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Reseña bibliográfica:

Apología para la Historia o el Oficio del Historiador

Sol Villalba

CeRP SW

Junio 2019

Primer Parcial Semestral

Teoría y Metodología de la Historia

Juanita Bertinat
Ficha Bibliográfica

Obra: Apologie pour l'histoire ou métier d'historien (Apología para la Historia)

Autor: Marc Léopold Benjamin Bloch

Fecha de Publicación: Segunda edición en español, 2001

Lugar de Edición: Fondo de cultura económica Carretera Picacho- Ajusco, 227; 14200
México, D. F.

Editorial: Fondo de cultura económica, México, D.F.

ISBN: 968-16-6030-7

Número de páginas: 180


Biografía

Marc Bloch nació en el seno de una familia judía, el día 6 de julio de 1886; Hijo de
Gustave Bloch, un historiador de la Antigüedad, el cual tuvo gran influencia en el
mismo.

Luego de combatir en la Primera Guerra Mundial, inició sus estudios en la Universidad


de Estraburgos, especializándose en Historia Medieval.

Durante el desarrollo de sus producciones escritas aplicó el método interdisciplinario,


relacionando la historia con las demás ciencias sociales, lo que le llevó a fundar junto
con Febvre la revista de los Annales, en el año 1920, publicándola en 1929; Bajo un
contexto intrincado.

Alrededor de 1940, frente a la derrota de la guerra se fugó hacia la “Zona Libre” junto a
su familia. Sobre el año 1942, Alemania ocupó la “Zona Libre”, por lo cual esto llevó a
Bloch y su familia a refugiarse en su casa de campo de Fougères, aunque
posteriormente (1943) se unió a las fuerzas de la resistencia. Tanto en el ejército,
como en la resistencia o en la vida cotidiana; Marc Bloch logró unificar sus creencias y
comprender el rumbo de su personalidad, efectuando dentro de estos roles su máximo
desempeño y siendo así un mejor ciudadano.

Sus conocimientos al ejercer un rol docente o de historiador, lo llevaron a desarrollar


mejor su paso por la Resistencia, demostrando aquí sus saberes sobre cartografía,
topografía, aplicándolo para encontrar lugares seguros y hacer eficaces sus reuniones
clandestinas.
En cuanto a su ideología se puede decir que tenía un tinte de izquierda, valorando y
respetando la ideología marxista, pero no militando para algún partido.

Al luchar en la Guerra, sumarse a la Resistencia y comprometerse con su trabajo, Bloch


es considerado un ciudadano honesto y comprometido.

Tuvo un compromiso con esta disciplina que tratamos comprender arduamente, incluso
en tiempos de oscuridad.

El 8 de marzo del año 1944, Marc Bloch fue detenido en una reunión junto a sus
compañeros de resistencia, donde tuvo que ser víctima de las torturas alemanas,
llegando estos a descubrir su verdadera identidad, pero dándole el lugar a dictar clases
en prisión. Unos meses después, específicamente el 16 de Junio, se desarrolló el
“Régimen del Terror”, donde Bloch dijo sus últimas palabras: “¡Vive la France!”

Esto da lugar a exponer su sentimiento, afirmando que nació judío, pero que durante
toda su vida se sintió y luchó por Francia

El libro reseñado es una obra que se produce bajo las condiciones coyunturales del
contexto. Marc Bloch se encontraba cautivo por parte de los alemanes. Donde se
relaciona totalmente con su compromiso como ciudadano y trabajador, de este
modo se expone su fidelidad a su rol de historiador, produciendo textos en
cautiverios, los cuales portan sus raíces prisioneras.
Resumen temático global.

En el transcurso de la obra, Marc Bloch trata de reconocer a la historia como


conocimiento y como oficio. Estableciendo diferencias entre las mismas y enmarcando
su necesidad de llenar curiosidades o ser un pasatiempo.

De cierta forma tecnifica este vocablo marcando sus diferencias con las demás ciencias
sociales, sobre todo con la Sociología. Especifica su metodología y objeto de estudio,
conceptualizando claramente el concepto de pasado, donde se relaciona claramente con
Moradiellos y su definición de la palabra pasado.

Trata de comprender esta ciencia desde el punto de su objeto de estudio, marcando sus
límites y desde cuando es pasado o no.

Define sus fuentes de información, enmarcando unas distinciones con testimonios,


pruebas y crítica, tratando a la crítica como una herramienta muy importante para la
historia.

Bloch legitima a la historia y rumba su libro en torno a una pregunta ¿Es la historia una
ciencia? De lo cual desembocan muchas posturas debido a que esta misma está en
movimiento, por lo tanto, Bloch deduce que la historia es una ciencia en movimiento.

