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Nuestro hijo de 14 años no deja de gritar por todo, contesta de forma grosera y nos
ha intentado levantar la mano. Le hemos obligado a ir a un psicólogo porque
estamos muy preocupados. Lleva cuatro meses pero lejos de mejorar, ha
empeorado ¿Qué puede estar ocurriendo?, estamos asustados.
Si un niño reacciona con agresividad o malhumor no nos da derecho a pensar que es así
porque lo ha heredado. Debemos preguntarnos en que forma el ambiente ha estado
reforzando a este adolescente a comportarse de dicha manera y si ha conseguido sus
objetivos con comportamientos poco adecuados.
1. Definir con claridad la conducta y decir lo que el chico debería cambiar de la manera más
detallada posible. Por ejemplo: Diremos “grita cuando se le dice NO a las salidas con los
amigos”, “grita cuando se le insiste varias veces para que realice las tareas escolares”…, en
lugar de “es grosero” o “es un histérico”o “es un desobediente!, para no generalizar y
aprender a analizar en qué momentos se da concretamente la conducta- problema.
2. Para poder definir con claridad la conducta es necesario observarla. Estas observaciones
podemos hacerlas a lo largo del día, en momentos concretos, en situaciones específicas o en
otras condiciones que fijemos de antemano.
3. Después aplicaremos los refuerzos o castigos que sean más adecuados y mediremos cada
semana si la frecuencia, la intensidad y/o la duración de la conducta ha disminuido. Si ha
sido así, continuaremos con la medida, sino, hemos de modificarla ya que no está siendo
eficaz.
Para facilitar la tarea de ofrecer refuerzos positivos (aspecto imprescindible para el cambio) y
castigos adecuados o su eficacia, sería de mucha utilidad que ambos padres se sentaran y
reflexionaran acerca de las siguientes cuestiones sobre su hijo:
- ¿Premia a su hijo cuando realiza una conducta apropiada?, ¿qué hace para que los
comportamientos “buenos” de su hijo se mantengan o aumenten?, ¿le dice a su hijo las
cosas que hace bien?, ¿qué premios son los más efectivos para su hijo?, ¿promete
recompensas que no cumple?, ¿a veces da la recompensa antes de que su hijo cumpla lo
acordado?
- ¿Qué hace para que los comportamientos inadecuados de su hijo desaparezcan?, ¿qué
castigos son los más efectivos para su hijo?, cuando castiga a su hijo ¿éste sigue ofreciendo
la conducta negativa?, ¿qué cree que gana su hijo con ello? (intente no contestar
“fastidiarme” porque no es real), una vez que se decide aplicar un castigo ¿lo cumple o cede
ante las presiones o promesas de su hijo?
Si hay cuestiones que no se habían planteado o que no sabe contestar, háganlo juntos y
seguro que una vez ordenen sus planteamientos educativos, podrán realizar un plan de
actuación eficaz, firme y con mejores resultados que el que tenían, haciendo partícipe al
adolescente a posteriori de las conclusiones.
Fuente:
http://callerealfm.wordpress.com/2010/03/08/premios-y-castigos-en-los-adolescentes/
FACULTAD DE EDUCACIÓN
CURSO: PSICOLOGÌA DEL ADOLESCENTE
CATEDRATICA: M.A. NANCY DÍAZ DE HERRERA
Un amigo que es profesor me dice que no está de acuerdo con el castigo, que lo
ideal es que ese niño se vaya dando cuenta por sí mismo de las cosas y no a base
de castigos. Nosotros creemos que debe tener una consecuencia lo que hace pero
con muchas dudas ¿cuál sería la actitud correcta?
Fuente:
http://callerealfm.wordpress.com/2010/03/08/premios-y-castigos-en-los-adolescentes/
FACULTAD DE EDUCACIÓN
CURSO: PSICOLOGÌA DEL ADOLESCENTE
CATEDRATICA: M.A. NANCY DÍAZ DE HERRERA
No convierta en hábito las broncas, el perder el control o el recurrir a los gritos, ello podría
dar por resultado o a un hijo colérico o que se acostumbre a ellos y no sirvan para corregir
ninguna conducta, como se puede comprobar que ha pasado en el caso expuesto. Además
existen muchas posibilidades de que repitan la conducta para dirigirse a la familia cuando
tenga que resolver un conflicto o no esté de acuerdo con algo. Por tanto, cambie su técnica
si no quiere que su casa se convierta en un sin fin de malas formas.
