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CARTAS ANNUAS

DE LA
COMPAÑÍA DE JESÚS
EN LA AUDIENCIA DE QUITO
DE 1587 A 1660

COMPAÑÍA DE JESÚS

Quito, 12 de agosto de 2008


P. Francisco Piñas Rubio, S. J.
CONTENIDO

Introducción
Carta annua 1587 en español
Carta annua 1587 en latín
Carta annua 1589 en español
Carta annua 1589 en latín
Carta annua 1592 en español
Carta annua 1592 en latín
Carta annua 1592, 93 y 94 en español
Carta annua 1592, 93 y 94 en latín
Carta annua 1596 en español
Carta annua 1596 en latín
Carta annua 1600 en español
Carta annua 1602 en español
Carta annua 1605 en español
Carta annua 1606 en español
Carta annua 1607 en español
Carta annua 1608 y 1609 en español
Carta annua 1612 en español
Carta annua 1619, 20 y 21 en español
Carta annua 1638 al 1643 en español
Carta annua 1642 al 1652 en español
Carta annua 1655 al 1660 en español

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INTRODUCCIÓN

Son las cartas annuas las relaciones que los padres provinciales mandaban al
Padre General en Roma en lo posible cada año. En ellas le informaban del estado de la
provincia, casas, colegios, misiones y obras que los jesuitas llevaban adelante en cada
región del mundo.
Estas cartas contienen una información de enorme valor e importancia por ser un
compendio del estado de las obras de la Compañía de Jesús.
En la Audiencia de Quito, la Compañía de Jesús fue dependiendo unas veces de
la del Perú y otras del Nuevo Reino de Granada. En síntesis podemos ver el cronograma
siguiente:

1586 julio 19. Los jesuitas se establecen en Quito. Pertenecen a la Provincia del Perú.
1605. Se divide la provincia del Perú. Se crea la Viceprovincia del Nuevo Reino de
Granada y Quito.
1609 feb. 3. El colegio de Quito pasa a la Provincia del Perú.
1617 nov. 3. El Colegio de Quito pasa otra vez a la Provincia del Nuevo Reino de
Granada y Quito.
1696 nov. 21. El colegio Máximo de Quito se independiza y pasa a pertenecer a la
Provincia de Quito.

Limito el campo de esta investigación a las obras y lugares que dependieron


siempre del Colegio de Quito que son: Cuenca, Riobamba, Ambato, Guayaquil,
Latacunga, Ibarra, Pasto, Buga, Popayán, Panamá y las regiones orientales adyacentes
que correspondían a las misiones de Maynas.
Con la expulsión de los jesuitas en 1767 muchos de estos documentos quedan
diseminados en archivos de Roma, Madrid, Alcalá de Henares, etc. Buscarlos y hacer su
recopilación ha sido una tarea ardua.
Otra dificultad es el idioma en que han sido escritos. Algunas cartas están en latín
y hoy en día es complicado encontrar personas que quieran y sepan traducir el latín. Con
todo he tenido la ayuda del P. Emilio Alcalde y del P. Ernesto Bravo que han traducido
algunos documentos al español.
Las que están en español antiguo, he procurado corregir los errores ortográficos
para hacer la lectura mas llevadera.

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Agradezco también al P. Iván que en sus investigaciones históricas por Europa
consiguió fotografiar algunas cartas. En especial al Archivo Provincial de Toledo. Y a la
Compañía de Jesús por darme ánimos para seguir adelante en mi investigación histórica.
Espero que estas cartas, que muchas de ellas nunca han sido publicadas, sean
de utilidad para los futuros investigadores de la historia de la Audiencia de Quito.

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CARTA ANNUA 1587

6. En Quito, pues, (donde hay cuatro de los nuestros), el día tercero de las
kalendas de septiembre del año siguiente, después del ocaso del Sol, sucedió un temblor
de la tierra horrible y en gran manera un temor para los hombres, venido de lo insólito.
Los nuestros en aquel momento estaban juntos, y salieron al jardín y hincados de rodillas,
trepidando y moviéndose la tierra, como sonasen entre tanto todas las campanas de
bronce de la ciudad, y agitándose el cuerpo vertiginosamente, esperaban atónitos la
muerte; pero con recobrado espíritu, el temor disminuyó y salieron con linternas ya
llevaron la ayuda deseada a los golpeados hombres. En casa nada malo sucedió, lo cual
tanto es mas de admirar cuanto la misma casa era vieja y no de una firmeza segura; las
restantes en la ciudad, resquebrajados muchos templos y numerosos casas particulares
fueron destrozadas; sucedió la muerte de muchos; bastantes fueron heridos en la cabeza.
En otro pueblo vecino, removiéndose la tierra, sepultó a algunos hombres. En
otro, donde no había ninguna fuente de agua, todas las casas fueron derruidas y brotó un
torrente de olor pestilente. Gran parte del monte cayó sobre los ganados y sus
cuidadores. Apareció también un lago que se tragó a buena parte de la gente de los
pueblos. Si narrase cada cosa en particular, me iría mas lejos de la brevedad prometida.
Solo una cosa añadiré semejante: cuatro años antes, no lejos del pueblo Chichiabo, otro
derrumbe hizo aparecer un lago bien grande y cubrió la ciudad con todos sus habitantes,
se llevó a muchos mortales del mundo de los vivientes; sin ningún vestigio de algo
semejante anterior, solamente uno se salvó de aquellas olas de la tierra.
Con todos estos acontecimientos, sintieron la gran religiosidad en los ánimos de
los hombres, nuestros operarios, los cuales son enviados por el instituto a este campo del
cual hay una gran mies para ellos y para nosotros materia para escribir.
Pero aquí se tratan cosas para recordalas y vengamos a cosas mas concretas.
....
23. Misión en el Reino de Quito.
Quito es una ciudad y capital de gran nombre en la región en el país peruano.
Hay en ella Obispo y Gobernador real con Consejo y muchas ciudades de españoles e
indios le están sujetas. La misma ciudad con gran cantidad de edificios y habitantes no es
mucho mejor que Lima; de donde dista novecientas millas; buena parte del camino se
realiza en navío, después también a pie. Tiene conventos de casi todas las religiones; si
no creció el Colegio de la Compañía hasta ahora, no fue por inconsideración, habiéndolo

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pedido el Obispo fallecido, el Consejo Real y el Clero, sino por la injusticia de las
circunstancias. Gracias a Dios ciertamente para que el asunto tuviese mayor éxito, fueron
enviados tres sacerdotes con un hermano, primero para hospedarse en la casa hospital,
lo que todo el pueblo lo celebró inmensamente; ocho días después, acompañándoles el
magistrado y los clérigos, casi con la pompa de los actos sagrados, fueron llevados a la
posesión de la casa que a la Compañía dieron como dueña.
Está el templo unido a Santa Bárbara; bajo cuyo patrocinio se puso por la
ciudadanía; la casa no es incómoda y ya tiene alguna forma de Colegio. Los ciudadanos
piensan cómo instituirlo. Consideran el principio de esto no pequeña cosa pues para un
adorno adecuado público, cuando sea contemplado de utilidad privada.
Cierta mujer de un estamento de mucha categoría, habiendo dado fortuitamente
con un libro en el que se describe la vida del Padre Ignacio, de tal manera está
impresionada que casi nunca lo deja de sus manos, cual otro autor que trabaja
diligentemente, dice que se debe recomendar su lectura de todas las personas piadosas.
Ésta, tan pronto vio a los Nuestros elevando las manos y la voz: Gracias, dijo, les doy,
santísimos celestiales, porque finalmente contemplo en estas tierras a los discípulos de
Ignacio.

CARTA ANUA DE LA PROVINCIA DEL PERU. 1587

6. Chiti autem (ubi item e Nostris quattuor), tertio kalendas septembres,


insequente anno, post solis occasum, horribilis accidit tremor terrae et formido hominibus
maxime, nempe ex insolito. Nostri eo tempore una erant, egressi igitur in impluvium,
provolutique in genua, concussa tellure ac fluctuante, cum interea omnia aera campana
urbis persultarent, non aliter ac rotato corpore vertigine assidua, attoniti mortem
expectabant, sed residente spiritu, imminutus timor, digressique cum laternis, optatam
perculsis hominibus opem tulerunt. Domi nihil offensum, quod eo magis mirum quod ipsa
vetusta nec tutae firmitatis; cetera in urbe, quassata multa templa et privatorum aedificia
proruta quamplurima; mors secuta aliquorum, plures in capite vulnerati.
In oppido alio vicino aliquot homines terra dehiscens in voragimen condidit. In
alio, ubi nullus aquae fons, omnes domus eversae et eruptus torrens odoris faedissimi.
Magna pars montis avulsa pecudes multas earumque custodes oppressit. Crepuit etiam
lacus, bonamque partem popularium absorpsit. Singula si narrem, aberrem longius a
brevitate proposita. Unum tantun simile adiiciam: quarto anno ante, non longe ab oppido
Chichiabo, mons alter lacum bene magnum, oppidumque cum omnibus incolis operuit,

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pluresque mortalium vivos e viventibus abstulit; solo videlicet sine ullo vestigio prioris
habitus desuper extento, unus tantum ex illis terrae fluctibus enatavit, tantae cladi
superstes. Quibus rebus omnibus cumulatam religionem animis hominum sensere operarii
nostri, qui ex Instituto in hune agrum mittuntur, e quo messis permagna illis, nobis materia
seribendi. Sed hic nihilominus circumcidentur communia, tanquam comperta usu ac levia
memoratu, ut ad minus contrita veniamus.

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CARTA ANNUA DE LA PROVINCIA DEL PERÚ. 1589.

26. Colegio de Quito


Mientras más avanzo en la Provincia del Perú, mayor campo se me abre, pero seré breve
y enumeraré los asuntos que le puedan interesar omitiendo lo ya conocido y lo que no
tenga importancia. Qué sea Quito, a qué distancia de la ciudad de Lima, cuándo entraron
allí los nuestros por primera vez, ya está dicho en las cartas que cubrieron los dos años.
Así pues, al ejercer los nuestros sus ministerios, fue admirable cuánto nos empezaron a
amar todos, especialmente los indígenas. Ellos venían muy de su gusto a escuchar la
palabra de salvación cuando antes no se les podía obligar a ello de ninguna manera. Son
muy afables en la manera de hablar y de tratarnos. Es muy dificil calcular exactamente el
número de los que se confiesan. Los que asisten a los sermones de la mañana y de la
tarde se calculan en más de siete mil. Y no es diferente la cantidad de los frutos. Con esta
sola palabra se dice mucho. Menciono uno que otro ejemplo entre muchos: de una casa
se despacharon diez concubinas. Se organizó una cofradía, pues se descubrió que esto
entusiasmaba mucho a los indígenas. No se admite a nadie sino después de un largo
tiempo de prueba, se averigua dónde se encuentran concubinas y se les aconseja a
echarlas, llaman a la gente a los sermones, están listos para atender a los enfermos y les
proporcionan abundante alimento. En la solemnidad de la Santísima Eucaristía hicieron
una procesión en formación muy bien ordenada, iban vestidos de rojo y blanco,
marchaban con tanto orden y silencio que arrancaban lágrimas a los que los miraban. En
ese día hicieron también una representación muy solemne del banquete del Rey Asuero.
Estos y otros ejemplos tan dignos de mención no los trataría de forma tan sucinta si no
estuviera urgido por otros asuntos importantes.
Ahora, como en los comentarios enviados este año ya se escribió ampliamente del
terremoto de Quito, y referí algunos datos tal como los había escuchado, dos años antes
en el Colegio de Lima y que concordaban, como advertí al principio de esta Provincia......
no los repetiré, pero cubriré lo omitido para no faltar a mi oficio. Cuando tembló la tierra y
hubo ondulaciones violentas, se vinieron abajo no solamente las casas sino también los
mismos montes y colinas. Una colina entera se deslizó y sepultó a una multitud de indios
que estaban embriagados bebiendo en un valle y que quedó cubierto por una enorme
oscuridad. Dicen que en otro lugar murieron igualmente sepultados doscientos cincuenta
indios. No hubo ninguna familia que no llorara sus muertos o despedazados, en una sola

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casa una ilustre señora quedó aplastada con 17 personas entre hijos y sobrinos,
salvándose solo una niña de tres años a quien la nodriza le sacó con dificultad. El
terremoto causó esta enorme desgracia y, además, fue un presagio de epidemias. Dios
contuvo, sin embargo, su mano para que el castigo no fuera más fuerte y con este azote
tuviesen miedo los sobrevivientes y escarmentaran las futuras generaciones. Pero como
ya hablamos suficientemente de esta desgracia, de cómo fue y de sus efectos, en la carta
desde Lima, no es necesario repetirlo. Solamente diré una cosa: en la ciudad de Quito, en
el período de dos meses, se contaron más de cuatro mil muertos, sin contar los niños de
los cuales se salvó apenas uno entre cien. Perecieron más de dos mil mancebas;
desaparecieron, pues, más mujeres que hombres. Además mucha gente, vio cercana la
muerte y se asustaron con tan terrible desgracia. No faltaron algunos que cuando iban a
ser enterrados revivieron, con gran sorpresa y miedo de los que los transportaban. Uno
que revivió pidió con insistencia un sacerdote para confesarse.
Esta desgracia fue la gran oportunidad para que los Nuestros ejercieran la caridad y la
compasión. Cuando ya hubo tranquilidad en la ciudad se retiraron a los lugares cercanos
que estaban en dificultades, con igual trabajo y fruto. Brilló mucho la compasión de las
cofradías de los indios: visitaban a los enfermos y les ayudaban de palabra y obra;
amortajaban a los muertos y los enterraban. No dejaron de cumplir ningún deber cristiano
a pesar de los peligros presentes.
A nosotros nos asignaron diez mil pesos para la edificación de la casa y para equiparla,
setecientos pesos anuales y así tuvimos el inicio de clases. Ahora los alumnos son ciento
cincuenta de muy buen talento y prometen mucho. Como primicias, dos fueron aceptados
en la Compañía. Al año siguiente las condiciones mejoraron. Cuando los Nuestros
estaban a punto de trasladarse a habitaciones más cómodas, sobrevino una tempestad y
un huracán y, como ya habían salido de la antigua casa, tuvieron que soportar muchas
incomodidades. Mientras tanto, cuatro Padres, de dos en dos, se marcharon a Pasto y
Cuenca (son nombres de ciudades) y a otros pueblos. Se celebraron solemnidades, se
arreglaron enemistades, se reprimieron vicios y pecados, y se reprimió la libertad sensual
de muchos con las santas leyes del matrimonio. Movidos por estos hechos, los habitantes
de Pasto escribieron al presidente del Reino de Quito pidiéndole que, teniendo en cuenta
su deseo y con su autoridad, consiguiera de los Nuestros que se quedaran más tiempo.
Entre tanto, se disipó la niebla que mantenía. ..... y los Nuestros el primero de enero del
año 89 fueron trasladados a una casa más cómoda con gran satisfacción de la ciudad y
célebres festejos. Se reanudaron las clases, comenzaron también las clases de Filosofia.
Tenemos algunos alumnos de las diferentes órdenes religiosas.

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En este reino la mies es abundante y fecunda y aquí está la entrada y la puerta a regiones
muy apartadas que se dice están ya blancas para la mies, por el común deseo; pero lo
que más convenga en el momento presente, que se pida al Señor que envíe trabajadores
a su mies.
El año pasado murió el P. Juan de Hinojosa y cuán estimado fue en vida por todos los
ciudadanos, se vio en la pompa fúnebre organizada por el clero y en el pesar general.
(Traducido del latín por el P. José Ayerve, S.J.)

CARTA ANUA DE LA PROVINCIA DEL PERU. 1589.

26. Chitense collegium.


Quo magis progredior in Peruana Provincia, maior mihi aperitur campus; sed
sequar compendia, ut ea percenseam quae vos intelligam non nolle, a supervacuis et per
se cognitis abstinebo. Quid sit Chitum, quam longe ab urbe Lima, quo primum tempore
Nostri introducti, scriptum est litteris quibus duos annos coniunximus. Igitur, ut exerceri hic
caepta munia Societatis, mirum quantum nos amare coeperunt fere omnes, praecipue
indi. Hi vero libentissimis animis ad nos venerunt ut audirent verba salutis, cum ante id ut
facerent, nulla vi subigi possent. Gaudent videlicet affabilitate sermonis et humanitate
perspecta; difficile est exacto affirmare numero confitentes; matutinis pomeridianisque
concionibus qui intersunt, summa amplius septenum millium concepta. Nec dispar est
magnitudo fructuum: hoc uno verbo plurima comprehendi. Sit unum atque alterum
exemplum promultis: ex una domo decem pellices extrusae. Sodalitium institutum; id enim
compertum ad indorum animos excitandos valere quam plurimum. Nemo admittitur nisi
post longa experimenta, scrutantur apud quos delitescant concubinae et hortantur
expellere, convocant homines ad concionem, sunt praesto aegrotis eosque opere adiuvant
et lautiore cibo. In sollemni pompa Sacrosanctae Eucharistiae processere sodales, agmine
composito cum candidis facibus, veste ipsi intima rubra, extima alba conspiciendi, eo
ordine, silentio, incessu, ut effluerent lacrimae ex oculis admirantium, quo etiam die data
est magno apparatu, tragoedia de convivio Assueri regis. Sed haec et alia tam digna
exempla tam breviter, nisi maioribus urgerer, non referrentur.
Nunc quoniam in rerum commentariis qui missi sunt hoc anno, est diserte
perscriptum de terraemotu chitensi, deque eo retuli nonnulla, prout acceperam, biennio
ante in collegio limensi quae congruerunt, ut praemonui in principio huius Provinciae, non
repetam, sarciam si quid erat omissum, ne nostrum officium desideretur. Cum undaret
terra et fluctus more volutaretur infesta, ut dudum prescripsimus, non domos so –lum, sed

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montes etiam ipsos, collesque subvertit. Indorum multitudinem quae eo tempore in reducta
valle Baccho operans, recenti musto obruebat calorem mentis, collis supernatans operuit,
magnaque involvens umbra faciem loci prioris abscondit.
Alibi indos ducentos quinquaginta simile strage obrutos affirmant. Nulla fuit familia
quae alios mortuos, alios discerptos non luxerit; ex una tantum domo illustris femina cum
septemdecim filiis nepotibusve oppressa, trimula dumtaxat puella quam nutrix aegre
extulerat, superstite. Et fuit terra mota tam ingenti clade, ut saepe, praenuntia pestilentiae,
nimirum Deus, qui suspendit interdum plagan quo feriat fortius, flagello insonuit ut
praesentem aetatem coerceret metu, posteram incitaret exemplo. Sed quoniam hac de
peste eiusque natura satis superque diximus in limensi, non habermus necesse repetere.
Dicam illud unum: in urbe Chito intra spatium bimestre recensa esse mortuorum capita
amplius quatermille, exceptis infantibus, quorum vix centesimus quisque effugit. Pellicum
porro per magna strages interiere supra duo millia; deterior enim magis sexus quam virilis
absumptus. Ceterum multi, propinquante morte, horrendis monstris exterriti, nec defuere,
qui cum efferentur feretro, revixerunt, magna admiratione metuque exportantium. Sed et
unus experrectus sacerdotem magnopere expetiit confessionis faciendae.
Tempestas haec magnam Nostris materian praebuit caritatis, magnam patientiae
exercendae. Ubi remisit in urbe, concessere in loca proxima quae conflictabantur,
peraequo labore et fructu. Indorum sodalium pietas maxime enituit: aderant aegrotis,
eosque auxilio et alloquio iuvabant, mortuos insuebant in funebrem tunicam et sepulturae
mandabant. Nullum omnino christianum officium ab illis pratermissum, licet praesenti
periculo.
27. At nobis decem aureorum millia in aedificationem domus et comparationem
supellectilis attributa, in annos singulos assignati aurei septingeni, et factum est scholarum
initium, a tenui, ut ferme omnia, principio. Nunc quidem discipuli centum quinquaginta, ea
felicitae ingenii, ut quamvis magna polliceantur. Et dederunt primitias duo un Societatem
recepti. Sequenti anno secuta rerum conversio, quae tamen in milius cessit. Cum enim
migrandum Nostris esset in aedes commodiores, exorta est tempestas et turbo, et iam
cesserant veteri domo, ita utrinque exclusis, habitandum fuit satis anguste.
Interea quattuor bipartiti Pastum Concamque (nomina sunt urbium) et ad alia
etiam oppida se extendere. Consecuta illa sollemnia, sedatae inimicitiae, peccata
compressa, vaga multorum libido sanctissimis matrimonii legibus coercita. Quibus rebus
affecti pastenses litteras ad praesidem Chitensis Re-gni composuerunt, orantes ut,
coniungens auctoritatem suam cum voluntate ipsorum, impetraret a Nostris longiorem
commorationem. Haec inter discussa est caligo quae tenebat, et Nostri, calendis Ianuarii

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anni octogesimi noni, in laxiorem domun, magna gratulatione civitatis et apparatu celebri,
adducti, restauratae scholae defluxerant; Philosophia etiam explicari incepta; e diversis
religiosorum familiis aliquot auditores habemus.
Fecunda seges et uber in hoc Regno, e quo aditus ianuaque ad regiones etiam
disiunctissimas quae dicuntur inalbuisse ad messem, ut ex communi quiden voto, sed
quod maxime tempori conveniat, orandus sit Dominus messis ut mittat operarios in
messem suam.
Ceterum priore anno Pater Ioannes de Hinosoza decessit; is quanti fieret vivens
ab universa civitate, pompa funeris procurata a clero et dolor universorum ostendit.

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CARTA ANNUA 1592.

11. Colegio Quitense.


Quito, capital del reino, ciudad no mucho menor que Lima, de donde dista
trescientas leguas, está situada bajo la medida de la línea del Ecuador; la región está
atemperada entre los fríos y los calores, de tal manera que prevalecen los fríos. La tierra
elevada y ceñida por montes condenados por la nieve perpetua. Ya son cinco años de
estar constituido aquí el colegio y avanza cada día mas. Ahora ciertamente tiene doce
componentes y otros cinco se preparan a esta empresa. Los indios, amantísimos de los
Nuestros; una vez serenada la tempestad de la que hace poco escribimos, y ha sido
edificado el templo, en el cual los indios se construyeron una capilla, llevando en sus
hombros el material con la admiración y la alegría de la ciudadanía. Las cosas que restan,
para que conozcas con detalle este estado del Colegio, pueden deducirse de las últimas
anuas y de aquellas que escribimos al principio.
No nos parece ciertamente necesario el repetirlas.

CARTA ANUA 1592

11. Chitense collegium.


Chitum, regni caput, haud multo minor urbs quam Lima, unde abest leucis
trecentis, aequatoris lineae ad perpendiculum subiacet; inter frigora caloresque temperata
regio est, sed ita ut frigora praevaleant. Terra enim edita et montibus cincta perpetua nive
dammatis. Iam quinque anni sunt cum hic institutum collegium est et procedit in dies
magis. Nunc quidem habet socios duodecim; sed et alli quinque ad hanc profectionem se
accingunt. Indi, Nostrorum amantissimi; sedata nempe tempestas de que proxime
scripsimus, et aedificatum est templum, in quo sacellum sibi construxere indi, suis
materiam humeris con –vectantes cum admiratione et gaudio civitatis. Quae supersunt, ut
cognoscas subtiliter hunc collegii statum, ex annuis proximis et ex iis quas scripsimus
primas, peti possunt. Nobis quidem ea repetere non neccessarium videtur.

CARTA ANNUA DEL PERÚ. 1592, 93 y 94

21. Colegio de Quito

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Los jesuitas que se encontraban en el Colegio de Quito han trabajado con
empeño durante estos tres años con absoluta fidelidad a Dios y al rey Felipe II. Porque, al
imponerse nuevos impuestos a esta provincias de América, algunas ciudades los
aceptaron sin problema; pero el pueblo de Quito, basándose en la común utilidad y en la
libertad antigua, comenzó a sublevarse y aun a recurrir a las armas. Creáronse dos
senadores, los cuales para defensa suya personal simularon ponerse de parte de los
sublevados.
El alzamiento y la fuerza de la gente se volvió mayor cuanto la ciudad de Quito se
halla más distante del Virrey: nada menos que trescientas leguas.
Formose en Lima un ejército para arreglar las cosas, a cuyo frente se puso un
hombre lleno ciertamente de sensatez.
¿Qué podían hacer los Nuestros que estaban en Quito en semejantes
circunstancias?. ¿De qué lado podían ponerse?. ¿De parte del pueblo o de parte del
Rey?. Se invoca la luz del cielo. El pueblo recurre a la autoridad del P. rector. Éste se
esfuerza en que los senadores con su Presidente deliberen con la mayor sensatez y
recurriendo a la oración ferviente. Se busca en semejante coyuntura para que predomine
la paz, a fin de que las cosas no vayan a la ruina: los Nuestros y el pueblo. Tal es la
acción en que se empeñan los Nuestros. El resultado fue que los dos bandos, si así
puede decirse, es decir, el del Rey y el del pueblo, escogieran al mismo P. Rector del
Colegio para que viajase a Lima para entrevistarse con el Virrey.
Sucedió que en el entretanto las tropas del Rey llegaron a Quito y se
establecieron en Riobamba, ciudad que dista de Quito tres días de camino. Allá se
trasladó el P. Rector con un socio y durante dos meses se convirtió en consejero del jefe
del ejército que era persona sumamente allegada a nuestra Compañía.
El P. Rector había aconsejado a los sublevados que viniesen a pedir perdón.
Cosa igual a los que ya estaban condenados a muerte. El padre logró asimismo con sus
buenas palabras y consejos espirituales que toda la tropa de soldados se confesase.
Todo cuanto hemos contado lo sacamos de los informes enviados desde Quito
por el jefe del ejército al Virrey de Lima. En ellos se atestigua con todo énfasis la
admiración que en él ha causado la actuación de nuestro P. Rector del Colegio y de los
otros jesuitas, los cuales han demostrado una gran prudencia en las palabras y en sus
acciones y en toda su conducta enderezada a obtener la tranquilidad del pueblo para que
aceptase las famosas alcabalas y conservase su fidelidad al Rey. Con lo cual la
Compañía ha hecho grandes méritos ante el Rey Felipe II con mayores ejecutorias que
las mismas autoridades de la Ciudad.

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Como cosa final digamos que un padre, en nombre de toda la ciudad, marchó a
Lima con la mayor diligencia que consentían las distancias, a fin de pedir un perdón
general del Virrey. Esto fue lo que obtuvo y trajo para contento de todo el pueblo de Quito
y así desde el púlpito lo promulgó con aplauso de todo el pueblo nuestro P. Rector, ante el
numeroso gentío que se congregó.
Hay que hacer constar que el mismo Rey Felipe II dirigió una carta de
agradecimiento al P. Provincial; carta que voy a tratar de poner transcrita aquí lo mas
brevemente que me sea posible.
Mediante carta dirigida al Marqués de Cañete, al P. Provincial: “Hemos
comprobado tu fidelidad y amor a nuestra Persona en el reciente alzamiento de la
Provincia de Quito. Te agradecemos por tu actitud y te exhortamos que permanezcas en
el mismo comportamiento tú y los demás jesuitas; asimismo en la ayuda que se pueda
prestar al senador que hemos enviado a Quito como pacificador de la sublevación. Es
evidente que las palabras callan en medio de los tumultos, pero una vez aplacados los
tumultos, tienen ya de por sí mayor eficacia”.
Una vez que ha terminado de construirse el Seminario de San Luis, voy a contar
toda la historia por ser reciente. El Obispo de Quito que acaba de ser nombrado
pertenece a la familia de San Agustín, el cual, aunque tiene hábito diverso, por su espíritu
podemos decir que es todo nuestro. El hecho es que, no bien llegó a Quito, se dedicó de
palabra y con hechos a favorecernos: en el Sínodo que convocó no bien hubo llegado
comenzó a servirse de nuestro trabajo y a usar en todo nuestro consejo. Tenía empeño
incluso en ponerlo bajo nuestro cuidado, según la opinión que tiene de la Compañía, para
que fuese regido con nuestras reglas y administrado según nuestras costumbres.
El seminario cuenta actualmente con cuarenta y cuatro alumnos. Existe también
una casa o institución que se dedica a atender las buenas costumbres de las señoritas
según las disposiciones del mismo obispo y el cuidado de los Nuestros.
Con la autoridad del Obispo se ha abierto una Escuela de Casos de Conciencia.
Hay una congregación de señoritas muy floreciente bajo el patrocinio del mismo Obispo y
su Vicario que es persona muy destacada en doctrina y autoridad.
Esta Congregación, al llegar la fiesta de la Virgen Inmaculada, tuvo junto con el
Senado regio, una fiesta solemne con oraciones, con poesías y cantos.
No debo pasar por alto que han desaparecido de todo en todo los pecados
públicos y las malas costumbres. Los enemigos o personas malquistadas entre sí se han
reconciliado, así seculares como eclesiásticos gracias a la intervención de los Nuestros.

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Lo dejaré de mencionar la Iglesia con su sagrario, sus hermosas pinturas, los
bellísimos cortinajes que para ella se han donado, de bordados y sedas, así como las
hermosas cajas destinadas a guardar las reliquias de los santos.
Se han recibido asimismo dos herencias que producen cada una seis mil pesos
anuales y sirven no poco para aliviar la pobreza de los Nuestros.
(Traducido del latín por el P. Ernesto Bravo P., S. J.
Profesor emérito de lengua latina. Quito, 23 de julio de 2008.)

CARTA ANUA PERUANAE 1592, 93, 94

21. Collegium quitense.


Laborarunt his tribus annis stenue quotquot e Societate habuit collegium quitense,
et Deo et Philippo regi fidelissimi. Nam cum vectigalia regia nova his provinciis essent
imponenda, et aliis in oppidis iam admissa, quitensis populus, specie communis utilitatis et
libertatis antiquae, caepit recalcitrare, et sese armis protegere. Senatores duos regios
concludunt et praesidio muniunt, ut a furore vulgi tuti essent, ut rebelles simulabant.
Bellica vis et civilis insania eo maior, quo plus Quitum a Prorege totis leucis trecentis
abest. Armantur milites Limae ad rem componendam, quibus praeficitur vir sane
prudentissimus. At Nostri, qui sunt Quiti, quid hac tempestate faciant? Quid consulant?
Cuius partes atque factionem tueantur? Populi an Philippi?. Praesens atque divinum
consilium capitur: provocatus Pater Rector a populo. Senatum regium cum socio, prudenti
consilio et oratione ferbenti, adducit ut mitius eo tempore agat, ne ipsi una cum populo se
perditum eant. Res ita fit, et senatores praeventos ne omnes perirent in tuto Nostri
collocant. Utraque dein factio, et regia et popularis, ipsum Patrem Rectorem Limam ad
Proregem, ut opportunis remediis utatur, legavit. Sed interea castra regia Quitum
adveninunt, et ad oppidum Riobamaba, dierum trium itinere Quito procul, ponuntur. Eo
Pater Rector cum socio veniens, per plusquam binos menses adiuvat consilio praefectum
exercitus, Societatis nostrae amicissimum, alloquiis piis et salutaribus eos qui defecerant,
et ipsius Rectoris suasu, illuc accesse –rant praecabundi, tum maxime capite damnatos et
universam militis turbam confessionibus audiendis.
22. Quae accepimus omnia ex litteris eiusdem castrorum praefecit ad Proregem
Quito datis, quibus is testatur omni asseveratione se ultra modum mirari et Rectoris et
aliorum ex familia nostra sociorum prudentiam in verbis, in rebus, in sedandis populi
animis, in vestigalibus suadendis, in regia denique fidelitate; tendem Societatem plurimum

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de Philippo rege promeritam, et quitensi civitate ipsis regiis auditoribus anteponit. Clausula
sit, Patrem quendam, nomine totius urbis, Limam accesisse, quam maximis itineribus,
generalem veniam a Prorege exoraturum. Quam summa laetitia, populique plausu, in
conventu frequenti, Pater Rector pro suggestu edixit. Pro his omnibus dedit litteras
gratulatorias ad Patrem Provincialem Phillippus rex, quas quam brevissime transcriban ad
verbum:
Litteris proregis nostri Marchionis Cañetensis. Venerabilis Provincialis: Tuam et
fidelitatem et amorem in nos in rebellione quitensi perspeximus. Gratias agimus maximas
et exhortamur ne eadem tua cura et tuorum industria desideretur dein senatori nostro
quem pacificatorem Quitum lagamus. Hos inter tumultus litterae conticescunt, quanquam
tempestate sedata, sunt uberiori revocatae proventu.
23. Seminario recens Beati Ludovici constructo, quod, quia novum, altius
repetam. Episcopus quitensis nuper creatus est ex augustiniana familia, qui etsi habitu
alienus, animo tamen noster est. Is, ubi Quitum attigit, nobis verbo reque favere, in synodo
quam habuit nostra opera uti, in seminario condendo sine nostro consilio nihil agere, quod
nobis etiam tradi voluit, prout est illi opinio de Societate, moderandum regulis, instruendum
moribus honestis. Numerat iam alumnos quatuor supra quadraginta. Eiusdem itidem
Episcopi et Nostrorum industria domus mulierum constituta, ut illarum pudicitiae commode
prospiceretur. Schola casuum conscientiae aperta et auctoritate Episcopi promota. Virginis
sodalitas afflorescit, cuius patronus Episcopus, et eius Vicarius, vir et doctrina et
auctoritate conspicuus, praefectus. Qui quoque cum Senatu regio, eo die qui conceptae
sine macula Virgini sacer est, habitis multis orationibus, et propositis poematis et
simphoniae, interfuit et cancionem habuit. Sileo peccata publica, consuetudines parvas
paenitus evulsas, invicem reconsiliatos tam saeculares quam ecclesiasticos Nostrorum
interventu, aedem sacrario, tabulisque artificiose pietis et sercis aulaeis dono datis,
thecisque quinis Sanctorum ossis adservandis ornatum; haereditates duas acceptas,
quarum singulae millenos sexcentos aureos reddunt quotannis, paupertati nostrae
sublevandae.

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CARTA ANNUA DE LA PROVINCIA DEL PERÚ 1596

Colegio de Quito.

En Quito, la provincia imparte por igual los ministerios apostólicos con esta doble
destinación, a saber, hispanos e indígenas.
Por cierto que en lo que se refiere a los españoles, este año se ha añadido algo
pertinente a la piedad con los sermones del P. Rector por la tarde de los días de adviento
y de los días de cuaresma, con tanta asistencia de la gente que muchos tuvieron que
quedar fuera de las paredes de nuestro templo. El fruto que de esta actividad se consiguió
pudo verse claramente en la muchedumbre de personas que luego acudieron a
confesarse, sobre todo en los días del jubileo pontificio que se promulgó; el número de
penitentes por ese tiempo que acudió a nuestro templo fue ciertamente inmenso.
El trabajo apostólico se prosigue en todo el resto del año, ya que la ciudad es
grande y todas las personas de la nobleza, así hombres como mujeres, vienen a
confesarse con los nuestros.
No poco contribuyeron a promover la piedad las rogativas que, por insinuación del
P. Rector, decretó el cabildo por graves necesidades, con peregrinación a un templo
dedicado a Nuestra Señora de Guadalupe que está situado fuera de la ciudad. En estas
rogativas se llevaba la imagen misma de la Virgen Santísima que en dicho templo se
venera.
Otra actividad en que se han empeñado mucho los nuestros ha sido el promover la
reconciliación de los ánimos de las personas, de tal modo que ya ha cundido la fama de
que los nuestros tienen una gracia especial para lograr la reconciliación de las personas.
Además de la explicación de la doctrina cristiana que se imparte a la gente en
general en la plaza, este año se ha añadido el que dos días en la semana se tenga una
procesión de niños, cuatro o cinco, que con pancartas y cantando acuden a nuestro
templo en procesión. Allí se tiene un acto de instrucción cristiana muy vivo con preguntas
y respuestas; el cual sirve no sólo para los niños sino también para la instrucción de los
adultos.
Se han formado gremios o congregaciones con sus prefectos y jefes de grupos y
clases de toda la ciudadanía, tanto de la más modesta como de la más alta. Se reciben
dentro del gremio con mucha selección, tomando en cuenta sobre todo la mucha piedad y

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modestia, así como también la frecuente asistencia a la santa misa y a los sermones, la
frecuencia d ela confesión con que sobresalgan entre los demás; y naturalmente entre
quienes se distingan en la total ausencia de lenguaje procaz y juramentos y malas
palabras. Con esto se ha logrado un empeño especialísimo por corregir estas malas
costumbres entre las personas que eran muy propensas a estos vicios. Los jóvenes por
igual se esmeran en hacerse dignos de formar parte de estos círculos. Así se ha visto
como los personajes graves recurren y usan como intercesores y ejemplo la conducta de
los más jóvenes.
Los colegios, por su parte, han rendido sus frutos. Este año a las clases de
gramática y a las de casos de conciencia, se ha añadido las clases de filosofía, con sus
disputas y ejercicios diarios que tienen sus días fijos de actividades académicas.
Todas estas son actividades que han adquirido prestigio para la Compañía entre la
ciudadanía y a los alumnos del seminario les han reportado grande provecho; y no sólo
ellos. Pero del seminario hablaremos más abajo. Todo esto que se ha mencionado se
refiere a los españoles.
En cuanto a los indígenas, se está aplicando un trabajo intenso en gran manera
porque la Compañía está muy empeñada en promover la salvación de los indios. La cual
ha hecho que ellos tengan en alta estima la benevolencia y el trabajo con que se aplica la
Compañía y así ellos han percibido que los nuestros muy de corazón han asumido el
patrocinio de sus almas; ellos, por su parte, cuando tienen problemas o dificultades,
vienen a refugiarse y buscan socorro entre nosotros.
La labor de los nuestros con ellos es la misma que se realiza con los cristianos
viejos y más asidua si así puede decirse, dada la circunstancia particular en que están
ellos. Se tienen sermones ordinarios en su lengua en varios sitios. En nuestra iglesia los
días domingos y festivos; además los viernes por la mañana. Hay de un modo especial un
sermón con grandísimo concurso de gente en la tarde del domingo en la plaza. En ese
mismo tiempo se organiza una concurridísima procesión de niños por la ciudad, los cuales
van cantando el catecismo en la lengua del Perú.
Este año se ha añadido a todo lo largo de la cuaresma, los miércoles un sermón en
nuestra iglesia; y unas rogativas los viernes acudiendo a una de las seis parroquias que
tiene la ciudad, por la tarde, cantando las letanías en nuestra lengua. Una vez que se ha
llegado a la parroquia se tiene un sermón en la lengua de ellos.
Los domingos en cada una de las parroquias por turno se tiene un sermón. Se diría
que el pueblo no se cansa de oir la santa palabra, sino que, al revés, es tanto el concurso
de la gente que viene a oir que la iglesia ya no da cabida.

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No es menor la asistencia de los fieles al sacramento de la penitencia. Hay en esto
tan grande devoción que todos los días se forman largas filas en nuestro templo. Muchos
han de esperar tres y aun cuatro días para poder confesarse, porque siendo como son
pocos nuestros sacerdotes, no alcanzan a atender a tanta gente, pues hay muchos que, si
no se confiesan con un sacerdote de nuestra compañía no se sienten satisfechos.
El resultado de esto ha sido que muchos españoles se han movido con este
ejemplo y han adoptado prácticas virtuosas, abandonando muchos y graves vicios que
tenían. Así se dejan muchas y grandes prácticas perniciosas; se enmiendan malos
hábitos, se llevan de mejor manera los matrimonios; así al establecerse como en el
proceso de los mismos que andaban mal por causa de la ignorancia de las normas del
derecho. Estas buenas prácticas se ven no sólo en la ciudad sino también en el campo
con iguales manifestacions de piedad. Así son muchos los que vienen a la ciudad a los
nuestros a abrir sus conciencias, a pesar de que en su propia parroquia tienen sus
propios pastores.
Puedo añadir que los enfermos no recurren a ningún otro sacerdote sino de
nuestra compañía y al producirse una grave enfermedad que afectó a muchos, apenas
puede decirse cuanto trabajo tuvieron los nuestros en socorrer a tanta gente de modo que
no había descanso para los que acudían a las casas de los enfermos.
Se ha de decir también que en la frecuencia de confesiones y en la asistencia a la
Santa Misa se manifiesta su piedad en gran manera. Desde muy temprano en el día son
muchos los que vienen a la primera misa; no bien la campana llama, hay que ver el gran
concurso de gente que se forma en las calles en tal número que no caben en la Iglesia,
cosa que causa admiración a los mismos españoles sobre todo cuando recuerdan que
antes de la venida de los nuestros no había modo de traerlos ni en los días festivos al
templo, no con el miedo de la policía.
En cuanto al número crecido de mujeres indígenas que con sus atractivos
provocadores que son en una gran ciudad una tentación para la lascivia, muchas de ellas
abandonando la vida de malas costumbres, han adoptado una vida correcta, a lo cual han
contribuido así los sermones públicos como también las amonestaciones privadas en las
confesiones.
Se han podido constituir en la ciudad piadosas asociaciones, así de hombres como
de mujeres. En ellas se han inscrito muchas de las mujeres que han optado por la nueva
vida y ahora muestran en su vida tal modestia y tal castidad que los mismos españoles,
admirados por el cambio de vida que en estas personas se ha producido, que antes se
burlaban con extremada procacidad, ahora se llenan de reverencia. Y si por acaso hay

20
algunos que todavía mantienen su audacia y perseveran en molestarlas de mal modo, con
solo amenazarles de informar a los padres de la compañía, desisten de sus
provocaciones. Una tal delación temen mas que si fuera ante el empleado real o ante el
juez eclesiástico se hiciera. Y la verdad es que algunas de ellas presentaron semejante
acusación ante los nuestros.
Ha de decirse que las congregaciones de hombres han llegado a mas altos quilates
de alabanza en su vida cristiana. Son, en efecto, estos los primeros en frecuentar la santa
Misa, los catecismos, los sermones; hasta el punto que no es raro que voluntariamente
asistan a dos y aun a tres sermones los domingos.
Son tan aficionados a la confesión que, no habiendo un número de sacerdotes que
pueda satisfacer a la multitud de penitentes, ha sido necesario fijar a cada uno cuantas
veces ha de acercarse al sacramento. Ha sido necesario, sin embargo, mostrar mayor
generosidad en algunos casos por la insistencia de los fieles. Estos, no contentos con su
piedad se mueven a exhortar a otros a la frecuencia de los catecismos y los actos del
culto para conocer los misterios de la fe; hay, de este modo, una gran asistencia a las
misas y a los sermones por la acción de estas personas devotas.
Tengo que añadir también otros actos que afectan la salud corporal, como son los
cilicios y los ayunos a los que se dedican con tanto ánimo y fervor que piensan recibir un
favor muy grande cuando el confesor les permite o autoriza este piadoso ejercicio y ellos
por su voluntad exceden los términos fijados. En cuanto a los ayunos, los asumen con tal
avidez que pueden entrar en competencia con los mismos españoles y aun llegan a
superarlos. Porque a los días fijados para ayuno por la Iglesia, ellos de su voluntad
añaden los días del adviento, consa que en Europa serán pocos los que hagan, ya que
allí muchos ni se acuerdan de lo que el adviento significa y no está prescrito por la
religión.
Muchos pretenden que eso les ha sido otorgado por el confesor así a hombres
como a mujeres, de modo que con solo el pan y agua tengan su sustento; cosa que no
hacen ni siquiera nuestros españoles sino muy rara vez y aquí lo hacen unos hombres
que han salido recientemente del culto de los demonios, y son nativos de tierras tan
alejadas de las nuestras y de costumbres tan diferentes de las nuestras.
La práctica de la verberación corporal en los días viernes en nuestro templo se ha
extendido tanto entre ellos que ha venido a extenderse por su ejemplo y su invitación aun
a muchos españoles.
En la Cuaresma esta práctica se tiene miércoles y viernes con tal fervor y en tal
multitud que no caben ya en nuestra iglesia. No ha quedado otro remedio que habilitar

21
también para el número creciente de penitentes las aulas adyacentes al templo. Las
mismas mujeres que pertenecen a las congregaciones con singular valentía no dudan en
aplicarse estos castigos corporales; y lo que es más, las mujeres que pertenecen a estas
congregaciones se aplican en sus propios hogares estas penitencias con suma valentía.
En cuanto al conocimiento de la Doctrina cristiana, es de saber que no sólo
conocen aquella enseñanza común que la gente ruda conoce o los niños, sino también
aquel catecismo más pleno y profundo en que se exponen las oraciones más altas del
santísimo Sacramento de la Eucaristía, hasta el punto que uno se sorprende de cómo es
posible que gente nacida en una tan extrema barbarie y llegada a la fe de Cristo, tan sólo
recientemente, conozca tanto de las cosas más recóditas que quizás ni siquiera en
Europa habrá muchos que conozcan ni siquiera aquellos que nacieron en lo más escogido
y fueron educados en la flor de la religión; de tal manera que ahora nos prestan grande
ayuda para refrenar la embriaguez muy extendida o la licencia de costumbres, ya que
ellos que viven en medio de esa licencia perciben mejor y mas de cerca que nosotros cual
es la medicina que hace falta.
Cada sábado acuden, después de oir la santa misa, al hospital, los miembros de la
congregación; consuelan a los enfermos; les llevan alimentos, acomodan las camas,
barren los pisos, lavan las vajillas y realizan todas las tareas que hacen falta con mucha
humanidad a favor de los necesitados.
Hay también aquí una gran cantidad de ciegos que viven de la caridad pública.
Pues bien, sabiendo que los tales tienen una excelente memoria, los nuestros se han
empleado en instruirlos del mejor modo en la doctrina cristiana. Así preparados se
distribuyen por la ciudad y aún por el campo para instruir a tanta gente a la que los
nuestros no alcanzan a llegar.
Estos ciegos, los domingos y días festivos salen a cantar cánticos piadosos que los
indígenas retienen de modo admirable y con gusto se congregan para escucharlos. El
resultado es que los cánticos suyos vacíos de contenido o llenos de lascivia ahora se han
olvidado y en su lugar se han impuesto los cánticos piadosos gracias a estas recitaciones
del catecismo y de los ciegos. Pero, no cabe duda, que este fruto se debe a los sermones
por encima de todo, ya que gracias a ellos se han logrado extirpar los maleficios y los
maléficos influjos del demonio a los que antes esta gente estaba sometida y de los que
ahora apenas aparecen vestigios. Hasta ese punto por beneficio de Dios las semillas del
Evangelio han logrado extirpar día por día los vicios que antes había.
Del mismo modo la diligencia del señor Obispo ha hecho que vaya desapareciendo
la gran cantidad de vicios en que los indígenas vivían, ya que las mujercillas indias que

22
vivían en concubinato o en vida licenciosa y atraían a otros al mal ahora han sido
reducidas a una vida piadosa en una casa que recibe el nombre de Santa Marta. De tal
modo que, con dolor de la gente de malas costumbres se logra domeñar la lascivia que a
muchos arrastraba. Y con esto se ve como la Congregación de que hemos hablado
produce los buenos frutos que decimos. Y lo primero de todo la santa ley de Dios se ha
afirmado e incrementado tal como lo expusimos en la carta ánnua del año pasado. Se ha
constituido un magistrado con potestad regia que averigue sobre los goneubinarios y los
borrachos y los que practican brujerías tanto en la ciudad como en el campo hasta cinco
leguas en el circuito urbano. Este magistrado tiene bajo su autoridad cinco policias que
pueden apresar y castigar a los delincuentes.
Un cargo semejante ha podido darse a un indígena señalado por los nuestros por
su rectitud y fidelidad en las buenas costumbres.
De este modo y con estos recursos se logra cultivar e incrementar la santa ley de
Dios. Se han añadido también otras localidades del campo que rodea la ciudad para la
instrucción de sermones y catecismos y confesiones. Así se han sumado algunas
congregaciones de los pueblos vecinos que se juntan con las congregaciones de la
ciudad de Quito.
Particular significación tuvo un recorrido que hizo el señor Obispo que recorrió su
diócesis en visita pastoral acompañado de un sacerdote conocedor de la lengua del Perú
(el quichua). El recorrido total duró diez meses. Se cumplieron las mismas funciones
pastorales que se hacen en otros lugares; pero ya se entiende el gran provecho que se
lograba al impartir los beneficios espirituales en su propia lengua, porque no solo se
predicaba sino que se oían las confesiones y se impartía la doctrina cristiana en su lengua
propia a los niños. Esto movió a que el obispo ordenara que en adelante se explicase
siempre en su lengua la doctrina cosa que hasta ahora no se había hecho.
El resultado fue que un número muy crecido de personas adultas, movidos por los
sermones venían al bautismo.
Un fruto particularmente abundante se ha visto en la ciudad de Loxa; ya que en ella
el señor Obispo pasó toda la cuaresma y predicó los sermones en la lengua de los
indígenas todos los días y recibió todos los días las confesiones en su lengua.
También aquí quedó dispuesto que se cantara el catecismo en su lenguaje.
Pero no se ha descuidado la atención espiritual a los españoles pues el sacerdote
sin descuidar a los indígenas los atendió también a ellos y quedó establecido que los hijos
de los españoles sean adoctrinados en la doctrina cristiana en la Iglesia. La práctica es

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que con preguntas y disputas y otros ejercicios pedagógicos se trate esta enseñanza de
modo que jóvenes y adultos que no conocían la doctrina, ahora han venido a aprenderla.
Ha de decirse que la diligencia de este obispo magnífico es tal que no hay obra que
corresponda a su trabajo de obispo que atiende al cuidado de las ovejas que se han
confiado y es claro que en esta labor el trabajo que nuestra compañía desempeña es bien
recibido y continuamente alabado. Y Dios hace que el empeño del magnífico prelado
tenga el fruto espiritual abundante y espléndido.

