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UN DESARROLLO SOSTENIBLE.
1. INTRODUCCIÓN:
(Mapa nro. 1)
Sin duda necesitamos una economía que forme parte de la solución y no sólo
parte del problema, ello precisa una teoría que integre la asignación eficiente de
los recursos del medio ambiente con un uso racional y equitativo. Si la economía
debe ser una ciencia de lo “real”, también debe ser una ciencia de lo “vivo, un
sistema de mercado para regular eficientemente los intercambios entre los
agentes económicos, con independencia del medio ambiente.
Iniciamos concibiendo el plano económico en términos de sistemas, reconociendo
las limitaciones del crecimiento material dentro del ecosistema global, aceptar la
superioridad de las leyes ecológicas y termodinámicas sobre las leyes del
mercado y finalmente reconocer los principios de la sostenibilidad del desarrollo.
Es una forma distinta de mirar las relaciones económicas con el entorno natural
viendo que el subsistema socioeconómico debe de integrarse en el sistema
ecológico global y que la economía forma parte del medio ambiente y no al revés
como se ha contemplado por la economía neoclásica.
Y seguro que lo más importante es que la Economía tanto como ciencia y también
como actividad asuman (“cacen”) las reglas de evolución y funcionamiento de la
naturaleza como ecosistema global que alberga al sistema socioeconómico.
Nos encontramos con la incógnita latente, ¿Hasta qué punto es posible reinventar
una economía ecológica (teoría y actividad) para vertebrar un modelo de
desarrollo sostenible sin trasformar radicalmente el orden económico y social y los
estilos de vida? cualquiera que pudiera ser la respuesta de la economía a las
nuevas realidades, se debe pensar en los mecanismos de los precios. Hay que
encontrar instrumentos capaces de dotar al capitalismo de un “rostro humano y
vital”, e incluir en el sistema de precios, mecanismos de corrección apropiados,
cualquier error en el sistema de precios puede poner en peligro la sostenibilidad
del desarrollo.
Además de la consideración de los flujos físicos, hace falta incluir otros principios
para gestionar equitativamente el futuro con una nueva idea del contrato social
intergeneracional para una sociedad con aversión a la incertidumbre. De aquí, la
importancia de integrar el “principio de precaución”, ante la vulnerabilidad del
cambio global, la baja sustituibilidad del capital natural o la imposibilidad de
internalización de externalidades para la salvaguarda de "capitales críticos"
(insustituibles y no compensables) y la consecución de "niveles mínimos de
seguridad” (buscando un equilibrio entre las preferencias morales y el libre uso de
los sistemas ambientales).
La mayor parte del “capital natural” (el stock de riqueza que produce un flujo
valiosos de bienes y servicios en el tiempo) no puede ser sustituido por “capital
hecho por el hombre” (bienes de producción para producir) y su preservación
resulta imprescindible para el mantenimiento de la vida y la continuidad del
bienestar humano a lo largo del tiempo. Una economía orientada por la eco-lógica
hacia la sostenibilidad se preocupa por ajustar los valores del capital natural y se
esfuerza por enseñarnos a “vivir de los intereses” que éste produce sin agotarlo.
Bajo esta premisa, se trata de construir una Contabilidad Ecológica
(contabilización de los stocks y flujos de materia y energía) integrada con la
Contabilidad Económica (cuentas económicas) donde se incorporen los costes y
los desgastes de los activos ambientales vinculados a los procesos económicos
de consumo y producción.
Las materias primas que suministra la naturaleza al proceso productivo, así como
muchos de los servicios de los ecosistemas, no están mínimamente reflejados en
los precios de mercado, una gestión sostenible de los recursos naturales exige un
cambio en la concepción económica del “valor”, tanto si se usan como si no, para
actuar sobre opciones que no pertenecen al mercado.
Los servicios que prestan los ecosistemas se traducen en beneficios obtienen que
las personas y, por tanto, los cambios que experimentan estos servicios afectan el
bienestar humano a través de los impactos en la seguridad, las necesidades
materiales básicas para el buen vivir, la salud y las relaciones sociales y
culturales.
Una decisión social, democrática y racional sobre el valor del capital natural y el
uso y conservación de los ecosistemas se enmarca más en el ámbito de la
política, dado que no puede considerarse como una decisión meramente
económica. En cualquier caso, para sustentar adecuadamente las decisiones y
que sean políticamente coherentes es necesario disponer de modelos integrados
que abarquen las interacciones complejas entre los sistemas ambientales y
humanos, a diferentes escalas, y que aborden escenarios sobre los cambios a
medio y largo plazo, incorporando información tanto científica formal, como
conocimiento tradicional o local.
(Mapa nro. 2)
ALTO
TIPOS DE CIENCIA
RIESGOS DE LA DECISIÓN
INGENIERÍA
CIENCIA
APLICADA
APLICADA
NORMAL CIENCIA
ASESORÍA
PROFESIONAL POSNORMAL
BAJO
BAJA INCERTIDUMBRE DEL SISTEMA ALTA
Concluimos en que el conocimiento científico nos dice lo que puede ser a partir de
los datos, combinando deducción e inducción, el saber muestra lo que merece ser
hecho entre todo lo que se puede hacer: qué amar, qué rechazar, qué conservar.
5. CONCLUSIONES