En cuanto a los testimonios y los orígenes, Marc Bloch concatena esta serie de
postulados y crea un pensamiento concreto basado en la subjetividad u objetividad que
tiene cada cual, donde con la ayuda de las herramientas ya mencionadas se delibera que
conocimiento es tomado como certeza o como engaño.
Durante el transcurso de todo el libro, Marc Bloch defiende con cordura y arguementos
a la historia, definiendo su objeto de estudio, tratándola como oficio o como
conocimiento. Intenta y logra hablar de sus herramientas y metodologías, pero sobre
todo nos remite a tener un concepto o idea propia de nuestro bosquejo del vocablo
historia.

Introducción

“Papá ¿para qué sirve la historia?” (Marc Bloch, página 41), con esta oración Bloch da
un panorama previo de lo que va a escribir a lo largo de todo el libro, en donde vuelve al
tiempo atrás y recuerda cuando de pequeño preguntaba eso a su padre (Gustave Bloch)
de oficio Historiador.

Poniendo esta pregunta en contexto e interrogándonos en este preciso momento, se


puede afirmar que es algo pertinente de conocer, por causa de la disciplina que
abordamos. Quizás en ese preciso momento para el niño Marc Bloch, fue algo
irrelevante y tomado como una cuestión “de la edad” y por perpleja curiosidad, como
muchos hoy día toman la historia, pero, ¿es la historia un pasatiempo para saciar nuestra
curiosidad? O talvez ¿es una disciplina con grado de complejidad alto?

Bloch afirma que el el mal entendimiento de una historia puede traer problemas a futuro
o precisamente desarrollar los mismos problemas del pasado. Por lo tanto es justo y
necesario tener el conocimiento claro de la historia para de esta forma no repetir los
errores pasados.

Trata a la historia como ciencia, lo que esto nos lleva a no poder realizar una
descripción de la misma porque caeríamos en el breve discurso, siendo que tiene mucho
para decir, no puede llevarse a cabo un reduccionismo de la historia porque está
compuesta de pequeñas partes que conforman el todo y cada una de ellas por separado o
el todo reducido no nos aporta nada.
Capítulo I – La historia, los hombres y el tiempo

1. La elección del historiador

“La palabra historia es una palabra muy vieja, tan vieja que a veces ha cansado…”
(Marc Bloch, página 53);

Esta frase enuncia Bloch en el capítulo I del su libro, refiriéndose a la confinación de la


historia, apartándola un poco de las demás “ciencias del hombre” (Marc Bloch, página
53); Esta relegación histórica deriva de la necesidad de una investigación para
fundamentar sus premisas expuestas, ya que lo que se estudia es el pasado y de él sólo
quedan las reliquias.

2. La historia y los hombres

““La historia es la ciencia del pasado”. Lo que a mi parecer es una forma impropia de
hablar.” (Marc Bloch, página 54); Bloch sugiere que es una manera impropia de tratar a
esta ciencia social ya que da la idea absurda de que todo lo que estudia se queda ahí,
más que nada en lo que ya pasó, por lo que le quita el prestigio que merece.

3. El tiempo histórico

¿Qué es la historia? ¿Ciencia o Arte? La historia es “la Ciencia de los hombres


en el tiempo” (Marc Bloch, página 58) Marc Bloch alude que no solo la historia estudia
a los humanos, sino a los hombres en un determinado tiempo y espacio. De esta forma
delimita su objeto de estudio en un determinado lugar y bajo una medida temporal.

¿Cuál es la necesidad del tiempo? Se necesita de precisión para darle un enfoque


disciplinar y objetivo a nuestro eje a estudiar e investigar, ya que el tiempo por si mismo
está en constante movimiento y tiene rupturas y reestructuraciones constantes.

La precisión es necesaria, pero también rige la comprensión según el contexto y


nuestras propias experiencias.

4. El ídolo de los orígenes

El pasado es necesario para explicar el presente viviente, en base a lo sucedido podemos


fundamentar las acciones del instante y los factores temporales que rigen el ahora. De
esta manera podemos justificarlo o condenarlo, según su génesis.

¿Qué tan necesario es analizar el origen? ¿Es esencial? Es útil realizar un análisis
profundo de su origen embrionario y sacar conclusiones de por qué se desarrollaron
determinados hechos, ¿Por qué cambian las costumbres humanas? Analizando el origen
del hecho podemos identificar el por qué.

Con una aproximación temporal a la situación nos acercamos al contexto del cual parte
y así generamos un sentir cercano a lo sucedido para poder comprenderlo.

5. Pasado y presente

“ Gothe: No hay presente, sólo es un devenir” (Marc Bloch, página 64); En este
fragmente, Bloch apunta a que las acciones del presente fluyen y se mueren
constantemente, lo sucedido pasa, de un instante a otro se transforma en pasado.

¿Cómo llamarla? ¿Cómo nombrar con determinación esta ciencia? ¿Es Arte? ¿Es
Ciencia? ¿Estudia el pasado o el presente? ¿Estudia a los hombres en el tiempo? ¿Es el
presente un pasado cercano? ¿El presente existe o sólo es un devenir? ¿Existe el pasado
o solo parte del vestigio que nos deja?
Capítulo II- La observación histórica

Nos debemos colocar en la observación del pasado, de este accionar de los hombres en
el tiempo, entendiendo que al presente o al pasado podemos comprenderlo desde la
observación histórica.