Seminario de Clérigos Quitense

Hace dos años, el Revedendísimo Obispo, de acuerdo con el estatuto del Concilio
de Trento, levantó en su Iglesia un seminario para clérigos. Confió a la compañía de
Jesús la dirección del mismo y el cuidado de instruir a sus alumnos, tanto en letras como
en piedad.
Se hallan ahora en este seminario unos treinta y cinco a cuarenta jóvenes de
buena índole y de notable piedad; hasta el punto que podemos ver cómo se advierten los
frutos visibles de una y otra senda, quiero decir, de la piedad y de la doctrina. Porque
algunos de ellos, aprobados en un examen riguroso y adecuado, por haber sido instruidos
en sana doctrina han sido promovidos a las órdenes sagradas; y ahora dan ejemplos
hermosos de virtud, cada día más notables. Al ver que nuestros sacerdotes dedicaban
tanto tiempo en la práctica diaria y asidua de oir confesiones y que aun así no se
alcanzaban a satisfacer a la multitud de fieles que lo pedían, ellos han venido a ayudarnos
tomando sobre sí una parte del trabajo con lo que asumen voluntariamente y con empeño
esta obra espiritual y divina.
Y es tanto el ejemplo que dan de modestia, probidad y doctrina como se espera de
los religiosos que pertenecen a las congregaciones religiosas porque interiormente su
espíritu está lleno de sabias enseñanzas.
Tómese en cuenta que si su comportamiento ha sido sin tacha mientras se han
encontrado bajo disciplina; no se crea que al salir fuera dejen de sentirse obligados a
guardar las prácticas de vida virtuosa. Su vida de piedad y virtud la tuvieron dentro; pero
ahora fuera la conservan con mayor cuidado e intensidad.
Uno de ellos, recién iniciado en la vida sacerdotal, había recibido el encargo de una
iglesia en calidad de párroco. La administraba con fidelidad y exactitud; en su parroquia
no toleraba que hubiera ningún concubinato y así, por ese estilo los otros vicios que tan
frecuentes son en las ciudades, los perseguía fuertemente, de tal manera que su

24
parroquia venía a quedar sumamente limpia. Las personas de malas costumbres no veían
con buenos ojos semejante vigilancia; de modo que trataron de echar una mancha
siquiera a esa buena fama. Había que cerrar la boca de ese perro que los molestaba con
sus ladridos; sobornan a una mujercilla indígena de buena apariencia y de no muy buenas
costumbres, pues más estimaba su apariencia corporal que el buen nombre y la
persuaden a que de noche se introduzca en casa del sacerdote para solicitarle. El padre
con gran vehemencia la rechazó de sí y no hizo más bien contento con tal victoria; pero al
día siguiente envió un verdugo que la azotase fuertemente e hizo correr la voz de que así
sería tratada cualquier mujer indígena que se atreviese a penetrar en su casa. Semejante
testimonio de integridad y virtud llenó de gran confusión a sus adversarios.
Este y otros muchos casos de sobre confirmaron al obispo de que fue un gran
acierto el haber confiado la administración de este seminario a la Compañía. Así pues,
hizo las gestiones necesarias para obtener un diploma real por el cual quedaba
establecido que ni con su muerte ni con otro algún cambio ni por disposición alguna de un
sucesor suyo se permita que se enajene de la administración de la Compañía este
seminario.
Y por cierto, una vez que palpó el gran provecho que había en que la Compañía
llevase adelante la administración de este seminario, se ha propuesto confiar igualmente
a la compañía el cuidado de otro seminario, para niños indígenas.
(Traducido del latín por el P. Ernesto Bravo P. S.J., Quito, 4 de octubre de 2008)

CARTA ANNUA PROVINCIA PERUVIAN 1596

Collegium Quitense
Quiti eadem ratione bipartita provincia in Hispanos, et indigenas Societatis
ministeria collata et quidem in Hispanis additum videlicet aliquid hoc anno ad pietatem,
concionibus maxime P. Rectoris, quas Aduentu toto, et Quadragesima pomeridianis horis
habuit tanto concursu, ut templi parietibus excluderentur multi. Quantum utilitatis ex ijs
colle Etum sit, eorum multitudo, qui ad confessionem accurebant, declarauit, praefertim
Pontificio Iubileo promulgato, ingens fuiteo praesertim tempore paenitentium ad nos
concursus, toto tamen anni tempore, opera continuata. Quod in frequenti admodum
civitate fieri necesse est; cum praefertim primariae nobilitatis tum viri, tum feminae ad nos
confessionis caussa conueniant, Habuere etiam momenti aliquid ad pietatem augendam
supplicationes aliquae, quas grauibus de caussis P. Rectoris suasu ad templum extra
urbem B. Mariae Gaudalupe sis clericorum capitulum decreuit, quibus supplicationibus

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ipsa B. Virginis imago, quae in eo templo colitur, deportata est. Nec segmen opera
praeterea nostri praestitere conciliandis dissidentibus: utiam communi omniun voce
feartur, praecipuum quoddam esse nostri ordinis hominibus collatum conciliandorum
hominum talentum. Ad consuetan Doctrinae Christianae explicationem, quae, una cum
concione ad circumfusam multitudinem in foro explicatur, est illud additum hoc anno, bis ut
quaque hebdomada quatuor quinquene scholarum pueri cum suis vexillis, catuq. Agmine
ad nostrum templum supplicabundi conueniant. Ibi interrogationibus questiunculisq. Ita
exerceatur, ut adulti non minus, quam pueri multa ad suam salutem doceatur. Ex universo
numero delecta classis est constituta cum suis praefectis, et ordinum manipulorumue
magistris, quae ex modestissimis lectissimisq constat; in quam non nisi magno delectu
admittuntur; habertuq. Potissimun eorum primaratio, qui praeter perspectam pietatem, ac
modestian, rei sacrae, et concionis celebrandae; confebionisq obeundae, ceteris
studiosiores cogniti sint; quique omnino maledictis, iuramentis, verbis procacibus
abstineant quae res magnun imprimis excitauit studium mores corrigendi iis, si qui sint
paullo proteruiores; magnamq in puerilibus animis ambitionem eius clabis obtinendae; ut
persaepe viri graues puerorum studio exciti, deprecatores se pro illorum postulatis
adhibeant. Scholae etiam tulere fructus suos. Nam ad Grammaticae studia, et de caubis
conscientiae quaestiones addita est hoc anno schola de philosophia, cum suis
disputationibus quotidianisq exercitationibus, quae statis diebus nunquam defuerunt quae
omnia cum Civitatem universam Societati maxime conciliant, tum imprimis Seminarii
Ecclesiastici alumnis, aliisq magno sunt usui sed de Seminario dicetur suo loco. Haec
universe ad Hispanos. Cum indigenis intentior multo suscepta cura est nam illorum salus
serio admodum a Societate procuratur, et ipsi de Societatis erga se benevoletia, et side
bene admodum existimant, sentiuntq nostros homines, vere et ex animo illorum
patrocinium suscipere itaque magna fiducia in suis rebus, periculisq confugiunt ad nos.
Porro nostri omnia Societatis ministeria in eos exercent, quae in veteres Christianos; sed
abiduitate maiore aliquanto, rei natura ita postulante conciones ordinariae eorum idiomate
multis locis habentur; in templo nostro dominicis festsq diebus et sexta quaque feria
matutino tempore. Sed omnium frequentissima concio est pomeridiana diebus dominicis in
foro quo tempore etiam puerorum supplicatio ducitur per urbem, Peruviano Idiomate
catechismum concinentium. His accebit hoc anno, Quadragesima tota, feria quarta, concio
in aede nostra; et sexta quaque feria supplicatio ad unam aliquam e sex pareciiis, quae
sunt in urbe pomeridiano tempore, cum litaniarum cantu patrio sermone. Ad pareciam cun
peruentum est, sermo iterum eorum idiomate est habitus. Praeterea dominicis diebus
aliquandiu in singulis pareciis vice in orbem ducta concionatum est neque populi satietate

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audiendi fatigantur: quin tanto numero confluunt ad audiendum, ut multi templo
excludantur. Nec minore studio frequentiaq ad paenitentiae accedunt Sacramentum, cuius
usque eo sunt estudiosi, ut magnis eorum numerus quotidie in nostro templo longa
expeetatione demoretur; multiq triduum, et quatriduum expeetent; cum tanto numero
Sacerdotum paucitas satisfacere non pobit; neque ipsisibi satisfaciant, nisi
societatispatribus confiteantur in ipsa porro confitendi ratione accurati, et attenti ingens
quoque illorum numerus, qui ultro generalem confebionem obiere ut ex Hispanis multi tato
permoti exemplo, idem studium susceperint multa et grauia flagitia ex eorum
consuetudinibus tolluntur; multisq et maximis incommodis obuiam itur, vitia multa
emendantur: in contra hendis maxime, contractisq matrimoniis, quae ex ignoratione iuris
euenerunt neque urbani so lum, sed etiam agrestes eodem pietatis genere tenentur
quorum magnus numerus, ut apud nostros suas concientias aperiant, ad urbem confluunt:
cun tamen in sua quique parecia proprium habeant pastorem. I am vero aegroti nullum aliu
Sacerdotem adhibent, quam de Societate. Et cum graus quaedam lues eorum multos
opprebisset; dici vix potest, quanto nostrorum labore illorum indigentiae subuentum sit; ut
nulla interdiu daretur quies iis, qui aegrotantium domus obirent. Nec minor, quam in
confebione obeunda, etiam in Missa sacro frequentando ipsorum pietas elucet bene mane
ad primum sacrum euocantur: ad quod certatim magno studio conueniunt videre est eos,
cum datur signum, per vias cursitare, tanto numero, ut templi parietes frequentiam non
capiant quae res magnam sane facit admirationem, vel Hispanis ipsis, cum praesertim
recordentur ante nostrum in hanc urbem aduentum, ne metu quide apparitoris, eos asigi
potuisse, ut vel diebus festis ad templum se conferrent. Est magnus muliercularum
numerus indigenarum, quae ad lasciuiam compositae suis illecebris magnae civitati
universae offensioni sunt earum multae a procaci consuetudine abduetae, vere et serio
vitam instituere meliorem. Eam porro corrigendae vitae voluntatem partim concionum
grauitate, partim confessariorum reprehmesionibus, grauiq comminatione concepere. Est
in hac urbe, ut virorum, sic etiam feminarum piasodalistas instituta: in eam multade ex iis,
quae se ad frugem receperunt, sunt adscriptae quarum est ea vitae modestia, et
castimonia, ut ex Hispanis multi, nouae rei admiratione, vitae corrigendae studium
susceperint quiq ante illis procaciter illudere solerent; eas contra nunc reuereantur. Quod
si quis aliquando ea fuerit audacia, ut aliqua ers molestia lacessere nom metuat; sola
cominatione se ea de re Societatis patres facturas certiores, molestam redimunt
vexationem id enim viri plus verentur, quam si Regij, aut Ecclesistici metus Iudicij
intentaretur. Et quidem nonnullae eos apud nostros accusarunt, a quibus essett ipsarum
constantia tenta. Sed praecipua laus in fouenda Christianorum pietate, est eorum qui in

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virorum sodalitate sunt adscripti. Hi omnium primi ad Missae sacrificium, ad Catechisman,
ad concionen conueniunt; tantog divini verbi audiendi studio tenentur, ut binis ternisq
concionibus diebus dominicis sponte intersint. Confessionis usque eo sunt studiosi, ut cum
abundanti multitudini sacerdotum paucitas satissacere non possit: ideoq sit cuig suus
praescriptus numerus quoties adeat ad confessioem multis tamen multa ipsorum
contentione fuerit laxior venia concedenda atque hi, non sua religione contenti, alios etiam
extra suum numerum ad fidei mysteria, et discenda, et colenda adhortentur itaque eorum
industriae, et operae magan ex parte tribuitur fequens ille ad Sacra cancionesq concursus
neque adea solum, quae citra corporis offensionem obeuntur, strenuos se praebent; sed
cilicia quoque, et ieiunia tam laeto suscipiunt animo, ut inagnam sibi gratiam factam
puntent, si quando harum asperitatum fiunt compotes: beneq saepe trosilins siliunt
terminos praescriptos ieiunia vero tam auide arripiunt, ut cum Hispanis ipfis contedi
possint quin eos etiam aliqua ex parte superat nam ad statos Ecclesiae dies ieiunio
dicatos, multi adventus tempora adijciunt quod multi in Europa non modo non faciunt, sed
ne religionem quidem illius temporis agnoscunt. Multi etiam, tum viri, tum feminae a
confessario eam sibi concedi abstinentiam contedunt, ut certis diebus, pane tantum, et
aqua victum finiant: quo genere certe nostrates non ita passim delectatur: et haec homines
faciunt a cultu daemonum nuper traducti, et in terris ut longe dissitis a nostris finibus, fic
etiam a nostro cultu, atque humanitate alienis. Ad verberationem vero sexta quaque feria
in nostrum templum non ipsi tatum frequentes conueniunt; sed illorum exemplo, inuitatuq
multitum Hispani, tum indigenae ad eos se adiugunt. Quadragesima vero ter quaque
hebdomada eandem obeunt religionem, tanta hominum multitudine, ut eos templi spatia
non capiant ita _ue in aulas templo vicinas superfluentem numerum exonerare necesse
est neque ad eam corporis castigationem subeundam imprigas, quae sunt in sodalicio
feminae, se praebent: sed ipsae quoque intra suos quaeque lares eodem punititionis
genere in se viriliter animaduertunt. Doctrinam Christianam probe norunt: neque eam
tantum, quam certera turba docetur rudium, et paruulorum, sed alium quoque catechismun
pleniorem, quo quaestiones multae de altissimo Sacrosanctae Eucharistiae mysterio
continentur; ut multo plura de tam abditis rebus gens in hac extrema nata barbarie, et
recens ad Christi fidem adducta vulgo norit, quam multi in ipsa Europa, et in ipso
Christianae religionis flore nati atque educati magno praeterea nobis adiumento sunt ad
multam ebrietatis, et lasciuientis vitae licentia coercendam: siquidem ipsi in medijis licenter
viuentium cetibus versantes, multo, et proprius, et melius; quam nos, quae medicinam
desiderant perspiciunt. Oetauo quoque die Sabbatho, peraeto primo sacro sacerdote uno
duce, sodales omnes ad valetudinarium se conferunt: aegrotos solantur, cibaria inferunt,

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lectos sternunt, pauimenta verrunt, lances purgant: eamq quam possunt operam miseris
humaniter impedunt. Habemus hic quoque magnum caecorum numerum mendicato
viventium, et ut id genus egenorum est memoria tenaci, a nobis bene instructi per urbis,
agrip vicos dimittuntur erudiendis ijs, a quibus in tanta multitudine ad nostram disciplinam
non datur aspirare. Iidem Dominicis festisq diebus pia carmina decantant, quibus
indigenae mire tenentur; conveniuntq ad audiendum libentissime: et iam eorum patria
carmina i nanitatis plena, et lasciuiae obsoleure; atque in eorum locum pia cantica,
catechismi maxime beneficio, et caecorum cantu successere. Sed in primes magnus ille
fructus est habendus, qui a concionibus profectus est totus, aut certe maxima pars: quod
maleficia, et mali daemonis praestigiae, ita ex hac gente sublata sunt, vix ut eorum
vestigia cernantur. Ita Dei beneficio Euagelij sementis multis quotidie vitijs extirpandis
perpurgatur. Ingens praeterea vitiorum fomes Reuerendib. Episcopi diligentia sublatus,
cum mulierculae indigenae, vel in aliorum concubinatu viuentes, vel liberiore cultu,
victuque alios interitum pertrahentes, in pium ab ipso erectum domicilium, cui S. Marthae
domus est nomen coguntur ita licet cum improborum dolore, magna tamen lasciuiae
materia subtrabitur. Ad id quoque sodalium, quos diximus diligentia et fides mirum quam
sit utilis. Sed illud imprimis Diuinae legis cultum perpurgauit, et auxit, de quo etiam
superioris anni literis perscriptum est quod magistratus cum regia potestate constitutus
est, qui in concubinarios, ebriosos, et maleficos inquirat, tum in urbe, tum circa urbem
quinque leucarum ambitu; eiq; lictores attributi, cum potestate coercendi, et puniendi
delinquentes id munus indigenae homini nostrorum delectu summa probiate, et fide
collatum. His artibus atque hac sedulitate Dominica leges excolitur, et augetur Excursum
est in agrum, multiq circa vici aditi, populiq concionibus, catechesibus ac confessionibus
adiuti. Sodalitates nonnullae diuersorum pagoru cum urbana Quitensi sodalitate coniuncta.
Sed illa paulo fuit infignior peregrinatio, qua sacerdos unus Peruuianae linguae bene
peritus Episcopum ad inspiciendam diocesim exeuntem prosequutus est in ea insumpti
menses decem. Hic quoque cadem, quae locis alijs obita munia, peritia linguae magnas
praebente ad audiendos populos opportunitates nam praeter conciones, et multorum
auditas confessiones, Doctrina Christiana vernaculo eorum sermone pueris tradita est:
Episcopiq iussu infinitum, ut de hinc eodem idiomate accurate explicetur, quod ante ijs
locis factum erat nunquam. Ingens praeterea adultorum numerus concionibus permoti
vener ad baptismum. Sed fructus valde uberes collecti in urbe Lora, ubi Reuerendiss.
Episcopus Quadreagesimam exegit, concienes cum indigenis patrio sermone habitae
quotidie, confessionesq diebus singulis auditae. Hic quoque institutum, ut Catechismus
vernaculo sermone decantetur, neque Hispanis opera detracta: nam cum eorum

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commodis, quoad per indigenum occupationes licuit, noster Sacerdos inseruijt, tum etiam
instituit, ut eorum liberi in aede Sacra doctrinam Christianam doceantur; eamq;
interrotionibus varijs, disputationibus, alijsq; excercitationibus ita pertractent, ut magnes
adolescentium adultorumq numerus, qui illan ignorabant, illa exercitatione condiseant.
Denique ea est optimi Antistitis cura, et diligentia, ut cum nihil omitat, quod ad ouium sibi
commissarum pertineat salutem: tum in rebus omnibus nihil ei gratius possit accidere,
quam prompta, et fidelius opera Societatis quam ille, tam illustri excipit gratia, us mullum
locum de Societate benemerendi, eamq collaudandi praetermittat. Dominus optima
studiosissimi. Praesulis vota suo divino favore prosequatur.
Quitense clericorum Seminarium.
Dvobvs ab hinc annis Reuerendiss Episcopus, Tridentinae Synody instituto,
Clericorum Seminarium in sua ecclesia excitauit eius regendi, alumnosq litteris et pietate
imbuendi munus Societati commisit. Aluntur in eo circiter trigintaquinque, quadragintaue
bone indolis et spectatae modestiae adolescentes: qui eos in utroque studio processus
habent, et pietatis, et doctrinae, ut iam utriusque rei fructus colligantur nam aliqui diligenti,
et accurato examine probati, eo tantum nomine, quod idonea doctrina sunt infructi, ad
sacros ordines promoti, probitatis edunt exempla in dies illustriora, nam cum viderent
nostros Sacerdotes quotidiana, et assidua audiendarum confessionum opera distineri; nec
satisfacere indigentium posse multitudini, suppetias nobis tulere, illius in se operae partem
deriuantes, diuinumq negotium serio et ex animo suscipiunt. Tan tum denique modestiae,
probitatis, et doctrinae specimen praebent; ut a Religiosis familiis multis expentatur,
clandestinisq litteris eorum animi sollicitentur neque vero quandiu in ea viuunt disciplina
modeste se gerunt, inde vero emissi habenas cupiditatibus remittunt: quin conceptam
vitae probitatem, amoremq integritatis multo, et firmius retinent, et studiosius etiam prae se
ferunt. Erat uni eorum iam Sacerdotii ordine initiato parrochialis Ecclesiae cura demandata
hic impigre et magna vigilantia munus administrabat suum, nullum in sua parecia
concubinatum tolerabat, alia praeterea vitia, quibus abundant Ciuitates, acriter
insectabatur, ut suam redderet Ecclesiam perpurgat_ssimam offendit lucis osores illa
diligentia, quibus tanta integritas minus placebat itaque ut illius existimationi labem
aliquam aspergeret; et, si qua ratione possent, latranti canios obstruerent, mulierculam
indigenam ex eo genere, quae formam pluris faciunt, quam famam, subornant, ut per
noctem ad eum ingressa hominem sollicitaret, eamille in praesens magna vi repulit ab
sese: neque ultra tetendit, ea victoria contentus postero die misit, qui illa eo nomine male
verberibus exciperet: edixitq. Se ita tractaturum, quaecunque mulier indigena padem
auderet intra sua limina inferre quae res evidenti integritatis documneto, pudore non

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mediocri affecit aduersarios. Haec aliaq eiusmodi permulta in eam mentem Episcopum
impulerunt, ut nihil sibi opportunius accidisse existimaret, ad huius Seminarii utilitatem,
quam societatem illius administrationi prafecisse. Itaque diploma regium impetrauit ne aut
ipsius obitu, aut ulla rerum commutatione, vel capitulo, vel ei, qui sibi successerit,
quidquam immutare liceat eorum, quae ad seminarii regimen cum societate transegit. Et
iam experimento, exemplog. Seminarii huius, quanta in hisce rebus a Societate utilitas
percipiatur edoctus, statuit seminarium alterum e pueris indigenis instituere eiusq item
administrandi curam societati demandare.

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ANNUA DE LA PROVINCIA DEL PERÚ POR EL AÑO DE 1600

Hay en esta provincia….. En el colegio de Quito están 18 sujetos, 8 sacerdotes y


un hermano estudiante y 9 coadjutores; de estos lee un padre una licción de casos y otro
un curso de artes, otro padre y un hermano leen latín. En el seminario de San Luis en el
Quito hay un padre.

Colegio de Quito
El año pasado no escribí a vuestra Paternidad cosa en particular de este Colegio
por no haberseme enviado las cartas annuas del, y así irán con estas juntas con las de
este año. Hace la Compañía en esta ciudad mucho servicio a su majestad atendiendo a la
salvación de las almas con todos estados y maneras de gente. Con los españoles, niños,
indios y morenos habiendo asentado para cada fuerte su congregación y cofradía que sin
duda se ha experimentado este por medio importantísimo por el cual hay más mano para
convidarlos a la continuación de oír sermones, a la frecuencia de sacramentos, al
aborrecimiento del vicio y pecado, y con el ejemplo de los nuestros se animan los otros, y
es una simiente que siempre da fruto como la que se hace en estas fiestas con el favor
del Señor haseles ayudado en general a los españoles con sermones ordinarios que han
tenido en dicho colegio los domingos y fiestas del año y los viernes en la plaza y en la
cuaresma, domingos, miércoles y viernes por la mañana y tarde y tres días en la semana
se les ha contado un ejemplo en anocheciendo, precediendo a el un miserere que cantan
los seminaristas a canto de órgano, al cual se sigue una disciplina contando concurso de
gente y fruto que ponía admiración, tanto que informados de esto los que vivían lejos de
esta ciudad, hay algunos que se vinieron a vivir a Quito la cuaresma por gozar de los
ejemplos.
Los de la congregación que son la gente mas principal y rica de esta ciudad; han
tenido todos los domingos del año su ejemplo y su plática que se les hace las tardes y sus
confesiones y comuniones y ejercicios de virtud según sus constituciones que tienen
ordenadas al bien de sus almas en proporción de sus estados, con notable
aprovechamiento de ellas. De todos estos buenos trabajos de los de la Compañía ha
habido algunos singulares frutos que se pueden decir por edificación. Tenía un hombre
determinado de vivir mal amistado con una mujer, hizo concerto con ella el domingo antes
de cuaresma, de que había de durar su mal traer hasta la Semana Santa que tratarían de
recogerse y saliendo a la plaza el domingo a tiempo que un padre de casa estaba

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predicando se llegó a oír el sermón, mas por curiosidad que por mayor devoción y fue
Nuestro Señor servido de moverle de manera que antes de acabar el sermón puso de
deshacer el concierto, como en efecto lo hizo y se vino a confesar a casa de antes de la
cuaresma. Otro mancebo español había propuesto de confesarse en una fiesta principal y
la víspera de ella viniendo a su casa como a las nueve de la noche halló una mujer en su
aposento y díjola que se levantase y se fuese; pero ella sin obedecerle procuraba
solicitarle a su mal propósito hasta que el mancebo por huir la ocasión, la dejó sola y se
fue a dormir a otra parte, y a la mañana se vino a confesar como lo había propuesto.
Otro español se valió de las oraciones de uno de casa porque Nuestro Señor le
hiciera merced de ayudarle a salir de pecado; hacía cinco años que no se confesaba y
andando por esta causa con grandísima pena, hacía muchas veces voto de confesarle
dentro de ocho días sin cumplir ninguno; determinó en este tiempo de pedir a un padre de
casa, de quien el tenía muy buena opinión que le encomendase Nuestro Señor porque
tenía mucha necesidad; hízolo el religioso y otro día antes que pasasen veinte y cuatro
horas vino el hombre a nuestro colegio a confesarse diciendo que en tanto tiempo como
hacía que no se confesaba nunca había sentido la priesa ni aldanadas que entonces les
daban interiormente, que eran de suerte que no era en su mano dilatar la confesión;
atribuyendo esta mudanza a las oraciones de aquel religioso, a quien se encomendó y así
se confesó y quedó consolado.
Estas misericordias y otras ha usado Nuestro Señor con lo que han continuado el
oír sermones y recibir la doctrina de la Compañía y también ha mostrado su divina
majestad su justicia divina castigando a los que siendo amonestados de su mala vida no
se enmiendan de ella. Hubo en esta ciudad un hombre cuya ruin vida era de mucho
escándalo y ofensa de Nuestro Señor y procurando un padre de casa remediarlo, jamás
pudo aunque le quitaba todas las ocasiones que podían y sabía que tenía de indias con
quien ofendía al Señor, sintió tanto esto el hombre que procuró vengarse levantando al
padre mil falsos testimonios, por escrito y de palabra diciendo en la plaza y otras partes
las maldades que quería, dándoles colores aparentes que con gente de poco
entendimiento se acreditaban; escribió a muchas personas lo mismo y aun al padre
provincial y a otros padres graves de la provincia infamando a este padre de muchas
liviandades y fraquezas.
Pero Nuestro Señor, que no permite afligir mucho sus siervos ni deja semejantes
cosas sin castigo, fue servido de mostrar la verdad a costa del miserable, el cual yendo un
día corriendo tras de una mujer a quien perseguía con mal intento, rendido de su afición,
se resfrió de manera que le dio una grave enfermedad y al cabo de ella y de su vida,

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envió a llamar al padre y le pidió perdón y declaró que todo lo que había dicho era con
mentira y con enojo aunque antes había ya declarado lo mismo. Pidió confesión y sin
poderla hacer a lo menos bien hecha murió miserablemente en presencia de la mujer que
pretendía que se la trajeron allí para alegrarle. Mejor suceso tuvo una mujer, que estando
muy enferma envió a llamar un padre de casa para confesarse y hallándola muy al cabo
de que llegó, la confesó por serias y absolución de priesa; sucedió luego que estando el
padre presente, la enferma al parecer de todos espiró pero dentro de un rato, volvió en si
y la que antes apenas se había podido confesar, llamó con voz clara al padre que se
había venido intendiendo que era muerta; llamáronme; vino y viéndole le dijo, como en
aquel rato la había llevado un ángel hasta las puertas del cielo y que un viejo muy
venerable les defendió la entrada diciendo, no podía entrar porque se le había olvidado de
confesar cierto pecado, que volviese y se confesase; llegose el padre y confesole,
declarando que por olvido, no lo había confesado y que era el mismo que le habían
acordado y absuelta murió con admiración de los presentes.
Hase acudido también este año con cuidado a los estudiantes así en el fervor de
sus estudios y letras como en el espíritu; lo que en letras ha lucido más, es un curso de
artes que se acabó con 30 estudiantes que se tuvieran por escogidos en la Universidad
de Salamanca; lo que les ha ayudado mucho para su espíritu ha sido su congregación
que ha mucho está fundada en este Colegio; de presente son de ella todos los
estudiantes capaces y los colegiales del Seminario de San Luis; celebran sus fiestas
particulares entre año y en ellas confiesan y comulgan demás de las confesiones
ordinarias de cada mes. Es su vocación de la Concepción de Nuestra Señora y celebraron
este año su fiesta con mucha solemnidad, tuvieron cada día de toda la octava, por la tarde
tres “riones”, una en latín y dos en verso castellano muy elegantes y copiosas de buenos
conceptos in laudem conceptionis; esto sin otras muchas epigramas, enigmas, sonetos y
glosas que hubo en latín y romance al mismo propósito.
Acude a estas fiestas y reuniones el Señor Obispo, audiencia y mucha gente
principal de la ciudad, porque demás de la devoción, hay mucha música de letras que se
cantan entre cada oración. Dicen todos los sábados la salve a canto de órgano con
grande solemnidad y asistencia de todos los estudiantes a los que son de la congregación
se les hace los domingos por la mañana una plática en su capilla, que tienen señalada en
casa y en la misma a los estudiantes gramáticos los viernes por la tarde, se les cuenta un
ejemplo después de dada la oración de las ave marías y tienen luego disciplina, lo cual es
de mucha edificación y fruto como se ha visto en los que de estos estudios se mueven a
ser religiosos y en particular lo han sido en este año de otras religiones, quedándose

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muchos con el deseo de serlo de la Compañía sin alcanzarlo por estar este puesto tan
lejos del noviciado que hay más de 300 leguas de un puesto a otro: Aunque no han
faltado quien las ha andado en persecución de este fin y por merecerlo y trabajarlo
también lo ha alcanzado.
No han sido estas ocupaciones de los nuestros que para que se deje de dar muy
buena al ministerio de los indios, que es este reino por un en primer lugar, los verdaderos
hijos de la Compañía.
Haceles hecho los domingos en la tarde la doctrina saliendo por las calles con
una cruz a juntar indios y que do hay buen numero de ellos se va a la plaza y allí se les
enseña la doctrina cristiana y se les hace un sermón en su lengua que ha sido de tanto
fruto y edificación, que los padres de Santo Domingo tomaron el mismo asunto y salían
los domingos con su procesión de niños y indios y les predicaban: Más después no
pudiendo proseguirlo por ocupaciones de mayor importancia que tienen dejaron tanta
continuación y salen solamente los primeros domingos del mes, y los de adviento y
cuaresmas. Tienen también los indios instituidas en nuestra casa otras dos
congregaciones de indios de mucho servicio de Nuestro Señor y provecho de las almas
como la experiencia lo muestra cada día; es la primera de Nuestra Señora de la Paz,
donde está la mayor parte de los indios y indias de la ciudad. Tienen sus fiscales que con
mucho cuidado saben sus vidas para estorbar amancebamientos, borracheras y otros
vicios a que son inclinados, acuden al sermón los domingos, mañana y tarde y por el
padrón de los cofrades, se sabe los que faltan, los que confiesan o no; y así viven con
cuidado porque con esta diligencia apenas pueden hacer cosa mala que sea secreta.
La otra congregación es de los indios mas principales y ladinos, a los cuales
como a los españoles se les cuenta un ejemplo los domingos en la tarde; tienen sus
fiestas particulares en que confiesan y comulgan, eligen entre si oficiales que miran los
que faltan y como viven todos y los negligentes son castigados, con dejarlos de la
congregación que es la penitencia que mas sienten; ha sido veilisima y de grande
provecho esta congregación por ser de los indios mas españoalados y principales que
como tales no acudían con los otros a las doctrinas de la plaza y gozaban de su libertad y
con el favor de Nuestro Señor se han reprimido por este camino y es de mucha
consideración el número que de los unos y de los otros se junta, por la grande estima y
amor que todos tienen a la Compañía.
El día de la Presentación de Nuestra Señora que es el de la vocación de esta
congregación representaron ellos un coloquio en dos lenguas, española y chichua, con
tanto concurso de gente que fue menester representarle en la calle; salieron en su hábito

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de indios, pero muy galanes de vestido y aparato y representaron también y con tanta
propiedad que los españoles no les hicieran ventaja; tuvo el coloquio algunos buenos
efectos y principalmente lo fue quedar todos los indios muy contentos y con mayor estima
de su congregación; y muchos compungidos y deseosos de entrar en ella y algunos
movidos a lágrimas; y a los que representaron también les dio Nuestro Señor su premio
porque aficionados de ellos, los indios mas principales del lugar los casaron con sus hijas
librándolos Dios por este camino del daño ordinario de esta gente que suelen estar mal
amistados con indias mucho antes que se casen.
Ha habido algunos casos particulares que dicen los buenos efectos y fruto de
estas congregaciones que son de mucha edificación y gloria de Nuestro Señor. A un indio
soltero de los que se confiesan mas a menudo sucedió que ciertas indias desvergonzadas
y ladinas le enviaron un recaudo y habiendo pensado un rato que se ponderia, dijo a la …
que no le viniese … con semejantes embajadas y que dijese a quien la enviaba que
tuviese vergüenza porque las mujeres no se habían de convilir a los hombres ni en la
Compañía donde el trataba, le enseñaban los padres a visitar mujeres. A este indio con
ser soltero le dio su confesor licencia para comulgar y la primera vez que recibió el
Santísimo Sacramento antes que saliese de la Iglesia, hizo voto de guardar castidad
hasta que se casase. Y ha dado tan buen ejemplo y cuenta de sigue que no se sabe
contra el cosa en esta materia digna de .. sucedió a otro indio que con el favor divino
estaba determinado de apartarse de una india con quien había vivido mal y habiéndolo
puesto por obra fue muy solicitado y apretado de la india para volver al trato pasado y
yendo ella .. a buscar el indio a su propia casa, hasta que el no pudiéndose librar con
razones la castigó con muchos azotes dejándola escarmentada y desengañada de que su
bien propósito era de veras.
Andaba otra india por la calle otro indio soltero y solicitado de una mujer que le
convidó con su propia casa y persona; y el vendido de la tentación se lo concedió pero fue
Nuestro Señor servido que yendo por el camino se acordó de lo que en casa había oído y
arrepentido de su flaqueza sin pasar adelante se vino luego a confesar con muchas
lágrimas y sentimiento. No es menor también el amor de la honestidad y aborrecimiento
del pecado que tienen las indias de la congregación; antes parece en muchas que viven
como si hubieran hecho voto de castidad; anduvo una india, muy solicitada de un español,
dio cuenta de su trabajo a un padre el cual le aconseja que se defendiese con palabras y
si no bastase, que diese voces; viose la pobre india ordenada de usar de este remedio y
empezó a dar gritos tanto que el español enfado la trató muy mal y tapándole la boca con
un pañuelo ejecutó su mal intento; quedó la india con grande sentimiento y hablando con

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Nuestro Señor le dijo vosued mi Dios por Nuestra Señora porque yo os quiero servir y
este mal hombre no me deja; oyola el Señor porque el español cayó luego en una grave
enfermedad que le puso en lo último de la vida, con que vino a dejar la molestia que hacia
a la india. También suele Nuestro Señor regalar a esta gente en regalos y favores
particulares.
Una india que vivía con mucha honestidad, estuvo largo tiempo enferma y
habiéndose confesado diversas veces en la enfermedad con padres de casa, un día le dio
un desmayo tan largo que dudaron los circunstantes si era muerta; pero tornando en si
con admiración de todos dijo que había sido llevada a un monte donde vio muchos niños,
mucho mas hermosos y lindos que los de acá entre los dos hijos suyos ya muertos y que
le dijeron que había de morir de aquella enfermedad y se cumplió así porque murió en
breve. Otro caso notable sucedió por la cuaresma este año a una india llamada Francisca,
la cual estando enferma y muy al cabo tuvo un parasismo tan grande que por tres días
enteros estuvo fuera de sentido, de tal manera que aunque la quemaron con fuego y
hicieron otros remedios en todo ese tiempo no volvió en si ni tuvo otra señal de vida si no
fue el pulso muy flaco y debilitado; y por esto no la enterraron.
Pasados los tres días volvió en si con mucha flaqueza y luego pidió que le
llamasen a un padre de casa con quien se solía confesar habiendo ya mucho tiempo que
no se confesaba con el; y en llegando le contó en suma que en aquellos días que estuvo
sin sentido había visto cosas maravillosas. Las cuales contó después muy en particular al
mismo confesor suyo y este padre que fue con el; y respondiendo con mucho concierto a
todas las preguntas que le hacían, dijo como estando en aquel en aquel enajenamiento se
vio al principio de un camino muy largo y claro por el cual la llevaron tres ángeles en figura
de mancebos muy hermosos hasta llegar a un lugar donde había visto un fuego muy
fuerte y grande que al parecer debía de ser el purgatorio y dentro de el estaban algunas
personas aunque pocas, dando grandes voces, pidiendo misericordia a Dios, las cuales
tenían en el rostro un cierto modo de hermosura y mostraban gran deseo de ser ayudadas
con misas y oraciones de los vivos y estando en este lugar dice que vio entrar en el un
medico que conocía ella el cual murió en aquellos tres días de su rapto de cuya muerte
era imposible que ella supiese al tiempo que lo dijo; de este médico se sabe que era buen
cristiano, confesaba en la Compañía a menudo particularmente tenía mucha caridad con
los pobres tanto que el propio curaba las llagas del hospital con sus manos y saltándole
un padre de casa subiendo esto un día, poco antes que el muriese, le dijo: paréceme que
vuestra merced se ha de salvar pues tiene tanta caridad con los pobres. Después de esto
dice que llegó un ángel y diciendo a los otros que le mostrasen el infierno, fueron allá y le

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vieron y preguntándole los padres si anduvieron mucho hasta llegar dijo que no sino poco
y por un camino muy malo y obscuro y pintole la india como a una vega o campo muy
grande lleno de grandes llamas de fuego las cuales le parecía que salían de la boca de un
demonio muy feo que debía de ser Lucifer como origen y principio del pecado y que el mal
olor era tan intenso y tan malo que solo el bastaba para tormento; entre estas llamas y
hedor dice que estaban muchos demonios que también sersaban fuego por los ojos y por
la boca que con unos garabatos en las manos atormentaban las almas con diferentes
tormentos; y estandolos mirando le dijo un ángel que aquel lugar era el que ella merecía
por no haber hecho lo que los padres de la Compañía le enseñaban que de allí adelante
los obedeciese y se confesase con ellos; mostraronle después de esto, allí muchas
personas que ella había conocido en el Quito con muy no pini de sus vidas que eran ya
muertas; nombró algunas y el primero fue un hombre grave el cual dijo que estaba
rodeado los pies y las manos con una cadena de fuego y que sin poderse menear
padecía grandes tormentos y daba gritos y este le dijeron que estaba allí por haber vivido
mal y engañado a muchos usando mal de su oficio para acrecentar su hacienda de lo cual
había sido muy notado, mientras vivió.
Y otro que había sido procurador estaba rodeado de serpientes ardiendo que le
atormentaban mucho, con una vista muy espantosa y este padecía porque había hurtado
muchos derechos siendo esta falta también muy conocida en el. Aun mestizo de muy
mala vida, dijo que había visto … en una cárcel de fuego y que tenía una como losa en la
cabeza la cual levantaron para que le conociese y viese como estaba allí padeciendo por
haber vivido siempre lujuriosamente y en estado deshonesto con mucha publicidad. Otra
mujer muy noble, que había vivido muy libre y poco honesta dice que estaba allí y que los
demonios la metían y sacaban muchas veces en aquellos fuegos por su mala vida y
porque había sido enemiga de los pobres. Entre los que padecían mayores tormentos
dice que estaba un eclesiástico, grave, sacerdote y prebendado de la Iglesia de aquella
ciudad con una cadena al cuello padeciendo gravísimamente porque había vivido
amancebado con mucha publicidad y escándalo y principalmente en la lengua con
excesivos tormentos, porque habiendo estado de noche con su manceba, se iba por la
mañana a decir misa, recibiendo en aquella su lengua sucia y deshonesta el cuerpo
sacratísimo de Cristo Nuestro Señor.
Dijo también que en lo mas profundo y espantoso de aquel lugar, donde casi no
podía alcanzar con la vista, estaba grande número de gente y que entre ellos conoció
muchos indios y indias que habían vivido mal y murieron el tiempo de la peste, los cuales
estaban muy feos y abominables por los grandes tormentos que padecían y entre ellos un

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indio barbero que pocos días antes había reventado bebiendo; habiendo visto esto, dijo
que le habían llevado a otro lugar del mismo infierno donde le mostraron grandes
tormentos que estaban aparejados para los vivos que vivían mal sino se enmendaban y
representaronle a muchos que conocía y especialmente a indios y indias que vivían mal y
a una señora y a otra cuya liviandad es muy conocida y notada vio con muchas galas y
rodeada de las indias que la sirven y viven mal con el mal ejemplo que les da su ama
cuyos collares y gargantillas eran unas culebras y lagartos de fuego. Últimamente se dice
que le mostraron un lugar muy profundo y en el muchos clérigos y religiosos, todos juntos
que padecían gravísimos tormentos por sus malas obras y mal ejemplo de su vida; y es
muy verosímil que permitiese Nuestro Señor descubrir algo de sus penas para que los
indios se desengañen que hay infierno y castigo para los malos que obran tan
diferentemente de lo que creen y enseñan dando ocasión para que no los crean, como lo
dijo un indio a un padre de casa que cuando oigan predicar a muchos clérigos y aun
Religiosos no los cruyan cuando era atacando las penas del infierno y que pensaban que
era mentira. Y preguntándole la causa respondió: porque si fuera verdad me parece a mi
que no ofendieran ellos tanto a Dios si los había de castigar como ellos dicen; y
prosiguiendo la india dijo que habiéndole mostrado todas estas cosas, le amonestaron los
ángeles que viviese bien y se confesase oyese misa y sermón y que no quisiere remediar
su pobreza con ofensas de Dios porque con esta ocasión de ser pobre había cometido
muchos pecados y avisándole que sanaría de la enfermedad y que dijese lo que había
visto. Y volviéndola a traer por el purgatorio se desaparecieron los ángeles y …. Sabido
este caso por el Obispo envió a llamar a la india un día después que hubo buena y
examinándola muy particularmente delante de los padres refirió lo mismo que antes había
dicho respondiendo a muchas preguntas que le hicieron con tanta razón que el obispo
mandó que se publicase y con su consentimiento y aprobación un padre de los que se
hallaron presentes al examen lo publicó en una plática guardando el decoro necesario en
las cosas que pedían secreto y declarando en las demás lo que convenía para excusar la
variedad con que ya se contaba de diferentes maneras. Hay algunas razones para
conjeturar la verdad de este suceso. La primera responder la india con tanto concierto a
las preguntas que el Obispo y los padres le hicieron y decir cosas tan conformes a lo que
enseña la teología, acerca del purgatorio e infierno, siendo una india humilde y de poco
entendimiento. Segunda, haber cobrado salud de su enfermedad como dijo. Tercera,
haber dicho cosas tan particulares de vicios y muertos los cuales aunque eran ciertas y
manifestaba a muchos no era posible que esta india lo supiese tan particularmente. Item
ver que volviendo en si volvió luego a llamar a su antiguo confesor, habiendo tanto que no

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se confesaba con él por andar distraída. It… que hablandola después una señora le
preguntó entre otras cosas la manera como hablaban los ángeles a lo cual respondió que
no hablaban formalmente como acá sino a la manera como cuando dos personas son
muy amigas y se quieren mucho, están juntas mirándose al rostro que se encienden la
una a la otra, que así allá han solo mirarse al rostro se entienden; y este concepto no es
de creer que una india ni aun otra persona de mas entendimiento lo pudiera decir tan
conforme a la verdad si no lo fuera, lo que trataba. Ha sido este caso de mucho efecto
para enmienda de muchas conciencias y el haberlo predicado y hecho algunos sermones
de temor con el juicio e infierno poniendo en las de algunos indios no solo temor para
ofender a Nuestro Señor sino para no ser parte por tercería o por otra vía en ofensa
alguna de su divina Majestad. Este buen deseo y propósito mostró un indio a cuyo cargo
estaba la portería de un monasterio donde se recogen algunas españolas e indias para
que no ofendan a Dios fue muy molestado de cierto español para que sacasen de allí una
india y por librarse de el le prometió que lo haría y recibió 4 pesos. Luego en cuenta de lo
que le había prometido vino con ellos luego a casa y contando a un padre lo que pasaba
le dio el dinero diciendo que mientras lo tenía en su poder le parecía que era otro judas y
que era aquel dinero por el que vendió a Cristo Nuestro Señor. Tomolo el padre y diose
orden como se es… aquel pecado. Otro indio albañil fue llamado para tapiar un portillo de
cierto suertecillo dinde estaba sembrada una yerba que llaman cuyanga de que se
aprovechan las indias para sus hechicerías, habiendo hecho lo que le mandaron, avisó de
ello con mucho secreto a un padre y dio traca para que … suyo entrase el padre y
arrancase la yerba, como se hizo con harto ricogo del indio si se supiera que el había
dado el aviso pero importó mucho lo que se sirvió en esto Nuestro Señor.
Este año también con el favor de Nuestro Señor se ha dado también principio a
otra cofradía de morenos con fin de enseñar a los vocales la doctrina y reformar las malas
costumbres de los ladinos y aunque la primera es gente tan ruda y los unos y los otros
inclinados a deshonestidad, todavía se hace algún buen fruto. Júntanse en casa algunos
domingos por la tarde donde se les enseña las oraciones y catecismo. Y después con la
procesión, van a oír el sermón de la plaza. Sucediole a un moreno la víspera de una fiesta
en que había determinado confesar, lo que al indio con la india, que hecho de su casa con
azotes porque yendo una morena a buscarle para ofender a Dios aquella noche, el
moreno la despidió con muchas voces y bofetones y viniendo a la mañana para
confesarse se lo dijo los golpes que le había dado entendiendo que le fuera estorbo para
la comunión. Otro moreno esclavo que llevaba recaudos de su amo para cierta mujer
siendo reprendido del confesor determinó de no hacerlo aunque con temor de ser

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castigado; y unas veces se excusaba y otras fingía llaver los mensajes dando algunas
respuestas fingidas al amo, poco a propósito de su deseo que sabidas por el lo acotó con
harta aspereza, pero el moreno sufrió el castigo con paciencia a trueque de no ofender a
Dios. Por esta misma ocasión de llevar mensajes de su amo, negó un padre la absolución
a otro moreno diciéndoles que en ninguna manera le absolvería si primero no alcanzaba
de su amo que le prometiese no ocuparle en esto; sintió mucho el moreno que por esta
ocasión no le absolviese y propúsolo a su amo, el cual con enojo le preguntó donde se
confesaba y sabiendo que en la Compañía, le dijo pues confiésate en otra parte, que tu
eres mi esclavo y has de hacer lo que yo te mandare; respondiole el moreno que aunque
ahora sois mi amo, cuando me muera y Dios me condene por los pecados que hiciere por
vuestra causa, entonces no lo seréis ni pagareis por mi; quedó con esto el amo confuso y
cierto que su esclavo no le obedecería mas en aquello y así le prometió que no se lo
mandaría y con esto se vino a confesar el moreno, aunque en desagrado de su amo, que
antes le hacía buen tratamiento y ahora malo; lo cual pasa con alegría por no ofender a
Dios. Una morena, que había mucho tiempo que solía confesar con un padre de casa y
había mudado confesor a cuya que el padre le mandaba comulgar y ella no se atrevía
juzgándose por indigna; estando enferma envió a llamar a este padre su primer confesor y
acercándose a confesar le dijo, padre cumplido he lo que me mandaste y bendito sea
Nuestro Señor no he caído mas en la falta que sabe, antes he vivido con cuidado de
agradar a Nuestro Señor absolviola y mandola que comulgase y acabando de recibir el
Santísimo Sacramento, estando el padre presente, dijo en voz alta con mucha ternura: o
mi Dios y que gran consuelo y gusto que siento; diole a la noche después de el desmayo
de que quedó sin sentido y al parecer muerta y queriéndola amortajar, al cabo de una
hora volvió en si y dijo que no moriría hasta el día siguiente y que en aquel tiempo del
parasismo había sido llevada al otro mundo y que había visto en el infierno unos
aposentos llenos de víboras, culebras y otros animales ponciosos donde eran
atormentados todos los malos y que entre otras personas había visto en este lugar 5
hombres de esta ciudad que nombró y son vivos cuya vida era notoriamente mala y que a
ella la mandaron volver por que no había de morir hasta otro día en el cual murió. Fue
avisado uno de estos hombres de lo que la morena dijo y movido con el temor y gracia de
Nuestro Señor ha mudado su vida, visita las iglesias, hace decir misas, no se le cae el
rosario de la mano, procurando con estos medios hacer penitencia y aplacar a Dios
Nuestro Señor. Diéronle a otra morena unos hechizos de los cuales vino a estar tan
enferma que perdió la habla de fuerte que por espacio de un año no pudo confesar,
sucedió que apretándole mucho la enfermedad, llamaron a un padre de casa para que por

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señas la confesase. Hízolo el padre y así y confesola por señas lo mejor que pudo y
mandola dar el Santísimo Sacramento atento que estando con salud lo solía recibir,
comulgó y fue Nuestro Señor servido que con esta medicina tan saludable sanase no
solamente el alma sino también el cuerpo porque desde entonces comenzó a hablar clara
y distintamente despertando las ganas de otros con tan maravillosos efectos para
allegarse a gozar de estos en su alma por medio de este divino sacramento.
A todas estas congregaciones, sermones y confesiones acuden todos los padres
con suma diligencia y no pequeño trabajo, dando el Señor fuerzas para ello que no siendo
mas que 9 los sacerdotes que hay en este colegio, el número de confesiones así de
españoles como de indios ha sido este año mucho mayor que otros tanto que un padre
que tiene costumbre de apuntar las confesiones que hace, halló por su cuenta haber
confesado el solo este año mas de dos mil y cuatrocientas personas mas que el pasado.
Para dar fin a estas cosas que Nuestro Señor ha sido servido de obrar este año por medio
de la Compañía en este colegio pues a mayor gloria de su divina Majestad se puede decir
que son de provecho los padres a todos los estados y suertes de gente, españoles,
indios, morenos y niños. Añado que no contentos con esto, procuran hacer algunas
salidas en misión en que es no menos servida la Divina Majestad como se ha
experimentado las veces que de este colegio se han hecho estas misiones. Este año no
se alargaron en ellas lo que deseaban; hízose una por los pueblos cercanos y
circunvecinos de esta ciudad, saliendo un padre y un escolar el principio de la semana
pasándola toda en misión de estos pueblos, volviéndose el sábado al colegio para no
hacer falta a las muchas y ordinarias confesiones de el. Ocupase en esta misión el padre
Rafael Ferrer, caminando ordinariamente a pie, llevando por compañero un escolar que
por sus muchos años que dicen pasan diciendo iba a caballo. Escribiome el padre una
carta, larga y de muchas cosas de edificación de las cuales podré decir en común que
anduvieron por 6 pueblos, predicando todos los días por la mañana y haciendo la doctrina
a las tardes, siendo cosa maravillosa que en cada pueblo de los que entraba, le salía a
recibir el cura y beneficiado de el, pidiéndole que pasasen adelante que sería su trabajo
sin fruto y mal empleado porque los indios de aquellos pueblos eran dados a vicios
tomados de el de la embriaguez y totalmente olvidados de las cosas de Nuestro Señor;
pero el padre fiaba de su divino favor y tenía por menor pérdida su trabajo que no fuese
de fruto que el no aventurarle por el bien y salvación de aquellas almas; favoreciole
Nuestro Señor de suerte que en entrando en la plaza del pueblo en empezando a cantar
el s… la doctrina y llevando el padre la cruz delante en la mano, salían los indios y indias
de sus casas de suerte que se despoblaban los pueblos con espanto de los curas de

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ellos, admirados por una parte de la devoción que nos mostraban los indios y edificados
por otra de los ministerios que veían ejercitar a los nuestros y así espantado dijo un cura
que las cosas que habían hecho los indios estando el padre y el hermano en su pueblo
eran dignas de memoria y de estas para siempre escritas, y era así que no solo los indios
sanos sino los enfermos que no podían venir a la iglesia daban voces por el padre siendo
le fuera acudir al consuelo de todos y al que podían en confesarse. Las confesiones eran
a medida de el tiempo porque siempre se ocupaba todo lo que restaba del día y buena
parte de la noche y siempre quedamos no pocos por confesar muchas personas se
confesaban de mas de doce años que no sabían qué cosa era confesión; muchos
casados que nunca se habían confesado; otros que por flojedad o temor de sus curas,
habían dejado de hacerlo algunos años; en todos estos pueblos se reconocían las buenas
costumbres, que otros padres de los nuestros en semejantes ocasiones habían entablado
y estaban perdidas por no haber quien las alentase particularmente. La vocación de
Nuestra Señora y el rezarle su rosario persuadiéndoles el padre un día esta devoción
díjoles que mostrasen todos los rosarios que tenían y con ser muchos los indios y indias
que estaban presentes, solamente se hallaron 3 rosarios y arguiendoles el padre su
descuido y falta de devoción y rogándoles que si no tenían plata por ser pobres para
comprar rosarios, los hiciesen de algodón hilado que lo que en ellos rezasen sería muy
bien acepto y agradable a Nuestro Señor fue cosa de gran consuelo ver venir las indias
aquella tarde con algodón para que les hiciesen rosarios; otros buscaban los rosarios que
habían tenido, sacándolos de los rincones de su casa donde los tenían perdidos y
desechados como cosa sin fruto ni provecho; otros muchos fueron a la ciudad a mercarlos
y llevarlos al padre para que hiciese la señal de la cruz sobre ellos y así queda muy bien
asentada la devoción de Nuestra Señora en todos estos pueblos. También se les animó a
acudir los viernes todos los varones a hacer disciplina con la cual es muy ordinario
disponerse para confesar; indio hubo que no contentándose con la disciplina ordinaria,
tomando otra en las espaldas, habiendo ido mas de media legua desde su pueblo
disciplinándose hasta la ciudad visitando todas las iglesias de ella se volvió de la misma
suerte disciplinando a su pueblo, dejando últimamente delante un altar donde se acabó de
disciplinar mucha sangre en señal del sentimiento con que luego a la mañana se vino a
confesar y a este modo se podrían contar otras muchas cosas y algunas con prueba de
las veras con que acudieron a descubrir sus almas al padre. Un indio había que en
muchos años había callado un pecado sin atreverse a confesarlo y todo este tiempo había
pedido con muchas veras a Nuestro Señor por intercesión de su bendita madre, le
enviase algún padre con quien se pudiese libremente confesar y el día que llegó el padre

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Rafael Ferrer, le pareció, según la quietud y consuelo que sintió en su corazón que
Nuestro Señor le había oído y que aquel era el padre que le había pedido y así se confesó
con gran consuelo de su alma. Otro vino a quien apareciendosele muchas veces el
demonio en figura muy espantosa procuraba apartarle de la confesión y confesándose
quedó libre de molestia tan penosa, bien v.. el demonio lo mucho que le hacen perder los
padres nuestros con el trato y doctrina que hacen a estos indios y así procura por todas
vías apartarlos de nuestra conversación; sucedió que entre otros muchos que se
confesaron en un pueblo, vino un indio el cual solía acudir a oír sermón y confesarse a
nuestro colegio de Quito; tenía rosario y rezabalo muchas veces mas dejando de acudir a
nuestra casa y perdiendosele el rosario y no teniendo cuenta de buscar otro, se estuvo
mucho tiempo sin rezar; no se contentó el demonio con lo que había ganado con esto sino
que procuraba por todas vías desterrar este indio del trato de la Compañía apareciósele
muchas veces de suerte que estando despierto el indio le veía de la manera que lo pintan
en los infiernos que suelen estar pintados en las iglesias que por esta comparación
declaraba el indio lo que veía. Hacíale el demonio muchos meneos y visajes con los
cuales le espantaba no poco y preguntándole el padre que pretendía el demonio con
aquello respondió el indio que lo que entendía era que procuraba con aquello desterrarle
de allí y hacerle volver al pueblo donde había nacido que estaba muy lejos de Quito y que
esto era por apartarle de los padres que le enseñaban el camino del cielo y que en su
tierra no había de tener esta doctrina y así se había de acabar de perder; confesose con
gran determinación de volver a su devoción del rosario de Nuestra Señora y de no apartar
de Quito y de donde estuviese la Compañía. Tuvose también por buen fruto de esta
misión el haber compuesto el padre Ferrer a todo un pueblo con su cura, a quien tenían
tanta aversión que por ella o no se confesaban o dismidiaban las confesiones y lo que es
mas, aun a misa no acudían por no oírla del. Quedó el cura por medio del padre en gracia
de los del pueblo y muy grato a la caridad que había recibido y si en pocos días que duró
esta misión y siendo los pueblos donde se hizo los mas vecinos de esta ciudad y por esta
causa visitados de los nuestros con todo eso se hallaron en ellos semejantes
necesidades; bien se deja entender cuanto mayores serán las que se podrían socorrer en
pueblos mas apartados donde nunca o muy raras veces les llega el socorro de la
Compañía ni otro alguno.

Colegio Seminario de San Luis en el Quito


El año 1594 el Obispo Don Fray Luis López de Solís fundó el Colegio Seminario
iuxta firmam concilii Tridentini con vocación de San Luis: En el cual entraron al principio

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24 colegiales hijos de los hombres más honrados y principales de la ciudad: Su habito es
mantos pardos y becas coloradas. Llega ya el número de los colegiales a 50 con
extraordinario aprovechamiento suyo por el continuo ejercicio que tienen de virtud y letras.
Han tenido muchos actos públicos y de arte y este año de seiscientos uno de teología
escolástica, en que estuvo presente el audiencia, Obispo y la gente más grave de la
ciudad, con tanta aprovación y aceptación de todos, que según su parece se pudieren
tener y ser muy estimado en Salamanca. De este Seminario salen muchos ordenados
sacerdotes que se reparten por las doctrinas del obispado, con cuya suficiencia y virtud se
remedia el daño de los pasados. Y es de mucho ejemplo para todos como lo mostró uno
de ellos estando por cura de cierto pueblo jamás consintió que los indios ni los españoles
estuviesen amancebados; por lo cual deseando algunos quitarle de allí o hacerle callar,
sabiendo alguna flaqueza suya, industriaron a una india que denseje le entrase a solicitar
en su aposento; y haciendolo ella sí el buen sacerdote, la despidió aquella noche con
nueva fortaleza y otro día la mandó azotar publicamente delante de todo el pueblo y
mandó que mujer ninguna entrase en su casa; con lo que el mostró cuan bien se había
apartar de lo que en los otros reprendía.
Este seminario está a cargo de la Compañía desde su principio y fundación y en
él están un padre y un hermano, subordinados al Rector del Colegio.

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ANNUA DE LA PROVINCIA DEL PERÚ DEL AÑO DE 1602

Colegio de Quito

Tienen en este colegio nuestros ministerios muy buen ser comunicándose por
medio de siete congregaciones que en el se han aserado con mas concurso que a parte,
siendolo también el remedio universal y mejora de costumbres que en todos estados se
consiguen por este medio; el eclesiástico, el secular, los estudiantes, mestizos, indios
ladinos y los que no lo son tanto; los morenos y los niños, cada uno tiene su escuela de
virtud donde son conforme a su caudal enseñados, instruidos y bien encaminados; sus
ejercicios son los que quedan referidos de otras congregaciones y de estas se puede
decir también que no se acude a ellos con menos fervor y resplandor. Fue un razo de muy
buen gusto y que sirvió de animar y alentarles ánimos de los congregados el que dieron
los estudiantes con ocasión de su fiesta de la Concepción que fuera de celebrarla con
oraciones dichas en latín y romance en todo gracia de prosa y verso, gustaron
principalmente el señor obispo presidente y audiencia real que honraron esta justa de un
coloquio cuyo asunto fue alegar cada una de estas congregaciones las razones que tenía
para celebrar esta fiesta pues aunque con diferentes vocaciones, todas se cubrían debajo
de un manto y tenían una patrona; y la gente mas necesitadas de esta ciudad son los (fol.
55) indios y como mas ladinos que otras partes y por mayor comunicación con los
españoles, son dados con disolución al vicio de la de castidad; fuera de lo que se les ha
quedado este pecado en los sermones y se ha procurado reconciliar sus almas con Dios
por medio de las confesiones; se ha puesto cuidado en disponer los indios ladinos para
recibir la sagrada comunión y por este medio esforzar y purificar sus almas y corazones.
Ha sido tan dificultoso de astatar este remedio en esta tierra cuanto mas renuevo en ella y
lo es en todo el reino; sentíase en los indios un natural recelo y recogimiento para llegarse
a este divino sacramento de suerte que muchos no se volvían a confesar con quien le
daba licencia para comulgar y hubo indio que mudaba los mas confesiones de casa; hasta
que acudiendo a un clérigo seglar y viendo que le daba la misma licencia que los padres,
empezó con gran consuelo suyo allegarse a esta sagrada comunión y con tanta afición
que estando fuera del pueblo por pascua de ... santo cuando suelen comulgar los de la
congregación por no perder este bien se vino a la ciudad y dejó cuanto tenía que hacer.

