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LA VIDA DE MOISÉS: DESDE SU NACIMIENTO HASTA SU MUERTE

Para conocer la historia de Moisés tienes que saber que su vida es contada en la Biblia, más específicamente
en el Antiguo Testamento. Su nacimiento tuvo lugar cuando un faraón egipcio ordenó que se asesinara a
todos los niños hebreos nacidos, pero no todo el mundo hizo caso a las órdenes del faraón. Moisés era hijo
de Amram y de Iojebed y tenía dos hermanos llamados Miriam y Aarón, ambos mayores que él.
Iojebed escondió durante varios meses a Moisés, para impedir que se cumplieran las órdenes del faraón,
pero llegó un momento en el que no pudo esconderlo durante más tiempo. La madre de Moisés le colocó
en una cesta, con barro en un interior para que el agua no pudiera entrar, y lo llevó al río Nilo.
La cesta fue encontrada por una princesa egipcia, la cual fue convencida por Miriam de que al bebé le
amamantara una hebrea, quien resultó ser Iojebed. Tras unos años cuidando a Moisés, este fue devuelto a
la princesa egipcia y fue criado como un hijo más del faraón, junto a su hermano, el futuro sucesor del
faraón.
La vida de Moisés fue tranquila hasta que vio el trabajo de los esclavos hebreos, en ese momento mató a
un capataz egipcio al ver la brutalidad con la que trataba a los esclavos hebreos, tras esto Moisés abandonó
Egipto durante años.

¿Qué hizo Moisés? Las 10 plagas de Egipto


El exilio de Moisés le llevó hasta Madián donde, tras proteger a un grupo de pastoras, fue acogido por el
padre de estas. Moisés se volvió pastor, siendo el principal responsable de vigilar a los rebaños de la zona.
Moisés vivió en Madián durante cuarenta años, casándose con Séfora, una de las pastoras, y teniendo un
hijo llamado Gersón.
Fue durante esta etapa cuando Moisés se encontró con Dios por primera vez, encontrándose con una
zarza que ardía sin consumirse. Dios, usando la zarza como medio de comunicarse, le encomendó una
misión a Moisés, la cual consistía en volver a Egipto y liberar al pueblo hebreo de la esclavitud.
Moises regresó a Egipto y, gracias a una muestra de algunas proezas, el pueblo israelita comenzó a confiar
en Moisés como el enviado de Dios. La mayor dificultad fue convencer al faraón de que dejara marchar a
los esclavos, debido a lo cual Moisés tuvo que mandar 10 plagas para que les dejaran marchar. Estas 10
plagas eran las siguientes:
 El agua se convierte en sangre.
 Ranas
 Piojos
 Moscas
 La peste contra el ganado
 Úlceras
 Granizo y fuego
 Langostas
 Oscuridad
 La muerte de todos los primogénitos
Estas plagas convencieron al faraón de que debía liberar a los esclavos hebreos. Pero el faraón cambió de
opinión cuando Moisés y el pueblo hebreo ya había huido, partiendo con un gran ejército para recuperar a
los esclavos.

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El ejército egipcio alcanzó a los esclavos cerca del mar Rojo, pero Moisés gracias a la ayuda de Dios
separó el mar en dos, los hebreos pasaron andando fácilmente, pero al intentar pasar los egipcios fueron
masacrados por la vuelta del mar a su cauce.

Vida en el desierto y muerte de Moisés


Para continuar con esta lección sobre el resumen de la historia de Moisés debemos hablar sobre los últimos
años del hebreo, toda aquella etapa que sucede tras la huida de Egipto y hasta la llegada a la Tierra
Prometida.
Tres meses tras la travesía en el desierto Moisés subió al Monte Sinaí, lugar donde recibió las tablas donde
se encontraban los 10 mandamientos, las leyes básicas del pueblo hebreo. Moisés estuvo en el monte
durante 40 días, y cuando bajó para dar las escrituras a su pueblo descubrió que los hebreos habían
construido un becerro de oro, al cual veneraban. Moisés entró en cólera y destruyó el becerro mediante las
tablas de los mandamientos, rompiendo estas también.
Tras muchos años de travesía los hebreos llegaron a la Tierra Prometida, llamada Palestina. Una nueva
generación de hebreos entraron liderados por Josué a su nuevo hogar. Pero Moisés no pudo entrar en este
lugar, debido a que había desobedecido a Dios en algún momento de su travesía por el desierto.
Moisés falleció a los 120 años, sin poder entrar en aquella tierra por la había luchado durante tantos años,
pero siendo un gran héroe para todos los hebreos posteriores.

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MOISÉS Y LOS 10 MANDAMIENTOS

No podíamos hablar sobre la historia de Moisés sin hacer referencia a una de las aportaciones esenciales
que este personaje bíblico dio al cristianismo: los 10 mandamientos. Estos también se conocen como "El
decálogo" y son una serie de principios éticos que son muy relevantes dentro del cristianismo y también
del judaísmo. Aquí se detallan algunas normas que se deben llevar a cabo como, por ejemplo, adorar a Dios,
cómo actuar en la sociedad, reglas para practicar la bondad, etcétera.

