Cómo conducir los finales - Znosko-Borovsky - Prof. J.L.

Matamoros
DAMAS Y VARIOS PEONES de otro peón, o en un nuevo avance
de un peón. Pero estando oculto en
Para juzgar el valor relativo de un rincón, el rey defensor requiere
las posiciones, debemos proceder, además la protección de su dama,
como en otros finales, a examinar y entonces dos piezas quedan fue-
separadamente primero la situa- ra de acción, y el atacante tiene el
ción de los reyes, de los peones y campo a su disposición.
finalmente de las damas. Las carac- En el Diagrama Nº 47, ambas
terísticas de las damas conceden a damas son igualmente activas, y
esta valuación un aspecto nuevo parece existir poca diferencia entre
que hay que tomar en considera- las respectivas formas de peones.
ción si deseamos evitar errores de Pero el rey blanco se halla entera-
apreciación. Por ejemplo, hemos mente seguro, mientras que su rival
comprobado que la ubicación cen- está “en el aire” y expuesto a toda
tral del rey es de inestimable valor clase de ataques, de manera que
para el triunfo final, pero con las las amenazas de la dama blanca
damas sobre el tablero, el rey en el son mucho más serias que las de la
centro se halla expuesto a los pe- dama negra.
ligros del jaque perpetuo y puede DIAGRAMA Nº 47
comprometer las chances de victo-
ria.
Un rey bien cubierto, inmune
a los jaques de la dama, es en sí mis-
mo una ventaja, pues su inmuni-
dad permite al bando ventajas que
puedan ser obtenidas. Cuando el
rey cuenta con un refugio, seguro,
existe por otra parte la desventaja
de que la dama debe sostener la ba-
talla por sí sola, y frecuentemente
el rey tiene que salir en el momen-
to oportuno a apoyar el avance de Maroczy v. Marshall
un peón. En consecuencia, el jaque Carlsbad, 1907
perpetuo no atemoriza al bando El final es largo y laborioso,
débil, aunque una larga serie de ja- por lo cual nos conformamos con
ques puede resultar en la ganancia mencionar la continuación sola-

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mente: En el Diagrama Nº 48, el rey
1.£f8 e5 2.£g8+ ¢h6 3.h4 negro tiene una ubicación central
£f2 4.£f8+ ¢g6 5.h5+ ¢xh5 expuesta, y además su peón b se en-
6.£g7 £d2 7.£xh7+ £h6 8.g4+ cuentra atacado; por ello, no deberá
¢g5 9.£xc7 ¢f4 10.£xb7 £h1 atender a su propia seguridad, sino
11.£b4+ ¢xf3 12.£xd6 ¢xg4 defender al peón indirectamente,
13.c4 e4 14.c5 f5 15.c6 £h8+ 16.c3 por medio de 1...¢e6; amenazando
e3 17.£g6+ ¢f4 18.c7 e2 19.£e6 el cambio de damas.
¢f3 20.£xf5+ ¢g2 21.£g4+ Si ahora 2.£xb5, entonces
¢f2 22.£f4+ ¢g2 23.£e3 ¢f1 2. ...£g2+ 3.¢h5 £f3+; seguido
24.£f3+. (la maniobra bien cono- de e2. Por ello las blancas se deci-
cida en los finales de dama con- den a entregar un peón para que
tra peón); 25. ...¢e1 25.£f4 £c8 su dama aumente su movilidad y
26.£d6 ¢f2 27.£d8 e1 28.£xc8 pueda amenazar un jaque perpe-
£d2+ 29.¢a3 £c1+ 30.¢a4 £f4+ tuo. 2.f5+ £xf5+ 3.¢g3 e2 4.£c3
31.c4 y las negras abandonaron. £f1 5.£e3+ ¢f7 6.£a7+ ¢g6
Cuando el rey se encuentra 7.h5+ ¢xh5 8.£h7+ ¢g5(ahora
en una situación expuesta es mejor comienza un largo viaje a través
utilizarlo para apoyar los avances del tablero, para apoyar al peón
de peón, intentando siempre efec- pasado); 9.£g7+ ¢f5 10.£f7+
tuar el cambio de damas. ¢e5 11.£e7+ ¢d5 12.£b7+
¢d4 13.£b6+ ¢e4 14.£c6+ d5
DIAGRAMA Nº 48 15.£e6+ ¢d4 16.£b6+ ¢d3
17.£xb5+ ¢c2. Las blancas aban-
donaron, pues tras un jaque en c6
o c5, el rey negro escapa a b2 b1,
respectivamente, y el peón corona.
Al comparar a las dos damas,
la mayor actividad de una de ellas
significa una ventaja considerable.
La dama enemiga es reducida a la
defensiva, y el rey obtiene inmedia-
tamente plena independencia de
acción, embarcándose en la lucha
con la misma libertad que los peo-
Samisch v. Nimzowitsch nes.
Carlsbad, 1923
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Así pues, en el diagrama Nº 49, 23.£a7+ ¢f3 24.£xa2 £f1+
la dama blanca es reducida a la de- 25.¢h2 £f2+ 26.£xf2+ ¢xf2, ga-
fensa de sus peones y como protec- nando.
ción contra el mate. Es un valioso capital tener la
DIAGRAMA Nº49 dama en una situación dominante,
y el agregado de una pequeña ven-
taja cualquiera puede ser decisiva.
No significa ello que sea fácil sacar
provecho de tal estado de cosas;
puede ser requerido reducir la ac-
tividad de la dama enemiga, explo-
tar la posición insegura del rey o
de una formación desarticulada de
peones.
DIAGRAMA Nº 50

