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UNIVERSIDAD YACAMBU

DIRECCIÓN GENERAL DE ESTUDIOS DE POSTGRADO


AREA DE DERECHO
MAESTRIA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS

Veo que cambió el trabajo anterior: El principio de oportunidad de la legislación


venezolana en los juzgados de control penal ordinario del circuito judicial penal del estado Zulia. Sede en
Cabimas

FACULTADES DE LA VÍCTIMA APLICADO EL PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD


DE LA LEGISLACIÓN VENEZOLANA EN LOS JUZGADOS DE CONTROL
PENAL ORDINARIO DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ZULIA.
SEDE EN CABIMAS

Proyecto presentado como trabajo final para obtener el grado de Magíster en Ciencias
Penales y Criminológicas

Autor Abg. Víctor Romero


Asesor:

Maracaibo 2019-3
UNIVERSIDAD YACAMBU
DIRECCIÓN GENERAL DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
AREA DE DERECHO
MAESTRIA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS

FACULTADES DE LA VÍCTIMA EN EL
PROCESO PENAL VENEZOLANO

Trabajo Especial de Grado, presentado


como requisito para optar al Grado de
Magister en Ciencias Penales y
Criminológicas

Autor: Abg. Víctor Romero


Asesor:.

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Maracaibo 2019-3
UNIVERSIDAD YACAMBU
DIRECCIÓN GENERAL DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
AREA DE DERECHO
MAESTRIA EN CIENCIAS PENALES Y CRIMINOLÓGICAS

APROBACIÓN DEL ASESOR

Cuál es la situación problema analizada??

Además es necesario cumplir con la normativa exigida por la universidad, la cual ya le fue referida
con anterioridad.
1. Nota: Este es el esquema que según las normas de la Universidad deben seguir
CAPÍTULO I
APROXIMACIÓN AL OBJETO DE ESTUDIO
Descripción del Tema de Estudio
Inquietud o Motivación del Investigador (opcional)
Propósitos u Objetivos de la Investigación
Objetivos de Acción y de Formación (sólo para los trabajos de
investigación-acción)
Justificación o Relevancia
2. Debes profundizar en la Descripción del Tema de Estudio. En ningún momento explicas o
describes cuál es la situación problemática evidenciada. Recuerda que debes dejar claro cuáles
son los síntomas, causas, consecuencias y evidencias del problema abordado.
3. Mejorar redacción de todo el documento. Tienes errores hasta de genero AUTORA
4. Tiene párrafos que guardan coincidencias semánticas con trabajos encontrados en la web
5. Redactar en tercera persona
6. Actualizar referencias

Te recomiendo leer la normativa, pero lo más importante darle profundidad al trabajo, esto es una
maestría.

Recuerda que la bibliografía, a menos que sea un autor clásico, no debe tener más de 5
años de antigüedad.

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Maracaibo 2019-3
Maracaibo 2019-3
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INTRODUCCION

La situación de la víctima en el Proceso Penal Venezolano, cambió

significativamente con la promulgación del Código Orgánico Procesal Penal en el

año 1998, se incluye por primera vez a la víctima como un sujeto de derecho, y

como tal, objeto de tutela del Estado. Asimismo, para consolidar los preceptos

jurídicos, en el año 2012 el Código en referencia fue reformado para adaptarlo a la

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999, donde reconoce a

los venezolanos y otras personas residentes en el país, el goce de los derechos

humanos fundamentales, estos son potestativos de las víctimas.

Cabe señalar, que la víctima en el sistema inquisitivo anterior al Código

Orgánico Procesal Penal, era considerado simplemente como un “agraviado”, porque

no existía el concepto de “víctima” como tal. En ese sentido, el agraviado fungía nada

más como testigo, nadie lo protegía, asesoraba, orientaba o le ofrecía asistencia.

Esto creó, en palabras de Fernández (2000)1, un patrón de conducta frente a la

denuncia, una enorme desconfianza en los organismos policiales, poca educación,

miedo a represalias y sentimiento de desprotección en la víctima.

En éste orden de ideas, se requiere ofrecer capacitación, estímulos y

protección a las víctimas, para que sientan seguridad y denuncien a sus víctimarios,

bien sean ciudadanos comunes o los propios administradores de justicia, estos no

están exentos de victimizar a las víctimas, dando ocasión a la doctrina donde se ha

llamado una segunda victimización.