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Experimentada muy bien en esta ciudad lo que aquel gran Pontífice Gregorio 13
de gloriosa memoria dijo a un padre procurador general que fue de esta provincia a quien
preguntó su santidad si comulgaban los indios del Perú y diciéndole que no por ser tiernos
y nuevos en la fe, añadió su santidad que comulgasen, que la comunión les daría
fortaleza y asentaría con ella con toda firmeza. A este propósito se puede referir lo que
pasó a un indio muy ladino a quien el señor corregidor condenó a muerte por un
homicidio; confesose con un padre de los nuestros que conocida su capacidad le dio
licencia para comulgar; de esta comunión quedó tan deseoso para otra que difiricadose la
ejecución de la sentencia, pedía con lágrimas licencia para llegarse otra vez a este divino
sacramento que hizo tan buen sospedago con su alma causando en ella un sentimiento
tan grande de sus pecados que había ocupar al indio los días y noches sin comer en rezar
y llorar abriéndose las espaldas con una disciplina y con una piedra los pechos; estando
todos los de la cárcel así indios como españoles no menos espantados que edificados; y
al fin rodeó Dios las cosas disvierta que no le justiciaron. De la devoción con este divino
sacramento les nace el tenerla los que de ordinario se llegan a el con n. s. recibiendo por
su mano grandes mercedes y bienes espirituales. Un indio que comulgaba y oía misa
cada día rezaba el rosario entero y no comía grosura el sábado, le apareció en sueños la
Virgen y le dijo: Vosotros vivís como si para los deshonestos no hubiese infierno; yo te lo
quiero mostrar y diciendo esto abrió en la tierra una grande concavidad por la cual con
extraordinario ruido salían unas horribles y espantosas llamas y de ellas unos furiosos
demonios a caballo con sus lanzas y con ellas haciendo señal de que deban lanzadas a
las mujeres y con ellas las mataban. Díjole Nuestra Señora lo que hacen estos demonios;
hacéis también vosotros con las almas de estas desdichadas a las cuales dais lanzadas
cuando las solicitáis a pecar y dejándole esta visión quedó el indio con extraordinario
temor y con efectos de lo que por ella podía pretender el señor atemorizándose muchos
refiriendo el indio lo que en sueños le había sido mostrado y enmendado el su vida con
muchas veras y particular cuidado.
Han tenido los indios especial recurso a los padres acudiendo a ellos en las
necesidades de sus almas y particularmente con sus confesiones haciéndose muchas
generales y a les mostrado el señor lo que se desirva de que no las hagan bien. Cuarenta
y mas años había que un indio ladino encubría dos grandes pecados (fol. 56) estando
enfermo le tomo un desmayo con el cual perdió el sentido y después de vuelto en el de
igualmente tiempo había sido llevado al infierno donde le enseñaron los tormentos que
padecían los que vivían y se confesaban mal reafirmaba que eran tan grandes que solos
ellos se podían llamar cordaderos y que sobrepujaban a todos las penas de esta vida y

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que del le dijo en aquel lugar un señor muy hermoso vestido de blanco que había luego
de ser castigado por haber sido mal cristiano deshonesto y encubridor de pecados; por
esta razón le mandaron ahorcar del brazo derecho y estando levantado en alto le
mandaron dar muchos golpes de los cuales quedo el indio vuelto en si, muy molido y
como contraecho del brazo derecho no pudiendo usar mas del sin ayuda del izquierdo.
Aprovechole este castigo para confesarse con verdad y claridad y ser devoto de Nuestra
Señora que fueron dos cosas que le encomendó mucho aquel hombre que le había
mandado castigar. Otro indio que hizo un grave pecado se determinó que mientras viviese
lo había de encubrir en la confesión hasta que quisiese morir y estando una noche
decomiendo le apareció un hombre que severamente le reprendía diciendo; Piensa..
encubrir de la justicia de Dios; como te escondes de los padres confesores con esto
dispuesto a media noche tan trocado el corazón que aquella misma hora se levantó y trató
de que le diesen en la Compañía confesor con quien se confesó con claridad de sus
pecados y no menor dolor.
Con estas ayudas tan buenas de la confesión y comunión han cobrado los indios
grande esfuerzo para guardar su castidad dando este año muy particular ejemplo en esta
virtud, como fue el de una india que estando sola y siendo solicitada de un indio le dijo
que con grande resolución ahorcame y mátame que no tengo de pecar; con lo cual se
libró; y el de otra que estuvo muy congojada y con grande escrúpulo porque había
hablado con mucha libertad que la había solicitado a pecar: y de otra que con gran
determinación deseó al que la molestaba que antes ella misma se sacaría los ojos y se
quitaría la vida que hiciese traición a Dios. Y de otra que por haberla tocado contra su
voluntad las manos cierto indio solicitándola a pecar no contenta de haberle reñido en
llegando a su casa se disciplinó por haberle el indio tocado a la mano. Otra amenazada
de un español que la mataría si no acudía a darle gusto conformandose con su mala
intención, respondió que la matase que para ella sería muerte de gran consuelo, la que
pasase por no ofender a Dios; y otras muchas que se podían referir que despreciaron las
dadivas y ni se dejaron persuadir de las razones ni las vencieron ni acobardaron los
temores pues hubo india que amenazada de un indio ciego desesperación por que no
quería acudir a su petición, estuvo muchos días, meses sin salir encerrada en su casa
hasta que se fue de la ciudad el indio por quitar del todo la ocasión. Todos estos ejemplos
y otros tales dan las indias de la cofradía haciéndoles en todo muy particulares mercedes
Nuestro Señor, siendo ellas muy puntuales en ocuparse en obras de caridad y
misericordia y en la frecuencia de sacramentos y en oír su misa y sermón. Una india
casada solía estando buena rezar cada día el rosario, mas algunos domingos en la tarde

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no acudía a la congregación a sermón estando muy mala y casi sin sentido no en sueños
sino visiblemente vio a Nuestro Señor con su hijo en los brazos rodeada de grande
hermosura, luz y claridad la que el le dio una buena (fol. 57) reprensión porque no acudía
los domingos por la tarde a la cofradía y al sermón; mandole que cuando estuviese buena
se enmendase y dicho esto levantó la mano y le echó su bendición y se fue, sintiendo
desde entonces la india mucho mejor y como ella dijo a su confesor, estuvo luego sin mal
y sin poder dormir lo restante de la noche de puro consuelo y alegría y otro día estuvo
buena y se levantó.
Trabajan muy bien con el favor divino con este colegio los padres con la gran
mies que tienen en la ciudad; un padre nuestro escribe que desde un domingo a un
martes le había sido forzoso entre sermones y platicas hacer seis; sin las confesiones que
mañana y tarde hizo de indios y españoles.
Se han hecho también algunas misiones de mucho fruto padeciendo los que han
sido enviados a ellas grandes trabajos siendo necesario y forzoso el caminar a pie por
muchos y malos pasos pasando y sufriendo continuos aguaceros, vadeando ríos muy
peligrosos, reniendoles Nuestro Señor guardado después de estos trabajos frutos grandes
y muy copiosos. Los padres Rafael Ferrer y Padre Pedro Sánchez fueron a la provincia de
los Machas en misión y de dos cartas de ambos padres haré a v. p. una breve relación
que dice así: Habiendo los de Machas nuestra venida hubo diversos pareceres y
sentimientos entre si; unos que nos habían visto se consolaban y alegraban y otros se
mostraban no tan contentos con nuestra venida pero llegados que fuimos los unos y los
otros nos salieron a recibir con toda significación de gusto y consuelo; aposentaronnos en
una ermita de Nuestra Señora que ha dicho y hace muchos milagros; toda esta tierra es
llena de montañas y de grandes ríos abundante de frutas poblada de diversas provincias;
la gente de ellas anda las unas con las otras siempre en guerra; están abocindadas a las
orillas del río Marañón; los indios con de apacibles naturales y que sin comparación
encienden mucho a los de afuera. Antiguamente andaban todos desnudos pero después
que entraron los españoles andan vestidos; estuvimos en este pueblo ocho días bien
ocupados en nuestra misión en todos ellos hubo su plática o sermón; contabaseles un
ejemplo; haciaseles la doctrina continuamente disponiéndoles para la confesión;
hicerionse muchas de suerte que de todos los españoles y españolas no se dejaron de
confesar sino tres jugadores; hubo confesiones generales forzosas de personas que
había muchos años que callaban pecados; entre estas hubo un hombre que había desde
su niñez encubierto grandes pecados, al cual se le apareció el demonio y le dijo que no se
confesase en aquella semana, sino que dejase para otro tiempo la confesión y tomase

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una guitarra y se holgase sin que le diese nada cuidado; apareciosele el demonio en
figura de un negro y espantado el hombre con esta visión se fue otro día a confesar con
gran dolor tomándolo despacio por tres días como convenía y al fin recibió el Santísimo
Sacramento quedando muy contento y consolado. Sacaronse en esta semana muchos del
mal estado; detornaron de sacramentos; hicieronse algunas restituciones; celebraronse
matrimonios con mucho servicio de Dios. De aquí salimos en misión a los Tambos que
llaman de indios y viendo en el primero mucha gente y en particular mujeres que no
podían confesarse por no entender ellas la lengua del Inga que sabíamos, pusimos toda
diligencia de que se hiciese en su lengua Chapica un catolicismo breve, un confesionario
y un sermón no muy largo, para que a los que no sabían la lengua del inga, se les diese
noticia de las cosas mas necesarias de nuestra fe y por el sermón se les predicase el
evangelio que por no entender a sus curas nunca se les había predicado y por el
confesionario pudiesen confesar a tantas almas necesitadisimas de este consuelo que
nunca (fol. 58) se habían confesado, fue el señor servido que con esta lengua cuatro
veces mas dificultosa que la del inga y a mi parecer mas que la latina y habiendo probado
varias veces los beneficiados de todos estos beneficios hacer en ella un catecismo, nunca
pudieron de abar por la señal de la santa cruz y ahora con el favor del señor se ha hecho
el padre nuestro, avemaría y credo y mandamientos de la ley de Dios y de la Iglesia y sus
preguntas, un confesionario y un sermón en el cual se los da noticia del pecado de Adán y
venida del señor y de los sacramentos que ifnr.. para nuestra salvación; lo cual todo está
muy a gusto de los mismos indios y lo reciben en gran manera de oír las oraciones en su
lengua; con la cual esperamos en Dios se remediará la grande ignorancia de la doctrina
cristiana que en los mas hoy y en particular en los grande y personas viejas que muchas
ni aun signan se saben hemos andado ocho tambos y en ellos hemos hecho rezar en su
propia lengua y de muchos de estos tambos nos han seguido indios por alguna jornada
para aprender bien las oraciones y enseñarles a las de sus tambos. Hemos también
predicado el sermón hecho en la lengua el cual oyeron todos con mucha atención, gusto,
admiración y fruto y en particular los viejos que se sienta a confesar no habiéndose
confesado desde que recibieron el bautismo que ha muchos años pues algunos de
ochenta y otros pasaban de cincuenta años. Y era tanto el olvido que tenían estos viejos
del bien de sus almas que me dijo el beneficiado que diciéndoles que aprendiesen a
rezar, le respondieron que ellos ya eran viejos que aprendiesen sus hijos y ahora desean
tanto saberlos y que los .. lo sepan que uno de estos viejos mandó a dos hijos suyos que
nos siguiesen por todos los tambos y que no volviesen a su casa hasta saber en su
lengua todo el rezado. Y así fue que después de habernos seguido por muchos días

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rezando de día y de noche, no se volvieron hasta saber todo el catecismo. Hanse hecho
tantas confesiones por el nuevo confesonario y hanse confesado tantas personas que no
se podían confesar por no entender su lengua que en todo un tambo en el cual nos dijo el
beneficiado que la cuaresma no confesaba mas de ochenta personas; confesamos el
padre Pedro ... y yo doscientas y veinte y confesamos mas vimos estuviesemos mas de
los viejos y viejos no quedó ninguno por confesar porque ellos se dan tan buena diligencia
en acudir temprano que no se quedó ninguno sin este bien, con grande consuelo suyo y
no poco nuestro.
Estos días pasados nos libró el señor a los de esta tierra de un notable peligro y
fue que estando todos muy descuidados y muy .. porque todo el pueblo y los indios de el
.. se habían confesado poco había, venia grande muchedumbre de jíbaros que son indios
de guerra sobre esta tierra y el modo con que el señor nos libró fue que una jornada antes
de llegar al pueblo encontraron con cuatro indios cristianos y matando a los tres se les
escapó uno viendo los Jíbaros, que por este indio estaban ya los españoles avisados, no
... pasar adelante sino comiéndose los que habían muerto se volvieron haciendo con las
cabezas grande vista y algazara; enviaron los españoles cuarenta indios amigos para que
reconociesen ..enemigos y diesen aviso (fol. 59) de lo que había pasado y dichos dijeron
que de los muertos salían huesos habían quedado y que... rancheras grandes que
había.....salieron ciento y cincuenta fogones y otros inmunerables para la gente mas bajos
de ellos; dijeron también que dos naciones de Jíbaros que antes estaban enemistados se
habían .. esta jornada destruirnos y comernos. Gracias al señor que nos libró de este
peligro atajando tan malos intentos. A mi en particular me libró el señor de otro peligro y
fue que habiendo... el padre ... el beneficiado de los tambos por una puente de palos a
caballo cuando yo pase en el medio de la puente se quebró el puente y caímos el caballo
mas gracias al señor no recibimos daño alguno yo ni el caballo.
Otra misión hizo el padre Onofre estango gran de indios y el padre Juan de Alba
que sabe muy bien las dos lenguas generales de esta tierra fueron a las ciudades
Camina, Loja y Cuenca, en las cuales se ocuparon mas de tres meses; predicaba el
Padre Onofre a los indios tarde y mañana y el padre Alba a los españoles; los mas de los
dice se.. que de indios tuvieron muy grandes auditorios y que en dos diferentes ciudades
estando predicando el padre Onofre que lo sabe hacer en la lengua inga, recogidamente
se levantaron dos indios y a voces les agradecieron el haber venido a su pueblo a
enseñarles echándole mil bendiciones significandole el consuelo que recibían en oír la
palabra de Dios que parece que en cierta manera imitaron a la mujer del cuan que et tolet
vocem dixit ... fueron siempre los sermones del padre ordenados a disponerlos y

51
instruirlos para la confesión. Hiciéronse muchas generales con tantas lágrimas y
verdaderos propósitos que en prueba resultaron de ella muchos casamientos que se
hicieron entre personas que estaban en mal estado; otras que no siendo este para ellas el
medio con que podían salir de el, dejaban con mucha edificación las ciudades donde
estaban pasándose a otros lugares. Una india muy ladina estaba mal amistada con un
español honrado; tocándole Nuestro Señor en un sermón no solo vino a traer del remedio
para dejar su mala compañía sino a declarar como no estaba bautizada y por ser india
estimada en aquel pueblo, le había vencido la honra para haber hecho nuevas
confesiones sin descubrir como no era cristiana pidió lo primero la bautizasen, como se
hizo; lo segundo que la sacasen de aquel cautiverio de al mas en que estaba; para esto
segundo se tomo por medio el casarse con un indio y para quitar pesadumbres con el
español; el irse a vivir a otra ciudad, como lo hizo, recibiendo muchas mercedes de
Nuestro Señor. Otro famoso hechicero se convirtió en un sermón y al punto se descubrió
y trujo al padre todos los instrumentos de su mal oficio y se confesó con nuevas muestras
de dolor; afirmanme que eran tantas las confesiones que concurrían de indios que desde
media noche venían y que pedían se les oyese que apenas daban lugar a los españoles,
pues hubo soldados que para tener su vez, se vino con los padres que saliendo de una
ciudad iban prosiguiendo su misión y anduvo seis leguas el español para tener lugar de
confesarse; y otro que sabiendo que andaban los padres por aquella tierra caminó por
confesarse con ellos mas de cuarenta leguas. Todas estas cosas he sabido por una carta
del padre Juan de Alva, sin otras muchas que dejo por no ser largo, por donde juzgo que
se sirvió mucho en esta misión Nuestro Señor.
Este año se llevó su divina majestad al padre Juan Beltrán Dávila, rector de este
colegio (fol. 60) natural de Garci Muñoz Castilla la Vieja, de edad de .. años, treinta de
compañía y profesión de cuatro votos. Fue gran ... de la religión donde desde el día entró
en ella y corrió muy bien su carrera de ... y superior; fue de los estudiantes de buena
reputación ...que trujo ... el padre José Teruel; pero como su vocación y........aprendió con
mucha propiedad y elegancia la lengua aimara y en ella co.. y predicaba a los indios.. y
proposito y con tan ......
..con tanta prudencia de este reino le hice viajar a la congregación provincial que
hubo en esta ciudad, donde fue nombrado en segundo lugar por procurador general para
Roma y por ser necesario que esperase aquí el padre Diego de Torres que fue para este
oficio, el primer nombrado por lo que podía suceder; hallábase el buen padre sin sus
indios como el pez fuera del agua y para no dejarles de dar modo y parado el tiempo que
pudiese, me pidió el irse a la residencia del cercado por el aprender allí la lengua general

52
y poder allí con mayor caudal ayudar a sus indios; tomola con tanta codicia y cuidado que
en breves días salió con ella y con .. que rezase a gobernar este colegio de Quito, aunque
con sentimiento suyo hubo de aceptar sujetándose a la obediencia; su salud le ayudó tan
poco que le obligó dentro de un año a dejar el oficio y salir de su puesto volviendo con
gran consuelo en busca de sus indios que no le satisfacía para estos que quiere colegio
sino el puesto del Julia donde no hay trato ninguno de españoles que le divirtieran de su
principal ocupación. Fue Nuestro Señor servido de llevárselo en su viaje con muy buena
disposición. Señalose en la pobreza y humildad, virtudes que andan siempre muy
hermanadas; fue tan pobre en su exterior que siempre procuraba andar vestido de viejo y
lo que otros deseaban, la sotana y manto, apenas llegaban con un palmo al suelo y en
ocasiones forzosas que había de visitar personas muy graves y le decían que tomase otro
mejor manteo y bonete, se reía y respondía que para el todo sobraba y que no importaba
que por aquello le tuviesen en poco; su cama fue muy pobre pues lo ordinario era sobre
una tabla y su exterior decía muy bien cuan abrazada tenía esta virtud en su corazón. Fue
humilde hiciendo el cuerpo a todas las cosas que le podían hacer lucir, de ocupación .. y
puesto (fol. 61) buscando siempre el nesciri et pro nihilo reputavi.
Después de dos años de superior vino a Juli y los ratos que le quedaban de las
confesiones de los indios se ocupaba en ser limosnero de los pobres y tener cuidado de
que se juntasen bien los muchachos a la escuela en fiestas públicas y día de sermón
siempre buscaba el lugar mas humilde sentandose a vista de la ciudad con los hermanos
en la grada del altar mayor; tuvo buena mano en tratar seglares y edificaba en acabar con
ellos muchas amistades. Un caballero que preso de una aficción no eran poderosas para
apartarle de ella secretas ni públicas reprensiones, le encerró un día en su celda el padre
y a pocas raciones de temor que le propuso le dejó tan mudado y trocado que al punto
dejó su mala compañía. Otro hombre muy hacendado y engañado en pensar que la
voluntad que le mostraba la Compañía era mas interesada de su hacienda que de su
salvación, llegó a punto de la muerte y entrando a visitarle el padre refrescandosele su
falso concepto, dijo a voces que se fuese que ya tenía confesor y diciendo esto mandó
que le llamasen otro sacerdote; el padre estuvo con tanta prudencia sin .. de aquella
aspereza y tan suave en guiar su plática con razones que descalado el señor rico de su
engañosa imaginación, tocado y muy movido de dolor y arrepentimiento tomó la mano al
padre y le dijo: o padre mío, ahora acabo de conocer la prudencia y santidad de la
Compañía y que no busca nuestras haciendas sino nuestras almas. Yo quiero poner el
buen acierto de la mía en las de v. p. y así quiero hacer una confesión general; hizola
dándole el Señor con ella una buena muerte por medio del buen padre Juan Beltrán que

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fue pobre y despreciador de... fervoroso y celoso operario de las almas, suave en su trato
y eficaz en sus palabras cuya memoria esperamos en el señor que habrá alcanzado la
suerte de bendición en su gloria.

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CARTA ANNUA DE LA VICEPROVINCIA DEL NUEVO REINO Y QUITO EN LOS
REINOS DEL PERÚ 1605

Con el nuevo orden y disposición que V. Paternidad envió el año pasado de 604
a la provincia del Perú para la división de esta vice provincia se hizo con tan grandes
esperanzas de lo mucho que se ha de servir Nuestro Señor de ello que los mismos
seglares las han concedido muy grandes significandonos su gozo con palabras muy
encarecidas; y para los nuestros no ha sido de menor consuelo, ni menor esperanza de
su mayor aprovechamiento espiritual y del que esperan se haya en los próximos, teniendo
cierto quien a menudo visitandolos los enderece, disponga, anime y aliente en sus
ministerios; que por estar tan distantes estos reinos de Lima no se podía ni pudiera en
adelante visitar por el superior de aquella provincia; pues hay puesto en esta vice
provincia que dista seiscientas leguas de Lima y habiendo se de hacer esta visita para
alcanzar algunos otros puestos de ella había de andar ochocientas leguas de malísimos
caminos y navegaciones; y ningún puesto hay en esta vice provincia que no diste de Lima
por lo menos quinientas leguas, sino es el de Quito que dista trescientas, sin haber casa
nuestra alguna en medio. El Señor sea bendito que dio a V. P. esta ultima resolución a
sus hijos y próximos de estos reinos tan provechosa.
Viniendo a lo particular de esta vice provincia, le cupieron cuatro puestos en que
tenemos fundadas casas; en Quito Colegio, en Panamá, residencia en Cartagena y
Nuevo Reyno, casa y colegios incoados. Están todas estas cuatro casas como en un
círculo redondo que tendrá de ambito casi mil leguas en las cuales se hallan muchas
poblaciones así de indios como de españoles bien necesitadas no solo del buen ejemplo
que por la misericordia de Dios los hijos de V. P. cuando pasan por ellas va dejando con
su modestia y buena conversación; sino también de la buena doctrina y enseñanza que
cuando por aquí pasa la ocasión y necesidad les fuerza a ejercitar.
Hay en estos cuatro puestos de esta vice provincia sesenta y un sujetos entre
padres y hermanos; entre antiguos y novicios. En el colegio de Quito hay once sacerdotes
antiguos y uno novicio; hay nueve hermanos antiguos y seis novicios. En el seminario de
San Luis que este colegio tiene a su cargo hay dos padres y dos hermanos. En la
residencia de Panamá hay siete sacerdotes y seis hermanos, cuatro antiguos y dos
novicios; en Cartagena hay cinco sacerdotes y un hermano. En Santa fe de Bogotá hay
cuatro sacerdotes y un hermano. Los cuales todos están tan bien ocupados que para
dentro de los mismos puestos donde están fundadas estas casas se hecha de ver bien

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claro que era necesarios mas que doblados y cuando extienden los ojos a lo que tienen a
la redonda quedan espantados y admirados y premultitudine piscium anuunt sociis. Los
cuales el Señor nos conceda por orden de V. Paternidad.

Colegio de San Francisco del Quito.

Aunque es verdad que de diez y ocho años a esta parte habrá tenido V. P.
relación de este nuestro colegio de Quito, con todo eso me ha parecido conveniente el
darla mas larga al presente de este colegio y su comarca, así por haberse ella descubierto
mas y conocidose mas en particular lo mucho que en ella podrían servir a Nuestro Señor
los de la Compañía, como por tener yo larga noticia del tiempo que en ella he vivido.
Es esta ciudad de San Francisco de Quito demás de tres mil vecinos con tanta
copia de gente en cada casa de ellos que los que tienen noticia del Perú dicen que
excepto Lima y Potosí es la mayor población del. Tiene Obispo con una Iglesia Catedral
en lo formal y material de ella muy aventajada con mucha clerecía así dentro como fuera
de la ciudad. Tiene audiencia real, muchos conventos así de religiosos como de
religiosas, todo lo cual se ilustra y perfecciona con la benignidad y suavidad de su temple
que dicen es el mejor de las indias porque en todo el año es una continuada primavera
con bastante disposición para sazonar los frutos de la tierra de que hay grande
abundancia y copia de ellos y así con poco se puede sustentar y sustanta mucho; la gente
así española como la natural va creciendo de manera que en pocos años no se conoce el
pueblo.
Y a este paso crecen las obras de virtud multiplicándose los conventos de
religiones y aumentándose el número de religiosos juntamente con sus propios ejercicios
y ocupaciones de coro, predicación y letras; pues entre ellos hay lectura de artes y
teología y cuatro con nuestra casa con tanta copia de maestros y oyentes bien a propósito
de su ejercicio que en Europa no se podía desear mas, con esto se tienen los actos y
ejercicios literarios tan continuos y tan bien que es para dar mil gracias al Señor que con
tan buenos fundamentos fundó en esta nueva tierra su Iglesia y fe; pues la ignorancia es
causa de tantos darios.
Lo que mas llena el corazón y animo de los de la Compañía que aquí residen es
ver la multitud inmensa de naturales que aquí hay y ellos vinieron a buscar; la cual es
tanta que por serlo no quise fiarme de mi para saber su número, pero acudiendo a lo que
me la podía dar cierta que es padrón y lista por donde se paga los tributos a los
encomenderos y así el secretario de esto me dio pueblo por pueblo la memoria de los

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indios que pagan tributo y de los que no lo pagan como son mujeres, niños, viejos y
numeradas las almas que en cinco solas leguas a la redonda de esta ciudad se hallan son
sesenta y dos mil (fol. 2) y doscientas y sesenta y dos,(62.262) las cuales, aunque es
verdad que están bautizadas y tienen sus curas, no tienen poca necesidad de ayuda y
misiones entre ellos de la Compañía porque en las que se les han podido hacer se ha
experimentado están muy atrás en el conocimiento de Dios, en la inmortalidad del alma y
otras verdades necesarias a su salvación y lo que es consiguiente a esta ignorancia, poca
enmienda y mejora de sus vidas y quiebra el corazón que por falta de enseñanza y
conocimiento de las verdades que les van de retraer del pecado dice el pobre indio que
cae y no se enmienda.
Y pasando yo por un pueblo llamado Riobamba que está 24 leguas de esta
ciudad de Quito, pregunté al escribano de registros el número de indios que tendría aquel
corregimiento en ocho leguas de su distrito el cual por los padrones de las tasas y tributos
que pagan los naturales medio por memoria había 38 mil y cuatrocientas y 96 almas
(38.496) que por ser tan breve el distrito de este corregimiento y el pasado de Quito se ve
claro cuan juntos están los pueblo de los indios que el que mas de esta .. otro es una
legua y muchos de ellos no distan ni aun un cuarto de legua.
Y a este tono está sembrada de pueblos de indios el distrito de esta Real
Audiencia que pasa de 300 leguas y todos ellos tan necesitados de doctrina y obreros
como dije de los de Quito y mucho mas por estar mas apartados de sus cabezas, ser
menos gruesos. Los beneficios que en ellos hay y por esto menos apetecidos y
estimados; y así no tienen otro remedio sino el que les dan los de la Compañía cuando
por allá van, que por ser tan pocos los de este colegio puede ser muy de tarde en tarde y
aun algunas provincias y a donde nunca ha podido entrar, no por falta de deseo de los
obreros de esta casa, ni por impedimento que los naturales pongan por ser todos ellos de
paz y tan sujetos y rendidos que solo un español que llaman escudero en esta tierra y le
pone el encomendero para cobrar sus tributos, los tiene quietos y sosegados;
Pero ha sido la causa el haber tenido este colegio tan pocos obreros que los que
lo eran no podían salir de el sin hacer notable falta a los que los venían a buscar a su
propia casa, como se vio el año deboz que salieron de aquí dos obreros que con no
apartarse 100 leguas de esta casa por menos de cuatro meses, andaban los indios de
esta comarca como huérfanos y sin amparo; casi otro tanto ha sucedido este año de 603
por la salida que una misión de que después trataré hizo un obrero de este colegio.
Este amor y confianza que de hijos a padres tienen los naturales de esta tierra a
los de la Compañía es causa que acudan a ellos en este colegio y se verá en los casos

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siguientes. Todos los dias de fiesta acabada la oración común de los de casa, se toca la
campana a la primera misa como de ordinario se suele hacer en nuestra Compañía y a
este toque con los que se han prfevenido antes del se juntan en nuestra Iglesia mas de
tres mil almas a oir la misa que luego se dice y el sermón que después de ella se les
predica, el cual oyen con tanto gusto y atención que parece esta sola la Iglesia aunque
está tan llena de gente, hombres y mujeres, viejos y niños que parece que los traen
impuestos a esto y que ella tienen razón para (fol. 2v) obedecerles sin llorar ni hablar
palabra mas que al fin del sermón cuando el padre dice gloria y gloria responden todos
loado sea Jesu Cristo amen.
Y hace mas particular esta devoción que todos estos indios tienen sus parroquias
a las cuales saben que han de acudir a oir la misa mayor y el sermón si le tienen que
suele ser raras veces, sino es que alguno de la Compañía vaya allá a predicarles, como
luego diré, acabado el sermón se quedan tantos en la Iglesia para confesarse que aunque
salga cuatro y seis sacertotes, tienen que hacer toda aquella mañana y así salen luego
todos los padres obreros que hay en este colegio que por no ser sino tres o cuatro no
pueden acudir al consuelo de todos; aunque cada uno procura ser de los confesados
alegando o lo poco que ha que se confesó y que acabar a presto; o que es de la cofradía,
o la antigüedad. Que .. por haber venido muchas veces para ello y no haberlo podido
alcanzar.
También alegan el ser de lejanas tierras y que para este …las han dejado con no
poco riesgo de sus casas, hijos y sembrados que llaman ehacaras que quiebra el corazón
al obrero y quisiera hacerse muchos para satisfacer a todos y porque estas cosas y casos
son de cada día lo digo en común y no desciendo a especificar lo en particular, solo lo diré
dos cosas que la caridad ingeniosa de los sus obreros … esta cuaresma de 605.
La primera fue que por ser tanta la copia de confesiones que acudía a nuestra
casa, decían misa antes del ordinario, previniendo su oración y aun encomendandose en
las de sus penitentes por tener lugar para confesarlos. Lo cual decían ellos hacían de muy
buena gana y con mucha continuación y así les acudían desde la mañana hasta bien
tarde después de comer y después de la comida su diligencia en venir la hacia tener al
sacristán para abrir la Iglesia y llamarles los confesores que apenas habían podido acabar
la refección ordinaria y asi les era la quiete el confesionario por no faltar a su devoción.
La segunda cosa que viendo que muchos aunque de dentro de la ciudad dejaban
sus casas muchos días por venirse a confesar a los que les parece se debían preferir; los
que de fuera del pueblo algunas leguas venía por lo mismo se les ofreció un medio de que
se estuviesen en sus casas y que dos padres irían por sus parroquias a confesarlos como

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se hizo con no menos fruto y provecho así temporal como espiritual y edificación de sus
curas y de toda la ciudad y aun con emulación de quien había de ser el primero que
llevase a los padres a su Iglesia.
Y para que a estas confesiones correspondiese el fruto que tan santo trabajo
prometía se dio traza entre los padres obreros de este colegio que no solo se les
predicase los domingos en nuestra casa sino que fuesen a sus parroquias al tiempo de la
misa mayor predicandoles la fealdad del pecado y de la hermosura de la virtud,
exortandolos a contricción y dolor de sus pecados y a que siguiese una confesión bien
hecha con firme propósito de la enmienda y con esta traza cada domingo se les
predicaban seis y siete sermones en nuestra casa, en sus parroquias y plazas con (fol. 3)
lo cual se ha conseguido en gran parte lo que se pretendía con estos ministerios pues ha
quedado la gente con tanto aborrecimiento del pecado que no solamente en si le huyen
pero en otros le abominan y persuaden no le comentan; como se verá en el caso
siguiente.
Una pobre mujer temiendo menos la ofensa de Dios que la pobreza dio una hija a
una persona que estaba mal aficionado de ella; la hija resistió con fortaleza y con tanta
resolución que temiendo no se le fuese antes de ablandarle la voluntad, la encerró en un
aposento el que la había llevado con la pretensión a su casa, no fue esto tan secreto
aunque lo había sido mucho que no lo viniese a sacar derastro una buena india que en
esto es extremada esta gente con lo cual ayudan mucho a la reformación de las
costumbres. En sabiendolo vase a la casa donde estaba la pobre mujer encerrada y
reprehendiendo al hombre y afeandole su mal instinto sacó cmo por fuerza a la pobre
doncella como de las gargantas de un lobo, la cual estimó y agradeció mucho su
liberación y el miserable hombre que hasta entonces no conocia sudario vino en grande
arrepentimiento y enmienda de el.
También se ha mostrado el aprovechamiento de esta pobre gente con los
ejercicios cotidianos y ministerios nuestros en la caridad que usan con los pobres que es
muy ordinario, pero descubriose esto mas en que habiendo venido un padre de casa de
una misión entre gentiles y contandoles algo de lo que por allá había de ignorancia de
Dios y de necesidad de obreros, y cuan faltos estaban de ropa y vestidos con que poder
salir y parecer delante de los padres a tratar del remedio de sus almas, ellos por una parte
daban mil gracias al Señor porque tenían tanta enseñanza de las cosas de Dios y por otra
parte movidos a compasión fue con mucha voluntad conforme a su posible plata y cosas
que lo valían y aun de sus propios vestidos para ayuda al remedio de la necesidad de sus
hermanos.

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Recibe esta pobre gente con tanta reverencia y gusto lo que se les predica que
les parece un gran pecado olvidarse de ello o hacer a sabiendas contra ello y así le
sucedió a un indio que habiendo oído en los sermones de los nuestros la importancia de
la confesión y habiendose estado rehajio en hacer la que tenía obligación de cada año, le
pareció que una noche lo acometieron hombres feroces y que hechandole mano le
comenzaron a atar de pies y manos tan fuerte y asperamente que le obligaron a preguntar
entre sueños que porqué le ataban y respondiendole que porque no se había confesado
aquella cuaresma se comenzó a afligir tanto así por su pecado y dureza como por el
presente castillo que despertó con tanta agonía y juego se vino a confesar con lo cual
quedó muy quieto y contento.
Fuera muy largo contar los demás buenos sucesos y efecto que han tenido los
sermones de los nuestros que a los naturales han hecho porque es muy general la
enmienda de sus vidas en materia de embriagarse y lo anejo a esto de pecados contra la
castidad que por ser muy general el afrentarse de que se sepa ni que se les arguya de
ello con verdad no será posible en breve relación darla de ello.
El uso de las comuniones anuales están tan sin entablarse entre los indios de
estos reinos que quiebra el corazón viendo que haya puesto un tal engaño y errónea en
los entendimientos de los curas que en pueblos de dos y tres mil almas no dan la
comunión a tres (fol. 3v) de ellos ni aun a dos; la causa de ello dan es una respuesta tan
breve y fácil como falsa que no son capaces de la comunión; y a los que hallan capaces y
a quien la dan ellos si a alguno la dan es al menos digno y dispuesto y aun capaz de ella
que es indio. , que les habla algo español que de ordinario son los menos recatados y
ejemplares en su vida pues por ser los curacas y principales están llenos de males
ocasiones, de deshonestidades, borracheras y opresiones que hacen a sus subditos por
mil maneras que muchas de ellas les obligan a restitución del trabajo de ellos y no la
hacen.
Ejercitanse los nuestros en desterrar semejante engaño dando a entender a los
indios su obligación y lo que se requiere para recibir este Santísimo Sacramento asi en
confesiones como en sermones como también en conversaciones y trato particular que no
es causa poca admiración por seer cosa tan nueva de enseñanza y de los que sus curas
.. con ellos y así preguntando un padre a un indio que porque no comulgaba por Pascua
viendole de tan buena capacidad y disposición que podía comulgar algunas veces entre
año le respondió huaccamcani, padre, soy pobre, padre; que no le quebró poco el corazón
al confesor tan humilde y tierna respuesta.

60
Desengañole el padre que aquel sacramento no era solo para los ricos y curacas
sino para los que tenían buen alma y deseo de recibirle que tal me dijo el padre que era
aquel dindio que tenía a sus pies confesando. A los mismos curas y beneficiados se
procura tambien dar a entender esta obligación y se les desengaña de la falsa opinión que
tienen en esta parte declarandoles las cosas necesarias y la capacidad que ha de tener
para que pueda y deba recibir este sacramento siquiera por Pascua de Resurrección. La
cual di lugar no carece de fruto que aunque no se han alargado en dar la comunión,
porque la costumbre pasada esta muy nuejecida y el trabajo presente de examinarlos no
es pequeño, por lo menos, se ha sacado que no se espanten ni se escandalicen de verlos
comulgar admitiendo aun las cédulas que para comulgar se les suelen dar, las cuales
sobran antes romper y afrentar a los que se las hagan advirtiendoles la ignorancia e
incapacidad. Que en ellos presumían pasando ahora por ellas y concediendoles la
comunión para que .. examinados y aprobados por los riros y así pasan de dos mil
comuniones las que se hacen en este colegio, entre cuyo y fuera muchas mas si hubiera
obreros y acudieran a este desengaño así de los curas como de los indios, los cuales
parte por lo que han oido a sus curas y parte por su natural encogimiento y indignidad que
sienten de si se retraen de medicina tan necesaria y saludable a sus almas, como se ..
deber en los que lo frecuentan teniendose por obligados a mejor vida como ellos lo dicen
y lo ejercitan.
En este colegio hay tres cofradías, del nombre de Jesús, de Nuestra Señora de la
Paz y de San Miguel Arcángel. Y una congregación todo de indios; en las cofradías se
admiten todo género de naturales, aunque se procura que sean de buena vida y cuando
no lo son se les reprenden de suerte que la enmiendan o los despiden para castigo de
ellos y escarmiento de los otros; lo cual todo por la misericordia del Señor se consigue
como pudiera especificar con ejemplos particulares, que por ser tan ordinarios dejo.
Estas tres cofradías se juntan en uno a celebrar sus fiestas y acuden a todo de
manera que parece sola una aunque el título es diferente conforme a la devoción de cada
una. Estos se confiesan las Pascuas y las advocaciones de sus cofradías y comulga
precediendo mucha preparación de estaciones que hacen, ayunos en que se ejercitan y
disciplinas que toman antes de la comunión. La falta de lo cual tienen por grande
indisposición para comulgar y si por ocasión forzosa no lo pudieron hacer piden licencia
para diferirla hasta disponerse de esta suerte que cierto pone admiración ver en gente tan
nueva tanto respeto y estima de este sacramento. La cual si falta no hace de incapacidad
sino de falta de instrucción y enseñanza.

61
Acuden los de estas cofradías todos los domingos así por la mañana como por la
tarde al sermón y doctrina que en nuestra casa se les hace la cual acabada van con buen
orden cantando las oraciones a la plaza donde se les predica. Acuden los viernes en este
año a oir un ejemplo en nuestra Iglesia y por ser ya de noche se disciplinan después del.
Esto mismo siguen las cuaresmas multiplicando los dias que son tres (fol. 4) en la
semana.
A todo lo cual no vienen solos ellos pero traen otros muchos consigo y a las
disciplinas pasan de trescientos y a los sermones de tres a cuatro mil en especial en la
plaza donde hay campo para todos con esto se curan muchos pecados y … de ellos que
con … ocasión de ociosidad y barato de la siera solía antes haber, estos mismos
domingos y las demás fiestas de entre año, se junta en nuestra iglesia una cofradía de
ciegos que por ser muchos los de esta comarca se han congregado en uno el fin de los
cuales es aprender las oraciones, catecismo, cosas devotas en verso de su lengua y
ahora …se les ha puesto en ella la letanía de Nuestra Señora de Loreto, lo cual todo
cantan y enseñan estos días a los demás indios y indias que por sus agllos y
parcialidades están repartidos en nuestra Iglesia; y con esto entretienen la gente con
mucho gusto y devoción hasta hacerse hora de ir a la plaza al sermón y a sus casas
cuando no le hay.
Los indios de la congregación de Nuestra Señora son los que llaman ladinos los
cuales de ordinario son oficiales de la ciudad, que todos los oficios de ella aprenden y
ejercitan muy bien y por ser tan ladinos tratan mas con los españoles; de cuya
conversación siempre se suele tomar lo peor y a esta causa tienen necesidad de mayor
enseñanza y aun reprensión; juntanse en una capilla como ciento y cincuenta de ellos
donde se les dice un ejemplo de un santo enseñanseles cosas del catecismo mas sus
vidas que a los otros y finalmente se aventaja su doctrina a los demás.
Corrigenles sus faltas y demasías si alguna de ella se sabe tomandolo ellos muy
bien y por punto de sorna el enmendarse, tomaseles cuenta del rosario que rezan y de
otras devociones que les enseñan; estos comulgan mas veces entre año que los otros y
con mayor preparación de pláticas, ayunos y disciplinas; al fin como personas que tienen
por … y se precian que son de la congregación. Los viernes ni mas ni menos acuden a su
ejemplo y disciplina aparte de los otros dando no menor edificación que ellos, ni cogense
menos frutos que de las cofradías, antes mayor conforme al mayor cuidado que en ello se
pone por la misericordia del Señor.
Y porque la necesidad de esta gente no se satisface con lo que la Compañía
hace dentro de Quito, se ha procurado con mas continuación estos cuatro años atrás

62
hacer algunas misiones especialmente los tiempos que menos falta se hace en este
colegio con la ausencia de los sujetos, los cuales aunque bien ocupados y trabajados con
el ordinario trabajo de entre año, viendo la mucha necesidad posponen su cansancio y
alivio necesario que a las ocupaciones pasadas se debiera seguir, en especial el año
pasado de 603, se hizo una misión a la provincia que llaman de los Quijos, así porque con
estar bien cerca de este lugar y ellos bien necesitados de esta visita y misión por falta de
obreros nunca había ido a ellos ni entrado allá la Compañía como también con ocasión de
una buena limosna que el señor Obispo de esta ciudad y algunas personas que residían y
habían muerto en Lima querían hacer a esta provincia de los Quijos, los cuales
entendiendo la fidelidad de los de la Compañía y certidumbre de que sus limosnas
llegarían a manos de aquellos a quien las pretendían enviar.
Es esta provincia de los Quijos poblada de muchos naturales, muy doblada, llena
de ríos y pantanos y poco sana para los españoles que en ella de proposito bier.. y asi no
hay sino cuatro o cinco poblaciones de españoles en lo mas desmontado de ella, en las
cuales viven los encomenderos, vicarios y curas de esta gente, con lo cual son muy pocos
doctrinados pues apenas llega en muchos meses el cura a verlos porque ha de entrar a
pie y aun descalzo con un bordon en la mano y un vestidillo muy lijero de lienzo como lo
suelen (fol. 4v) hacer cuando alguna vez alla entran adonde llegan cuando van vuelven
cuando salen bien llenos de lodo, agua y frialdades y bien llenos de enfermedad; lo cual
todo es causa para que esta gente esté mas desamparada y destituida de doctrina porque
el interes que a esto les pudiera mover es muy poco por no beneficiarse oro ni plata en
esta provincia sino tablas y madera y alguna roma para el uso de los indios; lo que para
que valga algo han de aguardar mucho tiempo allá y sacarlo a Quito donde se venda, lo
cual por tener mas dificultades que utilidad para un pobre clerigo, se queda así punto con
la visita de los indios.
Vista pues por los padres de este colegio esta buena ocasión de la limosna que
cierto lo fue por ser la gente muy pobre y ..tigada de los que la han ido a visitar otras
veces que por pedirles con tanta esacción lo que pensaba tenían guian de ser enseñados
y remediados en sus necesidades espirituales sea animar y ofrecer a esta entrada con
muy buena voluntad aun los muy necesarios en esta casa pero por orden del padre
provincial de Lima fue un padre y un hermano a ella lo que en esta vez hicieron no se
puede con pocas palabras explicar porque la estima de esta obra en los indios fue muy
grande viendo que les iban a dar y no a pedir no solamente en lo espiritual sino en lo
temporal que por ser tan pobres cualquiera cosa les es mucho.

63
Con este cebo, se aficionaron a los nuestros de manera que los tenían por mas
que hombres y cuando con esto se juntaba la enseñanza amorosa de la doctrina cristiana
a que principalmente miraba el intento del misionero acudían como ciervos heridos a la
fuente del remedio de su ignorancia y mala vida pasada rezando manifestando sus
pecados los que no estaban bautizados y se tenían por cristianos y no fueron pocos,
descubrían los matrimonios que lo parecían y no lo eran por impedimentos impedientes y
aun dirimentes, a todo lo que acudió el padre en esta misión con grande provecho de esta
pobre gente y servicio que al Señor se hizo y entre otras muchas cosas que mucho les
aprovechó fue hacerles como les hizo con no pequeño trabajo la traducción de las
oraciones y catecismo en su lengua y aun en sus lenguas que por ser muchas y
extraordinarias y de no pequeña dificultad, nunca habían oido cosa semejante en ella sino
en alguna de las mas cercanas y por ventura de las que menos corria.
No fue solo este el fruto de esta misión aunque es tan grande porque está misión
fue causa de un grande descubrimiento de infieles bien dispuestos para recibir nuestra fe
de los cuales aun se tenía noticia y aun se había tenido … con ellos pero por algunos
malos tratamientos que les habían hecho se habían ausentado ahora con la fama de los
nuevos misioneros asegurados salieron fuera de sus cabernas y escondrijos de lo cual da
mas larga relación el Padre Rafael Ferrer en una que me escribió .. luego que alli … que
por contener esto y una notable angu.. que allí halló me pareció ponerla aquí y es la
siguiente.
Copia de una del padre Rafael Ferrer que hace padre Diego de Torres.
Vice provincial de Quito y Nuevo Reino.
Por entender padre mio el gusto que los indios dan a v. r. me atrevo a interrumpir
sus muchas y graves ocupaciones con esta tan pequeña de mi carta. El año pasado de
603 hice una misión por orden del padre Provincial Rodrigo de Cabero con el Hermano
Antón Martín a los Quijos en la cual aunque con muchas faltas mías pienso se hizieron
algunas cosas agradables al señor que necesarias a la salud de estas almas de lo cual no
doy mas larga cuenta a v. r. por entender la habrá tenido con las que al padre Provincial
escribí cerca de esta (fol. 5) misión y eso de una o dos cosas particulares la daré ahora a
v. r. por ser la una antigua aca que mucho declara el amor que el señor ha tenido a esta
pobre gente enviandoles de muy antiguo quien les predicase, la otra es la puerta grande
que el señor parece que abre para continuar las mercedes a esta gente que el señor de
tan antiguo comenzó a hacer a estas naciones . El caso pues es padre mío que estando
yo en el beneficio de la Coca me dijo su beneficiado que tenía relación de los indios que
tres jornadas de allí se parecían unas señales que había dejado un santo varón muchos

64
años había, oyendo esto animé al sacerdote a que fuesemos a ver lo que era y
certificandonos pusiesemos con alguna decencia aquellas señales;
Animose aunque enfermo a ir tres jornadas a pie por no poderse caminar de otra
suerte hasta llegar a la losa donde decía un indio que parecían señales, el que había
vivido muchos años cerca de esta losa y de doce a esta parte se había venido a la Coca
por vivir entre cristianos; entre otras cosas que decía era que cuando se vivía cerca de la
losa estaba limpia y se parecía en ella todo lo que decían los indios y que todos los que
iban a los cofanes, indios, infieles, se paraban a mirar la cosa de propósito quedando
todos admirados de ver en ella unas señales de los pies de un hombre grande y de un
niño de nueve o diez años y de otras cosas que allí se parecían y que los que eran
forasteros huían de espanto diciendo que aquello era alguna guaca ( que llaman ellos a
entierros de sus antepasados o oratorios y dedicaciones a sus dioses) y que temían no
les hiciese algún daño que este es el aguero que ellos tienen cerca de esto que llaman
guacas.
Cuando las descubren o miran curiosamente los que eran naturales de la tierra
no huían por saber la traducción de sus antepasados que decían haber estado en aquella
losa un hombre con cabellos rubios y corona en la cabeza que traia consigo doce
compañeros; el cual era contrario en sus obras al demonio, a quien junto con sus
compañeros procurando los indios matar, mas el se libraba asi y a ellos milagrosamente
subiendo y bajando por los montes con la ligereza que si fueran pájaros; a este hombre
hanolo llamaron cocama y a sus compañeros cocamadeque que quiere decir comedor y
comedores de hombres;
Créese que el demonio les dijo poner estos nombres para hacerles odiosos entre
los indios que en esta tierra no son caribes, y así aborrecen semejante fiereza, con todo
eso tuvieron a este hombre y a sus compañeros por buenos y santos y por tales los
nombraba que querían significar por aquellos nombres aunque su primera significación
era la pasada; porque queriendo el beneficiado de la Coca poco antes que yo viniese aquí
hacer un catecismo en la lengua de estos indios, llegando en el credo a la comunión de
los santos les dijo: santos no hay que mudar que no teneis vosotros nombre propio que le
corresponda y ellos replicaron que si tenían que era comacadeque y con esta ocasión le
descubrieron la tradición arriba dicha; porque habían quedado bien desengañados que el
cocama ni sus compañeros no comían hombres, sino otras cosas pues todo aquello con
que se sustentaban queda hasta hoy día impreso en la losa; fuimos pues padre mio, el
beneficiado y el hermano Antón Martín y yo a la losa con el indio que digo y otros de la
Coca y aunque quedo llegamos allá estariamos muy contentos pues habiendo salido de la

65
Coca el beneficiado y el hermano Antonio indispuestos después de haber andado tres
días a pie se hallaron con entera salud, volviosenos empero nuestra alegría en tristeza
por no parecer nada de lo que nos habían dicho los indios a causa de que todas las perias
(fol. 5v) estaban cubiertas de matorrales y arboledas grandes;
Con todo eso dijimos al indio nos dijese en que losa se solían parecer las dichas
señales, acordandose bien cual era todos quitamos las yerbas y árboles d ela losa
limpandola y lavandola bien con agua; con esta diligencia pareció la que buscábamos y
vimos toda la losa sembrada de huesos de venados, espinas de pescados y de muchas
maneras de caracoles, de plumas de aves y de uñas de animales y esto en mucha
abundancia; todo lo cual estaba convertido en peña y solo retenía cada cosa su propio
color y figura; había tambien muchas como letras que parecían griegas escritas con orden
y las mas parecían omegas.
Las señales de los pies grandes no parecieron, solo parecieron las señales de los
pies pequeñas y estas no enteras; tuvimos por cierto que las raices de los árboles habían
comido y gastado la peña y en particular hacía la parte donde se veían estas pisadas; y
para que se diese crédito que las había habido parece permitió el señor que quedasen las
señales de los talones de los pies pequeños; de esta losa como 30 estados hasta lo
hondo del río y en la mitad de esta distancia hay un llano adonde no pueden bajar sino
pájaros.
Y en este llano había seis o siete piedras grandes tan redondas que a compas y
de propósito no se pudieran hacer mas redondas; maravillamonos todos de verlas y no
pudimos entender como se habrían puesto allí; mas yo digo a v. r. que las letras que me
parecían omegas y esta piedras redondas me causaron particular devoción pareciendome
que allí había estado alguna persona santa que tenía siempre presente la eternidad e
infinidad de Dios Nuestro Señor pues se llama alfa et omega; y que esta persona santa
deseaba tuviesen todos estas perfecciones de Dios presentes y asi dejaba tantas cosas
que las representasen.
Esta es la relación de la los que a muchos ha parecido de consideración y
misterio. v. r. la reciba con su voluntad con que se le ofrece que yo avisaré de lo demas y
en particular de la conversión de los infieles cofanes a quien hablamos cuando estuvimos
en la Coca y ahora han salido pidiendo padre y doctrina, esta se les haciendo Iglesia yo
había ya de haber ido por allá y ahora estaba de partida dentro de tres o cuatro días pero
difiriese por haber llegado orden del padre Provincial que haba profesión el día de San
Andrés pero el día siguiente con el favor del señor nos partiremos para los Quijos y sepa
v. r. Padre mío que si no lo impiden mis pecados, se pueden abrir mucha y muy grandes

66
puertas a tantísimas naciones para el santo Evangelio por esta parte de los Quijos, no
solo en los cofanes adonde aparece que el señor “lratres miserucirdiae recordatur”.
Y estos confinan con los colorados y con los indios del Perú que dicen son
muchos; pero también en los sumaguas que están mas abajo y confinan con los indios de
las ciudades españolas.... que se llama Ávila; allá con el favor divino me llegaré y de los
confines de Ávila me informaré de todo y procuraré salgan a hablarme como le dije el año
pasado con los cofanes; a los cuales traté de la eternidad del alma; premio de los buenos
y castigo eterno de los malos; los cuales con esta doctrina quedaron espantados y
deseosos de ser cristianos, porque nunca les habían dicho otro tanto los cristianos
antiguos ni modernos que solían ir a sus tierras por tener mucho oro a tratar y contratar
con ellos; los sumaguas son muchísimos indios de harta policía y creo que la tierra mas
adentro son muchos mas y de mucha mas policía porque en el mapa del Perú se señala
la una grande provincia que llaman sumagua; y lo que sabemos cierto es que los indios
que algunos soldados han juntado de los sumaguas son de buen talle, de mucha de buen
talle, de mucha discreción y buen natural. (fol. 6)que mudándoles el habito no parecen
indios y si en estos sumaguas se abriese la puerta podría ser diésemos con el dorado, tan
nombrado, deseado y buscado y que tanta gente en su busca se ha consumido pues aquí
en Quijo vemos muchos perdidos por haber ido a buscarle con un ejercito de mas de mil
hombres cuyo descubrimiento por ventura le ha aguardado el señor para cuando v. r.
venga por acá a quien pido me perdone haberle cansado con tan larga carta; pero me he
atrevido por tratar de indios con quien tan buena voluntad les tiene el señor de en todo lo
que fuere mas gloria suya y guarde a v. r. atentamente de Quito 2 noviembre de 1604
años.
Siendo de tanto fruto como son las misiones de nuestra Compañía, y en especial
entre infieles y en esta por haberse abierto la puerta y puertas a tanta gentilidad como en
la pasada se dice; salió el mismo padre a la misión que el año pasado de 603 dejó
comenzada a los cofanes, sumaguas y coronados pasando por los quixos, indios
cristianos y de paz sujetos y encomendados de españoles pasando por los cuales ejercitó
los ordinarios ministerios nuestros de enseñar la doctrina, predicar y confesar, en lo cual
según me contó el mismo padre no fue pequeño el consuelo de su alma viendo lo que
había fructificado la semilla del santo evangelio que el año antes había sembrado en sus
corazones pues halló grande memoria de lo que les había predicado y grande enmienda
en sus vidas; de lo que antes halló; estima grande de la devoción de la Virgen Nuestra
Señora, mostrándoles los rosarios y imágenes que les había dado y no fue pequeña parte
de este consuelo hallar tan buena entrada para los infieles que iba a buscar como lo

67
significa el mismo padre en una que escribió desde allá a los hermanos del colegio de
Quito que dice así.

