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Jesús es un Maestro que escucha y dialoga

En su cultura oral, Jesús aprendió su indispensable actitud de la escucha.

Oyó la palabra de Dios a partir de la transmisio0n familiar, recibida desde pequeño y la


siguió escuchando toda su vida. El evangelista Lucas sitúa a Jesús en medio de los
doctores de la ley, escuchándoles y haciéndoles preguntas (Lucas 2:4).

Tal como aprendió a escuchar a Dios. asimismo, Jesús supo escuchar cordialmente todos
los que entraban en con El.

Jesús es el maestro que conoce y ama personalmente a sus discípulos y los entiende y
respeta, les invita a pensar y se abre al dialogo, cuando por ejemplo el habla sobre las
parábolas, que pueden ser consideradas como verdaderos elementos de dialogo.

Jesús cultivo muy bien el arte de dialogar y escuchar a sus discípulos, Él sabía hacer
preguntas muy adecuadas a las personas. Preguntas que los enseñaron a mirar la vida de
otra manera.

Asus discípulos, hombres simples, les enseño con interrogantes con interrogantes
sencillos a plantearse cuestiones vitales y profundas. Cuando se disputaban quienes
serían dignos de ser elegidos los primeros en el Reino: Santiago y Juan se acercaron a
Jesús y le dijeron: Maestro, queremos que no concedas lo te vamos a pedir. Él les dijo
¿Qué quieren de mí? (marcos 10:35) también mateo recoge la escena ¿pueden ustedes
beber la copa que yo tengo que beber.? (mateo 20:22). La pregunta abre un dialogo, que
espera una respuesta, una palabra del otro.

Jesús como maestro queremos hacer alusión a un hermoso pasaje de la encíclica de


Benedicto XVI sobre la virtud de la esperanza.

Jesús como el auténtico maestro que enseña el arte de vivir. En general, por filosofía no
se entendía entonces una difícil disciplina académica, como ocurre hoy. El filósofo era
más bien el que sabía enseñar el arte esencial: el arte de ser hombre de manera recta, el
arte de vivir y morir. Esto hacía buscar con más ahínco a quien supiera indicar
verdaderamente el camino de la vida. Tanto las personas cultas como las sencillas
encontraron a Cristo: Él nos indica el camino y este camino es la verdad. Él indica
también el camino más allá de la muerte. Él es un verdadero Maestro de Vida.
ELEMENTOS DE LA PEDAGOGIA DE JESUS:

RECURSOS, MÉTODOS Y ESTILO

Una vez realizada la tarea de indagar en los evangelios sobre la figura y características
de Jesús como Maestro, nos detenemos a examinar el estilo, los métodos y los
recursos que Él utilizaba en su misión evangelizadora, como anunciador y presencia del
Reino entre los hombres

Continuamos abriendo el nuevo testamento, especialmente a los cuatro evangelistas,


para perfilar el que tenía Jesús para instruir alos que le seguían.

Jesús de Nazaret es el Maestro por excelencia. En su vida desarrolla una verdadera


vocación pedagógica que concretiza en su ministerio. Nos preguntamos: ¿Cómo enseña
Jesús?, ¿Qué recursos utiliza?, ¿Cuál es su estilo y los métodos que usa para comunicar
sus enseñanzas? Buscamos las respuestas a estos interrogantes siguiendo las huellas
de los evangelios que son ricos en alusiones acerca de este tema, que nos lleva a mirar
a Jesús Maestro, como un paradigma para el educador en la fe, en el mundo de hoy.

Desde muy pequeño, Jesús fue un niño observador y atento a todo lo que veía y
escuchaba. Seguramente habría hecho muchas preguntas, como todos los niños, y
habría analizado cada cosa con curiosidad. Aprendió a observar la realidad y desde ella
fueron brotando sus imágenes y metáforas, sus narraciones sugerentes y sus
interpelaciones históricas. Los contemporáneos de Jesús sabían que Él no era un
maestro de la ley. No había estudiado con ningún maestro famoso. No procedía de
ningún grupo destinado a interpretar las Escrituras. Jesús se movió en medio del pueblo.
Habla en las plazas, en los descampados, junto a los caminos y a orillas del lago. Tiene
su propio lenguaje y un mensaje también propio. Para comunicar su experiencia del
Reino de Dios, narra parábolas que abren a los oyentes a un mundo nuevo. Para
provocar a la gente a entrar en la dinámica de ese Reino, pronuncia sentencias breves
en las que resume y condesa su pensamiento.

Él hablaba y enseñaba a la gente y a sus discípulos utilizando recursos que facilitaban la


memorización de sus enseñanzas. Unas veces utilizaba dichos rítmicos, otras veces
repetía el mismo esquema y con mucha frecuencia recurría a pequeños relatos tomados
de la vida cotidiana que aún hoy nos resultan muy fáciles de recordar.

LOS GESTOS DE JESUS COMO RECURSO DE


ENSEÑANZA
Se puede afirmar que dentro de la cultura de la época en que Jesús vivió, una de las
cosas que llamaba la atención y que causaba gran asombro entre sus contemporáneos
era que su enseñanza no quedaba reducida únicamente al discurso, sino que sus
palabras iban acompañadas de gestos, que resultaban salvadores para quienes los
recibían, pero que chocaban fuertemente con las tradiciones y costumbres de su tiempo.
• Se le acercó un leproso, y él, “extendiendo la mano, le tocó y le dijo: «quiero, queda
limpio» (Mt 8,3).