1 Fernández, F. (2000). La Doctrina de los Derechos Humanos y el COPP. XXV Jornadas J. M. Domínguez Escobar. Los Derechos Humanos y
la Agenda del Tercer Milenio Barquisimeto. Edo Lara: autor.

1
Afortunadamente, para las víctimas del delito o de violación de los derechos

humanos, en Venezuela se consagran derechos constitucionales avalados por

acuerdos o tratados internacionales, e igualmente respaldados por normas

jurídicas como el Código Orgánico Procesal Penal 2012, que garantizan el debido

proceso donde las víctimas pueden constituirse en querellantes, solicitar la

reparación del daño, el acceso a la justicia o a los órganos de administración de

ésta, e igualmente ser resarcidos de las ofensas infringidas por los funcionarios

judiciales en materia de violación a los derechos humanos.

Por lo tanto, el estudio representa un aporte teórico conceptual para los

sujetos procesales que les facilitará la comprensión de los derechos que asisten a

la víctima dentro del proceso penal venezolano.

En virtud de lo expuesto, la presente investigación tiene como propósito

fundamental, analizar las facultades que tienen las víctimas en el Sistema

Procesal Penal Venezolano Vigente para lo cual se formularon como objetivos

específicos: Analizar la regulación constitucional vigente sobre la víctima;

determinar las facultades de las víctimas en los tratados y acuerdos

internacionales, suscritos y ratificados por Venezuela e identificar las facultades

que tienen las víctimas en el Sistema Procesal Penal Venezolano Vigente

2
CAPITULO I

REGULACIONES CONSTITUCIONALES DE LA VÍCTIMA EN EL

PROCESO PENAL VENEZOLANO

La investigación plantea las facultades de la víctimas que están

contempladas en los órganos jurídicos de Venezuela con especial referencia a

la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999, al Código

Orgánico Procesal Penal 2012, los acuerdos y tratados internacionales

suscritos por Venezuela.

Antecedentes históricos

La violencia entre los seres humanos ha persistido a través de la historia,

podemos mencionar el hecho bíblico donde se registra el primer crimen entre

los seres humanos, cuando narra la acción criminal de Caín contra su hermano

Abel.

Dentro de las comunidades a diario se evidencian personas que

normalmente transgreden las normas, por ende surgen algunos conflictos de

intereses, en muchos casos lesionan bienes que por su importancia están bajo

la tutela del Estado, imponiendo una pena a quien incurra en esos hechos

punibles de diferente orden y naturaleza como robos, violaciones, fraudes,

engaños, tráfico de sustancias estupefacientes y psicotrópicas, actos lascivos

con violencia, entre otros.

Dentro de ese orden de ideas, es importante mencionar que para lograr

3
la organización social, es necesario la aplicación de medidas jurídicas, para de

esta forma comiencen a surgir diferentes formatos de control social, entre ellas

se menciona la división de los poderes públicos en Ejecutivo, Legislativo,

Judicial, Poder Ciudadano y Poder Electoral, cada uno de ellos con atribuciones

específicas para gobernar, dirigidas a elaborar leyes, aplicación de justicia,

ejercer la titularidad en la acción penal, amparar los derechos y garantías

constitucionales, asegurar el ejercicio de la participación electoral de manera

transparente, para cada uno respectivamente.

Es de suma importancia destacar, que los derechos de las víctimas

insertos en el sistema penal, son recientes, desde que se tomó en cuenta a la

sociedad donde ven lesionados sus intereses, derechos, y la dignidad de las

personas, mismas que son sujetos de derecho, y como tal deben ser tratadas

dentro del proceso penal.

Dentro del ámbito internacional, es a partir de la década de los ochenta

cuando se intensifican las investigaciones así como los encuentros nacionales,

regionales e internacionales realizados dentro del campo de la Victimología, en

los cuales se han logrado algunos beneficios para la víctima, lo que culminó, en

palabras de Ferrer (2001)2, con la aprobación de dos (2) instrumentos

internacionales: La Declaración de Principios Básicos de Justicia para la víctima

del delito y del abuso del poder (O.N.U., 1985) y los Principios básicos para el

mejoramiento del status de la víctima dentro del derecho y del proceso penal,

2Ferrer, M. (2001). La víctima y la justicia procesal penal Venezolana desde la perspectiva Victimológica. Revista Venezolana de Análisis de
Coyuntura 2001 Vol. VII, No. 1 (ene-jul), pp. 199-225

4
(Consejo de Europa, 1985)., que reconocían una serie de derechos para

protección y refuerzo de la posición de la víctima en la sociedad y en el proceso

penal.

