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MODULO I. TEMA 1.

IDENTIDAD DOCENTE
SÍNTESIS DE LECTURAS

Introducción
Las lecturas, además de interesantes y actuales, muestran aspectos importantes que los
docentes debemos aplicar en el día a día de nuestras actividades diarias que nos
permitan comprender lo esencial en la enseñanza, pero una enseñanza de calidad, así
como mejorar nuestro rol como facilitadores del conocimiento. También trata sobre la
influencia que como docentes ejercemos sobre nuestros alumnos, el compromiso moral
que tenemos con el entorno social y que debemos transmitir a los alumnos; las
necesidades que tienen ellos de nosotros, y nuestras necesidades personales; así como
la problemática actual que se presenta en el aula, qué estimula o desalienta el transmitir
y/o adquirir el aprendizaje y la enseñanza.

Es importante ser autocrítico y honesto: ¿Quién soy?, ¿Cuáles son mis fortalezas y
debilidades?, ¿Cuáles son mis metas personales y profesionales?, ¿Me preocupo por
superarme personal y profesionalmente?, ¿Cómo estoy realizando mi trabajo?, ¿soy
responsable y dedicado en lo que hago día a día?, porque sin conocernos bien
primeramente no podremos conocer a los demás, y diseñar estrategias que nos permitan
transmitir el conocimiento a nuestros estudiantes de una manera adecuada.

Estos textos reconocen la importancia de otras formas de conocer y aprender que nos
son propiamente racionales, a sabiendas que el desarrollo profesional puede diseñarse
de manera que aborde, además de la parte mental, el crecimiento emocional de los
docentes. Esto también nos impulsa a cuestionarnos sobre cómo estamos educando,
¿impulsamos solo la parte intelectual o también nos interesa el crecimiento emocional?

Nuestra capacidad para funcionar intelectualmente depende mucho de nuestro estado


emocional, es así como nuestras preocupaciones, problemas familiares o económicos,
enfermedades u otra clase de conflictos influyen en nuestro desempeño como docentes.
Cuando estamos preocupados, nuestra mente está literalmente ocupada, distraida con
algo, y no tenemos espacio para prestar atención, asimilar y escuchar cualquier otra cosa.
En estas situaciones es más probable que cometamos errores sin percatarnos de ellos.
Al sentirnos incompetentes, tendemos a abandonar la tarea, descuidar la preparación de
clases, en vez de luchar para superar la situación, y ello se refleja en nuestros alumnos,
los cuales pueden desviar su atención a cualquier tipo de distractores debido a nuestra
falta de concentración, dedicación, control y atención hacia ellos.

El sentido de identidad personal y profesional, intelectual, social y emocional es


fundamental para ser un profesor eficaz. Cuando un docente pretende mantenerse en la
institución de acuerdo a diversos intereses, tales como la permanencia, el
reconocimiento, e involucrarse activamente en su práctica docente de manera que esta
refleje su capacidad y habilidad para resolver los problemas que en ella se susciten, la
imagen que él tiene de sí mismo y por parte de los alumnos, juega un papel muy
importante para que este sobresalga en su ámbito. La identidad profesional no surge
espontánea ni automáticamente, sino que se construye a través de un proceso complejo,
dinámico y a través del tiempo, que resulta a partir de la reflexión conjunta, experiencias
y representaciones subjetivas, en el contexto de la realidad construida en la escuela.

Este proceso de “construcción” comienza con los programas de formación inicial y


continua a lo largo de toda la vida profesional de una persona, donde intervienen las
experiencias y las reflexiones a las que ha llegado a través de su trayecto en la docencia
y los requerimientos actuales para ejercer su trabajo. Por lo que un docente debe ser un
maestro, un guía, una inspiración para sus alumnos, y para ello se debe tener pasión,
motivación, compromiso, olvidando el egoísmo, siendo prudente y tolerante, buscando el
beneficio mutuo entre alumnos y tú como facilitador.
Así, el término identidad sólo se puede lograr tomando en consideración que la identidad
personal y profesional es a la vez una construcción subjetiva y una construcción social.
Dicho en otras palabras, la identidad personal es para sí, lo que eres (percepciones,
valores y creencias) y la identidad profesional es para otros, como te ven, que concepto
tienen de ti (alumnos, padres, colegas, etc.). Esta dualidad interactúa diariamente en la
vida diaria del docente. Es decir, la identidad personal influye en la construcción de un
proyecto de identidad profesional relacionado directamente con los saberes específicos
de su profesión y las prácticas pedagógicas de su ejercicio docente.
Vivir apasionadamente y enseñar de la misma manera permite un abastecimiento de
elementos con qué afrontar los repentinos cambios tan habituales de nuestros tiempos,
los cuales exigen una adaptación igualmente rápida, es decir que para afrontar las
realidades vinculadas directamente con el oficio profesional del docente, es pertinente
mantener la pasión con el compromiso cotidiano.
Algunas de las sugerencias útiles para ello, son: evitar el conformismo; buscar e
implementar incentivos y recompensas en las cambiantes realidades de la enseñanza;
actualizarse en materia laboral, didáctica y profesional, seguirse preparando,
investigando, participar en cursos, diplomados, ampliar su identidad profesional; nunca
olvidar el respeto y la responsabilidad; aceptar que, aunque los profesores puedan desear
trabajar con alumnos creativos, respetuosos, trabajadores e intelectualmente exigentes,
no siempre tendrá que ser así y que ello representa un reto para preocuparse por
superarse cada día, que motive a buscar más alternativas para su preparación personal
y profesional, para diseñar nuevas estrategias de aprendizaje dentro y fuera del aula,
adecuar los temas a ejemplos aplicables de la vida cotidiana y mantener ese compromiso
durante toda su vida, ya sea en la docencia o en cualquier proyecto que inicie.