Copia de una carta del Padre Rafael Ferrer para los hermanos de la Compañía
de Jesús del Colegio de Quito.

La paz y gracia del Señor sea con mis carísimos hermanos. La necesidad me ha
obligado a escribir a mis hermanos rogándoles de rodillas nos hagan limosna de
oraciones y lágrimas para que acertemos a sujetar al yugo del señor los Cofanes infieles a
donde vamos no con pequeño gozo nuestro porque nos han enviado a llamar para que les
publiquemos el santo evangelio y los hagamos cristianos. Están estos indios a las
espaldas del cerro de Cayambe que como saben no de esta de esa ciudad mas que doce
leguas y nunca ha podido ser conquistados ni han querido recibir el bautismo, son como
me han dicho muchos y si contamos entre ellos los que del Perú y los icas que todos son
cofanes serán mas de quince o veinte mil almas y con las demás gentes que or allí hay es
un grande número.
Piden a nosotros solos y no a otro alguno porque por la noticia que tienen dicen
somos buenos padres. El Señor nos dé lo que nos falta para serlo. Si acertamos a traer
estos a la santa iglesia, se abre la gran puerta para la conversión de un nuevo mundo y
naciones desamparadas llenas de gente; están tan cerca de estos Cofanes, los
Coronados a quien hablamos y quedan de buena disposición; cerca de los colorados
están los Umaguas de los cuales bautizamos algunos, dejándoles iglesia y un lienzo de
San Antón; doctrinamoslos como pudimos por no tener mucho lugar de estar con ellos.
Después de estas naciones viene el río grande del Marañón, a cuya ribera dicen
que hay poblaciones tan grandes que (fol. 6v) para pasar a algunas de ellas es menester
día y medio, y para pasar otros tres días, a los cuales no hay quien les ayude si la Com-
pañía no se compadece de ellos. Y por principio los hermanos de ella suplicando al Señor
fervorosísimamente por su conversión, y disponiéndonos los padres para ayudarles con
mayor perfección y con un encendidísimo celo de la gloria del Señor y salvación de
nuestros hermanos.
Yo, mis carísimos, viendo estas necesidades tan grandes y tantas almas cautivas
de Satanás, tan cerca de Quito (que desde nuestro colegio se ve la tierra que habitan)
bajar innumerables al infierno, no se con quién está el Señor más enojado, o con estos
infieles no enviándoles su evangelio, o con nosotros no sirviéndose de nos, para cosa de
tanta gloria suya y remedio de tantas almas por las cuales dio su sangre y vida.

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Y así, hermanos carísimos, otra vez les pido de rodillas nos ayuden con
oraciones y penitencias para que no sean parte nuestras faltas, que el Señor deje de ser
glorificado en estas almas que tanto valen y le costaron. También encargo que si hubiese
por allá alguna limosna, en particular de lienzos de Flandes y otras imágenes, rosarios y
medallas para repartir entre esta buena gente, que demás de serles de tanto provecho y
fruto, es gran cebo para acariciarlos y otros mil buenos fines que las dádivas graciosas
suelen tener.
Déles el Señor su santo espíritu como le suplico. De Tangipa y enero 27 de 1603.
Estando la Misión en tan buen punto, como de la carta pasada se ha echado a
ver, me pareció poner el suceso de ella de una relación que el mismo Padre hizo al P.
Esteban Páez, provincial del Perú, que es la que se sigue:

Copia de una carta del Padre Rafael Ferrer para el padre Estevan Páez
Provincial del Perú.

Aunque las ocupaciones que a V. R. de nuevo con el oficio le han venido son
tantas y de tanta importancia, no dejaré de dar relación del suceso que tuvo la misión a
que la santa obediencia me envió a los Coronados, Umaguas y Cofanes, el diciembre
pasado, así por la que V. R. me hizo caridad de escribirme, diciéndome no me olvidase
del conocimiento antiguo y vista que tuvimos en el colegio de Quito, cuando nos la hizo V.
R. de visitarnos en él, como por la obligación que al presente tenemos y con mucho gusto
de acudir a V. R. con nuestras cosas, en especial siendo sucesos de misiones, hechas a
indios por orden de la santa obediencia.
Salimos, pues, Padre mío a esta misión y segundo viaje y a acabar de repartir la
limosna que envió un caballero de Lima a los indios de provincia de los Quijos.
Fue nuestra salida en dos de diciembre, día de nuestro beato Padre Francisco
Xavier, que no fue para mí de pequeño consuelo, ni de pequeñas esperanzas que el
Señor, por su intercesión, nos había de ayudar, en camino tan semejante a los que este
santo varón hizo, no solo en el fin del, sino en el trabajo que en él habíamos de pasar.
Al principio de nuestro viaje parece que el cielo y la tierra y los hombres delta se
habían juntado para que no lo prosiguiésemos, con tales tempestades y con estar los
caminos tan malos que cuando pasamos el Páramo hallamos en él arrieros que no habían
podido andar en siete días lo que se anda en uno, Y las cargas de la limosna que
llevamos lo pasaron semejantemente, aunque el Señor fue servido que un solo día
estuviesen en el Páramo, y después prosiguiésemos nuestro viaje.

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De la ciudad de Baeza en adelante nos vimos en harto cuidado para pasarlas por
la falta de caballos, (fol. 7) y malos caminos, hasta llegar a Ávila, segundo pueblo de
españoles. Y aquí no la pasamos más bien, por faltar indios que las llevasen. Y los que
podíamos haber, espantados de los malos caminos, las dejaban en el campo y se iban.
Pero el Señor cuya era la causa que hacíamos, fue servido que estas incomodidades solo
sirviesen de darnos en qué merecer, sin que nos faltase nada de lo que llevábamos.
También se nos han ofrecido en el camino ocasiones de experimentar el paternal
cuidado que el Señor tiene de sus misioneros, pues dejando el camino nuestro sin
advertir, nos reducía a él por modos bien extraordinarios. Por todo sea bendito.
Llegamos, pues, al distrito de Ávila, con harto cansancio, un día, por haber
andado en él siete u ocho leguas de mal camino, arrimados en nuestros báculos, que allí
no pueden pasar caballos. Alégranos el Señor con una ocasión que nos dio de conquistar
a Satanás y de glorificar a Su Majestad. Porque en la primera casa que encontramos;
vimos a la puerta de ella cinco ídolos grandes, puestos en lugar eminente por su orden.
Eran los ídolos unos tigres y el uno de ellos de extraordinaria grandeza, que estaba en
medio de los otros cuatro no tan grandes; tenían todos colgados del cuello cosas que les
habían ofrecido. Al punto los derribamos y haciéndolos pedazos los echamos la montaña
abajo, dando por bien empleado el trabajo del camino por haber quitado tal abominación.
Por los pueblos por donde ahora entramos en Ávila, salimos el año pasado
haciendo en ellos misión y haciendo limosna, adornando como pudimos sus iglesias.
Enseñeles entonces a rezar en su propia lengua, porque en ninguna lo sabían.
Juntamente les hice en ella el catecismo. Este año hallamos que habían guardado con
grande cuidado lo que les dejamos para las iglesias, y que aquellos a quienes el año
pasado enseñamos el catecismo en su lengua, no solo la sabían ellos, sino que lo habían
enseñado a otros, sin que nadie se lo hubiese mandado; porque cierto no tienen quién
cuide de ellos.
Quisieran ellos nos detuviéramos algo en sus pueblos. Mas no fue posible por
estar cerca la Pascua de Navidad, la cual deseábamos tener en Ávila para repartir en ella
a los pueblos, que allí concurrían por razón de la fiesta, la mayor parte de esta limosna.
Buena parte de la cual, antes de llegar a Baeza dejamos para los indios Guarontos y
Guacamayas. Exhortamos a todos, los pocos días que antes de Pascua estuvimos ten
Ávila, a que se confesasen para ella; y así lo hicieron hombres y mujeres, españoles e
indios de servicio. El primer día de Pascua repartimos a los pueblos comarcanos que
acudieron a la ciudad de la limosna que traíamos: que la de este año fue parte para las
iglesias y parte para los indios. Para las iglesias trujimos. Porque el descuido y no sé si la

70
poca gana de gastar en esto de los encomenderos, a cuyo cargo está el adornarlas, les
dan por título y advocación de todas ellas la Santa Cruz; porque con ponerle una cruz de
palo, que a las veces es de dos toscos troncos cortados del monte, les parece cumplen
con su devoción. Gustaron mucho los indios con estos lienzos que fueron trece que tenían
razonables pinturas; y los recibieron como un grande tesoro no hartándose de mirarlos.
También dimos a dos curas sendos cálices y dos pares de vinajeras de plata, con
todo el demás recaudo y aparejo para decir misa; aunque por tener frontal, les
recompensamos con un buen misal.
A los indios (fol. 7v) repartimos mantas, camisetas para sí; y para sus mujeres
anacos, que son a modo de capuces de varios colores de que ellas se visten. Dábamos
los cuchillos y agujas que mucho estiman. También repartimos rosarios con imágenes,
quedando muy agradecidos y admirados de ver padres que no les pedían, sino que les
daban de lo que con tanto trabajo y por tan malos caminos habían traído.
Si yo me hubiera podido detener más entre estos indios, según estaban de bien
dispuestos con la limosna recibida, entiendo que no fuera pequeño el fruto que se hiciera
en ellos, con el favor divino. Mas Ilamábanme otros más necesitados que llaman de los
Calientes, a los cuales no entramos el año pasado por no tener tiempo ni lugar. Partimos
para ellos el tercer día de Pascua con la limosna que nos faltaba de repartir. Y en el
primer pueblo bien cerca de Ávila no hallamos iglesia, ni enseñanza, sino mucha
ignorancia de la doctrina cristiana. Icémosles hacer iglesia para que siquiera en ella
enterrasen los muertos, y no en el campo, como lo solían hacer. Avíseles de la obligación
que tenían de aprender las oraciones; tomáronlo bien; y a la partida vinieron en nuestro
seguimiento para que le acabáramos de enseñar todo el catecismo en su lengua Chalofa.
Porque aunque el hermano Antón en esto no me podía ayudar, por no saber leer,
llevamos con nosotros un indio que la había aprendido el año pasado y la sabía bien de
memoria, con no pequeña admiración y consuelo mío, viendo cuán bien me ayudaba.
Entrando más la tierra dentro hallamos tanta ignorancia en esto que no podía ser
mayor; porque en todos los pueblos que anduvimos de los Calientes no encontramos
hombre ni mujer, chico ni grande, que en alguna lengua supiese la menor palabra de la
doctrina cristiana, ni persona que supiese aun santiguarse. Diome tanta pena esto, que
escribí al vicario, encomenderos y escribanos de Ávila, encargándoles la conciencia y
declarándoles la obligación que tenían a la enseñanza de aquellos indios, que había
cuarenta años que pagaban su tributo, a título de que les daban doctrina, no teniendo
ellos otra señal de cristianos sino las cruces de palo que tenían en sus iglesias.

71
Reconocieron su obligación y la necesidad de los indios, ofreciendo de poner
remedio en mal tan grande y de ayudarse unos a otros para ello. En particular el cura me
escribió agradeciéndome el aviso, y diciendo que ya había hecho en Ávila en su casa,
como un colegio de indios, escogiendo los más hábiles de los pueblos para que
aprendiesen el catecismo Chalofo, y otros el de la lengua Quichua, para que en sabiendo
lo fuesen enseñando a sus pueblos. También me dijo que estaban haciendo por su orden
dos iglesias, como yo se lo había pedido, para que en ellas se juntasen viernes y días de
doctrina, y en ellas enterrasen también sus difuntos.
Pero bien podrá V. R. echar de ver de cuán poca ayuda pueda ser esto si no hay
hombre que se duela y acuda a ello de veras; pues la enseñanza de estos muchachos
será como quien enseña a papagayos; pues vemos que innumerables que saben en
castellano estas cosas, son muy raros los que hacen conceptos de ellas, si no se les
declara y da a entender.
Y así procuré de declararles estas cosas lo mejor que pude, para que hiciesen
conceptos de ellas, cuando las fuesen aprendiendo de algunos indios que en cada pueblo
dejé enseñados, por ahora, para que después de nuestra ida las enseñasen a los otros.
Lo cual ellos estimaron tanto, que viendo el fiscal de la doctrina de un pueblo que los
muchachos del, por ser rudos, no habían aprendido la doctrina como ellos deseaban, se
vino en nuestro seguimiento a (fol. 8) otro pueblo, con no pequeña incomodidad de calor,
mosquitos y comida para aprender para sí y enseñar a los otros el catecismo, a cuyos
buenos deseos y trabajos favoreció el Señor, pues se volvió a su pueblo bien enseñado
en breve.
En el último pueblo de los calientes de Ávila nos vinieron a ver unos pueblos con
su curaca, llamados Umaguas, pidiendo los bautizásemos e hiciésemos cristianos. Este
curaca había algunos meses que con este deseo había salido al desierto de Ávila para
poblarse en él con su gente ; la cual diligencia hicieron movidos de la fama que tenían de
que venían padres que antes les daban sus cosas que les pidiesen las propias, y que no
venían españoles con ellos, que les pudiesen hacer agravios.
Por excusar estos agravios no habían querido salir al llamamiento que de parte
del cura y españoles se les había hecho. A la voz, pues, de nuestra venida se salieron tan
sin miedo y con mucho gusto, que muchos días antes que llegásemos, con sus hachas y
machetes nos abrieron el camino cuatro leguas antes del pueblo, que no fue para
nosotros de poco consuelo y alivio.
Sabiendo la víspera de los Reyes que habíamos llegado, vino luego el curaca con
algunos indios principales a darnos la bienvenida, trayéndonos pescado y miel en

72
abundancia. Son estos Umaguas indios de alguna policía, porque andan vestidos y sus
mantas y camisetas por las muchas y hermosas pinturas que en ellas pintan de pincel, las
cuales son de tanta dura como la misma ropa. Traen en las cabezas, hombres y mujeres,
unas coronas como de clérigos. Quise saber el origen de todo esto, y solo me dijeron que
era propio de la nación. No hallé que tuviesen uso de ídolos o de hechicerías, aunque
tenían nombre propio con que llamaban a Dios, y otro con que nombran al demonio.
No supieron decirme y darme razón de los nombres, porque ellos solo entienden
de comer y beber y en traerse bien vestidos, según su posibilidad. El día de los Reyes
traté despacio con el curaca de su pretensión y deseo y dijo ser el de hacerse él y los
suyos cristianos. Acariciéles como pude; mostréles la iglesia con un lienzo que en ella
había puesto, los ornamentos que estaban con buen orden dispuestos, de que no
quedaron poco admirados.
Diles un poco de bizcocho, y habiendo comido del dijeron: ésta es verdadera y
propia comida de hombres, y no la que nosotros comemos. Preguntéle al curaca qué le
había movido a hacerse cristiano; me respondió que solo el deseo de salvarse.
Luego traté de hacer por intérprete un Catecismo en la lengua umagua. Y fue de
algún trabajo, por ser tres las lenguas que en éstos intervenían: diciéndolo yo a uno, y
aquél a otro que sabía la lengua chalofe, y éste al que sabía la umagua. Aunque lo acabé,
no puedo decir qué tal salió. Pero fueron tantas las veras y gusto de los Umaguas oyendo
estos misterios en su lengua que me dieron buenas premisas de quo estaba bien hecho.
El cual gusto mostraron en las muchas veras con que aprendían la doctrina, en particular
el curaca, que en todo era el primero y daba muy buen ejemplo a los otros.
Estaba este curaca cuando se rutaba con la humildad y reverencia que un niño
de pocos años, con no pequeña incomodidad de mosquitos y el calor que parecía fuego
artificial. Pagábales este trabajo el Señor con no pequeño consuelo, del que era buen
testigo las lágrimas que derramaba en abundancia y a todo respondía," ¿Cómo había yo
de estimar el bien que no conocía? Ahora que le conozco le estimaré de veras y haré que
todos mis indios le estimen y sean buenos cristianos".
Pero como era indio de edad, no podía salir tan en breve con el catecismo de
memoria aunque ponía (fol. 8v) harta diligencia. Consolábase con que lo hubiese
aprendido uno de sus indios de 15 o 16 años que solo enseñaría en mi ausencia; no eran
pocos los suspiros y gemidos que este indio daba cuando no se acordaba de lo que
algunas veces le había enseñado, con que no solamente me quitaba el enfado y
cansancio, pero me animaba mucho a ayudar a quien también se ayudaba con lo cual él y

73
sus indios supieron lo necesario y bastante para poderlos bautizar fuimos para esto a la
iglesia que habían hecho; púseles en ella un San Antón que estimaron en mucho.
Bauticelos el día de la octava de la Epifanía con tanto consuelo del curaca que
cuando se hacían las ceremonias lloraba como un niño, después de bautizados los case
con las mujeres que antes tenían y entonces se bautizaron con ellos, que por tener estos
indios falta de mujeres no hubo dificultad en quitarles las que les sobraban; no fue esta
salida a los sumaguas solo para bien de ellos sino también para los indios del pueblo
último del distrito de Ávila donde habían salido porque una india ya vieja de este pueblo
que estaba casada con un indio cristiano nunca se había querido bautizar ni hacer
bautizar a sus hijos, pero con esta ocasión determinó bautizarse y que se bautizasen sus
hijos también y después de bautizada case con el marido que antes tenía y a dos hijas
suyas con dos de los sumaguas que me fue de particular consuelo por verlos ya
emparentados.
A otros dos que estaban en son de casados tiempo había y con muchos hijos que
no lo eran casé con esta misma ocasión a todos los bautizados di rosarios enseñándoles
como los habían de rezar, enseñándoles juntamente el rosario de .. de Jesús de que
gustaron mucho y en despertando por la mañana lo rezaba muchas veces a hacerles la
costumbre que algunos cristianos tenían de disciplinarse los viernes en memoria de la
pasión del señor y luego a porfia y a grande prisa hicieron sus disciplinas para ejercitarse
en ella.
También se les dio modo como supiesen los días de la semana para que
supiesen en cuales no podían comer carne y en que día no habían de trabajar porque sus
vecinos del distrito de Ávila, tan ignorantes eran como ellos en esto. Lo cual acabado nos
despedimos de ellos encomendándolos por carta al beneficiado de los Calientes de Ávila
al cual envié una memoria y lista de los bautizados y casados para que tuviese de ellos
noticia.
De aquí fluimos a los Ambocaguas que está en el distrito de la ciudad de Baeza.
Y los potreros cristianos de el no había un año que se habían bautizado y así ni aun
tenían iglesia la cual hicieron con diligencia sabiendo de nuestra primera y híceles el
catecismo en su propia lengua por medio de intérprete con lo cual salieron de una grande
ignorancia que tenían por falta de enseñanza pensando bastaba para salvarse ser
solamente bautizados y saber dos o tres oraciones que en su lengua les habían
enseñado.
También les declaré la obligación que tenían de confesarse de los pecados
hechos después del bautismo de que no se espantaron poco, pensando había de ser

74
pública la confesión, preguntándome si se habían de confesar cantando sus pecados
como las oraciones; desengañelos y animáronse mucho con el ejemplo del escudero que
se confesó el primero de todos animando a una india que hiciese lo mismo con quien
había estado en mal estado. Y así los confesé por un confesionario que en su lengua les
había hecho; no había un rosario entre ellos y luego ofrecieron sus haquiras de que se
hicieron muchas recibiéndolos con singular devoción; tuve noticia que muchos indios
bautizados tenían mujeres infieles y catequicelas bastantemente y bautizadas las casé
con ellos.
En este pueblo tuve noticia de otros indios infieles que se llaman Coronados,
porque traen coronas en las cabezas como de frailes enviándolos a llamar; vinieron dentro
(fol. 9) de cinco días, su principal y cuatro de los más principales de ellos. No usan estos
indios género de ropa en sí.
Acariciámosles como pudimos dándoles de nuestra pobreza, y ellos nos dieron
de la suya que eran unos canutos de miel. Hábleles de la inmortalidad del alma, del
premio de los buenos y castigo de los malos; a lo cual me dijeron nunca habían oído tal
doctrina; y que para ser enseñados del cura de Ambocagua habían hecho ya sus chacras
dos leguas y media de Antoragua, a donde habían de venir a poblarse. Aunque yo veo
poco remedio para que estos pobres indios por este medio consigan su intento, si no les
acudimos nosotros. El Señor le envíe como puede. Estos indios coronados se precian de
muy guerreros, y así han traído siempre guerra con los de Simboragua, que son ya
cristianos, no menos valerosos que los otros. Como los vi ya de paz, con ocasión de
nuestra venida, rogué al curaca de Simboragua que acariciase a los forasteros; lo cuál el
hizo y los animó a poner en ejecución sus buenos deseos confirmando su nueva amistad.
Luego comenzaron a tratar largo de nosotros. Preguntando los Coronados al
curaca que si otra vez volviésemos qué podrían presentarnos que tomásemos;
respondióles el Curaca: Estos padres no buscan plata ni oro, sino nuestra salvación; y así
ninguna cosa les podréis presentar de mayor gusto que cera para la misa. Preguntaron
qué cosa es misa. Dijo el curaca: Misa es una gran cosa, que el primer día que este padre
nos dijo misa, antes de decirla, nos mandó estuviésemos en la iglesia con gran
reverencia, porque en la Misa, baja desde el cielo Jesucristo, nuestro Señor; y que aquel
pan que toma en las manos se convierte en carne de Cristo; y que el vino que pone en un
vaso de plata se convierte en sangre del mismo Cristo.
Oyendo esto los Coronados salieron, según su costumbre en las cosas
grandiosas, con una grande admiración, haciendo ciertos meneos de boca y manos,
diciendo: eso tienen los Cristianos, ¡gran cosa por cierto!.

75
Los primeros días no se les daba nada de parecer desnudos en público a
cualquier hora. Más después ya no osaban salir sino a las oraciones y al anochecer. Y
después ni aun a esas horas salían, pero pedían mantas prestadas para salir en público;
tanto pudo la comunicación de pocos días con los cristianos Ambocaguas.
Antes que viesen la iglesia, hice aderezarla según nuestra posibilidad y así la
tarde antes del bautismo de las indias, enramada y aderezada, y los ornamentos que
trajimos en el altar, encendimos en él algunas candelas. Al anochecer les hice entrar en la
iglesia, que les pareció cosa del otro mundo: volviéndose a los Ambocaguas les dijeron:
vosotros vivís como hombres, nosotros como bestias; mas presto nos daremos diligencia
en que seremos como vosotros. Al despedirse del pueblo vinieron a vernos y prometieron
de nuevo poner diligencia en poblarse cerca de Ambocagua y hacerse cristianos.
El número de los indios Coronados será como de 12.000/ 14.000 almas. Puede
ser que sean más; porque andando yo por los términos últimos de Ávila y Baeza
descubrimos unas grandes (lanadas hacia los Umaguas y Coronados, que parecía un
nuevo mundo. Su tierra es muy fértil, los ríos abundantes de muy buen pescado. ,Habitan
los Coronados las riberas del río de La Coca, donde hay grandes poblaciones de ellos;
este río-atajó se entra en el del Marañón, según la narración de los soldados que con
Aguirre salieron por el río de La Coca los años pasados en un gran barco al Marañón; y
por él al Mar del Norte, quinientas leguas más abajo de Ambocagua, los cuales soldados
dijeron habían visto en sus riberas grandísimas poblaciones de gente, que en un día ni en
día y medio río abajo no las podían pasar, con muchas (fol. 9v) islas pobladas dentro del
Marañón para conversión de tantos millones de almas que sin quitar a muchos el sueño
su remedio, se van al infierno.
Es la puerta los sumaguas y coronados, porque convertidos y ablandados estos
sin temor se puede bajar por el río Coca al Marañón teniendo con estos las espaldas
seguras y con las buenas nuevas que estos dieren del Santo Evangelio a los otros infieles
se disponen y pretenden lo mismo; y así me dijeron estos sumaguas que dentro de pocos
días habían de saber quinientas leguas el río abajo de nuestra venida y de nuestro trato y
modo de proceder. El señor se apiade de tantas almas que no valen ni costaron menos
que las nuestras y ponga en el corazón de nuestro padre enviarles quien les ayude
porque si su padre por medio de sus hijos no se compadece de ellos y les ayuda no se
que tengan otro remedio. Que cierto ahora dura todavía querer a que sica sunt, doctrinas
gruesas y de interés y por estos podemos decir videte regiones quia albe sunt iam ad
meyem.

76
Porque aunque de parte de los obreros se pide mucha virtud en si mismos, pero
por parte de los indios solas tres cosas se requieren; la una no hacerles mal, que no
quieren les haga bien; la otra enseñarles la ley del señor, la tercera contentarse con lo
que dieren para el sustento; si fuere poco que tengan paciencia y si mucho lo agradezcan
al señor. Estos son padre mío los milagros que estos indios piden para convertirse y
hacerse cristianos. Los cuales puede y debe hacer el quiere hijo de la Compañía; mas
como me detengo en esto pues tengo mas que decir.
De Ambocagua fuimos el río de la coca arriba y llegamos a Atamgipa y en el
hallamos unos indios infieles llamados cofanes que sabiendo nuestra venida nos salieron
a recibir de su tierra aguardándonos para que los hiciésemos cristianos acaricielos así por
ser indios nuevos como por quitarles algún pavor que de la aspereza de otros habían
cobrado y luego los despedí enviándolos a sus curacas para que les avisasen como yo
había de ir con el favor divino a su tierra para hacerlos cristianos.
Son estos cofanes unos indios que habrá 15 años que estaban de paz con los
españoles pero nunca los bautizaron ni enseñaron antes por el maltratamiento que les
hicieron los echaron de sus tierras y les cerraron de tal suerte la entrada que no se han
atrevido a entrar allá cual o cual de ellos salía por acá y los bautizaban que no debieran
porque los dejaban luego volver a su tierra adonde vivían como los demás.
Están estos indios cercados por todas partes de cristianos y así contamos con
ellos todos los que se llaman cofanes que son tres naciones que según la cuenta que a
casa .. se echa de almas pasaran de quince mil y con tener vecinos cristianos y
comunicaron con ellos y en su tierra a un volcán que según es fama han visto algunas
veces en la cumbre y medio de sus llamas gente que da voces y alaridos, nunca han
querido hacerse cristianos ni admitir padres y españoles teniéndoles extremado odio que
los llaman fensideque que quiere decir demonios, con todo eso fue el señor servido que el
año pasado estando yo en Tage quise probar ventura y envié a llamar a algunos; salieron
tres, acaricielos y hacielos de la inmortalidad del alma, mostraron deseo de ser cristianos
y con esto los envié a su tierra.
Este año a la vuelta de Ambocagua, los halle tan deseosos de ser cristianos
diciendo que sus curacas gustarían fuésemos allá a plantar en su tierra la ley del Señor
que por no perder tan buena ocasión aunque estaba cansado de las muchas jornadas que
había andado a pie por riscos y despeñaderos grandes, por Iodos y ríos harto caudalosos
y aunque en esta (fol. 10) ocasión me cayó enfermo el hermano Antón Martín, me
determiné de entrar en los Cofanes, de consejo del mismo enfermo, dejándole en buena
comodidad. El escudero del pueblo se encargó de regalarle mucho.

77
Pero esta determinación y salida no lo sintieron poco los de Tangipa; y así por
medio de un español me pidieron encarecidamente dilatase mi partida por algunos días.
No pude dejar de condescender con su petición, teniéndola por tan justa; lo cual confirmó
el efecto que se siguió, que no. poco me confundía, porque experimenté en ellos un gran
deseo de su bien y de asentar en sus almas lo que les importaba; pues no se les decía
cosa que no lo ejecutasen de buena gana. Hasta los más viejos que suelen ser más
dificultosos de introducir en las cosas de la fe, hicieron todos sus rosarios con grande
alegría, preciándose de traerlos consigo, rezando y acudiendo a la iglesia y dando otras
muchas señales de cristianos, el poco tiempo que me pude detener aquí en Tangipa,
disponiéndome para la entrada.
Cumplida con su devoción, me partí con el curaca de Tangipa, que me había de
servir de lengua, junto con el indio que saqué de Quito, para este efecto. A la primera
jornada nos salieron al camino tres Cofanes, con sus lanzas y rodelas; los cuales siendo
preguntados si el curaca principal estaba en su tierra, luego de presente respondieron que
no; hasta que certificados del Padre que iba allí, dijeron que el curaca me estaba
aguardando en su tierra, con grande deseo de oír la palabra de Dios. Y diciendo y
haciendo echaron mano de nuestras cargas, descargando a quien las llevaba„ las
pusieron sobre sí, con singular alegría hasta llegar a la posada.
El otro día habiendo de pasar por la Rumichaca, que así llaman una grande
estrechura que hacen unas peñas en el río de La Coca, a donde hay tradición predicó un
santo en tiempos pasados, hallé aquí un curaca de los Cofanes, con dos yernos suyos,
que me esperaban con algunos regalos, muestras de su buen deseo y petición.
En cuatro días llegamos a la tierra del curaca más principal de eIla, la cual está
tan defendida naturalmente, que si ellos no quieren, solo los pájaros pueden entrar allá.
Porque pasamos antes de llegar allá un monte con escaleras de palo. Bajado el monte,
hay un río caudaloso muy hondo, que se pasa con dos o tres maderos. Después del cual
otro monte, que se sube con otras escaleras así mismo de palo; tan agrias son las peñas;
después de las cuales hay una muy linda y fértil tierra. Hallé en su casa al curaca que
buscaba, y otro tan principal como él, con muchos indios. Recibiéronme todos con gran
alegría suya y nuestra. Vilos tan deseosos de saber las cosas de Dios, que me pareció
acudir al consejo de S. Pablo, oportune, importune. Predíqueles, pues, mi sermón de la
inmortalidad de alma y otros misterios principales de nuestra santa ley; a lo cual parece
que el Señor abrió su corazón.
Pidiéronme luego el remedio de sus almas deseando grandemente ser cristianos;
y otros que lo eran disimulados, descubrieron ser bautizados, de los cuales cinco eran

78
curacas. Las mujeres de los más bautiza dos eran difuntas y ellos toman otras en son de
mujeres. Catequiceles con los demás infieles indios que cómodamente por entonces
pude.
Para baptizar los catequizados se hizo luego de prestado una iglesia, en la cual
quisiera yo poner una imagen de nuestra Señora, si la tuviera; cuya falta me dio pena.
Pero (fol. 10v) entendiéndomela, la lengua que Ilevábamos me dijo que el curaca
principal tenía una; acordeme que el año pasado se la había dado yo a los indios de este
curaca que me habían ido a ver en Tangipa, diciéndoles se la diesen a su curaca y le
dijesen la guardase con mucha reverencia, que era imagen de la Madre de Nuestro
Señor, por cuyo medio alcanzarían el remedio de sus almas.
Luego me la trujo, que la había guardado con toda reverencia; pusímosla en la
iglesia, que no causó poca alegría y consuelo a todos. Enseñados, pues, y dispuestas
otras muchas cosas necesarias al baptismo, y para casarles después del, que por estar
solo fueron de no pequeño trabajo, los bauticé y casé; aunque no tantos como yo quisiera
y se iban disponiendo, por acudir al Hermano Antón Martín que me llamaba. Indio hubo
que con el deseo de bautizarse vino nadando un río muy caudaloso, con hijuelos y mujer,
con no pequeño peligró de sus vidas. Decíanme éstos que muchos enfermos había que
por estar lejos no podían venir a bautizarse, pero que lo deseaban mucho, y aun lo pedían
con instancia; pero por la causa dicha no pude ir, que no me causó poco desconsuelo.
Enseñé al hijo mayor del curaca principal la forma del bautismo, y los casos en qué y
cómo lo había de ejercitar; el cual lo tomó tan bien que parece era ayudado de la mano
del Señor, porque la rudeza que antes mostraba no ofrecía nada de esto.
A la partida les dije una palabra cerca de su andar desnudos, y les pareció tan
bien que me ofreció el curaca principal que luego por la mañana iban por materiales para
hacer de vestir a todos, que es el algodón que aquí se da muy bien. Pidiéronme a la
partida trujese conmigo un muchacho de trece o catorce años para que aprendiese muy
bien el catecismo en Tangipa, el cual enseñado les sirviese de maestro cada día. Partime
de ellos con esto, con no pequeño sentimiento suyo y mío. Llegué a donde estaba el
Hermano Antón, que era la casa del beneficiado, con el consuelo que la ausencia pasada
pedía.
Hallé a todos los indios de aquel partido con rosarios al cuello, hechos de su
propia mano, por una palabra que el año pasado les hablé de ello y cual que les dije. Te-
nían sus cofradías ya hechas de la Madre de Dios, con tanto gusto y devoción que sin
aguardar que el encomendero les diese imagen, como tiene obligación, ellos la habían
buscado a su costa. Sucedió en uno de estos pueblos una cosa graciosa en materia de

79
devoción: que los indios de un pueblo viendo que los del otro se les habían adelantado en
buscar y traer imagen de la Virgen a su iglesia, corridos de no haberse dado tanta prisa
como ellos, fueron de noche a la iglesia y cogiendo la imagen que allí estaba la trujeron a
la suya, echando fama que la Imagen se había ido de Senacato a Candoca (que así se
llamaban los pueblos).
Pero averiguando la verdad, la volvieron a Senacoto, con mucha alegría y
consuelo, sin aprovecharles el ofrecerles los de Candoca mucho más por ella de lo que
les había costado. Consoláronse empero con dar orden que luego se les buscase y
trujese, a cuya devoción podemos atribuir que confesando yo muchos en estos pueblos
apenas he hallado quien hizo hechizos en este año, ni llamado hechiceros. El Señor sea
bendito.
Introdújeles una costumbre con gran gusto de los curacas y fiscales, que los que
se juntan las tardes a la doctrina rezan el rosario a coros de que no gustan poco, porque
teniendo todos sus rosarios en las manos estando de rodillas, solo dos rezan alto al pie
del altar diciendo uno el Padre Nuestro el otro el Ave María, y así en adelante. Acabado el
Rosario dicen todos, unos cantando y respondiendo otros la Salve; de aquí también (fol.
11) envié a hablar a los infieles casares llamados Dicas que habitan a las vertientes del
cerro nevado de Cayambe que V. R. vería alguna vez desde Quito cuando fue a visitar a
aquel colegio mas no pude aguardar la respuesta por instar la venida del padre vicerector
de esta viceprovincia para lo cual me llamaban de Quito, y por no faltar la cuaresma de
nuestra casa donde hay tan pocos y tanto que hacer en especial en este tiempo santo que
mucho se acercaba, dejé encomendado al curaca, alcalde y fiscal de Senacoto que se
saliesen los acariciase y persuadiese a dejar su antigua barbaria y hacerse semejantes a
ellos en la policía y cristiandad que a este deseo el señor les enviaría padres que les
ayudasen a ello ofreciéndome lo ellos de muy buena gana.
En Baeza hallé al beneficiado del distrito, que es un buen sacerdote, a quien el
señor obispo volvió a enviar con una limosna de 100 pesos de ropa que diese de limosna,
que servirían de otros tantos milagros para esta pobre gente. Di al beneficiado cuenta de
lo que había en su beneficio dándole una memoria de los nuevamente bautizados y
casados que le tocaban encargándose los muchos recibiolos con mucho gusto y
aceptación de nuestros ministerios.
En Baeza me detuvieron cuatro días para que les predicase y confesase lo que lo
hicieron todos a los que les alcanzó pero que por instar la cuaresma no me detuve mas,
llegue con el favor divino a Quito habiendo gastado mas de tres meses en la misión,
andando lo más del camino a pie, con nuestros bordones y alpargates, con no pequeño

80
consuelo de todos y en particular mío por haberme hecho el señor merced que no me
faltase la salud ni lugar para decir cada día misa. Las faltas el señor las perdone como le
suplico y v. r. lo haga por este su menor hijo que por escribir puntualmente lo que ha
pasado en esta misión me he alargado tanto al presente y para especificar mas en
particular la gran puerta que el señor ofrece para ganarle tan innumerables almas
redimidas con su preciosa sangre y destituidas de todo remedio humano de cuyos frutos
el señor nos deje gozar y guarde a v. r. De Quito, marzo 20 1605.
Habiéndome referido la buena disposición en que el padre Ferrer dejaba cosas
de tanta importancia para el bien de estos pobres indios, me pareció prosiguiese en su
empresa y así pasadas las pascuas de resurrección que aquí era muy necesario, se partió
a ella a los primeros de mayo con un compañero sacerdote que me dieron en Lima de los
que vinieron de Castilla el año pasado que vino de Italia a estas misiones y se ha dado
tan buena prisa en aprender la lengua general que en menos de cuatro meses ha podido
confesar y confesó en ella y aun comenzó a predicar en lo cual reconocimos su buen .. y
la provid.. particular que el Señor de esta gente ayudando tan copiosamente a sus
obreros, lo cual todo nos deja con grandes esperanzas de un muy buen suceso en esta
misión, de lo cual avisaré a v. p. con el favor divino cuando tenga noticia de él.
En los ministerios de españoles se ocupa la compañía en esta ciudad y en su
comarca con mucha edificación sea el Señor bendito cuyo concurso y el provecho del se
puede dejar de ver en la opinión que todos tienen de la Compañía los cuales dicen y
publican que sus negocios no se haben con los de ella no los tienen por acabados ni
concluidos y con esta buena voz han sido muchas las enemistades que se han
compuesto en este colegio y algunas de mucha importancia por ser personas calificadas;
han sido muchas las confesiones de este año aumentandose a las de los pasados.
Ha sido tan grande el concurso a los sermones (fol. 11v) que preveria la gente
con mucho tiempo antes a tomar lugar y a nosotros no será necesario prevenirnos a
cerrar algunas puertas porque no faltase lugar a la gente mas honrada del pueblo y asi se
volvía mas de otra tanta gente que no dabía en nuestra Iglesia, sacristía, coro y
corredores con caber en todo esto mas de tres mil personas y el fruto era muy conforme a
este concurso, lo cual se dejaba de ver en las confesiones que se le seguían y en la
conpunsión, composición y modestia que los oyentes sacaban del sermón, en especial un
día que se les trató la fealdad de los pecados deshonestos, que salio un hombre con tanta
estima de este y de otros ministerios de la compañía que con gran ponderación y
sentimiento dijo a un padre: antes que viniese la compañía a este lugar padre mio, eran
muy continuos y extraordinarios los terremotos, pero después que ella vino se han

81
aplacado de manera que no los sentimos; pero bien advertimos que es efecto de lo
mucho bueno que pone esta casa nos ha venido y ella ejercita con nosotros; porque que
enmienda no abrá en esta ciudad con los sermones que aqui se nos predican.
También se lleva adelante las congregaciones de estudiantes, de clerigos, de
seglares y de los que aquí llaman mestizos de que hay mucha copia son muy continuo en
sus juntas y en la observancia de sus leyes y reglas y en general puedo decir de ellas que
son la levadura con que se d.. .. la masa de todo lo restante del pueblo; y por ser muy
ordinarios y cotinianos los casos en que se muestra su fortaleza y amor a la virtud, los
dejaré en esta, contentandome con decir que miran en cosas muy pequeñas que pueden
ayudar o desayudar al …
La ocupación que los nuestros tienen en este colegio con los estudiantes es muy
continua y de mucho fruto porque debe de haber ciento y cincuenta estudiantes que … es
gran número. Los cuales acuden a sus obligación literaria y de virtud que en sus estudios
pretende la compañía con ejercicios lierarios muy continuos asi de mayores como de
menores facultades; habrá año y medio que aquí se acabó un curso de artes y ha sido
tanta la instancia y gente que para el ha habido que pareció forzoso el poner otro, el cual
… cuarenta seglares y de casa le oyen cuatro, dan todos muestras que no ha de ser en
valde el trabajo que en el se pone a la licción de moral que aquí se le ha añadido otra de
escolastico, así por haber un servicio de casa que iba proseguido adelante, nos obligaría
a no dejarselos truncados, como también por haber quedado del curso pasado buen
número de estudiantes que la pudiesen oir cuyo ejercicio y prosecución en sus estudios
no solo a.. a los artistas presentes, pero aun a los ladinos a la prosecucicón de sus
estudios, viendo podían s.. consumados teólogos de ellos.. las cuales dos licciones de
teologia lee solo un lector por ser un … el leerse y no poder quitar de otros ministerios a
los que pudieran ayudar en esto por ser tan pocos los de esta vice provincia y los de esta
psa en la cual no hay ninguno que no tenga dos o tres ocupaciones que cada una pedía
un hombre entero; el Señor nos aumente para acudir a ministerios de tanta importancia.

Lo temporal de este colegio se ha acrecentado gracias al Señor con algunas


buenas compras de tierras de pan sembrar que se han hecho que nos venían muy (fol.
12) a cuento para las obras que este colegio tenía hubieronse en buen precio el cual ..
satisfaran en biene sus buenos frutos; comprose también para la evitación de los de este
colegio una casa inmediata a el de que tenían no pequeña necesidad, la cual parece que
el Señor nos la previno junto con la voluntad de tomarla ahtes que se hiciese esta vice
provincia, en la cual se asentó el noviciado de ella con tal comodidad al recogimiento de

82
los novicios y unión con nuestro colegio que no se podrá desear mas, que al cual
parecería el Señor escogidos algunos buenos sujetos con muy antiguas y sólidas
vocaciones los cuales si aquí no se recibiera les era imposible ir a Lima a este dicho por la
lengua e incomodidad de los caminos.
El primero fue un sacerdote que había oido latín un año o dos de anten y otros
tantos de teologia moral, de tan buen ejemplo y vida que no dio pequeño ejemplo y
edificación en la clerecía de este obispado con su entrada, mostrando muchos buenos
deseos y aun poniendo muy eficaces medios para seguirle sea el Señor servido consiga
sus buenos efectos.
En segundo lugar se recibieron dos estudiantes de muy buenas habilidades y
naturales habían acabado su latinidad consumadamente y comenzado el curso con
grandes muestras de ingenio y no las habían dado menores de virtud y disposición para
nuestra Compañía. Recibiose el cuarto que aunque después de ellos les era compañero
en todo … y todos ellos eran fruto del seminario. La compañía tiene aquí a su cargo en el
cual quedan otros muchos que aunque hacen grande instancia y son muy a proposito
para lo mismo se les dilata; así por no cargar de gente nueva al noviciado que también es
nuevo, como también porque el colegio a menester mas gente que de presente le ayude
que no le gaste con estos cuatro, se han recibido otros tres para coadjutores temporales y
todos han comenzado con el fervor que suelen nuestros novicios en mortificación, oración
y ejercicio de las otras virtudes, el Señor lo conserve y lleve adelante.

Colegio Seminario de San Luis

Entre las demas cosas que nuestra Compañía se ejercita loablemente en esta
ciudad una es cerca del gobierno que tiene del Colegio Seminario de San Luis en el cual
al presente hay de 50 a 60 colegiales tanbien enseñados en letras y virtud que se conoce
su ventaja entre los demás estudiantes; porque los ejercicios que tienen para ello son muy
a propósito, muchos y muy ordinarios, teniendo cada semana conclusiones de todas
facultades y muy a menudo actos de artes y teología en lo cual es mucho el lustre que
dan a la ciudad, acudiendo fuera de esto a todos los actos y conclusiones que en las otras
religiones se tiene.
Quédanse mucho también de la repetición de las lecciones que cada día tienen
juntándose en su colegio cada día en diferentes salas conforme a lo que cada uno oye y
presidiendo uno de los mas habiles de ellos, se ejercitan y repiten lo que han oido. Al
ejercicio de la orden que por las mañanas tiene, exámenes de cada noche. Letanías y

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rosarios que rezan, disciplinas y ayunos que voluntariamente se ejercitan; confesiones y
comuniones que hacen acuden con mucho gusto y puntualidad y así reconoce la ciudad el
bien que en este colegio tienen y a sus hijos de donde el señor Obispo saca muy buenos
curas para su obispado, y gente quieta y compuesta para la ciudad sale de aqui bien
industriada.
(fol. 12v) Al presente hay en el 3 sacerdotes y 12 de orden sacro como epistola y
evangelio favorece los muchos el señor obispo en especial el vicario porque con la
significación que dió gustaría se pusiese el santísmo sacramento en este colegio se les
concedió tanto bien en que mostraron bien su... a los colegiales porque con mucho
cuidado y diligencia disposición lo necesario para ello así en la Iglesia como en los
claustros; aderezose con mucha cera y mucha curiosidad que pusieron asi en el altar de
su capilla que es muy capaz y proporcionada, como en dos altares que hicieron en el
claustro para la procesión, la cual se dijo con mucha cera, música y olores precediendo
misa solemne y sermón.
A esta misa comulgaron todos los colegiales por hacerse templos espirituales del
señor que venía al material suyo aquel día; y no adornó poco la fiesta la limosna que el
señor obispo les hizo enviandoles una sala de doceles para que siempre adornase con
ella la capilla con los cuales queda muy vistosa y adornada en la comida que después se
siguió hubo muchos sermones en varias lenguas (de esta tierra que no hay pocos
lenguajes de ordinario en este seminario) que porque todas se oyesen se abreviaba y
tuvo por remate una buena oración y disputa de una cuestión de Eucaristía a propósito de
la fiesta a la cual también se juntaron muchos géneros de versos y epigramas que
presentan floridos los estudiantes que aquí hay pudieron ellos hacer.
Lo temporal de este seminario se ha aumentado notablemente este año porque
no habiendo los años pasados certidumbre de sus rentas ha salido este año persona de
ocnfianza y diligencia que las ha arrendado de suerte que con ellas se pueden sustentar
mas de 30 colegiales de limosna. Lo cual da esperanzas que aun ha de ser censo mucho
mayor en adelante con el favor divino.

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CARTA ANNUA DE 1606

(fol. 24) Hay en este colegio tres cofradías de indios y una congregación todos
los de ellas asistentes domingos por la mañana y tarde al sermón que se les hace en su
lengua y acompañan la doctrina cristiana los viernes de todo el año; vienen a oir un
ejemplo que se les cuenta en nuestra iglesia y después del se disciplinan y en la
cuaresma se les cuenta el ejemplo y se hace disciplina tres veces en la semana, con tanto
fervor que pasan los que se disciplinan de trescientos; frecuentan la confesión y comunión
con gran sentimiento y su devoción ha abierto los ojos a los curas de la comarca para que
se la den habiendo hasta ahora negado la comunion a todos los indios con achaque de
que son incapaces pero en realidad de verdad por no trabajar en enseñarlos porque lo
que lo están muestran bien su capacidad en la grande preparación que para recibir tan
alto sacramento hacen de ayunos, disciplinas, estaciones, limosnas y el que no puede
prepararse de esta manera pide se le dilate la comunión algunos días hasta que se
prepare.
Hay otra congregación de indios ciegos que hay muchos en esta ciudad los
cuales aprenden en nuestra casa la doctrina y catecismo y otras devotas oraciones en su
lengua y los van enseñando por toda la ciudad y comarca con mucho (fol. 24v) provecho.
Por la falta de obreros de indios los años pasados se ha acudido poco a los
indios de la comarca; este año se hizo una misión muy famosa a la provincia de los Quijos
la cual es muy poblada de indios y casi totalmente desemparada de españoles por ser
tierra enferma. La ocasión de ir a esta provincia fue una buena limosna que el señor
obispo de Quito y algunos señores de Lima enviaron para que se les distribuyese a los
indios por mano de la Compañía; fue a distribuirla el padre Rafael Ferrer y un hermano y
hallaron que los Quijos no tenían mas que solo el nombre de cristianos porque nunca se
les había enseñado la doctrina en su lengua ni ellos sabían otra. Tradujo el padre doctrina
y catecismo en algunas lenguas de aquella tierra, confesó casi todos los indios que nunca
se habían confesado, bautizó muchos asi niños como hombres a todo lo cual acudían los
indios con gran voluntad admirados que no solo no se les pedía ni llevaba dinero pero se
les repartían gruesas limosnas de vestidos y comida, imágenes y ornamentos para sus
iglesias que donde las había estaban muy faltas de todo porque los encomenderos a cuyo
cargo está adornarlas por no gastar a todas les dan advocación de la Santa Cruz la cual
hacen de dos leños por labrar sin procurar otra ninguna imagen. Con el cego de estas
limosnas y dádivas se aficionaron los indios a los padres de manera que hacían cuanto se

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les decía, ora fuese edificar iglesias, ora bautizar sus hijos y casarse los que estaban
amancebados y publicaban a sus vecinos que ya les habían venido los verdaderos padres
que enseñaban la ley de Dios obrandola, que no les venían a robar sino a enriquecer.
Cubrió tanto esta buena fama que salieron por ella de sus cavernas naciones
incultas de indios a ver a nuestros padres y a pedirles bautizasen y fuesen con ellos a sus
(fol. 25) tierras prometiendo de hacer cuanto les mandasen con tal que los padres fuesen
solos o acompañados de solos indios sin llevar en su compañía otros españoles. Los
primeros salieron los Humaguas que es mucha gente vestida y blanca y cuanto se pudo
juzgar de buen entendimiento; estos para llevar los padres a su tierra abrieron un camino
de mas de cuatro leguas, fueronse los padres con ellos a pie porque no son caminos de a
caballo y lo primero les mandaron se poblasen juntos porque los indios acostumbran a
vivir cada uno de por si, luego que hiciesen iglesia y en el interín el padre con ayuda de
dos interpretes les tradujo en su lengua la doctrina cristiana y el catecismo el cual
comenzaron todos a aprender con gran fervor y habiendole aprendido todos se bautizaron
asi hombres como mujeres y niños y luego se casaron los que eran casado en su
gentilidad. Dioseles modo contasen los días de la semana para que supiesen guardar los
domingos y no comer carne los viernes y sábados, enseñoseles el uso de disciplinarse el
cual ellos luego pusieron por obra y diose aviso a el vicario de la ciudad de Avila que es la
más cercana de españoles para que les enviase de cuando en cuando quien les fuese
enseñando la fe católica fuera gran servicio de Dios Nuestro Señor si los padres se
detuvieran siquiera un año con estos Humaguas hasta que estuvieran perfectamente
catequizados y encomendados a un buen sacerdote qui quareten nan quae sua sunt,
como se acostumbran en esta tierra, sed quae Jesu Christo.
Junto a los Humaguas a las riberas de el rio de la Coca habitan otros indios que
llaman coronados porque traen coronas en las cabezas como de frailes; estos deseaban
ser catequizados y bautizados para conseguir mas facilmente en su intento se iban
poblando cerca de estos indios sujetos a españoles, serán estos mas de catorce mil; su
tierra es muy fértil y por ellos y (fol. 25v) por abajo se va a dar al río Marañón donde dicen
hay tan grandes poblaciones de indios que algunas no se pueden pasar en todo un día y
otras en tres días, catequizabanse muchos pero difirioseles el bautismo hasta que
estuviesen poblados junto a cristianos, dieron estos indios noticia de las regiones y
poblaciones del Marañón y decían que dentro de pocos días habían de saber quinientas
leguas el río abajo de la venida y modo de proceder de los padres, el Señor se apiade de
tantas almas que por falta de quien las enseñe carecen del conocimiento de su Dios.

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De los coronados partieron los padres a los Ambocaguas que son indios sujetos
a la ciudad de Baeza pero tan ignorantes de las cosas de nuestra fe como los mismos
infieles; no tenían iglesia ni otro conocimiento de cristiandad, mas que de el bautismo y lo
que con ellos se hiciese fue lo primero traducirles la doctrina y catecismo en su lengua,
luego se les hizo fabricar iglesia, enseñoseles la obligación de confesarse que se les
hacia cosa dificultosa pensando se habían de confesar cantando, como dicen la doctrina
pero sabido el modo de confesar secreto, se consolaban mucho y todos se confesaban,
muchos se casaron que estaban amancebados, a todos se dieron rosarios et fact est
letitia magna inhui populo. Lo que solo se sentía era no tener con quien ellos quedase
enseñandoles la ley de Dios y la perseverancia en ella. De Ambocagua partieron los
padres el río de la Coca arriba un pueblo de indios llamado Tangipa sujeto a españoles
pero tan falto de doctrina y enseñanza como los pasados, eran todos bautizados y así el
mayor trabajo fue catequizarlos y confesarlos; procuró el padre que todos tuviesen
rosarios de nuestra señora (fol. 26) y los trujesen consigo y anduviesen a la iglesia donde
se dio orden rezasen a coros que fue cosa de mucho gusto para elloos y no se les decía
ni enseñaba cosa que ellos no ejecutasen con mucho gusto.
Mientras los padres estaban en este pueblo de Tangipa predicando y
confesando, salieron algunos indios gentiles llamados Cofanes; pidieronles los bautizasen
con eloos a bautuizar lo restante de su nación que todos deseaban ser cristianos. Estos
indios cofanes abrá quince años estaban de paz con los españoles, pero ni se bautizaron
ni duraron en la amistad por los muchos agravios que recibían de ellos y así determinaron
de echar los españoles de su tierra y les carraron de tal manera la entrada que no se han
atrevido a entrar mas a ellos y tienen por tanto odio a los españoles que los llaman
tensideque que quiere decir demonios; seran los cofanes quince mil, partieron los padres
con estos cofanes a pie y llevaron consigo dos leguas e interpretes; la segunda jornada
hallaron gente que el cacique enviaba para que guiasen a los padres y cargasen su ropa.
Otra jornada mas adelante les salieron a recibir algunos nobles cofanes con algunos
regalos de la tierra y refresco para el camino; en cuatro días llegaron a la tierra de el
cacique mas principal, la cual estaban defendida naturalmente que sin su voluntad solos
pájaros pueden entrarles; antes de llegar se baja un alto monte por escaleras de palo,
luego se viene a un río caudaloso que no se puede vadear y se pasa por dos palos,
después de el cual se sube otro monte así mismo por escaleras de palo y de aquí se
viene a unos valles anejos y amenos donde habitan los cofanes, llegados a este lugar
hallaron a el cacique principal y otros muchos indios que los estaban esperando con gran
deseo de entender la doctrina de nuestra santa fe y de (fol. 26v) hacerse cristianos.