La autora en referencia (op.cit), comenta:

Tanto las Naciones Unidas como el Consejo de Europa coincidieron aprobando, cada una por
su parte, instrumentos que son similares en contenido y que reconocen una serie de principios
para mejorar la posición de la víctima dentro del derecho penal y del procedimiento de
administración de justicia penal (p.2)

Estos instrumentos representaron el génesis de la lucha por la demanda

de un sitio digno y justo para la víctima del delito y del abuso del poder,

impulsando cambios dentro de la legislación en los países del mundo, tal como

sucedió en Venezuela, que hasta la entrada en vigencia del Código Orgánico

Procesal Penal (C.O.P.P) el 15 de Junio del 2012, nunca se preocupó en

garantizarle a la víctima de hechos punibles sus derechos.

Es preciso acotar, que el derecho de la víctima del delito y del abuso del

poder en Venezuela, a principio de los años noventa, cuando algunas

organizaciones no gubernamentales intervinieron en defensa de los derechos

humanos especialmente de víctimas vulnerables, como por ejemplo, niños,

mujeres, familiares sobrevivientes de víctimas del abuso de poder, despertando

así el interés de los medios de comunicación, particularmente la prensa escrita,

que en los tiempos actuales se han abocado a la defensa de los derechos

humanos.

A finales del siglo XX, se promulgó la Constitución de la República

5
Bolivariana de Venezuela C.R.B.V (1999)3 y el Código Orgánico Procesal Penal

(2012)4, instrumentos que estipulan los derechos de la víctima. Al respecto,

Fernández (2001) señala:

“No existen razones para seguir pensando que los derechos de las
víctimas de delitos están a la intemperie. Jurídicamente, Venezuela
exhibe un marco constitucional que les reconoce los derechos a la
protección del Estado y a ser indemnizadas. De la misma forma, la
legislación procesal establece normas claras que desarrollan tales
derechos.”

Venezuela, en consecuencia a sus compromisos con los acuerdos y

tratados internacionales, impuso un nuevo paradigma en materia de protección

a la víctima, y así se evidencia tanto en nuestra Constitución y en el Código

Orgánico Procesal Penal vigente.

Tomando en consideración lo anterior expuesto, al efectuar una revisión

general en Venezuela, se observa que se han iniciado distintos procesos que

han sido acompañados por normas jurídicas y preceptos constitucionales, con

la intención de modernizar el sistema judicial y homologarlo al derecho

internacional, donde se contempla la adopción y adaptación normativas y

principios inherentes a los acuerdos y tratados ratificados por Venezuela.

Entonces, cuando planteamos la existencia de un sistema judicial regulador

del debido proceso, no es exclusivamente para preservar los derechos

humanos de los víctimarios, quienes en muchas ocasiones son absueltos de

3 Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). Gaceta Oficial Extraordinaria N° 5.453 de la República Bolivariana de Venezuela.
Caracas, viernes 24 de marzo de 2000.
4 Código Orgánico Procesal Penal. Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.078 de la República Bolivariana de Venezuela. Caracas viernes 15 de Junio de

2012.

6
sus delitos por considerarse, como lo señala De la Cuesta citado por Palacios

(2001)5, que “la víctima es parte integrante y no siempre "inocente", en sentido

moral, del fenómeno criminal”.

En alusión a lo anterior podemos comentar, que la legislación Venezolana

acoge los derechos de las víctimas, y es así como en el Código Orgánico

Procesal Penal 2012 (C.O.P.P-2012), se estipula la definición de víctima y se

le da a ésta un rol de querellante dentro del proceso.

De igual manera, en la Constitución de la República Bolivariana de

Venezuela (1999), y en el Código Orgánico Procesal Penal 2012, se acuerda la

participación de la víctima, y además se le garantiza el respeto a sus derechos

humanos.

