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No es extraño que las interpretaciones realizadas por las personas acerca de una situación
difieran mucho entre sí. Que donde alguien ve un error, otro vea una solución y un tercero
no vea nada. En los inicios del siglo XXI, gracias a la biología del conocimiento, se sabe que
los seres humanos no podemos acceder a la "realidad". Lo único que tenemos son nuestras
interpretaciones de lo que percibimos, pues vemos las cosas con ciertos criterios de
percepción y motivaciones. Algunas veces caemos en "visión de túnel": la gente deprimida
selecciona elementos que sugieren pérdidas, los ansiosos seleccionan peligros y los
coléricos, evidencias de injusticia. Otras veces somos presa del "pensamiento polarizado" y
percibimos todo en forma extremista: las cosas son excelentes o pésimas, sin puntos
intermedios. Peor aún, podemos manejar una "visión catastrófica": siempre a la espera del
desastre y que ocurra lo peor.
En general, cada cual percibe la realidad de acuerdo con sus propios valores, creencias e
ideología. Es decir, nuestras interpretaciones no son la única verdad. Otras personas pueden
observar lo mismo y ver cosas distintas. Así, por ejemplo, cuando leemos un "diagnóstico
organizacional", lo que tenemos no es una descripción de "lo que ocurre en realidad", sino
solo una expresión de la manera de observar las situaciones que tiene el autor del
diagnóstico.
El "coaching ontológico" (de "onto", el estudio del ser) estudia las formas que tienen las
personas, grupos y organizaciones de "ver las cosas" e interpretar sus problemas. La forma
de ser de las personas es clave, pues influye en los problemas que encaran o evitan y las
posibilidades que se les abren o cierran. Por otra parte, para la "ontología del lenguaje", las
personas y las organizaciones se construyen en el lenguaje, visto como una coordinación de
acciones para alcanzar las metas, con base en tres principios:
1. "No sabemos cómo son las cosas. Solo sabemos cómo las observamos o las
interpretamos. Vivimos en mundos interpretativos".
2. "No solo actuamos de acuerdo a cómo somos, también somos de acuerdo a cómo
actuamos. La acción genera ser".
3. "Los individuos actúan de acuerdo con los sistemas sociales a los que pertenecen.
Pero a través de sus acciones, aunque condicionados por estos sistemas sociales,
también pueden cambiar tales sistemas sociales".
La misión de un "coach"
Áreas de cambio
Si nos preocupa hoy más que nunca el "liderazgo", entonces es necesario recordar que nadie
hace bien las cosas obligado, de modo que la esencia del liderazgo es la elección: el poder
"emocionar a otros" para que quieran ser parte de un proyecto (que elijan ser parte de este).
Mediante el sueldo, podemos comprar el tiempo de un trabajador no manual, pero nunca su
compromiso ni su capacidad de hacer cosas excepcionales por un proyecto con el cual está
realmente comprometido.
Debemos entonces preguntarnos: ¿qué nos hace pensar que las personas se comprometerán
con una orden? Recordemos que la empresa tradicional se regula a través del mando (la
figura de autoridad, el jefe) y el control (emocionalidad del miedo). Pero al trabajador de
conocimiento, no manual, el miedo lo frena: limita su capacidad de innovar, experimentar,
correr riesgos y rendir más. Por temor al castigo, huye del compromiso. La clave es desplazar
el miedo y sustituirlo por la emocionalidad de la confianza y la autonomía responsable. Aquí,
el "coaching ontológico" propone cosas como: