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Así comienza el libro Perdidos: “Angustiados frente a un horizonte tenebroso al que no se le prevé
el fin y deprimidos ante un no futuro. Desilusionados porque todas las instituciones en las que
confiamos nos han dejado en la estacada. Nos han robado el dinero, el trabajo y el hogar. Hemos
sido desahuciados de nuestros sueños, nuestro sacrificios y esfuerzos; de crear un proyecto de
vida”. “Una fuerte sacudida nos ha llevado a la incertidumbre y el miedo. No creemos en nada.
La duda nos oprime. La desconfianza acecha nuestros pasos. La crisis global, como la llaman, ha
destruido nuestro mundo”. “Hacía décadas que los amos del mundo lo tenían todo
maquiavélicamente planeado para que así ocurriera y ahora la violencia de los acontecimientos
cotidianos amenaza con destruir el último tesoro: la esperanza”.
Animado por este arranque, por afirmaciones que mucha gente indignada con lo que está pasando
podría suscribir, por lo que se anunciaba como una valiente denuncia al golpe que el capitalismo
ultra está asestando a las democracias y a los ciudadanos, concerté una cita/entrevista con la
polémica Cristina Martín Jiménez (cristinamartinjimenez.com), que se presenta como periodista
de investigación y escritora, y como pionera en desenmascarar el Club Bilderberg y sus planes
por orquestar un nuevo orden mundial, bajo un mando único al servicio del gran capital.
Incentivado sobre todo tras leer titulares como estos, publicados en prensa en los últimos días:
“Los salarios siguen perdiendo peso en la economía a favor de los beneficios de las empresas”.
“Rajoy baja al 25% el impuesto de sociedades a las grandes empresas”.
Se trata de su tercer libro que ha llegado al público sobre este asunto (“un cuarto fue editado, pero
al poco retirado por el propio editor”, aclara ella), y aunque el planteamiento inicial se ha
convertido en vox populi para amplios sectores progresistas de la sociedad, la evolución del libro
y de la conversación guarda muchas sorpresas. No adelanto más para no destripar lo que viene
aquí abajo, prefiero que se lea hasta el final; puedo decir que es una de las entrevistas más extrañas
que he realizado; no tiene desperdicio. Cristina ha salido estos últimos días en Canal Sur, TVE/La
2, la COPE, Onda Cero, RNE, La Sexta, Faro de Vigo… Su libro y sus tesis están de plena y
polémica actualidad -la reunión anual del secreto Club Bilderberg ha terminado el pasado
domingo en Copenhague-. Se ha convertido en un personaje mediático con muchas papeletas para
ser un boom en redes sociales. Pero hay aspectos de su teoría que me intrigan. Mucho. Y en la
entrevista salen a relucir. Cada cual que saque sus propias conclusiones.
Los poderes capitalistas están dando un golpe de Estado para acabar con las democracias e
implantar su propio orden único mundial. Esa es la tesis, ¿no?
Sí, vivimos en un mundo de mentira, construido por poderes que no salen en los medios de
comunicación, no solo eso, sino que utilizan los medios de comunicación para que no lancen
información sino mensajes propagandísticos. Y realmente lo que quieren es sustraer las
soberanías nacionales, del pueblo, las democracias, y transferir todo ese poder a manos privadas,
a un gobierno mundial manejado por manos privadas.
Y esto es más patente ahora por la crisis-estafa-complot, como quieras llamarlo, pero venía
fraguándose desde hace tiempo…
Desde 1954, cuando se crea el Club Bilderberg, en plena Guerra Fría.
Y, según tu teoría, los principales adalides son una mezcla de Coronas europeas -con la holandesa
como pionera- y multimillonarios -con los Rockefeller como grandes maestros de ceremonia-.
En la construcción de ese Gobierno Mundial está implicada la aristocracia y la realeza europea.
Multinacionales. La OTAN. Servicios secretos como la CIA. El mundo de la cultura, entidades
como ESADE, con Javier Solana, que es uno de los principales elementos propagandísticos, de
los principales implicados en la construcción de este Gobierno Mundial. Se reúnen una vez al
año; en torno a 130 personas, aunque al final siempre acaban llegando más invitados, y de forma
absolutamente secreta. La última vez, el pasado fin de semana en Copenhague. Pero tienen una
organización permanente, una Secretaría. La sede oficial está en Leiden, Holanda. Y disponen de
otra en Nueva York.
Y digamos que en esas reuniones diseñan la gran arquitectura de por donde debe ir el mundo, la
estrategia de las decisiones que deben ser tomadas para lograr el objetivo final.
La arquitectura la tienen previamente diseñada; pero en estas reuniones lo que hacen es captar
nuevos soldados para este imperio. Por ejemplo, este año está la vicepresidenta de la Comisión
Europea, la luxemburguesa Viviane Reding, que es la comisaría de Justicia, Derechos
Fundamentales y Ciudadanía, y que se escandalizó cuando se destapó el espionaje de EE UU a
Europa. Este año ha estado invitada para intentar captarla a su causa, porque uno de los temas que
han debatido es si existe la privacidad hoy en día con las nuevas tecnologías y las redes sociales…
Está claro que no…
Entonces Google, Facebook, Twitter… ¿también son cómplices de esa trama Bilderberg en la que
los ciudadanos son un mero laboratorio de experimentación?
Sí, claro. Todo el mundo sabe que las principales plataformas de Internet participan en ese
espionaje… No sé hasta qué punto llegan a conocerlo todo. Pero, por ejemplo, Bill Gates está
totalmente implicado. También en la Organización de la Salud: vacunas de África, nuevas
medicinas… Son grandes multinacionales que abarcan todos los sectores: alimentación,
educación, sanidad…
Cuando cuentas esto, Cristina, independientemente de que muchos pueden estar de acuerdo en
que el capital está ahora manejando los hilos, arrinconándonos; dicho así, como lo dices tú, mucha
gente puede pensar: esta mujer es una paranoica, ve una conspiración y ha construido una tesis
que le puede venir muy bien para vender libros, pero esto en realidad es una reunión de un club
de poderosos, sí, con intereses y estrategia capitalista, sí, pero no de una manera tan armada,
pensada, absoluta y global. Digamos que, hasta cierto punto, pueden respetar las reglas del juego.
Me imagino que esto te lo han dicho ya: Que arrancas bien, pero luego te emparanoias.