Tomando en consideración lo anterior, debemos señalar, que la

declaración de los principios fundamentales de justicia para la víctima de delitos

y el abusos de poder, contemplados en el Código Orgánico Procesal Penal

2012, define a la víctima como las personas que individual o colectivamente

hayan sufrido daños inclusive lesiones físicas o mentales, pérdida financieras o

menoscabo de sus derechos fundamentales, como consecuencia de acciones

que violen la legislación penal vigente de los Estados miembros, incluida la que

prescribe el abuso de poder. Esta concepción de víctimas se extiende a los

familiares o personas que tengan relación inmediata con la víctima en peligros

5 Palacios, M. (2001). Contribuciones de la Victimología al Sistema Penal. Colom bia. Ediciones Jurídicas.

7
o para prevenir la victimización.

Con base de las consideraciones anteriores, se estipula en el Código

Orgánico Procesal Penal 2012, en su Artículo 120 “La protección y reparación del daño

causado a la víctima del delito son objetivos del proceso penal”, donde se reconoce la obligación

del estado de proteger y reparar por el daño recibido como consecuencia de la

acción delictiva contra la víctima.

Del mismo modo, el Artículo 121 ejusdem define a la víctima como “La

persona directamente ofendida por el delito”, extendiendo el agravio a familiares, socios e

incluso hasta las asociaciones. Por otra lado el Artículo 122 contiene todo lo

referente a los derechos de la víctima incluso sin constituirse en querellante.

En este sentido, al establecer los derechos a favor de la víctima, se hace

referencia a los avances de la victimología como ciencia dentro del proceso

penal, pues como se menciona en el párrafo anterior, aunque la víctima no se

haya constituido como querellante o adherido a la acusación del fiscal, puede

intervenir en determinadas oportunidades en el desarrollo del proceso penal

como sujeto procesal que es, aun sin ser parte del mismo.

En ese sentido, lo planteado es esperanzador para las víctimas que ven

perjudicados sus derechos y las posibilidades limitadas de tener un juicio que

ampare judicialmente sus derechos.

Es entonces, que la victimología en palabras de Palacios (2001) 6, es muy

6
Palacios, M. (2001). Contribuciones de la Victimología al Sistema Penal. Colombia. Ediciones Jurídicas.

8
importante al ocuparse del estudio de las víctimas afectadas directa o

indirectamente por el delito y/o violencia promoviendo mecanismos de

protección a los derechos fundamentales amparados en los principios del

Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos.

Sin embargo, Cerón (2000)7 señala, el derecho de la víctima se desvincula

del derecho penal, pasando al ámbito de lo civil, sumando a esto la corriente

filosófica del positivismo, proponiendo al individuo su reivindicación, siendo así

que su énfasis está dedicado al autor del acto ilegal, olvidándose del ofendido.

Así, persiste el autor en referencia, el criminal es analizado, protegido,

clasificado y comprendido, mientras la víctima es vista, no como objeto de

protección sino que es acusada en función de mitigar o desconocer la

culpabilidad del delincuente. Tal situación es observada dentro del derecho

penal venezolano, a pesar de la vigencia del Código Orgánico Procesal Penal

(2012), que sustituye, al Código de Enjuiciamiento Criminal (1989); en este

proceso continúan los esquemas poco asertivos.

Con esta premisa, la mayoría de las víctimas se inhiben en formular

denuncias contra sus víctimarios, esto motivado a la excepción y los vicios

generados por las debilidades en el sistema penal presentes bajo la orientación

del derogado Código antes citado.

En las situaciones donde son maltratados los derechos de la víctima, que

7
Cerón, L. (2000). La Víctima. El Protagonista Desplazado del Conflicto Penal. Colombia. Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez.

9
muy a menudo son relativos a violaciones del debido proceso, retardos

procesales, omisión a la protección o la reparación del daño por parte del

estado, acceso al sistema de administración de justicia, decisión del Ministerio

Público por parte de Fiscales de no continuar con el proceso, incumplimiento al

no informar la evolución del proceso, en los casos más extremos, que el fallo

no esté ajustado a derecho.

Revisando citado es indispensable añadir que, en la victimización de la Commented [A1]: Mejorar redacción

víctima hallamos un efecto lógico, que viene a ser la situación que sobreviene

por las trasgresiones de que es objeto la persona lesionada, esto traer como

derivación la disminución o hasta la pérdida de credibilidad en el Sistema

Penal Venezolano. Esto sobrelleva el dejar en manos del Fiscal la querella y el

curso del proceso, lo que podría estar relacionado a la falta de divulgación de

los principios de Derechos que favorecen a las víctimas.