Cada uno como facilitador debe de estar dispuesto a terminar siempre lo que se inicie y
para ello, hay que hacer pausas durante el trayecto que lo induzcan a reflexionar y evaluar
o medir el desempeño de dicha actividad, ya que si no se está alcanzando los estándares
o metas establecidas, se pueda modificar o corregir a tiempo las acciones y estrategias
de la enseñanza-aprendizaje que se habían planteado con anticipación.
De igual manera el docente debe separar su vida personal de lo laboral, ya que un
docente que mantiene un equilibrio es más productivo y difícilmente va a cansarse o dejar
de desempeñar su actividad con apego, convicción y pasión, con la certidumbre de que
se está propiciando cambios positivos en los alumnos, teniendo como resultado un mayor
aprovechamiento académico, así como el desarrollo de habilidades y capacidades,
competencias, actitudes y valores.
Una de las estrategias para conseguir esto es lograr que se transforme en un ser
formador en un proceso formativo-interactivo donde se combine tanto lo disciplinar como
lo didáctico, donde las nuevas y altas tecnologías puedan atribuir un aporte particular y
abierto a la comunidad en lo referente a la formación.
Cuando un estudiante aprende es debido a que el docente se preocupa por prepararse
previo a una clase, prestar atención a los estados de ánimo de sus estudiantes y se
preocupa por ellos, es decir las emociones positivas que el docente propicie en el
estudiante reforzara la retención y memoria en los estudiantes. Es así que cuando el
docente imparte una educación integral basada en valores, habilidades y actitudes, los
alumnos cambian su perspectiva y pueden llegar a ser unos verdaderos profesionistas
con una alta calidad moral y ética profesional.

Es permitido tratar de combinar la enseñanza tradicional con las nuevas tendencias de


enseñanza-aprendizaje bajo el esquema de competencias porque desde el punto de vista
de ambos esquemas, las dos modalidades han tenido aciertos, había profesores de la
vieja escuela que eran excelentes formadores y en la actualidad también existen
catedráticos que tienen un don nato para la enseñanza. Sin embargo, debido al avance
tecnológico y a las oportunidades para seguir preparándonos a través de una Maestría o
un Doctorado tenemos una ventaja sobre lo docentes de la vieja escuela. Es así como
esto nos posiciona en un punto donde tenemos que empezar a cambiar nuestra
mentalidad y tratar de obtener certificaciones y acreditaciones en todos los sentidos
pedagógicos, siendo capaces de organizar los planes de estudio de la o las materia que
se impartirán, presentar materiales que faciliten o que refuercen la comprensión de los
temas que se están enseñando y diseñar los contenidos disciplinares que se van a
desarrollar durante el ciclo escolar, de manera que sean claros y comprensibles, donde
se induzca al alumno a buscar y ampliar sus horizontes académicos y desarrollar ese
sentido de pertinencia e identidad que le van a ayudar a interactuar entre el mundo
académico, social y laboral.
CONCLUSIÓN PERSONAL

Las características y necesidades de la mayoría de los jóvenes que asisten al ITESS son
muy similares: provienen del área rural, quieren terminar la educación superior, sus
recursos económicos son limitados, son jóvenes sin experiencia laboral y con una gran
necesidad de formación tanto profesional como personal, y es debido a algunos de estos
factores que un porcentaje muy alto desertan. En ese sentido, El Tecnológico debe
ofrecer las opciones necesarias para que los jóvenes satisfagan sus expectativas de
preparación para egresar del nivel universitario, e incorporarse al mundo laboral con las
habilidades y competencias necesarias que les permitan expresar su máximo potencial,
y esto se dará cuando, como docentes, tomemos el papel que nos corresponde de ser
líderes, guias, facilitadores en el proceso aprendizaje, sepamos identificar situaciones de
riesgo para los alumnos, sepamos transmitir conocimiento y formemos personas de bien,
cuando realicemos un planeación didáctica en base a los diagnósticos situacionales de
nuestros estudiantes y al implementar estrategias de aprendizaje para los alumnos, que
diseñemos estrategias a través de medios, recursos y materiales didácticos óptimos para
su aprendizaje, así como delimitar objetivos, propósitos o finalidades acordes al propósito
de la unidad de aprendizaje donde los alumnos desarrollen competencias, tanto
genéricas, prácticas y de otro tipo de modo que puedan aprender de una forma autónoma.

Como docente pretendo diseñar metodologías para evaluar a mis estudiantes a través
de instrumentos de evaluación que me permitan cuantificar y calificar el desempeño del
alumnos dentro y fuera del aula, retroalimentarnos mutuamente para modificar o seguir
desempeñando la labor de enseñanza-aprendizaje de la mejor manera posible.

BIBLIOGRAFÍA
Chistopher, D. 2006. Pasión por enseñar. La Identidad personal y profesional del docente
y sus valores. Narcea S.A. de Ediciones Madrid.

Zabalza, M. A. 2005. Competencias Docentes. Conferencia pronunciada en la Pontificia


Universidad Javeriana de Cali pronunciada en la Pontificia Universidad Javeriana de Cali.

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