En la Biblia hebrea, estos 10 mandamientos aparecen dos veces: en los libros de Éxodo y Deuteronomio.
Según cuentan en este libro, Dios le dio a Moisés en el Monte Sinaí dos tablas de piedra que contenían
los Diez Mandamientos; sin embargo, este acabó rompiéndolas porque cuando bajó al pueblo vio que la
gente estaba adorando a un becerro de oro. Tras este suceso, Moisés se disculpó ante Dios por la ignorancia
del pueblo y Dios le perdonó entregándole otras lajas de piedra donde se debían escribir de nuevo estos
mandamientos.

Hoy en día, este Decálogo nos llega sobre todo gracias a las enseñanzas que se imparten en el catecismo.
Actualmente, la Iglesia católica promueve estos 10 mandamientos:

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.


2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
3. Santificarás las fiestas.
4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
5. No matarás.
6. No cometerás actos impuros.
7. No robarás.
8. No darás falsos testimonios ni mentirás.
9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10. No codiciarás los bienes ajenos.

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LAS 10 PLAGAS DE EGIPTO

I - Las aguas se convierten en sangre (Éxodo 7,14-25)

La primera plaga fue la de la sangre.1 Dios dio


instrucciones a Moisés para que levantara su
cayado sobre el río Nilo. Como consecuencia,
toda el agua se convirtió en sangre, matando a
todos los peces del río y llenando Egipto de un
olor nauseabundo durante siete días. Los
hechiceros del faraón demostraron entonces
que también ellos podían convertir el agua en
sangre y el faraón, por lo tanto, no cedió ante
las demandas de Moisés.

II - La plaga de las ranas (Éxodo 8,1-15)

La segunda plaga de Egipto fueron los sapos. Dios dio instrucciones a Moisés de que
dijera a Aarón que estirase su vara sobre el
agua y hordas de sapos invadieron Egipto.
Los hechiceros del faraón fueron capaces de
duplicar esta plaga con su magia. Sin
embargo, dado que no pudieron eliminarla,
el faraón se vio obligado a conceder a
Moisés el permiso de salir a los israelitas, a
cambio de que éste accediera a acabar con
ella. Para convencer al faraón de que
realmente la plaga era un castigo divino,
Moisés dejó que el faraón eligiera el
momento en el que terminaría la plaga. El
faraón eligió como fecha el día siguiente, y
todas las ranas murieron a la hora señalada. Sin embargo, el faraón revocó su
autorización y los Israelitas permanecieron en Egipto.

III - Los mosquitos (Éxodo 8,16-19)

Dijo el Señor a Moisés: "Di a Aarón: Extiende


tu bastón y golpea el polvo de la tierra que se
convertirá en mosquitos sobre todo el país de
Egipto." Así lo hicieron: Aarón extendió su
mano con el bastón y golpeó el polvo de la
tierra; y hubo mosquitos sobre los hombres y
sobre los ganados. Todo el polvo de la tierra se
convirtió en mosquitos sobre todo el país de
Egipto." (Éxodo 8,16-19) Éxodo 8:25

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El sustantivo hebreo ‫( כִּ נִּ ים‬kinim) podría traducirse como "mosquitos", "piojos" o
"pulgas".

IV - Las moscas (Éxodo 8,20-32)

La cuarta plaga de Egipto fue de animales


que dañan a las personas y al ganado. La
Torá enfatiza que los ‘arob (‫עָ רֹוב‬, que
significa "mezcla" o "enjambre") sólo
vinieron en contra de los Egipcios, y que no
afecto la Tierra de Gosén (donde vivían los
Israelitas). El Faraón le pidió a Moisés
eliminar esta plaga y prometió permitir la
libertad de los Israelitas. Sin embargo,
después de que la plaga se fue, el Señor
"endureció el corazón de Faraón," y rehusó
mantener su promesa.

La palabra ‘arob ha causado diferencias de


opiniones entre intérpretes tradicionales.
El significado puede estar relacionado con "mezcla". Mientras la mayoría de los
intérpretes tradicionales entienden la plaga como "animales salvajes" (tales como
leones, serpientes venenosas, rinocerontes), Gesenius, junto con muchos intérpretes
modernos, entienden la plaga como un enjambre de moscas o tábanos.

V - La terrible peste sobre el ganado (Éxodo 9,1-7)

La quinta plaga de Egipto fue una terrible peste que


exterminó a los ganados egipcios, ya fueran caballos,
burros, camellos, vacas, ovejas y/o cabras. El ganado
israelita resultó, una vez más, ileso. De nuevo, el faraón no
hizo concesiones.