• Le seguían dos ciegos: "entonces tocó sus ojos, diciendo: «hágase en vosotros según
vuestra fe» (Mt 9,29).

• Y "le presentaban a los niños para que los tocase... y abrazándolos, los bendijo
imponiéndoles las manos" (Mc 10,13).

• A la suegra de Pedro "le tocó la mano y la fiebre la dejó" (Mt 8,15).

• Al sordomudo "le metió los dedos en los oídos y le tocó la lengua, diciendo: «effeta,
ábrete» (Mc 7,33).

• Al criado herido por Pedro, Jesús, "tocándole la oreja, le curó" (Lc 22,51).

• A un leproso que le suplica: Sintiendo compasión, Jesús extendió la mano y lo tocó


diciendo: «Quiero, queda limpio» (Mc 1, 40-41)

. • A un sordomudo: “Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los


dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua” (Mc 7, 33).

• A un muchacho poseído por un espíritu inmundo: Pero Jesús, tomándolo de la mano,


lo levantó, y el muchacho se puso de pie” (Mc 9, 27).

• A la niña del jefe de la sinagoga "le tomó de la mano y ésta se levantó" (Mt 9,25).

• Al ciego de nacimiento "hizo un poco de lodo y le untó sus ojos" (Jn 9,6).

Los evangelistas destacan la intencionalidad de Jesús y recuerdan también las


implicaciones legales que esto supone; pero Jesús no teme hacerse impuro por el
contacto con quienes la ley consideraba como tales, ya que tiene plena claridad de que
“lo que hace impuro al hombre es lo que sale del corazón” (Mc 7,14-23). Al tocar
físicamente a los excluidos de la sociedad, Jesús los recibe y los acoge, rompiendo con
la alienación en que se encontraban.

El tocar de Jesús tiene un significado profundo: es la mano de Dios que se hace cercana
y visible en su Hijo, que sana, bendice, protege, comunica vida, perdona y da seguridad
LOS MÉTODOS Y LAS TÉCNICAS DE ENSEÑANZA DE
JESUS MAESTRO.
Que Jesús vino a enseñar es un dato en el que coinciden los cuatro evangelistas quienes
colocan la actividad pedagógica desde el inicio del ministerio, Al comienzo de su
evangelio, Marcos nos cuenta que "entraron en Cafarnaúm, y el sábado entró Jesús en la
sinagoga y comenzó a enseñar” (Mc 1, 21), y que su doctrina causaba admiración entre
quienes lo escuchaban.

Del mismo modo los evangelistas finalizan sus relatos con la exhortación de Jesús
enviando a sus discípulos a predicar y a enseñar el mensaje recibido. «Id y haced
discípulos a todas las naciones, y enseñándoles» (Mt 28, 19-20).
Al leer los evangelios desde una perspectiva pedagógica encontramos una gran
diversidad de métodos empleados por Jesús. Métodos que fueron respuestas concretas a
experiencias a las cuales Él quería responder. En Jesús lo teórico y lo práctico se
entrelazaron. Para el Maestro la experiencia no fue relato trivial e insignificante, sino punto
de partida para entender la situación teológica y existencial en que se encontraban sus
discípulos. Para sintetizar los recursos y métodos que Jesús utiliza consideramos
solamente aquellos que nos resultan más sugerentes e inspiradores para nuestra tarea
docente, ya que en el desarrollo de su magisterio recurre a múltiples recursos y
estrategias metodológicas que contienen un gran valor.
Entre los métodos empleados señalamos y nos detendremos a explicar los siguientes:
sentencias, imágenes, preguntas, parábolas, citas de la escritura y del judaísmo,
enseñanza situacional.
Las sentencias y los dichos
Este método utilizado por Jesús para comunicar sus enseñanzas aparece en los dichos
recogidos por los diferentes evangelistas en sus escritos. Es preciso señalar que las
sentencias tienen una larga historia en el mundo judío, así como en las culturas de
transmisión oral. En las sentencias encontramos unos rasgos característicos que ayudan
a que permanezcan en la memoria. Subrayamos: la rima, los contenidos y las imágenes
significativas. Es lo que se conoce con el nombre de proverbios o máximas. Es la forma
más usual utilizada para transmitir la enseñanza rabínica. La mayoría de las páginas de
la Mishnah y del Talmud recogen un gran número de sentencias dichas por diferentes
rabinos. Asimismo una parte considerable de la enseñanza de los profetas y sobre todo
de los sabios de Israel se había conservado en sentencias aisladas42.

Como las sentencias son una forma de enseñar y transmitir una enseñanza, Jesús no
solo repite proverbios o máximas aprendidas o extraídas de la corriente sapiencial de la
Sagrada Escritura o del judaísmo, sino que formula sus propios dichos para entregar lo
que quiere difundir. Jesús tiene una admirable capacidad de recoger la experiencia y
expresarla de manera concisa con una imagen significativa y sugestiva. En sus
sentencias Jesús recurre a la experiencia de sus oyentes, a la riqueza de la tradición y
otras veces al sentido común de sus destinatarios. Citamos algunos ejemplos:

• «No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a
justos, sino a pecadores» (Mc 2,17).

• «Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón» (Mt 6,21; Lc 12,34).

• «Lo que entra por la boca no hace impura a la persona, pero sí mancha a la persona lo
que sale de su boca» (Mt 15, 11)

• «Si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en el hoyo»” (Mt 15, 14)

• «No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A
cada día le bastan sus problemas» (Mt 6,34

Jesús, Maestro: http://www.webselah.com/jesus-maestro

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