Concepto de víctima

Se entiende por víctima, a la persona ofendida y perjudicada en forma

directa, en el sentido propio, persona física o jurídica que recibe o sufre en sí

misma la acción o el acto antijurídico y culpable; en sentido impropio son los

individuos generalmente parientes que aunque no han sufrido la acción

delictiva, la sienten como tal.

En tal sentido, la víctima es la persona natural o jurídica ofendida por la

acción delictiva o quien ha sufrido el daño ocasionado por el acto humano

10
tipificado en la legislación penal; es lo que denominamos en el derecho

sustantivo: Sujeto Pasivo del Delito. Por último la víctima es un sujeto procesal

y no una parte en si misma del proceso penal, salvo que se constituya en acto

formal como querellante.

A este respecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

(art. 30) por su parte solo se refiere víctimas de violación a los derechos

humanos, con esto aparenta no reconocer a la víctima de delitos no

convencionales (por ejemplo, delitos corporativos), sin embargo, reconoce a los

derechohabientes en casos de violación de derechos humanos.

Asimismo, el Código Orgánico Procesal Penal (2012) en su art.121,

Se considera víctima:

“1. La persona directamente ofendida por el delito.


2. El o la cónyuge o la persona con quien mantenga relación estable de hecho, hijo o
hija, o padre adoptivo o madre adoptiva, parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, y al heredero o heredera, en los delitos cuyo
resultado sea la incapacidad o la muerte del ofendido u ofendida.
3. El o la cónyuge o la persona con quien mantenga relación estable de hecho, hijo o
hija, o padre adoptivo o madre adoptiva, parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, cuando el delito sea cometido en perjuicio de una
persona incapaz o de una persona menor de dieciocho años.
4. Los socios o socias, accionistas o miembros, respecto de los delitos que afectan a una
persona jurídica, cometidos por quienes la dirigen, administran o controlan.
5. Las asociaciones, fundaciones y otros entes, en los delitos que afectan intereses
colectivos o difusos, siempre que el objeto de la agrupación se vincule directamente con
esos intereses y se hayan constituido con anterioridad a la perpetración del delito.

Si las víctimas fueren varias deberán actuar por medio de una sola representación.”

11
Código Orgánico Procesal Penal (2012) define a la víctima como las Commented [A2]:
Commented [A3]: coma
personas que individual o colectivamente, hayan sufrido daños inclusive

lesiones físicas o mentales, soportando daño emocional, pérdida financiera o

menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales como consecuencia de

acciones que violen la legislación penal vigente de los Estados Miembros,

incluida la que proscribe el abuso de poder. Esta noción de víctima se extiende

a los familiares o personas que tengan relación inmediata con la víctima en

peligro o para prevenir la victimización.

Es importante señalar, además que en el artículo 122 del Código Orgánico

Procesal Penal (2012) se establecen los derechos de las víctimas y cómo ellas Commented [A4]: coma

tienen actividades de toda naturaleza en el juicio penal, entre los que se

contempla el deber de asistencia por parte del Estado y el deber de dar

protección se convierte en un derecho de la víctima y aquélla que no vea

resuelto ese derecho tiene a su vez la posibilidad de acudir ante el órgano

jurisdiccional competente para pedir un amparo constitucional por el hecho de

no ser oída y siguiente artículo 123 que se refiere específicamente a los

Derechos Humanos donde tipifica que “cualquier persona natural podrán presentar querella

contra funcionarios o funcionarias, o empleados públicos o empleadas públicas, o agentes de las fuerzas

policiales, que hayan violado derechos humanos en ejercicio de sus funciones o con ocasión de ellas.”

La Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las

Víctimas de Delitos y de Abuso de Poder, define a la víctima “como las personas que

individualmente o colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento

emocional, pérdida financiera o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de

12
acciones u omisiones que violen la legislación penal vigente de los Estados Miembros, incluida la que

proscribe el abuso de poder”. Extendiendo esta noción a los familiares o personas que

tengan relación inmediata con la víctima y a las personas que hayan sufrido

daños al intervenir para asistir a la víctima en peligro o para prevenir la

victimización.

Tomando en consideración esta línea de pensamiento, la víctima, debe

ser evaluada desde el punto de vista del derecho penal formalista y es excluida

del derecho que tiene para resolver su conflicto, siendo que el Estado,

representa sus intereses y con sujeción a la ley da el tratamiento indicado al

hecho delictivo. La víctima o sujeto procesal viene padeciendo doble

sufrimiento, como es el impacto del delito y la imposibilidad de ver materializado

su legítimo interés, siendo que la mayoría de los casos, es la reparación del

daño ocasionado.

