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preescolares
Fracaso escolar, problemas de socialización y de adaptación, son algunos de los conflictos que
pueden surgir si no se maneja a tiempo la agresividad en los niños.
Antes de saber cómo manejar las situaciones de agresividad en los niños preescolares es necesario
entender que la agresión es parte natural de la vida de todo niño y ayuda al desarrollo de la capacidad de
autodefensa. Puesto que se encuentra dentro del campo de las emociones, también es una forma de
comunicación a través de la cual el niño expresa que no se encuentra a gusto en una situación dada.
De acuerdo a Fernanda Orrego, Sicóloga Infantil de Vidaintegra, cuando se habla de agresividad, se está
hablando de conductas asociadas a sentimientos de rabia como el intento de hacer daño, físico o
psíquico, a otra persona. En los niños más pequeños las manifestaciones más comunes son empujones,
patadas, gritos, mordidas o tirón de pelo recurrentes.
Sin embargo, montos exacerbados de conductas agresivas y sentimientos de rabia podrían indicar que
algo no se encuentra bien en la vida del niño y que necesita ayuda. Lo que debe ser manejado en la
infancia para evitar problemas en el futuro cómo fracaso escolar, dificultades de socialización y de
adaptación, baja autoestima, incapacidad para cumplir normas, etc.
EL ROL DE LA FAMILIA
De acuerdo a la sicóloga, la familia es el pilar fundamental en el desarrollo sociocultural del niño. Es su
modelo de comportamiento y conducta y uno de los factores más influyentes en la expresión de la
conducta agresiva. Los padres son el modelo admirado por los niños pequeños y buscarán ser similares a
ellos. “Un niño que vive en un ambiente de agresividad llámese físico o psicológico lamentablemente
tenderá a replicar esos patrones”, enfatiza la profesional.
Entre los factores externos que pueden influir en la conducta agresiva, la especialista menciona; el tipo de
barrio y niveles de violencia, las amistades y relaciones con pares, estilos de enseñanza de los
cuidadores a cargo, estados de mala nutrición, problemas de salud, entre otros.
De acuerdo a la psicóloga Fernanda Orrego existen muchos factores que pueden incidir en la conducta
agresiva.
La imitación
Los niños copian modelos, cuando existe en la familia, escuela, o entorno cercano, personas que agraden
física o verbalmente, ellos inconcientemente y erróneamente aprenden que ésta es la manera de resolver
las cosas y conseguir lo que quieren.
Falta de límites
Los niños necesitan de normas y límites. Aquellos niños que no poseen límites en casa tienden a
angustiarse más y sentir que pueden hacer lo que quieran sin importar las consecuencias y los
sentimientos de los demás.
Incongruencia en el comportamiento de los padres
Cuando los padres recurren a la agresión física o amenaza para enseñar que está mal agredir a otros,
existe un mensaje contradictorio. Al mismo tiempo cuando una misma conducta algunas veces es
castigada y otras ignoradas, los niños se confunden y pueden mostrar su confusión como enojo o
conductas agresivas.
Falta de afecto
Este punto es uno de los más importantes. Los niños sobre todos los más pequeños necesitan del afecto
de sus padres, necesitan sentirse, queridos, protegidos, acogidos y comprendidos.
El autocontrol
Enseñarle a los niños alternativas adecuadas para descargar su agresividad es fundamental. Por ejemplo,
es inadecuado pegarle a otro niño y es adecuado ir a decirle a la profesora u otro adulto que esta enojado
porque su compañero le quitó su juguete.