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VI - Las úlceras (Éxodo 9,8-12)

La sexta plaga de Egipto fue una enfermedad


cutánea que suele traducirse como "úlcera"
o "sarpullido". Dios le dijo a Moisés y Aarón
que cada uno tomase dos puñados de hollín
de un horno, el cual Moisés dispersó en el
cielo en presencia del faraón. El hollín
provocó úlceras en el pueblo y el ganado
egipcio. Los hechiceros egipcios resultaron
afectados junto con todos los demás y
murieron, sin poder sanarse, mucho menos
el resto de Egipto, pero ninguna de las plagas
tocaron Israel.

VII - La lluvia de Granizo y Fuego (Éxodo 9,13-35)

La séptima plaga de Egipto fue una


destructiva tormenta. Dios le dijo a
Moisés que estirase su vara hacia el
cielo, punto en el cual la tormenta
comenzó. Era incluso más sobrenatural
que las plagas anteriores, una
poderosa ducha de granizo mezclada
con fuego. La tormenta dañó
gravemente a los huertos y cultivos
egipcios, así como a las personas y al
ganado. La tormenta azotó todo Egipto
excepto la tierra de Gosén. El faraón le pidió a Moisés que eliminara esta plaga y
prometió permitir a los israelitas adorar a Dios en el desierto, diciendo que "este tiempo
he pecado; Dios es justo, yo y mi pueblo somos malvados". Como una demostración de
dominio de Dios sobre el mundo, la lluvia se detuvo tan pronto como Moisés comenzó
a orar a Dios. Sin embargo, después de que la tormenta cesara, el faraón de nuevo
"endureció su corazón" y se negó a mantener su promesa.

VIII - Las langostas (Éxodo 10,1-20)

La octava plaga de Egipto fueron las


langostas. Antes de la plaga, Moisés llegó al
faraón y le advirtió de la inminente plaga de
langostas. Los funcionarios del faraón le
suplicaron que permitiera que los israelitas
fueran libres, ya que iban a sufrir los efectos
devastadores de una plaga de langostas,
pero éste aún era renuente a ceder. El
orador propuso entonces un compromiso:
los hombres israelitas serían autorizados a

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marcharse, mientras que las mujeres, niños y ganado se quedarían en Egipto. Moisés
demandó que cada persona y animal se fuera, pero el faraón se negó. Dios entonces le
dijo a Moisés que estirase su vara sobre Egipto y recogió un viento del este. El viento se
mantuvo hasta el día siguiente, trayendo un enjambre de langostas. La nube cubrió el
cielo, arrojó sombras sobre Egipto y consumió el resto de los cultivos egipcios, acabando
con todos los árboles y las plantas. El faraón volvió a pedirle a Moisés que eliminase esta
plaga y se comprometió a permitir que todos los israelitas pudiesen adorar a Dios en el
desierto. La plaga desapareció, pero de nuevo no permitió a los israelitas salir.

IX - Las Tinieblas (Éxodo 10,21-29)

En la novena plaga, Dios le dijo a Moisés que


estirase sus manos al cielo, para que la
oscuridad cayera sobre Egipto. Esta
oscuridad era tan pesada que un egipcio
podía sentirla físicamente. Duró tres días,
tiempo durante el cual solo hubo luz en las
casas de los israelitas. El faraón entonces
hizo llamar a Moisés y le dijo que dejaría
salir a todos los israelitas si las tinieblas eran
retiradas de su tierra. Sin embargo, exigió
que las ovejas y vacas se quedasen; Moisés
lo rechazó y dijo que en poco tiempo el faraón ofrecería muchos animales para ser
sacrificados. El faraón, indignado, amenazó con ejecutar a Moisés si volvía a aparecer
ante él. Moisés contestó en efecto que no visitaría al faraón nuevamente.

Esta novena plaga era especialmente significativa. Se trataba de un ataque directo al


Faraón, ya que Ra era el dios egipcio del Sol. La plaga de oscuridad demostraba que el
Dios de Moisés era más poderoso que el del faraón.

X - El ángel exterminador (Éxodo 11,1-10;


12,29-36)
La décima y última plaga fue la muerte de
todos los primogénitos de Egipto. Dios ordenó
a los hebreos marcar sus puertas con la sangre
de un cordero, ya que de esta forma no
entraría el ángel de la muerte en sus casas
para matar a sus primogénitos. Primero, el
ángel de la muerte fue al pueblo de Gosén
para comenzar su misión, pero no actuó
gracias a la sangre del cordero puesta en los
umbrales de las puertas. Continúo su avance
por Egipto y como no había ninguna puerta
marcada con la sangre de cordero, éste mató
a los primogénitos egipcios, incluyendo al hijo
del faraón. Este fue el golpe más duro a Egipto

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y la plaga que finalmente convenció al faraón de que debía liberar a los hebreos.
Después se arrepintió y fue en su busca pero, fue atajado por los muros de agua marina
que volvieron a su estado natural por orden de Moisés y el gobernante, junto con su
ejército mueren en el Mar Rojo.

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