Manuel Antonio Ledesma Jacinto
//HISTORIA
LOS ARCOS DE TRUJILLO
R ecientemente se ha inaugurado la
iluminación del Arco del Golf
ubicado al ingreso de la urbanización
del mismo nombre. Como se recuerda este
arco construido hace más de treinta años por
el Dr. Guillermo Ganoza Vargas y sobre el
cual descansaba una frondosa buganvilia.
El arco de dos cuerpos une las dos vías de la
avenida. Siempre estuvo pintada de color
blanco pero ahora luce remozada e iluminada.
Realmente el buen trazo de las avenidas de
esta zona permite un intenso desarrollo
urbano, gracias al sentido previsor —de hace
más de cuarenta años— de los alcaldes
trujillanos que canalizaron bien la inversión
privada.
Históricamente Trujillo contó con un arco
ubicado en la esquina del Jirón San Martín,
antes El Nogal, en la intersección de la
tercera cuadra del Jirón Mariscal de
Orbegoso, antes Calle Las Carreteras; arco
que unía prácticamente el balcón del Hotel
que llevaba el nombre de Hotel El Arco, cuyo
inmueble perteneció, las últimas décadas, a la
familia Carranza quienes por tracto sucesivo
la adquirieron de los herederos de don José
Modesto Santa María y Marlupo. Este arco
aparece en fotografías y pinturas de fines del
siglo XIX y desapareció hace más de un siglo.
Un arco conmemorativo se construyó en
1985 al final del jirón Francisco Pizarro al
llegar a la Avenida España con motivo de los
450 años de la fundación española de
Trujillo. Fue edificado en la administración
del alcalde Luis Santa María Calderón y hasta
la fecha permanece. Luce en plena armonía
con la Plazuela El Recreo, con su pequeña
atarjea (que exige arduo mantenimiento)
lográndose un singular ambiente monumental
que da inicio al paseo peatonal que con
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mucha visión fue proyectado por el ex
alcalde Santa María con apoyo de los
arquitectos Manuel Ángel Ganoza y José
Correa Orbegoso.
Otro arco, de efímera duración, se construyó a
inicios de 1985, en la carretera a Huanchaco
con frente a la Iglesia de Mansiche, como un
homenaje a la visita a nuestra ciudad del Papa
Juan Pablo II. En aquel inolvidable 4 de
febrero de ese año se presentó este arco al
estilo de la Festividad de San Isidro Labrador
del pueblo de Moche. El Papa hizo un
pequeño alto ante una abigarrada multitud
para apreciarlo. Sin embargo, el arco fue
derribado para la ampliación de la vía que
conduce al Aeropuerto Internacional Capitán
FAP Carlos Martínez de Pinillos.
La arquería que ha dado renombre a
ciudades coloniales de América, y que en
Perú lucen ciudades como Lima, Arequipa,
Cusco y Ayacucho, no ha sido característica
de Trujillo. Sin embargo, la ciudad fue
compensada con su estupendo trazo
cuadriculado, con el amurallamiento de la
ciudad con catorce baluartes y con una
expansión que fue envuelta por los anillos de
las avenidas llamadas circunvalaciones, que
sirvieron de pie forzado para el diseño de un
Trujillo moderno con amplias avenidas.
La primera de éstas hacia el mar, que es la
Avenida Larco y las paralelas a esta vía, que
permiten su ensamblaje con las modernas
urbanizaciones y que los alcaldes trujillanos
durante los cuarenta últimos años supieron
trazar, construir y conservar. La limpieza de
sus trazos ha permitido ahora la presencia de
grandes centros comerciales así como el
crecimiento de modernos y acondicionados
centros urbanos, sin romper la armonía de
Trujillo.