Actualmente el Derecho Penal atraviesa una profunda crisis en relación a

la dogmática, en sus principios rectores, la cual Luigi Ferrajoli, quien lo ha

denominado como la “crisis de la legalidad”, refiriéndose específicamente al derecho

formalista, donde sugiere una revisión del mismo, inclinándose a la búsqueda

de alternativas que deriven en una adecuación del derecho penal a las

demandas que genera la complejidad de la sociedad contemporánea y hacia la

humanización del mismo.

Con el tiempo han sobrevienen tendencias para resolver la “crisis del

derecho penal”, como el abolicionismo y el derecho mínimo, la primera más

13
radical que se sustenta en la supresión del derecho penal y la segunda en la

intervención del mismo como último argumento.

En contraste al derecho penal donde no se aprecia la opinión de la víctima,

quien no siempre quiere que se imponga una pena, sino que se solvente

su conflicto, preferentemente con la compensación, pero, priva el interés

general sobre el particular, sin embargo, la pena privativa de libertad es la

sanción más aplicada, siendo ésta ineficaz, por no ofrecer beneficios, ni a la

víctima, al imputado o a la sociedad, al tener un efecto desocializador, así

mismo, se critica que el derecho penal se ocupe de las víctimas efectivas y no

de las víctimas potenciales.

En la actualidad existe una propuesta en cumplimiento a los requisitos

mínimos de los Derechos Humanos en la Ley Penal, que consiste en el principio

de la primacía de la víctima, que reclama el lugar que le corresponde a la misma

en atención a su importancia en el proceso penal, así como también los

correspondientes límites y condiciones idóneas de intervención que satisfagan

sus necesidades e intereses, debido a la apropiación por parte del Estado de

resolver el conflicto, impidiendo en oportunidades a que esta puede resolverse

entre víctima y sujeto activo del delito, es decir, bloqueando el intercambio

humano, directo y espontáneo entre las partes.

Este principio propone, además de una política legal tendiente a la

aplicación preferente de sanciones de carácter restitutivo, en vez de las

represivas, ya que en muchas oportunidades la víctima tiene mayor interés en

14
la restitución que la condena del autor del delito.

El concepto de restitución adquiere dimensiones nuevas, alejándose de la

manera parcial al enfoque causalista, en otras palabras, cuando sólo se refiere

a los daños con ocasión del autor del delito individualizado, esto a fin de

fomentar las bases para la creación de un fondo económico, proveniente de una

concepción social de Estado, que está obligada a garantizar la restitución

también de las víctimas, donde el sistema penal no ha establecido

responsabilidades, bien sea por no haber logrado identificar al autor del delito o

ante la imposibilidad económica de reparar el daño u otro caso que sería no

tener la voluntad de hacerlo, es importante considerar que el control social se

debe orientar más allá de los límites del derecho penal tradicional.

Toda esta confluencia de planteamientos, son dirigidos a la necesidad de

revisar a profundidad el proceso penal actual, buscando la inclinación de la

normativa legal interna a la confirmación de las garantías procesales y que

constituyan un instrumento efectivo para el uso y disfrute de los derechos

inherentes a la dignidad humana, influenciada por la legislación internacional

sobre derechos humanos.

Reafirma lo expuesto Fernández (1999,32) cuando dice: “que las garantías del

Derecho Penal material son inoperantes si en un orden jurídico dado no están acompañados por las debidas

garantías procesales... El proceso es la única vía para que el Derecho Penal material llegue a la realidad de la

vida social y precisamente para que llegue bien y eficazmente”.

En la normativa interna, para adecuarse a las tendencias doctrinarias

15
actuales y a los derechos humanos, se tomó la iniciativa con la derogación del

Código de Enjuiciamiento Criminal, sustituyéndose por el Código Orgánico

Procesal (1998) regido por el sistema acusatorio, de carácter garantista, por lo que

resulta un paso trascendente en materia jurídica, regulando la participación la

víctima en el proceso penal, primero en la Ley Adjetiva Penal y posteriormente en

la Constitución de la República (1999), al prever los artículos 2, 19, 21, 22, 23, 30,

31, 45, 46 y específicamente en lo atinente a la resolución de los conflictos

establecidos en los artículos 257 y 258.

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