87
Luego se dio principio al edificio de la iglesia la cual se acabó en pocos días trabajando en
ella todos los indios catequizaronse con diligencia y señaloseles día para el bautismo y
bautizaronse el cacique y los demás principales y luego se casaron los que lo estaban en
su gentilidad. Muchos que por miedo disimulaban no ser cristianos habiendo sido
bautizados en tiempo de las paces con españoles, les manifestaron serlo y se confesaban
enseñoseles que siendo cristianos no habían de andar desnudos y luego fueron a buscar
algodón para hacerse de vestir y en todo obedecían a los padres como a ángeles bajados
del cielo; a la partida dieron al padre algunos niños principales de quince a diez y seis
años para que los enseñase mas despacio y bien instruidos en las cosas de nuestra santa
fe, se los volviese por maestros con los cuales se volviesen los padres a el colegio de
Quito por acercarse la cuaresma el cual tiempo no se puede faltar de el colegio por la
gran mies de indios que en el se coge; habiendo caminado muchas leguas a pie por
caminos y sendas mas desiertas que de hombres y porque desde esta misión escribió el
padre Rafael Ferrer a los padres y hermanos de el colegio de Quito una breve carta en
que toca mucho de lo dicho, me ha parecido referirla en este lugar por remate de esta
dichosa misión.
Copia de una carta de el padre Rafael Ferrer para los hermanos de la Compañía
de Jesús de el colegio de Quito.
La gracia y paz de el Señor sea con mis carísimos hermanos. La necesidad
presente me obliga a escribirles rogandoles de rodillas nos hagan limosna de oraciones y
lágrimas para que acertemos a sujetar al yugo de el Señor los cofanas infieles que nos
han enviado a llamar para que les publiquemos el santo evangelio; estan estos indios a
las espaldas de el río de larambe que como saben no dista de .. mas que dos leguas y
nunca han podido (fol. 27) ser conquistados ni han querido recibir el bautismo; dicen que
son mas de quince o veinte mil; piden que vayamos solos sin otro algunos español porque
dicen solos nosotros quieren bien y hacen bien a los indios; si acertamos atraer estos
indios a la Santa Iglesia, se abre gran puerta para conversión de un nuevo mundo y
naciones desamparadas llenas de gentes, junto a los cofanes están los coronados y cerca
de estos los Homaguas de los cuales bautizamos muchos y les hicimos iglesia después
de estaciones bien el río grande de el Marañón habia ribera dicen que hay población tan
grande que para pasar algunos de ellos es menester día y medio y para pasar otros tres
días; yo mis carísimos hermanos viendo tantas almas cautivas de Satanás tan cerca de
nuestro colegio de Quito que desde el su... la tierra que habitan no se con quien está el
Señor mas enojado o con estos infieles ... o con nosotros no sirviendose de nos para cosa
de tanta gloria suya y remedio de tantas almas por las cuales dio su sangre y cuida

88
nuestro señor Jesús .. y así por manos charisimos oraciones les pido de rodillas nos
ayuden con oraciones y penitencia para que no sea parte nuestra tras faltas que el Señor
deje de ser glorificado en estas almas que tanto valen y costaron. También encargo
sirviese por allá alguna limosna en particular de lienzos de flandes y de otras imágenes,
rosarios y medallas para repartir a estos nuevos cristianos envíen para acariciarlos y
enseñarlos y se les Nuestro Señor su Santo Espíritu. De Tangipe y enero a veinte y siete
de mil y seiscientos y cinco años.

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LETRAS ANNUAS DE LA PROVINCIA DEL PERÚ DEL AÑO DE 1607
Para la provincia de Toledo

Vice provincia del Nuevo Reino


Colegio de Quito
Por este colegio comenzaré la relación de la viceprovincia del Nuevo Reino por
no haber otro hasta ahora fundado en ella. Hanse ejercitado en el nuestros ministerios
con todo género de personas a las cuales se acuden muy principalmente en las
congregaciones que en el hay de Estudiantes, seglares, medicos, indios ladinos y
morenos sin las cofradías del Niño Jesús, de Nuestra Señora de Loreto y del Angel de la
Guarda, que el resto de los indios tiene.
Hay buen número de estudiantes y a una mano de buenas habilidades; acabose
un curso de artes y comenzose otro que será de grande provecho para esta república. Su
congregación acude a los ejercicios devotos con mucho fruto y viven los de ella con el
ejemplo de vida que otras veces se ha escrito. Los mestizos acuden todos los sábados
del año a ejemplo y disciplina y en la cuaresma mas veces y frecuentan los sacramentos
con notable enmienda de sus vidas. Uno era incorregible y muy desobediente a su me
pero después que entró en la congregación dice ella con admiración grande suya que no
halla en el cosa digna de reprensión. Otro es tan virtuoso que no se contentando con
serlo, procura que lo sean otros y así todas las veces que se confiesa hace confesar toda
su casa y sabiendo que unos mozos ruines habían traido a ella unas mujercitas les
reprendió severamente y hecho fuera de ella.
La congregación de los indios ladinos se ha avivado mucho en su
aprovechamiento con un castigo que el Señor hizo a uno que había sido despedido de
ella. Esa ese indio muy entendido y galán de vida y costumbres muy estragadas y
escandalosas sin hacer caso de las amonestaciones que continuamente se le hacían.
Determinose el padre a despedirle de la congregación y Nuestro Señor a dejarle de su
mano para yendo una noche a casa de su manceba y habiendose emborrachado en ella
perdió el juicio y saliendo sin el al pasar de una quebrada se despeñó miserablemente
haciendose el cuerpo pedazos y el alma dando consigo en los infiernos. Hallaronle al
triste por la mañana no sin grande admiración de todos que escarmentando en cabeza
ajena acuden con mas cuidado a mirar por sus almas. Van también los nuestros a las
escuelas a hacer la doctrina a los niños y los de la dicuria vienen a Nuestra casa adonde
se les enseña el temor de Dios con aborrecimiento de vicios.

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La congregación de los seglares que es lo mas granado de la ciudad, atiende con
gran cuidado a su aprovechamiento. Lo principal a que acuden casi todos los padres de
este colegio es al ministerio de los indios confesandolos y predicando con tan copiosos
auditorios que pasan a veces de cinco mil los oyentes, esmeranse mucho en la devoción
de Nuestra Señora de Loreto, y muestra el Señor con algunos casos lo que se agrada de
ella; pasando un hombre por la puente de un río el caballo en que iba calló de ella y se
ahogó y el salió a la orilla sin lesión alguna atribuyendo su buen suceso a la Señora
Virgen en cuya fiesta antes de ponerse en camino había confesado y comulgado.
Una india estaba tan enferma y tullida que no podía dar paso sino es con unas
muletas, estando un día delante de la imagen de Nuestra Señora le pidió con muchas
lágrimas la salud y luego le pareció que bajaba del altar y le decia no llores que luego
estarás buena, y desde entonces se sintió tal que no hubo necesidad de muletas ni de
otro arrimo para poder andar.
Otra muy enferma de mal de corazón y muy tentada del demonio sobre que
consulta… su enfermedad con los hechiceros pidió a un padre le dijese una misa de
Nuestra Señora con lo cual nunca mas le ha vuelto su mal y esta con salud. Una buena
mujer tenía una criatura y la vispera de Nuestra Señora de Loreto pasó hora por ella de lo
cual muy afligida se fue a la Santísima Virgen con la criatura en sus brazos pidiendole
muy afectuosamente se la restituyese buena y sana; cosa maravillosa que acabada su
oración la criatura volvio en si y estuvo buena.
Es de mucho consuelo el ver que viven muchas de las almas de estos indios con
tanta pureza y recato que apenas hay materia para poderles absolver y así comulgan las
cuatro pascuas del año y en la del espiritu Santo que pasó comulgarían mas de
cuatrocientas, precediendo una disposición muy devota de penitencia y lágrimas para
llegar a este divino sacramento con el cual las indias de esta cofradía se fortalecen para
resistir a grandisimos ejercitos de ocasiones asi en materia de embriaguez como de
deshonestidad, que antes las solían rendir facilmente.
Una india convidó a otra de la cofradía a que bebiese y como ella en ninguna
manera viniese en eso, la otra comenzó a decirle muchas palabras injuriosas las cuales
ella oyó con mucha alegría teniendo por gran merced de .. haberla librado de esta
ocasión. Una buena india doncella solicitada de los indios mas principales de su pueblo,
se vino a guarecer de los padres de este colegio diciendo que no hallaba otro remedio,
sino salirse de entre sus padres y parientes y estarse en esta ciudad aunque con mucha
incomodidad frecuentando nuestra casa y los sacramentos para conservar la joya de su
virginidad.

91
Otra viniendo por el campo fue solicitada de un mal indio con promesas y dadivas
mas ella le respondió con gran constancia que tenía muy guardadas en su corazón las
palabras de Dios que de su padre confesor había oido; importunada otra vez del indio le
arrojó la plata y dádivas que le ofrecia al … con lo cual avergonzado desistió de su torpe
intento. A esta misma acometiola un español con violencia y fuerza mas ella dio voces
diciendo a Virgen María y habeis vos de consentir que ese mal hombre me quite mi
virginidad; con las cuales palabras la dejó el español y se fue sin tocarla.
Con eso y con el particular afecto que todos tienen a la Santísima Virgen se
celebró su fiesta con grande solemnidad poniendo luminarias por toda la ciudad y entre
otras invenciones que hicieron las que ese año dieron mas gusto fueron dos que sacaron
los indios de la congregación y de la cofradía, los unos representaron el triunfo de la
muerte con tanta diferencia de personajes muy bien vestidos todos a caballo que era
mucho de ver; los otros la majestad del Inga su rey antiguo con tanta propiedad que
llevaban ha si los ojos de todos; ha habido de ordinario mucha frecuencia de confesiones
y muchas de ellas generales asi de la ciudad como de los pueblos comarcanos y español
hubo que vino de casi cien leguas a confesarse no habiendolo hecho cerca de veinte años
había con que el señor fue servido hallase la quietud de su alma.
Hase acudido a las cárceles un día cada semana a confesar predicar y consolar a
los presos. Al hospital van dos de los nuestros todos los viernes con muchos indios e
indias a servir a los pobres yendo desde nuestra casa y volviendo después a ella en
procesión cantando la doctrina.
Hanse hecho algunas misiones a los pueblos circunvecinos, con mucho consuelo
y fruto asi de los españoles como de los indios que habitan en ellos. Hase continuado el ir
dos de los nuestros a pie a enseñar la doctrina y predicar a un pueblo que está media
legua de esta ciudad donde hay muchos indios muy necesitados de este socorro siendo
muy bien recibidos de ellos y de sus curas y ha sido Nuestro Señor servido que con este
medio se han enmendado mucho sus malas vidas y viciosas costumbres castigando
Nuestro Señor severamente a los que no quieren oir su … voz como se vio en lo que
ahora predicoles el padre un domingo antes de pascua de espiritu santo que se
confesasen los que no lo habían hecho la cuaresma y los que se habían confesado lo
volviesen a hacer para recibir en sus almas el divino espíritu.
Con lo cual muchos vinieron a confesarse, aunque algunos se hicieron sordos y
entre ellos un indio y una india que hacia mas de diez años que estaban publicamente
amancebados y habiendo tenido en este mal estado seis hijos a cuatro de ellos había
muerto el indio estando borracho y a los dos sin dejarles gozar del santo bautismo; estos

92
pues el mismo día de Pascua en lugar de confesarse se fueron a una borrachera y
habiendo ambos perdido en ella el juicio, el indio mató a la india y a una critatura que
tenía en el vientre, caso que causó grande temor y espanto a todos los del pueblo, el cual
sabido por el padre fue allá y juntando la gente teniendo delante aquel espectáculo les
predicó con el cuan severamente castiga Dios el vicio abominable de la embriaguez y
desonestidad como se había visto en aquellos miserables especialmente en la mujer de la
cual queriendo el indio apartarse remedio hasta que la muerte tan desastradamente los
apartó. Bien diferentemente tomó los consejos del padre otro indio de estos que cayendo
enfermo y aconsejandole un compañero suyo que llamase un hechicero para curarse con
él jamás quiso diciendo que mas quería estar enfermo que usando de tan abominable
medio cobrar salud.
Los indios cofanes que dejaron bautizados los nuestros e instruidos en las cosas
de nuestra santa fe en la misión que el año pasado hicieron a aquella gente infiel
perseveran con mucha edificación y consuelo de todos.
Lo temporal de este colegio va en aumento y la fábrica de la Iglesia muy adelante
a quien una señora muy principal de esta ciudad dio dos imágenes de talla hermosisimas
hechas por su propia mano, una de Nuestra Señora y otra del Angel San Miguel de las
cuales la una aprecian en mas de quinientos pesos sin otras cosas que nos ha dado y
prometido de mucho valor, es esta señora muy devota y pia de que es buena prueba que
teniendo mas de cuatro mil pesos de renta no piensa en otro que en enriquecer los
templos de esta ciudad con sus obras y trabajos de sus manos que sin haber tenido quien
la enseñe, los saca tales y con tanto primor que el mas excelente escultor tiene que ver
en ellos, ella esculpe, dora y estofa y barniza todos oficios distintos, lo cual así como lo
recibió graciosamente de la mano de Dios, así ella lo ofrece con grande liberalidad a sus
templos. Tambien se han hecho algunos ornamentos para el altar y una cruz de plata
dorada que costó trescientos pesos para poner en ella el Santo lignum crucis.

Colegio Seminario de San Luis de Quito

Este seminario es de mucha importancia por criarse en el ministros doctos y


virtuosos de buen ejemplo y doctrina; de aquí salen para las iglesias del obispado curas
ejemplares, de aquí se pueblan los conventos entrando en las religiones muchos y
algunos de buenas esperanzas en la nuestra. Hay en este colegio cincuenta colegiales y
cada día son mas, porque no solo entran en el los naturales de esta ciudad, sino también
de otros pueblos con deseo de participar de la buena enseñanza que en el reciben; son

93
de buenas habilidades de que han dado muestra en los actos que han tenido con mucha
satisfacción de los religiosos y principales de la ciudad que a ellos concurren.
Demás de la frecuencia de sacramentos y otros ejercicios de devoción que tienen
renuevan todos los meses el Santísimo Sacramento que en su capilla tienen con una misa
cantada en que comulgan todos y una muy solemne procesión con mucha cera y música.
Hase hecho un retablo muy hermoso con muy buenas figuras y algunos ornamentos para
el altar. En el recibimiento del Sr. Obispo Don Fray Salvador de Rivera, le hicieron un muy
buen coloquio con singular acción de magestad y aparato y lo que mas es con grande
moción y lágrimas del pueblo de que su señor y la Real Audiencia quedaron muy
satisfechos y agradecidos a la Compañía.

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LETRAS ANNUAS DE LA VICEPROVINCIA DE QUITO Y EL NUEVO REINO DE
LOS AÑOS DE MIL Y SEISCIENTOS Y OCHO Y SEISCIENTOS Y NUEVE. 1608 y 1609

Esta viceprovincia de Quito y el Nuevo Reino que por orden de V. P. se ha


comenzado a entablar tiene tres colegios, tres residencias y dos colegios seminarios.
Estan repartidos en ellos ochenta y cinco sujetos, los treinta y nueve sacerdotes, treinta
hermanos coadjutores, cinco hermanos estudiantes, tres hermanos novicios estudiantes y
ocho hermanos novicios coadjutores. El colegio de Quito tiene 29 de los nuestros, once
padres: de ellos uno lee teología y otro el curso de artes, dos hermanos estudiantes que
leen gramática; diez hermanos coadjutores; dos hermanos novicios estudiantes y otros
dos novicios coadjutores. En el Seminario de San Luis de Quito estan dos padres y dos
hermanos coadjutores.

Colegio de Quito

Es el colegio de Quito el mas antiguo por haber 24 años que se fundó y el mas
asentado asi en ministerios como en lo temporal y asi como de principio de la provincia y
de la visita que hace el viceprovincial comenzaré del.
La ciudad así en españoles como en indios es la mayor que hay en estos reinos
del Pirú, fuera de Lima. Tiene Audiencia Real, silla episcopal; y todas las religiones tienen
en ella sus principales conventos y en ellos como en cabezas de sus provincias tienen
estudiantes de artes y teología; el distrito de este reino y las ciudades y tierras
pertenecientes a este obispado son muchas, muy fértiles y abundantes de
mantenimientos, de trigo, maíz y ganados; y a esta causa es la tierra mas poblada de la
gente natural de ella que hay en todo el Perú. Habrá mas de doscientos mil indios en
distrito de doscientas leguas.
El temple casi todo uniformemente es fresco todo el año sin demasiado calor ni
frio. Hay algunos temples por extremo regalados, adonde se da todo género de fruta
porque según la regla general dicha subiendo mas o menos de altura de tierra, se halla el
temple que uno quiere. La causa de haber en este reino y sus provincias mas indios que
en las del Perú y conservarse mas en su ser y aumento es porque en la comarca de Quito
no acuden a labrar minas ni a trajines (fol. 38) ni a careos extraordinarios, que son los dos
cuchillos que en el Perú van muy apriesa asolando y consumiendo los indios; solo se

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ocupan en labrar la tierra, criar ganados, beneficiar lanas que es un trabajo moderado y
proporcionado a sus fuerzas y así lo pueden llevar sin menoscabo suyo. Las demas
particularidades dejaré por haberse dado en otras annuas larga noticia a V. P. cuando
este colegio pertenecía a la provincia del Perú.
Anse ejercitado en este colegio nuestros ministerios con todos géneros de gentes
principalmente en seis congregaciones, según los barrios, estados y suertes de gente que
hay en la ciudad; que son congregación de clérigos y estudiantes, de seglares, de
mestizos, de indios ladinos, y de morenos; y en la cofradía del Niño Jesús, que tiene el
resto de los indios; de cada una diré en particular.
Los estudiantes de este colegio florecen en buen número que serán por todos
ciento y ochenta estudiantes y a una mano de buenas habilidades. Comenzose un curso
de artes con casi cuarenta estudiantes; diose principio a la lección de teología con una
prelección muy docta y curiosa, a la cual asistieron el sr. Obispo y corregidor y de todas
las religiones y a todos satisfizo mucho; prosiguese lo uno y lo otro con aprovechamiento
de los estudiantes y muestras del en actos que en tierras tan nuevas parecen bien y
despiertan el gusto y apetito de las letras que por acá está muy postrado.
Han acudido los estudiantes a los ejercicios ordinarios de su congregación con
mucho fruto y viven los de ella con el ejemplo de vida que otras veces se ha escrito; en
particular este año se han aventajado en la devoción de Nuestro Beato P. Ignacio
celebrando su fiesta en su capilla que aderezan muy bien de doseles y cuadros con
muchas epigramas de varios versos y otros ejercicios literarios repartiendose premios a
los oradores y poetas; no han sido menos fervorosos este año los de la congregación en
la fiesta de su vocación que es la Concepción de Nuestra Señora, la cual celebraron con
mucha música de voces y instrumentos varios, con oraciones en verso y en prosa y con
los demás ejercicios de devoción que suelen.
La congregación de los clérigos, que estaba muy caída, se ha tornado a entablar
con mas fervor. Todos los que estan ahora en ella son no solo eclesiásticos ejemplares,
sino los demás ejemplo que hay en esta ciudad y obispado, han tomado esto con muchas
veras, procuran se guarden muy perfectamente las constituciones y que no entre ninguno
sino por votos de la congregación toca, hanse animado mas con el suceso de un clérigo a
quien muchas veces se le había representado el servicio que haría a Nuestro Señor si
entrase y acudiese a la congregación a lo cual respondía con desvío y dando largas, mas
de las (fol. 38v) que Nuestro Señor le concedió, porque era muy dado al juego; volviendo
este una noche muy tarde a su casa del juego, en una plaza de esta ciudad, se le puso un
bulto negro delante de cuya vista se espantó tanto que en llegando a casa le dio una recia

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enfermedad de la cual murió con grandes dolores y con tanta pobreza causada del juego
que no llegó su hacienda a pagar las deudas por lo cual le fueran de mucha ayuda para
entonces las tres misas que cada sacerdote dice por los difuntos de su congregación.
La congregación de los seglares acude cada domingo a la plática espiritual que
por la tarde se hace en nuestra Iglesia y los primeros domingos del mes se les reparten
santos y han acudido a celebrar su fiesta con el cuidado y devoción que siempre.
Los de la congregación de los mestizos (que son los hijos de españoles y indios)
llevan adelante la costumbre de comulgar cada mes juntos en su capilla guardando este
orden; tienen repartidas las doce fiestas de comunión entre los mas ejemplares de la
congregación, encargandose uno de una fiesta y otro de otra para aderezar la capilla y
proveer de cera el altar y para convidar a muchos a la comunión de su fiesta y así va
creciendo el número de los que comulgan por estar mas diestros en hacer estas fiestas y
por el fervor que el santo sacramento les comunica cada día en mas aumento. Han
comenzado este año a dar de comer a los enfermos del hospital cada primer domingo del
mes repartiendo estos domingos entre los que pueden mejor hacer esta obra tan piadosa
y cada uno procura con emulación santa aventajarse en el regalo de los pobres con
mucha liberalidad como yo vi una vez que fui con ellos al hospital y los enfermos quedan
no solo edificados sino con deseo que venga tan buen día para gozar de este regalo.
Han hecho un retablo de la invocación de su congregación que es el misterio de
la Adoración de los Reyes de muy buena pintura y es de estimar mas por ser de mano de
indio. El día de los Reyes hacen su fiesta con mucha cera y ornato confesando y
comulgando todos en nuestra Iglesia, lo cual es de mas edificación cuanto esta gente de
ordinario en estas partes está muy estragada en costumbres y que no suele comulgar
fuera de la Semana Santa. Un día de la octava del corpus Cristi por la tarde celebran la
fiesta del Santísimo Sacramento en nuestra Iglesia con mucha cera y música asistiendo a
la plática que se les hace. Los sábados en la noche entre año acuden a nuestra Iglesia a
tomar disciplina contandoseles antes un ejemplo.
Finalmente la enmienda de su vida es notable y aunque en confirmación de esto
pudiera contar muchos ejemplos solo dire uno: habiendo sido herido uno de la
congregación y estando en mucho peligro de la vida, sus parientes trataron de hacer
prender al malhechor, mas sabiendolo el lo procuró estorbar y no pudiendo envió a avisar
al que le había herido para que se pusiese en salvo; (fol. 39) con todo eso le prendieron y
sucediendo que se huyese de la carcel y se entrase en una iglesia, se .. mucho el
enfermo cuando lo supo, teniendo tanta pena del mal de su enemigo como si fuera amigo;

97
así parece que el Señor quiso premirar su claridad dandole salud, aunque se tenía poca
esperanza de su vida.
La congregación de los indios ladinos (que son los que por el mas continuo trato
con los españoles saben y hablan nuestra lengua) demas de las pláticas y otros ejercicios
de otras congregaciones, han añadido una limosna este año de muchos vestidos que
junta para el día de la Circuncisión cuando los reparten entre indios pobres, de los que da
de comer la cofradía.
Un indio de esta congregación se había entregado al juego y a la embriaguez,
estando una noche en su cama oyó una voz que le llamaba; parecíale que era de su
madre difunta algunos años. Sabía que había sido cofrada de la cofradía de Niño Jesús y
había dado buen ejemplo; no quiso saber a esta voz; mas otra noche oyendo que le
llamaban con grande instancia salió y vido a su madre que le riñó por los vicios dichos y
dándole muchos golpes se fue; quedó el indio muy molido de los golpes y determinado de
enmendarse como lo ha hecho y prosigue con buen ejemplo.
El padre que tiene a cargo la congregación había dado muchas veces licencia a
un indio para comulgar; el no la había querido jamás aceptar por pusilanimidad, cayó
enfermo y durandole mucho la enfermedad, nunca osó llamar al padre hasta que estando
una noche dispierto le vió entrar por su aposento con un breviario rezando el oficio de
difuntos, con lo cual entendió que se moría; llamole luego otro día, confesose y comulgó
que era lo que mas reusaba; y al contrario lo que mas deseaba el Señor que toma estos
medios para comunicarse a estas almas, que por pusilanimidad se apartan del; murió
recibidos los sacramentos con gran consuelo y animo y edificación de los demás.
A la congregación de los negros ha acudido un padre y de ellas ha cogido el
mismo fruto que en las demás. Han celebrado sus fiestas con la frecuencia de
confesiones y comuniones arriba dicha. Para acudir a todas estas congregaciones en que
se experimenta que el fruto es de mas dura, son pocos los obreros. Acontece en una
tarde un mismo padre hacer tres o cuatro pláticas diferentes según la diferencia de ellas.
También se acuden a la de curia y doctrina de los niños con mucho provecho.
Estas congregaciones tomaron a su cargo celebrar la admirable para los del
mundo y devota fiesta de las Carnestolendas, tomando un día una y otro día otra, para
proveer de música, para ser los que confesaban (fol. 39v) y comulgaban en aquel día
porque así mejor se les diese recaudo; en una de las mañanas que cupo a los indios
comulgaron mas de doscientos todos vestidos de blanco profesando con el color de la
pureza que deseaban llevar en sus almas para recibir el Santísimo Sacramento y ganar

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este santísimo jubileo al cual acuden todos los de la ciudad con gran devoción y concurso
dando al señor muchas gracias de ver trocados dias tan profanos en tan devotos y santos.
Antes que se fundasen las congregaciones dichas, desde el principio de este
colegio se puso en el cofradía del Niño Jesús, en que se escriben los indios naturales
virtuosos que para acudir a la doctrina y enseñar a los demás vienen a nuestra casa los
domingos por la mañana y tarde y los viernes por la mañana a los sermones que se les
predican; hinesese nuestra iglesia en estos sermones hasta buena parte de la calle por lo
cual algunas veces entre año y toda la cuaresma se saca un púlpito portatil a la puerta de
la Iglesia y allí se les predica y los domingos en la tarde todo el año van en procesión
cantando la doctrina por las calles y en la plaza se juntan tres y cuatro mil indios y a veces
cinco mil oyentes; especialmente el adviento pasado predicó un padre gran obrero con
mucho fervor y espíritu y con grande fruto de confesiones y enmienda de vidas y antes del
sermón se les esplica el catecismo.
Los cofrades son mas obligados a acudir a esta esplicación del catecismo y
buscar y atraer a otros. Confiesan y comulgan cuatro veces al año a una misa que se les
diche en nuestra Iglesia y suelen ser los que comulgan de trescientos a cuatrocientos
indios y indias. Hacen todos los días de la circuncisión una solemne y pública limosna en
tolan.. la calle delante de nuestra Iglesia por el Sol y ponen unas largas mesas a que
convidan a todos los pobres de la ciudad y traen por sus parcialidades, barrios y
parroquias gran cantidad de comida de aves y guisados como se pudiera poner en
cualquiera convite principal todo adornado con muchas flores; dase de comer a mas de
doscientas personas en tanta abundancia que llevan a sus casas para otros días. Estos
cofrades acuden a tomar disciplina todos los viernes del año y en cuaresma tres días en
la semana en tanto número que por no caber entran dos y tres veces a tomarla.
De las indias cofradas pudiera contar algunos casos acerca de la castidad la cual
han defendido de muchos hombres poco temerosos de nuestro Señor de que han salido
con victoria, volviendose contra la compañía los que no han salido con sus intentos y
persiguiendo a los nuestros por que saben que a su persuasión y por lo que oyen en los
sermones resisten las indias con perseverancia menospreciando sus dádivas y
amenazas. Una india cofrada importunaba muchas veces a su marido que acudiese a
nuestra Iglesia a los sermones y a confesarse; mas el decia que no había de poner los
pies en nuestra (fol. 40) casa; vino el jubileo de las cuarenta horas de las Carnestolenda y
por mas que le rogó su mujer no quiso ir a el; antes este día se emborrachó y volviendo la
india de nuestra casa le halló tan furioso que se quería matar, mas no fue necesario que

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pusiese en simismo las manos, porque aquella misma noche murió llamando a los
demonios; con lo cual la buena india se animó a llevar adelante su buena vida.
Otro indio cofrade vivía distraído, saliendo una noche al patio de su casa vio a un
indio vestido de negro que le llamaba que le siguiese, siguiole buen trecho al cabo
volviendo en si comenzó a temer, hizo la señal de la cruz, sacó su rosario y con esto
desapareció el compañero y tuvo por cierto que era el demonio que pretendía hecharle de
algún despeñadero, creciole mas el temor y con grandes gemidos propuso la enmienda
de su mala vida y encomendose a Dios y volvió a su casa muy afligido y otro día volvió a
la nuestra a confesarse con grandes propósitos de la enmienda, los cuales va
cumpliendo.
Hase continuado el ir dos de los nuestros a pie a enseñar la doctrina y predicar a
un publo de indios que está media legua de esta ciudad, una vez cada semana; lo que el
señor se ha servido de este trabajo se verá de lo que se sigue. Muchos del pueblo
instaron se fundase allí una cofradía del Niño Jesús a imitación de la de Quito, fundóseles
y ha sido el total remedio de aquel pueblo, porque los del entre otros vicios se daban
mucho a la embriaguez enfermedad común de esta gente y ahora no se hallan sino
quince o diez y seis borrachos; era también grande el descuido que tenían de acudir a la
parroquia con limosna, en este año afirma el cura que han gastado en cosas de la Iglesia
y ornamentos mas de cuatrocientos pesos, que esta gente como la demas si la cultivan da
fruto.
Hanse hecho muchas confesiones generales y comulgan ya muchos de ellos, asi
hombres como mujeres apa… sandose para la comunión con grande reverencia cuatro
veces al año vienen desde sus pueblos a comulgar juntos a nuestra Iglesia con sus velas
y cirios en las manos y a la misa y comunión les cantan algunas letras en su lengua los
ciegos pobres que acuden a nuestra Iglesia y ellos pagan este beneficio con darles de
comer el día siguiente en su pueblo. Han padecido mucho los cofrades de los que no lo
son y en particular por no querer beber en las borracheras.
A una india cofrada descalabró su marido porque no quiso beber en una
borrachera, ello lo llevó tan bien y con tanta paciencia que con esto y con el buen ejemplo
le ha ganado y traido a la misma cofradía. Un indio principal cuando veia que en alguna
fiesta no quería beber algún cofrade, por burla le llama de señor licenciado, varón santo y
otros apodos semejantes; estando este en una fiesta bebiendo muy regocijado, se quedó
muerto con grande espanto de todos. Sabiendo esto el padre que acude a este pueblo, el
día siguiente les fue a hacer una plática y a proposito del (fol. 40v) caso, con lo cual se
puso silencio a los que hacen burla de los que no beben. Acuden todos viernes a la

100
disciplina en su Iglesia y los mayordomos antes de la disciplina castigan a los que han
faltado entre semana en dar buen ejemplo. Viendo esto los curas de estos pueblos a
porfia piden a los nuestros vayan a hacer otro tanto en sus iglesias, pero el ser pocos es
causa de no acudir a tan buenos deseos.
De este colegio se puede salir a hacer muchas y muy fructuosas misiones porque
hay muchos y buenos pueblos de españoles en todo este obispado y muchas provincias
de indios muy pobladas y llenas de gente. Una se hizo a los indios cofanes gentiles que
no estando distantes mas que doce leguas de españoles y de otros pueblos de indios,
estaban en su infidelidad sin luz ni conocimiento de Dios ni quien se aplicase a
predicarles. Entró a ellos el padre Rafael Ferrer y el padre Fernando Aldulfino, estuvieron
allá año y medio predicando, catequizando y bautizando. Dejaronlos encomendados a un
sacerdote en un pueblo cercano. Después acá andando la paz a los españoles donde se
ha poblado ya un pueblo de ellos.
Pidieron con tanta instancia los unos y los otros que volviese allá el padre Rafael
Ferrer que aunque para lo de acá hace mucha falta por haber tan pocos obreros para
tante mies, le envié este año acompañado de un sacerdote seglar para que después de
haber catequizado y bautizado a todos aquellos infieles que el había reducido y tanto le
amaban, dejase al sacerdote como cura propio de aquel rebaño. Es tanto el fervor del
padre que comenzado a entrar por la tierra adentro que es muy aspara y montuosa y así
no se camina a caballo y cayendo enfermo no por eso dejó su camino, sino que los indios
con el amor que le tienen le llevaron en hombros por aquellas montañas. Cada día espero
cartas del suceso de esta misión que han de ser de mucha importancia por ser puerta
para inumerables almas que confinan con los cofanes y por allí se ha de entrar a darles la
paz del evangelio.
Otros dos padres salieron cerca de Quito a otra misión que por ser pocos para
tantos ministerios, no se pueden alejar muchos; en ella cogieron muy copioso fruto
haciendo confesiones generales, reiterando otras de toda la vida que como esta gente es
tan pusilánime y juntamente tiene tan poca noticia de nuestra fe, de ordinario se dispone
poco y muchas veces callan pecados hasta que alumbrados del señor y enseñados por
sus predicadores, caen en la cuenta haciendo confesiones generales; y se quitaron
muchos amancebamientos convirtiendolos en casamientos con que quedaron aquellos
pueblos con deseo que los visitasen a menudo por el grande fruto que sentían en sus
almas.

101
Lo temporal de esta casa ha ido en mucho aumento asi en la fábrica de la Iglesia
como en las haciendas y heredades de que se saca el sustento de todo que se han
aumentado mucho.
Concluirelas cosas de este colegio con referir a v. p. algo de la devoción que en
el hay a Nuestra Señora de Loreto. De cuatro años a esta parte se ha entablado esta
devoción en nuestra Iglesia con singular aplauso y demostración de afecto y devoción de
toda la ciudad, la cual muestra en los votos y promesas que le hacen en sus necesidades
y trabajos, en las misas que dicen en su capilla que está en nuestra Iglesia y en las
muchas limosnas que dan para su ornato, congregación (fol. 41) esta siempre muy
adornado su altar y imagen de la Virgen de Loreto, especialmente muestra su devoción en
general toda la ciudad el día de su fiesta, que por ser de la Aunciación en cuaresma, se
traslada a la segunda dominica post pascua y entonces con general muestra de alegría y
devoción hacen las demostraciones que aquí diré poniento las relaciones que ma han
enviado estos dos años.
El año de 608 la vispera de la fiesta por la tarde salieron muchos de a caballo con
vestidos muy costosos, llevando las insignias de la casa de Loreto muy bien pintadas en
sus lanzas; tras de ellos se seguían las Sybilas muy ricamente aderezadas con los
nombres y sentencias que cada una había dicho de los misterios de Cristo; y en cada una
de diez andas que llevaban en hombros iban niños hechos ángeles y adornados de joyas
de oro y piedras preciosas y en medio de cada dos ángeles iba una columna y en lo alto
de ella curiosamente pintado uno de los mas insignes milagros de Nuestra Señora de
Loreto y a la postre iba la casa milagrosa de Nuestra Señora hecha de madera y pasta
dorada y grabada en hombros de los ángeles y ellos encima de un carro en hombros de
muchos indios; iban encima de la casa la Virgen sentada en una nube resplandeciente
que parecía natural; llevose con mucha música la casa al convento de la Concepción y allí
estuvo hasta la mañana que se hizo hora de llevarla a nuestra Iglesia que se hizo una
solemne procesión y acompañamiento de las dichas insignias, danzas y música y a la
tarde prosiguieron los indios la fiesta saliendo a caballo con invenciones y mas charas.
Pero al año de 609 fue este ..parato mucho mayor porque una señora muy noble
y rica de esta ciudad (a quien Nuestra Señora ha comunicado gracia en hacer imágenes
de talla, dorandolas y estofandolas por sus manos, las cuales después de acabadas da a
las iglesias con grande liberalidad y a la nuestra ha dado cuatro muy bellas y la una es la
imagen de Loreto y mejor que la que había hecho el año pasado, que la aprecian en mil
pesos, toda grabada y estofada de oro y plata, desenvgerimela en una carta de esta
manera.

102
La casa que se ha hecho de Nuestra Señora de Loreto tiene dos varas y media
de largo y es tan rica, graciosa y bien acabada que si no es viendola no puede facilmente
decirse lo que tiene dentro y fuera y encima; sobre el techo está una imagen muy bella
con el niño Jesús en sus brazos asentada sobre una nube resplandeciente con muchos
angelitos alrededor muy hermosos con rotulos en las manos que dicen Ave María.
Tiene una costada de arquitectura muy prima dorada y estofada y a los lados de
la puerta dos balcones dorados; en la testera otro balcón que parece de hierro dorado,
todos con sus ventanas bien guarnecidas; en las espaldas frontero de las puertas, una
celosía dorada y sobre ella de la parte de adentro la estrella que trajo de la santa casa de
Loreto el padre Diego de Torres en una vidriera; alrededor de la casa y techo un alar muy
gracioso y todos los canes dorados y plateados y una labor de friso dorado con muchos
serafines estofados. De la parte de adentro el techo todo dorado, sembrado de estrellas
doradas y plateadas.
Tiene la casa dentro otra imagen de Nuestra Señora asentada en una silla y el
ángel que le da la embajada frontero de ella de tres cuartas de alto; hay dentro otros seis
ángeles mas pequeños tañendo instrumentos diferentes; tiene la Virgen delante un atril
plateado con un libro en que está rezando, a un lado esta una cama dorada con un
pabellón muy rico y todo el aderezo de una cama; demás de est6o otras alhajas caseras
que por ser también hechas y tan al propio daba gusto y devoción verlas que por no
alargarme las dejo; en las ventanas de los balcones había macetas con flores de oro y
seda, salía por la chimenea humo de los pebetes que iban de dentro encendidos.
Para traer esta casa (fol. 41v) se ordenó un acompañamiento muy hermoso que
tomaba gran trecho con mucha orden; delante iban los atabales y chirimias, luego un
hombre de a caballo a la brida en un caballo blanco con el pendón de Nuestra Señora y le
seguían de dos en dos los patriarcas con sus vestidos a lo antiguo conforme a la historia
del libro de la generación de Jesucristo; por luego venían otros tantos Reyes y Reinas con
muy ricos vestidos y coronas con cetros en las manos conforme a la misma
descendendia; tras estos tantos principes con las insignias de Nuestra Señora pintadas en
lienzo y puestas con sus fiadores en unas barras altas; luego iba un hijo de un oidor de la
Real Audiencia con el guión y otros dos que le llevaban las borlas; tras estos se seguían
tres carros, en uno iban niños hechos peregrinos cantando.
En el otro carro iban niños hechos ángeles cantando y danzando al son de lo que
tocaban en sus arcos en las manos; iba en cada carro un lienzo grande y en el pintado un
milagro de Nuestra Señora de Loreto; luego se seguían seis andas y en cada una de ellas
un milagro de Nuestra Señora puesto sobre una columna de flores y dos niños a los lados

103
hechos ángeles teniendo la columna; últimamente se seguía la cámara angelical puesta
sobre cuatro ángeles grandes hechos de bulto que parece la llevaban y iban en otro carro
grande que por debajo tiraban los indios con mucha gravedad y espacio.
Delante iban muchas danzas de indios grandes y pequeños y no faltaron indios
Moscas que danzaron al modo del nuevo reino; de esta manera salieron por las calles
principales de la ciudad y llegando al medio de la plaza salió de través un escuadrón de
turcos con sus turbantes, lanzas y adargas y escaramuzaron muy bien, apearonse y
ofrecieron las armas a la Señora Virgen y no faltó quien hizo arrodillar tres veces al
caballo delante de la santa casa; dejaronla aquella tarde y noche en el convento de la
Concepción y otro día se trujo en procesión a la capilla de Loreto, donde está al presente.
Hallose a esta sazón en Quito el Ilustrísimo señor don Bartolomé Lobo Guerrero
que de arzobispo de Nuevo Reino va por Arzobispo de Lima; y como tan gran padre de la
Compañía quiso decir la misa de pontifical en esta fiesta. A quien también se hizo
demostración del reconocimiento que tiene la compañía con algunas fiestas que le han
hecho nuestros estudios y un auto que se le dedicó de teología a que se halló presente.
Con este aparato celebra aquella ciudad aquesta fiesta y no con menos devoción
acude el restro del año a visitar esta capilla, especialmente los sábados a la misa de
Nuestra Señora que se oficia con mucha música y asisten a ella con velas encendidas y
en todos los sábados de la cuaresma se cuenta un ejemplo de Nuestra Señora de Loreto,
y entre año una vez cada mes; con que cada día crece mas el amor y devoción. todos los
días de todo el año por la tarde los indios ciegos que en nuestra iglesia suelen rezar el
catecismo cantan la letanía de Loreto vuelta en su lengua en canto de órgano. Entre otras
una señora honrada de esta ciudad tiene tanta devoción a esta santa imagen que todos
los días en amaneciendo riega y barre su capilla no fiando este piadoso oficio de sus
esclavas, sino queriendolo hacer por su misma persona en que ha perseverado mas de
dos años.
(fol. 42) Colegio seminario de San Luis de Quito.
En esta ciudad de Quito tiene la compañía a su cargo un seminario de
estudiantes que es de mucha importancia por criarse en el ministros doctos y virtuosos de
buen ejemplo y doctrina para todo el obispado. De aquí salen para las iglesias curas
ejemplares que siempre quedan con este reconocimiento a la compañía y ayudan a los
ministerios cuando van los nuestros a sus pueblos en misión y toman con mucha
aplicación la enseñanza de los indios, procurando conformarse con los nuestros en el
estilo de atraerlos y enseñarlos; de aquí se pueblan los conventos entrando en las

104
religiones muchos y algunos de buenas esperanzas en la nuestra y este año han entrado
dos.
Hay en este colegio cincuenta colegiales, entran en el no solo los de esta ciudad
sino también otras circunvecinas con deseo de la buena enseñanza que en el reciben.
Son de buenas habilidades de que han dado muestra en los actos que han tenido con
mucha satisfacción demas de la frecuencia de sacramentos y otros ejercicios de devoción
que tienen renuevan todos los meses el Santísimo Sacramento que tienen en su capilla y
con una misa cantada en que comulgan todos y una solemne procesión con mucha.. y
música por su claustro. Están en este seminario para su gobierno y ayuda dos padres y
dos hermanos coadjutores.

105
LETRAS ANNUAS DE LA PROVINCIA DEL PERÚ DEL AÑO DE 1612

Colegio de Quito

Este año se ha ayudado en este colegio a los prójimos con grande fervor y fruto
por medio de las congregaciones que tiene instituidas como ya se ha escrito.
Congregación acude a todo genero de gente.
La primera es de los sacerdotes, que está ahora mas fija que hasta aquí a que
acuden también los prebendados y dignidades de la Catedral.
La segunda de los seglares que es muy copiosa y acude a ella la gente mas
granada del pueblo.
La tercera es de las mujeres y señoras mas principales que ellas entre si
voluntariamente se han concertado de acudir a servir a una imagen devotísima de
Nuestra Señora de Loreto que aquí tenemos como esclavas suyas y con nombre de ello
con que se ha visto notable mudanza en sus costumbres y muy grande aprovechamiento
no solamente en sus personas sino también en sus maridos casas y familias. Porque es
cosa muy averiguada que muchos por medio de sus mujeres han hecho gran mudanza de
vida publicando ellos mismos que sus mujeres después que acuden a esta santa
devoción deja tan pegado de suerte que ya se ven otros muy tocados de sus antiguas
costumbres que ha sido traza e invención del cielo para reformar sus casas y toda la
república. Hay entre ellas muchas que dejandose llevar de la devoción que Nuestra
Señora les comunica hacen penitencias muy rajas de ayunos a pan y agua tres días en la
semana, disciplinas y cilicios que es menester irles a la mano en esto y cada día va
creciendo el número y devoción con gran provecho de toda la republica.
La cuarta congregación es de los estudiantes que con ser tan antigua no solo
está en su primer fervor sino tiene notable aumento.
La quinta es de los mestizos que son muchos en número y gente muy necesitada
de este espiritual socorro y que se aprovecha muy bien del. Y ahora han tomado
costumbre de acudir todos los domingos primeros del mes a dar una abundante comida a
los pobres de la carcel que es de mucha edificación a todo el pueblo.
La sexta es de los indios en que hay infinito número y por ser tantos están
divididos en dos ordenes de oficiales y de los que no lo son y va en muy gran crecimiento
en todo especialmente en el número de los que comulgan.

106
La septima es de los morenos y mulatos que por ser gente tan necesitada se
instruye aparte enseñandoles las oraciones y catecismo y como se an de confesar
juntanse el domingo por la tarde a oir su ejemplo y el primer sábado de cada mes a una
misa de Nuestra Señora. El fruto que por medio de estas congregaciones se hace a las
almas es grandisimo. Pero por ser el que otras veces ha escrito no digo mas de que por
estar los obreros de este colegio tan ocupados en el no han podido acudir a misiones nas
que una a la ciudad de Cuenca que dista de Quito como 40 leguas. Y fue tanto el fruto
que en ella se hizo ejercitando alli los padres todos los ministerios de la compañía que los
de aquella ciudad quedaron tan aficionados que con grande instancia pidieron que la
compañía fundase allí.
El colegio seminario de San Luis es de mucha importancia por criarse en el
ministros doctos, virtuosos y de buen ejemplo y doctrina. De el salen para todas las
iglesias del obispado curas ejemplares, del se pueblan los conventos entrando también
algunos de buenas esperanzas en la compañía. Hay ahora en este colegio número de 60
colegiales, y cada día van entrando mas porque es comun voz en esta tierra que después
que la compañía tiene a su cargo este seminario y estudios hay hombres doctos y
virtuosos que hacen bien sus oficios de beneficiados y curas de almas y esto repetían
siempre los señores obispos pasados y especiel D. Fr. Salvador de Rivera que Dios tenga
en el cielo que lo había tocado con sus manos visitando su obispado decía que no tenía
en el otros que hiciesen bien sus oficios y diesen ejemplo a sus obras.
Con esta voz vienen muchos forasteros de los pueblos circunvecinos a éste y de
otros mas remotos como del Nuevo Reino y gobernaciones que hay de aquella provincia
de suerte que con estos y los nacidos en esta tierra va cada día creciendo así en número
como en la calidad porque la gente mas honrada y principal gusta de tener en el sus hijos
y que allí se los críe la compañía.
Son comunmente de buenas habilidades mostrandolo en los actos literarios que
tienen muy de ordinario con mucha satisfacción de los religiosos y personas principales
de la ciudad que a ellos concurren de mas de la frecuencia de sacramentos y otros
ejercicios de devoción que tienen renuevan todos los meses el Santísimo Sacramento que
en su capilla tienen con una misa cantada en que comulgan todos y hacen una solemne
procesión con mucha cera y música que pone gran devoción.
Lo temporal de esta casa a ido en mucho aumento porque aunque por entablar
nuevas haciendas de consideración se habían hecho algunas deudas, pero ya se han
quitado y queda el colegio con estas gruesas haciendas bien entabladas.

107
LETRAS ANNUAS DE LA PROVINCIA DEL NUEVO REINO DE GRANADA DEL
AÑO 1619, 20 y 21.

Tiene esta provincia doscientos de la compañía, los 65 sacerdotes, 46


estudiantes, 60 hermanos coadjutores y 29 novicios repartidos en tres colegios, una casa
de probación, dos seminarios y cuatro residencias...

En el colegio de Quito 60, los 14 sacerdotes, 18 estudiantes, 21 hermanos


coadjutores, 7 novicios. Dospadres leen teología escolástica y moral, otro padre lee artes,
dos hermanos humanidad. En el colegio Seminario de San Luis dos sacerdotes, dos
hermanos estudiantes y dos coadjutores. En la Residencia de Panamá 15, 5 sacerdotes,
un hermano estudiante que lee gramática, 8 hermanos coadjutores, los tres novicios.

Colegio de Quito

Después de que por orden de V. P. se agregó este colegio a la Provincia del


Nuevo Reino se ha echado de ver claramente su mejora y mayor acrecentamiento en
todo, asi en lo temporal como en lo espiritual. Fuese a visitar el padre provincial Manuel
de Arceo que Dios tenga en su gloria el cual asentó y dispuso con su visita muy bien
todas sus cosas poniendo en el noviciado y estudios mayores de artes y dos maestros de
teología y este año se añadió otra de moral. También se dio fin al curso de artes con
crecido aprovechamiento de los nuestros y no poco de los seglares y colegiales anse
interrumpido esta cuaresma las licciones por el fervor y deseo grande que mostraron los
maestros de teología y discípulos de aprender la lengua general de esta tierra cooperaron
a el los superiores y así se vio el fruto muy adelantado porque antes de acabar la
cuaresma salieron todos con ella con notable edificación del pueblo. Predicaron primero
en nuestro refectorio y después en público; y fueron tan bien recibidos cuanto uno opina la
doctrina de aquellos de quienes nunca pensaron oirla tan en breve.
Ha resplandecido el fervor espiritual entre los nuestros particularmente en el
tiempo de los ejercicios y renovaciones con muchas mortificaciones públicas de que está
edificada la ciudad. Hase entablado este año la separación de los hermanos juniores,
poniendoles su superior y cuarto aparte; está en la misma cuadra en nuestra casa antigua
el noviciado pero de esta manera retirado de los antiguos que solo tienen el refectorio

108
común, están muy aprovechados y de ellos algunos han tenido particulares vocaciones a
que han correspondido muy bien. Hanse entablado en este colegio los novenarios de
nuestra iglesia adornando muy bien la capilla del noviciado adonde a sus horas acuden
los de casa a visitar a Nuestra Señora y a ofrecerle sus devociones con lo cual se ha
experimentado gran aprovechamiento en los de casa.
Ha habido comunmente en este colegio estos años pasados cinco obreros de
indios, pocos para tan grande mies porque solo en esta ciudad de Quito hay de este
género mas de veinte mil almas repartidas por las casas de los españoles, todas
necesitadas del remedio espiritual en los contornos de ella hay innumerable gentío a
quien es casi imposible acudir universalmente y como la compañía está en estas partes y
en estos ministerios también acreditada, no saben acudir a otra parte a buscar el consuelo
de sus almas. Predicaseles a los indios de esta ciudad tres veces cada semana. Domingo
a las 6 de la mañana, viernes a la misma hora y este mismo día a las 6 y media de la
noche; se les cuenta un ejemplo al cual acuden todos tan deseosos de aprovecharse que
con ser muy capaz nuestra iglesia no caben en toda ella. De esto se coge el fruto a
manos llenas de confesiones generales, de comuniones continuas y otras cosas
semejantes, aprendiendo (fol. 276) con ser gente corta las cosas de nuestra santa fe con
grande constancia como se verá en este caso.
Una india doncella de la cofradía del niño Jesús que está entablada en esta casa
solicitada de un indio y alagada con promesas y atemorizada con amenazas estuvo tan
firme en confesar su pureza que viendose con la muerte al ojo, quiso mas ofrecer la vida
en honra de Nuestro Señor que vivir sin esta preciosa joya; viendose el indio desauciado
de poder vender su constancia la mató y la enterró en el campo pero descubriole la
palabra de Dios y puesto a los pies de el confesor salió libre de las congojas que tenía
causadas de este paso.
Hanse hecho en este tiempo confesiones generales innumerables dando el
Nuestro Señor demostraciones de el gusto que ha recibido en ellas y algunas veces de
látigos con que han abierto otros los ojos. Un indio tuvo tan grande empacho de confesar
un pecado bestial que había cometido que aun estando a la muerte y vejez vida la
extrema unción no quiso declararlo pero envió de legua y media de el pueblo un
compañero suyo a quien dijo su pecado para que le confesase por él. Llegó a nuestra
casa propuso a un padre el caso, cogió el padre una mula y a toda prisa salió despelado
en busca de aquel alma. Llegó al pueblo, hallalo muerto y según estas circunstancias para
siempre condenado.