Marshall v. Maroczy
Ostende, 1905
Gradualmente sus movidas se
van agotando y las blancas pronto
se ven compelidas ante el avance
de los peones hostiles a ceder uno
de los suyos y buscar la salvación
en un posible jaque perpetuo, el
último recurso para el bando más
débil en tales posiciones. El juego
se desarrolla como sigue: 1...£d1+ Lissitzin v. Capablanca
2.£e1 £d3+ 3.¢g1 £c2 4.£a1 a5 Moscú, 1935
5.g3 a4 6.f4 ¢g8 7.h3 h5 8.h4 ¢g7 En el Diagrama Nº 50, la dama
9.¢h1 £f2 10.£g1 £xb2 11.£c5 negra ocupa el mejor puesto po-
b4 12.f5 exf5 13.e6 bxa3 14.exf7 sible; no solamente se halla en el
¢xf7 15.£c7+ ¢e6 16.£c6+ centro, bloqueando un peón ais-
¢e5 17.£xa4 a2 18.£e8+ ¢d5 lado, sino también ataca simultá-
19.£d7+ ¢e4 20.£c6+ ¢e3 neamente tres peones enemigos, lo
21.£c5+ £d4 22.£a3+ £d3 cual torna precaria la situación de

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la dama blanca, que se encuentra cuanto más fuerte y más avanzado
casi en “zugzwang”, pues protege se halla, más brillantes son nuestras
todos los peones desde b2, y por posibilidades; pero si está bloquea-
ello se ve impedida para maniobrar. do, como en el último ejemplo,
De la misma forma que en el puede ser motivo de mucha ansie-
ejemplo precedente, las negras ex- dad. Dos peones pasados, especial-
traen ventaja de la situación redu- mente si están protegidos y unidos,
ciendo cada vez más las movidas conducen casi infaliblemente al
utilizables por el oponente: 1...¢e6 triunfo; aún es posible sacrificar
2.h4 f6 3.¢e3 £c4 4.g3 g5 5.hxg5 peones en otro lugar si ello signi-
fxg5 6.£h2 (las blancas se ha- fica el desplazamiento de la dama
llan en dificultades y escasamente adversa y, en consecuencia, mayor
cuentan con jugadas realizables), libertad para nuestros peones.
6. ...£b3+ 7.¢e4 g4 (amenazan- En general, el sacrificio de un
do mate con £f3); 8.£e2 £xg3 peón en un final de damas, impli-
9.£c4+ ¢e7 10.£c8 £f3+ 11.¢e5 ca menos riesgos que en cualquier
£f6+ 12.¢d5 £d6+; y las blancas otro tipo de finales, por las razones
abandonan, en vista de la amenaza explicadas respecto a la pobre figu-
£e6+. ra presentada por un peón ante la
Volviendo sobre las caracterís- poderosa dama. Una ventaja posi-
ticas de una formación de peones, cional, tal como un peón pasado
esta deberá conformar a los reque- avanzado, es a menudo de un valor
rimientos usuales. muy superior. En otros tipos de fi-
Los peones aislados y amplia- nales es posible sacrificar la última
mente dispersos, causan las ma- pieza por un peón avanzado, y lue-
yores molestias, pues es contra ta- go luchar con los restantes peones
les peones que la dama ejerce con contra una pieza; pero, ¿qué pue-
más éxito su fuerza. Una posición den hacer aun tres peones contra la
compacta de peones es mucho más dama? Sería una empresa desespe-
deseable, pues no ofrece oportuni- rada, excepto en posiciones de fan-
dades a la dama enemiga, y el rey tasía. Si en lugar de un peón pasado
defensor puede encontrar allí asilo; hubiera dos, y estuvieran unidos,
además esta formación brinda a ve- existe la ventaja adicional de prote-
ces chances de triunfo. ger con ellos al rey contra un jaque
Una parte importante es repre- perpetuo. En reciprocidad el rey
sentada por el peón pasado, pues puede ser mas efectivo apoyando

