EL CATACLISMO DE DEMOCLES

En nuestro entorno y vida social que llevamos como nación, el pueblo se acostumbró a que nos
debemos adaptar a todas las alteraciones que los gobiernos imponen y que muchas veces pueden
afectar el entorno familiar, educativo y demás, el abuso del poder la ambición la corrupción y sin
fin de muchas actividades ilícitas realizadas por los enviciados gobernantes han conllevado a que
tengamos el país en el que hoy vivimos. El poder es una herramienta poderosa que de no ser
aprovechada y dirigida de la mejor manera puede costar un puesto, un trabajo e incluso la propia
vida, y no solo para el que la posee, sino también sobre aquellos que se deben a él. Por eso para
todos aquellos que pueden limitar derechos, deberían pensar con una ética y un profesionalismo al
saber que ellos podrían cambiar el prototipo de vida de las personas.

Cuando una persona anhela con cierta ambición el lugar de alguien que tiene un cierto grado de
supremacía

para realizar actividades para un bien individual y no colectivo ni en beneficio de nadie más sino
para el mismo, podría significar una persona peligrosa para la sociedad, ya que el poder no
significa sacar provecho y pensar solo en el que lo posee sino la obligación que se tiene para
trasformar vidas, en un caso inoportuno, como los hay en todo el planeta el poder en malas manos
conlleva a la pobreza, a la miseria a quebrantar una sociedad la cual busca todos los días como
sobrevivir con lo que se tiene, por eso para aquellos que poseen ese compromiso de ser los
caudillos en un territorio o incluso en un hogar, debe asumir un rol con la mayor disposición
posible para que así no haya lugar a un cambio brusco inesperado y que todas las personas puedan
convivir con tranquilidad.

EL CATACLISMO DE DEMOCLES

CONCLUSION: Tomando como partida el suceso ocurrido en Hiroshima, es una clara evidencia que
nos refleja lo mal que nos encontramos en este mundo, el mal empleo y uso de las armas con unos
fines diferentes para lo que se hicieron, además de usar los recursos monetarios para invertir en un
conflicto sin un propósito claro, asimismo la falta de comprensión y quizás coherencia de los
estados en promover mejor la salud, educación, cultura y deporte en vez de hundirnos en la guerra
y perjudicar el desarrollo normal de la niñez y de la sociedad en general. Donde en una conclusión
descorazonada: la carrera de las armas va en sentido contrario de la inteligencia, algo que nos deja
mucho en que pensar.