pacientes, el índice de detección era de sólo el 67%,
siado alto expone a un índice de conversión elevado, con un índice de falso negativo del 50% (2 de 4). No se usó
como lo sugieren los resultados del estudio LAP2. Cuando ningún trazador radiactivo y el colorante se inyectó sólo
la obesidad constituye por sí sola el único límite para en la serosa uterina. En 2010, Mais et al [44] señalaron un
la cirugía convencional, varios autores sugieren la reali- índice de falso negativo similar (3 de 6) en una serie com-
zación de una paniculectomía asociada en una etapa al parativa de 34 pacientes entre GC por laparotomía y por
tratamiento quirúrgico del cáncer endometrial [38, 39] . Esta laparoscopia. Los autores señalan un índice de detección
cirugía combinada facilitaría la histerectomía y la disec- del 41% en cirugía abierta frente al 82% en laparosco-
ción ganglionar. pia después de la inyección del colorante en el cuello del
En los últimos años se ha producido el auge y el desarro- útero. Estos resultados son contradictorios con los de otros
llo exponencial de la cirugía robótica en todo el mundo. estudios que estiman el índice de falsos negativos en el
Aprobada en 2005 en Estados Unidos por la Food and 0%. En 2005, Bats et al [45] señalaban un índice de fal-
Drug Administration, se trata de una vía de acceso cada sos negativos del 0% y un índice de detección global del
vez menos restringida y ya hay varias series disponibles 80,8% en un estudio de factibilidad con linfogammagrafía
sobre su uso en oncología ginecológica. Dejando de lado preoperatoria e inyección de colorante y de un trazador
su elevado coste, que es el límite principal para su difu- radiactivo. En la serie se incluyeron 26 pacientes. Los auto-
sión, varios autores la han convertido en una técnica fiable res no comunicaron ningún caso de GC aislado inguinal o
y segura, fácilmente aplicable a la cirugía de los cánceres paraaórtico. Así mismo, 56 de los 62 GC identificados eran
de endometrio [40, 41] . ilioobturadores y los GC localizados en la ilíaca común
Cardenas et al [42] han publicado hace poco los resul- o en el promontorio estaban asociados a un GC pélvico
tados de un estudio retrospectivo comparativo entre el positivo. En 2009, el equipo del Memorial Sloan-Kettering

EMC - Ginecología-Obstetricia 7
E – 620-A-20  Tratamiento de los cánceres de endometrio