109
En esta cuaresma pasada se ha cogido el fruto mas lleno de los sermones
particularmente los ejemplos porque como es de noche acuden con mas disimulo los
necesitados. Echose de ver en esto en una persona que tocada de Dios llamó a un padre
de casa y le dijo que había cuarenta años que no se confesaba habiendolo dejado de
hacer desde los doce años por verguenza de un pecado enorme que en aquella edad se
había suscitado poniendola el demonio. Extraordinarios sermones y tomando ocasión de
su vergüenza para tratar con ella todo este tiempo tan visiblemente que siempre le
acompañaba de día y de noche saliéndose incluso tantas (fol. 276v) veces que la
costumbre de esto le había quitado ya el miedo hasta que movida de un ejemplo vino a
los pies de el dicho padre y estándole confesando dijo: padre aquí está conmigo el
demonio que ... salir con el remedio de mi alma antes de salir de este puesto así le
sucedió porque el padre la confesó generalmente y desde aquel punto se vio libre de tan
pesada carga.
Nihil deet
Un hombre casado a quien después de pocos años de su matrimonio apresaron
algunas melancolías causadas de este estado poco agradable para él, vino a tal extremo
que pidiendo divorcio y no adelantándole por pleito, determinó de ahorcarse; tomó una
soga y en un retrete de su casa se colgó de una viga y una y dos veces quebrándose la
soga con su cuerpo; tan ciego estaba que no viendo presente el favor del cielo determinó
de echarse con otra mas fuerte la tercera vez; hízolo y estando en los últimos términos de
su vida con un palmo de lengua afuera, vio en visión imaginaria a San Antonio de Padua
cuyo devoto grande había sido, que llegaba a quitarle la soga de la garganta, tocándole y
alargándose blandamente le dijo: como tu eres mi devoto y yo soy el abogado de estas
cosas perdidas viendo tu alma tan perdida vine a socorrerla; abre los ojos y los oídos a las
cosas de Dios; vete a confesar a la compañía de Jesús trata con estos padres tus cosas
que ellos te darán el remedio. Así lo hizo saliendo de todo su mal tan sebre apoyado que
determinó de dar de mazo al mundo y alcanzando licencia de su mujer, se entró religioso
dando notable ejemplo con su nueva virtud.
Otro tan mal parado en las cosas de su conciencia llegó a uno de los nuestros a
pedir el remedio de su alma y habiéndose confesado sacrílegamente como lo había hecho
otras veces, acaso o por mejor decir inspirado de Dios le preguntó al padre cierto género
de pecado enorme, mirose el penitente como espantado y díjole : si padre, si he hecho y a
tantos años que me confieso y nunca he podido declararlo porque al tiempo que esto iba
a decir se me atravesaba un nudo tan fuerte en la garganta que me quitaba el habla y

110
ahora me hallo de repintedes en rasado para poderoslo decir, aplicose el padre el remedio
conveniente para tan gran dolencia.
Un alma tan ignorante de la gravedad de sus culpas como metida en ellas, vino a
los pies de un padre y preguntándole si estaba casado o amancebado, dijo ni torno ni le
otro padre y a la verdad tenía lo uno y lo otro... el padre la absolución como a poco
dispuesto proponiéndole el peligro de su estado y amenazándole con el infierno respondió
que si quería ir al infierno viendo su dureza, le intimó el padre la sentencia que desde
luego se notificaba de parte de Dios. Levantose de allí y a poco rato se apareció que ya
estaba (fol. 277) metido en llamas; vino segunda vez espantado de estas pero no de sus
pecados, queriendo salir del infierno pero no de ellas, acudiose el padre de la segunda
vez; entrose el penitente en la iglesia y oyendo una misa que se representan
ordinariamente el infierno, que corrió a los pies del sacerdote blando como una cera y
dispuesto para su remedio sacole del mal estado y procede bien. A otro padre que había
negado la absolución a un hombre reacio en sus culpas se quiso el penitente dar de
estocadas por dos o tres veces, venció su cólera con modestia y paz sin alborotarse pero
no para atraerle al conocimiento de sus pecados. Se han hecho amistades particulares
entre caballeros nobles y hacendados de cuyo rompimiento se esperaban y temían riñas
muy sangrientas.
Se ha aumentado este año la Iglesia y sacristía con algunas buenas piezas con
un retablo para la capilla de Ntra. Sra. de Loreto que costó mil y doscientos pesos, una
cruz de plata curiosamente labrada de más de veinte marcos, una custodia grande y
curiosa de 18 marcos, unos doceles de brocatel fino que llegaron a mas de dos mil pesos
con un frontal de plata que se está haciendo que llegara a mas de mil pesos, con 4
cuadros grandes de la vida de Ntro. Sto. Padre con dos frontales y casullas de raso
blanco, vinajeras y salvillas de plata y otras cosas con que se va poniendo la sacristía de
modo que se excuse el pedir prestado fuera de casa. Aunque esta al presente la casa
cargada de deudas confiase en el Señor saldrá presto de ellas por el gran fuste que
tienen las haciendas para el desempeño. Se van entablando los ingenios de azúcar para
cuya ayuda se han comprado este año veinte y cuatro piezas de esclavos, que todos ellos
serán hasta setenta y como es el temple acomodado a sus naturales se hallan bien y son
de alivio para el trabajo que había en buscar indios se ha desempeñado la casa en doce
mil pesos.
Han salido este año tres misiones; una a la ciudad de Cuenca adonde fueron tres
padres y un hermano que hicieron mucho fruto, confesiones de muchos años, amistades y
otras cosas comunes a nuestros misioneros. Otra salió a los cofanes para lo cual hubo

111
extraordinaria misión en los de casa que muchos de rodillas y con lágrimas en los ojos la
pidieron muchas veces: es esta aquella misión adonde fue aquel santo padre Rafael
Ferrer de nuestra compañía donde murió en la demanda derribado de un puente abajo en
odio de nuestra santa fe. Van los padres con determinación de romper aquella gentilidad y
acuden y arrojados por el grande río Marañón en cuyas márgenes y riberas se tiene
noticia que hay un número sin número de gente indisciplinable en quien nunca han
entrado los resplandores de la santa fe; el señor se servía de dar buen fin a sus deseos.
Misión a la ciudad de Popayán.
Salieron dos padres de este colegio para la ciudad de Popayán cabeza de
obispado; fueron bien recibidos del señor obispo y ciudad y aunque duró su misión no
mas de 25 días, se hizo grande fruto en l... la primera cosa de servicio de Nuestro Señor
fue que yendo los padres la tarde concalli llegaron a visitar al señor obispo; les dijo: vengo
de ver una india que se está muriendo y no le damos el viático porque en esta tierra hay
costumbre de que no se de a los indios y era la india muy ladina y bien entendida; y
estaba en la misma casa del obispo.
Respondió uno de los padres al señor reverendísimo a la mala costumbre
quebrase la cabeza siendo como es precepto divino el comulgar y que obliga a todos los
cristianos que tiene uso de razón y son capaces de recibir los sacramentos de la
penitencia y extremaunción como se pude dejar de cumplir un precepto que es
indispensable en la tierra y tales autoridades y razones le citó el padre al señor obispo
que se hizo reparar mucho en especial una autoridad del concilio tercero Limense que
dice se vere prodepimus imnib parrchis ut extrme indigentibus indis et etropib ivarti
ministrtare ni permitant... este concilio es nacional, está confirmado por la santidad de
Gregorio 13. Probó también con San ... ser precepto divino so.. debajo de esta platica fue
que luego por la mañana mandó su señoría dar el Santísimo Sacramento a la india y el
día siguiente murió. Dentro de pocos días se ofreció una fiesta de este divino misterio a la
cual acudió toda la ciudad predicó en ella el mismo padre; ponderó con lugares de
escritura la obligación tan apretada que les corría a todos los curas de dar este divino
sacramento a todos los fieles cristianos así indios como morenos estando en peligro de
muerte con que se les abrieron los ojos y empezaron a ejecutar lo que jamás habían
hecho dando a todos los adultos el viático de suerte que quedó entablado para en
adelante.
Predicó uno de los padres todos los domingos y fiestas, dos sermones, uno a la
mañana y otro a la tarde a que acudían todos los españoles; Llevaba desde el hospital
que es su posada en procesión los niños a la iglesia mayor donde les hacía la doctrina

112
cristiana y luego subía a explicar al pueblo uno de los diez mandamientos (fol. 277v)
discurriendo por todos ellos con que salieron muchos de grandes ignorancias y se
edificaron mucho porque vieron que sus hijos que poco antes no sabían persignarse
dentro de pocos días hacían bien las preguntas y respuestas del catecismo y disputaban
de mas unos con otros.
Los miércoles, viernes y sábados se les contaban ejemplos y los miércoles y
viernes en la noche acudían los hombres a la disciplina antes de la cual se les contaba
otro ejemplo y acudían con tanto fervor que hasta en el cementerio debajo los árboles la
tomaba mucha gente de la que no cabía en la Iglesia; en las puertas había un gran
número de mujeres que acudía a oír los ejemplos, porque no se les consentía entrar
dentro. El fruto fue grande a la medida del trabajo con ser en tiempo de cosecha que es
muy ocupado aparecía una semana .. y tomaban muchos de noche disciplinas de sangre
por las calles; asistió a todos los sermones y ejemplos de la mañana el señor obispo con
todos los prebendados, uno de los cuales nacido y criado en aquella ciudad viendo el
concurso y frecuencia de la gente dijo que jamás había visto en aquella iglesia ni conocido
personas que al presente acudían a los sermones con los cuales se movieron de manera
que la mayor parte de la ciudad se confesó generalmente. Salieron muchos de mal estado
con propósitos grandes de mudanza de vida. Otros que habían ocultado pecados en las
confesiones sacrílegas por callar de vergüenza pecados enormes.
Predicó así mismo a las monjas una plática cada semana y todas se confesaron
generalmente y ganaron el jubileo de las misiones que se promulgó para que toda la
ciudad se ganase el día de la Asunción de Nuestra Señora en que hubo muchas
comuniones. Hicieron unas amistades entre dos personas de las mas graves de la ciudad
que se empeñaron a encender de manera que se temía un gran rompimiento porque la
una estaba ya presa y descomulgada y ... la descomunión, salió de la cárcel y todo quedo
compuesto.
No menos trabajo el otro padre con los indios y morenos a quienes todos los
domingos y fiestas predicaba un sermón y ejemplo llevándolos así mismo con procesión a
la iglesia de las monjas y mismos días por la mañana y tarde a campana tañida se juntaba
esta gente en la iglesia del Hospital y les hacía la doctrina.
Quedó tan aficionada la ciudad a nuestra compañía y sus ministerios que
desearon nos quedáramos allí siempre y que se fundara una residencia o colegio para lo
cual ofrecían sus limosnas, conforme a su posibilidad con ánimo y añadían que quisieran
tener mas en su ciudad a toda la compañía de Jesús para todos los conventos juntos de
religiosos que allí tienen que son tres.

113
Colegio Seminario de San Luis
Han estado de ordinario estos años en este colegio setenta colegiales de buenas
habilidades como se han mostrado principalmente los que oyen facultad en sus actos
públicos que han tenido con satisfacción de los de dentro y fuera de casa asistiéndoles
dos padres y dos hermanos estudiantes y dos coadjutores que los asientan y enderezan
en sus estudios aludiendo principalmente a su aprovechamiento espiritual como se echa
de ver en la frecuencia de sacramentos con que la mayor parte se adelanta en la virtud.
Han festejado este año las fiestas de la Beatificación de San Francisco Xavier
con uno o dos coloquios y paseos, máscaras, carteles y certámenes poéticos con grande
... y aplauso con que se ha ganado mucho la ciudad. Ayudando mucho todo esto a las
fiestas que nuestra casa hizo por 9 días con sermones y misas cantadas de todas las
religiones viniendo la iglesia mayor con algunos de sus prebendados a celebrarla que fue
de particular edificación y contento de la ciudad por haber estado algo sentidos de
algunos sermones que los nuestros hicieron; los gastos de las fiestas fueron grandes pero
todos se satisficieron con el gusto de ellas por que salieron tan lucidas y vistosas (fol.
278) que toda la ciudad echaba mil bendiciones a nuestra compañía diciendo que el señor
era el que principalmente regía nuestras cosas pues todas salían tan acertadas.

114
LETRAS ANNUAS DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS DE LA PROVINCIA DEL
NUEVO REINO DE GRANADA DESDE EL AÑO DE MIL Y SEISCIENTOS Y TREINTA Y
OCHO HASTA EL AÑO DE MIL Y SEISCIENTOS Y CUARENTA Y TRES. (1638 a 1643)
En Zaragoza, año de 1645. Impresas con licencia de los superiores

Colegio de Quito

Hay en este colegio de Quito hoy mas de sesenta sujetos, veinte padres
Sacerdotes, once hermanos estudiantes, veinte y siete hermanos coadjutores. Es el mas
descansando y abastecido de toda la provincia, porque es su renta, como de treinta mil
pesos cada un año y las deudas y censos que paga son pocos en esta proporción. Con
estas sus rentas ha labrado un cuarto de casa muy capaz y una iglesia vistosa y puesto
en ella bellísimos retablos y en cada capilla echado el resto, la arquitectura. Es la sacristía
recién edificada una pieza que puede servir de Iglesia con riquísimos ornamentos y
alhajas necesarias al divino culto.
Los estudios de esta casa están floridisimos, en ellos se leen todas facultades,
los estudiantes son muchos y de ingenios lucidos; la Academia que tiene fueros de
Universidad populosa, con sus mazeros, con muchos maestros y doctores que es de
grande alegría, cuando se da un grado y se hace el paseo por la ciudad; se han en ella
incorporado muchos religiosos de varias religiones, estimando mas el grado en nuestra
casa que todos los honores que habían grajeado por otros títulos y claman todos que la
Compañía a dado la gloria de la ciencia a su república. El seminario que allí tenemos es
de mas de noventa convictores. El curso a que ahora se dio principio en artes fue
numeroso sobre los demás, pues llegaban los estudiantes de la patria a ciento.
Aquí son los ministerios muy bien recibidos; casi toda la gente se confiesa en
nuestra casa y sola la compañía da mas despacho que todo el resto de parroquias y
conventos. De indios y de esclavos es un numeroso escuadrón de gente pues de solo
indios tiene la ciudad mas de veinte mil; y es cosa de ver que todos aspiran por frecuentar
nuestros umbrales y acudir en los aprietos y necesidades a buscar el remedio en nuestros
confesores; de tal suerte que no hay día que no salgan padres a confesar enfermos mas
de veinte veces.
Las congregaciones de esta casa son muchas y en ellas el fruto es a la medida
de el deseo. Hay una de estudiantes, otra de españoles y personas graves, otra de
mestizos, otra de indios ladinos, otra de morenos e indios chotales, otra de Nuestra

115
Señora de Loreto a que acuden todos los sábados cuantas señoras tiene el populoso
lugar, a quien se les hace una platica y conferencia y comulgan cada ocho días. Hay entre
ellas personas de purísima y perfectísima vida y una con quien Dios hace continuo
milagro; otra murió a quien la Virgen Santísima se le apareció a la hora de la muerte;
mujer casada, noble y con hacienda e hijos, que vivía como un ángel de el cielo.
En este colegio falleció el señor Juan de Clavería, fundador de él, de edad de 72
años y natural de la villa de Tortola en el Reino de Aragón, donde tuvo su casa solariega,
de que fue noble mayorazgo. Dio a este colegio la mayor parte de su hacienda que fue de
cantidad, y de la poca que para su escaso sustento había reservado lo dejó por su
universal heredero; porque aunque nos puso en obligación estrecha de perpetua gratitud
y reconocidas memorias, mucho mas lo consiguió por el cordial afecto y ánimo
desinteresado con que la dio; pues a trueque de que a título de fundador hubiese quien
franquease a la Compañía mas gran limosna; dejó abierta la puerta para que gozase de
título y honras de fundador. Creció esta obligación por el ejemplo de toda virtud y
perfección con que nos edificó los seis años que entre nosotros vivió en los cuales de tal
manera se ajustó a los fueros y procederes de un perfecto religioso, sin profesarlo, que
sin exageración se lo podían proponer por ejemplar y modelo de religiosas acciones los
mas aventajados. Levantábase con la comunidad a las cuatro de la mañana, sin que le
retardase ni la incomodidad del tiempo ni su ancianidad. Tenía su hora de oración en la
Iglesia aun con el desabrigo que causa el frío y molesta a las mañanas; perseveraba así
de rodillas oyendo muchas misas con singular reverencia y atención. De esta suerte
gastaba otros ratos después de comer y a la noche en oración vocal y mental y en
ejercicios loables con la Madre de Dios, Señora Nuestra de quien fue muy devoto. Asistía
los domingos y fiestas a las vísperas en S. Francisco. Oía los sermones del lugar.
Comulgaba con gran frecuencia y veneraba con lágrimas y suspiros el Santísimo
Sacramento del Altar; en cuyo culto y ornato se esmeró empleando la parte de su renta
que para si reservó; ya en hacer ricas lámparas y dotarlas de aceite con que alumbrarle;
ya en comprar cera para solemnizarle con mayor aparato sus fiestas y poner renta para
un cirio que en todas las misas ardiese en su presencia; ya en una grande y costosa
campana y otros arreos y ornatos; con que se sirvió en la pureza de su alma y cuerpo y
justamiento estrecho de su conciencia.
Afirman los que general y particularmente le confesaron que parecía mas ángel
del cielo que hombre de la tierra; pues las mas veces no hallaron materia en sus
reconciliaciones para ser absuelto.

116
Todo esto era fruto de su circunspección y retiro y logro de su perpetuo silencio a
que se destinaba con una esatisima suspensión de todo trato. Añadía a esto una singular
modestia con que gobernaba sus acciones que parecía dignas de loa y admiración. Junto
en la comida la sobriedad y templanza que era parquísima en el trato de su persona y
vestido que jamás consintió que se le diese algo mas de la comunidad y en el traje
siempre se contentó con lo mas llano. Jamás consintió que otro que el barriese su celda ni
hiciese la cama si no el; en todo siguió las partes de la comunidad y de la humildad. A
este paso era su mansedumbre y paciencia; y aquella igualdad de ánimo que en todas
partes conservaba sin que jamás se le viese movimiento de menos conformidad y
paciencia. Fuera negocio prolijo proseguir en todas las virtudes que ejercitó; basta decir
que fue un ejemplar en todas; vivió santamente y acabó con felicidad.
.....
En el colegio seminario de Santa fe hay dos padres, un hermano estudiante y dos
hermanos coadjutores. Lo mismo en el de Quito, en el de Popayán que es recién fundado
se hallan un padre y un hermano. Son estos seminarios de gran lucimiento a la compañía
y a las repúblicas de utilidad y nombre; porque allí se crían los estudiantes con ejemplo,
con virtud, con letras y salen en todo bien aprovechados. Comulgan frecuentemente y con
la enseñanza que tienen de la oración y el recogimiento en que se crían, vienen a ser
mozos de prendas y que logran con sus dotes y habilidades ya en religiones donde
después se acogen ya en empleos espirituales que ejercitan. Hay en el colegio de Santa
Fe casi cincuenta colegiales, entre los que sustenta la Catedral y Conuictores que a
expensas de sus padres; son en toda cultura doctrinados. En el colegio de Quito es mas
la comunidad. Hállanse en él casi noventa estudiantes que con veras se dan a letras y
virtud. En el de Popayán es el número mas corto, por ser la capacidad de la tierra mas
estrecha, llegarán como a veinte, entre conuictores y los que la iglesia sustenta para
servicio de los divinos oficios y asistencia de las misas.

117
CARTA ANNUA DESDE LOS AÑOS 1642 HASTA EL DE 1652 DE LA
PROVINCIA DEL NUEVO REINO Y QUITO.
P. n. m. r. Padre Francisco Picolomini Prepósito general de la Compañía de
Jesús.
…..
Estado Universal de la Provincia.

Han sido muy desiguales en lo pasado los de esta provincia, porque tuvo sus
principios siendo parte de la del Perú; tanta fue su infancia a los principios de su ser; fue
luego vice provincia de ella; ya daba indicio de lo que había de ser con los tiempos;
dividiose (fol. 1v) después que tuvo colegios bastantes para empleo de un provincial; llegó
a ser tanta su extensión si no en número de colegios, en la dilación de las leguas que la
repartió en provincia y viceprovincia el padre Rodrigo de Figueroa Visitador. Ya tuvo para
dos cuerpos distintos en menos de cuarenta años la que antes no podía vivir por si. Tres
años estuvo esta división en pie con no poca conveniencia del provincial del Nuevo Reino,
viceprovincial de Quito y de sus súbditos. Pues aun hecha la división, tenían provincial y
viceprovincial cada uno en la parte que le pertenecía mas de quinientas leguas que correr
con sus visitas concediendo así mas tiempo de asistencia a cada colegio que hoy abrevia
la atención a perpetuos movimientos por haberse deshecho la vice provincia y reducidose
a lo antiguo, habrá espacio de trece años.
Tiene pues hoy esta provincia once colegios con las casas de probación, tres
residencias, cuatro hospicios, tres misiones y tres colegios seminarios dependientes de
nuestra educación. Derramanse estos puestos en un mil doscientas y sesenta y dos
leguas que según la obligación de los provinciales se deben correr. Están comprendidos
en cuatro reales audiencias, de santa fe, Quito, Panamá y Santo Domingo o Isla
Española; en dos arzobispados Santafé y Santo Domingo, cuatro obispados, Quito,
Cartagena, Panamá y Popayán, cuatro gobiernos o gobernaciones: Cartagena, Popayán,
Mérida y Jaén y muchos corregimientos.
…..
(fol. 25) Segunda parte de la Annua de la provincia del Nuevo Reino y Quito:
contiene los puestos que pertenecían a la viceprovincia que fue de Quito.
Introducción.

118
El ajustar lo mas que se ha podido esta relación a la situación de los puestos
movió en el .. en que se trató del estado universal de esta provincia a dividirla en dos
partes. La muchedumbre de los pueblos de la primera nos gastó dilatados escritos y
aunque esta segunda no contiene tantos en colegios fundados, fuera de estos que son
cuatro, tiene dos misiones y cuatro hospicios y en ellos ochenta y nueve sujetos.

Capítulo 1. Colegio de Quito.


1. Número de sujetos, su Iglesia y aumentos de su habitación.
Conociose Quito en otros tiempos con mas casi solo sacerdotes que hoy tiene el
colegio sujetos; son por todos treinta y cuatro y los ministerios en que dar lugar al ocio se
ocupaban tantos sacerdotes están hoy a los hombros de solos once, siendo los demás
hermanos estudiantes y coadjutores. Fue este colegio la cabeza de la viceprovincia en la
antigua división que hizo el Padre Rodrigo de Figueroa siendo visitador y no se puede
negar sin que su antigüedad para esta América, su abastecimiento, su fundación y las
bien fundadas esperanzas del crecimiento de esta parte de Provincia la hacían digno de
este título de que carece hoy por haberse desecho la viceprovincia; aunque fuera del
Colegio de Panamá todos los que le son vecinos como el de Popayán y Cuenca y aun los
hospicios y misiones le están debiendo los influjos de cabeza en el socorro, no solo de
sujetos que serían en este colegio sino en muchas necesidades temporales en que sin
menoscabo suyo los ampara.
(fol. 25v) Tuvo por fundador al señor Juan de Clavería con la limosna que nos
hizo en la fundación se pudo acabar nuestra Iglesia que demás de ser la mas capaz de
Quito, (siendo las demás muy opulentas) no es la de menor aseo. Solo el crucero tiene
tres retablos, que pudieran hacer frente en templos de mucho lucimiento. Acabese poco
ha el púlpito de obra corintia. Y muchos que han corrido lo mas de la Europa afirman que
de madera no le hay igual en toda ella.
Desde la última congregación hasta la que se celebró el año pasado de cincuenta
y uno, se ha aumentado mucho la vivienda de este colegio. Acabose el cuarto principal de
patio de estudios con muchos aposentos en lo alto. Empezaronse y acabaronse otros dos
cuartos interiores cuadrados todos. Y fuera del mas interior los dos mas públicos con
corredores altos y bajos toda obra de cal y ladrillo con dos fuentes perennes y artificiosas
que hermosean los dos claustros principales.
Acabose también la torre en mucho honor de la ciudad y hermosura de Nuestra
casa, de cincuenta y cinco varas de alto, obra tan fuerte que sin la lesión que han
padecido menores edificios ha podido resistir algunos temblores grandes. Divídese en tres

119
cuerpos, el primero está embebido en el edificio de nuestro colegio. El segundo levanta
con división de pilastras hasta rematar en cornisas y una forma de balconcillo volado
sobre canes de piedra que en lo superior se hermosea con almenas. El tercero cuerpo
teniendo las mismas labores para su crecimiento da proporcionados los nichos a las
campanas que son grandes y no faltan esquilones menores para la acorde alsonancia en
los repiques y tiene por alma el reloj que es el gobierno de la ciudad. Y rematando este
tercer cuerpo en la misma forma que el segundo coronan el bulto todo cinco pirámides
vestidas de azulejos, levantándose la media de la cúpula mas que las cuatro que la
rodean y todas haciendo cabeza bolas de bronce doradas proporcionadas al crecimiento
de su altura.
2. congregaciones y ordinarios ministerios.
El grande número de indios de la provincia de Quito (que ninguna de las
conquistadas de estas indias se aumenta mas) ha entablado el trato de los paños (que es
el que tiene en pie esta ciudad y su comarca) corren estos en el comercio todo el Perú y
mucha gente de este nuevo reino ya la consistencia del género ya la mucha gente de
servicio, se puede atribuir la grande utilidad de españoles que tiene la ciudad y sus
vecinas poblaciones. La ciudad sola se divide en tantas diferencias de gente que de
muchos años atrás están divididas las congregaciones y cofradías en proporción de sus
condiciones, porque se aplique a cada una (fol. 26) la doctrina competente.
Seis son las congregaciones y cofradías, que todas tienen sus platicas cada ocho
días y las mas sus fiestas anuales con mucho lucimiento. Pero merecen especial memoria
en la relación la fiesta de Nuestra Señora de Loreto que celebran sus esclavas,
preciándose de serlo las señoras de mas calidad en la república. Y siendo todos los años
la de mayor lustre que tiene en riqueza de colgaduras, en número de luces y
extraordinarios adornos de todo nuestro templo. Son también muy ostentosas la que
hacen al Salvador, los Morenos y Pardos en el día de su Transfiguración, la de la
Presentación que celebran los indios ladinos, la de nuestra Señora de los Reyes que
festejan los mestizos la dominica después de la Epifanía. Y suele igualar a la fiesta de
mayores gastos la que pertenece a la congregación de Nuestros estudiantes.
Todas las congregaciones y cofradías (porque no se gaste la piedad en solas
ostentaciones públicas) tienen sus días determinados de comunión; a que son
grandísimos los concursos, moviéndose con el ejemplo muchos a la imitación. Los días
festivos mayormente de la Santísima Virgen María Señora Nuestra. Los jubileos aun en
otras familias religiosas dan tanta materia de trabajar a nuestros operarios que tal … se
ocupan en el confesionario. Las vísperas y el día siguiente permitan los concursos

120
desahogo en la ocupación. Los mismos tienen las fiestas de Nuestro Santo Patriarca, del
Nombre de Jesús haciéndose este día un opulento convite a todos los mendigos de la
ciudad en nuestra calle; la del glorioso Apóstol de la India San Francisco Xavier que a
mas de ocho años que los señores presidentes de la Real Audiencia como se han
sucedido en los puestos, se han heredado la devoción de festejarle.
No impide el grande bullicio de la ciudad la especial piedad de algunas almas que
codiciosas de su salvación y del aumento de la gracia tratan muy de veras de la
frecuencia de los sacramentos y fuera del mayor número que acude cada mes a sus
asentadas comuniones, las frecuentan otras una y mas veces cada semana. Ni se debe
omitir que tuvo esta ciudad una señora que debiendo los rudimentos después de Dios
(que es el primer maestro de verdades) a la compañía en la perfección, medro tanto en
ella que sin ponderación, se puede afirmar que a lo que indicaron las demostraciones
públicas, era de las almas mas puras que tenía Dios en estas partes.
A censura de las que la confesaron de toda su vida no perdió la gracia bautismal
pero aumentola siendo de muy amables prendas naturales y conservándose siempre en
el siglo sin variar de traje con indecible modestia, rara humildad, pureza mas que humana,
tan grande oración y tan continua que sin faltar jamás de la presencia de Dios, se juzgó
había llegado al grado superior de contemplación; despreciabase mas que la misma nada;
mortificaba sus virginales miembros con grandes ayunos, (fol. 26v) cilicios y disciplinas;
era parquisima en el sueño y en las asistencias de nuestra casa tan continua que sino la
embargaba algún achaque (que la mortificación la había hecho padecer algunos) desde
las seis hasta que se cerraban las puertas se estaba en suma quietud y recogimiento.
Esta señora (que apresurandose mucho en la virtud no necesitó muchos años de
vida para las medras de muy anciana perfección) por mostrarse hija de la compañía se
mudó el nombre de su alcunia que siendo Doña Mariana de Paredes se firmó siempre
Mariana de Jesús. Murió de treinta años poco mas o menos habiendo antecedido a su
muerte algunos favores del cielo que se juzgaron no comunes. Gustó enterrarse en
nuestra iglesia y al.. amor de su virtud y exclamación de su Santidad (este título le daba
toda la república) se juntó toda ella a sus exequias haciendo el oficio el honorable Dean u
cabildo sin ser convidados y procurando todos tener alguna prenda suya que estimaban
por reliquia.
A casi doscientos pobres ni no pasan de este número, se da todos los días
limosna en la portería, acudese también con ella a las cárceles de Corte y la ciudad ni se
permite descuido en el socorro del hospital y en todas tres partes se tiene cuidado se
haban algunas pláticas espirituales entre año para que se alienten a la tolerancia de su

121
trabajo y compuestos con Dios tengan mejores sucesos en sus cuidados. Ni hay alguno
grave en la república y aun en toda la provincia que no se consulte con los nuestros
fiando de su determinación sus conveniencias.
3. ministerios extraordinarios y cuaresmales.
Por los años de seiscientos y cuarenta y ocho se encendió en la ciudad de Quito
la peste de viruelas y como la muchedumbre de indios da tanto material para el cebo de
cualquier contagio, fue sentimiento común que habían pasado de nueve mil las personas
que murieron en sola la ciudad; no admitiendo número los muchísimos que enfermaron de
riesgo. Parece que previno Nuestro Señor para esta ocasión en nuestra casa los
operarios para el socorro de tanta necesidad porque demás de los operarios comunes se
habían ordenado este mismo año ocho de los nuestros que tuvieran las es… del
sacerdocio en esta común calamidad. Desde la mañana se señalaban para cada barrio
dos sacerdotes de los nuestros que si no les fuera preciso el acudir al medio día y a la
noche a casa pudieran juntarlos en el trabajo. Todas las sagradas religiones mostraron en
esta ocasión su piedad pero resplandeció tanto la de nuestra compañía así en el socorro
de lo temporal a los cuerpos derramando considerables limosnas, como en lo
perteneciente al Espíritu que el ilustrísimo señor doctor don Agustín de Ugarte Sarabia
obispo entonces de esta ciudad se sirvió de valerse mas de nuestra religión que de otra
(fol. 27) alguna.
Y para que administrasen nuestros operarios todos los sacramentos sin reformar
el del matrimonio ya para que las limosnas que como pastor repartía a sus ovejas se
distribuyesen por los nuestros. En el espacio que duró esta peste se conmovió
grandemente la república a devoción frecuentándose mucho mas los sacramentos
haciéndose rogativas y procesiones públicas y a todas estas acciones por piadosas
cooperó nuestra religión y predicando y confesando. Ya aumentando los recursos a
Nuestro Señor pues todos los días se descubría el Santísimo con plegaria de campana y
concurso de toda nuestra comunidad que públicamente tenía una hora de oración en su
presencia.
Sucedieron en esta peste algunos casos en que se manifestó mas que
ordinariamente la providencia de Dios cuidadola de la salvación de sus predestinados.
Pues entrándose adonde no eran llamados confesaban algunos que parecía no había
espera de mas la muerte para arrebatarlos que la absolución; otros que muchos años
habían estado con continuados sacrilegios declararon del todo sus conciencias a los
confesores que lograban su celo en el desahogo con que o quedaban en la vida
mejorándola o morían logrando la redención de nuestro salvador. Juntamente con el

122
contagio de viruelas padecía una mujer recios dolores de parto que en la complicación del
mal se halló desahuciada de remedio por los médicos y prevenida para la muerte por uno
de nuestros operarios a quien en los desesperados medios a lo humano para la vida de la
doliente y remedio de la criatura que igualmente peligraba se le ofreció vivamente el
amparo común que tienen las mujeres de parto en este riesgo de nuestro glorioso padre
San Ignacio. Y aunque reconoció se doblaban las circunstancias en la doliente la alentó a
que se valiese de la intercesión de Nuestro Santísimo patriarca. Diola una medalla suya
procurando animase la fe en las confianzas. Y apenas se despidió de la que ya tenían
todos por agonizante, cuando llamado segunda vez halló a la mujer que había tenido feliz
alumbramiento en el parto que se desesperaba y lo que mas le admiró fue que las
viruelas (que de maliciosas o… desdicho en lepra o alfombrilla) la habían también dejado
sin molestia reconociendo la mejorada enferma a nuestro santo patriarca por autor de su
milagrosa mejoría.
Otra mujer padecía los mismos achaques que la pasada de viruelas y parto. Y se
añadía al corazón un nuevo torcedor de angustias en haber ocultado muchos tiempos una
culpa grave; la presencia del médico de su alma, que era un sacerdote nuestro la
ocasionaba mas empacho en descubrirse. Y era grave sentimiento en nuestro operario
reconocer en la enferma el achaque de que adolecía su espíritu y que su misma
obstinación la negaba la medicina; recurrió a Dios y este recurso le dio alientos para que
santamente confiado afirmase a la enferma que si le declaraba su conciencia la
aseguraba de parte de Dios la salud del cuerpo y del alma. Moviose con esto a hacer una
(fol. 27v) buena confesión y estuvo Nuestro Señor tan puntual al cumplimiento de la
palabra de su ministro que tuvo felicidad en el parto y muy breve la convalecencia del mal
de que peligraba.
Son en esta ciudad en la cuaresma copiosísimos los frutos que se logran de
nuestros ministerios; es forzoso en ella sean aun mas los sermones, ejemplos y platicas a
los indios que a los españoles y porque especificarse todos fuera dilatar en demasía esta
relación con los sermones de historia, domingos en la tarde con los que se predican
domingos por la mañana, con los ejemplos y platicas de cárceles, hospitales, parroquias y
frecuentemente en la catedral y en la plaza, llegan cada semana a veinte y cuatro que
parece imposible puedan obreros tan fatigados en el púlpito aplicarse tan constantes al
confesionario acudiendo lo mas de la republica a nuestra casa a confesarse.
4. sucesos extraordinarios.
Mas había de treinta años que tenía este colegio de Quito en veneración un bulto
del Santo Ecce Homo; que aunque devotísimo y reverenciado con especiales cultos de

123
algunas personas piadosas, no se había ni dilatado tanto su devoción ni
experimentándose en tan comunes amparos su socorro; y como para todos los efectos de
la divina providencia tiene predefinidos los tiempos se sirvió Nuestro Señor llegase el de
crecer la devoción a esta santa imagen en tan notables concursos y tan celebrados
amparos de la piedad divina en sus imploraciones que demás de haber obligado a que de
nuestra parte se hiciese alguna demostración (como se hizo colocándolo con mayores
decencias en el altar de Cristo, en un nicho que haciendo frente en el altar como sagrario
viene a estar de manera dispuesto que de la misma suerte que en lo historial del salvador
fue la inmediata pasión a la crucifixión la del ecce homo así es grda esta santa imagen
para el bulto que pende en lo superior de una cruz. Y la singular protección que en todo
género sienten los que se valen de su amparo le ha impuesto el nombre del Cristo del
Consuelo.
Arden de ordinario delante de sus aras ocho y diez luces sin que de noche cese
este género de veneración. Siendo tan grande la que causa visto que de la misma suerte
que mueven objetos al temor, este señor afeado con nuestras culpas sensiblemente
mueve a .. cada ocho días se descubren los velos que le ocultan para la misa que se le
canta de pasión y habiéndose esta devoción hecho tan frecuente no es vulgar el aseo; las
flores de su altar las aplican a todos achaques y afirman sus devotos haber sentido
efectos maravillosos con el aceite de su lámpara y cabos de las velas que ardieron en su
reverencia con que aun de muy distantes lugares de la ciudad es grande la demanda de
estos géneros. Si como aplaude la devoción los sucesos por maravillosos y como
concurren los votos y bultos de cera en reconocimiento de los favores experimentados se
hubiese de hacer la relación solo para este intento fuera necesaria otra distinta (fol. 28)
congregación solos dos sucesos se referirán que tienen la verdad mas autentica.
Una sangrienta medicina de cirugía se había de hacer en una religiosa del
convento de Santa Catalina. Y por lo que tenía de peligrosa pidió instantemente que la
llevasen al Cristo del Consuelo en cuya presencia quería padecer los cauterios y cortes
de un pecho en que tenía un envejecido Saratan. En secreto se llevó el Cristo y fue tanto
el valor de la religiosa que pareció insensible en el cauterio y cuando de su rigor temió el
cirujano había de morir, la sintió en breve tan mejorada que le pareció había sido mas
efecto del Cristo que la asistía que de su arte en el acierto.
Las religiosas y en particular la doliente deudora de su amparo deseó alguna
reliquia del Cristo y por no tocar al breve manto que cubre su desgarrado cuerpo en vez
de la clámide de púrpura cortaron un pedazo de la caña que tiene por cetro y unos cabos
de la soga que pende de su cuello. Volvió el Cristo al lugar destinado de sus

124
veneraciones. Y fue cosa rara que habiendo observado el padre (que tenía el Cristo a su
cuidado) el tamaño de la caña antes que la cortasen y constándole la cantidad que se le
había disminuido dentro de pocos días reparó en su crecimiento y porque no pareciese
aprehensión suya verificó con las medidas que se había restituido en las manos del Cristo
a la magnitud que tenía antes que se cortase. Que no imposibilita sus crecimientos una
caña seca en las manos de Cristo. Como se experimentó también en el segundo suceso.
Algún tiempo había vivido en torpe amistad con un eclesiástico una mujer y o
indignada de algunos celos o deseosa de romper el hilo de su seguida ocasión, una
noche que asistida de su amigo le sintió dormido, levantó un madero con animo de que se
continuase el sueño temporal con el eterno; ya descargaba el primero golpe cuando
advirtió una luz extraordinaria que rayaba por una parte de la cama con que metiéndola
mas la curiosidad presente que su encono procuró advertir el origen de la luz nueva en las
tinieblas, y reparó (raro caso) que vistiéndose de resplandores una imagen de Nuestra
Señora de ella habían rebozado las luces que la enfrenaron su precipicio quitose en su
sangrienta determinación; pero quedó tan extrañamente sobresaltada que despertó el
amigo. Y después de grandes diligencias entendió el suceso como queda referido; y
conoció el ser deudor a la santísima María de la Vida de su cuerpo y de su alma. Y
mejorando de vida, movió a la que había sido cómplice de sus maldades lo hiciese
también y no necesitó de mucha amonestación la que en lo mismo que había visto había
sentido los auxilios divinos para su amparo. Confesose con un sacerdote de los nuestros
y continua la frecuencia de los sacramentos. Con vilipendio del de la penitencia había un
hombre ocultado un pecado grave y a pocos días sintió el castigo de Dios en una grave
enfermedad en que demás de angustiarle su conciencia en continuos remordimientos se
le apareció visiblemente el demonio en tan horrible figura que tuvo a singular favor del
cielo no morir a su primera vista, la cual duró hasta que ilustrado de Dios se valió del
espanto de los demonios y terror del infierno la purísima Virgen María en una imagen
suya de quien tuvo también el medio de su seguridad moviéndose a hacer una bien
prevenida confesión que hizo con un sacerdote nuestro, mejorando después en el cuerpo
en la salud, en el alma frecuentando los sacramentos.
Para recibir el del Santísimo se había confesado una india con un sacerdote (fol.
28v) nuestro y aunque olvidada dejó de confesar un pecado grave; teniendo tiempo para
reparar su daño no lo hizo antes se atrevió a llegar a comulgar. Apenas recibió en la boca
la forma consagrada cuando sintió que convertida en fuego la abrazaba la boca y la
garganta con tan notable incendio y tanta extrañeza en el efecto que aunque no lo
indicaron sus palabras lo reconocieron las personas que a su lado asistían a nuestra reja;

125
que avisaron a un sacerdote que reconciliándola y moviéndola a penitencia la absolvió y
cesó el efecto del fuego que la abrigaba y que duró hasta que se reparó su conciencia.
Con muchos embarazos en ella, vivía divertido un mancebo rendido mas de lo que se
puede ponderar a la torpeza; fue tanto el sosiego que se procuraba fabricar en el deleite
que por no tener quien le divirtiese aun por breve tiempo se resolvió a irse con la ocasión
de sus culpas a una granja o hacienda suya donde sin voces de predicadores y sin
reparos se pudiese conceder a la licencia de un vivir desahogado. Aquí se confesaba pero
con la disposición que le podía aliviar la ocasión en su compañía. Inspirabale Dios
acudiese a la suya de Jesús a confesarse y reconociendo que en nuestros obreros había
de hallar resistencia a la conservación de su amistad, divertía estos ofrecimientos. Para
quien no bastaron estas suevas inspiraciones se sirvió Nuestro Señor se esforzasen en
mas temerosos impulsos. Soñose una noche muerto en la miseria de sus culpas, desechó
como de sueño esta fantasía, sin rendirse el corazón a Dios que le llamaba.
Otra noche en mas viva representación le pareció le arrebataban a los infiernos y
aunque despertó despavorido y melancólico fácilmente sacudió la molestia con lo mas
habitual de su desahogo. No pudo empero resistirse al retintín de tan recia vocación que
en continuados golpes lo apremiaba y llegando a ser tristeza lo que debía ser
correspondencia al llamamiento de Dios, trató una tarde que se halló mas congojado de
salirse al campo a huir a Dios que le llamaba. Llevó consigo la ocasión de su inquietud y
como a quien Dios quiere llamar con eficacia no hay de razón que malogre sus tiros, en el
mismo divertimiento encontró el mancebo nuevo torcedor a sus cuidados; ofreciole
Nuestro Señor estando el cielo en suma serenidad… en que vivamente se le represento
que podía Dios para castigo de sus maldades forjar un rayo con que acabase su vida mal
de su grado lo arrancase Dios de la amiga que idolatraba. Apenas se suspendió en la
meditación de este raro contingente, cuando sin mudarse el cielo de su serenidad con
espantoso estruendo cayo un rayo cuyo fuego, no ofendiéndole en el cuerpo aunque muy
cercano dio luz a su entendimiento para que advirtiese le sobraban a Dios instrumentos
para su castigo; aunque los embotaba su misericordia; luego se dispuso a venirse a la
ciudad a despedir la amiga a prevenir una confesión general, a llorar sus culpas, lo cual
hizo con tanto fervor de penitente y con tantas demostraciones de arrepentido que
causando grande edificación con las lágrimas de su dolor a su confesor (que fue uno de
nuestra compañía) es hoy de los que mas edifican la ciudad con la frecuencia de los
sacramentos, con la asistencia de Nuestra Iglesia y con hablar de nuestra religión con las
estimaciones que debe tener quien sentía que con la misma eficacia lo llamaba Dios a
que dejase la culpa como a que se valiese de nuestra compañía para su remedio.

126
Más sangriento fin tuvo aunque con glorioso trofeo de su pureza una india a
quien previno Dios con mucho aparato de virtudes para que gozase añadida a la de
virginidad la corona de mártir en defensa de su pureza. Conservola con extraños (fol. 29)
esmeros en la humildad de su condición y naturaleza. Diole las prendas de la hermosura
natural que a no tener muchas prevenciones en la gracia en si misma tuviera la mayor
oposición a la firmeza. Frecuentaba mucho los sacramentos, asistía continuamente en
nuestra iglesia, oía la palabra de Dios con ardiente deseo de ejecutarla y aunque se daba
a venerar su virtud, también se desenfrenaba tal vez la malicia a apetecer su hermosura;
muchos lances de pretensiones atropelló su constancia y en ella hacía Dios agregase
meritos para la última que la coronase. Porque sucedió que se rindió a su hermosura un
mancebo, a cuyo empeño acompañaba mucho caudal en la hacienda y mucho poder en
la licencia. Manifestó su pasión a la pobrecita virgen y halló la respuesta que merecía su
liviandad y la dictó a la virgen su bien asentado de engaño. Insistió con dones, perseveró
con halagos y teniendo todos por muchos días repetidos desprecios, tuvo modo el
deshonesto mancebo para coger a solas a quien no había podido rendir a sus diligencias.
Desenvolviose el amor representando sus extremos en la constancia, su
liberalidad en las dádivas y a nada se rendía la varonil doncella no pudiendo por lo tierno
vencer lo que pretendía, se valió de las amenazas, hizolas primero de palabra para probar
si se dejaba vencer con el temor la que no había cedido a las ternuras pero como en la
virtud hay valor para despreciar el deleite, en Dios hay fortaleza para asegurar en los
peligros; así se manifestó en esta virgen, que como no empañó su candidez en los
halagos, no cedió su firmeza a los rigores. Crecieron estos tanto en su inhumano
pretendiente, que llegó a hacer punto de honor propio el conseguir el empeño de su
torpeza; y pareciéndole segura la victoria si acompañase lo sangriento de sus palabras
con el instrumento de los daños de la doncella, echó mano de un palo con que dijo la
mataría si no se redujese. Y obrando lo mismo este cruento modo de pretender que
habían obrado los pasados por decir que tenía a Dios consagrada su pureza, hizo el
mayor bien que pudo a la doncella en quien descargando el primer golpe, la derribó
muerta a sus pies.
5. ministerios de letras.
El rector del colegio de Quito lo es también de su Universidad. En que
frecuentemente se leen tres cátedras de teología, la de prima y vísperas escolásticas y la
de moral añadiéndose algunas veces la de Sagrada Escritura, que la falta de sujetos ha
suspendido dos años ha. Leense también en dos generales los rudimentos de gramática
hasta la prosodia, añadiéndose siempre al tiempo que se hallan aprovechados otra aula

127
en que se lee la humanidad y retórica lo cual es próxima disposición para los cursos de
filosofía que durando tres años sucede inmediatamente uno a otro. Entran de ordinario
arriba de ochenta estudiantes pasando alguna vez de ciento. Ha sido la utilidad pública de
nuestros estudios generales en esta ciudad tan grande que a voz universal debe a la
compañía todo el reino de Quito el destierro de las ignorancias y la suficiencia de los
muchos y hábiles ministros del evangelio que tiene toda la provincia. Y aunque este
beneficio se empezó a reconocer mas a de sesenta años por los de veinte y tres se
comenzaron a aumentar mas los estudiantes con la Bula de grados que demás de haber
movido a nuestros estudiantes a mayor estudiosidad (fol. 29v) se han derramado por
todos los curatos de españoles e indios y por todas las ciudades, villas y lugares los
discípulos de la compañía que calificados con los grados de doctores y maestros
acreditan nuestra enseñanza y defienden las doctrinas de nuestras escuelas, de todas las
religiones que en la ciudad de Quito tratan con fervor de estudios se han servido de
honrar nuestra universidad graduándose en ella. Así lo han hecho dos personas muy
graves de la religión de los predicadores y muchos de la de Nuestra Señora de las
Mercedes, preciándose tanto de los grados obtenidos en nuestra casa que provinciales
actuales de su religión toman el asiento que les pertenece por su antigüedad en grado
posponiéndose a personas inferiores y aun a sus mismos súbditos mas antiguos.
6. colegio seminario de San Luis.
Entregole al cuidado de la Compañía el ilustrísimo Señor don Fray Luis López de
Solís obispo de santa memoria de la ciudad de Quito. Y aunque era de la familia del
glorioso doctor San Agustín, fió más de nuestra religión la educación de la juventud que
de su familia misma; sin duda ilustrado del cielo porque los alumnos de este colegio han
sido el mayor lustre de esta provincia y el crédito en otras de nuestra enseñanza. Son de
ordinario mas de ochenta los colegiales acercándose a ciento muchas veces; están hoy
sujetos a un rector que los gobierna con ayuda de dos hermanos teólogos y un hermano
coadjutor para portero. Atiendese muy de veras a que se críe la juventud en grande temor
de Dios, en ardiente devoción de la Santísima Virgen y fuera de las confesiones y
comuniones que por las reglas universales de nuestros estudios hacen, acuden también a
las que pide el colegio por las suyas teniéndose cuidado de que comulguen en comunidad
para que (no admitiendo penitencia la omisión de esta observancia) el empacho del faltar
a lo que acuden todos los mueva a la puntualidad.
Al paso de la virtud corren las medras en la suficiencia de letras porque demás de
observarse con toda puntualidad las conferencias, liciones y conclusiones domésticas
para el colegio teniendo desde los teólogos hasta los gramáticos sus pasantes; tienen

128
otras conclusiones con alguna mas publicidad y cada año su acto general (que llaman de
San Luis y entra a cuenta de la celebridad de su fiesta) fuera de los que defienden en
nuestros estudios generales.

Capítulo 2. Colegio de Panamá.


1. Ordinarios empleos de los nuestros.
Fueron los principios del colegio de Panamá por maravillosos y extraordinarios en
nuestra aceptación indicios de lo mucho que se había de servir nuestro Señor de los hijos
de la Compañía en este puesto, que por ser una ciudad ilustre en sus ordinarios
moradores y la garganta forzosa de los que de España vienen al Perú y de los que del
pasan o a España o a la feria de Portovelo es de los mas dispuestos para el ejercicio de
nuestros ministerios. Para todos ellos hay hoy solos dos sacerdotes que reservó el señor
de la gran peste de aquella ciudad (llevándose otros dos sacerdotes y dos hermanos
coadjutores acudiendo a los apestados pegándoseles el contagio en el ejercicio de sus
(fol. 30) ministerios) y siete hermanos coadjutores. Leíase siempre una cátedra de moral
antes de la peste y en otra se enseñan todos los rudimentos de la gramática, leyéndose
en la misma la humanidad y retórica a los aprovechados. Tenemos a nuestro cuidado
escuela de niños donde se les enseña la doctrina cristiana, leer y escribir por un hermano
de los nuestros.
Estos ministerios de enseñanza son tan útiles en esta republica como se puede
inferir de ser su sitio muy destemplado por lo caluroso y que convida demasiadamente el
ocio con que los ordenados de sacerdotes de esta ciudad (que es cabeza de obispado)
teniendo solas noticias de latín, tienen grande ignorancia de los casos de conciencia que
se les explican en la lición de moral. En la latinidad han aprovechado algunos con tan
grandes esperanzas de mayores medras en facultades que enviados así a Lima a la
Universidad, como a la ciudad de Quito, las han llenado así en el derecho siendo grandes
juristas como en la sagrada teología en el estado eclesiástico honrándose muchas
religiones y la nuestra con los que en este colegio tuvieron los primeros rudimentos de su
enseñanza y aun a esta misma ciudad han vuelto algunos después de aprovechados
teólogos que la han honrado con su predicación y con crédito de nuestros estudios. La
escuela de los niños es el mayor señuelo que tiene este colegio para la buena aceptación
de nuestra religión porque como en ella se crían en modestia, noticia de los misterios de
nuestra fe y de los fueros de buena urbanidad los hijos de vecinos cobran los padres por
lo que experimentan en sus prendas estimación de nuestra religión y su celo, que

129
quedando impreso en los mismos niños desde su terneza continúan por toda su vida la
estimación.
La vivienda de nuestro colegio es buena y competente a la tierra; la iglesia muy a
propósito para nuestros ministerios y bastantemente adornada de ornamentos para el
culto divino; que en esta ciudad se celebra en grandes demostraciones de piedad
cristiana y procuramos no ser inferiores en lo que toca a nuestra religión de fiestas como
en la de nuestro glorioso patriarca San Ignacio, la circuncisión y la del Apóstol de las
indias San Francisco Xavier; que tienen grandes concursos de la república ya por el aseo
que de nuestra parte se estudia ya por ser la iglesia de las mas desasgadas y mejores de
la ciudad. Lo cual movió a la catedral (que en un incendio que costó muchas pérdidas y se
abrasó con otros muchos edificios) a que se pasase a nuestra iglesia donde se hicieron
sus oficios mientras repararon su templo.
Tiene este colegio tres congregaciones; la primera de los ciudadanos y
mercaderes titulada a la purísima Concepción de la Santísima Virgen; la segunda de los
estudiantes cuya patrona es la misma señora con la advocación de su admirable
Asunción; la otra de morenos y pardos que venera el misterio de la Ascensión de Cristo
señor nuestro. De cada una de estas congregaciones se pudiera hacer dilatada relación
de sus aumentos porque se ha servido Nuestro Señor que de la misma fuente que se han
aumentado los concursos de los congregantes a las platicas de cada ocho días; así
mismo se hayan afervorizado a hacer voluntariamente nuevos y costosos adornos de sus
imágenes y capillas y los que en esta materia han tenido especiales esmeros han sido
nuestros estudiantes a cuya piadosa devoción han cooperado sus padres adelantando
mucho su capilla, en tabernáculo dorado y su imagen en mantos y corona; y por no
parecer inferiores a la juventud, los ciudadanos han hecho casi lo mismo. Tienen todas
estas congregaciones (fol. 30v) sus fiestas anuales a que acude toda la ciudad....

(fol. 33v) buenas obras se asegure de eficaz la vocación divina y de cierta


nuestra elección quedó con esto tan mudado que no parecía el que antes porque no
obraba debajo de la ilusión que le tenía prevaricado sino del deseo de asegurar la
bienaventuranza con sus obras ayudadas de la gracia.
Llegose el tiempo de la partida del padre y no pueden expresar estos escritos el
sentimiento grande que hubo en la villa de los Santos en los demás pueblos y en los
valles en que había predicado y confesado; y a voces le pedían volviese las cuaresmas
siguientes a reconocer la constancia de lo que había obrado su predicación y enseñanza.
Salían acompañando al padre los pueblos enteros y solicitándole todas comodidades en

130
su viaje. Y en el tiempo que se hacía hacia la ciudad de Panamá, había sido tanta la
opinión de su loable trabajar en su misión que los pueblos vecinos salían a los caminos
reales a que los confesase y aun sucedió seguirle jornadas enteras por gozar de su
doctrina; con que en este retiro que es el mayor de la ciudad de Panamá, ha quedado en
grande crédito nuestra religión persuadiéndose todos con la misma experiencia que por la
gracia de Dios, liguen hoy los hijos de la compañía los mismos pasos que anduvieron
nuestros primeros padres en demanda del provecho de las almas de nuestros prójimos.

Capítulo 3. Colegio de Popayán.


1. Aumentos de este colegio y número de sujetos.
Mucho le agradó sin duda Nuestro Señor del loable celo de los primeros de
nuestra compañía que fundaron el colegio de Popayán pues en pocos años que ha
empezó su fundación tiene mayores crecimientos que otros muy antiguos. Trabajaron en
este colegio desde las primeras sanjas de su erección padres de muchas experiencias así
en el gobierno como en cátedras; dieron en la ciudad de Popayán grandes
demostraciones de su celo, edificaronla mucho con su religión y con el conocimiento
universal que tuvieron todos de que sus intentos no tenían mas norte que la gloria de Dios
en el aprovechamiento común de las almas de los próximos y se ha servido Nuestro
Señor de que en la continuación de la buena aceptación de nuestra religión y en los
aumentos de lo temporal del colegio se haya manifestado el agrado de Nuestro Señor.
Tiene este colegio de Popayán hoy solos dos padres con el rector y tres
hermanos coadjutores y no se puede negar de que para el recurso universal de la ciudad
a nuestros ministerios es menor el número de operarios que la necesidad. Y para que
esta se reconozca no será fuera de lo prometido en el título de la relación decir en ella la
mudanza que desde dos años antes del de cuarenta y dos se experimentó por medio de
nuestros ministros. Era obispo de Popayán el ilustrísimo señor don fray Francisco de
Lacerna cuando la compañía con sumo aplauso suyo y con extrañas demostraciones de
alegría del común tomo posesión de su casa y fundación y por el cordial amor y
estimación grande que hacia de nuestra religión el dicho obispo hizo algunas
observancias que el mas atento del crédito de nuestra compañía no pudiera en estado
mero religioso, fue una mandar que los curas le diesen (fol. 34) a su ilustrísima las
cédulas de confesiones y comuniones de sus feligreses y fue tan grande el exceso que
hubo desde la cuaresma del año de cuarenta a los de cuarenta y dos y a los que después
acá se han seguido que parece caso increíble; pues vinieron a llegar a millares las que
apenas eran antes centenares.