- Objetiva y serena
- Con sentido del humor y sin perder de vista los gestos de cariño
En muchos casos, la reprimenda conlleva otras formas inadecuadas de resolver conflictos con
los adolescentes. Éstas podrían ser las siguientes:
- Amenazar con:
El hijo podría tomarlo en serio y nos veríamos obligados a echar marcha atrás o aprendería
muy bien a manejarse con nosotros a través de otras amenazas.
Fuente: http://callerealfm.wordpress.com/2010/03/08/premios-y-castigos-en-los-
adolescentes/
FACULTAD DE EDUCACIÓN
CURSO: PSICOLOGÌA DEL ADOLESCENTE
CATEDRATICA: M.A. NANCY DÍAZ DE HERRERA
Tenemos una hija de 15 años. Mi mujer dice que es importante premiar si cumple
con sus responsabilidades, pero yo no estoy de acuerdo porque si recompensamos
sus obligaciones, no se acostumbrará a cumplirlas si siempre espera algo a cambio.
Además, si son obligaciones no hay que agradecérselas. ¿Esto es correcto?
Segundo, premiar a tu hija con algo agradable para ella es absolutamente necesario porque
así encontrará satisfacción en cumplir las responsabilidades. La atención de los padres, las
palabras de elogio y aprobación, las caricias o los premios en general, dispensados por la
realización de una conducta correcta, aumenta la probabilidad de que esa conducta se repita
y se perfeccione, hasta que se interiorice sin necesidad de premiar. Por el contrario, si la
conducta no va seguida de consecuencias agradables, se debilitará y se extinguirá.
Siempre debe facilitarse después de que haya realizado la conducta adecuada, nunca
mucho después y menos, antes.
Es fundamental acordar un premio que sea realista. Si no se cumple, no servirá e
incluso puede causar el efecto contrario. Asegúrese antes de que por tiempo, dinero,
etc., podrá llevarlo a cabo en el plazo que le ha dicho a su hijo/a.
Puedes recompensarlo con cosas que le gusten (ropa, libros, materiales deportivos,
una comida que le guste…), o puedes permitirle un “extra” en sus actividades normales
(ver un programa de televisión, acostarse más tarde esa noche, llevarle al cine, dejarle
salir más tiempo, etc.), pero los premios más eficaces son: EL AFECTO, EL INTERÉS, LA
ATENCIÓN, LA PARTICIPACIÓN, LA ALABANZA O LA FELICITACIÓN.
No alargar los premios en exceso y si puedes impedir dar recompensas que siguen a las
conductas problema de tu hijo lo más probable es que éstas desaparezcan. No le des si
no se lo gana y con ello inculcarás el valor del esfuerzo.
5.- Unos amigos nos han contado que cuando su hijo adolescente no se comporta
adecuadamente, no le prestan atención y les funciona. A nosotros nos da miedo
porque nos parece que es despreciarle. ¿Podría ser positivo en algunos casos?
Retirar la atención es ignorar las conductas inadecuadas del adolescente privándole con ello
de toda posibilidad de recibir refuerzos cuando la realice. Es la técnica educativa más
conveniente y eficaz.
Evitar mantener contacto ocular con el adolescente y no hacerle ningún tipo de seña no
verbal (gesto, mueca…)
No mantener ningún contacto verbal. Si ha decidido ignorarle no debe decirle nada, ya
que sermonear o explicar son formas de prestar atención y, por tanto, de reforzar
conductas que no deseamos
Durante la retirada de atención no se debe mantener ningún contacto físico, y si se
acerca es mejor apartarse sin decir nada
Es importante comenzar a ignorar al niño tan pronto como la conducta comienza y
dejar de hacerlo cuando la conducta inadecuada termine. Una vez terminada, puede
comenzar a hacerle caso de nuevo, pero sin referirse para nada a lo sucedido
Hay que tener en cuenta que la retirada de atención es un procedimiento de extinción,
por tanto, es esperable que en los primeros momentos de su puesta en marcha se
produzca un aumento de la frecuencia de la conducta y un agravamiento de la misma.
Por ello es necesario ser paciente, ya que es un procedimiento lento con una reducción
paulatina de la conducta y un esfuerzo por parte de la persona que lo lleva a cabo
Es necesario mantener la retirada de atención de forma constante hasta que
desaparezca la conducta. Si de vez en cuando volvemos a prestar atención a dicha
conducta, en vez de eliminarla la estaremos reforzando de forma intermitente, lo que
hará que ésta se mantenga durante más tiempo
Este procedimiento no debe ser empleado en aquellas conductas que puedan suponer
un daño para el propio chico o para otros, ya que primero es evitar el daño y después la
consecuencia.
Fuente:
http://callerealfm.wordpress.com/2010/03/08/premios-y-castigos-en-los-adolescentes/