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Control de lectura 1

Irving Muñoz Avila


Roseberry W. (1997) “Marx and Anthropology Annual review of Anthropology Vol.26:25-46
IDEAS PRINCIPALES
1° Reconocer el fracaso político de la mayoría de los movimientos de inspiración marxista y por la
influyente crítica intelectual que parece dar cuenta del mismo. Igualmente ha de ser reconocida una
radical disyunción entre los esquemas interpretativos de aquellos marxistas que accedieron al poder
y los del propio Marx. La crítica de las teorías “globalizadoras” o “totalizadoras” puede esgrimirse
más fácilmente contra estos marxistas que contra Marxismo.
2° Volver a algunos de los textos de Marx no para sugerir que no hay nada que criticar. Antes bien,
ocuparse de algunos de sus textos para hacer ver que trató de manera creativa un conjunto de
cuestiones que continúan siendo preocupaciones de plena vigencia para la labor antropológica, y
que propuso soluciones y formas de acercamiento a algunas de estas cuestiones que siguen
influyendo en el pensamiento contemporáneo.
2° Desarrollar el materialismo de Marx (donde me el autor se ocupa de La Ideología Alemana), el
análisis del capitalismo (Vol. I de El Capital), y los estudios históricos y políticos (El Dieciocho de
Brumario de Luis Bonaparte). A diferencia de otros comentarios sobre Marx y la antropología

 Marx y Engels dieron una serie de pasos que influirían en su trabajo posterior, así como en
los marxismos subsiguientes. En primer lugar, su tratamiento del trabajo constaba de
diferentes dimensiones temporales. Mientras una de ellas se ocupaba de un rastreo
evolutivo, por épocas o a largo plazo a través de distintas formas de producción concebido
en términos amplios, la otra entrañaba concentrarse en formas más específicas y en los
procesos de su reproducción o transformación.
 En segundo lugar, al tratar la historia a largo plazo, subrayaron dos aspectos que se
convertirían en centrales en la mayor parte de las definiciones de “modos de producción”:
las fuerzas de producción (las condiciones e instrumentos materiales sobre las que y con las
que el trabajo actúa y es organizado) y las “formas de interacción” (el conjunto de
relaciones sociales mediante las que el trabajo es movilizado y apropiado, entendido en
otros lugares como “relaciones de producción”)
 En tercer lugar, situar las cuestiones filosóficas dentro de formas y procesos materiales e
históricos les llevó a un determinismo claramente declarado. En La Ideología Alemana se
hacían una serie de pronunciamientos deterministas, desde la tesis general de que la
condición social determina la conciencia social hasta afirmaciones ambiciosas acerca de la
determinación material de la forma del estado, las ideas y las creencias. Algunas de estas
afirmaciones pueden leerse a la luz del contexto polémico en que el texto fue escrito, y del
entusiasmo intelectual y político que se apoderó de los autores al criticar y rechazar toda
una serie de textos filosóficos, experimentar con una nueva forma de materialismo que
parecía socavar concepciones materialistas e idealistas pasadas, y considerar una serie de
proyectos históricos, políticos y filosóficos que su aproximación a la vez requería y hacía
posibles. Existen, no obstante, algunas dimensiones problemáticas que merecen comentario.
Capitalismo
 Dado este marco general, Marx dedicó la mayor parte de su análisis al fraccionamiento
interno del capitalismo. En el sentido de época y definicional, el análisis de Marx en El
Capital puede resumirse rápidamente. El capitalismo depende, primero, de una situación en
la que los trabajadores han sido despojados de la propiedad o el control de los medios de
producción (y despojados también de la comunidad de propietarios a la que pertenecían) y
deben de trabajar a cambio de salarios para sobrevivir. En segundo lugar, el capitalismo
entraña la acumulación de medios de producción en manos de unos pocos, que emplean
esos medios de producción para contratar a miembros de la masa desposeida. En definitiva,
el capitalismo depende del trabajo libre asalariado.
 Una lectura crítica de El Capital, le lleva a uno a reparar en el estrechamiento de su
aproximación al trabajo. Si el Marx temprano veía el trabajo como la esencia humana y
criticaba un proceso económico que conducía a los trabajadores a tareas especializadas y
repetitivas, desarrollando así sólo parcialmente una capacidad humana más plena, El
Capital se concentra fundamentalmente en el trabajo en su relación con el capital.
Asimismo Marx estaba exclusivamente interesado en el trabajo “productivo”, en la
terminología y los presupuestos de la economía política clásica, dejando de lado otros tipos
de trabajo que caían fuera del dominio de la economía política
 Foucault estaba en lo cierto al identificar a Marx como uno de los influyentes pensadores
que conciben el poder como algo concentrado en determinadas estructuras, centros e
instituciones. Marx habría rechazado seguramente la insistencia de Foucault en una
concepción más difusa y “capilar” del poder; podría incluso haber sugerido que la de
Foucault era la teoría más “global, totalitaria” de las dos (Foucault 1980, p. 80). Sin
embargo, no quiero concluir señalando diferencias obvias para después tomar partido, sino
indicando formas en las que cada una de estas diferentes posturas puede iluminar y
“suplementar” las lagunas y las debilidades subyacentes a las otras
COMENTARIO
El intento de comprender las formas culturales dentro de un contexto material más amplio. La
cuestión clásica del materialismo histórico es reconocer que los significados culturales están.
Inscritos en relaciones sociales, que a su vez se relacionan con procesos materiales y sociales más
básicos. Pero, el aspecto más innovativo y difícil de su forma de entender la cultura no se basa
solamente en localizar las formas culturales dentro de contextos sociales y materiales, sino en
insistir en que estas formas y significados no son simplemente productos materiales, es decir,
productos de fuerzas materiales, sino que también son fuerzas materiales en sí mismas. Las formas
culturales no son simplemente un fenómeno superestructura!, sino que se introducen en los procesos
sociales y en las relaciones sociales como fuerzas que son políticamente consecuentes.

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