131
Tres mil cédulas se hallaron el año de cuarenta y dos, un año después de la
fundación cuando antes apenas recogían los curas trescientas glorificado sea Nuestro
Señor que así se sirven de nuestra religión aun en sus frecuentes ministerios. En que por
ordinarios (si no interviene tan especial cuidado como el del señor obispo) aun nosotros
no hiciéramos reparo. Fue otra de las observancias del dicho señor obispo que debía mas
su grey a sola la compañía en las enseñanzas que a todas las demás religiones sagradas
que tiene la ciudad de Popayán. Pues aunque fuera del nuestro son tres los conventos
religiosos que hay en ella, computados los sermones que predicaban los religiosos de las
demás ordenes no equivalían a los que la compañía sola predica de ordinario. Y como el
vulgo no tiene mas cátedras para su enseñanza (aunque por común no se aprecien con
se deben los maestros de ella) no se le puede negar a nuestra religión esta gloria.
De este conocimiento y observancias especiales que tenía hechas el dicho señor
obispo nació en su animo el encomendar a la compañía los mayores cuidados del
descargo de su conciencia, el valerse de su consejo mientras vivió en Popayán y cuando
ascendió a mayor plaza sin lograrla en la posesión fue Nuestro Señor servido de llevarlo
en la ciudad de Quito; de ninguno fió su alma sino de un religioso nuestro con quien hizo
confesión general durándole a su ilustrísima hasta la muerte la estimación que le ganaron
las celosas acciones de nuestros operarios de Popayán.
2. Ministerios ordinarios de este colegio por todo el año.
Celebranse en esta ciudad con lustrosos aparatos las fiestas de nuestro padre
San Ignacio la de San Francisco Xavier, la de San Francisco de Borja, a quien a imitación
de la ciudad de Santa fe tiene esta jurado patrón contra temblores, habiéndose
reconocido manifiestamente su amparo en los que hubo en año de cuarenta y siete que
fueron muchos y aunque algunos grandes, ninguno causó ruina. Corren también por
cuenta de las congregaciones las festividades del nombre de Jesús y de Nuestra Señora
de Loreto en que tienen especial esmero los congregantes a quienes se les hacen sus
pláticas cada ocho días concurriendo devotamente; los estudiantes nuestros celebran la
Concepción purísima de María señora nuestra y obligados sus padres de nuestro celo en
su enseñanza, se encomiendan mas de veras de la ostentación de la fiesta que si fuera
cuidado personal.
En las cuarenta horas y comuniones mensuales se reconoce mucho la piedad de
esta ciudad pues habiendo sido antes de nuestra fundación ninguna la frecuencia de
sacramentos, pues apenas la Semana Santa y algún jubileo (fol. 34v) famoso los movía a
comulgar. Oí fuera de muchos que cada ocho días lo hacen son en muy crecido número
los que se precian no perder ocasión de jubileo. Demás de los sermones de historia y

132
ejemplos que ninguna otra religión los ha introducido en esta ciudad, predican los
nuestros otros muchos que ya la devoción de los vecinos, ya la estimación de los señores
obispos y dignidades de la catedral les encomiendan, siendo como mas seguidos en la
predicación muchos los frutos que se reconocen de ella en grande gloria de Nuestro
Señor; y se han experimentado mayores de los ejemplos que la cortedad de nuestra
iglesia e instancia de la catedral ha llevado a ella reconociéndose tan presentaneas
algunas conversiones que no han dado lugar a que pasase la noche de por medio sin que
se viese por los confesores el efecto de la divina vocación.
3. Algunos sucesos extraordinarios.
Los fines de la divina providencia se ocultan tanto a nuestra cortedad como lo
indica la maravilla del suceso siguiente: un vecino principal de la ciudad de Popayán de
loables prendas en lo natural y algunos desahogos de la viveza de su condición y
juventud debió a un padre de los nuestros el haberse sazonado tanto en sus costumbres
que era el ejemplo en la virtud. Éste esperando temprano el nacimiento de un hijo suyo,
pidió al padre de su espíritu lo fuese también del hijo que esperaba en muy cercano parto
de su esposa bautizándole admitiolo el padre poniéndole por condición se había de llamar
el niño Xavier. Llegó el tiempo del parto y hubo muy ventiladas cuestiones sobre el
nombre y aunque con contradicción de algunos se llamó el infante Xavier. Habiendo
nacido tan a amparos del gloriosísimo apóstol de las indias, que su madre en los aprietos
de los dolores, no tuvo mas alumbrados que una imagen suya.
El niño enfermó gravísimamente y aunque se le hicieron los remedios que
permitía su ternura en una sola noche padeció siete parasismos, rematando el último con
su muerte. Sintieronlo los padres tiernamente porque les parecía perdían en el prenda
que por consagrada a tan poderoso mecenas les cortaba las esperanzas de sus
crecimientos. Ya lo tenían inclinado en un tapete, ya trataban de amortajarlo y hacerle
para sus exequias el ataúd, ya se le había moreteado el rostro y desfigurado tanto que no
parecía el que antes en la blancura, sobreponían al rostro paños diferentes con vinagre
para restituirlo a su color. Y el piadoso padre que sentía el haber perdido tan temprano al
hijo de su devoción, casi sin motivo en su acción se determinó a poner una estampa del
glorioso San Francisco Xavier sobre su difunto hijo y apenas la sobrepuso cuando dio
muestras de vida, con extraña admiración de todos los presentes; derramose en la ciudad
lo prodigioso del suceso, mejoró el niño y habiendo vivido algún tiempo y esperando de el
que había de ser a amparos de tan gran padre singular persona engañó todas las
esperanzas muriendo después con seguridad de su dicha y su confusión de todos los

133
discursos humanos pues sólo Dios sabe los fines de haberle resucitado y los motivos de
llevarle sin que adolesciese (fol. 35) tan maravillosa niñez.
Antes de referir los sucesos de una mas dilatada misión diremos en este número
dos que acontecieron a dos indias madre e hija en espacio de un año. Enfermó la madre
en un desierto de un mortal flujo de sangre, faltaban los remedios y esforzabase el mal
hasta tener a la destituida india a los umbrales de la muerte; maravillosamente parece que
vivía quien después del desamparo humano había echado de si mas sangre que la que
puede animar un cuerpo. Por este tiempo pasaba uno de nuestra compañía por un puesto
vecino a este desierto, tuvo aviso del peligro de la enferma y aunque con mucha
incomodidad se determinó a buscarla; hallola tan mortal con la falta de la sangre que le
pareció un esqueleto animado; procuró informarse del estado de su vida y apenas
pudiendo formar palabra la agonizante mujer entendió de ella que ya tan adulta que había
parido en el gentilismo la había sacado un español de los Tirambiraes (nación bárbara de
este distrito); entendió también no estaba bautizada porque sin inteligencia alguna de los
misterios de nuestra fe ni aborrecimiento de sus culpas la había echado agua el mismo
español que la sacó. Determinó instruirla en nuestra fe; hízolo mostrando la enferma
mucha piedad en la atención. Y cuando le pareció estaba capaz del bautismo le
administró este sacramento lográndole tan dichosamente que apenas sintió el cuerpo el
baño del bautismo, cuando voló el espíritu a gozar de la bienaventuranza pareciéndole al
padre que en el feliz suceso que tuvo en esta ocasión su celo le indicaba Nuestro Señor el
agrado que tenía de mas de cuarenta confesiones generales que había echo en esta
misión.
El año siguiente le sucedió al mismo padre con antecedentes que por
extraordinarios indicaban algún efecto maravilloso bautizar a la india hija de la referida
con el mismo logro de su santo celo. Porque empeñándose un día a hacer entera jornada
de camino sobrando el día para el se dispusieron por Dios las cosas de manera que se
quedase con muchos que le acompañaban en diferente término del destinado por su
determinación y muy de mañana lo llamaron para que confesase a una enferma, a quien
hallo bautizada por la misma mano y con la misma nulidad que a la madre y apenas
habiendo tiempo para reparar el yerro tuvo la enferma en su muerte la dicha de gozar la
regeneración de este sacramento.

Capítulo 4. Misiones del padre Juan de Rivera.


1. Reciben los sujetos que murieron con sentimiento nuestro en las memorias que
se hacen de sus loables empresas fueron en bien años de ministerios tantas las del padre

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Juan de Rivera de nuestra compañía que demás de haber admirado con su celo y santos
procedimientos toda la gobernación de Popayán, pedían solos sus empeños muy dilatada
relación.
(fol. 35v) Está cercano a la ciudad e Popayán el puesto de Gelima Real de minas
donde trabajan muchos indios y negros en sacar y lavar oro, tiene otros puestos donde
viven en el mismo beneficio muchos esclavos e indios, tan faltos de doctrina que apenas
halló el dicho padre tuviesen de cristianos mas que el nombre, los mandamientos,
aranceles del vivir católico no los sabían, ni las oraciones en que después de haber
trabajado con logro de su celo los confesó y comulgó a muchos. Corrió todas las
rancherías cercanas y en ninguna halló diferencia en el vivir; pues estando viva la codicia
del oro en los dueños, no halló que alguno estuviese vivo en el deseo del bien de las
almas de los mismos que los medraban en el caudal. Convocaba la gente toda y entre ella
hallaba tan ingenuos naturales al bien que cuanto les enseñaba el padre tanto aprendía
su deseo; admirose (como lo escribe en la relación de sus misiones sin nombrarse) de ver
que muchos de los negros (a quienes los mineros ocupaban todo el día) en solas dos
noches en que les enseñaba los mandamientos, los supiesen tan bien como los que los
mamaron con la leche. Con que se lastimaba tiernamente de la escusa que a algunos les
parece tienen en la incapacidad para instruirles pues a tan breves plazos vencía su
diligencia lo que por dilatados años habían ignorado los miserables morenos por el
descuido de sus amos y curas. Confesó también los dueños de las minas y los
mayordomos que las asistían. Y como era reciente la fundación de nuestro colegio de
Popayán, era mucho lo que se complacían todos de tener ya vecinos los padres que
corriendo las minas del oro no los arrastraba a las correrías la codicia de este metal sino
el provecho de sus almas. Así le manifestaba el desinterés del padre Juan de Rivera que
olvidado aún de lo necesario para su vida solo cuidaba del principal intento de su misión.
En que le sucedió que habiendo llegado a cierta ranchería de negros les publicó
el motivo de su venida en presencia de su amo, de otro amigo suyo principal y del minero
o mayordomo; admitió al padre el dueño de la mina, permitiole la enseñanza de sus
esclavos pero limitó tanto el tiempo para su bien que no quiso perder alguno de su interés
en el oro; antes que amaneciese habían de estar los negros en el trabajo y hasta las
puertas del Sol no cesaban de la labor. Y obrando en los miserables esclavos mas el
deseo de su aprovechamiento que el de su descanso, cercenaban de este para dar el
tiempo a aquel. Con que confesaron y comulgaron todos. El padre exhortaba en las
platicas así familiares como en las públicas de predicación a los tres que se nombraron
arriba a que gozasen del bien que sus esclavos. Y como si las aviones de piedad no

135
mereciesen el fomento de los mayores así se retiraron de confesar y comulgar, el padre
sintió el retiro y dobló las diligencias para moverlos sin provecho. Y viendo su pertinancia
sin duda movido de Dios prorrumpió en esta proposición que pues no querían recibir a
Dios cuando los llamaba, en su muerte no lo alcanzarían ni confesión para su bien. Y
estuvo Dios tan ejecutivo de la amenaza como si hubiese sido profético el prenuncio del
padre.
Murió el primero no mucho después en la ciudad de Popayán degollado a manos
de un negro esclavo (fol. 36) suyo que estándole sirviendo a la cena, al tiempo que bebía
alevosamente le cortó la garganta y aunque entre ansias de morir pudo llegar a casa del
señor obispo y alcanzar con demostraciones de penitente absolución de sus culpas, murió
sin el viático y con confesión tan acelerada como lo significa el suceso. El segundo aun
tuvo mas infeliz fin pues llegando cierto día a una hacienda de campo suya donde estaba
su mujer y hallando a un hombre en la cocina de su casa trató de vengar su agravio en la
mujer que clamando por socorro se halló favorecida del galán y el marido muerto sin
sacramentos a crueles estocadas. El tercero que era el mayordomo murió en las mismas
minas precipitadamente arrebatado de un accidente que lo llevo sin que pudiese recibir
los sacramentos.
2. Misión en Buga y la ciudad de Toro.
Pasó de Cali el padre Juan de Rivera a Buga donde está un santo crucifijo de
quien son innumerables las maravillas que cuenta toda la gobernación de Popayán y a
quien en todas las miserias comunes reconocen por amparo recurriendo a el en romería
muchos necesitados. En este puesto tendió para su provecho el padre las velas de su
devoción procurando juntamente nuevos fervores para la misión que tenía encomendada
por la obediencia. Y le sucedió que no habiéndose confesado con el un hombre principal
de la ciudad de Cali le salió a alcanzar dos días de camino; una noche entera pasaron
delante del Santo Cristo el padre en su quietud y el hombre pidiéndole fervor a Nuestro
Señor para lograr el efecto de su venida, que fue tan bien logrado según las públicas
demostraciones como habían sido las diligencias antecedentes a su fervorosa confesión.
Aquí en Buga con la opinión del padre fue grandísimo el concurso de los fieles
así a oír los sermones como a la frecuencia de los sacramentos no quedando alguno que
no confesase y renovándose poco después de haber pasado la Semana Santa esta otra
vez en la compunción y penitencia de los fieles. Pareciéndole quedaban estos
aprovechados trató de pasar a la ciudad de Toro y entendió que por una muerte que
había sucedido en términos de jurisdicciones de Cali y Toro estaban la justicias de una y
otra parte ensangrentadas cada una por su jurisdicción; habían levantado horcas

136
convocado gente, tocado a guerra y los ánimos tan perturbados que pareciéndole al padre
misionero no tendrían sus cuidados el logro que deseaba determinó pasar, mudando de
intento sin llegar a Toro; ejecutolo así parando en la frontera de los indios Chocoes; era
cerca de la pascua del Espíritu Santo público el jubileo y fue grandísimo el concurso
mucha la moción de los ánimos, numerosas las confesiones y tanto que los de la ciudad
de Toro sentidos de que el padre no hubiese llegado a su ciudad se determinaron a
buscarle como lo hicieron saliendo las justicias que proponiéndole lo mucho que le
deseaban y lo necesario que era para componer ánimos discordes, le movieron a volver
atrás en su camino adelantándose siempre en su fervor. Los padres del muerto pusieron
en manos del padre todo su derecho y compuso cuerdamente su satisfacción, quieto los
ánimos, confesó a casi (fol. 36v) todo el pueblo, predicó con grande fervor y maravillosos
frutos de su predicación; por que se casaron muchas personas que irremediablemente
parecían destinadas a mal estado.
Pero le sucedió que en tanto fervor reconocido en la ciudad solo el hermano del
matador, hombre hacendado y altivo, aunque por tener lugar en el cabildo y por el deseo
de composición en el delito de su hermano había traído al padre a la ciudad, el se quedó
sin confesar sin que hubiese movido su terquedad el ejemplo común, la predicación del
padre y buen efecto en las paces pretendidas. Disponíase el padre a su viaje y en una
plática que hizo al despedirse del pueblo sentido de que el mas beneficiado de su celo
hubiese quedado sin provecho, prorrumpió en esta (según lo verificó el efecto) profecía,
así que tenéis el confesor que os ruega y os busca para el remedio de vuestra alma y no
le queréis pues antes que llegue a la ciudad de Ancerma lo habéis de llamar y no os ha de
poder favorecer.
Aconteció de la misma suerte que el padre lo anunció, pues distando Ancerma
solos cuatro días de camino en el internado de ellos se hubo de dar una sangría el
contenido y en ella o picada alguna arteria o nervio llamando al padre y sin este remedio
ni el de la confesión acabó su vida. y sin duda habló el padre mas con impulso divino que
humana conminación porque habiendo llegado a Ancerma y causando pavor a todos el
cumplimiento de la amenaza voló la fama del suceso y constandosele al padre Juan de
Rivera juntamente con su anticipado pronostico, por entonces (como el mismo lo afirma
en un escrito) no se acordó hubiese dicho semejante proposición. Pero no es de admirar
pues de la misa suerte que el padre no tenía mas atención que la gloria de dios en sus
acciones trataba su majestad de autorizar su persona para que su doctrina se recibiese
con veneración. A quien en Toro le sucedió también repentinamente después de
despedido crecer un río que se había de vadear y levantarse una horrible tempestad para

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que forzosamente detenido en su viaje dejase en servicio de Dios dos personas una que
casada salió del mal estado que muchos tiempos había sustentado. Otra que entre
grandes peligros estaba muy a pique de naufragar su honestidad.
3. Misión en Ancerma y sus reales de Minas.
Llegó el padre Juan de Rivera a la ciudad de Ancerma, víspera de la festividad
del corpus; y dando aquel día a la celebridad el siguiente público el jubileo de las misiones
y fue grandísimo el concurso a confesiones y comuniones no quedando en toda la ciudad
ni aun en los puestos y haciendas vecinas quien se excusase de ganarlo. Y aunque el
demonio quiso embarazar el fruto a los principios sembrando cizaña en el ánimo de un
religioso de diferente familia que asistía en estas ciudades, fue Nuestro Señor servido que
entendida la verdad se serenase el ánimo perturbado y se lograse el celo de nuestro
misionero. Y porque se conozca cuan fácilmente prende el demonio llamas al parecer
inapagables no parece puesto en razón se omita la ocasión del incendio del extraño
religioso.
Predicó el padre a los principios de su misión no estuvo el religioso presente y en
relación le enconaron de suerte el ánimo comentando las palabras de nuestro misionero
que se dispuso a desagraviarse dando de palos a nuestro apostólico misionero, que
entendió antes (fol. 37) de subir otra vez al púlpito su injusto sentimiento y declarando su
doctrina y manifestando su ardiente celo del bien de las almas moderó de suerte al
religioso que fue después predicador de las virtudes del padre Juan de Rivera y el mayor
apoyador de su doctrina y tan fervorosamente recibían la palabra de Dios todos que la
octava del Santísimo se celebró en mayores demostraciones de devoción que la Semana
Santa. Fueron muchas las confesiones generales de grande servicio de Dios, muchas las
ocasiones de culpas habituales las que se cortaron ya casándose unas personas ya
huyendo el lance peligroso del pecado. Pero lo que mas movió los ánimos de la república
y provocó el del padre a mayores gracias a Dios fue que un mozo en lo mas lozano de su
juventud en muchas esperanzas de mundo y abundancia de bienes temporales, se halló
tan movido al servicio de Nuestro Señor que renunciando el siglo escogió el estado
humilde de lego en la religión de San Francisco confesando deber al padre Juan de
Rivera y al fervor de su predicación la mudanza que había obrado la diestra de Dios en
sus determinaciones.
Halló que el demonio en voz sensible predicaba a los indios en cierta ranchería
desierta donde se juntaban los del pueblo y como a indios que tenían algún conocimiento
de Dios los engañaba el demonio para reducirlos a sus antiguas supersticiones no
negándoles absolutamente el verdadero Dios, sino introduciéndose en persona del primer

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padre de las gentes Adán y el segundo pontífice de la iglesia, San Pedro. Adán les decía
que era para enseñarlos el modo de cultivar las tierras. San Pedro para darles la doctrina
necesaria para su salvación y con este engaño los tenía tan sujetos que le consultaban
como oráculo y ejecutaban cuanto les amonestaba. Hallándose ya tan introducidas las
antiguas costumbres de su gentilismo que en los entierros observaban las supersticiones
de su ignorancia, venció pues el padre en el ánimo de los indios que era el demonio el
que los engañaba con ilusiones para que olvidasen la piedad cristiana, venció que se
quemasen los ranchos que estaban destinados para la predicación diabólica, venció que
confesasen y comulgasen y que a ese cura rindiesen todo crédito y veneración. Y
conseguida esta victoria de Satanás se volvió a los Reales de Minas.
4. Viaje del padre Juan de Rivera a Antioquia y misión en ella.
Salió el padre Juan de Rivera de la jurisdicción de Anserma y enderezó su
camino para Antioquia sin cesar en su mismo viaje los empleos de su santo celo,
experimentolo así la ciudad de Arma donde aunque pequeña y pobre población publicó el
jubileo sin que en ella y en su contorno quedase casi persona sin ganarle con las
disposiciones de confesión y comunión edificándose todos de ver como cosa rara y nunca
vista a un hombre solo empleado en el bien ajeno. Prosiguió luego ocho días de camino
despoblado venciendo grandes riesgos en su aspereza y padeciendo muchas
incomodidades en la soledad y falta de sustento. Llegó al Valle de Aburra donde los
vecinos de Antioquia tienen gruesos hatos de ganados y fue a tiempo que se agregaba
todo el valle a la festividad de San Lorenzo célebre en la tierra por ser su patrón. Quiso
Dios corriese por su cuenta el tenerle dispuesta al padre la mies en que tuvieron (fol. 37v)
muy buena aceptación sus fervorosas exhortaciones pues de la misma suerte labró un
sermón festivo como si fuese a lo público, un soberano impulso que los moviese a su
provecho. Convidaron las justicias aquí al padre a que pasase a esta fiesta que en mas
concurso y devoción se celebraba a una imagen (que llaman Nuestra Señora de
Sopetran) en el día de la Asunción de la Purísima Virgen.
Llegó el padre y aunque en su opinión y buenos principios tenía premisas de
mucho fruto, se halló por dos días antes de la fiesta tan escusado de la comunicación de
todos que parecía le miraban como a hombre contagioso. Mala sazón le pareció esta a
nuestro misionero y lo era sino se valiese así para el crédito de nuestra religión, como
para el que merecía su deseo, del favor de la Santísima Virgen, a cuyas aras gastó
muchas horas el tiempo que le concedieron los ocios precisos de ministerios, pues en dos
días no se llegó alguno al dicho padre. Pero a falta de otro hubo de predicar el día de la
Asunción de la Santísima Virgen y estrañando todo el auditorio el espíritu de su nuevo

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predicador, que los convidó fervorosamente a otros ejemplos y sermones y declaró no
traía mas demanda que el bien y provecho de sus almas, se hicieron todos predicadores
de su virtud, convocandose a oirle los mas retirados y moviendo Dios tanto sus corazones
que ninguno se negó a la confesión de sus culpas y a recibir el divino sacramento.
Ya con esto estaba derramada la voz en la ciudad de Antioquía del apostólico
varón, que se le acercaba y aunque por algunas correrias forzosas (en que continuó el
padre Juan de Rivera las demostraciones de su espíritu) se dilató algo su llegada a la
ciudad; sin duda porque a concurso de dos ocasiones fuese mas abundante el fruto de
sus cuidados. Publicabase por entonces el jubileo que la santidad de Inocencio décimo
concedió a toda la iglesia en su creación, celebrabanse las fiestas de la Concepción y
aunque el estruendo del regozijo de estas podía en mucho divertir las diligencias para
ganar aquel, dispuso Dios se hallase el padre Juan de Rivera en esta coyuntura para que
afervorizados los ánimos a lo espiritual fuese en mucha moderación el regocijo de Plaza.
Predicó el padre ofreciose a confesar a cuantos pudiese sin personar a su descanso
movió tanto los corazones que todos los días al poner del sor, se hacían devotisimas
procesiones con alabanzas de la Santísima Virgen, que cantaba a voz en cueloo el pueblo
todo y fue adelantandose de suerte la devoción que las procesiones que empezaron como
se ha referido aunque devotas sin públicas penitencias acabaron en una general de
cruces y disciplinas públicas de sangre; siendo tan universal la moción del Espíritu Santo
que desde el gobernador de esta provincia hasta la gente mas humilde de servicio
confesó y comulgó experimentando en toda la república una mudanza tan estraña que
sus mas antiguos moradores no se acordaban hubiesen visto su ciudad en el estado feliz
que en esta ocasión la conocieron.
5. Vuelta del padre Juan de Rivera a Popayán. Sus últimos trabajos y muerte en
la ciudad de Cali
Volvió el padre Juan de Rivera a Popayán a tiempo que en esta ciudad quiso
Nuestro Señor tomar a su cargo el atemorizar los corazones con muy repetidos temblores.
Y aunque (fol. 38) de esta sazón se aprovecharon todos nuestros operarios para el
empleo de los ministerios, siendo las penalidades de esta vida espuelas que pone Dios a
nuestra tibieza para acercarnos a su majestad. El padre Juan de Rivera (que según se
excedía a si mismo en los fervores parecía que conocía estar cercano su fallecimiento)
consultando al superior predicaba en las plazas con tan fervoroso espíritu que con el
estupor de los temblores y con los terroes que imprimia con su predicación parecía la
ciudad de Popayán una Ninive convertida, todos trataron de confesarse y muchos
confesiones generales cortando el hilo de dilatados años de obstinación. Después de

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haberse servido mucho Nuestro Señor enb esta breve asistencia en Popayán del celo del
padre Juan de Rivera, dispuso su majestad el ánimo del padre Rector de Popayán para
que concediese a la ciudad de Cali que dicho padre volviese allá a predicar y confesar,
ordinarios empleos de su espíritu. Adende adoleció el padre Juan de Rivera de una fiebre
que en breve le dio a conocer se acercaba su feliz muerte. Y aunque el mal hasta su oficio
enflaqueciendole parecía fortalecersele el espíritu, pues predicó y edificó mas en el breve
tiempo de su enfermedad que en las repetidas vedes que había estado en la ciudad de
Cali, si el remedio de su enfermedad hubiese de ser la sangre de los vecinos no
escuraran la de su corazón los que en el afecto se le tenían rendido.
Todos le visitaban y de la misma suerte hacían gloria de oirle sus fervorosas
palabras cuando ya le amenazaba la muerte, como si en cada una les quedase reliquia,
que los preservase de todos los males. Admiraban la constancia en su fervor, la fortaleza
para con Dios y su santísima madre, la prevención de su mismo cuidado en pedir los
sacramentos de la iglesia, la devoción en recibirlos y en el mismo tiempo que tenía
aumentada la edificación en todos los ánimos; voló su alma (como lo indican sus heroicas
virtudes) a la bienaventuranza, quedando en sumas veneraciones su cuerpo en la
parroquial de la ciudad de Cali, después de haberle despojado muchas veces de las
vestiduras para memoria de su virtud. Y haciendo aun contra el mismo derecho de
nuestra religión, blason de su felicidad haber merecido conservar difunto a quien mucho
los aprovechó en el servicio de Dios vivo. No piden especial ponderación las exequias
pues envolviendose con la pena de haberle perdido la estimación de su virtud cuanto
alcanzaron para su honor hicieron siendo todos los de la ciudad sin que hayan cesado
con el tiempo panegiristas del difunto y sintiendose hasta hoy en la provincia la falta de
tan fervoroso misionero.

Capítulo 5. Colegio seminario de Popayán.


El ilustrísimo ser don fray Francisco de la Serna obispo que fue de Popayán y
tierno estimador de nuestra compañía no satisfaciendo su amor con haber fomentado
(como se significó arriba) la fundación de nuestro colegio, conociendo lo bien que le
estaba a todo su obispado que su juventud se criase en virtud y teniendo experiencia de
otras partes de la merced especial que para este ministerio por la gracia de (fol. 38v)
nuestra vocación hace Nuestro Señor a la compañía, se determinó de fundar colegio
seminario como lo hizo señalando las rentas necesarias en beneficios simples y curados
para el sustento de los que medrando en letras juntamente se ocupasen en servicio de la
catedral y aunque en la ciudad de Popayán hay convento de religiosos de San Agustín,

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juzgó mas conveniente encomendar su crianza y educación a la compañía que a la misma
religiosa familia, de donde su ilustrísima fue electo obispo. Juntose buen número de
mancebos que medrando bien en la virtud y edificando con su modestia a la republica,
aprovechaba aventajadamente en las letras; con que aunque a los principios fue gente
honrada la que entabló el colegio, los vecinos mas principales de la ciudad apartaban de
su lado a los hijos para que se mejorasen con la enseñanza y educación de la compañía y
en los pocos años que ha que se fundó este colegio ha dado a nuestra compañía y a
otras religiones hijos llenos de esperanzas.

Capitulo 6. Colegio de Cuenca.


1. Su fundación y sucesos maravillosos en ella.
Reconócese lo mucho que los hijos de la compañía habían de servir a Nuestro
Señor en el provecho de las almas de la ciudad de Cuenca y de su comarca, en la
repentina mudanza que sin duda causó el común enemigo en los ánimos de sus vecinos.
Habían estos por espacio de mas de treinta años pedido a los padres rectores del colegio
de Quito les enviasen misioneros que los afervorizasen en el servir a Dios. Habíase
ejecutado esto con grande gloria suya y cuando atendiendo a la común utilidad y a los
mismos deseos de los republicanos en ese.. se trató de la fundación, se levantó una
tempestad tan turbulenta contra nuestra religión y sus hijos que no se puede expresar con
mas razones que con decir que en un pueblo tan piadoso y afecto a la compañía como el
de Cuenca, apenas quedó uno que favoreciese nuestra causa. Todos en cabildos
públicos, en demandas a la real audiencia de Quito y aun en calumnias indignas de
nuestros procedimientos nos impugnaban. Procurador eligieron de la ciudad que al real
consejo de Indias recurrió a desbaratar la fundación con informes en la real audiencia de
Quito; lo costeaban para desvanecer nuestro intento.
Mas movió Dios la voluntad de un hombre honrado y anciano que en desprecio
del mundo y deseo de virtudes se había vestido un hábito de la tercera orden de San
Francisco y frecuentemente manceraba sus carnes con ásperos cilicios y disciplinas con
que tenía en la ciudad nombre de santo. Este que se decía Andrés de Caravajal con
extrañeza de todos en su templanza, esforzó la voz y sin duda movido del Espíritu Santo
dijo: ciudadanos de Cuenca, amigos antes de la doctrina del Evangelio que os predicaban
los padres de la Compañía quien os ha engañado a divertir vuestra atención de las
verdades, (fol. 39) buscaos esta de parte de Dios enviada para mejorar vuestras
costumbres, para la enseñanza de vuestros hijos y para el bien de todos los humildes de
nuestra ciudad y la desecháis?. Mirad que son las razones que tenéis para negar la

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entrada a tan santa y celosa religión aparentes fantasmas en vuestro daño que el
demonio que le solicita procura paliar con rebosos de vuestra comodidad. Poned los ojos
en la pública conveniencia que has experimentado nuestras almas en las ocasiones que
hemos tenido misiones de estos padres. Atended a la modestia de su vida que ha sido la
mas eficaz reprensión de nuestras costumbres. Mirad la enseñanza de los niños y de los
miserables indios de ningunos emprendida mas que de su celo. Volved a vuestro antiguo
conocimiento y mirad que no hacéis el mal que pretendéis a solas vuestras conciencias
lastimando la opinión santa de la compañía sino a toda la ciudad, a todos vuestros hijos y
sucesores que si como es cierto su daño oyerades sus quejas confundieran de empacho
vuestros rostros. Las atenciones de una ciudad y de un cabildo se deben principalmente
poner en las conveniencias públicas, en el bien común y en los medios mas ajustados a
quitar pecados y servir a Dios, pues decidme (o ciudadanos clamaba el celoso actor de
nuestra causa) por la experiencia que hay en estas provincias, que religión se afana tanto
en los trabajos como la compañía?.
De estos cuidados no es notoria la conveniencia en la doctrina común, en los
sermones predicados con espíritu, en la frecuencia de los sacramentos, en solicitar las
concordias, en el amparo de los pobres? Pues como cerráis los ojos a tanto bien,
abriéndolos solo a las fingidas razones que os privan de tantas ayudas para vuestra
salvación y la de vuestros hijos y herederos?. Fue caso extraordinario, que a tanto
razonamiento diesen oídos los que estaban tan de parte de la oposición y lo fue mas que
se vieron tan mudados los ánimos con el que voz en cuello entonaron viva la compañía,
viva. Y se trató luego de la fundación, no sintiéndose después animo adverso en la
ejecución.
No son para omitir los sucesos siguientes: un eclesiástico clérigo secular hombre
poderoso que fomentaba los ánimos de nuestros opuestos declaradamente se oponía a la
fundación y tratándose vivamente de ella y estando de camino para la ciudad de Quito
pareciéndole que su valimiento era bastante a estorbar la fundación dijo en cierta ocasión
que la compañía no fundaría en Cuenca en sus días o mientras el viviese. A esto
encaminaba sus acciones y quiso Dios que volviendo de Quito a su ciudad porque que tal
fundación no fuese en sus días, muriese antes de llegar a ella. Juntándose nuestro
colegio muy poco después de su muerte. El procurador general de la ciudad que fue a
Madrid a pleitear contra la fundación en el real consejo de Indias a ejemplo de los de
cuenca y exhortaciones del padre de la congregación se reduja a entrar a ella y muy
pocos días después embarcándose en una balsa para la ciudad de Guayaquil murió
ahogado en el río, quizá disponiendo Dios tan suave su castigo que se le dio en la muerte

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temporal apresurada con salvación de su alma, porque antes de salir de Cuenca se había
confesado con el mismo padre de la congregación.
(fol. 39v) 2. ministerios ordinarios y algunos sucesos por su medio.
Fundado nuestro colegio de Cuenca en unas casas que tenía la compañía años
antes para este efecto se procuró disponer la Iglesia con el mayor aseo que se pudo para
que se ejercitasen nuestros ministerios que se sirvió Dios tuvieron tan buen entable que
desde sus primeros rudimentos obligó el demasiado concurso a que se asentasen cuatro
congregaciones; una que esta a cuidado de los vecinos principales y plebeyos de la
ciudad. Otra a devoción de las señoras, la tercera es de indios y la cuatro de morenos. A
todas estas diferencias de gente se acude no solo a las confesiones que frecuentan sino a
las platicas cada ocho días menos a las señoras que teniendo mucho esmero en la
celebración de la fiesta de su congregación, continúan los sacramentos y las cuaresmas
tienen sus platicas. Todos los domingos por la mañana después de la primera misa se
predica a los naturales en su lengua siendo siempre grande el consuelo de ellos y mucho
lo que deben estos miserables en la enseñanza a la doctrina de los nuestros. Y parece se
esmera la divina providencia en esta humilde gente siendo en la que mejores frutos se
cogen de nuestra cultura porque demás de que de sus antiguas costumbres apenas
queda rastro, oyen muy bien la palabra de Dios y aprovechan la abjeción de su naturaleza
en la humildad continuas asistencias a lo divino y acciones piadosas de caridad entre si y
con todos los próximos.
Son hoy solos cinco de los nuestros los que están en este colegio, tres padres
con el rector que la gobierna y dos hermanos coadjutores. De los padres otro lee en un
general todos los estudios menores hasta prosodia y en los breves años que ha asistido la
compañía en esta ciudad han salido muy lustrosos estudiantes y que trasplantados a
Quito han aprovechado aventajadamente en la filosofía y teología con que como van
corriendo los tiempos van teniendo los vecinos de Cuenca mayores gozos de tener a la
compañía en su ciudad porque atienden a la mejor educación de sus hijos los padres de
familias y reconocen en su servicio mayor legalidad y mas temor de Dios Nuestro Señor
advirtiendo que todo esto se debe a la cultura de nuestro cuidado.
Las cuaresmas se aumenta el trabajo de los nuestros no solo en los sermones
que los mas corren por su cuenta, sino mas en las confesiones porque todo el pueblo se
confiesa en nuestra casa siendo necesario que los pocos sacerdotes suplan con mas
trabajo lo que muchos mas hicieran con dificultad. Referir los singulares que en esta
ciudad han sucedido por medio de nuestros predicadores fuera dilatar en demasía esta
relación porque casi todas las cuaresmas y algunas veces entre año se sirve Nuestro

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Señor de mover por su medio los corazones a confesiones de mucho servicio suyo
saliendo pecadores muy envejecidos del estado antiguo de sus culpas y mudando de vida
en grande gloria de Nuestro Señor y edificación de los próximos. Pero no son para omitir
algunos especiales en que su divina majestad ha dado mayor testimonio de su poder.
Un indio entre otros muy ladino y que de su capacidad se había valido para
demasiados desahogos en su vida y que casi en toda ella no había declarado su
conciencia a confesor alguno, llegó a peligrar de muerte, llamó a un confesor nuestro (fol.
40) y aunque la enfermedad le tenía tan apretado que miraba muy de cerca su
acabamiento le apretó mas la confesión de declararse y así se confesó como lo
acostumbraba pero en su misma obstinación estuvo Dios tan misericordioso que
despidiéndose el padre para volverse a nuestro colegio, movido eficazmente de Dios lo
llamó a voces descompasadas: padre, padre que me pierdo y me voy a los infiernos,
vuelva acá y remedie esta desdichada conciencia; declarose con el, dio vehemente
demostraciones de su dolor y diole Nuestro Señor tiempo para que a toda satisfacción del
medico de su alma le manifestase las dolencias de ella que siendo gravísimas y a lo que
podemos juzgar los hombres bien lloradas en breve tiempo; apenas le dio la absolución el
sacerdote cuando continuando las muestras de arrepentido espiró, sin que el tiempo diese
lugar a los demás sacramentos que ansiosamente deseaba.
Llegó a esta ciudad un hombre de los reinos de España y a pocos días de
asistencia se empeñó en una torpe amistad con una india asistente en el pueblo de
Gualaseu de esta jurisdicción, diez y ocho años había perdido mal en su amancebamiento
sin que las exhortaciones de los curas, la buena opinión de nuestros ministerios y otras
cristianas diligencias uiesen aprovechado a desviarlo de tan escandalosa compañía.
Sucedió al fin de ellos que concluida una fiesta a que había asistido mucho pueblo se
puso en camino para los aposentos de su licencioso vivir, subió el en una bestia y la
amiga en otra y a breve rato de camino y a vista de muchos ojos escandalizados de sus
costumbres se empeñaron a pasar harto temerariamente el río que llaman de Santa
Bárbara.
Venía entonces crecido pero nunca se advierte el riesgo por la pasión, cuando a
de ser cierto el peligro, mayormente cuando Dios tiene en la misma inadvertencia humana
oculto su castigo, iva el mancebo delante para asegurar el paso y cuando venciendo la
corriente la fuerza del olaje ocupaba su atención en su seguridad, la manceba sintió el
golpe de la justicia de Dios en el de las aguas que la arrebataron de la bestia en que
pasaba. El amigo no advertía en el estruendo de las aguas el naufragio de su desdichada
compañera y cuando tomo puerto a las orillas y reparó que unas veces sobre aguarde

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otras sumergida en las aguas iba peligrando dandole alientos la ciega pasión de su amor
para tan atroz temeridad contra su vida misma, ahorrando de solas capa, espada y
sombrero se arrojó a las aguas y rompiendo con loca osadía sus corrientes llegó a
abrazarse con su amiga y sin librarla ni librarse de sus prisiones, tuvo justamente con ella
el remate de su amistad y en la antención el pueblo todo un ejemplo de que aunque tal
vez se dilate, pocas veces falta del castigo de públicos pecados.
3. casos milagrosos que ha obrado Nuestro Señor por nuestro padre y patriarca
San Ignacio en esta ciudad de Cuenca.
Una señora principal de esta ciudad había padecido en muchos tiempos un .. de
sangre que demás de haberle sido de mucho fastidio por lo asqueroso por antiguo y que a
ningunas medicinas había cedido su rigor la tenía muy en los extremos de la vida,
disponía ya sus cosas para morir como desesperada de que aprovechasen (fol. 40v)
medios humanos para mejorarla en su salud. Sucedió pues en esta sazón que teniendo
una visita contaron a esta señora que otra habiendo recibido un singular favor de nuestro
santo padre no había hecho demostraciones de agradecimiento. De esta relación se le
conmovio el ánimo a volverse tiernamente la mujer doliente a nuestro glorioso Padre (a
quien tenía en un lienzo) y le dijo: A glorioso padre mío, si el favor que hicisteis a la otra
os sirviesedeis de hacermele a mi como procuraba yo mostrarme agradecida, ofreciole
luego condiconales a su salud algunas devociones por toda su vida. Y la que a humanas
diligencias y a remedios de toda medicina no sacaba mas que desesperaciones de su
salud la tuvo luego entera quedando tan agradecida al favor que aplaudiendole todos y
ella por milagroso continua sus devociones para con nuestro gran patriarca diciendo
encarecimientos de su valimiento para con Dios.
Otra señora tenía en esta ciudad un hijo a quien quería extremadamente;
enfermó el infante tan de riesgo que por instantes se esperaba su muerte, la madre con
grande aflicción puesto en la cuna lo puso a los pies de un cuadro de nuestro santo padre
de quien profesaba la devoción. Rogaba al santo le consiguiese la salud si conviniese y
estando en esta deprecación, casi al medio día advirtió la señora que nuestro santo
patriarca extendió el brazo derecho desde el cuadro a la cuna y que el niño extendió
también los suyos a manera de quien abraza y en este ademán espiró el nio con tan
grande consuelo de su madre que le celebró mas muerto en esta dicha que pudiera
festejarle vivo; y a la verdad quedó el infante después de muerto tan hermoso que en
testimonio de todos cuantos le vieron excedía el cadaver con muchas ventajas la
hermosura antigua porque se mostrase la dicha mayor que gozaba su espíritu que la que
tuviera viviendo.

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Quien como nuestro padre San Ignacio también supo perdonar agravios en la
vida y mandar a sus hijos el amor para nuestros perseguidores; no hay que maravillar que
aun comprehensor de glorias lo practique; esperimentose en esta ciudad que un vecino
de ella el mayor o de los mayores opuestos que tuvo la compañía en su fundación, tanto
que era el que solicitaba firmas en nuestro descrédito y aunque en diferentes ocasiones
tuvo algunos que le procuraban serenar en esta materia, el insistió de manera que aun
fundado nuestro colegio con aplauso de todos el se adelantaba en su mala querencia. En
día pues de nuestro padre San Ignacio en que la ciudad toda acudía a su celebridad,
determinó el irse a un hato suyo de vacas ordenando que en el se rodease o juntase todo
su ganado; hizose así apenas llegaba el al lugar donde estaba recogido, cuando se
desmancho de toda la junta una vaca (a quien llamaban los indios cabeza de diablo) y le
acometió con tanto furor que aunque para asegurarse el hombre se valió de una cerca de
tapias, las saltó y se halló en las aspas de la vaca y en tan peligroso lance no se acordó
mas que de nuestro santo Patriarca, a quien invocando en su favor, se halló sin mas
beneficio libre de la bestia y lego se volvió (fol. 41) a la ciudad a dar gracias a nuestro
padre San Ignacio a quien reconoció por su libertador, mudando desde esta ocasión el
ánimo en muy estimador de la compañía y redicando que el pago que había tenido de
San Ignacio por haber sido contrario a su religión era la vida.
El poder que en todo el universo ha mostrado Nuestro Señor tiene nuestro
glorioso padre sobre los demonios, quiso su majestad se manifestase también en esta
ciudad, en cuya jurisdicción está un pueblo llamado el Espíritu Santo. En este vivía una
india de diez y ocho años a quien para molestarla gravisimamente tomo a su cargo el
demonio; aparecíasele en diferentes figuras ya en la de culebra o serpiente, ya en un
morenillo muyh atezado y fiero; otras se le representaba como cordel persuadiendola se
ahorcase para librarse de las penalidades de esta vida. Hablabala sensiblemente muchas
veces y con sus persuaciones redujo a la miserable muchacha a que ni comiese ni
bebiese poniendola a riesgo de que muriese a manos de su desesperación y temeridad;
finalmente la redujo a estado que ninguna humana diligencia bastó a que cesase de
pasearse o estar dando continuas vueltas en la casa de su desdichada vivienda. Con
harta fuerza la trujeron a la ciudad donde estaban sus padres. Estos lastimados de ver a
su hija en tan lastimoso estado se valieron de muchos medios para reducirla a su antigua
serenidad y no aprovechandose determinaron atraerla a la compañía; apenas
comunicaron entre el padre y la madre esta determinación, cuando el demonio se
aparecía a la indezuela y con amenazas y con espantos la persuadía no fuese a la
compañía; no prevalieción en esto, pues la trajeron sus padres en tan desdichada

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apariencia y en un embelezo tan abstracto que no parecía racional, no hablaba una
palabra ni por su informe se pudo hacer juicio de su mal, mas por el de sus padres
encomendandola a nuestro santo padre se le puso al cuello una medalla suya y con solo
este remedio se fue retirando el demonio de suerte de los apremios de esta india que a
los quince días estuvo libre de ellos y se pudo confesar con mucha razón y juicio y se
conoció en su conciencia tanta candidez que los males que había padecido o fueron para
que se prefeccionase su paciencia o para que se manifestase el poder de nuestro glorioso
padre San Ignacio sobre el de las tinieblas.

Capitulo 7. Misión de los Mainas.


1. Dificultades en su entrada y abundancia de mies.
Las cosas grandes mucho afan piden para conseguirse, que como el perezoso no
es menester huyan las dichas para que no las alcance, al diligente se le vienen a la mano
por mas que se retiren. Sucede así en esta misión apostólica de los Mainas cuya
gentilidad vivía tan retirada que pueden blazonar los hijos de la compañía que como han
sido los primeros que han nombrado en estas dilatadas provincias el santo nombre de
Dios son también los dichosos descubridores, los sabrados colones de nuevas regiones
para el Evangelio. La dificultad de su entrada (fol. 41v) bastantemente se prueba con
decir que aun la codicia que vence imposibles no se atrevió a emprenderla y es asi
providencia de Dios que como muchos se le pierden a su Majestad por codiciosos
afanandose en cuidados de la vida, otros en solos los de la eternidad se fatiguen tan
incansablemente como dirá esta relación. Tuvo uno de nuestros operarios heroico
misionero en estas regiones cuidado de hacer relación diaria desde que salió de la ciudad
de Cuenca hasta que llegó al primer puesto de los nuestros en estas misiones. Y no
siendo persona que haría detenciones excusables tardó desde los veinte y dos de agosto
hasta los seis de noviembre del mismo año pasando en el camino tantas incomodidades
cuantas previene Dios a hombres arrestados a padecer por su nombre, cuando se
encontraba con indios o españoles procuraba ensayarse aunque de paso en el ejercicio
de misionero y demas de confesiones de grande servicio de Dios y comuniones de mucha
gloria suya que se hicieron por su medio tuvo algunas noticias que por ser de cosas no
oidas otra vez merecen memoria en esta relación.
En una ciudad que en la primera fundación de las Indias tuvo por la esperanza de
sus crecimientos nombre de Valladolid y hoy le ha quedado solo el nombre con dos o tres
vecinos, tuvo relación del cura de notables supersticiones de los indios ya en la muerte de
sus deudos ya en la sementera de sus maices que no tienen cosa esperial para lo moral

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pero es de admirar que el demonio introdujese entre estos bárbaros un modo de
confesión que hacen con sus sacerdotes y el demonio mismo se indigna tanto de la
falsedad de los penitentes que cuando estos omiten alguna culpa se la manifiesta al
bárbaro confesor que al falso penitente le dice sisilo que quiere decir mientes y luego
hace se le entre una ranilla o sapo entre el cuello y el pecho donde paseandose con
ofensioon del miserable penitente le hace manifestar cuanto oculto su simulación.
En un puesto que llaman Payarani entendió el padre había unos salvajes en
opinión de los indios inmortalesm son estos a manera de un niño de tres años todos con
el pelo de siervos y algunos se han visto de solo un pie, otros de solo un ojo. Hallaron uno
de estos muertos a tiempo que el padre misionero estaba en este puesto y con la
evidencia del cadaver los procuraba divertir de su sentimiento de la inmortalidad del
salvaje (que llaman ellos egua) y no debio de ser la primera vez pues tenían estudiada la
solución en que se fingía amortecino y que el se restituiría a la vida. En otro puesto
llamado Titinuma halló por cosa asentada que se veían por los desiertos unos a manera
de hombres sin cabeza que por el corte del cuello brotan fuego y los indios llaman
Atalanqueis, que su etimología es hombre a quien sus enemigos cortaron la cabeza.
Estos dicen los indios católicos que antes que se cristianasen eran muy insolentes contra
los mismos indios y que después de bautizados los reconocen mas respectivos. Y un
indio que acompañaba a nuestro misionero afirmó haber visto dos de estos mostruos y
afirma el padre ser el indio de verdad.
Habiendo el padre hecho misión en Jaen (que es otra ciudad que tiene alguna
mas vecindad que Valladolid) y salido de ella con mucho consuelo de su espíritu (fol. 42)
por el bien que juzgó haber hecho a sus moradores, entendió en una estancia donde se
albergó que habiendo ido un mozoo a dejar en el campo unas bestias que pastasen hasta
el día siguiente, había encontrado unos negros a primera vista como los ordinarios que
traen para esclavos de la Etiopia y que presumiendo estaban retirados de sus dueños les
recomendó sus bestias, pidiendoles no se las traspusiesen y ellos en vez de palabras de
respuesta a un mismo tiempo, en un bostezo rebozaron por las bocas fuego; lo cual causó
al desdichado caminante tanto horror que cayó sin sentido y estuvo mas de un día en el
mismo puesto hasta que le hallaron y con diferentes beneficios vuelto en si contó su
trabajo.
Con estas noticias y otras muchas que se omiten llegó en fin el padre al que
llaman embarcadero porque cesando el trasiego de tierra empieza el trajín por los ríos
que son caudalosos y cabeceras del gran río del Pará; en el primero le sucedió que yendo
embarcado y encontrando un salto tan peligroso que obligó a descargar la canoa y llevar

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la carga por tierra y la canoa por el agua, que los indios pusieron para pasar dicha canoa
tres cruces, una al medio y dos a sus extremos y reparando en la piedad de los naturales,
para estimarla advirtió que pasado el riesgo arrojaron las cruces en el suelo con muy poca
demostración de piedad. Y haciendoles cargo le respondieron que tenían los indios sus
vecinos diferentes idolos o dioses que invocaban conforme a las necesidades y peligros
ocurrentes y que socorrida la necesidad o librados del peligro se olvidaban de su Dios
hasta que se ofreciese otra. Prosiguiendo su viaje el río abajo llegó a un puesto que
llaman Maronaza y en el estaba un español que le contó al padre que en una quebrada
que entra en un muy caudaloso río que llaman Nieva, había visto una muy grande piedra
en cuya superficie estaban señaladas las plantas de un hombre que dicen fue el
gloriosísimo apóstol San Bartolomé que hasta en las Peñas dejó rastros de sus primeras
enseñanzas en estas remotísimas provincias aunque también el valerse de la cruz en los
peligros parece indicio de que hubo quien la venerase en estos desiertos en la
antiguedad.
Ya para tomar puerto en el primer puesto de nuestras misiones hubo de vencer
una corriente impetuosísima que tiene el río (que vulgarmente llaman el Pongo) nunca
bastantemente temida; dura lo impetuoso de esta corriente espacio de tres leguas y que
en partes aun no tiene cuadra de ancho, siendo casi mar el que se ciñe en esta
estrechura pues saliendo de este apremio en partes, se dilata mas de cincuenta cuadras.
Es esta ocasión de gravísimas tormentas porque las aguas que fortejan a extenderse por
las orillas hallandose muradas de rebeldes peñascos por una y otra parte se dan tanta
prise a buscar desahogo que se atropellan unas a otras en diferentes olajes que unos
altos y otros bajos hacen naufragar a muchos en este riesgo; pero aunque entre temores
por la opinión del Pongo fue Nuestro Señor servido tuviese buena salida nuestro
misionero y que llegase a la ciudad de Borja de donde como colonia se enteró de la
noticia de las naciones que están vecinas a esta (fol. 42v) ciudad.
Cuarenta son las que se refieren por sus nombres que habiendo de servir esta
relación para animar a muchos a que emprendan su ilustración no será ajeno del intento
el referirlas. Están todas derramadas a las orillas del río que se ha dicho y de otros
grandísimos que hay en estas provincias que comunicandose o de paz que algunas
naciones tienen entre si en amigable confederación, o de guerra que otras sustentan con
enormes crueldades entre si se han rastreado no con mucha dificultad. Las naciones son
las siguientes: Abitoos, Ahuanos, Abunahuas, Andoas, Aunalas, Bihualas, Catobas,
Cocamas, Cocamillas, Capanahuales, Baiabitas, Charitanas, Chipeos, Chiutuis,
Churutinas, Cingacuchuscas, Cimios, Cusinanas, Debacas, Trollucas, Gibitaonas,

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Ynouros, Ypapichas, Yquitos, Yupiritas, Jeberos, Masefuines, Maparimas, Mainas,
Matahuesos, Muniches, Norambis, Omaguas, Panipas, Roamainas, Sanones, Serranos,
Sitipos, Tabalosos, Uraninas. tienen todas estas naciones sitios y lenguas diferentes y
fuera de ellas quien podrá decir las innumerables que se esconden en este nuevo mundo.
Pues aunque esta América ha merecido de ciento y cuarenta años a esta parte respecto
de la Europa nombre de nuevo Mundo; en la misma América como la mas extendida tierra
del orbe cada día se descubren provincias que merecen por dilatadas quiza mejor el título
de nuevo Mundo.
2. Puestos que tienen los nuestros misioneros en los Mainas y los obregos que
se ejercitan en ellos.
Aunque son en tanta diferencia como se significó en el antecedente, las naciones
de estas provincias, los Mainas han dado nombre principal a las que se hallan reducidas o
porque son los primeros en la entrada o porque de lo primero que manosearon los
españoles han tomado renombre las demás. Por los años que se fundó nuestro colegio de
Cuenca (de que se hizo relación) se fundó también esta misión teniendo principio
nuestros misioneros en el curato de la ciudad de Borja que antes era beneficio de
clerigos, pero con tan cortas incomodidades y tanta sobra de trabajo para solo un cura
que le renunciaron en nuestra religión con cierta persuasión de que liviandose de mucho
trabajo y escrúpulos graves de conciencia cedían en nuestra religión un puesto muy a
propósito para quien solo emprendiese la imitación de los apostoles. Tiene Borja alguna
vecindad de españoles y mestizos y mas de mil almas de adultos indios que son algunos
de los que en su primera conquista estaban sitiados en estos mismos puestos y los mas
de los reducidos de las naciones del río de abajo.
Están muchos de los indios en la misma ciudad, otros derramados por estancias
y rosas que hacen los encomenderos a las riveras del río y en los montes sus vecinos. Es
el puerto mas necesario para sustentar las misiones porque demas de depender de la
comunicación de los provinciales con los que están en ellas, el envío de hostias, vino y
otras cosas necesarias así al sustento como al vestuario (fol. 43) de los sujetos tuviera de
otra suerte graves inconvenientes en la omisión. Es también necesario este puesto y es lo
mas principal de las conveniencias para que como muchas veces ha sucedido, cuando en
el río abajo y la tierra mas adentro se amotinan los indios o unos contra otros o como
ignorantes de la fe contra los padres presumiendo que van a hacerles daño y no el bien
que por la gracia de nuestra vocación se intenta tienen en los soldados que se recogen en
Borja freno a sus demasías pues ha sido providencia grande de Nuestro Señor que los
indios de estas provincias, aunque en la fuga y en acompañarse con otros tuvieran

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bastante medio para librarse del castigo del español, los atemoriza tanto su nombre que
pasa de toda ponderación el horror que cobran cuando oyen que baja el capitán español a
su castigo.
Los pocos padres que estuvieron en estas naciones hasta el año de cincuenta
tuvieron tres poblaciones hechas, la primera queda dicha de Borja, la segunda de los
Jeberos, la tercera de los Cocamillas; y si la primera debió a otros su primera fundación,
debe a la compañía sus aumentos y mucho trabajo que le cuesta no solo la ordinaria
enseñanza y catecismo de los nuevos indios que se reducen sino el buscarlos con
evidentes riesgos de la vida, el haberlos adelantado de fuerte que los que no sabían el
nombre de Dios le hayan llegado a frecuentar en las comuniones que son ordinarias y de
grande edificación de las personas que en la entra de nuestros padres estaban ciegos en
la gentilidad. y aunque esto era bastante para que se tuviese por bien logrado el empeño
de la compañía en esta misión, es mas para dar gracias a Dios el haberse empeñado sus
hijos en lo interior de la tierra venciendo insuperables trabajos de hambres, desnudez,
achaques en muy ordinarios peligros de la vida en la navegación de los ríos, en los
montes poblados de fieras, en los mismos indios sin entender sus lenguas; y en todos
estos riesgos que a lo humano se pueden tener o por temeridades o por imprudentes
celos se ha mostrado iban gujiados de la mano de Dios, pues con el conocimiento que
cobraban de nuestros misioneros con la razón que por interprete se les daba de que no
iban ni en demanda de sus personas para el cautiverio ni del oro por la codicia sino de
sus almas para comunicarles el conocimiento de su verdadero Dios y sacarlos de la
ceguedad en que vivían se han reducido las otras dos poblaciones de Jeberos y
Cocamillas.
La primera de las dos en pueblo también ordenado así en lo cristiano como en lo
político que de los que no tenían ni aun conocimiento del verdadero Dios hay muchas
almas puras que frecuentan los sacramentos que doctrinan a los otros y celan la honra de
su Criador procurando reducir a los gentiles que comunican a que vivan en nuestra santa
fe. Ayudan a los padres en las entradas que hacen para conquistar mas almas y fuera de
que entre año viven como antiguos cristianos, en las cuaresmas es mayor el esmero de
su piedad en oir gustosamente la palabra de Dios, en hacer sus procesiones y asistir con
muestras de muy antigua religión a los oficios de Semana Santa y al monumento (que la
seguridad de la gente ha permitido se pueda encerrar ya el jueves santo el Santísimo
Sacramento) tiene esta población mas de mil almas y se van conduciendo cada día otros
entablandose con la (fol. 43v) experiencia que no son buscados para la molestia que en
otras partes padecen los indios sino solo para solicitarles su salvación y vista racional. Y

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es de estimar en los que están en los rudimentos de la enseñanza católica que
reconociendo las necesidades de los padres para el sustento, ellos mismos se ofrezcan a
trabajarles el sustento haciendo las roserias de maíz, saliendo a las cacerías de carne de
monte y teniendo suma sujeción a sus mandatos con que si en esta tierra no se
reconocen las ocasiones de martirios hasta ahora por la apacibilidad de la gente, mayor
cargo será para los operarios no emprender muy menores dificultades por la hazaña que
aunque costase muchas vidas se había de emprender.
La fundación de Cocamilla era la mas reciente (según la relación última que se
tuvo de esta misión) pero con prenuncios de que ni será menor que la pasada ni tendrán
nuestros ministerios menor empleo porque habiendo bajado uno de los nuestros
misioneros el río para reconocer otra nación de Cocamas (de quienes se temió algún
alboroto) viendo el padre un sitio a propósito para pueblo, insinuó la conveniencia de que
en el se fundasen, señaló lugar para la iglesia, para la casa del padre, para el cacique e
indios principales y después de pocos días habían estado tan diligentes que faltando el
padre por necesaria ausencia, tenían hecha la iglesia y casa para vivienda estando ya
juntas muchas familias en el puesto y tratando de reducirse a esta misma población los
cocamas con que vendrá a ser la mayor de todas.
Y aunque esta provincia está tan falta de sujetos (como varias veces se ha
significado) por no negarnos a la mies, que en tanto servicio de Nuestro Señor ofrece su
majestad en estas misiones, aunque sea con mayor aprieto de los que viven en los
colegios, pareció conveniente reforzar esta misión enviando nuevos operarios a ella el
año de cincuenta, con que se hallan en ellas seis sacerdotes con esperanza de que cada
día nos vengan nuevas de otras reducciones pues se ha experimentado no tener los
indios repugnancia en recibir nuestra santa fe y lo mucho que omitían antes los pocos que
se hallaban en la misión hoy lo emprenderán en mucha gloria del santo nombre de Dios.
Bien se infiere por lo dicho lo mucho que se habrán afanado los hijos de nuestra
religión en haber corrido tantas leguas, en haber reducido tantos bárbaros, en haber
aprendido sus lenguas, haberles echo catecismos, oraciones y lo mas necesario para su
enseñanza. Pero es providencia de Nuestro Señor que al paso que se sienten en su
servicio las penalidades en los achaques, en la desnudez, en las hambres, en la falta de
comunicación a ese mismo comunica sus consuelos que ha sucedido hallarse uno de
nuestros misioneros en la tierra adentro entre gentiles bárbaros, en sola una breve
chozuela y saltearle una gravísima enfermedad y verse por una parte temeroso de los
indios y por otra llamado a morir por la enfermedad y en estas angustias, verse con tantos
consuelos en la protección de Dios que le parecía jamás había tenido tantos alientos en la

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misma seguridad. Ya pues el consuelo que tienen en ver por su medio tantos que
reconocen a Dios, tantos que le confiesan, tantos que comulgan, tantos que han recibido
el santo bautismo vuelan a la (fol. 44) bienaventuranza no se puede significar; de estas
materias escriben mucho nuestros misioneros dando mil gracias a Dios de verse
empleados en conquistar nuevas almas a su conocimiento y algunos harto lastimados de
no haberse empleado en este ministerio desde el tiempo en que la compañía los tuvo por
hábiles. Sea apoyo y remate de lo dicho la carta que me escribió por septiembre del año
pasado el padre Lucas de la Cueva del tenor siguiente:
Pax Cristi etta.
Con mucho gozo leí la de v. r. por el amor tan paternal que en ella hallé con que
solicita a que acudamos por alivio y confrecho con seguro de hallarlo en su paternal
pecho. Mándame v. r. le de relación de mi salud, empleo y fruto que se coge en esta
misión y quisiera en todo hacerlo cumplidamente, pero encima de mi esta el portador y
con orden del padre superior que lo remitió a esta provincia y dice salga luego, luego de
ella. Y así digo en breve de mi salud, ha días padezco muchas quiebras con pocas
esperanzas de recobrarme porque si bien los años no son tan demasiados, trabajos
atrasados han acelerado la vejez y si ella sola es la misma enfermedad, mal se recobrará
en ella la salud y mas cuando viene acompañada con otras dolamas hijas propias de las
incomodidades, inclemencias, trabajos y faltas de estos montes y temperamentos.
Aunque caído y estropeado cada día con mas aliento en orden a vivir lo poco que fuere y
morir en esta demanda tan gloriosa y tan propia de la santa compañía y entiendo es tanto
el gusto con que en esta ocupación vivo que hace contrapeso a todas las enfermedades,
incomodidades y faltas de todos los recursos humanos.
Solo vivo apurado de temor si por el poco resplandor de mi luz tiene el señor de
removerme de este su candelero su divina majestad me haya misericordia. Mi empleo es
en la provincia de Jeveros, donde está la primera y mas lucida reducción de esta gran
misión, puerta y puerto para todas las demás, que se pueden hacer que parece exceden
los números; en esta parte no tengo que engrandecer por tanto como por allá se sabe,
corre y está impreso de la misión del gran Pará o río de las Amazonas; no lo hemos
menester ir a buscar, ni estamos en sus canales y veredas transversales, es esta misión
que poblamos la propia madre, el camino real y canal maestra y así derechos sin
declinación podemos poblar cuanto el Marañón o Amazonas o Gran Pará tiene. Lo
principal que en el se descubrió cuando por Quito abajaron los nuestros con una armada
portuguesa son los Omaguas; estos caen en esta gobernación de Maynas jurisdicción
nuestra; a tener con quien ya estuvieran poblados. Hizoseles una visita, nunca mas por

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allá se ha ido para poblar lo mucho que hay solo es a propósito gente que venga con
vocación, con gana y de corazón, determinados a tragar cien muertes y a vivir en los
montes, aunque tuvieran muchas vidas; entender padre provincial que con gente sin
vocación esto se ha de hacer, no se verá sino muy derecho.
No es opinión esta especulativa, sino verdad practicada y enseñada de la
experiencia; no me da mas lugar el plazo corto de este despacho. Dije era mi empleo en
el puerto y puerta de esta santa misión la reducción de la Limpia Concepción de Jeveros;
los frutos por la bondad grande de Dios (fol. 44v) y buena capacidad que dio a esta gente
que tengo para mi es la primera, son buenos. Entran hoy aquí con seguridad los que poco
a temblaban en imaginar estas fieras mas bravas y encarnizadas, que si lo fueran
bestiales. Tales lo eran los Jeveros. Desconocen totalmente tierra de gentiles y bárbaros y
reconocen un Chillogallo u otro pueblo de afuera de los mas puestos en cristiandad y
policía haciéndose lenguas en alabanza de nuestro gran Dios que tal ha obrado. Esto es
lo que al presente puedo avisar a v. r. que guarde Nuestro Señor. Jeveros, 9 de
septiembre de 1651. Lucas de la Cueva.