Bloch propone mirar y prestarle atención a las “huellas”, a los “indicios” que deja este
pasado el cual estamos analizando, para así poder adquirir conocimiento y ampliar
nuestros saberes.

Si nos paramos en el presente estos retazos del pasado no pueden comprenderse a


simple vista, sino que se necesita reunir los relatos, documentos, testimonios necesarios
para aproximarnos y limitarnos más cercanamente a la situación pretérita.

Estos objetos particulares están sellados, de cierta forma, de la subjetividad de donde


provienen, por lo cual aportan el sentir de lo que pasó.

El pasado es inmodificable, no obstante, el presente cambia continuamente, esto implica


que necesitamos de lo escrito, lo plasmado para poder analizarlo, pero como todo el
conocimiento es progresivo, está en constante transformación, ya que pueden surgir
nuevas causas, nuevos documentos con distinta impronta a lo que ya teníamos en mano.

Sin embargo de esto vestigios que encontramos, también están los testimonios
involuntarios. Los testimonios involuntarios parten de el origen que no hubo una
intención en formularse, suceden porque sí y vienen sin intención alguna. Estos mismos
también son necesarios y requeridos para brindar información. Son complementarios
para el oficio del historiador y nos sirven de gran utilidad para poder comprender un
hecho histórico.

Capítulo III- La crítica

A lo largo de la ardua pesquisa del historiador, lo fundamental es que él compruebe que


sus recursos utilizados como pruebas sean verídicos, para de esta forma constatar la
franqueza del hecho.

No todos los testimonios que existen necesariamente se someten a la verdad, sino que
algunos tienen su impronta incierta. Para no exponer premisas falsas, el historiador debe
analizar a fondo cada testimonio y así testificar su validez.
La crítica es la herramienta esencial del análisis, sin esta no se podría exponer con
tenacidad todo el trabajo realizado por el historiador, ya que no es justificable si una
parte no logra ser verdad, lleva a concluir en lo inestable.

Las “falsas noticias” desfiguran la investigación, la deforman e interfieren directamente


en todo el cuerpo analítico.

No obstante a lo expuesto anteriormente, Marc Bloch testifica que estas falsas noticias
no deben desecharse, puesto que son complementarias a toda indagación de un tema
particular, de modo que surgen por la necesidad de justificar algo o con intencionalidad
a que el resultado no satisface con totalidad.

Capítulo IV- El análisis histórico

Marc Bloch apunta a que es necesario ser imparcial y objetivo, donde posteriormente
menciona dos maneras de ser imparcial: la del sabio y la del juez.

El sabio se limita solo a la observación sin la necesidad de juzgar, formula una


explicación del hecho observado. En cambio, el juez critica y sentencia realizando un
juicio valorativo.

La relación entre ambos es que tanto el juez como el sabio buscan obtener la verdad,
observando los hechos y basándose en testimonios.

En otro punto, es necesario recurrir a la lingüística y no ser coloquial. El coloquio, de


cierta forma, desfigura un poco el hecho testimonial. Esto implica la necesidad de
utilizar un vocabulario basado en el contexto que sucede el objeto de estudio.

La historia varía de las demás ciencias ya que no utiliza un vocabulario con unidad y
significado, sino que necesariamente debe basarse en el del momento, remitirse al
pasado y entender muy a trasfondo lo que significa cada sintagma.

Bloch también expone sobre la necesidad de clasificar a las civilizaciones, dando que
cada colectividad aporta huellas distintas e irremplazables.

Conclusión

Marc Bloch a lo largo de todo el libro nos da herramientas imprescindibles para analizar
y comprender la historia.
¿Para qué sirve la historia?. Es la pregunta expuesta en la introducción, la cual nos
encamina a desarrollar lo demás. Parte de la necesidad de comprender su función en el
mundo y en las ciencias auxiliares que dispone.

Nos aporta una serie de instrucciones para llevar a cabo una investigación y comprender
mejor el oficio del historiador. Dando pautas de cómo creer y testificar la veracidad de
los testimonios, segmentar el objeto de estudio y analizar desde un punto sabio e
imparcial, usando un lenguaje técnico comprendiendo todas las comunidades existentes
del recorte valorativo que establece. La historia, como dice Bloch, es una ciencia en
pañales, ya que está en constante cambio y crecimiento.

Nos aporta la firmeza de lo fundamental que es la historia y todo lo que requiere para
poder comprender el presente, ya que de aquí parte, de los hechos pasados se justifica.

Webgrafía

● Marc Bloch y El Compromiso del Intelectual (Carlos Antonio Aguirre Rojas,


2002)
● https://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bloch_marc.htm
● https://jcguanche.files.wordpress.com/2015/08/blochapologia-para-la-historia.pdf

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