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2 – ÉTICAS FORMALES
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Filosofía- Unidad III: FUNDAMENTOS DE LA MORAL
abandonado porque no encuentra ni en sí ni fuera de sí una posibilidad a la que aferrarse. Asimismo, Jean-
Paul Sartre afirmó: «El existencialismo es un humanismo».
Si negamos la existencia de Dios llevando la contraria a los pensadores cristianos, deberemos
asumir que tampoco existe una esencia previa a la existencia del ser humano, porque nuestra
existencia no ha sido planificada por la mente divina siguiendo un modelo ideal, una esencia. La
consecuencia de la negación de la existencia de Dios trae como consecuencia inmediata la negación
de que exista una “naturaleza humana” (=esencia humana), una idea a priori de ser humano. No
existe la naturaleza humana, porque no hay Dios que la haya diseñado. Entonces debemos concluir
que “la existencia precede a la esencia”.
Todo lo anterior significa que el ser humano está “arrojado a la existencia”, es decir, que el estar
aquí en el mundo no se debe a ninguna intención o necesidad divina, que la vida carece de sentido, es
absurda. Somos contingentes (si no existiéramos no pasaría absolutamente nada). Estamos aquí
porque sí, sin un motivo, gratuitamente. No hay un sentido previo a nuestra existencia. El ponernos
frente al absurdo de nuestra existencia es lo que genera la náusea, una sensación de vértigo en la que
tenemos la tentación de liberarnos de ese mal que es el sinsentido de la vida, una mala digestión del
absurdo. La nausea es, por tanto, experiencia originaria del ser: la conciencia de que nuestra vida
carece de sentido.
Pero aunque la vida no tenga sentido, eso no significa que no podamos dárselo ¿Cómo?
Aceptando que nuestra existencia es un proyecto, es decir, que gracias a la libertad podemos ir
definiendo nuestra esencia. Con cada uno de nuestros actos vamos decidiendo nuestra esencia, lo que
vamos siendo, y al mismo tiempo al elegir nuestros principios de vida y valores definimos con cada
acto a la humanidad entera.
Vemos por todo lo anterior, que el existencialismo de Sartre es consecuencia, como él
mismo afirma, de su ateísmo, porque: si existimos sin causa divina, entonces somos libres y
responsables de nosotros mismos, determinando con cada acto nuestra esencia. Niega también la
existencia de una naturaleza humana, pero a la vez afirma la existencia de lo que él llama “condición
humana” que es el marco de acción que limita a nuestra conducta, que nos conecta al resto de los
seres humanos y gracias a los cuales podemos comprendernos.
¿A qué deben sujetarse nuestras acciones? El existencialismo de Sartre, como la ética kantiana, niega
todo contenido moral, centra su atención en el hombre y renuncia a Dios como fuente de normas
morales. Ninguna moral puede indicar lo que hay que hacer.
La moral, pues, basada en la total libertad y carente de fines y normas universales, depende del
compromiso, de la actitud personal e individual. La única moral que se debe seguir es una moral de
situación, que vendrá exigida en cada caso dependiendo de la circunstancia concreta del individuo que
elige libremente. Lo único que tenemos es la libertad. De este modo, la libertad se convierte en pura forma
y desde ella el ser humano vive la angustia de tomar decisiones, aceptando su responsabilidad ante sí y ante
los demás. Pero, ocurre que ese proyecto que somos, destinado a vivir eligiendo, nunca llega a realizarse
plenamente. Por esta razón, Sartre dice que «el hombre es una pasión inútil».
Otra vez la moral está vacía de contenidos concretos y se entiende como algo formal.
A la pregunta ¿Qué cosa es el ser humano?, Sartre responde que nos definimos como seres libres: “estamos
condenados a ser libres”. Es cierto que vivimos en medio de unas circunstancias, una situación, pero Sartre niega la
existencia de determinismos de todo tipo: teológico, biológico, psicológico o social (ni Dios, ni la naturaleza, ni el
inconsciente ni la sociedad nos obligan a actuar de una determinada manera) Al contrario: somos lo que hemos
querido ser y siempre podremos dejar de ser lo que somos.
La libertad es el modo que tenemos de responder a las diversas situaciones que se nos plantean. Somos
nosotros, en cada acto nos vamos haciendo lo que somos. Esto significa fundamentalmente que somos
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Filosofía- Unidad III: FUNDAMENTOS DE LA MORAL
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Filosofía- Unidad III: FUNDAMENTOS DE LA MORAL
ÉTICAS FORMALES
Objetivo: analizar las éticas de tipo formal y elaborar un mapa mental
Indicaciones:
• El trabajo es en parejas (coeficiente 1).
• El trabajo debe contener los conceptos centrales dispuestos en esta guía, los cuales deben
complementarse con el fruto del análisis del texto.
• Se debe leer el texto entregado y hacer una síntesis de los conceptos centrales, para luego
ocupar estos insumos en el mapa mental.
1. ÉTICAS MATERIALES.
2. ÉTICAS
A POSTERIORI.
3. IMPERATIVO HIPOTÉTICO
4. ÉTICAS FORMALES.
5. LA BUENA VOLUNTAD.
6. EL DEBER POR EL DEBER MISMO.
7. IMPERATIVO CATEGÓRICO.