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EL MINISTERIO DE CURACIÓN
GUÍA DE LECTURA Nº 9
1. ¿Por qué dos cosas no debemos dejarnos guiar cuando elegimos nuestros alimentos?
Deben escogerse los alimentos que mejor proporcionen los elementos necesarios para la
reconstitución del cuerpo. En esta elección, el apetito no es una guía segura. Los malos hábitos en el
comer lo han pervertido. Muchas veces pide alimento que altera la salud y causa debilidad en vez de
producir fuerza. Tampoco podemos dejarnos guiar por las costumbres de la sociedad. Las
enfermedades y dolencias que prevalecen por doquiera provienen en buena parte de errores comunes
respecto al régimen alimenticio.
Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las legumbres constituyen el alimento escogido
para nosotros por el Creador.
3. ¿Qué tres cosas debemos tener en cuenta cuando elegimos nuestros alimentos?
4.
Pero no todos los alimentos sanos de por sí convienen igualmente a nuestras necesidades en cualquier
circunstancia. Nuestro alimento debe escogerse con mucho cuidado.
5. No debe haber gran variedad de manjares en una sola comida, pues esto fomenta el exceso en el
comer y causa la indigestión.
6. “Es un deber sagrado para las personas que cocinan aprender a preparar comidas sanas. Muchas
almas se pierden como resultado de los alimentos mal preparados.”
7. ¿Qué precauciones deben tomarse con la leche y los alimentos derivados de ella?
Los que viven en regiones pobres o poco desarrolladas, donde escasean las frutas y las oleaginosas, no
deben sentirse obligados a eliminar de su régimen dietético la leche y los huevos
Carente muchas veces de tiempo para dormir y aun para comer, privado en gran parte de los goces
sociales y los privilegios religiosos, parecería que el médico debe vivir bajo una sombra continua.
Las aflicciones que presencia, los mortales que demandan auxilio, su trato con los depravados,
indisponen su corazón y casi destruyen su confianza en la humanidad.
A los que se esfuerzan por reformarse se les debe proporcionar ocupación. A nadie capaz de trabajar
se le debe enseñar a esperar que recibirá comida, ropa y vivienda de balde. Para su propio bien,
Como para el de los demás, hay que idear algún medio que le permita devolver el equivalente de lo
que recibe.
11. ¿Por qué tres razones deberíamos descartar la carne de nuestra alimentación?
La carne no fué nunca el mejor alimento; pero su uso es hoy día doblemente inconveniente, ya que el
número de los casos de enfermedad aumenta cada vez más entre los animales. Los que comen carne y
sus derivados no saben lo que ingieren. Muchas veces si hubieran visto los animales vivos y
conocieran la calidad de su carne, la rechazarían con repugnancia. Continuamente sucede que la
gente coma carne llena de gérmenes de tuberculosis y cáncer. Así se propagan estas enfermedades y
otras también graves.
12. ¿Qué peligro corremos incluso al consumir pescados provenientes de aguas puras y limpias?
En muchos puntos los peces se contaminan con las inmundicias de que se alimentan y llegan a ser
causa de enfermedades. Tal es en especial el caso de los peces que tienen acceso a las aguas de
albañal de las grandes ciudades. Los peces que se alimentan de lo que arrojan las alcantarillas
pueden trasladarse a aguas distantes, y ser pescados donde el agua es pura y fresca. Al servir de
alimento levan la enfermedad y la muerte a quienes ni siquiera sospechan el peligro.
13. La carne daña la salud; y todo lo que afecta al cuerpo ejerce también sobre la mente y el alma un
efecto correspondiente.
14. ¿En qué extremos se puede caer al tratar de aplicar los principios de la reforma alimenticia?
No todos los que aseveran creer en la reforma alimenticia son realmente reformadores. Para muchos
la reforma consiste meramente en descartar ciertos manjares malsanos. No entienden bien los
principios fundamentales de la salud, y sus mesas, aún cargadas de golosinas nocivas, distan mucho
de se ejemplos de templanza y moderación cristianas.
15. “Los que entienden debidamente las leyes de la salud y que se dejan dirigir por los buenos
principios, evitan los extremos, y no incurren en la licencia ni en la restricción.”