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su avance.
DIAGRAMA Nº 51
Maroczy v. Janowski
Londres, 1899
Las negras, en el Diagrama
Nº 51, se encuentran en gran des-
ventaja a causa de la amenaza de
avance de los dos peones pasados,
mientras su peón aislado se halla
detenido en el medio del tablero. Se
deciden entonces a emprender un
ataque contra los peones del flanco
rey, pero las blancas resueltamente
los sacrifican, venciendo por me-
dio de un rápido avance de uno de
sus peones pasados 1...£h2 2.b5
£xg2+ 3.£e2 £xh3 4.b6 £d7
5.£c4 ¢g6 6.£c7 £e6 7.£c2+
f5 8.£b3 £e5 9.b7 £b8 10.¢d3
¢f6 11.£b6+ ¢e7 12.£xh6 £e5
13.£h7+ ¢e6 14.£g8+ ¢e7 15.b8
£e3+ 16.¢c4 £c3+ 17.¢b5, y las
negras abandonaron.
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DIAGRAMA Nº 52
Maroczy v. Bogoljubow
Otro sacrificio vemos en el
Diagrama Nº 52, pero con un moti-
vo diferente, o sea obtener un peón
pasado; la importancia del proce-
dimiento lo hemos ya destacado.
Las blancas poseen un peón extra,
pero está retrasado y no tiene par-
te importante en el juego; no pue-
den tampoco capturar el peón c6
a causa del jaque perpetuo de que
se hallan amenazadas. Se deciden
entonces a obtener un peón pasado
sacrificando el peón retrasado, pero
su avance requiere mucha pruden-
cia, pues la amenaza del jaque per-
petuo esta siempre latente: 1.b5
cxb5 2.c6 £c2 3.£d5 ¢h6 4.£d6
£c4 5.c7 ¢h7 6.£d7 £f4+ 7.¢g1
£c1+ 8.¢f2 £c5+ 9.¢e2 £c2+
10.¢e3 £c5+ 11.¢e4 (las blancas
se ven sometidas ahora a una serie
de jaques, pero han visto el camino
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para escapar. Hemos examinado ya jaque perpetuo, amenaza a la fu-
varios ejemplos de viajes similares tura dama coronada por el peón c
a través del tablero); x6. ... £f4+ enemigo y coopera en la amenaza
7.¢g1 £c1+ 8.¢f2 £c5+ 9.¢e2 de mate con su nueva dama en po-
£c2+ 10.¢e3 £c5+ 11.¢e4, y las tencia); 1. ...c2 2.f7+ ¢c7 3.f8=£
negras abandonaron, pues el rey es- £c3+ (el peón c no debe ser coro-
capa hacia b7 u d8. nado a causa, del mate en cuatro
DIAGRAMA Nº 53 jugadas); 4.¢h2 c1=£ (la dama
blanca de g5 controla d2); 5.£gd8+
¢c6 6.£fe8+, y el mate en dos ju-
gadas no puede ser impedido.
DIAGRAMA Nº 54

Dr. Vidmar v. Yates

Hastings, 1925
En el Diagrama Nº 53, las
blancas poseen una gran ventaja
en los dos peones pasados, bien
avanzados y bien apoyados. De los
peones negros avanzados, uno está
perdido, y aunque el otro lograra
coronar, su rey se halla en tal situa-
ción que es amenazado de mate.
Por otra parte, las blancas, explo-
tando la idea geométrica, pueden
forzar el cambio de damas quedan-
do con un peón extra: 1.£g5 (una
movida muy fuerte que tiene varios
objetivos: protege al rey contra un
Dr. Alekhine v. Maroczy
Nueva York, 1924
Las blancas poseen un peón
mas en el Diagrama Nº 54, y sacri-
ficando sus peones del flanco rey
obtendrían un peón pasado en el
flanco dama, que habría ganado
fácilmente. Aun habiendo omitido
este camino, todavía podían haber
triunfado, pero a causa de un des-
cuido momentáneo resultan vícti-
mas de un jaque perpetuo que su

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adversario obtiene por medio de
un astuto ardid: 1.f3 £h1+ 2.¢f2
£d1 3.£c8+ ¢g7 4.£xb7 (el
error decisivo; con 4.£c3+ segui-
do de 5.£d4, habrían mantenido
las chances de victoria); 4...£d2+
5.¢g3 d4 (he aquí la trampa; este
peón avanzado, si no es capturado,
puede llegar a ganar la partida);
6.exd4 £g5+; y tablas por jaque
perpetuo.
Nuestro tema se halla lejos de
estar agotado; pero por lo menos
hemos presentado ejemplos de los
tipos más representativos de esta
clase de finales, de la forma de tra-
tarlos y el procedimiento a ser se-
guido por cada bando. Lo que más
requieren estos finales es paciencia;
en un final entre Keres y Alekhine
fueron necesarios 45 movimientos
para llegar a una decisión. Natural-
mente, además de paciencia es pre-
ciso aportar ideas.

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