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La siguiente imagen es una tabla de multiplicar normal, con los productos de los
diez primeros números, del 1 al 10, a la que se ha añadido además los productos
por cero, es decir, todo ceros, por lo que resulta una retícula cuadrada con 11 filas
y 11 columnas.
Una vez que disponemos de la tabla de
multiplicar, del tamaño que se considere
oportuno, se trata de colorear cada celda
de la misma en función de si el número de
la celda es, o no, múltiplo de un número o
de alguno de los números seleccionados.
El caso más sencillo sería dar color a los
múltiplos de un número, por ejemplo, el
2 y dejar sin color, o utilizar otro distinto,
para los que no son múltiplos de 2,
obteniendo así el siguiente patrón, que es
muy sencillo.
Así las zonas básicas de los casos en los que se consideran los múltiplos de los
números 4, 6 y 10, que son producto de dos primos (iguales o distintos), son las
siguientes.
Y si el número considerado es múltiplo de más números primos (iguales o
distintos), como el 12, que es igual al producto 2 x 2 x 3, se complica un poco más
el entramado. Veámoslo.
Otro ejemplo es el siguiente, en el que se muestra la zona básica del número 30,
que es igual al producto 2 x 3 x 5.
Como vemos la estructura se enriquece en función de la cantidad de números
primos que generan el número cuyos múltiplos se están coloreando.