Capítulo 8. Hospicios que hay en esta parte de provincia de Quito.


1. Relación de los puestos y de sus ordinarios empleos.
El antiguo deseo que ha habido en esta provincia que los provinciales se
descargasen algo de la mucha dilación de ella, movió a que se diese algún principio a
fundaciones en los lugares principales que pertenecen al obispado de Quito y que fuesen
también mas dispuestos para el empleo de los nuestros ministerios. Sonlo sin duda los de
la ciudad de Pasto, Villa de San Miguel de Ibarra, la villa de Riobamba y el asiento de
Latacunga y en todos tiene la compañía casas propias, con capillas interiores y con dos
de la compañía en cada una. Estas casas sirven lo primero para el efecto dicho de tener
principio para fundar, sirviéndose su majestad de dar licencia para colegios como varias
veces se la ha suplicado proponiendo grandes razones de conveniencia. Sirven también
los hospicios para que los nuestros cuando pasan por algún puesto de los dichos tengan
decente acogida y no se hallen obligados a hospedarse o en los mesones con indecencia
o en casa de seculares con empacho.
Todos los cuatro lugares que se han nombrado tienen mucha vecindad de
españoles y muchos mas indios, en quienes tienen empleo nuestros ministerios que se
ejercitan como pudieran en un colegio; porque aunque no se predica en nuestro hospicio,
son tantos los sermones que encomiendan a los nuestros que pueden sin vanidad
blasonar de que llevan la mayor carga de ellos así en las iglesias parroquiales como en

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otros conventos que se sirven de hacer esta honra especial a la compañía. En todos estos
puestos uno de los nuestros lee gramática a los hijos de vecinos, habiéndose logrado
buenos estudiantes en las facultades de artes y teología de los que en los hospicios
tuvieron la perfección en la gramática haciéndoseles en esto singular beneficio a los de la
ciudad porque excusan los gastos que tuvieran en sustentar a sus hijos desviados de su
lado e interesan el consuelo de verlos aprovechar en la latinidad y en la virtud porque de
la misma suerte que en nuestros colegios, se frecuentan los sacramentos por los
estudiantes seculares (fol. 45) en los hospicios.
En las discordias, en los negocios de mas importancia es el recurso a los
nuestros, solicitando en aquellas la paz y en estos la buena expedición encaminada
siempre al servicio de Nuestro Señor. Y se han ofrecido algunos casos muy graves en
que con edificación universal se han compuesto personas de mucho peso que habían
reducido sus quiebras al fuero contencioso y que sin duda hubieran causado notables
perturbaciones sino se hubiesen obviado. Ni es menos de estimar en la divina providencia
que para que los nuestros se empleen mas que otros en el provecho de las almas, se
muevan estas en repúblicas (como las que se han dicho) en que hay religiosos de todas
las ordenes mendicantes a que primero llamen los ricos y los pobres cuando se hallan en
peligro de muerte a los de la compañía acudiendo estos sin perdonar el descanso, a todos
los socorros que hacen también a los necesitados en las cárceles y hospitales, visitando a
los enfermos y consolando a los reos en sus fatigas.
2. Casos particulares sucedidos en Pasto y en una misión a Mocoa.
Pasaba el padre Bartolomé Polo por la ciudad de Pasto para la de Quito y le
embargó Nuestro Señor el viaje dándole una grave enfermedad. Ya estaba convaleciendo
de ella cuando hallándose sin predicador o sin quien lo hiciese a gusto de la república, le
hicieron notables instancias para que se quedase la cuaresma que estaba muy cercana,
pidieron licencia también al padre rector de Quito que convino en que hiciese la misión.
Empezó sus sermones y aunque bien oído por su buen celo, corrió por cuenta de Nuestro
Señor a fervorizar los ánimos con horribles terrores. Está la ciudad de Pasto apenas
media legua distante de un cerro altísimo que tiene doce o mas leguas de boja, este
algunas veces se suele coronar de nieve y despedir grandísimos penachos de fuego; y a
mediana la cuaresma, nuestro misionero en la predicación; y una noche cuando toda la
ciudad sosegaba en quietud, se oyeron repetidos truenos, tan estallidosos como si fueran
rayos caídos en la misma ciudad acompañabanse estos con grandes temblores de tierra y
cuando para librarse de las ruinas de los edificios los desamparaban sus moradores, se
hallaron sobresaltados de mayor amenaza porque el volcán desenfrenado demás de

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espadañas de fuego que se levantaban mas de veinte picas en alto, arrojaba globos por el
aire tan crecidos que a cada uno esperaban todos su acabamiento.
Acompañabanse estos globos por el aire con dos ríos encendidos que
precipitándose desde lo mas empinado del monte parecían encaminarse a abrasar en
medio la ciudad (fol. 45v); duró esto por tanto tiempo que imposibilitada la fuga de este
rigor, le hubo para que por las calles y plazas anduviese barajada toda la gente en
horrible confusión hasta que el tribunal de todas apelaciones la misericordia de Dios los
condujo a la plaza real; ya se hallaba en ella el Padre Bartolomé Polo, ya había movido
las voluntades del vicario de la ciudad para que con la mayor decencia que se pudiese se
sacase de la iglesia parroquial el Santísimo Sacramento y una imagen de Nuestra Señora
de mucha devoción de la república; y fue Dios servido que aunque estaban todos viendo a
sus ojos dos arcos de paz no cesase la amenaza del fuego en su nuevo diluvio que tenía
sí alumbrado el horror de las tinieblas, como si fuera medio día. Tan sobresaltados
estaban todos, tan presente miraban la muerte que hubo quien a voces confesase sus
pecados y aun quien juzgase lícito absolver con cualquier materia de confesión;
dificultosamente podían sosegarse los ánimos pero entre la misma confusión de voces
atropelladas, movieron al padre a que por su cuenta corriese el implorar misericordias a
Dios y el mover a confianza a la ciudad. Pusiéronle en la misma plaza un escabel y subido
en el (el mismo padre lo dice en una relación) prout spiritus sanctus dabat eloqui, habló
con tanta eficacia ya en apostrofes a Dios, ya en exhortaciones al pueblo, que conmovido
este, alcanzó de su misericordia, se serenase la mayor tempestad que conocieron los
mortales en Pasto, sin lesión de los edificios ni daño de sus vecinos.
De estas demostraciones de la divina justicia sacó Nuestro Señor algunos efectos
de mucho servicio suyo, porque se hicieron muchas confesiones de personas que había
muchos años no se confesaban, se casaron también los que estaban en mal estado; y
pide de justicia entre todos especial memoria un hombre que en los reinos de España
había recibido un agravio de los que el mundo tiene por mayores en sus leyes del duelo.
Este había corrido todas las indias en busca de su agraviador para vengarse del, tan
ciego con la pasión que en diez y siete años no había confesado, oído misa ni hecho
acción de cristiano y sucedió que en Pasto donde le tenía Dios prevenida la medicina de
su pasión, hallase su enemigo; y una noche en que determinaba ejecutar su venganza,
tocando en la iglesia parroquial a ejemplo (que predicaba nuestro misionero) vio que
entraba su agraviador a oírle y el embozado se determinó a esperarle al salir de la iglesia
para quitarle la vida; y como hombre a quien tenía tan resuelto su pasión y su obstinación
tan olvidado de las cosas de Dios, no pudiendo excusar los oídos de percibir las palabras

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del predicador, las atendía mas por fuerza del lugar en que esperaba a su enemigo que
por devoción; pero Nuestro Señor que sabe las razones en que a de llamar a los
pecadores, tenía esta para empezar a dar baterías a la dureza de este con tanta eficacia
que esta (fol. 46) noche recabó no ejecutase su venganza y poco a poco le rindió a que
se confesase con nuestro misionero con tan grandes demostraciones de arrepentido que
aunque al principio el empacho le movió a que llegase muy a deshora de la noche y
enmascarado; últimamente se resolvió a comunicar con el padre su determinación que fue
entrarse a una religión donde olvidado de su agravio sirviese a Dios en el estado de lego
como lo hizo, habiendo Nuestro Señor favorecidole tanto por su resolución que vive con
nombre de santo, indicándolo en todas acciones públicas su procedimiento.
Con las experiencias que la ciudad de Pasto hizo en esta ocasión del celo de
nuestra religión habiendo sido antes poco afecta a ella se mudó tanto que escribió
muchas cartas a su majestad en su real consejo de indias a la real audiencia de Quito y
su señor obispo para que se fomentase apresuradamente la fundación en su ciudad. Y ya
que no había posible para que esto se concediese, para que los ánimos no se entibiasen
y se fomentasen con la mayor experiencia de nuestros ministerios, se asentó la casa de
hospedería en la forma que se hizo en el punto antecedente. Y dando algunas treguas las
ocupaciones entre año a petición del capitán Diego Suárez de Bolaños, justicia mayor de
la provincia de Mocoa, pareció a los superiores que en remuneración de muchos
beneficios que de dicho capitán había recibido la compañía, fuese dicho padre Bartolomé
Polo a su provincia a hacer una misión. Dispúsose la partida que por ser dificultosísimos
los caminos fueron necesarias muchas prevenciones de parte del dicho capitán Diego
Suárez de Bolaños que acompañó a nuestro misionero y facilitó con su poder e industria
que pasasen sin riesgo de la vida páramos mas rigurosos que los Alpes, ríos grandísimos,
sierras dificultosísimas que no pudiendo andar bestias por ellas, se valen los que entran a
la provincia de Mocoa de indios cargueros que con la continuación de su trabajo llegan a
criar mataduras como las bestias y aun algunos tienen debajo del cerebro un tumor del
tamaño de un huevo de avestruz.
Llegaron en fin a dicha provincia de Mocoa y acudió con muy buen logro de su
espíritu nuestro misionero a los ministerios de nuestra religión confesando, predicando,
componiendo las voluntades discordes y por haber llevado y tener facultad del cura y
vicario de dicha provincia, casando a las personas que estaban en mal estado a la voz de
la llegada del padre Bartolomé salieron de la tierra adentro muchos indios gentiles
sedientos de las aguas del bautismo el cual les administró precediendo los catecismos y
disposiciones necesarias; destinándose los indios a desnaturalizarse de sus patrias por

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continuar en las costumbres la ley que habían confesado en el bautismo. Las noticias que
el padre consiguió en esta provincia y que pone en una relación suya por ser de cosas
que pueden ya afervorizar a los celosos y a manifestar el poder divino, sin mucho agravio
a su cuidado no se pueden omitir. A las orillas del río de Caqueta está poblada la ciudad
de San Andrés de Agreda que aunque de poca vecindad, es bastante para que o bajando
por dicho río algunos españoles o subiendo indios se aya sabido lo que hay en las tierras
abajo. Juntase con dicho río otro que llaman Putumayo y ambos juntos hacen el
caudalosísimo (fol. 46v) de las Amazonas, de quienes hay en esta provincia de Mocoa
mucha opinión con estimación de su valor y honestidad.
A las orillas de los ríos referidos hay ciento y treinta provincias que la que menos
tiene sesenta mil familias y las que mas cinto y doscientas mil. Lo cual testificaron los
indios que bautizó el padre y algunos españoles que han bajado; ni hay que admirar esta
muchedumbre si se pone la atención a la numerosidad de indios que había en los
principios de las conquistas de esta América donde por no caber los vivientes siendo tan
dilatadas las tierras había el demonio introducido que se le sacrificasen los indios. Con
que siendo mas dilatadas las tierras que corren estos ríos y no habiendo tenido hasta hoy
el apremio del español que los consume, es muy verosímil sean aun mas los indios de lo
que se ponderan. Todos (o gran lástima) ciegos en la gentilidad y faltos de operarios que
les den a conocer el autor de lo criado. Y se verifica todo lo dicho con que a siete días de
navegación del río se encuentra con la primera provincia que llaman del Mosquito que
dicen tiene mas de cien mil familias. Y se tiene por constante que llegó a esta provincia el
glorioso apóstol San Bartolomé de quien dicen que ven impresas en una peña grande a
las orillas de un río (que llaman hoy del oro) sus plantas y rodillas; y en una cueva que
tenía para su retiro se ven unos caracteres en peña viva que no entienden los que saben
leer los castellanos y latinos.
Y parece que quiso Nuestro Señor quedasen fuera de estos indicios otros
mayores para estos siglos de que estas remontísimas provincias habían sido corridas de
sus primeros predicadores, pues se ve a las riveras del ya nombrado río del oro una casa
de veinte fogones (por ellos se distinguen las familias) que resistiendose sus moradores a
la predicación del santo apóstol y tomando las armas para quitarle la vida, todos indios,
indias, casa, brasas, maíces, barbacoas (así llaman las camas en que duermen),
maderos, plátanos, ropas, aves y finalmente cuanto pertenecía a dichas familias se
convirtió en piedra y se ven hoy los indios con el arco y flechas dispuestas para
dispararlas, las indias con los niños a los pechos y otras con la molienda de sus maíces
en el mismo ademán y acción en que los comprehendió el castigo de Dios de convertirlos

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en estatuas de piedra; y a mi me hizo relación de este portento y sobrenatural castigo el
dicho capitán diego Suárez Bolaños justicia mayor de Mocoa que aunque no era testigo
de vista me certificó era cierto por noticias que le habían dado no pocos indios contestes
de lo dicho y ser fama constante y corriente de tiempos pasados y presentes.
3. Algunas cosas naturales raras en esta provincia de Mocoa.
En esta provincia tuvieron primer origen las pinturas de Mocoa y las que hoy con
mayores primores se hacen en Pasto en escritorios, cajuelas, calabacillas que tanto
aprecio se han ganado en Europa y que con grande cuidado se solicitan en estas partes
para los envíos. Pensarase quizá que el barniz sobre que se asientan las labores y de que
ellas mismas se forman es materia muy abundante por lo mucho que de esto (fol. 47) se
labra y es tan al contrario que se coge en unos árboles altísimos que una sola vez al año
entre dos hojas tiene una como yemesuela o pimpollo mas alto y este botón se ha de
coger antes que abra porque reventado no sirve hasta otro año, que producen las ramas
otros iguales; este barniz se calienta y ablandado en moderación recibe cualquier color
indeleblemente masticado en la boca y después se extiende y sobrepuesto a oro, plata o
entrañado en cualquier color se dispone y labra en cortes tan delicados y dibujos de tanto
primor como se admiran en las muchísimas obras que cada día van saliendo hasta
haberse de poco acá introducido el sembrarse las pinturas con el mismo barniz oscuro
para que afecten lo relevado de los mas delicados pinceles.
Hay también en esta provincia otros árboles muy crecidos que producen una fruta
a modo de aceitunas gruesas encendidas a manera del bermellón; son estas sustento de
solas las aves y después de comida toda la carne exterior en el mismo árbol o en la tierra
le queda un queserillo que quebrantado rinde otro género de resina a modo de cera (que
en esta provincia llaman cedo de palo); de esta cera derretida se hacen grandes
marquetas y se labran velas con que se alumbran de noche; también como con las de
sebo de vacas; es el color como de cera virgen y el olor bueno y conforta la cabeza; y son
exentas las velas de este género de toda lesión de animales porque ni perros ni gatos
comen este género, teniendo también la comodidad de no manchar y ser medicinal para
tumores y achaques de resfríos y yo tuve experiencias de estas velas en Pasto.
Mas de admirar es lo que frecuentemente ven los naturales en esta provincia.
Estando el cielo sereno y mas ardiente el sol, suelen caer de la región del aire (sin
cercanía a los montes porque no se sospeche volar de ellos) unas culebrillas o serpientes
del grosor de un dedo pulgar cuadrado y de una cuarta de largo. Son estas culebrillas
notables porque tienen la piel escamosa como de plata; no tienen extremidad sino en
ambos términos del cuerpecito diferentes cabezas con muy delicados colmillos en ambas

160
bocas y a mucha averiguación que se ha hecho en ellas no se les han rastreado ojos ni
cosa que los sustituya para que se pueda juzgar salen de naturaleza de topos aéreos.
Pero son tan venenosas serpientes estas que habiendo la industria de los naturales
hallado antídotos contra todos venenos y mordeduras de culebras, contra la de esta
nociva sabandija no se reconoce mas remedio que la tierra de San Pablo que obra mas
por la fe de quien la recibe que por oposición natural a su veneno. El padre Bartolomé
Polo afirma en la relación de su misión haber absuelto a una india que picada de una de
estas serpientes echaba sangre por ojos, oídos, narices y boca y que su desasosiego era
tal que no se podía ponderar la aflicción que padeció en su apresurada muerte.
Dice también el mismo padre que en esta provincia de Mocoa vino una ave a
quien llaman vulgarmente trompetera porque en la garganta y pico hace tan acordes (fol.
47v) asonancias como las que se forman con una ordinaria trompeta y hay muchos que la
conocen y han oído; esta se llega a domesticar y es del tamaño de una garza en lo
corpulenta, aunque no tiene el cuello ni pico tan dilatados. El color es cenicientos y que
parece remeda en algo lo que dicen de la salamandra, pues dice el padre la vio llegarse a
un fogón y comerse todas las brasas encendidas de el sin lesión alguna. Otras
naturalidades refiere de raíces y hojas tan aceptadas para medicinas que han probado en
las experiencias los indios de esta provincia que pudieran dilatar mucho esta relación.
Pero el celo que tuvo el buen padre Bartolomé Polo en la suya en la .. a tierra tan distante
y de tan dificultosa entrada en medio de gravísimos achaques que padecía le pagó
Nuestro Señor llevándoselo a su reino de vuelta de esta peregrinación en la ciudad de
Pasto con muchos merecimientos zanjados primero en mucha humildad religiosa, grande
paciencia en sus enfermedades que fueron continuas desde la juventud logrando esta
hasta su mas sazonada edad en la enseñanza de latinidad, humanidad y retórica en que
se juzgó tan eminente que sin diligencia alguna suya le honró la compañía con la
profesión solemne de tres votos.
4. Lo especial de los otros hospicios.
Ocasiones ha habido en las villas de Riobamba, San Miguel de Ibarra y Asiento
de Latacunga en que nuestros religiosos aunque pocos en número han trabajado tan
loablemente que se hiciera algún agravio a su celo si no se especificaran sus ministerios
especiales.
Primeramente en la villa de Riobamba por la cercanía que tiene a un altísimo
cerro que llaman Tungurahua, por los años de cuarenta y cuatro y cinco hubo una
desolación tan general que movió a toda la villa menos muy pocos vecinos a querer
mudad sitio del pueblo todo. Causose esta ruina por grandísimos temblores de tierra que

161
reventando el volcán de Tungurahua causó en toda esta comarca con cenizas muy
espesas que se derramaban por toda ella con el pavor natural que imprimen semejantes
demostraciones, aunque naturales, gobernadas todas por la divina providencia,
alojándose todos los vecinos por las plazas y escampados y procurando principalmente
desenojar a Dios justamente irritado por nuestras culpas con confesiones, comuniones,
penitencias en públicas procesiones; cargaron solos dos sacerdotes nuestros la principal
carga de estos ministerios porque las noches de rebato que fueron muchas las gastaban
confesando y animando al pueblo que a fuerza de los temblores y ruinas repetidas
desanimaba; los sermones, así a los naturales en su idioma como a los españoles,
corrían también por cuenta de los nuestros siendo buscados particularmente por casi
todos los que a la amenaza de Dios ablandaban sus corazones por muchos años
endurecidos.
Lo mismo sucedió por los años cuarenta y ocho en la peste universal que cundió
en toda la provincia de Quito que fueron los nuestros los que con mayor fervor socorrieron
a los enfermos, acudiendoles con toda caridad a cuales quiera (fol. 48) horas del día y de
la noche a confesar.
Pero no se puede negar que en la villa de San Miguel de Ibarra hubo en la
ocasión de esta peste tan anticipada prevención que apenas había en Quito picado el mal
cuando en premisas de que había de llegar a esta villa, se afervorizaron los padres y
trataron de veras de hacer una como misión en el pueblo mismo solicitando ocasión para
confesar a todo el anticipadamente. Fue esto con tan buen logro que con algunos
sermones que predicaron con rogativas a Nuestro Señor y procesiones confesó y
comulgó todo el pueblo con que al tiempo que llegó la peste (que fue menos rigurosa que
en el resto de la provincia) tenían solas reconciliaciones que hacer y muy pocas
confesiones; aplaudiendose esta prevención de nuestro cuidado y a porque a las
demostraciones cristianas se aplacó el rigor de la divina justicia y a porque compuestas
las conciencias con Dios esperaban con mayor seguridad de su bien la enfermedad o la
muerte.
Del asiento de Latacunga se pudiera hacer dilatada relación de lo mucho que
debe al cuidado de los dos de la compañía que en el han estado. porque demás que es
pueblo de mucha vecindad y por estar mas cercano a Quito, parece le quiere imitar en
todo lo piadoso; el cura y vicario como hijo de la compañía y que debe a su educación
muy buenas letras y muy lustroso talento de púlpito ha hecho tantos aprecios de nuestra
religión y sus hijos que les ha confiado cuanto pertenece a su obligación de la enseñanza.
Con esto no hay que admirar que llegando un religioso grave y celoso de nuestra religión

162
y reparando en los ministerios de una cuaresma en este asiento dijese que no eran mas
los que se hacían en el colegio de Quito, otro de los grandes siendo tanta la frecuencia de
sacramentos solicitada por el fervor de los padres que habían menester muy bien gastar
todo el día en el despacho de los penitentes.
En la peste ayudaron tan de veras al socorro de los enfermos y a las
demostraciones piadosas que intentaba la devoción cristiana que habiendo en Latacunga
las mismas religiones que en Quito, dos de los nuestros llevaron el mayor peso de
sermones, de confesiones y de asistencias al consuelo del afligido pueblo. En razón de
confesiones ha habido en este pueblo algunos sucesos extraordinarios habiéndose
querido Nuestro Señor servir de nuestros operarios para algunos especiales efectos de su
misericordia. Tanto que parecía estudio de la divina providencia que quien en otras
repúblicas parece que había estragado el nombre cristiano en las costumbres era traído a
Latacunga para que en la comunicación de los nuestros las mudase. Y a un sucedió a
cierto personaje que con mucho ingenio y buenas letras había tenido buenas
aceptaciones en estrados de reales audiencia, abogando que retirado a este asiento y
comunicando a uno de los sacerdotes de la compañía llegó a ser un espectáculo de
dolores y una imagen viva de paciencia; con que mejorada la opinión y a lo que se puede
juzgar de las exteriores demostraciones, con muchos merecimientos lo llevó Nuestro
Señor a su bienaventuranza.
Estos han sido muy r. p. n. los trabajos loables de los hijos de v. p. en esta (fol.
48v) provincia del nuevo reino y Quito; estos los puestos que tiene y los ministerios en
que se ocupan. No dudo quedarán en silencio otras muchas cosas que merecieran ir en
esta relación pero como se obran sin ambición, se ocultan con silencio de los que se
fatigan. Mucho cuidado ha costado el recoger los puntos que contiene esta annua y aun
se pudiera quejar el brazo de los superiores de la modestia de sus súbditos que teniendo
tanta mano para aumentar los ministerios solo parece que les falta para escribir lo que les
sucede. Ya consta a V. p. m. rda. cuan pocos sujetos están derramados en una de las
provincias mas dilatadas que tiene el orbe y cuan justisimamente debo estimar súbditos
que tanto edifican y trabajan representándolos al amor y ojos de v. p. pues a ellos
después de los de Dios miran las atenciones de todos los de esta provincia suplicándole
nos guarde a v. paternidad muy reverenda con la vida y entera salud que deseamos para
el bien de nuestra compañía, logro y aumento de sus ministerios.
Santa fe. 23 octubre 1652. Gabriel de Melgar.

163
CARTA ANNUA DE LA PROVINCIA DEL NUEVO REINO DE GRANADA DESDE
EL AÑO DE 1655 HASTA EL DE 1660.
.....
En el de Quito 68 (sujetos)
....
7. De la caridad que han usado los nuestros con los apestados.
Lastimosamente se ha infestado estos años pasados con pestes contagiosas la
ciudad de Quito y el año de 59 hubo una inmediata tras otra de sarampión, alfombrilla y
viruelas; era cosa lastimosa lo que pasaba. Echábanse de noche a las puertas de las
iglesias los cuerpos muertos de 5 en 5 y se enterraban de 20 en 20, en mas de 14
templos por espacio de dos meses que duró el contagio, y según el computo de los que
menos se alargan, llegó el número de los difuntos a 15.000. En quienes mas se cebó este
contagio fue en los miserables indios.
El amor con que los de la compañía acudieron al socorro de los apestados fue
indecible, el tesón infatigable. Todos se ofrecieron con amor y celo santo al bien de las
almas atropellando los recelos y temores de la muerte que verdaderamente amenazaba a
todos. Salían todos los días nuestros sacerdotes, corrían los barrios y las calles,
entrabanse por las casas (que ya no se aguardaba a que los llamasen ni la violencia de el
mal daba lugar a eso) para confesar los que tuviesen necesidad. Sucedía muchas veces
encontrar en algunas casas diez, veinte y mas enfermos tendidos (fol. 11) por el suelo sin
que quedase alma que pudiese ni aun darles de comer. Llavabanles los nuestros algunos
regalos y alguna medicina de nuestra botica. Dos hermanos señalaban todos los días
para cada barrio que con una olla grande iban repartiendo de comer por todas las casas.
Toda la comunidad cedió el primer plato que solían dar en el refectorio todo el tiempo que
duró la peste (que fueron dos meses) porque se diese a los pobres para que no
pereciesen por falta de sustento. Lo que fue particular providencia de Dios en esta
ocasión es que entre tantos dolientes y en tan riguroso contagio, no peligró ninguno de los
nuestros siendo tan continua la asistencia y tan inmedita la comunicación con tantos
apestados.
Algunos hubo que considerando cuan solícita andaba la muerte robando las
vidas, determinaron prevenirse con confesiones generales en buena salud porque no les
cogiese de repente tan cruel enemiga y fue esto con tan feliz acierto que a algunos les
daba el mal de la muerte el último día que acababan de hacer sus confesiones como lo

164
han atestiguado algunos operarios nuestros que tan cuidadosos trabajaron en aquel fatal
contagio.
.....
13. Fervor y fruto de nuestros misioneros.
A varias partes han ido a hacer apostólicas misiones los nuestros; a los asientos
de Latacunga y Ambato; a las villas de Riobamba y San Miguel de Ibarra, a las ciudades
de Pasto y en la provincia de los Quijos a las ciudades de Ávila, Archidona, Baeza y
puerto de Napo. En estas partes los ministerios de los nuestros fueron los ordinarios de
confesar, predicar y enseñar la doctrina cristiana. Los sucesos, aunque muchos, no tienen
especiales circunstancias que los singularicen; pero no por eso dejaré de decir algo por
mayor y de especificar también lo que pareciere mas singular.
Confesaronse algunos que había años que no lo hacían. Revalidaronse las
confesiones defectuosas, reconciliaronse algunos que estaban enemistados y también se
deshicieron algunas amistades que por torpes no convenía su continuación. Salieron
muchos de las ignorancias en que vivían con la enseñanza y doctrina de los padres que
tien era necesaria en todas partes pero principalmente en aquellas retiradas ciudades de
la provincia de los Quijos; su teniente y sus mas principales vecinos escribieron al padre
rector de Quito cartas de agradecimiento y cada una era un panegírico de lo mucho que
trabajaron los cuatro operarios que emplearon su fervor y celo ardiente en la cultura de
sus almas.
Predicando en la villa de San Miguel de Ibarra uno de los misioneros trató de la
brevedad de la vida, la incertidumbre de la hora de la muerte y la prevención que
habíamos de tener para cualquier instante en que llegase, cuan acertado era confesarnos
luego sin diferirlo al día de mañana porque ignoramos si nos hallaremos asaltados de una
muerte repentina. Y volviéndose al auditorio repitió algunas veces; que sería si alguno de
vosotros experimentase antes de mucho lo arrebatado y repentino de la muerte sin tener
lugar de confesarse. Parece que fueron profecía sus palabras porque el día siguiente
estando un hombre bueno y sano hablando con otros se cayó de repente muerto. Asustó
notablemente el caso a los de la dicha villa y con la muerte de este se consiguió el
remedio de muchos pues aquel mismo día se confesaron no pocos; pero entre ellos se
experimentó con especialidad la eficacia de este aviso en una persona cuyas lágrimas y
sollozos fueron tantos al confesarse que demás de interrumpirle las palabras, le obligaban
a levantarlas de suerte que podían oírle los circunstantes sus pecados. Y advirtiendoselo
el confesor, tan ajeno estuvo de moderarse y bajar la voz que le instó por dos veces que
le diese licencia para confesar a gritos sus culpas.

165
Vivía un hombre mal amistado en el asiento de Tacunga con una mujer de cortas
obligaciones. Llevole su dicha a oír un ejemplo a un predicador nuestro, en el cual con
vivas y eficaces razones afeaba el vicio de la torpeza ponderando los acerbos castigos
que tiene Dios vinculados a sus deleites. Tan trocado salió del sermón que habiendo
hecho una muy buena confesión se resolvió de veras a no reiterar en su delito. Pasada la
cuaresma procuró la mujercilla con todos los halagos que pudo atraerle otra vez a su
amistad; pero el con pecho cristiano la despidió constante. Ella viendo frustradas sus
trazas se quiso valer de las del demonio y convocando algunas hechiceras les descubrió
su intento, pidiéndoles remedio para rendirlo otra vez a su (fol. 18) gusto. Ellas se lo
prometieron y aplazada la noche se juntó ella con las demás a mascar la coca, diciendo
algunas palabras dirigidas a que el demonio avasallase el pecho inexpugnable del
hombre. Pasaron algunas horas en estos embelecos y como a la media noche
apartándose de las otras se saliese al patio esta miserable mujer, estuvieron
aguardándola y advirtiendo que en grande rato no volvía juzgaron que arrebatada de la
pasión del amor se habría ido en busca de su cuidado. Llegose la mañana y al salir de
aquel infame ejercicio en que habían gastado toda la noche, vieron aquella infeliz mujer
muerta y arrojado su cuerpo sobre unos grandes espinos (que en estas partes sirven de
cercas a las casas) atravesada por todas partes de las espinas con aspecto terrible, la
boca llena de la coca que es una yerba de que usan para estas marañas. Quedaron las
compañeras harto asustadas con el pavor que las ocasionó su vista y plegue a Dios
hayan quedado enmendadas.
Yendo el padre Lucas de la Cueva a Archidona en compañía de algunos indios
cristianos nuevos de la misión de Mainas, llegó a un paraje donde lo profundo de un gran
pantano no daba lugar a que los enfermos que llevaba lo pudiesen pasar a pie y así fue
forzoso el irlos pasando en un machuelo en que llevaba alguna ropa suya (porque su
estilo es caminar a pie aunque se halle con comodidad de bestias); Al segundo viaje se
quedó empantanado que pereció con el trabajo el macho; entonces dándole al padre
fuerzas de gigante su abrasada caridad, pasó a sus hombros por tan peligroso paso a los
que quedaban; hecho por cierto asistido de el cielo porque siempre tiene quebrada la
salud que donde hundió la vista un bruto superior en fuerzas por su natura le gano
haberse rendido el padre con la carga que llevaba a los hombros excede de toda
admiración pero que mucho que se expusiese a este trabajo, si en su misión tenía a los
ojos el (fol. 18v) ejemplar del buen Pastor que por riscos y montes no dudó llevar sobre
sus hombros la perdida ..

166
Estando ya el dicho padre en Archidona (puerta al presente de las misiones de
Mainas) le llamaron el año de sesenta para que confesase una india;... actualmente que
dista su casa dos leguas; todos juzgaron que no era tiempo aquel para que el padre
caminase a pie pasos tan arduos de montaña y tan peligrosos por sus continuados
barriales; pero sintiéndose movido interiormente, no dudó atropellar todos los riesgos;
llegó a la ranchería de la miserable pero ya muy dichosa y después de haberla confesado
muy a su satisfacción y administrado el sacramento de la Extrema unción entregó a su
vista el espíritu a su criador, con harto gozo del alma de nuestro apostólico operario;
pagándole Dios su trabajo con tan dichoso logro; Dio la vuelta a su casa pero tan pasado
del agua, tan cubierto de barro con las repetidas caídas que había dado en el camino que
a todos movía a compasión su vista regalándole de contado el Señor con unas calenturas
y fríos que le pusieron a lo último de la vida. De esta manera trabajan y aprecian los hijos
de la compañía aquellos que por miserables y desdichados están olvidados del mundo y
así labra el señor las coronas de sus siervos para que sean mas preciosas en la gloria.
...
15. Milagros de N. P. San Ignacio.
Tiene nuestro glorioso patriarca San Ignacio en la iglesia mayor de la ciudad de
Cuenca en la jurisdicción de Quito una capilla de mucha devoción donde las mujeres de
parto alcanzan buen alumbramiento y muchos enfermos salud. Encendiendole algunas
luces en honor de su imagen y demostración de su necesidad.
Tenía una señora (cuyo marido estaba ausente) una niña de cuatro años muy al
cabo; hallábase notablemente afligida no solo por el sentimiento que como a madre le
atormentaba pero también por el que tendría su marido con la pérdida de prenda que
tanto estimaba. En este aprieto la fue a visitar uno de la Compañía y la exhortó a que la
encomendase muy de veras a nuestro padre San Ignacio y le ofreciese encender una vela
delante de su imagen y decirle una misa. Hizo la señora la promesa con todo afecto y
sintiose luego la mejoría en la salud de la niña que estaba ya casi muerta y reconociendo
el favor de la vida y salud de la hija cumplió su promesa.
Hay una religiosa en el convento de la ciudad de Cuenca cuyos padres fueron
muy afectos a nuestra religión y lo mostraban asistiendo y regalando a los de la
Compañía todas las veces que iban a misión a la dicha ciudad. Heredó (fol. 20v) la hija
con la sangre el afecto a la religión y a su fundador y escogiéndole por su patrón y
abogado quiso llamarse de su nombre en el día de su profesión pidiéndole la ayudase a
cumplir con las obligaciones de su estado. A pocos días que emprendió la vida religiosa
dio en apurarle un accidente del corazón que de repente la asaltaba y privaba de sus

167
sentidos. Viase afligida por serle estorbo para acudir a sus comunidades y ejercicios
espirituales. Había solicitado su remedio no solo con medicinas corporales, pero con otras
de novenarios a la Virgen y a otros santos sin que en todo este tiempo se acordase de su
particular patrón y abogado San Ignacio, permitiéndolo así Dios para que mejor se
conociese la eficacia de su intercesión y para darle a su siervo esta gloria accidental. Al
cabo de tantas y tan repetidas diligencias se acordó de quien tan cerca tenía del corazón
y como corrida de su descuido le pidió perdón y remedio, alegándole que desde sus
tiernos años le había escogido por su abogado y había querido ennoblecerse con su
nombre, teniéndole en la religión por apellido y que sus achaques le estaban el acudir a
los ejercicios virtuosos de su comunidad. Acudió nuestro glorioso padre a su demanda y
estando una noche durmiendo se le apareció y la miró con rostro alegre concediola lo que
le pedía, dándole muy entera salud de que ahora goza y muestra su agradecimiento
porque le ayuna todas las vísperas de su fiesta y en su día, ella es la que acude con
ramilletes y olores enviando también aquel día la comida a nuestro refitorio.
Repetidos son los beneficios que nuestro padre San Ignacio hace en la villa de
Riobamba a las mujeres que están de parto; pero el modo singular con que sucedió este
caso es digno de memoria. A vido tres días que estaba una mujer con tan terribles dolores
que la tenían en los remates de la vida. Lastimado un pariente suyo cogió la pluma y
escribió de su mano el nombre de San Ignacio; aplicó el papel a la afligida mujer, la cual
con no pequeño asombro parió una criatura que bautizada espiró luego.
(fol. 21) Dos mujeres virtuosas pobres vivían en su casa tan acosadas de un
duende que no sabían que hacerse ni de que medio valerse para verse libres de las
repetidas vejaciones que les hacía. Quitábales la ropa que vestían, matabales las aves
que criaban colgándolas muertas por los alares de la casa y en conclusión ni comer ni
dormir ni vivir con sosiego les permitía. Dieron parte de su desasosiego al padre rector del
colegio de Quito el cual envió un sacerdote con dos estampas de nuestro santo padre y
colocándolas en los dos aposentos de las dos mujeres les dijo que tuviesen ciertas
esperanzas de que Dios por intercesión del glorioso santo las libraría de la penosa
inquietud que padecían, y viose tan presto el remedio que desde aquel mismo día se
sosegó la tormenta y volvieron a gozar la serenidad pasada en que hoy viven.
Juntemos a estos casos de nuestro santo padre otro de un hijo suyo que es el
beato Luis Gonzaga. Una mujer era notablemente combatida de pensamientos torpes y
asistiendo un día a un sermón que predicaba en nuestra casa de Quito un religioso le oyó
ponderar la pureza del beato Luis y que en toda su vida le había acometido pensamiento
menos puro. Hizo desde aquel punto la afligida mujer propósito de tenerlo por su patrón y

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comulgar todos los días de su feliz tránsito si le libraba de batalla tan porfiada. Comenzó a
cumplir su promesa y con tanta felicidad que ya su alma era un vergel de pensamientos
castos y si alguna vez le asaltaba alguno inhonesto sin dificultad alguna se burlaba del.
Hallase cada día mas reconocida y mas devota del beato Luis continuando con mas fervor
en su día las confesiones y comuniones prometidas.
...
18. Volcán con que Dios asombró a la ciudad de Quito y la redujo a penitencia.
Es pichincha un cerro en cuyas faldas está fundada la ciudad de Quito. Es un
agregado de muchos collados; pero tres se descuellan entre todos, dividiéndose en
profundos valles. En sus entrañas y senos incluye mucho fuego porque es un volcán
furioso (fol. 24) como lo ha mostrado en otras ocasiones y mas espantosamente en este
año de 1660.
El domingo, que se contaron 24 de octubre, comenzó Pichincha a mostrar como
dolores de parto o de aborto, con algunos estruendos y bramidos. Los mismos
prosiguieron el lunes; pero el martes dio mas repetidos estallidos continuados por toda la
noche los cuales fueron prosiguiendo hasta la mañana del miércoles en que se reconoció
que había abortado el volcán aquella noche del martes. Comenzó el miércoles a
oscurecerse el aire con unas espesas nubes de suerte que se vio toda la ciudad en
horrorosas tinieblas tanto que a las nueve del día apenas se podían divisar los unos a los
otros y a penas verse las manos. Y los que en esta ocasión andaban caminos afirman que
sabiéndolos muy bien, se perdieron porque no veían; y de un pobre indio dicen que se
despeñó porque no pudo ver donde ponía el pie.
De estas nubes (que se formaron en el aire y oscurecieron el Sol) cayó mucha
piedra pómez y hacía tanto ruido en los tejados y patios como lo suele hacer el más
furioso aguacero. Algunas horas duró lo molesto de esta nube sucediéndole la segunda
de arena y la tercera de ceniza, que duró continuadamente todo el día y noche del
miércoles hasta el jueves por la mañana. Las casas, las calles y los campos se llenaron
de la ceniza sin que se hallase yerba que pudiese pacer el ganado con que era forzoso
que pereciese por falta de sustento. A las aguas que entran en la ciudad, les embarrancó
la ceniza el paso segándoles los arcadreces y las que por resguardadas llegaban,
estaban tan retintas de la ceniza que a la vista y aun al sabor parecían lejía.
La obscuridad, la piedra y la ceniza se acompañaban con truenos, con estallidos
y relámpagos que se formaban de unos riscos encendidos que arrojaba el volcán y
volaban por el aire impelidos de la violencia del fuego. Demás a mas se entreveraban
algunos temblores de la tierra que aunque no duraban mucho asustaban no poco. Mirar

169
de día el cielo tan obscuro era asombro. Oír los estallidos y truenos era (fol. 24v) horror.
Ver los relámpagos o riscos encendidos que escupía el volcán era susto. Sentir los
temblores de la tierra era espanto. Caer la piedra y ceniza era temor. Pero ¿quien no
había de asustarse y temer con tales demostraciones de la ira de Dios?.
Procuraron desenojarse los vecinos por los caminos que pudieron. Acogiéronse a
los templos a pedir misericordia y hallarla en las entrañas paternales de Dios. Fue notable
el tropel de hombres y mujeres que concurrieron a confesarse. Llegábanse muchos juntos
a los confesores a pedir absolución, diciendo casi a voces sus pecados. Solo se les pedía
materia en alguna culpa para acudir a todos y por dar desahogo a tanto aprieto. Eran
repetidos los actos de contrición que hacían a voces, los gemidos, los llantos y las
lágrimas eran continuadas, reforzándose estas y aquellos cuando se estremecía el templo
con algunos temblores y cuando mas se enfurecía el volcán con los bramidos y
relámpagos persuadiéndose todos que había llegado el ultimo fin de sus vidas.
Descubriose en nuestra Iglesia el Santísimo Sacramento; tocose a plegaria. Lo
mismo hicieron las demás iglesias. Y por ser el dicho miércoles día de ayuno, casi las
más de las personas comulgaron, durando las comuniones desde las nueve del día hasta
mas de la una. Perseveraron en nuestra iglesia hasta el jueves siguiente, sin querer irse a
sus casas y muchas personas sin pasar bocado, siendo su pan las lágrimas de sus ojos.
Y aunque los nuestros les dieron el mantenimiento que había en nuestra casa, era tanta la
gente que no hubo para todos. La misma piedad se practicó en los demás conventos.
Subiéronse aquel día cuatro padres de los nuestros al púlpito y en sus sermones
exhortaron al pueblo a mayor dolor y contrición de sus pecados, declarándoles como todo
lo que pasaba al presente eran demostraciones del justo enojo de Dios y otras cosas a
propósito de la ocasión; y para que todos gozasen de la doctrina se predicó en lengua
española y también en la del inga. Fue mucho el fruto porque las palabras dichas en tal
tiempo movían (fol. 25) mas que en otros a la contrición, al dolor y sentimiento de las
culpas pasadas.
Con estas penitencias se ablandó algo la divina justicia y digo algo porque no fue
del todo. Amaneció el jueves 28 de octubre en que se gozó de la luz pero envuelta
siempre en otras nubes de ceniza que por menos densas no embarracaban del todo sus
rayos. A este modo prosiguió los días siguientes hasta el de todos los Santos; viéndose a
ratos descubierto el Sol y otros perturbándose con las nubes de ceniza que se levantaban
a cualquiera viento y parece milagro (o por mejor decir) misericordia divina que no se
hayan caído las casas con la muchedumbre de cenizas y piedras pómez que han llovido
sobre ellas. También se fueron continuando los temblores, unos mas violentos que otros,

170
habiendo días de tres y de cuatro. Repitiéronse también los estallidos de los nuevos
abortos del volcán, pero no con aquel rigor del día del miércoles.
Con estas treguas de benignidad que concedió el cielo a los vecinos, tuvieron
lugar de hacer mas diligencias para granjear del todo la divina misericordia. Hicieron todas
las religiones sagradas por sus antigüedades muy devotas procesiones. Era de ver la
modestia y silencio con que tanto número de gente iba en ellas sin que se oyese una
palabra ni alguno se atreviese a levantar desmedidamente la vista. Las penitencias eran
muchas. Unos llevaban cruces en los hombres, otros iban derramando con disciplinas su
sangre, otros iban ligados los cuerpos y brazos con fuertes sogas y desnudos de la
cintura para arriba y todos universalmente descalzos de pie y pierna. Unos arrastraban
grillos y cadenas, otros sogas que llevaban pendientes del cuello, que pisadas, era fuerza
les diesen congoja y dolor al pasar adelante con tanto tropel de gente; otros iban aspados
y puestos en cruz. Y no solo hacían estas penitencias los hombres sino también las
mujeres, no solo los plebeyos sino también los nobles. Muchos sacerdotes iban descalzos
sin sombreros ni manteos. Y finalmente todos dieron demostraciones de su dolor y
sentimiento y el cielo les llenaba las cabezas y vestidos de ceniza para que no faltase a
su espíritu (fol. 25v) esta demostración de su penitencia.
De esta manera este año de 660 parece que tuvo segunda Semana Santa; pero
mas devota y mas fervorosa que la primera y que otras antecedentes. Los que no se
habían confesado en muchas cuaresmas lo hicieron en este tiempo. Reformaron las
confesiones que en lo material quedaron no enteras el miércoles dicho por la prisa. Y
muchos no se contentaron con hacer las confesiones desde la última sino generales de
toda la vida. Los que antes huían de los sacramentos se confesaron seis y ocho veces y
comulgaban muchos casi todos los días. De suerte era esto que veinte sacerdotes que
había en nuestro colegio de Quito asistían por este tiempo en el confesionario desde las
seis de la mañana hasta la noche, sin que casi se pausase en dar la sagrada comunión
en las misas que se decían en el altar mayor hasta las once o doce del día; y así hubo día
en que llegaron las comuniones a mas de mil y ciento. Esto digo de lo que pasaba en
nuestra iglesia, que a las demás acudía también mucha gente a confesar y comulgar.
Prosiguieronse en nuestra iglesia las rogativas, descubierto en Santísimo
Sacramento a que asistía toda la comunidad, rezando la letanía de los Santos y otras
oraciones muy de la necesidad y del tiempo. Luego que dio lugar el tiempo, llevaron de su
iglesia a la Catedral la imagen de Nuestra Señora de Guápulo que es el refugio general
de toda la ciudad de Quito en sus aprietos y la que con mas milagros les socorre en sus
tribulaciones.

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Muchas vidas se reformaron estos días (plegue a Dios dure para siempre su
enmienda) porque las cenizas del volcán sirvieron de colirio a los ojos y los bramidos del
Pichincha fueron voces de Dios que despertaron las almas del letargo en que
miserablemente yacían. Personas hubo que buscaron a sus enemigos y se reconciliaron
con ellos cuanto antes no podían verlos ni aun oír sus nombres sin rencor y enfado.
Muchos torpemente amistados con mutuo consentimiento se despidieron y del todo se
apartaron y con mas veras aquellos a quien la noche del miércoles cogió con el hurto en
las manos, reconocidos de que Dios (fol. 26) pudiendo haberles quitado repentinamente
la vida, les dejó con ella para la enmienda. No pocas personas espontáneamente
quemaron algunos instrumentos supersticiosos de que usaban para sus aventuras (o por
mejor decir) desventuras. Y por concluir en una palabra los sucesos de estos días, digo
que todo fue asombro y temor, todo penitencia y devoción.
Esto es lo que he podido recoger en el tiempo de mi gobierno y ... de los trabajos
y haceres de los hijos de v. p. en esta provincia del Nuevo Reino si bien lo principal que
toca a las misiones no ha llegado hasta ahora por estar tan distantes, procuraré remitir en
la carta... que hubiere a v. p. a.. nos eche a todos su bendición y que ....
Febrero 20 de 1661. Siervo de V. p. en el señor. Hernando Cabero.

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