Cancer Center comunicó un índice de detección del 94% riesgo de recidiva locorregional. Con menos frecuencia,
y ningún falso negativo tras una curva de aprendizaje de puede ser exclusiva, si la cirugía no es posible, o paliativa,
30 casos. Para Khoury-Collado et al [46] , el fuerte índice con intención analgésica y/o hemostática.
de detección era independiente de la técnica escogida
entre azul o azul y trazador radiactivo. En esta serie de
115 pacientes, la inyección se administró de forma exclu-  Tratamientos sistémicos
siva en el cuello uterino (3 y 9 h) en 82 pacientes y en
el cuello y el cuerpo del útero en 33 pacientes. En esta de los cánceres
serie, la inyección suplementaria en el cuerpo del útero de endometrio
no parecía aumentar el índice de detección; los auto-
res afirman la eficacia de la infiltración cervical en la Estadios avanzados
realización de la cartografía linfática. Lo ideal es que
se efectúe en dos niveles de profundidad (3-5 mm y 1- o metastásicos o recaídas
2 cm) para cubrir las vías linfáticas parametriales en su Hormonoterapia
totalidad.
Estas desviaciones en los resultados publicados se expli- Los índices de respuestas (IR) objetivas en los estu-
can en parte por el muy bajo número de pacientes dios de fase II efectuados con la hormonoterapia en estas
incluidas en las series disponibles, lo que hace que su situaciones rondan el 20% (progestágenos, antiestróge-
interpretación en la práctica diaria sea difícil y prematura. nos, agonistas de la hormona liberadora de la hormona
El uso generalizado del procedimiento GC en los cánce- luteinizante [LHRH]) [51, 52] . Los inhibidores de la aroma-
res de endometrio implica, después de los estudios de tasa, como el anastrozol y el letrozol, permiten obtener un
factibilidad publicados, la creación de protocolos de inves- IR de sólo el 9% cada uno [53, 54] . En todos estos estudios, la
tigación de gran alcance que permitan sacar conclusiones eficacia de la hormonoterapia es superior en caso de tumo-
sólidas. res bien diferenciados y con RH positivos. En dos ensayos
del GOG se evaluó el efecto de la asociación de progestáge-
nos y tamoxifeno, ya sea acetato de megestrol [55] o acetato
Cirugía de los estadios III y IV de medroxiprogesterona [56] , con IR respectivos del 27 y
La mayoría de los cánceres de endometrio se descu- el 33%. Estos resultados dependen de la diferenciación
bre en el estadio I (71%) y sólo una pequeña parte de las tumoral (IR hasta del 38% en caso de tumores de grado 1).
pacientes tiene una enfermedad más avanzada. Aunque el En sólo tres estudios de fase III se han comparado distintas
tipo endometrioide es el más frecuente, sin distinción de hormonoterapias (varias dosis de prodasona, prodasona
estadio, el número de cánceres de células claras y seropa- frente a tamoxifeno). Los resultados fueron negativos y
pilar aumenta a medida que la enfermedad avanza. Estos no se observó ninguna diferencia. Cabe señalar que en
tumores representan el 14% en los estadios III y IV, frente a ninguno se comparó una hormonoterapia con los cuida-
sólo el 4% en el estadio I. En estos casos, la mayoría corres- dos de bienestar de la paciente [57] . Actualmente, en varios
ponde al tipo II de los cánceres de endometrio, con una ensayos de fase II en elaboración o no publicados aún, se
menor diferenciación, una infiltración miometrial más estudian otras hormonoterapias (fulvestrant o mifepris-
grave, un grado más alto de invasión linfática y un pro- tona [RU-486]) en situación de recaída o metastásica en
nóstico más sombrío. En varios estudios retrospectivos se pacientes afectadas por un tumor con receptores hormo-
ha evaluado el efecto de la cirugía de citorreducción en nales positivos. En un ensayo de fase II aleatorizado se
los cánceres avanzados del endometrio [47–49] . Aunque se ha comparado, sobre todo, el acetato de megestrol con
trata de estudios no aleatorizados, con inclusión de un una nueva hormonoterapia, un inhibidor de la sulfatasa
bajo número de pacientes y diseños distintos, el conjunto esteroide (BN83495) con interesantes propiedades anties-
de los datos disponibles sugiere un efecto beneficioso de trogénicas in vitro [57] .
la cirugía en términos de supervivencia.
Aunque el tratamiento de los estadios IIIA y IIIC no
suele causar problemas, el de los estadios IIIB y IVA puede  Bibliografía
revelarse más complejo. En caso de lesión vaginal, la FIGO
recomienda una irradiación preoperatoria seguida, si es [1] Creasman WT, Odicino F, Maisonneuve P, Beller U, Bene-
posible, de una cirugía de resección. El INCA privilegia la det JL, Heintz AP, et al. Carcinoma of the corpus uteri. J
irradiación exclusiva. El estadio IVA confronta al cirujano Epidemiol Biostat 2001;6:47–86.
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todos los implantes macroscópicos y la exenteración [50] . [4] Lewis Jr GC, Slack NH, Mortel R, Bross ID. Adjuvant
Cada una de estas opciones debe correlacionar con la progestogen therapy in the primary definitive treat-
posibilidad de efectuar tratamientos postoperatorios. En ment of endometrial cancer. Gynecol Oncol 1974;2:
caso de diagnóstico preoperatorio, la exenteración pélvica 368–76.
puede ser una opción en una paciente en buen estado [5] Piana L, Boubli L, Boyer A, Bouclier S, Jacqueme B, Conte
general, bien informada y con un estudio de extensión a M. Role of surgery in the strategy of primary local and regio-
distancia completo y negativo. La alternativa sería la qui- nal treatment of stage I and II cancer of the endometrium. J
mioterapia neoadyuvante dirigida a reducir el volumen Gynecol Obstet Biol Reprod 1986;15:347–54.
tumoral y, por consiguiente, aumentar las posibilidades [6] Abir F, Bell R. Assessment and management of the obese
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M. Poilblanc.
Service de gynécologie oncologique du CHU de Montréal, Hôpital Notre-Dame, 1560, rue Sherbrooke Est, Montréal (Québec) H2L 4M1,
Canada.
N. Mesgouez-Nebout.
Département de radiothérapie, Centre Paul-Papin, 49933 Angers cedex 9, France.
C. Lhommé.
Consultation de gynécologie médicale, Institut Gustave-Roussy, 94805 Villejuif, France.
M. Sire.
Service d’oncologie médicale, Institut Bergonié, 33076 Bordeaux cedex, France.
M. Mezzadri.
Pôle de gynécologie-obstétrique, CHU d’Angers, 49933 Angers cedex 9, France.
P. Pautier.
Consultation de gynécologie médicale, Institut Gustave-Roussy, 94805 Villejuif, France.
C. Lefebvre-Lacoeuille.
L. Catala.
L. Sentilhes.
P. Descamps (phdescamps@chu-angers.fr).
Pôle de gynécologie-obstétrique, CHU d’Angers, 49933 Angers cedex 9, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Poilblanc M, Mesgouez-Nebout N, Lhommé C, Sire M, Mezzadri
M, Pautier P, et al. Tratamiento de los cánceres de endometrio. EMC - Ginecología-Obstetricia 2013;49(3):1-10 [Artículo E – 620-A-20].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

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