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PRINCIPIOS DE MORIN

1. El principio sistémico u organizacional liga el conocimiento de las partes al


conocimiento del todo según el aforismo indicado por Pascal Navette “considero
imposible conocer el todo sin conocer las partes y conocer las partes sin conocer
el todo”.

La idea sistémica, que se opone a la idea reduccionista, es que “el todo es más
que la suma de las partes”. Del átomo a la estrella, de la bacteria al hombre y a
la sociedad, la organización de un todo produce cualidades o propiedades
nuevas con relación a las partes consideradas aisladamente: Las emergencias.
Así la organización del ser vivo produce cualidades desconocidas a nivel de sus
constituyentes físico-químicos. Agreguemos que el todo es igualmente menos
que la suma de las partes cuyas cualidades son inhibidas por la organización del
conjunto.

2. El principio hologramático pone en evidencia la aparente paradoja de los


sistemas complejos donde no solamente la parte está en el todo, sino donde el
todo está inscrito en la parte. Así, cada célula es una parte de un todo – el
organismo global –pero el todo está, él mismo, en la parte: la totalidad del
patrimonio genético está presente en cada célula individual, la sociedad está
presente en cada individuo como un todo a través de su lenguaje, su cultura, sus
normas.

3. El principio del bucle retroactivo introducido por Norbert Wiener, permite el


conocimiento de los procesos auto-reguladores. Rompe con el principio de
causalidad lineal: la causa actúa sobre el efecto y el efecto sobre la causa, como
en un sistema de calentamiento donde el termostato regula la marcha de la
caldera. Este mecanismo de regulación permite la autonomía de un sistema, en
este caso la autonomía térmica de un apartamento en relación del frío exterior.
De manera más compleja “la homeostasis” de un organismo vivo es un conjunto
de procesos reguladores fundados sobre múltiples retroacciones. El bucle de
retroacción (o feed-back) permite, sobre su forma negativa reducir la desviación
y estabilizar de esta forma un sistema. Bajo su forma positiva el feed- back es un
mecanismo amplificador en la situación del ascenso a los extremos de un
conflicto. La violencia de un protagonismo entraña una reacción violenta, que, a
su vez, entraña una reacción aún más violenta. Inflacionistas o estabilizadoras
las retroacciones son legiones en los fenómenos económicos, sociales, políticos
o sicológicos.

4. El principio del bucle recursivo sobrepasa la noción de regulación por la de


auto- producción y auto-organización. Es un bucle generador en el cual los
productos y los efectos son ellos mismos productores y causadores de lo que los
produce. Así, nosotros, individuos, somos los productos de un sistema de
reproducción resultado del fondo de las edades, pero este sistema no puede
reproducirse, más que si nosotros mismos devenimos los productores al
acoplarnos. Los individuos humanos producen la sociedad en y por sus
interacciones, pero la sociedad, en tanto que todo emergente, produce la
humanidad de estos individuos al aportarle el lenguaje y la cultura.

5. El principio de auto-eco-organización: autonomía-dependencia Los seres


vivos son seres auto-organizadores que sin cesar se auto-producen y por tanto
gastan energía para salvaguardar su autonomía. Como ellos tienen necesidad
de tomar la energía, la información y la organización de su entorno, su autonomía
es inseparable de esta dependencia, y se requiere por tanto concebirlos como
seres auto-eco-organizadores. El principio de auto-eco-organización vale
evidentemente de manera específica para los humanos que desarrollan su
autonomía dependiendo de su cultura, y para las sociedades es que dependen
de su medio ambiente geo-ecológico. Un aspecto clave de la auto-eco-
organización viviente es que ésta se regenera en permanencia a partir de la
muerte de sus células según la fórmula de Heráclito “Vivir de muerte, morir de
vida” donde las dos ideas antagonistas de muerte y de vida son aquí
complementarias permaneciendo antagonistas.

6. El principio dialógico: Permite asumir, racionalmente, la inseparabilidad de


nociones contradictorias para concebir un mismo fenómeno complejo. Por
ejemplo: cuando se considera la especie o la sociedad, el individuo desaparece,
pero cuando se considera al individuo es la sociedad la que desaparece. Según
este principio, “el pensamiento debe asumir dialógicamente los dos términos que
tienden a excluirse entre sí” (Morin, 2002).
Lo dialógico permite asumir racionalmente la asociación de nociones
contradictorias para concebir un mismo fenómeno complejo. Niels Bohr, por
ejemplo, ha admitido la necesidad de reconocer las partículas físicas a la vez
como corpúsculos y como ondas. Nosotros mismos somos seres separados y
autónomos haciendo parte a la vez de dos continuidades inseparables, la
especie y la sociedad. Cuando se considera la especie o la sociedad del
individuo desaparece, cuando se considera el individuo, la especie y la sociedad
desaparecen. El pensamiento complejo asume dialógicamente los dos términos
que tienden a excluirse el uno al otro.

7. El principio de reintroducción del que conoce en todo conocimiento:


Indica que todo conocimiento es una reconstrucción/traducción que una
mente/cerebro hace en una cultura y un tiempo determinados.

Este principio opera la restauración del sujeto, y des-oculta la problemática


cognitiva central de la percepción a la teoría científica, todo conocimiento es una
reconstrucción espacio/traducción por un espíritu/cerebro en una cultura y en un
tiempo dados.

Se trata de articular los principios de orden y de desorden, de separación y de


unión, de autonomía y de dependencia, que están en dialógica
(complementarios, concurrentes y antagonistas) en el seno del universo. En
suma, el pensamiento complejo no es el contrario del pensamiento simplificante
él integra a éste; como diría Hegel, él opera la unión de la simplicidad y de la
complejidad y, aún, en el meta-sistema que constituye, él hace aparecer su
propia simplicidad. El paradigma de complejidad puede ser enunciado no menos
simplemente que el de simplificación: este último impone desunir y reducir. El
paradigma de complejidad reúne todo, distinguiéndolo.
REFERENCIAS

Morin, E. (2002). La mente bien ordenada. (2ª ed.). Barcelona, España: Seix
Barral.
Recuperado 15 de septiembre, 2019,
https://www.academia.edu/27480169/Los_siete_principios_del_pensami
ento_complejo.

Chacón M. (2015). Congruencia del pensamiento complejo de Edgar Morín en la


metodología de la educación a distancia. ESPIGA, 1, 75-81.

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